Últimas tendencias de arte. PEC 2 1 Tamara Giner Chanzá
LEGO, campos de concentración. Zbiniew Libera. La obra que procedemos a mostrar procede de Zbiniew Libera, artista polaco nacido en 1959 que se hizo especialmente famoso por la polémica suscitada por LEGO campo de concentración, obra diseñada en 1996 y que será precisamente lo que aquí trataremos de analizar. El museo judío de nueva York, en el contexto de la exposición Mirroring evil (2002) albergó el citado trabajo de Zbiniew Libera, quien presentó varias cajas de Lego a partir de las cuales imitaba lo que fueron los campos de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial, la cual cosa causó un enorme revuelo, especialmente, entre la comunidad judía, que vio esta obra como una trivialización del Holocausto. Esta obra incluía crematorios y cuarteles, así como escenas de prisioneros esqueléticos siendo golpeados por los guardias, o muestras de dichos prisioneros a través de las alambradas de los campos de exterminio o andando por el mismo. No obstante, delante de la instalación se colocó un cartel donde se anuncia su posible impacto y que Lego, como marca, no había tenido nada que ver con la obra.
Ante esto, la clave de esta obra de arte es lo chocante que resulta ver cómo se representa tal horrendo hecho con juguetes, que habitualmente están asociados a sensaciones que nada tienen que ver con el horror, la violencia o la guerra que, por su parte, suele ser cosa de adultos. Estamos acostumbrados a pensar en armas de fuego, por ejemplo, cuando nos hablan de violencia o de exterminio. Por esto, la mera idea de convertir en un juguete un campo de concentración evocó fuertes respuestas. Para muchos, esto significó, como ya se ha dicho, la trivialización del nazismo, puesto que creían que rebajar un hecho tan brutal a algo tan cotidiano y dulce como un juguete para niños era una falta de respeto, reducir su importancia. No obstante, lejos de estas intenciones y todavía más lejos de simpatizar con el nazismo, lo que pienso que se consiguió con esta obra fue, precisamente, mantener vivo el discurso sobre el Holocausto por lo que ahora expondré y porque, de hecho, se trató de una obra de arte con una edición limitada, no de un artículo de producción masiva que estuviera disponible en tiendas.