Koreana Winter 2015 (Spanish)

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InvIerno 2015

CuLTuRA y ARTe de CoReA

RePoRTAJe eSPeCIAL

Seowon

Fortalezas académicas e ideológcas de los literatos rústicos; arquitectura de las academias confucianistas: una estética de sencillez y austeridad; Cambiar los roles del futuro: Búsqueda en la vida cotidiana del Seowon

El legado de los Seowon, las academias neoconfucianas de la dinastía Joseon

Tomo 24, nº- 4

ISSN 1225-4606 Cultura y arte de Corea 85


IMAGEN DE COREA


EL INVIERNO COMIENZA CUANDO LOS BLOQUES DE SOJA CUELGAN DE LOS ALEROS Kim Hwa-young Miembro de la Academia Nacional de las Artes

I

pdong, la división de la temporada del año que marca el inicio del invierno, este año cayó el 8 de noviembre. En el campo, esta fecha implica muchos preparativos para el invierno. Una de las principales tareas es la confección del meju (bloques de soja). La visión de estos bloques atados con paja colgando bajo la cornisa del dormitorio principal o del alero de la casa para secarse al brillante sol de otoño, es la imagen del corazón que cuelga junto al anhelo de la ciudad natal de la infancia. El meju es el ingrediente principal de la pasta de soja, de la salsa de soja y de la pasta de pimiento rojo, base de los mejores platos de la cocina coreana y una fuente de proteína de origen vegetal. En los viejos tiempos, cuando ipdong llegaba, mi madre y mi abuela tomaban la olla de hierro que colgaba afuera de la casa y ponían a cocer carne y frijoles. Durante todo el día los granos hervían sobre un fuego lento -alimentado por rebabas de castaño bien secas- y la casa se llenaba de ese olor salado. Unos pocos frijoles cocidos tomados furtivamente de la olla servían para calmar mi apetito. En esta época del año, ayudaba a mi padre a pegar papel blanco fresco en puertas y ventanas. Primero cubríamos de manera uniforme -con una fina capa de cola- los marcos de madera, para luego colocar con suavidad el papel blanco en la parte superior, cepillando suavemente hacia abajo, hasta finalizar golpeándolo suavemente, para asegurar que quedaba bien pegado. Posteriormente, rociábamos uniformemente una bocanada de agua limpia por todo el papel. Así, el papel se quedaría totalmente fijado, al secarse y estirarse con el luminoso sol de otoño. Para entonces, mamá ya había retirado los frijoles de la olla y los había comenzado a machacar en un mortero. Mi abuela extendía los granos triturados dentro de la tela de cáñamo de los moldes de meju y presionaba hacia abajo con fuerza, para dar forma a los bloques de soja. Después, expandíamos paja por el suelo y los bloques -colgados de la parte superior- se ponían a secar durante dos o tres días. Mi padre ataba los bloques con paja y los colgaba bajo el alero donde más daba el sol. Con la ayuda del aire, del sol y del viento, los microorganismos de los bloques de soja segregaban las enzimas que descomponen las proteínas. Mientras, la puerta recién empapelada bloqueaba los fríos vientos del invierno, al tiempo de permitir que la luz del sol entrara en la habitación. Actualmente, muchos niños de la ciudad no saben lo que es el meju; pues la pasta de soja, la salsa de soja y hasta el propio meju se pueden comprar en el mercado. Como reza el dicho, "Puedes decir que el meju se hace con frijoles [pero no te van a creer]". Y es que los jóvenes coreanos apenas pueden ni imaginar la forma de vida tradicional que reinaba en Corea desde hace cientos de años hasta hace bien poco. ¿Será que las pizzas, las hamburguesas y las bebidas gaseosas agudizan su falta de interés? (Traducido por Javier Castañeda)


Carta de los editores

Ritual de madrugada en una academia confuciana Eran las 6 de la mañana y el campo estaba envuelto entre niebla. Tras conducir a lo largo de un camino pavimentado y entrecortado por anchos campos de arroz de tono dorado, repentinamente nos encontramos frente a un pequeño y pintoresco pueblo con casas impolutas. De pronto, la niebla se levantó y entre la luz del sol, al fresco de la mañana, la antigua academia surgió justo al lado del pueblo, más allá de un portón alto y puntiagudo de color rojo. Estábamos frente al Seowon Piram de Jangseong, en la provincia de Jeolla del Sur, en la madrugada del 13 de septiembre. El reportaje especial de esta edición de Koreana, la cuarta etapa de nuestro recorrido por algunas de las academias confucianas más destacadas, nos deparaba una experiencia inusual en esta ocasión. Llegamos a tiempo para observar el ritual quincenal de “ofrenda de incienso”. Rápidamente, los yusa o administradores del seowon, llegaron uno tras otro. Se agruparon en la sala principal de la antigua sala de conferencias para una breve reunión. Entonces, todos se pusieron una bata blanca y entre la solemne quietud del ritual, caminaron en fila india hacia el santuario en la parte posterior del recinto. El rito prosiguió cuando el cantor leyó el protocolo en voz alta. Quemar incienso y hacer una profunda reverencia: este sencillo y austero ritual fue repetido varias veces. El tiempo parecía haberse estancado o, más concretamente, parecía haber vuelto atrás cientos de años. (Ver foto en la página 8.) ¿Cuál es el propósito de este rito? ¿Cuáles son los valores que estos hombres se esfuerzan por conservar y mantener hoy en día y en esta era, para transferirlos más adelante a las generaciones futuras? Esperamos que nuestros lectores puedan hallar las respuestas a estas preguntas en los artículos del reportaje especial, “El legado de los Seowon, las academias neoconfucianas de la dinastía Joseon”. Los lectores también pueden visitar nuestra página web (www.koreana.or.kr) para ver dos vídeos relacionados con el artículo, “El ‘bailarín celestial’ Lee Maebang y su mundo de danza”. Lee Mae-bang, una leyenda de la danza tradicional coreana del SXX, falleció en agosto de este año. Les presentamos la versión condensada de dos obras que llevan la firma de Lee, la “Danza del monje” y la “Danza del exorcismo”, como homenaje a tan destacado bailarín. Javier Castañeda y Kim un Kyung Editores-jefe

Los bodegones, llamados chaekgado o chaekgeori, eran en su mayoría utilizados para decorar los estudios de los eruditos. Mostraban libros, instrumentos de escritura, curiosidades y otros objetos dispuestos en estantes, para simbolizar el proceso de aprendizaje del dueño, su posición económica o sus aspiraciones personales.

dIReCToR CReATIvo edIToReS dIReCToR ARTíSTICo dISeñAdoReS

Yu Hyun-seok Yoon Keum-jin Javier Castañeda, Kim Un Kyung Bae Bien-u Choi Young-in Emanuel Pastreich Han Kyung-koo Kim Hwa-young Kim Young-na Koh Mi-seok Song Hye-jin Song Young-man Werner Sasse Kim Sam Kim Jeong-eun, Noh Yoon-young, Park Sin-hye Lee Young-bok Kim Ji-hyun, Lee Sung-ki, Yeob Lan-kyeong

ComPoSICIón y dISeño Kim’s Communication Associates 385-10 Seogyo-dong, Mapo-gu Seoul 121-839, Korea www.gegd.co.kr Tel: 82-2-335-4741 Fax: 82-2-335-4743 TRAduCToReS

Kim Un Kyung, Javier Castañeda, Raimon Blancafort, Atahualpa Amerise, Joo Hasun

Precio por número en Corea ₩6.000 Resto del mundo US$9 Para conocer el precio en detalle de las suscripciones, lea por favor la página 84 de Koreana. SuSCRIPCIón/CoRReSPondenCIA oTRAS ZonAS (InCLuyendo CoReA) The Korea Foundation West Tower 19F Mirae Asset CENTER1 Bldg. 26 Euljiro 5-gil, Jung-gu, Seoul 100-210, Korea ImPReSA en InvIeRno 2015 Samsung Moonwha Printing Co. 274-34 Seongsu-dong 2-ga, Seongdong-gu, Seúl 133-831, Corea Tel: 82-2-468-0361/5 © Fundación Corea 2015 Todos los derechos reservados. Esta publicación no admite reproducciones totales ni parciales sin el permiso de la Fundación Corea. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente representan a los editores de Koreana o a la Fundación Corea. Koreana, registrada como revista trimestral en el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo (número de registro Ba-1003 con fecha 8 de agosto de 1987). También se publica en alemán, árabe, chino, francés, indonesio, inglés, japonés y ruso.

CuLTuRA y ARTe de CoReA Invierno 2015 “estante” Biombo de ocho paneles, entre la segunda mitad del SXVIII y la primera mitad del XIX, color en papel, 112cm x 381cm (detalle), colección privada.© Dahal Media

dIReCToR edIToR eJeCuTIvo edIToReS Jefe ConSeJo edIToRIAL

Una publicación trimestral de la fundación Corea 2558 Nambusunhwanno, Seocho-gu, Seúl 137-863, República de Corea http://www.koreana.or.kr


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Foco

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el ‘bailarín celestial’ lee Mae-bang y su mundo de danza Yang Jong-sung

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enTrevISTa

Han Kang: “el lenguaje me produce un cierto dolor”

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Kang Ji-hee

cuenToS de laS doS coreaS

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Primero, hablar el mismo idioma: las escuelas alternativas ayudan a los jóvenes desertores en su adaptación al nuevo entorno Kim Hak-soon

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reporTaJe eSpecIal 1

dongji Patjuk , manjar invernal de mi infancia Park Chan-il

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Fortalezas académicas e ideológcas de los literatos rústicos Shin Byung-ju

reporTaJe eSpecIal 2

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arquitectura de las academias confucianistas: una estética de sencillez y austeridad

enamorado de corea

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enTreTenImIenTo

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academias para el “hombre noble” que ha despertado tras un largo sueño Lee Chang-guy

los nuevos Seowon forman a jóvenes intelectuales Lee Kil-woo

Más allá de la montaña del oeste Kim Chae-won

Kang Shin-jae

Kim Hyun-jin

reporTaJe eSpecIal 5

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JornadaS de lITeraTura coreana

Cho Yong-ho

reporTaJe eSpecIal 3

reporTaJe eSpecIal 4

Kim Yong-sub

Darcy Paquet

el diagnóstico dermatológico del dr. lee Sung-nack sobre los retratos de Joseon

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Hombres en delantal: enamorados de la cocina

el sol que nunca se pone, la añoranza que no desaparece

en el camIno

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eSTIlo de vIda

Jang Hüseyin: una voz para un mejor entendimiento

Lee Sang-hae

Cambiar los roles del futuro: Búsqueda en la vida cotidiana del Seowon

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delIcIaS del gourmeT

el legado de los Seowon, las academias neoconfucianas de la dinastía Joseon

los medios de comunicación unipersonales irrumpen en las principales emisoras Kang Myoung-seok

opInIón deSde la leJanía

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Corea y yo Elías Molina

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REPORTAJE ESPECIAL 1 El legado de los Seowon, las academias neoconfucianas de la dinastía Joseon

FORTALEZAS ACADÉMICAS E IDEOLÓGCAS DE LOS LITERATOS RÚSTICOS

Shin Byung-ju profesor del Departamento de Historia de Corea de la Universidad de Konkuk Ahn Hong-beom Fotógrafo

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Para preparar el rito memorial anual, los eruditos confucianos del Seowon de Byeongsan en Andong, provincia de Gyeongsang del Norte, elaboran la agenda de trabajo y se asignan diversas responsabilidades entre sí.

Los Seowon, academias neoconfucianas de la dinastía Joseon (1392-1910), eran instituciones educativas privadas fundadas por los eruditos locales para rendir homenaje a los sabios del pasado y apoyar a los jóvenes investigadores. Al principio eran las bases académicas del neoconfucianismo, la ideología dominante de Joseon. Irónicamente, al aumentar su poder las academias pasaron a ser focos de conflictos políticos, socavando en gran medida el poder del Estado. A día de hoy más de 600 de estos centros neoconfucianos (solamente en Corea del Sur) han conservado sus tradiciones académicas y los legados de las familias vinculadas a ellos. Mientras, la sociedad coreana, sedienta de educación en todos los aspectos para las más jóvenes generaciones, vuelve la vista atrás hacia la pedagogía antigua. Cultura y arte de Corea 5


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as academias neoconfucianas de la dinastía Joseon tuvieron una amplia influencia en la política, la economía, la educación y la cultura de la nación. El asentamiento de estas academias, llamadas Seowon, se atribuye al crecimiento político de las nuevas élites intelectuales, cuyo poder se había ampliado en las provincias a finales de la dinastía Goryeo. Su firme arraigo en las comunidades locales les ayudó a sobrevivir a las cuatro purgas de literatos (sahwa) del siglo XVI y a emerger como la clase dominante de finales de la época de Joseon. Estos eruditos fundaron academias para difundir el neoconfucianismo y, con el apoyo de las comunidades locales, levantaron su voz contra los poderosos miembros de la familia real que controlaban el gobierno central. En cuanto a educación, creían en el lema “Lo que uno hace se convierte en lo que uno sabe” (爲己之學) de Confucio y se imponían una estricta autodisciplina. En consecuencia, la importancia de la educación neoconfuciana elevó cada vez más su reconocimiento e impulsó el desarrollo de las academias.

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©MUSEO NACIONAL DE ArTE MODErNO Y CONTEMPOráNEO DE COrEA

Seowon de Baegundong, la primera academia neoconfuciana de Corea Ju Se-bung (1495-1554), magistrado del condado de Punggi, fundó el Seowon de Baegundong en 1543 en el pueblo de Sunheung-myeon, provincia de Gyeongsang del Norte. A través de esta institución, la primera academia neoconfuciana privada de Corea, se marcó el objetivo de preparar a jóvenes investigadores y rendir culto a la lápida memorial de An Hyang (1243-1306), en honor a su contribución a la hora de introducir el neoconfucianismo en Corea a finales del período de Goryeo. Ju Se-bung, que había construido antes un santuario llamado Hoeheonsa en honor al mismo erudito, decidió inaugurar el Seowon de Baegundong, que significa “academia en la gruta de la nube blanca”, emulando a la Academia de la Gruta del Ciervo Blanco de Zhu Xi, en China. A principios de la era Joseon, los eruditos confucianos con aspiraciones educativas invertían su dinero en construir centros privados llamados seodang o “escuelas rurales”, que servían para enseñar a los estudiantes más jóvenes. En el siglo XVI esta tradición fue heredada por los sarim, académicos de élite que vivían en las provincias, quienes establecieron los Seowon como instituciones de educación superior y lugares de culto de los sabios eminentes de épocas anteriores. Por lo tanto, oficiar los ritos en honor a las figuras del pasado y formar a jóvenes investigadores eran los dos principales objetivos de estas academias. Tras su nombramiento como magistrado de Punggi en 1548, Yi Hwang (15011570) solicitó el apoyo del gobierno para el Seowon de Baegundong, citando como motivo la importancia de la academia. En 1550 el rey cambió el nombre de la academia para denominarla Seowon de Sosu y le otorgó una placa con este nombre. El nombramiento de un santuario o academia neoconfuciano por el rey, junto con la asignación de una placa, era un modo de otor1 garle la acreditación estatal que garantiza-

ba el apoyo del gobierno en recursos como terreno, libros y funcionarios, así como la exención de impuestos y trabajos obligados.

El aprendizaje y el culto ritual de los sabios Las instalaciones para el estudio y los ritos conmemorativos fueron una parte esencial de las academias. Éstas incluían la sala de conferencias y el dormitorio, mientras que el principal centro ritual era el santuario dedicado a los sabios o eruditos a los que se rendía culto. Por lo general, los edificios de los dormitorios tenían nombres originales relacionados con el compromiso y la autodisciplina en el ámbito académico, y se ubicaban al este y al oeste -el uno frente al otro- a través del patio que daba a la sala de conferencias. El santuario se construía en la parte interior o más alta y se separaba con una pared. Otras instalaciones en una típica academia neoconfuciana eran el almacén de utensilios rituales, donde también se preparaban los alimentos para los ritos de sacrificio; el pabellón, donde los estudiantes podrían descansar mientras disfrutaban de los paisajes naturales; y las bibliotecas, para la publicación y el almacenamiento de materiales de aprendizaje y de libros. Al poseer una amplia gama de libros para el estudio, las academias neoconfucianas también servían al pueblo como bibliotecas públicas. En algún momento alrededor del año 1600 la biblioteca del Seowon de Sosu acumulaba 1.678 volúmenes de libros y contaba con 107 títulos. Con sus grandes colecciones de libros y

1 “Seowon de Dosan (1721)” por Jeong Seon (16761759). Tinta y color sobre papel. 124 × 67 cm. La pintura, que ilustra la ubicación ideal de una academia neoconfuciana, muestra el Seowon de Dosan a los pies del pintoresco monte Cheonglyang con vistas al río Nakdong en Togye-ri, Andong-si, provincia de Gyeongsang del Norte. 2 En el Seowon de Donam, en la provincia de Chungcheong del Sur, los administradores inspeccionan el repositorio, donde se acumulan 2.103 unidades de La colección completa de Sagye (Sagye jeonseo) de Kim Jang-Saeng, La colección completa de Sindokjae (Sindokjae jeonseo) de Kim Jib y otras obras literarias.


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A principios de la era Joseon, los eruditos confucianos con aspiraciones educativas invertían su dinero en construir centros privados llamados seodang o “escuelas rurales”, que servían para enseñar a los estudiantes más jóvenes. En el siglo XVI esta tradición fue heredada por los sarim, académicos de élite que vivían en las provincias, quienes establecieron los Seowon como instituciones de educación superior y lugares de culto de los sabios eminentes de épocas anteriores. Cultura y arte de Corea 7


sus actividades editoriales independientes, las academias ayudaron a iluminar a los ciudadanos locales, aportándoles acceso a una más amplia gama de conocimientos.

La propagación de los Seowon y el creciente poder de los literatos locales Desde el siglo XVI se establecieron Seowon por todo el país, en gran parte por los esfuerzos de aquellos que buscaban ampliar sus bases en las provincias. Hasta 18 academias fueron fundadas durante el reinado del rey Myeongjong, entre 1545 y 1567, y otras 63 en el reinado del rey Seonjo, desde 1567 hasta 1608. Muchas de ellas se encuentran en la región suroriental de Gyeongsang, uno de los bastiones de los literatos locales. Algunos de los más destacados eran el Seowon de Dosan, el Seowon de Deokcheon y el Seowon de Byeongsan, dedicados respectivamente a los eruditos Yi Hwang, Jo Sik (1501-1572) y ryu Seong-ryong (1542-1607). Al principio estas instituciones privadas competían con las escuelas públicas de los condados 8 KoreaNa Invierno 2015

Los administradores del Seowon de Piram en Jangseong, provincia de Jeolla del Sur, ofrecen uno de los ritos conmemorativos bimensuales, en este caso el que cae el primer día de cada mes. El santuario de Udongsa alberga las lápidas conmemorativas de Kim In-hu, erudito confuciano nativo de este lugar, y de su alumno Yang Ja-jing.


(hyanggyo). Sin embargo, como los Seowon ofrecían una mayor autoridad y mejores entornos educativos, los miembros de la alta burguesía comenzaron a enviar a sus hijos a las academias. Desde la época de mediados de Joseon jugaron un papel fundamental en la educación superior y la difusión del neoconfucianismo. Estas contribuciones, sin embargo, quedaron eclipsadas por su disposición a servir a los intereses de la nobleza local, que consolidó sus redes sociales con base en el parentesco, el regionalismo y las relaciones académicas. Los eruditos influyentes en las provincias comenzaron a utilizar los Seowon como un medio para fortalecer sus posiciones académicas y políticas, transformando estas instituciones educativas en focos de lucha política. Cuando el conflicto se intensificó, las diferentes facciones políticas crearon sus escuelas de pensamiento como la escuela de Toegye de la facción Namin, las escuelas de Nammyeong y Hwadam de la facción Bugin, las de Yulgok y Ugye de la facción Seoin, la escuela de Myeongjae de la facción Soron, y por último la de Ugye de la facción Noron. Cuando surgía una controversia sobre cuestiones filosóficas o políticas -por ejemplo, la doctrina de los principios y la fuerza material (igiron) o la disputa sobre las maneras (yesong nonjaeng)- los líderes de las escuelas defendían sus respectivas posturas mediante llamamientos públicos al rey. En estas ocasiones, los eruditos se reunían en las academias para unir fuerzas y recabar opiniones. Tras el ecuador de la era de Joseon se construyeron más academias neoconfucianas en las provincias de Jeolla, Chungcheong y Gyeonggi, a medida que los intelectuales de estas regiones ocupaban más prominentes cargos académicos y políticos. Las academias más notables en estas regiones eran la de Piram Seowon en Jangseong, provincia de Jeolla del Sur, dedicada a Kim In-hu (1510-1560), la de Donam Seowon en Yeonsan, provincia de Chungcheong del Sur, dedicada a Kim Jang-Saeng (1548-1631) y las de Jaun

Seowon y Pasan Seowon en la provincia de Gyeonggi dedicadas respectivamente a Yi Yi (1536-1584) y Seong Hon (1535-1598).

El rápido auge y la caída de los Seowon Durante el reinado del rey Sukjong (r. 1674-1720), el número de Seowon creció rápidamente hasta llegar a 166 instituciones individuales en todo el país, de las cuales 105 eran reconocidas por el Estado. Entonces comenzaron a surgir efectos adversos. La exención de impuestos y el trabajo obligatorio, un privilegio del que disfrutaban las academias privadas, asestó un duro golpe a la economía nacional. En consecuencia, el rey Sukjong decidió prohibir la apertura de nuevas academias y dejó de otorgar el reconocimiento estatal. El rey Yeongjo (r.1724-1776), que deseaba fortalecer la autoridad real, adoptó de forma activa la política de su antecesor. Finalmente, en 1741 se cerraron todas las academias y santuarios neoconfucianos construidos después de 1714. En los Anales del rey Yeongjo (Yeongjo sillok), una entrada del 8 de abril de 1741 registra la orden de Yeongjo de la siguiente manera: “Se decreta el cierre de todas las academias y santuarios neoconfucianos de carácter privado establecidos en 1714 y posteriormente sin la autorización del Estado”. Como consecuencia de la estricta prohibición del rey Yeongjo sobre los Seowon, no se abrió ninguno nuevo durante la época en la que la política estuvo dominada por los descendientes del monarca en el siglo XIX, desde el rey Sunjo (r.1800-1834) hasta el rey Cheoljong (r.1849-1863). La abolición de los Seowon y la decadencia del neoconfucianismo Después del rey Yeongjo, el príncipe regente Heungseon (1820-1898) tomó medidas más radicales para abolir las academias neoconfucianas. El príncipe regente, que había adquirido poderes monárquicos tras la ascensión al trono de su hijo, el rey Gojong, cerró el santuario de Mandongmyo, ya que era un bastión de los eruditos y los políticos de la facción Noron que apoyaba las doctrinas de Song Si-Yeol (1607-1689). Además, en 1868 se cerraron más de seiscientas academias sin acreditación del estado. Bajo el argumento de que el ambiente en los Seowon fomentaba las luchas políticas, en 1871 ordenó el cierre de todas las academias y santuarios del país con la excepción de 47 de ellos. Entre las academias que sobrevivieron a tan drásticas medidas destacan el Seowon de Sosu, el Seowon de Dosan, el Seowon de Namgye y el Seowon de Oksan. Los eruditos confucianos de todo el país se reunieron en Seúl para protestar por la política de la abolición, y 1.460 estudiantes de la región de Gyeongsang se concentraron frente al palacio para presentar a la corte una petición colectiva, tras criticar al príncipe regente de Joseon al compararlo con el legendario tirano chino Qin Shi Huang. Sin embargo, el príncipe regente no cambió su postura. En todo caso, con el paso del tiempo la abolición de los Seowon despertó la resistencia de los eruditos confucianos como Choe Ik-hyeon (18331906) y fue un factor importante en la caída del príncipe regente Heungseon. Durante el dominio colonial japonés y el posterior período en el que tuvo lugar la rápida modernización de Corea, las academias neoconfucianas perdieron su capacidad de centros educativos, pero han mantenido hasta nuestros días sus tradiciones rituales. Desde hace unos años hasta la fecha, quienes buscan mantener viva la tradición han prestado una creciente atención a la restauración de los Seowon y sus implicaciones históricas y culturales en la vida moderna. La educación centrada en el ser humano, proporcionada en las antiguas academias donde los eruditos de la época refinaban sus conocimientos y nutrían a los estudiantes más jóvenes, alberga un significado especial en la sociedad actual, en la que se valoran los conocimientos humanísticos en muchos aspectos. Así, ha llegado el momento de sentar las bases políticas para la utilización en la sociedad moderna de los Seowon, donde se conservan los legados culturales y educativos de los sabios de la era de Joseon. (Traducido por Atahualpa Amerise) Cultura y arte de Corea 9


REPORTAJE ESPECIAL 2 El legado de los Seowon, las academias neoconfucianas de la dinastía Joseon

ArquItecturA de LAs AcAdemIAs confucIAnIstAs: UNA ESTÉTICA DE SENCILLEZ Y AUSTERIDAD

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Las condiciones de los enclaves y la disposición espacial de las academias neoconfucianas de Corea, llamadas seowon, se basan en los ideales confucianistas de belleza de la moderación y la austeridad. Como reflejo de los ideales de los académicos asentados en las provincias, que trataban de dejar atrás el mundanal ruido y concentrarse en sus estudios para comprender las leyes de la naturaleza y los seres humanos, las academias se ubican en lugares solitarios entre hermosos paisajes naturales. Para ayudar a desempeñar fielmente las funciones del estudio y la enseñanza de los rituales, siguieron un diseño básico de planta baja en la parte delantera y de planta alta en la parte posterior, con una sala de conferencias en la parte frontal de la sala de oración. Esta arquitectura expresa simbólicamente el objetivo de los estudiosos, de emular a los sabios y formarse un carácter noble mediante el estudio de los clásicos y reverenciando los ritos de los sabios. Lee Sang-hae Presidente del Comité de Patrimonio Cultural Suh Heun-gang Fotógrafo

Mandaeru (Pabellón del encuentro final) en la entrada del Seowon de Byeongsan en la villa de Hahoe, provincia de Gyeongsang del Norte. En una academia neoconfuciana el pabellón es para los eruditos un lugar de relajación y contacto con la naturaleza, ya que pueden contemplar el orden del universo y plantearse la razón de todas las cosas.

