Koreana - Spring 2013 (Spanish)

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PRI MAVERA 2013

Cultura y arte de Corea

ESPECIAL sum er 2012 l. 26 o . 2N -º 1 PR I MmAVERA 2013vo To m o n22,

Seúl Seúl, orígenes y futuro; Seúl, mi segundo hogar; Gangnam: Una historia personal; Mi Seúl: Seis zonas calientes donde la historia de la ciudad cobra vida

ISSN 1225-4606

To mo 22, Nº- 1

Seúl, íntimo y personal Retazos de una urbe moderna y gastada


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1987), También se publica en alemán, árabe, chino, francés, indonesio, inglés, japonés y ruso. Página web de Koreana: http://www.koreana.or.kr

Cultura y arte de Corea Primavera 2013 Una publicación trimestral de la Fundación Corea 2558 Nambusunhwanno, Seocho-gu, Seúl 137-863, República de Corea www.kf.or.kr

La portada muestra un lienzo de "Bungee Jumping"de Nung-Saeng, tinta y pintura acrílica sobre tela, 90 x 72.7 cm (2010). El saltador se asoma a la ciudad de Seúl, capital de Corea desde 1394 y actualmente una de las mayores metrópolis del mundo.

Monte Nam de Seúl; en la cumbre se halla la Torre N de Seúl, una torre de comunicaciones con un mirador. El cinturón verde de más de un millón de metros cuadrados en la ladera del Monte Nam, es el mayor parque de la ciudad, y ofrece a los residentes un lugar para descansar y relajarse. © Suh Heun-gang

Relatos sobre Seúl Todos los que han contribuido en la serie especial de esta edición titulada “Seúl íntimo y personal”, son personas de diversos entornos con diferentes antecedentes. Cada uno cuenta su propia experiencia de vida en Seúl, que ha sido la capital de Corea durante más de seiscientos años. Se ofrece al lector una amplia visión de Seúl desde diversos espectros de tiempo, dándole un tinte especial, con recuerdos personales que se entretejen con la larga historia de la ciudad. Un tema tan familiar como es retratar la ciudad de Seúl, siempre ha sido un reto tanto para los editores como para los escritores de Koreana. Sin embargo, resultaba significativo considerar el desarrollo de la ciudad como espejo de la rápida modernización de Corea durante el siglo pasado, que por un lado dio lugar a pérdidas desafortunadas y, por

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otro, a su impresionante desarrollo. El alcance y profundidad de esta edición, no podrían satisfacer esa perspectiva con totalidad. Aún así, esperamos que los puntos de vista aquí ofrecidos, amplíen las posibilidades por parte de nuestros lectores de explorar preciados tesoros de Seúl, bien sean legados tradicionales o bien aspectos relevantes de la época contemporánea. Esta serie especial de la edición sobre Seúl habrá cumplido con su objetivo básico, si permite atestiguar los aspectos positivos y negativos, inherentes a la incesante transformación de la ciudad; desde la antigua capital a la moderna megalópolis, que actualmente se despliega, así como aquello que ha de tener en mente en su futura trayectoria. Javier Castañeda y Kim Un Kyung Editores


eSpecial Seúl Íntimo y Personal

04 10 16 24

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eSpecial 1

Seúl, orígenes y futuro

Choi Jong-hyun

eSpecial 2

Seúl, mi segundo hogar

Kim Hwa-young

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eSpecial 3

Gangnam: una historia personal

Baek Yeong-ok

eSpecial 4

Mi Seúl

Daniel Tudor

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CRITÍCA DE ARTE El celadón de Goryeo: Una delicada elegancia Soyoung Lee EN EL ESCENARIO GLOBAL

La “felicidad accidental” de Dominic Pangborn

Maya West

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42 46 50

ARTESANO

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Un arte que se preserva por cinco generaciones: Kim Deok-hwan, maestro de la técnica del pan de oro, patrimonio inmaterial número 19 Park Hyun-sook ENAMORADO De COREA

Corea bajo el prisma poético

Charles La Shure

EN EL CAMINO

El deleite de cultivar té

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Park Nam-joon

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Publicaciones Primera serie de novelas coreanas en coreano-inglés Jeon Seung-hee

‘Edición bilingüe: literatura moderna coreana’ Dueto exquisito de Gayageum y Buk Jeon Ji-young

‘Gayageum Sanjo de Kim Hae-sook de la escuela de Choi Ok-sam’

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opiniÓn desde la lejanÍa

Nunca imaginé un país tan moderno

César Williams

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60 62 66 K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

Entretenimiento

Audaz experimento de una emisora pública para fomentar la lectura

Lim Jong-uhp

DELICIAS DE BUENA COCINA

Cangrejo hembra lleno de huevos en primavera, cangrejo macho lleno de carne en otoño Ye Jong-suk Jornadas de literatura coreana

crítica : Inquietante penetración en la vida La casa del chico Park Wan-suh

Uh Soo-woong

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>> eSpecial 1 Seúl Íntimo y Personal

Seúl,

orígenes y futuro Para entender una ciudad, hemos de ver todos los cambios y transformaciones que ha sufrido a lo largo del tiempo. Por tanto, cuando hablamos de Seúl, hemos que retroceder y mirar más allá de 1394, cuando se convirtió en la capital de la dinastía Joseon, y recorrer los cinco siglos siguientes hasta alcanzar los últimos días de esa dinastía, para luego volver al presente. Choi Jong-hyun Director, Instituto de Investigación Urbana de Tongui | Suh Heun-gang Fotógrafo

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Cómo y cuándo llegó a existir Seúl? Pocos residentes de la gran ciudad, con una población de más de diez millones, conocen a ciencia cierta su punto de inicio en el tiempo y en el espacio. La zona norte del río Han (Gangbuk) acoge al Seúl histórico, que cuenta con un patrimonio de seis siglos, mientras que la zona sur del río Han (Gangnam), es hoy en día conocida en todo el mundo como el embrión del “Gangnam Style”; pero la identidad de Seúl en su conjunto aún ha de ser definida con claridad. Su pasado y presente siguen sin estar claros, y al igual que en todas las ciudades del mundo en la actualidad, el futuro de esta ciudad – que en plena transformación no deja de cambiar - también es incierto. Por eso, hemos de volver al punto de partida. Un vistazo al Seúl y sus alrededores de la época en la que se identifica por primera vez como ciudad, hará reflexionar a aquellos que visiten o vivan en la ciudad de Seúl del hoy y del mañana. Ahora, haremos un viaje a través del tiempo y del espacio para encontrarnos con los orígenes de Seúl.

Los orígenes de Seúl Generalmente, se considera que Seúl tiene unos 600 años de antigüedad. Este dato se remonta a la reubicación de la capital, desde Gaegyeong (Gaeseong o Kaesong en la actualidad, en Corea del Norte) a Hanyang, dos años después de que Yi Seong-gye fundara la dinastía Joseon en 1392. En ese momento, la ciudad de Hanyang fue rebautizada como Hanseong y, una vez más, en 1945, cambiaron de nuevo el nombre a Seúl, poco después de la liberación del dominio japonés. Desde el momento en que Yi Seong-gye convirtió la ciudad en su capital, Seúl nunca ha perdido ese rol durante todos los reinados y gobiernos de Corea. Esto hace que Seúl sea una de las capitales más antiguas del mundo. Sin embargo, hay una cosa que a menudo se ha pasado por alto a la hora de calcular la antigüedad de Seúl: Yi Seong-gye no construyó la ciudad de Hanseong de la nada. Entre los barrios del centro de la ciudad del Seúl actual, la zona norte del arroyo Cheonggye ya estaba repleta de casas a finales del período Goryeo; y la dinastía Goryeo destinó un área en la zona noroeste de la ciudad, para designarla como capital del sur, llamada Namgyeong. Junto a Pyongyang como capital del oeste o Seogyeong, y la capital central de Gaeseong, Hanyang fue una de las tres ciudades que permitieron un dominio eficiente de la nación. Cuando una ciudad se convertía en una base regional, allí siempre se construía un palacio temporal. El palacio servía como punto central de esa región, y era el lugar donde se alojaba el rey durante sus desplazamientos. El palacio temporal de la capital del sur, terminado en 1104, se ubicaba en la esquina noroeste de lo que hoy se conoce como palacio Gyeongbok. Fue construido sobre una pequeña colina que se halla en el interior de la puerta norte del palacio Gyeongbok. La obra “Historia de Goryeo” (Goryeo sa), compilada a principios del periodo Joseon, registra que el rey Sukjong visitó la capital sur en agosto de ese año y en Yeonheungjeon, el salón central recién construido del palacio temporal, todos los cortesanos le felicitaron por la finalización del palacio. Este momento, espacial y temporalmente hablando, es importante. La ubicación del salón Yeonheungjeon, donde el rey Sukjong celebraba las audiencias con sus funcionarios, es el origen del Seúl actual; y la vista que Sukjong tenía cuando miraba la ciudad hacia el sur, era la misma vista que tenemos hoy de la ciudad. Yi Seong-gye construyó Geunjeongjeon, la sala del trono del palacio Gyeongbok, tan solo 400 metros al sureste de donde estaba Yeonheungjeon, e incluyó todo el terreno del palacio provisional dentro del complejo de su nuevo palacio. El palacio Gyeongbok, el palacio principal de la dinastía Joseon, heredó, de hecho, el terreno del palacio temporal de la capital sur de Goryeo. Resulta lógico pensar que una base regional de Goryeo, fuera diferente a la capital de

Tramo occidental de las murallas de la ciudad de Seúl a lo largo del Monte Inwang; a los pies de la montaña yacen numerosos complejos de apartamentos. La Torre N de Seúl puede verse tras este bosque de edificios, en la esquina superior izquierda.

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mente. Simplemente, no los reconocemos. la dinastía Joseon en cuanto a tamaño. Al igual como se expanNo podemos recuperar con facilidad los viejos caminos que van dió el terreno del palacio, Hanseong también abarcó la capital del desde Gaegyeong hasta la capital sur, por otra razón importante: la sur y toda el área conocida como Hanyang-bu, o el condado de división del país ha separado Gaeseong de Seúl, lo que hace impoHanyang. Actualmente, la zona a la que los coreanos se refieren sible desplazarse a lo largo de esas rutas. Estos distanciamientos como el área “dentro de las cuatro puertas” data de esa época. Las son cicatrices que han quedado en nuestra tierra y en nuestras ciumurallas de la ciudad de Seúl, que actualmente están siendo resdades, debido a la violencia de la política internacional. La pequetauradas con la esperanza de obtener su inscripción en la Lista del ña cantidad de tráfico que fue posible después del traslado de las Patrimonio Mundial de la UNESCO, también fueron construidas en fábricas surcoreanas hacia el Complejo Industrial de Gaeseong en aquella época. los últimos años, es solo un agujero en una gran muralla. Por lo tanto, la formación original de Seúl se remonta a 300 Gracias a registros antiguos e investigaciones de los territorios años atrás por una razón clara: fue entonces cuando se establecieque aún siguen abiertos para nosotros, podemos hacer conjeturon los límites geográficos de Seúl entre sus dos montañas tutelaras sobre las vías por las que la gente viajaba hace 900 años, desde res, la montaña Bugak al norte, y la montaña Nam al sur. El terriGaegyeon hasta la capital del sur. Había dos caminos principales. torio Hanseong de la época de la dinastía Joseon, que tenía estas Si un funcionario de la dinastía Goryeo tenía que atender asuntos dos montañas la una frente a la otra en el norte y el sur; y la monen la capital del sur, pasaría por la estataña Nak y la montaña Inwang en el este y ción de Cheonggyo (en el pasado, “estaen el oeste, respectivamente, es casi idénción” se referería a un lugar donde los tico al territorio combinado de Namgyeong funcionarios podían cambiarse o hacer y el condado de Hangyang, de la época de Gaegyeong Jangdan descansar a sus caballos) concretamenla dinastía Goryeo. Esta situación se mante al este de Gaegyeong; luego cruzaría el tuvo sin cambios durante los cinco siglos Estación de Cheonggyo Estación de Tongpa río Imjin en la estación de Tongpa (actual de la dinastía Joseon. La ciudad solamente Dongpa) en Jangdan y, finalmente, iría a se expandió más allá de sus murallas oriPaju Yangju Paju. Hasta este tramo, los dos caminos ginales, hacia el este y el oeste durante el Estación de Paso de Hye-eum Byeokji eran iguales. periodo colonial japonés, y no fue hasta la Si este funcionario tenía prisa, iría década de 1970 cuando la ciudad cruzó el Goyang Estación de Nogyang hacia el sur desde Paju y cruzaría el paso río Han hacia el sur. Estación de Nowon de montaña Hye-eum, luego pasaría por Estación de Estación de Namgyeong Yeongseo la estación de Byeokji (actual Byeokje) Los caminos hacia Seúl Gaegyeong Namgyeong en Goyang y la estación de Yeongseo en Pensemos por un momento. Si la capiNamgyeong Nokbeon-dong, Seúl. Desde el cruce del tal del sur de la dinastía Goryeo se fundó Paso de Namtae Gwacheon centro comercial Yujin en Hongje-dong, en el condado de Hanyang, tomado como se habría dirigido hacia el este, siguiendo base regional, seguramente se construel canal fluvial hacia Segeomjeong; donde yeron nuevos caminos que conectaran la recobraría el aliento en la colina junto a la puerta Jaha (actual zona capital central de Goryeo, Gaegyeong, con la capital del sur. O tal de Cheongun-dong), antes de entrar en la capital del sur. Este vez se extendieron pequeños caminos que ya existían. Y bien fuera camino, un atajo, exigía al viajero cruzar una serie de escarpados la construcción de nuevos caminos entre las dos capitales; o bien pasos de montaña, pero se podía recorrer con un caballo al galope la expansión de los caminos que ya existían, ¿acaso no serían éstos en un día. los antecesores de los caminos que hoy unen Seúl con las regiones Sin embargo, normalmente se elegía un camino más llano. Este que la rodean? camino duraba entre tres y cuatro días a pie. Desde Paju, el viajero Durante cientos de años los caminos antiguos se crearon de se habría dirigido hacia el este, pasando por la estación de Nogyang forma natural, ya que la gente iba y venía y, simplemente, no desen Yangju y la estación de Nowon en la actual Seúl, antes de llegar aparecieron de forma repentina. Sobrevivieron de generación en a la estación de Namgyeong en las afueras de la puerta del este; a generación. A veces, nuevos caminos que abren una vía recta, se lo largo de un recorrido relativamente plano que cruzaba algunas construyen al lado de viejos caminos que son tortuosos, a causa de colinas. En la estación de Namgyeon, habría pasado la noche desla topografía del terreno. Esto sucede más a menudo a medida que pués de bañarse, para asegurarse de que su vestidura formal estaavanza la tecnología de la ingeniería civil. ¿Significa esto que los ba presentable, y darle un último vistazo a sus papeles. A la mañaviejos caminos desaparecen? Tiendas pequeñas, sucias y mugrienna siguiente temprano, habría seguido a lo largo del arroyo Chontas, se sitúan en los viejos caminos porque no pueden situarse en ggye, directamente hasta el palacio temporal de la capital del sur. las autopistas; y por eso, los viejos caminos no desaparecen fácil-

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Cu l tu ra y a rte d e Co re a


Monte Bukhan, visto desde Paju, al norte de Seúl, en la provincia de Gyeonggi. © Hwang Heun-man

K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

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No podemos recuperar con facilidad los viejos caminos que van desde Gaegyeong hasta la capital sur, por otra razón importante: la división del país ha separado Gaeseong de Seúl, lo que hace imposible desplazarse a lo largo de esas rutas. Estos distanciamientos son cicatrices que han quedado en nuestra tierra y en nuestras ciudades, debido a la violencia de la política internacional.

Naturalmente, durante el período de la dinastía Goryeo, el actual Jongno (calle de la campana) no existía. De estos dos caminos, el primero llegaba a Seúl directamente desde el norte, mientras que el segundo llegaba desde el este. Entonces, ¿qué camino elegían aquellos que viajaban a Seúl desde las regiones del sur? No sabemos exactamente cuándo se creó el camino, pero desde mediados del periodo Joseon existía un recorrido que cruzaba el paso de montaña Namtae en Gwacheon, antes de cruzar el río Han en Sapyeongwon (actual Hangangjin). Cabe señalar que aquellos que viajaban a Seúl durante los periodos Goryeo y Joseon podían ver la ciudad con sus propios ojos desde el paso de montaña Hye-eum en el norte, el paso de montaña Namtae en el sur y la estación de Namgyeong en el este. El paso de montaña Hye-eum, marca la frontera entre la actual Goyang y

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Paju; el paso de montaña Namtae, es la frontera entre Gwacheon y Sadang-dong en Seúl; y la estación de Namgyeong, estaba en la colina donde hoy se encuentra la escuela secundaria de Daegwang, en Sinseol-dong (Seúl). Incluso hoy en día, se puede ver la montaña Bukhan desde las cumbres del paso de montaña Hye-eum o el paso de montaña Namtae. En este lugar es donde los viajeros suspiraban de alivio y se decían a ellos mismos: ¡Ah, por fin Seúl! La estación de Namgyeong, la cual estaba orientada hacia la puerta del este, era la frontera visual y psicológica de la región de la capital.

Desde la expansión hasta la coexistencia Así visto, el dominio espacio-temporal de Seúl se ha extendido. La expansión comenzó con lo que la mayoría de los coreanos considera como el comienzo de Seúl, es decir, la designación de Cu l tu ra y a rte d e Co re a


Palacio real de Gyeongbokgung, situado en Sejongno, en el centro de Seúl; detrás de Geunjeongjeon, la sala del trono, se puede ver el Monte Bugak, y al oeste, a la izquierda, está el Monte Inwang.

Hanseong como nueva capital por parte del fundador de la dinastía Joseon en 1394. En términos temporales, descubrimos los orígenes de Seúl hace unos 300 años, y en términos espaciales, hemos vuelto a descubrir las fronteras visuales y psicológicas de Seúl, trazando los viejos caminos que fueron olvidados con la división del país. Esto no quiere decir que todo lo pasado sea necesariamente mejor. Forzando esta cuestión, el origen de Seúl podría remontarse al año 18 a.C., cuando la capital del reino de Baekje estaba situada en la fortaleza de Wirye. Sin embargo, esta fortaleza se encontraba al sur del río Han, que forma parte de la actual ciudad metropolitana de Seúl, pero no tiene relación con el condado de Namgyeong o Hanyang de Goryeo, ni con Hanseong de Joseon. Baekje trasladó su capital a Ungjin (actual Gongju) en el año 475, K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

cuando sufrió presiones por parte de Goryeo en el norte, y durante unos 1.500 años la zona de la fortaleza quedó en ruinas y/o campos labrados solo parcialmente, hasta que la integraron en Seúl en 1963. De modo que el origen de Seúl no puede encontrarse aquí. Lo mismo ocurre en términos de espacio. No se trata de decir que el territorio de Seúl debería extenderse hacia el norte hasta el paso de montaña Hye-eum, en Goyang. Más bien, creo que las zonas al norte de Seúl, como Goyang, Paju y Yangju, deben encontrar una manera de coexistir “horizontalmente” con Seúl. Esto será posible cuando los dos caminos desde Gaegyeong hasta la capital del sur, que han sobrevivido durante 900 años, se restablezcan completamente. Esta es una de las implicaciones del pasado de Seúl para su futuro. (Traducido por Raimon Blancafort)

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>> eSpecial 2 Seúl Íntimo y Personal

Seúl, mi segundo hogar Al igual que podemos encontrar el recuerdo del movimiento de la corteza terrestre en los estratos geológicos acumulados, así mismo sucede con la historia del cambio experimentado por una ciudad inscrita en los recuerdos de aquellos que han llamado hogar a esa misma ciudad. Por ello, cuando entendemos la ciudad como un espacio donde vive gente, puede ser de ayuda descifrar las experiencias arqueológicas y los recuerdos individuales que están enterrados dentro del moderno exterior de esa ciudad. Kim Hwa-young Crítico literario y miembro de la Academia Nacional de las Artes de Corea

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Ko re a n Cu l tu re & A rts


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n febrero de 1955, desde una aldea de montaña en el sureste de Corea, donde acababa de graduarme de la escuela primaria, me puse a caminar los 18 kilómetros de la sucia carretera que va a la ciudad de Yeongju. Desde allí, por primera vez en mi vida, cogí un tren para viajar 250 kilómetros hasta Seúl. Solamente había pasado como un año y medio desde que un acuerdo de armisticio puso fin a la guerra de Corea que había durado más de tres años. Yo era un muchacho de trece años. En ese tren, me encontré con un hombre que vendía guindillas rojas, y me preguntó a dónde se dirigiría un niño yendo solo en un tren. Con orgullo le dije que me dirigía a Seúl para hacer el examen de ingreso en la Escuela Secundaria de Kyunggi, y que mi padre, que era el vicepresidente de la compañía “Dongwang Paper, Inc” situada enfrente del Cine Jungang, venía a recogerme a la estación de Cheongnyangni. Repetí las palabras exactas que me había dicho mi abuela.

