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El cuidado del adulto mayor Introducción
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Primera parte: El cuidador del adulto mayor 1. 2.
3. 4. 5.
Estimulación del adulto mayor. Los deterioros, las incapacidades y las demencias. Cuestionario. La estimulación cognoscitiva. La estimulación en el medio familiar. ¿Quién más puede ayudar en su estimulación?
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Segunda parte: Vivir la tercera edad con dignidad y calidad Palabras preliminares. 6. La juventud está en la actitud. 7. Cuando el adulto mayor comparte la residencia. 8. El decálogo de los adultos mayores. Conclusiones. Apéndice: 1. Residencia Segura. 2. Atención del AM en fase terminal. 3. Aspectos importantes Fuentes de consulta.
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Introducción Uno de los retos más grandes que se han de afrontar en este milenio es el cuidado del adulto mayor (AM), en vista de que cada vez son más las personas que alcanzan una edad más avanzada de lo que antes era considerada la tercera edad. Hoy en día, los geriatras han dividido a la etapa de los adultos mayores en tercera, cuarta y hasta quinta edad, en vista de que la atención que necesitan en cada una de ellas es distinta. De cualquier manera, la persona que se vea en la necesidad de atender a un ser querido que se encuentre en la última etapa de su vida, puede hacerlo con una gran angustia y percibirlo como una carga debido a que no sabe cómo actuar y cómo ayudarlo mejor. Es importante entonces que el cuidador conozca algunos lineamientos que le permitan llevar a cabo esta tarea de la mejor manera y que le sirva a él mismo como un crecimiento personal. Atender a un adulto mayor que le permita llevar una vida adecuada puede representar una carga económica significativa para sus familiares por verse en la necesidad de contratar personal especializado o internarlo en una institución decorosa, que lo sepa atender con calidad y eficacia, en especial si su salud está deteriorada, tiene incapacidades considerables y/o ya manifiesta algunos signos de demencia, como el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Esta guía pretende ayudar al cuidador a obtener los primeros lineamientos informativos sobre el cuidado del adulto mayor desde el punto de vista psicopedagógico, de manera que pueda atender la parte cognoscitiva de su ser querido, a través de:
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Las actividades que se necesitan hacer todos los días. La estimulación de la música con frecuencia. Mantener las actividades y el movimiento a través de la psicomotricidad y las manualidades. La recuperación de su atención, concentración y percepción. Del mantenimiento de su memoria. La organización de su lenguaje. Los parámetros de la orientación, tanto temporal como del espacio. El razonamiento y el cálculo.
Es necesario que el cuidador del adulto mayor haga un gran esfuerzo por mantenerse informado sobre este tema, se entrene para poder desempeñar mejor esta tarea, busque el asesoramiento adecuado con especialistas que estén bien preparados y consiga el apoyo que requiere tanto para él mismo como para su ser querido. ¿Cómo puede el cuidador obtener información? Cada vez son más los especialistas que se están interesando en la atención de los adultos mayores y cuentan con la formación que se requiere para dar la orientación debida a sus familiares y a la persona que requiere de estos cuidados. Es por ello que busque en su comunidad alternativas como las siguientes: a)
Obtener información específica a través de entrevistas con los especialistas. b) Asistir eventos especiales como conferencias, cursos, talleres sobre este tema. c) Participar en congresos, foros, coloquios, jornadas que se centren en ello.
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d) Asistir a reuniones, conmemoraciones, asociaciones, grupos diversos, entre otros. e) Leer libros, artículos de revistas, folletos, páginas y foros electrónicos, entre otros escritos por autores especializados en los cuidados de los mayores.
¿Qué puede hacer el cuidador para formarse? Si quiere obtener una formación más precisa y sistematizada, ha de acudir a las instituciones que ofrezcan cursos y talleres que le permitan obtener elementos teóricos y prácticos al respecto. Puede acudir a los centros de salud, a las universidades, a especialistas que brinden este servicio, entre otros. ¿Qué tipo de apoyo le puede ser útil al cuidador y a su ser querido? Actualmente se cuentan con diversas opciones para la atención del adulto mayor. Sus familiares han de estudiarlas a fondo para optar por aquellas que en realidad les sean útiles con base en su situación particular, la de su ser querido y sus posibilidades económicas. Algunas de ellas son: a)
Programa especial: contar con uno centrado en la atención y estimulación elaborada especialmente para la persona que es necesario atender. b) Ejercicios y estrategias: contemplar la práctica sobre qué puede hacer con su ser querido de manera que lo
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mantenga activo la mayor parte del tiempo y con propósitos definidos. c) Elaboración de materiales: recursos didácticos que pueden ayudar en el fortalecimiento de la esfera cognoscitiva, además de su psicomotricidad, percepción, lenguaje, lógica-matemática, entre otras, del adulto mayor. d) Escuela para mayores: en los casos en que haya alguna en su comunidad. e) Organizaciones y asociaciones para los mayores: en algunas comunidades cuentan con programas para atenderlos, como el INAPAM, o los grupos de ayuda mutua que se organicen en las distintas colonias. f) Asistencia psicológica: asistir a ella con cierta regularidad, ya sea en forma individual o en grupo, con el fin de que su tarea de cuidador pueda ser llevada a cabo con eficiencia y no la perciba como un obstáculo en el desarrollo de su vida personal. g) Distintos tipos de asesoría: como la médica, de rehabilitación, la jurídica, la educativa, la social, y la espiritual. h) Terapia familiar: en los casos en que la atención de la persona mayor sea un detonante de conflictos familiares o que haya modificado la dinámica familiar de manera que requiera una orientación especial para poder seguir adelante en armonía. i) Estancias parciales: conocer instituciones en donde se pueda enviar al adulto mayor para que lo cuiden durante el día o por algunas horas. j) Residencias: en los casos en que sea necesario internarlo por considerarlo mejor opción y poder coordinarlo con las visitas y estancias familiares los fines de semana, o en ciertos días, mensuales o temporadas.
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Crucero peligroso
¿Por qué es importante que el adulto mayor esté activo la mayor parte del tiempo del día? En la medida que la persona mayor esté activa, tendrá más oportunidad de ejercitar su cuerpo y su mente, fortaleciéndolo, contrarrestando el deterioro y reforzando su autonomía. Es importante, por ejemplo, que se estimule su lenguaje y esté en comunicación constante con los demás, su cuerpo esté en movimiento, ejercite su memoria, el cálculo y la orientación del espacio y el tiempo, así como sea capaz de atenderse él mismo lo más posible en sus necesidades cotidianas y pueda sacarle partido y disfrutar de sus recuerdos y experiencias.
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Primera parte El cuidador del adulto mayor 1. La estimulación del adulto mayor El cuidador del adulto mayor ha de aprender algunos procedimientos, estrategias y actividades que le permitan estimular a su ser querido en el propio ambiente familiar y algunos lineamientos que le den herramientas y alternativas para resolver situaciones globales y específicas. ¿Por qué es necesaria la estimulación del adulto mayor? Con frecuencia, los AM que generalmente tienden a ser pasivos o están apenas activos, comiencen a tener olvidos parciales que se van generalizando, además de manifestar ciertas confusiones que van más allá de ser atribuibles a la edad y pueden ser indicadores de los inicios de algún tipo de demencia. Es posible, por ejemplo, que se mire al espejo y no se reconozca o se le olviden de repente cosas con las que tiene contacto día tras día. Puede confundirse en la ubicación al no identificar la direccionalidad (dentro y fura, delante y atrás, arriba y abajo, izquierda y derecha) o nociones temporales (mañana, tarde, noche), su desplazamiento comienza a dificultarse y tiende a arrastrar los pies. En contraste, si las personas permanecen activas constantemente y en la medida de sus posibilidades, es probable que se puedan evitar muchos de los deterioros que tienen su origen en la inactividad. ¿Cuál puede ser un error grave en el tratamiento del adulto mayor (AM)? El cuidador que trata al adulto mayor como un niño pequeño está cometiendo un grave error que le afectará a él mismo y a su ser querido, pues acentuará su dependencia. Él debe conservar su dignidad y ser tratado
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con el debido respeto que merece alguien de su edad, a pesar de las incapacidades y deterioros que tenga. ¿Cómo ha de tratarse al adulto mayor? Las personas mayores deben ser tratadas con respeto, atención, cariño y cuidado, de manera digna y con base en la edad que tienen. Para que esto sea efectivo, las actividades que se utilicen han de ser de acuerdo con la edad de la persona e interesantes para cada caso en lugar de emplear las que son propias para los niños y/o adolescentes. El adulto mayor tiene la experiencia y sabiduría que le ha dado la vida, y ésta debe tomarse en cuenta al hacer el programa que lo fortalezca en las distintas áreas que ya se han señalado en el apartado anterior.
¿Qué sucede cuando el adulto comienza a tener Alzheimer? Según la teoría retrogénesis de Barry Reisberg, basada en la teoría evolutiva de Jean Piaget, el Alzheimer sigue un patrón fijo en la desintegración progresiva de las funciones cognoscitivas a lo largo de los años que dura esta enfermedad. Este enfoque considera que quien la padece va regresando, retrocediendo y perdiendo todos sus dominios cognoscitivos en sentido inverso a como los niños pequeños van progresando a medida que se van desarrollando. Resalta la evolución de la atención, la orientación, la memoria, el lenguaje y el razonamiento hasta que llega a la juventud.