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a construcción de las academias neoconfucianas, llamadas Seowon, en la Dinastía Joseon (13921910) fue liderada por los sarim, los eruditos confucianos que aterrizaron en las provincias, cuyo ideal era desarrollar un sistema de educación integral que produjera seres humanos buenos y honestos mediante la educación de la personalidad, en vez de centrarse en el aprendizaje de conocimientos prácticos o de aspectos funcionales. La educación holística, creían, se lograría a través de auto-cultivo (Jangsu) mediante estudios dirigidos. Pero para los estudiosos neoconfucianos, los estudios académicos no consistían simplemente en leer a los clásicos o asistir a conferencias sobre el tema de debate (ganghak). También implicaba la participación en ritos en honor a los estudiosos de generaciones pasadas, como signo de reverencia y de voluntad de emular a sus enseñanzas; así como en el descanso y la relajación (yusik) en la naturaleza para aliviar la tensión del estudio, descansar la mente y el cuerpo y contemplar las leyes del universo. Por eso, tanto la ubicación como la disposición espacial de sus estancias estaban diseñadas para permitir a las academias realizar efectivamente dichas funciones. En este sentido, los seowon difieren claramente de otras instalaciones religiosas construidas como lugares de culto.

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Adaptarse a la naturaleza y a la voluntad del cielo El Seowon de Baegundong, la primera academia confuciana privada que se estableció en el período Joseon, fue construido en 1543 por Ju Se-bong (1495 a 1554), magistrado del condado Punggi. En 1550 fue reconocido por el Estado y le fue conferido un nuevo nombre, Sosu Seowon. La academia comprendía un santuario para los ritos conmemorativos, una sala de conferencias para el estudio, y un pabellón para la relajación, pero no tenía una forma establecida. El santuario se encuentra al oeste de su enclave y está orientado al sur, mientras que la sala de conferencias se encuentra al este del santuario y mira hacia el este. No obstante, el Sosu Seowon proporciona un modelo para las innumerables academias que vinieron después en términos de condiciones de localización y de su distribución espacial, al encontrarse cerca de la ciudad natal del sabio que la institución honra, Un Hyang (1243 hasta 1306). Dicho lugar fue elegido por su aislado y tranquilo entorno y por sus hermosos paisajes. Sus ritos crearon un patrón de ritual confuciano que sirvió durante todo el período de Joseon. La arquitectura de este seowon está estrechamente relacionada con la unidad entre el cielo y el

1 En el Seowon de Sosu en Yeongju, provincia de Gyeongsang del Norte, el Gyeongnyeomjeong (Pabellón para rendir culto a Yeomgye) se alza con vistas al río y al bosque de pinos al frente. Los estudiosos neoconfucianos de la dinastía Joseon ubicaban los pabellones en la entrada de sus academias. 2 El Seowon de Namgye en Hamyang, provincia de Gyeongsang del Sur, fue construido para rendir culto a Jeong Yeo-chang (1450-1504). La disposición de los edificios en el suelo inclinado, con la parte baja al frente y la alta en la parte posterior, aporta confianza y seguridad. 3 Jungjeongdang (Salón de la centralidad y la corrección), sala de conferencias en el Seowon de Dodong en Dalseong, provincia de Gyeongsang del Norte. Dedicado a Kim Goeng-pil.

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©FUNDACIÓN PArA LA CONSErVACIÓN Y GESTIÓN DE LOS SEOwON

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Intentar llevar la filosofía al entorno natural, obedece a un esfuerzo para comprender la unidad del cielo con la naturaleza mediante el diseño y la armonización de un espacio creado por el hombre. Bien ordenado y elegante en la forma, el seowon expresa la belleza de la moderación y la claridad, como reflejo de los ideales neoconfucianos.

hombre, concepto que subyace en los métodos de estudio de los eruditos que construyeron dichas academias, es decir, “la investigación y el estudio del origen de todas las cosas”, así como su visión del mundo y de los seres humanos. La investigación y el estudio del origen de todas las cosas es una importante teoría que proviene del “Gran Aprendizaje” (Daxue), que Zhu Xi (11301200), estudioso neoconfuciano de la dinastía Song en China, incluyó entre las Cuatro obras clásicas junto a las “Analectas de Confucio” (Lunyu), “El Mencio” (Mengzi), y “La doctrina de la medianía” (Zhongyong). Los eruditos de Joseon trataron de localizar sus academias en un entorno compatible con la teoría defendida por Zhu Xi, y por lo tanto eligieron lugares aislados del mundo, con un bello entorno natural. La teoría de la unidad del cielo y del hombre, que también se refleja en la arquitectura del seowon, implica la sumisión humana al mandato del cielo. Por lo tanto el tipo de paisaje que los estudiosos neo-confucianos consideraban ideal en aquella época, era aquel que les permitía aprender por sí mismos el principio de todas las cosas mediante la observación consciente de los cambios en la naturaleza para, en última instancia, llegar a fundirse con ella. Así que se desplazaron lejos de las ciudades y construyeron academias en el seno de la naturaleza, para cultivar la mente y el cuerpo y enseñar a una nueva generación de estudiosos. En consecuencia, el Sosu Seowon se halla en el Jukgye o arroyo de bambú que se origina en la base del monte Sobaeksan, en un “lugar secreto entre las montañas, con acogedores valles y arroyos y cubierto de nubes”. El Seowon Dosan, construido en honor de Yi Hwang (1501-1570), también se encuentra en un enclave similar. Dicha academia fue construida en 1573 e incorporó la escuela a un pueblo llamado Dosan Seodang, que Yi estableció en 1561 para estudiar y a su vez enseñar a los jóvenes estudiantes. Las “Doce Canciones del monte Dosan” (Dosan sipigok), escrito por Yi Hwang poco después de construir la escuela del pueblo, permite conocer el estado de ánimo del momento y el paisaje circundante. 1 En el Seowon de Doseon los dos dormitorios, Bagyakjae (Casa del aprendizaje integral y el riguroso decoro) y Honguijae (Casa de la mente amplia y la vigorosa resistencia), se sitúan delante de la sala de conferencias, Jeongyodang (Sala de enseñanzas clásicas). 2 Eungdodang (Sala de concentración durante el camino), la sala de conferencias del Seowon de Donam, es un edificio de gran escala y formalidad, cualidades que lo distinguen del típico estilo arquitectónico de los Seowon.

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Con la brisa de primavera, la montaña rebosa de flores. Bajo el cielo de otoño, la luz de la luna inunda el observatorio. Durante las cuatro estaciones, la armonía de la naturaleza se hace uno con el hombre. El halcón vuela en el cielo y los peces saltan río arriba y río abajo, el cielo brilla con la luz del sol y las nubes proyectan sus sombras. Las maravillas de la naturaleza no conocen límites.

Ubicación y enclave de estilo arquitectónico El estilo arquitectónico básico de las academias neoconfucianas de Joseon se dio por primera vez en el Seowon Namgye, construido en 1552 en Hamyang, provincia Gyeongsang del Sur. La zona de relajación, la zona de estudio, y la sala de rituales (santuario) fueron dispuestas una tras otra –y en ese orden- desde la puerta principal, definiendo así un estilo básico para todos seowon. También guardaban las formas al situar la parte delantera en terreno más bajo y aprovechar la inclinación que elevaba Cultura y arte de Corea 15


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1 Seungnyesa (Santuario de los ritos exaltados) en el Seowon de Donam, está rodeado por hermosas paredes decoradas con diseños florales. Consagradas aquí están las tablillas espirituales de Kim Jang-saeng, líder académico de los estudios rituales, su hijo Kim Jip, Song So-yeol y Song Jun-gil. 2 Oficiantes de los rituales bajan las escaleras en el santuario del Seowon de Donam. 3 El Chaeinmyo (Santuario de la práctica de la benevolencia) en el Seowon de Oksan de la villa de Yangdong, puede verse a través de la puerta de entrada a la zona de los rituales. Situada en la parte más alta y remota del complejo de la academia, la zona ritual permanecía cerrada con una puerta dividida en tres partes.


la parte posterior, manteniendo la ubicación de la sala de conferencias frente al santuario. Las zonas de descanso y de estudio se ubicaron orientadas al frente, pues eran las más frecuentadas a diario por los eruditos, creando así de forma natural un animado ambiente laborioso. Del mismo modo, el santuario fue colocado en la parte posterior para limitar el acceso y mantener un ambiente sobrio y solemne. El Seowon Oksan se fundó en Angang, Gyeongju, en 1573 en honor del Yi Eon-jeok (1491-1553), y jugó un papel decisivo en el establecimiento de las bases del neoconfucianismo en Corea durante la primera mitad del periodo Joseon. Yi fue fundador de la escuela Yeongnam y era alabado como uno de “los cinco sabios del este”. La academia donde se le venera está igualmente situada junto a un arroyo con hermosas vistas al monte Joak. El pabellón, llamado Mubyeonnu (Pabellón de lo ilimitado), y sala de conferencias, llamada Guindang (Sala para atraer la benevolencia) son estructuras importantes que establecen una hermosa relación con el medio ambiente. Como los edificios del Seowon Oksan fueron planeados de antemano y se construyeron a la vez, están claramente dispuestos sobre un eje central, uno tras otro en línea recta desde la puerta de entrada al santuario hacia la parte trasera. La academia confuciana más grande y antigua de la región de Honam, el Seowon Piram, fue establecida en 1590 para venerar a Kim In-hu. Esta academia, sin embargo, difiere del resto en la topografía de su enclave y en el diseño de sus edificios. En lugar de asentarse sobre una pendiente baja en el frente y alta en la parte trasera, se encuentra en un terreno plano al pie de una montaña. En consecuencia, la sala de conferencias está en la parte delantera y frente al santuario, generando un gran espacio entre ambos edificios que da sensación de amplitud. Además, la magnífica perspectiva que la academia ofrece del exterior puede contemplarse desde el Hwagyeonnu (Pabellón de la apertura y la imparcialidad) en la parte delantera. Ubicado en el condado de Dalseong, Daegu, Seowon Dodong se ubica en el tipo de enclave considerado como ideal por los neoconfucianos de Joseon. Construido en honor de Kim Goeng-pil (14541504), en esta academia integra la ubicación típica, el diseño y la arquitectura perfecta, ya que el río Nakdong fluye enfrente y se asienta en un lugar inclinado al pie de un montaña, con la zona de ocio, la zona de estudio y el santuario dispuestos en forma ordenada a lo largo de un eje central. Por otra parte, la arquitectura resulta exquisita en cuanto a la estructura de los edificios, los materiales utilizados y la perfección de los métodos de construcción. El Seowon Donam, situado en Nonsan, en la provincia de Chungcheong del Sur, se encuentra en una llanura y ofrece una increíble perspectiva sobre los campos de las montañas. La academia está dedicada a Kim Jang-Saeng (1548 a 1631), quien escribió: “Mientras observaba la montaña al mirar hacia arriba y el arroyo al mirar hacia abajo, debí haber comprendido las leyes de la naturaleza”. Haciéndose

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©FUNDACIÓN PArA LA CONSErVACIÓN Y GESTIÓN DE LOS SEOwON

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eco de este sentimiento, el pabellón de la parte delantera lleva el nombre de Sanangnu, que significa “pabellón de perspectiva lejana hacia el monte”. De esta forma, los estudiosos del pasado asociaban la comunión entre arroyos y montañas y la armonía con la naturaleza en general, como forma de entender las leyes del cosmos y de los seres humanos. El Seowon Byeongsan ubicado en el Pueblo Hahoe, Andong, provincia Gyeongsang del Sur, está dedicado a ryu Seongryong (1542-1607), autor del Jingbirok (El libro de las correcciones), un texto de memorias sobre la invasión japonesa de 1592. La zona de ocio de la academia es un ejemplo de perfecta comunión y armonía entre arquitectura y naturaleza. Para suavizar la abrumadora presencia del monte Byeong al otro lado del río, en la parte delantera del complejo fue construido un edificio a lo largo, compuesto únicamente por un piso, unos pilares y el techo, pero sin paredes. Mientras que esta estructura suaviza el impacto del camino de montaña, el pabellón no bloquea las pintorescas vistas, lo que ejemplifica el concepto de paisaje prestado. El típico diseño de las academias, que optaba por un terreno en desnivel, con la parte baja al frente y la alta en la parte posterior, se aprecia claramente en el Seowon de Byeongsan. Esto refleja los ideales de los eruditos neoconfucianos de armonía con la naturaleza, al tener las montañas detrás y los campos y arroyos delante.

La humilde austeridad y sabiduría de un paisaje prestado Las academias neoconfucianas de Joseon tenían algunas características arquitectónicas comunes en términos de ubicación, disposición y composición espacial. En general, solían localizarse en lugares tranquilos alejadas de las ciudades y aisladas entre hermosos paisajes. Otro factor importante al elegir su ubicación era la proximidad al lugar de nacimiento o al lugar de estudio del sabio venerado en cada academia. Considerando la importancia de mantener una conexión espiritual con el erudito modelo de emulación y defender su linaje académico, también elegían lugares próximos a su tumba, o al lugar donde dicho erudito hubiera desempeñado sus cargos públicos en vida. Por otra parte, el diseño de los edificios y la composición espacial resultante eran concebidos para apreciar en todo su esplendor y desde el interior de la academia, la gran belleza del paisaje natural. Como los seowon eran espacios donde los estudiosos tenían que vivir en comunidad, los dormitorios se ubicaban al este y al oeste, unos frente a otros con un patio en el centro y junto a la sala de conferencias. Esta disposición convertía la zona de estudio en un espacio independiente mientras que la zona exterior se concibió para que la perspectiva desde la parte delantera fuera constante. La sala de conferencias y el pabellón frontal estaban situados de tal forma que uno podía sentarse en ellos y contemplar los arroyos, los campos y las montañas en la distancia. Entonces se pensaba que las perspectivas que uno hallaba en su vida cotidiana promovían el desarrollo del carácter y mejoraban el aprendizaje. El pabellón era el mejor lugar para fundirse en uno con la naturaleza, y por eso ubicaban las entradas a la academia cerca de algún paisaje, que era concebido como metáfora de un lugar para adentrarse en uno mismo y aprender a convivir con la naturaleza. Los estudiosos neoconfucianos trataron de introducir el paisaje natural lo máximo posible en la arquitectura que rodeaba las academias, lo que propiciaba un mutuo intercambio y la superposición del espacio exterior con el interior. Por otra parte, la interconexión de los edificios con la naturaleza generaba un determinado tipo de paisaje arquitectónico. Los edificios estaban dispuestos de tal manera que la relación entre ellos es clara, mientras que creaban diversos espacios externos. En resumen, aunque el diseño es básicamente simétrico, la simetría no es estrictamente geométrica. El espacio posee una naturalidad y una vivacidad que proviene de esa libertad contenida entre ciertos límites. Por tanto, estas construcciones no son ni muy grandes ni suntuosas. Buscan la austeridad y la modestia, como intentando expresar y condensar la visión del mundo de Confucio en un espacio arquitectónico. Al extender la filosofía al entorno natural, se hace un esfuerzo por lograr la unidad con el cielo mediante el diseño y la armonización del espacio entre el hombre y la naturaleza. Bien ordenados y elegantes en sus formas, los seowon expresan la belleza de la moderación y la claridad, reflejo de los ideales neo-confucianos. (Traducido por Javier Castañeda)

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REPORTAJE ESPECIAL 3 El legado de los Seowon, las academias neoconfucianas de la dinastía Joseon

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CAMBIAr LOS rOLES DEL FUTUrO

búSquedA en LA vIdA CoTIdIAnA deL Seowon 20 KoreaNa Invierno 2015

Kim Hyun-jin Escritor independiente Ahn Hong-beom Fotógrafo


Una nueva base para la educación humanística Viajamos a los Seowon, donde se encuentran las academias neoconfucianas de la dinastía Joseon, para entrevistar a sus administradores o yusa, que son los responsables de gestionar estas instituciones. El objetivo es averiguar cuáles son los roles que se atribuyen a los coreanos en la actualidad y cómo podrían evolucionar a futuro. El primer destino es Sosu Seowon en Yeongju, provincia de Gyeongsang del Norte, donde estudian decenas de niños y niñas vietnamitas. Los alumnos, que participan en el programa llamado “Seowon Stay” (“Estancia en un Seowon”) vestidos con las tradicionales túnicas de caballero (dopo) y los sombreros angulares de los eruditos confucianos (yugeon), aprenden la etiqueta tradicional coreana de mano del instructor Kwon Yong-hak, el director de la escuela Sunheung Hyanggyo del pueblo de al lado. Tras realizar una marcada reverencia al estilo coreano con una expresión seria en su rostro, al final estallan en carcajadas burlándose de sus torpes modales. En general, parecen interesados en esta inusual experiencia. El programa Seowon Stay ofrece ensayos de lecciones clásicas y de rituales conmemorativos, clases sobre el espíritu de los eruditos confucianos y la etiqueta tradicional, así como alojamiento durante un par de días en la cercana aldea de casas tradicionales llamada Seonbichon. El programa ha atraído a un flujo constante de trabajadores, estudiantes, visitantes extranjeros

1 Los estudiantes vietnamitas en el programa de estancia en el Seowon aprenden a ponerse los sombreros angulares de los eruditos confucianos, de la mano del instructor Kwon Yong-hak, director del Hyanggyo de Sunheung. El programa cuenta con un amplio número de integrantes a los que se da la oportunidad de aprender y experimentar los senderos de vida de los eruditos confucianos y las reglas de la etiqueta tradicional coreana. 2 El administrador ryu Han-uk, que abandonó su puesto de trabajo en Seúl y regresó a su localidad natal para trabajar en el Seowon de Byeongsan, observa desde el pabellón Mandaeru el monte Byeong al otro lado.

y otros invitados. A día de hoy los Seowon proporcionan una educación humanística que ha pasado a ser un importante foco de interés en la sociedad coreana. Más tarde entrevistamos a los administradores ryu Si-ju y ryu Han-uk en el Seowon de Byeongsan, ubicado en Andong, Gyeongsang del Norte. Ambos descendientes de ryu Seong-ryong (1542-1607), un destacado erudito y funcionario de la Dinastía Joseon, quienes han vivido siempre con prudencia, al tiempo de ser cautelosos en su discurso y en sus acciones, en consonancia con las advertencias de sus mayores de no manchar el nombre de sus antepasados. A diferencia de ryu Han-uk, quien regresó a casa después de abandonar su empleo en Seúl, ryu Si-ju siempre ha trabajado para la academia y acumula unos 20 años de experiencia. ¿Ha pensado alguna vez en la relación entre las enseñanzas de Confucio y la rigidez de las formas? Ni una sola, asegura. Más bien, siente tristeza al ver que algunas personas no aprecian el verdadero valor del confucianismo y simplemente lo tachan de conservador. ryu también lamenta la casi total desaparición de “la educación en las comidas”, añorando cuando los padres pasaban tiempo con sus hijos a diario a la hora de comer, y observaban el desarrollo de sus modales y personalidad. Por otro lado, considera afortunado para Byeongsan Seowon haber podido seguir ofreciendo educación en el ámbito personal a los estudiantes de la escuela secundaria establecida en 1954 en un lugar cercano. Cuando era niño, le daba

miedo ir al Seowon y consideraba sus ritos anuales como una pesada carga, pero al crecer comenzó a darse cuenta del verdadero valor de las enseñanzas de Confucio. Ahora piensa que los jóvenes seguirían el mismo camino de contar con la educación adecuada.

Tratar a todos con la misma cortesía Situada en las cercanías del Seowon de Dosan en Andong, la casa familiar del cabeza de la saga Yi Hwang (1501-1570) es ahora la morada de Yi Geun-pil, descendiente de décimo sexta generación del distinguido académico de alto linaje de la Dinastía Joseon. Con buen porte y vestido con el traje tradicional coreano o hanbok , el anciano descansa postrado de rodillas frente a un grupo de estudiantes de primaria, que visitan su casa como parte de un programa de experiencias ofrecido por el Seowon de Cultura Académica Confuciana del Centro de Formación de Dosan. Con una voz amable, explica diversos pasajes de la virtud confuciana. Aunque éstos se expresan originalmente en complicadas frases en chino clásico como nak-bul-gageuk (樂不可極, que significa “Debe haber un límite para el placer”, “No se puede tener una felicidad sin límites” o “La vida está llena de sufrimientos, por lo que hay que entrenar para superarlos”) o yok-bulga-jong (浴不可從, que significa “No trates de poseer todas las cosas buenas” o “Nunca estarás completamente satisfecho si tienes todo lo que quieres”), su sencilla explicación alude a figuras populares como

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Yuna Kim y Psy, y cautiva la atención de los jóvenes estudiantes. Como el anciano es duro de oído, se tienen que dirigir a él por escrito mediante un papel. Sin embargo, este director de escuela primaria jubilado es capaz de aplicar con generosidad y afecto sus conocimientos y virtudes confucianas a la comunicación con los niños. Kim Byeong-il, rector del Seowon de Dosan y presidente del Centro de Formación, expresó mientras observaba su puesta en escena: “Me conmovió tan profunda22 KoreaNa Invierno 2015

mente la actitud del anciano profesor que he aprendido a emularlo y me postro de rodillas delante de las personas con las que converso, aunque he de decir que me ha llevado mucho tiempo de práctica y esfuerzo”. Tras jubilarse de sus altos cargos públicos, entre ellos el de ministro de Planificación y Presupuesto, Kim se sintió atraído por las enseñanzas de Yi Hwang. Fue entonces cuando comenzó sus estudios en el confucianismo, y ahora se dedica a gestionar la academia y a administrar el centro de formación.

