Boletín 29 Madre María Félix

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COMPAÑÍA DEL SALVADOR

COLEGIOS MATER SALVATORIS

Madre María Félix Fundadora de la Compañía del Salvador

Octubre

2017


LA MADRE MARÍA FÉLIX Y LA EDUCACIÓN «Educar –como le gusta decir al Papa Francisco– es un acto de amor, es dar vida. Y el amor es exigente, pide utilizar los mejores recursos, despertar la pasión y ponerse en camino con paciencia junto a los jóvenes». La Madre Félix supo responder a este reto, porque aprendió su estilo educativo en la escuela del Corazón de Cristo. Es lo que reflejan algunas de sus cartas a las religiosas, que ofrecemos en este boletín.

Comienzos de los Colegios Mater Salvatoris

Como Superiora General de la Compañía del Salvador, la relación de la Madre Félix con los colegios fue siempre discreta, en la retaguardia. Procuraba delegar, supervisar, atender, etc., animando a todas y cada una de sus religiosas a dar lo mejor de sí a las personas que se le confiaban, a darles a Dios. Pero ella era quien infundía el espíritu, el sentido de la labor educativa que desarrollaban. La M. María Félix alentaba en todas las religiosas la conciencia de la gran misión que el Señor les encomendaba: “Muy amada Madre y muy amadas todas: Sólo unas líneas para felicitar a todas la fiesta de la Resurrección de Nuestro Señor […] Entre todos los ministerios y apostolados, el que ahora el Señor pone en sus manos, el de la docencia, es el más excelente, y así lo declaran Santo Tomás y otros muchos santos Doctores y Padres de la Iglesia. Agradezcan al Señor con toda su alma que las haga modeladoras y, en cierta manera, madres de almas; y modélenlas y nútranlas según el Corazón Divino. Un golpe nervioso sobre el buril puede echar a perder la mejor obra de un buen artista: una falta de equilibrio en la educadora puede desdibujar la imagen que pretende grabar en el alma de su educanda”. (Madrid, 13 de abril de 1952) Junto a la conciencia de esta gran misión, la Madre se caracterizaba por su capacidad para delegar. Esperaba mucho de las personas, porque toda su confianza estaba puesta en Dios, Maestro

interior de las almas. Así lo refleja esta carta que escribía a una religiosa el 16 de febrero de 1969: “Lo que me cuenta de las niñas no me maravilla. No hay nuevas crisis intrínsecas de juventud; lo que hay es crisis de educadores. Si estas crisis se vencen, la juventud volverá a ser la esperanza de lo grande y bello, porque lo realizará en virtud de la capacidad de sacrificio que Dios le ha dado, le da y le dará”. Esta mirada fija en Dios le permitía, además, ordenar las prioridades y ordenar sabiamente toda su actividad: “Téngame al corriente de este apostolado, que es lo que más me interesa. La instrucción de las niñas es medio y moralmente estamos comprometidas con estas, con sus familias, con la sociedad y con la Iglesia por los bienes que resultan del saber humano; pero la meta a la que aspiramos es la educación integral de una criatura racional de Dios, destinada a logros


trascendenes y eternos. La instrucción debemos vigilarla y encontraremos profesores que lo harán bien bajo nuestra responsabilidad, pero la formación religiosa y moral del corazón y de la mente de las jóvenes es tarea preferentemente nuestra y esta tarea está ligada a nuestra consagración religiosa íntima y eclesial”. Esta visión penetrante, que veía más allá del mero quehacer diario, no descuidaba, sin embargo, los aspectos concretos de cada uno de los colegios. En sus cartas atiende a todo: la calidad del material escolar, las instalaciones de los colegios, el profesorado, los logros académicos de las niñas, etc. A sus religiosas les pedía: “Planeen como verdaderas madres espirituales de sus alumnas: esto es, busquen el bien de ellas no sólo moral, sino también el intelectual, el social y el físico. Busquen ese bien por caminos ordenados al fin y compatibles con los medios normales de que disponen; al elegir, pidan a Dios que, además de rectitud, les dé gran cantidad de sentido común y, después de elegido el plan, llévenlo a cabo en todo lo que sea posible en cuanto de Vds. dependa. No tengan afán de cosas extraordinarias –extraordinaria sólo ha de ser la formación moral y la instrucción que de nosotras reciban–, que las niñas y las jóvenes no necesitan tanto como nos imaginamos para encontrarse a gusto como en casa propia; para aprovechar en todos sentidos, tan sólo necesitan sentirse muy amadas y bien dirigidas. Basta con que vean en nosotras amor, sacrificio, honradez y autoridad. Ámenlas y sacrifíquense por ellas, y ellas amarán al Colegio y se sacrificarán por el bien de ellas [mismas]; esfuércense en dar esa nota de honradez y lealtad en el cumplimiento de las obligaciones de su

