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LAS MUJERES SINDICALISTAS Y FEMINISTAS DE CCOO DICEN
from SYNDIKO NÚM 18
En este número especial de SYNDIKO nos interesa resaltar las consideraciones que diferentes compañeras de CCOO a lo largo del Pais Valencià tienen sobre cuestiones básicas de la agenda feminista y sindical de CCOO. Por ello hemos hablado con una representación en este número aspirando a que en otros sean otras mujeres compañeras de CCOO las que participen y compartan su opinión.
Hola Cloti, desde los medios de comunicación de masas, las redes sociales podemos acceder a mucha información acerca de la convocatoria de huelga que desde el movimiento feminista del país se ha hecho para este próximo 8de marzo de nuevo. Pero nos gustaría saber como sindicato de clase y sociopolítico que nos dijeras ¿ Por qué razones las mujeres y los hombres debemos secundar las movilizaciones convocadas para este 8 de marzo por parte del movimiento feminista del que CCOO también es parte?
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Existen sobrados motivos para que las mujeres y los hombres secundemos la huelga y las movilizaciones convocadas para este 8 de marzo. Podemos empezar por la constatación de que las mujeres continuamos estando y siendo discriminadas en todos los espacios de la vida. Asumimos las tareas y la responsabilidad de cuidados a terceras personas, menores y personas dependientes. Trabajo que no se reconoce socialmente y que no se paga. Cuando este trabajo se paga, como en el caso de las trabajadoras del hogar, es un empleo muy precario que ni siquiera tiene reconocidos los mismos derechos que para el resto de la clase trabajadora. Por ejemplo no tienen reconocido el derecho a prestación por desempleo.
Somos consideradas tanto sujetos como productos de consumo. Se nos utiliza como reclamo publicitario, cosificando nuestros cuerpos, y se nos presiona para consumir constantemente. Las mujeres somos las grandes ausentes en los textos de historia, no porque no haya habido grandes científicas, políticas, sindicalistas, filósofas, escritoras, artistas, etc que han hecho aportaciones imprescindibles a la historia de la humanidad, sino porque se nos ha invisibilizado. Y quien no se nombra no existe.
Somos las asesinadas, violadas, acosadas, agredidas, humilladas… por ser mujeres. Simplemente por ser mujeres. ¿Recordamos cifras? 1000 mujeres asesinadas en 15 años. Por cierto, cuando nos dicen que las mujeres también matan a hombres… por favor, que nos muestren los datos y nos expliquen las causas. Asesinatos entre personas hay, por supuesto, pero ¿cuantas mujeres han asesinado a hombres por el hecho de ser hombres? ¿Cuantas mujeres han violado a un hombre?
En el ámbito laboral nos encontramos ante una brecha salarial de un 22,5%, aunque ha bajado tres puntos respecto al año anterior, continúa siendo inasumible para un estado de derecho. Esta brecha significa que trabajamos 82 días más que los hombres por el mismo salario. Somos las mujeres, sobretodo, las que ponemos rostro al paro. Si nos fijamos en los datos, vemos que en relación a las mujeres, la tasa de actividad es del 52%, la tasa de empleo del 43%.5 y la tasa de desempleo del 16.4% . En relación a los hombres vemos una tasa de actividad del 64.4%, una tasa de empleo del 56.3 % y una tasa de desempleo del 12.6%. Los datos nos muestran que siendo menos las mujeres que buscan empleo y que lo tienen, sin embargo, mayor tasa de desempleo que los hombres. También el trabajo a tiempo parcial tiene rostro de mujer, pues 3 de cada 4 personas con contrato a tiempo parcial son mujeres, lo que es lo mismo el 25.8% de las mujeres trabajan con contrato a tiempo parcial, frente al 7% de los hombres.
Quiero terminar hablando del acoso sexual y acoso por razón de sexo, realidades invisibilizadas y poco estudiadas, sin embargo, se estima que un 32% de las mujeres de la Unión Europea han sufrido algún episodio en el trabajo. Y a esto debemos hacerle frente cada día en cada centro de trabajo.