La distinguida recepción de los huéspedes es una tradición que no se ha creado de la noche a la mañana. “Se dice que el ex presidente Park Chung-hee, que visitó el Seowon de Dosan en 1970 y pudo charlar brevemente con el descendiente de décimo cuarta generación de Yi Hwang (el abuelo de Yi Geun-pil), cambió su postura casual para postrarse de rodillas a mitad de la conversación, al ver al anciano posicionarse de este modo”, según recoge Yi Dong-gu, uno de los administradores que


trabajaban en el Seowon de Dosan durante la visita presidencial. Y añade: “recibir a cualquier invitado cortésmente de rodillas sobre el suelo ha sido una de las principales costumbres de buenos modales aquí”. Durante su vida, Yi Hwang albergó la esperanza de que en el mundo abundara la gente de pensamiento recto, un ideal que hoy el Seowon de Dosan busca recuperar. La enseñanza moral del erudito, que exhortó a la población a “actuar de forma recta con el fin de crear un mundo justo” ha sido fielmente practicada por su descendiente -que hoy tiene 84 años de edad- y también por otros estudiosos de la actualidad.

Acercarse al público en general En nuestra visita a las 7 de la mañana del 1 de agosto en el calendario lunar (el 13 de septiembre), el Seowon de Piram en Jangseong, en la provincia de Jeolla del Sur, albergaba un rito memorial que todas las academias neoconfucianas organizan el primero y el decimoquinto día del mes lunar. Aunque la celebración de numerosos ritos durante todo el año supone una gran carga para ellos, los administradores siguen llevando a cabo los procedimientos con puntualidad, vestidos con su traje típico y siguiendo los rituales antiguos. Kim In-su, que había trabajado como administrador, desde que se retiró del servicio público, asumió el sentido de la responsabilidad como principal motivación realizar el trabajo duro. “El Seowon de Piram es la organización más grande de este tipo en la región

1 Yi Geun-pil, descendiente de décimo sexta generación de Yi Hwang, explica las virtudes confucianas a los estudiantes de primaria que visitan su casa familiar, la del líder del clan. Los niños escuchan atentamente mientras él habla sobre celebridades como Kim Yuna y Psy, para enseñarles cómo vivir y ser felices haciendo lo que les gusta. 2 Un administrador del Seowon de Piram graba los detalles del rito memorial ofrecido el primer día del mes lunar.

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de Honam, por lo que ostenta varios roles. Los administradores designados por cada clan para gestionar los asuntos de esta academia, cumplen con sus tareas como representantes de sus respectivos clanes”, afirma Kim. Él niega con la cabeza y sonríe cuando se le pregunta sobre la vieja doctrina de Confucio sobre la separación de sexos, que impide que los niños y las niñas de siete años o más puedan sentarse en la misma habitación. “Esos días han quedado atrás”, explica. “En los tiempos modernos no es prudente que la gente con un modo de vida contemporáneo trate de aceptar las enseñanzas antiguas palabra por palabra. En su lugar, deben aplicarse las ideas a los contextos de hoy en día”. Con base en esta premisa, la academia ha tratado de reescribir los abstrusos textos neo confucianos con palabras más fáciles, para que la gente de hoy en día pueda interpretar y difundir los conceptos en un contexto contemporáneo. Para cumplir con este propósito, la academia ofrece varios programas para el público en las vísperas de los ritos de primavera y de otoño, que incluyen conferencias a cargo de estudiosos confucianos de avanzada edad y lectura de

textos con comentarios, así como concursos de escritura con temas relativos al confucianismo y seminarios académicos en honor a Kim In-hu (1510-1560), el sabio más consagrado del Seowon de Piram. En el Seowon de Donam en Nonsan, provincia de Chungcheong del Sur, el administrador veterano (jangeui ) Kim Seoneui, está dispuesto a dedicar su tiempo a la academia a pesar de que se mantiene ocupado en gestionar su propio negocio. Kim, que es un administrador relativamente joven, con poco más de 60 años, ha participado activamente en los esfuerzos nacionales por solicitar la designación de los Seowon como Patrimonio Cultural de la UNESCO. Él se identifica a sí mismo como cristiano y destaca que “el confucianismo no es una religión”. Además, presenta con orgullo varios proyectos con visión de futuro, como el Festival Anual del Seowon, celebrado para “llevar el nuevo renacimiento al confucianismo y dejarlo florecer en los Seowon, que solían asumir las funciones de las universidades locales en la Dinastía Joseon”. Bajo la creencia de que las antiguas academias todavía deben conectar con las jóvenes generaciones de hoy en día, Kim organizó un concierto de música clásica en el recinto del Seowon, logrando una acogida favorable de los residentes de las aldeas cercanas. Como descendiente de Kim Jang-saeng (1548-1631), que asumió un papel destacado en la elaboración del Estudio de rituales (yehak) de la era Joseon, Kim Seon-eui considera que el Seowon debe proporcionar a las generaciones jóvenes educación sobre la higiene y el desarrollo de la personalidad. Al recordar los tiempos en que los Seowon servían como bases locales para intelectuales, y también como preparación para su inclusión en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, Kim planea desarrollar diversos programas para transmitir al público en general, el espíritu y los valores confucianos de forma más sencilla e interesante. (Traducido por Atahualpa Amerise) Cultura y arte de Corea 23


REPORTAJE ESPECIAL 4 El legado de los Seowon, las academias neoconfucianas de la dinastía Joseon

ACADEMIAS PARA EL “HOMBRE NOBLE” QUE HA DESPERTADO TRAS UN LARGO SUEÑO Lee Chang-guy Poeta y crítico literario Kim Jeong-tae Fotógrafo

De un tiempo a esta parte ha crecido la preocupación en nuestra sociedad por la saturación de la educación pública y se han comenzado a buscar modos de revivir el aprendizaje escolar en Corea. A pesar de esto escuchamos que el presidente Obama, desde Estados Unidos, elogia la educación de Corea y alienta a sus ciudadanos a tomarla como modelo. Entonces nos preguntamos, ¿cuáles son las cualidades de la educación coreana que han atraído la atención de los líderes políticos estadounidenses? ¿Cuál es el valor inherente de la educación tradicional que ahora ya no vemos? En un esfuerzo por revivir su valor e importancia, los Seowon o academias neoconfucianas de la dinastía Joseon están tomando la iniciativa para recuperar el ideal de una educación integral, holística y que abarque todos los aspectos del ser humano. 24 KoreaNa Invierno 2015


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os elogios a la educación coreana del presidente estadounidense Barack Obama ya no son noticia en esta sociedad. Obama ha recalcado en diversas ocasiones la competitividad de la educación coreana, al mencionar lo duro que estudian los alumnos del país y el elevado respeto del que gozan los profesores. Pero cuanto más se repite este elogio, más incómodos se sienten los coreanos. Para cualquier compatriota consciente de que hay cuestiones secundarias que afectan a la educación de base confuciana de Corea, las alabanzas del presidente de Estados Unidos invitan a la autorreflexión. Por ejemplo, nos preguntamos cuántos aspectos de los señalados por Obama -en referencia a las tradiciones educativas del país- siguen vivos en la sociedad coreana; o cuán válidos son en cuanto a los valores de la industrialización y el capitalismo, y de cara al futuro; o si estas tradiciones son sostenibles y durante cuánto tiempo.

Los ideales educativos de la élite gobernante En la época en la que Europa salía de la Edad Media y se embarcaba en la “era de los descubrimientos”, en la península coreana

se estableció la Dinastía Joseon (13921910). Los ambiciosos fundadores de la nueva nación soñaban con la reforma, no solo como un modo de cambiar el liderazgo sino también de abandonar el budismo -que había dominado Asia durante más de mil años- para crear un nuevo estado basado en el neoconfucianismo. Sin embargo, la transformación para convertirse en una nación confuciana era algo mucho más complejo que un simple cambio de poder. El pueblo de Joseon experimentó innumerables conflictos, pruebas y errores, antes de adaptarse a los valores confucianos y eso requirió un largo período de ajuste. No obstante el pueblo de Joseon, en efecto, tuvo éxito a la hora de crear una nueva nación de un modo que ni siquiera se hubiera soñado en la dinastía Song de China, hogar de uno de los pioneros del neoconfucianismo Zhu Xi (1130-1200). Por otra parte, la nueva

En una recreación de la ceremonia de asignación de la tabla con el nombre de la academia otorgada por el rey, que tuvo lugar en el Seowon de Dodong, los eruditos confucianos esperan a la procesión portando la tabla. El Seowon de Dodong fue establecido en 1568 para honrar el aprendizaje y las virtudes de Kim Goeng-pil, uno de los “cinco sabios de Joseon”. En 1607 recibió el reconocimiento del Estado.

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En 2001 se conmemoró el quinto centenario del nacimiento de Yi Hwang en el Seowon de Dosan. Para recordar al gran maestro, se puso sobre la mesa una vez más la cuestión del significado del confucianismo en el siglo XXI. Los involucrados en el tema tenían el objetivo común de contribuir a la creación de un país ético. Se tomó la decisión de establecer el Centro de Formación de Cultura Académica de los Seowon, para promover el desarrollo del “espíritu del seonbi” a través de la experiencia de vida de los eruditos confucianos del pasado. 2

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1 Celebración de los ritos del sacrificio de otoño en el Seowon de Donam, construido en honor al aprendizaje y las virtudes de Kim Jang-saeng. El ritual comienza con la ofrenda de sacrificios (bonjinrye ), continúa con la ofrenda de seda (jeonpyerye ) y finaliza con la de licor (choheonrye ). 2 Los oficiantes hacen reverencias durante el ritual de sacrificio de otoño celebrado en el Seowon de Byeongsan.


nación prolongó su existencia por más de 500 años. La élite gobernante de Joseon estaba compuesta por funcionarios gubernamentales y académicos confucianos con bases en las provincias, conocidos como sarim. Estos intelectuales de las provincias, que no pertenecían a las oficinas públicas, buscaban a través del autoaprendizaje convertirse en gunja (“hombre noble” o “hombre superior”), con una ética rígida y un buen carácter personal. También soñaban con una sociedad ideal donde la nación fuera gobernada por un rey sabio como en los tiempos antiguos. Su objetivo era crear una nación confuciana de un tipo que no había existido antes, y asentar una nueva cultura basada en los valores confucianos. Los institutos de educación fundados por estos hombres, que podrían describirse como revolucionarios y fundamentalistas, eran las academias neoconfucianas llamadas Seowon. Desde hace más de 300 años estas academias han servido como base para la creación de una nueva cultura confuciana única, enfocada en la lectura, las conferencias y la acción colectiva. En todo caso, en Joseon la educación no se limitaba a esas academias. En la sociedad de clases de la época, el camino hacia el éxito pasaba por aprobar los exámenes estatales de servicio público (gwageo) para convertirse en funcionario del gobierno. De forma natural, la educación se orientó a los exámenes estatales. El camino hacia la élite comenzaba en la infancia, cuando los niños estudiaban conocimientos básicos sobre los clásicos confucianos en la escuela de la aldea (seodang). Más tarde pasaban a una escuela privada -o a la escuela del condado (hyanggyo)- donde se preparaban para los exámenes preliminares (sogwa). Después de pasar estas pruebas, el siguiente paso era el Seonggyungwan, la academia nacional confuciana y más importante institución educativa del país, donde se preparaban para el examen superior de servicio civil (daegwa). Los sarim, sin embargo, se mostraban críticos con el modo en que los funcionarios eran seleccionados, aunque debían adaptarse a la realidad. La mayoría de los funcionarios del gobierno aceptaron el confucianismo, pero lo consideraban como un sistema creado para gobernar el mundo, en lugar de un código ético o filosófico. Los sarim consideraban ese arraigado burocratismo como un obstáculo para la reforma. Inevitablemente, tanto el conflicto como la competencia crecieron a medida que un mayor número de funcionarios se resistía a la rapidez y al estricto marco propuestos por los reformistas. Ni siquiera los reyes que nombraban a los sarim como miembros del gobierno aplaudían siempre sus sugerencias. Al final, muchos de los intelectuales que defendían la reforma perdieron la vida, en una serie de purgas de literatos conocidas como sahwa, un término compuesto por sa que significa “erudito” y hwa, “desastre”. Las cuatro grandes purgas de académicos que tuvieron lugar a principios del siglo XVI, cuando el neoconfucianismo comenzó a extenderse rápidamente por todo el país, tienen muchas implicaciones. No fue hasta después de este sangriento período cuando los Seowon surgieron como los nuevos institutos educativos.

¿Quién estudió qué? La persona que definió los Seowon como institutos educativos para los estudiosos neoconfucianos y permitió su desarrollo como tal fue Yi Hwang, ampliamente conocido por su seudónimo Toegye (1501-1570). Él también fue el hombre que estuvo detrás de la autorización real del Seowon de Baegundong, la primera academia neoconfuciana establecida en Corea. En 1550, siete años después de que la academia fuera fundada por Ju Se-bong (1495-1554), el rey Myeongjong concedió el reconocimiento del Estado al otorgar una placa con el nuevo nombre de la academia: el Seowon de Sosu. Este reconocimiento situó al centro educativo al mismo nivel de las escuelas del condado llamadas hyanggyo, pero lo más importante es que le permitió obtener apoyo financiero del gobierno. Yi Hwang era muy consciente de que para difundir y poner en práctica los ideales confucianos era absolutamente necesario el apoyo del Estado. Las reglas de la academia del Seowon de Baegundong establecían que se otorgaría prioridad en la admisión a quienes hubieran aprobado los exámenes estatales preliminares (ya sean licenciados en literatura o clásicos) o los exámenes regionales de calificación. Estas condiciones eran similares a las establecidas por el Seonggyungwan, la academia nacional confuciana. Es posible que Ju Se-bong observara los primeros Seowon como una forma de escuela pública regional. Sin embargo, las reglas académicas del Seowon de Isan, fundado por Yi Hwang, no estipulaban la licenciatura en literatura o clásicos entre las condiciones de admisión. De aquí se desprenden las intenciones de Yi Hwang al establecer academias como centros de autoaprendizaje y estudio personal, en vez de institutos de formación para los exámenes estatales. Sin embargo, los Seowon tomaban en consideración las circunstancias de forma realista y, para atraer a los estudiantes de las comunidades locales, adoptaron una actitud flexible en cuanto a los exámenes estatales. Con el tiempo, sin embargo, se fueron alejando de estas pruebas estatales y de las teorías utilitaristas. La educación en las academias neoconfucianas se basaba en gran parte en las conferencias y lecturas. Los alumnos se dedicaban a la lectura de forma individual en todo momento, mientras que para las conferencias, los estudiantes se reunían a las horas fijadas. Sus estudios abarcaban textos confucianos básicos como Los cuatro libros y Los seis clásicos , además de una amplia gama de obras, entre ellas Los ritos familiares de Zhu Xi (Zhuzi Jiali), reflexión de las cosas a mano (Jinsilu) , y El aprendizaje menor (Xiaoxue). Si bien los textos a abordar diferían de una academia a otra, El aprendizaje menor era obligatorio en todas. Como obra introductoria, El aprendizaje menor explica los principios de la conducta neoconfuciana, incluyendo las ideas de autoaprendizaje y las cinco reglas morales en las relaciones humanas. Tuvo una elevada distribución a principios de la dinastía y el estado dedicó un gran esfuerzo a su difusión, al considerarlo como una herramienta para Cultura y arte de Corea 27


transformar Joseon en una sociedad neoconfuciana. Del mismo modo, todos los eruditos confucianos importantes se volcaron en enseñar y poner en práctica el contenido del libro. El rey Jungjong (r. 1506-1544) se centró en este libro para sus conferencias reales y eliminó su etiqueta de “una obra para niños”, hasta el punto de asegurar que debía ser estudiado durante toda la vida de una persona. También destaca el libro Diez diagramas del aprendizaje del sabio, producido por Yi Hwang y presentado al rey Seonjo (r. 1567-1608), como niño en su etapa de preceptor del príncipe heredero. Al presidente Obama seguro que le gustaría la siguiente cita de El aprendizaje menor, del filósofo Guan Zhong: “El profesor presenta sus enseñanzas; los estudiantes las toman como normas para su conducta. Si son dóciles, reverenciales y mantienen la mente completamente abierta, su aprendizaje se maximiza”. Los ritos familiares de Zhu Xi fue otro texto fundamental para la transformación de Joseon en una nación neoconfuciana. Contiene reglas universales de conducta para los grandes hitos vitales, como la mayoría de edad, el matrimonio, la muerte y los ritos conmemorativos hacia los antepasados. El objetivo básico del libro es alentar a las personas a sentirse orgullosas de sí mismas, dado el elevado valor de las vidas humanas, así como fortalecer el amor y el respeto entre los miembros de la familia.

El renacimiento de los Seowon gracias al estudio Joseon fue la era del seonbi , el erudito confuciano o intelectual coreano tradicional. Entonces existía la creencia de que “lo que el cielo ha conferido es la naturaleza. La armonía con esta naturaleza se llama el camino del deber y la regulación de ese camino se llama instrucción”. Por otra parte, la postura básica del erudito confuciano se resume en lo siguiente: “El Maestro dijo: ‘cuando el buen gobierno prevalece en su estado, se le halla en su oficina. Cuando el mal gobierno prevalece, él puede plegar sus principios y mantenerlos en su pecho’”. Según la visión neoconfuciana de la educación, la importancia se concentra en las enseñanzas del maestro, y los eruditos se esforzaban por ser fieles a la “sucesión del camino”, que alude al legado del aprendizaje de maestro a alumno. Los Seowon eran, por tanto, los lugares donde se ponía en práctica la sucesión del aprendizaje. En 2001 se conmemoró el quinto centenario del nacimiento de Yi Hwang en el Seowon de Dosan. En esa cita para recordar al gran maestro, se puso sobre la mesa una vez más la cuestión del significado del confucianismo en el siglo XXI. Aquellos involucrados en el tema tenían el objetivo común de contribuir a la creación de un país ético, educando a la gente para tomar la iniciativa en la práctica de la ética social. Se tomó la decisión de establecer el Centro de Formación de Cultura Académica de los Seowon, una entidad bajo el control del Seowon de Dosan, para promover la sucesión y el desarrollo del “espíritu del seonbi” a través de la experiencia de vida de los eruditos confucianos del pasado. Diez años más tarde, el centro está equipado con instalaciones de alta tecnología para conferencias y alojamiento al estilo tradicional, y opera varios programas fieles al objetivo de su fundación. Tras la caída de Joseon se creía que el camino hacia la modernización pasaba por 28 KoreaNa Invierno 2015

1 Los niños observan cuidadosamente mientras el maestro enseña la forma correcta de hacer reverencias, en el curso de etiqueta organizado en el Seowon de Donam. Como centro de estudios rituales, el Seowon de Donam lleva a cabo programas regulares de educación sobre etiqueta y decoro en los rituales para los niños de la zona. 2 En el Seowon de Donam, los participantes recrean los exámenes de servicio público del Estado convocados en las provincias. Dichas pruebas se llevaban a cabo a distintos niveles para estudiantes de primaria, de secundaria y universitarios, así como para el público en general. 3 Celebración de un concierto en el Seowon de Donam en Eungdodang. La academia ofrece conciertos de música clásica coreana y occidental, y organiza clases de etiqueta y conferencias a cargo de famosos oradores, entre otras actividades; como forma de mantenerse en el ojo público, mientras que allí se estudia el papel de los Seowon en la vida contemporánea.

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aprender las costumbres occidentales. Pero cuando se pensaba que la tradición era vista solo como algo para conservar, Yi Hwang, con motivo de su quinto centenario, devolvió a los Seowon su función original de institutos educativos. Inspiradas por este movimiento, muchas otras academias neoconfucianas también ofrecen programas con lo mejor de sus propias historias y tradiciones. El Seowon de Sosu en Yeongju, Gyeongsang del Norte, opera un programa de dos días dedicado a la cultura del seonbi; mientras el Seowon de Donam en Nonsan (provincia de Chungcheong del Sur), construido en honor del renombrado erudito de estudios rituales confucianos Kim Jang-Saeng (15481631), viene aportando desde hace años educación de etiqueta a los estudiantes de la zona. Al mismo tiempo, nutre a los maestros que trabajan en el desarrollo de la personalidad mediante un sistema de calificaciones No obstante, otro de estos centros ha asumido una dirección distinta: el Seowon de Byeongsan en Andong (Gyeongsang del Norte), famoso por la arquitectura simple pero audaz de su pabellón, llamado Mandaeru, y la belleza del paisaje natural que lo rodea. Gracias a estas características, la academia promueve la antigua cos-

tumbre de yusan, que significa literalmente “vagar por las montañas”, como una forma de cultivar el “espíritu del seonbi”. La auténtica esencia del espíritu del seonbi se puede hallar en el Seowon de Piram en Jangseong (provincia de Jeolla del Sur) donde se realizan ritos conmemorativos de honor los días 1 y 15 de cada mes, a primera hora de la mañana. Durante una conferencia en Seúl, el mundialmente reconocido erudito confuciano Tu weiming definió las características del confucianismo de este modo: “El confucianismo no aborda la comprensión de los seres humanos de forma aislada, sino como parte de una corriente de agua que fluye sin cesar, como seres siempre dinámicos y en plena búsqueda del cambio, que aprenden sobre sí mismos en el camino. Cuando nos comprendemos de esta manera a nosotros mismos, como seres atrapados en un incesante proceso de cambio, el individuo puede pasar a formar parte del núcleo de las relaciones, no en un sentido estático, sino de un modo dinámico. Las palabras de Tu weiming, sin duda pueden aportar comprensión y consuelo a las numerosas personas a quienes les preocupa qué se debe enseñar en esta era de abundancia y competencia. (Traducido por Atahualpa Amerise)

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REPORTAJE ESPECIAL 5 El legado de los Seowon, las academias neoconfucianas de la dinastía Joseon

LOS NUEVOS SEOWON FORMAN A JÓVENES INTELECTUALES

Lee Kil-woo Periodista Senior, The Hankyoreh Ahn Hong-beom Fotógrafo

Los avances en tecnología digital han traído consigo el nacimiento del “homo-móvil”, personas que constantemente obtienen información y se comunican con otros mediante sus dispositivos móviles. Sin embargo, en este mundo que cambia rápidamente inundado con la cultura digital, también los hay que gustan de abandonar el ritmo rápido y estudiar los textos clásicos al estilo tradicional. Al igual que los estudiosos clásicos de la dinastía Joseon hace cientos de años se congregaban en los seowon (academias neoconfucianas) enclavadas en la naturaleza serena y aprendían sobre las cosas del mundo con respetados maestros, los jóvenes intelectuales se reúnen hoy día en los nuevos seowon, para estudiar humanidades y revisitar a los clásicos entre el ajetreo y el bullicio de la ciudad. 30 KoreaNa Invierno 2015


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oo Jin-yeong (22), estudiante universitaria especializada en administración de empresa, está ocupada leyendo los “Anales de la Dinastía Joseon (Joseon wangjo Sillok)” para un paper que escribe sobre “Las cárceles de la Dinastía Joseon y sus fugas”. Habiendo pasado la escuela intermedia y secundaria en el extranjero, apenas sabe leer caracteres chinos. Pero no tiene problema en leer los registros históricos de la Dinastía Joseon, que datan hace unos 500 años. Las traducciones al coreano moderno de los anales se pueden consultar en internet, donde él puede hallar la información necesaria para su paper. “No creo que estos sean meros registros de lo ocurrido en el pasado. Al aprender más sobre los acontecimientos históricos que tuvieron lugar hace cientos de años, podemos obtener una mejor comprensión de nuestro país y de nuestra gente”, afirma woo.

