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Editorial
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Misionautas
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Vocación Misionera SEMBLANZA DE CLARET Del Corazón DEFINICIÓN DEL MISIONERO ASÍ ES CLARET Constructores ENTREVISTA (IMAGINARIA) CON CLARET
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Julio Daniel Arváez Polanco CMF
Misionero al rojo vivo “No me eligieron ustedes a mí; yo los elegí a ustedes y los destiné para que vayan y den fruto, un fruto que permanezca” (Juan 15,16)
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Un hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa.
stas palabras de Jesús han resonado en el corazón de muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia, y les ha movido a ser discípulos, misioneros esforzados que anuncian la buena nueva del Reino. Uno de estos seguidores de Jesús ha sido San Antonio María Claret, misionero español que se sintió especialmente llamado por Dios para “procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de los hombres".
Claret creció en tiempos difíciles y desempeñó muchas veces su ministerio de la Palabra también bajo la sombra de la persecución. Pero en medio de todo ello se ve la gracia de Dios en su vida, que lo hizo entregarse con entusiasmo y dinamismo, teologadoarmenia@gmail.com http://construyendoelreino.blogspot.com 2243-5743
CeR 2 adelantándose con sus medios de evangelización a las actividades religiosas de su tiempo, llegando así a la vida del pueblo con el Evangelio y la solidaridad.
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“Válganse de todos los medios para la Evangelización” les dijo a los misioneros de la Congregación de los Hijos del Inmaculado Corazón de María, que el mismo fundó para “hacer con otros lo que solo no podía”. Con esta nueva comunidad de misioneros, Claret se proponía estar en la frontera de la misión, llevar la Palabra a todas partes. De hecho él mismo se caracterizó por ser un apóstol infatigable, yendo de un lugar a otro en su España natal, en andaduras misioneras por la Isla de Cuba mientras fue su arzobispo, incluso en París y en Roma. Siente que su espíritu es “para todo el mundo”, ese mismo estilo lo imprimió a las Congregaciones que fundó, que hoy sienten vivo y dinámico el carisma claretiano, manifestado en muchas nuevas formas de actualización e inculturación del espíritu claretiano.
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www.youtube.com/user/CMFClaret Canal en Youtube de los misioneros claretia nos de México, con videos musicales clare tianos. También se encuentran otros muchos videos claretianos en Youtube. 3.
www.serclaretiano.org Este es el enlace para la nueva WEB VOCACIONAL DE LOS CLARETIANOS DE IBERIA (España Y Portugal), que se ha estrenado el 24 de octubre, Fiesta de San Antonio María Claret. El deseo de sus responsables es que sea un instrumento para mostrar nuestro carisma y nuestra misión, así como para ayudar a descubrir el sueño de Dios sobre cada uno.
Nos proponemos en esta edición compartir aspectos de la vida de Claret y su carisma en la Iglesia, en este mes de octubre, mes de las misiones, en el que conmemoramos los 141 años de su pascua. 4.
Bienvenidos y bienvenidas a Construyendo el Reino.
www.claret.org Página Oficial de los misioneros claretianos. En este sitio encuentran información y noticias de la Congregación Claretiana, así como recursos de espiritualidad y apostolado.
www.lafraguacmf.org Se trata de un proyecto para reavivar nues tra vocación misionera claretiana cada día, un proyecto de renovación personal y comu nitaria. Aunque es en primera instancia para los consagrados de la familia claretiana, podrán aprovechar los recursos puestos a la disposición de todos.
