Proyecto de Práctica Profesional - Certificación en Economía Social orient. comunidades rurales

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Presidenta de la Nación
 Dra. Cristina Fernández de Kirchner Jefatura de Gabinete
 Dr. Juan Manuel Abal Medina

Ministro de Educación
 Prof. Alberto Sileoni Secretaría de Educación
 Lic. Jaime Perczyk Jefatura de Asesores de Gabinete del Sr. Ministro A.S. Pablo Urquiza Instituto Nacional de Formación Docente
 Directora Ejecutiva Lic. Verónica Piovani Coordinación Nacional de Tecnicaturas Superiores Sociales y Humanísticas Lic. Gustavo Wansidler


Certificación de Formación Profesional inicial en Economía Social orientada al desarrollo de las comunidades rurales

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Seminario de Observación y análisis del rol profesional HANS CEDIEL GRACIELA CAPPELLETTI MARIANELA GIOVANNINI


Instituto Nacional de Formación Docente Directora Ejecutiva Lic. Verónica Piovani Tecnicaturas Superiores Sociales y Humanísticas Coordinador Nacional Lic. Gustavo Wansidler Área de Fortalecimiento Institucional Responsable Prof. Valeria Frejtman Línea de Desarrollo Profesional Responsable Esp. Marcela Browne Certificacion en Economía social oreintada al desarrollo de las comunidades rurales Lic. Ernesto Crescente Esp. Marcela Browne Responsables Pedagógicas Esp. Marcela Browne Lic. Matilde Latrónico Diseño de soporte Multimedia Lic. Christian Silva Módulo Proyecto de Práctica Profesional Seminario de Observación y análisis del rol profesional Autores Ing. Hans Cediel Mag. Graciela Cappelletti Lic. Marianela Giovannini Edición y diagramación Trad. Vanesa Frejtman Diseño Gráfico Dg. Natalia Gloverdans Ilustrador Otto Soria

Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca Ing. Agr. Carlos Casamiquela Jefe de Gabinete Ing. Hector Espina Secretaría de Desarrollo rural y agricultura familiar Ing. Carla Campos Bilbao Subsecretaría de Agricultura Familiar Sr. Emilio Pérsico Jefe de Gabinete de la Subsecretaría de Agricultura Familiar Sr. Osvaldo Chiaramonte Jefa de Asesores de la Subsecretaría de Agricultura Familiar Docente María Cassino Director Nacional de Fortalecimiento Institucional Ing. Alberto Chiavarino Director Nacional de Protocolos de Producción Artesanal Ing. Juan Pablo Iurman Director Nacional de Industrialización de la Agricultura familiar Dr. Ricardo Vissani

Ministro de la provincia de Misiones Ing. Luis A. Jacobo Subsecretario de Educación Dante Délfor Genessini Presidente Consejo General de Educación CPN. Adolfo Safrán Dirección de Educación Superior Prof. Paola Fabiana Toledo




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Indice INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

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CAPÍTULO 1. Observar el territorio de nuestra práctica 1.1. El territorio de nuestra práctica 1.2. Criterios para las prácticas profesionalizantes en Economía Social con comunidades rurales 1.3. La observación como modo de indagación 1.4. La sistematización de nuestra práctica: una actividad continua 1.4.1. Componentes de un proyecto de sistematización

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CAPÍTULO 2. Diarios de Formación 2.1. La formación de profesionales reflexivos sobre su práctica 2.2. El diario como dispositivo de formación 2.2.1. Orientaciones para la elaboración de un diario de formación

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CAPÍTULO 3. El diseño de las prácticas en y con el territorio 3.1. El diagnóstico participativo en clave de Economía Social 3.1.1. Mapeo de actores territoriales 3.1.2. Mapeo de la producción campesina 3.1.3. Matriz de producción 3.1.4. Triple diagnóstico organizacional 3.1.5. Análisis FODA 3.2. Planificación participativa 3.2.1. Algunas técnicas para el desarrollo de la planificación

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3.2.2. Planificación de actividades 3.2.3. Factores sociales, instituciones, redes y otros actores 3.3. Evaluación participativa 3.4. A modo de cierre

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Por razones estrictamente gramaticales y para facilitar la lectura, en este módulo usaremos el género masculino para referirnos tanto a varones como a mujeres.

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Introducción “El hacer, el actuar o la acción, activan siempre tres tipos de fenómenos. Por una parte: conocimientos (teorías, ciencias o saberes). Pero el orden de la práctica necesita otros dos ejes: el eje político, es decir aquel que define las finalidades y los objetivos y, en tercer lugar, no hay acción que no se desarrolle en el campo de los valores y la ética (....) Porque ninguna respuesta, ni siquiera científica nos dice lo que hay que hacer” (Beillerot, 1998)1

¿Qué son las prácticas profesionalizantes? Las prácticas profesionalizantes son prácticas sociales que vinculan a los estudiantes con el campo socio-ocupacional de la propuesta de formación de la que participan. Se trata de integrar la propia experiencia con los nuevos conocimientos y herramientas que pone a disposición ese trayecto de formación y las acciones concretas a ser realizadas desde el rol para el cual se están formando. Así, el universo profesional y laboral se constituye no sólo en función de los ámbitos reales y potenciales de trabajo, sino también desde la construcción participativa de “una ocupacionalidad de lo deseable”. Se trata entonces de un saber hacer que se produce en el ejercicio de la misma práctica, que busca recuperar y construir un saber hacer propio del campo profesional. Al mismo tiempo, se trata de un saber hacer que se construye en interacción con otros y que provoca efectos colectivos. Es un saber hacer que tiene sentido dentro de un horizonte simbólico, el cual habitamos, que es nuestro barrio, nuestro suelo, desde donde nos paramos para relacionarnos con el mundo, es un saber estar. Este saber estar nos permite afirmar que las prácticas suponen un sujeto situado en un campo determinado, con unas disposiciones para el “hacer” en ese campo. Tales disposiciones se originan en las trayectorias de cada uno de nosotros, en los contextos que hemos atravesado, y se ven influidos por nuestras experiencias, valores y visiones. Luego, se expresan y se concretan en habilidades, com-

petencias, técnicas, procedimientos propios de los campos en los cuales nos insertamos. ¿Cómo nos constituimos como Operadores en Economía Social? La figura del Operador en Economía Social en contextos rurales será el resultado de un proceso formativo dirigido a miembros de familias rurales y distintos actores sociales que se desarrollan en este medio. Este trayecto de formación permite que el estudiante: a) Se profesionalice, adquiriendo conocimientos y técnicas de acompañamiento y promoción comunitaria, en el marco de la Economía Social. b) Desarrolle habilidades que faciliten la organización de las comunidades rurales fortaleciendo y ampliando sus saberes preexistentes. c) Participe en el desarrollo de proyectos y acciones que, desde una lógica interdisciplinaria e intersectorial, promuevan procesos en clave de Economía Social. d) Favorezca y participe en el desarrollo de dispositivos y estrategias de comunicación, para el reconocimiento, apropiación y puesta en valor del desarrollo socio-comunitario; buscando el acceso pleno al patrimonio socio-cultural, socio-político y socioeconómico, por parte de los actores y sujetos en el contexto rural. e) Favorezca procesos organizacionales de los diferentes formatos asociativos donde se expresa la Economía Social. La formación-acción que se propone en el marco de este proceso de formación profesional en Economía Social orientada a comunidades rurales, permite desplegar competencias y capacidades que constituyen el perfil profesional del egresado. El Operador en Economía Social se incluye en un campo en construcción, cuyo horizonte es una sociedad más justa y equitativa y que prioriza al trabajo por sobre los intereses de los grupos económicos concentrados. Se centra en: la mejora de la calidad de vida o el buen vivir de las personas a partir del desarrollo de acciones socio-productivas

1• Beillerot, J. (1998). La formación de formadores, Serie Los Documentos 1. Ediciones Educativas.

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desde la perspectiva de la Economía Social y en la participación democrática en escenarios de organización, aprendizaje y trabajo en las actividades socioeconómicas de producción, distribución, circulación, financiamiento y consumo, a través de formas organizativas de asociatividad, acción colectiva y autogestión. Para colaborar con este proceso de formación, en este módulo proponemos el siguiente recorrido: • Los dos primeros capítulos abordan aspectos metodológicos: El capítulo 1 pone el eje en la observación. Sostenemos que este dispositivo de formación resulta central. En este caso, se propone también, para orientar la planificación de los proyectos socio-productivos. El segundo capítulo desarrolla un dispositivo de formación para acompañar este proceso de prácticas: la escritura de diarios de formación. Ambos capítulos, componen un continuo: “observar-narrar”. • El tercer capítulo profundiza el tema del diseño de situaciones de asociación en organizaciones, redes territoriales y producción desde la perspectiva de la Economía Social con el territorio. Proponemos retomar en éste dos coordenadas: Para pensar situaciones hay que desarrollar estrategias de observación. Y, además, la posibilidad de narrar y escribir las practicas que se derivan de estas situaciones.

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OBJETIVOS GENERALES • Generar espacios de reflexión sobre las prácticas profesionalizantes en Economía Social en contextos rurales. • Favorecer el desarrollo de un enfoque personal en la tarea de un Operador en Economía Social en contextos rurales. • Brindar algunas herramientas para el desenvolvimiento en la práctica profesional de un Operador en Economía Social Solidaria (ESS) en contextos rurales.

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OBJETIVOS ESPECÍFICOS Se espera que los futuros operadores: • Observen, registren y analicen acciones propias del territorio, en clave de Economía Social en contextos rurales. • Diseñen proyectos productivos de Economía Social. • Construyan y compartan conocimientos de Economía Social en contextos rurales.


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Capítulo 1 Observar el territorio de nuestra práctica 1.1. El territorio de nuestra practica 1.2. Criterios para las prácticas profesionalizantes en Economía Social con comunidades rurales 1.3. La observación como modo de indagación 1.4. La sistematización de nuestra práctica: una actividad continua

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urante el desarrollo de este trayecto de formación, pretendemos construir juntos una metodología para intervenir, e intervenirnos, sobre la realidad de nuestras comunidades campesinas, la producción de la agricultura familiar y formas organizativas de la economía doméstica y/o comunitaria, desde la perspectiva de la Economía Social en los territorios. Es en base a la acción de esta metodología que nos formamos como Operadores en Economía Social: recuperamos nuestra práctica, aprendemos a observarla, registrarla y sistematizarla para diagnosticar y planificar. En el inicio del recorrido de este capítulo, y para mirar con nuevos ojos y resignificar nuestras prácticas a partir de la observación, es importante hacernos la siguiente pregunta: ¿de qué hablamos cuando hacemos referencia al “territorio”?

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1.1. El territorio de nuestra practica

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odemos decir que el territorio es donde comienza todo, es donde empieza nuestro camino, el camino de nuestra comunidad, nuestro país; este es el territorio de la fertilidad, donde la madre tierra fecunda y generosa ofrece enormes posibilidades de producir alimentos y agua para las plantas, animales y seres humanos, y donde nosotros reproducimos nuestras condiciones de vida, saberes, alegrías, tristezas, esperanzas y desafíos. Es donde diagnosticamos y proyectamos nuestras acciones. El reto del territorio en el que se asientan nuestras prácticas profesionalizantes, consiste en redescubrirnos, encontrarnos con el otro, con el que camina, y donde se camina, donde se aprende y se comparten saberes y experiencias. ¿Pero qué entendemos por territorio? Existen varias perspectivas y definiciones realizadas a lo largo de la historia que han sido objeto de análisis y debates; sin embargo, nos enfocaremos de forma general en los orígenes y desarrollos de la comprensión de este concepto. Omar Tobio (2012), en su libro Territorios de incertidumbre, hace un recuento de cómo se ha desarrollado este concepto y sus implicancias para el campo social. La idea de territorio comienza a ser utilizada a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, en el campo de la geografía, donde se lo definía como una jurisdicción asociada a dimensiones del poder y, más específicamente, a los poderes ejercidos por los Estados en un área limitada y determinada. A comienzos del siglo XX, Camill Vallaux (1914) argumentaba que el territorio era más que la extensión de dominio de los Estados. El territorio no era exclusivo del ejercicio del poder de un Estado, sino que además estaba compuesto por otros elementos y particularidades como por ejemplo los distintos co-

lectivos humanos y biofísicos que tenían una incidencia sobre las decisiones y formas de conformar el territorio. De esta forma, se producían espacios diferenciados, concepto muy influenciado por las políticas expansionistas de comienzo del siglo XX. Sin embargo, terminada la segunda guerra mundial, una de las preocupaciones que surge es acerca de la reactivación de la economía y cómo insertar las economías de los países periféricos al escenario post colonial y a las nuevas condiciones que proponía la Guerra Fría. En este sentido, lo que garantizó a los Estados nacionales la reactivación de sus economías, fue el establecimiento de las políticas keynesianas como marco regulador, a través de políticas monetarias y un rol intervencionista fuerte por parte de los estados en la economía. Esto conformo lo que se denominó: Estado de bienestar. En América Latina el espacio territorial empieza a ser parte de las políticas públicas en el llamado Estado de Bienestar, donde se impulsó un significativo crecimiento económico. La argentina es una de las sociedades donde el modelo keynesiano tuvo un gran desarrollo. Luego del impacto de la Gran Depresión de 1929, pero especialmente a partir del primer gobierno peronista junto con el inicio de la segunda posguerra, el Estado adquirió fuerte presencia tanto en la regulación de la economía como en el proceso productivo mismo. Con la creación de un gran número de empresas estatales se impulsó la extensión de la cobertura del sistema previsional, el desarrollo de los esquemas de salud de la seguridad social, denominados obras sociales; la expansión de la política habitacional y el desarrollo de la infraestructura pública en las áreas de salud y educación. Posteriormente, en la década de los setenta, se empiezan a hacer los aportes más significativos al concepto de territorialidad, al concebirlo como una porción de la superficie terrestre, utilizada por todos los actores y no sólo por el Estado nacional. Sin embargo Milton Santos (2008), considera que el Estado sigue cumpliendo un rol fundamental, al ser este un agente fundamental en la transformación, difusión y dotación e intermediación entre los agentes y fuerzas externas e internas de su territorio;

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así, la conjugación de una multiplicidad de fuerzas puede dar lugar a entender el territorio como soporte de la identidad compartida de una colectividad. Entrada la década de los noventa y en pleno rigor del neoliberalismo, se profundizó la diferenciación socio-espacial. Raúl Wagner (2007) considera que en la implementación de políticas sociales hubo un proceso de desestatización, descentralización y focalización en un proceso de promoción a la apertura y a la remercantilización de bienes y servicios antes “protegidos”, dando lugar a que la integración social se produzca en tanto haya una integración al mercado. Por otra parte, estas reformas de “desuniversalización” de la política social en términos de ciudadanía, provocaron una distribución de bienes y servicios selectiva, según clivajes geográficos, categoriales y sectoriales -que profundizaron la desigualdad-. Como dice David Harvey (2003), existe una relación dialéctica entre las lógicas del poder territorial y capitalista, a la que denomina “solución espacial”. La misma hace referencia a las formas en que el capital resuelve sus problemas de caída de la tasa de ganancia y, por consiguiente, de la acumulación de los capitales transnacionales. Dicho proceso utiliza a la expansión geográfica y a la reorganización espacial de la inversión como un modo de activar el aumento de la ganancia y la acumulación en períodos de tiempo. Sin embargo, posteriormente a este proceso, se generan nuevas caídas de la tasa de ganancia y por consiguiente una nueva reubicación de la inversión en nuevos espacios geográficos. Así el intercambio de bienes y servicios (incluida la fuerza de trabajo) supone casi siempre cambios de ubicación. Estos movimientos dejan divisiones territoriales y espaciales, produciendo un desarrollo geográfico desigual al que Emilio Duhau (2009) en su libro Las reglas del desorden, describe como la tendencia a borrar del mapa a aquellas ciudades (regiones) que no pueden aspirar a la categoría de globales, así como a aquellas actividades, grupos sociales, lugares e incluso innovaciones que no están involucradas en los circuitos de la economía globalizada. De esta manera, en lo relacionado con el movimien-

