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COMPAÑÍA DEL SALVADOR
COLEGIOS MATER SALVATORIS
Madre María Félix Fundadora de la Compañía del Salvador
Octubre
2013
VIDA UNIVERSITARIA María Félix disfrutó mucho durante sus años universitarios. Los estudios y diversión con sus compañeros, propios de la edad, se unían en ella a una intensa vida espiritual y apostólica. Sus preferidos eran los pobres. En Zaragoza, donde estudió Ciencias Químicas, promovió entre sus amigos el apostolado con los más necesitados y respondió vigorosamente a los ataques contra la fe que recibía de algunos de sus compañeros. Con las chicas de la escuela, con las familias de aquel barrio y con cuantas pobrecitas podía establecer contacto, gozaba mucho. Se lo daba todo. Mis padres me mandaban dinero para reponer mi ropa, para gastos y libros. Apartaba el importe de la pensión y el de algún libro más necesario y todo lo demás iba a pasar al tesoro de Dios. Para mayor comodidad, abriéronme mis padres una cuenta corriente, creo que en el Banco de Aragón. Hiciéronme una transferencia, en una ocasión, de bastante dinero para comprarme una serie de trapos y vanidades, porque pensaban ir a pasar las vacaciones de Semana Santa a un pueblo de la provincia de Logroño, invitados por unos amigos, y querían que les acompañase y querían que luciese. Llegaron mis padres a Zaragoza. Quisieron examinar mis galas y sólo pude mostrarles algún vestido y algún sombrero ajadísimo y los zapatos rotos. También un bolso desvencijado y nada más, porque ni guantes tenía... Se disgustaron mucho. A gran velocidad me encargaron lo necesario y, como vieron que en la cuenta corriente no quedaba ni una peseta, la cerraron y en paz. Fuimos a aquel pueblo, lo pasé muy bien… En la Universidad también era muy feliz. Mis compañeros de curso eran
todos congregantes menos dos, un pobre ateo, cojo de cuerpo y de alma, y un tentado con misantropía. En las clases de prácticas nos lo pasábamos muy bien. Mientras se separaban los líquidos por destilación, o se filtraba un precipitado, o en el crisol fundía un metal, o en operaciones similares, nos juntábamos a charlar los de unas secciones con los de otras... «—Y ¿por qué es pecado comer carne en días de abstinencia y no lo es en los otros? —me lanzaba el ateo en el ruedo que formaban los compañeros—. ¿Por qué un niño pequeño, sin haber hecho nada de bueno, ni meritorio, si muere va al cielo? ¿Por qué...?», etc. Lo más vivo, lo que más ensanchaba el círculo en nuestra sección, eran los «embates de Luzbel contra el Arcángel». Así llamaban mis compañeros a aquel alud de porqués que me arrojaba el inquieto y pobre lisiado. Pero aquellos laboratorios no sólo presenciaron competiciones apologéticas. Los chicos organizaban partidos de fútbol con corchos y bolas de trapos, y también corridas de toros en las que el toro y el torero eran de la misma especie y por eso se turnaban. Las tres chicas [en toda la Facultad sólo había tres mujeres] siempre presidíamos el partido, o la corrida, sentadas sobre una mesa.
