THELunes nº2

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P4 {Artículo} Flash Gordon.

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2 número [2] • Lunes 27 de Septiembre de 2010 - www.thelunes.com

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P4 {En Portada} FLASH GORDON

P8 {Cómic por espisodios} That Old Deep America, Cap. 2

P12 {Novela por episodios} Cronos, Cap. 4

P14 {Relato breve} Las Profecías en el Espejo.

P16 {Fotografía} Un Paseo por la Inopia.

P20 {Cine} Exit Through the Gift Shop.

P22 {Cuento} A los Monstruos les Gustan las Chuches.

P6 {Relato Breve}

P18{Arte} La Belleza a través del Paisaje.

Cebuliano

¿THELunes? THELunes es una nueva publicación que pretende, además de divertir y entretener a sus lectores, transmitir cultura, fomentar la lectura y dar a conocer a creadores y artistas. Queremos invitaros a acompañarnos en esta aventura, a deteneros, mirar y disfrutar un escaparate abierto repleto de historias, sensaciones y emociones. Y agradeceros de antemano vuestra compañía en este viaje. Pero sobre todo, desde este confortable interior, no queremos dejar de agradecer a las empresas patrocinadoras la confianza que han depositado en nosotros. La publicidad que acompaña nuestras páginas es una parte imprescindible en este proyecto. Gracias a ella, a las empresas y las personas que están detrás, THELunes es una realidad.

Edita: THELunes, S.L.

Director: Daniel Cano Editora: Mar San Alberto Marketing y R.R.H.H.: Liria Sánchez Coordinadora de contenidos: Diana Cermeño Diseño de arte y maquetación: Juan Moro Heras Ilustración de portada: Juan Fender Colabora: Mihai Stana, Imagina Online, S. L. & Dmma Edición on line: www.thelunes.com

Redacción. c/ Matadero, 2 ED 28343 Valdemoro [Madrid] E-mail: info@thelunes.com

Publicidad. publicidad@thelunes.com Tel.: 633 277 850

Impresión: Altair Depósito Legal: TO-0262-2010 ISSN: 2171-5610 Solicitado control PGD Todos los contenidos de esta publicación están protegidos por los derechos de copyright y propiedad intelectual pertenecientes a THELunes® y/o a los distintos autores que han colaborado en este número. Las opiniones expresadas por nuestros colaboradores no son compartidas necesariamente por THELunes®.



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PARA LA IDA

número [2] • Lunes 27 de Septiembre de 2010 - www.thelunes.com

FLASH GORDON Autores {Mariano Bayona / Mar San Alberto}... web {http://marianobayona.com}...

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on el perturbador título “¡A la destrucción del mundo!”, hizo su aparición en España la primera historieta de Flash Gordon el 14 de mayo de 1935, en portada y páginas interiores de la revista Aventurero. Comenzó así la andadura en nuestro país de un personaje imprescindible para muchos lectores del género, que había nacido el 7 de enero de 1934 en los suplementos dominicales de los grandes periódicos estadounidenses, dibujado por Alex Raymond. La serie, una tira de ciencia ficción que la agencia de prensa King Features Syndicate distribuía en color por todos los periódicos del país, se convertiría con el paso del tiempo en el modelo a seguir por las historias de ciencia-ficción, y su héroe, Flash Gordon, uno de los más populares durante años en Estados Unidos, en un personaje que traspasaría fronteras y géneros, trasladándose del cómic al cine y la televisión, y siendo imitado hasta la saciedad en su género. A priori con un argumento un tanto desquiciado, la nueva serie resultó todo un éxito, alargándose en el tiempo gracias a las manos de múltiples dibujantes y guionistas, entre los que destacan Mac Raboy y Dan Barry que, siguiendo las pautas marcadas por el trabajo de Raymond, fueron adaptando el personaje y las tramas a las distintas etapas de su historia. Pero, ¿quién era Flash Gordon? ¿Cuál su apasionante y fantástica historia? Flash Gordon era todo un héroe, un aventurero del futuro, un apuesto y joven jugador de polo que inicia su epopeya lanzándose en paracaídas, junto a su compañera Dale Arden, desde un avión a punto de estrellarse contra un meteorito. El azar les llevará a caer en el mismo lugar donde el científico Hans Zarkov está tramando un plan que libre a la Tierra del terrible impacto del meteorito. Con este objetivo, los tres viajarán al imprescindible escenario para que la trama se desarrolle con la acción y el brío necesarios: el planeta Mongo, donde reside el malvado Emperador Ming, acérrimo enemigo de los protagonistas. A partir de esta primera trama, las aventuras y continuos combates contra el eje del Mal, encabezado por Ming, serán el centro de múltiples historias ambientadas en vanguardistas escenarios inspirados en antiguas civilizaciones. Estos ingredientes fueron sin duda los que dieron éxito a una obra nacida en una época, tras la depresión del 29, necesitada de historias fantásticas y aventuras que alejaran a los lectores de la dura realidad.

