Revista Tierra Firme Nº6

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6 CoNejo de Redacci6~a; . Arístides Medina Rubio, Pedro CalzadUJa, E!ías Pino ltwrieta, Gennán Cardozo G., Carlos Viso C., Nelson Puecles'Hucms y Rugo CuteJlanos. ~en ellftterior del Pala:

José SaJazar L, (Carúpan.o), José Ramúez N., (Cumaná), Moisés Morón, (Maturín), Aracely:\ .Morales. (Barcelona), David Femández, (Guarenas), Pablo Emilio Hartado. (Maracay), Marcos Sáncb" E., (San Carlos), Lwsa ltodri¡uez, (BarqilisimetoJ, Lisbella Paez '(San Felipe), Luis García Mutler, (Barinu), Alí Lópcz, (Mérida), Diana Ren¡ifo, (Trujülo), Rutllio Ortega, (Maracaibo), Manuel Feo La Cruz h., (Valencia), José CaJna. caro Cuicas (Acarigua), Maria ele Lourdes Ron (Ciudad Bolívar}, Mlf&IY Varillas (Los Teques), Luis Barrios (Tucupita), Jesús Acosta, (El Tigre}, Juan Rodnguez, (Porlamu), Emi¡dio Barrios, (La Gu~ra), Neny O. de Parra, (Cabimas), Luis BeUorín, (Puerto Ordaz).

Conespouale$ en ol Extrutjeto: Antonio Scocozza, (Nápoles), Víctor Alvarcz, (MedeUín, Colombia), Caamen Cutafteda, (Guadalara, México), Max Ze~sld. (Rostok, R. n. A.), Hennes Tovar Pinzón. (Bogotá), José Kobayashi (Tokio), Edit Córdova, (Bourdeaux), Malcom Daes (Oxford), José A. Espinosa, {Panamá), Paúl R. Araru"bar, (La Paz), Man:elo Cannagui (Turin). Arte: Jucar ~011

SUMAIUO

ABRIL·JVNIO 1984

y otn. 'ftll' América • • • • • • " • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Artículot: MANUEL RODRIGUEZ CAMPOS: Veaezuela RepúbUca. Loa Primen~~ 1'11011. STEVE ELNER: Tencloacia rec:ieatesala izquierda veaezolau atraril de ánco referencial • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • MARUJA TABORDA DE CEDE!ifO Y OTROS: Para ua m<Mlelo cwrlcuJude illterd.isdptiMridad eJI 1M Cie.Ddas Sc>c:ialea • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • ANTONIO SCOCOZZA: La Ci.eDcia Polttica eatn Teoría e Hiltoria ••••••

RUTILIO ORTEGA G.: Historia Nacional e Historia ltetlfonal •••••••••• Sueltos: . Alejandro Mendlble Z.: ~: ..La &nolucióa clel64" veiDa Ulol después •• Pedro P. Unarez: La Ve:p del PueblO Viejo•••••••••••••••••••• ~ El Cuarto Coloquio de Hiltoria lleJkmll, en Mancaibo • • • • • • • • • • • • • • Coutitudóe del Capítulo Veaezolafto de la Aloc:iaei61l ele ltiatoriadol'el de América LatiDa y el Cuft»e (ADHILAC) • • ~ ••• ~ • ~ • • • • • • • • • • • • • •

Reee.la ele Ub.101: Pedro Cunil·G.; La América .bcliu. Barcel~a, Ariel, 1981, por Dllvid Ruiz Germán Carrera D.; Sim6o Bolf11U, Eacritol F-.meataleL Caracas, Monte Avila. 1982, por Hayclé Miranda ••..•.••......••.•..••••.•. Andrés Sesbín (Comp.) Geopotftlea de lu Relaciones ele VesteZUela coa el. Caribe. Caracas, Fondo Editorial ASOVAC, 1983, por Jutián Rodríguez ••.• Dit. de Planificación y PJomoción (Universiclal de Carabobo): l'laalue, V cía, juUo-diciembre 1983, por El¡or DeportdfO •••••••••••••• • • .; •. ~por David Ruiz Ch., •••••.••• ~.~· ••..•••••.•• .t' ~.;.- •• •

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146/TUm.R\.Fll~lE-------------------

revista de historia y ciencias sociales Calle lngtoniuia, Qta. Anaquín, Planta Alta. Los Chquaramos, CaraciS Apartado Pustal 4 7.687, Caracas 1041-A Tetéronos: 662-1983 Depósito Lepl pp-83.0016 SUSCRIPCIONES Correo Aéreo Un año, euatro números: Venezuela, suscripción normal suscripción de apoyo Extranjero América Latina USA,EU:ropa y otros Contlnt>ntes

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A LA VENTA EN LAS SIGUIENTES LIBRERIAS: Caracas Libreda Divulgilc::i6n. Centro Comercial Los Chaguaramos Librería Suma, Calle Real de Seb8na Grande No. 90. Librar fa Foro, Gradillas a Sociedecl. Librar la Cruz del Sur, Calle El Colegio, Sat:lena Grande. Librada Lectura, Centro Comercial Chacafto. Librería Historia, Monje a Padre Sierra, No. 6. Librar(a Cuhural Venezolana, Santa Capilla a Mijares. Librería Kuai-Ma.-e, Pasaje Rfo Orinoco. Librerla Kuai~are, Edif. Fundac:omún, frente al cine Broadway,Chacaito. Libr.-la Kuai·Mare, Centro Comercial Coche. Librería Kuai-Mare, Aeropuerto de Maiquetía. salida de vuelos nacionales. Librerla Kuai -Mare, Edif. Ramie, E,quin. de Carmelitas. ' ' Ubrerla A. C. U .. Pasillo de Ingeniería (U. c. V .l. Libt:erla Oliveros, Escuela de Administración (U. C. V .l. librería Al fredo Moreno, (U. C. V .1. Librería Escuela de Educaci6:1 (U. C. V .l. Libreria Pedagógico l 1cr. piso, Edificio Central). Kiosko Esperanza. Ave. Páez (Frente al Peda~lcol. Librerí11 Mooserrat, Ct."fltro Comercial Los Chaguaramos. P.P. librerla C.O.P.S,U., U. C. A. B. Fondo Editorial " Lola Futlmnavor", U. S. M. Librería El Gusano dt! ·Lul'. Parquu Carabobo. Librer ía Cantaclaro, Esquina dt! Albañales, Libreria dc~l Atenoo de Catacas. Plaza MOfelos.

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librería Universitaria Cumaná: librer la de la ~niversídad, U. _ D·2;

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Dib~a~o hecho por Ú11a presa política de VIlla Devoto (Argentma).

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Y otra vez América .

