tec

Page 1

26 de noviembre de 2013

El Heraldo Tecnología

C5

Apple adquiere la empresa israelí creadora de Kinect A Un niño prodigio contra el cáncer

S

i Jack Andraka hubiera nacido en 1986 en vez de en 1997, ¿estaría Steve Jobs vivo? Nadie tiene la respuesta. Es más: nadie la tendrá hasta, probablemente, 2022. Y eso si todo va bien. Porque aproximadamente ese año será posible la comercialización del sistema de diagnóstico del cáncer de páncreas -el que mató a Jobs en 2011-, que inventó Andraka a los 15 años, es decir, en 2012. El sistema llegará muy tarde a los 45.220 compatriotas de Andraka y Jobs a los que se descubrirá esa enfermedad este año, según una estimación de la Asociación Americana del Cáncer. De ellos, aproximadamente 33.915 morirán en 2014, dado que esa enfermedad tiene una mortalidad del 75% en el primer año. En 2018 solo seguirán vivos el 4%: 1.808 personas. Al contrario que los tumores de colon o de mama, ese cáncer se esconde en el páncreas, en lo más profundo del cuerpo, y no tiene síntomas hasta que es demasiado tarde. Ahora, sin embargo, podemos estar ante un método revolucionario para descubrir a este asesino en sus primeros estadios de desarrollo, y que también podría aplicarse a otros tumores, como el de mama, ovarios, e, incluso, el de pulmón. Todo gracias a un niño de 15 años. LA INSPIRACIÓN DE LA REVISTA 'SCIENCE' Lo que Andraka ha creado es un marcador para el cáncer parecido a las tiras que permiten a los diabéticos practicarse una pequeña incisión en el dedo tras la cual un aparato no mayor que un teléfono móvil les dice cómo está la concentración de glucosa en su sangre. El sistema de Andraka detecta mesotelina, una proteína cuya presencia en el torrente sanguíneo se dispara cuando aparece el cáncer de páncreas. Andraka, en una entrevista durante su participación en la conferencia Demand Solutions', del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), explica que el coste del sistema es "de tres centavos de dólar. ELISA, que es actual método de diagnóstico del cáncer de páncreas, cuesta 800 dólares [592 euros]". A Andraka se le ocurrió la idea mientras leía a escondidas en el instituto, en las afueras de Washington, un artículo de la revista Science sobre los nanotubos de carbono, unas estructuras con un grosor equivalente al 0,00002% del cabello humano que transmiten la electricidad, mientras el profesor explicaba cómo los anticuerpos se combinan con determinadas proteínas en la sangre. Las dos ideas se unieron en la mente de Andraka para generar lo que podría ser el acto de indisciplina académica (leer en clase) más afortunado de la Historia: ¿por qué no poner nanotubos con anticuerpos que reaccionen a la mesotelina y a continuación colocar en ellos una gota de sangre de una persona? Cuanta más mesotelina haya en la sangre, más se van a unir a ella los anticuerpos, con lo que se van a separar los nanotubos y, por tanto, van a transmitir peor la electricidad. EL FICHAJE DE LA UNIVERSIDAD JOHNS HOPKINS Andraka empezó a investigar. Tuvo suerte, porque la mayor parte de los estudios que necesitaba leer habían sido colgados on line gratis por las autoridades médicas estadounidenses. "Si hubiera tenido que pagar por los 500 papers que consulté, nos habría salido por unos 17.000 dolares [12.500 euros]" recalca. Cuando tuvo las cosas claras, empezó a contactar a investigadores. "Pensaba que me iban a llover las invitaciones. Pero cada día, cuando me conectaba al correo electrónico, solo veía e-mails de rechazo", recuerda. Claro que viene de una familia "en la que se habla de ciencia en la mesa", hasta el extremo de que sus padres le han dejado a él y a su hermano mayor-que es también un científico precoz-que usen el sótano para sus experimentos, con una sola condición: "No usar material inflamable si ellos no están en casa". Así que su madre, Jeane, que es enfermera, "me ayudó a hacer los emails más atractivos". Tras 200 rechazos, el oncólogo Anirban Maitra, del Hospital de la Universidad Johns Hopkins -el mejor hospital de EEUU, en la vecina Baltimorele aceptó. ¿EL EDISON DEL SIGLO XXI? Maitra no oculta su admiración por su ayudante. "En mi laboratorio les digo que piensen en Andraka como en Edison, el inventor de la bombilla. Nos esperan muchas bombillas", ha declarado al diario The Baltimore Sun. Pero, para el adolescente, fue difícil: "Lo más duro fue equilibrar mi vida personal con la del laboratorio, porque tenía que seguir yendo a clase y hacer los deberes". Hubo noches en las que no durmió, y días en que sus interacciones sociales se redujeron a Snapchat, un sistema de mensajes por móvil muy popular entre los adolescentes de EEUU. Así hasta que en diciembre pasado, un domingo de madrugada, Andraka y el equipo de Maitra vieron cómo unos nanotubos detectaban mesotelina. A principios de 2013, los experimentos con ratas de laboratorio también fueron positivos. Es, todavía, un primer paso. Aún pasará tiempo antes de que Maitra y Andraka tengan elementos suficientes para escribir un artículo científico. Entretanto, Andraka sigue investigando. Ahora opta a un premio de 7,5 millones de euros de la Fundación Qalcomm para diseñar una máquina portátil que permita diagnosticar enfermedades y comunicar los datos a través de Internet. UN GAY PREMIADO POR EL PAPA El sábado de la semana pasada, Andraka recibió el Premio Giuseppe Scaccia, que otorga el Vaticano todos los años a un joven que destaca en su área de actividad y que toma su nombre de un arquitecto que falleció a los 26 años de edad. El galardón no sería particularmente reseñable si no fuera porque Andraka nunca ha ocultado su homosexualidad. El investigador explica que "mi sexualidad, como la de cualquier otra persona, no debería ser la primera cosa que viene a la mente cuando se menciona mi nombre, pero, por supuesto, es parte de mi identidad". Andraka matiza que "no quiero hablar por el Vaticano, pero estoy contento de ser un 'puente' que una a todo tipo de personas en el mundo".