Inmersión juvenil en los clásicos de Oriente y Occidente woo planea ir a la escuela de derecho y convertirse en una abogada especializada en comercio internacional. Actualmente asiste a un programa de estudio en la Academia Asan, donde aprende una amplia gama de temas que nunca antes halló en una escuela. Afirma que este programa le ha ayudado a desarrollar una comprensión más profunda de su país, que es lo que pretendía lograr cuando se le ocurrió el tema de su paper. Kim Tae-yeong (24) también estudia en la academia. A través de clásicos orientales, como “El texto de los mil caracteres (Cheonjamun)” y “Métodos importantes para combatir la ignorancia (Gyeongmong Yogyeol)”, aprende el espíritu inquisitivo y la filosofía política de los antiguos sabios. Son áreas de estudio que nunca habría tenido oportunidad de aprender en una graduación de ingeniería mecánica. “Los textos clásicos proporcionan información sobre el entorno sociocultural que vivían nuestros antepasados. También estudiamos a los clásicos occidentales, lo que nos permite comprender mejor su forma de pensar. Creo que ahora puedo tener más confianza al hablar con un extranjero”, afirma Kim. woo y Kim son algunos de los 32 estudiantes que fueron admitidos en la Academia Asan el pasado agosto. Para entrar tuvieron que sortear un proceso de admisión altamente competitivo, en el que la tasa de ingreso era sólo del 10%. Situada en el centro de Seúl, cerca del Palacio Gyeonghui, la academia se encuentra en un edificio ultramoderno que recuerda a un plató de cine de una película espacial o futurista. Abrió sus puertas en agosto de 2012 como un “Seowon del Siglo 21 (las academias neoconfucianas privadas de la

Dinastía Joseon)”, y ofrece programas de educación para jóvenes que combinan el sistema de educación tradicional del seowon, con el curso PPE (filosofía, política y economía) de la Universidad de Oxford. Su objetivo es cultivar líderes de hoy en día con una buena perspectiva internacional y una sólida base en Humanidades. Durante los primeros cinco meses, los estudiantes viven en el dormitorio escolar y estudian diversas materias de Humanidades; mientras que los cinco meses restantes, trabajan como pasantes en algún prominente ‘think-tank’ en washington o en Beijing. También asisten a conferencias académicas organizadas por la Fundación Heritage y el Instituto Brookings en Estados Unidos. La academia cubre la matrícula completa en Corea y los gastos de las prácticas en el extranjero. El nombre de “Asan” proviene del sobrenombre del difunto Chung Ju-yung (1915-2.001), fundador del conglomerado surcoreano Grupo Hyundai. El plan de estudios abarca disciplinas básicas de Humanidades, tales como historia, filosofía y literatura, así como temas de política internacional, ideología política Oriental y Occidental, inglés y economía. El programa también incluye algunas materias singulares, como “retórica”, “apertura y cierre” y “sociología espacial de la arquitectura”. La educación del carácter, el trabajo voluntario, los programas de experiencia cultural y las actividades deportivas, enriquecen aún más la experiencia de aprendizaje de los estudiantes. La carga académica de trabajo es muy intensa. Los estudiantes a menudo han de pasar toda la noche en vela para preparar presentaciones y debates; y aquellos que suspenden dos o más asignaturas, han de abandonar la academia. Los estudiantes explican que han de estudiar aún más que cuando se preparaban los exámenes de ingreso a la universidad. Kim Seog-gun, vicepresidente de la Academia Asan (y director del Centro de Estudios Coreanos del Instituto Asan de Estudios Políticos), compara esos estudios con un “juego”. Esto significa que los estudiantes eligen lo que quieren estudiar por propia iniciativa, en vez de ser forzados al estudio. “Los temas de humanidades que enseñamos no están alejados de la realidad, sino que son próximos al contexto de los estudiantes. Nos esforzamos por convertirnos en una institución edu-

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1 Los estudiantes de Gunmyungwon (una academia tipo Seowon en Bukchon, Seúl) atienden a una conferencia sobre filosofía oriental impartida por Choi Jin-seok, profesor de filosofía y presidente del centro educativo. Las clases son todos los miércoles por la noche y cubren una amplia gama de disciplinas de Humanidades, como filosofía oriental y occidental o los clásicos. 2 Los alumnos estudian en un aula de Gunmyungwon que se halla en un hanok (casa tradicional coreana) remodelado.

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Bae Chul-hyun, profesor de estudios religiosos en la Universidad Nacional de Seúl, enseña religión y clásicos latinos; mientras que Kim Kai Chun, profesor de diseño de interiores en la Universidad Kookmin, enseña temas de arte y arquitectura. Además, Kim Daeshik, profesor de ingeniería eléctrica en KAIST (Instituto Avanzado Enfatizar el potencial futuro sobre el rendimiento actual de Ciencia y Tecnología de Corea), enseña la ciencia del cerebro, y Gunmyungwon es otra academia tipo seowon que abrió sus Jeong Ha-woong, profesor de física en la misma escuela, ofrece puertas en marzo de este año en Bukchon (un pueblo del norte), en conferencias sobre redes complejas y grandes datos; al tiempo que Seúl. Su programa ofrece un tipo diferente de aprendizaje escolar, Jou Kyung-chul, profesor de historia de Occidente de la Universique incluye temas de filosofía occidental y oriental, y otros como arte o ciencia, con el objetivo de fomentar un talento híbrido a futudad Nacional de Seúl, enseña historia del mundo moderno. Por su parte, Seo Dong-wook, profesor de filosofía en la Universidad de ro. Oh Jeong-taek, director de la Fundación Cultural Dooyang, donó Sogang, imparte conferencias sobre pensamiento occidental, y Kim 10 millones de dólares (unos 10.000.000.000 de wones) de su propio Seong-do, profesor de lingüística en la Universidad de Corea, ensebolsillo para establecer la academia. La alineación de la facultad es bastante impresionante. Choi Jinña sobre medios. seok, profesor de filosofía en la Universidad de Sogang, y también Un selecto grupo de algo más de 30 estudiantes en su veintepresidente de la academia, enseña filosofía oriental y taoísmo, y na se reúnen cada miércoles por la noche durante cuatro horas, para estudiar y escuchar las conferencias impartidas por estos eminentes profesoAsí como los seowon de la Dinastía Joseon se establecieron como res. Los estudiantes tienen que memorialternativa a las hyanggyo, o escuelas públicas del condado que se zar clásicos, como “El libro del camino y su centraban principalmente en la preparación de los exámenes de poder (Tao Te Ching)” del antiguo filósofo chino Lao Zi (老子) en chino o los discursos la función pública, los jóvenes de hoy en día recurren a los seowon de Cicerón en latín. Después de completar en busca de un tipo de aprendizaje en gran medida ausente de las el programa de 10 meses en Corea, existe universidades actuales, que han degenerado en escuelas como la oportunidad de ir al extranjero para un programa de entrenamiento de un mes de mecanismo para asegurar un trabajo respetable. cativa que responda a las necesidades de nuestra sociedad actual, al combinar los modelos educativos del seowon tradicional con las universidades de hoy en día”, explica Kim.

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©Asan Academy

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el sentimiento de cansancio de duración. Todos los gastos son un caminante que se desplapagados por la academia. El profesor Kim Dae-shik, za de un lugar a otro. Los 30 que enseña la ciencia del cereestudiantes que leen el poema en voz alta con él, son en su bro, introdujo en clase el conmayoría antiguos y actuales cepto de la “lectura mental profesores de mediana edad o (o capacidad de leer los penmás. Ha se graduó en la acasamientos)” y de la “escritura cerebral (o habilidad para demia militar y sirvió en el almacenar información especíEjército, y posteriormente se retiró como funcionario. Aprenfica en el cerebro)”. “El 90% de nuestros pensamientos están dió poemas chinos durante 17 2 en realidad basados en una iluaños con Hong Chan-yu (1.915 1 Los estudiantes de la Academia de Asan visitan la Biblioteca del Congreso en a 2005), quien estudió con sión óptica, que es el resultawashington D.C. Después de completar un curso inicial de Humanidades de cinco Jeong In-bo (1.893-1.950), un do de la forma en que nuestro meses en Corea, asisten a programas de formación en el extranjero durante otros cinco meses. buen conocedor de los clásicos cerebro interpreta la informa2 Ha Yeong-seop, presidente de la Escuela Coreana de Hansi, enseña poemas clásichinos. ción del exterior”, explica Kim, cos de los poetas de la dinastía Tang de China. Los estudiantes, la mayoría en sus Kim Ju-chang, profesor y añade: “Se podría decir que cincuenta y sesenta, escuchan atentamente a su profesor de 89 años de edad. de filosofía en la Universidad nuestra vida es la suma de toda de Dankook, comenzó a asistir a sus clases en septiembre para la información que el cerebro selecciona y edita”. Concluye la conaprender auténticos poemas chinos. El alumno que se sienta frente ferencia del siguiente modo: “No tiene sentido vivir una larga vida a él es Hwang Pil-hong, también profesor de filosofía en la misma biológicamente. La longevidad cognitiva es lo realmente importanuniversidad, y lleva 10 años asistiendo a la escuela. te”. Los estudiantes aplauden. Ha, quien se enamoró de los poemas chinos a los cincuenta y Oh Jeong-taek, el director de la academia, pide a los profesores pocos años, comenta: “Es necesario estudiar los poemas clásicos que “enseñen a los alumnos a convertirse en rebeldes de la sociechinos durante al menos 10 años para apreciar realmente su verdadad”. Según expone: “Sólo aquellos que pueden desafiar las normas convencionales de nuestro tiempo pueden jugar un papel cendera belleza”, y añade: “Es gratificante ser capaz de nutrir a alumnos que puedan continuar esta tradición”. Por último, apunta: “Hemos de tral en la próxima era” y continúa: “En 30 años, cuando los jóvenes estudiar poemas chinos si deseamos obtener una mejor comprende hoy asuman un papel importante en nuestra sociedad, no van a ser capaces de aportar soluciones eficaces a los problemas si simsión de los gustos y el sentido estético de nuestros antepasados. Aquí se puede aprender lo que los seowon normales no enseñan”. plemente aplican nuestra actual forma de pensar. Los líderes del Además de los que menciona este artículo, muchos otros seowon futuro necesitan pensar de un modo completamente distinto, y para contemporáneos han surgido en todo el país, como la Academia Gilello es necesaria una sólida base y formación en humanidades”. Los estudiantes son aceptados exclusivamente considerando “su dam, donde la gente estudia los textos clásicos en un café de libros pasión y su creatividad, sin tener en cuenta la formación académica, ubicado en Tongin-dong, Seúl; o Gamidang, donde las personas se la nacionalidad, el sexo o la religión”. La tasa de competencia para reúnen para leer una amplia gama de obras clásicas, que abarcan entrar fue de 30 a 1, y el tema del ensayo de la prueba de ingreso de desde el “Libro chino de los cambios” y las “Actas del Gran Historiaeste año fue: “¿Dónde te ves a tí mismo y a Corea en 30 años?”. dor”, hasta los “Anales de la Dinastía Joseon” y las obras de Spinoza. Así como los seowon de la Dinastía Joseon se establecieron como alternativa a las hyanggyo, o escuelas públicas del condado Comprender el sentido estético de nuestros antepasados que se centraban principalmente en los exámenes de la función mediante el Hansi pública, los jóvenes de hoy en día recurren a los seowon en busca La Escuela coreana Hansi (poemas chinos clásicos) se encuende un tipo de aprendizaje ausente de las universidades actuales, tra en un edificio provisional junto al Parque Tapgol en Jongno-gu, que han degenerado en mecanismos para asegurar un trabajo resen Seúl. Su fundador y presidente es Ha Yeong-Seop, un hombre de 89 años que dice que le quedan muy pocos amigos vivos. Lleva 11 petable. Es cierto que las Humanidades están disminuyendo en años enseñando poemas chinos en la escuela y da clases todos los popularidad, pero muchas de las personas que son impulsadas a martes. la competencia feroz en este áspero mundo y caen, pueden buscar Escribe un poema en la pizarra. Se trata de “Sentimientos en la respuestas al sentido de la vida en las Humanidades. Probablevíspera de Año Nuevo en el paso de montaña Ba” de Cui Tu (崔 塗), mente esa sea la razón por la que los seowon de hoy en día destaun famoso poeta de la dinastía Tang de China. El poema transmite can. (Traducido por Javier Castañeda) Cultura y arte de Corea 33


FOCO

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Lee Mae-bang interpreta la danza del monje. El “bailarín celestial”, que falleció el pasado mes de agosto a los 88 años, hechizaba al público con sus inspiradoras actuaciones. Se distinguió en la escena de la danza tradicional coreana del siglo XX y realizó valiosas contribuciones a la danza coreana, y también a la formación de los bailarines más jóvenes, para que continuaran con su legado.

EL ‘BAILARÍN CELESTIAL’ LEE MAE-BANG Y SU MUNDO DE DANZA Un bailarín nato que hipnotizaba al público con sus inspiradas actuaciones, Lee Mae-bang, falleció a la edad de 88, el 7 de agosto de 2015. Logró distinguirse en la escena de la danza tradicional del siglo XX e hizo una gran contribución al preservar la danza coreana y formar a los bailarines más jóvenes para que no perdieran ese legado. Sus delicados pasos y sutiles movimientos cautivaron a varias generaciones, y aunque Lee Mae-bang ya no está, sus sublimes logros han dejado una marca indeleble en la historia de la danza tradicional coreana.

Yang Jong-sung Profesor Visitante, Universidad Nacional de las Artes de Corea Choi Byeong-jae Fotógrafo

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n 2001, al ver de nuevo ‘La gran actuación: Lee Mae-bang, toda una vida de dedicación a la Danza’, el difunto dramaturgo Cha Beom-seok escribió: “Lee Mae-bang es lo que llamamos un bailarín famoso. Cada uno tendrá sus propias razones para alabarle, pero yo diría que él baila con toda su alma. Su danza procede del corazón y no sólo manifiesta su virtuosismo, sino una sentida oración. Cuando baila, su expresividad es tan hermosa que resulta solemne, y sus movimientos son tan exquisitos que resultan misteriosos. Su inagotable energía, que inunda todo el escenario desde la elevación hasta la caída de sus movimientos, crea ondas que trascienden el mundo de los mortales”.

Empezar a bailar con siete Lee Mae-bang nació en 1927 en Mokpo, en Jeolla del Sur. Sus antepasados fueron chamanes durante generaciones hasta que su padre cortó con esa tradición familiar. Sin embargo, ese rasgo ancestral que llevaba en su sangre ayudó a mostrar el talento de Lee para la danza cuando apenas era un niño pequeño. Con solo cinco o seis años, se enfundaba en el hanbok (el traje tradicional coreano) de sus hermanas, y comenzaba a bailar frente al espejo en el tocador de su madre. A los siete años se unió al gwonbeon local (instituto de formación para bailarinas profesionales, las llamadas gisaeng, operado por el gobierno colonial japonés) por recomendación de su director, Han Guk-Hyang, que era su vecino. Allí aprendió a bailar junto a jóvenes niñas de unos diez años que llevaban el pelo recogido en una larga trenza. Lee también aprendió la danza del monje (seumgmu) y la danza de la espada (geommu) de su abuelo Lee Dae-jo, que en su tiempo era famoso por su arte para el canto, la percusión y el baile. Cuando todavía era 36 KoreaNa Invierno 2015


un niño, Lee dejó su casa en Mokpo para estudiar en un instituto más grande que formaba a aspirantes a artista en Gwangju, y así perfeccionar sus habilidades en percusión y en la danza del monje. Posteriormente, Lee prosiguió su educación en Manchuria. Durante una visita a su hermana mayor en Beijing se encaprichó por el desempeño de Mei Lanfang (1894-1961), el legendario actor y bailarín de la Ópera de Beijing, y tuvo la suerte de estudiar danza con él durante un corto periodo de tiempo en el que aprendió la danza de la espada y la danza de la lámpara. Este encuentro llevó a Lee a cambiar su nombre, de Gyu-tae a Mae-bang, que es cómo se pronuncian en coreano los primeros y últimos caracteres del nombre de tan venerado artista chino. Lee debutó como bailarín en 1948. En un concurso de artes escénicas celebrado en Mokpo coordinado por el reconocido cantante de pansori Lim Bang-ul. El artista había programado interpretar la danza del monje pero no se presentó. Por recomendación de su maestro, Lee subió al escenario como sustituto y obtuvo una respuesta entusiasta. Más tarde llevó a cabo su primer recital de baile en Gwangju en 1953, que marcó el inicio de su vida en el escenario. Posteriormente, Lee realizó innumerables shows, tanto en Corea como en el extranjero, incluidos los recitales de celebración de sus 50, 60 y 70 años de carrera. Desde la década de los 80 jugó un papel fundamental a la hora de dar a conocer la danza tradicional coreana en el mundo, actuando en Estados Unidos y Europa, entre otros lugares. También fue invitado a actuar en el Festival de Aviñón de 1998 en Francia, y galardonado con la Orden Francesa de las Artes y las Letras en ese mismo año. Todos los miembros de la familia de Lee siguieron su misma trayectoria como bailarines tradicionales. Su esposa, Kim Myeong-ja (73), y su única hija, Lee Hyeon-ju (39), siguen sus pasos como acreditada instructora y alumna, respectivamente, del baile del monje y de la danza del exorcismo (salpuri), designados por el Gobierno de Corea como bienes culturales intangibles. Lee enseñó a muchos de los actualmente distinguidos artistas de la danza coreana, y más de mil alumnos estudian actualmente sus versiones de la danza del monje y de la danza del exorcismo.

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©woo-bong Leemaebang Compania de Arte

Una vida dedicada a la danza tradicional coreana Lee Mae-bang es a menudo referido entre elogios como el “bailarín celestial”. Él tomó las danzas dictadas en la tradición coreana como parte de los rituales budistas, los ritos chamánicos, los juegos populares y los repertorios de artistas itinerantes -que expresaban las alegrías y las tristezas de la gente en la sociedad tradicional- y los convirtió en un verdadero arte de interpretación singular. El crítico de danza Kang I-mun (1923-1992) le apodaba el “bailarín nacional” y muchos otros, en los círculos culturales, se referían a él como “un artista enviado por el cielo”. Lee revivió las raíces de la danza coreana, un campo que estaba cayendo gradualmente en desgracia en los tiempos modernos, y las transformó en un refinado género de artes escénicas contemporáneas y en patrimonio cultural. Lee Mae-bang devolvió a la vida las ideas artísticas y el espíritu del pueblo coreano incorporados a su danza tradicional. Al estar enraizado en la danza popular, que se había desarrollado de forma espontánea, el repertorio de Lee ocupó un lugar especial en la historia de la danza coreana. En reconocimiento a sus contribuciones, Lee fue designado titular del Importante Patrimonio Cultural Intangible Nº 27 (Danza del monje) y del Nº 97 (Danza el exorcismo), en 1987 y 1990, respectivamente. Encabezando el linaje de baile de Lee Mae-bang está una figura llamada Shin Bang-cho, que nació en 1817, en una familia de chamanes en Okgwa, en la provincia de Jeolla del Sur. Como conocedor de los ritos del exorcismo se hizo famo-

1 La danza cantada del monje (boryeom seungmu ) es una actuación de grupo originada en los rituales budistas. Sus vigorosos movimientos, que simbolizan un corazón misericordioso para ayudar a los demás mediante ofrendas y cantos -o bienes terrenales y enseñanzas budistas - hacen espléndida esta danza. 2 Al realizar el movimiento de la primera parte de la Danza del Erudito Confuciano, Lee Mae-bang imita a un académico que pinta su abanico plegable. Es una danza masculina que expresa la sincera alegría de un erudito confuciano que ha alcanzado la iluminación.


so en la región de Honam (que abarca las provincias de Jeolla de Norte y del Sur) por su excepcional talento para la danza, el canto y el acompañamiento en la percusión; y muchos famosos chamanes de la región competían por tenerlo con ellos para realizar sus ritos. El estilo de Shin fue dictado a artistas como Lee Jeong-seon, quien poseía un gran talento no sólo en el baile, sino también para tocar el tambor y cantar pansori, y asimismo gozó de una gran popularidad. Más tarde, su estilo fue transmitido a los maestros de Lee Mae-bang como Park Yeong-gu, Lee Dae-jo, Lee Chang-jo y Jin Seok-san. Park Yeong-gu era un famoso percusionista e intérprete de la danza del monje que enseñaba en el instituto de formación de Gwangju; mientras que Lee Dae-jo era el abuelo de Lee Mae-bang y actor principal de la danza del monje, y enseñaba en el instituto de formación de Mokpo. En tanto, Lee Chang-jo, era un intérprete de Neungju famoso por su habilidad en la danza de la espada, y también enseñaba en el Instituto de Gwangju, y Jin Seok-san (también conocido como Jin So-hong) capacitaba a intérpretes en la danza del exorcismo, aunque también regentaba un restaurante en Insa-dong, en Seúl. Lee Mae-bang heredó la esencia de la danza de todos estos maestros y, al aprender la danza del monje directamente de su abuelo, conservó el linaje familiar de la danza por sexta generación.

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©woo-bong Leemaebang Compania de Arte

Una elegante contención expresada con cada fibra del cuerpo El repertorio típico de Lee Mae-bang incluye 19 danzas: la danza del Monje, el baile del exorcismo, la danza de pie (Ipchum), el baile de la espada, el baile de la espada larga (Janggeommu), la doblemente encabezada danza del tambor (Janggochum), la danza de la escuela confuciana (Sapung Jeonggam), la danza del niño con sombrero de paja (Choripdong), la danza de la ascensión (Seungcheonmu), la interpretación del Gran Señor (Daegam Nori), la danza de la oración (Giwonmu), la danza de los budistas cantando (Boryeommu), la danza del tambor (Gomu), la danza del tambor de mano (Sogochum), la canción de amor (Sarangga), el camino de la flor joven (Hwarangdo), la danza del hombre pródigo (Hallyangmu), la danza del taoísta Sage (Sinseonmu) y la historia de Chunhyang (Chunhyang-jeon). La danza del monje de Lee Mae-bang tenía un fuerte sabor budista y captaba el ideal de la quietud del movimiento. Con sus elegantes e intensas poses Lee transformó una danza, que por lo general realizaban las mujeres artistas para complacer a sus clientes, en una forma sublime de arte. La danza del monje era la crónica de un ser humano que se esforzó para arrojar fuera de sí las mundanas angustias y preocupaciones, y transforma el largo viaje de la vida en algo trascendental. En la Corea pre moderna se interpretaba la danza exorcista salpuri para alejar a los malos espíritus y evitar las desgracias, y la versión de Lee se caracterizaba por una grácil expresión de tristeza. Aclamada como “danza conmovedora” resultaba tremendamente cautivador observar cómo Lee hábilmente controlaba y liberaba la tensión en cada movimiento. La originalidad de la danza de Lee provenía de una ingeniosa mezcla de contrastantes cualidades: ligero y pesado, rápido y lento, flojo y tenso, delicado y poderoso, exquisito y señorial. A la vez expresaba tristeza y felicidad, pesar y alivio, sufrimiento y felicidad, tranquilidad y alboroto. En última instancia, bailaba para expresar y superar todas las agonías, las alegrías, las tristezas, las esperanzas y las felicidades de la vida. Estos profundos sentimientos se transmitían en el más sutil de los pasos, en refinados gestos de brazos y manos, en variados movimientos corporales y en las profundas expresiones faciales de cada trance, que al unirse hacían rendirse a la audiencia como esclavos. Lee era famoso por repetir muchas veces, “En toda mi vida nunca me ha preocupado qué ponerme o qué comer. No he hecho nada más que bailar”. reprendía a sus discípulos si detectaba que buscaban la fama en vez de intentar encontrar la esencia de la danza, mientras comprobaba personalmente que sus trajes estaban listos para la actuación. Él era un maestro y un artista que perseguía la perfección. Mientras se celebraba uno de sus recitales, el dramaturgo Cha Beom-seok escribió: “Usted perfectamente podría ser una de las almas más solitarias del mundo, como un vagabundo que emprendió un largo viaje mucho antes del amanecer”. Lee Mae-bang siempre pensó que para representar una bella danza un bailarín debía tener buen corazón. Un hombre con tan clara filosofía del arte y de la danza, vivirá para siempre en los pasos de baile de la posteridad. (Traducido por Javier Castañeda)


"En toda mi vida nunca me ha preocupado qué ponerme o qué comer. No he hecho nada más que bailar".

Lee Mae-bang devolvió a la vida la versión de la danza de exorcismo originaria de la región de Honam, donde se encontraba su ciudad natal. Como parte del repertorio de un rito de exorcismo, la danza pasó a ser un refinado género de las artes escénicas.