Estudiante en Seúl a los trece años Cuando llegué a la estación de tren después de un viaje de muchas horas, solamente después de que el sol cayera, por alguna razón mi padre no estaba allí para recogerme. El vendedor de guindilla roja se apiadó de mí y me dijo que le siguiera, y que al día siguiente, después de una noche de buen sueño, me llevaría a la compañía de mi padre. Sin miedo, le seguí. Por primera vez en mi vida fui en un tranvía. Fue maravilloso. El Seúl aún de posguerra que vi por la ventana estaba en ruinas. El lugar donde me llevó el vendedor de guindilla roja fue un barracón para vendedores de caramelo, en un barrio de chabolas a los pies de la colina Yeongcheon, más allá del centro de la ciudad, en las afueras al noroeste de Seúl. El patio estaba lleno de carros de vendedores de caramelo, y en aquella gran barraca muchos vendedores estaban acostados sobre el suelo, durmiendo sin mantas y con solamente almohadas de madera bajo la cabeza, o estirando caramelo con los palos de madera que sobresalían de las paredes, compartiendo historias de las rondas que habían hecho aquel día. Fue todo muy raro. Afortunadamente, los ingredientes del caramelo hervían constantemente en una olla en el horno, por lo que las chimeneas bajo el desnudo suelo de barro mantenían la habitación caliente. Y gracias al vendedor de guindilla roja, pude quedarme aquella noche gratuitamente. Al día siguiente, el vendedor de guindilla roja no tuvo problemas para encontrar el famoso Cine Jungang. Al otro lado de la calle, en la planta baja había una cafetería llamada Dal Nara, que significa “país de la Luna”, y en la planta superior había un letrero que ponía “Donggwang Paper, Inc.” Pero dentro había solo un escritorio de metal con dos sillas. Sobre el escritorio había un cenicero sucio que había sido cortado de una lata vacía. Estaba sorprendido y decepcionado. Mi padre dio las gracias al vendedor de guindilla roja. Más tarde me di cuenta de que la fábrica de papel de mi padre había sido completamente destruida por las bombas durante la guerra, lo único que quedaba era el nombre, y mi padre estaba arruinado. Durante 50 años, aquel pequeño edificio de dos pisos estuvo situado tenazmente enfrente del Cine Jungang, incluso cuando Seúl sufrió sus cambios más importantes. Al final, el pasado verano se levantó un ultramoderno edificio de cristal muy alto, y los últimos rastros de mi primer viaje a Seúl fueron borrados. Cambio de referencias Mi padre me llevó a la Escuela Secundaria de Kyunggi, la “mejor de Corea”, para entregar mi solicitud. Pero la escuela, que acababa de regresar a Seúl después de ser evacuada a Busan, no era nada más que unas cuantas chabolas construidas precipitadamente en un terreno vacío al lado de la Escuela Primaria de Deokoo en Jeong-dong. Hoy, el lugar está ocupado por las oficinas de la editorial Chosun Ilbo, el periódico más ampliamente leído en Corea, y la Galería de Arte Chosun Ilbo. El edificio de la Escuela Secundaria de Kyunggi lo usaba el ejército estadounidense, por lo que la escuela estuvo temporalmente ubicada en la aldea de tiendas establecida en un terreno vacío en Sejongno, conocido como

El puente de Supyo se construyó sobre el arroyo Cheonggye en 1420, y fue trasladado a la entrada del parque de Jangchungdan en 1959, al crear una carretera que cruzaba el mismo arroyo.

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La brújula de mi corazón todavía sigue apuntando a la antigua ciudad de Seúl al norte del río, la ciudad de Seúl que fue la primera en recibirme a mi llegada, el Seúl donde estudié y encontré a mis amigos en la secundaria, el bachillerato y la universidad, y el Seúl donde di clases como profesor universitario durante 30 años.

“el lugar donde se quemó la oficina de correos”. Más tarde, se construyó en ese sitio el moderno ayuntamiento, pero este se quemó en 1972 y ahora se sitúa allí el Centro Sejong de Artes Escénicas. Seis meses después, la Escuela Secundaria se mudó a un nuevo edificio que había sido construido en el terreno vacío detrás del edificio antiguo en Hwa-dong. Dos años después, cuando me gradué en el bachillerato, pude estudiar en el histórico y antiguo edificio del instituto cuando lo desocupó el ejército estadounidense. Entre la escuela y la residecia presidencial de Gyeongmudae (ahora Cheong Wa Dae) y el palacio Gyeongbok se contruyó el gran “Capital Army Hospital”. En este lugar donde estaba el hospital, y donde en octubre de 1979 el presidente Park Chung-Hee dio su último aliento después de ser tiroteado, se está construyendo el Museo Nacional de Arte Contemporáneo. La Escuela de Bachillerato de Kyunggi, el primer instituto público en Corea, se mudó al sur del río Han en 1970, y el edificio donde estudié es ahora la Biblioteca Pública de Jeongdok. Un amigo de mi padre que escuchó que había entrado en la escuela secundaria, fue a los grandes almacenes Hwasin en la esquina de Jongno 1-ga y me compró el primer par de zapatos de cuero que he tenido. También compramos el uniforme de la escuela, una cartera escolar y una gorra en el quinto piso de los mismos grandes almacenes. Cuando terminaron las clases, mis amigos y yo volvimos allí para divertirnos, para subir y bajar en ascensor o mirar los magníficos escaparates. Estos grandes almacenes, fundados por Park Heung-sik, el hombre más rico de Corea en aquel tiempo, eran uno de los pocos puntos de referencia de Seúl que todo el mundo conocía, junto con el edificio Capitol en los terrenos del palacio Gyeongbok, el ayuntamiento, la estación de Seúl, el hotel Bando y los grandes almacenes Midopa y Donghwa (ahora Shinsegae). Era una época en la que todo el mundo se orientaba en Seúl en relación con el edificio Capitol (la

1 Cu l tu ra y a rte d e Co re a


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1. Grandes almacenes Hwasin, ubicados en Jongno 1-ga, símbolo del Seúl moderno. 2. Un granjero ara su campo cerca del recién construido complejo de apartamentos Hyundai. (Foto de Jeon Min-jo)

K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

sede del gobierno general japonés durante el período colonial, el cual se derribó en 1995 para restaurar el antiguo palacio real, revelando una maravillosa vista del monte Bukhan) y los grandes almacenes Hwasin. Cuando entré en la universidad en la primavera de 1961, mi padre me compró un maletín de cuero de estos grandes almacenes. Ahora, en este sitio hay un nuevo edificio propiedad de Samsung, dirigido por el hombre más rico de Corea hoy en día. Se llama “Jongno Tower”, y todavía no he puesto mis pies dentro del edificio. Cuando fui a la escuela secundaria, me quedé con la familia de mi madre, en una casa de estilo japonés en Chungmuro 4-ga, al sur del antiguo centro de la ciudad. Muchos japoneses vivieron en Chungmuro durante el período colonial y, por eso, allí se podían encontrar muchos edificios de estilo japonés. Debía caminar hasta Euljiro 4-ga para coger el tranvía hasta la parada frente a los grandes almacenes Hwasin y, desde allí, tenía que caminar bastante para llegar a la escuela. Mi paga mensual era solo suficiente para las tarifas del tranvía, y con frecuencia decidía ir caminando a la escuela y a cambio utilizar el dinero para comprar batatas asadas o bollos asados con una dulce pasta de judías rojas en los puestos de los callejones. En las callejuelas podían encontrarse de día los vendedores de tofu con sus sonoras campanas y los vendedores de caramelo con sus ruidosas tijeras de metal, y era donde los vendedores de pasteles de arroz glutinoso y gelatina de alforfón vagaban por la noche, tratando de vender sus productos. El arroyo Cheonggye corría de oeste a este a lo largo del centro de Seúl, pero todo tipo de aguas residuales afluían en el arroyo y el hedor afloraba de las alcantarillas. Las chabolas de los pobres se alineaban en las orillas del arroyo. Cruzaba el arroyo Cheonggye sobre puentes de piedra como el puente Gwang y el puente Supyo para llegar a la escuela. En abril de 1960, mi ultimo año de bachillerato, hubo una protesta masiva de estudiantes en contra de la dictadura de Syngman Rhee (Yi Seung-man) y de las elecciones fraudulentas que se habían producido, y muchos de los manifestantes fueron asesinados por las balas de los policías. Mi mejor amigo,

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a quien despedí esa tarde en el callejón detrás de la escuela, fue tiroteado y asesinado también. En abril del año siguiente, un año después del comienzo de la Segunda República, entré en la Universidad Nacional de Seúl. Situada en Dongsung-dong, a unas cuantas manzanas al este de mi escuela de bachillerato, la universidad había heredado los históricos edificios usados por la Universidad Imperial de Keijo (Gyeongseong), fundada por los japoneses durante el periodo colonial. Un estrecho arroyo corría por delante de la puerta principal de la escuela, y en su patio se plantó el primer castaño de Indias de Corea, cariñosamente llamado “the marronnier” por los coreanos, traido de Provenza y plantado por un profesor japonés de literatura francesa durante el período colonial. El presidente Park Chung-hee tomó el poder mediante un golpe militar en mayo de 1961, y al año siguiente implementó el primero de sus planes quinquenales de desarrollo económico. Completé mis estudios de grado y posgrado en Dongsung-dong. En el otoño de 1967, mientras estaba en la escuela de posgrado, conseguí mi primer trabajo como empleado en el banco Hanil. El edificio de dos pisos en Euljiro donde manejé documentos relacionados con importaciones y exportaciones, así como su vecino el hotel Bando, donde el teniente general Hodge del gobierno militar de EE.UU. tenía sus oficinas, estuvo donde hoy se sitúan los grandes almacenes Lotte y el Hotel Lotte. Cuando terminé el posgrado en 1969, me fui de Seúl para estudiar en Francia.

Estudiantes de secundaria en uniforme cuidan el césped del Palacio Deoksu, como parte de su trabajo voluntario para la comunidad.

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Transformación en una enorme metrópolis Cuando regresé a Corea en el verano de 1974 con un doctorado, Seúl estaba cambiando a un ritmo rápido. Poco después de llegar a casa, el 15 de agosto, vi a Yuk Young-soo, esposa del presidente Park Chung-hee, morir a tiros durante una ceremonia televisada a nivel nacional conmemorando el Día de la Liberación. (Su hija, Park Geun-hye, que estaba estudiando en Francia en ese momento y a la que se le pidió que volviera a Corea, más tarde entró en política y fue elegida presidenta de Corea en diciembre de 2012). Debido a este trágico suceso, el presidente no pudo asistir a la ceremonia de inauguración de la línea 1 de metro, pero ese día estará para siempre grabado en mi memoria. Con la apertura del metro, Seúl comenzó a transformarse en una enorme metrópolis de 13 millones de personas que se extendió hacia el sur a lo largo del río Han. En el otoño de 1975, la Universidad Nacional de Seúl se mudó de Dongsung-dong a un espacioso nuevo campus, a los pies de la montaña Gwanak en el suroeste de Seúl. Las aulas y laboratorios llenos de recuerdos de mi juventud fueron reemplazados por un teatro, el campo de atletismo se convirtió en una zona de entretenimiento y el edificio de administración se convirtió en la Fundación de Cultura y Artes de Corea (ahora Consejo de Artes de Corea), pero incluso este organismo tiene programado su traslado a provincias. El patio de la antigua escuela solamente sobrevive de nombre como el actual Parque Marronier, manteniendo vivos los recuerdos del pasado. El 21 de agosto de 1976, el primer y segundo distritos de zonificación urbana, que incluyen áreas al sur del río Han tales como los actuales barrios de Banpo, Apgujeong, Cheongdam y Dogok, fueron asignados para complejos de apartamentos de gran escala que abarcaban 7.790.000 metros cuadrados, y así comenzó la construcción de una inmensa nueva ciudad. Esta área era una zona de colinas y campos a los que había ido a pasear como estudiante universitario. Muchos de mis amigos se convirtieron en empleados de empresas comerciales y estuvieron ocupados con su trabajo, y aquellos a los que les iba bien, se jactaban de vivir en los nuevos apartamentos de Banpo que empezaban a surgir en Gangnam. Estos fueron los primeros grandes complejos de apartamentos que se construyeron al sur del río Han. En el otoño de ese año regresé a Corea y empecé a enseñar literatura francesa como profesor en Cu l tu ra y a rte d e Co re a


la Universidad de Corea. Esta histórica universidad privada estaba entonces y sigue estando hoy ubicada en Anam-dong, en el noreste de Seúl. En 1976, el paso superior de Cheonggye de 5,6 kilómetros, que iba de Majangdong cerca de la Universidad de Corea al túnel nº 1 de Namsan, fue construido sobre el camino que cubría el arroyo con sus chabolas y alcantarillas, conectando las partes este y oeste de la ciudad. Después del trabajo, a veces conducía sobre ese paso superior y me encontraba con mis amigos para beber en el centro de la ciudad, un viaje que solo duraba diez minutos. Pero este feo camino, aunque era funcional, hizo del centro de la ciudad un barrio pobre que estropeaba el rostro de la urbe, y fue derribado en el 2006. En su lugar, se restauró el bonito arroyo Cheonggye y, hoy en día, allí fluyen aguas claras. Me encanta pasear tranquilamente por los senderos a orillas de este arroyo.

Norte y sur del río Han A principios de los años 80, me compré un apartamento en uno de los nuevos complejos construidos en las vacías llanuras de Gangnam. Elegí ese apartamento porque podía viajar directamente hacia el norte por el puente Seongsu pasando el río Han, y continuar al norte desde allí hasta la Universidad de Corea. Sin embargo, un día, 15 años después de finalizar su construcción, el puente Seongsu se desplomó bajo el peso del tráfico en una metrópolis en rápida expansión, matando a mucha gente. Se terminó de construir un nuevo y más sólido puente Seongsu en julio de 1997. Justo después de la guerra de Corea, los barrios de chabolas no autorizados habían invadido la orilla norte del río Han y las áreas a los pies del monte Nam, en el centro de Seúl. A finales de los 80, estos barrios pobres fueron despejados y en su lugar comenzaron a construirse edificios altos de apartamentos. En 1986 me mudé al barrio de Oksu-dong, que toma su nombre de las claras aguas de manantial que dicen fluye de las laderas densamente cubiertas de bosques del monte Nam, y he vivido aquí desde entonces. Han pasado 57 años desde aquel día en 1955, cuando llegué por primera vez a la estación Cheongnyangni en Seúl a la edad de trece años, y seis años desde que me retiré como profesor universitario. La población ha pasado de 1,57 millones en aquel entonces a más de 10 millones hoy en día. La escuela primaria a la que asistí en aquella aldea de montaña, se encuentra vacía debido al despoblamiento de los pueblos rurales, el edificio al que asistí en la secundaria y el bachillerato ahora es una biblioteca pública, y el lugar donde una vez estuvo mi universidad es actualmente un distrito de entretenimiento alrededor del Parque Marronier. Todos ellos se trasladaron al sur del río Han a la nueva ciudad que surgió allí. La nueva capital administrativa, la ciudad de Sejong, se ha construido lejos al sur de Seúl. Tal vez fue el trauma de no poder refugiarse en el sur durante la guerra de Corea debido a la destrucción del único puente sobre el río Han en aquel tiempo, forzando a muchas personas a vivir en la clandestinidad, lo que hizo que todos volvieran sus corazones al sur del río. La brújula de mi corazón, sin embargo, todavía apunta a la antigua ciudad de Seúl, al norte del río, el Seúl que por primera vez me recibió a mi llegada, el Seúl donde estudié y encontré a mis amigos en secundaria, bachillerato y universidad, y el Seúl donde di clases como profesor universitario durante unos 30 años. Incluso hoy en día doy paseos lentos en las orillas del río Han y observo a lo largo los caros complejos de apartamentos en Apgujeong-dong, situados en el otro lado. Pero pronto vuelvo la mirada hacia el río y me pierdo en sus fluyentes aguas cristalinas. La vida fluye y cambia como un río. Sé que Seúl es una ciudad que se ha construido a partir de los sedimentos regados por la corriente sin fin de nuestras vidas. (Traducido

El paso a nivel de Cheonggye, que conectaba este y oeste en el centro de la ciudad, fue derribado en 2006, cuando se restauró el arroyo Cheonggye.

por Raimon Blancafort) K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

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>> eSpecial 3 Seúl Íntimo y Personal

Gangnam:

una historia personal

¿Dónde está Gangnam? Una cosa está clara: el Gangnam real no se puede encontrar en el “Gangnam Style” de Psy. Entonces, ¿dónde está el verdadero Gangnam? Y, ¿de qué trata exactamente? Baek Yeong-ok Novelista | Ahn Hong-beom, Suh Heun-gang Fotógrafos

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El río Han divide norte y sur de Seúl, con el ahora famoso distrito de Gangnam al sur del río. Ko re a n Cu l tu re & A rts


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n otoño de 2012 yo estaba en Brooklyn, en Nueva York. Coincidió con la época en la que “Gangnam Style” de Psy se había disparado hasta el número 2 en la lista Billboard. En mis tránsitos de ida y vuelta de Brooklyn a Manhattan, pude observar que la popularidad de Psy no era una simple anécdota, sino todo un fenómeno que pude experimentar de primera mano. He aquí una idea de lo que quiero expresar: cuando fui al supermercado C-Town en mi barrio, la canción sonaba en la radio. Mientras regresaba a casa con las bolsas de la compra, la escuché a todo volumen en un descapotable que conducía un joven estadounidense. E incluso en octubre, cuando abrí la ventana para tender la ropa, pude escuchar el estribillo de “Gangnam Style” desde los altavoces de un coche que pasaba. Mi experiencia más digna de recordar fue en la tienda M&M en Times Square, que estaba más llena que de costumbre por ser justo antes de Halloween. En este caótico comercio sonaba un tema de Michael Jackson, que se detuvo para dar paso a la canción de Psy. Entonces fui testigo de la más increíble situación. Tan pron-

to empezó a sonar, algunas personas comenzaron a moverse con la música. Al menos media docena estaban imitando el “baile del caballo” de Psy. Blancos, negros y asiáticos, sin distinción. La gente bailaba en la escalera que conduce al primer piso, frente a la Estatua de la Libertad de chocolate y al lado de un muñeco de Spiderman. De un vistazo pude comprobar que disfrutaban inmensamente, agitando su mano derecha y moviendo la cadera.

Definiendo Gangnam Ese día observé durante 10 minutos la imagen de Psy bailando en el cartel publicitario de LG U+ en Times Square. Yo estaba allí con unos jóvenes españoles que esperaban para conseguir autógrafos de Ricky Martin tras su actuación en Evita . Tanto Carlos como Pedro, y otros que vieron conmigo el cartel, conocían a Psy. En ese momento, una amiga que estaba cerca me preguntó: Entonces, ¿qué es “Gangnam Style”? Si uno va a Gangnam, ¿puede ver un montón de tíos divertidos como esos? Miré a Alma, que era de Estambul, y comencé a explicarle qué es Gangnam. Ahora que

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lo pienso, Gangnam fue donde pasé la infancia. Pero también me he dado cuenta de que el Gangnam de hoy y el Gangnam de aquel entonces, son muy diferentes. La versión coreana de Wikipedia define Gangnam de la siguiente manera: “Gangnam es una zona al sur del río Han en Seúl, en Corea del Sur. Una encuesta de 2007 mostró que esta región es una de las 10 zonas más caras del mundo, en cuanto a precios de alquiler. Gangnam también tiene muchos prominentes institutos de secundaria y de bachillerato, con elevadas tasas de ingreso a la universidad y centros educativos privados, por lo que los padres prefieren esta área para la educación de sus hijos. La palabra ‘Gangnam’ significa “al sur del río (Han)”, pero en la mayoría de los casos se utiliza para referirse sólo a los distritos de Gangnam-gu y Songpa-gu en el este, y Seocho-gu en las zonas centrales de Gangnam. Antes de pasar a denominarse “Gangnam”, esta zona era conocida comúnmente como ‘Yeongdong’, que significa ‘al este de Yeongdeungpo’. Así, en un sentido estricto alude a los distritos administrativos de Gangnam-gu, Seocho-gu y Songpa-gu, aunque a veces se incluye Gangdong-gu. El término también se utiliza para referirse a la estación de Gangnam en la línea 2 del metro, y a la intersección de Gangnam, o el distrito financiero que se ha formado en el área de la estación de Gangnam, uno de los distritos comerciales más agitados de Seúl”. Pero para mí, “Gangnam” tan solo era algo que estaba a unas pocas paradas del metro de Seúl. Yo nací en el barrio de la estación Express Bus Terminal de la línea 3, mi instituto de secundaria se

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La estación de Gangnam, en la línea 2 del metro de Seúl, se considera la estación más concurrida del suburbano de la capital.

encuentra cerca de la estación de Seolleung en la línea 2; y cuando estudiaba en la universidad, salía con mi novio por las estaciones de Gangnam y Apgujeong. Para mí, Gangnam era el área en torno a esas estaciones. Más concretamente, mi Gangnam estaba frente a la ahora ya desaparecida pastelería New York, de la estación de Gangnam, y frente al McDonalds de Apgujeong-dong.

Edificios de pisos y el puente de Jamsu Mi primer recuerdo visual de Gangnam es el complejo de pisos de cinco plantas donde vivía. (Más tarde, cuando se convertió en un complejo de apartamentos de unas 30 plantas, sentía como si hubiera perdido mi lugar de origen). Este es el barrio natal que permanece en la memoria de los llamados “niños del asfalto” nacidos en Seúl en los años 70 y 80. Los edificios de pisos de cinco o 12 plantas, los innumerables cerezos y árboles de ginkgo a lo largo de las calles entre los pisos y el parque del Río Han, y los espacios recreativos entre los árboles, que crecían más cada año que pasaba. También anuncios pegados a postes de teléfono, y el humo de tubos de escape que emanaban las motos de los repartidores de comida china, cuyos zumbidos delataban su paso por el barrio. La gente tiende a concebir el cemento como un frío símbolo de la industrialización. A nuestra generación, a los que crecimos en los pisos de Gangnam, la llaman una “generación reseca”, sin Cu l tu ra y a rte d e Co re a


recuerdos de haber jugado en la tierra. Pero, de hecho, el cemento proviene de la piedra, con lo que su origen remoto se encuentra en la arena. Por lo tanto, tenemos nuestros propios y valiosos recuerdos del cemento que cubría nuestros pisos. Si miro atrás hacia mi década de 1980, recuerdo que siempre subía corriendo las cinco plantas de mis escaleras, o tomaba el ascensor para subir 12 plantas con mis amigos. Recuerdo claramente haber observado espaldas de pintores que colgaban de cuerdas increíblemente largas para cambiar el color de los nombres de los apartamentos, “Hansin” o “Jugong”, en las diversas restauraciones que tenían lugar una vez cada tres o cuatro años. En particular tengo recuerdos entrañables de pasear por los senderos de la orilla del río Han, cuyo mantenimiento ha sido bien hecho desde la administración del presidente Chun Doo-hwan. Hay varios puentes sobre el río Han que conectan el norte y el sur de la ciudad, pero mi favorito era Jamsu, el nivel inferior del puente de Banpo, que conecta Banpo-dong en Seocho-gu, con Seobinggodong en Yongsan-gu. Yo creía firmemente que no había otro puente como este en el mundo. Imagínese, ¡este extraño puente que quedaba sumergido sin excepción cada vez que llovía mucho! (El nombre del puente significa literalmente “puente sumergible”). Cuando tenía 20 años y estudiaba creación literaria en la universidad, incluso compuse un relato corto sobre el puente. El puente de Jamsu era muy poético: desaparecía los días en que los cielos derramaban lluvia y, cuando el aguacero paraba, aparecía de nuevo, bajo y pesado, como si todo hubiera sido un sueño. Cuando más me gustaba el puente de Jamsu Bridge era después de que detuvieran el tráfico, justo antes de que desapareciera bajo el agua. En esos momentos, me sentía como si estuviera en la

En 1980, antes de que la palabra “franquicia” llegara a Corea, mi barrio de Banpo albergaba una amplia variedad de panaderías, librerías, tiendas de ropa y restaurantes. En aquel entonces ni siquiera podíamos imaginar una misma tienda duplicada en otro barrio, por lo que el jajangmyeon -fideos con salsa de judías negras, del restaurante chino Daraeseong- y el pollo al ajillo, eran especialidades de Banpo que no se encontraban en otros lugares. Yo era muy joven, así que no sabía que el restaurante Banpo Chicken servía cerveza por la noche; ni que era el sitio donde figuras de literatura como el crítico Kim Hyeon y el poeta Hwang Ji-u, se sumergían en sus poesías y novelas hasta el amanecer. Recuerdo que algunas tardes iba con mi padre a ese lugar, donde nos sentábamos y hablábamos. Para él, el “departamento de creación literaria” mencionado por su hija de 16 años -decidida a convertirse en novelista- era tan poco familiar, que en su lugar me sugirió matricularme en literatura coreana o en literatura inglesa. A medida que pasaba el tiempo, me gustaba pensar que estaba sentada en el hotel Algonquin de Nueva York, donde en la década de 1920, los escritores estadounidenses de la posguerra se reunían para hablar de literatura, y en cuyo vestíbulo vivía una gata llamada Matilda. Esto puede atribuirse a mis borrosos recuerdos de las muchas tiendas que tenían gatos para atrapar a los ratones. Cuando era niña, me parecía muy extraño que todos estos gatos se llamaran "Nabi" (mariposa). ¿Cómo llegó “mariposa” a ser un nombre de gato? ¿Y por qué todos los perritos se llamaban “Merry”?