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Hace cuarenta aflos cuando la Segu_nda Guerra Mundial apuntaba a su fm> América Latina -nuestra América- vivía el auge de los movimientos populates y democráticos contra las dictadutai ;y las oligarquías. Er3Jl· tiempos de expectativas humanizan tes, derivadas de la lucha contra el nazi-fascismo y por la justicia social.. Al principio, Guatemala y Argentina marcaron el rumbo hacia empresas nacionalistas, hacia acciones sindicales y hacia ~jerci~ios masivos del sufragio. Sin embargo, la radicalización de su nacionídj5mo, así como la defonnación de su populismo sufrieron pronto las derrotas que todos. conocemos y que las condujo de nuevo hacia las autocracias. · Hoy después de intensas y contradictorias experiencias .-que van de Fidel Castro a Jorge Videla, de Eduardo Frei a Juan Velazco Alvarado, y de Anastasia Somoza hijo a Salvador All~ride, ·Ernesto Ché Guevara, Augusto Pinochet y Juan Bosch- lapoUtica y la vida latinoamericana vuelve a orientarse en términoS. democráticos. Conservando cada uno sus métodos y matices, los mOdelos recientes, parecen sintetizarse en "Argentina Radicar• y "Nicaragua Sandinista,. En ambos casos, el pueblo registra :niveles -desde luego desiguales- de participación crítica. El alcance y la profundidad de estos procesos dependerá, en parte, del modo como se organice dicho pueblo PIP'8 enfrentar la acción regresiva de factores internos e internacionales,: siempre dispuestos a detener el progreso social. . . • · El sesgo democrático y popular de esta década, a cuarenta anos del reordenamiento iniciado en América Latina después de la Se· gunda Guerra, abre una auspicioS& etapa reorientadora de nuestro ·rumbo. La experiencia acumulada puede junto con el esfuerzo colectivo contribuir a la sostenida profundización de su acento. ¿Será posible arraigado. como irreversible saldo histórico? · ~·

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La redaccióR-· .1,.


lfiO / TIERit \ FllüiE _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Venezuela República, los primeros pasos Manuel Rodríguez Campos

Introducción Dentro del contexto colonial iberoamericano que tuvo por escenario los primeros años d el siglo XIX, visionarios de la nobleza criolla querrían sacar provecho de circunstancias políticas favo rabl es a sus designios (*) y, cobijados bajo la definición republicana, reivindicarían frente al poder metropolitano y ante el mund o en tero, la plena soberanía de los te rritorios cuyo control se arrogaban. Debido a que no fu e total el respaldo ofrecido p or los pobladores de la colonia , los fundadores se verían fo rzados a tomar el camino de la guerra para sostener la república surgida de las ideas políticas que profesaban y al fina l, triunfantes, quedaría en sus manos el destino de un pueblo. Aquellos patricios que sobrevivieron a las distintas alternativas de la confrontación ahora e n cond iciones de líderes civiles, habrían 4ue dar forma concreta a la república y, en decisiones simultáneas a la organización política de la nueva entidad, superar ingentes problemas generados por la guerra. (• ) En líneas generales, se tuta de los sucesos europeos de 1808 y el proceso subsiguiente, que comportaron la abdicación de Carlos IV y Fernando VIl a la Corona Española en favor de Napoleón Bonaparte y la ascensión de su hermano J osé a esa monarqu la. El rechazo con que fue recibido el usurpador por el pueblo español y la constitución de las Juntas de Gobierno de Sevilla y Aranjuez se pueden tomar como antecedentes propiciadores de acciones americanas que perseguían la independencia de las colonias. La presente monografía no se ocuparfl de aquellos acontecimientos, ni de las guerras de emancipación que les siguieron, s.ino de un problema muy singular que tal vez sólo podía darse en el cuadro de una república independiente nacida de la descomposición colonial. Por tal razón, esta nota no tiene más que <;arácter referencial.


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RESUMEN de la VIDA l\11U1AR Y POLiliCA del General

JOSE A TO 10 l~EZ


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u.~~---~----------------~------~-Bn un cuadro como el descrito 'nació la república de Vene- · zuo1ay·entre· 1810 y 1830. Desde 1921 fue hore, gracias al readtado de la batalla de Canbobo, mediante la cual quedó abátido· para siempre el poderío espaftol en su~lo venezolano. .Esa libertad evolucionó hacia la constitución de Colombia y se mantuvo hasta que dio lugar al gentilicio actual con el fracaso de aquella unión de repOblicu, en 1830. Desde este aflo quienes dirigieran a Venezuela no pOdían ser oficiantes de una alquimia política, fuese . ésta de gabinetes o campamentos nl.ilitares, sino los artífices de la república md. los conductores y organizadores de una vida social específica, con problemas muy concretos que atender, para cuyas soluciones era necesario proveer las medidas pertinentes. Podría ·pensarse que el Estado independiente creado por ~uettos conductores a expensas de la disgregación de la Gran Colombia, tuvo la posibilidad de superar en breve plazo las dificultades materiales que encontró. Para ello contaba con el entusiasmo de sus fundado~ y un suelo·rico en recunos naturales sobre el cual la voluntad hecha acción se convertiría en fecunda obra transformadora. Pero complejas razones cuyas ·raices están más allá de 1830 detenninaron una moratoria del quehacer fundamental. El Estado subsistió como tal, a ·través de soluciones administrativas parciales, errores y omisiones; de angustias económicas y flSCales,: civiles y militares; t~ndiendo . a consolidarse sobre· una base .institucional de solidez dudosa.

Secuelas de la Guerra

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Al comenzar la segunda década del siglo XIX los venezolanos se fueron a la guerra por la independencia. El 19 de Abril de 181 O distinguidos miembros de la · sociedad colonial forzaron áJ. Capitán General, don Vicente de Emparan, a renunciar al mando y constituyeron una Junta Suprema Defensora de los Derechos de Fernando VII, para gobernar en su nombre mien-tras éste recuperaba el poder en Espafta. Al inenos esa fue la u¡umentación de fondo sostenida por la Junta basta que, de una parte gracias al producto de sus propias discusiones y de otra~ a la dinámica de los acontecimientos, ya venez-olanos, ya peninsulares, aquellos patricios se vieron forzados a r.nodifi· car las penpectivas iniciales. Las acciones resueltas por..la Junta, las conspiraciones a que debió hacer frent~ y las posturas pro~ sivainente fuertes que hubo ~e asumir, unidas a las presiones


