Política de Género
Aprobado Marzo 2013 SWISSAID Swiss Foundation for Development Cooperation Lorystrasse 6a 3000 Bern 5 Tel. +41 31 350 53 53 www.swissaid.ch
Por qué una Política de Género?
¿De qué se trata el género? “Uno no nace, sino más bien se hace mujer” Simone de Beauvoir, 1949
La visión de SWISSAID (capítulo 2001) señala que la participación igualitaria de hombres y mujeres es una de las premisas fundamentales para un desarrollo sustentable con dignidad. En su Plan Estratégico 20122016, SWISSAID defiende una vez más su deseo de introducir de manera transversal el género dentro de todos los niveles institucionales y operacionales.
La palabra género se hizo famosa en los años setenta. Género se utilizaba para describir aquellas características de hombres y mujeres socialmente determinadas en contraste con aquellas biológicamente determinadas (sexo). La distinción entre sexo y género está hecha para enfatizar que todo lo que las mujeres y hombres hacen y todo lo que se espera de ellos y ellas, a excepción de sus funciones sexuales diferentes (maternidad, amamantamiento, etc.), puede cambiar y cambia en el tiempo de acuerdo a factores sociales, económicos y culturales.
El empoderamiento de mujeres ha sido un tema prioritario dentro de SWISSAID desde 1981, un hecho que coincide dentro del enfoque de SWISSAID en su campo de trabajo: apoyar las iniciativas de mujeres en situaciones de marginalización, promover el empoderamiento de las mujeres de manera que ellas puedan ser las actoras de su propio desarrollo en condiciones iguales que los hombres.
Las personas nacen mujeres u hombres, pero aprenden a ser niñas o niños que crecen y se convierten en mujeres y hombres. Se les enseña cuál comportamiento y actitudes, roles y actividades son apropiadas para ellos y ellas. Este aprendizaje aprendido es lo que determina los papeles de género.
La primera versión de la Política de Género de SWISSAID fue aprobada en Diciembre de 2003 y promueve la incorporación del Enfoque de Género y Desarrollo. La implementación de la Política de Género en los programas de país de SWISSAID, depende de las prioridades y del contexto local. Las Oficinas de Coordinación han elaborado sus propias Políticas de Género ajustadas a las condiciones económicas, sociales y políticas locales.
Género es correlativo: género describe la relación entre mujeres y hombres en sus diversos papeles de género (ejemplo, esposa-esposo, hija-madre, hermanohermana, amigos, colegas, etc.) los roles de género varían en gran medida de una cultura a otra y de un grupo social a otro grupo social dentro de la misma cultura.
Con la Estrategia 2005-2011 SWISSAID ha introducido el énfasis en la corresponsabilidad de los hombres en el proceso para la equidad de género. En consecuencia, varios programas de país han incluido actividades específicas que apuntan al cuestionamiento de la distribución tradicional de roles entre hombres y mujeres, así como a la lucha y erradicación de la violencia doméstica.
A las personas se les asigna diferentes papeles y características, no solamente sobre la base de su género, sino también de su casta, antecedentes étnicos, religión y edad. Más aún, como la cultura es dinámica y las condiciones socioeconómicas cambian con el tiempo, los papeles de género cambian con estos. Las personas están posicionadas en la sociedad de acuerdo con estos criterios diferentes, los cuales se transforman en relaciones determinantes de poder e interactúan fuertemente los unos con los otros. Por lo tanto, la posición social de una mujer blanca y vieja de la clase trabajadora, es diferente al de una mujer negra profesora universitaria o a la de una niña indígena viviendo en los barrios bajos, por ejemplo. Entender la diferenciación de género y la discriminación de género nos ayuda a comprender la diferenciación y discriminación en otros grupos.
Una política de género es esencial para cerrar la brecha entre los principios institucionales y la práctica, así como para asegurar un adecuado enfoque de género en todos los niveles de la organización. El monitoreo de la implementación es considerado una responsabilidad fundamental del liderazgo. Esta Política de Género institucional tiene el objetivo de servir como un marco normativo general para ser utilizado como referencia y orientación para estrategias especificas en los diferentes niveles institucionales.
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Al combatir la discriminación, las principales metas a alcanzar son la igualdad y equidad de género.
