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Celebremos las cicatrices
En el ecosistema emprendedor es importante dejar de castigar el fracaso y la vulnerabilidad
POR GIMENA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ
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“EXPRESAR las emociones es una muestra de debilidad”.
Recuerdo haber escuchado esa frase cuando era niña. Con el tiempo hemos aprendido, como sociedad, que la vulnerabilidad es un gran regalo que tenemos los seres humanos. Es una de las cosas que nos permiten aprender, recordarnos de qué estamos hechos y, posteriormente, crecer.
En el emprendimiento, la vulnerabilidad no es la excepción. Principalmente porque se enfrenta un camino naturalmente solitario, donde quien asume el rol de emprendedor camina solo, con la necesidad de portar diferentes sombreros: fundador, empleador, amigo, conferencista, vendedor, publirrelacionista, terapeuta, pareja y, en ocasiones, padre o madre de familia.
Los empresarios tienen hasta 50 % más probabilidades de presentar trastornos como ansiedad, insomnio, fatiga y depresión que la población en general, de acuerdo con un estudio reciente de
Endeavor sobre la salud mental en el emprendimiento. Esto sin contar que los mexicanos trabajan en promedio más que nadie en el mundo, con alrededor de 2,255 horas al año. Eso es 472 horas más por año que los trabajadores en Estados Unidos. La conclusión: uno de cada tres mexicanos sufre agotamiento.
Los emprendedores deben iniciar a colocarse en primer lugar y a valorar el bienestar como una parte fundamental del éxito. Sin embargo, según
el reporte, el 100% de los emprendedores encuestados no ha buscado ayuda profesional, tiene tabúes sobre la salud mental y no saben por dónde empezar con el proceso de autocuidado. ¿De dónde viene todo esto? De elementos centrales de la cultura mexicana, como las obligaciones, el machismo y las jerarquías, que provocan dudas e impiden cambiar el statu quo. Esto perpetúa una cultura donde la reputación y el respeto se consideran esenciales, y la vulnerabilidad y también el fracaso a menudo están mal vistos.
Tenemos que dejar de castigarlos y empezar a aplaudir un poco más el intento, la pasión, la determinación y el valor de hacer que las cosas sucedan. Creceremos como sociedad conforme aceptemos que la vulnerabilidad y el fracaso son símbolos de aprendizaje, de cicatrices que nos hacen más grandes y de una preparación previa que disminuye el riesgo de repetir el tropiezo. Compartir las historias reales sobre el camino emprendedor ayudará a que cada vez más personas dejen de idealizar el concepto de emprendimiento que nos contaron en algunas historias y que, sin duda, no reflejan la película completa. ¿Qué recomiendo? Estar atentos a la salud mental como nuestro mayor activo. Localicemos herramientas de autoayuda, construyamos redes de apoyo y busquemos apoyo profesional. Además podemos desarrollar hábitos que den soporte, entre ellas, manejar honestidad emocional, apostar por la autoindagación y cambiar la mentalidad hacia narrativas comunes de éxito y fracaso. Eso nos permitirá ser mejores.
Gimena Sánchez Fernández es directora de Emprendimiento en Endeavor, organización que promueve al emprendedor de alto impacto.
¿Eres empleado? Emprende desde tu compañía
En las organizaciones no todo está dicho. Desarrollar nuevos proyectos desde ahí es otra forma de ser emprendedor
POR MARISOL RUEDA
BENEFICIOS DEL INTRAEMPRENDIMIENTO 1
≈ Es el antídoto contra la zona de confort. Impulsa el crecimiento del negocio con ideas frescas y nuevas. ≈ Hay un mejor aprovechamiento de la infraestructura y los equipos adquiridos por la compañía. ≈ Genera satisfacción y sentido de pertenencia a los colaboradores. Esto reduce la rotación. ≈ La empresa mejora su desempeño en procesos de producción o servicios.
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Con el nombre de Pollos Pepe, José María Hernández Sedano echó a andar un negocio de pollos asados. Era diciembre de 1979, tenía apenas dos mesas de lámina y cuatro empleados. Hoy es una de las cadenas de comida rápida más exitosas de Jalisco: con 198 sucursales y emplea a más de 1,650 personas. ¿Cómo lo logró? Con el talento y las ideas de su personal. Ellos le propusieron instalar ventanillas afuera para que los clientes no tuvieran que atravesar todo el comedor, desarrollar empaques especiales, optimizar sus procesos e implementar la entrega a domicilio en motocicleta, algo que prácticamente nadie hacía hace 30 años. Fue un emprendimiento hacia adentro, un intraemprendimiento.
Este concepto fue acuñado por el empresario estadounidense Gifford Pinchot en 1985. Se refiere a aportar iniciativas innovadoras y desarrollar una actividad emprendedora en el seno de una organización que ya existe.
“Se trata del emprendimiento que se realiza dentro de la empresa y es apoyado y financiado por ésta”, explica el consultor Mario Rizo, socio de la firma Grant Thornton México a cargo de la oficina en Guadalajara.
¿Cómo lograrlo?
Para llevarlo a la práctica, una organización debe contar con un buen líder, alguien que tenga la capacidad de incentivar y motivar a sus colaboradores para que aporten este tipo de ideas, dice Rizo.
Eso es justamente lo que Hernández Sedano lleva haciendo más de 41 años. “Siempre hemos estado creando hacia adentro y esto nació porque escuchamos mucho al colaborador, platicamos con nuestra gente, con la señora que hace la salsa, con el parrillero, etcétera. El colaborador te propone y de ahí se generan ideas para mejorar”, afirma.
20%
DE LA JORNADA LABORAL
para desarrollar proyectos propios e ideas innovadoras
La innovación es sólo una de las muchas ventajas del intraemprendimiento. Un estudio hecho por el académico colombiano Edgar Gálvez Albarracín, en 2011, arrojó que las prácticas asociadas al intraemprendimiento ejercen una influencia positiva en las pequeñas y medianas empresas, especialmente en sus procesos productivos y en su gestión. No en vano gigantes como IBM, 3M o Google invierten en este tema. De hecho, la última permitía a sus colaboradores dedicar 20% de su tiempo de trabajo al desarrollo de proyectos propios para después ser impulsados. Gracias a esta iniciativa surgieron aplicaciones como Google Drive o Gmail.
“Incentiva el potencial de la gente dentro de tu empresa dando como resultado que ésta, el colaborador, el consumidor y la economía de tu región se beneficien”, señala Mario Rizo. Además, es un excelente aliado en el proceso de sucesión y un ingrediente clave en la construcción de una cultura organizacional positiva.
Hay diversas estrategias que pueden implementarse para fomentar el intraemprendimiento entre los colaboradores, como generar espacios físicos y momentos propicios para desarrollar nuevas ideas; incentivar proyectos a favor de la empresa a través de bonos económicos, invertir en el desarrollo profesional del equipo e involucrarlo en la toma de decisiones y el desarrollo de procesos. Pero lo más importante es crear una política y darla a conocer al interior de la organización.
“No todo es sueldo (económico), también tenemos sueldo emocional. Premiamos las ideas y el cumplimiento de metas, de tal manera que la gente siempre quiera estar mejorando”, agrega Hernández Sedano. “El intraemprendimiento se convierte en inversión porque te da un retorno y te genera un ingreso permanente de por vida”.