Las etapas más relevantes de Flash Gordon. En el Flash Gordon original dibujado por Alex Raymond desde 1934 hasta 1944 -año en que su incorporación a la Marina durante la Segunda Guerra Mundial le obligó a abandonar su trabajo-, las tramas de aventuras escritas por Don Moore se desarrollan en una ambiente donde predominaban los fantásticos mundos ideados por el talento del dibujante. Estas series marcarán para siempre el perfil de los personajes principales y dejarán en la memoria de sus seguidores pasajes imprescindibles para entender su mundo, como el rescate de Dale Arden, la lucha del héroe contra los intentos de seducción de otras mujeres (entre ellas la propia hija de Ming), la constante fidelidad del protagonista hacia su novia y la colaboración permanente de los conocimientos científicos de Hans Zarkov para ayudar a Gordon a salir airoso de cualquier situación in extremis. Desde 1948 y hasta su fallecimiento en 1967, se hizo cargo de las páginas dominicales en color Emanuel Mac Raboy, mientras otros dibujantes creaban las tiras diarias en blanco y negro protagonizadas por el mismo personaje. Aunque los guiones seguía escribiéndolos Don Moore, con Mac Raboy las aventuras de Flash Gordon empezaron a derivar de lo fantástico a la más pura ciencia ficción, mientras que visualmente el resultado se distanciaba del período de Raymond.

Precisamente entre los autores que se ocupaban de las tiras diarias, en blanco y negro, comienza a destacar en 1951, Dan Barry. Es este dibujante quien tomará el relevo en 1967, tras la muerte de Mac Raboy, en la creación de las páginas dominicales en color, con lo que el personaje y sus historias, en su conjunto, consigue de nuevo una mayor coherencia visual. En esta nueva etapa, Flash Gordon se convierte en piloto de pruebas y sus aventuras espaciales, en las que le acompañan su novia Dale Arden y su amigo Hans Zarkov, pasean al lector por diferentes rincones del Universo, si bien con los años, la trama volverá a recuperar su escenario original, el planeta Mongo y al primer y más popular villano de la serie, el emperador Ming. De las historietas dibujadas por Dan Barry, las publicadas durante los 10 primeros años fueron las mejores. Sin abandonar la calidad artística, las aventuras se desarrollaban bajo argumentos más cercanos a lo científico que al original mundo fantástico planteado por Raymond. Un cambio que probablemente favoreció una cercanía del personaje al lector moderno, gracias al mayor atractivo intelectual de sus tramas. Otros dibujantes, como Austin Briggs, se ocuparon de este popular personaje a lo largo de los años, pero sin duda, las historias más conocidas y publicadas son las dibujadas por Raymond y Barry. Aún hoy en nuestro país, se reeditan álbumes recopilatorios recogiendo la interesante obra de estos creadores sobre este genial y pionero héroe de aventuras futuristas.

Flash Gordon en pantalla. Flash Gordon saltó al mundo del cine en 1936 en los conocidos “seriales” de la Universal, compuestos de 12 ó 15 capítulos breves que se emitían delante de las películas de estreno, en un claro precedente de los trailers y anuncios actuales o el NODO de la dictadura franquista. El primero de ellos, titulado “Flash Gordon” y protagonizado por Buster Crabbe, obtuvo tanto éxito que la productora estadounidense filmó dos más en 1938 y 1940, bajo los títulos “Flash Gordon’s Trip to Mars” (en España, “Marte ataca a la Tierra”) y “Flash Gordon Conquers the Universe”, con el mismo actor como protagonista. El personaje no volvió al cine hasta 1974, con una poco conocida versión de corte erótico, “Flesh Gordon”, que tuvo una secuela de peor calidad aún y, finalmente en 1980, cuando el productor Dino De Laurentis y el director Mike Hodges, realizaron una adaptación en la que intentaron reproducir el espíritu de las aventuras de Alex Raymond. La película fue un fracaso comercial, pero su banda sonora, compuesta por el grupo de rock británico “Queen”, se convirtió en un éxito y el tema principal “Flash’s Theme”, se hizo muy popular. Por supuesto, el héroe que nos ocupa también ha sido trasladado a la televisión, como no podía ser de otra manera. Así, en 1954 se produjo una serie alemana de 39 episodios en blanco y negro y, más recientemente, otra versión americana en 2007, basadas ambas en la creación original dibujada por Alex Raymond. Para pregonar la vigencia del personaje, todas estas producciones audiovisuales pueden ser adquiridas hoy en día en versiones realizadas en VHS y en DVD.


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Primer to m 2010. Son o publicado por D ark Horse 312 págin Books, M as que re ilwa pro Gordon ed ducen los primeros ukie, Oregon, USA , itados en tre 1947 y comic books sobre en Flash 1953 por la Editoria l DELL.

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Portada de un ejemplar italiano editado por Opera Mundi, Milán 1977. Reproduce en color las páginas dominicales dibujadas por Mac Raboy entre el 27 de noviembre de 1960 y el 3 de septiembre de 1961.

Algunos apuntes sobre las ediciones españolas de Flash Gordon. Entre las ediciones no americanas, Italia siempre fue pionera, hasta tal punto que las ediciones españolas, sobre todo en los primeros años, se basaban en las italianas y no en las originales americanas. Así, en nuestro país, el Flash Gordon de Raymond se dio a conocer en ediciones parciales durante los 40, editado por Hispano Americana de Ediciones, con una aproximación en estética y tamaño a las producciones de prensa americanas. Fueron más populares las colecciones de novelas gráficas publicadas por Editorial Dólar a finales de los años 50 y sus series “Héroes Modernos” donde el público español pudo disfrutar, aunque con escasa calidad de impresión, de las aventuras de Raymond, Mac Raboy y Dan Barry. Posteriormente, BURU LAN Ediciones publicaría en 1971 por primera vez la obra completa de Alex Raymond, aunque con los colores originales cambiados, y una parte de Dan Barry coloreada; en 1978, B.O. edita en blanco y negro a Raymond y Mac Raboy; en 1988, Ediciones B,

