EVALUACIÓN DE IMPACTO DEL PROGRAMA DE VIVIENDA DE EMERGENCIA DE TECHO-ARGENTINA
INFORME FINAL
PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO SOBRE DESARROLLO HUMANO E INCLUSIÓN SOCIAL FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS/ FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
julio de 2016
La evaluación de impacto de TECHO se realizó a partir de una alianza entre el Centro de Investigación Social de TECHO-Argentina y el Programa Interdisciplinario sobre Desarrollo Humano e Inclusión Social de la Pontificia Universidad Católica Argentina.
Equipo de la UCA:
Equipo del CIS-TECHO:
Ann Mitchell (Coordinador)
Marina Morgan
Jimena Macció (Investigador)
Christina Buetzer
Diego Mariño Fages (Becario)
Ignacio Gregorini
Ana Daher (Becaria)
Esteban Fernández
Paula Araujo (Becaria) Paula Donaldson (Becaria) Verónica Paz Soto Pimentel Agustina Zapiola
Coordinadores del trabajo de campo: Nicolás Tognella Fabián Solano Balderrama
Alumnos de la UCA: Pedro Martinez Bruera Agostina Loro Meyer Neryna Daga Giudice
Melina Guevara Gaspar Martin Verónica Paz Soto Pimentel Otros voluntarios de TECHO
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Agradecimientos Se agradecen los comentarios y sugerencias brindados por las siguientes personas a lo largo del proyecto: Isidro Aduriz, María Laura Alzua, Francisco Ciocchini, James Copestake, Severine Deneulin, Mercedes di Virgilio, Cythia Goytia, Patricio Millán, Ricardo Murtagh, Mariano Rabassa, Agustin Salvia, Guido Simonelli y Daniel Vigo. Asimismo, agradecemos los comentarios de participantes anónimos que asistieron a los siguientes seminarios en los que se presentaron resultados preliminares de la evaluación: la Reunión sobre barrios precarios en las metrópolis argentinas y seminarios realizados en la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA y el Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad de Bath, Reino Unido. Nuestro agradecimiento también a las autoridades de la Pontificia Universidad Católica Argentina por su apoyo al proyecto y en particular a la Decana Alicia Caballero y el ex-Decano Carlos Garaventa.
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EVALUACIÓN DE IMPACTO DEL PROGRAMA DE VIVIENDA DE EMERGENCIA DE TECHO INFORME FINAL
Introducción ...................................................................................................................... 4 1.
Objetivos de la investigación ............................................................................. 5
2.
El Programa de vivienda de emergencia de TECHO......................................... 6
3.
Antecedentes ...................................................................................................... 9
3.1
El déficit habitacional en Argentina .................................................................. 9
3.2
La relación entre la vivienda y el bienestar ..................................................... 10
3.3
Evaluaciones de impacto de programas de vivienda ....................................... 12
3.4
Antecedente de evaluación de impacto de TECHO ......................................... 14
4.
Metodología ..................................................................................................... 15
4.1
Las Encuestas de vivienda de TECHO ............................................................ 16
4.2
Caracterización de los asentamientos informales relevados ............................ 18
4.3
Dos métodos de medición de impacto ............................................................. 22
4.3.1
Comparación antes y después .......................................................................... 24
4.3.2
Comparación entre tratamiento y control ........................................................ 25
5.
Resultados ........................................................................................................ 32
5.1
Formas de uso de la vivienda de TECHO y composición del hogar ............... 32
5.1.1
Formas de uso de la vivienda de TECHO ........................................................ 32
5.1.2
Composición del hogar .................................................................................... 34
5.2
Características de la vivienda .......................................................................... 37
5.2.1
Tamaño de la vivienda ..................................................................................... 37
5.2.2
Calidad de la vivienda...................................................................................... 38
5.3
Indicadores de impacto .................................................................................... 42
5.3.1
Privacidad ........................................................................................................ 42
5.3.2
Sueño ............................................................................................................... 43
5.3.3
Salud ................................................................................................................ 45
5.3.4
Seguridad ......................................................................................................... 46
5.3.5
Actividades en la vivienda ............................................................................... 47
5.3.6
Relaciones interpersonales ............................................................................... 47
5.3.7
Estado de ánimo y percepción de bienestar ..................................................... 48
5.4
Las voces de los participantes .......................................................................... 50
Conclusiones................................................................................................................... 56 Bibliografía ..................................................................................................................... 60 3
Introducción TECHO es una organización social que impulsa un proceso de fortalecimiento de la comunidad, considerando al desarrollo comunitario como el eje transversal del trabajo en asentamientos informales. Se fomenta el desarrollo comunitario a través de la conformación de mesas participativas de las cuales se desprenden programas como la construcción de viviendas de emergencias, capacitaciones en oficios, desarrollo de emprendedores (microcréditos productivos), espacios de educación (apoyo escolar y juegotecas para niños, talleres para adolescentes) y proyectos de soluciones definitivas referidas al hábitat adecuado (regularización dominial, servicios básicos, infraestructura de ciudad y vivienda completa). La organización, empezó en Chile en 1997 y ahora trabaja en 19 países de América Latina y el Caribe. Desde su comienzo en el año 2003, TECHOArgentina ha construido más de 10.500 viviendas y actualmente tiene sedes en nueve provincias.1 A diez años del inicio de sus actividades en el país, TECHO Argentina inició un proyecto de evaluación de impacto de su programa local de vivienda de emergencia. Esta investigación apunta a comprender en qué medida y de qué manera la vivienda provista por TECHO contribuye a mejorar la calidad de vida de las familias beneficiadas y a aportar información que permitirá a la organización mejorar la efectividad del programa. El Centro de Investigación Social de TECHO encara el proyecto en forma conjunta con el Programa Interdisciplinario sobre Desarrollo Humano e Inclusión Social de la Pontificia Universidad Católica Argentina. La estructura del informe es la que sigue. La primera sección delinea los objetivos de la evaluación. La segunda sección describe el Programa de vivienda de emergencia de TECHO. La tercera sección resume la literatura sobre el déficit habitacional en Argentina, la evidencia empírica sobre la relación entre la vivienda y el bienestar y los resultados de otras evaluaciones de impacto de TECHO. La cuarta sección describe la metodología de la evaluación de impacto, incluyendo los instrumentos de recolección de datos y los métodos de medición de impacto. La quinta sección presenta los resultados. En las conclusiones se sintetizan los principales resultados de la investigación.
1
Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Corrientes, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Fe y Tucumán.
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1.
Objetivos de la investigación El objetivo general de esta investigación es evaluar el impacto del programa de vivienda
de emergencia de TECHO-Argentina en el bienestar de los hogares beneficiados. De este objetivo principal se desprenden varios objetivos específicos. En primer lugar, la investigación busca profundizar el conocimiento tanto de las características demográficas, sociales y económicas de los hogares que participan en el programa como de las características y modo de uso de las viviendas existentes en los asentamientos informales. Este análisis permitirá también determinar la efectividad de la focalización del programa, es decir, en qué medida atiende o no a los beneficiarios previstos. En segundo lugar, la evaluación busca ampliar el conocimiento sobre el proceso de adaptación de los hogares a la vivienda de TECHO y sobre la percepción de los beneficiarios acerca de este proceso. Entre las preguntas que se espera responder se incluyen: ¿Qué medidas suelen tomar los hogares para facilitar la adaptación a la nueva vivienda? ¿Qué problemas surgen en el proceso de adaptación? ¿Qué es lo que más valoran los hogares de la vivienda de TECHO? Se estudiará asimismo cómo el uso que la familia le da a la nueva vivienda varía según la composición de la familia y sus necesidades específicas. En tercer lugar, la evaluación busca cuantificar el impacto del programa en distintas dimensiones de la vida familiar. A partir de la aplicación de métodos rigurosos de evaluación de impacto se medirá la magnitud y significancia estadística del impacto en indicadores de privacidad, salud, calidad de sueño, seguridad, relaciones interpersonales, actividades en la vivienda, estado de ánimo y percepción de bienestar. Se busca obtener así una validación objetiva y externa sobre la efectividad del programa en la mejora de las condiciones de vida de los hogares beneficiados. Se espera que la investigación aporte información de utilidad para mejorar la efectividad del Programa de vivienda de emergencia. Es decir, para focalizar el programa en las personas que más lo necesitan, para ajustar el diseño de la vivienda de TECHO a las necesidades de las familias e identificar otros aspectos del programa a mejorar. Esta es la principal motivación de la organización TECHO-Argentina para llevar adelante el proyecto.
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2.
El Programa de vivienda de emergencia de TECHO El Programa de vivienda de emergencia de TECHO2 consiste en la provisión de una
casa transitoria de 18 metros cuadrados a familias en situación de extrema precariedad habitacional. La vivienda está hecha de paneles de madera prefabricados y techo de chapa y se apoya sobre 15 pilotes de madera que la protegen de la humedad proveniente del suelo (Figura 1). El aislante del techo mejora el aislamiento térmico y acústico de la vivienda. El programa no provee agua corriente, instalaciones sanitarias o eléctricas. Finalmente, la vivienda de TECHO se adapta a distintas circunstancias. En algunos casos, se han unido más de una vivienda de TECHO para satisfacer las necesidades de familias numerosas (Figura 2) y la mayoría de los hogares realizan mejoras posteriores en la vivienda, agregando instalaciones eléctricas, separaciones, ampliaciones, escaleras, ventanas, etc. (Figura 3). Las viviendas de emergencia apuntan a proveer una mejora inmediata en la calidad de la vivienda (aislándolo del frío, calor, viento y lluvia), reducir el hacinamiento y proveer mayor dignidad y bienestar general de las familias (TECHO, 2012). Entre los resultados previstos por el programa se encuentran: mejoras en la calidad del sueño, un aumento de la seguridad, la privacidad y la percepción del bienestar y reducciones en la incidencia de enfermedades, el grado de conflicto en el hogar y el estrés asociado con la vivienda. Es posible que los resultados mencionados, a su vez, puedan influir positivamente en otros aspectos de la vida de los miembros del hogar como la educación, la participación laboral, la sociabilidad y las oportunidades para realizar actividades con y sin fines de lucro dentro de la vivienda. El programa de vivienda se desarrolla de acuerdo con el siguiente proceso. Primero, la organización localiza los asentamientos informales a partir del rastrillaje de cada localidad, del Informe de Relevamiento de Asentamientos Informales realizado en el 2013, así como también de la información provista por Municipalidades y otras organizaciones de la sociedad civil.
2
Otras organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el mejoramiento habitacional en Argentina son Vivienda Digna, Caritas, FOVISEE, Madre Tierra, Mujeres 2000 y la Fundación Provivienda Social.
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Figura 1: La vivienda de TECHO
Figura 2: Uniรณn de dos viviendas de TECHO
Figura 3: Una vivienda de TECHO mejorada
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Segundo, se convoca a la comunidad a una asamblea dónde se realiza una presentación informativa de TECHO. Este encuentro tiene como objetivo transmitir y explicar cuál es el modelo de trabajo, los programas que TECHO desarrolla, y pedir el consentimiento de la comunidad para trabajar allí. TECHO generalmente focaliza su programa de vivienda en los asentamientos informales más vulnerables de cada localidad. Luego,
se
hace
el
proceso de detección y asignación. Para esto se aplica una encuesta de caracterización de hogares a las familias que viven en el barrio para relevar información sobre la estructura del hogar, las características de la vivienda, la condición económica del hogar y el acceso a los servicios básicos.3 TECHO intenta focalizarse en las familias que tienen mayores problemas habitacionales para realizar la encuesta necesaria para comenzar el proceso de asignación, aunque también visita a cualquier familia que lo solicite. La información recolectada es sistematizada y empleada en conjunto con información cualitativa para clasificar los hogares según su nivel de necesidad y urgencia (baja, media-baja, media-alta y alta). Las variables más importantes a la hora de seleccionar a los hogares para el programa son el hacinamiento, la calidad de la construcción, los problemas de salud de los miembros del hogar, la convivencia de distintos núcleos familiares 4 y el nivel socioeconómico. Los hogares que son clasificados con necesidad media alta o alta son elegibles para el programa. Las familias que deciden participar5 deben firmar un acta de compromiso, comprometiéndose a cumplir con ciertas obligaciones6 y a realizar un pago que no supera el 10% del costo de la vivienda antes de la fecha de la construcción7. Grupos de entre 4 y 8 voluntarios construyen las viviendas durante un fin de semana en forma conjunta con las familias asignadas.
3
Al menos dos voluntarios diferentes realizan dos o tres visitas posteriores a cada hogar para comprobar la información recolectada en la encuesta, así como también para relevar información cualitativa adicional. Generalmente el tiempo que transcurre entre que los voluntarios de TECHO hacen el primer contacto con la familia y la construcción de la vivienda es de alrededor de seis meses. 4 Se considera núcleo familiar a los padres o tutores y sus hijos menores a cargo. Se considera dos núcleos, por ejemplo, a los padres con un hijo soltero y otro hijo con su pareja. La relación de parentesco se define con respecto al referente entrevistado, que en la mayoría de los casos es la madre u otro miembro femenino con conocimiento sobre los miembros del hogar. 5 Casi todas las familias seleccionadas deciden participar en el programa. Una pequeña proporción no reciben la vivienda por incumplimiento de alguno de los requisitos. 6 Los otros compromisos incluyen: limpiar y adecuar el terreno donde se construirá la vivienda, asistir a tres asambleas previo a la construcción y participar en la construcción de la vivienda (según las posibilidades de cada familia). 7 El monto equivale a entre 16-18% del valor de la Canasta Básica Total (correspondiente a la línea de pobreza para una familia tipo) que construye el CIPPES (http://www.cippes.org/). Se calcula el valor de la CBT usando los precios de los almacenes y supermercados barriales.
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Otra característica del proceso de desarrollo del programa de vivienda de TECHO es que, por las limitaciones de recursos humanos, la organización no siempre actúa simultáneamente sobre todo el barrio. Cuando el barrio es grande, el equipo de detección suele actuar primero en un sector del barrio y luego en otro. Por esta razón, no se espera que los hogares que reciben la vivienda en etapas sucesivas de un mismo barrio sean necesariamente más o menos pobres que los de las etapas anteriores. La nueva vivienda se construye dentro del terreno donde la familia reside.8 Esta característica del programa permite a la familia seguir viviendo en la misma comunidad, evitando el desarraigo y la ruptura de los vínculos sociales y comunitarios—lo cual constituye una de las críticas frecuentas a los programas públicos de reubicación de los habitantes de los asentamientos informales a proyectos de vivienda pública. Asimismo, a diferencia de los programas públicos, la participación plena de la familia en la adecuación del terreno y la construcción de la vivienda podría también contribuir a ampliar su agencia, lo cual sería un impacto adicional del programa.9 Existen también, sin embargo, limitaciones potenciales de este modelo de intervención. Al quedarse en el mismo barrio las familias no mejoran su acceso a agua, cloacas, gas y otros servicios públicos. Por otra parte, cuando el tamaño del terreno es reducido, la construcción de otra edificación en el mismo lugar podría agravar el grado de amontonamiento. 3.
Antecedentes
3.1
El déficit habitacional en Argentina Millones de familias argentinas habitan en viviendas que no proveen un resguardo
adecuado. Según el Censo Nacional de 2010, de los cerca de 12 millones de hogares del país, 4,1 millones habitan en viviendas que deben ser reparadas o ampliadas y 515 mil en hogares irrecuperables. El 43% de la población no dispone de desagües cloacales, el 16% carece de agua corriente y el 44% de redes de gas. Cerca de 1,5 millones de familias tienen inseguridad en la tenencia de sus viviendas o de los terrenos donde las mismas están construidas (SDUV, 2011). La población que vive en asentamientos informales—las urbanizaciones que albergan la mayor concentración de familias en situación de precariedad habitacional—ha
8
En algunas instancias es necesario desarmar una parte o toda la casa anterior para dejar espacio adecuado para la construcción de la vivienda de TECHO. 9 Aquí la agencia refiere a “aquello que una persona, como agente responsable, tiene la libertad de hacer y lograr en búsqueda de las metas o valores que él o ella considere importantes” (Sen, 1985:203-4).
