Preadolescentes
Para
pelear se necesitan
dos
Soluciones consensuadas.
¿Para
pelear se necesitan
dos?
E
sta frase la hemos escuchado muchas veces y todos sabemos que es muy cierta. Entonces la pregunta sería: ¿En quién tiene que caber la cordura? ¿En nuestro hijo adolescente o en nosotros que somos los adultos?. Pero está claro que no tenemos nada fácil nuestro papel, por eso en Teens & Moms te ayudaremos dándote varias formas de prevenir, solventar o solucionar los problemas con tu hijo.
No hay palabras ni métodos mágicos; a lo largo de los siguientes números te iremos dando muchas estrategias, pues aunque una te funcione no quiere decir que lo hará siempre, ni con todos tus hijos. Lo primero que tenemos que tener claro es que esta forma de solucionar los conflictos requiere de un tiempo en concreto para hablar y negociar con nuestros hijos para llegar a una solución en las que ambas partes queden satisfechas.
Preadolescentes Es muy 1.- Tenemos que empezar importante por escuchar lo que piensa y centrarse en tratar un siente nuestro hijo. sólo punto, no vamos 2.- Explicarle cuál es nuestra forma a sacar todos los de pensar al respecto. trapitos al sol. 3.- Invitarle a sugerir soluciones que tomen en cuenta a las dos partes. 4.- Tomar nota de todas las ideas que propongan sin caer en hacer comentarios o juicios de valor. 5.- Revisar juntos la lista y analizar cuáles de esas ideas realmente se pueden llevar a la práctica. Con este proceso conseguiremos que nuestro hijo sea parte de la solución y que esté comprometido con los acuerdos pactados y así obtendremos, un mayor compromiso de su parte, teniendo una mayor probabilidad de éxito.
Adolescentes
¿Cómo
escuchar a un
Adolescente? Como padres no queremos ver sufrir a nuestros hijos, haríamos lo que fuera por evitarles pasar por problemas o situaciones dolorosas. Pero no nos damos cuenta que con esta forma de actuar les impedimos que maduren.
En este afán de evitarles a toda costa el sufrimiento caemos en negar lo que sienten y en el mejor de los casos minimizar sus sentimientos. Con esto sólo conseguimos que se sientan frustrados y que se alejen de nosotros. Nuestro papel como padres es escucharlos e intentar que nuestros hijos arreglen por sí mismos sus problemas.
¿Cómo lo
hacemos?
Cambiando la forma de escuchar y de responderles, esto implica un cambio en nosotros mismos, aquí radica la dificultad.
1.- Lo primero es ser empáticos, es decir, ponernos en los zapatos
de nuestros hijos para que de verdad podamos empezar a mejorar la comunicación y a entablar conversaciones que dejen un buen sabor de boca a las dos partes creando un ambiente de confianza.
2.- Lo segundo es intentar ponerle nombre al sentimiento que está
experimentando. ¡Cuidado! No tienes que decir lo que tú sientes o piensas. Estas escuchándolo a él.
3.- El tercer punto importante cuando escuches a tu hijo es NO interrumpirlo, sólo hay que animarlo a seguir hablando con palabras que lo inviten a continuar hablando de lo que siente y piensa. Algunas de estas palabras serían: ya veo, ¡vaya!, claro. 4.- El siguiente paso puede ir en dos direcciones: Concederle de forma imaginaria lo que no podrá pasar en la realidad. Ejemplo: Sería genial tener un doble que te ayudara con la tarea. Acepte todos los sentimientos, intentar redirigir su actitud. Ejemplo: Entiendo que te gustaría irte a la cama, el problema es que tienes que entregar el trabajo mañana. Recuerda que estas técnicas tienen que ir acompañadas de mucha paciencia, pues finalmente tu hijo está pasando por un periodo de muchos cambios, los cuales tiene que aprender a procesar y asimilar poco a poco.