La condición de la mujer de hoy La desigualdad de género es una de las principales causas y efectos del hambre y de la pobreza: Se estima que el 60% de las personas que sufren de hambre crónica son mujeres y niñas a pesar de que son ellas que se encargan principalmente de la provisión de los alimentos. Las mujeres representan más de dos tercios de 796 millones de analfabetos del mundo. Unos 600 millones de mujeres, más de la mitad de las mujeres que trabajan en el mundo, se encuentran en situación de empleo vulnerable, atrapadas en empleos precarios, a fuera del ámbito de la legislación laboral.
Equidad de Género es el proceso de ser justos con mujeres y hombres. Para asegurar este “juego limpio” se debe disponer de medidas dirigidas a compensar las desventajas históricas y sociales que previenen a mujeres y hombres operar en un plano de igualdad. La equidad lleva a la igualdad. Igualdad de género se refiere al estado de ser igual, concretamente en cuatro dominios: En primer lugar, igualdad de oportunidades para realizar objetivos personales intelectuales, físicos y emocionales. Segundo, igual tratamiento o sea derecho a las mismas condiciones sociales de seguridad, remuneración y condiciones de trabajo. Tercero, iguales derechos económicos, políticos, cívicos, culturales y sociales para hombres y mujeres. Y finalmente, distribución igualitaria de tareas, especialmente en la familia y la comunidad, que por ejemplo permita una distribución justa del trabajo doméstico.
Las mujeres son la columna vertebral de la economía rural, especialmente en los países de desarrollo. En algunas partes del mundo, las mujeres representan el 70% de la fuerza de trabajo en zonas agrícolas, a nivel mundial comprenden el 43% de los trabajadores rurales. La proporción de mujeres jefas de hogar en zonas rurales, muchos de los cuales son agricultores, varía de aproximadamente 15-40% en América Latina, 10-25% en Asia y un 20-45% en África subsahariana. Sin embargo, el acceso a los recursos productivos no es igual: En la India sólo el 11% de los propietarios de tierras son mujeres, en Nicaragua la proporción es de 18% y en Tanzania menos de 20 %. Las mujeres de zonas rurales sólo reciben una fracción del crédito, insumos, capacitación agropecuaria e información en comparación con los hombres.
Un nuevo concepto basado en el enfoque de derechos es la Justicia de género. La justicia de género puede ser definida como la “protección y promoción de derechos civiles, políticos, económicos y sociales sobre la base de la igualdad de género”. La justicia de género también requiere que los encargados de hacer políticas, rindan cuentas de sus actuaciones para atacar la injusticia y discriminación que mantiene a las mujeres pobres y excluidas.
A pesar de importantes avances en los marcos jurídicos, millones de mujeres reportaron haber experimentado violencia en sus vidas, generalmente cometido por un allegado. La opresión y la violencia sexual contra las mujeres sigue siendo una característica de las sociedades patriarcales en todo el mundo, sin importar el contexto cultural o religioso. La violación sistemática de mujeres es una característica de los conflictos armados contemporáneos. Las injusticias de género son perjudiciales para la cooperación al desarrollo y además, son un obstáculo para el desarrollo. Por lo tanto, las relaciones de género son uno de los ámbitos más importantes de la cooperación al desarrollo. Enfoque de Género y Desarrollo Históricamente, la cooperación al desarrollo se enfocó inicialmente en la promoción de las mujeres en las actividades económicas. Más
Hombre participando en una marcha de protesta contra la violencia doméstica en Colombia
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tarde se tomó más en cuenta las relaciones desiguales de poder: El Enfoque de género, es un marco de trabajo analítico concentrado en los procesos y mecanismos que crean y refuerzan las desigualdades existentes entre hombres y mujeres.
Un factor importante que condiciona estos patrones es el modo distinto en que mujeres y hombres asumen la responsabilidad en el trabajo de prestación de cuidados (en inglés: Care work) Desde mediados de 1990, numerosas declaraciones de conferencias de alto nivel del Sistema de Naciones Unidas y del Banco Mundial, declaran que compartir equitativamente las responsabilidades del trabajo de prestaciones de cuidados entre hombres y mujeres es una condición crucial para el desarrollo.
Un análisis de género está enfocado en las relaciones de poder (cuestionando los papeles de género, el acceso y control a los recursos, la toma de decisiones), y se necesita como base de estudio para ulteriores estrategias de desarrollo. El enfoque Género y Desarrollo (GAD, por sus siglas en inglés), busca fundamentar las intervenciones en un análisis participativo de género y un análisis de necesidades, intereses y motivaciones, como un esfuerzo para empoderar a las mujeres y mejorar su posición en relación con los hombres de una manera que beneficie y transforme a la sociedad como un todo. De manera que GAD es impulsado por una poderosa motivación: trabajar por la equidad y el respeto de los derechos humanos tanto por hombres como por mujeres.