Álbum número 1 de Flash Gordon, colec ción “Héroes Modernos” en su segunda etapa. Editorial Dólar, Madrid, 1958. Autor Dan Barry (10 de julio a 6 de octubre de 1961)

la obra completa de Raymond y parte de Dan Barry coloreada; y finalmente Editorial Planeta, publicó la obra completa de Raymond en dos tomos, con su color original y basándose en la edición americana de Kitchen Sink Press. Como una curiosidad editorial, aunque fuera una práctica habitual durante la dictadura franquista, en España la censura intervenía habitualmente en la obra de Raymond, alargando los trajes de las mujeres y ocultando las telas vaporosas habituales en sus dibujos, para evitar, en palabras de los censores, la malformación de la educación sexual de los jóvenes que producirían los escotes y las transparencias habituales de la obra original raymondiana de los años 30 y 40. Por supuesto, también se censuraron las figuras femeninas de Dan Barry a niveles ridículos que hoy causan sorpresa y admiración al poder observar las ediciones comparadas.


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Cebuliano Autor {Manuel Dorado}... Ilustración: Yago García.

U

—¡ n castigo! Cuando vi la estación espacial, con su forma de C, pensé: «C, C de castigo, ¡un puto castigo!»

—Pero, dígame, si es tan desagradable el señor cebuliano ¿por qué lo ha retenido en el dique tanto tiempo?

—Debe usted saber, mi querido amigo...

—Si yo no lo retengo. Imagínate: el puto bicho llega, se baja de la nave y se planta delante de mí. Yo ya me había leído las instrucciones del tránsito (no quería cagarla otra vez, como con la perra tricliota), y había visto que los cebulianos tienen un nivel de protocolo cien...

—Paco. —...Paco, que la forma de C es para que las naves de ruta hiperdimensional atraquen en la curva exterior. Son de mayores dimensiones. Las interplanetarias, en cambio... —¡Me la pelan las naves! A mí me han traído aquí castigado. Perdí las coordenadas NAV de una cónsul tricliota. —Dicen que las tricliotas son unas grandísimas damas. —¡Una grandísima puta! Eso es esta. Perdí sus coordenadas y aquí estoy, en esta cloaca. ¡C de cloaca!

—El máximo. —Sí. Para andarse con gilipolleces. Digo: bueno, nivel cien; lo mejor en estos casos es no abrir la boca. Total, me callo y le mando las coordenadas NAV. Oigo que pita el receptor de su nave. Trabajo cumplido. Ya se puede largar... De pronto, el bicho suelta un eructo y se activa la computraductora (yo siempre había pensado que las compus tendrían voz metálica, de robot o algo así; pero no, tienen voz de tía, de tía buena). —¿Y bien?

—Al menos, si le sirve de consuelo, aquí casi sólo se trabaja con humanos. Su deplorable castigo podría haber sido mucho peor. Inimaginablemente peor: le podrían haber asignado uno de los diques multiespecie.

—Trece.

—¿Cómo que uno de los diques multiespecie?

—El bicho de los huevos me dice trece. Bueno, en realidad, se tira el eructo y la tía buena de la compu dice trece.

—Sí, no se lo creerá, pero entre los tres mil diques de atraque hiperdimensional, hay cinco diques multiespecie.

—¿Cómo trece?

—¿Y qué hizo usted cuando le dijo trece?

—Mi querido amigo Paco, cálmese por favor. Mire: la cola del comedor apenas da tres vueltas. Ya sólo quedan unas ochocientas personas delante de nosotros. ¿Puedo preguntarle qué es lo que tanto le turba?

—Para empezar, me cagué en todos sus muertos. Claro, que como los cebulianos son inmortales... La cosa es que el bicho me suelta el trece y se queda allí, ¡con dos cojones! Yo le largo otra vez las coordenadas NAV... Espero un rato y... ¡Me cago en su puta madre! El cebuliano vuelve a eructar y la guarra de la compu me escupe otro trece.

—¡Coño! que me han mandado a uno de los multiespecie.

—Indignante.

—¿Qué me dice? Eso sí que es mala suerte.

—Y el cebuliano que no se mueve.

—¡Una mierda mala suerte! ¡Me cago en todos los tricliotas!

—¿No se mueve nada?

—No se exalte, mi querido amigo, que le va a sentar mal la comida.

—Nada. Si eres inmortal y tienes toda la eternidad por delante, ¿tú te pondrías a correr?

—¡Hijoputas! ¡Me la han clavado bien! ¡La muy zorra!

—Cómo no me voy a exaltar, los multiespecie no dan más que problemas. Hace veinte diaciclos que tengo a un cebuliano en el dique. Mi primera operación de tránsito y ahí está parado, el bicho.

—Visto así.

—¡Pardiez! Nunca he tenido el placer de ver un cebuliano.

—Pues esa es la coña. El cebuliano ni se va ni protesta; se queda allí pasmado, sin ninguna prisa, esperando a que tú le contestes. Y ¿qué coño le voy a contestar yo a un trece?

—Menudo placer, es feo de cojones.


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—Sí, sí, disculpe caballero, ya nos movemos. Magnífico, ya casi es nuestro turno. Tengo un hambre. ¿Y no podría ser que la computraductora esté mal ajustada?

—Cinco... Cin-co… ¡Cooooooooooooño!

—Llamé al técnico. Vino y me dijo que estaba bien.

—¡Eso es! Me voy pitando. ¡Eso es!

—¿Y nadie antes ha tratado con un cebuliano?

—Pero..., ¿y la comida?