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to e inestabilidad en la distribución espacial de las actividades económicas (producción, intercambio, distribución y consumo), se busca una ubicación más rentable (menos coste), lo que dificulta el equilibrio socio-espacial. La pretensión de crear entornos geográficos que faciliten estas actividades en un lugar y momento determinado, sólo es excusa mientras exista una alta tasa de ganancia, para tener que destruir y construir entornos diferentes en momentos posteriores que sacien la acumulación; lo que genera desocupación, desempleo y marginación. Este panorama indujo a algunos gobiernos como el argentino, a promocionar territorios con mayor participación, para hacer frente a la marginación; así, hoy se habla de desarrollo local como una alternativa a generar desde las localidades y sus poblaciones un papel más protagónico en las decisiones de la política pública y el bienestar común. Aunque este concepto tiene distintas vertientes y definiciones, es considerado como una alternativa a los paradigmas neoliberales, donde se pone especial énfasis en dimensiones institucionales, grupos sociales e interconexiones entre lo económico, social, cultural y político. Veamos algunas de las definiciones de territorio más aceptadas en la actualidad: • Lefebvre (2005), define al territorio como una producción social del espacio: “la práctica espacial, la representación del espacio y los espacios simbólicos contribuyen de diferentes modos a la producción del espacio de acuerdo a sus cualidades y atributos, de acuerdo a la sociedad o al modo de producción en cuestión y de acuerdo a un periodo histórico. Las relaciones entre los tres momentos de lo percibido, lo concebido y lo vivido el cual nunca son ni simples ni estables”. • Robert Herin (2006), define igualmente a los territorios como producto de la acción de las sociedades, así las territorialidades están instituidas por los sujetos sociales en situaciones históricamente determinadas, que condicionan los caminos posibles del devenir histórico. • Manzanal (2007), hace referencia a la territorialidad, cuestión que nosotros afirmamos, como un es-


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cenario en constante transformación, a través de los distintos roles que producen cambios en el territorio y en las instituciones, y que son causa y consecuencia de las diferentes formas que asume la producción del espacio a nivel local, regional y global. • Santos (1996) invita a pensar el territorio como “el rol del espacio de todos, del lugar donde vive la gente, donde es posible encarar una transformación en su conjunto (…) la regulación mundial es un orden impuesto, al servicio de una facilidad dominante (…). La cuestión para nosotros sería descubrir y poner en práctica nuevas racionalidades a otros niveles y regulaciones más conformes al orden deseado por los hombres y mujeres, y en el lugar donde viven”. Por consiguiente, el territorio no es solamente el lugar donde existen recursos económicos y naturales y relaciones económicas, sino que nuestro territorio proporciona un entorno, un contexto para definir una identidad a partir de las relaciones entre los diferentes sujetos y actores que configuran una cultura del desarrollo local. Es importante entender el territorio incorporando las diferencias, las formas particulares de apropiación y gestión del crecimiento, como resultado de una historia que se ha ido configurando en un sistema de relaciones. Gustavo Wansidler (2011), considera que “lo educativo” debe contribuir al desarrollo de las personas, los colectivos y las personas, que se propone como la construcción de actividades que promueven procesos de inclusión, o mejor dicho, que promueven “otras continuidades de pertenencia” de los sujetos, colectivos y comunidades en las dimensiones culturales, políticas y económicas del devenir social. En este sentido, la Economía Social y Solidaria constituye una referencia importante por su capacidad innovadora desde el punto de vista de la integración, y su rol en la territorialidad, como hace referencia Coraggio (2011): “en orden local donde puede expresarse y ganarse posiciones para una lucha por otro desarrollo, articularse sujetos y relaciones inter e intra que vayan tejiendo una red de resistencia, de pensamiento y actuación alternativas a la

política neoliberal”. Así, el territorio es forma y contenido socio-natural, que se proyecta y encarna -y es disociable de- sus ámbitos territoriales a través de una combinación de principios y variables correlacionadas. Son concreciones de las culturas, historia social y construcción consiente e inconsciente de su proceso histórico. Es por esto que el objetivo de este capítulo, es reconocernos como actores y sujetos territoriales desde nuestras historias de vida y desde los lugares donde realizamos nuestras distintas prácticas profesionalizantes.

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1.2. Criterios para las prácticas profesionalizantes en Economía Social con comunidades rurales

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s importante tener presente algunos criterios que nos permitirán desarrollar las prácticas profesionalizantes desde la perspectiva de la Economía Social y Solidaria (ESS). Dichos criterios son fundamentales en las prácticas socioeconómicas de la agricultura familiar y los emprendimientos socio-productivos en contextos rurales. La economía es una actividad que tiene que ver directamente con la vida y con la sostenibilidad de las comunidades; cuando hablamos de economía desde la Economía Social, estamos aludiendo a una forma particular de hacer lo económico. Decimos con esto que la Economía Social tiene como finalidad, no solamente la reproducción monetaria de una actividad económica o de un emprendimiento en particular -que busca la ganancia individual, sin ningún sentido de responsabilidad y/o compromiso hacia el contexto socio-cultural, “el sálvese quien pueda”-, sino que, además del excedente monetario que no es exclusivo, las formas de hacer economía deben ser coherentes con las formas de vida y de reproducción de la comunidad, deben satisfacer sus necesidades legítimas. La Economía Social, pretende lograr como fin de su actividad socioeconómica, la reproducción en los ámbitos materiales, sociales, culturales y espirituales de las comunidades que se organizan, para mejorar su calidad de vida o el buen vivir. Estos objetivos deben ser alcanzados de modo sostenible, equitativo y en equi-

librio con la naturaleza. Esta economía que reproduce lo material, lo sociocultural y espiritual, es una economía que se enfoca en el trabajo y lo pone en el centro -aludiendo al trabajo como una forma de realización, creatividad y expresión-, como desarrollo de las capacidades de todos, basado en las relaciones de confianza, en autogestión y sin roles jerárquicos. Esta forma de hacer economía como reproducción de lo social, la denominamos reproducción ampliada de la vida. Para lograr este fin, Coraggio (2011) describe los siguientes principios reguladores: • Trabajo para todos y todas • Acceso de los trabajadores a todas las formas de conocimiento • Acceso de los trabajadores a los medios de producción • Cooperación solidaria • Producción socialmente responsable con la naturaleza, no al extractivismo. • Justicia y garantía de la reproducción y desarrollo de todos y todas • A cada cual según su trabajo y su contribución de recursos productivos acumulados individualmente • No explotación del trabajo ajeno • No discriminación de personas o comunidades • Autosuficiencia (autarquía) • Reciprocidad • Redistribución • Intercambio • Planificación colectiva • Ningún tipo de usura, dinero que no crea dinero • Consumo responsable, consumir lo suficiente, en respeto con la naturaleza • Favorecer el acceso y autogestión de los usuarios respecto a medios de vida colectivos • Libre asociación e innovación socialmente responsable • Pluralismo/diversidad • Complejidad en las redes • Territorialidad Según el INTA (2010), la Economía Social en el contexto rural tiene como unidad básica a la doméstica,

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que hace referencia al concepto de familia -y de manera más amplia al conjunto de individuos-, vinculada de manera sostenida, solidaria y cotidianamente responsable de la obtención, distribución y uso de las condiciones materiales de reproducción. Una comunidad vinculada por relaciones de parentesco de diverso grado, ubicadas en el territorio, pueden ser vistas como una unidad doméstica agregada que mantiene relaciones de reciprocidad, internas y con otras comunidades, procurando un cierto grado de autarquía, conjunta, con mecanismos de redistribución de bienes o del acceso a la tierra o el agua, con rasgos culturales comunes, etc. La unidad doméstica en al ámbito rural tiene como práctica agrícola básica a la agricultura familiar, definida por el Foro Nacional de Agricultura Familiar (FoNAF) como “una forma de vida” y una “cuestión cultural”, que tiene como principal objetivo “la reproducción social de la familia en condiciones dignas”, donde la gestión de la unidad productiva y las inversiones en ella realizadas son hechas por individuos que mantienen entre si lazos de familia. La mayor parte del trabajo es aportado por los miembros de la familia, la propiedad de los medios de producción -aunque no siempre de la tierra- pertenecen a la familia y es en su interior que se realiza la transmisión de valores, prácticas y experiencias. Asimismo, señalan que dentro de esta definición deben estar incluidos distintos conceptos que se han usado o se usan en diferentes momentos, como son: pequeños productos, minifundista, campesino, chacarero, colono, mediero, productor familiar y también los campesinos y productores rurales sin tierra y las comunidades de pueblos originarios. Por último, la definición señala que el concepto de agricultura familiar comprende las actividades agrícolas, ganaderas o pecuarias, pesqueras, forestales, la de producción agroindustrial y artesanal, así como las tradicionales de recolección y el turismo rural.

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1.3. La observación como modo de indagación

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os proponemos partir de nuestras experiencias y saberes, de lo que observamos, vivimos y construimos a diario. Para, a partir de allí, volver a mirar nuestras prácticas y nuestro territorio, discutir los sentidos con la comunidad, resignificarla y resignificarnos, encontrar alternativas de acción ante aquellas situaciones problemáticas que nos parecen merecedoras de intervención y volver a planificar para continuar haciendo en pos de una agricultura familiar sostenible, volviendo a reflexionar sobre lo construido como parte del proceso de aprendizaje. Para llevar adelante una indagación de nuestras prácticas será necesario aprender el uso de instrumentos de recolección de datos. Particularmente nos referiremos a la observación, ya que consideramos que es una puerta de entrada valiosa al campo de las prácticas: “en la matriz de lo visual también está inscripto aquello que no puede ser visto; cuáles son las lentes teóricas y conceptuales que quien analiza puede usar para hacer más inteligible lo que puede verse y lo que no (…). Todo esto limita lo que se puede ver y aquello que no es visible” (Fischman, 2006: 250). ¿Qué sentido tiene la observación como proceso? La cita de Fischman permite avanzar sobre el camino que proponemos recorrer. La posibilidad de desnaturalizar la mirada, deconstruir sentidos.

Momento de Reflexión 1. Lean el siguiente fragmento de Eduardo Galeano (2003). El libro de los abrazos. Madrid: Siglo XXI ediciones

La Burocracia [El Banquito] Sixto Martínez cumplió el servicio militar en un cuartel de Sevilla. En medio del patio de ese cuartel, había un banquito. Junto al banquito un soldado hacía guardia. La guardia se hacía porque se hacía, noche y días, todas las noches, todos los días, y de generación en generación los oficiales transmitían la orden y los soldados la obedecían. Nadie nunca dudó, nadie nunca preguntó. Si así se hacía, y siempre se había hecho, por algo sería. Y así siguió hasta que alguien, no sé qué general o coronel, quiso conocer la orden original. Hubo que revolver a fondo los archivos. Y después de mucho hurgar, se supo. Hacía treinta y un años, dos meses y cuatro días, un oficial había mandado montar guardia junto al banquito, que estaba recién pintado, para que a nadie se le ocurriera sentarse sobre la pintura fresca. 2. Les proponemos que luego de reflexionar sobre este fragmento, hagan el ejercicio de recorrer la organización o lugar de trabajo habitual pero como si fueran detectives con una mirada curiosa y ajena, registrando todo aquello que les llame la atención o que, a simple vista, uno no ve cuando pasa por ese lugar todos los días, casi de memoria. ¿Para qué se observa? El sentido de la observación direcciona el modo de observar y el uso que se haga de lo observado (Anijovich y otros, 2009). En contextos de formación, la observación persigue propósitos específicos. De ellos depende lo que se observa, cómo se lo observa, quién es obser-

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vado, cuándo y dónde tiene lugar la observación, cómo se registran y analizan las observaciones. A su vez, los propósitos guardan relación con la teoría, las creencias, los presupuestos y/o experiencias previas de quien efectúa la observación. Estos factores conforman lo que Wittrock (1989) denomina “marco de referencia” del observador. En palabras de Ferry (1999), la observación está al servicio de una formación centrada en el análisis. Analizar las situaciones observadas implica tomar distancia de las mismas y es justamente con el ejercicio del análisis que comienza el trabajo de formación: observar a otros y analizarlos para aprender a ser observadores y actores a la vez. Aprender a observar es fundamental para el desarrollo de profesionales reflexivos. La observación es un hecho cotidiano y espontáneo. Sin haber aprendido cómo observar específicamente en algún campo profesional o en algún campo del saber, hacemos observaciones en diferentes dominios del mundo de la vida y, en base a ellas, construimos conocimientos y experiencias. A su vez, nuestros conocimientos y experiencias inciden en nuestras observaciones.

Momento de Reflexión Les proponemos observar la pintura de Florencio Molina Campos La fogata de San Juan (1940) y luego responder a las siguientes preguntas: 1) ¿Qué ven en esta imagen? 2) Registren lo que observan.

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3) Comparen los registros con un compañero. ¿Qué es lo que cada uno escribió? ¿Escribieron parecido o diferente?