9
aumentado marcadamente durante los últimos 30 años. El porcentaje de la población que habita en asentamientos informales en el Conurbano Bonaerense, por ejemplo, pasó de 4,3% en 1981 a 10,1% en 2006 (PNUD, 2009) y la evidencia disponible indica que esta tendencia sigue hasta el día de hoy (TECHO, 2011 y 2013). Un relevamiento exhaustivo realizado en 2013 en siete territorios de la Argentina10 identificó un total de 1834 asentamientos informales que alojan aproximadamente 538 mil familias (TECHO, 2013). La Provincia de Buenos Aires es el territorio con la mayor concentración de barrios precarios. El 57% de los asentamientos informales y el 62% de las familias que viven en ellos se sitúan en esta provincia, una jurisdicción que contiene aproximadamente el 40% de la población total del país.11 Los motivos que se encuentran detrás de esta proliferación de los asentamientos informales en la Argentina son complejos y de larga data.12 La proliferación de los asentamientos informales en la Argentina—y en toda América Latina—se encuadra dentro de un contexto global de crecimiento de las urbanizaciones informales. En 2012, UN-Habitat estimó que 863 millones de personas (33% de la población urbana global) residían en urbanizaciones informales, en comparación con 760 millones en 2000 y 650 millones en 1990 (UN-Habitat, 2013). Mientras que algunos autores perciben que el crecimiento de los asentamientos informales forma parte de una etapa transitoria del proceso de desarrollo en el cual los residentes de las áreas rurales emigran a las ciudades en busca de una vida mejor (Glaeser, 2011), otros argumentan que su crecimiento responde a múltiples fallas de mercado y de gobierno, y a una “trampa de pobreza” que ocurre cuando las condiciones insalubres impiden la acumulación de capital humano y el progreso (Marx, Stoker y Suri, 2013). 3.2
La relación entre la vivienda y el bienestar Una vivienda adecuada protege a las personas de las temperaturas extremas, de la
humedad, del viento y de la lluvia. Provee un hogar, un espacio de acogimiento y encuentro entre sus miembros. Brinda protección y seguridad. Si bien existe una percepción generalizada de que la vivienda aporta diversos beneficios sociales, ¿Qué evidencia
10
La población que habita en estos territorios representa el 60% de la población total del país. Según el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 15.625.084 personas viven en la Provincia de Buenos Aires y 40.117.096 en el país (INDEC, 2010). 12 Se pueden mencionar la incapacidad de adquirir una vivienda a través del mercado por el bajo nivel de ingreso de un amplio sector de la población, el acceso inadecuado a crédito, la baja oferta de vivienda económica y sobre todo la falta de planificación y regulación adecuada sobre el uso del suelo urbano (Wagner, 2012:70). 11
10
empírica existe sobre la relación entre la vivienda y el bienestar? ¿En qué aspectos o dimensiones puede analizarse este efecto? El beneficio social de la vivienda que ha sido más estudiado es el de la salud. Esta literatura suele estudiar el efecto patológico de algún aspecto de la vivienda, como la ventilación inadecuada, la construcción riesgosa, el uso de materiales inadecuados o la infestación con roedores o insectos (Newman, 2008: 900). Se ha demostrado, por ejemplo, que existe una asociación entre la humedad, los hongos y los sistemas de calefacción deficientes en los problemas respiratorios de los niños (Peat et al., 1998; Brunekreef, et al., 1989; Williamson et al., 1997). Una investigación realizada en San Pablo, Brasil encontró una asociación entre los problemas respiratorias vinculados con el asma y la calidad de la vivienda (Benicio et al., 2004). Los efectos nocivos del humo pasivo (especialmente en ambientes mal ventilados), las lesiones causadas por incendios o las caídas en altura y las alergias y enfermedades crónicas generadas por la exposición a pintura con plomo son otros de los riesgos que las viviendas deficitarias imponen sobre la salud y que han sido documentados en la literatura (Krieger y Higgins, 2002). También existe evidencia de una relación inversa entre la calidad de la vivienda y el malestar psicológico (Krieger y Higgins, 2002). La vinculación se debe tanto a los efectos directos de la mala ventilación, el ruido, la exposición excesiva a la luz, la preocupación y la estigma por vivir en una vivienda deficiente, como por los efectos indirectos, por ejemplo, cuando las características de la vivienda disminuyen la percepción del autocontrol o impiden el desarrollo de relaciones interpersonales de apoyo (Evans, 2003). Asimismo, diversos estudios han demostrado una relación positiva entre la calidad de la vivienda e indicadores de auto-percepción de bienestar (Matte y Jacobs, 2000). El hacinamiento, además de favorecer la propagación de enfermedades (Webb et al., 1994; Fonseca et al., 1996; Murtagh et al., 1993), también puede producir otros efectos negativos en la calidad de vida. La literatura teórica tiende a enfatizar dos aspectos negativos del hacinamiento: el exceso de estímulos (luz, ruido, obligaciones sociales) y la falta de privacidad (Gove, Hughes y Galle, 1979). Ambos problemas pueden generar conflictos entre los miembros del hogar y producir malestar psicológico debido a la falta de espacio. La evidencia indica que tanto los adultos como los niños experimentan los efectos psicológicos adversos del hacinamiento (Evans, 2003). En los asentamientos informales, las diversas condiciones habitacionales adversas (hacinamiento, vivienda precaria, acceso inferior a los servicios públicos, medioambiente 11
insalubre, etc.) tienden a conjugarse para producir resultados de salud peores que en otras áreas urbanas (Unger y Riley, 2007). Estudios realizados en Brasil y Sudáfrica han demostrado que la incidencia de lesiones asociadas con la vivienda precaria y otros problemas ambientales es más alta en los urbanizaciones informales que en otros entornos (Barlett, 2002). Un relevamiento comunitario realizado en una favela de Brasil aportó evidencia sobre la incidencia elevada de enfermedades infecciosas y crónicas en la población y demostró que las estadísticas basadas en información hospitalaria o del sector de salud formal tienden a subestimar la incidencia de enfermedades en los pobladores de los asentamientos, porque ellos tienden a solicitar ayuda médica solo cuando se desarrollan complicaciones más severas de las enfermedades (Unger y Riley, 2007). Encontraron que las enfermedades más frecuentes en la comunidad eran hipertensión, diabetes, asma, lesiones, enfermedades mentales, enfermedades infecciosas, como leptospirosis, y las complicaciones vinculadas con el abuso de alcohol y drogas. Existe también evidencia sobre la asociación entre la calidad del sueño y la vivienda deficitaria (Cardinali et al., 2014; Simonelli et al., 2015). Las viviendas que no ofrecen una aislación adecuada del ruido, frío, calor, lluvia y viento pueden generar problemas para conciliar el sueño, interrumpirlo o incluso hacer que las personas tengan que levantarse de noche para proteger la vivienda en casos de lluvia intensa o tormenta. La calidad del sueño también puede estar influenciada por el hacinamiento de camas. La literatura además constata que el sueño ocurre cuando uno se siente suficientemente seguro como para bajar el nivel de alerta (Simonelli et al., 2015). A su vez, las personas que no duermen suficiente son más propensas a tener enfermedades crónicas como enfermedades cardiovasculares, diabetes, depresión y obesidad (Buxton y Marcelli, 2010; Strine y Chapman, 2005). Los efectos de la vivienda en la salud física y mental, la privacidad, la seguridad y la calidad del sueño pueden a su vez influir en el alcance de otros objetivos económicos y sociales, como la asistencia y el rendimiento escolar, la participación laboral, el nivel de ingreso y las relaciones interpersonales.13 3.3
Evaluaciones de impacto de programas de vivienda Si bien en la sección anterior se ha presentado amplia evidencia sobre la asociación
entre la vivienda y distintas dimensiones de bienestar, ha sido relativamente más difícil
13
El asma, por ejemplo, es una de las causas más frecuentes de la no asistencia escolar (Matte y Jacobs, 2000).
12
demostrar que las políticas y los programas que procuran mejorar la vivienda producen mejoras en la calidad de vida (Thomson et al., 2001). Por un lado, esto se debe a que la estrecha relación entre la situación socioeconómica del hogar y la calidad de la vivienda hace difícil desenredar el efecto de la vivienda del efecto de otras características sociales. Por otro lado, aún en el caso de poder demostrar que existe una relación causal entre los problemas de la vivienda y la calidad de vida, esto no implica que inversiones en la vivienda necesariamente producirán los efectos deseados.14 Las evaluaciones de impacto experimentales y cuasi-experimentales realizadas durante los últimos diez años aportan un avance importante en la cuantificación del efecto causal de los programas de mejoramiento de vivienda en el bienestar. Uno de los primeros estudios en utilizar una metodología experimental para medir el impacto de un programa de vivienda es el programa Moving to Opportunity (“mudarse a la oportunidad”) de los Estados Unidos que asignaba cupones en forma aleatoria a familias monoparentales que vivían en barrios de vivienda pública con alta incidencia de pobreza. Un tercio de las familias recibió un cupón para comprar una vivienda en cualquier lugar de la ciudad, un tercio recibió un cupón para comprar una vivienda solo en un barrio con baja incidencia de pobreza y un tercio (el grupo de control) no recibió nada. Katz et al. (2001) encontraron que los destinatarios del programa experimentaron mejoras en la seguridad, la salud física de los niños y adultos, la salud mental de los jefes de hogar y una reducción en los problemas de comportamiento entre los varones. No encontraron un impacto en el ingreso o el empleo. Kling et al. (2007), que utilizaron información del mismo experimento, encontraron, cinco años después de la implementación del programa, mejoras en la salud mental de los adultos (angustia, depresión, ansiedad, tranquilidad y calidad del sueño); en la educación, en la salud mental y en el comportamiento riesgoso de las mujeres jóvenes. Sin perjuicio de lo anterior, también encontró incrementos en los problemas de comportamiento entre los varones jóvenes. Una evaluación impacto de un programa público mejicano que reemplazó pisos de tierra por cemento encontró que la intervención produjo una reducción en la incidencia de parasitosis, diarrea y anemia; una mejora en el desarrollo cognitivo de los niños; mejoras
14
Este argumento proviene de Thomson et al. (2001) que brinda ejemplos de intervenciones en salud potencialmente beneficiosas que en la práctica no han producido el impacto deseado. Un ejemplo proveniente de una temática diferente es que, a pesar de que existe amplia evidencia sobre la relación entre la baja actividad física y las enfermedades cardiovasculares, no se ha presentado evidencia contundente sobre la efectividad de las intervenciones para promover la actividad física entre las personas inactivas.
13
en indicadores de satisfacción con la vivienda y percepción de la calidad de vida y reducciones en la prevalencia de depresión y estrés en los adultos (Cattaneo et al., 2009). Existe asimismo una literatura creciente sobre el impacto de mejoras en otros aspectos del hábitat muchas veces provistos en forma conjunta con la vivienda, como los servicios residenciales, los títulos de propiedad y las condiciones ambientales, así como también evaluaciones de programas integrales de mejoramiento de los asentamientos informales.15 Devoto et al. (2011), por ejemplo, muestran que la provisión de crédito para la instalación de conexiones domiciliarias de agua en Marruecos incrementó el tiempo para actividades de ocio y redujo el conflicto en el hogar, pero no produjo mejoras en la salud o el ingreso. Se ha demostrado que programas de provisión de títulos de propiedad pueden reducir el tiempo dedicado a la vigilancia de la vivienda y aumentar el tiempo destinado a actividades laborales y de ocio fuera del hogar (Field, 2007), aumentar las tasas de fertilidad (Field, 2003), elevar la inversión en la vivienda y reducir el tamaño del hogar (Galiani y Schargrodsky, 2010) y alterar las creencias acerca del valor del mercado (Di Tella et al., 2007). Existe también evidencia del impacto de mejoras en la vivienda sobre la educación (Goux y Maurin, 2005; Rosero, 2012; Kast, 2009). 3.4
Antecedente de evaluación de impacto de TECHO En 2013 la oficina central de TECHO presentó, en conjunto con el Abdul Latif Jameel
Poverty Action Lab, los resultados de un estudio de evaluación de impacto de sus programas de vivienda de emergencia en El Salvador, México y Uruguay (Galiani et al., 2014). Este estudio utilizó una metodología de evaluación experimental en la cual los hogares elegibles para recibir una vivienda fueron asignados en forma aleatoria a los grupos de tratamiento y de control.16 Se aplicó una encuesta de línea de base a todos los hogares participantes aproximadamente un mes antes de recibir la vivienda y luego una encuesta de seguimiento entre 19 y 29 meses después de la construcción. Una empresa consultora especializada realizó las encuestas.17 El estudio encontró un efecto de la vivienda de TECHO en la satisfacción con la vivienda y la percepción de calidad de vida y de la seguridad. También obtuvieron evidencia de una reducción en la incidencia de diarrea en los niños en El Salvador y 15
Ver Jaitman y Brakarz (2013) para una revisión de esta literatura. Dentro de cada asentamiento, todos los hogares tenían la misma probabilidad de ser asignados al grupo de tratamiento, pero no fue necesariamente así entre los asentamientos. 17 Las tasas de atrición (porcentaje de hogares perdidos porque se mudaron fuera de los asentamientos) fueron entre 5,5 y 7% en el grupo de tratamiento y 6,3 y 8,7% en el grupo de control. 16
14
México, aunque este efecto fue estadísticamente significativo solo al nivel 10%. No encontraron ningún efecto en las inversiones complementarias en la vivienda, la posesión de bienes durables, la composición del hogar, la incidencia de robos, la fertilidad, el ingreso per cápita o la participación laboral. Por otra parte, el valor absoluto del efecto en las distintas variables en la mayoría de los casos fue más grande en El Salvador que en México y Uruguay debido a que las familias que obtuvieron la vivienda de emergencia en promedio se encontraban en una situación de mayor pobreza que en el primer país. Otra evaluación de impacto con menor escala fue realizada en 2013 para analizar el efecto del programa de vivienda de TECHO-Argentina en la calidad del sueño (Simonelli et al., 2013). Esta investigación utilizó una metodología de comparación antes y después en la cual se compararon indicadores de calidad de sueño y calidad de vida relevados a partir de una encuesta de línea de base y la información recolectada en encuestas de seguimiento aplicadas un mes y seis meses después de recibir la vivienda de TECHO. El estudio concluyó que el programa llevó a una reducción en la insatisfacción con la vivienda, un aumento en la percepción de la calidad de vida y mejoras en indicadores de calidad de sueño (calidad de sueño subjetiva, disturbios de sueño, somnolencia diurna y hacinamiento de camas). Otro aporte significativo de esta evaluación es que también relevó información cualitativa basada en entrevistas semi-estructuradas con los beneficiarios. El análisis de la información cualitativa permitió una mejor comprensión del proceso por el cual las mejoras en la vivienda produjeron mejoras en la calidad de vida de los beneficiarios. Los autores concluyeron que tener una vivienda nueva, que brinda mejor confort y protección de la lluvia, el frío y la humedad, contribuye a mejorar la calidad del sueño, la posibilidad de mantener una rutina diaria en el trabajo y en el hogar y la calidad de la convivencia en el hogar. Estas tres mejoras a su vez tuvieron un impacto sobre la percepción de la calidad de vida, generando así un círculo virtuoso. 4.
Metodología En esta sección se delinea la metodología de medición de impacto del Programa de
vivienda de emergencia de TECHO en los asentamientos informales del Gran Buenos Aires y Gran La Plata que se utiliza en la presente investigación. La sección empieza con una descripción de los instrumentos de recolección de datos y una caracterización de los barrios dónde las encuestas fueron aplicadas. Luego se decriben los métodos utilizados para la medición de impacto.
15
4.1
Las Encuestas de vivienda de TECHO La evaluación de impacto de TECHO se nutre de la información obtenida a través de
dos cuestionarios, que se aplicaron en diferentes momentos del procedimiento: una Encuesta Línea de Base (EVTECHO-LB14 y EVTECHO-LB15) aplicada a los hogares antes de realizarse la construcción de la vivienda de TECHO y una Encuesta de Seguimiento (EVTECHO_S15) aplicada a los hogares que ya han sido beneficiados con la vivienda de TECHO, aproximadamente un año más tarde de su construcción e independientemente del uso que se haya dado a la vivienda. En los casos en los que la construcción de la vivienda de TECHO dio lugar a la mudanza de algunos miembros del hogar, generándose uno nuevo, se aplicó la Encuesta de Seguimiento a ambos hogares para asegurar que el relevamiento de información fuera la más completa posible. Esta división ocurrió, por ejemplo, cuando un núcleo joven se independizó económicamente de los padres y el hogar nuevo dejó de compartir gastos con el hogar original. No obstante, si bien se utilizaron dos cuestionarios diferentes para relevar la información, a la hora de medir el impacto se considera la situación del conjunto de personas que viven en ambos hogares.18 Las Encuestas fueron respondidas por el denominado “referente de hogar”, que es la persona que pasa más tiempo en el hogar y sabe contestar mejor por todos los integrantes. Por lo general esta persona es la madre del núcleo principal. En la gran mayoría de los casos la persona que respondió la Encuesta de Línea de base y la Encuesta de Seguimiento fue la misma persona. Si bien el referente no siempre duerme en la vivienda de TECHO, en el 95% de los casos el referente entra en la vivienda de TECHO al menos 5 veces por semana y, por lo tanto, conoce de cerca la situación de la misma. El cuestionario de la Encuesta de Línea de Base releva información sobre las características demográficas; educación; empleo; ingreso; protección social; tamaño, calidad y uso de la vivienda; daños, arreglos y mejoras en la vivienda; sobre siete dimensiones de bienestar vinculadas con la vivienda e información cualitativa sobre las expectativas respecto a la vivienda de TECHO y percepciones sobre el futuro.
18
Para los hogares nuevos se utilizó un cuestionario de la Encuesta de Seguimiento adaptado para relevar información sobre esta situación particular (EVTECHO_S15B). Se supone que un hogar está compuesto por todas las personas que comparten vivienda/s o al menos para su alimentación, dependen de un fondo común. Algunas preguntas que ayudaron al encuestador a determinar si se trataba de un hogar o varios son: ¿Tienen propia cocina o la comparten? ¿Compran los alimentos juntos o por separado? ¿Entran a la/s casillas de forma libre, para descansar, mirar la tele, comer, etc.?
