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El rincón de los libros

en literatura Universidad de Murcia juanantonio.fernandez8@um.es

El cuarto poemario de Ascensión Pérez-Castejón Abad, Tengo algo que decir, es un tesoro lírico. Editado por la Asociación Amigos de la Cultura, se acabó de imprimir el 25 de octubre de 2022 en los talleres gráficos de Cayetano Méndez y pertenece a la colección Hojas de la Quimera. Cuidadosamente encuadernado, a modo de cuartillas atadas por un cordel, cuenta con una dedicatoria: «Para todos las personas que disfruten con la lectura de estos poemas» y un entrañable prólogo de Pedro Felipe Sánchez Granados. Se cierra el preámbulo con unas breves palabras de la autora, en clave epistolar y una cita del escritor norteamericano Ambrose Bierce. Su corpus poético lo integran treinta y una composiciones, divididas en cuatro secciones, en las que su voz poética declama un amplio abanico de temas que parte de su subjetividad acerca de sí misma y de la interpretación del mundo al que pertenece.

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SOLA PASIÓN

Bajé despacio por la senda dormida. Esperadme, murmuré temblorosa. La belleza de contemplar las sendas solitarias. arrastraban mi cuerpo por las húmedas piedras que lloraban solas con el último beso, cargado de deseo. Esperadme, no me dejes sola que mi amor, ya no me busca. Se fue, y ya no tengo respuesta.

LLANTO

Una cerilla brilla en la noche y el pelo se ilumina rojo como el fuego solo entonces comprendo la figura que descalza avanza sobre el hielo infinito .

Mis parpados se encojen sin mirar atrapados en la jaula de la inocencia. Creo que el aguacero próximo a caer me obligara a sentir tus brazos donde mi llanto será una paloma de miedo.

La cerilla se apago, y el pelo blanco como la nieve es ahora el rumor sublime de un réquiem.

Quiero apagar tanta lujuria hecha deseo, cuando el día habrá sus huellas pálidas de luna. Su destello apagará la pasión viva y ahogará las ansias de hacerte mío. No puedo. No sé si es amor o lluvia ácida, pero sí desventura de grito desbordado audacia vulnerable de pasión, escrita con versos de gozo prendido.

Pesadilla que amamanta la vida.

El Museo de Bordados del Paso Blanco ofreció una actividad muy especial durante el fin de semana anterior al Día de los Enamorados, para celebrar San Valentín. Se hizouna visita única en la que se pudieron conocer cinco historias de amor plasmadas en sedas y oro en los inigualables bordados de la cofradía.

Las historias del rey David y Betsabé, Salomón y la reina de Saba, los reyes Ester y Asuero, la reina Dido y Eneas y la historia de entrega de Judit y Holofernes, fueron las protagonistas de esta visita, en la que fueron narradas a través de la simbología presente en los bordados del Paso Blanco.

Se trató de una gran oportunidad para conocer de primera mano algunas de las historias bordadas más interesantes de nuestra Semana Santa, realizadas y narradas por miembros de la cofradía exclusivamente para estas visitas.

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