Por estas cuestiones que generan tanta desigualdad y malestar, pobreza y dolor en la vida de las mujeres. Nos sobran motivos, por ello desde CCOO PV decimos que todas y todos este 8 de marzo a la huelga feminista, todas y todas a ocupar las plazas y las calles, por la Igualdad.
Hola Afro, como estudiosa y feminista nos gustaría saber qué piensas de la alianza entre el sindicalismo y el feminismo...
El sindicalismo de clase nace de la defensa de la clase trabajadora. Y gran parte de su edificio teórico-práctico deriva de la aportación de obreras y sindicalistas organizadas desde inicios del sindicalismo: recordemos a Flora Tristán [1804 -1844] feminista y defensora de la clase trabajadora que en su programa Unión obrera, 1840, reclama que la emancipación de la clase trabajadora deba ir unida a la de las mujeres; recordemos también la huelga de las 1400 cerilleras de Bryant & May de Londres en 1888; la creación de la Liga de Sindicatos de Mujeres (WTUL), fundada en 1903 en EEUU, la fundación del sindicato de trabajadoras irlandesas, Irish Women Workers´ Union, fundado en 1914 y dirigido por Constanza
Markievicz, primera ministra en el mundo en 1919; la revolucionaria comunista Alexandra Kollontai fue la segunda en ocupar un ministerio y convocó el Primer Congreso de Mujeres Trabajadoras de toda Rusia; o las experiencias centroamericanas del Congreso Feminista en Yucatán, 1916, formado por más de 700 obreras, campesinas y profesoras o la huelga agrícola en Puerto Rico dirigida por la feminista sindicalista Luisa Capetillo, 1910, cuyo espíritu internacionalista quedó de manifiesto.
Begoña, en el marco de la íntima relación entre el feminismo y el sindicalismo de clase que nos han trasladado Afrodita, nos gustaría preguntarte ¿Qué piensas del feminismo académico y del feminismo de clase? y ¿Cómo valoras la relación entre ambos?
Interesa recalcar que el 8 de marzo no responde únicamente al macabro hecho industrial que abrasó a 123 trabajadoras textiles de Triangle Shirtwaist de Nueva York, sino a las teorías emancipatoria del XIX que se materializaron en acciones emprendidas a principios del XX por parte de mujeres sindicalistas, socialistas, comunistas y sufragistas. Definitivamente en la II Internacional de Mujeres Socialistas, 1910 en Copenhague, asistieron más de 100 delegadas de 17 países. Allí Clara Zetkin y Kathy Duncker, propusieron el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, estableciéndose así el 8 de marzo. En conclusión, el sindicalismo de clase y el feminismo han ido intrínsicamente unidos para transformar subordiscriminación en derechos para las mujeres trabajadoras.
Todos los feminismos comparten el objetivo de acabar con el patriarcado castrador y opresivo hacia las mujeres, pero este no tiene por qué ser el objetivo único de todos ellos, ni tan siquiera tienen que compartir diagnósticos ni estrategias. Precisamente por eso necesitamos ponerle apellidos a los feminismos, porque si no se pierden aristas reivindicativas y acostumbran a terminar en un feminismo blanco, occidental y burgués.
En mi opinión, el feminismo académico es necesario porque, desde el plano teórico, nos va descubriendo y desgranando capas y capas de patriarcado, mostrándonos hasta qué punto está enraizado y condicionando nuestra forma de vida. Los resultados de sus investigaciones, análisis y reflexiones nos indican hacia dónde dirigir la lucha feminista. Sin embargo, discrepo en que también intenten marcar su estrategia de acción como la única válida. Los feminismos, desde la sororidad, deben tener autonomía de lucha. Y todas ellas son legítimas y necesarias. Y todas ellas suman y hacen más fuerte al movimiento feminista. Para las que militamos en el feminismo de clase, la lucha contra el patriarcado no tiene sentido si no se vincula a la lucha de clases, puesto que la comunión entre capitalismo y patriarcado marcan inexorablemente la doble explotación que sufre la mujer trabajadora en el trabajo productivo y en el reproductivo. Desgraciadamente, después la interseccionalidad se encargará de acumular más y más desigualdades y discriminaciones (mujeres racializadas, mujeres lesbianas, mujeres transexuales, etc.) Ser mujer y de clase trabajadora son dos caras de la misma moneda, la opresión.