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ejercidas sobre sus integrantes por personas más radicales aP."Upadas en la Sociedad Patriótica, determinuon un rumbo distinto ea Ja defmición' política de la colonia, más avanzado que las d~ cJaraciones iniciales y contrario a todo cuanto representara el orden colonial. En efecto, el S de Julio de 1811 un congreso reunido en Caracas declaró la independencia de las provincias integrantes de aquella capitanfa general, adoptado la forma de república federativa. En su gran mayoría,· quienes entonces se pronunciaron por la independencia absoluta creyeron de buena fe en la justeza de su decisión; tanto, que consideraron suficiente el acto político rubricado por ellos para consagrar el nacimiento de la nueva república. Sin embargo, muchos súbditos se mantuvieron leales a la Corona, constituyendo grupos que expresaron de diversas maneras su lealtad al orden antorior. Este ·rechazo expreso a la opción separatista fue creciendo en intensidad hasta que en algunos núcleos adquirió caracteres violentos; de allí en adelante el problema derivó hacia una situación en la cual a los partidarios de .la independencia les resultó inevitable diferir los planes organizativos del naciente Estado, pues fue preciso cambiar los preparativos legales por los aprestos bélicos. Ese Estado necesitó imponerse frente a la disidencia; y esta necesidad engendró la guerra (1). Después de muchas alternativas, de vueltas y revueltas en las que la independencia se iba y volvía con Jas derrotas y 105 triunfos, luego de sufrir crueles represalias aplicadas por ambOs bandos beligerantes, la repllblica venció en 1821 ; pero se d~ sangró en la lucha. Fueron once aftos de retroceso económico, de pérdidas irreparables que por largo tiempo arrastrarían sobre el pafs una dura carga de estrechez para pocos de sus hijos -los que pudieron obtener algunas ventajas o conservaron las que t~ nfan antes de Ja guerra- y de miserias para la mayoría. En esas condiciones iniciamos nuestra vida soberana, ascr ciados a la patria mayor que El Libertador Simón Bolívar hizo Uamar Colombia; y cuando en 1830 ocurrió el desrnembramien· · to de esta, a resultas del cual Vel!ezuela consagró su actual es(1)

Fue una Guerra Civil hasta 181S, afio en que el mariscal de campo Pablo Morillo desembuc6 en territorio venezolano al mando de un ej6rcito español. Huta ese momento hubo mú venezollnos del lado realista· que eapaAoJ4;s del republfcano. c/f. · Laure.mo VaD.enilla . 1.8nz, Ce.,.;,mo Dem-.cnittco, pp. 11 y lit&:


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tMmEitK.\fiJlOlli.-·· _ _ _,.;.___ _ _..,....._ _ _ _ _ _ _...;... tado de. rep1!lblioa ,independiente, era lógico que todavía .~friera ' las consecuencias de . mediano y largo plazo· causadas por la guerra. A pesar de que esta contienda se había defmido nueve aftos antes, dos factores de sustancial importancia mantenían en espera el proceso de recuperación consecuente con el período de paz que debió. seguir a Ja victoria. Uno de esos factores estuvo dado. por la marcha de las armas republicanas hacia otras tierras, para seguir combatiendo por la libertad de los pueblos hermanos enfrentados al dominio espaftol. El otro lo representó la difícil organiza(:ión del poder político en manos de los nuevos gobernantes y la oligarquía que los rodeó, molestos por varias causas, entre ellas la radicación de los poderes centrales de la unión colombina en Nueva Granada y no en Venezuela. Aunque la aseveración anterior con respecto a las consecuen· cias de la guerra y su aftadido explicativo pudieran invitar a segujr el curso de aquellas peripecias hasta 1830. ello no está contemplado en los propósitos del presente trabajo: tampoco intentamos ahora determinar si Jos males post-bélicos persistieron con toda la intensidad inicial, se acentuaron o por alguna razón sus plazos de incidencia fueron acortados; y muchos menos. así los d~o~mos por ciertos, la fundamentación de semejantes fenómenos. Sólo se. pretende constatar, para los fines del interés concerniente a los objetivos centrales de nuestro te.ma. que a la fecha indicada constituían problemas ~Jgunos de penosa gravitación sobre la economía venezolana- de imperioso acometimiento para todos los organismos de la administración nacional, tanto públicos como privados. &cases de Población En opinión de muchos autores, fue la emancipación venezolana, de entre todos los procesos similares realizados por tus colonias espaftolas en Suramérica, la que pagó mayor tributo en vidas humanas. Venezuela no sólo asumió su propia lucha, sino que ofrendó muchos hombres al participar en las contiendas de cuyos result.ados surgiero" las repúblicas de Nueva Granada (hoy Colombia y Panamá), Ecuador, Perú y Bolivia. El Libertador concebía la ruptura de los lazos coloniales como un problema de . magnitud continental; por esta razón, seg(in sus planes, el primer movimiento triunfante debía marchar de inm¿diato en auxiliQ de tos demás; y asf, cada país liberado emplearía sus fuerzas aiH


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donde fuesen requeridas, . hasta expulsar ev•p<Ydeii'd' espa!iol del continente. El desempefto solidario que esto signif.ttó, condujo al ejército venezolano a tremolar el pabellón tricolor por los países andinos hasta Lima, regando c~n su sangre un largo y doloroso recl'ltrido de la libertad americana. · En los a.ftos inmediatos a las fechas del proceso ·aquí narrado, se hicieron varias estimaciones de la población venezolana, que arrojaron las siguientes cifras: · Autores . Pob. Estimada (2)'Anos 1800 Alejandro de·Humboldt ·. 780.000 1802 Deporis 728.000 1807 . Dauxion Lavaysse · · · ·· 975.972 · 1810 Hall 825:000 181 O Dr. José Manuel Restrepo 800.000 181 O Alejandro de Humboldt . 802.1 O1 1816 José Domingo Díaz .758.259 1825 Dr. José Manuel Restrepo · 659.633 1835 Coronel Agustín Codazzi · 701.633 A1go no se puede ocultar -de los datos anteriores: · son estimaciones y; como tales, pudieran estar deformadas por · considerables márgenes de error. Sin embargo, las de Humboldt y Depons, aunque discordantes en unos cuantos miles de personas y por dos anos de diferencia, nos parecen una base más o menos aceptable para presumir que respectivamente las- t..>stimaciones de Hall y Restrepo en 1810 son un tanto conservadores y por consiguiente, las más confiables. Por eso, y a propósito de cuanto más .adelante se comentará en torno a la cúestión, es conveniente desechar las de Lavaysse, pues contradicen a los dos autores antes nombrados y hasta niegan una eventuaf tendencia de crecimiento alterada por la guerra, que buenamente podría verse en la secuencia Hu~boldt-Depons--Hall-Restrepo; Luego aparecen Jos resultados de un censo realizado en 1838, con 887.168 habitantes, (3) el que dista bastante de ofrecer razonable certeza respecto· de su exactitud; pero no l>arece alterar en nada las estimaciones relativas a 181 O, a-fio del cual podríamos tomar la más bétia para compararla con cualquiera deJas siguientes (1816, 1825, 1835). Esta comparación. aún manteniendo todas. las reservas del caso, evidencia que la población venezolana .decreció considerablemente en .el tránsito de la guerra. No ha(2) (3)

Man~l Landaeta Rota.lea, G1Vln Recopilcttción geopdfica, eztadíztica e ltut6ric. de Venezuel4; t. 1, 128. · /b{dem.