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Semblanza de Antonio Claret José Rodolfo Vázquez CMF
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l P. Claret vivió en una familia fuertemente enraizada en la fe católica. Su niñez y juventud estuvieron marcadas por la dimensión religiosa de sus padres. En su hogar, de niño, escuchó la voz del Maestro que le llamaba a seguirle siendo sacerdote. Sentía en su corazón de niño el dolor de tantas almas que confundían el camino y se apartaban de Dios: el niño Antonio quería estar en ese camino para ayudarles a retornar a Dios. Esta primera llamada, acogida con toda sinceridad y generosidad, quedó en el corazón de este niño y fue creciendo ahí, hasta aflorar con mayor fuerza en la juventud, momento en que el P. Claret escuchó la voz que le llamaba a entregarse al servicio de la salvación. El joven Claret tenía un don natural para la industria del telar, su padre le puso pronto a trabajar en la fábrica de hilados y tejidos de la familia; al ver su
habilidad para el negocio, le envió a Barcelona a perfeccionar sus conocimientos de fabricación de tejidos. En la gran ciudad el joven trabajaba y estudiaba. Su mente estaba llena de nuevas ideas, de proyectos, … el mundo de la fabricación de tejidos le abría sus puertas; podría tener éxito, riquezas, hacerse un nombre en el mundo de la industria del telar. Llega el momento de decidir, el joven Claret debe optar por seguir el camino de establecer una fábrica de tejidos con grandes posibilidades de éxito o escuchar la voz interior que le llama a otros campos de acción. Los éxitos y la proyección de un brillante futuro en la empresa de la fabricación de tejidos no le llenan, siente un vacío en su corazón que nada lo satisface. Resuena en su interior la llamada que sintiera a los doce años. Como a Pablo de Tarso, Cristo sale al encuentro del joven Claret, en su corazón resuenan con fuerza las palabras del evangelio: ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? (Mt 16,26). Claret ha encontrado el tesoro, la perla preciosa (Mt 13,44-46), lo deja todo, se entrega a sí mismo, su ser
CeR 4 y su hacer, ya no irá en búsqueda de un porvenir brique sentía con la pobreza, que no gozan tanto llante y prometedor como “ingeniero industrial”, los ricos con todas sus riquezas como gozaba siente el ardor de ser apóstol de Jesucristo; se hará yo con mi amadísima pobreza. (Autobiografía todo para todos con tal de ganar a algunos para Cris363) to (1Cor 9,19). El celo por la salvación de sus contemporáneos lleva al El amor de Cristo arde en su corazón, es el fuego que P. Claret a estudiar la situación de la sociedad de su le impulsa a trabajar sin desfallecer. En su escudo tiempo; ve con toda claridad que las riquezas, los arzobispal puso la frase de San Pablo: El amor de honores, el deseo de tener más y más, ha endurecido y Cristo me urge (2Cor 5,14). secado el corazón de las personas y los ha hecho olvidar las enseñanzas del Evangelio. Como Cristo, Claret se entrega incondicionalmente por amor a la voluntad del Ve con toda claridad que no cabe otra respuesta a ese Padre. El Espíritu que guió al Hijo le urge a predicar afán desmedido de lucro personal, que la de ser pobre, el amor de Dios, Claret es la voz que resuena ofrevivir en desprendimiento de todo y de todos, esperánciendo la amistad de Dios a todos aquellos que quiedolo todo del Padre, como Jesús de Nazaret. (cf. Autoran acogerla. biografía 356) El P. Claret nada tenía, nada quería y todo lo rehusaba (cf. Autobiografía 357). La contemCristo es el único modelo a seguir por todos aquellos que quieren vivir ya el Reinado de Dios. Seguirle exige ir detrás de él, apropiándose e identificándose con su actitud fundamental: entrega incondicional por amor al Padre a favor de todos, asumiendo su radical pobreza, su entrega y amor incondicional en servicio a la humanidad. Seguir a Jesús no es cuestión de hacer las mismas cosas que él hizo, seguir a Jesús es entrar en ese dinamismo de entrega incondicional por el bien de los demás por amor al Padre. Así lo entendió el P. Claret: A imitación de Jesucristo, el misionero apostólico ha de empezar por hacer y practicar, y después enseñar. Coepit facere et docere. Con las obras ha de poder decir lo del Apóstol: Imitadme a mí, así como yo imito a Cristo. Imitatores mei estote, sicut et ego Christi. (Autobiografía 340) El P. Claret, desde el momento en que acogió la llamada de Dios a ser sacerdote- misionero-apostólico, optó libremente por vivir pobre como Jesús: Me acordaba siempre que Jesús se había hecho pobre, que quiso nacer pobre, vivir pobremente y morir en la mayor pobreza. También me acordaba de María Santísima, que siempre quiso ser pobre. Y tenía presente además que los apóstoles lo dejaron todo para seguir a Jesucristo. Algunas veces, elSeñor me hacía sentir los efectos de la pobreza, pero era por poco tiempo. Luego me consolaba con lo que necesitaba; y era tanta la alegría
plación y estudio de los evangelios le llevó a desear vivir como Jesucristo, haciendo cada día el camino de dejar al Espíritu que le fuera configurando con el Cristo pobre.