—He preguntado por toda la estación. Nadie.

—¡Tengo que ir al dique!

—¿No ha probado a hablar con un tecnolingüista? Quizás...

—¿Con el cebuliano? ¿Puedo ir?

—¿Qué...?

—¡Ja! Yo soy tecnolingüista. Me doctoré en la Universidad de Zaka. Por eso hablo tan bien. —Ya decía yo... Y, siendo usted tecnolingüista, digo yo, no se ofenda, pero ¿no puede encontrar una solución? —Me jode reconocerlo, pero no. El problema del puto cebuliano no lo sé resolver. Resulta que estos bichos hablaban miles de lenguas distintas en su planeta de origen, Cimbón. Cuando salieron al espacio desarrollaron un nuevo lenguaje: el cebuliano, que era una forma científica de unificar todos los idiomas que usaban. Desde entonces, todos hablan eso. No se sabe más.

--0-—Sí que es desagradable el aspecto del señor cebuliano. —¡Shhh! Calla, coño. Ahí van las coordenadas NAV… ¡Enviadas! —Brop... Trece. —La señorita de la computraductora ha dicho trece. ¿Qué va a decir usted?

—Y el señor cebuliano sigue ahí. —Ahí sigue el cabrón. Ahora iré otra vez, después de comer. Pero ya sé lo que me va a decir.

—Es cuestión de buena educación. Y de orden. ¿Qué se dice cuando te dan algo?, y ¿qué se responde? ¡Catorce!... Bruac.

—Trece.

—La señorita ha eructado, ¡qué simpática! ¿Qué hace el señor cebuliano? Se gira. ¡Se va hacia su nave! ¡Se vuelve!

—Trece.

—Groik... Ocho.

—Mire, querido amigo Paco, ya es nuestro turno. ¿Qué desea comer usted? Yo tomaré un plato combinado.

—Ha dicho ocho. ¿Qué le va a decir ahora? —Pues ocho. ¡Ocho!... Groik.

—No sé, no tengo hambre. Pienso en el bicho y se me quita. ¿Qué me recomiendas? —Un cinco. Es mi preferido; tiene pollo de río, ensalada de trifolias y patatas sintéticas. Fritas.

—Ahora levanta la mano (eso es una mano, ¿no?). —¡Vamos! Levántala tú también. Como yo. Dile adiós al bicho. —¡Ocho!

—¡¿Cómo?! —Pollo de río, ensalada de trifolias... Relato patrocinado por: —¡No! Que qué me has dicho que tome. —Un cinco.


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PARA EL CAFÉ

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PARA EL DESCANSO

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Cronos Autor {Manuel Trigo}...

En anteriores capítulos...

se construyeron cuatro naves para mantener la vida fuera de la Tierra y se obligó a la gente a trabajar en ellas. La nave de Cronos decidió alejarse de la Tierra y buscar un futuro en otro lugar. Las otras naves permanecieron cerca para repoblar la Tierra en el futuro.

«C

de pequeños daños provocó una explosión en su parte delantera. No fue excesivamente grave, diez muertas y quince heridas, pero frenó mucho la velocidad de la estación, que había quedado sin posibilidad de volver a acelerar para mantener la órbita. Durante dos días escuchamos sus transmisiones lastimeras y agónicas hasta que comenzó a arder en la reentrada en la atmósfera. Para entonces, muchas habían decidido quitarse la vida. No me atrevo a catalogarlas de valientes ni de cobardes, pero sí de afortunadas. Las que no se decidieron a eutanasiarse, fueron horneadas a fuego lento sin la benevolencia de los humos tóxicos que aceleran la muerte en otros tipos de incendio con llamas abiertas.

uando transcurrieron seis meses desde el lanzamiento, nosotros acabábamos de ser catapultados por la gravedad de Marte. La nave paró toda actividad y silenció su mecánica para despedir reverencialmente a nuestra madre Tierra y a nuestros seres queridos que habían quedado allí abajo. Un proyector nos ofreció la imagen ampliada de uno de nuestros telescopios. A simple vista, la Tierra era poco más brillante que Marte visto desde la Tierra. Se encontraba en cuarto creciente, sólo la mitad de la izquierda estaba iluminada por el Sol. En la pantalla no se vio entrar al asteroide, sólo su explosión. Por las ventanas nada parecía haber cambiado. La Tierra seguía siendo un bonito punto brillante en el firmamento negro.

«“El Dragón” corrió mejor suerte, los primeros días. La Luna había sido buen escudo y protegió la nave de la gran cantidad de escombros que se habían proyectado a gran velocidad en el momento de la explosión. Sin embargo, la maltrecha Tierra seguía estando allí, frenando esa velocidad con su gravedad y volviéndola a acelerar a medida que recuperaba lo que había sido suyo. Las proyecciones retornaron desde todas las direcciones, sin opción a ser esquivadas. También la más grandiosa civilización de la humanidad se despidió de nosotros mientras sufrían daños hasta que la transmisión se cortó, a la vez que una gran explosión fue captada por nuestro telescopio. Su generador nuclear habría sido dañado.