El trabajo de prestaciones de cuidados incluye todos los servicios interpersonales remunerados y no remunerados que contribuyen directamente a la producción y aprovisionamiento de la vida humana (y por tanto a la reproducción de la fuerza de trabajo) manteniendo así el sistema económico como tal. El trabajo de prestación de cuidados – como alimentar a un niño – no puede dejarse de hacer y por lo tanto obliga a las proveedoras de cuidados que son predominantemente mujeres, a renunciar a diversas oportunidades como actividades económicas no domésticas, participación política o educación.
GAD también incluye la distinción entre necesidades prácticas y necesidades estratégicas de género, siendo un instrumento analítico útil para asegurar el énfasis en cambios estructurales en la sociedad.
Además de la importancia económica y social del trabajo de prestaciones de cuidados, el enfoque Care tiene la ventaja de conectar las intervenciones que ocurren a nivel del hogar con las condiciones del marco político y económico. Una mayor co-responsabilidad de los hombres por la equidad de género no solo depende de cambios individuales de comportamiento, sino además de inversiones y políticas a favor de un sistema de prestación de cuidados equitativo y eficiente.
Necesidades prácticas de género son una respuesta a las necesidades inmediatas percibidas, sin embargo, éstas no desafían la división del trabajo por género o la posición de subordinación de las mujeres como sí lo hacen las necesidades estratégicas de género. Es importante reconocer que alcanzar mejores condiciones (necesidades prácticas) así como mejores posiciones (necesidades estratégicas) es esencial para el desarrollo.
Al promover la co-responsabilidad de los hombres en el proceso de equidad de género, deben tenerse en cuenta la cantidad diferente de tiempo que invierten hombres y mujeres en el trabajo de prestación de cuidados. Las normas sociales, la propiedad y el control de recursos (incluyendo el uso del tiempo) como también la movilidad restringida son factores importantes que definen la voz y el poder de negociación entre los miembros de un hogar.
Enfoque del Trabajo de Prestación de Cuidados Recientes discusiones enfatizan la subestimación y obstrucción del potencial económico y social del trabajo que realizan las mujeres. Las mujeres, más que los hombres, tienden a implicarse en actividades de menor productividad, trabajo no remunerado y precario. En consecuencia la productividad y los ingresos de las mujeres son bajos y el hecho de que el trabajo pagado y no pagado de las mujeres sea clave para la reducción de la pobreza no es reconocido.
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La violencia doméstica contra las mujeres es una clara manifestación de la inequidad de género dentro de un hogar. La coresponsabilidad significa que los hombres participan activamente en la campaña para prevenir la violencia contra las mujeres y los niños. 4
SWISSAID desea contribuir a la promoción de un mundo, donde hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades, opciones, acceso y derechos, disfruten de una integridad física y sicológica y donde ambos puedan jugar un papel activo como sujetos de desarrollo de su país en todas las esferas – económica, política, social, personal, espiritual, organizacional. Esta es la meta principal en todas las actividades de SWISSAID.
Políticas de Género y Planes de Acción a partir de las condiciones específicas de cada país.
Para lograr esto, SWISSAID lucha por la eliminación de la discriminación de la mujer, lo cual forma parte de la discriminación basada en etnia, clase, género, edad, religión, etc.. SWISSAID además exige la coresponsabilidad de los hombres para lograr la justicia de género.
Entrega de premio a una pareja que logró una relación más equitativa el año pasado en India.
Principios de SWISSAID sobre género
Estrategia de cuatro dimensiones de SWISSAID
SWISSAID cuenta con un set de principios para alcanzar la meta de la equidad e igualdad de género.