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¿Qué tipo de actividades se sugieren para contrarrestar la aparición de alguna demencia? Entre las actividades que se sugieren están las que exigen un esfuerzo intelectual significativo, como: leer lo más posible todos los días, participar en juegos de mesa que le permitan centrar su atención y mantener su mente activa para seguir el juego, bailar lo más posible y tocar algún instrumento musical. Si se hicieran estas actividades todos los días, les serían de gran ayuda tanto a los adultos jóvenes como a los mayores. Son menos efectivas las actividades que se centran en los quehaceres domésticos, caminar, subir y bajar escaleras, andar en bicicleta, discutir y escribir aunque no deben quitarse dentro de la rutina, si es posible llevarlas a cabo, pues de alguna manera ayudan a mantener a la persona en actividad. ¿Qué características deben tener las actividades que realice el adulto mayor? Es conveniente darle preferencia a las actividades que exigen de la persona que ponga atención, utilice su razonamiento, evoque su memoria, asocie información y datos, saque provecho de lo que haya aprendido y procure aprender algo nuevo cada día. Esto quiere decir que los pasatiempos que exigen activar la mente ayudan a reforzar las sinapsis de las neuronas cerebrales y crear otras nuevas, en especial si se reta a la mente con nuevos desafíos, como aprender un nuevo idioma, se juega al ajedrez, dominó, damas, parquet, con los naipes, por ejemplo, y aprender a tocar un instrumento musical. ¿Por qué es importante la actividad? A lo largo de la vida el cerebro experimenta cambios en su plasticidad, es decir en su estructura, dinámica y circuitos neuronales, por lo tanto, es importante mantenerlo activo lo más posible para que siga estableciendo las conexiones que requiere para mantenerlo funcionando en óptimas condiciones de tal forma que se refuercen los procesos neuroplásticos.
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¿Es posible que se regeneren las neuronas? Parece ser que los últimos descubrimientos que se han hecho sobre el cerebro han permitido fundamentar la posibilidad de regenerar a las neuronas a través de los astrositos, que son células madres y generan otras, lo que da la posibilidad de regenerar circuitos neuronales que se han perdido por una lesión o falta de uso. A este proceso se le conoce como neurogénesis. ¿Cuál sería la misión del cuidador del adulto mayor? Desde el punto de vista psicopedagógico, el cuidador ha de informarse con profundidad para saber cómo, cuándo y dónde puede estimular el área cognoscitiva de su ser querido para que tenga las mejores oportunidades de llevar una vida digna y con calidad. ¿Qué tipo de intervención ha de ofrecer el cuidador? La intervención que se sugiere aquí es de tipo psicosocial, la cual se ha de llevar a cabo con regularidad dentro del ambiente familiar del adulto mayor y con base en un programa preciso que considere las características y las necesidades específicas de la persona a la que se le va a aplicar. ¿El contar con un programa especial no significaría asignarle un trabajo extra al cuidador? Por el contrario, facilitaría su tarea y le permitirá ser flexible y desarrollar su creatividad. Cuando no cuentan con ello, el adulto mayor pasa muchas horas muertas sin saber qué hacer, toma paseos sin ningún sentido, que no lo llevan a ningún lugar ni tienen un propósito definido, por lo general permanece inactivo y sólo deja pasar la vida, en lugar de estar ocupado y haciendo algo que le entretenga y lo mantenga interesado en su entorno. Para ello hay que recordar qué actividades le gustaban en otras épocas. Con frecuencia es útil retomarlas. En contraste, al hacer algo con la persona mayor, en la que se vea que está respondiendo de manera favorable, quita muchas angustias a sus familiares, que lo
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ven cómo se va deteriorando poco a poco sentado en un sillón, asoleándose o recluido en su habitación, sin hacer nada. ¿Cómo ha de prepararse el cuidador? El cuidador no es un terapeuta ni un especialista en adultos mayores, por lo tanto, es recomendable que reciba la orientación de un experto que le ayude a organizar actividades, tareas y/o ejercicios apropiados para la persona que está atendiendo, en forma variada y atractiva, y los pueda aplicar adecuadamente. De esta manera contará con una base sólida que le permita crear otras nuevas y efectivas para el momento o situación que se presente y a un nivel de dificultad que sea apropiado para su ser querido. Además, permite tomar conciencia de lo que se está dejando de hacer y que puede ser perjudicial para el mayor por crear en él dependencias o pérdida de habilidades que pueden evitarse a tiempo. ¿Es conveniente anotar cómo se desempeña el adulto mayor durante las actividades y ejercicios? Sí, pues de esta manera podrá hacer un seguimiento objetivo que le permita saber qué cosas dan mejor resultado y en qué momentos, así como el interés que despierta en su ser querido y el progreso que va teniendo. Esto evitará caer en una rutina que obstaculice su crecimiento y llegue a aburrirlo, a cansarlo o a perder el interés por ser siempre lo mismo, sin nuevos desafíos y el uso de materiales novedosos. ¿Cómo empezar a estimular a la persona? En vista de que la estimulación se centrará en el seno familiar o en el lugar donde vive, lo más fácil es comenzar por las pertenencias del propio adulto mayor, como son sus recuerdos, sus objetos, las comidas que le gustan, las fotografías que tiene, para continuar con los viajes que ha hecho, los lugares que le son significativos, por ejemplo.
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2. Los deterioros, las incapacidades y las demencias Uno de los problemas más graves que tiene que afrontar la familia que necesita cuidar de un ser querido es el nivel de deterioro o de incapacidad en que éste se encuentre, en especial si padece algún tipo de demencia, puesto que los llena de angustia y a veces caen en el pesimismo. En contraste, cuando se han informado cómo cuidarlo y ayudarlo, la tarea se vuelve más gratificante y permite el crecimiento personal, creando un clima de alegría y de optimismo en lugar de que predomine la tensión y el malestar que originan los miedos que surgen al no saber qué hacer, ni cómo proceder.
¿Qué son las demencias? Las demencias son enfermedades cerebrales que provocan una serie de lesiones neuronales y que alteran de alguna manera las funciones y capacidades mentales. Las causas pueden ser diversas, algunas conocidas y otras no. ¿Cuántos tipos de demencia hay? Se han identificado alrededor de cien tipos de demencia, siendo el Alzheimer una de las más frecuentes y la de peor pronóstico. Si bien es cierto que hay una sintomatología parecida en las demencias, también es verdad que cada enfermo tiene particularidades específicas y alteraciones específicas que hacen de cada caso sea único y requiera un tratamiento personalizado. Todas las demencias pertenecen a una misma familia de enfermedades, por lo que tienen una misma
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base o raíz, pero a la vez cada una es distinta, por ello, cada enfermo tiene características específicas que lo distinguen uno de otro y no pueden tratarse de la misma manera. ¿Qué es el Alzheimer? El Alzheimer, descubierta por Alöis Alzheimer en 1907, es una enfermedad que cae dentro de las demencias y se caracteriza por ser degenerativa y progresiva, además de deteriorar las funciones mentales de manera significativa en quien la padece, lo que le incapacita en su desempeño cotidiano y autónomo al ir muriendo con rapidez las neuronas y los transmisores encargados de varias funciones, como son los procesos de aprendizaje y de memoria, lo que hacen que las personas se olviden de cosas cotidianas y descuide su cuidado personal, por citar algunos ejemplos. Los comienzos de esta enfermedad son silenciosos y lentos, teniendo como primeras manifestaciones los olvidos y las fallas ocasionales de la memoria, para continuar después con el deterioro de otras funciones cognoscitivas. ¿Qué ocasiona el Alzheimer? Por el momento no se sabe cuáles son las causas que desencadenan el Alzheimer, pero lo que sí se sabe es que desencadena una alteración degenerativa en las funciones cognoscitivas de la persona que la padece ─como la psicomotricidad, el lenguaje, la atención, la memoria, el aprendizaje, el cálculo y el razonamiento─ que va llevando al enfermo a un grado total de dependencia. Parece ser consecuencia de infartos cerebrales que pasan desapercibidos por completo. Por lo general se presentan en las personas que han tenido problemas relacionados con el aparato circulatorio, como los accidentes cardiovasculares, sufren de hipertensión, han tenido algunos conatos de infarto, manifiestan un colesterol alto, por citar algunos ejemplos.
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¿Se cura el Alzheimer? Desafortunadamente no, hasta el momento no se ha encontrado nada que la elimine. Sin embargo puede hacerse mucho por la persona que la padece al ayudarla con actividades que le permitan detener el deterioro progresivo con rapidez y a contrarrestar las conductas más desadaptativas como la agresividad, los delirios y las alucinaciones. ¿Entonces para qué sirve ponerle actividades especiales? Contar con programas de estimulación cognoscitiva adecuados como parte del tratamiento no le va a quitar la enfermedad ni evitar que ésta siga su curso, pero sí le ayuda al enfermo que su progreso sea significativamente más lento y que mantenga su calidad de vida por más tiempo. ¿Qué tipo de tratamientos hay? En términos generales, se distinguen dos tipos: a)
El farmacológico: el cual debe ser vigilado por un médico especialista en estos casos, como el geriatra, el neurólogo y el psiquiatra que tengan la especialidad en el tratamiento de los mayores y puedan identificar en qué fase se encuentra la enfermedad y cómo le pueden ayudar los medicamentos. b) No farmacológico: en esta alternativa no se emplean medicamentos sino en terapias que ayuden a la persona a potenciar sus capacidades de alguna manera. La estimulación cognoscitiva es la que más se emplea en este apartado y tiene como misión utilizar el ejercicio mental que se necesite para fortalecer el cerebro a través de la activación de las áreas cerebrales sanas, sin pretender recuperar las que ya están perdidas, en vista de que las ya lesionadas no se pueden regenerar.
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¿Cuáles son los objetivos de los programas para la estimulación cognoscitiva? De una manera general, se señalan los siguientes: a)
Estimular y mantener las capacidades mentales en forma y activas. b) Fomentar el contacto constante de la persona con su entorno. c) Fortalecer la autoestima de la persona día con día. d) Promover la autonomía personal del adulto mayor. e) Crear un ambiente agradable a su alrededor, libre de presiones y de estrés. f) Mantener las relaciones sociales del adulto mayor y, de ser posible, procurar el establecimiento de otras nuevas. g) Mejorar la calidad de vida de la familia en general y del adulto mayor en particular. ¿Qué tipo de técnicas se emplean en la estimulación cognoscitiva? Entre las principales técnicas están: a)
Orientación hacia la realidad: favorece la ubicación y la identidad. b) Terapia de reminiscencia: desencadena el recuerdo y fortalece la autoestima. c) Terapia de validación: facilita la comprensión y reduce la ansiedad. d) Musicoterapia: permite el recuerdo aparentemente olvidado. e) Psicomotricidad: facilita la expresión a través del movimiento. f) Terapias cognoscitivas: permiten ejercitar y estimular las diferentes funciones mentales. ¿Cuáles son las dudas más frecuentes que se tienen en relación a los adultos mayores que padecen esta limitación?
