Fundación Tiempo de Juego, diciembre de 2020. Esteban Reyes. Director General. Autores y autoras NICOLÁS GORI Coordinador de proyecto “La Otra Esquina”. Asesor metodológico DANIELA VILLA Coordinadora proyecto “Cambio de Juego”. Asesora Estrategia de Género DAIRON HERRERA Gestor Comunitario JAIME MIELES “Reconciliación Colombia” Edición DIEGO ALEJANDRO RODRÍGUEZ Director de Gestión de Conocimiento e Innovación Diseño ÁLVARO GIL Ilustraciones flaticon.com Agradecimientos ….. Esta cartilla fue publicada gracias a:
INTRODUCCIÓN Desde 2017 en la Fundación Tiempo de Juego desarrollamos acciones de fortalecimiento de habilidades psicosociales, investigación y participación en el Sistema de Responsabilidad Adolescente (SRPA) usando la lúdica, las artes y los deportes. Nuestro compromiso es generar espacios de aprendizaje experienciales para fortalecer las capacidades de quienes participan de los talleres para afrontar el mundo, tomar decisiones, planear la vida y ponerla en marcha. En el trabajo con jóvenes del SRPA hemos abordado también algunas de las necesidades específicas de esta población: hemos encontrado posibilidades de construir narrativas de vida alternas,de generar espacios para el bienestar, para cuestionar y movilizar las maneras en que se establecen relaciones entre jóvenes, con integrantes de sus familias y con otras personas que se encuentran a su alrededor. Hemos podido comprender mejor (a comparación de cuando empezamos) qué
sienten, piensan, saben y construyen algunos jóvenes que han pasado por el sistema, y cómo todo esto ha cambiado a lo largo de sus vidas. Entendemos mejor la relación del delito juvenil con la desigualdad, la exclusión, la pobreza y la falta de oportunidades, y hemos podido ver cómo la experiencia de estas personas jóvenes se transforma en el proceso de cumplimiento de su sanción, egreso, posegreso e inclusión social. En este camino de observar, dialogar, preguntar, aprender y hacer, las artes y las prácticas artísticas han sido una herramienta que cada vez nos sorprende más.Son quizás lo que en nuestra experiencia, junto con el fútbol, ha demostrado mayor potencial para generar movimiento en los grupos de jóvenes con quienes hemos trabajado, pues dinamita nuevas formas de sentir, de pensar y de relacionarse. Las artes son las que nos han llevado a ver un mayor grado de participación (entendida como tomar parte en la toma de decisiones) de ellos y ellas en procesos, propuestas y acciones que les afectan.
No nos referimos a un poder místico del arte, sino a lo que hemos visto, sentido y aprendido de manera concreta. Nos referimos a lo que hemos visto que se puede hacer en nuestro proceso de aprendizaje como fundación. Esta cartilla es una colección de esos aprendizajes, desde los detalles minuciosos de dar un taller, hasta pensarse un proceso; desde cómo nos conectamos con las personas que asisten a los espacios que proponemos hasta cómo podemos hacer para que dejen de ser espacios del adulto, con el saber artístico o psicosocial experto,y que se conviertan en lugares colectivos. Así, nos hemos dado a la tarea de tomar como referencia documentos que hemos escrito, de dialogar sobre lo que los chicos y chicas nos han dicho en talleres y procesos, de conversar con otras personas y experiencias institucionales, de preguntarle a algunos jóvenes sobre sus relaciones con las artes, con el fin de sistematizar y poner a disposición de otros y otras instituciones, docentes, líderes y jóvenes interesados en conocer un poco más sobre experiencias artísticas dentro del SRPA.
Inspirados en el arte musical y en los discos de vinilo, en el texto encontrarán tres apartados. Un lado A que describe, desde la voz de jóvenes que han pasado por el SRPA o que se encuentran en él, qué implica cumplir una sanción y cuáles son sus relaciones con las artes, las prácticas artísticas o los talleres de los que han hecho parte. Un interludio con una ruta metodológica que desarrolla los pasos que hemos construido en la fundación Tiempo de Juego para diseñar y llevar a cabo proyectos artísticos con jóvenes del SRPA. Un lado B que presenta la experiencia de personas adultas, talleristas y profesionales que han trabajado con jóvenes en el SRPA y dos mujeres coordinadoras cuya trayectoria por el sistema les ha permitido aprender extensamente sobre el mismo. Finalmente, contiene actividades ejemplo y pequeñas señas sobre la experiencia del tallerista: qué situaciones se presentan, qué se afronta emocionalmente y cómo se generan soluciones.
