CEREMONIA DE INAUGURACIÓN DEL COLEGIO DE LA GLOBALIZACIÓN. REFLEXIONES SOBRE EL FUTURO Conferencia de ENRIQUE IGLESIAS. Enrique Iglesias es un economista, político y escritor uruguayo. Secretario General de la Secretaría Ibero-Americana, ex Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo BID, (1988-2005), ex Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay (1985-1988) y ex Secretario ejecutivo de la CEPAL (1972-1985). “No estamos en una época de cambios si no en un cambio de época”. La complejidad del momento es de tal proporción que no da para hacer anticipaciones a largo plazo porque el largo plazo ya pasó y el futuro no es lo que era antes. Es difícil entender adonde vamos. Seguramente hacia algún lugar mejor, pero estamos en un proceso de cambio complejo. Hay muchas señales que muestran el cambio. Aun no se ha salido de la enorme crisis económico-financiera del año 2009/10. Europa está con un crecimiento muy bajo, con millones de desocupados. A EEUU le está yendo mejor pero también hay preocupación respecto a como se va a manejar el exceso de liquidez. Japón está luchando. Los economistas, que somos especialistas en atacar la inflación, no tenemos ninguna experiencia con la deflación. Se caen los precios y el mundo no sabe que hacer. Esto nos da la pauta que estamos en crisis, se está manejando pero todavía no se salió del pozo. Dos hechos importantes nos demuestran que el mundo está cambiando : La política de repliegue de EEUU, con respecto a responsabilidades que eran consideradas como permanentes de la democracia americana, como la decisión de no intervenir en Siria, Ucrania o en ciertos conflictos de África del Norte. Esto traduce una decadencia del sistema de Naciones Unidas y del poder de intervención militar que tiene el Consejo de Seguridad. Por otro lado el FMI que fue muy activo, que lograba armar un grupo de referencia rápido y tenía la capacidad de actuar eficazmente, hoy no esta funcionando de la misma manera. Asistimos a un período donde « nobody is in command », ni en lo político, ni en lo financiero. También hay un proceso de cambio en la sociedad. Se trata de una sociedad que, producto de la influencia de la tecnología, vive cada vez más relacionada, más informada, más conectada. En ½ hora se pueden convocar 1000 personas en una plaza. Esto sigue sin decirnos hacia adonde vamos y el horizonte de previsión se nos achica. Sabemos que vamos hacia un nuevo sistema económico. En la Edad Media los grandes movilizadores fueron la agricultura y el comercio. Después vino la industrialización con la revolución industrial. Luego, en los últimos 30 años, la revolución de los servicios.
El futuro tiene que ver con la tecnología. El crecimiento económico está en el conocimiento no tanto en las “manos”. Y los jóvenes, son la generación más privilegiada de la historia en cuanto al acceso que tienen a este conocimiento. La economía va hacia una nueva frontera que va a significar un cambio muy importante en materia de estructuración de la empresa y en la calidad del empleo. En América Latina se han sacado 70 millones de personas de la pobreza en los últimos años, estas personas pasan a formar la categoría intermedia de las clases medias, gente que tiene nuevas aspiraciones, nuevas demandas y éstas se manifiestan en las calles. Ya no salen a reclamar dinero, hoy salen 100000 personas en China para pedir calidad en la educación. Éste es un hecho nuevo, en realidad, lo que están reclamando es ponerse a la altura de la sociedad que viene.
En el plano internacional, estamos asistiendo a la transferencia de poder más grande en la historia del planeta. El mundo occidental está transfiriendo el poder económico al mundo oriental y al sur. Esto significa que vamos a tener que adaptar todas las reglas de la gobernanza mundial en lo económico. Y hacernos cargo de una realidad que no solamente va a significar cambios en la administración económica, si no también en los valores para convivir. Se va a necesitar una gobernanza mundial que sea capaz de conciliar los valores del Occidente con los de Oriente (China, India), y los del Sur. A la juventud de hoy le incumbe la ardua tarea de repensar una nueva “Naciones Unidas”, nuevos organismos financieros internacionales, una nueva regulación financiera y esto forma parte del desafío del futuro.
En América Latina se han atravesado varios modelos: La época “cepalina” o del estado, de industrialización que fue un período hasta los años 60 o 70. La gran época de la crisis de la deuda externa. La época de la apertura ortodoxa cuando se abrió el camino a una política de inserción en el mundo. En los últimos años un ciclo nuevo, (después de haber vivido el ciclo inglés hasta los años 30, luego el ciclo puramente americano), ahora compartimos el ciclo americano con el ciclo chino. He aquí algunos de los logros alcanzados en estos últimos tiempos: Casi todos los países de Latinoamérica han construido democracias. Con sus imperfecciones, no serán la “democracia inglesa” pero tampoco son las dictaduras horrendas de los años 60 y 70. Con autoritarismos más o menos marcados, con gente quedándose en el poder, pero hay una evolución importante en este aspecto. En materia económica, se incrementó la productividad. En la primera década del siglo XXI América Latina empezó a convertirse en un continente importante. Tomó consciencia de su potencial. En términos de alimentos y de energéticos, que se los tiene de todo tipo : petróleo, gas, biomasa, energía eólica. Además de ser una potencia energética es una potencia en materia de mercado. El conjunto representa un mercado de 7 trillones de dólares. También están allí las ¾ partes del agua del mundo, el 50% del cobre, el 70 % de las forestas tropicales y esto se valorizó con el ciclo chino. Se aprendió de los errores de los últimos 40 años en el manejo de la macroeconomía y hoy los países son más sabios en administrar sus políticas económicas.