Las diferentes caras de Gangnam Curiosamente, cuando yo era estudiante de secundaria, estaba de moda el término “pueblerino de Banpo”. Esto fue durante la época de Apgujeong-dong como describe el poeta Yu Ha en su poema “En los En la década de 1990, Apgujeong estaba repleto de jóvenes a la moda. días ventosos tenemos que ir a Apgujeong-dong”. En la memoria de Yu Ha, Eran los que marcaban tendencias, al igual que los hipsters de Nueva Apgujeong era el “lugar de la infancia lleno de florecientes perales”, pero en York. Combinaban flamantes zapatillas altas de color blanco Nike o su poesía, se convirtió en un semillero de deseo. Reebok con vaqueros estilo hip-hop, y transitaban las calles Cuando Yu Ha estrenó una pelícutarareando las canciones populares más recientes de Deux o Seo Taiji la con el mismo título en 1993, yo era una estudiante universitaria. Un vistaand Boys, que retumbaban en sus auriculares Sony. zo a la trama da una idea del ambiente de Apgujeong-dong, en la década de los frontera entre lo real y lo irreal. Ahora, con el proyecto de renova90: Un alma joven que sueña con convertirse en el próximo Woody ción del río Han, en el agua se observan estructuras gigantes como Allen entra en Apgujeong-dong, un lugar desenfrenado con coches la Isla Flotante de Seúl, pero en aquel entonces, el río fluía libreimportados, ropa de diseño y amor efímero. Con una cámara de 8 mente con restos de madera y plantas acuáticas que arrastraba la milímetros, como único medio para ganarse la vida, observa a Hyecorriente. Era un paisaje esculpido por los caprichos de la naturajin en un descapotable rojo y se enamora de ella de inmediato. Él leza, según las estaciones del año y los niveles del agua. Si entonespera que Hye-jin sea la protagonista de su película, pero la meta ces hubiera tenido una cámara digital, habría tomado cientos de de esta mujer es integrarse en la alta sociedad. Era una época en la fotografías. que los apartamento Hyundai eran símbolo de riqueza; y también K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

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en la que apareció por primera vez el término “Apgujeong Orange”, en referencia a una nueva clase social de jóvenes consumistas, formada en torno a un núcleo de alumnos que habían estudiado en los Estados Unidos. Suena un poco ridículo, pero poco después apareció el término "Banpo kkingkkang" (kumquat), que es esencialmente el “Apgujeong Orange” de los pobres. En la década de 1990, Apgujeong estaba repleto de jóvenes a la última moda. Eran los que marcaban tendencias, al igual que los hipsters de Nueva York. Combinaban zapatillas altas de color blanco Nike o Reebok con vaqueros estilo hip-hop, y transitaban las calles tarareando las canciones populares más recientes de Deux o Seo Taiji and Boys, que retumbaban en sus auriculares Sony. Detestaban las baladas lacrimógenas y gritaban “cool” para mostrar asombro. Eran espíritus libres conocidos como la "Generación X". Desde mediados de los 90 y en la década del 2000, el centro de Gangnam se desplazó hacia Cheongdam-dong. En este barrio, originalmente residencial de clase alta, la apertura del Café de Flore inició una reacción en cadena que se tradujo en la apertura de tiendas y restaurantes, por gente que había estudiado moda o cocina en lugares como Nueva York y París. Aparecieron unas cuantas galerías de arte y, abrieron restaurantes tanto de fusión, como Xian, hasta restaurantes típicos franceses, como Palais de Gaumont. El hecho de que en Cheongdam-dong no hubiera parada de metro, reflejaba la naturaleza elitista de este barrio. Era un espacio aislado del resto de la ciudad al que sólo se podía acceder en coche. Quienes caminaban por la zona en pleno día, podían ver por sus calles a simples empleados de parking, vestidos de forma más elegante que cualquier persona normal. Cuando empecé a trabajar en el Bazar de Harper, a mediados del 2000, el centro de Gangnam comenzó a desplazarse de nuevo; esta vez hacia Garosu-gil, en Sinsa-dong. Comenzó a hablarse cada vez más de las exclusivas tiendas a lo largo de esta tranquila “calle de la arboleda”. Los diseñadores abrieron tiendas allí. Al estar cerca la estación de metro de Sinsa, era más accesible que Cheongdam-dong. Hoy en día las tiendas originales y sus dueños se han desplazado a callejones secundarios, debido a los exorbitantes precios de

los alquileres en Garosu-gil. (De las tiendas que en 2007 operaban en Garosu-gil, a finales de 2012 quedaban menos del 10%). Sólo más tarde, me enteré de que los dueños de estas tiendas, se referían con auto-desaprobación a los callejones laterales de Garosugil con la palabra “Serosu-gil” (en coreano “garo” significa horizontal, mientras “sero” significa vertical). Grandes cadenas comerciales como Zara y Forever 21, ocuparon su lugar. Esto deja un sabor amargo, pero parece ser la tendencia en todo el mundo. Los principales distritos comerciales de Nueva York y París, también están siendo invadidos por estas cadenas multinacionales de "moda rápida". Algunos artistas que lamentan estos cambios, publican su propia revista en un esfuerzo por preservar el viejo Garosu-gil, y algunos de los bares todavía ofrecen actuaciones de música indie. El encanto de Sinsa-dong también habita en sus calles laterales, que se extienden como un sistema circulatorio. Aquí todavía prosperan cafeterías originales, restaurantes, tiendas de ropa, y otros pequeños comercios.

El Gangnam para ver Es difícil definir el concepto “Gangnam style”. Se podría aludir a la gran cantidad de academias privadas en Daechi-dong, como símbolo de las aspiraciones de las madres helicóptero , que se esfuerzan para que sus hijos se gradúen en una universidad de élite; también podríamos hablar del distrito comercial de Garosugil en Sinsa-dong, punto de encuentro de las últimas tendencias; o referirnos a los desmedidos precios de pisos en urbanizaciones de Samseong-dong, como Tower Palace o Hyundai IPark. Lo que está claro, sin embargo, es que el “Gangnam Style” de Psy no es el estilo de Gangnam. El estilo de Gangnam del que habla, no lo es en el sentido tradicional. Su canción solo presenta a un tipo mafioso ocupado en pasar las noches con chicas sexys y danzar su ridículo baile del caballo. Él puede decir que ése es el estilo de Gangnam, pero no menciona ninguno de los elementos significativos del barrio. La subversión total del significado hace de la canción una obra sin precedentes. Cuando Psy realiza su baile del caballo y se exhibe en Gangnam -a través de sarcásticas imágenes- la gente siente una extraña sensación de placer, ya sea consciente o inconscientemente. Aunque pasé la infancia en Gangnam, ya no vivo allí. El excesivo coste de la vivienda, y los caminos de la vida -que se tuercen irremediablemente- me llevaron a mudarme. Gangnam puede contener una selección de las mejores cosas, pero rara vez tengo motivos para conocer a alguien allí. El Gangnam de los 90, cuan1. Zona de Garosu-gil en Sinsa-dong, bella en otoño con las hojas doradas de los árboles de ginkgo, es un punto caliente de Gangnam, repleto de cafés modernos, galerías de arte y tiendas de ropa. 2. Durante años, la pastelería New York fue el punto de reunión frente a la estación de Gangnam. Incapaz, sin embargo, de superar el aumento del precio de los alquileres, esta pastelería cerró, y el año pasado la marca coreana de moda rápida “8 Segundos” abrió aquí sus puertas.

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Cu l tu ra y a rte d e Co re a


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do esperaba a mis amigos frente a la pastelería New York, sigue siendo solo un recuerdo. A principios de la década de 1990, cuando estaba en la escuela secundaria, el único centro privado de educación en el área de Daechi-dong era el Hanguk Hagwon. Ahora, el área que rodea la estación de Seolleung, con su incontable número de academias privadas, se me antoja ajena. Es cierto que Gangnam se ha desarrollado en torno a lo más actual o de vanguardia. Pero si usted quiere ver el verdadero Seúl, debe viajar al norte del río Han. Es como en Nueva York, donde las tiendas y galerías más selectas están en Manhattan; pero Brooklyn, donde los artistas se buscan la vida, se está convirtiendo en centro de interés por méritos propios. No obstante, cuando me visitan amigos de otros países, los llevo a Garosu-gil. Un pasaje de “Aun así, me gusta Seúl”, del arquitecto Oh Yeong-uk, define bien mis sentimientos: “Cuando vienen amigos de fuera, quiero mostrarles el día a día de esta ciudad... Quiero regalarles los recuerdos de Seúl tal y como es, de cosas viejas marcadas con las huellas de la vida cotidiana, algo que el palacio de Changdeok o la villa Hanok no pueden darles. De todos los visitantes extranjeros con los que he recorrido Seúl, fue un amigo de España quien hizo el comentario más impresionante: Lo más interesante de Corea son los protectores acolchados de espuma de color azul pegados a las puertas de los coches. No entiendo cómo la gente puede conducir coches tan bonitos con cosas tan feas pegadas en sus puertas. Cuando viaje por el mundo, K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

a la gente que conozca les hablará de los protectores azules pegados a las puertas de los automóviles de Corea. Efectivamente, ese era el tipo de cosas que quería mostrarle. Protectores azules de los coches, máscaras estilo Darth Vader que usan las mujeres cuando van de excursión, programas de radio que se pueden escuchar en los autobuses (preferiblemente los que incluyen concursos de canto en los que participan los oyentes), taxis que se niegan a recoger pasajeros a última hora de la noche, establecimientos de ocio para adultos tras los rótulos de peluquería, cruces de iglesias con luces rojas de neón, o esas chicas con el alma cansada, que bailan en la calle al ritmo de música a todo volumen para atraer clientes frente a una tienda recién inaugurada”. Esas son las cosas que quiero mostrar a mis amigos en Gangnam. Agencias inmobiliarias agrupadas -una tras otra- en el área reservada a comercios de cada complejo de apartamentos; calles de Daechi-dong que cuando cae el sol se tiñen de color amarillo de autobuses de academias privadas; hordas de personas que en pleno día cruzan en masa el paso de peatones en la intersección de la estación de Gangnam, como si fueran parte de una coreografía; salir con amigos a algún callejón de Sinsa-dong después de beber, y ver el asfalto cubierto de papeles publicitarios; tiendas de llamativo diseño y maniquíes solitarios que se encuentran al caminar de noche en Cheongdam-dong... Si desea conocer el auténtico Gangnam, éstas son las cosas que debe ver. (Traducido por Atahualpa Amerise Fernández)

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Gupabal

Villa de Seokpajeong Montaña Bugak

Aeropuerto Internacional de Incheon

Villa Bukchon de Hanok

Seochon Montaña Inwang

Ciudad Digital de Comunicación

Dongnimmun ( Arco de la Independencia)

Gwanghwamun Correos Centro Cultural Sejong de las Artes Escénicas

Campana de Bosingak

Sungnyemun (Puerta del Sur)

Universidad de Hongik

Catedral de Myeongdong Estación de Seúl

Asamblea Nacional

Río Han Aeropuerto Internacional de Gimpo

Parque de Boramae

Universidad Nacional de Seúl

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Montaña Bukhan

Campo de Entrenamiento de Taereung

Jeongneung Estación de Cheongnyangni

Montaña Nak

Escuela Confuciana de Seonggyungwan Insa-dong

Dongdaemun (Puerta del Este)

Villa Namsan de Hanok

Hotel Sheraton Walker Hill

Montaña Nam

Gran Parque Infantil

Torre de Seúl

Calle Garosu-gil

Terminal de Autobuses

Estación de Gangnam

COEX

Bosque Urbano de Yangjae

Centro de las Artes de Seúl

23 Illustrado por Jeong Ji-ho


>> eSpecial 4 Seúl Íntimo y Personal

Mi Seúl Seúl no tiene un icono, como por ejemplo una Torre Eiffel o un Central Park. Y es una ciudad más práctica y funcional que hermosa. Pero desde mi primera visita en 2002, me he sentido atraído por ella. Daniel Tudor Corresponsal en Seúl, The Economist | Ahn Hong-beom, Suh Heun-gang Fotógrafos

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iez millones de personas han hecho de Seúl el lugar donde buscar fortuna, trabajar duro en las oficinas, crear arte, estudiar o salir de fiesta como locos. Aquí se puede hallar cualquier actividad humana y, por ese motivo, sólo alguien muy pusilánime podría no encontrar algo que amar de Seúl. Como Seúl tiene -y es- todo, es un lugar difícil de definir. Una vez un arquitecto me dijo que Seúl es en realidad dos ciudades, Gangbuk (el norte del río) y Gangnam (el sur del río). Este último es hoy, gracias al héroe conquistador Psy, conocido por todo el mundo como el centro neurálgico de los nuevos ricos de Corea. Desde el punto de vista arquitectónico también es muy diferente del norte, con sus amplias avenidas y sus rascacielos cosmopolitas. En mi opinión, sin embargo, Seúl no se divide en dos ciudades sino en diez, por lo menos. Es una metrópolis de pueblos, cada uno con su propósito y sus reglas. Me gustaría presentarles algunos de mis favoritos.

Las calles frente a la Universidad de Hongik, bullen con los alumnos de la Universidad de Bellas Artes de Hongik y de otras universidades cercanas

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Hongdae Al noroeste de Seúl hay un distrito cuyo nombre se ha convertido en sinónimo de fiesta. En mis primeros tiempos en la ciudad, venía aquí con mucha frecuencia y lo pasaba genial. Pero el verdadero corazón de Hongdae no tiene nada que ver con discotecas y chupitos “dos por uno”. Esta área vive apoyada en la cultura, resultado de contar con una amplia población de estudiantes de arte de la cercana Universidad de Hongik (así como las casi vecinas universidades de Yonsei, Sogang y Ewha). Incluso quienes no han logrado entrar en la facultad de arte, se congregarán aquí para asistir a academias privadas de día y formar parte en la vida nocturna de Hongdae al caer el sol. Compran su ropa en tiendas de segunda mano, contemplan el mundo al sabor de un “café latte” en cafeterías independientes, y asisten a los conciertos de las bandas indie de sus amigos en los bares locales de música en directo. Estos grupos son improvisados y espontáneos. Pero de eso se trata, ya que la música de Hongdae es la antítesis del cuidadosamente diseñado K-pop que representa a Corea en el exterior. Y cuando una de estas bandas toca bien, lo hace casi a la perfección. Muchos de mis grupos favoritos tuvieron sus inicios en la escena indie de este lugar, especialmente Third Line Butterfly, que toca desde 1999 y hace poco presentó su cuarto álbum, “Dreamtalk”. Su líder, el guitarrista, poeta y académico Sung Ki-wan, puede ser visto a menudo en algún bar funky de Hongdae. Para mí, sin embargo, Hongdae es ahora un lugar de trabajo. Quizás porque tengo la pretenciosa aspiración de ser una especie de escritor intelectual -en vez del asalariado que realmente soy- no puedo pensar en un barrio mejor donde sentarme en una cafetería, atusarme la barbilla y mirar al Cu l tu ra y a rte d e Co re a


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vacío en busca de la frase correcta. Y no estoy solo en esto. La imagen del hipster sentado frente a un MacBook mientras trabaja en su guión, es divertida y común. En todo caso, esto no va a durar para siempre. Hongdae se está convirtiendo rápidamente en un área comercial y, por ello, los alquileres son cada vez más inaccesibles para los estudiantes -la misma gente que hizo de Hongdae lo que hoy es-. El año pasado, los vecinos se sorprendieron cuando la emblemática pastelería Richemont desapareció, para ser reemplazada por una cafetería de la cadena Angel-in-Us, propiedad del conglomerado empresarial Lotte. El gremio artístico está empezando a migrar ahora a lugares como Mullae-dong, un área industrial en decadencia, unas pocas paradas más al sur en la línea 2 del metro de Seúl. Los colectivos del mundo del arte están ocupando edificios abandonados y dando inicio a un proceso que, pienso, algún día cristalizará en un “nuevo Hongdae”. De hecho, Hongdae era un barrio similar hace dos décadas, cuando los altos alquileres de la próxima zona de Sinchon, empujaron a jóvenes talentos con limitados recursos económicos a aventurarse aquí.

Hyehwa-dong Esta es otra zona de estudiantes, pero más elegante que Hongdae. Hyehwa-dong es el hogar del teatro independiente en Seúl, donde jóvenes entusiastas corren alegremente vendiendo los tickets de su última producción. El arte callejero es también abundante y, sorprendentemente, músicos callejeros profesionales se te acercarán a menudo para ser gratificados con unos pocos wones. Lo mejor de Hyehwa-dong es que también es el punto de partida para una magnífica caminata. Ya los jardines de la Universidad de Sungkyunkwan son impresionantes de por sí -en particular por Myeongnyundang, el antiguo edificio de la escuela confuciana- pero una vez que llegas a la puerta de atrás, puedes decir realmente que estás en la montaña. A continuación hay que continuar por el sendero hacia el monte Bugak, uno de los principales picos

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de Seúl. Es una ruta que antaño estaba vedada, ya que desde la cumbre, se puede observar directamente Cheong Wa Dae, la casa presidencial. En 1969, comandos norcoreanos llegaron a la montaña en su camino a la residencia del jefe de Estado, donde planeaban asesinar al presidente Park Chung-hee. Fracasaron, pero los agujeros de bala producidos en su batalla con las tropas de Corea del Sur, aún pueden observarse en un árbol. La vista desde la cumbre es tan impresionante como uno puede imaginar, pero el descenso es aún mejor. Al llegar a la parte inferior, se llega a Buam-dong, un delicado y hermoso barrio donde podemos decir que el urbanismo no ha echado raíces. Es un gran ambiente en el que disfrutar de un poco de makgeolli (vino de arroz sin refinar) tras un viaje agotador.

Dongmyo Dongmyo es una capilla confuciana del siglo XVII construida para apaciguar al hermano mayor, China. Pero lo interesante no es Dongmyo en sí. En las calles y callejones de los alrededores, hay ancianos que venden todo tipo de artículos extravagantes en puestos destartalados. Si siempre has querido regatear por una moto-quad de segunda mano, un saxofón oxidado, el retrato de uno de los viejos dictadores militares de Corea, o una antigua máquina de escribir, Dongmyo es tu lugar. Como la media de edad de los compradores y comerciantes de Dongmyo parece estar por encima de los 60, uno puede hacerse una idea de lo que era Corea antes del “milagro del río Han”. Es un lugar poco refinado, en el que la gente grita y se empuja entre sí al pasar, pero también muy amable y alegre. Improvisados restaurantes en la acera venden doenjang jjigae (guiso de pasta de soja) y platos de fideos, a precios que parecerían ridículamente baratos a cualquier persona de Gangnam. Tras Dongmyo, el visitante puede caminar un poco hasta Dongdaemun (Puerta del este), un lugar conocido por sus mercados nocturnos y la moda rápida. Más, sin embargo, hay otra cara de Dongdaemun. Al ser el hogar de comunidades de inmigrantes de Rusia, Asia central y el subcontinente indio, K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

1. Una escena del musical “Late Night Restaurant” (“Restaurante nocturno”) en el Centro de Arte DongSoong; los amantes del teatro pueden disfrutar de actuaciones de jóvenes y entusiastas intérpretes en las salas concentradas en Hyehwa-dong, y en las cercanías de Dongsung-dong. 2. Una tienda de antigüedades en Dongmyo; las calles y callejones alrededor de la capilla confuciana del siglo XVII, albergan numerosas tiendas de curiosidades que ofrecen toda clase de artículos extravagantes.

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Seúl es una metrópolis de pueblos, cada uno con su propósito y sus reglas. Ninguno de estos “pueblos” tiene mucho en común con los otros, aparte de la proximidad geográfica y de estar conectados por el Metro de Seúl. Pero me gusta así.

Dongdaemun es en Seúl la opción natural para probar muchas variedades de la cocina internacional a precios muy razonables.