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1&6/TnrnRA~------------------------------------bía aum·e ntado' pata··l 82S ni siquiera con un saldoexi.gQo de ere-· cimiento vegetativo (advirtiendo qlie de producirse tal incremento, para los afias inmediatos de post-guerra habría sido de población infantil o muy joven). Lo que e.s peor; según las cifras de Restrepo, habríamos perdido cerca de 140.000 habitantes entre l8l0y 1825. La escasez de población planteaba . una grave dificultad, especialmente para un país llgro-pecuario como era Venezuela en aquello$ tiempos. Contar con buena disponibilidad de mano de obra aseguraba· un crecbniento de la producción y en consecuencia :propiciaría una aceptable situación económica. Constantemente la prensa de 'caracas emplazaba a los poderes públicos a enfrentar esta necesidad. Notas como la que se puede leer de inmediato·fueron frecuentes en los periódicos: . . •En· el preaente mo oomo en Jos anteriores emitiremos con franqueza nuestra .opinipnea en aquellu importantes mater,iu que el Con¡reao debe preferir como de una trucendencia ooDiiderable al bienestar d~ la patria, aumento de su población~ ... (4).

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Todavía en 1849 problema era tan agudo y preocupaba de tal manera a los gobernantes que hizo llamar la atención del Congreso por el Secretario del Interior y de Justicia en ·su Mensaje a ese cuerpo, en los siguientes términos: Es la despoblación del territorio, sin duda alguna, el oripn de Ju mAs lfaYel necesidades en la lituacibn material de la RepflbUca. No s6Jd es insuficiente el níunero de los habitantes para el úea inmensa que poseemos, sino que, aclemls, eaün diseminados y mal radicados •• ... . . .rEs población la lf&n necesidad de Venezuela, y no será mucho que en tales circunstancias, y a pesar de la penuria del Te80l0, pida lo que pedl como Ministro del Interior desde 1830 al primer Con¡reao de Venezuela: un sacrificio para atender a objeto tan privlleaiadq.'" .. . (5).

Según se advierte, el problema tuvo una larga proyección en los primeros pasos de la república. Pero más adelante se verá que, como queda implícito en los comentarios y transcripciones ante(4) (S)

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Periódico El Concúo, Caracu, 20 de enero de 1834, No. 1 Antonio Leocadio Guzman, Ministro del Interior y de Justicia, en Pen61lmíento Político Venezolano del Siglo XIX, t. 6, 9. 73. Nota: no se debe interpretar que Guzmán fuese Ministro desde 1830 hasta 1849; sólo que ocupó la cartera en e10s dos años, entre al¡unos de lós cuales desarrolló IU)a larp y féctmda lucha de oposi· ci6n poHtica y periodística (especialmente en la década de 1840), Jllllldo huta por una lf:IÍtencia a la pena o;· . . ' . capital acusado de aedici6n. , ,;,.

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riores, se refería principalmente a necesidad·de ·fuc!ma de trab~o para tratar de enderezar la economía nacional A¡otamiento de la eeclavitud En todo tiempo y lugar en que el hombre haya esclavizado a sus semejantes, ésto~ especialmente cuando son destinados a la producción material, han subsistid·o en el rechazo .S. .dos grandes expropiaciones en virtud de las cuales todavía se les defme: la libertad individual y el prod,!.lcto de su. trablijo. La primera es el fundamento esencial 4e la esclavitud, impu~sta para hacer posible la segunda; y ambas combinadas generaron . toda clase de abusos, al caracterizar las relaciones entre los amos y quienes estaban sujetos a su voluntad absoluta, Unos tenían todos los derechos, otros no contaban con ninguno, a veces ni siquiera el más natural, el de la existencia. En Venezuela. así como en todas ·tas colonias americanas de. matriz espaftola, es un dato histórico cuya · sustentación testimonial no admite dudas, que el trato dispenSado a los e~ clavos de origen africano por sus amos, no fue el peor del si~ tema en su entera expresión continental. A través del período en que ejerció su dominación, la Corona dictó varias disposici~ nes específicas a fm de mejorar las fonnas de vida y las condici~ nes de trabajo de aquellos seres sometidos a esclavitud, que no fueron acatadas por quienes tenían la obligación de cumplirlar ni impuestas por los funcionarios coloniales. Sin embargo, las maneras despóticas habitualm~nte empleadas para dirigir el trablijo esclavo, encontraron aquí un atenuante en la conciencia de culpa y el patemalismo cristiano de muchos amos. Evidentemente, esto no constituyó una regla de aplicación gene· ra1 como eran las normas e instrucciones reales; pero fue una 'práctica bastante extendida. Tal comportamiento resultó ser una medida relajante de rensiones: pero de todas maneras los rasgos de expropiación antes mencionados como definidores del trabajo• esclavo1 eran los que daban el sentido totalizador a las relaciones de producción esclavistas. en el período, con toda la carga de injusticia que ellas significaron. El sistema de trabajo el que nos referimos comenzó ~de. clinar en Venezuela junto con el siglo XVIII; pero quieq~ lo sostenían parecicton jugar con el tiempo para prolongar el ()Caso de la esclavitud. En exceso de conscrvatismo se aferraban a úna institución cuyos rendímicntQ~ éconómicos eran c~a vez más exiguos. debido al elevado J;oato de ~anutcnción y. ~emás, ...