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ENTREVISTA

H A n K A n g “EL LENGUAJE ME PRODUCE UN CIERTO DOLOR”

Kang Ji-hee Crítica literaria Baik Da-huim Fotógrafo

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En los casi veinte años desde su debut, Han Kang ha escrito y publicado varios libros de cuentos, uno de ellos El amor en Yeosu, y seis novelas, entre las que destaca Tus frías manos. A día de hoy es una de las escritoras más destacadas de Corea, con gran cantidad de galardones, como el Premio Literario Yi Sang (2005) o el Premio Literario Tong-ni (2010). Este año su novela La vegetariana fue publicada en inglés por la editorial Portobello Books en Reino Unido. Han también firmó un contrato para publicación de su novela de 2014 Human Acts (Viene el muchacho) con la mayor editorial de Estados Unidos, Penguin-Random House.


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esde su debut literario, primero con poemas en 1993 y más tarde con una novela en 1994, Han Kang ha escrito y publicado sin descanso. Un crítico literario denomina sus obras “huellas de luz” porque recogen con un lenguaje poético la tragedia humana y el dolor. Ella sabe cómo describir la cara del destino que maneja toda una vida, apoderándose de una efímera impresión estética. Ella es, pues, una impresionista que se centra en la tenue luz de la redención, solo accesible desde el abismo en el que se encuentra el desesperado.

La impresionista que interpreta el destino con la fugacidad de los sentidos KJ Usted estudió literatura coreana en la Universidad de Yonsei y tras graduarse trabajó brevemente en una empresa editorial. Su padre es el conocido novelista Han Seung-won y usted ha afirmado que los libros eran lo único que abundaba en su infancia. Su vida ha estado estrechamente relacionada con los libros por lo que parece natural, o incluso inevitable, que se convirtiera en escritora. Sin embargo, ¿hubo un momento en particular en el que decidió convertirse en escritora? HK Cuando estudiaba noveno grado leí la primera colección de historias del entonces joven Lim Chul-woo. Al leer su cuento “La estación de Sapyeong”, para mi sorpresa me di cuenta de que la historia no estaba protagonizada por un personaje específico sino por la oscuridad de la noche y la nieve, la pequeña y fría estación de tren en el campo, y la luz de la leña ardiendo. Comprendí que la vida misma podía convertirse en personaje principal y fluir con su propio ritmo interior. Yo estaba fascinada por el enfoque único de la historia y recuerdo que entonces me planteé por primera vez en serio escribir una historia especial con mi propio estilo. KJ Si no se hubiera convertido en escritora, ¿qué cree que estaría haciendo ahora? HK En mi época de secundaria quería ser viajera en lugares inexplorados, pero en la universidad me gustaba ver obras de teatro. Era demasiado tímida para unirme a un club de teatro, pero recuerdo que cuando observaba el escenario oscuro antes de abrirse el telón, quería estar ahí. De alguna manera sentía que era mi lugar... Quería reír y llorar allí. KJ ¿Viajera en lugares inexplorados? ¡Vaya sorpresa! HK Hace mucho tiempo un adivino me dijo que mi destino era ser vagabunda, ir de aquí para allá de un lugar a otro. (risas) Me gusta viajar y conocer nuevos lugares. KJ No solo su aclamada novela La vegetariana ha sido traducida a varios idiomas, sino también muchas de sus otras obras podrían llamarse “novelas de artistas”, porque tienen que ver con artistas de diverso tipo como pintores, fotógrafos, escultores y creadores de videoarte. HK Probablemente es porque me gusta el arte y siempre he estado influenciada por él. Pero me sorprende cuando alguien describe así mis novelas. Pensaba que simplemente escribía sobre personas, pero cuando escucho la descripción “novelas de artistas”, me pregunto si quizá mi obsesión por el lenguaje fue lo que me atrajo hacia el arte. Sin embargo, en última instancia soy una escritora que trabaja con el lenguaje y por eso solo quiero recorrer mi camino junto a él. El lenguaje me produce un cierto dolor, y mi tarea será siempre luchar contra ese dolor. Reflexiones sobre religión y amor KJ Obras suyas como El niño Buda y La historia de una flor carmesí revelan fuertes sentimientos

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budistas. Una vez escuché que la literatura nace cuando se le da la espalda a Dios. ¿Qué piensa usted sobre la religión? HK Estuve muy inmersa en el budismo poco antes de cumplir los treinta. El pensamiento budista está tan profundamente arraigado en mí que cuando tomo contacto con nuevos pensamientos e ideas, todavía los comparo con el budismo para ver cuán similares o diferentes son. Fue con 31 años cuando comencé a alejarme de esa filosofía. En aquel momento estaba muy enferma. Por lo general la gente busca la religión cuando padece una enfermedad, pero en mi caso ocurrió todo lo contrario. Sin creer ni confiar en nada, quería ver todo de nuevo con mis propios ojos, mis ojos desnudos sin protección alguna. Más tarde leí

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algunos libros de física por el mismo motivo. Quería entender el mundo tal y como es… Como si fuera la primera vez. KJ En cuanto al amor, en sus obras parece estar más bien limitado, con muchos personajes que tienen miedo de él o lo ven como algo fugaz. Sin embargo, a pesar de su escepticismo, el amor es para ellos quizás aún más explosivo e intenso, ya que lo consideran efímero y algo a temer. En ese mismo contexto el cuerpo parece ser algo así como una carcasa externa que está afligida por el dolor, pero algunas escenas describen una intimidad increíblemente profunda, más grande que el amor, en el momento en que los cuerpos se unen y se convierten en uno. ¿Qué es el amor para usted? HK Tengo que reconocer que no lo sé. Esa es la respuesta más precisa de momento. Mi quinta novela, La hora de griego, es una historia sobre un hombre y una mujer. He escrito otras novelas donde aparecen un hombre y una mujer, pero esta es la primera destinada desde el principio a ser “la historia de un hombre y una mujer”. No obstante, en realidad no es una historia de amor cien por cien, sino la historia de dos personas que se unen en silencio, atraídas por su sentido de la presencia del otro. El hombre pierde su vista lentamente, lo que de algún modo nos retrata en el sentido de que poco a poco, momento a momento, vamos perdiendo nuestra vida. La mujer, que de repente perdió la capacidad de hablar, sufre de una forma sutil la violencia implícita en el lenguaje. Quería capturar el

momento en que las vidas de las dos personas se superponen en un punto sensible.

Gwangju - Entender la crueldad humana y la dignidad KJ Viene el muchacho aborda una de las heridas más profundas en la historia moderna de Corea, porque es una historia sobre el movimiento de democratización de Gwangju de mayo de 1980. En el largo epílogo que usted escribió como prefacio del autor, me conmovió la expresión: “Se quedaron allí porque no querían ser víctimas”. HK Yo tenía nueve años cuando tuvo lugar el levantamiento o la masacre de Gwangju. Nací en Gwangju pero mi familia se mudó a Seúl unos cuatro meses antes del incidente. No concebimos nuestro traslado como una forma de escapar, pero lo parecía. Parecía como si hubiéramos partido para evitar la violencia, y por eso sentimos una especie de culpabilidad durante largo tiempo. Lo que ocurrió en Gwangju fue distorsionado por el nuevo régimen militar en los informativos y en los comunicados públicos, pero teníamos amigos y parientes allí, y pudimos enterarnos de lo que sucedió realmente. Yo era una niña pero supe de la terrible situación al escuchar las conversaciones de los adultos. Al ser tan joven, el incidente quedó grabado en mi mente como miedo a los humanos en vez de como odio hacia el régimen militar. Los seres humanos dan miedo y yo soy uno de ellos, pensé. Al mismo tiempo, me dejaron muy impresionada las personas que lucharon contra esa horrible violencia. Por decirlo de algún modo, me enfrenté a mi manera a dos enigmas irresolubles

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“Pienso que escribir es como encender una cerilla y mirar a la luz de la llama constantemente hasta que se apaga. Quizá eso es todo lo que puede hacer una novela: preguntarse sobre los seres humanos y la vida mientras observamos la luz” 42 KoreaNa Invierno 2015


Cuando me puse a investigar el incidente tras decidirme a escribir esta novela, me di cuenta de que fue mucho más horrible de lo que había pensado. También me puse a estudiar casos similares como Auschwitz, Bosnia, Camboya, la Masacre de Nanjing, el Gran Terremoto de Kanto o la masacre de los indígenas americanos, entre otros. Cuanto más material acumulaba, más convencida estaba de que no sería capaz de escribir la novela. reflexioné sobre el hecho de que en 1980 hubo personas en Gwangju que, en medio de un ambiente de violencia extrema, se esforzaban por preservar la dignidad humana. Solo fui capaz de seguir adelante con la novela cuando me di cuenta de que esas personas habían elegido no convertirse en “víctimas”. Así que escribí, empezando por la crueldad del ser humano y avanzando hacia su dignidad, prometiéndome a mí misma ser honesta y aceptar lo ocurrido, incluso aunque eso hiciera temblar mis creencias. 1 Portada de la versión coreana de Here Comes the Boy, que aborda el movimiento de democratización de Gwangju de mayo de 1980. La novela será publicada en inglés bajo el título Human Acts en enero de 2016, por la editorial Penguin-random House a través de su filial Hogarth, especializada en literatura. 2 The Vegetarian (El vegetariano ) y su personaje principal, que deja de comer carne por un recuerdo de la infancia y cree estar convirtiéndose en un árbol. Traducción publicada en inglés por Portobello Books a principios de este año. 3 Han Kang, cuidadosa y seria en el estilo y profunda en su percepción del mundo, ha escrito y publicado varias obras literarias. Brinda diversos temas a los lectores y ha sido galardonada con numerosos premios. Está entre los escritores de hoy más destacados de Corea.

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©Park Jae-hong

La muerte, el alma y la luz de las velas sobre la nieve KJ Viene el muchacho concluye con una escena en la que usted permanece en silencio contemplando las llamas de las velas, mientras la cera se derrite poco a poco sobre la nieve. Su cuento “Mientras se derrite un copo de nieve”, por el que recibió el Premio Literario Hwang Sunwon, comienza con el regreso de una persona muerta, y la nieve parece de nuevo ostentar un importante significado simbólico. HK Pensé en la escena de la luz de las velas cuando empecé a escribir Viene el muchacho . En el primer capítulo Dong-

ho enciende velas para los espíritus de los muertos, ya que cree que van a acercarse a la luz. Decidí terminar la novela con una escena 30 años después, contemplando las velas frente a la tumba de Dong-ho. “Mientras se derrite un copo de nieve” es un cuento que se me ocurrió justo después de Viene el muchacho. Es la historia de un espíritu que visita una noche al narrador y relata la conversación que ambos mantienen. Mientras escribía la novela, e incluso después de terminarla, hubo momentos en los que sentí que esas muertes estaban dentro de mí. KJ Han pasado más de veinte años desde que empezó a escribir ficción. ¿Hay algo que haya cambiado en su pensamiento o en su actitud hacia la literatura? ¿Qué tipo de testimonio busca ofrecer la literatura? HK Antes escribía todo lo que podía. Creo que escribía sólo para sobrevivir y quizá todavía lo hago. Sin embargo, pienso que la escritura es como encender una cerilla y mirar a la luz de la llama constantemente hasta que se apaga. Quizá eso es todo lo que puede hacer una novela; preguntarse sobre los seres humanos y la vida mientras observamos la luz. De alguna manera, siento que sigo empujando mi vida hacia adelante poco a poco cuando termino una novela y paso a la siguiente. Después de lograr completar las cuestiones que había estado abordando en una novela, paso a la siguiente obra, a las siguientes preguntas, al siguiente paso en la vida. Eso es todo. Se percibe una suave tranquilidad en Han Kang. Cada vez que leo sus novelas temprano en la mañana, siento como si hubiera salido de una capilla tras permanecer sentada a solas en silencio durante mucho tiempo. A través de la dignidad humana, débil pero aún no perdida del todo, y de una esperanza capaz de barrer sospechas impuras acerca de la vida, de este modo nos resguarda la literatura de Han Kang. (Traducido por Atahualpa Amerise)

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CUENTOS DE LAS DOS COREAS

Primero, hablar el mismo idioma

Kim Hak-soon Periodista y Profesor visitante en la Escuela de Medios y Comunicación, Universidad de Corea Ahn Hong-beom Fotógrafo

Las escuelas alternativas ayudan a los jóvenes desertores en su adaptación al nuevo entorno

Los jóvenes desertores norcoreanos que llegan a Corea del Sur tras un arduo viaje esperan disfrutar de su nueva libertad. Sin embargo, muchos de ellos se ven obligados a vivir encerrados en su propio mundo, al ser incapaces de adaptarse al desconocido entorno del Sur. Su fracaso a la hora de adaptarse a la sociedad surcoreana no es solo una cuestión suya, sino un grave problema que toda la sociedad debe abordar. En estas circunstancias, las escuelas alternativas se esfuerzan por ayudar a estos jóvenes a lograr conseguir un entorno emocional estable y a adaptarse a su nuevo hogar.

1 Estudiantes juegan al fútbol en el patio de recreo del instituto Hangyeore, el único centro regular de secundaria para desertores norcoreanos adolescentes en Corea del Sur. La escuela, en la que 200 alumnos conviven en una residencia de estudiantes, ofrece varios programas extraescolares de formación profesional, para que los jóvenes puedan adaptarse bien a la sociedad surcoreana. 2 Ju Myong-hwa, director del colegio Kumkang, enseña a los estudiantes. Su mayoría asiste a escuelas de la zona, pero reside en este centro educativo, donde repasan los temas que menos dominan.

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a Escuela Hangyeore es la única escuela de secundaria regular para desertores norcoreanos adolescentes en Corea del Sur. Las clases de coreano en esta escuela se parecen mucho a las clases de lengua extranjera cotidianas. A menudo los alumnos no pueden entender adecuadamente el coreano que usan sus maestros, por lo que realizan las mismas preguntas una y otra vez. Muchos estudiantes se quejan de su dificultad para comprender las lecciones, porque en el Norte y en el Sur en muchos casos se usan términos diferentes para referirse a las mismas cosas. Por ejemplo, los surcoreanos llaman “bokeumbap” al arroz frito; pero en Corea del Norte ese plato se conoce como “gireumbap” (arroz con aceite). En el Sur al criadero de pollos se le denomina “yanggyejang”, mientras que en el Norte se conoce como “dakgongjang” (fábrica de pollos). Igualmente, estacionamiento en surcoreano es “juchajang”, mientras que los norteños dicen “chamadang” (patio para coches). Y al referirse a una oración, en vez de usar la palabra sureña “munjang” (frase), los norteños usan “geultomak” (grupo de palabras). En definitiva, la gente de cada parte tiene dificultades para entender las expresiones de la otra; pues aunque hablen un mismo idioma, su vocabulario se ha ido distanciando hasta ir, en muchas ocasiones, por caminos separados. Algunas palabras tienen significados similares, pero al final son diferentes. Por ejemplo, lo que los surcoreanos llaman “ojingeo” (calamar) es “nakji” (pulpo pequeño) para los norcoreanos. Los estudiantes del Norte se refieren al vestido de una sola pieza “nariot” (overoles) y a los rayos-X los llaman “roentgen”, en honor a su descubridor. rusia solía ser la primera lengua extranjera para los estudiantes norteños, y en el Norte rara vez adoptan las palabras extranjeras tal como son y usan equivalentes coreanos. En cambio, los surcoreanos aprenden inglés como primera lengua extranjera y están familiarizados con muchas palabras chinas.

Barrera idiomática, inestabilidad emocional Actualmente, sobre el 30 por ciento de las palabras utilizadas por los habitantes de cada lado de la dividida península suele ser bastante desconocido para los del otro lado, afirma Kwak Jong-moon, director de Hangyeore. Por eso cada clase tiene una tabla con los términos que más


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difieren en cada lado. En un esfuerzo por reducir la brecha del idioma, Hangyeore ofrece un programa de radio de enseñanza de lengua surcoreana estándar mediante una emisora, con clases de 30 minutos diarios cada mañana, así como cursos de Hangeul. No menos importante para la escuela es proporcionar a los estudiantes el apoyo psicológico necesario para que los alumnos logren estabilidad emocional. Para los jóvenes desertores resulta difícil superar el sufrimiento y las dificultades que experimentaron al huir del Norte arriesgando sus vidas. Chung Kwang-min, un estudiante de 19 años que huyó del Norte en 2013, lleva en Corea del Sur unos seis meses. Escapó con sus padres, pero ambos fueron capturados por los guardias en la frontera del Norte y enviados a prisión. Cuando está solo, llora pensando en sus padres y su única alegría es compartir con sus amigos los aperitivos que le da su hermana mayor, que llegó al Sur en 2009. Kim Kyung-mi, la profesora de meditación, ayuda a los estudiantes a potenciar su estabilidad emocional mediante programas de meditación y psicoterapia bajo el lema “En busca de mi propio yo” y aconseja así a los estudiantes: “Sobre todo, valórate a ti mismo”. Otro profesor, Kim Yong-bae, recalca: “Los estudiantes tienen muchas preocupaciones. Estoy tratando de ayudarles a entender que no están tan aislados ni solos como piensan”. Por eso, todos los profesores reciben formación en terapias psicológicas. “Para

ayudar a los estudiantes a obtener estabilidad psicológica lo antes posible, es importante respetarles y cuidarles al máximo”, señala Shin Ho-rae, subdirector de Hangyeore.

Hangyeore: la única escuela regular para adolescentes desertores Secundaria Hangyeore, ubicada en Anseong, en la provincia de Gyeonggi, fue creada por la Fundación Budismo won en 2006, para ayudar a los desertores norcoreanos adolescentes a superar las dificultades emocionales sufridas durante el proceso de huir del Norte, así como en su adaptación a la sociedad surcoreana. El plan de estudios de esta escuela difiere de otras escuelas regulares. Sobre todo, muchas clases se centran en ayudar a los estudiantes a potenciar su estabilidad psicológica y emocional, a integrarse en el sistema educativo de Corea del Sur, y a mejorar la capacidad de adaptación a su nueva vida. A medida que progresan con estas clases, los estudiantes reciben instrucciones para mejorar sus competencias con el coreano, sus habilidades con las matemáticas y el inglés, y su adaptación socio-cultural mediante estudios sociales, ciencias, música, artes y educación física. En particular, esta escuela ofrece una amplia variedad de cursos de formación profesional para después de la secundaria, con los que poder lograr una cualificación o un título para desempeCultura y arte de Corea 45


ñar unos 15 oficios, como hornero, cocinero, esteticista, artista de uñas, maquillador, operador de maquinaria pesada (como carretillas elevadoras o retroexcavadoras), barista o servicio técnico de computadoras. En 2014, por ejemplo, un total de 102 estudiantes cumplieron los requisitos para obtener la licencia de operador de carretillas elevadoras. Incluso los propios maestros han tenido que superar cursos de formación profesional, además de la materia ordinaria que enseñan, y poseen dos o tres licencias o certificados profesionales. Así, un profesor de ética puede ofrecer formación sobre cómo utilizar una carretilla elevadora, o un profesor de inglés impartir clases de barista, por ejemplo. Se alienta a los estudiantes a encontrar un empleo o a realizar carreras cortas, de dos o tres años, al terminar su formación profesional, en vez de intentar licenciarse en grados universitarios de cuatro años, que no siempre pueden garantizar un empleo. La enseñanza en el aula y la progresión académica no son muy importantes en esta escuela. Los estudiantes están capacitados para adaptarse naturalmente a la sociedad surcoreana mediante su participación en voluntariados y actividades prácticas. Por eso las clases de los profesores voluntarios también son de gran ayuda para ellos. Por ejemplo, los talleres y las lecciones que impartieron el renombrado conductor Keum Nan-sae o el conocido poeta Ahn Do-hyun, fueron muy apreciadas. Los estudiantes también participan con mucho entusiasmo en actividades al terminar la escuela, gracias a su variada oferta extraescolar, que incluye desde visitas a la zona desmilitarizada, a fábricas o a los islotes orienta46 KoreaNa Invierno 2015

les de Dokdo; hasta experiencias prácticas de trabajo, inmersión cultural, programas de reforestación y travesías de fondo por el país. En definitiva, los estudiantes son expuestos a diversos aspectos culturales y de la vida diaria de la sociedad surcoreana. Hangyeore ofrece programas de secundaria y de preparatoria; pero de hecho sirve como escuela-trampolín que ofrece cursos de educación primaria y secundaria para jóvenes desertores de Corea del Norte de entre 13 y 24 años, para que puedan ser transferidos a las escuelas regulares. De los aproximadamente 200 estudiantes que viven en la residencia escolar, un 20% son huérfanos y sólo un 13% conserva a ambos progenitores, mientras que muchos sólo tienen a su madre. “Los padres están tranquilos porque la residencia tiene buenas instalaciones y porque sus profesores ofrecen buena orientación”, afirma Kwak Jong-moon, director de Hangyeore. Sus equipamientos son tan buenos como los de las escuelas regulares. Las habitaciones se comparten entre tres o cuatro estudiantes, y ellos mismos se encargan de limpiarlas y de lavar su propia ropa. La comida la suministra la cafetería de la escuela. La mayoría de los estudiantes de otras escuelas alternativas para jóvenes desertores suelen tener menos comodidades que los de Hangyeore. No hay forma de saber con exactitud cuántas escuelas de este tipo hayen en Corea

Estudiantes del colegio wooridul cantan en un coro en el festival “TO ONE”, evento en el que participan adolescentes de ambas Coreas. Los 26 alumnos de esta escuela estudian cursos de primaria y secundaria, y reciben formación para adaptarse a su nuevo ambiente mediante una gran diversidad de actividades sociales, como el voluntariado.


del Sur, debido a la falta de estadísticas oficiales; pero se calcula que al menos hay 7 escuelas alternativas y 26 internados, incluyendo la Escuela Kumkang y la Escuela wooridul.

anual de la escuela apenas asciende a 150 millones de wones.