Yeouido Es el distrito financiero de Seúl, lo que lo convierte en un lugar más bien serio, lleno de estresados ejecutivos en traje, y elevadas estructuras de acero y cristal. A veces voy allí para asistir a reuniones o para recordar mis días difíciles, trabajando para una empresa de inversiones de la zona. Pero hay otro Yeouido, ya que ser una isla en el río Han, lo convierte en uno de los mejores lugares de la ciudad para disfrutar de un romántico paseo nocturno por la ribera. Los amantes del patinaje pueden visitar el parque de Yeouido, un espacio largo y estrecho que parece dividir la isla en dos. Originalmente era un campo de aviación construido por los colonialistas japoneses, y más tarde utilizado por el Ejército de EEUU. Al otro lado del parque se encuentra la imponente cúpula de la Asamblea Nacional, hogar de los parlamentarios de Corea desde 1975. La parte de la Asamblea Nacional es también, como cabría esperar, un buen lugar para ver todo tipo de manifestaciones. La sede del gobernante Partido Saenuri está justo bajando la calle, y el tráfico queda habitualmente bloqueado por quienes tratan de combatir alguna supuesta injusticia. Cuando tengo que escribir algo sobre política, me siento junto a la ventana en una cafetería cercana, para captar un poco de contexto mientras trabajo. Chungmuro y Myeong-dong En mis primeros tiempos en Seúl, me alojé en el segundo piso de un pequeño apartamento en el barrio de Chungmuro. A Chungmuro se le llama a veces “el Hollywood de Corea”, porque hay varios estudios de cine. Francamente, en absoluto es tan glamuroso, pero alberga el parque que conduce a Namsan, la montaña que se eleva en el centro de Seúl. En invierno de 2004 pasé un mes estudiando para un examen y, para despejar mi mente, me gustaba subir a Namsan cada mañana y disfrutar de las vistas aéreas de toda la ciudad. A poca distancia de Chungmuro se encuentra Myeong-dong, el famoso distrito de compras que los turistas japoneses y chinos consideran hoy un lugar de visita obligatorio. Cada vez que necesito una dosis de diez personas por metro cuadrado, y la locura de cientos de neones, me uno a la melé de Myeong-dong con la esperanza de salir indemne por algún lugar cercano al Hotel Lotte en Mugyodong. Mugyo-dong es en sí mismo interesante, sobre todo por su zona de comida callejera y los pojangmacha (bares exteriores cubiertos por carpas) que durante los meses de verano están entre mis lugares favoritos. Las autoridades de Seúl han bloqueado una calzada completa y la han designado como “zona de cultura gastronómica”; pero no dejes que eso te desanime: todavía es un lugar auténtico. Estación de Gangnam Aunque yo no soy muy “Gangnam Style”, sería difícil no pensar en el área que rodea a la Estación de Gangnam como parte de “mi Seúl”. Yo solía trabajar en Samseong-dong, cerca del centro comercial COEX, y cada vez que quería desahogarme junto a mis compañeros de trabajo, íbamos a Gangnam para comer samgyeopsal (panceta de cerdo a la parrilla) y beber soju. A esto puede seguirle un viaje a

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un noraebang (karaoke) “de lujo”, donde incluso ofrecen helado gratis para relajar las tensas cuerdas vocales. Pero actualmente hay otro motivo para bajarse del metro en la estación de Gangnam. “Bam-gwa eumak-sai” (literalmente “Entre la noche y la música”) es un club que ofrece música pop coreana de la vieja escuela, de los años 1980 y 1990. Corea, al parecer, está empezando a saborear la nostalgia con lugares como éste, tras años mirando solo hacia el futuro. Los coreanos de treinta y tantos que acuden aquí, evocan recuerdos de su infancia en cada canción que pincha el DJ, creando un ambiente amigable y divertido. Al ser inglés y haber pasado mi juventud en Manchester, no puedo sentir un éxtasis emocional con el éxito de Nami "Bingeul bingeul" de 1984, pero me encanta estar allí con aquéllos que lo viven. Mirando hacia atrás en este breve repaso, me doy cuenta de que ninguno de estos “pueblos” tiene mucho en común con los demás, aparte de la proximidad geográfica y de estar conectados por el Metro de Seúl. Pero me gusta así. No puedo definir Seúl como una sola cosa en particular, pero por eso sigo enamorado de la ciudad. Seúl tiene la capacidad de ser todas las cosas para toda la gente. Y para tí, ¿qué es Seúl? (Traducido por Atahualpa Amerise Fernández) K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

Ciclistas toman un descanso en el parque de la orilla del río Han frente a Yeouido, el distrito financiero de Seúl.

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CRITÍCA DE ARTE

El celadón de Goryeo: Una delicada elegancia El Museo Nacional de Corea presentó una exhibición especial desde el 16 de octubre de 2012, durante dos meses, bajo el título de “El mejor bajo el cielo, los celadones de Corea”. La muestra se basaba en una investigación de la historia de la cerámica coreana, que empezó a adquirir fuerza a partir de la década de 1990. Dividida en cuatro segmentos -“Cronología”, “Utilidad”, “Incrustación” y “Obras Maestras”-, la exhibición fue una oportunidad para conocer mejor y desde diversos ángulos el celadón de Goryeo, considerado la esencia del arte de la cerámica coreana.

Soyoung Lee Curadora, Museo Metropolitano de Arte, Ciudad de Nueva York |

Fotografías cortesía del Museo Nacional de Corea

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Por qué será tan universalmente atractivo el celadón de Goryeo? La respuesta a esta pregunta es posible de encontrar en el monumental libro del renombrado experto británico G. St. G. M. Gompertz -famoso promotor y coleccionista de piezas de cerámica coreana-, titulado “El celadón de Corea y otros objetos de cerámica del Periodo de Koryo” (1963). El libro dice: “Es difícil explicar el encanto del celadón coreano a quienes todavía no están familiarizados con él… La expresión más adecuada sería ‘la cerámica coreana les espera’. Su especial atractivo está en sus formas delicadas, sus líneas, su color y el ‘silencio’ que todo ello crea en armonía”. Así, la belleza del celadón de Goryeo no reside en una espectacular majestuosidad, sino en su delicada elegancia.

El interés por el celadón de Goryeo en Occidente En realidad, más de medio siglo antes de Gompertz, entre los exploradores del mundo occidental que admiraban Asia del Este, hubo algunos que se percataron de la original cultura cerámica de Corea. Su mayoría apenas conocía la cultura o la historia de este país, ni tuvieron nunca oportunidad de pisar tierras coreanas; y la forma de entrar en contacto con el celadón de Goryeo fue a través de estudiosos japoneses: hombres dedicados al comercio artístico o coleccionistas. Uno de ellos fue Sadajiro Yamanaka (1866~1936),

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dueño de tiendas de antigüedades en Nueva York y Boston, quien entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, influyó enormemente en la colonia de coleccionistas de obras de arte coreanas en Estados Unidos. Mientras tanto, las personalidades que descubrieron el verdadero valor del celadón de Goryeo en Estados Unidos, fueron Edward Sylverter Morse (1838~1925) y Charles Lang Freer (1854~1919), ambos amantes -y coleccionistas- del arte japonés. Las piezas reunidas por Morse y Freer forman parte respectivamente de las colecciones del Museo de Bellas Artes de Boston, y de las Galerías Freer y Sackler del Museo Smithsonian en Washington D.C. De todos estos primeros coleccionistas, Freer tuvo una especial afición al arte coreano y adquirió más de cien obras; cuya mayor parte compró en la tienda de antigüedades de Yamanaka en Nueva York. Los amantes de la cerámica china también empezaron a darse cuenta del valor del celadón de Goryeo. Por ejemplo, las piezas que reunió George Eumoforpoulos (1863~1929) de Europa, están actualmente custodiadas entre el Museo Británico y el Museo de Victoria y Alberto. En Estados Unidos, destacó Charles Bain Hoyt (1889~1949), cuya colección puede ser apreciada en el Museo de Bellas Artes de Boston. Paralelamente a estas personalidades, Cu l tu ra y a rte d e Co re a


1. Aguamanil de celadón con forma de dragóncarpa. Los puntos y líneas en arcilla blanca acentúan las aletas y el extremo de la cola. Altura: 24,4 cm, diámetro del cuerpo: 13,5 cm. Colección del Museo Nacional de Corea. 2. Cuentagotas de agua de celadón con forma de niña. La cabeza hace de tapón; el agua sale por la parte superior abierta de la botella, sujeta por las manos de la niña. Colección del Museo de Cerámica Oriental, Osaka, Japón. K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

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hubo otros aficionados europeos quienes, con intereses más variados y fascinados por el arte, se sintieron atraídos por la cerámica coreana. Y aunque constituyeron un grupo minoritario, también hubo personas que -enamoradas del celadón y otros objetos de cerámica coreanos- viajaron por Corea e incluso llegaron a vivir en estas tierras. Ya en el siglo pasado, un mayor número de aficionados al arte, propietarios de galerías y curadores de museos, confirmaron la belleza del celadón de Goryeo, dando alas a la evolución de la apreciación estética de tan especial forma de arte.

‘El mejor bajo el cielo’ Hoy en día, el celadón de Goryeo todavía es una de las categorías mejor reconocidas del arte coreano, y más ampliamente representadas en museos y galerías, tanto de Europa como de Norteamérica. Si el público hubiera visto la exposición “El mejor bajo el cielo, los celadones de Corea”, organizada por el Museo Nacional de Corea; hubiera quedado sumamente impresionado ante la profundidad y magnitud de la muestra, la mayor en su género hasta la fecha. Dotada con piezas seleccionadas de las colecciones tanto del Museo Nacional de Corea, como de otras prestigiosas instituciones coreanas y japonesas, esta exposición presentó -como obras centrales- los celadones “bisaek” encontrados en la tumba del Rey Injong (gobierno 1122~1146), cuyas características más prominentes son sus sobrias formas y su sereno color; las obras maestras con las que el público general está más familiarizado, como el incensario en forma de león, que proyecta encanto y dignidad con

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su verde translúcido; el Maebyeong, que tal vez es el exponente más famoso del celadón de Goryeo y que presenta incrustaciones de grullas en vuelo y nubes -evocadoras de diseño textil- en toda su superficie; y el aguamanil con tapa y soporte, que presenta figuras de niños que juguetean columpiándose en unas parras, acentuadas con un color rojo profundo. Junto con estas piezas, la exposición también incluía obras menos usuales, tales como el cofre con forma de flor y de color rojo cobrizo, de un color cuya representación constituye una técnica sumamente difícil, y que dota a la flor de una gran vivacidad; la Estatua de Arhat (o Lohan, que es la transliteración china del sánscrito Arhat), que muestra claramente que la religión nacional de Goryeo fue el budismo, al presentar en detalle las cualidades más idiosincráticas y expresivas de dicho santo budista; y otras piezas que, aunque no son el ejemplo más destacado del celadón de Goryeo, son llamativas por las incrustaciones que presentan, y que corroboran su uso en rituales taoístas.

Grandes exposiciones en América y Europa Ya en el pasado, algunas de las obras de la exposición “El mejor bajo el cielo”, fueron presentadas en Occidente. Por ejemplo, entre 1979 y 1981, hubo la muestra “5.000 años de Arte Coreano”, que estuvo de gira en Estados Unidos. Siendo una revelación para muchos, este evento, organizado y auspiciado por el Museo Nacional de Corea y el Gobierno surcoreano, sembró entre su público la conciencia de Corea sobre las culturas de Asia del Este. La muestra presentó algunos de los ejemplos más sofisticados del celaCu l tu ra y a rte d e Co re a


1. Quemador de incienso de celadón con cubierta coronada por un león. Los quemadores de incienso se hacían básicamente con metal, antes de desarrollarse el celadón avanzado, técnica que condujo a la creación de productos elaborados con adornos de figuras de animales esculpidos. Siglo XII, Altura: 21,1cm. Colección del Museo Nacional de Corea. 2. Celadón Kundika con nueve cabezas de dragón. Esta botella ritual exhibe una fina técnica de tallado y el apreciado color “bisaek” de la época dorada del celadón de Goryeo. Altura: 33,5cm. Colección del Museo Yamato Bunkakan, Nara, Japón. K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

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1. Celadón Maebyeong con diseño de nubes y grullas incrustadas. Las grullas que vuelan hacia arriba se representan dentro de los círculos con incrustaciones en blanco y negro, y las grullas que vuelan hacia abajo, están fuera de los círculos. Siglo XII. Altura: 4,1cm, diámetro en la base: 17cm. Colección del Museo de Arte de Kansong, Seúl. 2. Aguamanil de celadón con forma de inmortal. Se vierte agua en el recipiente por el agujero en la parte delantera de la cabeza, y sale por el agujero de los melocotones de enfrente. Primera mitad del siglo XIII. Altura: 28,0 cm, diámetro en la base: 11,6 cm. Colección del Museo Nacional de Corea. Cu l tu ra y a rte d e Co re a


“Seguramente los puristas quedarán impresionados con cualquier pieza de cerámica celadón -que proyecta el famoso color del jadedesde botellas de curvas voluptuosas, hasta espléndidas tejas. Frente a ellas, comprenderán porqué los alfareros coreanos son catalogados los mejores del extremo oriente.”

dón de Goryeo, incluso algunos de los incluidos en la exposición “El mejor bajo el cielo”, como el Maebyeong, con incrustaciones de peonías y decoraciones pintadas de cobre. Sobre dicha exposición, la revista People hizo la siguiente valoración en 1979. “Seguramente los puristas quedarán impresionados con cualquier pieza de cerámica celadón -que proyecta el famoso color del jade- desde botellas de curvas voluptuosas, hasta espléndidas tejas. Frente a ellas, comprenderán porqué los alfareros coreanos son catalogados los mejores del extremo oriente”. Y años más tarde, en 1984, en Londres fue organizada una exposición de magnitud similar, bajo el título de “Tesoros de Corea: Arte a través de 5.000 años”. La muestra “El mejor bajo el cielo” también comprendió piezas de celadón de Goryeo, pertenecientes a colecciones japonesas, de las cuales, las mejor reconocidas son aquéllas de la colección Ataka del Museo de Cerámica Oriental de Osaka. Los cuentagotas con forma de niña y de niño, catalogados como los ejemplos más finos del celadón de Goryeo, son delicados y seductores; desde el tallado de la expresión facial, hasta incluso las arrugas o los dibujos en sus atuendos, o su elegante color verde celadón, en los que es posible sentir las manos maestras del alfarero. Estos cuentagotas, más otras obras de la colección Ataka, fueron presentadas en varias galerías de arte en Estados Unidos. La exposición más reciente fue organizada en 2002 en el Museo Metropolitano de Arte. Aún antes de la década de 1980, una muestra transcendental sobre el arte de la cerámica de Corea fue inaugurada en 1968 en Norteamérica, bajo el título de “El arte del alfarero coreano”. Planeada por Robert P. Griffing, esta exposición tuvo lugar en la Galería Asia House, de la Asia Society de Nueva York; y estuvo conformada por piezas provenientes de 27 galerías de arte y colecciones privadas -todas de Estados Unidos-, tales como el Instituto de Arte de Chicago, La Fundación Avery Brundage de San Francisco, el Museo de Brooklyn, el Museo de Arte de Cleveland, la Academia de las Artes de Honolulu, el Museo de Arte de Filadelfia, el Museo Metropolitano de Arte y el Museo de Bellas Artes de Boston. La exposición en sí fue la prueba de que ya por entonces, se habían formado importantes colecciones de celadón de Goryeo en Estados Unidos. Sin embargo, a diferencia del día de hoy, en esos tiemK o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

pos apenas había espacios dedicados exclusivamente a obras de arte coreanas; y por ende, eran mínimas las oportunidades para que esas reliquias fueran expuestas al público común de un modo significativo. En este contexto, la exposición de 1986 es evaluada como 2 una valiosa oportunidad, que permitió a un público más amplio disfrutar de una impresionante selección -preparada y valorada por coleccionistas y curadores estadounidenses- de celadón de Goryeo.

Una apreciación renovada Los encantos del celadón de Goryeo, que cautivaron inicialmente a los amantes del arte occidental, siguen siendo los mismos a día de hoy. Hablamos de la belleza de su color verde translúcido, la extravagancia y la jocosidad de sus formas y diseño, y también de sus innovadoras incrustaciones. Actualmente, lo que difiere es el contexto, hoy marcado por un mejor entendimiento de la historia y la estética del celadón de Corea -y del arte coreano en generalque permite una nueva y más profunda apreciación. Obviamente, esto es resultado del incremento de oportunidades para ver las obras de cerca. Asimismo, el que haya cada vez vna mayor lista de galerías dedicadas al arte coreano en diversos museos alrededor del mundo, muestra que van en aumento las exposiciones permanentes sobre el celadón de Goryeo que puede disfrutar el público. Estos repetidos encuentros provocan familiaridad y afecto; y un conocimiento más a fondo sobre cómo las piezas de arte fueron creadas y usadas, ayuda a reconstruir la historia que cada una de ellas guarda. Aunque suene irónico, la silenciosa naturaleza del celadón de Goryeo, puede ser sumamente seductora a los ojos del público del siglo XXI, al proyectar una cierta aura misteriosa en un mundo repleto de luces brillantes y cacofonía. (Traducido por Joo Hasun)

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EN EL ESCENARIO GLOBAL

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La “felicidad accidental” de Dominic Pangborn

Dominic Pangborn, artista, diseñador gráfico, empresario y filántropo con sede en Detroit, se sienta con Koreana para hablar de las actitudes y la filosofía, que convirtieron a un niño -precoz y luchador- de raza mixta, nacido en Corea y dado en adopción, en un hombre consumado y exitoso en múltiples campos. Maya West Escritora independiente y traductora; Maestra en Bellas Artes de la Universidad de Michigan | Fotografías cortesía de Pangborn Design

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odos los sábados en Corea, a las 7:10 de la tarde, el canal KBS1 emite “La era del éxito global”, un documental televisivo que destaca las historias de éxito de coreanos por el mundo. En otoño de 2011, una de esas historias de éxito fue la de Dominic Pangborn, un artista y diseñador con sede en Michigan, que llegó a Estados Unidos como un niño coreano dado en adopción internacional. “Fue algo loco”, recuerda Pangborn, al sentarnos para la entrevista en la gratamente amueblada oficina central de Pangborn Design en Detroit. “Tras salir al aire el programa, recibí unas dos mil peticiones de amigos en Facebook en una noche”. Entonces, ¿aceptó las 2.000? "Por supuesto”, contesta Pangborn con una sonrisa, “incluso leí los perfiles de cada uno de mis nuevos amigos”. ¿Cuánto tiempo tardó? “Bueno, realmente no duermo mucho, así que solo unos días. La mayoría de las peticiones las acepté a eso de las cuatro o las cinco de la mañana”.

Una historia de éxito A pesar de que está en sus sesenta, Pangborn fácilmente podría pasar por 45, aún con su mechón de cabello plateado. Enérgica, quizá sería la mejor palabra para describir su presencia. “Soy muy, muy rápido en todo lo que hago”, dice Pangborn. “Sobre todo soy velocidad”. Ciertamente, este sentido de la velocidad, de impulso, parece haber sido durante mucho tiempo una característica que ha definido la vida de Pangborn y su trayectoria profesional. Siendo un adolescente de 15 años en Jackson, Michigan, todavía un poco inseguro con su inglés, Pangborn logró ser ascendido a gerente, a tan solo unos meses de haber comenzado a trabajar en un establecimiento local de McDonald’s. (“¿Sabe? Realmente respeto a McDonald’s”, añade Pangborn. “Quiero decir, es verdaderamente la obra de un genio: un programa de entrenamiento de tan solo cuatro semanas que, con apenas un par de horas semanales, es capaz de convertir a un adolescente en un gerente funcional”). Y cuando, siendo un estudiante de primer año de la prestigiosa Academia de Bellas Artes de Chicago en la gran ciudad, Pangborn consiguió un puesto de aprendiz en un pequeño estudio de diseño, que le pagaba tres dólares a la hora, las cosas pasaron casi tan rápidas como esa primera vez. “Doce meses después de haber comenzado, mi jefe se me acercó y me dijo: ¿Te has enterado? Ahora, tú eres mi jefe”. Pangborn se ríe entre dientes. “Por supuesto, él renunció”. Tres años más tarde, cuando se graduó con un título en diseño gráfico, Pangborn se lanzó al mercado laboral con tres años de experiencia, no sólo como diseñador principal de una firma; sino también como jefe de ventas. Así, algo que comenzó como un simple periodo de aprendizaje en diseño, evolucionó en un ensayo total para el establecimiento y la administración de su propia empresa en el futuro. Y tras un par de años, durante los cuales se casó, se mudó a Detroit, y rechazó la oferta de ser el vicepresidente de una firma de diseño mucho más grande, y aún en la veintena, eso fue exactamente lo que hizo: en 1979, Dominic Pangborn fundó Pangborn Design Ltd., creando su propio camino. Actualmente, Pangborn Design es una compañía próspera, que se jacta de décadas de experiencia, no solo en el campo del diseño gráfico; sino también en diseño de paquetes, productos y marketing. Es más, en las décadas posteriores a su arraigo en Detroit, Pangborn participó activamente en las labores de la comunidad local, trabajando como integrante de 50 juntas y consejos a la vez, y manteniendo relaciones con un sinnúmero de organizaciones filantrópicas. (“Yo mismo estaba también sorprendido”, agrega Pangborn, al notar mi asombro ante dicha cifra. “Pero eso es lo que mi socio me dijo después de hacer las cuentas: ¡Cincuenta!”) Pangborn, que invierte mucho tiempo en educación, realiza frecuentes viajes para dar conferencias a estudiantes en escuelas y universidades; e incluso fue galardonado por la Cámara Regional de Detroit, con el Premio al Líder Emergente Global”. Y ciertamente, aún en un plano menos profesional, Pangborn ha sido un pionero en el movimiento de renacimiento cultural (y alquileres baratos), que empezaba a atraer a Detroit, a artistas en constante lucha por salir adelante de otras partes del país. Cuando encontró ese edificio blanco tumbado en el Distrito de K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

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1. El diseñador, artista y empresario Dominic Pangborn en su estudio de Detroit. 2. Pangborn imprimió huella en la escena de la moda internacional de principios de los ochenta con sus corbatas, hazaña que le valió el apodo de “El hombre corbata”.