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Entre las preguntas que suelen formularse con mayor frecuencia están: a)
¿Tiene curación las demencias? Desafortunadamente no, pero pueden tratarse y retardar el proceso de evolución, es decir, éste se vuelve más lento, brindándole mayores oportunidades de interactuar con el medio y mejorar su calidad de vida por más tiempo. b) ¿Es hereditaria la demencia? Sólo se ha encontrado en un 2 % de los casos un componente genético que la determina. Para el 98 % restante sólo se ha identificado una predisposición, la cual se puede contrarrestar si se cuenta con un plan de trabajo que se lleve a la práctica oportunamente. c) ¿Por qué ya no quiere salir con sus amistades? Estos pacientes se dan cuenta de lo que está sucediendo con ellos, por eso tienden a aislarse. Son conscientes de sus fallos de memoria, de que está perdiendo el lenguaje pues cada vez utiliza menos palabras, le cuesta más trabajo comprender y expresarse, además su déficit de atención se va incrementando y le cuesta trabajo seguir el hilo de la conversación, lo que le dificulta estar con los demás, en especial si no comprenden lo que le está sucediendo. d) ¿Por qué sigue a su cuidador a todos lados y quiere acaparar su atención en todos momentos? Como ya habíamos comentado, estas personas están llenas de miedo y de angustia. Su cuidador es su principal referente, lo tranquiliza y le da seguridad, por eso lo sigue a todas partes. e) ¿Cada cuando hay que estimularlo? Es necesario aprovechar todo el día y utilizar tanto lo cotidiano como lo recreativo. La norma es invitarlo a que esté lo más activo posible, pues de esta manera estará más en contacto con el mundo y su proceso de deterioro se hace más lento. f) ¿Por qué sí trabaja bien con el terapeuta y, en cambio, en casa no quiere hacer las cosas o se pone muy necio? Con el terapeuta está en un lugar idóneo
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para llevar a cabo las actividades y tareas que le sugiere, éstas son acorde a sus necesidades e intereses, además de que el especialista suele usar un lenguaje adecuado, le tiene paciencia y le va adaptando la actividad de acuerdo con su nivel de comprensión. Le da el tiempo que necesite para responder, además de reforzarle constantemente sus aciertos, restándole importancia a los errores que comete. Es más, lo invita constantemente a que continúe esforzándose hasta lograr el objetivo, o le modifica la tarea de manera que la pueda realizar con éxito y seguir avanzando. g) ¿Por qué confunde al cuidador con su madre? Esto sucede porque no se acuerda de los acontecimientos recientes. Sólo se le vienen a la mente aquellos que fueron significativos en su vida y dejaron una huella en él. Es por ello que sustituye a los familiares actuales por los pasados, por ejemplo. h) ¿Es conveniente hacer comentarios de lo que le está sucediendo delante de él? Definitivamente no. Estos pacientes tienen momentos de lucidez y llegan a captar ciertas actitudes sin que muchas veces los demás se den cuenta. i) ¿Por qué parece acordarse bien de las cosas cuando así lo desea o le es conveniente? Uno lo percibe así, sin embargo, cuando está en la fase leve o en la moderada, suele acordarse de las frases que más oye, pero tienen una falsa apreciación de las mismas generalmente. Hay momentos que puede razonar con lucidez y otros está sumido en una franca confusión. A veces asombra porque se acuerda de todo y en otras no se acuerda de nada. Lo que en realidad pasa es que las pocas capacidades que le quedan las utiliza de manera conflictiva y con escasa capacidad de adaptación. j) ¿Por qué no se entera de nada? Hay que tener presente que está consciente de lo que ocurre a su alrededor de manera limitada, puede llegar a entender las cosas más sencillas y captar el afecto y los gestos
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de los demás. Lo cierto es que deben evitarse las burlas, los comentarios hirientes, las críticas destructivas y aquellas actitudes que sólo lo llevan a reaccionar de una manera catastrófica. k) ¿Por qué si uno le pregunta algo responde después de media hora? Esta es una prueba de paciencia, pues su cerebro ya no procesa con la agilidad normal. Es más, si uno lo presiona, él se bloquea y sólo se llena de angustia y de miedo. l) ¿Cómo llegar a comprender qué le sucede a estas personas? Para resolver esto, se invita al lector a resolver un cuestionario pretendiendo estar en las situaciones que se mencionan e imaginarse cómo reaccionaría en tales momentos y lo tuvieras que afrontar de manera cotidiana.
Cuestionario Esta actividad puede ayudar a desarrollar la empatía, aprender a ver la condición del enfermo a través de esta experiencia y a comprender cómo tratarlo, en vista de que uno se pondrá en su lugar ante las distintas situaciones tomando conciencia de que se ha estado perdiendo la independencia y, por lo tanto, es necesaria la ayuda para vestirse, lavarse, hacer las comidas, pagar las cuentas, ir al banco, entre otras cosas. Señalar entonces la opción que se considere más apropiada para su caso o proponer otra alternativa si se desea.
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1.
Necesitas ir al médico debido a que estás teniendo conductas diferentes a las usuales y te han diagnosticado una demencia, pero tú no lo sabes aún… a) Que tu familia te lo sugiera de manera indirecta. b) Que tu médico te lo diga fríamente y lo que implica. c) Que se oculte, se entierre, y nadie te diga nada de lo que te sucede. d) Que tu familia te lo explique con tranquilidad y claridad, acogiéndote y haciéndote sentir que no estás solo y que ellos te cuidarán y apoyarán. 2. Con frecuencia te falla la memoria y tu vida comienza a convertirse en un desastre… a) Que nadie se quiera dar cuenta y te dejen a tu suerte. b) Que a pesar de que se sientan mal por tu condición, te pregunten, te den consejos y te muestren su ayuda y comprensión. c) Que no hablen del tema. d) Que te recriminen que no pones de tu parte y que ya están cansados de ti. 3. Nuevamente se te han perdido las llaves y con desesperación les preguntas a todos si las han visto y desearías que te ayuden a buscarlas… a) Que te tranquilicen y le quiten importancia al hecho. b) Que se burlen, se rían de ti o te critiquen. c) Que todos te repitan lo mismo o qué debiste haber hecho para no extraviarlas. d) Se enfaden contigo. 4. Durante una conversación te pones muy nervioso porque te confundes y no te salen las palabras adecuadas… a) Que nadie diga nada pues no te estaban prestando atención. b) Que te griten para que te calmes y no vayas a hacer una escena.
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c)
Que te tranquilicen y te ayuden a interpretar lo que quieres decir. d) Que te digan, “siempre lo mismo, no pones atención”. 5. Te das cuenta de que ya no puedes hacer las cosas que hacías antes y como a ti te gusta… a) Que siempre que tengan tiempo te incluyan en las actividades diarias, dejando que hagas lo más fácil. b) Que nadie te pregunte si te apetece ayudar en algo. c) Que te dejen sentado en un rincón. d) Que te ayuden a encontrar nuevas actividades sencillas de cierta utilidad, manteniéndote ocupado y entretenido. 6. Te encuentras perdido, no sabes qué día es y no estás seguro en dónde estás… a) Que se burlen de tus temores. b) Que te digan que no necesitas saber en qué día vives, ni dónde te encuentras. c) Que te regalen un reloj grande, un calendario práctico y te ayuden a ubicarte siempre que lo necesites. d) Que nadie sepa qué decir, ni cómo actuar. 7. Alguien al que no reconoces te pregunta constantemente ¿te acuerdas de mí?... a) Que te dejen hacerte creer que sí lo conoces. b) Que te digan quién es, cuándo le conociste y su parentesco. c) Que se burle de ti. d) Que te permita ser sincero. 8. A la hora de ponerte un pañal… a) Que te traten como a un niño. b) Que lo hagan de forma brusca y que te deprima. c) Que te fuercen hasta ponerte agresivo. d) Que te dejen evitarlo y poderlo hacer tú en la medida de tus posibilidades. 9. La persona que te cuida tiene que salir un momento para algo importante…
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a) b) c) d)
Que se vaya sin decirte nada. Que se vaya explicándote que enseguida vuelve. Que se vaya dejándote encomendada una tarea atractiva. Que te haga creer que sigue ahí.
10. Ves personas que no existen… a) Que te dejen gritando. b) Que te tranquilicen. c) Que te digan que es mentira. d) Que te digan que te calles.
3. La estimulación cognoscitiva ¿Qué es la estimulación cognoscitiva? Es un conjunto de técnicas terapéuticas y estrategias ambientales que pretenden mantener o potenciar las funciones mentales que se ven alteradas por las demencias, de tal forma que pueda comportarse con autonomía y de manera adecuada en las diversas situaciones que afronta a lo largo del día. ¿Cuáles pueden ser los niveles de deterioro? En este trabajo se manejarán tres tipos de deterioro con base en la fase de evolución en que se encuentre la persona que padece la enfermedad:
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¿Cuál es el objetivo de la estimulación cognoscitiva? A través de las diversas actividades y tareas, invitar al adulto mayor a que haga un esfuerzo y mantenga su rendimiento el mayor tiempo posible: a)
b) c) d)
e) f)
g)
h)
i)
j)
Enriqueciendo su ambiente a través de una serie de métodos y técnicas, de manera que se logre el máximo avance posible. Promover la actividad mental para mantener o mejorar su rendimiento cognoscitivo y funcional. Prevenir y/o tratar algunos síntomas secundarios, como son la ansiedad y la depresión. Animar y guiar a la persona para que se interese por llevar a cabo determinadas actividades que le ayuden a movilizar sus capacidades funcionales y cognoscitivas. Adaptar las distintas tareas a la condición y etapa de evolución en la que se encuentre la persona. Centrarse en el proceso y en la actividad misma, independientemente de los resultados que se obtengan. Favorecer el ejercicio de las capacidades que todavía conserva con el fin de que se fortalezcan y funcionen lo mejor posible. Despertar el interés y la curiosidad por actividades que le satisfagan y le permitan mantenerse en contacto con los demás y con su entorno. Mantener la constancia y dedicación con el enfermo para que se obtengan los mayores beneficios de la estimulación. Aprender a aprovechar las circunstancias, objetos y otros materiales, así como las situaciones y actividades cotidianas de tal manera que el mayor permanezca activo y disfrute lo más posible de su vida.