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Una definición de De Ketele (1984) expresa que la observación es un proceso que requiere atención voluntaria y selectiva en función del objetivo que se quiere lograr. Se trata entonces, de un proceso que requiere de algún instrumento cuya función es la de recoger información sobre el objeto o situación que se desea considerar. Esta definición “clásica” del autor permite advertir la complejidad de la observación. Observar con atención significa concentrar selectivamente la mirada y, como ocurre en toda selección, dejar muchas cosas fuera del foco. Una de las características más relevantes del proceso de observación para la formación es la intencionalidad: se trata de observar de modo intencional y de hacer foco (también intencional) en algunos aspectos definidos previamente. Se trata de establecer el campo de la observación. En el marco de las prácticas profesionalizantes, las observaciones deben ir acompañadas de registros o memorias, de modo de poder revisitar lo observado, analizarlo y reflexionar sobre ello. Se trata nuevamente de construir una mirada. Ahora bien, podemos identificar diversos momentos en el proceso de observación: • El momento de preparación • El momento de la observación propiamente dicha • El momento de análisis posterior a la observación La preparación requiere claridad acerca de la intencionalidad de la observación, que es lo que permitirá al observador “hacer foco”. Podemos poner el foco en aspectos como por ejemplo, cómo se organiza la gente para solucionar sus problemas colectivos en los territorios, cómo se dan los circuitos económicos de producción, distribución, intercambio y consumo en los barrios o en las zonas rurales, qué propuestas organizativas se ven y se conocen en los territorios, qué tipo de trabajos pueden diferenciarse y muchas otras cuestiones. En el momento de preparación también es necesario tomar decisiones respecto de los instrumentos a emplear, el tipo de formato de presentación que se va a hacer de lo observado y el tipo de análisis e


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interpretación que se realizará. El momento de la observación propiamente dicha, implica el registro de lo que se observa a través de la toma de notas de la situación, así como la toma de fotografías y video-filmaciones o grabaciones de audio y la recolección de materiales, si los hubiera. La identificación de los siguientes datos son importantes para darle claridad al registro: datos contextuales2 (características del lugar, población, condiciones bajo las cuales se realizará la observación, espacio físico, etc). El momento posterior a la observación conlleva la elaboración de las notas, la construcción de un registro que sea comunicable a otros, así como el análisis e interpretación de la situación observada. Resultan valiosos los registros narrativos de observación, dado que sensibilizan la reflexión. En los registros de observación se pueden distinguir dos tipos de contenidos: • uno más descriptivo, que intenta abordar la imagen de la situación, personas, conversaciones y reacciones observadas lo más fielmente posible, • y otro reflexivo, que incorpora los pensamientos, sensaciones, ideas, reflexiones e interpretaciones del observador. Los registros deben “pasarse en limpio”, y esto ya implica una actividad de decodificación: la información cruda seleccionada se traduce y ordena para ser transmitida (a uno mismo u otros). Se lo puede completar con recursos como las fotografías, grabaciones en video o audio, que efectúan registros permanentes. En el video los observadores pueden volver cuantas veces quieran a la situación y focalizar considerando diferentes dimensiones del proceso observado. También puede realizarse una grabación en audio para registrar el intercambio oral y tomar fotografías que ilustren incidentes críticos sobre los que luego se pueda discutir, facilitando así la evocación de determinados hechos. Si bien esto no siempre resulta viable, mencionamos su potencial para el proceso que se viene presentando.

Para mirar El mercado de la Estepa (2007) Realización: Pablo Zubizarreta http://www.youtube.com/watch?v=J8UONoRiXes A partir del relato de artesanas y productores que participan en el mercado de la Estepa, este documental nos permite reflexionar en torno al trabajo, los modos de organizarlo, concebirlo y de valorarlo. También nos ofrece repensar el significado del mercado, como un espacio de revalorización de identidades ligadas a las culturas originarias de la Patagonia, en donde sus modos de producir y de vivir tienen un lugar central. Fuente: Programa Pro-Huerta, Ediciones INTA 2010

Para apreciar el valor de la fotografía respecto de mirar lo imperceptible, se recomienda ver la película Cigarros (1995) de los directores Wayne Wang y Paul Auster.

Momento de Reflexión Los invitamos a realizar un recorrido por el territorio y observar una experiencia o actividad que consideremos de Economía Social y Solidaria, según lo aprendido y trabajado en las materias de este espacio de formación. Por ejemplo: mercados solidarios, cooperativas, prestación de servicios solidarios, crédito social, formación y capacitación solidaria, redes de con-

2 • N.a.: La mención que realizamos a la importancia de hacer foco no implica dejar de considerar el contexto de la observación.

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sumo colectivo, asociación de productores, asociaciones culturales, redes de ayuda mutua, mutuales, sindicatos, espacios de encuentro, prácticas de economía doméstica, agricultura familiar, ayuda comunitaria entre vecinos, instituciones del estado, etc. 1) Registren lo más exhaustivamente que puedan aquello que observan, como por ejemplo cómo hacen para organizarse, cómo toman decisiones, qué tipo de procesos existen si son de producción, comercialización, intercambio, auto consumo, qué cambios hay para la vida de los que participan etc. 2) Intenten construir un relato en el que las impresiones constituyan un eje sobre el cual puedan formularse preguntas a partir de los conceptos que vienen trabajando sobre la Economía Social.

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El análisis es una parte fundamental del proceso de observación. Es claro que se necesita de un tiempo prolongado de trabajo con el registro de lo observado. Finalmente, en el marco de procesos para la formación, importa no sólo la comprensión e interpretación de las situaciones observadas sino también la revisión crítica de las acciones. La comprensión e interpretación de las situaciones observadas se da a través del desarrollo de una mirada reflexiva en dispositivos de tutorías y de trabajo grupal. Es importante que el análisis incluya también la mirada del observador sobre sí mismo. Esto se logra introduciendo en los registros de observación espacios previstos para ello: por ejemplo, una columna de impresiones, o un espacio para comentarios, etc. Es importante que este lugar esté previsto en las decisiones en relación con los registros y el diseño del mismo. Además, resulta de particular importancia el pasaje de la revisión crítica al desarrollo de acciones propositivas. La búsqueda de alternativas de acción, de otros caminos posibles, es una parte relevante del trabajo a partir de las observaciones. Existen desventajas “clásicas” que se plantean sobre las observaciones desde una visión positivista. Entre ellas, que el observador pone en juego su

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subjetividad en las interpretaciones (sesgo del observador), así como la reactividad (influencia del observador sobre los observados). Si bien es cierto que en toda observación necesariamente interviene la subjetividad de quien observa, la conciencia de este fenómeno permite integrarlo al análisis de las situaciones observadas. En relación con la “objetividad”, durante muchos años se consideró que el observador debía ser neutral. Pero aún con esa pretensión, es inevitable que un observador haga intervenir sus saberes previos, sus representaciones y sus concepciones sobre el “objeto” observado; agregue, complete y complemente las lagunas en lo observado (Frigerio, G. y Poggi, M. 1996: 69); porque el que ve no es el ojo sino el sujeto, culturalmente situado, culturalmente socializado, con experiencias y conocimientos. Una de las tareas del observador consiste entonces, en tomar cada vez mayor conciencia de los marcos de interpretación propios y los de los de los sujetos a los que observa. Y esta toma de conciencia debe ser parte del proceso de formación.

Para mirar El perro amarillo/The cave of the Yellow Dog (2005). Dir: Byambasuren Davaa. Esta película nos ayuda a comprender la relación entre los distintos miembros de una familia campesina en Mongolia, su cosmovisión, las relaciones, sus tiempos, los mitos y las maneras de abordar los aprendizajes en familia. http://www.youtube.com/watch?v=BDpDCw25YQg Sinopsis: Nansal, la hija mayor de una familia de nómadas mongoles, se encuentra un día un cachorro mientras recoge estiércol cerca de su


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casa. Desde el primer momento se encapricha con el perrito, pero, cuando lo lleva a casa, su padre tiene miedo de que les traiga mala suerte, ya que cree que puede ser descendiente de lobos, y le pide que se deshaga inmediatamente de él. Sin embargo, a pesar de las órdenes de su padre, Nansal se queda con el cachorro. El perro amarillo nos cuenta la historia del antiguo vínculo que existe entre el hombre y el perro, y el significado especial que este vínculo tiene en Mongolia para el eterno ciclo de la reencarnación. Es interesante la analogía con la lente del microscopio para la comprensión de lo relevante a ser observado: “a su máxima potencia la lente del microscopio enfoca los detalles sobre el portaobjetos y el entorno general se oscurece, a medida que se disminuye la potencia, se abarca una porción cada vez mayor del entorno o contexto general. A una potencia mínima los detalles se oscurecen y el entorno queda en foco. Las diferentes potencias le permiten al investigador explicar distintos aspectos del fenómeno” (Evertson y Green, 1989: 318). La observación, como se mencionó anteriormente, está en directa relación con la pregunta sobre para qué se observa. Es el propósito de la observación el que guía lo que habrá de hacerse, el modo en que se utilizarán los datos y lo que se podrá obtener. ¿Observar para evaluar? ¿Observar para analizar? ¿Para investigar? ¿Observar para aprender las prácticas propias de la Economía Social, y también para enseñarlas? El propósito influye tanto en lo que se observa como en el cómo se observa, quién es el observado, dónde y cuándo tiene lugar la observación, cómo se registra y qué uso se hará de los datos. El desarrollo de la función formativa de la observación no es sencillo: observar para formar, formar para comprender, para interpretar, para reflexionar críticamente, para revisar el accionar. La observación es un medio para obtener información y un proceso para producir conocimientos. Proporciona una representación de la realidad que pretendemos estudiar, analizar y/o aprender, que es fundamental en la formación. Al proponerle al estudiante variedad

de focos y distintos tipos de registros, se enriquece la comprensión sobre las situaciones observadas y, a partir del análisis propuesto en las observaciones, las prácticas de producción económica habituales en el territorio son cuestionadas, revisadas, reestructuradas. Es decir, la observación posibilita analizar la práctica productiva, reconocer problemas, permite abrir un espacio para indagar otras líneas de acción. A través del trabajo con las observaciones se intenta comprender y reflexionar acerca de los resortes más íntimos y complejos de la práctica. Partiendo de las categorías de reflexión en y sobre la acción propuestas por Schön (1997), consideramos fundamental la reflexión sobre la observación. En la reflexión en y durante la observación, el valor descansa en la riqueza de la inmediatez, en la captación viva de las múltiples variables intervinientes en la situación. El análisis que a posteriori se realiza de lo observado, posibilita la comprensión de los procesos y la orientación de acciones futuras. Por otra parte, los procesos de escritura que conllevan los registros, promueven procesos de objetivación y distanciamiento respecto del propio discurso, que al materializarse, permiten una recepción diferida en la que el escritor evalúa su propio texto desde una perspectiva próxima a la de un lector externo. Escribir, supone avanzar en la construcción del conocimiento sobre la propia práctica.

Para tener en cuenta Red Puna: Una experiencia de organización económica de pequeños productores. Economía Social y agricultura familiar INTA 2010 La Red Puna y Quebrada es una organización política que reúne a diferentes organizaciones de base, de la mencionada región de la provincia de Jujuy, Argentina. Está integrada por comunidades

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aborígenes, centros vecinales, cooperativas, asociaciones campesinas, organizaciones de artesanas y de jóvenes. Desde hace más de una década, en pleno desarrollo de las reformas económicas neoliberales, inició “un camino de construcción colectiva, de luchas cotidianas, con el objetivo de unir fuerzas para enfrentar problemas, desarrollar proyectos comunes y cambiar la realidad para tener la posibilidad de vivir con dignidad en sus territorios” Fuente: Documento de la Red Puna (1998), “Puna, promesa y olvido”

La observación permite acercar a quienes se forman a situaciones cotidianas, a veces problemáticas. En definitiva a través de las observaciones, se trata de propiciar espacios en los que los operadores puedan construir la mirada sobre sí mismos y los propios implícitos, sobre la cultura, las teorías subjetivas, etc. La observación posibilita analizar las situaciones productivas, reconocer problemas, permite abrir un espacio para arriesgar otras líneas de acción posibles. A través del trabajo con las observaciones se comprenden y transparentan los resortes más íntimos y complejos. Así, la observación apela a una posición reflexiva permanente. En síntesis, la observación supone: • Que no es el ojo el que observa sino el sujeto • Una intencionalidad: no se puede observar “todo”, la mirada es selectiva, se debe focalizar • Una mirada situacional, es decir, que se modifica el campo de la observación al observar -juega el tiempo de la observación también• Sistematicidad

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Para tener en cuenta Por un bosque frondoso de las yungas del norte argentino, pasó por casualidad un hombre de negocios, un gran empresario; se detuvo y notó que estaba compuesto por una densa vegetación y con árboles muy altos, con troncos gruesos y frondosas ramas, donde habitaban muchos animales y otras plantas, además examinó que los riachuelos bajaban casualmente cortando la vía más cercana. Entonces le surgió una idea y se dijo: “si me apodero del bosque y si invierto un dinero para comprar maquinaria, herramientas y contrato algunas personas de la región para luego talar el bosque, la madera que puedo sacar de allí la podría vender en una ciudad cercana y entonces obtendría mucho más dinero del que invertiría al comienzo del negocio, de esta forma reproduciría el capital invertido en el tiempo”. Por el mismo lugar pasó un Operador de la Economía Social y Solidaria, atraído por los sonidos del bosque, observó que los altos árboles, con sus frondosas ramas eran árboles frutales, que proveían de alimento a campesinos de la región, que la vegetación era variada y que allí habían muchas plantas medicinales utilizadas por las mujeres de las comunidades aledañas, también se dio cuenta que en las sombras del bosque se podían cultivar plantas alimenticias y que las ramas viejas de los árboles servían para generar leña que era usada como fuente de energía, así como las ramas más grandes y fuertes ayudaban en la construcción de las casas de los campesinos. Igualmente notó que el bosque generaba agua y ayudaba con sombra en el ardiente verano y retenía agua en las épocas de lluvia; se dio cuenta también que este bosque era usado por la comunidad para descansar y por los maestros de escuela para enseñar, también se percató que allí


los niños y las niñas llegaban a jugar. Entonces se le ocurrió la idea de organizar a la comunidad y defender con ella el bosque; con el tiempo, la comunidad se había organizado; trabajando unidos, declararon el bosque como un bien común, ya que gracias a él, allí se producen bienes materiales, que ayudan a conservar los valores sociales, culturales y espirituales de esta comunidad; con el tiempo, se mejoraron las condiciones de vida de todos y todas y se generó la reproducción ampliada de la vida. Fuente: Relato “La reproducción ampliada de la vida, como fin de la economía social”. Cediel (2013)



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1.4. La sistematización de nuestra práctica: una actividad continua

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as prácticas son la principal fuente de conocimiento de nuestro proceso de intervención. En tal sentido, es importante recuperar la experiencia vivida al participar en una intervención que busca intencionalmente el cambio social, con el fin de aprender de ella y de transmitir esos aprendizajes a nuestros compañeros. La sistematización es un proceso participativo que permite ordenar lo acontecido, recuperar así la memoria histórica, interpretarla, adquirir nuevos conocimientos y compartirlos con otras personas. Sistematizar permite así, diferenciar los elementos constantes de los ocasionales; los que quedaron sin continuidad en el trayecto, los que incidieron en la creación de nuevas pistas y líneas de trabajo, los que expresan vacíos que se han ido arrastrando recurrentemente. Asimismo, permite determinar los momentos de surgimiento, de consolidación, de desarrollo, de ruptura, etc., dentro del proceso, y cómo los distintos factores se han comportado en cada uno de ellos.

Momento de Reflexión Les recomendamos leer algunas experiencias del texto: “Guía de experiencias de Economía Social y Solidaria Norte – Sur”

El análisis de las experiencias y la sistematización, ha sido compartido y debatido bajo una metodología participativa con el siguiente grupo de investigadores: La Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS Euskadi); El Instituto Hegoa y La Red de Investigadores Latinoamericanos de Economía Social y Solidaria (RILESS) http://www.dhl.hegoa.ehu.es/ficheros/0000/0646/14. Gu%C3%ADa_de_Experiencias_de_Econom%C3%ADa_ Social_y_Solidaria_Norte-Sur.pdf 1. Seleccionen de esta guía 2 experiencias, lean y analicen para responder las siguientes preguntas: a. ¿Cuáles fueron los elementos más importantes de cada una de las experiencias? b. ¿Qué tenían en común las experiencias que seleccionaron? c. ¿Cuáles son las ventajas y aportes más significativos que deja el registro y la sistematización de este tipo de experiencias?