Wooridul: una escuela alternativa para jóvenes desertores La escuela wooridul se ubica en el distrito de Gwanak, también al suroeste de Seúl, y es otra escuela alternativa para jóvenes Kumkang: una escuela donde los desertores enseñan desertores. Ofrece cursos de primaria y secundaria, pero la mayoLa escuela Kumkang, ubicada en el distrito de Guro, al suroeste de Seúl, es un internado alternativo de primaria que regenta la ría de sus estudiantes tienen más de 20 años. También recibe algudirectora Ju Myong-hwa, quien a su vez desertó del Norte. Ju llegó nos estudiantes de la escuela Kumkang, que estudian allí durante a Corea del Sur en 2008. En el Norte había trabajado como profesoel día y luego regresan al internado de noche. wooridul fue fundara de literatura en una escuela de secundaria y desde que abrió la da en 2010 por su director, Yoon Dong-joo, un hombre en sus treinescuela Kumkang en 2013, todas las profesoras eran norcoreanas. tenas que lleva apoyando a los desertores durante 18 años, desde Allí se atiende a 34 estudiantes internados por sus padres, ya que que estaba en la universidad. Esta escuela ya fue desalojada una sus madres, concretamente, trabajan en otras partes del país. La vez de otro edificio por enseñar a chicos del Norte. inscripción incluye actualmente a 20 alumnos de escuela primaria, Un total de 26 alumnos estudia actualmente en las aulas del 5 de enseñanza media, y 9 en programas alternativos de formación. cuarto piso de un edificio pequeño. La escuela es tan pequeña que El 80% de los estudiantes solo tienen a sus madres. sólo tiene unas pocas aulas, y cada una de ellas tan solo cuenta con Esta escuela también ofrece programas de apoyo psicológico entre 8 y 12 pupitres. Hace algún tiempo, en la escuela se graduó para ayudar a los estudiantes a adaptarse a la sociedad surcoreana, un hombre de 28 años, tras cursar su programa de primaria. Todos a sanar sus heridas psicológicas, a mejorar su capacidad de adaplos estudiantes se preparan para los cursos de equivalencia y, tras finalizar las pruebas, acceden a centros de nivel superior. La escuetación social y a recuperar su autoestima mediante la denominada “psicología del color”. la logró 3 graduados en 2013, 4 en 2014, y 12 a principios de 2015. Principalmente, los alumnos estudian el temario de primaria, Pero incluso después de graduarse, la escuela sigue ofreciendo cursos de formación continua a los alumnos, para “después de la graduación”. Las clases regulares comienzan a las 9:00 de El plan de estudios en esta escuela difiere del de las escuelas la mañana y terminan a las 3:30 de la tarde. Sin regulares. Por encima de todo, muchas clases se centran en embargo, los estudiantes aprenden arte y educaayudar a los estudiantes a conseguir una estabilidad psicológica ción física por su cuenta, y estudian hasta las 6 de y emocional, a encajar en el sistema educativo de Corea del Sur, la tarde. Unos 30 voluntarios ayudan y enseñan a los estudiantes, entre los que se cuentan cinco y a mejorar la capacidad de adaptación a su nueva vida maestros permanentes de entre 40 y 50 años, un graduado de la Universidad Pohang de Ciencia y Tecnología, un hombre que estudió en Alemania, y un profesor jubipero también participan en otros programas extraescolares. Por ejemplo, la Fundación de Música Hana les donó unos instrumenlado de 70 años. La escuela ofrece almuerzo y cena gratis para los estudiantes tos musicales -como violines, cellos y pianos- e incluso envía pronecesitados; y a cambio los estudiantes deben participar en activifesores. Como resultado, el coro de la escuela dio un concierto e interpretó un tema patriótico el verano pasado. “Les ofrecemos el dades de voluntariado. mayor número de experiencias educativas posibles, a excepción del laboratorio de ciencias, porque no tenemos”, afirma Ju. Prepararse para la Reunificación Nacional “Con un fuerte sentido del compromiso, los profesores, que a El próximo año la escuela de secundaria Hangyeore celebra su su vez desertaron del Norte, intentan enseñar a los niños para que décimo aniversario. Los residentes en las zonas adyacentes, que puedan adaptarse a la sociedad surcoreana lo más rápidamente al principio se opusieron vehementemente a la radicación de la posible, pese a las dificultades”, explica Ju. La escuela está reciescuela, ahora ofrecen bastante apoyo. Los graduados consideran su casa como su alma mater y uno de los objetivos de la escuela biendo la ayuda de muchos voluntarios, incluidos profesores jubilaes formar a los estudiantes para trabajar a futuro por la reunificados de escuelas primarias y hablantes nativos de inglés, que asisten a centros de idioma coreano en varias universidades. La Fundación ción nacional. Kwak Jong-moon, director de Hangyeore y líder de Samsung “Dream Scholarship” y la Corporación Young se encuenla escuela desde su fundación, recalca: “Creo que homogeneizar el lenguaje y lograr una buena integración social serán las tareas más tran entre los principales benefactores de esta escuela. “Hacemos difíciles, incluso después de lograr la reunificación nacional”. (Tralo que podemos con la ayuda de nuestros sponsors, pero después de todo, el mayor problema es el dinero”, recalca Ju. El presupuesto ducido por Javier Castañeda) Cultura y arte de Corea 47


ENAMORADO DE COREA

JAng HüseyIn

Darcy Paquet Escritor independiente Ahn Hong-beom Fotógrafo

UNA VOZ PARA UN MEJOR ENTENDIMIENTO En persona, este turco llamado Hüseyin Kirdemir, ahora nacionalizado ciudadano coreano con el nombre de Jang Hüseyin, refleja una personalidad cálida y no combativa. Pero sí hay algo contra lo que lucha a diario: la ignorancia y la incomprensión. En 2012, después de pasar años trabajando como traductor, escritor y conferenciante, Jang lanzó su propia editorial, Jannah Mumin Libros, y ahora es reconocido como una de las principales voces de Corea que promueven una comprensión más profunda del Islam.

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n medio de su recorrido vital, algunas personas descubren que su verdadera vocación se encuentra al otro lado del globo. Este era el caso de Jang Hüseyin, criado en la pequeña ciudad de Yozgat, en el interior de Turquía, antes de decidir especializarse en coreano en la Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Ankara. “Mi padre era soldado del ejército turco cuando estalló la Guerra de Corea”, afirma. “Entonces sólo reclutaban a los más altos para enviarlos a luchar a Corea, y como él era bajito, no fue elegido”. No obstante, Jang creció con una cierta conciencia y curiosidad por el este de Asia y también por Corea; interés que se desarrolló aún más en su vida adulta, mediante películas e historias sobre el budismo y el confucianismo. “Todo eso me hizo desear conocer Corea por mí mismo, pues quería conocer el país al que mi padre no pudo ir”, comenta. Sus estudios de lengua coreana progresaron rápidamente y tras graduarse en 1994, fue invitado a matricularse en un curso de nueve meses de idioma coreano en la Universidad Nacional de Seúl. “Para los hablantes nativos de inglés, el coreano es realmente difícil. Pero para los turcos, resulta mucho más fácil. El orden de las palabras en turco es exactamente igual”, comenta. “Por supuesto, tuve que trabajar muy duro para aprender cosas como los caracteres chinos y el dialecto, pero me resultó más fácil que a los estadounidenses que estudiaban conmigo”. Al acabar el curso hizo un Master y posteriormente se inscribió en los programas de doctorado de idioma coreano en la SNU, la Universidad de Seúl, y actualmente habla coreano con una fluidez sorprendente.

Las primeras impresiones de Corea A mediados de la década de los 90, en algunos aspectos, Corea del Sur era muy diferente de lo que es ahora. “Cuando vine por primera vez, no había muchos extranjeros en Corea. Y si eras extranjero, la gente simplemente asumía que eras americano. '¡Oh, un americano!', decían”. 48 KoreaNa Invierno 2015


Jang Hüseyin pasa tiempo con su familia en la Mezquita Central de Seúl en Itaewon. De izquierda a derecha: Jang Hüseyin, su hijo Mumin, su hija Jannah y su esposa Aliyah Eunno Yoon.

Como musulmán, se encontró que formaba parte de una pequeña minoría a menudo incomprendida. “Entonces había musulmanes en Corea, pero no tantos como ahora. Solía ocurrir que, cuando les decía a mis amigos coreanos estaba en ayunas por ramadán, no podían entenderlo. Pensaban que estaba a dieta o que no tenía suficiente dinero para comer”. (risas) Durante estos años ha visto a Corea crecer y volverse notablemente más multicultural. “Ahora, cuando voy a Itaewon, o al mercado, veo musulmanes por todas partes. Cuando vine por primera vez, tan sólo había dos restaurantes en Seúl que sirvieran comida halal, pero ahora hay muchos. Incluso en las grandes cadenas de supermercados se puede encontrar comida halal”. Pero por otro lado, las cosas que más le impresionaron de la cultura coreana permanecen intactas. “Los coreanos son muy pasionales. Persiguen sus ambiciones hasta el final y nunca se dan por vencidos. Es algo que admiro enormemente”, comenta. También describe a los coreanos como generosos y de buen corazón. “Un día, el año pasado, caminaba por la calle y me sorprendió una tormenta. Yo iba sin paraguas pero una mujer -totalmente desconocida- fue a buscar una bolsa de plástico para mí, para que no me mojase. Tanta generosidad hacia un extraño me conmovió enormemente”, recuerda. “Desde un punto de vista más crítico, podría decir qeu los coreanos tienden a juzgar a la gente demasiado por sus apariencias: qué ropa llevan, si tienen o no dinero, a qué universidad fueron, etc.”, comenta. “Me gustaría que no juzgaran a los otros tan apresuradamente, pero esa tendencia tampoco ha cambiado en todos los años que llevo aquí”.

Convertirse en una voz para el Islam En la década del 2000 sucedieron diversas cosas que aumentaron la relación de Jang con su país de adopción. El partido de semifinales entre Corea del Sur y Turquía en el Mundial de 2002, hizo que las personas de esos dos países pudieran conocer mejor la cultura del otro. Por ejemplo, las contribuciones de Turquía durante la Guerra de Corea, fueron ampliamente citadas en los medios. Cultura y arte de Corea 49


1 Jang Hüseyin lee el Corán traducido al coreano. 2 Los libros en Corea publicados por Jannah Mumin Books, la editorial de Jang Hüseyin, sirven para introducir el Islam y la cultura islámica.

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Más ominosamente, los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, centraron de pronto la atención sobre el Islam y los países de Oriente Medio; no sólo en Estados Unidos, sino también en Corea. “El motivo era lamentable, pero después del 11-S, en Corea comenzaron a aparecer muchos programas de televisión sobre el Islam y los musulmanes”, recuerda Jang. “También cada vez más personas comenzaron a viajar a países islámicos como Malasia y Turquía, así que la curiosidad y el conocimiento de la gente comenzó a expandirse”. Entonces comprendió que hacía falta más información sobre el Islam. “Fui a la Librería Kyobo a buscar libros en coreano sobre el Islam, pero las obras que encontré eran imprecisas o contenían información sesgada. La mayoría de esos libros habían sido escritos por eruditos no musulmanes, y a decir verdad, no captaban la diversidad ni el espíritu del Islam”, afirma. Los gravísimos errores que Jang vio en esos libros le causaron gran frustración. Por ejemplo, un libro de gran nivel en idioma coreano contenía información sobre el zakat, que es la obligación de todos los musulmanes de donar el

2,5 por ciento de sus ingresos anuales a causas benéficas. Sin embargo, la cifra fue impresa incorrectamente como un 25 por ciento. “Ese tipo de error es imperdonable, aunque sea involuntario”, expresa Jang. “Un amigo en Nueva York me mostró el libro Entendiendo el Islam y los musulmanes. Tenía un formato de preguntas y respuestas, contenía muchas fotografías, y proporcionaba información básica sobre el Islam”. Considerando que podría ser una buena introducción al Islam para los coreanos, Jang tradujo el libro íntegramente. “La primera edición se agotó… Y la segunda… Y todas las siguientes hasta la sexta. Entonces me di cuenta que la gente realmente quería saber más”. Pronto sus amigos comenzaron a sugerirle otros libros para traducir, y hasta la fecha ha traducido y publicado más de 20 libros.

Echando raíces en su país de adopción Mientras tanto, hubo otro cambio importante en la vida de Jang. “No mucho después del 11-S, producía una revista llamada 'Beautiful Islam' y un amigo de Turquía me ayudó a hacer una página con el contenido de la revista”, comenta. “Entonces yo estaba en contacto con una mujer coreana que estudiaba en Nueva York y que se había hecho musulmana. Ella había estado buscando información en coreano sobre el Islam y encontró mi web”. Entonces Jang y Aliyah Eunno Yoon comenzaron a intercambiar frecuentes correos electrónicos, y cuando regresó a Corea -tras obtener su MFAquedaron en persona. “Después de salir un tiempo, nos comprometimos”, recuerda Jang con emoción. “El destino trabaja de forma inesperada, pues ella era justo el tipo de persona que andaba buscando”. Se casaron en 2004, y ahora viven felizmente como pareja, con su hija Jannah de 9 años, y su hijo Mumin de 6. A mitad de la década, Jang decidió solicitar la nacionalidad coreana. “Conozco a mucha gente en Corea, pero cuando vuelvo a Turquía, aparte de mi familia, no tengo a nadie con quien hablar. Siento como que no encajo allí. Aquí tengo amigos y un trabajo significativo, pero ¿qué haría si volviera de nuevo a Turquía? Por eso decidí quedarme aquí de forma permanente”.

“La gran mayoría de los musulmanes vive en paz y son gente abierta, de buen corazón. Al publicar estos libros, espero poder ayudar a ambas partes a lograr un mejor entendimiento mutuo. La televisión no es una buena forma de aprender sobre el Islam” 50 KoreaNa Invierno 2015


Solicitar la ciudadanía fue más fácil de lo que esperaba. “Me preparé a fondo para rendir el examen pero, tras revisar mi solicitud, las autoridades me dijeron que no tenía que pasar dicha prueba, pues ya era doctor por la Universidad Nacional de Seúl”, comenta Jang. “Incluso me aprendí de memoria el himno nacional, tras enterarme de que un norteamericano que había pasado prácticamente todo el examen, con un excelente coreano, fue rechazado por no saber recitar el himno nacional” (risas). Diez años más tarde, Jang afirma no haberse arrepentido nunca de su decisión.

Un paso más en su vocación Conforme pasaba el tiempo, Jang se vio cada vez más y más involucrado en su misión de educar a la gente sobre el Islam. Desde 2005 trabajó como editor y representante de ventas en la Mezquita Central de Seúl; donde además de traducir libros daba conferencias, mantenía la página web de la organización y preparaba un boletín semanal de noticias. Pero después de cinco años y medio decidió centrarse en sus libros. “Cada vez estaba más ocupado y mi trabajo como traductor comenzaba a quedarse aparcado, por lo que finalmente decidí renunciar”, comenta. Eso le llevó en 2012 a lanzar Jannah Mumin Libros (www.jannahmuminbooks.com), una editorial con el nombre de sus dos hijos. Con base en Paju, a unos 10 minutos de la Ciudad del Libro de Paju, su empresa se centra en la publicación de tres tipos de libros: obras dirigidas a los musulmanes que viven en Corea; libros sobre el Islam para niños; y libros para ayudar al público en general a comprender mejor el Islam. Algunas de sus más recientes obras son Historias de personas que han elegido el Islam (2012), un texto introductorio, Islam (2013), Los 40 Hadices de Al-Nawawi y comentarios (2014) y Las respuestas a las 40 preguntas más comunes de los coreanos sobre el Islam (2014). Mientras tanto, y para los niños, la esposa de Jang, Yoon Aliyah Eunno, compuso el libro ilustrado Perdidos en Estambul: La historia del Jannah y Mumin (2013). Según Jang, las ventas han sido constantes, lo que sugiere un modelo de negocio sostenible. No en vano, cada vez más gente conoce el trabajo de su empresa. “El pasado agosto me contactaron los organizadores de la primera Expo Halal de Corea, pues consideraban esencial incluir un stand con libros sobre el Islam en dicha muestra. Posteriormente, hubo otra exposición Halal en septiembre y también participé. Puedo sentir la gran utilidad de estos libros”, afirma. Incluso el gobierno coreano ha reconocido su esfuerzo. En la cena Iftar 2014, celebrada para promover el intercambio entre Corea y las culturas islámicas, el Ministro de relaciones Exteriores Yun Byungse mencionó a Jang expresamente en sus palabras de bienvenida.

La necesidad de entenderse Aunque la cifra exacta es difícil de calcular, se estima que actualmente en Corea viven unos 130.000 musulmanes. Este dato incluye tanto a un número considerable de coreanos étnicos, como a aquellos otros que han venido del extranjero. Como Corea es cada vez más multicultural, hay razones prácticas y sociales para estar mejor informados sobre el Islam. “Aproximadamente un cuarto de la población mundial es musulmana”, señala Jang. “Así que, cualquiera que realmente pretenda hacer negocios en serio en el extranjero, realmente necesita saber algo sobre la cultura musulmana”. Jang también argumenta que el Islam contiene algunos enfoques útiles para abordar los problemas sociales y hacer frente a las dificultades personales. “El Islam realmente puede ayudar a encontrar una forma positiva de vivir la vida. Y como religión no es tan restrictiva como algunos creen”. Sin embargo, el auge de Estado Islámico (ampliamente conocido como IS) en Oriente Medio, supone en muchos aspectos un retroceso en el nivel general de conocimiento sobre el Islam y la cultura musulmana. “Si partimos de los medios de comunicación, da la impresión de que el Islam es una religión extraña o violenta. Figuras como Osama bin Laden se muestran como representantes del Islam; pero los musulmanes ordinarios ni siquiera les reconocen como parte de su religión”, reflexiona Jang. “La gran mayoría de los musulmanes vive en paz y son gente abierta, de buen corazón. Al publicar estos libros, espero poder ayudar a ambas partes a lograr un mejor entendimiento mutuo. La televisión no es una buena forma de aprender sobre el Islam”. (Traducido por Javier Castañeda)

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EN EL CAMINO

El Dr. Lee Sung-nack, dermatólogo e historiador del arte, obtuvo su doctorado en Historia del arte el año pasado a la edad de 76 años con una tesis sobre los retratos de la Dinastía Joseon. Desde que marchó a Alemania a los 19 años para estudiar medicina, ha llevado una vida profesional ejemplar. También tuvo el honor de servir como médico presidencial pero, en vez de buscarse un retiro tranquilo, ahora protagoniza una segunda fase de su vida con la misma pasión y dedicación que podría esperarse de un hombre joven.

El diagnóstico dermatológico del Dr. Lee Sung-nack sobre los retratos de Joseon Kang Shin-jae Escritor independiente Shim Byung-woo Fotógrafo

El Dr. Lee Sung-nack, dermatólogo e historiador de arte, examina el retrato de Oh Myeong-hang de la era Joseon. El color oscuro revela claros signos de cicatrices de viruela y de cirrosis hepática crónica.

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us ojos tienen un color profundo y misterioso. Tuve que buscar en ellos cuidadosamente de nuevo cuando comenzó a hablar de “ver”. “Es fácil descubrir los problemas de un paciente con fiebre tomando una muestra de sangre y realizando algunas pruebas. Sin embargo, muchas enfermedades de la piel son difíciles de detectar así. Todo depende de la capacidad del médico para encontrar el problema con sus ojos. En ese caso, juzgas por la experiencia”, afirma. “Así que en lo que se refiere al dermatólogo, siempre es cierto que hay que ver para creer”. Con los mismos ojos que han examinado la piel humana durante unos 50 años, escudriña la tarjeta de visita que le entrego. “Tengo que comprobar todo con mis ojos, no soy bueno para retener los nombres. Tengo que ver a la gente cara a cara. Mi memoria visual parece estar bien desarrollada”, expresó. Su tiempo está gobernado por la “visión”. Le gustan la literatura y el arte pues son cosas que puede “ver”, en vez de la música, que ha de “escuchar”. Está especialmente atraído por la belleza del arte, pues exige un examen minucioso de los planos y espacios. Tras establecerse en Alemania en 1958, pasó los siguientes 20 años buscando arte. Poco después de regresar a Corea en 1975, ya con el ojo bien entrenado, se encontró con una imagen que le sorprendió bastante. “En la universidad una vez asistí a una conferencia sobre ‘Problemas de la piel observados en obras de arte’, que impartió el Dr. Alfred Marchionini (1.899-1.965), un dermatólogo alemán de renombre mundial. Me sorprendió la nueva perspectiva que presentaba. Cuando vi un retrato similar en el Museo Nacional de Corea en Seúl, mi corazón dio un vuelco. No podía creer que encontraría una obra como esa aquí...”, explica.

te unos 30 años había recopilado una gran cantidad de datos sobre retratos y pensé que debían ser ordenados. Pero era una tarea que sólo podía realizar alguien bien versado tanto en dermatología como en arte, y además debía tener una personalidad apasionada y emprendedora. Finalmente, decidí hacerlo yo mismo”, explica. Lee se graduó en la Universidad de Múnich, y completó su especialización en la Universidad Goethe de Frankfurt. regresó a casa tras haber obtenido su título para ejercer con la mayor calificación académica posible. Fue profesor en la Universidad de Yonsei y en la Universidad Ajou durante 30 años, y también fue responsable de la Escuela de Medicina de la Universidad de Gachon, desde 2004 hasta 2008. Uno por uno, Lee me enseñó los muchos materiales que había recopilado durante los últimos años. Las pinturas, fieles al ideal de Joseon de que un retrato no sólo debía representar la apariencia física de una persona, sino también su espíritu interior, parecían expresar las historias de vida de los sujetos. Pero una obra llamó particularmente mi atención por su singular estilo. Era el retrato de Oh Myeong-hang (1673-1728), quien con su coloración oscura revelaba claros signos de enfermedad e incluso graves cicatrices de viruela. “En muchos casos, los retratos de figuras influyentes durante la Dinastía Joseon solían ser regalos del rey. Cuando los funcionarios judiciales reales alcanzaban una edad avanzada, debían retirarse y regresar a su lugar de origen. Y cuando se sabía que un funcionario se acercaba a la muerte, un artista de la corte era enviado a su casa para pintar su retrato. A partir de estas obras, hoy día podemos adivinar lo que causaba su muerte. Por su apariencia, este hombre podría tener ictericia grave, lo que podría indicar que sufría de cirrosis hepática crónica”, comenta Lee.

Retratos de la era Joseon vistos por un especialista de la piel El retrato en cuestión se remonta a principios del siglo XVIII, a la Dinastía Joseon. Aunque los retratos son generalmente diseñados para transmitir el estado y la autoridad del retratado, esta obra revelaba inesperadamente problemas en la piel del sujeto. ¿Por qué plasmar rasgos de una enfermedad en un retrato que debería haber sido el registro visual más glorioso de la vida de esa persona? ¿Qué fue lo que ese sujeto, un hombre que al parecer tenía poco interés en la apariencia, quiso expresar con unos ojos de fuego y una intensa mirada? “Entonces, analicé 519 retratos de la dinastía Joseon (1392-1910), de los cuales tuve que descartar 161 porque el diagnóstico no era posible. De los 358 retratos restantes, tan sólo un 25 por ciento, unas 90 piezas, mostraban sujetos con una piel normal en el rostro. Pero el resto reflejaba todo tipo de anomalías, mientras que un 14 por ciento mostraba cicatrices de viruela”, recuerda. Al comenzar la entrevista de esta forma, el Dr. Lee Sung-nack, presidente honorario de la Universidad de Gachon, me mostró un grueso libro. Era su tesis, titulada ‘Estudio de manifestaciones cutáneas en los retratos de la Dinastía Joseon de Corea’. “Duran-

Realismo fotográfico Lee ha estudiado hasta unas 20 enfermedades de la piel encontradas en los retratos de la Dinastía Joseon, y durante ese proceso, detectó unas 10 enfermedades raras de la piel como el lupus (erupción en forma de mariposa que procede de una infección facial crónica) en el retrato de Hong Jik-pil (1.776-1.852), o la esclerodermia lineal frontal (unas heridas como cicatrices de cuchillo) en el retrato de Yi Si-bang (1594-1660). Después de que un diario alemán publicara su tesis sobre el retrato de Song Chang-myeong (1.6891.769) donde identificó síntomas de vitíligo, dicha pintura fue reconocida como primera representación artística del mundo sobre esa enfermedad crónica de la piel. Eso no sólo da fe de la exactitud y del realismo de los retratos del periodo Joseon, sino que también prueba que incluso las personas con defectos faciales eran designadas para puestos notables y de alto nivel. Lee considera que eso refleja la apertura de la sociedad de Joseon. Sorprendentemente, Lee constató que la representación de las enfermedades de la piel era frecuente tan sólo en los retratos coreanos. “En esencia, estos retratos pretenden mostrar la situación privilegiada de los sujetos. Sin embargo, en sus retratos, Cultura y arte de Corea 53


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©MUSEO NACIONAL DE JEONJU

muchos coreanos presentan rastros de problemas de piel e incluso cicatrices severas. No hicieron intento alguno por ocultar los defectos: retratos así no pueden encontrarse en ninguna otra parte del mundo”, asegura. “En los siglos XVII y XVIII la viruela era endémica en Corea, China y Japón, pero sólo los retratos de Corea revelan unas marcas de viruela tan realistas. Unas cuantas pinturas similares fueron halladas en China, pero ninguna en Japón. Esto significa que los coreanos pintaban a la gente tal y como era en la vida real. Ese enfoque realista, y esas técnicas retratistas se mantuvieron durante toda la Dinastía Joseon, que duró 518 años. Eso es algo extraordinario”, apunta. A principios de 1.668, durante el reinado del rey Sukjong de Joseon, en los ‘Diarios de la Secretaría real’ (inscritos en el registro de la Memoria del Mundial de la UNESCO), se puede leer: “Si hay alguna diferencia entre el retrato y el sujeto real, incluso una sola hebra de cabello, la pintura representa a una persona diferente. Es esencial retratar a una persona exactamente como es”. Y para probar esta premisa, el retrato de Seo Jik-su (1735-?), muestra con precisión tres mechones de pelo que crecen de un solo poro. El punto culminante de los retratos de la Dinastía Joseon es una imagen del rey Taejo (1.335-1.408), fundador de la dinastía. Una breve inspección del retrato revela un pequeño lunar sobre la ceja derecha. Lee señala que el artista, incluso trabajando en un período de monarquía absoluta, no omitió el lunar en la cara del rey. “Esto sugiere que había un consenso social generalizado sobre las técnicas de pintura, que buscaban retratar a cada sujeto del modo más realista posible. Eso implica que predominaban valores como la honestidad y la integridad”, afirma. A lo largo de la entrevista, Lee se sentó recto en una baqueta y nunca vaciló en sus respuestas. Era difícil de creer su edad. ¿Es “poner las cosas en su sitio” su filosofía de vida? Incluso el agua que fluye tomará un descanso cuando se reúne en un charco... Pero parece que no hay obstáculos insuperables en la trayectoria de Lee. Antes de comenzar a investigar los retratos de Joseon en serio, fue

1, 2 retrato del rey Taejo (1335-1408), fundador de la dinastía Joseon. Se observa un pequeño lunar o nevus nevocelular encima de la ceja derecha. Esto sugiere que los pintores de la era Joseon se adherían al principio de pintar retratos, incluyendo los de los reyes, de la forma más realista posible. 3, 4 El retrato de Seo Jik-su (1735-?) fue pintado por dos artistas -su rostro por Yi Myeong-ki y su cuerpo por Kim Hong-do-. En él se observan signos de pequeñas manchas hepáticas o queratosis seborreica bajo su ojo izquierdo, y de nevus pigmentoso y piloso en la mejilla del mismo lado, representados vívidamente por mechones de pelo (folículos pilosos multigemini pili) que crecen de un solo poro.