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Nadie puede ser discípulo de Jesús sin que renuncie a todas las cosas (Autobiografía 362). Para Claret el seguimiento de Jesús tiene que ser radical, no cabe componenda alguna. La pobreza es un instrumento indispensable, fundamental, para que el anuncio del Evangelio pueda ser recibido: Este desprendimiento conocí que les causaba a todos grande impresión, y, por lo mismo, me esforzaba yo a sostener el punto que había tomado. Para animarme recordaba yo la doctrina de Jesucristo, que meditaba continuamente; singularmente aquellas palabras que dicen: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. - Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, dalo a los pobres y sígueme. (Autobiografía 362) Como buen misionero apostólico, el P. Claret, desde el principio de entregarse a la misión de predicador de la Palabra a la que Dios le llamaba, eligió vivir en pobreza, tanto material como espiritual. Esto lo descubrió contemplando la persona de Jesucristo. El Papa Pío XII describió muy bien al nuevo santo: «Alma grande, nacida como para ensamblar contrastes; pudo ser humilde de origen y glorioso a los ojos del mundo; pequeño de cuerpo, pero de espíritu gigante; de apariencia modesta, pero capacísimo de imponer respeto incluso a los grandes de la tierra; fuerte de carácter, pero con la suave dulzura de quien sabe el freno de la austeridad y de la penitencia; siempre en la presencia de Dios aun en medio de su prodigiosa actividad exterior; calumniado y admirado, festejado y perseguido. Y entre tantas maravillas, como luz suave que todo lo ilumina, su devoción a la Madre de Dios». Claret fue un misionero que sigue inspirando hoy el servicio a los más necesitados, una entrega al Reino nacida del encuentro con la Palabra y con la realidad; una vida que sigue en la Iglesia “encendiendo” en caridad a hombres y
Oración Apostólica de San Antonio María Claret
Señor y Padre mío: que te conozca y te haga conocer, que te ame y te haga amar, que te sirva y te haga servir, que te alabe y te haga alabar por todas las criaturas. Amén.
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DEFINICIÓN DEL MISIONERO "Un hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa. Que desea eficazmente y procura por todos los medios encender a todos los hombres en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias; se alegra en los tormentos y dolores que sufre y se gloría en la cruz de Jesucristo. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Cristo en orar, en trabajar, en sufrir, en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de los hombres" (San Antonio María Claret)
Así es Claret Julio Arváez Polanco CMF
Peregrino sin miedo a los caminos, sencillo y sin nada para andar. Con palabra de fuego en los labios, de Cristo urgido por su amor. ASÍ ES CLARET: UNA VIDA PARA LA MISIÓN Y SU MISIÓN ES QUE TODOS TENGAN VIDA VIDA PLENA, VIDA ABUNDANTE, EN JESÚS VIDA ABUNDANTE. Hombre de virtud y valor probados, llamado a convertirse en servidor. Fiel a Dios, a su fe y a sus hermanos. Nacido para evangelizar. Un corazón abierto a todo el mundo apasionado por las almas y por Dios. De Sallent, Cuba, Madrid, al destierro, sin que nada arredre su andar. Manso como hierro que se forja, directo cual saeta contra el mal. Formado y guiado por María, Hijo de su Inmaculado Corazón
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Entrevista (imaginaria) con Claret Gonzalo Fernández Sanz CMF Tomado de: www.lafraguacmf.org
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oy, 27 de julio de 1870, hace calor en Prades. El Santo Arzobispo descansa bajo una parra de la huerta después de haber presidido la entrega de premios a los estudiantes del seminario menor diocesano. Les ha hablado “en nuestra graciosa lengua catalana”. Su aspecto es algo mejor que el que mostraba a su llegada de Roma en la noche del sábado 23. El encuentro con los suyos en este tranquilo rincón de los Pirineos orientales franceses lo ha aliviado un tanto de las tensiones vividas durante los meses anteriores. Todavía no sabe que dentro de unos días tendrá que refugiarse en el monasterio de Fontfroide. Disfruta entre los suyos de la calma que precede a la tempestad.
- ¿Qué? ¿Repuesto ya de los trabajos del Concilio? - No llamaría yo repuesto a este anciano de salud quebrada, pero sí, me encuentro mejor que con los calores agobiantes de Roma. Además, tengo que mantenerme hasta el final. Mire, soy como una vela que arde: gasta la cera y luce hasta que muere.
- ¿Está satisfecho de cómo han ido las cosas? - Yo siempre he creído que los concilios son un medio extraor-
dinario de renovación de la Iglesia, pero, si le soy sincero, he sufrido bastante. Como usted sabe, no soy muy dado a las disputas estériles. Muchos día salía del aula conciliar con la cabeza cargada como un bombo. Y hasta creo que algunos disgustos provocados por las cosas que oía hicieron que se me subiera la sangre a la cabeza y me produjese una afección cerebral. Con todo, Dios nuestro Señor sabrá sacar provecho de todo lo acontecido.