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en virtud . de.;tas~: diverSas argucias practicadas por -Jos- esclavos para ~ustraerse de sus tareas o hacerlas poco rendidores. Pero éstO$, más.· q~ hombres, eran inver:siones .para sus duenós, los que no . conocier-on. (o .no pudieron imaginar, o en su mayoría no aceptaron) ~na forma para redimir sus capitales y contratar mano de obra, Hbre que, como estaba probado, ya en 1800 era más barata . y . menos riesgosa, pues sólo comportaba para los h~c~~~ados ~~ ! compromiso de pagar un jornal a quien le vendier_a. su.fue_rz;¡ de1 trabajo:. . . La vieja relación expropiadora subsistía en Venezuela, aunque · ·no· ten fa vigencia, en un entorno que empezaba a ser · su¡cado ~por aires de libertad. , Así · llegó 18 1O y la declaración de lndepen.dencia, en quyos planteamientos iniciales . no estuvo contemplaqa la .liberta4 de los. esclavos. En aquella república liberal, decretada por una mayoria de esclavistas -l.os mantuanosla primera gran contradicción era esta que negaba los principios de libertad e. igualdad recién proclamados, al dejar sin el primero a un núcleo de venezolanos cuya importancia numérica se ha estimados .en más de 85.000, apro~imadamente la mitad que los blancos criollos, quienes vivían del trabajo de aquellos (6). Venezuela fue , en sus ejecutorias iniciales, la república de una clase social minoritaria que no solamente excluyó a los esclavos del derecho a ser libres, sino legisló contra ellos y .los pardos, marginando de ~sa manera una porción del pafs cuantitativamente superior. (7). Todo ·eso agudizada las contradicciones de clase y haría sublevar a Jos esclavos in~tigados por los realistas, quienes hasta les- ofrecían la libertad para sumarlos a su causa. El resultado fue la conscripción de combatientes negros de Barlovento y los Valles del Tuy alistados a favor de la Corona espaftola en número de miles. Es decir~ los-esclavos se oponían a Jos fundadores de la primera república, precisa.rnente sus amos. A medida que .el ·conflicto se tornaba más agudo, ambos . bandos se disputaban la. masa de esclavos; ofreciéndoles hacerlos libres. en retribución del enrolamiento. El 2 de Junio de 1816 Bolívar decretó su .libertad en Carúpano y la ratificó el6 de Julio dcJ. mismo atlo: en Ocumarc, con\lktiéndosc desde esas fechas en un f~rvicnte ~nticsclavista. En diversas ·manifestaciones dejó (6) . Ver: Federico Brito Fiperoa, Historia Hconnmi<'a y Sucia/ de Veo, nezu.ela, t. 1, p. 159 y sgts. (7) Sea6n Federico Brito Fi¡ueroa, lbidem, p. 160, en 1810 los blancos criollos serian 172.727, los negros esclavos 8 7.800 y los . pardos 407.000. El autor no indica su fuente.


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constancias. de su consee\lencia con el ideal ·de justicial social · que ello representaba . .· De~ido principalmente al empefto de El ·Libertador se pro-. dujo la munimisión de los esclavos. El solicitó al Con¡reso ... de · Angostura su libertad plena, cuestión· a la que se .opusieron algunos diputados, entre ellos Fernando Peftalver, quien ..."aunque subrayando su utgencia, recordó que en Venezuela ia agricu). iura dependía del trabajo esclavista " .. :(8). La materia quedó diferida hasta que el Congreso de Cúcuta,· también a instancias de Bolív~r, dictó la ley de munimisión por medio de la cual se k. produciría la aboJición gradual de la esclavitúd. f. En 1830 la República fle Veneiuela encontró el problema vigente, y por ley del 2 de Octubre de ese afio decidió mantener la munimisión, pero· aumentando en tres anos la edad -para ma~ numitir a los hijos de vientre esclavo. · La esclavitud habfa sido también diezmad~ por la guerra de independencia: pero además,· algunos p:~triotias' otor¡aron · la libertad a sus · esclavos~ De esta manera acataban ·las disposicio-nes de El Ubcrtador en campana y las proposiciones formuladas desde 1819 al ·Congreso de Angostura y otros ór¡anos de los poderes públicos republicanos. Adicionalmente. muchos esclavos aprovecharon la confusión creada por la guerra para evadirse y . pasar a vivir en cumbres y rochelas don·d.: sus amos no los po-drían req1pturar. De otro lado, el tráfico d.: ~scl:~vos fue prohibido desde mucho antes; y la manumisión. aunque lenta y poco efcctiv:1. fatalmente extinguiría hi esclavitud. Todo esto había reducido el contingente de eschivos en Venezuela para 1830, y Jos que quedaban eran tan incfectivos que ya para ese afio consti- · tuían un peso muerto en la economía nacional. DI! unos 87.800 esclavos qu.: habría en 1810 (*),la cifra des. ccndió a 47.665 según datos de 1839 (9). La menna era grave \.'n dos provincias, pues debido a la índole de su producción (plantaciones de cacao. anil. caf'ia dt.· azúcar) éstas concentraron durantl' el pt.•ríodo colonial los may<ncs. contin¡;cnh!s de personas sometidas a esclavitud. Eran las provincias de Canteas y Carabo- : bo. cuyos padrones de 1839 regisfr¡¡ron 34.643 y 4.054 r~spec­ tivamentl', el 81.18 por ciento dl' la cantidad totaL Las demás juriSdicciones nunca sostuvieron cantidadt.•s masivas de csclctYOS, (8} (•) (9)

J. t. Salcedo Bastardo, 1/istorkl Flmdamental de Jlenezritia, p. 419.

Ver ciu No. 7 .t , Miguel lzard, Suies HstfldíslüYJs partl lt1 Historkl de . Yenczuttz~: pp. 69-70. . . i .' i

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. lftOnnERRA~~·---------------------------+------limitando su p~ncia cast exclusivamente al servicio doméstico. Pero en las que hemos mencionado el fenómeno constituía un grave Problema, pues se trataba de una fuerza de trabajo disminuida Y. en crisis; y por aftadidura, eran éstas las comarcas más intensamente cultivadas de la -república, las que estaban supuestas a dar el mayor aporfe en frutos exportables para la recuperación económica nacional. Crisis de Numerario

Los problemas económicos más aflictivos de Venezuela se agravaron desde las fecha iniciales del conflicto emancipador, debido a la persistencia de una aguda escasez de circulante, entorpecedora de las transaciones comunes al comercio y .la producción, vale decir, por falta de instrumentos de pago en cantidades suficientes. Como no existían empresas que se ocuparan del manejo fmanciero, generalmente las personas poseedoras de dinero lo guardaban en sus casas, y si en alguna emergencia temían por sus fortunas met~icas, las enterraban en muros y patios para resguardarlas de saqueos o confts~ciones. El circulante escaseó al comenzar la guerra debido a la prác· tica antes descrita; y escaso quedó por esa razón, pues muchos "enterradores" murieron como resultado de las hostilidades o durante el desarrollo de éstas, sin revelar el sitio donde habían hecho sus "depósitos". A la desaparición del dinero CQnflado a la tierra se aftadían dos canales más de d~scapitalización: uno recibía los escasos caudales que los patriotas podían disponer de las arcas públicas p~ra comprar material bélico en el exterior; otro drenaba el metal amonedado que llevaban consigo quienes abandonaban el país con motivo de la conflagración. Un autor de Ja época se refirió a esto OJtimo en los siguientes términos: . . ."En medio de loa desastres de una auem tan prolonpda y carnicera, emíltando una eran parte de loa pobladora de

afio en ailo a paises extranjeros . . . qu6 aald.ría con estu emi¡racioaes? Sin duda que eran los pequel\os capitale.r metdUco.r que iban a cOnsumirle en tierras ajen u ... Concluimos la ¡uerra de la independencia arrojando a todoi nuestros enemi¡os, es decir, a todo el comercio espailol, tenedor de la especie circulante y luego, ya victoriosos, para que nos dejaran construir. para aftanzar la paz, una ley de expuúión geneTal de ezpañolel arrojó con elloa los reatos de todll> las acumulaciones metál.ieaa,. .•. (10). (1 O)

toaio Leocadio Uu.zmu, "CUestión ec:on6mico-polítíca.., pubUca.. o~ente en el peribdico El VeMtol4no de Cuac:u, Noa.