Le miré a los ojos nuevamente. Había una profundidad en ellos que quizá procedía de la rigurosa inspección de tantos retratos durante los últimos años, algo que le ha permitido percibir la espiritualidad de esas obras. De pronto, me pregunté si la profundidad de sus ojos podría vislumbrar el resto de su vida. 54 KoreaNa Invierno 2015


nombrado médico de tres presidentes, obtuvo reconocimiento como autoridad de renombre mundial sobre la enfermedad de Behçet, y fue presidente de la Universidad Gachon.

Una vida sin obstáculos insuperables Quizá de modo natural Lee logró cultivar un espíritu indomable al matricularse en la escuela de medicina de un país extranjero con tan solo 19 años. Al preguntarle si no tenía miedo de estar solo en todo momento, citó un viejo proverbio: “El hombre puede vivir en cualquier lugar donde haya una montaña verde”. Cuando su primer compañero de piso profería insultos racistas contra él, Lee intentaba sacar lo mejor del otro con su profundo conocimiento de la música de Beethoven. Y cuando se supo que había leído los 10 volúmenes de la novela “Jean-Christophe” de romain rolland durante las vacaciones de los años antes de estudiar medicina, un profesor le prometió una beca completa. Estas historias dan fe de su carácter laborioso y diligente; pero al recordar su vida pasada él simplemente afirma: “No me definiría como perezoso”. Le miré a los ojos nuevamente. Había una profundidad en ellos que quizá procedía de la rigurosa inspección de tantos retratos durante los últimos años, algo que le ha permitido percibir la espiritualidad de esas obras. De pronto, me pregunté si la profundidad de sus ojos podría vislumbrar el resto de su vida. Los ojos son una “membrana misteriosa a través de la cual el cuerpo se encuentra con el mundo”, pero también son el “espejo de la salud” y una “ventana a través de la cual vemos la naturaleza y el universo”. A decir verdad, los ojos del Dr. Lee son mucho más que sólo unos ojos. (Traducido por Javier Castañeda)

©MUSEO NACIONAL DE COrEA

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ENTRETENIMIENTO

A medida que se populariza el formato de los ‘medios unipersonales (single media)’, las emisoras terrestres tradicionales han comenzado a adoptarlo. <18 segundos> (izquierda) de SBS y <Mi pequeña Televisión> de MBC, ganan popularidad gracias a la comunicación en tiempo real.

©mbc

©sbs

Kang Myoung-seok redactor jefe de la revista digital IZE

Los medios de comunicación unipersonales irrumpen en las principales emisoras Gracias a los avances en la tecnología en los medios digitales, hoy en día cualquier persona con un dispositivo básico de TI y acceso a Internet, puede convertirse en emisor y generar sus propios programas. Con una popularidad que crece sin límite, los medios unipersonales se han convertido en tendencia y han irrumpido en la escena las principales emisiones de televisión. La mayor parte de su audiencia suelen ser jóvenes y usuarios avanzados de Internet, que están ganando terreno a los consumidores de la cultura popular. Hablan con entusiasmo sobre la comunicación bidireccional o interactiva que ofrece este nuevo formato, totalmente al margen de la convencional vía unidireccional de distribución de contenidos por radio y televisión.

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n audaz cambio está en marcha en el sector de la televisión. De forma inadvertida y sin resistencia, muestra el potencial de transformar el actual modelo de negocio de los medios de comunicación. Cualquier persona puede ahora aparecer en un vídeo y difundirlo en los términos que elija. Cualquiera puede crear sus propias iniciativas para difundirlas a través de la red o su propia emisora. Todo lo que se necesita es un acceso a Internet y un teléfono inteligente, o un ordenador con una cámara de vídeo. En Corea, hay una página web especializada llamada Afreeca TV que aloja emisiones de Internet. Algunos de los que crean sus propias emisiones se han vuelto increíblemente populares mediante esta página web, y al igual que los presentadores famosos, algunos incluso han firmado contratos con agencias de promoción. Los usuarios de Youtube, que suben todo tipo de vídeos sobre temas como belleza, tecnologías de la información y música, por mencionar algunos, también se han vuelto hoy en día muy populares. La “era de los medios unipersonales” ya está aquí; cualquiera puede crear su propio programa de televisión, e incluso convertirse en una estrella, al acumular un considerable número de seguidores.

Una incursión en la televisión tradicional Un programa de MBC TV muy popular actualmente, “Mi pequeña televisión”, es un buen ejemplo de los avances que los medios unipersonales han generado en la escena de los medios de masas convencionales. Este programa se emite en línea, una semana antes de su emisión regular en el canal de televisión terrestre de MBC. Al igual que los presentadores de los otros programas unipersonales, sus conductores se esfuerzan por atraer a tantos espectadores como sea posible. A este fin, algunos personajes famosos se ponen en las situaciones que los espectadores les piden en tiempo real. Una semana más tarde, una versión editada de la emisión en línea se emite por la televisión convencional, en un intento por llevar este nuevo formato a su propio terreno; aunque más bien ha sido este último quien se ha hecho un hueco por sí mismo en escena convencional. Incursiones similares pueden observarse en el programa “18 Segundos” de SBS, donde los integrantes suben vídeos y tratan de atraer tantos visionados como sea posible, o el “Canal So-Si” de OnStyle, donde cada miembro del grupo de idols “Girls’ Generation” (Sonyeo Sidae) tiene su propio programa o canal. El hecho de poder ver que estas celebridades trabajan tan intensamente para lograr la aprobación de los espectadores,

ha mostrado ser un concepto fresco y atractivo. Los medios unipersonales se han hecho populares porque su contenido responde, en tiempo real, a los deseos de la audiencia, que se transmiten mediante llamadas telefónicas, mensajes de texto o mensajería instantánea. Las estrellas en la televisión tradicional pueden ofrecer entretenimiento a los espectadores, pero no necesariamente responder a sus intereses o peticiones particulares. Por el contrario, los medios unipersonales permiten a los presentadores y a los espectadores del programa interactuar directamente entre sí en tiempo real. Es fácil ver cómo funciona esta dinámica cuando los espectadores envían mensajes al elenco de “Mi pequeña televisión”, por ejemplo. Es importante entender las peticiones del espectador y hacerlo de forma adecuada. El restaurador Jong-won Baek ha logrado una enorme popularidad desde que aparece en su programa unipersonal, gracias a su habilidad para comunicarse con los espectadores. Y todo porque muestra cómo cocinar platos fáciles y simples, mientras conversa de manera informal con los espectadores.

El vibrante dinamismo de un nuevo nicho de mercado No todos los presentadores de los medios unipersonales son excelentes cantantes o actores, como suelen ser las estrellas con experiencia de televisión. Sin embargo, se esfuerzan por responder rápidamente a los espectadores, incluso cuando sus peticiones puedan parecer fuera de lo común. Las celebridades están dispuestas a conversar con los espectadores a través de los telé Ponos inteligentes o de redes sociales; y esta es la ventaja que ha permitido crecer a los medios unipersonales, que han pasado de excéntrico pasatiempo a prometedor sector de la industria del entretenimiento. Además, este medio de difusión, ahora tan de moda, también puede adentrarse en áreas en las que la televisión tradicional no puede. Los contenidos culturales mostrados en la televisión suelen centrarse principalmente en música, teatro y películas. Pero hoy en día hay muchos temas con nuevos contenidos, tales como cocina, moda y magia, que son recién llegados al reino del entretenimiento y encuentran en los medios de difusión unipersonales el perfecto escenario para dejarse ver. Las figuras más populares de este nuevo medio no han logrado su fama por sus habilidades vocales o haciendo reír a los espectadores con un espectáculo de comedia pícara. Más bien, han conquistado a sus espectadores con sus críticas sobre videojuegos o sus sabrosos platos cocinados en directo, e incluso dando lecciones de Historia. Esta situación está llevando también a un desplazamiento generacional en los medios. “Mi pequeña televisión” ha tenido éxito porque los directores del programa son treintañeros muy versados en la cultura de Internet y en las preferencias de la audiencia. Por otra parte, los adolescentes y los veinteañeros han elevado enormemente su consumo de contenidos en Internet y al de los dispositivos móviles, y ya supera al tiempo de ocio que dedican a la televisión convencional. La aparición de los medios unipersonales ha dejado huella en los grandes medios de comunicación, mientras que los originales y singulares contenidos que proporcionan, anima a los espectadores a cultivar nuevos intereses y aficiones. Es un fenómeno que no puede explicarse fácilmente aludiendo solo a cambios en las estrategias de marketing o al nuevo entorno tecnológico. Los medios unipersonales reflejan cómo el mundo en el que vivimos se transforma de una manera rápida e inesperada. (Traducido por Raimon Blancafort) Cultura y arte de Corea 57


OPINIÓN DESDE LA LEJANÍA

COREA Y YO Elías Molina Bloguero

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ra el año 2009 y por entonces estudiaba el segundo año de relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de Costa rica. Si bien desde la secundaria había oído hablar de “la Guerra de Corea”, “las Olimpiadas de Seúl de 1988”, o “el Mundial de Fútbol Corea-Japón 2002”, realmente esas expresiones no tenían una concreta asociación en mi mente. En octubre de ese mismo año, por medio de una profesora supe que la Embajada de Corea ofrecía una beca completa para realizar estudios universitarios en Corea. La beca contemplaba un máximo de 5 años (1 año para el estudio del idioma y 4 años para la carrera universitaria) y la ofrecía la Universidad de Kangnam, a través de la Fundación Shimjeon, una entidad cristiana ligada a la universidad que soporta dicho programa de becas. Cuando asistí a la entrevista que el cónsul general de Corea en Costa rica hacía a los candidatos vi por primera vez Koreana, revista que me ayudó a comprender mejor la actualidad del país. Pero jamás imaginé –cuando apenas era un candidato a la beca- que seis años después tendría la oportunidad y el honor de poder compartir en ella mi experiencia en Corea. Y fue así, por medio de esa beca, como empezó todo. En febrero de 2010 me veía como en un sueño mudándome a las afueras de Seúl, la capital de Corea y una de las urbes más pobladas del planeta, para comenzar de nuevo desde cero la carrera de relaciones Internacionales, tras un año de clases intensivas de idioma. Mi universidad era privada y estaba ubicada en Suwon, a las afueras de Seúl, a una media hora en metro del centro de la capital. En aquel entonces la mayoría de los estudiantes internacionales eran de China o Kazajistán. Cuando yo llegué fui el primer estudiante del continente americano, aunque ahora tienen alumnos de todos los continentes, algo que obedece al cambio demográfico de la sociedad

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coreana, que cada vez acoge a un mayor número de extranjeros de diversos países. Cuando llegué a Corea no conocía nada del idioma, ni siquiera el alfabeto. Al principio me resultó bastante difícil, pues apenas podía comunicarme con la mayoría de las personas. No obstante, mientras aprendía coreano, un nuevo mundo se abría frente a mí de par en par, y ahora me siento muy satisfecho cuando puedo ir a musicales u obras de teatro y logro entender el hilo narrativo, o puedo disfrutar de la última película del momento, sin necesidad de recurrir a los subtítulos. Algunos residentes extranjeros en Corea a veces se sienten excluidos por el idioma o protestan ante la dificultad de no poder comunicarse bien; pero probablemente no se hayan esforzado a fondo por aprender el idioma del país, y eso les priva de la gran oportunidad de integrase mejor en el país que les acoge. Ya que el idioma es la llave que abre la puerta a cualquier cultura y si vivimos en un país distinto al nuestro, comprender su idioma es esencial para lograr una integración plena. Por supuesto, en el caso del coreano el aprendizaje no es sencillo y requiere de un gran esfuerzo mental y temporal, pero cada vez hay más recursos audiovisuales que facilitan su comprensión. Cuando era estudiante vivía en la residencia de la universidad y, gracias a las intensivas clases diarias de coreano del primer año, pude avanzar en el dominio del idioma y conocer a muchas personas, en su mayoría coreanas, aunque también de distintos países del mundo entero. Una vez empezaron las clases teóricas en sí, al margen del primer año de idioma, todos los cursos eran impartidos en coreano, los libros de texto estaban escritos en coreano, los profesores y los estudiantes eran casi todos coreanos y, por supuesto, los exámenes estaban en coreano. Fue un gran reto para mí y, aunque a veces sentía que estaba en oscuro túnel sin salida, con mucho esfuerzo logré aprobar


todo y graduarme en relaciones Internacionales en agosto de 2014. Gracias a mis estudios pude aprender muchos detalles sobre historia antigua y contemporánea del país, así como sobre su vertiginoso ascenso en la economía mundial. Y a pesar de que ya llevo casi seis años viviendo en Corea, no dejo de aprender cosas nuevas e interesantes a diario sobre su cultura y su historia. En la universidad aprendí que Corea del Sur tenía en la década de los 50 un PIB per cápita anual similar al de Ghana, el país africano. Entonces Corea era receptor de ayuda financiera para el desarrollo. Hoy en día, la economía coreana es la 11ª del mundo, se codea con las grandes potencias económicas europeas y ha pasado de ser un país receptor, a un país que ayuda financieramente a otras naciones, para que también puedan alcanzar un mayor nivel de desarrollo. Pero quizá el mejor emblema del desarrollo del país en todo el mundo sean sus productos, como los coches Hyundai o KIA o la electrónica de LG y Samsung, sólo por citar algunos ejemplos. Al ver una exposición fotográfica ubicada frente a la Estación de Seúl, aprendí que durante la guerra civil de Corea (1950-1953), mi país de origen fue uno de los más de 60 países que ofrecieron ayuda al bando de la ONU, que luchaba a favor de Corea del Sur y en contra de Corea del Norte. Si bien para entonces Costa rica ya había abolido el ejército, apoyó a Corea con ayuda material, pues al final de la guerra gran parte del país había quedado totalmente destruido. En Mayo del 2010 comencé a escribir “Historias y noticias interesantes desde Corea” (www.desdecorea.com), un blog en español que resume mis vivencias aquí, y desde el que trato de abrir una ventana de Seúl al mundo, desde la mirada de un costarricense en Corea. En mis días aquí, al tiempo que aprendo sobre el país también trato de enseñar y compartir con los coreanos cosas sobre mi país natal. Desde principios de 2012 y hasta finales de 2014 participé en un programa organizado por la Municipalidad de Seúl, titulado “Neighbors from afar” y que todavía perdura. En este programa, la Municipalidad recluta a extranjeros de distintos países residentes en Corea y los envía cada semana a alguna escuela pública de Seúl (kínder, primaria o secundaria) para que hagan presentaciones sobre sus respectivos países. Sobra decir que obedece a un loable esfuerzo del Gobierno coreano para promover la diversidad cultural y la sensibilización de los niños y adolescentes coreanos, para que aprendan convivir en amistad y armonía con los extranjeros de diferentes países. Y por cierto, por mi experiencia puedo asegurar que están ávidos por ampliar sus horizontes y aprender sobre idiomas y culturas distintas a la suya. Tras graduarme de la universidad decidí solicitar el

ingreso a un centro de estudios de postgrado, y también empecé a postularme para varias empresas coreanas. Cuando unas semanas más tarde me dijeron que no había sido aceptado para realizar los estudios de postgrado, me resigné a la idea de tener que abandonar el país –aunque fuera temporalmente- antes de finalizar el año. Pero para mi gran asombro, exactamente al día siguiente de recibir la notificación denegando mi ingreso al postgrado, recibí un e-mail de una gran compañía coreana notificándome que había sido seleccionado para una entrevista laboral. Finalmente, después de tres largos meses de entrevistas y pruebas de idioma, en diciembre de 2014 empecé a trabajar a tiempo completo en el Departamento de Ventas y Marketing de LG Electronics, una de las tres mayores compañías del país, con filiales en muchísimos países del globo. Obviamente, huelga decir que me siento muy afortunado de poder ver y aprender desde dentro toda la maquinaria de producción de uno de los principales conglomerados del país; donde todos los empleados trabajan con ahínco sin importar la cantidad de horas extra en la oficina, pues hay un fortísimo sentido de grupo, y todos sienten que tienen una gran responsabilidad a sus espaldas: mantener o mejorar la productividad que logró sacar al país de la pobreza, en un mundo altamente competitivo y en donde las economías vecinas, especialmente China, acechan los nuevos mercados. recientemente comencé un curso de Integración Social que ofrece el Servicio de Inmigración, uno de los requisitos para poder optar por la residencia coreana, y después por la ciudadanía. No sé qué me depara el futuro, ni tampoco sé si por motivos personales o laborales tendré que dejar Corea; pero no tengo duda de que tanto si sigo aquí como si no, una parte de mi mente y de mi corazón siempre permanecerán aquí, y mi vida se verá siempre ligada a este país. Ahora para mí las Olimpiadas de Seúl, la Guerra de Corea, o el Mundial de Fútbol del 2002 son totalmente familiares, y conozco muchos detalles de la historia de este que ya es, de algún modo, mi otro país. Quisiera terminar con un mensaje para todos aquellos cuyo anhelo es poder venir a Corea, no como turistas, sino por una larga temporada como estudiantes, trabajadores, o incluso para echar raíces. En primer lugar, les diría que se esfuercen por aprender coreano, aprovechado internet y los múltiples recursos tecnológicos disponibles. Pero sobre todo, una vez aquí, les diría que intenten despojarse de todos los prejuicios posibles, y también de la tentadora idea de que nuestra forma de ver el mundo es la única correcta; ya que sólo así lograrán abrir la puerta a la sociedad de Corea e integrarse de lleno en el país, tanto con la parte que recibe, como con la otra que aporta. Cultura y arte de Corea 59


DELICIAS DEL GOURMET

DONGJI PATJUK manjar invernal de mi infancia Park Chan-il Chef, crítico gastronómico Shim Byung-woo Fotógrafo

Dongji Patjuk, para muchos coreanos de mediana edad, es una comida que trae muchos recuerdos. Este plato -un tipo de sopa espesa o crema preparada con frijoles rojos, también conocidos como judías

azuki- con bolitas hechas de harina de arroz, era lo que se solía comer en invierno, cuando la familia se reunía durante días. Era la merienda preferida de los niños en una época en la que no había golosinas. Además, decían que alejaba los malos espíritus y prevenía las enfermedades, por lo que era considerada como una comida protectora de la salud y la felicidad familiar.

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os símbolos del invierno de mi infancia son los rayos transparentes del sol, los días cortos y los afilados vientos del norte que maltrataban mi cara. Incluso ahora, después de tantos años, puedo describir exactamente la intensidad de esos vientos invernales al chocar contra mi rostro. Días con vientos filosos que parecían dejar cortes en mi piel... Entonces, era preferible que cayera la noche, que oscureciera y que nevara. Así sentía más calma. En esa época en todas las casas se preparaba patjuk o sopa de frijoles rojos. Era como dar por comenzado el inicio del largo invierno, mientras que la acción de comer este plato, reflejaba el deseo de la gente de pasar sin dificultades el invierno. En mi casa, no había costumbre familiar de comer platos especiales en fechas determinadas. Para mi madre debió suponer una pesada carga seguir esas costumbres, cuando apenas podía mantener a la familia. Pero pese a todo, mi madre debió preparar patjuk unas cuantas veces, si no, no me acordaría ahora de esas noches de invierno en que calentábamos patjuk para compartirlo entre todos.

Patjuk caliente con kimchi de rábano aguado Hoy en día el patjuk es conocido como un plato

Desde tiempos remotos, el dongji patjuk , que se elabora y consume en el solsticio de invierno o dongji , se ha preparado con frijoles rojos cocidos hechos puré, colados y puestos a hervir, a los que se añaden pequeñas bolas de harina de arroz rellenas. El patjuk , comida especial de temporada en el dongji , la noche más larga del invierno -también llamada “el pequeño año nuevo”se ha transmitido de generación en generación bajo la creencia popular de que ahuyenta las desgracias si se rocía en la puerta de una casa o a la entrada del pueblo.

dulce; pero en mi infancia esa sopa espesa de frijoles rojos que se servía en casa era algo que comíamos con kimchi, preferiblemente kimchi aguado, como dongchimi o kimchi de rábano aguado. A veces el agua fría -casi congelada- de este kimchi calmaba el ardor que sentía al quemarme el paladar el patjuk, que era servido bien caliente. También recuerdo las silenciosas charlas de los mayores indecisos, sobre si preparar las bolas de masa que se sirven junto con la sopa de frijoles rojos con arroz normal o arroz glutinoso. Ahora que lo pienso, era porque el arroz glutinoso era relativamente más caro. En la actualidad, es my poco usual preparar patjuk en casa. No sé desde cuando, pero este plato se ha convertido en un manjar de restaurante. Por eso, a estas alturas es imposible rememorar la alegría de compartir patjuk entre los vecinos y degustar los distintos sabores con que los preparaba cada familia. Patjuk es ahora un plato que las cafeterías especializadas en patbingsu -ese postre preparado con hielo picado y una reducción dulce de frijoles rojos- venden en invierno, cuando la demanda de ese postre disminuye drásticamente, y aprovechando las técnicas y los ingredientes con los que ya cuentan para preparar los frijoles rojos. Mucho menos es considerado el patjuk hoy en día como una comida estacional, que a la gente se le

antoja comer cuando el día se hace corto, llega el frío y se acerca el solsticio de invierno. Y más díficil es todavía encontrar a personas preocupadas por si el proceso de fermentación del kimchi de rábano aguado va bien o no, mientras el clima invernal cambia de frío a templado y viceversa, constantemente.