«La estación espacial resistió la embestida guarecida por el propio planeta, pero siguió inexorablemente la trayectoria de su órbita y, al cabo de dos horas, se encontró bajo la lluvia de microsatélites del asteroide. Una infinidad

«Para entonces, la azulada Tierra de nuestra pantalla se había convertido ya en tumultuosa tormenta de viento marrón y negro y esa disminución de albedo hizo que fuese difícil de discernir a simple vista de su negro telón de fondo. «Solamente nosotros éramos dueños del futuro. O eso creíamos todos en un derroche gratuito de optimismo. «En el año ciento tres tuvimos en la nave un… –Un momento. Cómo que en el año ciento tres. Si te incluyes en la historia, no me cuadra esa cifra. –Bueno, mejor aclaro esto. En las tormentas de ideas, ya a bordo de la nave, sugerí un cambio en la medida del tiempo. En la Tierra los días duraban veinticuatro horas, pero se habían hecho experimentos con los ritmos circadianos de las personas aisladas de la luz solar y del conocimiento horario. Esas personas hacían sus ciclos de vigilia-sueño, pero los periodos se modificaban inconscientemente hacia las veinticinco horas. Propuse que, ya que nos íbamos ver privados de la pauta solar, los días tuviesen una duración de veinticinco horas, Más acordes

Yago García


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a nuestra tendencia natural. Sin embargo, los días, con su nueva duración, ya no tendrían veinticinco horas de las terrestres, sino que se dividirían en diez partes, que también llamaríamos horas. Éstas tendrían diez minutos de diez segundos. Como el nuevo segundo equivaldría a exactamente minuto y medio de los de toda la vida, para periodos más cortos se utilizarían los decisegundos, centisegundos y sucesivos submúltiplos. Hacia arriba, los meses tendrían diez días y los años diez meses o cien días, equivaliendo un año antiguo a unos tres de los nuevos, aproximadamente. Luego, sería lógico hablar de décadas y siglos y milenios. Al principio nos costaría echar la cuenta para convertir al sistema antiguo, como sucedió cuando la Confederación Asiática adoptó la Moneda Virtual Única, pero igual que aquella unificación fue positiva, transcurrido un tiempo, también podría ser positiva mi reforma, que facilitaría el aprendizaje a los niños y el cálculo de la medida del tiempo. Con el nuevo sistema, es inmediato calcular que un año tiene 100 días o 10000 segundos.

Allá donde fuésemos no llevaríamos gérmenes patógenos. Nadie enfermaría jamás de sida, lepra o malaria; un simple resfriado o una gastroenteritis eran algo que sólo conocíamos los Primeros, como nos llamaban los que ya habían nacido en la nave. Pero algo falló.

Continuará...

«La medida fue casi unánimemente bien acogida. Sólo se debatió si pondríamos la cuenta a cero y si sería desde el despegue de la nave o desde el momento de la destrucción de la Tierra. Finalmente se decidió que nuestra civilización nació en el instante del despegue de un planeta vivo. Lo que sucediese con él tras nuestra independencia era cosa de ellos, no formaba ya parte de nuestra Historia. «Un psicólogo, que también había estudiado filología grecorromana, me apodó Cronos, en honor al dios griego del tiempo y terminé por ser más conocido por ese nombre que por Deb. Por eso bromeé al principio con que era ese dios. Obviamente, yo no controlo el tiempo, ni siquiera me estaba permitido tocar ninguno de los tres relojes atómicos de a bordo, sólo diseñé un modo de medirlo. –Entiendo. Continúe, señor Cronos, dios del tiempo. –Pues según contaba, en el año ciento tres, casi treinta años terrestres tras el despegue, tuvimos un desastre a bordo. Un fracaso de uno de nuestros objetivos que con mayor rigor se habían llevado a cabo. Una probabilidad infinitesimal que se hizo realidad, dando al traste con nuestro aparente logro. «La nave había sido meticulosamente desinfectada antes de despegar y nosotros, sometidos a rigurosos exámenes médicos. Hubo mucha gente que fue excluida de la lista por ser portador de alguna enfermedad hereditaria o contagiosa, en caso de que no diese tiempo a curarla definitivamente antes del despegue. Aún así, ya en el espacio, continuamos con un devastador cocktail de tratamientos antibióticos preventivos. Ninguna enfermedad latente o recién contraída y aún no detectada debía dar la cara después. Cada rincón de la nave fue rociado con diversos productos periódicamente y se vaciaban alternativamente las estancias de gente para ser irradiadas con ultravioleta C.

Yago García

EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO. ¿Qué falló? ¿La desinfección? ¿Se refiere Cronos a otra cosa? ¿Qué consecuencias tendrá?

¡LEE LOS CAPÍTULOS ANTERIORES EN WWW.THELUNES.COM!

Ya puedes pedir la novela de Manuel Trigo, “LA ESFERA NEGRA” en tu librería o en la web de Ediciones Absalon.

Link {www.laesferanegra.com}...


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PARA EL WATERCLOCK

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Las Profecías en el Espejo Autor {Daniel Frini }...

E

ntre Maitines y Laudes del dos de julio del Año del Señor de mil quinientos cuarenta y uno, Mosén Miquel bajó a las cavas de la Abadía de Nôtre-Dame d’Orval, cerca de la muy Cristiana Villa de Florenville situada entre los bosques de Watinsart y Houdrée, en busca de una botella del licor fabricado por los monjes cistercienses, para llevárselo al Abad a la Sala Capitular.

El hermano Miquel llevaba sólo una semana de estadía en el Monasterio, por lo que los pasadizos subterráneos le eran desconocidos, y a pesar de las indicaciones recibidas, la luz escasa de las candelas hizo que desviase su rumbo y llegase, sin querer, a las mazmorras, las mismas donde casi cinco siglos antes, Pedro el Ermitaño incitara a Godofredo de Bouillon para marchar a Jerusalén a la Primera Cruzada; y donde, según se dice, estuvo guardado el Grial. Tratando de encontrar el camino, Miquel abrió una vieja puerta de goznes herrumbrosos y entró a una pequeña habitación de no más de dos varas de alto. Allí encontró el espejo. Estaba en el centro de la estancia, tapado con una tela de hilo, muy vieja, que se deshizo al tocarla. Era extraño, más ancho que alto, muy opaco y apenas reflejaba las velas.