- ¿Qué les ha dicho hoy a los jóvenes seminaristas? - Lo de siempre. Ya sabe que a los viejos nos gusta repetir mucho las cosas. Les he dicho que el amor a Dios y la ciencia son como las dos alas o los dos pies del sacerdote. Cada vez lo veo con más claridad. Mire, un sacerdote podrá tener muchas cualidades, pero si carece del amor de Dios, todo será inútil. Ahora, con el amor lo consigue todo. Lo vemos claramente en San Pedro cuando sale del cenáculo ardiendo en el fuego de amor que había recibido del Espíritu Santo. El resultado fue que en dos sermones convirtió a ocho mil personas. Así que, la virtud más necesaria es el amor. ¿No es eso lo que repite el anciano San Juan al final de su vida en todas su cartas? ¡Pues ya ve que no ando muy errado!
- No sé si les habrá gustado mucho lo del estudio. - Creo que sí. Yo, que soy muy práctico, siempre he sido al mismo tiempo muy aficionado al estudio. Incluso de joven, cuando estaba en Barcelona, me dedicaba con ahínco a estudiar las técnicas de fabricación y la gramática castellana y
CeR 8 francesa. Le diré una cosa: sin estudio no es posible predicar bien el evangelio a las gentes de hoy. Pero -eso sí- les he pedido que recen lo que yo rezo cuando me pongo sobre los libros: “Señor, estudio para más conoceros, amaros y serviros y para ayudar a mis prójimos”. Se acerca el P. Clotet con unas cuartillas en la mano. Le dice algo al anciano arzobispo, intercambian unas palabras, y se retira enseguida. - Sé que este librito será el último. Lo he escrito estos días, aprovechando que me encontraba algo mejorado. Ahora le he pedido a mosén Clotet que lo envíe a Barcelona para que lo publiquen. Siempre me ha gustado escribir. Ya he perdido la cuenta de todo lo que ha salido de mi pluma. Y, ¿sabe por qué me gusta tanto? Porque las palabras se las lleva el viento, pero lo escrito queda. No todos quieren o pueden oír la divina palabra, pero todos pueden leer u oír leer un buen libro. No todos pueden ir a la iglesia para oír la divina palabra, pero el libro irá a su casa. Eso sí, los libros han de ser pequeños, porque la gente hoy anda aprisa y la llaman por todas partes. Además ha de viajar; así es que, si es un libro voluminoso, no será leído; únicamente servirá para cargar los estantes de las librerías y bibliotecas.
- ¿Recuerda algún libro con especial cariño?
aquella tarde del 16 de julio de 1849? - Pues, mire, entre otras cosas, que este anciano era más joven y que hacía más calor en el viejo seminario de Vic que en este rincón de Prades. Pero me imagino que usted se refiere a la fundación de la Congregación, ¿verdad? Pues, mire, tenía yo entonces 41 años y hacía un par de meses que había regresado de las islas Canarias; contentísimo, por cierto. Después de hablar con varios amigos míos y con el obispo Casadevall, nos reunimos en una pequeña celda de seminarista para comenzar los santos ejercicios espirituales. La verdad es que éramos poquísimos.
- Creo que uno del grupo se quejó de eso, ¿verdad? - Me parece que fue mosén Vilaró quien me preguntó cómo íbamos a empezar una obra así siendo tan pocos. Pero yo sabía que era una obra de Dios. Así que animé a todos a confiar. Desde entonces han pasado 21 años. Como ve, las cosas se han complicado mucho. Por eso tenemos que creer en las palabras del salmo 22 que meditamos aquella tarde: “Tu vara y tu cayado me dan seguridad”. Nuestros apoyos -créame- no son el dinero o el número de vocaciones o las misiones que prediquemos sino la santa cruz y María Santísima.
- Muchos, muchos. Creo que, gracias a Dios, todos los libritos han producido felices resultados, pero de quienes he hallado más almas convertidas han sido “El camino recto” y “El catecismo explicado”.
- No quiero cansarle más, excelencia. ¿Desea añadir algo?
- Todo el mundo sabe que son dos auténticos “best seller”.
- Si tiene ocasión, dígales a los misioneros que tengan siempre un amor tierno y dulce al Corazón de María. Yo me he hecho misionero precisamente en la fragua de su Corazón.
- No entiendo bien lo que quiere decir, pero le puedo asegurar que la lectura de estos dos libros ha producido muchísimas conversiones. ¡Hasta se ha hecho una edición de lujo para la familia real!
- ¿Me permite un salto en el tiempo, excelencia? ¿Qué pasó en
Enamórense de Jesús y del prójimo y harán más que yo
Supe que unos días más tarde, el 6 de agosto, fiesta de la Transfiguración del Señor, el anciano arzobispo salía muy de mañana, en un coche de caballos, acompañado por el P. Xifré, hacia el monasterio de Fontfroide. Moriría allí dos meses y medio después. Iba enfermo. Se sentía perseguido. Pero yo tuve la impresión de encontrarme ya con un transfigurado.