LADO A
Letras de: Dairon, Jaime, Daniel, Joeldry
Hemos hablado con muchas personas jóvenes que están en el SRPA a través de los años. Parte de lo que hemos aprendido, está en el texto que hemos escrito en lado B desde nuestra voz y la voz de dos mujeres que han sido subdirectoras del SRPA en ICBF. Sin embargo, el lado A lo constituyen las voces de los jóvenes y un esfuerzo por entender preguntas muy importantes que atraviesan las vivencias: ¿Cómo es la experiencia de estar en el sistema siendo adolescente o joven? ¿Qué es lo que más se recuerda? ¿Qué es lo que queda en el cuerpo y la memoria? ¿Qué es lo que se siente?
“Es como estar abandonado” …Dice Camilo de 18 años quien lleva poco más de dos años privado de la libertad. “Lo más difícil es estar lejos de la familia porque en la calle uno no extraña… siempre puede volver y uno no se preocupa por la familia, se preocupa por la droga, y por parchar con los amigos” …Dice Daniel de 16 años, quien hace ocho meses está privado de la libertad. “Estar privado de la libertad es lo peor que le puede pasar a un ser humano: ver las mismas personas, la rutina, estar a un paso de la calle…. Porque la calle está nomás ahí. No poder ver a la familia…que me manden…”, afirma también Nicolás de 18 años. De manera muy parecida a Nicolás, para Dairon, que hoy tiene 25 años y cumplió su sanción hace cinco años, una de las cosas que ha quedado más presente en su recuerdo es la monotonía: La experiencia de vivir en un CAE, en ocasiones es muy aburrida y muy monótona, ya que cuando yo estuve en este centro se manejaban horarios así:
6:00 am. Levantarnos, hacer la oración del día y el propósito, tender camas, arreglarnos para desayunar y luego arreglar la casa. 8:00 am. Círculo de la mañana donde decíamos el estado de ánimo, propósito del día, oración y reflexión de la misma. Luego salir a hacer deporte. 9:00 am. El deporte era de una 1 hora, donde hacíamos un círculo para hacer la calistenia y luego poder jugar. 10:00 am. Círculo donde se decía cómo nos íbamos del espacio. El educador nos daba las pautas a seguir cuando regresáramos a la casa. Después si alguno tenía tareas terapéuticas, se realizaban mientras los demás se iban arreglando para alistarse a ir al aula. Salíamos a estudiar, nos ubicaban por ciclos. 12:00 pm. Almorzabamos, cepillada y círculo de nuevo. 1:00 pm. En el círculo se hacía la entrada de grupos por cada educador, hablábamos del estado de ánimo con el propósito de ya dicho en la mañana. Luego se hacía la lectura de la carpeta que consistía en leer la evaluación de la semana anterior y los propósitos para la semana que ya iba corriendo. 2:30 pm. Salíamos para el aula. 4:30pm. Regresábamos a la casa y de entrada ya de una vez a colocarnos pijama. Luego esperar que llegarán las 5:30 para poder cenar. teníamos hasta las 6:50 de la noche para hacer ejercicio o poder hablar entre nosotros. A las 6:50 pasábamos a cepillarnos y hacíamos el cierre del día donde se decía si se cumplió el propósito y en qué disposición estábamos para ir a la cama. 7:00 pm. Después de esa hora ya no se podía hablar con nadie porque apagaban luz. Si escuchaban hablar terapiaban... A las 9 el educador le entregaba turno al nocturno, quien nos cuidaba hasta las 6 de la mañana que volvía a recibir el educador que había entregado en la noche, el día arrancaba como el día anterior y en la tarde ya teníamos era taller y se realizaba la misma rutina