Mosén Miquel pasó su mano por el marco, y en cierto instante el espejo cobró vida. Asustado, el monje cayó hacia atrás, sentado contra la pared cercana a la puerta. Allí quedó petrificado, mientras el espejo le mostraba cosas increíbles. Entre vahos de vapor, vio altísimos castillos de vidrio nunca imaginados, carrozas que se movían sin caballos, sendas oscuras y enormes por las que caminaban multitudes con curiosos vestidos; máquinas gigantes que remontaban vuelo como los pájaros; en los mares vio naves sin velas y que no eran de madera. Vio armas que no existían y explosiones gigantes y guerras que desafiaban la imaginación. Vio luces brillantísimas y de colores extraños. Y el espejo le habló en idiomas desconocidos y le hizo escuchar músicas nuevas; le mostró pestes mucho peores que la Peste Negra y enfermedades sin nombre y muertes atroces. Miquel vio barcos flotando fuera de la Tierra, y a la Tierra desde la Luna; y vio que la tierra era redonda. Y conoció el hielo que flota en el mar y animales rarísimos… La sucesión de cosas extraordinarias continuó durante horas. Finalmente Miquel, con una enorme aflicción en el pecho, ya incapaz de soportar lo que veía, tomó una piedra desprendida de la pared de la celda, y la arrojó a las imágenes. El espejo estalló en un fogonazo apagado. Y quedó en el suelo. Mudo. Destruido. Hasta dentro de unos cuatrocientos cincuenta años en el futuro nadie volvería a ver un televisor de pantalla de cristal líquido de cuarenta pulgadas. Mosén Miquel, Miquel de Nôtre-Dame, Nostradamus salió al sol del dos de julio del Año del Señor de mil quinientos cuarenta y uno, en Orval. Su vida había cambiado para siempre. Era ya la hora Tercia.



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PARA LA VUELTA

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Próximas Exposiciones Del 1 al 31 de Octubre Biblioteca Pública Latina - Antonio Mingote c/ Rafael Finat 51, Latina [Madrid]

Un Paseo por la Inopia

Del 1 al 20 de Diciembre Centro Sociocultural Moratalaz c/ Fuente Carrantona 10, Moratalaz [Madrid]

Fotógrafo {Jose Luis Tena}...

Juegos, de “Un paseo por la inopia.”

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N PASEO POR LA INOPIA. Parecía que la inopia le amodorraría, pero se le disparó la diferencia de potencial. En el instante en que las voces interiores se despegaron del todo, el salto de una pieza dio luz a un nuevo puzle.

Encuéntrese los agujeros del bolsillo para dar puerta a sus controles. Concéntrese en la tontería del repertorio clasificador.

Inténtelo. Fíjese en ese trozo de desorden. Apurruñe los ojos como si apretase por otro lado, podrá seguramente restar algo del tramposo efecto que viene haciendo la repetición en su acomodo intelectual.

Recuperen el sentido del juego, el mareíllo del recreo. Y disfrute la inquietud del pulpo en el garaje.

Entrénese más bien en enredar sin objeto con sus mejores musarañas.

Mike D´Aqua. No se deje engañar, la novedad requiere tanto o más enajenamiento que voluntad.


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Más información en: www.enlainopia.es

Simiente, de “Un paseo por la inopia.”

Aldealoe, de “Un paseo por la inopia.”

“Me pasaba las pocas clases a las que asistía en la facultad dibujando en lugar de tomar apuntes, absorto en mi mundo de monigotes, disfrutando de largos paseos por territorios inexplorados. Descubrí que a través del lápiz podía revelar ese mundo al exterior y sentirme muy libre. (¡Tanto estudiar terapia y la tenía entre mis dedos!) Continué garabateando todo lo que tenía a mano. Con la fotografía, el flechazo fue distinto. Descubrí que me gusta congelar momentos de la realidad, momentos que tratan de huir en cada instantánea. Encontré una manera de prolongar experiencias que me hacen feliz. La combinación de ambas cosas llegó por casualidad. Un dibujo, una foto en un mismo lugar y ¡zas!, saltó la chispa que encendería la mecha de mi trabajo. Ninguno de los dibujos que realizo están hechos para una foto en concreto; es el azar quien se encarga de combinarlos. Estas composiciones me gustan porque reflejan la conexión entre lo estático de la fotografía y el dinamismo y calidez de un dibujo que en algunos casos ha sido únicamente un boceto. Siento que mi trabajo es, en realidad, como aquellos paseos que nos damos todos cuando estamos en la inopia, esos que nos hacen soñar dando un toque mágico a nuestras vidas”. Jose Luis Tena.

Irrupción, de “Un paseo por la inopia.”


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Próximas Exposiciones Diciembre de 2010 / Enero de 2011 “Paisajes”, Librería de Mujeres, Santa Cruz de Tenerife

La Belleza a través del paisaje

Marzo de 2011, Santa Cruz de Tenerife “La belleza a través del paisaje”, Círculo de Amistad 12 de Enero

Pintor {Francisco Olivas}...

Primavera.

Verano.