·- - - - - : . - - - - -----------TIERRAFIRME/161

,Jfacia la misma fecha en que el autor ·antes cítado escribía sobre este asunto, en la prensa de Caracas se proponía ia acunación de una moneda nacional, que Venezuela no tenía (11). La inexistencia de un instrumento de pago propio daba lugar a . la circulación de distintos signos monetarios procedentes de los países con los que manteníamos relaciones económicas. Tal circunstancia complicaba más el problema, debido a la necesidad de constantes cálc\llos que debían hacerse para tratar de homogeneizar los valores de cambio de cada una de esas monedas res-. pecto de las demás, amén del sometimiento en que permanecía la economía nacional ante la eventualidad de fluctuaciones que pudieran sufrir aquellos signos monetarios. La crisis de numerario no sólo dificultaba las transacciones internas; también incidía sobre las posiblidades d"el comercio exterior, con el agravante de que éste quedó en manos de unos pocos comerciantes, de origen. predominantemente inglés. Estos y algunos criollos acaparaban los recursos metálicos, haciendo de ellos un manejo oligopólico. De tan complejo problema resultó otro elemento conflictivo, cual fue la especulación monetaria dominada por la usu~ , que será comentada más adelante. Una AgricuJtura Traumatizada

Desde Juego, los cultivos quedaron casi paralizados con la guerra. La mayoría de los combatientes -libres y esclavos- eran agricultores y aquellos, Jos brazos más aptos, dejaron el trabajo del campo, el que de manera improvisada ·pasaba a ser realizado por ancianos, mujeres y nifios, dedicados a las tareas cuya atención les fuese posible. Pero tos efectos del abandono sufrido por la agricultura no estaban representados únicamente por la pérdida de algunas cósechas, al fin y al cabo un fenómeno transitorio, sino que 'el desamparo de los sembrad íos los dejaba expuestos a la invasión de la maleza, hasta que terminaban por perderse. Además de la naturaleza, la destrucción encontraba en los hombres a otros agentes muy efectivos. El jefe realista Rosete y sus tropas devastaron en 1814 Jos Valles del Tuy, matando' a 274, 275 y 276 de 29 de mano y 9 y 26 de abril de 1845. Reproducido en Per11amiento Político wnnolimo del siglo XIX .··. . t. 6, pp. 395 y 396. •. (11) Peri6dico El Agricultor, No. 59. Caracas, 1'7 de •brO.· 1845. Artfculo de la redacción titulado ..Moneda Nacional, ~ci6n, b'ab~o de puertos y cammoa". .-~ '.

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162/'llERRA·F I R M B - - - - - - - - - - - - - - - : - - - - -

los peones que salían al campo a trabajar y tirando al rio láiproduceión de ' café, atlil y azúcar que encontraron lista para ser enviada a Caracas. Uno de los graneros de la capital era esta zona, .y ·según testimonios de la época, Rose te se proponía des.truirla como castigo a los dueftos de plantaciones partidiarios de la independencia (12). En la fuente antes citada se encuentran otras referencias, una de las cuaJes tiene que ver tanto con la agricultura como con la ·ganadería, castigados parejamente por el mismo flajelo. Se · trataba del reclutamiento de· peones y esclavos· efectuado por José Tomás Boves, el más sanguinario jefe de ejércitos realistaS, en una amplia zona del país (aproximadamente la tercera parte· de su territorio), asolada por las tropelías que cometió aquel hombre y sus seguidores (13). ·Todo el curso de la guerra afectó la producción agropecuaria; pero la mayor violencia contra la tie-rra giró eri tomo a ·la aparición de Boves en escena como gran jefe militar -1814peleando por la causa del Rey. A este ano hace referencia un historiador venezolano cuando en obra reciente comenta el testimonio de un calificado actor ' . de los sucesos en cuesti6n: 6

En 1814, seg6n las reflexiones de uno de los mú ricos pro' píetarios de la 6poca, Felipe Form.fn Pa61, los eiCUOS pueblos que no hablan sido 10metidos por las armas realistas no eat~ bu en condiciones de alimentar a sus vecinos, el comercio estaba paralizado, tanto, que parecfa imposible restablecerlo; la -srJcultura no existfa ·sino para reoordu a estas provincias IN& cleqraci.as .••• o 4 ).

No debemos pensar, sin embargo, que las diticultades eran causadas solamente por los ejércitos que pretendían 'mantener la dominación . espaftóla. Las tropas republicanas también perseguían, requisaban existencias, recaudaban computsivamente con~ trib~cione.s de guerra, reclutaban campesinos (15). Ambos ejércitos .debí¡m ser alimentados, vestidos, calzados, disponer de recursos .béticos y ninguno tenía una organi,zación de proveeduría (l2) Uni.VenidBd Central de Venezuela, Meiarllzle.r ptm~ el'e.rtudio de la cue.rti6n tlgTtU'ÚJ en Yenetuela, tomo 2, volumen I, documento No. 63, pp. 133~134. Noticias de Jos Vallei del Tuy, 23 de Marzo de 1814. . . (13) Íbídem. pp. 136-137. Documento del23 de Mayo de 1814. (14) .Federico BJito Fi¡ueroa; Op. Cit., t . I. p. 221. (15) Universidad Central de Venezuela, .Anuario del Instituto de Antropolo¡ía e Historia, 1967, 68, 69. (Materlllle.r fHJrtl el e.rtudio de ltt ideologítl redllta en Yenezaul4), tomoeiV, V y_ VI.


- - - - - - - -----------'llBRRAPIRMBIÍM

que se ocupara de esto, ni recursos previamente acumulados .a los cuales recurrir. La suplidora era la requisa, practicada eon mejores o peores modales, pero en cualquier caso compw.iva. En fm, la guerra, desarticuladora del aparato productivo, ~ quería para ella lo poco que ella misma dejaba, y la a¡ricultura no fue la peor librada. Páginas atrU nos referimos a las pérdidas humanas. Doloroumente, much,c:>s agricultores murieron cuando contaban .los dos para ser útiles con su trab¡go. Aquellos hombres no volverían a cosechar más que plegarias. Estarían tendidos brev.ementc en el. recuerdo de una generación que por muchas razones habría de olvidarlas, sin aprovechar los anos transcurridos desde la victO. · ria de la república (1821) para rendirles el homen~e más justo reconstruyendo el país. La gravedad extrema de la situación queda patentizada en una rogativa que el 18 de mayo de 1830 dirigió la Asamblea Electoral de Caracas al Congreso Constituyente, por medio de la cual planteaba al recién constituido poder: • . .•~ile ae ~ten leyes que puecbn resucitar el COJDe:rCio y Ja qricultura, y que 6stas ocupen, desp~• de la ley t\Ulda.. mental, la primera atencibn del Conpao; pues de otra man.,_; ra ae dad la c:onaütucibo a un cuerpo exhime y cadáftrico· ... (16).