Jaime recuerda una rutina incluso más marcada: “Fue un poco estresante, un poco molesto a decir verdad, permanecer todo un día en una sección, sin poder tejer, leer o al menos implementar alguna actividad la cual nos ayudara a desconectar la mente de esa realidad, pudiendo salir solo una hora al patio a hacer deporte. En la 30 con 12, esa hora se pasaba muy rápido” Pero también recuerda la alerta y el miedo: “Era también difícil el poder estar tranquilo, a veces uno no podía comer bien, un medio descuido y te dejaban sin la comida... También tenía miedo en los intentos de evasión que realizaban algunos compañeros ya que después entraban los anti motines con toda la gana del mundo a repartir golpes”. Los sábados o Domingos son días de visita familiar… Dairon lo narra así: “El domingo era el más esperado por todos los del centro porque recibíamos visita, entonces 7 de la mañana hacer aseo, desayuno, luego deporte y antes de las 12 ya teníamos que estar todos en la casa de cada uno arreglándonos y esperando que entrara la familia. Les empiezan a dar entrada a las 2 de la tarde y a las 4 ya empiezan a sacarlas. Durante la visita el educador hace como una charla con todas las familias, las familias pueden entrar mecato pero compran un bono antes de ingresar y en la caseta lo cambian. Luego de que las familias se iban, nos colocábamos la pijama y nos dejaban tener una cosa del mecato hasta la mañana del día lunes. Después de eso no se puede tener nada, si no lo decomisan” Si repasamos las emociones que atraviesan sus narraciones, quizás las más recurrentes son la ansiedad por la rutina, la desesperación, el estrés. Se vincula con la añoranza, la soledad y la tristeza de no poder ir a un lugar, estar con su familia. Las dos horas de visita son lo más esperado, como dice Dairon. El miedo está presente también. La necesidad de estar permanentemente alerta aumenta el estrés y la ansiedad que ya viene con la monotonía de los días que ocurren igual.
En este panorama afirma Dairon: “El arte para los y las que están en estos centros creo que es muy fundamental porque sirve demasiado para uno distraerse y aprender hacer cosas que en ocasiones no vemos interesantes cuando estamos afuera. Aprender hacer cosas con arcilla, en fommy, en carpintería etc. porque siempre uno quiere estar dándole detalles a la familia a la novia, compañera y los hijos… porque aparte que es un detalle, son cosas que van a servir para que ellos vendan o rifen y puedan tener un ingreso. En ocasiones llevaban grupos de hip hop (no sé si se escribe así jajajajja ) pero cuando llevaban ese tipo de cosas era muy chévere porque ese género es el que más se mueve cuando uno está pasando por esa etapa de delinquir y probar sustancias”. Jaime, por su parte explica: “Eran pocos los espacios de arte. A veces había talleres de manualidad, los cuales eran cerámica, carpintería y de pintura. Yo iba al de cerámica, era como pintar porcelanas.” La mayoría de chicos hacían de todo para que los pudieran sacar a los talleres, porque eso servía para desconectarse de la realidad y un poco expresar lo que sentíamos. A esos talleres ninguno faltaba y se respetaban los acuerdos establecidos. Uno les rogaba a los cuchos para que nos sacaran. Uno respetaba mucho esos talleres, porque sabía que cualquier indisciplina le prohibía a uno la entrada y ¡pa fuera! Recuerdo también que, en diferentes temporadas del año, se organizaban unos campeonatos físicos en los cuales competían sección con sección, antes del día de la inauguración cada casa o sección, grupos de aproximadamente 25 chicos debían presentar un desfile, entonces todas las casas hacían coreografías o bailes. También se repartían los equipos correspondiendo a cada habilidad de uno. Yo me acuerdo que en la sección de nosotros sacamos unos títeres reeegrande. Todo repercho lo sacamos muy bonito. Ya hoy repasando un poco mi estadía por el SRPA siento que en las actividades de arte los chinos tenían una actitud muy mela, muy hermosa participativa. Ya que para muchos esos espacios consistían en salir de esa realidad por un momento. Entonces es muy lindo”.