16
Se mide el efecto de la vivienda de emergencia de TECHO en nueve dimensiones de análisis, dos dimensiones de resultado y siete de impacto. Las dimensiones de resultado son el tamaño y la calidad de la vivienda y las siete dimensiones de impacto son la privacidad, la calidad de sueño, la salud, la seguridad, las actividades realizadas en la vivienda, las relaciones interpersonales, el estado de ánimo y la percepción de bienestar. La selección de estas dimensiones de análisis se basó en la revisión de los antecedentes bibliográficos y un examen de las características del Programa de vivienda de emergencia de TECHO. Para cada dimensión se construyeron un conjunto de indicadores. El propósito de medir el impacto sobre varias dimensiones de la vida humana coincide con las lecciones del marco teórico del Enfoque de las capacidades de desarrollo humano (Sen, 1999) que enfatiza tanto el carácter multidimensional del bienestar como la importancia de medir el bienestar en el “espacio” de los funcionamientos (estar bien nutrido, gozar de buena salud, tener conocimientos, sentirse seguro, etc.) en vez del “espacio” del ingreso u otros medios para alcanzar el bienestar. Por otra parte, al definir los indicadores de impacto se esmeró en construir medidas objetivas además de medidas subjetivas o de percepción. Esta decisión se debe a que medidas subjetivas de bienestar pueden estar distorsionadas por el efecto de la “adaptación” de las preferencias (Sen, 1985). Amartya Sen argumenta que cuando las personas viven en situaciones de privación severa durante períodos extendidos de tiempo, se produce un condicionamiento mental que baja las expectativas con respecto al estado de bienestar y hace que las personas se complacen con situaciones de muy bajo nivel de bienestar objetivo. La Encuesta de Seguimiento comienza con una serie de preguntas que permite indagar si la composición del hogar ha cambiado, es decir, establecer si hay una nueva composición identificando a las personas que se incorporaron a o se fueron del hogar durante el año previo. Posteriormente, se releva información sobre las características de los nuevos integrantes (edad, núcleo, educación, etc.). El resto del cuestionario se estructura de la misma forma que el cuestionario de la Encuesta de Línea de Base con dos excepciones. En primer lugar, debido a que más de la mitad de los hogares tratados poseen alguna otra casilla además de la vivienda de TECHO, la Encuesta de Seguimiento releva información en forma separada sobre el tamaño, la calidad y el uso de la vivienda de TECHO y sobre la otra casilla. En segundo lugar, la Encuesta de Seguimiento también indaga sobre el proceso de adaptación a la vivienda de TECHO y releva información cualitativa sobre la 17
percepción de la familia acerca de cuáles fueron los cambios más importantes en la vida familiar asociados con la participación en el programa, el grado de cumplimiento con sus expectativas, los pensamientos sobre el futuro y recomendaciones de mejora en la vivienda de TECHO. Cuadro 1: Encuestas de vivienda de TECHO 2014
2015 - Encuesta Línea de Base a los hogares beneficiados en 2015 - Encuesta de Seguimiento a los hogares beneficiados en 2014
Encuestas
Encuesta Línea de Base a los hogares beneficiados en 2014
Dónde
22 barrios de Gran Buenos Aires y Gran La Plata
22 barrios de 2014 y 12 barrios nuevos
Cuándo
12/2013 – 5/2014
12/2014 – 6/2015 12/2014 – 8/2015
Tamaño muestra
334 hogares
352 hogares beneficiados en 2015 293 hogares beneficiados en 2014
El Cuadro 1 resume las características de los relevamientos. Entre diciembre de 2013 y mayo de 2014 se aplicó la Encuesta de Línea de Base a un total de 334 hogares de 22 barrios de Gran La Plata y Gran Buenos Aires que habían sido seleccionados para recibir una vivienda durante la primera mitad del año 2014. Luego se volvieron a encuestar 293 de los hogares tratados aproximadamente un año después, esta vez aplicando la Encuesta de Seguimiento.19 Al mismo tiempo, entre diciembre de 2014 y junio de 2015, se aplicó la Encuesta Línea de Base a un total de 352 hogares que recibieron la vivienda de TECHO durante la primera mitad de 2015 y que conforman el grupo de control. 4.2
Caracterización de los asentamientos informales relevados Los aglomerados urbanos en los cuales TECHO-Argentina ha construido la mayor
cantidad de viviendas son el Área Metropolitana de Buenos Aires y el Área Metropolitana de Gran La Plata y es en estos territorios donde se aplica esta evaluación de impacto. La investigación está basada en información relevada en un total de 34 villas y asentamientos
19
No fue posible volver a encuestar un total de 41 hogares que se habían mudado del barrio.
18
de estos territorios.20 Veintidós de los mismos fueron incluidos en la Encuesta de Línea de Base aplicada en 2014. Durante la Encuesta de Línea de Base de 2015, en la que se relevaron los casos de control, si bien se hizo un esfuerzo para volver a los mismos barrios, para alcanzar el tamaño de muestra deseada, fue necesario sumar doce barrios adicionales. Para esta última selección nos esmeramos en seleccionar barrios cercanos y con características lo más similares posibles a los barrios incluidos en la Encuesta de 2014, con el objetivo de asegurar la creación de grupos de tratamiento y control lo más parecidos posible. Los barrios estudiados no fueron seleccionados al azar, sino que son los barrios en los cuales TECHO-Argentina llevó adelante su Programas de vivienda de emergencia en 2014 y 2015. Para favorecer la validez externa de la evaluación de impacto, se excluyeron de la investigación unos pocos asentamientos cuyas características no eran representativas de los barrios en los que TECHO tradicionalmente trabaja (por ejemplo, un asentamiento que había padecido una grave inundación, un asentamiento donde se había comenzado a trabajar hace muchos años y un asentamiento donde la organización volvió a trabajar después de una interrupción de varios años). Como se observa en el mapa (Figura 4), la muestra incluye asentamientos en todas las zonas del Conurbano Bonaerense (norte, oeste y sur) y en el primer, segundo y tercer cordón. Solo dos de los barrios incluidos en el estudio se clasifican como “villas” (i.e. urbanizaciones que conforman una trama urbana irregular, a las cuales se accede por medio de pasillos y que tienden a presentar una alta densidad habitacional y crecer en altura) (TECHO, 2013).21 Los 32 barrios restantes se clasifican como asentamientos, los cuales en su mayoría están subdivididos en parcelas que conforman manzanas, respetando el trazado de las calles y tienen una densidad poblacional más baja (Cuadro 2).22 La cantidad de familias que habitan en el barrio varía entre 40 (Phillips, Escobar) y 2000 (IAPI, Quilmes). Aunque el año de creación de los barrios varía ampliamente (el más antiguo se creó en 1950 y el más nuevo en 2012), la etapa de mayor crecimiento de la mayoría de los mismos fue entre 2010 y 2012. Figura 4: Mapa del Gran Buenos Aires y Gran La Plata 20
La expansión continua del Área Metropolitana de Buenos Aires ha hecho que todas las localidades estudiadas (tanto del Gran Buenos Aires como del Gran La Plata) formen parte de una sola mancha urbana que se extiende desde Pilar en el norte, hacia Gran La Plata en el sur y La Matanza en el oeste. 21 Todos los datos de las características estructurales y servicios públicos disponibles en los asentamientos relevados están basados en el Relevamiento de asentamientos informales realizado por el TECHO en 2013. 22 Para definiciones más precisas de los distintos tipos de asentamientos véase TECHO (2013: 29).
19
con la localizaciรณn de los asentamientos relevados
Fuente: Relevamiento de asentamientos informales (TECHO, 2013).
20
Cuadro 2: Características y cantidad de casos de los asentamientos informales relevados Barrio El Fortín Peruzzotti Puente de Fierro San Atilio Vista Linda/Vista Alegre Acuba Agustoni El retiro Haras del trujui IAPI Ingeniero Allan La tablita Las Palmeras/La Mecánica Los Cedros Los tronquitos Lujan Salas San Cayetano San Mariano Santa Marta Sol y Verde 19 de Septiembre Atalaya/El manantial Néstor Kirchner San Carlos Tres Américas 12 de julio 8 de diciembre La Porteña San Pedro Phillips Manzone Altos de San Lorenzo La Chancheria ` Total
Cantidad Año de Año de mayor de creación crecimiento familias 630 225 1200 200 1000 300 1000 300 300 3000 2000 420 500 1000 225 1500 325 400 400 480 1000 420 500 1500 400 1000 1350 265 800 275 40 300 240 350 24495
2007 2000 1993 2010 1970 2007 2005 1975 2004 1960 1950 2003 2006 2006 1970 2008 1998 2005 1970 1980 1980 2010 2009 2011 1993 1975 2012 2010 1985 2009 2002 1995 1950 2008
2011 2005 1995 2012 2006 2010 2008 2009 2011 1983 2008 2009 2011 2010 2009 2011 2002 2010 2007 2007 2010 2010 2012 2013 2003 2002 2012 2012 2005 2011 2005 2011 2005 2009
Cantidad de hogares relevados Tratamiento Control 8 12 6 3 17 4 18 15 11 20 12 23 1 5 12 15 17 19 9 10 2 15 10 12 13 24 7 2 21 7 19 8 18 19 14 22 12 27 13 19 19 12 7 9 10 7 18 17 1 11 13 293 352
Fuente: Relevamiento de asentamientos informales (TECHO, 2013), EVTECHO_S15y EVTECHO-LB15.
Los asentamientos relevados enfrentan un déficit notable en el acceso a los servicios básicos, una situación repetida en la mayoría de las urbanizaciones informales del Gran Buenos Aires (TECHO, 2013). En todos los barrios (excepto El Fortín en La Matanza), los vecinos cuentan con luz. Sin embargo, la forma de conexión varía: en 21 barrios las familias tienen una conexión irregular a la red eléctrica pública, 4 barrios tienen un medidor
21
comunitario y en 9 barrios algunos hogares acceden a medidores domiciliarios.23 La fuente de agua potable más común es el agua de pozo; no obstante, en 12 de los barrios bajo análisis los hogares cuentan con una conexión irregular a la red pública de agua y en 3 barrios existen conexiones a la red formal. La forma de eliminación de excretas más frecuente es el desagüe a cámara séptica (13 barrios) y pozo ciego (21 barrios) aunque, en la mayoría de los barrios, algunas familias utilizan desagüe a hoyo o excavación a tierra. Una situación frecuente en los barrios informales del Conurbano es el uso de agua de pozo (generalmente a profundidad insuficiente) ubicado cercano al pozo ciego o cámara séptica, lo cual aumenta el riesgo de contaminación del agua. Nueve barrios no tienen un servicio de recolección de residuos de ningún tipo y solo un tercio de los barrios posee un servicio en todas las calles (de los cuales 6 son de manera informal). Solo 10 de los barrios poseen alcantarillado y en todos los casos excepto dos, éstos fueron construidos por los vecinos. Cuatro barrios se sitúan a menos de 10 metros de un basural y ocho barrios no cuentan con alumbrado público. Asimismo, muchos de los barrios estudiados padecen frecuentemente situaciones de emergencia como inundaciones (25 de los 34 barrios) e incendios de viviendas (en 16 barrios ocurrió al menos un incendio en los últimos 6 meses), pero en muchos casos no cuentan con servicio regular de ambulancias o bomberos. Al menos 22 de los 34 barrios no tienen ninguna calle asfaltada y 6 solo tienen asfalto en la calle principal, una situación que dificulta la entrada de vehículos de emergencia. 4.3
Dos métodos de medición de impacto El objetivo de la evaluación del Programa de vivienda de emergencia de TECHO es
medir el impacto promedio de la provisión de la vivienda de emergencia en el bienestar de los hogares beneficiados, lo que la literatura sobre evaluación de impacto denomina el efecto promedio del tratamiento en los tratados (o Average effect of treatment on the treated, TOT). Más formalmente, el impacto (D) de un programa sería el valor esperado de la diferencia entre la variable de resultado con el tratamiento y el valor de la variable del mismo hogar sin el tratamiento en el mismo momento: (1) D = E (Y1i – Y0i ) | Ti = 1) dónde Ti = 1 si participa en el programa
23
Cabe aclarar que existe amplia heterogeneidad en las formas de conexión dentro de los distintos barrios. La mayoría de las familias con las que trabaja TECHO tienen una conexión informal.
22
Ti = 0 si no participa en el programa Yi1 = variable de impacto con el tratamiento Yi0 = variable de impacto sin el tratamiento Si bien se puede medir el resultado para los hogares participantes en el programa(Yi1 | Ti =1), es imposible por definición observar lo que le hubiera ocurrido al mismo hogar si no hubiera participado de este (Yi0 | Ti =1). Este valor es precisamente el contrafactual que no puede ser observado. Por lo tanto, es necesario estimarlo mediante la conformación de un grupo de control. Una construcción apropiada y convincente de este grupo de control es el principal desafío de las evaluaciones de impacto. La asignación aleatoria de los participantes al grupo de tratamiento y de control permite eliminar el sesgo de selección en la medición de impacto. Cuando las personas son asignadas al azar en ambos grupos (tratamiento y control), pueden considerarse estadísticamente equivalentes y cualquier diferencia subsecuente que surja entre ambos grupos puede ser atribuido al tratamiento. Esta característica hace que hoy en día la metodología de evaluación aleatoria sea el estándar de excelencia en evaluación de impacto. En el caso de esta evaluación, no fue posible utilizar una metodología de evaluación aleatoria por dos decisiones firmes tomadas por la organización TECHO-Argentina al momento de emprender la investigación. En primer lugar, la organización definió que la evaluación debe realizarse sin introducir ninguna modificación en el proceso del programa de vivienda de emergencia. Esto garantiza que se está evaluando el procedimiento realmente utilizado, en lugar de evaluar el programa adaptándolo a las necesidades de la investigación. En segundo lugar, la organización no estaba dispuesta, motivada por razones éticas, a establecer contacto con potenciales hogares beneficiarios en un tiempo previo extendido al ofrecimiento de la vivienda o a postergar la entrega de una vivienda a ninguna familia que cumplía con los requisitos del programa y para la cual existían recursos. Por lo tanto, no fue posible utilizar una metodología de evaluación aleatoria, ni tampoco la metodología de diferencia en diferencia. Teniendo en cuenta estas restricciones, se determinó utilizar una metodología cuasiexperimental con los siguientes dos métodos de evaluación: (a) una comparación antes y después de los hogares beneficiados en la primera mitad del año 2014 (el grupo de tratamiento) y (b) una comparación ex post entre el grupo de tratamiento y un grupo de 23
control conformado por los hogares que estuvieron aguardando su turno (“in the pipeline”, en inglés) para recibir una vivienda durante la primera mitad del año 2015, apareados a los hogares de tratamiento. Figura 5: El sistema de evaluación de impacto
La Figura 5 resume el proceso de aplicación de las encuestas durante 2014 y 2015 y detalla su relación con los dos métodos de evaluación de impacto seleccionados. La lectura horizontal de la figura permite comprender la forma en que se utilizó la información relevada para medir el impacto basado en la comparación antes-después y la lectura vertical la forma en que se utilizó la información relevada para medir el impacto basado en la comparación tratamiento-control. 4.3.1 Comparación antes y después Una comparación antes-después esencialmente resuelve el problema de falta de información contrafactual (la situación ex post de los beneficiarios sin el tratamiento) con información sobre los participantes antes de participar en el programa. En este caso, el impacto (D) de un programa se mide como la diferencia entre el valor esperado de la variable de resultado del hogar con el programa y el valor esperado de la variable de resultado del mismo hogar antes del programa: (6) D= E (Y1i | Ti = 1) – E(Y0i | Ti = 1)
24
La condición que se debe cumplir para que las estimaciones de impacto basadas en esta metodología no sean sesgadas es que, en ausencia del tratamiento, las variables de impacto en promedio hubieran permanecido constantes. Este supuesto es bastante fuerte ya que supone que no hubo ningún cambio en las políticas públicas con impacto sobre estas variables o que, por ningún otro mecanismo, las familias mejoraron su situación por su cuenta (por ejemplo, por una mejora generalizada en la economía). Si en realidad hubo algún cambio de esta naturaleza entre la encuesta de línea de base y la encuesta de seguimiento, no podríamos estar seguros de que los cambios en las variables de interés se deben al tratamiento en vez de a alguno de los otros factores coincidentes. Si bien las estimaciones de impacto basadas en comparaciones antes-después no permiten descartar la posibilidad de sesgo, esta metodología puede ser válida en casos en los que los resultados pueden ser atribuidos claramente al proyecto.24 Asimismo la comparación entre la situación antes y después de los hogares beneficiados permitirá analizar la evolución de los hogares beneficiarios.
Comprender qué medidas toman las familias para ajustarse a las
características de la vivienda de TECHO, qué problemas surgen y cómo estas experiencias varían según las características del hogar es uno de los objetivos principales de este proyecto de investigación. 4.3.2 Comparación entre tratamiento y control Las evaluaciones de impacto de tipo “pipeline” explotan la variación en el momento en que los participantes reciben el beneficio, utilizando como grupo de control los individuos que son elegibles para el programa pero que no han recibido todavía el tratamiento.25 En el caso de esta evaluación, el grupo de tratamiento está conformado por los hogares que recibieron la vivienda de TECHO entre diciembre de 2013 y junio de 2014 y el grupo de control por los hogares seleccionados para recibir una vivienda entre diciembre de 2014 y julio de 2015, pero que no la habían recibido todavía. Como los hogares que estuvieron aguardando su turno para recibir una vivienda habían pasado por el mismo proceso de selección que los hogares que conforman el grupo de tratamiento, deberían tener características observables muy similares.
24
White et al. (2006), por ejemplo, argumenta que la situación antes proveía una estimación válida de la situación contrafactual en la evaluación de impacto en el tiempo usado para recolectar agua de un programa de provisión de canillas de agua comunitarias en África. En este caso la comparación antes-después proveía una estimación no sesgada de impacto porque no había ningún otro factor causal plausible. 25 Véase Khandker et al. (2010) para una breve descripción del diseño de evaluación de tipo “pipeline”.
25
El Cuadro 3 presenta estadísticas de resumen de 17 indicadores socioeconómicos de los grupos de tratamiento y control. Los mismos refieren a la estructura demográfica del hogar (el peso de distintos grupos etarios, la cantidad de núcleos y si el núcleo principal es completo26), a las características demográficas del referente del hogar (edad, género y si proviene de otro país u otra provincia), a variables relacionadas con la situación económica del hogar (el nivel de educación del referente, si trabajan o no el referente, el conyugue y otros miembros del hogar y el ingreso familiar per cápita) y a una variable dicotómica que capta la presencia o no de un miembro con asma. No se encuentra una diferencia estadísticamente significativa entre las medias de ninguna de las variables socioeconómicas presentadas. Además las diferencias normalizadas son bastante bajas. El valor más grande es 0.11 (para núcleo completo). Estos resultados nos muestran la gran similitud entre los hogares tratados en 2014 y los hogares que estuvieron esperando su turno para recibir una vivienda en 2015. El alto grado de similitud entre ambos grupos en ausencia del programa es un primer indicio de la confiabilidad de las estimaciones de impacto basadas en la comparación entre los grupos de tratamiento y de control. Cuadro 3: Características línea de base de los grupos de tratamiento y control Control
Dimensión
Composición demográfica
Características observables Cantidad de núcleos
0.60
1.37
0.61
0.25
-0.02
Núcleo completo (referente y cónyugue)
0.75
0.44
0.70
0.46
1.34
-0.11
Proporción de miembros entre 0 y 5 años
0.27
0.19
0.26
0.19
0.14
-0.01
Proporción de miembros entre 6 y 17 años
0.24
0.21
0.26
0.21
-1.11
0.09
Mujer embarazada en el hogar
0.14
0.34
0.15
0.35
-0.36
0.03
32.99
12.47
34.26
13.22
-1.25
0.10
0.17
0.38
0.16
0.37
0.22
-0.02
0.04
0.20
0.06
0.23
-0.88
0.07
Referente de otra provincia
0.19
0.40
0.19
0.39
0.07
-0.01
Referente tiene primaria completo
0.22
0.41
0.26
0.44
-1.10
0.09
Referente tiene secundario incompleto
0.37
0.48
0.36
0.48
0.12
-0.01
Referente tiene secundario completo o más
0.13
0.34
0.11
0.32
0.70
-0.06
Referente trabaja
0.44
0.50
0.47
0.50
-0.62
0.05
Cónyugue del referente trabaja
0.63
0.48
0.59
0.49
1.06
-0.08
Trabaja otro miembro del hogar
0.50
0.89
0.49
0.84
0.22
-0.02
1,000
700
1,019
873
-0.31
0.02
0.22
0.42
0.22
0.42
-0.01
0.00
Características Referente hombre del referente Referente extranjero
o
Ingreso per cápita (pesos 4 Trim. 2014) Salud 1
norMedia o (Desv. t-stat % Estánd.) diff 1
1.38
Edad del referente
Educación, trabajo e ingreso
Media (Desv. o % Estánd.)