¿En qué consiste la técnica de orientación hacia la realidad? Esta técnica tiene como finalidad ayudar a la persona a superar los problemas causados por la memoria
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episódica a corto y a mediano plazo, además de favorecer la orientación del tiempo y del espacio y de identidad, aplicándose: a)
Las 24 horas: mantenerlo orientado desde que se levanta hasta que se acuesta. b) De ubicación: se resaltará el día, la fecha, el lugar, las secuencias… ¿En qué consiste la reminiscencia? Esta técnica se basa en la memoria a largo plazo, lo cual es más placentero para el enfermo, pues es la que generalmente se conserva en buen estado. Esto es, sentirse en el presente a partir de los recuerdos importantes del pasado, fortaleciendo así su propia identidad. Puede emplearse: a)
Contar con el álbum de recuerdos es un material de gran aprecio para el adulto mayor, que le sirve de referencia objetiva y emotiva… b) Poner en práctica habilidades que ha utilizado en otros momentos, como amasar pan o manipular masa, escribir a máquina, pintar, utilizar una brocha o algunas herramientas de trabajo, poner pijas, tejer, entre otras… c) Utilizar los objetos de casa que tengan un significado para él: fotografías, álbumes etiquetados, recuerdos de vacaciones, objetos decorativos, regalos, trofeos, diplomas y certificados, postales, cartas, obras de arte… d) Utilizar transparencias, películas, videos, lecturas, periódicos, bromas, dichos o frases hechas, refranes, viejas costumbres… e) Hacer un peregrinaje, o sea, acudir a los lugares que tengan para él algún recuerdo como la escuela, el cine, el café, el trabajo, la iglesia, determinadas calles, monumentos, museos, parques, mercados, tiendas significativas…
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f)
Asistir a ciertas ceremonias, fiestas, eventos, viajes, bailables, espectáculos, áreas recreativas…
¿Qué aspectos hay que considerar en la reminiscencia? Esta técnica es muy flexible y amplia, prácticamente cada quien le puede dar el sesgo que considere más conveniente, sin embargo hay que tener en mente los siguientes aspectos: a)
Se puede usar siempre que se desee: desde todos los días hasta asignar algunos específicos en la semana. b) Puede desarrollarse en cualquier lugar y emplear cualquier material que se tenga a la mano y que se le pueda dar un significado. c) Es importante conocer cómo ha sido su vida y evitar aquellos temas del pasado que le puedan causar conflicto. d) Es preferible utilizar objetos reales para realizar la estimulación y que tengan un componente afectivo, pues le puede facilitar más evocar los recuerdos. e) Utilizar las canciones y melodías que le gustan a la persona como música de ambiente en el hogar. f) Colocar en lugares visibles fotografías, objetos y todo aquello que le agrada y le permita utilizarlo dentro de las actividades de estímulo. g) Formar cadenas de recuerdos con determinados objetos: “Es el día de tu boda”, ¿Quiénes fueron tus padrinos… y tus damas de honor?, ¿Dónde fue la recepción?, Mira este jarrón, ¿quién te lo dio?, ¿qué otras cosas te regalaron? ¿En qué consiste la terapia de validación? A través de esta modalidad se van a trabajar las actitudes de interacción entre el cuidador y la persona mayor, tomando como fundamentos el respeto y la empatía. Tiene como base la simplificación de los mensajes, combinando lo verbal con lo no verbal, las distancias y las posiciones entre ambas personas. Su objetivo es respetar la realidad, sea en el tiempo presente o
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no, del mayor aceptando sus creencias sin contradecirlas. Es una técnica muy delicada que requiere cierto entrenamiento y orientación, pero vale la pena aprenderla y ponerla en práctica. ¿Cuáles serían algunas maneras de validar? Algunas maneras de validar serían: a) b) c) d) e) f) g)
h) i) j) k) l) m) n)
o)
El lenguaje no verbal: expresarse sin palabras, a través del cuerpo, la mirada, los gestos… Coordinación y consistencia: del lenguaje verbal con el no verbal dentro de un contexto… Observar: la postura corporal, los gestos faciales y los movimientos de las manos… Volumen de la voz: el adecuado, para poder elevar el tono como señal de inflexión… Memoria: decir las cosas, una a una, para no saturarla… Paciencia: conservar la calma y la tenacidad… De frente: hablarle de manera que haya contacto visual y pueda darse cuenta de las expresiones del rostro… Establecer contacto: tanto visual como físico y afectivo… Atención: captar y mantener sus periodos de atención y concentración… Oralidad: hablarle con claridad, lentitud y exagerando la vocalización… Frases: que sean sencillas, cortas y claras, empleando palabras que le sean familiares… Tiempo: permitirle que utilice el que necesite para asimilarlo y poder responder. Manejo de ideas: expresar una a la vez en cada frase… Cuestionamiento: Hacer preguntas que demanden respuestas cortas, como sí y no, elegir entre dos alternativas que se le muestran… Comunicación: aprovechar cualquier oportunidad para hacerlo…
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p) Ante el déficit: promover el lenguaje automático, las canciones, los refranes, los dichos, el juego de palabras… q) Reconocimiento: ante sus esfuerzos, aplaudirle, acariciarlo, darle un beso, una palmadita de aprobación en su hombro, un apretón de manos, aunque cometa algunos errores, pues lo que vale es su disposición para hacerlo. ¿Qué se debe evitar en la validación? Es muy importante que en la validación se eviten: Los engaños: puede que no haya entendido bien en un principio, pero se dará cuenta en algún momento que no se está siendo honesto con él. Gritos: es lo que más le hiere y molesta, en especial cuando percibe que uno está enfadado. Presiones: hablarle de prisa, decirle que se apure, manifestar impaciencia aunque no se diga nada, como tamborilear los dedos. Ignorarlo: hablar sobre él como si no estuviera presente. Contaminación de ruido: hablar en un lugar ruidoso o donde están platicando varias personas a la vez. Sobreprotegerlo: quitarle la palabra, hacer las cosas por él. Objetivos: que sean superiores a sus capacidades reales. ¿En qué consiste la musicoterapia? A través del empleo de música adecuada en combinación con algunas estrategias para lograr el objetivo que se pretenda, se le ayuda a la persona a poner en actividad el funcionamiento neuropsicológico. Por ejemplo: El ritmo: puede activar su atención y organizar su coordinación motora. El baile: lo llena de energía y le permite vitalizar su cuerpo.
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Las letras de las canciones: pueden ayudarlo a recordar y a utilizar su lenguaje. La cadena de recuerdos: la música es una fuente valiosa para desencadenar una serie de recuerdos, pues todos tenemos una historia musical. Tocar un instrumento: si tiene antecedentes, hay que aprovecharlo; en caso contrario, invitarlo a que toque alguno de percusión puede serle muy útil. Imitar movimientos y posturas: le ayuda en el control de su cuerpo.
¿Cómo puede ayudarle un programa que contemple la psicomotricidad? Entre más pueda manejar y controlar su cuerpo de manera autónoma, mayor confianza y seguridad tendrá en sí mismo. Es por ello que la estimulación del reconocimiento de su propio cuerpo es tan necesaria, así como el darle puntos de apoyo que le permitan mantenerse en control al ejecutar sus movimientos. ¿En qué consiste la laborterapia? Básicamente está centrada en las manualidades, por lo tanto, hay que saber si la persona hacía alguna de ellas, para invitarla a que continúe haciéndola, pues tiene un valor físico, mental, emocional y vocacional implícito. Por otro lado, si no sabe hacer algo en especial, se le puede enseñar una labor sencilla que le ayude a sentirse útil, independiente y le brinde satisfacción. ¿En qué consiste el arte terapia? A través de esta opción, la persona puede expresar sus emociones, en especial si está pasando por un momento difícil. El dibujo, manejar barro, plastilina u otro material semejante, danzar, tocar algún instrumento, cantar, el teatro, la pintura, entre otras.
