Masculinidades no violentas y corresponsables RESULTADOS GENERALES
Protección y asistencia humanitaria para personas afectadas por el conflicto armado
y la compleja crisis venezolana en Colombia. TEJIENDO PUENTES DE VIDA
La diferencia biológica incide en la fortaleza y vigorosidad para el ejercicio de determinadas actividades.
Es síntoma de debilidad el tacto y la sensibilidad en hombres. Las emociones son tomadas como fragilidad.
El rol del hombre wayúu tiene un estatus representativo.
Es visto como proveedor y protector del hogar.
Quienes no cumplan son flojos, irresponsables, tildados como menos hombres y discriminados.
No cumplir con el prototipo o expectativas como hombre, surgen sentimientos de impotencia y tristeza.
Diferencias en la manifestación de los sentimientos. Para el grupo que recibió formación no tiene género y es algo natural, quienes no, es un síntoma de debilidad.
Masculinidad y crianza
La construcción de una buena crianza radica en la comunicación, comprensión y respeto.
La paternidad afectiva es acertada y fortalece la relación entre padres e hijos.
Ser afectivo, constituye una crítica de la sociedad es vista como un débil ejercicio de autoridad de padre, se origina en razón a las conductas machistas de dominio, celos y control. Admiten que no son afectivos por ideas y conceptos arraigados, son mal vistos.
El criterio de crianza varía, se nota una nueva perspectiva de la no procreación como alternativa.
Si un niño recibe paternidad afectiva, no necesariamente se desarrolla homosexual.
3.
Entrevistas con hombres entre los 13 y 50 años.
Uribia - Guajira
La masculinidad es propia de la personalidad del hombre y es una forma de representación social y de lo personal. El rol del hombre wayúu radica en cuidar a su familia, ser el sustento económico y ser respetado. En cuanto al sexo es un rasgo de identidad biológico. Existen diferencias en las definiciones de sexo y género. La percepción del grupo que si tuvo formación fue más clara y amplia. Quienes no, guardaron silencio y dieron respuestas difusas.
Asignación de roles
La cultura wayúu ha cambiado en los usos y costumbres, ahora existe un matiz occidental que distorsiona la identidad, debilitando su función social.
Existe discriminación si se evidencia que alguno de los géneros utiliza elementos del otro.
Si una mujer se ve con prendas de hombre, es discriminada.
Para quienes recibieron formación, no existe problema en que una mujer ejerza todo tipo de labor, incluso si sobrepasan su capacidad física.
Para el grupo que no recibió formación puede hacerlo mientras tenga permiso de su cónyuge.
Nuevas formas de relacionamiento
La reconceptualización ahora resulta más accesible porque existen las herramientas. Sin embargo, para unos es difícil y para los otros es más llevadero.
Deconstrucción de la masculinidad
Para el grupo que no ha recibido formación es extraño. 4.
Realizar actividades de cuidado no define la orientación sexual. En cuanto al fortalecimiento de la masculinidad NO hegemónica, el grupo con formación alude a que, solo mediante la educación se lograría. En las escuelas no enseñan este tipo de conceptos.
El reconocimiento de la belleza de otro hombre no es negativo, es aceptado siempre que se haga de forma prudente.
Reconocen las emociones como parte de la cotidianidad y la incorporación de salud mental, amor, empatía y comprensión.
Señalan que los escenarios de socialización pueden favorecer la construcción de roles igualitarios.
Las nociones que se emitieron son producto de la forma y costumbres en la que fueron criados.
Las actitudes y patrones de conductas están arraigadas en el contexto como positivas y negativas de asignación específica de género.
Difieren en el relacionamiento. Quienes recibieron formación dicen que deberían ser iguales. Afirman que, si las personas se quieren, no debe importan el sexo al que pertenecen. Quienes no, dicen que está mal identificarse con una orientación sexual diferente a la establecida por su sexo.