Tratamiento
Algún miembro tiene asma.
Diferencia normalizada o sesgo estandarizado.
Fuente: Elaboración propia sobre la base de EVTECHO-LB14 y EVTECHO-LB15.
26
Un núcleo familiar completo tiene un referente y su conyugue.
26
No obstante, no puede descartarse que la existencia de heterogeneidad latente entre ambos grupos sesgue las mediciones de impacto. En primer lugar, puede haber diferencias sistemáticas entre un año y otro en los criterios o juicios usados en la selección de los beneficiarios (por ejemplo, si cambiaron las personas responsables de evaluar el grado de necesidad de los hogares). En segundo lugar, puede haber respuestas conductuales de los hogares que están aguardando participar en el programa (por ejemplo, si la creciente difusión del programa de TECHO en el barrio hace que una creciente cantidad de familias solicitan ser consideradas por el programa). En tercer lugar, puede haber diferencias sistemáticas en el grado de necesidad de los hogares que habitan en un sector del barrio (intervenido en un año) versus otro sector (intervenido en otro año). Se espera que el proceso riguroso de selección de los hogares elegibles para el programa minimice el problema de sesgo de selección. Si bien cualquier hogar del barrio puede demostrar a la organización su interés en obtener una vivienda y pedir ser encuestado, todos tienen que pasar por el mismo proceso riguroso de selección. Asimismo, el hecho de que la organización no realiza un rastreo de cada barrio buscando trabajar primero con los hogares que viven una situación de pobreza mayor y luego a los hogares cuya situación es mejor, sino que suele trabajar por sector hace menos probable que los hogares con quienes se trabaja en un año no se encuentren necesariamente en una mejor o peor situación de pobreza que los hogares con quienes se trabaja durante el año siguiente. Si fuera que a medida que TECHO avanza en los barrios tiende a llegar a hogares con cada vez menos problemas habitacionales, esto llevaría a que los hogares de comparación sean relativamente menos necesitados, haciendo que las estimaciones de impacto estén sesgadas para abajo. Además del sesgo de selección, cuando se utiliza un grupo de control para estimar la situación contrafactual también es importante considerar el potencial problema de contaminación o los efectos indirectos del programa. En esta evaluación, para asegurar mayor similitud entre los grupos de tratamiento y de control, en la medida de lo posible ambos grupos fueron seleccionados en los mismos barrios o en barrios cercanos. Como la gran mayoría de los beneficios de la vivienda de emergencia los perciben los hogares beneficiados, se espera un efecto de contaminación bajo. Los hogares que conforman el grupo de control podrían beneficiarse al tener la oportunidad de visitar y pasar tiempo en las nuevas viviendas de sus vecinos, mejorando las relaciones interpersonales, pero se espera que estos efectos sean mucho menores que los efectos directos del programa. Por 27
otro lado, el programa podría motivar a los hogares de control a actuar de forma diferente, incentivándoles a introducir mejoras en sus propias viviendas (“keeping up with the Jones’s”), sesgando así hacia abajo las estimaciones de impacto o, en cambio, motivando a los hogares de control a invertir menos en sus viviendas como para aumentar sus posibilidades de ser elegido para participar en el programa. Es importante aclarar, no obstante, que si bien el efecto de contagio podría haber afectado a los hogares de control durante el año previo, en el momento de aplicar la Encuesta de Línea de Base (tanto a los hogares de tratamiento como a los de control), los hogares ya habían sido elegidos para el Programa y, por lo tanto, no tenían un incentivo para hacerse parecer más necesitados como para ser seleccionado para el proyecto. Por último, otra posible fuente de contaminación son los otros programas de desarrollo comunitario o sociales ofrecidos por TECHO en los barrios. Se espera que estos programas tengan un efecto menor, ya que los vecinos suelen participar en ellos en una etapa posterior al Programa de vivienda de emergencia. De hecho, según los resultados de la Encuesta de Línea de Base, en solo 14 de los 334 hogares encuestados algún miembro había participado antes en algún otro programa de TECHO. Cuadro 4: Especificaciones de los modelos de regresiones de tratamiento-control Variables de control
Composición demográfica
Características del referente
Educación, trabajo e ingreso
Modelo 1 Modelo 2 Modelo 3
Cantidad de núcleos
*
Núcleo completo (referente y cónyugue)
*
Proporción de miembros entre 0 y 5 años
*
Proporción de miembros entre 6 y 17 años
*
Mujer embarazada en el hogar
*
Edad del referente
*
*
Referente hombre
*
*
Referente extranjero
*
Referente de otra provincia
*
Referente tiene primaria completo
*
*
Referente tiene secundario incompleto
*
*
Referente tiene secundario completo o más
*
*
Referente trabaja
*
Cónyugue del referente trabaja
*
Trabaja otro miembro del hogar
*
o
Ingreso per cápita (pesos 4 Trim. 2014) Salud
Algún miembro tiene asma.
*
* *
28
Para controlar por la heterogeneidad latente se determinó utilizar dos estrategias diferentes de medición de impacto basadas en la comparación entre los grupos de tratamiento y control. Primero, se mide el impacto a partir de tres modelos de regresión: 1) sin controles, 2) incluyendo seis variables de control y 3) incluyendo 17 variables de control además de variables dicotómicas de barrio. El Cuadro 4 detalla las variables de control incluidas en cada modelo. Todas las variables de control, tanto para el grupo de tratamiento como de control, están basadas en la información línea de base. Se usan errores estándar robustos con clustering a nivel de barrio para todos los modelos. Segundo, se usa el método de apareamiento por puntaje de propensión (o “propensity score matching” en inglés) para construir un grupo de comparación con las características observables más similares a las del grupo de tratamiento.27 Los métodos de apareamiento tradicionales emparejan cada unidad de tratamiento con una unidad (o una serie de unidades) no tratada que tiene las mismas características en las variables seleccionadas (generalmente se incluyen las variables utilizadas para elegir a los participantes o que explican la decisión de participar) y luego se estima el efecto promedio del tratamiento como la diferencia en las medias de los resultados de ambos grupos (tratados y no tratados emparejados). No obstante, cuando la cantidad de variables tenidas en cuenta se incrementa, es muy difícil encontrar otra unidad que posea exactamente las mismas características. El método de propensity score matching (PSM) permite reducir la complejidad del problema al capturar el efecto de las distintas variables, Xi, en un único escalar, el índice de propensión (“propensity score”, en inglés), P(Xi). El índice de propensión es la probabilidad de que la unidad i este asignada al grupo de tratamiento condicional en las características observadas: (4) P(Xi ) ≡ P r(Ti =1| Xi ) = E(Ti | Xi ) Rosenbaum y Rubin (1983) han demostrado que si se cumplen determinadas condiciones, el apareamiento basado en el índice de propensión es esencialmente igual al apareamiento basado en las variables, Xi. La primera, la condición de independencia condicional requiere que, dado un conjunto de variables no afectadas por el tratamiento (Xi), los resultados sean independientes de la asignación al tratamiento:YTi , YCi ┴ Ti | Xi , donde YiT representa resultados para los participantes, YiC resultados para los no participantes y ┴ significa independencia. Es decir, se supone que la participación en el 27
Esta descripción del método de PSM está basada principalmente en Dehejia y Wahba (2002), Todd (2008) y Khandker et al. (2010).
29
programa está basada solamente en las características observables; las características no observables iniciales no deben influir en la participación.28 En segundo lugar, la validez del método depende de la existencia de un área de apoyo común o solapamiento en el índice de propensión: 0 < P(Ti = 1 |Xi) < 1. Esta condición asegura la posibilidad de encontrar unidades de comparación que tienen índices de propensión cercanos a los índices correspondientes a las unidades de tratamiento. Cuando las unidades de comparación son poco similares a las unidades de tratamiento se recomienda excluir del análisis los casos que tienen valores del índice de propensión fuera del área de apoyo común. Para datos transversales un estimador de impacto usando el método de PSM puede ser escrito como: (5) TOTPSM =
1 ⟦∑ YTi - ∑ ω(i,j)YCj ⟧ NT i∈T
jϵC
donde NT es la cantidad de unidades en el grupo de tratamiento y ω (i,j) es el ponderador usado para agregar las unidades apareados de comparación. El primer paso para aplicar la metodología de propensity score matching es estimar un modelo de la probabilidad de participación condicional en las características observables. Elegimos incluir como variables explicativas en la estimación de este modelo variables que refieren a la estructura demográfica del hogar (el peso de distintos grupos etarios, la cantidad de núcleos y si el núcleo principal es completo29), a las características demográficas del referente del hogar (edad, género y si proviene de otro país u otra provincia), a variables relacionadas con la situación económica del hogar (el nivel de educación del referente, si trabajan o no el referente, el cónyugue y otros miembros del hogar y el ingreso familiar per cápita) y a una variable dicotómica que capta la presencia o no de un miembro con asma para controlar por diferencias iniciales en las de condiciones de salud. El hecho de tener información de línea de base sobre ambos hogares nos permite asegurar independencia del efecto del tratamiento. Esta es una clara ventaja de nuestra estrategia de medición de impacto con respecto a una metodología de apareamiento de sección transversal común.
28
Para estimar el efecto promedio del tratamiento en los tratados (TOT) se debe satisfacer una condición relativamente menos restrictiva: YCi ┴ Ti | Xi (Khandker et al., 2010: 55). 29 Un núcleo familiar completo tiene un referente y su conyugue.
30
Se presentan en el Cuadro 5 los resultados de la estimación del propensity score, a partir de un modelo logit. Ninguna de las variables explicativas es estadísticamente significativa. El bajo poder explicativo para participación del modelo es otro indicio de la similitud ex ante entre los grupos de tratamiento y control en términos de las características observables. Cuadro 5: Logit para la calibración de los propensity scores Dimensión
Composición demográfica
Coeficiente
Error estándar
t-stat
Cantidad de núcleos
-0.006
0.173
0.974
Núcleo completo (referente y cónyugue)
-0.239
0.311
0.442
Proporción de miembros entre 0 y 5 años
0.541
0.575
0.347
Proporción de miembros entre 6 y 17 años
0.578
0.482
0.230
Mujer embarazada en el hogar
0.092
0.237
0.699
Edad del referente
0.011
0.008
0.196
-0.131
0.266
0.621
0.220
0.388
0.571
Referente de otra provincia
0.036
0.217
0.869
Referente tiene primaria completo
0.290
0.231
0.209
Referente tiene secundario incompleto
0.158
0.219
0.469
Referente tiene secundario completo o más
0.027
0.287
0.926
Referente trabaja
0.013
0.177
0.941
Cónyugue del referente trabaja
-0.021
0.297
0.942
0.00007
0.00012
0.574
-0.012
0.199
0.950
Variables explicativas
Características Referente hombre del referente Referente extranjero
Educación, trabajo e ingreso
Ingreso per cápita (pesos 4o Trim. 2014) Salud
Algún miembro tiene asma.
Notas: Este cuadro corresponde al logit del PSM de la variable "Referente se siente muy o bastante seguro en la vivienda en que duerme".
El último paso para medir el impacto en base a la metodología de PSM es aplicar el algoritmo de emparejamiento, es decir, para cada unidad de tratamiento identificar la unidad de control (o subgrupo de unidades) que tenga la propensión de puntuación más cercana. Las opciones incluyen los métodos de vecino-más-cercano, emparejamiento por radio (o caliper, en inglés), emparejamiento por intervalo o por medio de un Kernel. Asimismo es necesario decidir emparejar con o sin reemplazo.30 Para esta evaluación, para
30
Al usar emparejamiento con reemplazo, cada unidad de tratamiento puede ser emparejado con la unidad de comparación más cercana, aun si esa unidad ya ha sido emparejada con otra unidad de tratamiento. El emparejamiento sin reemplazo puede aumentar el sesgo, al forzar el emparejamiento de unidades de tratamiento con unidades de comparación poco similares y también puede ser sensible al ordenamiento de los casos, aunque puede mejorar la precisión de las estimaciones.
31
minimizar el sesgo en las estimaciones de impacto se decidió usar el método de vecinomás-cercano con reemplazo.31 5. Resultados En esta sección reportamos los resultados de la evaluación de impacto del Programa de vivienda de emergencia de TECHO-Argentina en base a los distintos procedimientos estadísticos realizados. Como uno de los objetivos de la evaluación de impacto es comprender el proceso de adaptación de los hogares a la vivienda de TECHO a continuación se analiza lo anterior, en primer lugar, describiendo la forma de uso de la vivienda de TECHO y los cambios en la composición del hogar. Luego, se analizan los efectos del programa en el tamaño y la calidad de la vivienda y en el bienestar de los hogares beneficiados en función de las siete dimensiones de impacto mencionadas. Los Cuadros de anexo A1 a A4 presentan las mediciones del efecto de la vivienda de TECHO en los indicadores de resultado y de impacto. Cada cuadro muestra primero la estimación basada en la comparación antes-después, luego las estimaciones de impacto basadas en los tres modelos de regresión correspondientes a la comparación entre tratamiento y control y finalmente los resultados basados en el método de propensity score matching. Para cada indicador se presenta la media sin tratamiento (de la línea de base de los tratados o del grupo de control, según el caso, con el desvío estándar abajo), seguido por la coeficiente estimada (con el p-valor abajo). Al describir los resultados de impacto nos concentramos en los resultados basados en el tercer modelo de regresión y propensity score matching. En el último apartado, para dar voz a las familias participantes, se presenta un análisis cualitativo de las respuestas a preguntas abiertas sobre la percepción del impacto de la vivienda, las expectativas sobre el futuro y los problemas que enfrentaron los hogares en el proceso de adaptación a la nueva vivienda. 5.1
Formas de uso de la vivienda de TECHO y composición del hogar
5.1.1 Formas de uso de la vivienda de TECHO La forma en que las familias utilizan la vivienda de TECHO varía entre los hogares beneficiados y depende del tamaño del hogar, el tamaño y calidad de la vivienda original
31
Se ha demostrado que cuando existe un solapamiento sustancial en las distribuciones del índice de propensión entre los grupos de tratamiento y comparación, los distintos métodos de emparejamiento tienden a producir resultados similares (Dehejia y Wahba, 2002: 154).
32
y la necesidad o no de desmantelar la casilla original32. El 56% de los hogares tratados utilizan la vivienda de TECHO como un ambiente adicional, el 16% la utilizan para separar distintos núcleos y el 28% la utilizan como vivienda única para la familia entera (Gráfico 1). De los hogares que utilizan la vivienda de TECHO como ambiente adicional, los usos más frecuentes del ambiente son dormitorio (96% de los hogares), cocina (20%), living (15%), lugar para realizar tareas escolares (15%) y espacio para trabajar (5%). Grafico 1: Uso de la vivienda de TECHO
Fuente: Elaboración propia sobre la base de EVTECHO-S15.
Los referentes de solo 25 de los hogares beneficiados constataron que habían hecho algún cambio en la forma de uso de la vivienda de TECHO durante el transcurso del año. Por un lado, cinco hogares que inicialmente habían usado la vivienda de TECHO como vivienda única para la familia entera, pasaron a usarla como ambiente adicional. Tres de estos hogares hicieron este cambio porque habían logrado construir, durante el transcurso del año, una nueva vivienda de material. Por otro lado, dos hogares que inicialmente habían usado la vivienda de TECHO como ambiente adicional, luego pasaron a usarla como vivienda única. En 18 casos la familia solo cambió el uso que le daban al ambiente adicional. El motivo más frecuente para realizar estos cambios fue el de concentrar los diversos usos en una sola casilla. Varios hogares, por ejemplo, inicialmente habían mantenido la cocina o el comedor en otra casilla y luego la mudaron a la vivienda de TECHO para así 32
El 20% de los hogares tuvieron que desarmar su casilla anterior por completo y el 14% una parte antes de la construcción la vivienda de TECHO. Los principales motivos por aquellos que desarmaron una casilla fueron: por la precariedad de la vivienda (30%), para utilizar los materiales (21%), por falta de espacio en el terreno (20%) y porque ya no lo necesitaban más (12%). Otros motivos mencionados incluyen el anexado de la casilla anterior a la vivienda de TECHO y poder devolver materiales prestados o regalar los materiales a un vecino. Cabe destacar, por lo tanto, que solo uno de cada cinco hogares tuvo que sacrificar una casilla anterior para poder incorporar en el terreno la vivienda de TECHO.
