Preadolescentes
Empiezan los
En esta nueva sección te daremos diferentes estrategias para ayudarte a mejorar la comunicación con tu ya no peque, con el fin de poderlo acompañar en la dura transición de la infancia al mundo de los adultos. Para entender mejor a nuestros hijos y la etapa por la que están pasando, te propongo que empieces por pensar en tu propia adolescencia; en cómo te sentías, en lo que pensabas y querías, en que no entendías porqué te sentías así, ni que querías hacer o porque nada de lo que te proponían era suficientemente atractivo. Y no te olvides de pensar en esa necesidad de aceptación. Si estás leyendo este artículo me queda claro que tienes interés en hacer mejor las cosas y estás poniendo los medios. Muchas personas piensan que no es necesario estudiar y aprender formas de tratar a sus hijos y su defensa se basa en que sus papás no lo hicieron y que ellos salieron adelante. Y yo les pregunto ¿No perdieron mucho tiempo y energía en poner en su lugar todas las malas experiencias? ¿Por qué no ahorrarles el mayor tiempo posible a nuestros hijos? ¿Por qué mejor no ayudarlos a que esa energía la utilicen para crecer aún más a partir de las bases que ya les hemos dado? De esta forma habrán conseguido recorrer una buena parte del camino.
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Sólo quiero decirte que no hay soluciones rápidas, ni formas de protegerlos de todos los peligros que como adultos sabemos existen, lo que si podemos es crear un mejor ambiente en casa para que tengan la confianza y seguridad de llegar a contarnos lo que les preocupa, les pasa, o desean y estarán más abiertos a considerar nuestros sentimientos y nuestra perspectiva de adultos por lo que será más fácil que acepten las normas que les pongas. Tips: Recuerda tu propia adolescencia los entenderás mejor, háblales de tus experiencias.
Para conseguir aumentar y mejorar nuestra comunicación, acércate a ellos siendo empático, háblale de tus propias experiencias al tener su edad. Pero ten cuidado en la forma que lo haces. No caigas en sermones, sólo coméntales hechos concretos que te ocurrieron para provocar hacerlo sentir más cercano. Con esta técnica podrás propiciar pláticas que te llevan a conocer cómo vive, siente y piensa esa misma experiencia tu hijo, conseguirá desarrollar la comunicación. No te pierdas en el siguiente número: Para pelear se necesitan dos soluciones consensuadas.
Adolescentes
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¿Tu peque ha empezado a tener reacciones diferentes? ¿Tiene cambios de humor, le afectan más las cosas o por el contrario ha perdido interés en actividades que le encantaba y ha empezado a buscar otras? Ahora se preocupa más por su aspecto y la ropa que se va a poner.
¡Bienvenida a la nueva etapa que empieza! Sin duda es una etapa que da miedo, pero no más que cuando llegas a tu casa sola con tu bebé. Seguramente experimentaste muchos sentimientos y te aseguro que todos ellos se basaban en la falta de conocimientos de cómo enfrentar diferentes situaciones. Conforme fuiste conociéndolo y aprendiendo te sentiste muy segura. Ahora tienes que hacer lo mismo, conocer sus cambios y entender por qué actúa así. De esa forma le darás la importancia justa a sus reacciones pues ya entenderás que probablemente tu hijo no sabe o entiende porqué se siente así. Y en este punto tus reacciones podrán ser más controladas pues partirán desde tu compresión y empatía.
Para conseguir una mejor relación primero tienes que conocer cómo te sientes con esta nueva etapa. Emociones > identificarlas Pensamientos > como te influyen Conducta > desarrollo de habilidades Para entender a tu hijo en esta nueva etapa tienes que tener claros los siguientes puntos de partida. Cambios > conocerlos y entenderlos Necesidades > identificarlas
Una vez identificados los cambios, sabemos que ya estamos empezando a vivir una nueva etapa con nuestros peques que están dejando de serlo a pasos agigantados.
En ambos cuadros te recomendamos que escribas, pues te ayudará a concretar mejor cómo te sientes y lo que piensas. Puede darte flojera pero créeme, el escribirloa es la clave para conseguir aclarar nuestros pensamientos y sentimientos, ya que nos vemos obligados a ponerle nombre a nuestras emociones ¡Ánimo no te arrepentirás de hacerlo!
No te pierdas en nuestro siguiente número ¿Cómo escuchar a un adolescente?