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4. La estimulación en el medio familiar La familia ha de aceptar que una persona con cualquier tipo de demencia ya no es lo que fue. Su mente ha sufrido un deterioro significativo que ha modificado el rumbo de su vida, pues sus capacidades, conocimientos y recuerdos han sido alterados y, lo más probable, su vida está en manos de sus seres queridos o de los cuidadores que pueda disponer. ¿Qué advertencias debe hacérsele a la familia? Es conveniente que sus familiares reciban una orientación especial que les permita comprender lo que implica una demencia y cómo pueden ayudar al enfermo para que su vida sea lo más tranquila y digna posible. Entre los puntos que han de considerar están: a) No forzarlo a que recupere sus pérdidas, pues no servirá de nada y sólo será fuente de frustración y desaliento. b) En contraste, hay que reforzar sus capacidades preservadas, promover su mantenimiento y aumentar su motivación y autoestima. c) Expresarle en todo momento afecto y comprensión. Como cualquier ser humano, el cariño de sus seres queridos es su tesoro más valioso. ¿Cómo se ha de actuar ante una persona que padece algún tipo de demencia? Entre las recomendaciones que se hacen a la familia están: a) De facilitación: para que mejore su memoria, encauzar su comportamiento, orientarlo en todo momento y guiarlo en actividades específicas… b) De acompañante: estar con él realmente, brindándole atención y cariño, además de ser un compañero en la realización de sus actividades. Las cosas se hacen con él, en lugar de por él… c) De respeto: cuidar siempre su dignidad y sus propias decisiones…
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d) Actitudes: de disposición, con alegría y flexibilidad… e) De conocimiento: informarse de su vida, sus intereses, sus aptitudes, sus preferencias, sus limitaciones, de lo que le disgusta y lo que disfruta… f) De adaptación: ante los cambios que vaya presentando el adulto mayor, pues tendrá momentos de lucidez y otros de pérdida significativa… g) Respecto a su salud: conocer cuáles son las características de su enfermedad, como va evolucionando y qué medidas profilácticas se pueden tomar para ayudarlo a contrarrestar sus padecimientos… h) Ambiente: ofrecerle un entorno afectuoso, tranquilo, de seguridad, de relajamiento, que lo motive y lo invite a la acción lo más posible… i) De satisfacción: proponerle actividades que vayan más de acuerdo a sus intereses y preferencias, manteniéndolo ocupado en cosas que lo ayuden a pasar el día con agrado y esperanza… j) De tolerancia: seguir con el programa a pesar de los errores que cometa y que parezca no avanzar, pues los beneficios que obtiene son mayores… k) De observación: para hacer el seguimiento de sus actividades y así poder darse cuenta de cómo va evolucionando, cómo van sus limitaciones y hacer las adaptaciones de manera oportuna. Se pueda ver cómo va reaccionando ante los ejercicios, las tareas y las actividades… l) De aplicación: llevar a cabo el programa de estimulación de manera regular y dosificada, de tal forma que sea benéfico para la persona y genere sentimientos de satisfacción para ambos… ¿Cómo saber si se está siguiendo el programa adecuado con el paciente? Como se ha señalado, el cuidador ha de ser un buen observador y darse cuenta de lo siguiente para saber si es adecuado lo que se está llevando a cabo:
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a)
Pide realizar los ejercicios, las tareas y las actividades. b) Disfruta la mayoría de las actividades. c) Su autoestima va en aumento y se muestra relajado. d) Está tranquilo y concentrado en la tarea. e) Canturrea mientras está haciendo una manualidad. f) Ha comprendido los beneficios de estar activo y lo pasa bien. g) Muestra iniciativa al participar y hace aportaciones a la actividad que realiza.
¿Cómo aplicar la estimulación cognoscitiva? El cuidador ha de preparar la sesión de manera que ésta le resulte agradable a los dos: a)
Concentración: para promoverla hay que cubrir con una hoja o un paño blanco las partes que no se utilicen en la actividad, o ir descubriendo conforme se vayan empleando. b) Reactivos: utilizar un mínimo de objetos a la vez, de manera que no se distraiga con material innecesario. c) Descansos: entre una y otra actividad hay que darle tiempo de relajamiento y volverlo a intentar más tarde. d) Orientación: para evitar que se desoriente, hay que conservar el papel y los objetos en la misma posición, de manera que no se confunda y pierda la ubicación. e) Disposición: aprovechar los momentos en que se siente tranquilo, animado y con ganas de hacer algo, poniéndole una actividad atractiva que disfrute y le ayude a mejorar algún punto del programa. f) Preferencias: basar los contenidos del programa en sus gustos, pues será más fácil llevarlos a cabo y los aprovechará más.
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g) Cálculo: estar consciente de cuál fue su profesión, pues el grado de dificultad ha de ser con base en sus características individuales. h) Compras: aprovechar la salida para que busque un determinado objeto, ayude a llevar el presupuesto, separe el dinero para pagar, por ejemplo. i) Actividad necesaria que no le gusta: combinársela con algo que sea de su agrado para que le sea más llevadera hacerla. ¿Cómo llevarla a cabo? Es importante que las personas que atiendan al enfermo sigan una misma línea en el tratamiento y en el seguimiento para que éste pueda estar más tranquilo, relajado y se sienta seguro, de tal forma que sus conductas no se alteren en forma innecesaria. Además, hay que ser flexible y personalizar las cosas para que se haga lo que el enfermo requiere y cuáles son sus preferencias. a) Ponerle actividades que le gusten o que disfrute. b) Hacer cosas que se relacionen con su forma de ser y su profesión. c) Contar con un historial sobre cómo ha sido su vida. d) Ayudarlo para que logre hacer algo con efectividad. e) Aunque pueda hacer las cosas por sí mismo, hay que gratificarlo para que lo haga con más gusto y satisfacción. f) Percibir en qué momentos es conveniente hacer las cosas con él y cuándo es preferible dejarlo solo. g) Identificar en qué actividades el cuidador no debe permitir que intervenga el enfermo por ser peligrosas para su seguridad y bienestar.
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5. ¿Quién puede ayudar en su estimulación? El trabajo de intervención con el enfermo no sólo recae en el cuidador principal y los especialistas, hay otras personas que pueden ser de gran ayuda. ¿En qué consiste la ayuda que otras personas pueden dar en la estimulación cognoscitiva? Básicamente se trata de hablar con él y establecer una comunicación que permita dialogar a través de preguntas y respuestas, la reflexión y ciertos ejercicios, tareas o actividades en las que se ocupen ciertas habilidades. ¿Quiénes pueden ser los posibles agentes estimuladores? Entre los posibles agentes estimuladores se pueden señalar: a)
La pareja: platicar en el hogar y en otros lugares, salir de paseo caminando cuando sea adecuado y el mayor esté tranquilo. Cabe advertir que la virtud de la paciencia se ejerce en estos momentos debido a que por lo general es muy lento para responder y hacer las cosas. Además, es quien más lo conoce y puede aportar datos importantes de su biografía que son clave para la estimulación a través de objetos, fotografías y recuerdos. b) Los hijos: generalmente llegan a ser los principales cuidadores. Pueden hablar con él, leerle o hacerlo juntos, dar una vuelta, ayudarlo para que siga una conversación, comentar las noticias. c) Los nietos: son fuente de gran afecto y les gusta escuchar sus anécdotas por lo tanto hay que permitirles que le hagan compañía y le manifiesten su cariño. A veces pueden confundirse porque no entienden qué sucede con su abuelo, por tanto, habrá que explicarles. d) Los amigos: procurar que los vea lo más posible y animarlo a hacerlo acompañándolo a que los visite,
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juegue con ellos o platique. Evitar en lo posible que se aísle. e) Los vecinos: al saber de su enfermedad pueden ser de gran ayuda, en especial si se sale y se pierde en la colonia o notan que algo raro está sucediendo con él en casa, incluso para sustituir al cuidador en algunos momentos. f) Los comerciantes: en algunas colonias hay tiendas que la familia frecuenta y el personal llega a identificarlos. Si hay confianza con ellos, se les puede pedir ayuda para trabajar con el enfermo las compras y el manejo del dinero. De esta manera se mejora su autoestima y confianza, al sentirse todavía independiente y útil. g) El personal de servicio: si se cuenta con sirvientas, ellas deben estar al tanto para atenderlo en un momento dado. Han de saber el horario de sus medicinas y la rutina diaria para que ésta no se interrumpa por algún imprevisto del cuidador. ¿Qué lugares pueden aprovecharse para la estimulación del AM? El hogar es el principal lugar donde se puede aplicar la estimulación cognoscitiva con tranquilidad y sin presiones. Pero también se le puede acompañar a otros sitios y pasear en forma activa en lugar de hacerlo en silencio. a) b) c) d)
En casa: en la sala, la cocina, el baño, la recámara. Durante los paseos y salidas de ocio. Cuando están en fiestas y reuniones familiares. Al hacer las compras.
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¿Qué hacer si surge una crisis? El cuidador ha de ser flexible, espontáneo y apoyarse en su imaginación para poder improvisar y salir adelante del conflicto. Lo importante es guardar la calma y tener previstas algunas alternativas para situaciones de emergencia. ¿Qué se puede hacer en la cocina? Se pueden aprovechar algunas actividades domésticas como: La preparación del desayuno. El manejo de electrodomésticos. Cuidar algún alimento que se esté friendo o calentando. Preparar algún platillo. Preparar la lista de la compra. Meter la vajilla a la lavadora. Sacar los ingredientes que se requieren para una receta. Acomodar las latas en la alacena. Poner la mesa y después ayudar a recogerla. Secar los platos y/o guardarlos posteriormente. ¿Qué se puede hacer en el cuarto de lavado? En el cuarto de lavado hay muchas cosas en las que puede ayudar, pero antes hay que asegurarse de asignarle en un lugar seguro, donde no haya peligro de resbalarse ni de lastimarse. Se le puede sentar en una silla cómoda y una mesa apropiada para su altura de manera que tenga facilidad para clasificar, separar, doblar la ropa.
Separar la ropa blanca de la de color. Revisar los bolsillos para que no haya objetos en ellos. Doblar la ropa. Aparear los calcetines. Hacer los montones de ropa según los propietarios. Ayudar a acomodarla en los cajones o colgarla.
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Guardar los detergentes y otros artículos de limpieza. Hacer la lista de los productos de limpieza que hagan falta. Guardar las pinzas en un cesto y enrollar los mecates de los tendederos. Si está en buenas condiciones y le agrada, meter la ropa en la lavadora y después sacarla. Meterla en la secadora y después retirarla. Recordar a los otros miembros de la familia que recojan su ropa y la acomoden en los armarios.
¿Qué se puede hacer en la sala? Comentar con él un programa de radio o de televisión. Permitirle usar el control para que cambie de canal. Elegir algún disco que sea de su gusto y escucharlo con él. Pedirle que describa algún objeto o que busque el que se le ha descrito. Recordar alguna anécdota que haya sucedido ahí. Pedirle que guarde algo en algún cajón o que saque una cosa. Leer el periódico en familia o algún libro o revista. Ver algunos videos y dialogar sobre el contenido. Jugar algún juego de salón. Pedirle que ayude con la limpieza y el arreglo. Coloque las flores en el florero, o cambie el agua. Que describa lo que hay en la sala o en un mueble. ¿Qué hacer en la recámara? Al despertar hay que ubicarlo en el calendario sobre el día, el mes y el clima. Hacer la cama y guardar su pijama. Recoger su ropa y organizar sus cosas. Permitirle que elija la ropa que quiera usar. Preguntarle cómo fue su descanso, qué soñó, cómo se siente.