L

A BELLEZA A TRAVÉS DEL PAISAJE. La belleza de la naturaleza mostrada a través de una serie de paisajes vividos, física, intelectual o virtualmente por el autor, que han dejado en él una huella profunda, una carga emocional, una experiencia única. Un lenguaje sugerente y simbólico que, unas veces mediante el realismo, otras mediante la abstracción, intentan plasmar la mirada del hombre sobre la Naturaleza y la eterna contemplación que la propia Naturaleza, a lo largo de los siglos, ha mantenido sobre la evolución humana. El autor pretende compartir con su espectador cómo la belleza de un paisaje nos transfigura, evadiéndonos de la rutina, para permitirnos ver el entorno que nos rodea con una mirada nueva, virgen, como si fuera la primera vez. “La belleza se convierte


PARA LA VUELTA

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número [2] • Lunes 27 de Septiembre de 2010 - www.thelunes.com

Disciplinas artísticas Pintura [acuarela, acrílico y grafito]

Más información en: www.franciscoolivas.es

Otoño.

Invierno.

en un instrumento que puede ayudarnos a encontrar la paz interior que tanto anhelamos en ocasiones y a conseguir desarrollar nuestra sensibilidad y nuestro deseo de superación”. Paisajes de diversa índole, parajes naturales, estaciones del año, puntos de vista, abstracciones de paisajes, configuran un proyecto que busca mostrar la belleza y la esencia de la Naturaleza con la finalidad de proclamar la necesidad de su conservación. Esta es la esencia de la muestra: la Naturaleza como una referencia de equilibrio, como entorno donde el hombre puede integrarse y recrearse, como fuente de vida.


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PARA EL TIEMPO LIBRE

número [2] • Lunes 27 de Septiembre de 2010 - www.thelunes.com

Exit through the Gift Shop

La nueva broma de Banksy

Autora {Laura Rodriguez}...

E

ra de esperar que Banksy no siguiera a pies juntillas las reglas del cine en su primera película. Al menos no las que se esperan en un documental como este, que se presentó el pasado enero en el festival de Sundance. ¿O será que Exit through the Gift Shop no es en realidad un documental? La historia de Thierry Ghetta, un francés californiano obsesionado con rodar en su cámara de video todo lo que encuentra, parece demasiado increíble para ser auténtica y, sin embargo, sabemos que todo está inspirado en la simple realidad. Sus grabaciones de las noches camufladas, cuando los artistas urbanos colocan sus obras en la calle, el precio absurdo de las subastas de arte como Sotheby’s, y hasta la conducta de algunos creadores que arrojan ideas para que otros se ocupen de su producción física, son situaciones a las que estamos acostumbrados hoy en día. Banksy, el grafitero británico que ha revolucionado el mundo del arte y los servicios de limpieza de los ayuntamientos, sólo añade esa ironía escéptica que lo ha convertido en uno de los artistas más admirados por el público. Todo ello sin revelar nunca su identidad. En Exit through the Gift Shop, un tipo que se identifica como el propio Banksy, desde su supuesto estudio, y con una sudadera negra con capucha y voz

distorsionada, nos cuenta la delirante aventura a la que se lanza Thierry tras conocer en Francia a Space Invader, un artista urbano que decora las calles con pequeñas cerámicas del mítico videojuego. Como un monomaniaco, el singular francés comienza una búsqueda absurda y sin límites de otros artistas que se expresan en lugares públicos grabando lo que se convertirá en el documento más extenso de la actividad semi-ilegal del arte callejero. Thierry consigue imágenes de todos los grandes nombres de este movimiento a excepción de un célebre grafitero que aparece en todos los periódicos. Un encuentro casual, sin embargo, remediará esta falta hasta el punto de que Banksy se convierte en su protagonista principal. O al menos quien creemos que es Banksy, pues lo único que vemos de él son sus manos —su cara y su voz siempre permanecen ocultas—. La leyenda de Banksy es extensa y parece increíble en un mundo atestado de carnés de identidad y cámaras de televisión. Sólo en Londres hay más de 10.000 aparatos que filman todos los días los movimientos de las personas en la ciudad, sin contar los edificios que cuentan con sus sistemas de seguridad propios. Pero parece que ninguno de estos dispositivos ha captado ninguna imagen reconocible del controvertido artista, ni siquiera cuando ha colocado su propia obra en el Louvre de Paris, o cuando ha decorado con escenas de playas del Caribe el muro que Israel está construyendo en los territorios de Palestina. En su película, a pesar de las nuevas escenas con el artista, tampoco se muestra mucho más. La identidad de Banksy sigue siendo un misterio. Sus dibujos empezaron a verse en Bristol a principios de los años 90 y han reavivado la técnica del estarcido o esténcil, un método que ya usaban los romanos para decorar sus vasijas basado en plantillas recortadas sobre las que se aplica la pintura. Sin embargo, nadie está seguro si nació en Bristol o algún pueblo de alrededor, si es una persona o todo un colectivo, o tan siquiera si realmente existe. Bansky ha conseguido subvertir los grandes símbolos de nuestra sociedad eligiendo el anonimato frente a la celebridad, o la calle en vez del dinero de las galerías y los marchantes de arte. Ha creado una imagen independiente y burlona que no se ha visto dañada ni cuando sus obras han llegado a alcanzar precios por encima de los 60.000 euros, ni cuando se han vendido con casa incorporada de regalo. Quizá porque asegura que no participa en estas ventas y porque todos necesitamos creer en algún Robin Hood. Exit through the Gift Shop es una mofa, y muy divertida, de un mundo dominado por la publicidad y el dinero. Desde el título, que hace referencia a los carteles que han puesto todos los museos señalando la salida por la tienda de souvenirs, hasta el nombre de su principal protagonista, Mister Brain Wash (Míster Lavado de Cerebro), la película especula sobre los disparates que pueden ocurrir si uno se toma muy en serio lo que tiene de teatral el arte. Banksy vuelve a mostrar que, además de ser perspicaz, es un maestro de la propaganda, y con la misma técnica de relación de imágenes que utilizan los anuncios publicitarios, consigue desmontar sus mensajes enseñándonos el otro lado. Bueno, decimos Banksy o el tipo que aparece hablando con capucha en el supuesto documental. Pues hay quien dice que se trata sólo de un amigo y el verdadero Banksy aparece como un figurante casual de la película. Aunque la verdad es que esto, como el resto de la historia, no podemos confirmarlo.