pple Inc adquirió la compañía israelí PrimeSense Ltd, desarrolladora de chips que permiten visión artificial en tres dimensiones, informaron el lunes ambas empresas. Un portavoz de Apple confirmó la compra pero no quiso informar las cifras de la inversión. Medios israelíes dijeron que el monto estuvo cerca de los 350 millones de dólares. "Apple adquiere empresas menores de tecnología de vez en cuando, y generalmente no discutimos nuestros propósitos o planes" , dijo un portavoz de Apple en un correo electrónico. En tanto, una portavoz de PrimeSense dijo: "Podemos confirmar el acuerdo con Apple. Más que eso, no podemos comentar en esta etapa" . Es la segunda adquisición de una empresa israelí que realiza el fabricante del iPhone en menos de dos años. En enero de 2012, Apple compró al fabricante de chips de almacenamiento flash Anobit. La tecnología de detección de PrimeSense, que le otor-

Este tipo de tecnología se utilizó en el desarrollo de la consola Xbox Kinect de Microsoft . ga a los aparatos digitales la capacidad de observar una escena en tres dimensiones, se utilizó en la consola Xbox Kinect de Microsoft. El interés de Apple en

PrimeSense fue reportado por primera vez en julio por el diario financiero israelí Calcalist. La semana pasada, el medio destacó que PrimeSense había reunido

cerca de 85 millones de algunos de sus inversores, como los fondos de capital de riesgo Canaan Partners Global, Gemini Israel y Genesis Partners.