En los centros en donde se cumple privación de libertad. Los espacios artísticos, los talleres proveen la posibilidad de “salir de esa realidad”, esa de la que ya nos hablaron. Quizás romper con la “terapiada”, con la rutina, lo que ocurre siempre en el CAE es una de las claves para desarrollar un proceso exitoso. También conectarse con sus lenguajes, con lo que sienten… Quizás también lo es proponer cosas que faciliten la conexión con aquellos que extrañan, pero también que les permita sentirse útiles, producir valor para sí mismos y para sus familias. También parece ser útil porponerles cosas novedosas que impliquen aprender. Aprender mantiene ocupada la cabeza pero también es una oportunidad de desarrollar habilidades que pueden ser útiles. Joeldry de 18 años dice: “Cuando dibujo se me salen los malos pensamientos de la cabeza”. También Daniel dice que cuando él llegó al sistema no había hecho nada artístico nunca, pero empezó a ver a sus demás compañeros improvisar y una noche él se puso a pensar en su vida y empezó a escribir “Me cambió el estado de ánimo”, dice... Dice que le dio tranquilidad. “Hacer canciones es una oportunidad de cambiar la vida. De expresar lo que uno siente, lo que ha vivido y lo que está viviendo”. Cuando Daniel dice eso, comparte una historia sobre algo que le pasó hace poco. Antes había contado que toda su familia “está en las drogas. Hace unos días, dice, llamé a mi prima y le improvisé algo para hacerla entender. Me dijo que yo tenía razón y se fue a vivir con mi mamá. Con las canciones uno puede cambiar la mentalidad de la gente”, explica. Nicolás dice que la música es lo que le da color a la vida. Dice que le da felicidad, tranquilidad…. “me hace sentir yo”… Como las psicólogas que se guían por la psicología y la gente que es médica se guía por la medicina, lo suyo es la música. Le cambia el estado de ánimo, le hace recordar cosas y recordando se pone triste o feliz dependiendo de la canción y el recuerdo.
Por otro lado, cuando hablamos de utilidad, estamos hablando de muchas cosas, pero una que llama mucho la atención en las narraciones de algunas y algunos es el dinero: Nicolás dice “a mí me gusta mucho la plata. Me gusta tener plata como sea. Uno sin plata no es nada: no come, no duerme…” Joeldry, si bien habla de cómo dibujar le saca los malos pensamientos de la cabeza, también se relaciona con el arte desde la necesidad y el interés de producir dinero. Explica que lo que más le gusta dibujar son retratos porque eso es lo que da plata. Es algo similar a la manera en que Dairon conectaba la posibilidad de hacer objetos, artesanías, etc, con generar ingresos para la familia. Hay otros que piensan en usar la música para hacerse famosos. Pero en general, parece existir una idea de fortalecer habilidades que sirvan para subsistir. Las relaciones de las personas jóvenes del SRPA con las artes son muchas: tramitar emociones, salvarse del tedio, hablar de lo que sienten, compartir lo que han vivido para enseñarle a otras personas, subsistencia, conseguir dinero más allá de la subsistencia, etc. En este complejo escenario, hay que saberse conectar con esas necesidades e intereses. Hemos visto que los lenguajes que aparecen más frecuentemente en lo que ellos y ellas dicen son la música, el dibujo, la construcción de objetos y la danza. En general, está presente de manera muy fuerte el Hip Hop. Son intereses mediados por los contextos en los que han crecido y por las ofertas presentes en los programas del SRPA, por lo que pueden ser útiles para atrapar el interés general, pero si recordamos la necesidad de encontrar propuestas nuevas, también es útil proponer cosas que pongan de cabeza por completo lo que hasta ahora han tenido la oportunidad de conocer.