1.4.1. Componentes de un proyecto de sistematización

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ara poder hacer una buena sistematización de nuestras prácticas hace falta registrar cotidianamente las experiencias. Los componentes que debemos tener en cuenta al registrar son: • Título del proyecto: nombre de la actividad planificada • Portada: datos de los participantes. Institución con la que se trabaja • Tabla de contenido: qué experiencias se requiere sistematizar • Introducción: breve descripción del proyecto a sistematizar • Delimitación de la experiencia: breve resumen de la experiencia, dónde y cuándo se realizó. Quiénes participaron. Cuáles eran los objetivos. Principales resultados. Podemos ayudarnos con el cuadro de

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planificación. • Justificación del proyecto de sistematización: objetivos del proyecto. Metas esperadas. Ejes centrales de sistematización. • Preguntas problematizadoras: elementos para la interpretación crítica. Analizar: ¿qué se hizo?, ¿cómo se hizo?, ¿por qué se hizo?, ¿qué influencia tuvo el contexto social, político y económico en la práctica?, ¿qué dificultades se presentaron y cómo se resolvieron? • Plan de trabajo: cómo se va a realizar la sistematización. Qué procedimientos se utilizarán y quiénes participan en cada tarea. • Conformación de estrategias de comunicación de los resultados: difusión de lo que aprendimos; comunicación de la práctica realizada; socialización de los aprendizajes y conocimientos producidos en nuestro trabajo para la apropiación colectiva de los mismos por parte de nuestros compañeros.

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Biblioteca • Anijovich, R. y otros (2009). Transitar la formación pedagógica. Buenos Aires. Paidós. • Cediel, H. (2013). Texto que corresponde al capítulo sobre territorio de la tesis en maestría en Economía Social (ICO/UNGS). • Cerda, H. (1997). Elementos de la investigación. Bogotá. El Bùho. • Cittadini, R. (2010). Economía social y agricultura familiar. INTA. • Colectivo la Yunta (2007), Economía social y solidaria, programa de capacitación y fortalecimiento para organizaciones sociales y comunitarios. • Coraggio, J. L. (2011). El trabajo antes que el Capital. Ediciones ABYA YALA, Flacso. • Duhau, E. y Giglia A. (2009). “Las reglas del desorden. Habitar la metrópoli”. Cuadernos de Antropología Social, num 30. • De Ketele, J. M. (1984). Observar para educar. Observación y evaluación en la práctica educativa. Madrid. Visor. Cap 1. • Eisner, E. (1998). El ojo ilustrado. Barcelona. Paidós. • Evertson, C. y Green, J. (1989). “La observación como indagación y método”, en De Ketele, J. M. (1984). Observar para Educar. Observación y evaluación en la práctica educativa. Madrid. Visor Libros. • Ferry, G. (1990). El trayecto de la formación. Los enseñantes entre la teoría y la práctica. México. Paidós. • Fischman, G. (2006). “Las fotos escolares como analizadores en la investigación educativa”. Revista Educacao y Realidade 31. • Frigerio, G. y Poggi, M. (1996). “Requisitos para exploraciones y registros”, en El análisis de la institución educativa. Hilos para tejer proyectos. Buenos Aires. Santillana. • Galeano, E. (2003). El libro de los abrazos. Madrid. Siglo XXI ediciones.


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• Guariguata, J. (2004). Gobiernos Comunitarios. Diagnóstico Participativo comunitario. Guayana. Red Social Guayana. • Harvey, D. (2003). El Nuevo imperialismo. Ediciones Akal. • Herin, R. (2006).” Por una geografía social, critica y comprometida”. Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Vol. X No 218. Ultimo acceso, 15 de agosto de 2013. • Hinkelammert f, M. H. (2009). “Economía, sociedad y vida humana”. Universidad Nacional General Sarmiento. • Lefebvre, H. (2005). The Productions of space. Blackwel publishing. • Manzanal M. (2007). Territorio, Poder e Instituciones. Una perspectiva crítica sobre la producción del territorio. Ediciones CICCUS. • Programa Argentina Trabaja, Ministerio de Educación (2013), Módulo Prácticas Profesionalizantes, Diplomatura en Economía Social y Solidaria. • Santos, M. (1996). De la totalidad del lugar. Barcelona. Oikos-Tau. • Santos, M. (2008). Por uma Geografia Nova. Sao Paulo. Editorial Universidade Sal Paulo. • Schön, D. (1997). La formación de profesionales reflexivos. Barcelona. Paidós/ M.E.C. • Tearfund (2003). Gestión de ciclo de proyectos: “Roots: Recursos que promueven oportunidades organizacionales de transformación y socialización”. • Tobio, O. (2012). “Territorios de Incertidumbre”. Buenos Aires. Universidad Nacional General San Martin. • Vallaux, C. (1914). Geografía social. El suelo y el estado. Madrid. Daniel Jorro. • Villa, A. (2011). Módulo: Proyecto socioeducativo y acción pedagógica comunitaria, presentado en el marco de la Propuesta Formación de Formadores: “Educadores Comunitarios” desarrollada por Área de Tecnicaturas Superiores Sociales y Humanísticas. Subsecretaría de Educación. Ministerio de Educación de la Nación. • Wagner, R. (2007). Ponencia “Las perspectiva de derechos en las políticas sociales y habitacionales en America Latina”, XIII Encuentro de la RED ULACAV y V Jornada Internacional de Vivienda Social. • Wansidler, G. (2011). “Desarrollo de las prácticas

profesionalizantes en escuelas técnico-agropecuarias”. Documento Educación Superior, área social y humanística. (mimeo) • Wittrock, M. C. (comp). (1989). La investigación de la enseñanza II. Métodos cualitativos y de observación. Madrid. Paidós Educador.

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Capítulo 2 Diarios de formación 2.1. La formación de profesionales reflexivos sobre su práctica 2.2. El diario como dispositivo de formación “es contando historias, nuestras propias historias, lo que nos pasa y el sentido que le damos a lo que nos pasa, que nos damos a nosotros mismos una identidad en el tiempo” J. Larrosa (1995)3

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scribir y contar historias profesionales y personales se convierte en una herramienta poderosa para la formación. Se trata de provocar la reflexión, no solamente sobre el conocimiento práctico, sino también sobre la comprensión e interpretación del contexto de la propia vida a través de las narrativas. De este modo, se intenta conectar el desarrollo del saber técnico con el desarrollo de las vidas personales a través de los procesos de auto-narración, que profundizan el conocimiento sobre sí mismo, conjuntamente con la construcción de la identidad profesional.

3 • Larrosa, J. (1995). Escuela, poder y subjetivación. Madrid. Ed. La Piqueta

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2.1. La formación de profesionales reflexivos sobre su práctica

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a formación puede entenderse como un trayecto. El cual implica, no sólo la idea de que hay un proceso vivencial que se continúa en el tiempo, de un encadenamiento de experiencias variadas, sino también la de que el recorrido compromete a la totalidad de la persona y posee, generalmente, un carácter diferenciado o individualizado y que permite una secuencia y continuidad (Camilloni, 2009: 17). Esto cobra un valor importante en el marco de este Postítulo: se trata de continuar un trayecto de formación. “La formación es una dinámica de desarrollo personal que consiste en tener aprendizajes, hacer descubrimientos, encontrar gente, desarrollar a la vez sus capacidades de razonamiento y también la riqueza de las imágenes que uno tiene del mundo. Es también descubrir sus propias capacidades, sus recursos y no es para nada evidente que esta dinámica, estos descubrimientos, estas transformaciones sean producidos principalmente por la escuela o por los aprendizajes escolares” (Ferry, 2007: 96). Para ello, en esta asignatura en particular, promovemos la escritura de un diario de formación. Esto significa que convocamos a los estudiantes a la preparación de un registro de situaciones significativas de sus clases, a los cuales llamamos “Diarios de formación”. Los diarios de formación se corporizan a través del registro de situaciones planificadas, no planificadas, significativas, inesperadas, ideas posibles, conceptos y preconceptos, preguntas inquietantes y sensaciones inexplicables. Este dispositivo permite ser una instancia abierta a la posibilidad de búsqueda y generación de nue-

vos interrogantes a nivel personal y profesional, potenciar el desarrollo profesional de una práctica reflexiva. Como sostiene Litwin (2008), la difícil y compleja construcción del saber práctico es justamente la de dotar de sentido teórico o conceptualizar esos saberes construidos en una experiencia. El trabajar a partir de las descripciones -retomamos a Fischman (2006: 235) “toda descripción es impresionista, y todas las impresiones son interpretables”- de las visiones e interpretaciones de los estudiantes, de su particular registro de las experiencias, supone habilitar miradas acerca de la realidad comunitaria que observan e interpretan, promoviendo la reflexión de lo observado, de la mirada y de los focos con que se “leen” las realidades locales. El convertir lo que los estudiantes registran a partir de sus singulares modos de mirar, implica poner a trabajar la propia biografía con la que ingresan o reingresan a este trayecto formativo. El apostar a desnaturalizar las miradas pretende incidir en aspectos profundos de la experiencia, con la intención de mejorar el impacto de la presente formación. Ver como “no natural” lo “natural” produce un cierto extrañamiento. El extrañamiento “es justamente la posibilidad de una nueva mirada, como si los hechos del mundo remitieran a un grado cero y se despojaran por un instante de las capas de sentido que no permiten ver su momento inaugural” (Schujman, 2008: 9). Detectar y detenernos en los indicios particulares, permite poner entre paréntesis los sentidos totalizantes para reparar en los “detalles”. Pareciera haber allí unos “sentidos” que no estábamos pudiendo advertir. Cabe mencionar que las historias que oímos y las que le contamos a otros o a nosotros mismos, dan un sentido singular a la experiencia y contribuyen a organizar la memoria. De ahí que las “historias vividas” y contadas por cada uno no son sólo un modo de pensar acerca de su identidad, sino también un modo de reorganizar sus conocimientos que posibilita cambios en la práctica profesional y en las valoraciones personales. (Clandinin, y Connelly (1990), Pinar (1988)).

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2.2. El diario como dispositivo de formación4

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l diario de formación es un dispositivo narrativo que permite expresar percepciones subjetivas, integrar aspectos emocionales, cognitivos y prácticos de la enseñanza, así como propiciar la reflexión sobre los propios procesos de planificación, acción y evaluación, descubriendo al mismo tiempo relaciones entre teoría y práctica y favoreciendo el establecimiento de vínculos entre la propia experiencia actual y la biografía personal. Es un documento en el que cada actor recoge sus impresiones sobre lo que va sucediendo en su práctica. Es “un instrumento metodológico cuya utilización periódica permite reflejar el punto de vista del autor sobre los procesos más significativos en los que está inmerso. Favorece también el establecimiento de conexiones significativas entre conocimiento práctico y conocimiento disciplinar, lo que permite una toma de decisiones más fundamentada” (Porlán, 1999: 34). Tiene como características: • Ser un registro periódico y con cierto grado de sistematicidad (no esporádico). • Se trata de una narración (NO es meramente descriptivo). • El contenido es seleccionado libremente por su autor. Quien escribe el diario decide consignar en él los acontecimientos que le resultan más significativos. El diario busca ser un reflejo de la subjetividad y singularidad de quien lo escribe. • Puede referir a otros contextos de la actividad docente y a los momentos anteriores y posteriores al encuentro interactivo con los alumnos, además del ámbito del aula. • Los diarios acostumbran a sus autores a reflexio-

nar; porque el solo hecho de narrar implica reconstruir y revisar lo sucedido. • La inmediatez del registro permite conservar impactos emocionales que se perderían en una evocación realizada un tiempo después. • El diario habitúa a sus autores a escribir y documentar sus prácticas. • La narración proporciona un feedback inmediato y permanente al autor, que se convierte en lector de su propia experiencia. • La narración escrita de situaciones permite compartir experiencias con pares y docentes. Recuperando el punteo anterior, la escritura del diario implica continuidad. Esto significa que es importante indicar, a quienes se inicien en esta práctica narrativo-reflexiva, que deben realizar un registro periódico de experiencias y escribir lo más cercanamente posible a cada etapa/acción/actividad de la práctica que se desarrolle, registrando la experiencia “en caliente” para no perder información significativa, así como las emociones que produjo la situación. En términos pragmáticos, en los registros del diario resulta conveniente anotar fechas, ya que esto permitirá luego una lectura longitudinal: el diario de prácticas permite captar el proceso de aprendizaje en un período de tiempo determinado, realizando reflexiones comparativas y evidenciando avances, retrocesos y eventos que van mostrando patrones de comportamiento y contribuyendo a descubrir creencias, rutinas automatizadas, respuestas creativas ante imprevistos, etc. Concretamente, cuando se propone el trabajo a los estudiantes, surge la pregunta: ¿qué escribir? Es recomendable producir libremente algún texto en cada clase, sin importar su extensión. El texto puede ser: • Una crónica (registro cronológico y descriptivo) de todas las tareas realizadas desde el inicio hasta el final de la clase. • El relato de una tarea de diagnóstico participativo, planificación o acción de integración con la comunidad, entre otros. • Un comentario acerca de la relación entre las ex-

4 • En este apartado se recupera el trabajo presentado en el Capítulo 5 del libro Transitar la formación pedagógica (Anijovich y otros, 2009)

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pectativas personales antes de desarrollarse la acción y lo que efectivamente sucedió. • La narración de sensaciones, emociones, sentimientos que surgieron en determinados momentos de la acción (sean estos positivos o negativos). • El registro de recuerdos de situaciones autobiográficas que emergieron en la conciencia a partir de una situación. • El testimonio de cualquier factor movilizante o significativo para el autor del diario. Una vez producido el primer texto, en la lectura y relectura sucesiva, es posible que el autor del diario produzca reflexiones comparativas, establezca analogías o reflexiones con mayor profundidad sobre las producciones que considere más impactantes o relevantes. Para completar el efecto formativo de este dispositivo hay que leerlo: si bien el diario es un documento personal, y en este sentido puede dar cuenta de aspectos íntimos que su autor tiene derecho a resguardar para sí mismo, es interesante pedir a los autores de diarios de formación que elijan algunos pasajes para leer en voz alta con un tutor o un grupo de pares. Este ejercicio puede ser muy revelador al compartir la lectura con personas que estuvieron presentes en la situación a la que se hace referencia o que también están transitando el trayecto de formación. Pero, tal como venimos mencionando en este capítulo, una vez realizado el proceso de escritura, lo central es recuperar la experiencia y reflexionar sobre ella.

Para tener en cuenta Cooperativa Metalúrgica Cooperar

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Cristian Horton, presidente de la cooperativa Metalúrgica Cooperar de Villa Constitución – provincia

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de Santa Fe, encontró tres cuestiones básicas que definen al trabajador asociativo: “Tenemos propuestas para conducir nuestros propios destinos, somos el motor de la economía y no necesitamos un patrón para subsistir”. “En estos quince años pasaron muchas cosas que me hacen sentir orgulloso por ser parte de una clase trabajadora que no se queda sólo en el reclamo, sino que aprendió a desarrollarse”. “La democracia y la solidaridad son dos valores cooperativos que caminan juntos y que nosotros rescatamos como fundamentales y totalmente necesarios. No hay que olvidarnos, si queremos que estos procesos autogestionarios prosperen en el tiempo y contribuyan al bienestar de cada trabajador y su familia”. “Desde que somos cooperativistas cambiamos la cultura del trabajo”. Dicen los trabajadores de Cooperar 7 de Mayo, de Villa Constitución, que cumplió 15 años. Su presidente Cristian Horton, contó cómo llegaron a ser 244 asociados: “Hoy hemos aprendido a organizarnos y a trabajar articuladamente, porque solos no podemos hacer nada. En este sentido, es que también somos asociados de la federación de cooperativas de trabajo de la República Argentina (FeCOOTra), para formar redes y seguir construyendo”. Fuente: Ejemplo de vida: sistematización, Módulo de Economía Social y Solidaria. Diploma de Operador Socioeducativo en Economía Social y Solidaria.