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¿Qué hacer en el baño? Permitirle que se haga su aseo personal lo más independiente posible. Pedirle que ponga el papel, el jabón y otros artículos en su lugar. Que organice su bolsa de aseo. Hablar con él mientras se está aseando. Orientarlo en su persona: reconocerse en el espejo, su cuerpo, sus cosas. Estimular su olfato con el perfume, el jabón, la pasta, el champú, etcétera. ¿Cómo estimularlo? Hacerlo sentir que es el protagonista. Incluirlo en la conversación. Recordar historias y encuentros pasados. Dejarle que él se dirija al lugar del encuentro o reunión y sólo acompañarlo. Repasar el itinerario antes de salir. Hablarle despacio, con lenguaje sencillo y darle tiempo para responder. Mantenerlo entretenido en actividades que disfrute. Pedirle que se oriente durante el paseo, platicarle, comentar lo que ven. Ir a fiestas familiares, días de campo y participar en las actividades.
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Segunda parte Vivir la tercera edad con dignidad y calidad Palabras preliminares Los problemas que afrontamos en la vida son retos que nos ayudan a crecer y a encontrar nuevas alternativas; los errores son indicadores del camino equivocado que hemos seguido y nos dicen que debemos andar de otra manera; y los tropezones que nos desequilibran no son a causa de la mala suerte sino consecuencia de las elecciones desacertadas que hemos hecho. Todo esto forma parte de las enseñanzas que nos va dejando la vida a lo largo de los años y es un buen cimiento de la sabiduría que adquieren los mayores. Por lo general, las personas jóvenes y los adultos se conflictúan ante la adversidad y los obstáculos que hay que vencer; muchas de ellas se desaniman ante los problemas que han de enfrentar sin darse cuenta que son los retos que nos enseñan, las mejores oportunidades para aprender algo concreto, rectificar y crear, además de ponerle un toque interesante a la vida, la cual sería muy aburrida si fuera perfecta y exacta. La tercera edad, llamada “adultos en plenitud” por el Instituto Mexicano de la Senectud, es considerada oficialmente la última etapa de la vida. La sociedad tiende a percibirla como un periodo de grandes pérdidas y pocas ganancias. Es común escuchar palabras peyorativas entre los jóvenes como viejo, dinosaurio, vejestorio, anciano, fósil, senil, por citar algunos ejemplos. En contraste, tal percepción social es falsa, y sólo sirve para aterrar a quien no la ha comprendido, a pesar del fuerte deseo común de continuar circulando por este mundo la mayor cantidad de años posibles, pero sin arrugas ni deterioros.
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Muchos mayores la han catalogado como la mejor época de su vida, por eso la llaman los años dorados. Es oportuno señalar aquí un dicho muy popular entre los antiguos griegos: “El tiempo es el más sabio consejero y el mejor curandero”. Para algunas personas, efectivamente, esta etapa se convierte en un verdadero infierno, pero para la mayoría es el momento en que puede hacer todo aquello que habían deseado y no tuvieron la oportunidad de llevarlo a cabo por la interferencia de otras obligaciones y compromisos. A final de cuentas todo se reduce a que ser joven o viejo no es cuestión de edad sino de actitud. Esta última parte del escrito la he dedicado a las personas que desean vivir esta etapa saludable y activa. Si bien cada quien ha llevado un estilo de vida propio, también es verdad que se pueden hacer cambios profundos como en cualquier momento de la vida. Aprender a encontrar los aspectos positivos que tiene ayudará a asimilar con mayor rapidez los negativos y salir victorioso en el balance.
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6. La juventud está en la actitud ¿Cuáles son los cimientos de las personas mayores? Quien ha sabido vivir con inteligencia es probable que posea una cosecha muy valiosa, la cual se identifica como los frutos de las cinco “S”. a)
Sabiduría: pues se han aprendido bien las lecciones que le ha dado la vida. b) Serenidad: pues se cuenta con la capacidad para percibir lo que sucede en su justa dimensión. c) Seguridad: en vista de que las interrogantes que antes nos atormentaban ahora se tiene la fortaleza para encontrar con paciencia las respuestas, pues son pocas las situaciones categóricas y fatales. Todos tenemos la capacidad de hacer cambios profundos, incluso en esta etapa. d) Sentido del humor: saber reírse de uno mismo y de las adversidades. La vida es una comedia y hay que navegar en el foro de su teatro. e) Sentido de previsión: tener la capacidad para anticipar los requerimientos que se van a ir presentando conforme uno avanza en edad, como el contar con el dinero suficiente para no depender de nadie económicamente. ¿Qué se puede hacer durante esta etapa? Si uno ha sido activo durante toda la vida, pronto encontrará algo que hacer; si no ha sido así, he aquí algunas ideas: a)
Aprender a comunicarse con uno mismo a través de la introspección, la reflexión, la meditación… b) Disfrutar de los momentos inolvidables que se tengan con la familia, los amigos, los compañeros… c) Compartir la amistad con viejos amigos y hacer otros nuevos…
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d) Sostener una buena conversación, participar en alguna discusión o debate siempre y cuando uno lea y se prepare lo suficiente para aportar con fundamento… e) Disfrutar de una buena comida, alguna bebida, al compartir la mesa con los demás, un nuevo platillo… f) Participar en juegos de mesa, manualidades, algunos quehaceres o actividades propias para la condición en que uno se encuentra… g) Bromear, reírse de la vida, encontrarle el lado bueno a las cosas… h) Disfrutar de la familia, jugar con los nietos, contarles cuentos, enseñarles cosas nuevas… i) Escuchar a las personas, orientarlos cuando soliciten algún consejo o consolarlos cuando estén tristes… j) Compartir recuerdos y experiencias con contemporáneos o con otras generaciones en caso de solicitarlo… k) Dedicar un tiempo a la lectura, a las artes, a escuchar buena música, a bailar, a cantar… l) Asistir a espectáculos, ir al cine, al teatro, a museos, visitas turísticas a distintas partes de la ciudad o de los alrededores…
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7. Cuando el adulto mayor comparte la residencia Una de las grandes preocupaciones a nivel mundial es la sobrepoblación de los mayores debido a los altos costos económicos que implican así como los problemas sociales que derivan de este cambio. Si bien se ha luchado por aumentar la esperanza de vida, también es cierto que no se habían previsto las consecuencias. ¿En dónde viven las personas mayores? Algunas lo hacen en su casa, otros requieren de cuidados especiales o no tienen recursos y, por ello, están con sus familiares o van a una casa de reposo. ¿Cuáles son las conveniencias de vivir en una casa de reposo? En mi opinión, esta opción debe ser la última que se tome debido a que: a) Las públicas: son escasas y sus servicios todavía son muy deficientes. b) Las privadas: son muy caras y tampoco son muy eficientes. ¿Cuál sería la mejor opción? Lo más recomendable es que el adulto mayor, si está en plenitud y no requiere de cuidados específicos, tenga su propio espacio y sólo visite o permita ser visitado por los demás. Sin embargo, algunos mayores requieren de cuidados especiales y, por lo tanto, no pueden vivir solos. En estos casos, es mejor estar con algún familiar que desee compartir con él su hogar. Sólo en los casos donde no se tenga parientes, el mayor ha de vivir en una casa de reposo.
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¿Cómo prepararse para convivir con algún familiar? Es importante tomar en cuenta los siguientes puntos: a)
No convertirse en una carga familiar ni social. Hay que trabajar desde antes para conservar la salud y ser lo más autosuficiente posible. b) Hay que colaborar con las personas que se conviva, aunque sea con tareas pequeñas y sencillas, por lo menos con las cosas personales. c) Si hay niños pequeños, el adulto mayor puede cuidarlos, contarles cuentos, jugar con ellos, enseñarles cosas. d) Si hay adolescentes, ser muy discretos, evitar detonar conflictos y la crítica. e) Con la pareja del familiar: ser atento, procurar no molestar y apoyarlo en lugar de generar tensiones y desacuerdos. ¿Qué virtudes hay que poner en práctica para facilitar la convivencia? Es importante que se desarrollen con sabiduría: a)
Paciencia: las cosas suceden en el momento que van a ocurrir, así que no hay que violentar las cosas. b) Resignación: aceptar los sucesos que no se pueden cambiar y tratar de hacer un esfuerzo para adaptarse lo mejor posible. c) Espiritualidad: vivir más en el interior que en el exterior, pues habrá muchos tiempos vacíos o solitarios que se pueden aprovechar plenamente con la introspección y el diálogo interno. d) Escuchar: reflexionar más y hablar menos, ser un buen observador y sólo dar consejos cuando sean solicitados. e) Prudencia: no imponer nada a nadie, ni presencia, ni ideas, ni necesidades. f) Disfrutar lo que se tiene: reducir al mínimo lo material y disfrutar lo que está alrededor, las cosas
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g)
h) i)
j)
k)
l) m)
sencillas, la naturaleza, el afecto, los alimentos, las amistades, la música, las buenas lecturas. Consideración: ser comprensivo y respetar a los demás, en especial sus sentimientos, por absurdos que parezcan. Servicio: ser útil a los demás, apoyarlos y ayudarlos en la medida de lo posible. Motivar: reconocer los esfuerzos de los demás y quejarse menos, alegrarse con ellos por sus logros y animarlos a que continúen cuando estén indecisos o se sientan inseguros. Experiencia: sacarle provecho a lo que se ha aprendido a lo largo de la vida y estar abierto a compartirlo con los demás en el momento en que lo soliciten. Prudencia: al no ser impertinente ni inoportuno. Conciliarse con la vida. No entrometerse ni imponer una forma de educar a los nietos o de organizar el hogar. Buen humor: aprender a reírse de uno mismo y de la vida. Regalar una sonrisa a los demás lo más posible. Actitud: disposición para dar un buen trato a todos, ser amable y cordial.
Parte de la sabiduría de los mayores en plenitud es precisamente estar en el momento preciso, comentar oportunamente, callar cuando se debe y apoyar en los momentos que más se necesitan.