Y si las estrategias de lucha no deberían ser excluyentes ni marcar categorías dentro del movimiento feminista, me resulta especialmente dolorosa la incomprensión que por parte del hegemónico feminismo teórico-académico sufre el feminismo de clase. No parecen ser sensibles, desde su privilegiada atalaya, a que el feminismo de clase tiene abiertos varios frentes permanentemente, entre ellos que toda la clase trabajadora, en su conjunto, asuma como propios los objetivos feministas en todas sus dimensiones. Se nos reprocha que busquemos la alianza con nuestros compañeros de clase. Nosotras tenemos muy claro que no debe existir ninguna línea que divida a la clase trabajadora y menos entre hombres y mujeres. Nuestra lucha ha sido, es y será de todas y todos y contra todas las formas de opresión que sufrimos la clase trabajadora. Como ya he dicho, los feminismos deberíamos unir esfuerzos en una alianza común contra el patriarcado y no excluirnos ni categorizarnos por las estrategias que decidamos seguir de forma autónoma y legítima para ganar esta batalla.
Pilar, teniendo en cuenta el marco del feminismo de clase, y como trabajadoras y sindicalistas que nos encontramos cada día con las dificultades de las mujeres trabajadoras que tiene hijas/os, personas mayores y otros familiares a las que cuidar nos gustaría saber tu opinión sobre si ¿Consideras que la conciliación de la vida familiar, personal y laboral es un lastre para las mujeres trabajadoras en el desarrollo de su carrera profesional? ¿Está mal enfocada?
No es difícil valorar si la conciliación de la vida familiar, personal y laboral lastra la carrera profesional de las mujeres trabajadoras. Definitivamente si. Aunque si preguntásemos sobre conciliación, no obtendríamos una única respuesta ni pondríamos el acento en el mismo sitio. Probablemente para una mujer, pensaremos en conciliar la vida familiar, es decir, en gestionar su tiempo para atender a su familia. Tiempo que no dedicará a su conciliación personal, a la propia, a la social... Si además consideramos factores como la prolongación de jornadas o que estas son irregulares, hacen que muchas de nosotras hayan optado por dejar su trabajo temporal o definitivamente, generando periodos de no cotización y en los que sus compañeros continuarán incrementando méritos, antigüedad y experiencia; por suspender su formación... Nuestras carreras de cotización se acortan, nuestras pensiones se reducen.
¿Por qué la conciliación de la vida familiar recae, casi en exclusividad, en la mujer? ¿Por qué el cuidado es cosa de mujeres? ¿Por qué si la familia, a excepción de la monoparental, es cosa de dos nosotras conciliamos la vida familiar y ellos la personal? Algo no está bien. La conciliación, si no esta asentada sobre una fuerte base de igualdad entre géneros [incluida la igualdad salarial], es una terrible trampa que, con visos de modernidad, que perpetua a la mujer en el rol de cuidadora creando, además, la falsa ilusión de que ha sido por elección propia. En una sociedad igualitaria, es necesario que todos sus miembros sean corresponsables del cuidado de sus mayores y sus pequeños. Es la propia sociedad la que ha de procurar por el bienestar de todos sus integrantes de forma solidaria. Es el estado quien ha de proporcionar los medios para que esto se produzca y no lo haga recaer sobre una mitad de la sociedad.
Patricia, tal y como nos dice Pilar las mujeres seguimos asumiendo el rol de cuidadoras, y aun así seguimos aumentando la participación de las mujeres en las organizaciones relacionadas con el mundo del trabajo. Por ello, y tú como dirigente que eres de CCOO ¿Crees que las mujeres que llegamos a puestos de responsabilidad aportamos una forma diferente de dirigir la organización? ¿Qué aspectos aportamos?
Yo creo que cuando llegamos a puestos de responsabilidad aportamos una forma de trabajar más colectiva. Personalmente, quiero que se impliquen en el trabajo diario de la Organización las compañeras y compañeros de los diferentes sectores que integran la Federación de Servicios. Hacer un trabajo en equipo es primordial desde mi punto de vista.