En principio, queremos señalar las limitaciones de los diarios. Al proponer la escritura de diarios, podemos encontrar relatos que sirven a su autor para pensar su práctica, pero también producciones anecdóticas o excesivamente cargadas de valoraciones y con pocas evidencias fundadas en hechos. En el caso de una tarea de aprendizaje, escribir libremente sobre las ideas y sentimientos que ésta despierta, permite despejar la mente, expresar las ansiedades que la nueva tarea despierta, adquirir y recordar información nueva, promover la solución de problemas, pasar de la escritura libre a la obliga-


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da (Pennebaker, 1994). Cuando nos enfrentamos a una tarea profesional nueva o a una nueva forma de desempeñar tareas profesionales conocidas, surgen muchos factores que nos producen ansiedad. Expresar estas vivencias en el diario de formación es un modo de aliviar la tensión y elaborar la situación. Esto puede permitir al profesional en formación, tener energía libre para atender a la multiplicidad de factores que configuran su práctica y responder en forma más relajada a sus demandas. Agendas y diarios son instrumentos privilegiados para la escritura en el sentido aquí expuesto. Pero la escritura no es mágica. Pennebaker advierte los límites y obstáculos. En algunas ocasiones la escritura puede ser una desventaja. Para controlar el lugar que la escritura está teniendo en la propia vida y encauzarla hacia una función beneficiosa, este autor propone a los autores de diarios hacerse a sí mismos las siguientes preguntas: • ¿Estoy utilizando la escritura como un sustituto de la acción? • ¿Estoy haciendo de la escritura libre un ejercicio meramente intelectual en lugar de un acto de autorreflexión? • ¿Estoy utilizando la escritura para protestar o quejarme sin censura? • ¿Estoy utilizando la escritura para profundizar mi comprensión de mí mismo o para autocompadecerme y/o justificar mis acciones? La lectura compartida del diario puede permitir, a tutores y pares, entablar un diálogo con el autor que lo retroalimente y le permita profundizar su producción y en este sentido, superar las limitaciones propias del dispositivo. En el marco de la formación de profesionales reflexivos, los diarios pueden resultar una herramienta potente para promover un aprendizaje activo en los estudiantes. Son una vía de acceso a la subjetividad y un instrumento que le permite retornar sobre sí y producir conocimiento personal. Al reflexionar sobre experiencias pasadas, sobre situaciones actuales y sobre los resultados de sus

acciones para explicar lo que realizan, todos los involucrados en la situación se ven confrontados con sus decisiones y las consecuencias de las mismas. Esto les permite tomar conciencia de rutinas, intenciones, repeticiones, rupturas y cambios. Por último podemos pensar que el diario es también un documento autobiográfico, si pensamos como expresa J. M. de Miguel (1996) que las autobiografías son formas de representar y a la vez reconstruir la vida individual, en la medida en que permiten la interpretación de un suceso desde un momento posterior a la experiencia vivida. Es interesante pensar, siguiendo al autor antes mencionado, que las autobiografías son “espejos” y “ventanas”. En este sentido, nos atrevemos a extender la metáfora y aplicarla al diario: “espejo” para el autor y “ventana” para otros lectores. Además, tanto un espejo como una ventana nos permiten observar un recorte, una imagen contenida en los límites de sus marcos. Y el diario, cuando se centra en un momento particular de la vida o en un aspecto específico (es el caso del diario de formación), nos permite conocer y reflexionar sobre alguna particularidad de la experiencia vital de la persona y su entorno. Podríamos pensar al “diario de formación como un recorte de lo que se denomina, autobiografía parcial y específicamente, autobiografía ocupacional o profesional” (Gothelf: 2007).

2.2.1. Orientaciones para la elaboración de un diario de formación

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continuación presentamos una serie de orientaciones para enmarcar la escritura del diario:

• Elección de un cuaderno, una carpeta, un archivo digital y usarlo exclusivamente para el diario. • Escribir inmediatamente después de cada situación de práctica, para tener vivencias más “frescas” de sentimientos, pensamientos y situaciones experimentadas.

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• El relato puede realizarse en forma cronológica narrando la situación desde el inicio hasta el cierre o a partir de incidentes que movilicen la reflexión, incluyendo en el relato sentimientos, percepciones, pensamientos y descripciones, tanto de las acciones previstas como de aquello que ocurrió. • Se plantea reflexionar sobre lo desarrollado, en términos de hipótesis y preguntas y respuestas provisorias acerca de lo ocurrido, así como incluir interpretaciones posibles de lo sucedido a partir de la relación entre teoría y práctica. Se pueden incluir las retroalimentaciones recibidas de colegas y las reflexiones que posibilitaron las mismas, en caso de que alguien participara de la misma situación o del grupo de reflexión en el que fue compartido el relato.

Momento de Reflexión 1) Les proponemos la lectura de un fragmento de análisis en una instancia previa a la escritura del propio diario.

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El día 10 de mayo del 2013, nos reunimos en las instalaciones de la universidad. Comenzamos a las 9 de la mañana, como de costumbre. La clase de la comisión con los orientadores de las cooperativas, comenzó con una pregunta: ¿qué recordábamos del último encuentro y qué de esto habíamos reflexionado y compartido en nuestras cooperativas? Todos expresamos que fue muy enriquecedor conocer experiencias de organización de los trabajadores para solucionar sus problemas, algunos compartieron esto que habíamos aprendido con sus compañeros cooperativistas, eso nos animó a seguir realizándolo. Luego conversamos alrededor de una pregunta, ¿qué entendíamos o que creíamos que es un sujeto social y cuáles eran las implicaciones en el

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territorio? Esto nos introdujo en el tema del día. Posteriormente se invitó a definirlo entre todos con una lluvia de ideas, salieron palabras como actor, sujeto, acción, movimiento, objetivos, rol, voluntad, identidad, motivación, cambio y futuro, se preguntó y hubo una interesante discusión al final, si éramos sujetos o actores, lo más interesante es que entre todos definimos estos conceptos. Hubo una participación inusual de los orientadores que poco participan, fue muy enriquecedor, se relacionó cada concepto con aspectos propios de la vida de los territorios, problemas, diferencias, nuevos actores, imaginarios, etc.; esto nos permitió entender con más amplitud y sentido hasta ahora lo visto en el espacio, a la vez que permitió escuchar otras voces y tener una evaluación conjunta de cómo vamos aclarando lo que somos y creemos. Fuente: Clase de orientadores de las cooperativas de

argentina trabaja, Diplomatura en Operador Socioeducativo en Eonomía Social y Solidaria, Universidad de San Martin, zona norte 2013.

2) Los invitamos a elaborar un diario colectivo: un texto coral, reflexivo, que sume las voces de los distintos actores locales y que puedan expresar lo que ha significado para sus vidas y sus colectivos el ser parte de una organización de la Economía Social.


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Biblioteca • Anijovich y otros (2009). Transitar la formación pedagógica. Buenos Aires. Paidós. • Camilloni, A. (2009). “Estándares, evaluación y currículo”. En: Archivos de Ciencias de la Educación, Año 3, Nº 3, pp. 55-68 • Clandinin, D. y Connelly, F. (1990). “Stories of Experience and Narrative Inquirí”. Educational Researcher, Vol. 19, No. 5, pp. 2-14. Publicado por American Educational Research Association Disponible en: http://www.jstor.org/stable/1176100 • De Miguel, J. M. (1996). Auto/biografías. Madrid. Centro de Investigaciones Sociológicas. Cuadernos Metodológicos. • Ferry, G. (1990). El trayecto de la formación. México. Paidós. • Fischman, G. (2006). “Las fotos escolares como analizadores en la investigación educativa". Revista Educacao y Realidade 31(2):79-94. • Gothelf, E. (2007). El diario de formación como estrategia para la reflexión sobre la práctica y la construcción de la identidad profesional del profesor. Buenos Aires. Inédito. • Litwin, E. (2008). El Oficio de enseñar, Condiciones y contextos. Buenos Aires. Paidós. • Pennebaker, J. W. (1994). Some Suggestions for Running a Confession Study. Disponible en: http:// homepage.psy.utexas.edu/homepage/faculty/Pennebaker/Reprints/Hints.DOC • Pinar, W. F. (lid.) (1988). Contemporary Curriculum Discourses. Scottsdale. AZ, Gorsuch, Scarisbrick. • Porlán, R. (1999). “Investigar la práctica”. En: Cuadernos de Pedagogía N 276. España. • Schujman, G. y otros (2008). “Dirigir las escuelas primarias hoy. Avatares de la autoridad pedagógica”. CEPA. Ministerio de Educación, Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Disponible en: http://www.buenosaires.gob.ar/areas/educacion/cepa/avatares.pdf

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Capítulo 3 El diseño de las prácticas en y con el territorio 1.1. El diagnóstico participativo en clave de Economía Social 3.2. Planificación participativa 3.3. Evaluación participativa

Y

a hemos compartido las concepciones sobre qué observar, cómo observar, cómo registrar y sistematizar nuestras prácticas. Compartiremos aquí algunos conceptos y porque no, algunos consejos, recetas para el diagnóstico participativo y la planificación de una organización de la Economía Social en contexto rural, como verdaderas acciones comunitarias, con la premisa de incluir a todos los actores de la comunidad rural.

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3.1. El diagnóstico participativo en clave de Economía Social

E

l análisis de la práctica nos permite vincular lo teórico, re-conceptualizarlo y enriquecerlo con nuestras acciones. Para la búsqueda de respuestas y soluciones a los problemas detectados, en el tiempo más breve posible, es necesario romper con la lógica del “conocer para luego hacer”, otorgando prioridad y dinámica a la intervención. Pero para analizar nuestra realidad y las posibilidades de acción frente a los problemas, hace falta que sepamos realizar diagnósticos. Todo proyecto parte de un diagnóstico con la consecuente determinación de las necesidades y posibilidades de la comunidad. Un diagnóstico es un ordenamiento de datos e información sobre cómo es y qué problemas existen en una determinada realidad. Uno de los modos de realización de diagnósticos, es el Diagnóstico Participativo Social que tiene como punto de partida la generación de espacios colectivos que permitirán identificar problemáticas prioritarias y comunes, reconociendo que nos enfrentamos a “problemáticas sociales complejas”. Aquí vamos a hablar de Diagnóstico Social Participativo “como un proceso social que busca determinar el origen y magnitud de los problemas que afectan la realidad social estudiada" (Hugo Cerda G: 1997 P: 67). Promueve el intercambio de experiencias, la recuperación de vínculos solidarios y la búsqueda de respuestas colectivas a las problemáticas existentes. De este modo, se intenta construir espacios de trabajo propositivos en los cuales los compañeros puedan sentirse parte y planificar estrategias que transformen su propia realidad y la de sus organizaciones comunitarias, constituyéndose así como

sujetos activos. Así, buscaremos fortalecer la organización de las comunidades rurales en la problematización, planificación y puesta en marcha de acciones promocionales que redunden en el fortalecimiento de la cooperativa en el marco de la Economía Social. En esta planificación, deberemos tener en cuenta las particularidades locales y los actores relevantes en el territorio. Se hace con y para la comunidad pues ellos deben ser conscientes de su fin para ser miembros activos participantes de todos los procesos que se viven al interior del diagnóstico. Los objetivos más relevantes que persigue el Diagnóstico Social Participativo son: • Conocer a fondo una realidad social. • Ser base firme para la elaboración un proyecto comunitario. • Generar en la comunidad procesos de concientización y gestión asociada. • Formar a la comunidad en él diagnóstico y en la generación y gestión de proyectos. • Ser una herramienta para la detección de las necesidades y potencialidades de la comunidad. • Lograr que la comunidad se apropie de sus saberes y sistematice su experiencia para convertirse en una herramienta para la toma de decisiones, como también para afianzar sus organizaciones. El diagnóstico participativo privilegia la participación de todos los vecinos en la construcción colectiva del conocimiento sobre la realidad; estableciendo una relación de intercambio democrático entre los profesionales y los habitantes de los barrios, urbanizaciones o poblados, no confundiendo este intercambio con la transmisión unilateral de informaciones, sino dentro de un espíritu de diálogo de saberes, donde los expertos aprendan de las comunidades y donde éstas aprendan de los profesionales. Este aprendizaje, basado en el intercambio, pasa por asumir que la verdad sobre la realidad de la comunidad siempre es una búsqueda compartida, que requiere mucha escucha crítica de ambas partes, mucha creatividad y flexibilidad, pero también disciplina y sistematización para lograr ac-

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tuar de manera pertinente (Guariguata, 2004). Tal como se expresa en el concepto desarrollado, un diagnóstico debe converger en un “Proyecto comunitario” que proporcione espacios que ayuden a explicar las intenciones e intereses de todas las personas comprometidas en la organización social y en el contexto donde ésta se ubica; negociando propuestas en función de los principios organizativos y los objetivos en que coinciden, para imprimirle identidad y hacerla funcionar de manera solidaria con la comunidad. Una necesidad la definiremos como la discrepancia entre lo que se tiene (una realidad determinada) y lo que se desea obtener (la mejora). En esta discrepancia, se genera el espacio de acción de las organizaciones sociales, las cooperativas, el Estado y la comunidad, en la medida en que: • Construye pertenencia: “se siente parte de”, “identificada con”, “perteneciente a” el medio en el que se ubica. • Está en interrelación con: sus miembros; en comunicación e influencia mutua. • Construye cultura en común: a partir de la existencia de significados compartidos.