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8. El decálogo de los adultos mayores Como hemos comentado, el adulto mayor tiene también retos y compromisos ante la vida que le permiten mantener relaciones armoniosas con los demás. El siguiente decálogo se refiere a esos pequeños “grandes” detalles que hacen la diferencia y benefician a todos si éstos se respetan, por lo tanto, el cuidador y los familiares deben promoverlos con sus ancianitos: 1. Sé prudente, evita abrumar a los demás. Evitar molestar a los demás con la presencia, las charlas interminables, las quejas y las peticiones… Respetar el tiempo y el trabajo de los demás… Tener ocupado el propio tiempo… Buscar actividades que se puedan realizar, sean atractivas para uno y no interfieran con las de los demás… Cultivar una afición, como las manualidades, las colecciones, la lectura… Aprender cosas nuevas, pues aunque cuesta más trabajo siempre hay algo novedoso que nos sorprende… Cultivar las habilidades que se tienen para que no se pierdan… Mantenerse activo, entusiasta, interesado en el entorno… Si se puede ganar dinero extra con lo que uno sabe hacer, será de gran utilidad para solventar los propios gastos… 2. Tienes tu lugar, para qué reclamar gratitud. No exigir el pago por lo que se les dio cuando dependían de uno. No promover deudas a los hijos por compromisos que ellos no han adquirido. Hacer de la propia presencia algo grato y ser una auténtica compañía.
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Recordar siempre que los hijos y la pareja han sido fuente de grandes alegrías y de satisfacciones.
3. Paciencia. Es la virtud por excelencia de esta etapa, pues se cuenta con el tiempo y prácticamente no hay presiones ni prisas. Aprender a vivir al propio ritmo y de la manera que a uno le satisfaga, pero dejar también que los demás lo hagan a su modo. Tomar tiempo para descansar y disfrutar de los momentos de ocio con algo recreativo. Participar en diversas actividades, que sean adecuadas a las condiciones y características que uno tiene. Encontrar el equilibrio entre la actividad y el descanso. Preferir la compañía que el aislamiento si uno tiene la oportunidad de elegir. Convivir con los contemporáneos y compartir lo que más puedan, tanto lo positivo como lo negativo: escúchense, platiquen, jueguen, paseen, hagan cosas juntos interactuando. Mantener contacto con otras generaciones con prudencia y en los momentos en que sea oportuno, sin fastidiarlos ni interrumpirlos. Aprovechar la intuición y la experiencia que uno tiene para ser acogido por los demás. Encontrar el equilibrio entre la compañía de los contemporáneos y las generaciones más jóvenes, aprendiendo a disfrutar con ellos. 4. La prudencia es una gran virtud, por tanto no perturbarás la paz con impertinencias e imposiciones Tomar conciencia que las relaciones con los hijos y otros familiares se han modificado, por lo tanto hay que esforzarse por mantener la armonía. Si uno percibe que les molesta la debilidad física y mental que se tiene, les impacienta la torpeza y la
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falta de agilidad así como la necesidad de ser ayudado, no hay que tratar de convencerlos ni de reclamarles por no ser considerados ni respetuosos; hay que procurar molestarlos lo menos posible, no causarles conflictos y ser discretos. Así son y es difícil que cambien. Lo ideal es tener uno su propio espacio, pero si no es posible, hay que hacer grata la propia presencia, dar el mínimo de molestias ocupándose uno de sus propias actividades e intereses personales, manteniéndose ocupado y conviviendo con contemporáneos, sin interferir en las actividades de la familia ni estar ahí si no es requerido.
5. Recuerda respetar la independencia de los demás, por tanto, no impondrás tu ayuda si ésta no es bienvenida. Uno debe tratar de ser útil y darse cuenta de que puede ser muy valiosa la ayuda al cuidar de los nietos, enseñarles cosas nuevas, contarles cuentos y jugar con ellos. Hacer pequeñas reparaciones en la casa si uno realmente las puede llevar a cabo, pues de lo contrario se incrementarán los problemas. Apoyar con algunas labores domésticas, que sean sencillas y no pongan en peligro la propia seguridad ni la de los demás. No intervenir cuando haya un caos familiar; sólo participar si hay una petición. 6. Si deseas ser escuchado, evita repetir los mismos cuentos, historias, chistes y anécdotas. A uno le pueden parecer graciosos, entretenidos e interesantes, pero no es así para otras generaciones. La discreción y el silencio pueden ser muy apreciados, en especial cuando hay tensiones y cansancio. Sólo contar alguna experiencia si es solicitado por alguien; a veces los niños pequeños disfrutan de
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algunas historietas, en especial si se les cuenta con entusiasmo. Es conveniente atender su petición y aprovechar el momento para dejarle alguna enseñanza o mensaje valioso. 7. Ser un AM es un triunfo, hazte merecedor de ese honor, por tanto, No te comporte como si fueras un joven ni imites a las nuevas generaciones. Tratar de aparentar una eterna juventud es ridículo e impropio. Aprender a distinguir entre una actitud jovial y un comportamiento juvenil. Es correcto interesarse profundamente por lo que a uno le gusta y centrar las actividades en ello. También es importante estar atento del entorno y entusiasmarse con lo que es valioso y atractivo para uno, pero esto no significa hacerse castillos en el aire y demandar cosas que nadie ha propuesto. Es conveniente hacer planes para el futuro y distribuir el tiempo disponible en las ocupaciones que uno ha decido. Mantener la apariencia arreglada, moderna y atractiva, que corresponda a la edad que uno tiene, sin caer en una caricatura juvenil, falsa y ridícula. 8. Las nuevas generaciones no suelen concordar con los criterios de tu juventud, por tanto, es inútil criticar a los demás por diferir de tu forma de ser. Las críticas destructivas siempre separan y crean resentimientos. Con frecuencia los mayores hacen comentarios desagradables sobre la forma de arreglarse, hablar y actuar de los jóvenes al igual que de sus preferencias. Aceptar y darle un toque de humor a los cambios constantes y a la diversidad. 9. Si quieres ser respetado, no des lugar a que te compadezcan, ni despiertes la compasión de los demás.
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La compasión es humillante, por lo tanto, ni hay que autocompadecerse ni despertar la compasión de los demás. Es muy triste quedarse en el papel de víctima. Uno ha vivido lo suficiente como para estar orgulloso de sí mismo, de las virtudes que ha desarrollado, de los aciertos y habilidades que posee. Es mejor inspirar el respeto y la admiración de los demás a través del afecto que uno les brinda. Fortalecer las cualidades que uno tiene y hay que prestar especial atención a las emociones para poderlas regular. A veces es difícil aceptar la ayuda, pero cuando no hay otra opción, debe pedirse con cortesía en el momento en que se requiere. Lo ideal es mantener el control de la propia vida, la autosuficiencia y la independencia para no depender de nadie más, sin embargo, cuando hay grandes limitaciones no hay otra opción que aceptar la ayuda de otros.
10. Cada época tiene su encanto, la tuya también, pero para qué hablar siempre del pasado y enfatizar que en tus tiempos todo era mejor. Apegarse al pasado es una señal de que la mente está dejando de ser joven, pues no hay interés por el presente y menos por el futuro. Una mente joven está consciente del presente, vive intensamente, lleno de planes y tiene proyectos para el futuro. Esta época también es la de uno pues en ella vive y a ella pertenece, por lo tanto hay que informarse de los nuevos descubrimientos y avances en la comunicación , la ciencia, la tecnología, la medicina y otros campos. La juventud es cuestión de actitud, por ello uno ha de admirar y disfrutar lo que tiene en cada momento, valorar la compañía de los demás, apreciar la naturaleza y los regalos que da la vida.
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Es conveniente repasar las lecciones que se aprendieron a lo largo de la vida para aprovecharlas en el presente y no repetir viejos errores. Una buena preparación permite hablar de temas actuales, por lo tanto hay que informarse de lo que está sucediendo en el mundo, cuáles son las noticias más sobresalientes y lo que está aconteciendo en el país, en la comunidad donde se vive. Si un joven le pide a uno hablar de alguna anécdota o acontecimiento del pasado hay que contárselo con entusiasmo, colorido, en forma entretenida y divertida, con pasajes chuscos y sorprendentes.
“Tengamos presente que todos podemos hacer algo por nuestros mayores, que la unión hace la fuerza y da las respuestas”. Con cariño, Tere Silva
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Conclusiones Estudiar y comprender a los adultos mayores es un gran reto, en especial porque la sociedad del nuevo milenio tiende a desechar todo aquello que no considera útil o que no le aporta algún beneficio económico. Ha relegado, por ejemplo, a los mayores a un plano inferior desperdiciando la gran sabiduría que este grupo de personas encierra, considerándolos generalmente como una carga y una molestia que puede ser escondida en instituciones o casas de reposo. La demografía mexicana se encuentra en fase II, lo cual significa que la población infantil va disminuyendo en contraste con la adulta, la cual se va incrementando y, en un futuro próximo, llegará a ser la que predomine, por lo tanto es urgente comenzar a prepararse con profundidad para poder atender a los mayores con dignidad y calidad. La teoría del ciclo vital se ha considerado como una de las más sólidas para hacer estudios sobre los adultos mayores. A pesar de que el peso de sus investigaciones cae en estudios sobre la infancia y la adolescencia, poco se ha contemplado sobre la edad adulta, y menos sobre los mayores, ofrece un marco muy útil para profundizar los temas de interés sobre esta población. Cada etapa o periodo de la vida tiene características que le son propias, propicia cambios y demanda retos, tareas que cumplir, así como la participación activa de las personas con su entorno. La edad adulta en general —inicial, media y avanzada— tiene grandes cambios y es tan dinámica como cualquier otra etapa de la vida. Los adultos mayores, por tanto, tienen muchas cosas que hacer y aportar a los demás, en especial porque cuentan con toda la experiencia que han acumulado a lo largo de su vida. Es precisamente bajo esta premisa que el cuidador ha de encausar el interés del
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mayor para que siga siendo el protagonista de su vida y legue su sabiduría a sus familiares. Por lo general, el adulto es a la vez rígido y plástico, y aunque hay una notable constancia en su personalidad durante la vida, las experiencias de socialización siguen ejerciendo su influencia y originan en algunos de ellos cambios sistemáticos. La actitud de las personas ante la vida es determinante en el mantenimiento de su dignidad y calidad. Se considera que hay personas mayores muy entusiastas, que les gusta interactuar y armonizar con la vida, dinámicos y protagonistas, con metas y retos y, en contraste, están los que son negativos, aislados y pasivos, dejando que las cosas sucedan al quedarse como simples espectadores, sin interés ni ilusiones. Entre los mayores retos para el adulto mayor están: la inversión de papeles, pues ahora él necesita de los cuidados y atención de sus hijos, cambiando así su papel de cuidador por el de ser cuidado por otros; de ser una personas independiente y autosuficiente, por ser dependiente, de tomar las decisiones más relevantes para la familia ahora serán otros familiares los que las hagan, por citar algunos ejemplos. Los mayores irán requiriendo cuidados especiales conforme van perdiendo sus capacidades. Lo óptimo es procurar que tengan las mejores condiciones para mantener su salud y gusto por la vida. Ha de contar con vigilancia médica periódica, un buen programa de alimentación, aseo, actividades, convivencia y descanso. También es importante que se le respeten espacios para cuando él desee estar solo o hacer una actividad diferente a la propuesta. El cuidador del adulto mayor ha de contar con una vida propia en lugar de acomodarse en torno a su ser querido.