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Almacenes de Rivertown, que luego se convertiría en la oficina central de su empresa, la construcción estaba sumergida bajo tres pies agua, y tenía la azotea derrumbada. Pero, aun así, Pangborn compró el edificio, invirtió en él y lo renovó, transformándolo finalmente en un espacioso estudio con galería de exposiciones. A lo largo de una pared, en la habitación limpia y llena de luz donde nos sentamos a hablar, se exhiben vistosamente corbatas y bufandas diseñadas por Pangborn. Fue con estos mismos audaces diseños, como Pangborn puso su sello por primera vez en el mercado global, logrando destacar en el mundo de la moda, a principios de la década de 1980. Su buen ojo para el color y los estampados, consiguió que sus creaciones entraran pronto en las vitrinas de tiendas de alta gama, como Saks Fifth Avenue y Nordstrom. Aún hoy en día, transcurridos más de 30 años, los accesorios diseñados por Pangborn constituyen una parte significativa de los ingresos de la empresa. Sin embargo, cuando le preguntan sobre su éxito en el mundo de la moda, y su bien establecida reputación como “el hombre de la corbata”, Pangborn se muestra modesto. “Fue todo casualidad. Lo hice por diversión, y refultó”. Se inclina hacia atrás en su silla y dice. “Verá usted, si yo escribiera un libro sobre mi vida, lo titularía Felicidad Accidental”.

Felices casualidades “Bueno, para empezar, yo fui un niño que nació accidentalmente”, continúa Pangborn, con una sonrisa triste. “Afortunadamente, fue un accidente feliz. Todo comenzó a partir de una relación entre un hombre y una mujer, un soldado americano y mi madre. No sé cómo se conocieron y la verdad, no me importa. Solo agradezco que esa relación sucediera”. Nacido como Jeong Seong-hoon en 1952, en la provincia de Chungcheong, Dominic Pangborn pasó sus primeros 10 años de vida aislado del mundo. En su pequeño pueblo, de apenas una docena de familias, su condición de hijo de padres de razas diferentes, era algo raro. “Mi madre y yo nos ocultamos, como una de aquellas tribus remotas, y nos cuidamos el uno al otro”, explica Pangborn. “Fue como vivir en una red de clanes. Nosotros éramos el clan Jeong, los vecinos el clan Kim, otros el clan Park, etc.” Pero, ¿acaso nunca fue acosado por otros niños? “Había dos niños de apellido Kim. De ellos me acuerdo. Me odiaban y me llamaban miguk-nom, que significa bastardo americano”. Pangborn se encoge de hombros. “Francamente eso nunca me molestó. Creo que a mi madre le disgustaba más que a mí”. Probablemente, situaciones como la descrita llevaron a la madre de Pangborn, en 1962, a considerar la alternativa de dar en adopción a su hijo. Un niño precoz, el pequeño Seong-hoon era un estudiante excelente, y solía resultar elegido regularmente como delegado de su clase (un honor reservado al estudiante

1. Kim Ki-duk (left) poses after winning the Best Director award at the Venice Film Festival in 2004 for “3-Iron” with Alejandro Amenábar, a Spanish film director, who received the Grand Prix of the Jury for “The Sea Inside.” 2. Scene from “Spring, Summer, Fall, Winter . . . and Spring,” a film that marked a new phase in Kim’s career. 3. Poster for “The Bow” (2005) 4. Poster for “3-Iron” (2004)

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más talentoso). En parte, fue este potencial académico lo que llamó la atención de un misionero católico estadounidense de su pueblo, que hizo a su madre la siguiente oferta: llevar al pequeño Seong-hoon a Estados Unidos con él y dejarle con una buena familia, capaz de darle las oportunidades que necesitaba, y ayudarle a no sufrir el estigma ni las dificultades, que suponían vivir como un niño de raza mixta en Corea. La madre de Pangborn dejó que su hijo decidiera: podía quedarse, o marcharse, como finalmente escogió. Así, con 10 años, sin saber nada sobre el mundo más allá de su pueblo y sin poder pronunciar una sola palabra en inglés, el muchacho decidió irse a Estados Unidos. Los Pangborn ya tenían 11 hijos biológicos, cuando decidieron recibir a Dominic en su hogar. Ahora que ha pasado toda una vida, Pangborn es el hijo más agradecido por los esfuerzos y el cuidado de sus padres. No en vano, dos o tres veces al mes, Pangborn visita a su madre adoptiva de 91 años en Jackson. Pese a todo, al inicio el cambio fue difícil. “De niño inteligente, me convertí en estúpido. No podía leer ni hablar. No entendía nada y me sentía como un idiota”. Pangborn recuerda que tuvo que esperar medio año, para volver a cursar cuarto año de primaria. “Fue como un revés más, ¿me entiende?" Sin embargo, haciendo una retrospectiva, tales contratiempos pueden ser 3 considerados accidentes felices; pues, a la larga, le ayudaron a mejorar su promedio de calificaciones. En su segundo año de bachillerato, Pangborn tomó su primera clase de arte. “Me dije, ¡cualquiera puede dibujar! ¡Cualquiera puede pintar!” Y fue, desde luego, en aquella misma aula, donde Pangborn empezó a darse cuenta de su talento. De hecho, unos años más tarde, en su primera semana en la Academia de Bellas Artes de Chicago, Pangborn vio que el inglés de sus compañeros estadounidenses no era mejor que el suyo. “Entendía mejor que ellos lo que los profesores decían”. A lo largo de su prolífica carrera, que sucedió a ese alumbramiento inicial, la gente ha planteado constantemente a Pangborn la siguiente pregunta: ¿De dónde procede su inspiración? Entonces, Pangborn, siempre responde que su inspiración es Corea. “Debe entender”, dice, “que en esos tiempos -en los años cincuenta- el campo aún estaba destruido en gran parte, pero ¡guau!, era genial. De allí nace la creatividad. Cuando uno no tiene nada, debe pensar, inventar cosas. Uno no puede decir, voy a salir y comprar esto o lo otro. Uno juega con canicas hechas con barro recogido de las orillas del río; y aprende de su madre cómo fabricar una lámpara de queroseno. Son cosas que recuerdo con más nitidez que lo que pasó ayer”.

1. “All Good Things” (“Todas las cosas buenas”) (2010), 30 x 60 x 10 cm, Arte 3D en aluminio, técnica mixta. Pangborn diseñó a mano individualmente cada panel de ilusiones ópticas, con delgadas hojas de aluminio. 2-3. El diseño de Pangborn abarca artículos para el hogar, que incluyen tanto juegos de té modernos, como otros más tradicionales.

Cien flechas Pangborn apaga de repente la luz, y el cavernoso estudio anexo se sumerge en un estado casi oscuro. La débil luz del sol invernal, se cuela por entre las pocas ventanas superiores, mientras llega la noche. Alrededor, las pinturas comienzan a brillar. Flores y mariposas aparecen donde no había ninguna, y ante mi grito de admiración y sorpresa, Pangborn ríe, encantado, con una risa que claramente es como la de un niño. De hecho, al recorrer el espacio de trabajo de Pangborn, resulta fácil imaginar al niño feliz que hacía canicas con arcilla a orillas del río: pues a medida que los años transcurren, sus ojos se tornan más brillantes, y su comportamiento es casi juguetón. Una cosa es clara: Dominic Pangborn ama lo que hace. Hasta hace cinco años, bellas artes era un pasatiempo 2

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1. Las raíces del diseño gráfico de Pangborn quedan patentes en sus diversos accesorios. 2. “Lisa’s Garden” (“El jardín de Lisa”) (2005), 60 x 90 cm, óleo sobre lienzo. Las recientes obras de arte pictóricas de Pangborn incluyen óleos y acrílicos modernos.

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para Pangborn; y el diseño, su negocio. Pero, frente a los grandes cambios habidos en el mercado del diseño gráfico, debido al aumento de productos DIY y programas para computadoras, Pangborn concluyó que era hora de hacer otro cambio, y lo demás -como muchos dicen- es historia. No es una exageración decir que las pinturas de Pangborn, muchas de las cuales están expuestas en la Galería Park West de Michigan, han tenido mucho éxito. Y en su estudio, es fácil entender por qué. Sus cuadros, que comprenden todo estilo imaginable de pintura y combinan una amplia variedad de soportes (incluyendo la escultura e incluso las hermosas alfombras bajo mis pies), muestran con un gran equilibrio su talento artístico, así como su impresionante perspicacia como empresario. Es un arte que hace partícipe, que agrada; en vez de un arte que presume o intimida. En una serie de obras en 3D, por ejemplo, Pangborn crea la ilusión de un vestíbulo de galería que retrocede, manipulando ingeniosamente los ángulos: un truco visual que crea la sensación de que uno está dentro de la pintura. (Una versión de 40 pies está ahora en el estadio de béisbol de los Marlin, en Miami.) De un ambiente similar, las brillantes mariposas y flores, logradas al mezclar materiales que emiten brillo en la oscuridad con pintura, son como un guiño que lanza Pangborn al comprador: una forma de conexión. “Verá usted, yo solo hago una cosa a la vez”, comenta Pangborn, ante mi sorpresa por el elevado número de proyectos a nuestro alrededor. “O más bien, no tanto una cosa, sino varias a la vez. Si uno lanza cien flechas a un objetivo, al menos un puñado se clavarán. ¿Y quién sabe? Tal vez alguna, incluso, dé en el blanco”. Es una filosofía de vida que refleja un optimismo incansable, una inagotable energía. “Hay un gran número de quejicas en el mundo”, confiesa Pangborn. “Mi respuesta es que, si tú puedes hacerlo mejor, sigue adelante y hazlo”. De alguna manera, esta misma actitud la aplica al debate en marcha sobre la adopción internacional en Corea, un tema muy emotivo para Pangborn. Para él, limitar las oportunidades de adopción internacional (para promover la adopción nacional), no es más que arrebatar a aquellos niños las oportunidades como las que él tuvo en su vida, de salir adelante y acceder a una vida mejor. Siendo Pangborn un adoptado con familia en Corea (incluyendo a sus hermanos, con los que actualmente mantiene el contacto), su postura es particularmente interesante; después de todo, positiva o no, la experiencia personal de Pangborn fue dolorosa. Cuando regresó a Corea por primera vez, a principios de los años 80, cuando finalmente sentía que había hecho suficiente dinero como para dar una vida diferente a su familia en Corea, supo que había vuelto demasiado tarde. Se enteró de que 5 años atrás, había fallecido su madre. “Amo a mi madre”, explica Pangborn. “Y deseo… bueno, podemos desear muchas cosas. Pero, ¿sabes qué?, tus padres son también las personas que te criaron. Yo no perdí a una madre al ser adoptado; fui bendecido con un padre y una madre más”. “A menudo uso la palabra ‘evolución’; mi vida entera ha sido eso, una evolución. Me gusta dejar que las cosas sucedan naturalmente, y mantenerme siempre flexible, para estar listo y cambiar de dirección cuando así sea necesario. Si veo una luz roja al conducir, inmediatamente giro el volante y voy por otro camino. Y verá usted: ¡siempre he tenido suerte!” “Yo puedo convertir cualquier cosa en algo positivo”, dice Pangborn, sonriendo una vez más. Es más, pocos podrán objetar que eso es precisamente lo que ha hecho Pangborn hasta ahora. (Traducido por Joo Hasun)

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“Verá usted, yo solo hago una cosa a la vez. O más bien, no tanto una cosa, sino varias a la vez. Si uno lanza cien flechas a un objetivo, al menos un puñado se clavarán. ¿Y quién sabe? Tal vez alguna, incluso, dé en el blanco”.

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ARTESANO

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os barrios al norte de Seúl conservan, aún hoy en día, muchos espacios que permiten apreciar de cerca la tradición coreana. Uno de esos lugares es el barrio Bukchon, donde están concentrados diversos tipos de talleres de maestros artesanos, que continúan con orgullo el oficio familiar de generaciones. El taller del maestro Kim Deok-hwan también se sitúa en Bukchon, exactamente en la zona de Gahoe-dong, en la que modestas pero hermosas casas tradicionales hanok están unas al lado de otras.

Cinco generaciones de maestros artesanos Un pan de oro se confecciona martilleando una pieza de oro, hasta convertirla en una fina lámina; y el dorado con pan de oro, es el proceso de aplicación de hojas doradas a la superficie de otros objetos con fines decorativos. El registro más antiguo sobre este arte data de la Cuarta Dinastía del Imperio Antiguo de Egipto (entre 2.613 y 2.494 antes de Cristo), considerada la “edad de oro” de aquel reino. En Corea, el libro “La historia de los tres reinos” (Samguk sagi) alude a la técnica del pan de oro. Menciona que, durante el gobierno del Rey Heungdeok (que reinó desde 826 hasta 836) de la Silla Unificada, diferentes tipos de adornos manufacturados con hojas de oro en la vestimenta, revelaban el estatus social de quien la llevaba puesta. El taller Kumbakyeon ocupa una modesta casa tradicional hanok, en forma de “c” con ángulos rectos. Lo primero que salta a la vista, tras cruzar su puerta principal, es una colección de piezas trabajadas con pan de oro, exhibidas dispersamente por toda la casa. Aplicaciones de pan de oro con grabados de peonías sobre unos marcalibros de seda azul, otras que forran teléfonos móviles con estampados en forma de dragones, y aquéllas que adornan una pajarita con grabados dorados de flores de albaricoque… El forraje dorado, definitivamente eleva el valor de aquellos objetos cotidianos. Sin embargo, el fuerte brillo que emana de esas aplicaciones doradas, se opaca frente a la penetrante mirada del maestro Kim Deok-hwan, representante de la técnica del pan de oro, designada como patrimonio inmaterial número 19. El hombre, de 79 años, afirma que su reluciente mirada es el resultado de “una vida dedicada al arte del pan de oro”. Hoy en día, la aplicación del pan de oro es considerada como una simple técnica para cubrir textiles con láminas de oro estampadas. No obstante, tradicionalmente este arte implicaba un proceso de trabajo bastante complicado. En la corte de la Dinastía Joseon (1392-1910), un artesano especializado era asignado para cada etapa de dicho proceso: la fundición del oro, la confección de láminas, la creación de estampados dorados con matrices de madera, la preparación del pegamento y hasta la aplicación de las hojas de pan de oro a las telas.

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1. Una imagen de dragón en la insignia del pecho de la túnica ceremonial de una reina, bordada en oro por Kim Deok-hwan. 2. Kim repasa un panel de tela ornamentado con pan de oro.

“Un arte que se preserva por cinco generaciones” Kim Deok-hwan, maestro de la técnica del pan de oro, patrimonio inmaterial número 19 Kumbakyeon, situado en el pintoresco barrio seulita de Bukchon, es el taller de un hombre que por generaciones continúa el oficio familiar: el arte de la aplicación del pan de oro. Sus precedentes se dedicaron principalmente a dorar atuendos de la corte. Sin embargo, ahora, el maestro cubre con hojas de oro, hasta accesorios para teléfonos móviles y pajaritas. Su taller está abierto a todos los visitantes. Park Hyun-sook escritora independiente | Suh Heun-gang Fotógrafo K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

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1 1. Una túnica ceremonial de la reina en rojo resplandece con suntuosa hoja de oro, que ha sido recreada por Kim en base a patrones hallados en una reliquia del último periodo del Imperio Coreano. 2. Un plato dorado grabado con aves fénix volando en las nubes (arriba) y la impresión de hoja de oro del plato (abajo).

“Últimamente, las hojas de oro que necesito, las compro. Por eso, mi trabajo empieza desde el paso siguiente. Antes, la labor más dura era martillar las piezas de oro forradas con papel, hasta convertirlas en finas láminas, tarea que llevaba incluso varios días. Pero, ya no me encargo de ese procedimiento personalmente”. El maestro Kim Deok-hwan confiesa que quiso ser mecánico, porque disfrutaba mucho ensamblando diferentes tipos de máquinas. Sin embargo, cuando su padre ya no tenía fuerzas para seguir con el oficio familiar, pensó que era su destino seguir sus huellas. “La satisfacción que llega al completar un difícil trabajo de dorado con pan de oro es solo mía. Nadie podría imaginar qué se siente en ese momento”. Estos días, aunque tiene como ayudantes a su hijo Kim Gi-ho (45 años) -que ya tiene 10 años de experiencia en el arte de aplicar pan de oro- y su esposa Park Su-young (45 años), el maestro Kim Deok-hwan no aparta de sus manos las láminas de oro. La familia del maestro Kim Deok-hwan se adentró en el arte del dorado con hojas de pan de oro en 1856, mientras la Dinastía Joseon estaba bajo el gobierno del Rey Cheoljong (1849-1863). Entonces, su bisabuelo Kim Wan-hyeong era un funcionario de bajo rango, y se encargaba de entregar provisiones a la corte real, así como de importar trajes rituales con bordados de oro. No obstante, a menudo, éstas no llegaban a tiempo a las ceremonias palaciegas para las que eran requeridas; y él mismo hacía las aplicaciones de oro sobre la vestimenta. Así, los trajes con aplicaciones de pan de oro reemplazaron a los atuendos con bordados de oro importados. Por aquél entonces, al simbolizar el oro la autoridad real, el trabajo de dorar trajes y otros objetos con hojas de oro, se realizaba únicamente en los palacios. Por eso, Kim Won-sun y Kim Gyeong-ryong, abuelo y padre del maestro Kim Deok-hwan, se dedicaron a esa labor dentro

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de los muros palaciegos. El maestro Kim Deok-hwan es la cuarta generación que continúa con este legado familiar; y quien le sucederá en la preservación de este arte es su hijo, Kim Gi-ho.

La importancia de la matriz para estampado y el pegamento En las eras de Silla Unificada (676-935) y Goryeo (918-1392), cuando el Budismo estaba en su mayor auge, las pinturas y esculturas religiosas eran decoradas con oro y plata, igual que los trajes de los monjes. Pero durante la Dinastía Joseon, empezó a evitarse el uso del oro en los templos budistas, haciendo que dicho metal precioso fuera empleado solo en la corte real, al desplegarse una política para reprimir el budismo y fomentar el confucianismo. En todo caso, tampoco en la corte real las aplicaciones de oro adornaban la vestimenta de uso cotidiano. Además, existían formas de estampados diferenciadas para denotar la estricta clasificación de estatus sociales. Por ejemplo, los vestidos de las princesas, se adornaban solo con estampados dorados de flores; mientras que en los trajes de las reinas, se permitía aplicar hojas de oro con estampados de flores y de ave fénix, y a los de las reinas viudas, madres de reyes, estampados de flores, de ave fénix y de dragones. Las matrices para estampados se elaboraban con incrustaciones Cu l tu ra y a rte d e Co re a


“La satisfacción que llega al terminar un difícil trabajo de dorado con pan de oro es solo mía. Nadie podría imaginar qué se siente en ese momento.”

de letras, flores, frutos, aves, insectos, animales y figuras geométricas, que simbolizaban la nobleza. “En nuestra familia tenemos cerca de 800 matrices, que han pasado de generación en generación. El único material que se utiliza para fabricar las matrices es la madera de peral, que es muy resistente; y las matrices ya terminadas son conservadas con sumo cuidado, para que no se malogren sus delicadas incrustaciones. Mis padres ni siquiera escaparon durante la Guerra de Corea, para permanecer en casa y proteger esas matrices”. El proceso de dorado con pan de oro empieza por el diseño de las incrustaciones que tendrá la matriz de madera. Esto se hace en papel. Luego, este papel se coloca sobre la matriz para el tallado. Los pasos siguientes son: untar pegamento sobre la matriz, presionar la matriz sobre la parte del traje en la que se desea aplicar el pan de oro, superponer allí la hoja dorada antes de que se seque el pegamento, y finalmente secar. El proceso parece simple; sin embargo, cada tarea requiere la mano diestra de un maestro, que además debe poseer vastos conocimientos sobre las características del tejido textil, del oro y del pegamento con los que trabaja. Lo prioritario en todo este proceso es que las incrustaciones en las matrices de madera sean impecables. El segundo elemento más importante es el pegamento, puesto que el tipo y la concentración del pegamento deben variar, de acuerdo al grosor de la tela y a los colorantes empleados para su teñido. Asimismo, deben tenerse muy en cuenta las condiciones climáticas a la hora de regular la concentración del pegamento. El maestro Kim Deok-hwan, que trabajó con pegamentos durante casi 60 años desde que se inició en este arte en 1954, desarrolló un pegamento mejorado con aceite de plantas y resina, tras 10 años de ardua investigación, y en base al perfecto conocimiento que tenía de pegamentos tradicionales, cuyo ingrediente principal era la vejiga natatoria de peces.

tió que su hijo estuviera a su lado y le ayudara mientras trabajaba, para que así aprendiera de modo más natural el arte familiar. “Mi padre no solo era bueno con los trabajos manuales. Era un genio de la escultura. Me acuerdo que hacía cientos de incrustaciones sin haberlas dibujado antes en papel, pero las aplicaciones de pan de oro que se obtenían al final eran siempre hermosas. Tenía esa capacidad de materializar con un alto grado de perfección lo que bosquejaba en su mente”. El hijo que recuerda la genialidad de su padre, aspira hoy a crear obras cada vez mejores. Y dice: “mi padre fue artista, yo soy técnico”. Con el fin de la Dinastía Joseon y entrando en el Siglo XX, cuando comenzó el dominio colonial de los japoneses sobre Corea, los trajes con aplicaciones de pan de oro se convirtieron en algo propio de las familias nobles o de ocasiones festivas, como matrimonios o celebraciones por el sexagésimo cumpleaños. Aún hoy en día, hay quienes visten esos trajes en fechas especiales. Dijo así el maestro Kim Deok-hwan. “La gente que vivió una cultura en la que era común el uso del hanbok, recuerda la belleza de las aplicaciones de pan de oro. No son simples adornos. En el pasado, las abuelas cubrían con ellas el traje o el vestido de sus nietos o nietas que cumplían un año de nacimiento. Y las aplicaciones bien hechas, conservan su forma y brillo toda una vida”. (Traducido por Joo Hasun)

“Mi padre fue artista, yo soy técnico” Kim Gyeong-ryong, padre del maestro Kim Deok-hwan, era un hombre de pocas palabras. No se esmeró en explicar detalladamente a su hijo las técnicas del pan de oro. En vez de ello, permiK o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

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ENAMORADO DE COREA

Corea bajo el prisma poético La aventura coreana del profesor Mahmoud Ahmed Abdul Ghaffar se remonta a finales de la década de los 90, cuando comenzó a enseñar lengua árabe a alumnos extranjeros en la Universidad de El Cairo. Estudiantes coreanos que habían aprendido árabe con él hablaron, tras regresar a su tierra, de este talentoso y joven académico, lo que finalmente le trajo aquí en 2006 para estudiar tanto el idioma como la poesía de Corea. Charles La Shure Profesor, Escuela de Postgrado de Interpretación y Traducción, Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros I Ahn Hong-beom Fotógrafo

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l profesor Mahmoud Ahmed Abdul Ghaffar nos recibió en un restaurante de comida egipcia en pleno corazón de Seúl, para él un reducto de sabor casero lejos del hogar. “Puedes llamarme Mahmoud”, indicó, antes de explicar que los nombres árabes poseen diferente naturaleza que los occidentales. “Ghaffar” es, de hecho, uno de los 99 nombres de Dios (literalmente significa “perdón’) mientras que “Abdul” se traduce como “esclavo de”. Comentó que sus estudiantes a menudo le llaman “profesor Ghaffar” a lo que él responde con una carcajada: “¡Por favor, no soy Dios!”. El profesor Mahmoud estudió poesía en la Universidad de El Cairo y se graduó entre los mejores de su promoción. En Egipto, los mejores estudiantes de cada curso se incorporan como asistentes de enseñanza en sus departamentos. Estos alumnos se dedican, entonces, a estudiar la maestrías y más tarde el doctorado. Con este sistema, el profesor Mahmoud ingresó en el departamento de Lengua y Literatura Árabe de la Universidad de El Cairo, donde fue profesor de poesía. Resultó ser el primer paso en el camino que le llevaría a Corea.