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La idea de necesidad, ha sido estudiada como carencia y potencialidad, como insatisfacción percibida, como un sistema triárquico (deseo, necesidad, carencia) y como capacidad para funcionar. Las necesidades son carencias pero también son oportunidades, potencialidades en tanto recursos que movilizan a las personas. La relación entre necesidades y recursos conlleva en sí al concepto de satisfactor. Los satisfactores son prácticas sociales, espacios, valores, modelos políticos históricamente constituidos y su identificación permite el diseño de estrategias de intervención en el campo de las necesidades sociales. De esta manera, cuando hablamos de necesidades y satisfactores desde la Economía Social en el contexto rural, hacemos referencia a que esta economía que queremos practicar y desarrollar, no sólo tiene como finalidad la satisfacción de necesidades materiales o fisiológicas de los seres humanos, sino

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la reproducción de las condiciones sociales, culturales y ambientales, como garantía de satisfacción integral y de sostenibilidad. Algunos autores, como Hinkelammert y Mora (2009) en su libro Economía, sociedad y vida humana, consideran que la economía debe tener como fin la reproducción de la vida en todos sus aspectos, y para lograr este fin se debe poner en el centro de toda actividad económica al ser humano y a la naturaleza. “Este ser humano debe estar ubicado como un sujeto necesitado, que hace parte de un circuito natural de la vida, el cual por ser considerado como finalidad de toda actividad económica, debe reconocer la subjetividad en sus prácticas para satisfacer las necesidades materiales y las necesidades antropológicas -que son las sociales, culturales y espirituales”. La Economía Social reproduce las condiciones materiales, y al mismo tiempo y nivel reproduce las condiciones socio-culturales y políticas. Manfred Max – Neef, Antonio Elizalde y Martin Hopenhayn (1998), han propuesto una clasificación de las necesidades humanas y sus satisfactores, que nos ayudan a ubicar la de nuestros territorios. Desde lo axiológico (valores): • Subsistencia (salud física, mental, alimentación, trabajo, procrear) • Protección (cuidado, seguridad social, familia) • Afecto (autoestima, amistades, pareja, acariciar, hogar) • Entendimiento (conciencia crítica, maestros, estudiar, escuela) • Participación (adaptabilidad, derechos, responsabilidades, cooperar) • Ocio (despreocupación, juego, divertirse, tiempo libre) • Creación (pasión, inventiva, habilidades, construir, idear) • Identidad (pertenencia, hábitos, comprometerse, actualizarse) • Libertad (autonomía, determinación, rebeldía, igualdad de derechos). Desde lo existencial: • Ser (atributos personales o colectivos)


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• Tener (Instituciones, normas, mecanismos, herramientas) • Hacer (acciones personales o colectivas) • Estar (espacios y ambientes)

Momento de Reflexión

es más posible intervenir directamente desde la comunidad o desde los actores en el territorio, mientras que los más lejanos son los más difíciles de abordar. 4. Intercambien opiniones entre todos y generen acuerdos definitivos, comparando no sólo los problemas, sino las creencias de los distintos actores involucrados respecto de cómo abordarlos. 5. Finalmente, construyan listas definitivas de los problemas y de las alternativas de solución posible.

A partir de la lista de necesidades axiológicas y existenciales que nos sugiere Max Neef, les proponemos realizar un primer listado con las necesidades encontradas en las comunidades y los actores reconocidos en los territorios. Tengan en cuenta que deben listar solamente aquellas necesidades y problemáticas sobre las cuales se pueda accionar desde la Economía Social y a través de propuestas que puedan desarrollar las familias o las organizaciones rurales de manera asociada con distintos actores de la comunidad.

Este diagnóstico permite delinear el perfil de la acción comunitaria a ser desarrollada.

Para realizar esta actividad les sugerimos seguir los siguientes pasos, ya que a otras organizaciones les fue útil.

Fuente: Adaptación del recurso presentado por la Dra.

1. Utilizando un papelito, escriban en forma individual las necesidades o problemáticas que enfrenta la comunidad, las organizaciones y actores presentes en el territorio. Este primer listado implica un diagnóstico subjetivo.

Comunitarios” desarrollada por Área de Tecnicaturas

2. Luego, cada participante escribe en un papelito ideas acerca del modo en el que podrían abordarse los problemas comunes. De esta manera, se trabaja en conjunto en el reconocimiento de los problemas visualizados y sus posibles soluciones. 3. En una hoja y en un esquema de círculos concéntricos como el que mostramos, se van pegando los papelitos. Los círculos más cercanos al centro representan las problemáticas sobre las que

Problemáticas

+ Lejano

C

+ Cercano

Alicia Villa (2011) en el Modulo: Proyecto socioeducativo

y acción pedagógica comunitaria, en el marco de la Propuesta de Formación de Formadores: “Educadores

Superiores Sociales y Humanísticas – INFD,. Secretaría de Educación del Ministerio de Educación de la Nación.

3.1.1. Mapeo de actores territoriales

C

uando hablamos de “actor social” éste es definido como un individuo, un grupo, una organización o institución de cualquier tipo –una empresa, un organismo de gobierno, una organización de la comunidad, etc.-. Lo que caracteriza a un actor social es su posición particular en un de-

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terminado escenario, su papel o rol, lo que hace o podría hacer en él y sus propósitos o intereses. Normalmente, por lo tanto, se espera que cada actor social se comporte de una manera particular y probablemente diferente, en todo o en ciertos aspectos, con respecto a los otros actores sociales identificados. Existen variados métodos de participación comunitaria para realizar diagnósticos en clave territorial. Es importante tener claro los objetivos que se quieren lograr en este tipo de diagnóstico. En este sentido, cuando se elabora un mapa de actores, se trata de identificar y caracterizar una diversidad de actores sociales, para conocer su situación, interés, vínculos sociales e interrelaciones en función de determinadas cuestiones. El criterio con el cual se identifica a los diversos actores es un criterio de diferenciación, de particularización en relación con los demás. Existe una heterogeneidad de actores sociales en cada escenario, diferenciados por: • Percepciones • Culturas, subculturas, interpretaciones • Intereses / objetivos / valores • Racionalidad y racionalidades • Recursos y capacidades • Lo aportado por cada actor, como base de poder en el escenario de interacción

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Las acciones e interacciones de una multitud de actores marcan, estructuran y modelan constantemente la problemática en el territorio. El territorio representa el espacio de las relaciones sociales y, por lo tanto, se define como un espacio geográfico que es producido histórica y socialmente. El territorio es el producto de la construcción de los actores sociales. ¿A quiénes mapeamos cuando nos referimos a actores de la Economía Social? Organizaciones de la Economía Plural: las escuelas, los institutos, el hospital, la sala de fomento, las iglesias, el municipio; economía informal, también presencia del sector privado, grandes empresas, monocultivos, minería etc.

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Organizaciones de la Economía Social: organizaciones socioeconómicas constituidas por grupos de personas que realizan actividades de producción, distribución, circulación, financiamiento y consumo, bajo formas comunitarias o asociativas autogestionadas, con finalidad social. Estos emprendimientos de la Economía Social pueden ser informales o tener personería jurídica diversa (cooperativas, asociaciones, mutuales, etc). Pueden considerarse experiencias de la Economía Social y Solidaria (ESS): • Emprendimientos comunitarios • Empresas recuperadas por los trabajadores • Microemprendimientos familiares • Mutuales y cooperativas • Espacios de intercambio con moneda social (trueque) • Ferias populares • Redes de comercio justo-solidario • Espacios de compra conjunta • Microcrédito y banca social • Instituciones de formación • Movimientos piqueteros y sus actividades productivas • Espacios culturales territoriales Organizaciones de cooperación o promoción social: organizaciones públicas y privadas sin fines de lucro que desarrollan acciones de apoyo directo a experiencias de la Economía Social (capacitación, asistencia técnica y de gestión, asesoría, financiamiento y acompañamiento).

Momento de Reflexión Ejercicio de car tografía de actores territoriales 1) Realicen un mapa del municipio, la región o el


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territorio donde este su organización, escuela, instituto, su lugar de vida y/o de trabajo, ubíquenlo en el centro del mapa y a partir de allí marquen los lugares/actores sociales que se mencionan a continuación: En el territorio urbano: ¿Dónde se ubican los barrios con familias de altos ingresos? ¿Dónde se encuentran los barrios privados? ¿Dónde se ubican los centros comerciales o se concentra el comercio? ¿Dónde confluyen las manifestaciones? ¿Dónde se ubica la administración pública, oficinas como la municipalidad, policía, bomberos, centros de salud, escuelas y otros? ¿Dónde se encuentran los sitios más contaminados? ¿Dónde se ubican los lugares de contaminación de agua o por residuos sólidos? ¿Dónde se ubican las principales actividades económicas? ¿Hay zonas industriales, empresariales o económicas de gran magnitud? ¿Cuáles son los circuitos de los cartoneros y carreros? ¿Cuáles son las áreas más vigiladas? ¿Existen lugares considerados peligrosos? ¿Existen lugares simbólicos donde se rescata la memoria o son significativos para la comunidad? ¿En qué barrios se asientan los inmigrantes? ¿Hay etnias, comunidades de extranjeros o pueblos originarios? ¿Dónde ubicamos los lugares de incidencia de los actores territoriales, movimientos sociales, grupos organizados de la sociedad, movimientos políticos, mutuales y otros? ¿Dónde se ubican las asociaciones, clubes, sociedades de fomento, asociaciones profesionales, centros culturales, entre otros? ¿Dónde se ubican las cooperativas de trabajo, provisión de servicios, de consumo, crédito, entre otros? Identificar federaciones: asociaciones de cooperativas, de organizaciones civiles, entre otros Identificar cadenas productivas: alianzas para

desarrollar productos o programar la producción ¿Hay redes: sociales, productivas, entre otras? En el ámbito Rural: ¿Dónde se encuentran los sitios de la agricultura familiar o pequeños emprendimientos? ¿Hay escuelas rurales en la zona? ¿Hay grandes empresas o industrias agrícolas o ganaderas?, ¿en qué lugares? ¿Existen grandes extensiones de zonas agrícolas, como monocultivos?, ¿en qué lugares? ¿Cuáles son los lugares más contaminados por fumigación u otros elementos químicos agropecuarios? ¿Existe algún tipo de explotación minera, petrolera? ¿Hay lugares donde la consecuencia de la contaminación es severa en el agua, suelo, flora o fauna? ¿Qué sitios se han inundado o tienen otro tipo de afectación por fenómenos naturales como sequías u otros? ¿Cuáles son las zonas de desmonte o deforestación? ¿Qué sector ha sido más afectado por la emigración de campesinos del campo hacia la ciudad? ¿En qué zonas se establecen los inmigrantes, si los hay? ¿Hay pueblos originarios, comunidades de extranjeros? ¿Hay lugares de toma de tierras? ¿Hay desalojo de pobladores?, ¿en qué lugares? ¿Existen zonas consideradas peligrosos? ¿Existen lugares simbólicos donde se rescata la memoria o son significativos para la comunidad? ¿Dónde ubicamos los lugares de incidencia de los actores territoriales, movimientos sociales, grupos organizados de la sociedad, movimientos políticos, mutuales, otros? ¿Dónde se ubican las asociaciones, clubes, sociedades de fomento, asociaciones profesionales, centros culturales, entre otros? ¿Dónde se ubican las cooperativas de trabajo, provisión de servicios, de consumo, crédito, entre otros? Federaciones: asociaciones de cooperativas, de organizaciones civiles, entre otros.

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Cadenas productivas: alianzas para desarrollar productos o programar la producción. Redes: sociales, productivas, entre otras. 2) Con este diagnóstico territorial describan el tipo de conflictos que están presentes en el territorio, de carácter socio-territorial y/o socio-ambiental y ubicarlos sobre su mapa territorial con algún color. 3) Ubiquen los lugares donde consideran que existen actores y sujetos territoriales y definan las funciones e incidencia que realizan. 4) Ubiquen aquellos lugares que son considerados invisibles pero que tienen un referente social muy fuerte, por ejemplo: lugares de encuentro de jóvenes los fines de semana, lugares de paseo familiar, actividades artísticas, mercados solidarios, ferias públicas, economía informal, u otro tipo de actividades que consideren importantes. 5) Ubiquen lugares en los que exista algún tipo de práctica de la Economía Social. Preguntemonos:

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• ¿Qué hacen? ¿Capacitación, producción, ferias, programas públicos? • ¿Cómo lo hacen? ¿Cuáles son sus recursos? ¿Actúan asociativamente? • ¿Para qué lo hacen? ¿Cuáles son sus objetivos? Ver mapeo colectivo Iconoclasistas http://www.iconoclasistas.com.ar/pdfs_para_bajar/mapeo_colectivo.pdf

3.1.2. Mapeo de la producción campesina

O

tra manera de caminar el territorio en contextos rurales es a través de la Técnica de observación transversal. Ésta consiste en obtener una buena visión del área rural: puede ser caminando con un acompañante que conozca la zona, observando, preguntando y escuchando. Preguntar y observar por ejemplo, el tipo de agricultura, las fuentes de agua y las actividades productivas y, posteriormente registrar lo indagado de la siguiente manera:

• ¿Qué tipo de organizaciones relevamos? ¿organizaciones públicas?, ¿privadas?, ¿formales?, ¿informales?

Cultivos

Uso de la tierra Problemas

Oportunidades

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Faldeo bajo

Faldeo medio

Montaña

• sorgo • maíz • chauchas

• sorgo • maíz

• árboles

• agricultura • pastoreo

• agricultura • pastoreo

• pastoreo • tala de árboles

• escasez de tierra

• erosión • baja fertilidad de la tierra • falta de agua cercana

• deforestación

• pago de mano de obra en propiedades • vivero forestal

• control de erosión • uso de abono • forestación

Fuente: Recursos que promueven oportunidades organizacionales de transformación y socialización Tearfund (2003).


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También es importante conocer las formas en que las unidades domésticas de la agricultura familiar producen en sus parcelas. Para esto es necesario indagar y registrar los cambios que se producen

Cultivos

Riesgos

mes a mes, respecto a temas de temporadas del año, el tipo de cultivos, los precios, el trabajo, la alimentación, las enfermedades y otros.

Otros productos

Precios

Trabajo

Otros

Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Setiembre Octubre Noviembre Diciembre Fuente: Manual de tecnologías y procesos productivos de la economía social y solidaria (2012).

3.1.3. Matriz de producción

E

sta matriz permite conocer las formas y los factores de producción que se realizan en la agri-

Factores y medios de producción

Preparación de cultivos

Manufacturas de alimentos

cultura familiar y/o en los emprendimientos de la Economía Social en el contexto rural. Asimismo, nos permite registrar y relacionar información y, de esta manera, lograr una lectura territorial para realizar una planificación posterior más acertada.

Recolección Comercialización Intercambio de cultivos

Otro

Tiempo empleado Trabajo Recursos Materiales Herramientas Fuente: Manual de tecnologías y procesos productivos de la economía social y solidaria (2012).

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3.1.4. Triple diagnóstico organizacional

E

sta herramienta nos permite conocer lo que sucede dentro de las organizaciones de la Economía Social. Si el diagnóstico territorial nos permitía ubicarnos en el territorio y reconocer los actores, esta herramienta nos ayuda a conocer lo que sucede en la gestión de las organizaciones de la Economía Social.