33
evitar el frío al pasar de una casilla a otra o por la inseguridad o el mal estado de la otra casilla. Otros motivos incluyeron el mal estado o incomodidad de la otra casilla, el interés en concentrar todas las personas en la misma casilla y casos de robo en la otra casilla. Es esperable que la magnitud del impacto en las distintas dimensiones de bienestar varíe según el uso que se la ha dado a la vivienda. Por ejemplo, dado el tamaño reducido de la vivienda de TECHO, cuando la familia la utiliza como vivienda única, la nueva vivienda no necesariamente producirá una reducción en el grado de hacinamiento. Por otro lado, la mejora en la calidad de construcción de la vivienda podría ser menor cuando la familia la utiliza como ambiente adicional, manteniendo también su vivienda original más precaria. 5.1.2 Composición del hogar Según el análisis cuantitativo realizado, no se observa un cambio estadísticamente significativo en el tamaño promedio del hogar (ver Cuadro A1)
33
. Este resultado es
importante porque refutaría la idea de que los efectos del programa pueden ser diluidos si éste tiende a la incorporación de nuevos miembros al hogar. La mitad de los hogares, no obstante, experimentaron algún cambio en el tamaño del hogar durante el año: en el 28% de los hogares aumentó la cantidad de miembros y en el 21% de los hogares la cantidad de miembros bajó. Por otra parte, en el 37% de los hogares al menos un nuevo miembro se incorporó al hogar y en el 32% al menos un miembro se fue del hogar. En dos tercios de los hogares se incorporó solo un nuevo miembro, en el 28% se incorporaron 2 o 3 miembros y en solo el 6% se incorporan más de tres nuevos miembros. Los cambios en el tamaño y composición de los hogares estudiados pareciera estar asociado a las dinámicas demográficas de la población que habita en asentamientos informales, en particular, la cohabitación de varios núcleos y las estrategias que utilizan los hogares que viven en situación de pobreza para resolver sus necesidades habitacionales. El Cuadro 6 compara las características demográficas tanto de las personas que se fueron del hogar, como de las que se incorporaron a éste entre el momento de relevar la Encuesta de Línea de Base en 2014 y la Encuesta de Seguimiento en 2015. De esta información se desprende que los hombres son ligeramente más propensos a irse o 33
Los hogares que participan en el Programa de vivienda de emergencia tienden a ser grandes y extensos (tener más de un núcleo) y a estar compuestos por miembros de varias generaciones. En efecto, sólo el 4,8% de los hogares son unipersonales, mientras que el 35% tiene entre 2 y 4 miembros, el 39,9% entre 5 y 7 miembros y el 20,5% 8 o más miembros.
34
incorporarse al hogar que las mujeres. Los dos grupos etarios que más se incorporaron a los hogares son los niños de hasta 5 años y los jóvenes de entre 18 y 24 años. Esta tendencia reflejaría la priorización en la selección de los participantes a hogares con mujeres embarazadas o con niños pequeños. Con respecto a la relación de parentesco, más de la mitad de los nuevos integrantes son los hijos o nietos del referente. Cuadro 6: Características de las personas que se fueron o se incorporaron a los hogares tratados
Indicadores
Personas que Personas que se fueron del se incorporon a hogar los hogares
Sexo Mujer
47.0
Hombre
53.0
47.9 52.1
100.0
100.0
0 a 5 años
12.7
40.1
6 a 12 años
9.0
9.6
13 a 17 años
13.3
9.1
18 a 24 años
33.1
24.1
25 a 64 años
30.1
16.6
Edad
> 64 años
1.8
0.5
100.0
100.0
Referente
0.6
0.5
Cónyugue
9.0
8.9
33.5
38.4
Parentesco
Hijo/hija Yerno/nuera
7.2
6.3
10.8
14.7
Sobrino/a
9.0
5.3
Suegro/a
4.8
0.5
Otro familiar
4.2
6.8
Otro no familiar
1.8
4.7
Cuñada/o
4.8
5.3
Amigo/a
0.6
2.6
Hermano/a
6.6
4.7
Nieto/a
Madre/padre
7.2
1.1
100.0
100.0
Fuente: Elaboración propia sobre la base de EVTECHO-S15, N=358.
Los dos grupos etarios que más se fueron del hogar son los jóvenes y los adultos de entre 25 y 64 años, mientras que los grupos de parentesco que más se fueron son los hijos/hijas y los nietos del referente, integrantes que probablemente se desprendieron del hogar para formar uno propio. La rotación de cónyuges también es bastante común: casi una de cada diez personas que se fueron y uno de cada diez personas que se incorporaron a los hogares eran cónyuges.
35
Por último, la rotación de no familiares y de familiares de parentesco más lejano también es bastante frecuente. Mientras que los grupos ‘otros familiares’, ‘no familiares’ y ‘amigos’ representan solo el 3% de todos los integrantes de los que participaron en el programa, estos tres grupos representan el 7% de los que se fueron de los hogares y el 14% de los que se incorporaron a los hogares. Gráfico 2: Motivos por incorporarse al hogar
Fuente: Elaboración propia sobre la base de EVTECHO-S15, N=190.
Respecto de los motivos para incorporarse al hogar (Gráfico 2), los dos más frecuentes fueron el nacimiento (26%) y para estar con su pareja (14%). Si bien estas respuestas son consistentes con los cambios demográficos ya analizados, las siguientes cuatro respuestas estarían más vinculados a la falta de vivienda y a los conflictos en el hogar o en el barrio donde vivían. El 10% de las personas que se incorporaron dijeron que habían estado viviendo temporariamente en otra vivienda por falta de espacio o precariedad de la vivienda, el 6% se incorporó cuando perdió su propia vivienda, el 6% por conflictos o problemas familiares y el 5% por conflictos en el barrio. Por su parte, los dos motivos más frecuentes para dejar el hogar fueron: formar un nuevo hogar (51%) y separación de una pareja (10%), respuestas consistentes con los cambios demográficos mencionados anteriormente (Gráfico 3). En cambio, las dos siguientes respuestas más frecuentes (volvió al hogar de origen y estadía temporaria contemplada desde el inicio) parecen estar asociadas con estrategias de búsqueda de soluciones temporarias o migratorias, es decir, vivir con familiares en otra localidad para resolver las necesidades habitacionales.
36
Gráfico 3: Motivos por dejar el hogar
Fuente: Elaboración propia sobre la base de EVTECHO-S15, N=168.
De este análisis se concluye que la mayoría de la rotación de personas se debe a los procesos demográficos comunes: el nacimiento de hijos o nietos (o la incorporación de los hijos con sus propios hijos pequeños al hogar de los padres), la salida del hogar de hijos adultos para formar un nuevo o hogar (con o sin hijos propios) o cambios de pareja. Si bien la rotación de no familiares y familiares más lejanos es más importante que su frecuencia en la población, parece estar asociado con estadías temporarias y en todo caso no es de magnitud suficiente como para cambiar significativamente el tamaño de los hogares, al menos en promedio. 5.2
Características de la vivienda Para que la vivienda de TECHO produzca una mejora en el bienestar del hogar tiene
que producirse primero una mejora en el tamaño o la calidad de la vivienda. Es por ello que primero se presentan los resultados del efecto del programa en las características de la vivienda. 5.2.1 Tamaño de la vivienda La vivienda de emergencia de TECHO produjo una mejora de gran magnitud y estadísticamente significativa (al nivel 1%) en todos los indicadores de tamaño de la vivienda según todos los métodos de medición de impacto (Cuadro A1). En efecto, el tamaño promedio de la vivienda aumentó de 29 m2 (según la línea de base del grupo de control) a entre 37 y 38 m2, una mejora de aproximadamente dos metros por persona. La cantidad promedio de ambientes aumentó de 2 a entre 2,6 y 2,7 ambientes. Además cayeron 37
las tres medidas de hacinamiento: el porcentaje de hogares con menos de 5 m2 por persona bajó del 48% al 23%, el porcentaje de hogares con más de dos personas por ambiente bajó del 65% a 43% y el porcentaje con más de 3 personas por ambiente cayó aún más, del 37% al 13% (según el Modelo 3). Los resultados son similares para todos los métodos de medición. 5.2.2 Calidad de la vivienda Al evaluar el efecto del programa en la calidad de construcción de la vivienda es importante tomar en cuenta que dos tercios de los hogares tratados utilizan la vivienda de TECHO como ambiente adicional y siguen utilizando alguna de sus casillas originales. Por ello es que, a continuación, se comparan primero los indicadores de calidad de construcción de la vivienda original, la vivienda de TECHO y de las otras casillas, las que pueden referir tanto a una o más casillas de la vivienda original, como a una o más casillas nuevas construidas desde la construcción de la vivienda de TECHO.34 35 De esta comparación se desprende, primero, la baja calidad de la vivienda original (Cuadro 7). Antes de recibir la vivienda de TECHO el 79% de los hogares padecían algún problema con el techo de su vivienda, el 72% algún problema con las paredes y el 52% algún problema con el piso. En consecuencia, un alto porcentaje de los hogares sufrían problemas de frío o calor (74%), humedad (56%), la formación de moho u hongos en el interior de la vivienda (39%), problemas de insectos (66%), inundaciones (43%) y la necesidad de tomar medidas inmediatas para proteger la vivienda cuando llovía (59%). En segundo lugar, se observa poca diferencia en promedio entre las características de la vivienda original (en 2014) y de la otra casilla (en 2015). Cualquier diferencia observada entre las mismas puede deberse al desmantelamiento de una parte de la casilla anterior, daños ocasionados o arreglos o mejoras realizadas durante el transcurso del año.. (ver Cuadro 8 para más información).36 Cuadro 7: Calidad de la vivienda original (2014), de la vivienda de TECHO (2015) y de la otra casilla (2015)
34
Cuando el hogar posee más de una casilla adicional (además de la vivienda de TECHO), el indicador refiere a la situación más frecuente o común de todas las casillas adicionales. 35 El 29% de los hogares tratados siguen utilizando alguna casilla anterior, mientras que el 18% construyó alguna casilla nueva desde la construcción de la vivienda de TECHO. 36 El 32% de los hogares respondió en 2015 que había realizado alguna mejora en la otra casilla durante el último año. La Encuesta de Seguimiento no relevó información sobre los daños y arreglos en la otra casilla.
38
Indicador El techo es de material deficiente
2014 Vivienda original
2015 Vivienda de TECHO
2015 Otras casillas
3.8
-
3.7
El techo es de material deficiente (c/madera deficiente)
22.3
-
20.5
El techo tiene algún problema
79.2
5.6
71.4
Entra agua por el techo
76.1
4.4
66.8
Entra viento por el techo
41.0
1.0
38.8
El techo es inestable
21.8
1.0
23.0
La pared es de material deficiente
7.6
-
7.9
La pared tiene algún problema
71.9
18.0
65.8
Entra agua por la pared
51.9
7.8
41.8
Entra viento por la pared
48.1
7.5
40.8
La pared es inestable
21.8
2.4
15.8
El piso es de material deficiente
24.2
-
22.1
El piso tiene algún problema
57.2
11.2
50.0
El piso tiene filtraciones de agua
46.6
3.8
46.8
El piso es de tierra o tiene filtraciones de agua
35.6
-
47.4
La vivienda es muy o bastante húmeda
55.7
3.1
67.7
La vivienda tiene moho/hongos
39.0
9.9
56.6
Hace frio o calor en la vivienda
73.6
18.0
69.5
La vivienda tiene problemas de insectos
65.6
28.7
67.4
La vivienda se inunda
42.7
2.4
38.9
Dos o mas problemas en techo, paredes y piso
73.9
3.5
63.6
La vivienda no tiene estufa
45.5
38.0
47.1
La estufa no alcanza para mantener temperatura
40.5
8.4
31.3
La vivienda no tiene estufa o no alcanza para mantener temperatura
67.7
43.2
63.6
En la vivienda se debe tomar medidas cuando llueve
58.7
12.7
64.7
Fuente: Elaboración propia sobre la base de EV-TECHO-LB14 y EVTECHO-S15.
En tercer lugar, queda en evidencia que la calidad de la vivienda de TECHO es marcadamente mejor que la vivienda original y que la otra casilla. El porcentaje de hogares con algún problema con el techo, las paredes o el piso de la vivienda de TECHO es de solo el 6%, 18% y 11%, respectivamente, en tanto que el 18% de los hogares respondió que padece frío o calor en la vivienda de TECHO, el 3% que la vivienda es
39
Cuadro 8: Daños arreglos y mejoras en la vivienda Al evaluar el cambio en la calidad de la vivienda es importante considerar los daños ocasionados en la vivienda y los arreglos y las mejoras realizados. Uno de cada cinco hogares tratados sufrió algún daño en la vivienda de TECHO durante el transcurso del año. Los daños más frecuentes fueron: la rotura de una ventana (10 hogares), la perforación de una pared (8 hogares), goteos en el techo (8 hogares), la perforación del piso (5 hogares) y el volado del techo (2 hogares). Otros daños mencionados incluyen: daños en el ruberoid (aislante), humedad e irregularidades en el piso y dificultad en cerrar la puerta. 2014 Vivienda original (%)
2015 Vivienda de TECHO (%)
2015 Otras casillas (%)
La vivienda sufrió daños durante el ultimo año
54.1
21.3
-
Viviendas dañadas en las que hicieron arreglos
77.7
52.5
-
Se hicieron todos los arreglos necesarios durante el ultimo año
30.6
37.7
-
Gasto aproximado en arreglos durante el ultimo año ($)
369.9
113.0
-
El hogar realizo mejoras durante el ultimo año Fuente: Elaboración propia sobre la base de EVTECHO-S15.
45.5
79.2
31.6
Indicador
La mitad de los hogares que sufrió algún daño en la vivienda de TECHO realizó algunos arreglos para solucionarlos y un tercio de ellos realizó todos los arreglos necesarios. Los principales motivos para no arreglar los daños en la vivienda de TECHO fueron: la falta de dinero (mencionado por el 84% de los hogares) y la falta de tiempo (32%). La comparación con los datos de la Encuesta de Línea de Base de 2014 indica que tanto la frecuencia de daños como el gasto promedio en arreglos fue substancialmente más baja en la vivienda de TECHO que en la vivienda original. Casi ocho de cada diez hogares realizaron alguna mejora durante el año en la vivienda de TECHO. Los tipos de mejoras más frecuentes fueron: instalar una conexión eléctrica (34%), pintar (23%), colocar separaciones de ambientes (19%), agregar una escalera (8%) y ampliar la vivienda (7%). El porcentaje de hogares que realizó una mejora en la vivienda de TECHO fue substancialmente más alto que el porcentaje que había realizado una mejora en la vivienda original durante el año previo y también que el que realizó una mejora en la otra casilla. Los principales impedimentos para realizar las mejoras fueron la falta de dinero (67% de las respuestas), que no eran necesarias (15%) y la falta de tiempo (9%). 40
muy o bastante húmeda, el 10% que tiene problemas de formación de moho u hongos, el 29% que tiene problemas de insectos y solo el 2,4% que la vivienda se inunda cuando llueve. Dada la heterogeneidad entre hogares en la configuración de la vivienda, para obtener una unidad de análisis que permita comparar situaciones diferentes de los hogares tratados luego de recibir la vivienda de TECHO se convirtió cada indicador de calidad de la vivienda (variables dicotómicos) en un nuevo indicador que refieren a la fracción de ambientes de la vivienda con cada característica. Los resultados de medición de impacto en los indicadores de calidad de la vivienda (Cuadro A1) dan cuenta que la vivienda de TECHO no produjo una mejora importante en la fracción de ambientes con techo o paredes hechos con materiales clasificados como de “buena calidad”. Al analizar este resultado es importante tomar en cuenta que en la línea de base un alto porcentaje de hogares tenían materiales del techo, piso y paredes clasificados como de “buena calidad”. No obstante, si bien el material de cada componente constituía inicialmente un elemento que era en teoría apropiado, la mala calidad del mismo y/o la falta de aislante o una terminación adecuada hacía que el componente no aportara una protección adecuada. El efecto de la vivienda de TECHO en la fracción de pisos de buena calidad varía según el método de evaluación. Basado en propensity score matching, la fracción de ambientes con piso de buena calidad aumenta 10 puntos de porcentaje (pvalor = .022), mientras que basado en modelo de regresión 3, el efecto no es estadísticamente significativo. La vivienda de TECHO produjo una reducción de gran magnitud y estadísticamente significativa al nivel 1% en todos los indicadores que miden la fracción de ambientes con problemas en el techo, las paredes y el piso y de humedad e inundaciones. Por ejemplo, según las estimaciones basadas en PSM, la fracción de ambientes con problemas en el techo baja de 73% a 32%, con problemas en las paredes baja de 64% a 35% y con filtraciones de agua o piso de tierra de 38% a 20%. Asimismo, la fracción de ambientes que se inunda cuando llueve baja de 43% a 17% y la fracción de ambientes que son muy o bastante húmedos baja de 62% a 28%. Estos resultados son robustos a los distintos métodos de medición de impacto y, por lo tanto, podemos concluir que el programa generó una mejora importante en la calidad de la vivienda.
41
5.3
Indicadores de impacto
5.3.1 Privacidad La falta de privacidad es uno de los principales efectos negativos del hacinamiento. Las personas que viven en un espacio reducido, tienden a experimentar una mayor cantidad de demandas sociales y el hecho de que sus actividades diarias siempre sean observadas por otras personas, puede influir en su bienestar psicológico (Gove, Hughes y Galle, 1979). Los efectos del hacinamiento son particularmente nocivos cuando afectan la privacidad en el sueño. Por lo anterior, es que se mide el impacto de la vivienda de TECHO en tres indicadores de privacidad en general37 y dos indicadores de privacidad en el sueño. Cuadro 9: El uso de la vivienda de TECHO para dormir Al analizar el impacto de la vivienda de TECHO en el hacinamiento de camas es importante recordar que entre los hogares que utilizan la vivienda de TECHO como ambiente adicional el uso más frecuente es el dormitorio. En promedio 3,8 miembros del hogar duermen siempre o casi siempre en la vivienda de TECHO. Además, ocho de cada diez miembros de los hogares tratados duermen en forma regular en la vivienda de TECHO. El referente y sus hijos son los miembros del hogar más propensos a dormir en la vivienda de TECHO. Los hogares también tienden a priorizar que los niños de entre 0 y 12 años duerman en la vivienda de TECHO, por sobre otros grupos etarios. Por otro lado, los miembros de los núcleos secundarios (hermano/a, nuera/yerno e hijos, por ejemplo) son menos propensos a dormir en la vivienda de TECHO. En el 26% de los hogares hubo al menos un cambio durante el año respecto de las personas que duermen en la vivienda de TECHO. Las razones más frecuentes para realizar estos cambios fueron que el miembro se fue de o se incorporó al hogar durante el año y/o que una persona durmió en la vivienda de TECHO en forma temporaria.