La adaptación a una nueva cultura En 1998, el profesor Mahmoud comenzó a enseñar lengua árabe a estudiantes extranjeros. “Busqué nuevas formas de enseñar”, asegura. “En aquel momento la mayoría de los libros solo hacían leer y repetir a los alumnos; por eso apliqué algunas ideas de la enseñanza del inglés para enseñar árabe. Creo que tuve éxito”. Seguramente lo tuvo, porque los estudiantes coreanos empezaron a hablar, a su regreso a casa, del talento de este joven docente. Después de tres años entabló contacto con él la Universidad de Chosun en Gwangju, donde se le ofreció trabajo como profesor de árabe y una beca para estudiar su doctorado. Este último lo cursó en la Universidad de Myongji en Seúl, ya que en la Universidad de Chosun no había profesores coreanos de árabe que pudieran asesorarle en su tesis doctoral. Llegó a Corea en 2006, y volverá a Egipto el próximo julio. La vida en Corea no ha sido fácil para el profesor Mahmoud. Como musulmán, las restricciones en la dieta -y en particular la prohibición de beber alcohol- le han supuesto una especie de reto para adaptarse

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a la sociedad coreana. Las diferencias entre la cultura árabe y la coreana también han requerido un tiempo de aclimatación. En las culturas árabes las personas tienden a ser muy abiertas, asevera. “Pero aquí, las únicas personas que te hablan son los conductores de taxi”. Además, reconoce ser un tipo hogareño: “Siempre que tenga mis libros, música y comida, me siento feliz en casa. A veces salgo a comprar cosas que necesito, pero no me interesa lo que sucede en el exterior”. A pesar de las dificultades que ha experimentado para adaptarse a la cultura y la sociedad coreanas, ha sido diligente en sus estudios. El primer paso, por supuesto, fue aprender coreano. El árabe y el coreano son idiomas muy diferentes, por lo que se enfrentaba a otro desafío. Todavía dedica grandes esfuerzos a esta tarea y le

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gustaría tener más oportunidades de practicar sus habilidades lingüísticas. Lamenta que los coreanos parezcan tener dificultades a la hora de ajustar sus expectativas sobre los hablantes no nativos. “Cuando le dices a una persona coreana ‘Annyeong haseyo’ (hola), empieza a hablarte de política o economía y, aunque no puedas responder, no cambia de tema sino que simplemente deja de hablar contigo”. Aun así, persistió en el estudio de la lengua y a los tres años llegó a adquirir las suficientes competencias como para instruirse en la poesía coreana. El profesor Mahmoud Ahmed Abdul Ghaffar, que ha traducido al árabe libros de poesía de dos poetas modernos coreanos, actualmente enseña literatura árabe en la Universidad de Chosun. El profesor Mahmoud volverá a Egipto este verano, pero planea seguir estudiando literatura coreana e introducirla en el mundo árabe.

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El viaje de la poesía coreana al mundo árabe Antes de venir a Corea, el Profesor Mahmoud visitó la biblioteca de la Universidad Americana de El Cairo, donde encontró varios libros de poesía coreana traducidos al inglés. Se enamoró de la obra del poeta Ko Un, a quien describe como un artista que rebasa las fronteras entre géneros: “Ko Un no es sólo un poeta. Es un novelista que escribe sus historias con un estilo poético”. Pero estas no son las únicas fronteras que rompe. “Ko Un aseguró encontrarse en el límite entre el Norte y el Sur”, explica el Profesor Mahmoud. “Políticamente son dos países, pero los (sur) coreanos se niegan a reconocer la división porque forman parte de un solo pueblo”. Cuando llegó el momento de elegir un tema para su tesis doctoral, seleccionó como uno de sus dos textos la serie de Ko Un titulada “Norte y Sur”. El otro fue “Viaje a Seúl”, de Kim Gwang-gyu. Comparó estas dos obras con las de poetas egipcios en cuanto a imágenes de lugares, especialmente aquéllas relacionadas con la “patria” (o el campo) y la “ciudad”. Y concluyó que las imágenes de

son increíbles”, exclama con ánimo. “La historia de fondo, los detalles recientes e incluso el movimiento literario son casi los mismos. Lo que está sucediendo ahora en Egipto es casi lo mismo que lo ocurrido en Corea hace 40 años”. El académico percibe los avances de Corea en las últimas décadas, no sólo en cuanto a poesía sino también en el ámbito de la política, como una señal de esperanza. “Tengo fe en que el día de mañana será mejor”, confía. Por supuesto, los estudios del profesor Mahmoud no se limitaban a la lectura y el análisis de la poesía coreana, ya que también asumió la labor de traducir las obras que estudiaba. Leer poesía en el propio idioma nativo ya es una tarea suficientemente difícil: “La habilidad para leer poesía es la capacidad de llenar los espacios vacíos entre lo que existe y lo que falta. Cuando leemos, estamos creando significado; un poema no tiene solamente un significado. Cuanto más leemos, más rellenamos los espacios vacíos de forma adecuada y más nos acercamos a algo importante”. Entonces, ¿cómo puede uno conservar tanto lo que existe como lo que falta al traducir el poema a otro idioma? El profesor Mahmoud distingue entre dos estilos de traducción: uno más interpretativo, donde el traductor plasma en otro idioConcluyó que las imágenes de la patria en las poesías modernas ma su interpretación de la obra, y un estilo más fiel, en el que se ciñe estrictacoreana y egipcia eran casi idénticas. “Cuando iba a escribir sobre un mente al original y permite al lector llevar a cabo la interpretación. Este último poeta concreto”, recuerda, ”tenía que parar y preguntarme sobre qué es el objetivo del profesor, que usa un poeta estaba escribiendo, si sobre el coreano o el egipcio”. símil para describir sus esfuerzos. “Es como si pongo algunas hierbas en tu olla para dar sabor a la comida. Son los mismos alimentos, por lo que deberías de ser capaz de saber cuál es la patria en las poesías modernas coreana y egipcia eran casi idénel plato. Pero si preguntas: ¿Qué es esto?, entonces he fracasado”. ticas. “Cuando iba a escribir sobre un poeta concreto”, recuerda, Para asegurar que el texto original conservaba el espíritu, aun “tenía que parar y preguntarme sobre qué poeta estaba escribienaportando un sabor árabe a la traducción, trabajaba muy de cerca do, si sobre el coreano o el egipcio”. con su tutor, un docente coreano con fluidez en árabe. Les llevó Las imágenes de la ciudad, sin embargo, eran muy diferentes. cuatro años, pero el profesor Mahmoud está satisfecho con los De hecho, fue esta aproximación a la ciudad de la poesía moderresultados. Y probablemente con razón, porque ha hecho historia: na lo que en primer lugar le llevó a embarcarse en su búsqueda su obra es la primera traducción de poesía coreana al árabe reaacadémica. Egipto tiene una larga historia de colonización por las lizada por un hablante nativo de este último idioma, un importanpotencias occidentales que han convertido la ciudad en un símbote paso a la hora de introducir la literatura coreana en el mundo lo de la destrucción de la humanidad. Pero la poesía occidental, árabe. como “La tierra baldía” de T.S. Eliot, traducida más de 15 veces El profesor Mahmoud ya ha comenzado a ampliar sus estudios al árabe, dejó su huella en las imágenes utilizadas por los poetas de poesía moderna coreana. En diciembre presentó un documenárabes. “En poesía occidental, como T.S. Eliot e incluso Walt Whitto en el que comparaba a escritoras modernas de Corea y Egipman anteriormente, no se atribuye fe a la ciudad. Y el poeta egipcio to. La principal diferencia que halló fue la cuota de libertad de sus se refería a El Cairo como una ciudad sin fe, a pesar de que posee obras. Aunque las mujeres tienen en Egipto mucha más libertad miles de mezquitas. De este modo, quería saber si la poesía coreasocial que en otras naciones árabes, especialmente en los países na se había visto influida por las imágenes occidentales de la ciudel Golfo, donde esta libertad no se extiende a la creación literadad”. ria. “Recientemente, las escritoras coreanas han gozado de mayor La respuesta, al menos en la poesía de Kim Gwang-gyu, es un libertad que las árabes para escribir sobre todo tipo de temas. Las “no”, y para el profesor Mahmoud esto aporta esperanza sobre el escritoras árabes a veces tienen miedo de abordar temas como futuro de la poesía egipcia. “Las similitudes entre Corea y Egipto

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el sexo o los problemas de una pareja. Esto podría costarles su matrimonio, porque sus maridos no lo interpretarían como ficción, sino como un juicio sobre ellos”. Como resultado, muchas escritoras árabes no se casan o están divorciadas.

La Ola Coreana en las costas de Egipto Aunque la población egipcia de Corea -y en general la árabe- no conforma uno de los colectivos culturales extranjeros más notorios del país, la relación entre el mundo árabe y Corea es, en realidad, muy antigua. El profesor Mahmoud señala un texto del siglo IX del geógrafo árabe Ibn Khordadbeh titulado El Libro de Rutas y Reinos, que describe el reino de Silla como un lugar que los árabes gusta-

El profesor Mahmoud acompaña a los estudiantes de secundaria que visitan la Universidad de Chosun.

ban visitar y acomodarse. En los tiempos modernos, sin embargo, los egipcios no han sabido mucho de Corea hasta los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988 y, más tarde, hasta la Copa del Mundo de fútbol de 2002. La Ola Coreana no ha olvidado, sin embargo, bañar las costas de Egipto; donde las telenovelas de este país asiático son muy populares entre los jóvenes. También abundan productos coreanos en el mercado egipcio. “Hyundai, Daewoo y Kia son las tres principales marcas de coches en Egipto”, observa el profesor Mahmoud, antes de puntualizar que Samsung y LG también son conocidas allí como marcas de productos electrónicos de alta calidad. El profesor Mahmoud sonríe cuando piensa en la explosiva popularidad de Corea. “Estos días muchos jóvenes quieren visitar K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

Corea. Quieren tener la oportunidad de estudiar o trabajar aquí. ¡Hay tantos jóvenes locos por Corea!” Asegura que algunas chicas egipcias, hechizadas por los encantos de los románticos protagonistas de las telenovelas, hablan incluso de venir aquí a casarse con hombres coreanos. Él sonríe y reniega con la cabeza. “Si tratas de decirles que tengan cuidado, que la vida real es diferente, no te escuchan”. Por otra parte, le sorprenden los conocimientos que los coreanos poseen sobre Egipto. Por supuesto, todo el mundo sabe algo sobre el antiguo Egipto y sus monumentos, como las pirámides. “He conocido a algunos que no saben que es un país moderno. Piensan en personas que circulan en camellos”, ríe. Sin embargo, se ha encontrado con muchos coreanos bien informados sobre el Egipto contemporáneo. “Me agrada cuando alguien conoce mi país y tiene cierto interés en él. Siento agradecimiento a todos los egipcios que hacen mi país diferente, que lo convierten en un gran país”. Durante nuestra conversación, el profesor Mahmoud comparte un proverbio que demuestra la apertura de la cultura árabe. “La comida más simple es pan y sal. Las personas pobres que no tienen nada que comer cogen un trozo de pan, lo mojan en agua salada y se lo comen. Así que tenemos un proverbio famoso: 'Hay pan y sal entre nosotros’. Comer juntos crea una conexión de sangre, ahora tú eres miembro de mi familia”. En la cultura árabe el pan es el símbolo de la vida y compartir el pan es compartir la vida. Al oírle hablar, está claro que él siente lo mismo sobre Corea. A pesar de que probablemente regresará a Egipto en julio, tiene intención de conservar su estrecha relación con este país asiático. Además de proseguir su estudio de la poesía coreana, espera establecer en la Universidad de El Cairo un departamento de lengua y literatura coreanas. “La Universidad de El Cairo tiene un departamento de japonés desde hace más de 50 años y un departamento de chino desde hace 8 -hay 14 departamentos de lenguas diferentes- así que creo que darán la bienvenida a un departamento de coreano”. El profesor espera que sus esfuerzos ayuden a fortalecer los lazos entre las dos naciones y culturas. Y sabe que Corea permanecerá en su corazón. (Traducido por Atahualpa Amerise Fernández)

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EN EL CAMINO

El deleite de cultivar té De casa en casa, iba preguntando a quienes poseían plantaciones de té, si podía tomar algunas hojas; y con ellas, empecé a preparar té. Ahora, tengo mi propio campo de té, con el que tanto había soñado. Mientras cultivo té, vivo embriagado por su fragancia. Park Nam-joon Poeta | Lee Chang-su, Ahn Hong-beom, Suh Heun-gang Fotógrafos

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1. PlantaciĂłn de tĂŠ en hileras envuelve la ladera de una colina en Boseong. 2. Senderistas encuentran un campo de tĂŠ silvestre en Hwagae, condado de Hadong. 2

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olía visitar con frecuencia plantaciones de té. Recorrí enormes campos de té, como los de la isla Jeju en el extremo sureño del país; de Boseong y de Hadong en las faldas del monte Jiri; hasta pequeños campos de plantas de té silvestre en las montañas de Sunchang y Gimhae; así como aquéllos de ambiente sereno, ubicados en los alrededores de templos budistas. En medio de esos campos o viéndolos desde lejos, solía dejar volar mi imaginación. Pensaba, “algún día me llegará la oportunidad de cultivar mi propio té”. Soñaba con poder compartir con quienes visitaran mi casa, una taza de té cultivado por mis propias manos; y este sueño se hizo realidad de la forma más improvisada.

El campo de té de mis sueños Entre encuentros y desencuentros de la vida, me mudé al pueblo de Agyang, ubicado en las faldas del monte Jiri, en el condado de Hadong, provincia de Gyeongsang del Sur. En Agyang, durante la primavera, el té se siente en todas sus callejuelas y sobre los pequeños muros que se extienden a los largo de las mismas, se respira el olor que se produce al tostar las hojas de té. Y cuando elaboraban té con las primeras hojas cosechadas, los vecinos me invitaban a sus casas para disfrutarlo. Por supuesto, la invitación no era solo para tomar té juntos, sino que revelaba la intención del anfitrión, que deseaba escuchar la evaluación de otros sobre la infusión. Yo era consciente de ello. Así conocí a los cultivadores de té y aprendí del modo más natural cómo preparar té verde; desde cómo recoger las hojas hasta el proceso de elaboración, mientras ayudaba en el campo. Un día de primavera, tres años después de mudarme a Agyang, elaboré por primera vez mi propio té, cosa que a partir de entonces se convirtió en una de mis actividades favoritas. Desde el trabajo de recoger y tostar las hojas, hasta inhalar el aroma de una taza de té recién hecho… la felicidad que uno experimenta en este proceso es incomparable. Entonces, no tenía un campo de té. Iba de casa en casa, preguntando si podía tomar algunas hojas de sus plantaciones y así, empecé a elaborar té. Parece ser que más tarde, una familia del pueblo se enteró de mi historia. Como tenían un campo de té, pero no preparaban infusiones, esa familia un día contactó conmigo y me dijo que si quería, yo podía utilizar su campo de té. El

1. Agua del manantial de la ermita de Iljiam, en el templo de Daeheung en Haenam, utilizada por el venerable Choui para hacer té. 2. Ullim Sanbang en la isla de Jindo, donde el famoso maestro del té y pintor Heo Ryeon pasó sus últimos años de vida.

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propietario era un dentista con consultorio en el centro de Hadong, que se había mudado a Agyang, tras comprar un viejo campo de té y construir una casa en uno de sus rincones. En dirección al pequeño arroyo que fluye al lado de esa casa, estaban las plantas de té, bajo la sombra de unos ciruelos y unas grandes rocas. Muchas de ellas medían más de 2 metros de altura. Era evidente que el campo de té no había recibido cuidado alguno, al menos durante unos 10 años. Era como un campo de té silvestre. Sin embargo, al estar frente a él, mis palabras empezaron a hacer eco, como el lúcido sonido de una pequeña campana dentro de mí. “Éste es. Éste es el campo de té con el que tanto había soñado. ¡Ahora podré recoger las hojas, sin tener que preocuparme de lo que digan los dueños!” Iba y venía en mi motocicleta pequeña y amarilla, silbando de alegría. Y en las horas que pasaba recogiendo hojas de té, me sumergía en un mundo totalmente diferente, de silenciosa meditación. De mis manos que arrancaban las hojas, de mi ropa que K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

rozaba con las plantas de té y del viento primaveral que provocaba olas en el campo, emanaba como neblina el aroma de las verdes hojas de té.

Elaborar té fermentado Sin embargo, elaborar té no resultó ser nada fácil. Todo parecía mucho más duro de lo que había imaginado. Al no tener una olla para el desecado y tostado de las hojas de té, esta labor siempre la hacía en casa de un amigo que vive en el pueblo vecino. Al principio, solo preparaba té verde. Pero ahora, eso lo hago solo una vez en cada temporada, con las primeras hojas que reúno. Luego, elaboro té fermentado. Creo que, para mi gusto, el té fermentado es mejor que el té verde. Es más, hasta mis invitados prefieren el té fermentado. El té que elaboro, lo suelo compartir -aunque en pequeñas cantidades- con amigos y conocidos que disfrutan de las infusiones. En una ocasión, cuando dije que yo mismo había producido el té, un matrimonio muy amigo me expresó que deseaban experimentar esta tarea. Así, recogimos y tostamos las hojas de té juntos. La pareja vivía en la ciudad de Jeonju, en la provincia de Jeolla del Norte. Venían a mi casa un día antes y a la mañana siguiente, me acompañaban al campo de té para arrancar las hojas. La sensación de trabajar en grupo era muy diferente a cuando hacía todo solo. A veces, entre la labor, les llamaba para descansar y merendar. Pero tenía que

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1. Dasan Chodang, la casa donde el distinguido académico-funcionario y conocedor del té Jeong Yakyong vivió en el exilio durante 18 años. 2. Tostado de las hojas de té frescas en un caldero grande: El sabor depende del proceso de tostado y fricción.

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¿Qué hay para invitar a los visitantes en una casa ubicada en un barranco remoto?, la gente pregunta. Y yo digo a mis visitas: “Pase y disfrute de una taza de té. ¿Prefiere té verde o té fermentado?” gritar sus nombres reiteradamente, porque apenas me escuchaban, al estar tan concentrados en el trabajo. Decían que, reuniendo las hojas, se olvidaban del cansancio y del hambre, excitados por la hipnotizadora fragancia de las frescas y verdes hojas de té. Así debieron ser mis paseos en la infancia, ahora que lo pienso. Y al merendar, conversábamos sobre la experiencia, entusiasmados como niños por el regocijo de arrancar hojas de té. El té verde se elabora el día en que se recogen las hojas. Ese mismo día, se procede al tostado y desecado de las hojas. Sin embargo, el té fermentado requiere de un proceso más complicado, así como de más tiempo; y la manera de elaborarlo puede variar según quién lo haga. Mi método es el siguiente. Dejo reposar las hojas de té en un lugar techado durante una noche. Al día siguiente, cuando sale el sol, las extiendo para que se marchiten. Según la intensidad de los rayos, espero entre 30 minutos y 1 hora a que las hojas se sequen, para luego volver a exponerlas al sol y continuar con este ritmo. Cuando dentro del puño las hojas se sienten suaves y no demasiado secas, como si fueran a despedazarse, las restriego unas contra otras. Eso lo hago con las manos, como si lavara ropa con cuidado. El trabajo es muy similar a cuando se tuestan las hojas de té en un perol para preparar té verde. Después, seco las hojas de nuevo a la sombra. Este mismo proceso se repite hasta después de la caída del sol, al menos unas cuatro o cinco veces. Y es, en este proceso, que uno llega a apreciar la inexplicablemente seductora fragancia que emana de las hojas de té, que progresivamente cambian de color de verde a marrón. Una vez finalizada esa parte, las hojas de té se guardan en un franco hecho de barro, y éste se coloca en una habitación con calefacción. También se debe cubrir el tarro con una frazada, para que suba su temperatura interior. Pero, como las hojas necesitan una gran cantidad de oxígeno en su proceso de oxidación, no hay que olvidar destapar el tarro cada hora y remover las hojas. Tras este proceso de fermentación, que debe durar entre 20 y 24 horas, las hojas de té se sacan del tarro, para un desecado adicional en la sombra. Esta labor, de guardar las hojas

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secas en el franco de barro, exponerlas al sol durante la tarde, y recogerlas para que reposen dentro del tarro en una habitación caliente durante la noche, debe realizarse con constancia durante unos 10 días. Las hojas de té maduran dentro del tarro, que con el sol y de día, puede alcanzar una temperatura -tanto superficial como interna- bastante alta. Entonces, suelo destaparlo e inhalar hondo. En ese momento, el dulce aroma del té se esparce por todo el patio delantero de mi casa. El sol se pone. Enfonces empiezo a mover hacia adentro los tarros con las hojas, que permanecieron toda la tarde bajo el sol.