El otro compañero no congregante, el misántropo, siempre quería acompañarme a solas para repetirme por milésima vez sus tentaciones contra la fe, sus angustias religiosas, sus depresiones, etc. Le ayudaba cuanto podía y quería que buscase Director espiritual. Pero pronto el que vino como enfermo quiso ser médico y pretendió curarme de mis «demasías» religiosas. Me leía poesías filosóficas, novelas como El Obispo Leproso de Miró, cantares de Machado, trozos de otros autores que no recuerdo, pero que dejaban pesimismo y amargura en el alma y querían sustituir el rutilante y vivificador sol de la convicción religiosa por la mortecina, vacilante y fría luz del candil astroso del materialismo alimentado por un racionalismo inexistente en sí. Claro está que esa luz tenía cambiantes como fuego de bengala, ofrecía fuegos como de pirotecnia, y
observé que placenteramente atraía mi atención. Algunas cosas eran bellas en la forma; otras tenían una intención aguda y hacían sonreír como una chispa de ingenio. En aquel campo, el pensamiento no profundizaba en la verdad; pirueteaba sobre ella como danzante con patines sobre pista de hielo, grácil, ligero, bello tal vez, pero inconsistente, huero, incapaz de un análisis serio; tan pobre de contenido como los porqués del infeliz ateo. Luché contra la falaz atracción y cerré los oídos a aquel canto de sirena… Mis compañeros me acompañaban casi a diario a las Esclavas y al dejarme en la puerta me decían: «Prenderemos fuego al convento, para que se acaben las monjas». «Avisadme —replicaba en el mismo tono— para que entre antes y pueda quemarme en él como víctima por vuestros pecados; porque os quiero a todos, y quiero que Dios os perdone».
PUBLICACIONES COMPAÑÍADELSALVADOR
COLEGIOSMATERSALVATORIS
Recuerdos de Carmina Quintana
50º ANIVERSARIO
Carmina Quintana, que por estos años era novia de José Félix, el hermano pequeño de la Madre María Félix, escribe algunos de sus recuerdos de esta época:
Madre María Félix
Fundadora de la Compañía del Salvador
“Yo no estudiaba nada, era malísima estudiante. En los ratos libres M. Félix me daba nociones de Matemáticas y una vez recuerdo que me dijo: “¡Cómo me gustaría ponerte en la cabeza todo lo que yo sé!”.
¿Qué haré por Cristo?
Los días de fiesta iba a ver a abuelita Flor y allí miraba un cuadro que me parecía muy grande donde estaban todos los que habían terminado aquella promoción de Ciencias y Letras. Todas las fotos en forma de medallón, allí estaba María, pelo corto y ondas, muy guapa.
Vida de la Madre María Félix
Me diría por esos años abuelita Flor que María no estaba bien… La veía más débil y como que le costase esfuerzo el sonreír y estar de pie. Un día vino una ambulancia, yo la vi desde mi habitación y se la llevaron. No sé cuántos días después volvió y abuelita Flor me contó que mientras duró la operación estuvo todo el rato diciendo: “Jesús, Jesús”…
Pensamientos de la Madre María Félix P.V.P. 4€
Biografía Infantil P.V.P. 6€
“Toda, sólo y siempre de Dios” DVD: duración 47 min. P.V.P. 5€
“Destellos de Luz”
DVD: duración 25 min. P.V.P. 10€
“Recuerdos de mi vida”
Escritos autobiográficos de María Félix Torres P.V.P. 15€
Al terminar el curso fui a casa con una carta escrita por los dos lados en la que Madre Félix decía a los papás que tropezaba en los estudios por falta de base y que en lugar de Examen de Estado parece que iba hacer “elección de estado” [para ver si tenía vocación religiosa]. Me marché a casa encantada, felicísima y rebosante porque ya salía con Pepe…