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Estas son las dimensiones que se deben considerar: • Dimensión Histórica: ¿cuándo y por qué se crea su organización económica?, ¿quiénes fueron sus miembros fundadores?, ¿qué cambios significativos ocurrieron en la cooperativa hasta el día de hoy? • Dimensión estratégica: ¿cuáles son los objetivos de su organización económica?, ¿con quiénes cuenta para organizar la tarea?, ¿con quiénes tiene un vínculo de grupo?, ¿en qué espacios desarrollan el trabajo?, ¿cuáles son sus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (FODA)? • Dimensión organizacional: ¿cómo es la estructura de la organización económica?, ¿cómo son los roles y funciones de cada participante de la organización?, ¿cómo se evalúan los resultados de las actividades de cada uno?, ¿qué valores y costumbres considera que son relevantes en la cooperativa de la que participa?, ¿cómo es la comunicación y la circulación de información en la organización? • Dimensión Normativa: ¿cuál es el marco legal que regula y controla a la organización económica?, ¿qué organismos estatales trabajan con la organización del programa y de qué manera lo hacen? • Dimensión social: descripción de los compañeros de la organización (estructura de edades, género, formación, especialización, antecedentes laborales, ocupación, nivel educativo, motivación, satisfacción y beneficios, liderazgo, entre otros). • Descripción general del contexto: Condiciones demográficas y socioeconómicas. Factor político, cultural, económico. • Descripción del contexto próximo: organizaciones

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relacionadas a nuestra actividad. Distribución de las mismas. Relaciones inter-instituciones entre organizaciones cooperativas u otras organizaciones. Servicios/producción que brinda la organización a la comunidad. Demandas del contexto. • Dimensión de los recursos físicos y financieros: ¿cómo es la infraestructura de la cooperativa (características del lugar de trabajo)?, ¿cuáles son las características generales de los materiales o equipamientos que administra, utiliza o necesita la organización? Cómo obtener la información: • Fuentes: documentos, actas, proyectos, actores claves, entre otras. • A través de: observación, entrevista, observación participante, encuesta, reconstrucción de la propia biografía, entre otros. • Instrumentos de problematización: para visualizar las problemáticas significativas en nuestro espacio de articulación y establecer prioridades, acciones, recursos entre otros.

3.1.5. Análisis FODA

E

sta es una técnica para identificar los aspectos positivos y negativos que atraviesan a nuestra organización y nos ayuda a tomar decisiones. Es una herramienta conocida de planificación y evaluación de análisis estratégico, que permite analizar cómo marcha una organización o un emprendimiento teniendo en cuenta cuatro variables: fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Analiza elementos internos y externos del emprendimiento y así, lo pone en contexto.


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Situaciones controlables (propias del grupo o del proyecto)

Situaciones No controlables (externas al grupo y al proyecto)

Aspectos positivos

FORTALEZAS Tenemos que utilizarlas

OPORTUNIDADES Se generan en el contexto y una vez identificadas deberíamos aprovecharlas

Aspectos negativos

DEBILIDADES Una vez identificadas debemos trabajarlas profundamente

AMENAZAS Una vez identificadas debemos crear estrategias que permitan prevenirlas.

Fuente: Modulo de formación específica, Economía Social y Solidaria, colectivo La Yunta 2007.

Una vez realizado este análisis, podemos determinar cuáles son los pasos a seguir para superar las debilidades y amenazas, mantener y mejorar las fortalezas y aprovechar las oportunidades. Igualmente, hay que tener en cuenta que tanto el contexto como nuestra propia situación son variables, por lo tanto debemos “sacar esta foto” periódicamente. Esta etapa de planificación nos permite relacionar los objetivos que nos planteamos con la realidad de la organización o de las actividades socioeconómicas. Es el momento en el que armamos la estructura del trabajo en función de nuestras posibilidades. A continuación repasamos cuáles serían esos pasos posibles de ser realizados para crear un mapa territorial, previo al armado de una organización o una red de Economía Social: 1. Reconocimiento de la comunidad: caminata, censo, mapa, conversaciones. 2. Crónica sensorial: registro de olores, colores, climas del barrio. 3. Cartografía social. 4. Identificación de sectores por grupos de trabajos en la comunidad (clubes, negocios, iglesias, etc.). 5. Reconocimiento de referentes y/o concertación con la comunidad. 6. Conformación de un grupo promotor o equipo base. Constitución de la primera asamblea. 7. Sensibilización y concientización: en esta fase la comunidad conoce la importancia de tener una organización comunitaria en el marco de la Economía Social. 8. Segunda asamblea: detectar problemas, necesidades, intereses comunes de la comunidad.

9. El Análisis FODA: para calificar las necesidades de la comunidad. 10. Identificación de necesidades y/o problemas territoriales. 11. Entrevistas, talleres de discusión. 12. Visitas domiciliarias e institucionales. El proceso se continúa con la: 13. Organización colectiva y procesamiento de la información. 14. Elaboración del primer borrador de un proyecto comunitario. 15. Taller y asamblea para la aprobación del proyecto 16. Asignación de roles y responsabilidades. 17. Socialización y tarea

Momento de Reflexión Tomando como base las actividades anteriores en las cuales reconocimos el territorio e identificamos sus necesidades, piensen en un espacio de convocatoria para todos los actores territoriales reconocidos, en el cual podrían articularse para crear o fortalecer otros espacios preexistentes; así como habilitar el intercambio acerca de posibles estrategias para hacer frente a las necesidades y problemas comunes. Preguntas que pueden orientar el ejercicio: ¿cuál

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sería el rol de la escuela o el Instituto de educación superior?, ¿qué otras organizaciones tendrían que ser convocadas?, ¿quiénes participarían en la convocatoria?, ¿cómo sería el diseño, organización o puesta en marcha de las estrategias seleccionadas?, ¿cree que este tipo de iniciativas representa realmente una necesidad de la comunidad?

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3.2. Planificación participativa

C

uando realizamos un diagnostico participativo, lo hacemos desde el involucramiento de todos los miembros, no sólo para conocernos mejor, sino además para construir colectivamente acciones ordenadas para mejorar la calidad de vida o el buen vivir. Planificar es proyectar escenarios de futuro, es la situación a la que queremos llegar, es la manera en que los individuos deciden su futuro en comunidad, se convocan y organizan para definir objetivos y las mejores formas de intervenir su realidad. Así solucionan sus problemas y necesidades comunes e impulsan una transformación social en el tiempo. La participación es un reflejo del arraigo individual o colectivo que nace de la necesidad humana de ejercer una "participación real, activa y natural en la existencia de una colectividad que mantiene vivos ciertos tesoros del pasado y ciertos presentimientos del futuro” (Weil, 2001). Asimismo, genera una cultura solidaria que emerge a medida que las interacciones sociales se fundan en una base común, en la cual los participantes se dirigen uno al otro, componiendo un campo mutuamente compartido. Se establece así una red de influencias, en las que los derechos y responsabilidades son construidos, acordados y cultivados mediante prácticas, costumbres, creencias y auto reglamentaciones comunes, inspirados en bases igualitarias (De Oliveira, 2001). Héctor Poggiesse (1993) es quien propone el método de planificación participativa y gestión asociada y lo define como: “una planificación donde se gestiona y gestionar mientras se planifica interviniendo con actores colectivos de manera continua en los procesos que modelan la realidad que se quiere transformar. Sus características generales (interdisciplinariedad, multisectorialidad y participación) facilitan la coordinación entre diferentes

actores, programas y proyectos que entran y salen constantemente de cualquier proceso de participación”.5 Para Cardarelli y Rosenfeld (2002), esta definición “Implica fundamentalmente la conformación de escenarios de planificación-gestión mixtos6, intersectoriales, interdisciplinarios, pluripartidarios, que se manejan con reglas de juego claras y conocidas por todos (metodología), donde se pretende construir una nueva forma de `saber-hacer´, un nuevo conocimiento a partir de los saberes e ignorancias de todos los que participan, una nueva cultura de lo político, de lo público y de lo social, donde `se preparan las decisiones´ que serán adoptadas responsablemente, ampliando la base en la toma de decisiones, es decir colaborando en la profundización del sistema democrático”. En este contexto, la participación se concreta en todas las instancias del proceso: análisis situacional, propuesta estratégica, factibilidad, gestión, monitoreo y ajuste. Dadas en forma simultánea y compleja, tal cual aparecen en la realidad que nos toca enfrentar. Con este tipo de modelo de actuación se pasa a un estilo de prácticas asociadas, cogestivas, asentadas en modos de elaboración que significan trabajo conjunto, construcción de vínculo, producción de conocimiento y de soluciones adecuadas-apropiables. La gestión asociada hace referencia más a un proceso que a un modelo o un evento. La planificación es fundamental en todo proceso de trasformación socioeconómico, es un ejercicio dinámico de proyección, orientado al futuro, con el objeto de facilitar la toma de decisiones y con una clara limitación temporal. Es un proceso ordenado, que identifica las necesidades y demandas no satisfechas que constituyen un problema. Establece prioridades, fija metas realistas y viables, calcula los recursos necesarios y proyecta las actividades de intervención posibles para resolver el problema. El proceso de planificación ayuda a decidir qué hacer, cómo hacerlo y a evaluar lo que hacemos antes de hacerlo. Es importante considerar a la planificación, no como un procedimiento normativo, sino como aquél que desencadena procesos sociales

5 • Fuente: Planificación Participativa y Gestión Asociada, Metodología Flacso de Planificación y-Gestión. Disponible en: http://www.flacso.org.ar/uploaded_ files/Publicaciones/Metodologia.FLACSO.de.planificacion.gestion.pdf 6 • “compuesto por funcionarios del Estado: de distintas jurisdicciones y reparticiones de los cuerpos Ejecutivos o Deliberativos, pertinentes a la temática a tratar, y personas de la Sociedad: que participan en las diferentes organizaciones sociales, instituciones, ámbitos académicos, colegios de profesionales, cámaras, otras redes u otras formas de organización social, y otros también pertinentes a la temática a tratar, y personas a título individual, vecinos, afectados, etc.”

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que ponen en juego diferentes visiones e intereses, en ocasiones en conflicto. La planificación debe verse como un proceso continuo que implica el aprendizaje a través de la acción y la reflexión.

ión flex Re

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Acc

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Tiempo Fuente: Recursos que promueven oportunidades organizacionales de transformación y socialización Tearfund (2003).

Para planificar hacia el futuro es necesario partir de la observación y sistematización de nuestra realidad, identificar problemas y necesidades colectivas. De esta manera seremos más acertados y eficaces a la hora de desarrollar las actividades que nos permitirán lograr los objetivos a los que pretendemos llegar como comunidad organizada. En el proceso de planificación es necesario realizar las siguientes preguntas:

Preguntas para realizarnos ¿Qué? ¿Por qué?

¿Para qué? ¿Con quiénes? ¿Dónde? ¿Cómo?

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¿Cuándo? ¿Con qué? ¿Cuánto?

Naturaleza del proyecto, tipo de organización, cooperativo, red, agricultura familiar, etc. Justificación, qué pasaría si la realidad continúa sin el proyecto, y qué se lograría con el proyecto Objetivos hacia donde ir y qué queremos lograr en un tiempo determinado Quiénes somos para desarrollar el proyecto, con quiénes contamos, qué actores o sujetos Localización, lugares Cuáles son los pasos para lograr los objetivos, qué actividades o estrategias se necesitan para lograr los objetivos, lo que queremos cambiar, el orden de las acciones y de la evaluación, Según calendario, los tiempos Recursos materiales, económicos, etc. Presupuesto

Fuente: Manual de tecnologías y procesos productivos de la economía social y solidaria (2012).

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Así, desde la perspectiva de la planificación participativa y gestión asociada, se proyectan los posibles escenarios hacia el futuro, con base en espacios y momentos actuales comunes de participación donde se articulan procesos decisorios con reglas definidas y construidas en forma acordada. Este tipo de planificación propone que se configuren estrategias con compromisos, articuladas y asociadas con los actores en los proyectos y una política comprometida a ejecutar el proyecto estratégico, construyendo espacios para la toma de decisiones. El desarrollo de estrategias de planificación participativa y gestión asociada además implica: • la articulación de compromisos y asignación de recursos; • la organización de los grupos de trabajo que llevan adelante la acción; • la actualización del ciclo de planificación-gestión y transferencia metodológica a través de talleres de ajuste y reformulación de las estrategias; • la difusión, sistematización y evaluación de las acciones realizadas. Finalmente, hay tres condiciones a tener en cuenta para el desarrollo de escenarios de gestión asociada (Poggiese, 1998): las que pertenecen a la esfera de la conciencia, las del conocimiento y las del comportamiento de los actores que toman la iniciativa. Este autor las define de la siguiente manera: • La conciencia que pertenece al plano de los valores (lo axiológico) y los principios. Es la existencia de una voluntad política bajo los principios de la Economía Social, definida a favor del mecanismo participativo que se practica. • El conocimiento pertenece al plano de los saberes y las tecnologías. Es disponer de un sistema metodológico reglado, de metodologías específicas para la producción de consenso en situaciones de alta complejidad, con simultaneidad interdisciplinaria, intersectorial y participativa, que posibilite la elaboración de estrategias de cambio con el sustento político, técnico y social que las haga viables. • La tercera condición está en el plano de los senti-


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mientos (la comportamental) y la sensibilidad. Es la capacidad de dar y recibir confianza porque los procesos participativos se basan en la confianza mutua. Es un estilo entramado en lo sensible y lo afectivo del individuo y por eso ni se puede simular ni se suple con destreza técnica.

Para tener en cuenta Cooperativa de Costureras Unidas Venceremos (UNIVENS), Puer to Alegre - Brasil Testimonio de una cooperativista Desde el momento en que empecé a trabajar en la cooperativa, yo tengo una perspectiva diferente de la que tenía antes. Es una perspectiva que ve más lejos. Es una perspectiva que te trae un conocimiento mejor, hacer una amistad más grande. En la época que yo trabajaba en empresa, yo no conocía a nadie…. Después que empecé a trabajar en la cooperativa, tuve una relación más íntima dentro de la misma villa, con la misma comunidad, y con la gente de acá. Porque una convive más. Tenés una perspectiva mejor. Uno tiene más vínculo con la comunidad y las instituciones. Después con la cooperativa, vino la participación en la comisión de la habitación. Uno va más a otras reuniones, que buscan más a la comunidad, entonces yo tuve un involucramiento mayor: antes de la cooperativa yo sólo participaba del presupuesto participativo … después formamos la nueva asociación (vecinos) hoy sigo en esa asociación, entonces tuvimos una relación más estrecha con la salida de salud y con el hospital … Fuente: “El encuentro de la política con el trabajo, importantes repercusiones psicosociales”. Cris Fernández Andrada (2007)

Momento de Reflexión La Mesa provincial de organizaciones de productores familiares de Buenos Aires está conformada por organizaciones de productores familiares distribuidas en la provincia de Buenos Aires. Es una organización que desde la década del noventa se organizó para resistir a la crisis y se constituyó bajo valores democráticos, entendiendo la construcción colectiva como el enriquecimiento a través de la experiencia compartida; fortaleciéndose con las acciones y analizando y debatiendo la realidad política de nuestro país. Utilizando como base un registro fotográfico, las organizaciones que conforman la Mesa produjeron el presente material audiovisual en el que se plasman las distintas propuestas y líneas de acción que promueven como organización para aportar a la construcción de una sociedad más justa, solidaria y soberana. El material ha sido elaborado como soporte para la presentación de su experiencia en el marco del Seminario Regional de Economía Social organizado por el INTA y el PSA para la región pampeana en el año 2007. Ver: http://www.youtube.com/watch?v=eyVZKI6T PFU Preguntas para la reflexión: 1. ¿Cómo fue el proceso de organización de la Mesa provincial de Buenos Aires? 2. ¿Cuáles fueron las necesidades que reconocieron? 3. ¿Cuáles son los pasos de organización y planificación que fueron surgiendo en el proceso de conformación de la Mesa?

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4. ¿Qué proyectos y/o actividades fueron conformando? 5. ¿Qué enseñanza deja esta experiencia que pueda ser útil en la conformación de un proyecto pedagógico en nuestro territorio?