37
Cabe resaltar que muchos hogares que reciben la vivienda de TECHO toman medidas para crear mayor privacidad en la vivienda de TECHO. Por ejemplo, el 40% de los hogares beneficiados indicó que había agregado alguna separación adicional al interior de la vivienda de TECHO. Los materiales más frecuentemente utilizados para las separaciones son la madera (50%), un armario (34%) y cortinas (16%). Los motivos principales para introducir la separación fueron separar las habitaciones según los usos (65%), crear espacios para intimidades (18%) o separar a los miembros por edad (10%), género (6%) o núcleo de pertenencia (1%).
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Las encuestas relevaron información muy detallada sobre la distribución y uso de las camas. Durante la encuesta, el encuestador tenía que dibujar en un croquis la vivienda con la ubicación de cada cama. Luego debía recoger información sobre la cantidad de plazas y sobre quien duerme en cada cama. Esta información fue utilizada para definir una serie de indicadores de hacinamiento de camas. Se define una cama hacinada como una cama en la cual duerme más de una persona por plaza. El Cuadro 9 presenta información adicional sobre el uso de la vivienda de TECHO para dormir. Los resultados muestran una reducción estadísticamente significativa en todos los indicadores de falta de privacidad y en la mayoría de los casos el cambio es de importante magnitud (Cuadro A2). El porcentaje de hogares en los que los miembros no tienen lugar para cambiarse en privado baja de 40% a 25% (según el Modelo 3). El porcentaje de hogares en los que al menos una cama está hacinada baja de 71% a 56% y el porcentaje de hogares en los que todas las camas están hacinadas baja de 23% a 11%. Es evidente que el aumento en el tamaño de la vivienda permite a los hogares a agregar camas adicionales, mejorando así la privacidad en el sueño. 5.3.2 Sueño El hacinamiento y los problemas estructurales de la vivienda son factores que influyen en la calidad de sueño. Las encuestas recolectaron información sobre las siguientes características del sueño: problemas para conciliar el sueño, despertarse de noche, la percepción de calidad de sueño, la cantidad de horas que se duerme y la somnolencia diurna.38 Se relevan los primeros dos indicadores para todos los miembros del hogar y los restantes solamente para el referente entrevistado.39 También se mide el efecto en cómo la lluvia y otras condiciones climáticas afectan el sueño, la cantidad de ambientes usados exclusivamente para dormir y la combinación de usos de los ambientes usados para dormir.
38
Los indicadores vinculados con los problemas para conciliar el sueño, la duración del sueño, los disturbios del sueño y la disfunción diurna por falta de sueño corresponden a componentes del Índice de Calidad de Sueño de Pittsburg, un instrumento usado para medir la calidad del sueño en adultos. 39 El 81,8% de los referentes durmieron al menos una noche en la vivienda de TECHO durante el mes previo a la Encuesta de Seguimiento y el 79,5% duerme siempre o casi siempre en la vivienda de TECHO.
43
Cuadro 10: Percepción del referente con respecto a la mejora en sueño La Encuesta de Seguimiento también pidió al referente que indicara qué miembros del hogar habían empezado a dormir mejor después de la construcción de la vivienda de TECHO, independientemente de si duermen o no en esta vivienda. De los resultados se desprende que el 85% de las personas duermen mejor que antes. Además, al desagregar este dato según el lugar de dormir, se encuentra que mientras que mejora la percepción de calidad de sueño del 91% de las personas que duermen en la vivienda de TECHO, también mejora la percepción de calidad de sueño del 63% de las personas que duermen en otras casillas. Este resultado dejaría en evidencia que la vivienda de TECHO beneficia no sólo a las personas que duermen a en ella, sino que a todo el grupo familiar al aliviar el hacinamiento en las otras casillas. Para las personas que respondieron que duermen mejor luego de recibir la vivienda de TECHO, se preguntó cuál es la razón de lo anterior. El 51% de las personas duerme mejor por algún motivo vinculado con la reducción del hacinamiento. El 36% mencionó el aumento en el espacio disponible, el 14% el tener un espacio propio, el 6% el tener lugar para intimidades, el 3% la posibilidad de separar a las personas por edad y sexo (por ejemplo, separar los niños o adolescentes de los adultos) y el 3% el hecho de poder dormir más horas o tener más flexibilidad en los horarios de dormir. Por otro lado, en el 37% de los casos, la mejora en la calidad de sueño se vinculó con una mejora en la calidad de la vivienda. El 23% refirió específicamente a la calidad de la construcción, el 23% a tener un espacio más seco y en dónde no llueve dentro de la vivienda y el 17% a tener menos frío o calor. Otras respuestas reiteradas son tener mayor seguridad (8%) y menos conflicto o mejor relación familiar (2%).
El Cuadro A2 presenta las mediciones del efecto de la vivienda de TECHO en doce indicadores de calidad de sueño. El efecto más importante en esta dimensión es en los indicadores vinculados con las interrupciones del sueño y en la cantidad de ambientes usados para dormir. El porcentaje de hogares en los que al menos un miembro se despierta de noche muy frecuentemente baja de 44% a 31%, mientras que el porcentaje de hogares en los que los miembros se despiertan cuando alguien se levanta cae de 62% a 45% (basado en propensity score matching). También hubo un aumento estadísticamente significativo en la cantidad de ambientes usados exclusivamente para dormir según todos los métodos 44
de medición de impacto. En cambio, no hubo un efecto en el porcentaje de referentes que duerme menos de 6 o más de 10 horas por día. El efecto en el porcentaje de hogares en los que al menos un miembro duerme en un ambiente que se utiliza para cocinar y en los indicadores que refieren a la percepción de calidad de sueño del referente y somnolencia diurna del referente es estadísticamente significativo solo basado en propensity score matching. El Cuadro 10 presenta información complementaria sobre la percepción del referente con respecto a las mejoras en la calidad de sueño de los miembros del hogar. 5.3.3 Salud Existe amplia evidencia de la relación entre la salud y la calidad de la construcción y el grado de hacinamiento de la vivienda. El reemplazo del piso de tierra por piso de madera y mejoras en la terminación de las paredes y el techo pueden mejorar la higiene en la vivienda, proveer mayor protección del frío y calor y reducir la humedad en la vivienda. Asimismo, un aumento en el tamaño de la vivienda puede reducir el contagio de enfermedades. Además, otras dimensiones del bienestar (la calidad del sueño, el estado de ánimo, los conflictos y las oportunidades para contactos sociales) pueden tener repercusiones fisiológicas.40 Las encuestas relevaron información para cada miembro de la familia sobre la ocurrencia de distintas enfermedades durante el último año y sobre la frecuencia de las mismas. El foco fue puesto en relevar información sobre las enfermedades que suelen estar asociadas con los problemas habitacionales y que producen los siguientes tres síntomas: problemas respiratorios, dolores de las articulaciones y diarrea. Se utilizó esta información para definir los seis indicadores presentados en el Cuadro A3. Si bien la vivienda de TECHO tuvo un efecto negativo en la mayoría de los indicadores de incidencia de enfermedades, el único indicador para el cual el efecto es estadísticamente significativo según cualquiera de los métodos basados en la comparación entre tratamiento y control es el porcentaje de hogares en los que al menos un miembro tuvo tos o congestión muy seguido durante el último año. Ese porcentaje cae de 37% a 25% (según el Modelo de regresión 3). Basado en el método de propensity score matching se encuentra un efecto estadísticamente significativo en el porcentaje de hogares en los que al menos un miembro
40
Una amplia y creciente literatura ha demostrado, por ejemplo, los efectos adversos de los trastornos del sueño en las enfermedades neurológicas, cardiovasculares, metabólicas y oncológicas, las enfermedades psicológicas, la capacidad de trabajo y otros aspectos de la vida humana (Buxton y Marcelli, 2010; Strine y Chapman, 2005).
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tuvo dolores de articulaciones muy seguido durante el último año. Tampoco encontramos un efecto en la satisfacción del referente con su estado de salud. 5.3.4 Seguridad El concepto de seguridad refiere a la ausencia de riesgos o amenazas. La inseguridad puede estar asociada tanto con la violencia como con otros riesgos a la seguridad física, como las enfermedades o los accidentes. La percepción de seguridad a su vez puede influir en otras dimensiones del bienestar, como el sueño41 o el bienestar psicológico. Los indicadores de impacto en seguridad refieren a los riesgos asociados con la condición física de la vivienda, el riesgo de ocupación de la vivienda, la incidencia de robos y la sensación general de seguridad que siente el referente en la vivienda. La Encuesta de Seguimiento relevó información sobre estas medidas de seguridad en forma separada para la vivienda de TECHO y para las otras casillas. Los primeros dos indicadores de seguridad presentados en el Cuadro A3 están basados en la comparación entre la vivienda original y la vivienda de TECHO, mientras que el tercer, cuarto y quinto indicadores están basados en la comparación entre la vivienda original y la vivienda en su conjunto un año de después de la construcción de la vivienda de TECHO (la vivienda de TECHO más las otras casillas, si fuera el caso). Los resultados indican que la vivienda de TECHO produjo una mejora de gran magnitud y estadísticamente significativa en todos los indicadores de seguridad considerados, excepto el riesgo percibido de ocupación de la vivienda, según cualquiera de los métodos de medición de impacto. Por ejemplo, el porcentaje de referentes preocupados por la condición de la vivienda baja de 63% a 18% y el porcentaje que piense que la vivienda puede colapsar baja de 37% a 11% (según el Modelo 3). Además hubo un efecto importante no solo en la percepción de inseguridad, sino también en la incidencia de robos. El porcentaje de hogares que habían sufrido al menos un robo durante el año previo bajó de 21% al 11% (según Modelo 3) y de 17,5% a 11% según (según PSM).42 Por último, se
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La literatura sobre trastornos de sueño indica que el sueño ocurre cuando las personas se sienten suficientemente seguras como para bajar la vigilancia o precaución (Simonelli et al., 2015). 42 Este resultado difiere del resultado de la evaluación de impacto del programa de vivienda de emergencia de TECHO realizado por Galiani et al. (2014). Ese estudio no encontró ningún efecto en la incidencia de robos. La diferencia de los resultados puede deberse a la mayor inseguridad en los asentamientos informales del Gran Buenos Aires en comparación con los otros países, ya que en estos últimos solo el 1% o 2% de los hogares manifestaron haber sufrido un robo en los 12 meses previos. Según un estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina, el 31% de los argentinos mayores de 18 años sufrió algún acto de delincuencia o violencia durante el año previo y el porcentaje es todavía más alto en la población que habita en los asentamientos informales (36%) (Salvia, 2015).
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duplicó el porcentaje de referentes que se siente muy o bastante seguro en la vivienda en que duerme. 5.3.5 Actividades en la vivienda El Programa de vivienda de emergencia de TECHO puede ampliar las oportunidades para ejercer un oficio, elaborar artesanías o realizar actividades recreativas en la vivienda por el aumento en el espacio y la privacidad o por la mejora en la calidad de la construcción, creando un entorno más cómodo y más seguro para guardar los materiales. La encuesta relevó información para cada integrante del hogar sobre la realización de artesanías, oficios u otras actividades con y sin fines lucrativos dentro de la vivienda y, a los hogares con niños y adolescentes en edad escolar, preguntó si hay un lugar tranquilo en la vivienda para estudiar. Se encuentra un efecto del programa en solo algunos indicadores vinculados con las actividades en la vivienda (Cuadro A3). Por un lado, el programa no tuvo ningún impacto en el uso de la vivienda para realizar artesanías u oficios. Por otro lado, el porcentaje de hogares con niños de entre 6 y 17 años que tienen un lugar tranquilo para estudiar aumentó marcadamente de 64% a 90% (basado en el Modelo 3) y de 54% a 94% (basado en PSM). El cambio es estadísticamente significativo al nivel 1% según todos los métodos de medición de impacto. El efecto en la disponibilidad de espacio tranquilo para realizar tareas escolares sugiere que la vivienda de TECHO no solo produce una mejora en las condiciones de vida, sino que también puede ampliar las oportunidades de los niños en el largo plazo. Este resultado es consistente con los resultados de algunos otros estudios que han demostrado el efecto de la vivienda en la educación de los niños (Goux y Maurin, 2005; Kast, 2009). 5.3.6 Relaciones interpersonales La calidad y el tamaño de la vivienda pueden afectar las relaciones interpersonales tanto dentro del hogar como hacia afuera. Vivir en una vivienda insegura y hacinada puede generar conflictos entre los miembros del hogar. Al mismo tiempo, la capacidad de desarrollar relaciones personales de apoyo emocional con amigos, vecinos y familiares puede verse afectada por el espacio disponible en la vivienda y su calidad constructiva. Por
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vergüenza las personas que viven en situaciones de precariedad habitacional pueden ser menos propensas a recibir a amigos o familiares en su vivienda y aislarse socialmente.43 El Cuadro A4 presenta las mediciones de impacto en tres indicadores de relaciones interpersonales. El porcentaje de hogares con conflicto frecuente por falta de espacio baja de 29% a solo 3% (basado en Modelo 3) y de 34% a 6% (basado en PSM). El efecto es estadísticamente significativo al nivel 1% según todos los métodos de estimación. A las personas que afirmaron tener conflictos familiares por falta de espacio, se les pidió que explicaran las razones del conflicto. Las respuestas más frecuentes fueron la presencia de bebés y/o las peleas entre los niños (24%) y la falta de espacio para intimidades o la falta de privacidad (20%). Estos resultados sugieren que un beneficio relevante de la vivienda de TECHO es hacer posible la creación de espacios propios y separados para los adultos y los menores. Los resultados también indican que mejoró la socialización hacia afuera. Si bien no hubo un efecto estadísticamente significativo en el porcentaje de hogares que nunca recibe gente en la vivienda, aumentó el grado de comodidad al momento de recibir invitados. El porcentaje de referentes que se siente poco o nada cómodo recibiendo a amigos, vecinos o familiares en su vivienda disminuye de 29% a 4% (basado en Modelo 3) y de 33% a 6% (basado en PSM). Además, según las respuestas abiertas sobre por qué los miembros del hogar no reciben visitas o se sienten incómodos haciéndolo, la falta de espacio dejó de ser la principal razón para no socializarse. Luego de recibir la vivienda de TECHO, las principales razones para no recibir invitados son el deseo de estar solos, el hecho de no tener familiares cerca, o el tener conflictos con los familiares. Es decir, se presentan argumentos de índole interna o personal, en lugar de vinculados al entorno. 5.3.7 Estado de ánimo y percepción de bienestar Existe amplia evidencia de la asociación positiva entre el tamaño y calidad de la vivienda y el bienestar psicológico (Krieger y Higgins, 2002). La mala calidad del sueño, la preocupación por el riesgo estructural de la vivienda y el conflicto generado por vivir en una vivienda insegura y hacinada pueden producir ansiedad y reducir la percepción de calidad de vida.
43
La capacidad de ir por la vida sin sentir vergüenza es considerada una de las dimensiones faltantes en la medición de la pobreza o del desarrollo humano (CAF-OPHI, 2015).
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El Cuadro A4 presenta estimaciones de impacto en cuatro indicadores de estado de ánimo e tres indicadores de la percepción de calidad de vida y de la satisfacción con la vivienda del referente del hogar. Los resultados muestran que la vivienda de TECHO produjo una reducción tanto en la incidencia de sentimientos negativos—como tristeza, ansiedad, desesperanza o depresión—y estrés por conflicto en el hogar. El porcentaje de referentes que experimentó sentimientos negativos durante el mes previo cae de 67% a entre 48% y 50%. El porcentaje de referentes que sintió estrés por conflicto en el hogar desciende de 45% a 30% (basado en Modelo 3) and de 48% a 32% (basado en PSM). También baja el porcentaje de referentes que padece sentimientos negativos todos los días y el porcentaje que siente estrés por conflicto todos los días, pero el cambio en las versiones más restrictivas de estas variables no es estadísticamente significativo. Finalmente hubo un aumento estadísticamente significativo al nivel 1% en el porcentaje de referentes que califica su calidad de vida como bastante o muy buena y también fuertes mejoras en los indicadores de satisfacción con la vivienda y comodidad en la vivienda. En resumen, la evidencia indica que el Programa de vivienda de emergencia de TECHO tiene un efecto de gran magnitud en la privacidad, la seguridad, las relaciones interpersonales, el estado de ánimo y la percepción de calidad de vida. El efecto en salud, sueño y actividades en la vivienda es limitado a solo algunos indicadores en cada dimensión. El Cuadro 11 resume los principales resultados en cada dimensión.
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Cuadro 11: Principales efectos de la vivienda de TECHO en el bienestar Dimensión
Efecto de la vivienda de TECHO
Tamaño de la vivienda
Aumento de un promedio de 30% en el tamaño de la vivienda. Fuerte reducción en el hacinamiento.
Calidad de la vivienda
Reducción en los problemas con el techo, las paredes y el piso y en la humedad y las inundaciones.
Privacidad
Efecto positivo en todos los indicadores de privacidad y de hacinamiento de camas.
Sueño
Reducción en las interrupciones de sueño y aumento en la cantidad de ambientes usados exclusivamente para dormir
Salud
Baja en el porcentaje de hogares en los que al menos un miembro tuvo tos o congestión muy seguido durante el último año.
Seguridad
Reducción marcada en todos los indicadores de percepción de inseguridad y en la incidencia de robos.
Actividades en la vivienda
Ningún efecto en la participación en oficios o artesanías. Fuerte incremento en el porcentaje de hogares con niños de 6 a 17 años que tienen un espacio tranquilo para estudiar.
Relaciones interpersonales
Reducción en los conflictos por falta de espacio. Aumento en el porcentaje de referentes que se siente cómodo recibiendo amigos o familiares en la vivienda.
Estado de ánimo y percepción de bienestar
Baja en la prevalencia de estrés por conflicto en el hogar y de los sentimientos negativos. Mejora en la percepción de calidad de vida, la satisfacción con la vivienda y la comodidad dentro de la vivienda.
5.4
Las voces de los participantes Con el propósito de proveer una visión más comprensiva de los efectos en el bienestar
de las familias beneficiarias del Programa de vivienda de emergencia de TECHO, la Encuesta de Seguimiento incluyó una serie de preguntas abiertas. Las mismas nos permitieron captar las percepciones de los participantes sobre temas no previstos en el diseño de la investigación y también a prestar atención a sus propias palabras. La primera pregunta de la Encuesta de Seguimiento fue “Un año después de la construcción de la vivienda de TECHO, ¿qué dirías que son las cosas más importantes que se cambiaron en tu vida y en la vida de tu familia?”. Con esta pregunta la intención fue
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registrar las impresiones de los participantes un año después de recibir la vivienda, sin que el encuestado fuera influenciado por las preguntas incluidas en el cuestionario. Gráfico 4: Cambios más importantes en la vida familiar
Fuente: Elaboración propia sobre la base de la EVTECHO-SEG15; N=245.