FAVORES Curación de una joven No sé cómo empezar a contaros, el caso es que yo conocí la revista de la Madre María Félix, me la entregó el cartero para dársela al Señor Cura, y el sacerdote me dijo que si la quería leer que me quedara con ella, y así llegué a conocer a la Madre María, desde entonces las leo una vez tras otra porque merece la pena leerla y las cosas que vienen son muy interesantes, muy bonitos casos. Desde ese momento empecé a pedirle por su intercesión a la Madre María Félix y Dios Nuestro Señor por V.P.G., una joven de 23 años. No sé que le pasaba por la parte del cuello, empezaron a mirarle: que si una prueba, que otra… Le dijeron que era cáncer y era del malo. Yo seguía pidiendo todos los días e incluso le pedía los domingos en la misa por ella a la Madre María y Dios Nuestro Señor, y rezaba la oración y el padrenuestro entero. Ya hace un año que está bien y se ha curado el cáncer, los análisis le dan que está bien, gracias a Dios y la Madre María Félix por su intercesión, muchas gracias. (L.S., Burgos, España) Consigue la admisión Desde el año pasado antes de graduarme de bachiller estuve aplicando para que me aceptaran en una universidad en Canadá, después de dos intentos recurrí a la Madre María Félix para que me ayudara ya que me habían negado admisión dos veces. Ahora ya tengo mi
visa estudiantil y todo listo para partir a una nueva etapa en mi vida y todo gracias a la Madre! (Y.C., Venezuela) Encuentra una maestra Comenzando el curso escolar 2008 renuncia una maestra. Entro yo cómo ex maestra y a la orden siempre de mis madrecitas; entro a colaborar unos días. Veo la foto de la Madre Félix y le pido por favor que aparezca la mejor maestra para éstos niños y al día siguiente ya estaba la maestra. Yo tuve la dicha de conocer a la Madre María Félix y puedo decir que en esos ojos angelicales lo decía todo. Su entrega por el bien de los niños era y seguirá siendo para mayor gloria de Dios. Ah y de favor siempre le pedía que quería conocer todos los colegios Mater Salvatoris y hasta a Mota del Marqués he ido ya. Gracias Madre Félix... (M.F., Puerto Rico)
Damos las gracias a las personas que nos remiten testimonios de la vida de la M. María Félix y favores recibidos por su intercesión, así como los donativos para su causa, enviados por giro postal o por transferencia a: • Compañía del Salvador: c/c 2100-442611-0200020387 de la Caixa, Madrid, ESPAÑA. • Instituto Religioso Compañía del Salvador. Cta. n.º 362058602 Banco Popular, San Juan, PUERTO RICO.
DATOS BIOGRÁFICOS María nació en Albelda, Huesca, el 25 de agosto de 1907 y fue bautizada el 12 de septiembre en la misma villa. A los catorce años sintió la llamada a una entrega total a Jesucristo, y un atractivo irresistible hacia la espiritualidad ignaciana. La mayor gloria de Dios, siguiendo a Cristo y unida a Él, se convirtió en la razón de su existencia. Entre tanto, obtuvo la licenciatura en Ciencias Químicas, para ser un instrumento más apto para su servicio. A través de un sorprendente y no pretendido paralelismo con el itinerario espiritual de San Ignacio de Loyola, el Señor la llevó a fundar la Compañía del Salvador, erigida en Congregación Religiosa de
derecho diocesano en 1952, y de derecho pontificio en 1986. Dios le asignó dentro de su Iglesia la parcela de la educación cristiana de la juventud, sobre todo universitaria, en cualquier parte del mundo. Con este fin surgieron los Colegios Mater Salvatoris, que tienen como misión propagar el carisma que Dios le concedió de adhesión al Papa, amor tierno a la Santísima Virgen y hacer de los jóvenes permanente fermento evangélico en la sociedad, para llevarla a Jesucristo. Murió santamente en Madrid, el 12 de enero de 2001, y sus restos descansan en el cementerio de la Compañía del Salvador en Mota del Marqués, Valladolid.
ORACIÓN para la devoción privada Padre misericordioso, cuyo Hijo, Salvador nuestro, te glorificó cumpliendo amorosamente hasta el fin tu voluntad. Tú suscitaste en tu hija María el deseo ardiente de glorificarte y de seguir de cerca a Jesucristo, cooperando a la redención del mundo mediante la Compañía del Salvador, por ella fundada. Concédenos por su intercesión la gracia que te pedimos, para que la Iglesia, a la que amó apasionadamente como a Esposa de Cristo, la eleve al honor de los altares, para tu mayor gloria. Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. De conformidad con los decretos del papa Urbano VIII, en nada se pretende prevenir el juicio de la Iglesia.
Dirección
Se ruega comuniquen los favores recibidos por su intercesión a: Religiosas de la Compañía del Salvador Tapia de Casariego, 19 • 28023 Madrid (España) www.mariafelix.org •e-mail: madre.felix@ciasalvador.org Con licencia eclesiástica