LADO B
Letras de: Daniela Villa, Nicolás Gori, Alejandro García, Catalina González, María Camila Cuéllar
Experiencias profesionales Para la presente ruta metodológica se recogieron los relatos de múltiples profesionales con experiencias significativas en lo que respecta al arte como una herramienta de transformación, expresión o crecimiento personal. De la síntesis de las experiencias de cuatro de estos profesionales surge el presente texto, que pretende hacer explícitas las características que, según los relatos, traen consigo los programas, iniciativas y experiencias artísticas aplicadas en el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (SRPA). Daniela Villa, psicóloga de la Fundación Tiempo de Juego con maestría en estudios artísticos, coordinadora en múltiples ocasiones del componente psicosocial de los proyectos realizados por TdJ en instituciones del SRPA, hace énfasis en la utilidad que demuestran los procesos artísticos a la hora de abordar las necesidades de las poblaciones pertenecientes a las instituciones del SRPA. En particular, con la aplicación de talleres artísticos, parecen disolverse incomodidades comunes para los que ingresan al sistema, pues no sólo les proporciona otra forma de interactuar con el mundo y los otros, sino que les permite ver su día a día con otros ojos. Como lo menciona Catalina Gonzalez, directora de “En Casa Nuevamente”, institución que acoge a jóvenes del SRPA en su egreso, y psicóloga con maestría en formación psicosocial, hay que tener en cuenta que el arte, haciendo parte fundamental de la vida humana en general, suele tener un lugar en el día a día de todo individuo. En este sentido, es imprescindible que antes de llevar a cabo estos proyectos artísticos se investigue acerca de los intereses artísticos de las poblaciones con las cuales se va
a interactuar, y en particular la presencia (o ausencia) del arte en los diferentes contextos. Esto con el objetivo de generar procesos de expresión artística relevantes para las poblaciones, garantizando un mayor grado de involucramiento y eficiencia. Además, el quehacer artístico, dice Catalina, lleva invariablemente al trabajo reflexivo alrededor de la construcción de la propia persona, y por tanto se configura como una potente herramienta terapéutica. También en este sentido, María Camila Cuellar, ex-subdirectora del SRPA, sostiene que el arte es un mecanismo para alcanzar los enfoques restaurativos y pedagógicos planteados por el sistema de responsabilidad penal. En algunos casos, nos dice, la implementación de programas artísticos resuena tanto con los jóvenes parte del sistema, que modifican su proyecto de vida, adaptándolo a los gustos y talentos que descubren durante dichos proyectos. Para Nicolás Gori, profesional de transferencias metodológicas de la Fundación Tiempo de Juego, pedagogo y músico con amplia experiencia en trabajos con comunidades vulnerables, estas transformaciones son muchas y de considerable importancia, pues permiten una ruptura en las prácticas nocivas de sus participantes. Esta ruptura, que Nicolás simboliza como el cruzar de una frontera, libera a los y las jóvenes de tabúes y prejuicios, dotándolos de espíritu crítico y confianza. Esto, a su vez, les permite avanzar en la construcción de una personalidad propia y auténtica y relaciones interpersonales sólidas. Escuchemos las voces directas de los profesionales en las siguientes letras:
“Al hablar con las personas que viven allí, con los y las jóvenes que se encuentran en esos lugares, entendí que es una experiencia abrumadora: una vida que se repite casi igual todos los días…. Las mismas cosas, la misma gente, las mismas palabras que se escuchan una y otra vez. Una vida que contrasta con la que algunos de ellos y ellas tenían antes: deambular y decidir a dónde se va… cuándo ir y cuándo no, tener cierto control y poder. Muchos dicen que muy rápidamente se dieron cuenta que el encierro no era para ellos o ellas… pues es que no es para nadie.” Letra: Daniela Villa “El arte para generar mayor plasticidad mental en los jóvenes. Cuando pueden narrar su historia a través de un objeto externo, es más fácil proyectar eso que no pueden expresar a través de palabras. Acelera el proceso de elaboración y permite transmitirlo de manera catártica y a través de nuevas narrativas. El arte te flexibiliza mucho, te da oportunidades de crear” Letra: Catalina González
“El arte les permitió a los y las jóvenes del SRPA contar su verdad de manera diferente. Lograron poner sobre la mesa su opinión acerca de las temáticas que realmente les preocupan, democratizar su mensaje utilizando lenguajes que los acercaron a las personas con las que se relacionan cotidianamente.” Letra: Nicolás Gori “El arte cambia en las personas desde la postura corporal hasta su visión de futuro. La postura, que pasa de ser cerrada, aislada, a ser abierta y amable, les permite cambios en la vida tan profundos, que terminan encontrando futuros para su vida que no habían siquiera imaginado antes. (...) Despertamos en jóvenes intereses, y se quedan colgados de la brocha, por decirlo de alguna forma, porque descubren una nueva forma de trabajar, de entender la vida, pero esa relación que crean ellos con las artes, posibilitadas por las organizaciones que generan estas oportunidades, no se desarrollan plenamente. Entonces está muy bien que uno despierte eso, pero lo que uno lamenta es que no se le pueda dar continuidad a esa relación” Letra: Catalina González