Foto de Helder Esteves.

Tapas Lounge . El Luca Plaza General Maroto 2, Madrid Tel. 91.473.54.47 www.lucafactory.com



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CUÉNTAME

número [2] • Lunes 27 de Septiembre de 2010 - www.thelunes.com

A los Monstruos les Gustan las Chuches Autora {Claudia Fernanda Zúñiga Trujillo}...

Grrrr ¿Ya está dormido?

—¡¡Shhhh, si sigues haciendo ruido nunca se va a dormir!! —Es

que tengo mucha hambre. Grrrr.- Se quejó la bola peluda escondida en el armario. —Pues

busca en los bolsillos de los abrigos, David siempre se deja en ellos alguna gominola. Y deja de molestar que me duele mucho.

—¡Que asco! Grrrr. Están usadas y llenas de babas. —¡Shhh! Pues es lo que hay.

Había pensado preguntarle a su hermana mayor si le pasaba lo mismo, pero cuando despertaba no recordaba nada. Su hermana sabía muchas cosas, cosas que papá y mamá no sabían: ellos eran grandes y resolvían problemas de grandes, pero habían olvidado cómo solucionar los de pequeños. Después de mucho pensarlo, se armó de valor y corrió al cuarto de su hermana. Estaba tan dormida que le costó despertarla. —¿Qué —Hay —Ah,

pasa enano?

ruidos en mi armario.

los ruidos. Son monstruos.— dijo sonriendo maliciosamente ante la cara de asombro que había puesto su hermano. — Son inofensivos. Es que tienen hambre y quieren chucherías. Lo que tienes que hacer es decirles dónde las guarda mamá, ellos ya se encargarán de ir a por ellas y dejarán de rondar por tu cuarto cogiendo las que se te caen sin querer.

Ilustración: Verónica Alvarez, www.veronicaalvarez.es

Esto era lo que oía David, escondido debajo del edredón, mientras abrazaba a su cocodrilo de peluche. Él era quien lo defendía en las noches en que los monstruos rondaban por ahí. Cuando era más pequeño no se daba cuenta que lo visitaban, su mamá le daba el biberón y ni la sentía salir de su cuarto. Pero ya era un niño grande: sabía contar, los colores en inglés, y también sabía que algunas noches no estaba solo. Se tapaba los oídos y trataba dormir. Mamá se enfadaría si no lo hacía, pero hoy había mucho ruido.


CUÉNTAME

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número [2] • Lunes 27 de Septiembre de 2010 - www.thelunes.com

—Pero se quejan mucho y no me dejan dormir. —Es

porque no se cepillan los dientes y les duelen. Tienes que enseñarles a hacerlo.

—¿Me ayudas? —Son

tus monstruos, yo ya me libré de los míos hace mucho. Ahora déjame dormir.

Temblando pero decidido, David abrió la puerta del armario donde pilló a una bola peluda y a una especie de gusano gordo repartiéndose un regaliz. —¡Debería

darles vergüenza, no me dejan dormir por tratar de robar restos de chucherías! Al ver la cara que pusieron los pobres, David sintió pena por ellos. Eran mucho más pequeños de lo que imaginaba y no causaban ningún miedo.

—Tranquilos,

no voy a haceros nada, pero es que sois muy molestos por el ruido que hacéis.- dijo, sin querer reconocer que también lo asustaban mucho.

—¡Arr!

Lo sentimos pero es el único momento en que nos atrevemos a salir a buscar golosinas. No queremos hacerle daño a nadie. Tememos a la gente y sabemos que no les gustamos: gritan cuando nos ven por lo feos que somos.

Al charlar un poco más con ellos se dio cuenta de que su hermana tenía razón: les dolían los dientes. Afortunadamente, a él, sus padres le daban la lata todos los días para que se cepillara los dientes después de cada comida. Vio que eran buenos y decidió revelarles el escondite de las chuches, pero sólo después de que le prometieron lavarse muy bien los dientes. Les enseñó a cepillarse y les explicó que si no los cuidaban, se les iban a picar y no podrían volver a comer. Los monstruos por su parte le quedaron tan agradecidos, que le ayudaron a recuperar juguetes perdidos en rincones del cuarto que David no podía ni imaginar, pero que ellos alcanzaban con facilidad. Y prometieron no volverlo a molestar nunca. Desde esa noche durmió mucho mejor, perdió el miedo a los monstruos y se sintió feliz por haberlos ayudado. El único problema fue que su madre empezó a quejarse porque su cepillo de dientes se dañaba muy rápido. No le hacía mucha gracia que los monstruos lo cogieran para lavarse los dientes, pero por lo menos así sabía que estaban cumpliendo su promesa.

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