“Comida para espantar a los malos espíritus” Cada vez que tengo curiosidad por la cocina tradicional de Corea, consulto el libro “Preguntas y respuestas sobre los conocimientos generales de Corea” del poeta Choe Nam-seon (1890~1957), que también fue un erudito activista cultural. Choe dijo que el mejor pastel de arroz de Joseon era el siruddeok, que consiste en varias capas cocidas al vapor de arroz molido y frijoles rojos precocidos en agua. Este pastel de arroz tiene una forma muy primitiva en comparación a otros. Hasta la actualidad, conserva un formato sólo posible de obtener al ser cocido en los moldes antiguos que exhiben los museos. Seguramente los pasteles de arroz que hoy vemos por doquier, que se preparan con masas de harina de arroz y rellenos de diferentes tipos, serán un invento posterior. Justamente por su forma rudimentaria, el siruddeok da la impresión de ser una comida con más tradición y más típica. Uno de sus ingredientes principales son los frijoles rojos, también conocidos como judías azuki. Se cuenta que clasificar el color de esta legumbre dentro de los matices del rojo para llamarla “frjiol rojo” y atribuírle poderes mágicos, proviene de China. Toma en cuenta el simbolismo que tiene el rojo en ese país, como color que espanta al demonio y aleja a los malos espíritus, para aplicarlo a la cocina. Así, la antigua costumbre de dejar un plato de patjuk en la puerta principal de la casa o a la entrada de un pueblo, debió ser la manifestación del anhelo de sus residentes de eliminar todo lo negativo de su entorno. Dongji o el solsticio de invierno marca el comienzo del verdadero frío en Corea. Pero, desde otra perspectiva, y considerando los movimientos del sistema solar, también anuncia el final del invierno, pues al ser el día con menos horas de luz del año, implica que a partir de entonces los días empezarán a alargarse. Es más, en la antigüedad había almanaques que señalaban dongji como el inicio del año. Quizá por eso era percibido como algo natural comer platos hechos con frijoles rojos o judías azuki, pues simbolizaban el sol. En todo caso, Dongji, tal como la gente percibe los cambios estacionales, es el día en que empieza el duro frío invernal. Considerando esto, diría que el rojo del patjuk representaba el deseo de todos de disfrutar del calor Cultura y arte de Corea 61


del sol. Y ya hablando en términos más realistas, la época más apropiada para comer patjuk debió ser cerca del solsticio de invierno, cuando acababa la temporada de cosecha. Si hubiera sido una comida de primavera, no se hubiera vuelto tan popular, ya que mientras los alimentos escaseaban al transcurrir el invierno y muy pocos habrían conseguido dejar frijoles rojos para comerlos en la siguiente estación.

Su origen y su receta El origen de patjuk lo encontramos en un viejo libro de China. Jingchu suishiji (Costumbres Festivas Estacionales en la región de Jing-chu), compilado en la Dinastía Liang del siglo VI, que hace una breve mención de las funciones mágicas de esta sopa espesa de frijoles rojos. Dice: “El dragón demonio llamado Gong Gong tenía un hijo. Este murió en el día del solsticio de invierno y se convirtió en un fantasma de las enfermedades. A ese hijo le daban miedo los frijoles rojos cuando estaba vivo, y por eso se prepara una sopa con esa legumbre en dongji para evitar las epidemias”. Teniendo esto en cuenta, es posible deducir que la cultura de prevenir las enfermedades contagiosas con la sopa de frijoles rojos fue importada de China. Posteriormente y con el paso del tiempo, el plato se consolidaría en Corea como una comida que aleja a los malos espíritus. La sopa de frijoles rojos se come en los tres países

del nordeste asiático, es decir en Corea, en China y en Japón. Los chinos se refieren a ella como hongdouzhou o hongdoutang , y la toman durante todo el año sin importar la estación. En invierno la toman caliente y en verano, fría y dulce. Los japoneses la toman de diversas maneras. La toman con mochi, alimento similar a las bolas de arroz glutinoso que se comen en Corea; o la toman en diversas texturas que se consiguen mediante los variados métodos para procesar los frijoles rojos. En Japón, al igual que en Corea, esta sopa puede ser una comida o una merienda, si se sazona, o un postre, en caso de agregarle azúcar. En Corea, la receta de patjuk no ha cambiado. Las formas de prepararlo que presentan antiguos libros de cocina, como Gyuhap chongseo (Enciclopedia sobre el Hogar) escritas a comienzos del siglo XIX y Buin Pilji (Conocimientos Esenciales para las Damas) compilado a principios del siglo XX, son casi idénticas a las de la actualidad. Los frijoles rojos, como son muy duros, se cuecen en agua abundante durante mucho tiempo. Luego se machacan y la pasta obtenida es pasada por un colador para quitarles la cáscara. Finalmente, se hierve una vez más con agua y arroz. Aquí se le añaden las bolas de masa de arroz, llamadas saealsim. La tarea de amasar estas bolas y hacerlas redondas con las palmas de las manos es entretenida, y su textura glutinosa hace más diverso el sabor del patjuk. También gracias a esta tarea de amasar saealsim y a su

Dongji o el solsticio de invierno marca el comienzo del verdadero frío en Corea. Pero, desde otra perspectiva y considerando los movimientos del sistema solar, también anuncia el final del invierno, pues al ser el día con menos horas de luz del año, implica que a partir de entonces los días empezarán a alargarse. Es más, en la antigüedad había almanaques que señalaban dongji como el inicio del año.

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1 El siruddeok (pastel de arroz al vapor con frijoles rojos) se prepara esparciendo frijoles rojos cocidos entre capas de harina de arroz, para luego cocerse al vapor. Durante mucho tiempo se pensó que el color rojo ahuyentaba a los malos espíritus, por lo que el siruddeok todavía se comparte con los vecinos cuando se mudan a un nuevo lugar, y se sirve habitualmente en las fiestas tradicionales. 2 El dongji patjuk se hace con frijoles rojos cocidos hechos puré, colados y puestos a hervir, a los que posteriormente se añaden unas pequeñas bolas de harina de arroz rellenas. En función de la zona se añade arroz o más bolas de harina de arroz.

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textura, el patjuk dejó de ser un alimento para tomar dentro de la cocina y adquirió el estatus de comida y receta familiar. “En el campo, cuando llegaba dongji se preparaba patjuk y la sopa era tomada con miel, para eliminar las energías negativas”. Así lo describió el poeta Yi Saek (1328~1396), un estudioso de las postrimerías de la Dinastía Goryeo. Sus versos inducen a pensar que la versión dulce del patjuk era disfrutada por los coreanos mucho antes de lo que todos imaginan. Sin embargo, la miel era entonces un ingrediente caro y por ende poco accesible; de ahí que la sopa dulce de frijoles rojos no se hiciera popular hasta comienzos del siglo XX, cuando comenzó a importarse azúcar. Seoul japhak sajeon (Diccionarios de Trivias sobre Seúl), escrito por el periodista y escritor Cho Pungyeon (1914~1991) que reunió documentos sobre las

costumbres mantenidas en Seúl durante el periodo colonial y la modernización, cuenta una interesante historia sobre el patjuk. Durante el periodo de dominio colonial de Japón, había muchos restaurantes especializados en patjuk en los alrededores del mercado de Dongdaemun, y también puestos ambulantes que vendían esa misma sopa de frijoles rojos en toda la ciudad. Por la mañana temprano, los obreros que iban a sus lugares de trabajo saciaban su hambre con un buen plato de patjuk. En la actualidad, el patjuk es vendido en los mercados tradicionales y sigue siendo el plato favorito de mucha gente. Si bien son cada vez menos los puestos de patjuk, debido a los nuevos cambios en los gustos, la sopa espesa de frijoles rojos con sabor dulce conserva su reputación de manjar en los mercados tradicionales de las distintas regiones de Corea. (Traducido por Joo Hasun)

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ESTILO DE VIDA

HOMBRES EN DELANTAL

ENAMORADOS DE LA COCINA Kim yong-sub Director del Instituto de Tendencias y la Creatividad Empresarial Ahn Hong-beom Fotógrafo

En el año 2015 la televisión coreana se ha plagado de programas de cocina. Cabe destacar que a día de hoy las estrellas más de moda y las figuras de mayor actualidad para devorar con los ojos en televisión… ¡Son hombres que cocinan! Famosos chefs masculinos, entre ellos superestrellas globales del mundo de la gastronomía, protagonizan shows a diario en televisión desde sus propias cocinas, fascinando a las audiencias. Cocinar se ha convertido en una especie de obsesión romántica para muchos hombres. Las actuales tendencias socioeconómicas, como el cada vez mayor número de hogares con dos fuentes de ingresos y familias nucleares, están atrayendo a los hombres a la cocina y activando una transformación de los roles de género. 64 KoreaNa Invierno 2015


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os “hombres sexys que cocinan” o yosengnam son un nuevo fenómeno que se ha puesto de moda. Esto sugiere que la cocina se ha convertido en un nuevo rasgo de la masculinidad, lo cual resulta bastante sorprendente. En la sociedad coreana la cocina siempre ha sido considerada como una tarea de mujeres; lo que se espera de una madre o de una esposa. Pero hoy en día la gente admira a los hombres que saben cocinar, e incluso piensan que son sexys. Por supuesto, el hecho de ver a hombres en la cocina aún está lejos de convertirse en norma generalizada; y las habilidades a la hora de preparar suculentos platos tampoco son por ahora un importante atributo de su atractivo sexual. Lo que parece más relevante, en este caso, es lo considerados que se muestran hacia su esposa o pareja, el cuidado que ponen en la cocina, y el placer que obtienen al preparar y compartir la comida con sus seres queridos.

Los efectos sociales de los programas de cocina Estos días la televisión coreana está repleta de programas de cocina. Entre las opciones a disposición del espectador destacan ‘Jipbap’ (comida casera) los martes; ‘Misik’ (platos finos) y ‘Cuida de mi nevera’ los miércoles; ‘Platos coreanos’ los jueves; ‘Tres comidas al día’ los viernes; y ‘El rincón del cocinero’ o ‘Mi pequeña televisión’ los sábados. A medida que este tipo de programas gana más popularidad, los cocineros televisivos como Baek Jongwon, Lee Yeon-bok, y Choi Hyun-seok han emergido repentinamente como una nueva generación de estrellas. Con sus propios programas en diferentes canales se han ganado el favor de los espectadores. El actor Cha Seung-won, bien conocido por su talento para cocinar, también se ha sumado a esta tendencia; y la cocina encabeza ahora mismo la lista de las ambiciones de los niños, según informa la prensa. Los precursores de los actuales programas de cocina fueron ‘Cocinando en casa’ (KBS TV) y ’Platos para Hoy’ (MBC TV), que aportaron a las amas de casa demostraciones y consejos útiles en la década de los 80. Estos programas tenían como principales protagonistas generalmente a chefs femeninas, asistidas por famosas invitadas, también mujeres. En la década de los 90 las celebridades preparaban sus “snacks de medianoche” favoritos en ‘Cham Cham Cham’, una sección habitual de ‘El show de Lee Hong-ryeol’, un programa que combinaba cocina y entrevistas en SBS TV. Esto abrió las puertas a que la cocina se convirtiera en un producto de entretenimiento. Hasta la primera

década del 2000, sin embargo, la mayoría de los programas de televisión mostraban conocidos restaurantes de lujo u organizaban concursos de cocina. A principios de la década de 2010 surgieron canales de cocina y una variedad de programas, donde los que los chefs han observado con satisfacción un aumento constante en el número de espectadores. Más recientemente, los espectáculos de los cocineros televisivos han ganado presencia en la parrilla gracias al potencial de estas famosas estrellas. Los programas de cocina actualmente cuentan con chefs principales, cuyos invitados cocinan, y posteriormente disfrutan la comida cocinada entre todos. Las conversaciones informales son parte de la rutina y sirven para elevar el interés de los espectadores. Estos programas presentan técnicas de cocina muy fáciles y simples, que hacen que incluso los hombres -que en general pensaban que la cocina era para los expertos, madres y esposas- lleguen a creerse capaces de elaborar deliciosas creaciones gastronómicas.

No necesariamente aspiran a ser chefs Anteriormente, la gran mayoría de los hombres que se dedicaba a la cocina trataban de obtener un diploma para convertirse en chef profesional. Pero ahora la cocina se ha convertido en un hobby y forma parte de la rutina diaria de los hombres. Muchos de ellos han aprendido fácilmente a cocinar con las sencillas recetas que pueden encontrar en Internet; mientras que en las librerías se pueden comprar numerosos libros de cocina para hombres. Los hombres representan entre un 20 y un 30 por ciento de los estudiantes de las clases de cocina impartidas actualmente en los centros culturales de los grandes almacenes. Esto representa un fuerte aumento respecto al promedio en torno al 5 por ciento que había hace sólo unos años. Un número creciente de hombres invierte su tiempo y su dinero en aprender a cocinar comida casera coreana o italiana, algo mucho más ambicioso que saber preparar unos fideos instantáneos. En la actualidad, la mayoría de los hombres que aprenden a cocinar tienen entre veinte y cuarenta años, aunque también aumentan más aquellos entre los 40 y los 60. También se imparten cada vez más clases de cocina orientadas a los hombres. Las empresas locales de alimentación y los municipios están organizando clases de cocina exclusivas para ellos, a fin de hacer un hueco en este nuevo nicho de mercado a sus productos, y adaptarse a la evolución de los roles de género y las Cultura y arte de Corea 65


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En la sociedad tradicional, la gente solĂ­a considerar cocinar como una labor exclusiva de las mujeres. Sin embargo, ahora se observa como una tarea que tanto hombres como mujeres pueden realizar, ya que compartir los quehaceres culinarios y sus deliciosos frutos, aporta placer y felicidad.

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1, 2 Los asistentes aprenden a cocinar en una “clase masculina de cocina para eventos” patrocinada por una empresa de alimentos y bebidas (http://www. cj.co.kr/cj-kr/participation/cookingclasses). recientemente se ha producido un notable incremento del número de hombres que cocinan, gracias a los cambios en los estilos de vida y en la perspectiva sobre las tareas culinarias. 3 Lee wook-jung, productor de televisión de KBS también conocido como “el productor de la cocina”, prepara comida en un programa. Lee ha cosechado una gran atención gracias a documentales de cocina como “La calle de los fideos” y “Cocinando personas”.

relaciones familiares en la sociedad. En el pasado las madres mantenían lejos de la cocina a todos los miembros masculinos de la familia; pero hoy en día muchas consideran algo muy natural que sus hijos cocinen en casa. Este fenómeno ha sido provocado por los cambios socioeconómicos, como un sentimiento generalizado de igualdad de género, el creciente número de hogares con dos fuentes de ingresos o el incremento de las familias nucleares. Otra de las principales razones por las que cada vez más hombres se dedican a la cocina, es que los hogares individuales son más comunes hoy en día. En plena era de aumento del número de hombres en delantal, las habilidades de éstos en la cocina también han mostrado una gran mejora. Los hombres ya superan a las mujeres entre los concursantes de “Master Chef Corea”, un programa de Olive TV, un canal coreano de estilos de vida y de comida. Cada vez más anuncios de alimentos y electrodomésticos muestran a jóvenes estrellas masculinas que se dedican a la cocina, y el público lo acepta como algo natural. Para un gran número de hombres la cocina se ha convertido no solo en una opción, sino en una necesidad. En estos tiempos de rápidas transformaciones, las palabras de los gurús que marcan tendencia en la sociedad también han variado, de las “adorables mamás y su deliciosa comida casera” a los “hombres atractivos que cocinan y a los padres que preparan deliciosos platos”.

Un paradigma en evolución Una familia nuclear con dos sueldos que vive en un apartamento es algo habitual en la sociedad coreana contemporánea. En estas circunstancias, las parejas casadas que comparten las tareas del hogar se están convirtiendo en la nueva norma. En general, la generación de mayor edad conserva los roles tradicionales de género. Las amas de casa hacen casi todo el trabajo doméstico en las familias encabezadas por hombres de más de 40 años de edad. Sin embargo, los jóvenes de entre 20 y 40 años generalmente reparten las tareas del hogar mucho más activamente; algo que también se aplica a la cocina. Por tanto, ver maridos que cocinan para sus esposas y padres que cocinan para sus hijos ya no es algo tan raro. Además, muchas familias comen fuera debido a las apretadas agendas de los padres cuando ambos trabajan. El reciente auge de los shows de chefs televisivos ha hecho de imán entre los hombres y la cocina, al tiempo que ha fomentado la moda de la comida preparada en casa. Así, cada vez

más familias vuelven a sentarse juntas a la mesa, lo que ayuda a construir amor mutuo. Sin embargo, todavía existe una realidad bastante lamentable. Hasta hace poco, todo el mundo pensaba que era natural que las mujeres se encargaran de la cocina, pero rara vez se les agradecía esta labor. Aunque la gente expresaba nostalgia por la comida casera de su infancia y juventud, no era común escuchar elogios hacia las mujeres que asumen la labor de cocinar para sus familias. A día de hoy, muchas personas consideran cocinar como una actividad admirable y atractiva, por el mero hecho de que los hombres cocineros han pasado a ocupar el centro de atención; lo que a su vez revela otro aspecto de la discriminación de género que sigue prevaleciendo en la sociedad coreana. En la sociedad tradicional, la gente solía considerar cocinar como una labor exclusiva de las mujeres. Sin embargo, ahora se observa como una tarea que tanto hombres como mujeres pueden realizar, ya que compartir los quehaceres culinarios y sus deliciosos frutos, aporta placer y felicidad. Y visto lo visto, parece bastante probable que esta tendencia se mantendrá durante un buen tiempo. (Traducido por Atahualpa Amerise)

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JORNADAS DE LITERATURA COREANA

CRÍTICA

El sol que nunca se pone, la añoranza que no desaparece Cho Yong-ho Novelista, periodista literario, The Segye Times Paik Soo-jang Fotógrafo

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La novelista Kim Chae-Won describe con excepcional destreza profundas reflexiones de la vida a través de una prosa lírica y pictórica. La soledad y la angustia internas de la autora se transmiten fielmente en su obra “Más allá de la montaña del oeste”. La escritora misma afirma que el remordimiento es un sentimiento que persiste, latentemente, en La canción del bote de remos, su última colección de cuentos en la que se incluye el relato. Comenta al hablar de su obra que: “siempre estoy sentada en casa y los cristales de las ventanas son ventanillas por las que observo el mundo… e intento narrar en mis obras el mundo que conozco y escribo ese mundo a través de esas ventanas”.

l mezclar conjuntamente tres colores vivos y primarios como el rojo, el amarillo y el azul, el resultado que se obtiene es un negro oscuro. Tras haber estudiado bellas artes en la universidad, la novelista Kim Chae-won hace la observación de que “al mezclar diferentes colores, terminan sucumbiendo a la mezcla y se tornan oscuros” en su obra “¿Quién siente temor ante el rojo, el azul y el amarillo?”, incluida en su colección La canción del bote de remos y publicada después de once años de silencio. Kim Chae-won nació en 1946 y es la segunda hija del poeta Kim Dong-hwan y la novelista Choi Jung-hee. Durante la Guerra de Corea, los coreanos del norte secuestraron a su padre y se desconoce la fecha y las circunstancias de su muerte. Después de estudiar arte en la Universidad Femenina Ewha, empezó a publicar en 1975 relatos nocturnos en la revista mensual Hyundae Munhak, significando para ella el debut en el mundo de la literatura. En 1989, su novela Fantasía invernal, obtuvo el premio de literatura de Yisang, uno de los premios más prestigiosos de Corea, y el talento literario del que gozaba su familia se confirmó cuando Kim Ji-won, su hermana mayor, fue galardonada con el mismo premio ocho años más tarde. La última colección de Kim Chae-won era como una especie de tributo a su hermana, que había fallecido dos años atrás y cuyas influencias habían permitido que saliera a la luz su nueva obra. Es más, ella es el modelo para el personaje representado por la prima que emigró de joven a los Estados Unidos en “Más allá de la montaña del oeste”. En el relato, la narradora y su prima crecieron juntas en la misma casa y convivieron muchas noches creando juegos de fantasía e imaginación. Su prima había


perdido a sus seres queridos, a su madre y a sus hermanos, en uno de los bombardeos de la Guerra de Corea y la narradora también se había despedido para siempre de su padre durante el conflicto. Se hallaban en una situación similar, por lo que compartían una predisposición emocional semejante. Aunque en la realidad es la historia de estas dos jóvenes, hermanas de los mismos padres, el personaje representado en el relato por la prima es alguien todavía más desafortunado. Después de emigrar a los Estados Unidos, no regresó a su patria nunca más. Pasa lo mismo con la narradora que no había salido del país ni una sola vez. Al cabo de los años, durante los cuales se habían mantenido en contacto llamándose por teléfono e intercambiando paquetes, concluyen sus vidas sin haberse visto las caras. Después de enviudar, la prima intenta hacer de todo en los Estados Unidos, desde una tienda de verduras y otra de ropa hasta una hamburguesería, para criar a sus dos hijos. Fueron dos las veces que la amenazaron unos atracadores y, en ambas ocasiones, quedó a salvo al suplicar que la dejaran con vida porque tenía dos hijos que cuidar. Los rumores eran que la habían violado las dos veces. Después del atentado terrorista del once de septiembre en Nueva York, la narradora se comunicaba con más frecuencia con su prima para confirmar el estado en que se encontraban. En ese contexto, comenta sobre la existencia de su prima que “hay cosas que todavía desconozco de mi prima”, pero que “comparándose con antes, siento que estamos identificándonos más”. Y llegó un día en que fue imposible comunicarse con su prima. Cuando estaba a punto de ingresar en la escuela primaria, su prima escribió un poema que dice: “El sol que cruza y cruza

la montaña / agita las manos diciendo estoy yéndome y yéndome”. Aunque desapareció a lo lejos tras la montaña del oeste, encerrándose en un profundo silencio, la narradora realiza un nuevo descubrimiento de lo que es la “sabiduría”. Este es que el sol nunca se pone, que el sol no se pone mientras está dormida, sino que cruza la montaña del oeste para iluminar a su prima. Mientras ese sol no desaparezca y mantenga su existencia, su prima, a pesar de que haya muerto en tierras lejanas, persistirá con vida dentro de su corazón. Las obras de Kim Chae-won se han considerado como una creación de “dibujos entretenidos” por sus vívidas narraciones. A través de su penetrante contemplación de la vida, despliega su capacidad de retratar objetos, seres humanos y el mundo a través de una diversidad de colores propiamente suyos. Igualmente, el título de la colección Canción del bote de remos representa el microcosmos del mundo literario de Kim Chae-won . Este relato, que tiene un fuerte carácter autobiográfico, ofrece una lírica descripción de recuerdos de los años que transcurrió en el escenario hogareño de su infancia y adolescencia. Los elementos destacables son la “casa”, la madre que, en ausencia del padre, cuida sola a sus hijos, un romántico hermano mayor y sus hermanas. La escritora presenta la casa, que ahora solamente existe como mera noción, que simbolizada como un “bote de remos” se esfuerza por detener los recuerdos que fluyen a la deriva en la corriente de los tiempos pasados. Es por eso que el relato empieza con tenues murmullos: ¿Habría podido navegar en ese bote de remos y traspasar la noche? “La noche es tan profunda que parece que está muy distante y que es imposible atravesarla, una oscuridad indescifrable;

el viento feroz revienta contra el patio, la puerta, el manantial, en lo alto de los árboles, el techo y los muros rompiendo el aire en pedazos frenéticamente. Un barril vacío cae de lado haciéndose pedazos, el cuenco de aluminio con el que se tapaba la vasija de barro cae rodando dando vueltas y vueltas, el arrastrar de hojas secas caídas por aquí y por allá…” Su hermano mayor, un chico sensible, a quien le gustaba tocar el acordeón e ir al cine, no tenía grandes aptitudes para adaptarse a la realidad. Para sus hermanas era una persona cariñosa, pero a los ojos de su madre, que con frecuencia derramaba lágrimas de frustración, era irremediablemente deficiente como heredero del linaje de la familia. Anduvo de novio de una hermosa chica y después de la decepción que se llevó por la oposición de la familia de la chica, pasaba los días bebiendo sin hacer nada más y dejó este mundo todavía siendo joven. Para ganarse la vida y sacar adelante a su familia, la madre salía silenciosamente de casa para tomar el tren y regresaba ya muy de noche. Esos días, dolorosos pero nostálgicos, no los podía vivir de nuevo. ¿No podrían regresar como nociones de recuerdos de un bote de remos? La autora va escribiendo sus últimas frases poéticas con una brocha que se distingue por estar llena de desmedida esperanza. Si ese bote de remos viniera traspasando la noche… si ese bote de la infancia, que partió temblando de miedo, pudiera llegar cruzando la profundidad de la noche… Podría ser que una suave brisa pudiera soplar produciendo una agradable melodía, con tal de no despertar al bebé que duerme bajo la sombra del árbol… En un día de primavera que todavía permanece sin irse… (Traducido por Kim Un Kyung)

Cultura y arte de Corea 69


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