“El primer proceso que se hizo, que a mí me parece fundamental, fue un diagnóstico sobre qué era lo que los y las adolescentes y jóvenes querían hacer. En otras palabras, no llegábamos diciendo ‘acá vamos a cantar, acá vamos a pintar’, sino que se hacía un proceso de diagnóstico para determinar qué era lo que los y las jóvenes les interesaba.” Letra: María Camila Cuéllar “Hay días en los que la tristeza y el hartazgo se toman la vida y nadie quiere hacer nada. Hay momentos del año en que es más duro que otros, por ejemplo, diciembre o junio. Hay días, por otro lado, en que quieren hacerlo todo, aprender de todo, están en todas y aparece por todas partes la esperanza. Cuando se logra que vayan desarrollando un proyecto artístico propio, hemos visto que el mundo cambia: se reducen dramáticamente los momentos de depresión y desesperanza, los días en que no quieren hacer nada. Se mueven autónomamente, tienen las cosas preparadas, empiezan a hacerse preguntas, encuentran un lugar y una labor para cada quién, hacen equipo, dejan de lado formas de relacionarse desde la territorialidad y la desconfianza, abriéndole paso a la tolerancia.” Letra: Daniela Villa
“La representación artística les brindó a los y las jóvenes un escenario en el que pudieron mostrarse como seres sensibles. En donde se permitía todo aquello que no está dentro del imaginario colectivo. Estos chicos y chicas tienen la necesidad de presentarse ante la sociedad como personas duras, hostiles, este es un principio de supervivencia para ellos y ellas, sobre todo en el ámbito de la calle. Durante el proceso de creación artística se permitieron llorar, abrazarse, trabajar sobre sus vulnerabilidades y exponer sus tristezas y alegrías ante sus compañeros y compañeras, y ante el público presente el día de la presentación.” Letra: Nicolás Gori
REFERENTES NACIONALES E INTERNACIONALES El arte, entendido como una herramienta de expresión y transformación personal, ha sido utilizado por la humanidad a lo largo de gran parte de su historia. En efecto, esta disciplina tan indiscutiblemente humana nos sirve hoy para entender las historias de personas que vivieron hace miles de años, y que expresan, a través de dibujos, cantos o cuentos, sus perspectivas y sus interpretaciones de lo que significa lo que viven a su alrededor. El arte nos ha dejado oír e interactuar con personas y grupos de personas de las más diversas naturalezas y opiniones. Pensemos, por ejemplo, en “La Vida del Lazarillo de Tormes”, un libro que fue publicado de manera anónima (a mediados de siglo XVI), debido a la delicadeza de sus contenidos, y que fueron prohibidos por la inquisición. En esta obra artística podemos observar una perspectiva que, sin duda, estaba en conflicto con la ley en su época, y que sin embargo se considera hoy la génesis de un género completo: la novela picaresca. La importancia que ha tenido el arte, por tanto, para conocer los puntos de vista de aquellas personas que no tienen acceso al discurso público o se encuentran aislados de su comunidad, ya sea por la diferencia de sus pensamientos, sus acciones pasadas o sus particularidades psicológicas, ha sido no sólo importante, sino imprescindible. Hoy en día, múltiples iniciativas pretenden darle voz a individuos en conflicto con la ley y la sociedad a través
de la expresión artística y la creación poética. A continuación presentaremos una estrecha selección de proyectos, tanto internacionales como nacionales, que consideramos referentes en lo que respecta a este último objetivo. Vale anotar, sin embargo, que esta selección no pretende ser exhaustiva, sino tan sólo exponer algunos ejemplos de la aplicación del arte como herramienta de expresión y transformación que consideramos valiosos por unas u otras razones. Arte y Cultura en Prisión - Programa cultural europeo. Un primer y gran ejemplo puede verse en el programa cultural europeo “Arte y Cultura en Prisión”, en el que participan una multiplicidad de países de ese continente, como Alemania, Italia, España, Inglaterra y Francia, entre otros. Este programa basa sus acciones en la premisa de que “el arte y la cultura no pueden considerarse como meros visitantes dentro de los muros de una prisión” (FGM, 2012). Al contrario, el arte y la cultura -sostienen- debe hacer parte integral de los procesos carcelarios, garantizando así no sólo un proceso de desarrollo personal, sino también el bienestar de la comunidad carcelaria en general. Este programa, que inició su desarrollo en 2007, ha acumulado ya múltiples años de experiencias y aprendizajes que son importantes avances en el campo del Arte para la Transformación.