La banca que hizo desastres en las sociedades del norte, no actuó de la misma manera en América Latina. Fue tal vez una banca mas aburrida pero que no incursionó en grandes especulaciones. La crisis económica no nos golpeó con la misma violencia y nos manejamos bastante bien con alguna que otra excepción. La coyuntura internacional fue favorable: crecimiento de la demanda extranjera por un lado y por otro, resulta que aquí tenemos lo que quieren los 1300 millones de chinos y los 1200 millones de hindúes que son alimentos, energéticos y metales.
Conquistas en la democracia + mejor administración en lo económico + posición privilegiada con respecto al ciclo chino = nueva alternativa del punto de vista del crecimiento económico.
¿Como se ve el futuro? Para evitar que el mundo nos juegue una mala pasada, hay que estar informados y ser consciente que éste está cambiando. El ciclo chino tiene su ritmo, podemos tener sorpresas de un lado o de otro. Para esto ciertas prerrogativas aparecen como indispensables:
1. Llevar una buena gestión macroeconómica. Lo que implica una actitud de gran prudencia y de gran flexibilidad para adaptarse a los cambios que vienen de afuera. Esto quiere decir : cuidar el déficit fiscal, cuidar la apertura de la taza de cambio y tratar de ser atractivo para las inversiones extranjeras. 2. Mejorar el sistema educativo. El recurso humano es EL gran tema hoy en América Latina. Los informes PISA (destinados a medir el nivel de la educación en diferentes países) nos muestran que estamos muy por detrás de los resultados promedio de los países de la OCDE. La educación es el instrumento que nos permitirá, no solamente mejorar el nivel de vida, si no también navegar en este mundo que cambia. Para esto necesitamos gente capacitada, formada y capaz de acompañar la inserción de la región en un mundo globalizado. 3. Potenciar la productividad a través de la innovación y la tecnología, como fuentes de crecimiento. Tenemos los ejemplos positivos de Argentina y Uruguay donde la revolución agropecuaria fue impresionante. Se multiplicó por 5 la producción en 10 o 15 años. No se puede cometer el error que cometieron los países petroleros que pensaron que teniendo petróleo estaba todo resuelto. “Es mejor tener que no tener” decía Cervantes. Pero ya que tenemos: ¡aprovechémoslo! 4. Reformar el estado y fortalecer las instituciones. El estado que hoy tiene América Latina, no es el que necesita el mundo en cambio al que tenemos que insertarnos. La reforma es fundamental, se ha pasado demasiado tiempo discutiendo la relación entre estado, mercado y sociedad. Este triángulo tiene que estar articulado. Necesitamos un sector privado vigoroso, creativo; un estado vigilante que se haga responsable de los sectores sociales y de crear las condiciones de estabilidad y seguridad jurídica para poder invertir y precisamos una sociedad activa que participe de todo eso. 5. Avanzar en el tema de la integración regional. Cuando en el año 1957 el tratado de Roma dio lugar al nacimiento de la Unión Europea, que con todos sus defectos, es un edificio único en la historia de la humanidad. Incluso capaz de crear una moneda propia. En América Latina, nos impactó y quisimos construir lo mismo. Pero América es América y Europa es Europa. De alguna forma en el 1959 se reunieron los gobiernos en Uruguay, inspirados por la CEPAL y por el Dr. Raúl Prebisch para construir un sistema de integración. Fracasaron. Después el Grupo Andino hizo lo mismo con gran esfuerzo y voluntad y fracasó también. El
Mercosur lo soñamos los uruguayos, los argentinos, los brasileros, los paraguayos y estamos ahí. Pero seguimos con la convicción que juntos podremos más que solos. Lo que está haciendo la Alianza del Pacífico es admirable. Estos 4 países (México, Perú, Colombia y Chile) representan la novena potencia del mundo. Hay que desear la integración como un elemento importante sobre el cual asentar el futuro de la región porque representa 600 millones de personas y un mercado de 7 trillones de dólares. Y esto abre perspectivas. Hoy, hay más de 500 empresas multi-latinas que viven bajo esta legislación y sus imperfecciones. Que están invirtiendo en todos los países de América Latina, en EEUU, en China, en España y eso quiere decir que hay un vigor que hay que potenciar. El futuro depende de que el mundo no se nos venga abajo y que tengamos flexibilidad para movernos en él. Para llevar adelante estas transformaciones necesitamos a la política. Políticos informados, educados, con la capacidad de administrar al mundo y sus cambios. Y en este ámbito hay mucho que hacer para innovar los sistemas, las instituciones y los partidos políticos. Y por último, volver a los orígenes de la economía. La economía antes de ser economía científica era ética. Es por eso, que la tasa de interés nunca fue aceptada ni por el Islam ni por el Cristianismo. Tuvo que pasar mucho tiempo para llegar adonde está. En el mundo que vendrá es muy importante mantener ciertos valores fundamentales. No puede ser que para mucha gente la corrupción sea uno de los grandes motores del capitalismo. Porque el capitalismo en su origen no fue un nido de corrupción, si no una convocatoria ética. El “amigo” Adam Smith, fundador de la economía científica antes de ser economista enseñaba ética. En conclusión, los líderes del futuro deberán: estar informados, cualquiera sea la carrera que hayan elegido; priorizar el rol de la política y de alguna manera volver a agregarle a la economía y a la acción social aquellos fundamentos éticos, que nos permitirán sobrevivir y convivir.
Paris, 23 de junio de 2014. Declaraciones recogidas por Verónica Cozzo. Periodista. Actualmente cursando un Máster en Cooperación Internacional en el IHEAL (Institut des Hautes Etudes de l’Amérique Latine) en Paris.