Profesor de Universidad y empresario a los 13 años C

on voz aguda infantil, Quin Etnyre resume sus experiencias a menudo como «guays» o «divertidas». Es un niño delgado de 13 años al que le gusta nadar, jugar al voleibol y bromear. El año pasado, fundó una empresa y éste ha empezado a dar clase a alumnos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, en sus siglas en inglés). «A veces me aburro un poco en clase», explica Quin a EL MUNDO. El niño sigue estudiando en su colegio público en una pequeña ciudad de California, entre San Francisco y Los Ángeles, aunque es capaz de resolver el cubo de Rubik en 16 segundos y aprendió a programar en internet cuando tenía 10 años. Con sólo tres años, era capaz de resolver problemas matemáticos y construía puzles con una rapidez que asombraba a su familia. Empezó jugando con los robots de Lego pero, enseguida, se le quedaron pequeños. Navegando en internet, descubrió que había un código con el que podía decidir cómo se comportaban sus propios robots. En la Red encontró los kits de Arduino, un proyecto de código abierto nacido en Italia en 2005 con circuitos y un software para programar. «Es todo gratis», dice, animoso. EL DETECTOR DE FLATULENCIAS Sus padres, médicos de familia, al principio no entendían qué hacía su único hijo pero, cuando se dieron cuenta de que era algo especial, apoyaron su pasión y promocionaron al pequeño inventor. Por su undécimo cumpleaños le regalaron una sesión de formación sobre Arduino en la sede de una empresa electrónica en Colorado, SpakFun Electronics. Quin dice que un día le gustaría trabajar en una compañía así. Gracias a lo que aprendió, en apenas dos meses, Quin empezó a construir sensores capaces de detec-

Quin Etnyre, a los tres años era capaz de resolver problemas matemáticos y construía puzles con rápidez. tar luz, fuerza o temperatura para instalar en pequeños robots dirigidos sobre todo a los más jóvenes. Para enseñar a los niños cómo funciona la electrónica con algo que les pudiera divertir, inventó el Gas Cap, una gorra con luces rojas conectadas a un sensor de metano, un componente de las flatulencias. En su web, cuenta que construir este detector cuesta unos 100 dólares (74 euros) y manejarlo es fácil: «Te tiras un pedo en el sensor de metano, transmites esa información por wifi a la gorra y las luces LED se iluminan para que tus amigos vean lo horrible que ha sido». PASIÓN POR LA ELECTRÓNICA Desde la primavera de 2012, Quin vende circuitos y

explicaciones a través de su propia empresa, Qtechknow. «Quería hacer que fuera más fácil para la gente empezar con la electrónica», explica el niño, que trabaja cada día en la compañía con la ayuda de su madre, Karen, encargada de los «aspectos financieros». Quin suele llevar sus circuitos a las clases que da en ferias de electrónica o en instituciones especializadas. A veces, para conseguir la atención del público, empieza explicando cómo funciona el detector de pedos, que él describe impasible entre risas del público. Este año, Quin ha debutado con el grupo de ex alumnos y amigos del MIT del Sur de California. La mayoría de su audiencia suelen ser hombres que le doblan o

triplican la edad. «Es divertido. Aunque me gusta más enseñar a niños. Están más abiertos y se unen a todo», explica Quin, que se ha comprometido a dar más clases con el grupo del MIT en los próximos meses. Aún no ha estado en la sede central en Cambridge, pero está deseando ir y cree que podrá estudiar allí en pocos años. Tendrá que pasar por las pruebas de admisión, pero con 13 años ya ha tratado con algunos de sus ingenieros, que le han explicado qué podría hacer en el MIT. EXPERIMENTOS EN EL GARAJE Sus padres intentan que Quin tenga una vida normal pese a sus talentos extraordinarios. No le han cambiado de colegio, le llevan a hacer deporte por las tardes y controlan qué entrevistas da. «Todavía nos deja mirar su e-mail de empresa», explica su padre, Ethan, que le comenta al niño en el desayuno las peticiones de la prensa. A la vez, los Etnyre saben que su hijo va mucho más deprisa que cualquiera de sus compañeros. Quin ya está acostumbrado a hablar en público y a dirigir grupos. Al menos una vez al mes reúne a sus primos, amigos y otros niños interesados en electrónica en el garaje de su casa, convertido en un taller donde comparte lo que ha aprendido y hace experimentos. Intenta proponer ideas entretenidas, como conectar un juego con el simulador de Google Earth. En primavera, también hizo una presentación en la oficina de su distrito escolar para proponer más electrónica práctica en los colegios. «Con un poco de suerte, lo meterán en el currículo», cuenta el niño. Quin sueña con fundar su propia escuela: sería «más interactiva» y los estudiantes mayores ayudarían a los más pequeños. De momento, le gustaría estudiar en el MIT, convertirse en programador de webs y trabajar en Nueva York porque es «muy guay».


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.