El Gráfico 4 presenta el porcentaje de encuestados que mencionó cada concepto. Si bien, en términos generales, las respuestas coinciden con los resultados de la información cuantitativa44, la riqueza de las preguntas abiertas permite complementar dicha información con el sentir y la experiencia de las personas que han recibido la vivienda de TECHO, de tal forma de profundizar y entender de manera más concreta cuál es el impacto de dicho cambio en la familia. Si se observa la información sintetizada en el gráfico precedente, cuatro de cada diez participantes refirió a una mejora general en su calidad de vida o a la mayor comodidad que se siente dentro de la nueva vivienda. El 38% de los encuestados hizo referencia a la mejora en la resistencia a las condiciones climáticas y el 20% a la reducción en las filtraciones de frío y calor, aspectos vinculados con la calidad de la construcción de la vivienda. Algunas respuestas que describen estos aspectos incluyen:
Hubo mucha similitud con las respuestas a la pregunta “¿Cuáles son los 3 problemas más importantes que pudiste solucionar con la construcción de la vivienda de TECHO?”. Las diez respuestas más frecuentes (en orden) a esa pregunta eran: mal estado de la vivienda, hacinamiento, incomodidad, frio/calor, falta de lugar propio, riesgo de inundación, dormir mal, enfermedades, escasa privacidad y cohabitación de núcleos diferentes. 44
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“Es más calientita y casi no nos llega el agua cuando se inunda el barrio”. “Antes fue el chaperío ese que se llovía y se inundaba todo, ya no nos preocupamos cuando llueve”. “Antes no invitábamos a nadie porque si llovía en plena noche había que levantarse y correr todo. Ahora los chicos pueden invitar amigos a dormir. Mejoró la situación cuando llueve, graniza, hay viento. En la casa de TECHO no se siente ni el calor, ni el frio”. “La casa anterior era de chapa y madera. En la tormenta, se levantaron las chapas. Estamos más seguros acá, más limpio el piso. Mis chicos se pueden tirar al piso”. “No tengo miedo de lluvias y tormentas, puedo dormir más tranquila.” “Cambió todo. Dejé de perder todo cada vez que llovía, documentos, ropa, frazadas. Además, entra mucho menos agua”.
Aproximadamente un tercio de los encuestados habló del aumento en el espacio y vinculado con este tema, el 12% mencionó poder separar los integrantes por edad o género y el 11% tener más privacidad o intimidad. En las respuestas vinculadas con la reducción en el hacinamiento, se resaltó en particular la ampliación en el espacio para los niños y la mayor privacidad para la pareja. “Tenemos más espacio y también privacidad e intimidad para mí y mi marido.” “Antes dormíamos 7 en una pieza. Ahora en la casa de TECHO duermen los chicos y en la otra pieza las chicas”. “Estoy más tranquila. Tenemos nuestro espacio propio con los nenes. Antes compartía pieza con mis hermanos. Ya no peleamos más por estar todos en la misma pieza”. “Ya no dormimos tan apretados como antes (10 en 4 camas)”. “La privacidad más que nada, la comodidad, tener espacio para uno mismo”.
Con respecto a la salud de la familia, un 10% de los encuestados manifestó cómo el incremento en la calidad de la vivienda había contribuido a mejorar la salud de algún familiar: “Le cambió la vida a mi hija que es oxígeno dependiente y no puede estar en un lugar húmedo, como la casa anterior”. Mi hija no se enferma más. Tiene asma y vivía enfermándose. Este año nunca se enfermó. Vivíamos en el agua. Nos cambió la vida”.
Cabe destacar también aspectos a los que no se prestó tanta atención en el análisis cuantitativo. Por ejemplo, el 12% de los referentes destacó la importancia de tener una casa propia o mayor independencia, y el 8% mencionó cómo la ayuda les permitió realizar nuevos proyectos. Algunas respuestas que reflejan estos beneficios del programa incluyen:
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“Ahora tenemos nuestra propia casa. Podemos empezar a salir adelante porque ya nos preocupamos por el alquiler. Hicimos el pozo de agua, cambiamos las ventanas y la puerta. Estamos mucho más tranquilos, sin preocuparnos llegar a fin de mes”. “Fue un empujón, ahora pudimos hacer el baño y también hacer el techo nuevo”. “La comodidad, nos permite hacer otros proyectos, de agrandar la vivienda para estar más cómodos. Al tener esto podemos proyectarnos más. La construcción nos unió mucho como familia ya que no solo trabajaron los voluntarios sino que nosotros también tuvimos que trabajar como familia.
Otra de las preguntas que se realizaron, fue al término de la Encuesta de Seguimiento. Con ella se buscó indagar en los pensamientos sobre el futuro: ¿Por cuánto tiempo pensás que van a usar la vivienda de TECHO? ¿Por qué este tiempo? ¿Cómo te imaginas que van a vivir después? y ¿A qué tipo de vivienda se van a pasar?. En general, y como se puede observar en el Gráfico 5, las respuestas dejan muy en evidencia que más de la mitad de los referentes perciben la vivienda de TECHO no como una solución habitacional temporaria, sino como una vivienda que utilizarán por varios años. De hecho, el 32% respondió que piensen usar la vivienda de TECHO “para siempre” y el 24% por “mucho tiempo”. Solo uno de cada veinte referentes imagina que usará la vivienda de TECHO por menos de un año y uno de cada diez por menos de dos años. Estas respuestas probablemente reflejan la situación habitacional extremadamente precaria en la que vivían los hogares antes de participar en el programa así como también las bajas posibilidades de mejorar o ampliar su vivienda en el futuro. Es importante tomar en cuenta que las respuestas tambien pueden reflejar el cariño que tienen a la vivienda de TECHO. Grafico 5: ¿Por cuánto tiempo piensa vivir en la vivienda de TECHO?
Fuente: Elaboración propia sobre la base de la EVTECHO-SEG15, N=241.
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No obstante esto, es interesante destacar, como ya se mencionó precedentemente, que en las respuestas a esta pregunta se expresó bastante que la vivienda de TECHO es considerada como una herramienta o un paso intermedio entre la situación de precariedad en la que vivían las familias y las expectativas futuras sobre la construcción de una vivienda mejor o dándole a la vivienda de TECHO, en algunos casos, un nuevo uso. Así lo expresan los referentes: “Hasta que podamos construir una de material. Mientras tanto la seguiremos usando y mejorando ya que es lo más seguro que tenemos”. “Por ahora en esta, y si Dios lo permite y mi marido consigue trabajo, comprarnos un terreno, poner la casilla ahí y comenzar a construir de material”. “Me quedo para siempre. Agrandándola, sumándole más piezas, mejorando los materiales pero la mantendríamos siempre” “Todo lo posible, hasta que se caiga el techo. Cuando terminemos la casa de material usaríamos la vivienda de techo como cocina”. “Un buen tramo más, empezamos a levantar pieza de material pero después la vamos a seguir usando de comedor, y así a medida que vayamos construyendo”.
Estas idea se refuerza con cuando se imagina el referente su situación habitacional en el futuro. Más de la mitad de ellos (66%) imagina que vivirá en una vivienda “de material” (Gráfico 6). Es decir, se apunta a tener una vivienda de cemento y ladrillo. Otro 23% de los referentes imagina tener una vivienda más grande, con más ambientes. No obstante, consistente con las respuestas a la pregunta anterior, uno de cada cuatro referentes no se imagina nada o al menos nada más a allá de alguna mejora o ampliación en la vivienda de TECHO. Grafico 6: ¿Cómo será su vivienda en el futuro? 1
Fuente: Elaboración propia sobre la base de la EVTECHO-SEG15, N=241. 1
Las respuestas no son excluyentes y por lo tanto, no suman a 100%.
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Algunos respuestas que profundizan este imaginario de vivienda futura son las siguientes: “De material, dos piezas y una cocina. Con eso seria feliz. Sueño con el gas natural”. “Supongo que le voy a hacer una pieza a cada una de material. Si tengo otro terreno me llevo la casilla”. “Una casa de dos pisos de material. Siempre lo soñé. A la nena más grande siempre le gustó eso, con un ventanal”.
Finalmente, la Encuesta de Seguimiento incluye dos preguntas que recogen información de utilidad para poder mejorar la comodidad de la vivienda de TECHO. Se pregunta ¿Tuviste algún inconveniente o alguna desilusión con la utilidad de la vivienda? y ¿Tenés alguna recomendación de mejora que le podríamos hacer a la vivienda para que sirva más? Grafico 7: Recomendaciones de mejora en la vivienda de TECHO
Fuente: Elaboración propia sobre la base de la EVTECHO-SEG15, N=239.
De las respuestas, se destaca primero que el 53% de los referentes manifestó no haber tenido ningún inconveniente o desilusión con la vivienda de TECHO. Entre los que tuvieron algún inconveniente, los más mencionados fueron los vinculados con la apertura en el material de la vivienda.45 El 18% de los hogares tuvo problemas con las ventanas, 45
El problema de entrada de agua por las ventanas también fue la queja más frecuente de los hogares que indicaron que no se habían cumplido todas sus expectativas acerca de la construcción de la vivienda de TECHO
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principalmente por la entrada de agua, y el 6% problemas con la inseguridad de las ventanas y puertas. Se mencionaron tanto los espacios entre la ventana o puerta y el marco, como la necesidad de agregar pestillos para mejorar la seguridad de las aperturas. Otros inconvenientes mencionados fueron los vinculados con la carpintería. Los participantes recomendaron, por ejemplo, mejorar las uniones de las maderas de las paredes y del piso como para evitar la entrada de agua, viento, roedores e insectos. Fue fundamental para explicar el detalle de las problemáticas identificadas en la vivienda de TECHO el que esta pregunta haya sido abierta, pues permitió comprender qué aspectos de la vivienda son urgentes de mejorar para una vida cotidiana de mayor calidad y seguridad para las familias. Algunas de estas especificaciones las mencionamos a continuación, de la voz de los propios referentes: “La pared hacerla más segura ya que con la bolsa que se pone en la cocina, es posible provocar un incendio”. “Que se cierren bien las esquinas, mejorar la apertura de las ventanas y puerta”. “Las ventanas, estaría bueno que tengan los marcos más ajustados para que no entre viento. Sería bueno que la puerta no se hinche cuando haya humedad.” “Por las paredes hay filtraciones de viento, en el frio sobre todo. La ventana tiene los marcos torcidos, por lo que entra agua. El piso está flojo. Se aflojaron los clavos de las vigas”
Otras recomendaciones incluyeron agrandar la vivienda (mencionados por 19% de los referentes), agregar separaciones (14%), agregar un baño (10%), mejorar las paredes (4%), proveer una instalación eléctrica (3%), mejorar el aislante (2%), mejorar el techo (2%) y agregar una escalera en la entrada (2%).
Conclusiones Hace dos años y medio la organización TECHO se puso en contacto con el Programa Interdisciplinario sobre Desarrollo Humano e Inclusión Social de la UCA, en búsqueda del apoyo teórico y metodológico que le permitiera validar científicamente aquello que la institución ya observa en su trabajo diario: el importante beneficio que significa para familias en condiciones de vulnerabilidad extrema la recepción de una vivienda de emergencia autoconstruida con la ayuda de voluntarios. Desde el inicio la organización estableció dos condiciones para la realización de la evaluación de impacto, primero, que la evaluación debía realizarse sin introducir ninguna modificación en el proceso del Programa de vivienda de emergencia y, segundo, la organización no estaba dispuesta a establecer 56
contacto con potenciales hogares beneficiarios en un tiempo previo extendido al ofrecimiento de la vivienda. Este planteo postuló una importante limitación metodológica, haciendo imposible la aplicación de la técnica preferida y más ampliamente aceptada por la comunidad científica internacional que requiere la asignación aleatoria de los casos que reciben el beneficio. Se elaboró entonces una propuesta alternativa basada en una metodología cuasi-experimental, que requirió un despliegue técnico mayor, pero que garantiza la obtención de un conjunto de resultados robustos. Los análisis muestran, en primer lugar, que la vivienda emergencia de TECHO tuvo un efecto directo y contundente tanto en el tamaño como en la calidad de construcción de la vivienda de los hogares beneficiados. El tamaño de la vivienda aumenta en promedio un 30% y también baja fuertemente el hacinamiento y especialmente el hacinamiento crítico (tener más de 3 personas por ambiente). En cuanto a la calidad de la construcción, el programa bajó marcadamente la fracción de ambientes que presentan problemas en los diferentes componentes de la vivienda (piso, techo, paredes). Asimismo la construcción sobre pilotes que aleja el piso de la tierra mantiene el ambiente más seco y menos frío. Aun así, el análisis de las respuestas cualitativas permitió detectar que la vivienda de TECHO, en algunos casos, presenta problemas de aislamiento en sus ventanas, poca seguridad en las puertas y falta de hermeticidad de las paredes. A partir de la experiencia de TECHO en el territorio y una subsecuente revisión de la literatura, se identificaron las siguientes siete dimensiones sobre las cuales medir impacto: la privacidad, el sueño, la salud, la seguridad, las actividades en la vivienda, las relaciones interpersonales y el estado de ánimo y percepción de bienestar. Al definir los indicadores en cada dimensión se esmeró en usar medidas en el “espacio” de los funcionamientos de las personas (gozar de buena salud, sentirse seguro, etc.) en vez de enfocarnos en indicares económicos (como el ingreso) sobre los cuales no se esperaría un impacto tan importante, dadas las características del programa. Asimismo en cada dimensión se buscó usar indicadores de impacto objetivos, además de los subjetivos o de percepción. Las dimensiones en las que se encuentra un mayor impacto son la privacidad, la seguridad, las relaciones interpersonales y el estado de ánimo y percepción del bienestar. En todas estas dimensiones el impacto es de gran magnitud y robusto a los diferentes métodos de medición de impacto. Algunos ejemplos dejan en evidencia el efecto notable que mejoras en estas dimensiones tuvieron en la calidad de vida de los participantes. En 57
privacidad disminuyó de manera significativa el hacinamiento de camas–un indicador que representa un riesgo social muy alto. En seguridad se destaca en particular la fuerte reducción en la incidencia de robos, además de la baja en la preocupación por el estado de la vivienda. En cuanto a las relaciones interpersonales, se observan disminuciones en la frecuencia de conflictos entre los miembros del hogar, dado que la vivienda de TECHO hace posible la creación de espacios propios y separados para adultos y menores. Por otro lado, baja el porcentaje de referentes que se sienten incómodos recibiendo amigos o familiares en su vivienda. En la dimensión de salud, si bien la vivienda de TECHO produjo una reducción en la mayoría de los indicadores de incidencia de enfermedades, el único indicador para el cual el efecto es estadísticamente significativo según todos los métodos de medición es el porcentaje de hogares en los que al menos un miembro tuvo tos o congestión muy seguido durante el último año. En la dimensión de sueño, los resultados indican que la vivienda de TECHO produjo una baja en las interrupciones de sueño de los miembros de hogar. Asimismo, si bien no se altera el porcentaje de referentes que duerme menos horas que lo recomendado, aumenta la cantidad de ambientes usadas exclusivamente para dormir. Por otra parte, el programa resultó en un aumento marcado en el porcentaje de hogares con niños de entre 6 y 17 años que tienen un lugar tranquilo para estudiar. Este resultado es un indicio de que la vivienda de TECHO no solo produce una mejora en las condiciones de vida, sino que también puede ampliar las oportunidades de los niños en el largo plazo. Los resultados del análisis cualitativo son consistentes con los resultados cuantitativos. Al describir los cambios en la vida familiar luego de un año de haber recibido la vivienda de TECHO, los referentes resaltaron la mejora en la comodidad de la vivienda, sentir menos preocupación, dormir más tranquilo y tener más espacio, más privacidad y menos conflicto en el hogar. Algunos referentes también constataron que la mayor tranquilidad y comodidad que sentían en la nueva vivienda les había dado el impulso para iniciar nuevos proyectos. Para muchas familias, se considera la vivienda de TECHO como una herramienta o un paso intermedio entre la situación de precariedad en que vivían y las expectativas futuras de tener un día una vivienda más grande y “de material”. Por último, fue otro objetivo del estudio indagar en qué se puede mejorar el accionar de TECHO, ya sea en cuanto a la vivienda entregada o a la forma en que se construye. Un 58
sector del público y de los profesionales entendidos en materia de pobreza y marginalidad, así como algunos expertos en arquitectura y urbanismo rechazan la propuesta de TECHO por considerar que ofrecen a las personas una alternativa muy similar a la vivienda que ya poseen. La vivienda de TECHO no ofrece materiales ignífugos, no incluye conexiones básicas a servicios públicos, no está apropiadamente aislada y no ofrece una solución de habitabilidad a largo plazo. Los resultados de este estudio permiten comprobar que la vivienda de emergencia de TECHO produce una mejora contundente en la calidad de vida de familias que se encuentran en condiciones de pobreza extrema. Muestra también, no obstante, la urgencia de introducir políticas públicas para ampliar el acceso a la vivienda y mejorar las condiciones de vida en los asentamientos informales del país.