misión de educación y enseñanza: que no vean jamás que una profesora esquiva el trabajo de vigilancia, de corrección, de solicitud, ni [que] mata el tiempo en las clases; y usen de autoridad, plena, maternal, que es suave y también inflexible en el bien de ellas; una autoridad que trata a las jóvenes como una madre cristiana trata a sus hijas”. (Madrid, 11 de diciembre de 1950) Este modo de proceder, atento al bien de las niñas aun a costa de sacrificios, a veces encontraba acogida y gratitud y otras rechazo e incomprensión. Por eso, la Madre animaba a todas a seguir adelante, sin fijarse demasiado en recibir recompensas. A las religiosas de Caracas, que acababan de ser agasajadas por los padres de sus alumnas, les escribía en febrero de 1971: “Ofrezcan al Señor y a la Santísima Virgen las Medallas de Mérito, los Diplomas y todos los honores; en otras ocasiones ofrecerán a Ellos todo lo contrario: ingratitud, incomprensión y persecución, y siempre podrán ofrecerles el trabajo y amor por las almas, que llevan a cabo desinteresadamente. Es el misterio de la sucesión de días y noches, de luz y de oscuridad en el camino a recorrer hasta alcanzar la meta de la promoción y felicidad de las niñas que el Señor nos encomienda”.

Entregando un recordatorio de primera comunión en Caracas


FAVORES Sana tras un estado de muerte clínica Soy una antigua alumna –“fundadora” del colegio Mater Salvatoris de Lérida–, y conocí en vida a la Madre María Félix Torres, en sus continuas visitas a su querido Colegio recién fundado. Sus estampas las llevo siempre conmigo; en mis carteras, agendas, bolsos…, y siempre le rezo en mis apuros y oraciones diarias. Recientemente, mi marido sufrió una gravísima dolencia cardiaca que le llevó a ingresar en el centro sanitario en estado de muerte clínica. En esos momentos de enorme tribulación, recé a la Madre María Félix pidiéndole que por su intercesión mi marido sanase. Esa situación de extrema gravedad la superó en dos días, le implantaron un marcapasos y al cuarto día regresábamos a casa, siendo total su recuperación hasta el día de hoy. Gracias, Madre María Félix; le sigo rezando y la sigo llevando muy cerquita de mí. (M.F., Lérida, España) Su nieta consigue plaza en el colegio que querían sus padres Soy una abuela con seis nietas y un nieto. En mi parroquia, en Fuenlabrada, encontré un día un folleto de la Madre María Félix. En cuanto lo leí, puse a mis nietas y nieto bajo la protección de ella –de esto ya hace algún tiempo–. Todos los días pido su protección para ellos. La familia de una de mis hijas, que vive en el Estado de Alberta, en Canadá, se está cambiando de ciudad. Como es

lógico, lo primero que hicieron fue buscarles colegio a las dos niñas que tienen. Supieron de un colegio que les gustaba para sus hijas, pero era difícil que tuvieran cupo. Después de unos días, llamaron del colegio para decirles que a la mayor la habían admitido, pero que no había cupo para la pequeña, pues estaba lleno. Yo me puse muy triste, pero luego me animé y seguí pidiendo a la Madre María Félix para que nos ayudara. Esperaba la ansiada noticia de que mi hija me dijera que la habían aceptado, pero no llegaba. Cada día que pasaba era de más precupación, pero seguía pidiendo y por fin una noche vi un correo de mi hija, donde me decía que la niña había sido aceptada. La alegría para todos fue muy grande y yo sigo agradeciendo a la Madre María Félix su intercesión. Mi nieta puede entrar en el colegio que querían sus papás gracias a ella. Sigo pidiendo a la Madre María Félix todos los días por mis nietas y nieto. (O.C.B. Madrid, España)

Damos las gracias a las personas que nos remiten testimonios de la vida de la M. María Félix y favores recibidos por su intercesión, así como los donativos para su causa, enviados por giro postal o por transferencia a: Compañía del Salvador: c/c de la Caixa ES76 2100 4426 1102 0002 0387 Madrid, ESPAÑA. Instituto Religioso Compañía del Salvador: Cta. Banco Popular n.º 362058602 San Juan, PUERTO RICO.