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Es importante compartir esta responsabilidad para tener tiempos de descanso adecuados y poder atender sus necesidades personales. El orientador familiar ha de cuidar mucho la estimulación y motivación de los miembros de la familia y ayudarlos a apreciar el gran valor que implica compartir su vida con una persona que ha acumulado sabiduría y experiencia por muchos años. Los adultos mayores pueden dejar un legado sumamente valioso a sus descendientes si se les permite que hagan las tareas propias de su etapa, pues la gran mayoría tienen muchas cosas que compartir. El adulto mayor tiene también deberes con la familia. Respetar el decálogo que se ha propuesto facilitará la convivencia con sus seres queridos. Es indispensable que se sigan haciendo investigaciones sobre los adultos en general y los mayores en especial. La sociedad moderna ha de rectificar su visión equivocada ante ellos y promover programas de colaboración con ellos de manera que los dignifique y les permita tener un ingreso si lo requieren, o darles un lugar de residencia digno y que los ayude a mantenerse en las mejores condiciones posibles.
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Apéndice # 1 Residencia segura Es conveniente revisar que el lugar de residencia sea seguro para todos, pero en especial para el adulto mayor. Uno de los grandes riesgos del adulto mayor son las caídas, pues generalmente tiene consecuencias nefastas para su salud. Se recomienda hacer un recorrido y supervisar que en la casa se tenga: a) Los enchufes e interruptores estén en buen estado. b) Hay un interruptor a la entrada de cada pieza y sea fácil su acceso. c) La escalera tenga barandales, antideslizante y un interruptor de luz en el primer y segundo piso. d) Los cables eléctricos, de teléfono y otros aparatos estén fijados a la pared. e) El piso permanezca seco y sin cera siempre. f) Las alfombras estén fijadas al suelo y las uniones en buenas condiciones. g) No tener tapetes sueltos que puedan ser motivo de riesgo para resbalones. h) La tina y la ducha han de tener pasamanos y antideslizantes en el piso. i) Los muebles deben permitir un fácil desplazamiento en toda la casa. j) Los utensilios de mayor uso han de estar en un lugar de fácil acceso y siempre acomodados de la misma manera para que no se pierdan. k) La distribución y arreglo de la casa debe permanecer siempre igual, de manera que la persona mayor no se desconcierte al encontrar las cosas colocadas de manera diferente a lo habitual. l) Debe respetarse el arreglo que el mayor haga de sus cosas personales, pues generalmente las acomoda de manera que se le facilite su uso.
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Apéndice # 2 Atención al adulto mayor en fase terminal La revista española Consumer.es publicó un interesante artículo sobre el cuidado del AM que es interesante retomar. Los puntos clave son: información veraz, compañía, alivio del dolor y cuidados al cuidador, en especial si su condición está afectada por una enfermedad terminal. El espectacular incremento de la esperanza de vida y su repercusión social, económica e incluso familiar constituyen algunos de los más importantes desafíos a los que se enfrentan las sociedades occidentales. En la actualidad, la esperanza media de vida en México, según el INEGI es de 78,3 a 79,7 años en promedio. En una población envejecida los procesos degenerativos, como la arteriosclerosis o el cáncer, se dan con más frecuencia. Además, con los avances de la medicina y la mejoría de las condiciones de vida, han dejado de ser procesos letales en un elevado porcentaje de casos y se han transformado en crónicos. Dicho de otro modo: se convive con los problemas de salud hasta el final de los días. Por este motivo, cada vez es más frecuente tener en el seno familiar a una persona con una enfermedad progresiva, avanzada, que ya no es curable y que precisa de unas ayudas y cuidados especiales con el objetivo de procurarle el mayor bienestar y calidad de vida posibles. El cuidado de un enfermo terminal no es una tarea fácil. La fase final de la existencia es una etapa muy vulnerable en la que, siendo más o menos consciente de su situación, quien la vive se siente aislado física y emocionalmente. El progresivo deterioro le produce cambios en su identidad social, en sus habilidades físicas, autonomía y referencias
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habituales, y todo ello le genera tristeza, desasosiego, desesperanza, pérdida de la autoestima y del sentido de la existencia. La atención a estos pacientes, pues, se convierte en una labor muy delicada.
Aspectos importantes a)
Información veraz sobre su enfermedad. En la mayoría de los casos es adecuada, conveniente y necesaria. Pero no todos reaccionan igual. De hecho, en muchas ocasiones el profesional de la salud tampoco tiene la total seguridad de que, cuando preguntan, realmente desean conocer la verdad. Hacerlo de forma gradual, sencilla y sobre todo con mucho tacto, será más soportable para los enfermos. Según encuestas realizadas sobre lo que se considera una "buena muerte", la mayoría lo asocia con ausencia de síntomas molestos, apacible, de forma súbita y durante el sueño. Pero estas circunstancias no se dan siempre. Es más habitual la que sobreviene después de un proceso más o menos largo, con dolores y molestias. Los especialistas en cuidados paliativos opinan que la muerte en paz se da cuando los enfermos conocen la verdad, la asumen, tienen un control sintomático adecuado, apoyo familiar y una persona de confianza a su lado. b) La compañía es fundamental. La atención, escucha y diálogo ayuda al control del dolor, de la ansiedad y la depresión. La empatía, que consiste en ponerse en el lugar del que sufre e identificarse con él, con sus emociones y
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sentimientos, es la base de un buen cuidado al paciente terminal. Cuando el enfermo tiene problemas para hablar hay que recurrir a una de las formas más básicas de comunicación, que no la más fácil: el contacto físico. El tacto es uno de los primeros sentidos que se desarrolla al nacer y uno de los últimos en perderse. Sujetar su mano, tocar su hombro, acariciar la cara, secarle la frente o colocarle bien en la cama calma el temor, la ansiedad y da seguridad. c) Higiene corporal y cuidado de la piel. Una buena higiene corporal, el cuidado de la apariencia externa, un buen aseo, no son sólo cuidados básicos sino que contribuyen a aumentar la autoestima y el equilibrio emocional. Y son especialmente importantes cuando el enfermo tiene dificultades para controlar sus esfínteres. Son muchos los cuidadores que inicialmente experimentan un rechazo ya sea por pudor, por sensación de repugnancia o asco, pero esta respuesta inicial hay que superarla para que el enfermo no la detecte y aumente su sufrimiento. Los cuidados físicos se deben realizar con delicadeza, cuidado y respeto. Si la movilidad está mínimamente mantenida es recomendable ayudarlos a ducharse, algo que, además, proporciona una sensación relajante. Después hay que secar meticulosamente la piel, evitando la fricción y aplicar una solución hidratante hasta su absorción pero evitando el masaje vigoroso en las zonas más susceptibles de erosiones debidas al roce y al apoyo. Estas zonas, sobre todo talones, región sacra, nalgas y cadera, codos e, incluso, zona occipital, son muy sensibles y la presión ejercida por el apoyo o la fricción, incluido los pliegues en la ropa de cama, pueden causar la aparición de úlceras. Hay que evitar la humedad en la piel mediante dispositivos de incontinencia o productos que crean una barrera protectora, ya que maceran la piel facilitando el desarrollo de úlceras. En todo este proceso se debe aprovechar para movilizar, sin forzar, las articulaciones. d) Alimentación adecuada. Una regla de oro para un paciente en este estado es «que coma poco y a menudo, lo que le guste y cuando le apetezca». No forzarles con la idea de
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e)
f)
que va a mejorar su estado. Por eso se ha de respetar las orientaciones del propio paciente sobre lo que le apetece o no. Por regla general es más adecuado distribuir la comida en varias tomas, cinco o seis al día, y en pequeñas porciones. Hay que reforzar el contenido proteico de la dieta y mantener una buena hidratación. La creación de un ambiente armonioso y agradable durante la comida es fundamental. Alivio del dolor. El control del dolor, su eliminación, es un derecho básico de todo enfermo, y en un paciente terminal es esencial para conseguir una muerte tranquila. Se cuenta con la analgesia escalonada, la «Escalera Analgésica de la Organización Mundial de la Salud», que el médico le irá aplicando progresivamente. El dolor es más temido que la propia muerte, según datos disponibles. Cuidar al cuidador. Cuidar a un paciente terminal es una actividad dura, estresante y frustrante, tanto física como psicológicamente. Es importante que aquellos que vayan a cuidar a este tipo de pacientes reciban una formación básica de la tarea que desarrollarán. El cuidador informal necesita, además de desarrollar una serie de valores y habilidades, mucho apoyo para sobrellevar la carga emocional que supone tener el cuidado de una persona con estas características y no claudicar. Estar en contacto desde el inicio del proceso con alguna de las asociaciones de cuidados paliativos puede ser de una gran ayuda.
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