ARCHICOFRADÍA DEL RESUCITADO

POR Irene Mondéjar Elvira

El proyecto, sueño y deseo de una Archicofradía que, pese a como hemos dicho siempre, modesta, nunca se ha cansado de trabajar y luchar por darle el lugar que merecía en la ciudad de Lorca.

Han sido muchos años, muchísimos, desde que este proyecto se puso en marcha, y durante el proceso, han sido numerosas las piedras en el camino. Poco a poco hemos ido apartándolas, luchando incluso contra algunas de ellas pero victoriosos al final. Ha sido un largo camino, sí, pero los archicofrades podemos decir bien orgullosos que el Señor Jesús Resucitado y la Nuestra Señora la Virgen de la Encarnación tienen casa.

Que la Archicofradía finalmente posee una sede oficial situada a escasos metros de su sede anterior.

Bien es cierto que la sede religiosa, San Patricio, es donde ambas imágenes permanecen en la actualidad. Sin embargo, los estandartes, tronos y demás enseres, aunque no sean nu- merosos con los que cuenta la Archicofradía, pasarán a ocupar un lugar más amplio, seguro y moderno. Unas instalaciones que en la actualidad sirven como sala de exposición de arte sacro, abierta desde el mismo día de la inauguración, el pasado 20 de enero, hasta finales del mes de mayo.

La finalidad de la recién inaugurada, Casa del Resucitado, no es otra que la de convertirse en un lugar de reunión para los Archicofrades y todos aquellos que quieran formar parte del sentimiento cofrade. Nuestra ambición no es, ni ha sido otra que la de seguir creando tradición y que, como hasta ahora, nuestras imágenes luzcan y brillen bajo el sol que nos acompaña cada mañana de Domingo de Resurrección, sonando de fondo el ya conocido Aleluya de Haendel desde la Plaza de España mientras llueven ‘aleluyas’, creando así una estampa única que pone el broche de oro final a nuestra Semana Santa.