PUBLICACIONES COMPAÑÍADELSALVADOR

COLEGIOSMATERSALVATORIS

50º ANIVERSARIO

Madre María Félix

Fundadora de la Compañía del Salvador

¿Qué haré por Cristo?

Pensamientos de la Madre María Félix P.V.P. 4€

Vida de la Madre María Félix Biografía Infantil P.V.P. 6€

Madre María Félix Biografía Juvenil P.V.P. 10,50€

o y siempre de Dios” “Toda, solo DVD: duración 47 min. P.V.P. 5€

“Destellos de Luz”

DVD: duración 25 min. P.V.P. 10€

“Recuerdos de mi vida”

Escritos autobiográficos de María Félix Torres P.V.P. 15€

PENSAMIENTOS Trátenlas siempre con mucho cariño y que tengan el Colegio como casa propia. Y Dios hará lo que nosotras no podemos, a mayor gloria de Él. (Carta a una religiosa, 3-I-1961) A veces me asusta la enorme responsabilidad que tenemos delante de Dios y ante esta sociedad tan desquiciada en que nos toca movernos. Hemos de hacernos pedazos hasta lograr que todas estas niñas que el Señor nos confía sean auténticas hijas de la Iglesia. (Carta a una religiosa, 15-I-1962) Yo quisiera que todas en la Compañía envejeciéramos amando cada vez más a nuestras alumnas. Ellas son la prole, más numerosa que las estrellas del cielo, que el Señor promete a las vírgenes que lo son por amor al reino de los Cielos. (Carta a una religiosa, 16-XI-1962) Lo importante es que hagamos bien a las almas de las niñas, de sus familias y amigos. El Señor me da el don de ver sólo almas despojadas de envolturas temporales, peregrinas de veredas tan distintas... (Carta a una religiosa, 23-VIII-1969) No se impaciente por ver el fruto. En el mundo misterioso de las almas, de los corazones, hay luces y fuerzas que brotan de la misericordia de Dios condicionados a la acción humilde y perseverante de un apóstol unido a Cristo. (Carta a una religiosa, 9-II-1971)


DATOS BIOGRÁFICOS María nació en Albelda, Huesca, el 25 de agosto de 1907 y fue bautizada el 12 de septiembre en la misma villa. A los catorce años sintió la llamada a una entrega total a Jesucristo, y un atractivo irresistible hacia la espiritualidad ignaciana. La mayor gloria de Dios, siguiendo a Cristo y unida a Él, se convirtió en la razón de su existencia. Entre tanto, obtuvo la licienciatura en Ciencias Químicas, para ser un instrumento más apto para su servicio. A través de un sorprendente y no pretendido paralelismo con el itinerario espiritual de san Ignacio de Loyola, el Señor la llevó a fundar la Compañía del Salvador, erigida en Congregación Religiosa de

derecho diocesano en 1952, y de derecho pontificio en 1986. Dios le asignó dentro de su Iglesia la parcela de la educación cristiana de la juventud, sobre todo universitaria, en cualquier parte del mundo. Con este fin surgieneron los Colegios Mater Salvatoris, que tienen como misión propagar el carisma que Dios le concedió de adherisón al Papa, amor tierno a la Santísima Virgen y hacer de los jóveners permanente fermento evangélico en la sociedad, para llevarla a Jesucristo. Murió santamente en Madrid, el 12 de enero de 2001, y sus restos descansan en el cementerio de la Compañía del Salvador en Mota del Marqués, Valladolid.

ORACIÓN para la devoción privada Padre misericordioso, cuyo Hijo, Salvador nuestro, te glorificó cumpliendo amorosamente hasta el fin tu voluntad. Tú suscitaste en tu hija María el deseo ardiente de glorificarte y de seguir de cerca a Jesucristo, cooperando a la redención del mundo mediante la Compañía del Salvador, por ella fundada. Concédenos por su intercesión la gracia que te pedimos, para que la Iglesia, a la que amó apasionadamente como a Esposa de Cristo, la eleve al honor de los altares, para tu mayor gloria. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria De conformidad con los decretos del papa Urbano VIII, en nada se pretende prevenir el juicio de la Iglesia.

Dirección

Se ruega comuniquen los favores recibidos por su intercesión a:

Religiosas de la Compañía del Salvador Tapia de Casariego,19•28023 Madrid (España) www.mariafelix.org •e-mail: madre.felix@ciasalvador.org Con licencia eclesiástica


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