“Los Diez Mandamientos Mortuorios” Un embalsamador dijo… I.
Padre, ilumina mi mente, a ti encomiendo mis manos, para atenuar el dolor de quienes a mi han confiado su ser querido.
II.
Procede con quien yace ante ti, con el respeto para tus padres, con el amor para tus hijos y que al concluir, tengas tu conciencia libre porque solo así podrás ofrecer paz mental.
III.
Valoriza tu compromiso, que es salvaguardar la salud de todos, ante todo. Que sean tus hábitos, la organización, la higiene, la antisepsia y la esterilización.
IV.
Demuestra y vive con decoro en tu proceder, postula perenemente un ejemplo moral y ético en cuanto a tu quehacer.
V.
Supérate ante los retos, ensaya, improvisa, sueña la creatividad y aplícala en tus tratamientos. Se humilde y siempre aprenderás.
VI.
Atesora el secreto de oficio, se discreto. No es para compartir, es para heredarlo por quien aspire a ser mejor que tu y que yo. Después de todo, recuerda que algún día, será el estudiante que persevera, quien ocupara nuestro lugar.
VII.
Como profesional orienta, no divulgues innecesariamente nuestra práctica fuera del entorno científico mortuorio o tanatopractico, podría tergiversarse y créeme con sensacionalismo.
VIII.
Recuerda y reflexiona siempre, sobre tus tratamientos más complejos, es decir estúdialos. Memoriza solo los mejores, no te crezcas en tus fortalezas, acrecentante en tus debilidades.
IX. X.
Respeta el ego de tus colegas y veras que no será padecido por ti. Respeta y serás respetado. No escatimes nunca conocer, adquiere siempre mas, la búsqueda del conocimiento nunca cesa.
No escatimes en tu dedicación, olvídate de las horas. No escatimes nunca en
materiales, en equipo, en fin… en invertir.
Porque al escatimar, traicionaras nuestro
juramento y te traicionaras a ti mismo y solo tienes una oportunidad en cada tratamiento, que es decir que tendrías más que perder, que ganar.
Por José Manuel López Moa Ponce, Puerto Rico