Incarceration Nations Network (INN) - Red Global
Colectivo Mario Grande - Iniciativa Nacional
La INN es una red global que busca apoyar y popularizar proyectos innovadores de reforma a las cárceles e instituciones carcelarias del mundo. En particular, la INN busca llamar la atención sobre problemas importantes relacionados con las poblaciones en conflicto con la ley, la dificultad que tienen para repensar o perseguir sus proyectos de vida; la necesidad y el derecho de estas poblaciones de poder expresarse y desarrollar su personalidad. Estos son algunos de los temas que tocan estas mismas poblaciones al escribir, como parte del proyecto “Writing on the Wall”.
En su proyecto “Modelo Estéreo” la creación, producción e interpretación musical por parte de personas en conflicto con la ley es protagonista. Este colectivo busca hacer posible el sueño artístico de muchos que lo han visto truncarse, ya sea por decisiones personales, ya por circunstancias del contexto. Como fue expresado por Natalia Otero en su artículo “Entre patio y patio con Mario Grande”, publicado en Vice:
Siendo la INN una red global, sus proyectos e iniciativas son muchas y variadas. Desde productos audiovisuales expuestos a través de INN.TV, hasta iniciativas locales como exposiciones artísticas y subastas de obras creadas por las personas institucionalizadas.
“Sobre la marcha y sin guión, con la cámara al hombro, Mario Grande ha extraído de la memoria de los músicos de la cárcel Modelo los olores de las frutas más jugosas de sus regiones; los recuerdos de los paisajes en donde crecieron; las comidas que más extrañan; la imagen de un hijo que juega en el parque un domingo, y los amores que dejaron fuera, y que a muchos de ellos, como alguna vez cantó Lisandro Meza, olvidaron y engañaron, por andar ahí entre rejas.”
Fundación Acción Interna La Fundación Acción Interna, fundada por la actriz Johanna Bahamon, es un ejemplo claro de lo evidente que puede hacer el arte para mejorar las condiciones de vida de las personas en conflicto con la ley. Creada en un principio como una academia de teatro para las mujeres internadas en instituciones carcelarias, sus efectos han sido tan positivos, que ha gozado de un crecimiento significativo. En particular el programa Arte Interno beneficia hoy en día a más de 20 mil personas, e incluye programas de teatro, artes plásticas, danza y música.
Laboratorios de formación para la creación artística menores infractores de la ley - Programa del SRPA Entendiendo la creación artística como un derecho, ya en el 2016 se habían instaurado en varios Centros de Atención Especializada programas de investigación, creación y democracia artística, que buscaban garantizar el derecho al desarrollo personal y las experiencias de encuentro con el otro, como parte integral de la vida humana. Estos laboratorios nacieron en el Centro El Buen Pastor en Cali, pero pronto se ampliaron a otras regiones del país, permitiendo a sus participantes expresar, interiorizar y entender su relación con lo comunitario. Los laboratorios, al igual que el resto de las referencias mencionadas en la presente cartilla, demuestran que el arte puede ser mucho más que una actividad pasajera, llegando a potenciar capacidades personales, cambiar paradigmas comunitarios y transformar la forma en la que significamos a las personas que se encuentran en conflicto con las leyes o la sociedad.