59
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63
Cuadro A1: Efecto de la vivienda de TECHO en el tamaño y calidad de la vivienda Línea de base tratados (Desvío estándar)
Antesdespués
Tratamiento-control
Medias control (Desvío estándar)
Modelo 1
Modelo 2
Regresiones Modelo 3
Medias control apareados
5.265
PSM
Efecto de la vivienda de TECHO en el tamaño de la vivienda 5.396
0.102
5.284
0.214
-0.103
-0.117
(2.62)
(0.304)
(2.49)
(0.42)
(0.7)
(0.399)
Cantidad de miembros
M2 de la vivienda
2
M de la vivienda por persona
27.773
10.46***
29.142
9.219***
8.046***
7.794***
(18.865)
(0)
(22.009)
(0)
(0)
(0)
5.716
2.499***
6.446
1.796**
1.897**
1.950***
(4.322)
(0)
(6.054)
(0.003)
(0.001)
(0)
2.164
0.573***
2.057
0.680***
0.572***
0.595***
(1.19)
(0)
(1.151)
(0)
(0)
(0)
3.116
-0.827***
3.230
-0.940***
-0.934***
-0.963***
(1.812)
(0)
(2.007)
(0)
(0)
(0)
0.500
-0.272***
0.477
-0.255***
-0.246***
-0.248***
29.706
8.448 ***
6.298
1.956 ***
(0)
(0.001) 2.034
0.694 ***
3.257
-0.971 ***
0.448
-0.227 ***
0.636
-0.203 ***
0.399
-0.251 ***
Cantidad de ambientes
(0)
Personas por ambiente
2
Hacinamiento (< 5 m por persona)
(0.501)
(0)
(0.5)
(0)
(0)
(0)
0.651
-0.214***
0.645
-0.208***
-0.212***
-0.219***
(0.478)
(0)
(0.479)
(0)
(0)
(0)
0.342
-0.196***
0.366
-0.220***
-0.229***
-0.240***
(0.475)
(0)
(0.483)
(0)
(0)
(0)
0.196 (0.315)
(0)
(0)
Hacinamiento (> 2 personas por ambiente)
(0)
Hacinamiento (> 3 personas por ambiente)
(0)
Efecto de la vivienda de TECHO en la calidad de la vivienda 0.778
0.0883*
0.895
-0.029
-0.027
-0.025
(0.416)
(0.036)
(0.307)
(0.246)
(0.399)
(0.438)
0.921
-0.012
0.901
0.011
-0.022
-0.021
0.869
-0.005
0.950
-0.040
Fracción de ambientes con techo de buena calidad
(0.895)
Fracción de ambientes con paredes de buena calidad (0.27)
(0.499)
(0.3)
(0.737)
(0.433)
(0.466)
0.758
0.0962**
0.733
0.121**
0.069
0.074
(0.429)
(0.007)
(0.443)
(0.01)
(0.246)
(0.217)
(0.127) 0.749
Fracción de ambientes con piso de buena calidad 0.789
-0.480***
0.749
-0.437***
-0.376***
-0.374***
(0.409)
(0)
(0.434)
(0)
(0)
(0)
0.715
-0.365***
0.727
-0.374***
-0.336***
-0.335***
(0.452)
(0)
(0.446)
(0)
(0)
(0)
0.357
-0.149***
0.375
-0.168***
-0.127*
-0.134*
(0.48)
(0.001)
(0.485)
(0)
(0.026)
(0.022)
0.434
-0.259***
0.456
-0.287***
-0.240***
-0.234***
(0.497)
(0)
(0.499)
(0)
(0)
(0)
0.552
-0.275***
0.651
-0.368***
-0.374***
-0.370***
(0.498)
(0)
(0.477)
(0)
(0)
(0)
0.727
-0.413 ***
0.639
-0.287 ***
0.383
-0.177 ***
0.433
-0.266 ***
0.619
-0.340 ***
Fracción de ambientes con problemas en el techo
(0)
Fracción de ambientes con problemas en las paredes Fracción de ambientes con piso de tierra o filtraciones en el piso
(0)
(0)
Fracción de ambientes que se inundan cuando llueve
Fracción de ambientes muy o bastante humedos
0.104 ** (0.022)
(0)
(0)
El cuadro presenta primero los resultados basados en la comparación antes-después y luego los resultados basados en la comparación entre tratamiento y control. La comparación entre tratamiento y control está basada en tres modelos de regresión y un procedimiento de apareamiento (propensity score matching ). Modelo de regresión 1 no tiene controles, Modelo 2 incluye controles para género, edad y educación del referente, ingreso per cápita familiar (2014-Q4 pesos) y dummies de barrio y Modelo 3 incluye controles para los 17 variables presentados en el Cuadro 3 además de dummies de barrio. Errores estandar robustos con clustering a nivel de barrio usados para todos los modelos de regresión. Errores estandar de Abadie y Imbens (2012) para propensity score matching . P-valores en parentesis, salvo indicación en contrario. Estadísticamente significativo al nivel * 10%, ** 5% y *** 1%.
64
Cuadro A2: Efecto de la vivienda de TECHO en las dimensiones de bienestar Línea de base tratados (Desvío estándar)
Antesdespués
Tratamiento-control
Medias control (Desvío estándar)
Modelo 1
Modelo 2
Modelo 3
Medias control apareados
0.385
-0.135 ***
0.744
-0.367 ***
0.484
-0.300 ***
0.746
-0.179 ***
0.182
-0.079 **
Regresiones
PSM
Efecto de la vivienda de TECHO en la privacidad Los miembros del hogar no tienen espacio para vestirse en privado
0.370
-0.121**
0.403
-0.155***
-0.148**
-0.152**
(0.484)
(0.003)
(0.491)
(0)
(0.002)
(0.002)
0.662
-0.290***
0.717
-0.342***
-0.365***
-0.380***
(0.474)
(0)
(0.451)
(0)
(0)
(0)
0.493
-0.310***
0.496
-0.312***
-0.353***
-0.359***
(0.501)
(0)
(0.501)
(0)
(0)
(0)
0.688
-0.118***
0.713
-0.143**
-0.138**
-0.146***
(0.464)
(0.001)
(0.453)
(0.001)
(0.002)
(0)
0.188
-0.0860*
0.230
-0.128***
-0.120***
-0.124***
(0.392)
(0.012)
(0.422)
(0)
(0)
(0)
(0.006)
Los miembros del hogar no tienen espacio para retirarse Los miembros del hogar no tienen espacio para guardar sus cosas En el hogar al menos una cama está hacinada (> 1 persona por plaza) En el hogar todas las camas están hacinadas (>1 persona por plaza)
(0)
(0)
(0)
(0.028)
Efecto de la vivienda de TECHO en el sueño Al menos un miembro tiene problema para concliar el sueño muy seguido Al menos un miembro se despierta de noche muy seguido
0.271
-0.0868*
0.278
-0.0924*
-0.101
-0.098
(0.445)
(0.017)
(0.449)
(0.016)
(0.083)
(0.089)
0.417
-0.102**
0.471
-0.158**
-0.178*
-0.179*
(0.494)
(0.006)
(0.5)
(0.004)
(0.025)
(0.026)
0.217
-0.020
0.234
-0.038
0.006
0.003
(0.413)
(0.462)
(0.424)
(0.246)
(0.906)
(0.951)
0.060
-0.010
0.056
0.003
0.006
0.009
(0.239)
(0.651)
(0.231)
(0.858)
(0.786)
(0.662)
0.291
-0.107 **
0.438
-0.125 ***
0.239
-0.046
(0.019)
(0.009)
El referente duerme < 6 horas por día
(0.244) 0.042
El referente duerme > 10 horas por día 0.234
-0.0774*
0.306
-0.149**
-0.110
-0.109
(0.424)
(0.013)
(0.461)
(0.002)
(0.087)
(0.078)
0.296
-0.0776*
0.319
-0.102***
-0.055
-0.056
(0.457)
(0.025)
(0.467)
(0)
(0.248)
(0.216)
0.899
-0.013
0.870
0.010
0.022
0.022
(0.302)
(0.627)
(0.336)
(0.738)
(0.621)
(0.618)
0.539
-0.0953**
0.603
-0.155**
-0.118
-0.129*
(0.499)
(0.008)
(0.49)
(0.004)
(0.059)
(0.025)
0.541
-0.046
0.554
-0.060
-0.062
-0.062
(0.499)
(0.443)
(0.498)
(0.165)
(0.116)
(0.116)
0.623
-0.067
0.608
-0.102**
-0.109**
-0.109**
(0.485)
(0.207)
(0.489)
(0.042)
(0.024)
(0.024)
0.394
-0.114
0.347
-0.089
-0.0921**
-0.0921**
(0.489)
(0.051)
(0.477)
(0.052)
(0.037)
(0.037)
0.685
0.192**
0.662
0.229**
0.254***
0.254***
(0.895)
(0.011)
(0.872)
(0.026)
(0.004)
(0.004)
0.304
-0.150 ***
0.308
-0.093 **
0.889
-0.005
0.622
-0.170 ***
0.595
-0.100 *
0.605
-0.048
0.347
-0.069
El referentes tiene calidad de sueño mala o muy mala El referente tiene problemas para permanecer despierto durante el dia
(0.003)
(0.046)
La lluvia o el clima afecta el sueño
(0.888)
Cuando alguien se levanta otros se despiertan Al menos un miembro duerme en un ambiente que se usa para cocinar Al menos un miembro duerme en un ambiente que se usa para comer Al menos un miembro duerme en un ambiente que se usa para trabajar Cantidad de ambientes usadas unicamente para dormir
0.018 (0.418)
(0.001)
(0.053)
(0.35)
(0.145) 0.639
0.230 ** (0.011)
El cuadro presenta primero los resultados basados en la comparación antes-después y luego los resultados basados en la comparación entre tratamiento y control. La comparación entre tratamiento y control está basada en tres modelos de regresión y un procedimiento de apareamiento (propensity score matching ). Modelo de regresión 1 no tiene controles, Modelo 2 incluye controles para género, edad y educación del referente, ingreso per cápita familiar (2014-Q4 pesos) y dummies de barrio y Modelo 3 incluye controles para los 17 variables presentados en el Cuadro 3 además de dummies de barrio. Errores estandar robustos con clustering a nivel de barrio usados para todos los modelos de regresión. Errores estandar de Abadie y Imbens (2012) para propensity score matching . P-valores en parentesis, salvo indicación en contrario. Estadísticamente significativo al nivel * 10%, ** 5% y *** 1%.
65
Cuadro A3: Efecto de la vivienda de TECHO en las dimensiones de bienestar Línea de base tratados (Desvío estándar)
Antesdespués
Tratamiento-control
Medias control (Desvío estándar)
Modelo 2
Modelo 3
Medias control apareados
PSM
Modelo 1
0.347
-0.100 **
0.415
-0.042
0.392
-0.134 ***
0.364
-0.042
0.208
0.071
Regresiones
Efecto de la vivienda de TECHO en la salud Al menos un miembro padeció tos o congestion muy seguido l ultimo año Al menos un miembro padeció bronquitos o bronquiolitis ultimo año Al menos un miembro tuvo dolores de articulaciones muy seguido ultimo año Al menos una persona padeció diarrea durante el ultimo mes Al menos un niño < 6 años tuvo diarrea por más de un día durante el ultimo mes
0.306
-0.060
0.371
-0.126***
-0.123**
-0.118**
(0.462)
(0.114)
(0.484)
(0.001)
(0.007)
(0.007)
0.401
-0.021
0.454
-0.0784*
-0.047
-0.043
(0.491)
(0.355)
(0.499)
(0.041)
(0.27)
(0.333)
0.266
-0.010
0.334
-0.0783*
-0.073
-0.058
(0.443)
(0.722)
(0.472)
(0.027)
(0.146)
(0.301)
0.324
0.007
0.350
-0.027
-0.047
-0.038
(0.469)
(0.9)
(0.478)
(0.559)
(0.515)
(0.595)
0.274
0.040
0.250
0.031
0.026
0.018
(0.448)
(0.528)
(0.434)
(0.481)
(0.712)
(0.79)
0.786
0.028
0.783
0.031
0.032
0.025
(0.411)
(0.437)
(0.413)
(0.436)
(0.579)
(0.678)
(0.033)
(0.4)
(0.007)
(0.37)
(0.146) 0.774
Referente muy o bastante satisfecho con su salud
0.038 (0.378)
Efecto de la vivienda de TECHO en la seguridad El referente esta preocupado por la condicion de la vivienda
0.618
-0.509***
0.628
-0.516***
-0.450***
-0.447***
(0.487)
(0)
(0.484)
(0)
(0)
(0)
0.362
-0.311***
0.368
-0.315***
-0.253***
-0.258***
(0.481)
(0)
(0.483)
(0)
(0)
(0)
0.171
-0.0614***
0.210
-0.0975***
-0.0954***
-0.0954***
(0.377)
(0.002)
(0.408)
(0.007)
(0.004)
(0.004)
0.390
-0.133**
0.346
-0.0841*
-0.0887*
-0.0913*
(0.489)
(0.007)
(0.476)
(0.036)
(0.028)
(0.019)
0.488
0.430***
0.474
0.443***
0.424***
0.428***
(0.501)
(0)
(0.5)
(0)
(0)
(0)
0.634
-0.521 ***
0.312
-0.259 ***
0.175
-0.065 *
0.304
-0.040
(0)
El referente tiene miedo de que se derrumbe la vivienda
(0)
La vivienda sufrio algun robo durante ultimo año
(0.08)
El referente piensa que le pueden ocupar la vivienda El referente se siente muy o bastante seguro en la vivienda en que duerme
(0.393) 0.433
0.484 *** (0)
Efecto de la vivienda de TECHO en las actividades en la vivienda Algun miembre realiza alguna artesania o oficio con o sin fines lucrativas
0.392
-0.039
0.281
0.069
0.002
-0.004
(0.489)
(0.363)
(0.45)
(0.199)
(0.973)
(0.959)
Algun miembro realiza alguna artesania o oficio con fines lucrativas
0.206
-0.0639*
0.102
0.039
0.037
0.032
(0.405)
(0.033)
(0.303)
(0.182)
(0.289)
(0.387)
Hogares con niños de 6 a 17 que tienen un lugar tranquilo para estudiar
0.653
0.245***
0.642
0.301***
0.244***
0.259***
(0.479)
(0)
(0.48)
(0)
(0.001)
(0)
0.277
0.076 (0.131)
0.104
0.038 (0.276)
0.543
0.400 *** (0)
El cuadro presenta primero los resultados basados en la comparación antes-después y luego los resultados basados en la comparación entre tratamiento y control. La comparación entre tratamiento y control está basada en tres modelos de regresión y un procedimiento de apareamiento (propensity score matching ). Modelo de regresión 1 no tiene controles, Modelo 2 incluye controles para género, edad y educación del referente, ingreso per cápita familiar (2014-Q4 pesos) y dummies de barrio y Modelo 3 incluye controles para los 17 variables presentados en el Cuadro 3 además de dummies de barrio. Errores estandar robustos con clustering a nivel de barrio usados para todos los modelos de regresión. Errores estandar de Abadie y Imbens (2012) para propensity score matching . P-valores en parentesis, salvo indicación en contrario. Estadísticamente significativo al nivel * 10%, ** 5% y *** 1%.
66
Cuadro A4: Efecto de la vivienda de TECHO en las dimensiones de bienestar Línea de base tratados (Desvío estándar)
Antesdespués
Tratamiento-control
Medias control (Desvío estándar)
Modelo 1
Modelo 2
Modelo 3
Medias control apareados
0.336
-0.278 ***
0.120
-0.034
0.325
-0.269 ***
Regresiones
PSM
Efecto de la vivienda de TECHO en las relaciones interpersonales 0.227
-0.165***
0.289
-0.232***
-0.260***
-0.261***
(0.42)
(0)
(0.454)
(0)
(0)
(0)
0.137
-0.0487*
0.128
-0.039
-0.029
-0.029
(0.345)
(0.042)
(0.334)
(0.091)
(0.266)
(0.283)
0.286
-0.225***
0.289
-0.233***
-0.254***
-0.254***
(0.453)
(0)
(0.454)
(0)
(0)
(0)
Conflictos frecuentes en el hogar por falta de espacio
(0)
Nunca se recibe gente en su vivienda Referente se siente poco o nada comodo recibiendo gente
(0.269)
(0)
Effects of the TECHO house on psychological wellbeing and perception of wellbeing 0.642
-0.136**
0.665
-0.163**
-0.180**
-0.190**
(0.48)
(0.002)
(0.473)
(0.003)
(0.004)
(0.003)
0.234
-0.061
0.228
-0.061
-0.060
-0.059
(0.424)
(0.214)
(0.42)
(0.268)
(0.372)
(0.411)
0.453
-0.128***
0.452
-0.127*
-0.148*
-0.147*
(0.499)
(0)
(0.498)
(0.012)
(0.017)
(0.018)
0.160
-0.047
0.161
-0.053
-0.048
-0.049
(0.367)
(0.19)
(0.368)
(0.202)
(0.321)
(0.322)
0.813
0.111**
0.799
0.118***
0.113***
0.116**
(0.39)
(0.002)
(0.401)
(0)
(0.001)
(0.002)
0.668
-0.166 ***
0.226
-0.061
0.482
-0.158 ***
0.159
-0.054
Referente tuvo sentimientos negativos en el ultimo mes
(0.002)
Referente tuvo sentimientos negativos casi todos los dias
(0.185)
Referente estresado por conflictos en el hogar Referente estresado por conflictos en el hogar casi todos los dias
(0.002)
(0.116) 0.801
Referente tiene calidad de vida bastante o muy buena 0.401
0.589***
0.450
0.536***
0.521***
0.532***
(0.491)
(0)
(0.498)
(0)
(0)
(0)
0.441
0.544***
0.393
0.590***
0.585***
0.589***
(0.497)
(0)
(0.489)
(0)
(0)
(0)
0.459
0.527 ***
0.461
0.521 ***
Referente muy o bastante satisfecho con la vivienda
Referente muy o bastante cómodo en la vivienda
0.115 *** (0.003)
(0)
(0)
El cuadro presenta primero los resultados basados en la comparación antes-después y luego los resultados basados en la comparación entre tratamiento y control. La comparación entre tratamiento y control está basada en tres modelos de regresión y un procedimiento de apareamiento (propensity score matching ). Modelo de regresión 1 no tiene controles, Modelo 2 incluye controles para género, edad y educación del referente, ingreso per cápita familiar (2014-Q4 pesos) y dummies de barrio y Modelo 3 incluye controles para los 17 variables presentados en el Cuadro 3 además de dummies de barrio. Errores estandar robustos con clustering a nivel de barrio usados para todos los modelos de regresión. Errores estandar de Abadie y Imbens (2012) para propensity score matching . P-valores en parentesis, salvo indicación en contrario. Estadísticamente significativo al nivel * 10%, ** 5% y *** 1%.
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