Embriagado con el aroma del té A lo largo de toda la temporada de cosecha y elaboración del té, vivo sumergido en una agradable fragancia. Sonrío con el aroma verde claro, que ondea con el viento al recoger las hojas, y siento que mi cuerpo flota entre las nubes con el olor de la fermentación del té, que se impregna por todos los rincones de mi casa. No hay modo de escapar de este placer de hacer té. ¿Qué hay para invitar a los visitantes a una casa ubicada en un barranco remoto?, la gente pregunta. Y yo digo a mis visitas: “Pase y disfrute de una taza de té. ¿Prefiere té verde o té fermentado?” El invierno terminó y llegó la primavera. Las hojas verde claro de las plantas de té extenderán sus manos y me susurrarán al ritmo del viento primaveral, “Aquí: Estoy aquí”. (Traducido por Joo Hasun) Cu l tu ra y a rte d e Co re a


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Publicaciones

Primera serie de novelas coreanas en coreano-inglés

‘Edición bilingüe: literatura moderna coreana’

The Wounded (Los heridos), escrito por Yi Cheong-jun y traducido por Jennifer Lee, 141 páginas, 6.000 wones o 7 dólares; y otras 14 obras, Seúl: Asia Publishers (2012)

Un creciente número de lectores extranjeros actualmente busca obras de literatura coreana. A su vez, aumenta la cantidad de alumnos extranjeros que estudia en Corea, la demanda de enseñanza del idioma coreano, y cursos de estudios sobre este país en universidades foráneas. En respuesta a este rápido auge de interés por Corea, la literatura se plantea como un medio eficaz para transmitir un conocimiento más profundo de su cultura e historia. Por ejemplo, “Por favor, cuida de mamá” de la novelista Shin Kyung-sook, traducida hoy a varios idiomas, ha contribuido a aumentar el interés por la cultura coreana en general, estrechando al mismo tiempo un vínculo emocional con lectores de todo el mundo. En este contexto, “Edición bilingüe: literatura coreana moderna”, publicada por Asia Publishers en julio de 2012, tiene como objetivo hacer realidad el deseo de acercar la mirada del mundo a Corea a través de una lente literaria. Asia Publishers (www.bookasia.org) es el editor de Asia, la primera revista literaria de Corea especializada en literatura asiática -y la única bilingüe en coreano-inglés- de periodicidad trimestral. Este proyecto bilingüe de literatura se llevó a cabo durante cinco años con la participación de destacados autores coreanos, como el novelista Bang Hyun-seok, o el crítico literario Lee Kyung-jae. Otros notables colaboradores son David McCann, profesor de literatura coreana de la Korea Foundation en la Universidad de Harvard, y Bruce Fulton, un prominente traductor de literatura coreana y profesor de la Universidad de Columbia Británica en Canadá. Los editores seleccionaron unas 100 historias cortas y novelas que mejor podían representar el panorama literario contemporáneo en Corea. La parte inicial de la serie comprende 15 obras de autores como Pak Wan-so (Park Wan-suh), Oh Jung-hee y Yi Cheong-jun, que pertenecieron a la vanguardia de la escena literaria post-colonial en Corea. En el primer semestre de 2013 se darán a conocer la segunda y la tercera parte de la serie, que comprenden 35 volúmenes. Estos incluyen las obras de los escritores más importantes, como Yi Mun-yol, y jóvenes autores como Kim Aeran, Park Min-gyu, y Kim Yeonsu. Las obras se agrupan por temas como la división nacional, la industrialización, la mujer en la sociedad coreana, la vida en Seúl, el amor, las vanguardias, la tradición y

la diáspora. Las próximas ediciones incluirán historias cortas escritas antes del final de la II Guerra Mundial y la liberación de Corea del dominio colonial japonés. Este autor participó en el proyecto de publicación como miembro del consejo de redacción, supervisando minuciosamente los procesos editoriales y de traducción, para asegurar la precisión y reflejar los matices de los textos originales, mediante una amplia consulta entre escritores y traductores. La Universidad de Harvard y la Universidad de Washington, seleccionaron la serie como libro de texto el año pasado y más universidades estadounidenses, entre ellas la Universidad de Columbia, planean hacer lo mismo este año. “Edición bilingüe: Literatura moderna de Corea" de Asia Publisher en coreano e inglés brinda una valiosa aportación a los lectores de literatura universal, así como a los estudiantes que desean acercarse al lenguaje y a la cultura de Corea”, afirmó Theodore Hughes, profesor adjunto de estudios coreanos de la Korea Foundation en la Universidad de Columbia. Esta serie bilingüe busca una comunicación más completa con los lectores de todo el mundo, proporcionando el texto traducido al inglés junto al original en coreano. Muchos países de habla no inglesa en Asia y África, han tratado de penetrar en los mercados editoriales más importantes, traduciendo sus logros literarios a los idiomas más leídos. Entre dichos esfuerzos, esta serie bilingüe es única por su intento de proporcionar un diálogo bidireccional a los lectores extranjeros. Al ser la primera producción de una antología bilingüe de la literatura coreana, los editores y traductores se toparon con varios problemas, como el de la romanización, especialmente en lo que concierne a nombres propios coreanos. En las traducciones de la primera edición, utilizaron uno de los tres sistemas más importantes de romanización. Por razones prácticas, no se dedicó un esfuerzo especial a adoptar un estilo uniforme en las 15 obras traducidas. Pero desde la segunda edición, sin embargo, la junta editorial ha decidido utilizar principalmente el método de McCune-Reischauer, manteniendo a su vez el sistema de romanización de topónimos locales del gobierno de Corea. Los intensificados esfuerzos de la academia, las autoridades gubernamentales y los editores, persiguen establecer un estándar mejorado de romanización para el idioma coreano. Jeon Seung-hee investigadora asociada, Instituto Coreano, Universidad de Harvard Cu l tu ra y a rte d e Co re a


Dueto exquisito de Gayageum y Buk

‘Gayageum Sanjo de Kim Hae-sook de la escuela de Choi Ok-sam’ Gayageum Sango de Kim Hae-sook, Buk de Yoon Ho-se, Paris: OCORA Radio France CD, 45 minutos y 10 segundos, 24,43 dólares

El sanjo es un género de la música tradicional coreana que comprende una interpretación solo instrumental con acompañamiento de percusión. Este género musical autóctono fue creado hace 100 años en base a las tradiciones musicales de la región suroeste de Corea, y ha logrado un notable desarrollo durante la segunda mitad del siglo XX. Teniendo en cuenta que la mayoría de los géneros musicales coreanos -que todavía se interpretan- tienen sus raíces en la música de los siglos XVII y XVIII, el sanjo es una creación relativamente reciente. Explica los motivos de este fenómeno Kim Hae-sook, profesora y reconocida intérprete de gayageum (cítara de 12 cuerdas), en la presentación de su último CD con OCORA Radio France. Kim señala: “A medida que las tradiciones musicales coreanas cambiaron con el tiempo, los músicos comenzaron a expresar emociones personales sobre el escenario. Esto dio lugar al nacimiento de nuevos géneros musicales y a la aparición de virtuosos músicos con talento artístico. En este contexto histórico, la canción narrativa pansori gozó de una gran popularidad por su interacción dinámica entre el cantante y los espectadores, guiados hasta las lágrimas y las risas. El sanjo apareció en línea con esta tendencia. Denominado “el pansori sin palabras”, el sanjo adoptó y transformó las técnicas musicales del pansori y, generación tras generación, las actuaciones improvisadas de sanjo llegaron a alcanzar formalidad. En este sentido, el sanjo es la condensación de la larga tradición musical coreana en un solo de instrumentos, como resultado de los cambios en el flujo de la historia de la música”. El sanjo fue inicialmente creado para el gayageum, del que se dice ha ganado nueva vida a partir del sanjo. Este nuevo estilo de interpretación, se extendió luego a otros instrumentos de cuerda, como el geomungo y el ajaeng, así como de viento, como el daegeum y el piri. Recientemente se están llevando a cabo experimentos para adaptar el estilo del sanjo al piano y a la guitarra. El sanjo se toca normalmente en un dúo, que combina el instrumento melódico principal y un instrumento de percusión, normalmente el

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janggo (tambor en forma de reloj de arena) o el buk (tambor en forma de barril achatado), que aporta al flujo melódico estructuras musicales formales. Las melodías del sanjo reflejan los sentimientos y la historia del pueblo coreano. Los músicos no se limitan a repetir las melodías aprendidas de sus maestros y también llevan a cabo sus propias improvisaciones e interpretaciones. Numerosos músicos tradicionales coreanos célebres del siglo XX desarrollaron sus propias versiones personales de sanjo. Esto llevó a la fundación de importantes escuelas de sanjo en diversas áreas del país, cada una de ellas con el nombre de un distinguido artista. Dos ejemplos son la Escuela Kim Juk-pa (1911-1989) para gayageum y la Escuela Han Gap-deuk (1919-1987) para geomungo . De las escuelas de sanjo para varios instrumentos, una gran mayoría se dedica al gayageum. En este CD, Kim Hae-sook interpreta el sanjo de gayageum al estilo de la Escuela de Choi Ok-sam (1905-1956). La Escuela de Choi Ok-sam gozó de un renacimiento gracias al maestro Ham Dongjeongwol (1917-1995), que enseñó a Kim Hae-sook. Kim, que a sus 20 años ya recibió por primera vez la aclamación de la crítica, atesora una excepcional maestría en este instrumento, de entre sus contemporáneos. Además, es una reconocida teórica de la música. Esta grabación sigue a “Jongmyo Jeryeak” la música para los ritos ancestrales reales de la Dinastía Joseon, como una segunda entrega de la serie de música coreana lanzada en 2010 por OCORA Radio France. Este CD, que invita al público a apreciar la quinta esencia de la música coreana tradicional del siglo XX, es una exquisita grabación de 45 minutos, en la que Kim Hae-sook toca el gayageum y Yoon Ho-se el buk. El álbum debe escucharse ininterrumpidamente de principio a fin, porque el sanjo tiene un formato épico que abraza la biografía del músico, y su actitud hacia la vida y el mundo. Jeon Ji-young Crítica musical


opiniÓn desde la lejanÍa

Nunca imaginé un país tan moderno César Williams Estudiante egresado de la Universidad Nacional de Chungnam

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enir a vivir a Corea no es algo que decida cualquier persona y más si se viaja desde tan lejos. Muchos amigos me decían que estaba loco, pero así empezó todo. En el año 2007, al graduarme de la Secundaria en Panamá, mi sueño era estudiar fuera del país. Durante casi 4 meses estuve buscando becas y convenios con mi Universidad para poder salir del país. Y tras ese proceso, en Junio del año 2008, concretamente el jueves 26 de junio -una fecha inolvidable para mí- llegué a Corea del Sur gracias a una beca de su Gobierno. Mi impresión sobre Corea antes de venir aquí, fantaseaba con algo parecido a algunas películas de artes marciales que había visto; pero nunca imaginé un país tan moderno. Al llegar al aeropuerto me vino a recoger una chica. Yo, como latinoamericano, la saludé con un beso y un abrazo: y así, desde el primer día, aprendí que en Corea no se saluda de esa forma. Caminando por el aeropuerto veía todos los anuncios en coreano, no había nada en inglés ni mucho menos en español. Y pensé para mí: “Bueno ya que estoy aquí me tocará aprender el idioma sí o sí”. Por fin llegué a la Universidad Nacional de Seúl y desde ese momento empezó para mí la aventura… y también los desafíos en Corea. Pasaron unos días e inicie el programa intensivo de lengua. Al llegar a clase, la profesora no sabía hablar inglés, por lo que me daba clases de coreano en coreano. La inmersión en el idioma fue tan “빨리 빨리” (deprisa, deprisa) que ya en la primera semana leía y escribía. En resumen: mi primera etapa en el país el proceso de adaptación no fue fácil. Con la comida, por ejemplo, estuve casi un mes sin probar los platos locales: sólo comía pasta o comidas rápidas. Pero pasaron los meses y mi adaptación fue mejorando poco a poco. Además, tenía la obligación de pasar un examen de coreano, porque de no hacerlo, tendría que regresar a mi país. Fueron meses de mucho trabajo hasta que llego la hora cero y logré pasar el examen. Después de varios meses de muchos sacrificios, logré entrar a la Universidad y comenzar mi carrera. Ya no residía en Seúl, sino a dos horas de la capital, en una ciudad llamada Daejeon –uno de los principales núcleos urbanos de Corea, que asimismo tiene de todo- y que se convirtió en mi segundo hogar durante cuatro años. Lo cierto es que también recuerdo mi aterrizaje allí como si fuera ayer. Como recién llegado a la Universidad -era mi primer año- entré en clase y tuve la impresión de ser el único extranjero: todos

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mis compañeros eran coreanos. Fue como cambiarse de colegio, o al menos yo tuve esa sensación. En ese momento uno de los alumnos, que posteriormente sería un gran amigo, se levanta y me dice: ¡ven, siéntate junto a mí! Por aquél entonces yo no dominaba el idioma coreano, porque me resultaba difícil y mi compañero no hablaba inglés, pero pese a todo, encontramos la forma de comunicarnos. Así pasaron varios meses hasta que, en el segundo semestre de mi primer año, tuve una clase donde el profesor casi me obliga a volver a mi país. Nadie conoce esta anécdota porque siempre quise ser discreto; pero nunca olvidaré cuando el profesor me dijo: ¿Y si no hablas coreano, para que has venido aquí? Yo no tenía palabras para responderle así que me quedé callado. Una vez superado ese mal trago, cada año me adaptaba más y mejor al entorno. Personalmente me considero una persona activa y me encanta el deporte. Desde que llegué a Corea jugaba al fútbol, nadaba y hasta jugué a béisbol en el equipo de la Universidad. Pero sin duda algo que marcó mi vida en Corea, fue cuando tuve que someterme a una operación de ligamentos cruzados y menisco, ya que tuve que dejar de hacer deporte totalmente durante 1 año. Entonces mi madre vino a Corea para cuidarme y fue increíble estar con ella aquí durante tres meses. Nunca olvidaré ese tiempo compartido con ella aquí en Corea. También fue para mí un gran honor haber conocido al profesor Ji Hong Lee, ya que es un reconocido profesor de robótica en Corea, y tuve la suerte de tenerle como tutor durante cuatro años. Yo trabajaba en su laboratorio y siempre les decía a mis amigos, que él fue para mí como un segundo padre, una persona digna de admiración y demasiado sencillo para ser quien es. Día tras día continuaba con mi vida, y la estancia aquí era cada vez más interesante, y gracias a mis amigos coreanos pude conocer más a fondo la cultura. Por ello doy gracias a Dios, y agradezco infinitamente la oportunidad que me dieron de estar en este país. Casi tres Navidades sin ir a casa y estar sin mi familia, junto a los otros muchos sacrificios que hice, más tarde dieron su fruto; y hacen que hoy día me sienta inmensamente feliz, porque haber vivido aquí una etapa de mi vida, sé que me cambió y que también, cambió mi trayectoria vital en muchos sentidos.

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Entretenimiento

Audaz experimento de una emisora pública para fomentar la lectura Un audaz experimento en el mundo de la radiodifusión, ha apostado por el atractivo de la narración, para revivir la influencia de los libros y la radio en la vida cultural de las personas. Korea Educational Broadcasting System (EBS) lee libros a sus oyentes durante 11 horas al día, de lunes a viernes, en su canal de radio FM 104,5 MHz, siendo éste el primer medio de comunicación coreano que se dedica a la lectura de libros. Los sábados, la emisora escucha en directo a sus oyentes, y los domingos, emite las versiones resumidas que han sido seleccionadas durante la semana. El experimento cumple un año en marzo. Lim Jong-uhp Reportero, diario Hankyoreh

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misiones en lenguas extranjeras como el inglés, programadas para ayudar a la comprensión, lectura y expresión oral, se han ofrecido 21 horas diarias a través del canal EBS FM durante mucho tiempo. Los índices de audiencia son muy bajos, estando simplemente, entre un 1,5% y un 2%. Sin embargo, estos programas tienen oyentes muy fieles que tratan de aprender inglés. En marzo de 2012, EBS decidió cambiar hasta 11 horas de programación de lenguas extranjeras por programas de lectura de libros. Este fue un cambio revolucionario, teniendo en cuenta que la mayoría de los programas relacionados con la lectura de libros que se emitían en televisión o en radio, solo ocupaban 15 minutos al día o 50 minutos a la semana, como máximo. Las primeras opiniones de los oyentes se podían dividir principalmente en dos perspectivas opuestas: era algo “innovador” e “insensato”.

Ya que no leen, ¡hagamos que escuchen! Según una encuesta realizada por la Sociedad de Editores de Corea y el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo, el número de libros vendidos en 2010 se redujo un 8,5% respecto al año anterior. En 2011, este dato bajó un 7,8% y el descenso interanual se estima en aproximadamente un 10% para 2012. En los últimos ocho años, el número de librerías locales ha sufrido un descenso de hasta un 29,3%. Estas son consecuencias de las librerías “online”, que están rompiendo reglas establecidas hace largo tiempo en el mercado del libro, al poner fin a los precios fijos de los libros. Debido a las presiones del mercado, se derrumbó la base para la publicación de libros en los más diversos ámbitos, ya que cada vez más y más lectores tienden a elegir libros de autoayuda y sobre el arte de vivir, que por lo general vienen con grandes descuentos. Además, los estudiantes se han distanciado de los libros, a causa de las tensiones derivadas del sistema nacional de exámenes para el ingreso en la universidad, que recompensa el aprendizaje mecánico y la memorización. Por ello Internet y los teléfonos inteligentes, parece que han desempeñado un papel importante en la disminución de la lectura. Así, el proyecto de “radio de lectura de libros”, era en realidad una respuesta a la insuficiente demanda de libros y a la disminución del número de lectores. “Tras un fuerte descenso en los índices de audiencia y en la influencia de la radio como medio, necesitábamos nuevos retos y llegamos a un consenso sobre el efecto conmovedor de la narración. Pero la mayoría de los programas de radio ya habían usado las historias ordinarias de los oyentes como material. Por este motivo nos decidimos por los libros. Lo llamamos “radio de lectura de libros” para diferenciarlo de otras iniciativas o programas. Pensamos que la radio, como medio emocional, tendría buena química con los libros”, explica Kim June-bum, gerente de producción de EBS. Leer el texto original tal y como es La radio de lectura de libros comienza con “Cuento de hadas para adultos” a las 10 de la mañana, y termina con “Literatura británica y ameri-

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cana” a las 11 de la noche, de lunes a viernes. Las horas intermedias se rellenan con programas como “Concierto de poemas”, “Concierto de ensayos”, “Salón de cuentos”, “Un libro leído por un famoso (o un oyente)”, “Lectura de los clásicos” y “Café de libros”. Los fines de semana, desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la tarde, están dedicados a escuchar a los oyentes y a los resúmenes de las lecturas de la semana. Los libros que se leen en las emisiones están seleccionados de listas compiladas por los oyentes, a partir de libros que ya han leído o títulos de los que, por lo menos, han oído hablar, porque los oyentes -en estos casos- tienden a estar inmersos en la historia. Los libros que ya han sido emitidos hasta el momento incluyen novelas e historias cortas, escritas por autores cuyos nombres aparecen en la historia de la literatura coreana moderna y contemporánea; libros de escritores de renombre cuyas obras se muestran normalmente en el escaparate de las librerías; y obras maestras de famosos escritores coreanos y extranjeros, como Henrik Ibsen y O. Henry. También se han leído en la radio novelas por capítulos que más tarde fueron publicadas en libros, como “Si las olas pertenecieran al océano” de Kim Yeon-su y “El sonido del agua del recial” de Hwang Sok-yong. Una norma es que los libros se leen tal y como están en el original. En la lectura de libros con diálogos, los lectores interpretan y dramatizan los diálogos. Locutores de EBS, actores de teatro, artistas de doblaje, cantantes y escritores, son invitados para participar como presentadores del programa o lectores de libros. Dado que tanto la sensibilidad como la habilidad de los lectores afectan a la concentración de los oyentes, el equipo de producción es bastante cauto a la hora de seleccionar a los lectores. El tiempo de emisión de un episodio puede durar de 20 minutos a dos horas para cada programa. Los expertos dicen que el público puede concentrarse escuchando la lectura de un libro entre 15 y 20 minutos como máximo. Sin embargo, el personal de EBS piensa que los oyentes pueden concentrarse durante 1 ó 2 horas, y considera que su decisión de programación ha sido bastante acertada. Son Hee-joon, el director de producción del programa “Café de libros”, de 2 horas de duración, comenta: “Al principio estaba preocupado por si el público mostraba una respuesta pobre, pero luego llegué a convencerme de que nuestros oyentes se identificaban con los principales personajes de los libros y mantenían una concentración constante”. Basándose en el historial de resultados y en la respuesta del público durante el año pasado, los miembros del equipo de producción piensan que los índices de audiencia -particularmente estables- de sus programas se mantienen en su mayoría debido a unos oyentes motivados por una fuerte curiosidad intelectual y por la K o r e a n a ı P r i ma v e r a 2013

soledad. Dicen que algunos de los oyentes que se unieron al programa matutino a través de la sección de oyentes o del tablón “online”, a veces vuelven al programa de la noche. Desde una perspectiva técnica, creen que ha sido eficaz ofrecer el resumen de la lectura del día anterior, justo antes de comenzar la lectura del día; leer algunos de los comentarios de los oyentes que se han publicado en el tablón “online”; o plantear un concurso y dar un pequeño premio, a aquellos que enviaron las respuestas correctas. Un oyente opina que la “radio de lectura de libros” promueve la lectura “escuchando”. Explica que, “cuando lees un libro, siempre puedes volver a leerlo si no has entendido alguna parte. Sin embargo, en la radio, si te has perdido alguna parte no puedes volver. Por eso, tengo que concentrarme de verdad. Me gustaría llamarlo lectura activa”.