METODOLOGÍA TDJ En la Fundación Tiempo de Juego “utilizamos el juego como herramienta de transformación comunitaria, para promover capacidades de niños, niñas y jóvenes, inspirándolos a ser agentes de cambio”. A esta propuesta la hemos denominado Empoderamiento Lúdico Comunitario, una propuesta pedagógica diseñada después de 13 años de trabajo permanente en Altos de Cazucá (municipio de Soacha), 5 años en Santa Marta (Magdalena), 4 años en Timbiquí (Cauca) y más de 6 ejercicios de construcción comunitaria en diferentes lugares de Colombia. Teniendo una mirada amplia, podemos entender que el significado y relevancia del juego trasciende el estereotipo que lo limita a una etapa del desarrollo infantil y nos permite ubicarlo con propiedad en el terreno de la lúdica, valorando las múltiples posibilidades que posee para dinamizar procesos de empoderamiento individual y colectivo. La lúdica, entendida como la dimensión del desarrollo humano que nos permite vincularnos significativamente con el mundo, vivenciar el gusto y el disfrute, y
activar al ser curioso que todos poseemos, facilita la adquisición de diversas capacidades humanas: habilidades psicosociales, saberes técnicos de diferentes disciplinas y competencias pedagógicas. La Metodología Convivencial Tiempo de Juego presenta una secuencia pedagógica que permite combinar el fortalecimiento de habilidades psicosociales, el aprendizaje técnico de diferentes disciplinas, desarrollo de liderazgo y habilidades socioemocionales. De este modo, planteamos 3 momentos en los espacios de formación, basados en, la participación equitativa, el establecimiento de acuerdos, el desarrollo de liderazgo, y la evaluación conjunta. Gracias a esta metodología, los actores de cambio, docentes, talleristas o facilitadores ejecutan y evalúan sus sesiones y espacios de participación. Como vimos a nivel práctico en el desplegable central de la cartilla, presentamos a continuación un resumen metodológico para cerrar con ideas concretas para promover el arte y la lúdica en los procesos de transformación social con jóvenes.
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En el primer momento se busca activar la mente y el cuerpo, garantizando que las personas tengan la suficiente motivación para vivir una experiencia y que ésta genere un aprendizaje significativo. El juego vincula, divierte, enseña y garantiza la atención trayendo a los participantes al presente. En este paso, tras la bienvenida, se propone una actividad lúdica que permita vivenciar y reflexionar los contenidos psicosociales a trabajar. La actividad lúdica es una dinámica tipo juego o taller introductorio relacionado con el contenido psicosocial. De acuerdo con el tema psicosocial abordado, se plantea que los mismos participantes sugieran la forma en que ese tema psicosocial puede aplicarse a la actividad. Estas sugerencias, se transforman en acuerdos de convivencia que se deben reflejar durante el desarrollo de cada actividad. Los participantes también pueden hacer acuerdos adicionales en relación con las reglas técnicas del deporte que se practicará, de manera que resulten acuerdos de convivencia psicosociales y técnicos. Como acuerdos técnicos se entienden los criterios prácticos como el manejo del tiempo, el espacio o los materiales. Los acuerdos convivenciales se refieren a los comportamientos idóneos para que el espacio de formación se desarrolle adecuadamente.
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En el segundo momento se busca cualificar los conocimientos técnicos artísticos, reconociendo los presaberes de cada participante. En Tiempo de Juego creemos que el conocimiento se construye colectivamente, entre más nos relacionamos con otros, más experiencias enriquecen nuestros saberes. En este paso se desarrollan todos los contenidos técnicos planeados para el taller. El tipo de líder que se fomenta en Tiempo de Juego es activo, propositivo, asertivo y creativo. Esta es la oportunidad de incentivar el liderazgo eligiendo al monitor, quien participará activamente y será el encargado de hacer seguimiento de los acuerdos durante el resto de actividad. El concepto central de esta última fase del primer momento es la educación entre pares.
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En el tercer momento se busca cerrar el encuentro, sintetizando y reflexionando sobre lo vivido. Esta fase es crucial pues permite evidenciar y expresar lo aprendido por los participantes a nivel técnico y psicosocial, es decir, cómo se relaciona lo que experimentaron en el taller con sus propias vidas.