Las mujeres, cuando llegamos a puestos de dirección, nos encontramos con varios obstáculos, algunos son autoimpuestos pero que al fin y al cabo es lo que se espera de nosotras y por lo tanto responde a una obligación social que es asumir el trabajo de cuidado familiar al desarrollo de una carrera de éxito laboral y otros también producto de la sociedad patriarcal y machista que presuponen que somos incapaces de asumir responsabilidades fuera del hogar. Esto hace que seamos más exigentes con nosotras mismas.
Una vez roto el techo de cristal, tenemos que demostrar cada día, en cada espacio, sin descanso nuestra valía a la hora de tomar decisiones y afrontar así la gestión de la Organización.
El liderazgo que nosotras ejercemos se caracteriza por la cooperación frente al individualismo y dirigimos en relación de igualdad frente a un orden jerárquico más característico del rol masculino.
Los aspectos que aportamos son:
>> Una forma de dirigir basada en lo racional y en lo emocional.
>> Avanzar en la valoración de la calidad en el trabajo realizado como parte importante de todo el proceso.
>> Resolver los problemas basándonos en la intuición y la empatía, es decir, en lo que ahora llamamos inteligencia emocional incorporada a nuestra capacidad de dirección.
>> Utilizamos el diálogo como instrumento mediador y de negociación constante.
>> Somos perseverantes a la hora de conseguir objetivos.
>> Damos solidaridad de género, quiero decir que en nuestro equipo directivo necesitamos mujeres y eso nos favorece a la hora de acabar con la desigualdad y la discriminación que sufrimos. Y generamos condiciones objetivas y modelos para que otras mujeres se incorporen en mejores condiciones a la organización.
Y María, ante estas diferentes cuestiones que se han planteado aquí y en términos generales ¿Cuáles crees que son hoy en día las prioridades de la agenda sindical de CCOO? ó ¿Cuáles deberían ser?
Tenemos que visibilizar en grande aquellas acciones que desde el sindicato en materia de igualdad vamos haciendo, los objetivos que tenemos marcados en nuestra agenda sindical, las realidades que tenemos día a día… CCOO marca objetivos en torno a la desigualdad, la precariedad y las violencias contra las mujeres, sabiendo también que cualquier tipo de desigualdad es una manifestación de violencia. Son constantes y permanentes los objetivos marcados en la exigencia de políticas de empleo que acaben con las brechas laborales, salariales, de protección social…, la eliminación de la desigual división sexual del trabajo, las políticas de corresponsabilidad, el igual acceso a puestos de responsabilidad y de poder, la educación igualitaria, la renta mínima garantizada... todos aquellos objetivos que día tras día nos guían nuestra acción… todos estructurales, todos. Como la violencia que todavía tenemos en este sistema patriarcal en el que vivimos, una violencia que está inmersa en nuestro alrededor. Desde CCOO, combatir las violencias machistas es también objetivo prioritario: evidenciar, denunciar, exigir el máximo y contundente esfuerzo político para eliminar toda manifestación de violencia contra las mujeres…
Objetivo prioritario a mi entender, el frenar de manera real el acoso a las mujeres en todos los ámbitos de la vida, y en nuestro caso, en los centros de trabajo. El acoso sexual y el acoso por razón de sexo sigue siendo un terreno en el que, ante las dificultades que tenemos en su justa resolución, es imprescindible abordar.
Objetivo prioritario también, la mejora de las condiciones laborales y sociales de las mujeres que están en sectores con un nivel de precariedad vergonzosamente altos: empleadas del hogar, camareras de piso, auxiliares de ayuda a domicilio… mujeres con contrataciones parciales con un poder adquisitivo que las sitúa en el umbral de la pobreza o en la pobreza misma…
Objetivo prioritario, seguir teniendo un carácter internacionalista y no dejar de actuar sin hacernos nuestras las situaciones de discriminación de las mujeres en todo el planeta, somos una gran organización y nos debemos plantear seguir trabajando de forma constante todos aquellos objetivos que permitan acabar todas las opresiones que tan difícil nos hacen la convivencia a las mujeres en especial y a los hombres en general.