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Capitalismo y salud mental en épocas de pandemia: vivencia personal
Por: Pedro Herrera
La pandemia causada por el covid-19 sin duda ha sido un elemento que nos ha perjudicado tanto social, económica, política y sanitariamente, pero sobre todo en lo que respecta nuestra salud, pero no solo la física, como bien ya sabemos el covid es un arma muy peligrosa para nuestro cuerpo el cual puede cansarnos, darnos dolores musculares, tos, falta de reparación y entre otros daños más, pero a veces pienso que la salud mental queda de lado, es decir se la pone en segundo plano cuando no debería ser así.
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En mi caso he sido por lo general una persona sociable, que le gusta salir de su casa para al menos disfrutar de algún paisaje, entonces son como costumbres, entonces pasar de todo esto a estar solo en la casa, sin socializar con amigos, amigos, familiares, pareja ha sido un proceso bastante duro, en donde dentro de mí se han producido ciertas molestias mentales, como bien el estrés, la angustia, la desesperación, el miedo y la ansiedad. Todos ellos como una reacción psíquica ante este nuevo cambio de modalidad, esta nueva forma de llevar a cabo nuestras vidas.
Algo que me ha llamado mucho la atención es que, en esta pandemia, el capitalismo ha seguido haciendo de las suyas, por ejemplo; el tema del uso de las mascarillas diría yo, que empezó como una obligación y después de una necesidad, pero lo que me choca rotundamente es que ciertas grandes empresas han creado su línea de mascarillas, es decir pasamos de un plano de querer cuidarnos a ahora ver quien posee la mejor mascarilla, y es una verdad. Esto lo he podido observar, presenciar y evidenciar dentro de mi círculo social, en las redes sociales, en las propagandas de televisión y entre otros medios más. El capitalismo nos ha alejado de aquella idea que teníamos al principio sobre las mascarillas, la de verla como una forma de prevenir el contagio y reproducción del covid-19 pero ahora es distinto, ahora el que posee la mascarilla más barata, es visto como alguien de bajo recursos, inmediatamente se la etiqueta como inferior al resto de la sociedad y así mismo por otro lado el o la que tenga una mascarilla de las caras, las modernas y más eficaces, es vista y etiquetada como superior, como que esa persona posee un status socioeconómico muy grande.
En este punto incluso ya no solo estaríamos refiriéndonos al tema del capital, sino más bien a prejuicios que la sociedad impone.
Desde mi punto de vista, esto también tiene influencia en nuestra salud mental, ya que es evidente que muchos, casi todos y todas, quisiéramos tener la mejor mascarilla porque quisiéramos que nos etiqueten de manera positiva. Esto es un problema porque nuestro estado anímico no debería depender a gran escala de las personas, es solo nuestra responsabilidad, pero muchas a veces, exclusivamente nosotros/as los/las millennials, hemos caído
en ese pensamiento de que queremos resaltar ante los demás, queremos ser mejor, queremos tener lo mejor y si eso no sucede pues nos sentimos mal, nos sentimos bajoneados/as o hasta molestos. Deberíamos reflexionar sobre esto o al menos pensarlo, lo malo es que no muchos/as se toman el tiempo de considerar al menos a su salud mental.
Para mí la salud mental es incluso más importante que la física, porque considero que la mente controla al cuerpo, por más loco que pueda parecer, pero hay varios estudios que afirman que ciertos problemas mentales decaen a problemas físicos, por ejemplo, el estrés puede producir sobrepeso, dolor del estómago, la ansiedad puede decaer en un fuerte dolor de cabeza, en dedos mordidos (algunos llevándolo al extremo), y así entre otras enfermedades más.
Entonces hay como que una relación directa entre mente y cuerpo y lo mínimo que pudiéramos hacer es indagar sobre nosotros mismos para ver cómo estamos física y mentalmente, sobre todo. Pero la más eficiente que pudiéramos hacer es ir al psicólogo o psicóloga, es decir acudir a ayuda profesional y no hace falta ya estar presentando problemas mentales, muchas veces nosotros decimos estar bien y no nos damos en cuenta de que tenemos algo que nos está molestando mentalmente.
Y es así como el Covid ha influenciado en nuestras vidas, y en la mía, ya que como explique anteriormente he sido víctima de todo lo que he ido describiendo hasta ahora pero he tomado la decisión de no quedarme así sino de llevar a cabo actividades que me permiten bajar el estrés, al no estar tan ansioso, pensando en si me enfermaré o no y en qué irá a pasar con el mundo en el futuro, ha sido un proceso difícil, pero como dije, yo creo que lo mejor que podemos hacer es ir a un especialista de salud mental, en mi caso, mi psicóloga me ha inculcado en el hacer ejercicio, en el meditar, en el dormir bien, en el de no ver películas de terror o escuchar música muy melancólica, en el de no ingerir alcohol, cigarrillo porque incrementan el nivel de depresión y entre otras más, pero algo que me llamó la atención es que no es para nada bueno el estar sentados casi todo el día frente a una pantalla.
Pero soy estudiante universitario, es necesario que lo haga, pero me pongo a pensar, ¿qué pasa con las y los docentes que al menos son las personas que más están frente a un computador?, no pueden dejar de hacerlo, porque es su labor, si no lo hacen simplemente no pueden generar ingresos para su supervivencia, es aquí donde también todo esto del Covid ha afectado a gran escala, en el pensamiento de que tengo que hacerlo por mi bienestar físico pero no nos damos en cuenta del daño mental que nos podemos hacer, diría que es un tema más del cual deberíamos reflexionar.