“Taxis que leen libros” en las calles de Seúl Puedes escuchar la “radio de lectura de libros” en línea o a través de tu teléfono móvil, descargándote el programa ‘Bandi’ de EBS (http://home.ebs.co.kr/bandi). Si te has perdido alguna transmisión en directo, puedes volver a escucharla a través de la página web (http://www.ebs.co.kr/index. jsp), que es como un audiolibro gratuito. Y para su nueva programación, en la primavera de este año, EBS tiene la intención de probar algo nuevo. Van a utilizar 10 horas de los sábados para leer en directo obras creadas por los oyentes - que hayan sido seleccionadas - en vez de leer sus cartas. Las obras serán publicadas en forma de libros, con el canal de radio como puerta de entrada, para que el público general tenga la oportunidad de convertirse en escritor. También hay planes para adaptar clásicos coreanos, como “La historia de Hong Gil-dong”, “La historia de Chunhyang” y “La historia de Sim Cheong”, a un estilo actual, para luego leerlos en lengua extranjera. Esta iniciativa dará una idea de la literatura coreana clásica a un público no coreano. Es demasiado pronto para decir si este experimento de emisión de radio ha sido un éxito o un fracaso. Hasta el momento, no hay indicadores visibles, como una fuerte subida en los índices de audiencia, o que alguno de los libros que se han leído se haya convertido en un bestseller. Sin embargo, es alentador ver que algunos taxis, que sintonizan este canal de radio durante todo el día, llevan pegatinas de “Taxi que lee libros” en sus ventanillas. Los taxistas de Seúl, que ahora pueden “leer” libros mientras conducen gracias a este canal de radio, realizaron una ceremonia de bienvenida para los “taxis que leen libros” el 20 de septiembre de 2012. Actualmente, conducen por las calles de Seúl “leyendo” libros junto a sus pasajeros. (Traducido por Raimon Blancafort)

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DELICIAS DE BUENA COCINA

Cangrejo hembra lleno de huevos en primavera, cangrejo macho lleno de carne en oto単o

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El guiso de cangrejo (kkotkyetang ) y el cangrejo crudo sazonado, llamado gejang (o kejang ), son dos de los sabrosos platos de cangrejo que más gustan a los coreanos. En particular, el cangrejo crudo sazonado, marinado en salsa de soja, goza de una gran popularidad como guarnición para despertar el apetito, y a menudo es consumido con tanto arroz que los coreanos llaman al plato “ladrón de arroz”. Ye Jong-suk Columnista de alimentación y profesora de mercadotecnia, Universidad de Hanyang | Ahn Hong-beom Fotógrafo

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todo el mundo le encanta el cangrejo. Se come básicamente al vapor, hervido o cocinado con amor como un plato especial de casa. En todo el mundo, la gente que vive cerca del mar captura cangrejos y está orgullosa de sus platos de cangrejo, los cuales tienen su propio estilo. En las ciudades costeras, siempre hay lugares famosos por su marisco, como Fisherman’s Wharf en San Francisco y Lei Yue Mun en Hong Kong. En estos lupares, se pueden ver lugares grandes cantidades de cangrejos que se han capturado en las proximidades, amontonados en tiendas y restaurantes. En Japón, donde todos sienten un amor especial por el cangrejo, ubicuas grandes réplicas de cangrejos hechas de plástico están colgadas a lo largo de las calles de sus ciudades, anunciando restaurantes de cangrejo. Sin embargo, en cuanto al amor por el cangrejo, los coreanos son insuperables.

Guiso de cangrejo y cangrejo crudo sazonado El amor de los coreanos por la carne de cangrejo se remonta a varios siglos atrás, según los registros. Kim Jong-jik (1431–1492), un funcionario del gobierno de principios de la dinastía Joseon, le cantaba alabanzas en versos: “Corta las pinzas, los palillos persiguen la carne blanca. / Corta el abdomen, y encuentra la recompensa, el oro”. Seo Geo-jeong, otro funcionario erudito de la misma época, también exaltó al cangrejo escribiendo: “Se dice que al poeta ermitaño Dongpo le encantaba el cangrejo, / yo también he crecido para amarlo profundamente”. Parece que todos los coreanos han mostrado su entusiasmo por el cangrejo durante un largo periodo de tiempo y han disfutado de ellos de varias maneras, posiblemente más que cualquier otra comunidad. A finales del siglo XIX, en el libro de cocina Siui jeonseo , más o menos un “compendio de buena cocción”, se pueden encontrar varias recetas de cangrejo, como cangrejo frito, cangrejo frito rebozado en harina, cangrejo encurtido, cangrejo al vapor, sopa de cangrejo y carne de cangrejo seca. En Gyuhap chongseo, una enciclopedia para mujeres publicada en 1809, se pueden encontrar no solo recetas de platos de cangrejo, sino también consejos de cómo criar y cuidar cangrejos vivos, qué comida no se debe comer con cangrejo, cuándo comer cangrejo, cómo reconocer cangrejos venenosos, cómo garantizar la jugosidad del cangrejo crudo sazonado (alimentando a los cangrejos con comida especial para que produzcan órganos más ricos y jugosos, y conseguir un mejor sabor). Esta plétora de platos llevó a Tim Alper, un columnista británico de comida residente en Corea, a comentar: “Mientras que gran parte de los occidentales simplemente prepararían al vapor la mayoría de las variedades de cangrejo, los coreanos han desarrollado dos de las mejores recetas de cangrejo del mundo, kkotkyetang y kejang, que junto con el maravilloso plato tailandés poo pad pong garee, salteado de cangrejo al curry, constituyen para mí, posiblemente los mejores tres platos de cangrejo del planeta”. Sorprendido por el sabor del kejang, lo descriEstofado de cangrejo (kkotkyetang) elaborado con cangrejos-hembra cargados de huevas. Se mezclan pasta de soja y pimiento rojo en una olla con agua, se añaden rábano en rodajas y cangrejos frescos y la mezcla se lleva a ebullición. Entonces los cangrejos se quitan para eliminar la cáscara dura, y se cortan en porciones para colocarlos de nuevo en la olla, y que hiervan más tiempo junto con la cebolla, los chiles rojos y verdes y mirabeles, entre otros vegetales.

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1. Gejang (o kejang ). El cangrejo sazonado crudo, un plato único de cangrejo coreano, se prepara con salsa de soja hervida con otros ingredientes, como cebolla, pimiento entero y ajo. Se come después de marinar el tiempo suficiente. 2. En primavera y otoño se pueden comprar cangrejos frescos traídos directamente del mar en los mercados de pescado de las ciudades.

be como “increíblemente delicioso; la idea de conservar el cangrejo crudo en salsa de soja es tan simple, pero [el resultado] tan maravilloso, que no me puedo creer que ningún otro país haya sido capaz de pensar en esta idea”.

‘El cangrejo tiene un sabor dulce’ Existen más de 4.500 especies de cangrejos en todo el mundo y alrededor de 180 tipos viven en los mares de Corea, siendo el preferido entre todos ellos el cangrejo azul, o kkotkye en coreano. La mejor temporada para el cangrejo llega dos veces al año: en primavera, cuando los cangrejos hembras están llenos de huevos antes de la puesta de los mismos, y en invierno, cuando los cangrejos machos tienen mucha carne debido a que hace frío. Los cangrejos se distinguen por la forma de su cubierta adbominal: el macho tiene un escudo estrecho y triangular, mientras que la hembra luce un amplio y redondeado “delantal”. El cangrejo azul, también llamado “cangrejo nadador” en otros lugares, es conocido por varios nombres en chino-coreano, como yumo (youmou en pronunciación china) baldo (bozhao), y sihae (shixie), así como otros nombres puramente coreanos como geotchire, salgwoe y gotge. También se le llama nalgae kkotke, o kkotgeu en algunas regiones. En el Jasan eobo, un libro del año 1814 acerca de las criaturas del mar alrededor de las islas Heuksan, Jeong Yak-jeon escribió: “Los cangrejos normalmente pueden caminar sin problemas, pero no pueden nadar bien. Sin embargo, este cangrejo puede nadar bastante bien extendiendo sus patas como un ventilador”. Jeong añade: “Cuando este cangrejo nada en el mar, esto es señal de que se aproxima un fuerte viento. El cangrejo tiene un sabor dulce”. Pero incluso durante la temporada de cangrejo azul, los coreanos no siempre pueden disfrutar de él en abundancia. El suministro de cangrejo azul está estrechamente vinculado a la situación política en la península coreana, donde el norte y el sur se encuentran en una confrontación continua. Más de la mitad de los cangrejos azules de Corea llegan de la zona del mar del Oeste, alrededor de cinco islas que pertenecen a los distritos de Ongji y Ganghwa, de la ciudad de Incheon, pero la zona se encuentra cerca de Corea del Norte y, por lo tanto, bajo una tensión militar constante. Cada vez que Corea del Norte inicia una provocación, la pesca se prohibe por completo en esa zona y, por eso, los cangrejos azules de allí quedan prohibidos. Cuando Corea del Norte bombardeó la isla de Yeonpyeong en 2010, se prohibió la pesca en toda la zona durante un tiempo, haciendo que el precio del cangrejo azul se disparara, y la gente solo podía morderse los labios. Por tanto, la situación política de un país dividido se puede notar incluso en la mesa, a la hora de comer. La frescura es la clave La mejor manera de disfrutar de los cangrejos es comiéndolos en el mismo lugar en donde han sido capturados. Durante los viajes de larga distancia, pueden perder frescura e incluso peso a causa del estrés, lo cual los hace menos sabrosos. El mejor plato es un guiso a base de cangrejos frescos, que tienen un sabor dulce y sin olor a pescado. El guiso de cangrejo preparado con cangrejos del mar del Oeste es considerado el mejor.

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La mejor manera de disfrutar de los cangrejos es comiéndolos en el mismo lugar en donde han sido capturados. El mejor plato es un guiso a base de cangrejos frescos que tienen un sabor dulce y sin olor a pescado. El guiso de cangrejo preparado con cangrejos del Mar del Oeste es considerado el mejor.

Una antigua receta de Sieui jeonseo aconseja: “Para una sopa, se utiliza la carne de los órganos de color oscuro y amarillo. Sin embargo, la carne del órgano amarillo se mezcla primero con huevo y se condimenta con aceite salado. Se hierve la sopa con cebolla verde y jengibre, y se sazona con pimienta. Cuando haya hervido lo suficiente, se le añade huevo batido”. A partir de este texto, la sopa de cangrejo parece que se hacía solamente con carne de órganos de cangrejo. Tal vez se cocinaba de esa manera para la nobleza, para consumirla de una manera digna. No obstante, no existe ningún estigma para los coreanos asociado con el placer de comer cangrejo, tirando de la carne blanca de su caparazón. En una olla, se mezcla pasta de soja y pimiento rojo en polvo con agua. Luego, se añaden cangrejos azules frescos y rábanos en rodajas, y se pone a hervir. Una vez hierve, se arranca el caparazón duro de cada uno de los cangrejos y se corta la punta de sus pinzas. Se vuelven a meter los cangrejos en la olla, junto con rodajas de cebolla, pimiento rojo y hojas de crisantemo, entre otras verduras, y se hierve por más tiempo. Los restaurantes famosos en Seúl por sus platos de cangrejo, con cangrejo crudo sazonado, se encuentran en un callejón de Sinsa-dong y en el “callejón del cangrejo azul” de Majangdong. Hoy en día, los cangrejos frescos recién capturados pueden ser entregados a domicilio en un paquete con hielo, por lo que dos veces al año, en primavera y en otoño, es posible el cangrejo de temporada al vapor o preparado en guiso, o marinado para su posterior disfrute. Mientras tanto, en los mercados de pescado de las ciudades, se pueden comprar cangrejos frescos recién capurados en cajas o al peso peso. Gracias a esta comodidad, hoy en día, los coreanos pueden saborear el cangrejo de temporada en cualquier lugar. (Traducido por Raimon Blancafort)

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Jornadas de literatura coreana

crítica

Inquietante penetración en la vida Uh Soo-woong Reportero de arte y cultura, The Chosun Ilbo

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l 22 de enero de 2013 fue el segundo aniversario de la muerte de la escritora Park Wan-suh (1931-2011). Por esas fechas llamé a Ho Won-suk, su hija mayor, tras unos cuantos meses sin comunicarnos. Es ella quien todavía cuida de la pulcra casa de la escritora en Achiul, en la ciudad de Guri, al este de Seúl. Es precisamente la casa de la que habla en la parte inicial del relato “La casa del chico” (publicado en 2007 en una colección llamada La amable señorita Bok-hui): “Hacía ya algunos años que yo también había dado por concluida mi vida en un piso y me había mudado a una casa con jardín”. Los coreanos suelen referirse a Park Wan-suh como una de sus novelistas más populares, pero a esa designación quisiera añadir un detalle más. Tomando prestada la expresión del poeta Jang Seok-ju, ella es la “fuente de la literatura maternal”. En la historia de la literatura coreana, la corriente principal la han constituido durante largo tiempo novelas que perpetuaban el patriarcado. Las obras de Park tratan temas relacionados con mujeres destinadas a sufrir de alienación en una sociedad patriarcal. Tiene innumerables relatos que tratan de hijas más que de hijos, madres más que padres y mujeres más que maridos. Existe un sinnúmero de escritoras en Corea que sigue esta tendencia, pero las obras de Park Wan-suh, además de ser numerosas, destacan por mostrar una especial sensibilidad. Son obras que nos juzgan en base a la falsedad de nuestra aparente felicidad de pequeños burgueses y penetran en la hipocresía o la doble personalidad de los seres humanos, lo cual se considera como su marca distintiva, patentada por ella. “La casa del chico” es un buen ejemplo, en el que la autora muestra que es incapaz de evadirse de una penetrante contemplación, ni siquiera en asuntos referentes a sí misma. La obra se publicó originalmente en verano de 2002 en la revista Munhak-gwa Sahoe, cuando la autora tenía 70 años. Recuerdo con claridad lo feliz y reconfortado que me sentía al ver cómo una escritora de 70 años estaba, codo a codo, con colegas jóvenes y presentando tan intrépidamente obras de tal magnitud, en una época en la que el escenario de la literatura coreana rebosaba de escritores de poca edad. El tema de la sección especial de esta edición de Koreana es “Aspectos de Seúl que incluso los coreanos desconocen”. Esta obra de Park Wan-suh puede considerarse como un estudio de fenóme-

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nos sociales modernos, un relato que trata sobre las circunstancias de la vida de una joven en la zona de Donam-dong, algo que incluso los coreanos ignoran. Bajo la superficie, esa joven hervía de amargura y deseo físico. Es una aguda denuncia de los deseos primordiales, el complejo de culpabilidad y la falta de conciencia humana de una mujer, lo que podría incluir a la propia autora. El relato tiene su escenario en el Seúl devastado por la guerra en los años 50. El punto de partida es la visita de la protagonista, ya entrada en años, al barrio de Donam-dong que se extiende a lo largo del arroyo Angam y donde vivió “el chico” que fue su primer amor. Es también allí donde la protagonista vivió su infancia, lo que la lleva a afirmar que “esa zona me era muy familiar”. En aquellos tiempos, cuando ella era todavía estudiante de bachillerato, un día una lejana pariente de su madre se mudó a la vecindad. Esa mujer vivía en una mansión con un arco de piedra y tenía un hijo de su misma edad. Era una época en la que se segregaba estrictamente a niños y niñas, por lo que pasaron mucho tiempo como desconocidos, pero se reencontraron unos años después. La narradora, ya universitaria, trabajaba en la base americana para ganarse la vida y, una noche, de regreso del trabajo en un tranvía se encontró casualmente con ese chico y ambos empezaron a conversar. Se sintieron mutuamente atraídos y entre ellos nació el amor. Eran una pareja feliz que disfrutaba recorriendo los rincones de Seúl. El chico estaba en paro y ella, viéndose obligada, trabajaba para sustentar a cinco personas. Esta situación se debe al hecho de que durante la guerra todos los hombres se habían ido al frente o al otro mundo, y en su casa no quedaban más que mujeres y niños. Aun así, era inútil rehusar a esa peligrosa pasión. Todos los hombres de su familia habían fallecido, víctimas de la guerra, y esta joven muchacha que estaba al cargo de su familia sentía remordimiento por los sentimientos amorosos que le habían atravesado el corazón. La narradora cuenta que: “Estando ya en mayo, abundaban flores de todo tipo en el jardín. No sabía que hubiera flores tan diferentes. Además de las blancas lilas de intensa fragancia y del iris púrpura que se asemeja a las llamas del fuego, había adelfas delicadamente sensuales, granadas con flores que se parecían a las luces Cu l tu ra y a rte d e Co re a


Park Wan-suh Park Wan-suh se considera la fuente de la literatura maternal coreana, es decir, escribe a través del prisma o desde el punto de vista femenino. Hay infinidad de escritoras en Corea que mantienen esta tendencia, pero las obras de Park Wan-suh, además de ser numerosas, destacan por mostrar una especial sensibilidad. Es sorprendente su penetración en la naturaleza humana, que nos deja incluso atónitos. El relato “La casa del chico” es un buen ejemplo de ello, en el que la autora demuestra que ni ella misma es capaz de evadirse de esa penetrante contemplación, ni en asuntos referentes a sí misma.

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de los prostíbulos y gardenias que suspiraban. Brotaban todas salvaje y apasionadamente, como si coquetearan sin detenimiento”. La mutua interferencia entre pasión y culpabilidad es uno de los aspectos más relevantes de la obra. Incluso los lectores no coreanos todavía no familiarizados con la historia de Corea podrán darse cuenta del origen del han (amargura, melancolía), un sentimiento que subsiste en el interior de los coreanos mayores de sesenta años de edad. Al igual que en la obra, la tragedia del conflicto fratricida del que se habla, la Guerra de Corea transformó, no en pocas ocasiones, a miembros de una misma familia en enemigos mortales. En esos tiempos de angustia, cuando los ejércitos del sur y del norte avanzaban y retrocedían una y otra vez, el mundo también cambiaba repetidamente y no era una excepción el corazón de todos y cada uno de los coreanos. Al final del relato, la narradora, ardiente de pasión, traiciona al chico. Es aquí donde la obra adquiere la universalidad del mundo de la literatura. La verdadera razón por la que decide engañarse a sí misma y traiciona al chico es por su esnobismo y pragmatismo conservador. Sentía, como el pájaro hembra del relato, deseos de una vida agradable y confortable con sus polluelos en una sólida casa por muy pequeña que fuera. Resulta desconcertante esta actitud ante la vida. En ocasión del segundo aniversario de la muerte de la novelista, leí en un tramo de su autobiografía la siguiente referencia: “Habiendo crecido ya el menor de mis hijos como para no requerir de más cuidados, me sentía entonces aburrida. El aburrimiento se convirtió en una intensa desdicha que me sobrecogió de súbito. Mis hijos ya no eran niños que necesitaran de mis cuidados día y noche. Lo que me hacía sentir más desdichada era la evidencia de que mis hijos y también mi marido estaban cada día más ocupados con el trabajo que realizaban y que todo lo que hacía era estar esperándolos y que, a veces, ni para eso daba abasto. Empecé a pensar que yo también debía tener mi propio trabajo. Si una mujer tan apasionada como yo gastara todas sus energías en la familia, no habría duda de que terminaríamos en el infierno”. Me gusta esta confesión confidencial y egoísta de Park Wan-suh. Aunque haya diferencias de grado, el ser humano no puede evitar esta clase de limitaciones. ¡Que descanse en paz en el cielo! (Traducido por Kim Un-kyung)

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IMAGEn de cOREA

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n Seúl residen más de diez millones de personas. En medio de este hormigueo de gente, la vibrante cacofonía que impulsa las avenidas de la ciudad y el laberinto de las callejuelas antiguas, aún perdura una zona donde puedes dar largos paseos, enfrascado en tus pensamientos y sin ser estorbado por obstáculos de la vida moderna como coches, autobuses, semáforos, pasos de peatones y muchedumbre: es precisamente aquí, a lo largo de la ribera de este bucólico riachuelo llamado Cheonggyecheon o “limpio arroyo del valle”. Desciende a borbotones la corriente por su antiguo cauce, que serpentea de este a oeste durante los 10,8 kilómetros que atraviesan el corazón de la ciudad. Así, esta vía fluvial y su verde sendero, conforman un jardín mágico donde puedes olvidarte -por un momento- del bullicio del mundo urbano, para luego volver, fresco, al abrazo de la dinámica ciudad. Al establecerse en 1392, la dinastía Joseon adoptó la ciudad de Seúl como capital. La ciudad se asentó y construyó sobre una amplia cuenca entre una montaña elevada al norte y otra más baja al sur. Los treinta afluentes que descienden de la montaña, confluyen en el centro de la ciudad para reunirse en esta vía fluvial, que cruza de lado a lado la ciudad, antes de girar hacia el sur e incorporarse al río Han. Esta ribera natural está seca la mayor parte del tiempo; pero durante la estación de lluvias, con la corriente, inesperadamente rebosa inundando las casas ubicadas en sus alrededores. Durante los últimos sesenta años, Cheonggyecheon ha sido objeto de fuertes e implacables cambios, considerándose el espejo de la historia contemporánea de Seúl. En 1953, más o menos al final de la Guerra de Corea, este riachuelo era una madriguera de chabolas de refugiados y pordioseros. Enormes cantidades de basura y aguas residuales -vertidas descuidadamente- causaban putrefacción y mal olor. En 1958 empezaron sus labores de restauración. Por lo pronto, intentaban ocultar tan espantosa situación. Posteriormente, Seúl se desarrolló a una velocidad vertiginosa, acorde a su rápida industrialización. En 1967 se empezó a construir la carretera del paso a nivel de Cheonggye, una avenida de 16 metros de ancho y 5,65 kilómetros de largo, por encima del riachuelo encubierto, gracias a la cual, era posible atravesar la metrópoli en tan sólo diez minutos. La restauración del riachuelo se dio por concluida casi veinte años después. Sin embargo, antes de ese plazo, el paso superior ya había perdido su razón de ser. Su estructura -desmoronada y desagradable a la vista- se convirtió en un peligro, y también en una fea cicatriz en la imagen de una emergente capital mundial. La ciudad llegó a percibir que Cheonggyecheon debía recuperar su aspecto original para que Seúl pudiera sobrevivir. En el año 2003 se retiraron el paso elevado y las estructuras que cubrían el riachuelo, y se construyeron los 22 puentes que conectan con el centro de la ciudad. Y así, desde octubre de 2005, las limpias aguas de Cheonggyecheon empezaron a fluir de nuevo. Sus aguas resplandecían otra vez bajo los rayos del sol hasta integrarse al gran río Han, como si su corriente nunca se hubiera detenido durante todo ese tiempo. Y el brillo en las caras de las muchas personas que disfrutan paseando junto a sus aguas, ayuda a olvidar la ensombrecida oscuridad de días pasados.

De nuevo, el arroyo fluye libremente Kim Hwa-young crítico literario y miembro de la Academia Nacional de las Artes de Corea

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