Para mirar Existe una amplia gama de experiencias relacionadas con la autogestión y organización alrededor de la Economía Social. Los invitamos a ver algunas de ellas para ampliar el debate y seguir compartiendo: Buenas prácticas colectivas de Economía Solidaria - REAS Red de Redes (España): http://www. economiasolidaria.org/videos/redes_sociales La escuela ganadera Salta (Argentina): http:// www.youtube.com/watch?v=iwL05_7v6J0 La agricultura familiar INTA: http://www.youtube.com/watch?v=HizTYMZGJ6s Acción colectiva. Laboratorio nómada medial no-

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2somos+ (Colombia): http://prezi.com/wahhbvpcnjn3/accion-colectiva-laboratorio-nomada-medialno2somos/ La Agricultura campesina, la economía familiar y su importancia en la planificación urbana y rural (Bolivia): http://www.mercadoscampesinos.com/ bolivia/noticias/la-agricultura-campesina-la-economia-familiar-y-su-importancia-en-la-planificacion-

3.2.1. Algunas técnicas para el desarrollo de la planificación La matriz reflexiva Esta es una técnica que permite poner en juego las distintas propuestas (A,B,C,D) que hayan surgido en el diagnóstico elaborado entre las personas que integran el colectivo de la organización o en los espacios de encuentro intersectoriales de los distintos actores sociales e institucionales reconocidos en el territorio. La matriz reflexiva ayuda en el proceso de identificación de los aspectos más importantes de las propuestas para, posteriormente, lograr una jerarquización de las propuestas más viables, factibles y pertinentes a la hora de realizar las actividades en función de los objetivos propuestos. Se espera con esto, tener un criterio de juicio frente a cada propuesta en relación con el diagnóstico previamente realizado.

Aspectos

Propuestas

Que hacer

Por que

Cuando

Donde

Con que

Con quienes

A B C D

Fuente: Manual de tecnologías y procesos productivos de la economía social y solidaria (2012).

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Esta técnica se realiza en pequeños grupos de entre 4 a 8 personas para luego poner en común y

elegir entre todos las mejores propuestas.

Otros


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La idea fuerza Consiste en definir una idea que sea común entre todos los actores territoriales o los sujetos de una organización. Es una idea construida colectivamente o un interés común que nos puede indicar hacia dónde queremos caminar con la propuesta. A partir de un análisis de los actores sociales territoriales, podremos delimitar el ámbito de la propuesta, cuyo contenido se establece teniendo en cuenta los objetivos de transformación, que siempre han de presidir un proyecto. Se trata de una propuesta sobre todo participativa y consensuada con la mayor parte de los actores implicados en el tema. La idea fuerza se puede expresar en una frase que sea capaz de motivar a la población desde sus redes de vida cotidiana y que responda a una necesidad ampliamente sentida. Debe tender a integrar amplios conjuntos de acción, debe incluir y coordinar a los diversos aspectos temáticos de la planificación. Los aspectos que no pueden dejarse de lado, y para los cuales se puede organizar un grupo de debate por tema y luego socializar ampliamente con el resto de los actores, son:

• Qué puede aportar la organización a las unidades domesticas • Qué motivación hay para la participación en los proyectos de la organización • Cuán prioritario puede ser un determinado proyecto para la organización

Con lo que contamos Factor humano

Social

Natural

Físico

Capacidades

Habilidades para la construcción Tradición en autoayuda Redes de solidaridad Producción para auto-consumo Producción de artesanías Etc. Actores sociales Instituciones Infraestructura pública Redes Mercados solidarios Etc. Riqueza natural Valor cultural Ríos Bosques Etc. Vías de acceso Internet Centros comunitarios Escuelas Etc. Producción de la agricultura familiar Producción a pequeña escala Trabajos cooperativos Redes de comercialización como el comercio justo Mercados solidarios Redes de Trueque Ahorro grupal Financiación solidaria Etc. Lugares simbólicos Tradiciones culturales Valores sociales Etc.

• la viabilidad socioeconómica o los recursos empleados; • la sustentabilidad de tipo ecológico; • la organización democrática y participativa; • los aspectos de la cultura local y sus innovaciones.

Socioeconómico

Las capacidades, factores humanos y los recursos En las experiencias de la Economía Social, la principal riqueza es la humana pero, además, se deben reconocer los recursos con que cuenta la organización o red. Esto nos permite realizar un inventario de lo que contamos y, a la vez, saber cuáles son las cosas que necesitamos para poder realizar las actividades y los objetivos propuestos. A nivel de organización interna es importante preguntarnos:

Cultural

• Por qué y para qué estamos juntos • Qué espero que la organización aporte a la comunidad

Análisis de factor humano y recursos materiales Cuando tenemos definido el propósito de la iniciativa colectiva, es importante identificar más pun-

Fuente: Manual de tecnologías y procesos productivos de la economía social y solidaria (2012).

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tualmente los valores humanos y los recursos materiales con los que contamos para desarrollar el

Factor humano y recursos materiales

Qué tenemos

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proyecto colectivo. La siguiente guía puede facilitar esta tarea de reconocimiento.

Qué nos falta

Cómo lo podemos conseguir

HUMANOS Con quién contamos MEDIOS DE PRODUCCION Maquinaria Herramientas Equipos Infraestructura, (locales, etc.) Insumos, Materia Prima, Mercadería ECONÓMICOS Ahorros o Aportes Apoyo Económico Solidario Financiación Solidaria SOCIALES Redes Instituciones Ferias Organizaciones en el territorio relacionados con el comercio justo Otros CULTURALES Lugares de valor cultural Organizaciones culturales Otros Fuente: Manual de tecnologías y procesos productivos de la economía social y solidaria (2012).

3.2.2. Planificación de actividades

E 64

n la planificación de las actividades se tienen en cuenta cada una de las acciones que debemos realizar durante un periodo para lograr los resultados propuestos. Por lo general, las actividades están limitadas por el tiempo y el lugar en que

se realizan y, a la vez, están condicionadas por los recursos materiales y los factores humanos que se requieren para lograr los resultados de cada acción. Así, toda acción planificada y promovida en el rol profesional, es un acto de educar, de socializar, de afiliar a las culturas a los sujetos de nuestras comunidades. Es tender puentes entre esa educación y las necesidades propias de cada territorio. Todos estos, se constituyen en aportes fundamen-


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tales para el desarrollo y para la construcción de nuevas ciudadanías; educando horizontalmente, sin creernos promotores ni iluminadores de desti-

Actividad

Fecha de comienzo

Empacar yerba mate 15 de octubre por 4 días

Quiénes participan 10 compañeras Mariana Vanesa Luciana Etc

nos que sólo acompañamos. Ejemplo de planificación de actividades colectivas:

Materiales Roles necesarios Yerba Lugar amplio Empaques Cintas etc

Resultados esperados

Hay rotación de 300 Libras de yerba funciones de: mate empacados Compra de materiales, carga, empaque, relleno, etc

Otras actividades A la vez, la evaluación de las actividades nos permitirá observar las posibilidades a la hora de cumplir tanto las actividades con los resultados planificados. La mejor manera de ver si cumplimos con los objetivos establecidos o no, es haciendo revisiones periódicas; es decir, evaluando lo que hicimos. La frecuencia de este proceso va a variar en función

Planificado Producir 300 libras de yerba mate empacada

Realizado Variaciones Causas Propuestas

120 libras

180 libras

3.2.3. Factores sociales, instituciones, redes y otros actores

U

de lo que queramos corroborar. Por ejemplo: cuánto producimos lo podemos revisar semanalmente, en cambio la mejora que represente el uso de la nueva máquina tal vez sea mejor evaluarlo luego de un mes. La siguiente tabla nos muestra un ejemplo de evaluación:

na de las características de la Economía Social en contextos rurales, es la capacidad de organización colectiva para la solución de problemas comunes. Las relaciones entre los sujetos individuales o colectivos que se encuadran dentro de lo que denominamos mesoeconomía -que es definida como la economía que nace de las relaciones entre distintas unidades productivas-, como son las redes, asociaciones, mercados solidarios, huertas comunitarias y otras, son fundamentales

No alcanzaron los insumos

Conocer otros productores artesanales de yerba mate que sean proveedores

para la sostenibilidad y fortalecimiento de los mismos. Entre más participen consumidores y productores y cuanto mayor sea la diversidad de productos y servicios comercializados en la red, mayor es el crecimiento de la riqueza de todos. Además que promueve el fortalecimiento del tejido territorial que será por donde se establecen las trasformaciones sociales, la siguiente matriz, permite identificar las capacidades que las organizaciones tienen en relación a los intercambios con otros sectores y actores sociales en el desarrollo de las propuestas en el territorio. La importancia de trabajar colectivamente, es el compromiso que se asume de comprar y vender todos en la misma red; así como realizar compras

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comunitarias y almacenar productos; además de socializar saberes, compartir experiencias, relacionarse y vivenciar social y culturalmente de modo colectivo, reduciendo asi costos y aumentando el excedente. Igualmente, a partir de estas redes se pueden fortalecer las cadenas productivas, como la producción de artesanías, venta de productos avícolas, productos agropecuarios y otros. En la medida que se va creciendo se puede acceder a tecnologías más sofisticadas que ayuden a la obtención de un mayor excedente. De esta forma, se logra la reproducción de la vida de todos en la comunidad, a partir del reconocimiento de las capacidades entre actores y sectores.

Qué puede Qué necesita ofrecer nuestra de otras organización organizaciones

Otras organizaciones productoras de la ESS

Para mirar Declaración de defensa de los derechos de la Madre T ierra – 8 de Mayo de 2010 CONSIDERANDO, finalmente, que la conciencia de la gravedad de la situación crítica de la Tierra y de la Humanidad hace imprescindibles cambios en las mentes y en los corazones y que se forje una coalición de fuerzas alrededor de valores comunes y principios inspiradores que sirvan de fundamento ético y de estímulo para prácticas que busquen un modo sostenible de vivir.

Otros actores sociales

DECLARACIÓN UNIVERSAL DEL BIEN COMÚN DE LA TIERRA Y DE LA HUMANIDAD cuyos ideales y criterios deben orientar los pueblos, las naciones y todos los ciudadanos en sus prácticas colectivas, comunitarias y personales y en los procesos educativos para que el Bien Común sea progresivamente reconocido, respetado, observado, asumido y promovido universalmente en vista del bien vivir de cada uno y de todos los habitantes de ese pequeño planeta azul-blanco, nuestro Hogar Común

Otros sectores de la economía privada o publica

http://maelac.wordpress.com/2010/05/08/declaracion-de-defensa-de-los-derechos-de-la-madre-tierra/

Instituciones presentes Redes sociales Ferias o mercados solidarios

Otros sectores presentes en el territorio Fuente: Manual de tecnologías y procesos productivos de la economía social y solidaria (2012).

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3.3. Evaluación participativa

L

a evaluación es un proceso que nos permite reflexionar sobre lo realizado. Nos ayuda a identificar si lo que estamos haciendo va en el sentido de lo que nos proponemos hacer. Es participativa cuando se tiene en cuenta la opinión y saberes de los involucrados en la tarea, para reorientar las acciones y tomar las mejores decisiones. La participación de nuestros compañeros, de organizaciones de agricultores, de instituciones y otros actores locales clave, nos va a permitir tener una idea más precisa y certera de lo que se estuvo haciendo y cómo se estuvo haciendo; así como de los logros alcanzados hasta el momento. Esta forma de evaluar facilita el encuentro entre los integrantes de la comunidad propiciando prácticas más democráticas. La evaluación es un paso importante para comprender las razones y dinámicas que propician o no el alcance de los resultados de nuestras actividades. Una evaluación participativa, nos puede invitar a reconfigurar algunas acciones y afirmar aquellas que nos ayudan a alcanzar los resultados que queremos lograr. Un ejemplo es cuando las familias campesinas se organizan para sacar sus productos a redes de consumidores de los centros urbanos, pero no logran llevar la cantidad que han planeado; por consiguiente, una evaluación es ver todo el proceso desde la producción, el almacenamiento, el transporte, etc. Detectar qué sucede en cada parte del proceso para finalmente corregir o tomar decisiones colectivamente con respecto a las limitaciones encontradas. Para realizar una evaluación debemos preguntarnos: • Qué ha logrado la organización o la red: -¿Son emprendimientos autogestivos?

-¿Son emprendimientos de los miembros de la unidad doméstica y centrada en el trabajo humano? -¿Son emprendimientos autogestionados en los que no existe un dueño o patrón? -¿Se trata de emprendimientos que llevan adelante actividades de producción de bienes y servicios? -¿Las prácticas y relaciones sociales de estas organizaciones, se apoyan en el reconocimiento de valores tales como solidaridad, confianza y pluralismo? -¿Estas organizaciones pretenden como finalidad la reproducción de la vida de todos los miembros de las organizaciones económicas? • Qué logros hay para la comunidad: es decir, qué pertinencia tienen las actividades y los objetivos para la comunidad: -¿Logramos mejorar la vida de la comunidad? -¿La seguridad alimentaria está asegurada para los miembros de la unidad domestica? -¿Hay mayor participación de los sujeto en la organización? -¿Hemos logrado tener mayores excedentes monetarios y no monetarios por las actividades planeadas? -¿Hay un cambio en las vidas de las familias y la comunidad debido al desarrollo del proyecto? -¿Se está fortaleciendo la agricultura familiar y la producción sostenible y agroecológica, que garantizan la soberanía y seguridad alimentaria? -Las especies que se siembran y producen para el autoconsumo y la comercialización, ¿son propias de la región? -¿Se reproducen las condiciones materiales, culturales y sociales? -¿Hay riqueza en las manifestaciones sociales y culturales y más solidaridad por los actores en el territorio?

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3.4. A modo de cierre

A

lo largo del recorrido del módulo hemos visto la importancia de la observación y sistematización. Atravesamos las distintas maneras y pasos para realizar un diagnóstico participativo que nos permita planificar acciones que se asienten en las necesidades y posibilidades de la comunidad rural en la que estamos emplazados. También hemos reflexionado sobre la importancia de evaluar; es decir, reflexionar sobre aquello que hemos vivido y los cambios que pueden ser necesarios para lograr el bienestar colectivo de nuestras comunidades.

Finalmente: • Realicemos el reconocimiento de capacidades entre actores y sectores en su territorio, según la tabla vista en el apartado 3.2.3. • Describamos qué puede ofrecerle a cada actor o sector y qué es lo que le podemos ofrecer a cada uno de ellos, luego socialicen y sistematicen la riqueza de las capacidades que tenemos cuando trabajamos todos por el bien común.

Momento de Reflexión Preguntémonos: • ¿Cuáles son los aspectos más importantes que debemos considerar, dentro del rol profesional de un Operador en Economía Social en el contexto rural, para el diagnóstico participativo? • ¿Cuál es el rol del Operador en Economía Social en cuanto a la planificación participativa? • ¿Qué cambios consideramos que deben tener, como horizonte, las organizaciones de la Economía Social identificadas en el territorio rural donde nos reconocemos como actores? • ¿Cómo consideramos que deben la escuela o los institutos, ser partícipes del desarrollo local de nuestras comunidades rurales? • ¿Cuál consideramos que es el aporte más significativo de la educación, para el proceso de aprendizaje, apropiación y transformación de nuestros territorios?

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Biblioteca

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