Con el fin de ser efectivo, el enfoque de género necesita ser abordado de una manera amplia. Por esto, SWISSAID adopta una estrategia que toma en cuenta los enfoques de Género y Desarrollo y del Trabajo de Prestaciones de Cuidados y se enfoca en cuatro dimensiones complementarias:
Estos son: • Reconocemos que el género tiene mucho que ver con los valores y actitudes personales (a menudo inconscientes), que pueden ser cambiados. • Trabajar género y la implementación de la Política de Género requiere el compromiso de cada persona, en todos los niveles de la institución y especialmente del Comité de Fundación de SWISSAID. • Género tiene mucho que ver con las circunstancias políticas, económicas y sociales del país. Por eso SWISSAID apoya a las contrapartes y especialmente a las organizaciones de mujeres en la incidencia política. • Fortalecimiento de los derechos de las mujeres es un punto clave en el enfoque basado en Derechos Humanos con el que trabaja SWISSAID. • Considerando que el enfoque de género requiere de competencias específicas, SWISSAID promueve el entrenamiento continuo del personal y de las contrapartes tanto en la conciencia de género como también en estrategias para superar la discriminación de género. • Los diferentes contextos requieren diferentes enfoques y estrategias de género para poder ser pertinentes. Basados en la política institucional de género, las Oficinas de Coordinación implementan sus propias 1301_New-Genderpolicy-def-es_Colombia
Transversalidad de Género: Género es un tema integral para SWISSAID. A todos los niveles y en todos los dominios de acción, SWISSAID lucha y apoya activamente la participación equitativa e igualitaria de mujeres y hombres. Dentro de nuestra organización, esto significa integrar el enfoque de género en todos los documentos relevantes, procesos de trabajo y comportamientos. Para nuestra misión en el campo, esto significa integrar los enfoques de Género y Desarrollo (GAD) y del Trabajo de Prestaciones de Cuidados dentro de nuestra metodología de cooperación para el desarrollo. Análisis sensible al género, efectos directos específicos e indicadores basados en género, serán necesarios a fin de incorporar género en los programas de país. Empoderamiento de la mujer: Dada la desigualdad global entre hombres y mujeres, se necesitan esfuerzos específicos para poner fin a las formas existentes de discriminación de la mujer. Por lo tanto, SWISSAID promueve acciones afirmativas que empoderan a las mujeres a través de mejorar sus condiciones y posiciones 5
equitativa en el trabajo de prestaciones de cuidados, son condiciones necesarias para la justicia de género.
personales, familiares, sociales, económicas y políticas. El empoderamiento de adolescentes y la promoción de oportunidades económicas para mujeres jóvenes, son maneras exitosas para detener la reproducción de inequidades de género entre las generaciones.
SWISSAID apoya la sensibilización de género y refuerza las competencias específicas de su personal así como la de sus contrapartes. Todas las Oficinas de Coordinación implementan sus propias políticas de género ajustadas a las condiciones y necesidades de sus grupos meta.
SWISSAID pone especial atención a la carga de trabajo de las mujeres y a la reducción del tiempo utilizado en prestaciones de cuidados. Por lo tanto SWISSAID analizará para cada intervención los cambios relacionados a la carga de trabajo de las mujeres y estrategias para reducir esta carga, promoviendo la coresponsabilidad de los hombres en el trabajo de prestaciones de cuidados.
La valoración de datos cuantitativos y cualitativos sensibles a género que reflejen el cambio de comportamiento y las condiciones de vida, ayudarán a monitorear y medir las políticas de género. Además SWISSAID promueve el proceso de análisis entre mujeres, entre mujeres y hombres y entre hombres.
Las mujeres no solamente tienen que jugar un rol activo al interior de las organizaciones y en la implementación de proyectos, sino también como líderes. Por lo tanto SWISSAID apoya que las mujeres asuman posiciones de liderazgo en las organizaciones contrapartes o en otras instituciones. El objetivo es la igual participación de hombres y mujeres en las posiciones de liderazgo.
Incidencia Política: Las condiciones políticas, económicas y sociales influyen en las relaciones de poder entre hombres y mujeres y pueden limitar o promover la justicia de género. SWISSAID apoya a las contrapartes en la lucha política por la eliminación de cualquier forma de discriminación de género. Los derechos de las mujeres formarán parte de cualquier tipo de acción de incidencia política, con énfasis en la reducción de la carga de trabajo para prestaciones de cuidados, los derechos a la tierra para las mujeres, el reconocimiento del importante rol que juegan las mujeres en la agricultura, la condena a la violencia contra la mujer y la provisión de infraestructura como por ejemplo para el suministro de agua.
Sensibilización y fomentar la capacidad: Como hombres o mujeres, todos y todas contribuimos en moldear las relaciones entre los dos sexos. Los conocimientos sobre género y la conciencia sobre el potencial para el cambio que llevamos como individuos, son por lo tanto claves para un desarrollo balanceado de mujeres y hombres. El reconocimiento de la importancia económica del trabajo remunerado y no remunerado de las mujeres, así como una mayor distribución
Mujer de Nicaragua explicando la relación entre equidad de género y empoderamiento de mujeres a través de un gráfico
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