En 1831 el problema sustancial de la agricultura seguira VIgente. A las angustias padecidas por los duenos de tieitáS, a IU notas periodísticas ya frecuentes en la prer:tsa 4e Cara~as, 1e agrega la palabra oficial de :Antonio Leocadío Guzmlin cuando al dirigirse al Congreso dedica estas líneas a las dificultades del

agro:

• ; , ."'Sobre estos pUDtoa Dama el Gobiemo.la atenci6ia d~ ,: . . Coopao con el merecimiento debido alallric:ulflml~ ~ · nuestra. ri:Juezll y con cuya suerte esti ideaUfi~.• lá suerto pubHe~i ... (17).. · ., · ... ·.··· : .

· de

La cuesbon agncota se nrolongó mucho más all4 4e lo 'tlo.,. mal, y en 1844 era \·ista por la pre~sa de. la maneta ai¡lüente: . . . ..Vive Venezuela de la agricultura po.rque nó tieM:Otia · cosa de que mir, y sus hijos palpan ya la difi.cult84 de~. m111teniendo esta qricultura, porque falSa .101 bnzot. que fomenten y existen leyes que la b~ ••• (18). ... ( ·. .

·

(16) Con¡reao Nacional de Venezuela, Acttu del Congr110 Couliítqe11te de 18JO. t. 1, pp. 13 y ll9. ··.· · ·. · (17) Antonio Leocadio Guzmla, ••xemoria del IDtoDJr y &le' Jutic:J.a 1831" .reproducida en Pe111G11Siato Politico .Yelldot.no. ·t kl siglo XIX, t. 6, p. 100. · · · ·. ·. : · . · >.· (18) El Alricultor, No. 8, C~ IO·clc abril de 1844. ·' .•··


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164nnERRA~----------------------------------El mismo autor que en 1831 se refería a la agricultura en su condición de ministro, dieciocho aftos más tarde, al ocupar el mismo cargo, se exoresará de esta manera: . . ·.:•Cuando para conquistar la independencia ha sido ne<:esario inmoJar todaa lu fortunas, en su mayor parte qricolu, pan destruir la escJaritud, quitir BUS brazos a la misma qr¡.. cultura; para hacer frente a loa empeños exteriores, arrancar a la circu1aci6n la sumu circulantes . . • cuando de Iarao tiempo atria • lamenta la decadencia. de los ettablecimientos agrarios y ae espera un remedio eficaz; cuando la suerte de ;~ riqueza temtorial, envuelve la de la mas.t entera de la -poblac;:.ibn, que ella alimenta .. ·• y cuando considero que la decadencia de la industria madre engendra lt .de todas ·lu demú, y CODJtituye un maleatar pneral, no puedo prescindir de la confesi6n de que exiate una ¡rande e imperioca necesidad, y de que los conductores de la Rep6blica le deben una eficaz contqrac:ibil para. remecl~la~ ... (19).

Tan mal andaban en 1830-1831 las cosas relativas al suministro alimentario ,de la población, que hasta en productos agrícolas autóctonos en cuyos cultivos habíamos sido autosuficientes y hasta exportadores, debíamos recurrir a las importaciones; y tenían que ser exonerados del pago de impuestos para que pudieran Ucear a las clases populares a precios asequibles. El 25 de mayo de 1831 el Poder Legislativo aprobó un decreto (prorrgando otro del congreso constituyente, de septiembre de 1830) por medio del cual se liberaba de los derechos de importación las compras exteriores de maíz, alubias . . . "y demás granos que se introduzcan por el puerto de La Guaira'' ... (20). Un país sin recursos monetarios, con una agricultura en crisis para atender a las necesidades de la dieta d\aria de su pobla· ción, se veía precisado a importar productos vegetales que antes obtenía en abundancia de su propia tierra; y éste era .un país agrícola. No parece un juicio apresurado decir que esa paradoja ·no se explica simplemente por los anos de la guerra; ni por sus muertos; ni por .ninguno de los problemas senalados en las págiilas anteriores, sino por todos juntos, en confluencia con otros que más adelante entrarán a fonnar parte del cuadro integrado·r de la situación general. Pero, · aun vista la probleQlática en sus enteras dimensiones, tampoco luce exagerado afirmar que parecían no tener remedio los desajustes causados por la emancipa(19) Antonio Leocadio Guzmb, Ministro del Interior y de Justicia, memoria del Conpeso Nacional on 1849. Reproducida en Penlflmiento Politico Venezol«no del ligio XIX, t. 6. pp. 87-88. · (20) C.ceta de Venezuela,_ Trimeitre 2; No. 22, Valencia, S de junio de 1 1831.


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clón; no sólo aquellos que derivaron de la JUerra, SinO Jos que comprendían la organización de la economía independiente surgida de la emancipación. Sin duda, los factores humanos ejercerían un peso decisivo. Nrdidas de Mercados Exteriotes Las dificultades sefialadas prueban que la guerra desarticuló toda la organización social venezolana; pero sostenemos qtle los mayores estragos, tanto inmediatos como de largo pl~o, los sufrió el aparato productivo. · Esto se reflejó, naturálmente, en .el cumplimiento de compromisos relativos a suministros. contraídos por los cultivadores criollos con importantes compradores del exterior. La colonia despachaba para ultramar productos de la .tierra que gozaban · de gran demanda, gracias a su inmejorable calidad. Tales fueron los casos del cacao y el tabaco. estimados por los consumidores más exigentes como artículos de alta excelencia entre sus semejantes. . Desde el siglo XVI, el cacao deparó a los blancos criollos el medio esencial con ·qué insertarse en un circuito económico del cual controlaron casi todas las fases, derivando de él algunas acumulaciones de capitales que emplearon para mejorar su nivel de vida, fortalecer las posiciones alcanzadas en el pro~eso de los intercambios que manejaban y hacerse de un sólido poder económico, especialmente en la provincia de Caracas. 'La producción del fruto daba empleo a la mano de obra esclava que compraban, obteniendo de ella un excedente económico del cual se apropiaban en sus condiciones de productores y ~os. Luego, para la venta del fruto, actuaban por cuenta propia en el comercio exterior, realizando una segunda ganancia, superior a la primera, según análisis de autoridades historiográficas que han estudiado exhaustivamente el ciclo del cacao venezolano (21 ). Los resultados de esta doble p~ticipación en el negocio se incrementaba con el comercio de retomo 7 pues el precio del cacao se convertfa en compras de otros productos que eran vendidos en los mercados provinciales con una tercera utilídad. Sumemos a lo anterior el hecho de que los criollos eran propietarios de lo que en la época se podía calificar corno úna gran flota mercante, compuesta por dieciocho navíos de hasta ~rescientas toneladas (no tan insignificantes par? la época), (Zl) c/f. Eduardo Arcila Farfu, EconomÚI Colont.l de Ytnezuelcl y Co- · mercto entre Ye1urzudryMbci~ eN lo1 lf6lot XYOy XYHJ:


le&nnBRRA~-----------------------------------con los cuales se sanaban los fletes en ambos sentidos de las expediciones mercantiles que emprendían (22) Los puntos exteriores del cimlito eran la metrópolis espaftola y Veracruz, en Nueva Espafta. Del mercado peninsular se recibía eri retomo ·casi exclusivamente mercancías; del veracruzano fue mú escasa la provisión de géneros, pues éste pagaba en metálico la mayor parte de sus compras (23). La entrada de numerario mejoraba· notablemente los recursos patrimoniales que poseía la oli8arquta Criolla, al darle mayor poder de negociación; por lo'· demás, · animaba la circulación monetaria en las provincial productoras de cacao -Caracas y Maracaibo- y causaba mayores percepcionés fiscales a la colonia, todo en refuerzo de aquel - circuito económico. ·E.l tráfico del cacao de las provincias mencionadas con Nueva Espafta declinó hasta casi extinguirse a fmes del siglo XVIII, -debido a tres cuestiones de peso que presionaron en tal sentido. u primera se originó en la competéncia del fruto de Guayaquil y Ja tenaz oposición que sostuvieron productores y comerciantes de ambas entidades por aquel mercado (24). Al comenzar la década fmal de dicha pugna se inserta· la calamidad de la gUerra iniciada por Espafla e Inglaterra en 1779, que tuvo efectos desutrosos para el intercambio de Caracas con Veracruz (25). El tercer factor determinante fue la pérdida de poder sufrida por la Cmnpaftía Guipuzcoana en el manejo del · monopolio que le había otorgado la Corona sobre el comercio de VenezueliL La COI\iunción de los tres problemas fue desplazando algunas expor-. taciones ven~zolanas hasta la península ibérica, fenómeno que se consolidÓ y tornó nuevo imoulso con motivo de Real Orden fechada el 5 ele j'unio de 1789 por medio de la cual fue decretado el comerCio libre del cacao entre Guayaquil y Veracruz (26). Pocos afios antes la Corona había cance~~o el monopolio comercial de la CompafUa Guipuzcoana (1785), ya bastante deteriora-

(22) Eduardo Arcila Far1u, "El Comercio en la prorincla de Caracu con los dominios tapai\oles y naciones europeu y IWI dominios americanos eo 1783-1793". Ponencia, Academia Naci<mal de la . Historia. Caraca,Julio 1983. (23) Eduardo Arcila Fariu, Comercio ~tntre Yenetueltr y Mbtco en ltn ligl01 XYIJy XYJIL pp. 189-19-t. (24.) Ibídem, pp. 279-304. : ~ ·.. (25) ~uardo ArcDa Fariu, ..El Comercio en la prorincia de CU'&Cu" . • • ···: ...·· .. . · Poaeoeia, Academia Nacional de la Historia. Caracas, JUbO 1983. ~ ,(26) B411Udo Arc:ila Parfu, CoMercio entre Venezueltr y Mblco m kn ~r.XYJ~y XYIH, p. 304.


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do a causa de la guerra con Inglaterra, Esto produj<? el -incremento de las exportaciones de Caracas a Espafl.a por cuen.t~ .de los criollos, de 35.00040.000 fanegas anuales en que ~a.s tenían estancadas los comerciantes vascos, a 80.000-1 OO.QOO (27). El cambio ocurrido en las v~ntas a ultramar (especialmente en cuanto se refiere a la desaparición de la Compaftía Guipuzcoana y el beneficio que· con ello recibían los naturales de la provincia) habría de ser muy bueno para la e<:;onomfa. colonial, pero negativo para la república, pues con la guerra de independencia se perdió· el. mercado metropolitano (*) y pa,ra compeJI•, la pérdida no podíamos recurrir al de Veracruz, ya que éste.lo ocu. paban Guayaquil y otros suplidores, bién enraizados allí. Para colmo de males, los dieciocho navíos destina<los al tráfico mer~nte que poseían los intennediarios caraqueftos fueron requisa~os por la repOblica y annados para convertjrlos en nuestra flota de· guerra. Desdichadamente tenninaron hundidos, .de manera que cuando se consagró · la independencia no: quedaba la menor posibilidad de ha~mos a la mar para recon-. quistar los mercados perdidos. . Un estupendo negocio que a fines del siglo XVIII cobró gran impulso en la colonia y prometía sólidos. avances, .fue .d cultivo . del tabaco. La proyección simple cJeJ comportamien~o productivo alcanzado por este rama, induce a pensar que a partir de las dos .últimas décadas de· aquella centuria, en breve plazo llegaría a superar los rendimientos de la econom1a cacaotera. · A ello debemos aftadir que era manejado bajo régimen de monopolio estatal., eficientemente administrado en beneficio de la Real Hacienda; y allí donde era cultivado alentaba la prosperidad regional (28). · El tabaco se producía en nuestro territorio desde hacía largo (27) Ediwdo Arcila Fariu, l!lctmom fa colonW dt Yenezuel«, pp. ·28&291. (*) En liios poateriorea se recuperada parte del mismo, &UJlqueJenta. . mente y sin el derecho a 10Ucitar· pmi1e¡ioa. Loa exceden• de · produccibn que ya Espafta no tomaba serian colocado•. en. otra plazaa europeas y los EStadot Unidos, castipdos por la com~ten­ cia de otros productoree y lu política de p~ d'e loi Coiupra-. doies. · · · · ·. · (28) Eduardo Arcila Fu'ias, Hutori4 de un monopolio. El nt•co del trtbaco en Venezuela 1779-1833. p. 96. Se¡ún ate autor,.la riqueza .que proporcionó a Ja p~ de Barinu dio huta para . ·. ·: ~'obtener tltulos do Cutilla que ennoblcderon·a :varios de los mb p!'ODliJiOD.tea duetlot de plantaciones de la re¡l.ón... : . .


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tiempo. Ya la CompafUa Guipuzcoana había iniciado el tráfico internacional de la hoja cuando la Corona lo tomó a su cargo; sin embargo, los vascos sólo exportaban cantidades discretas, pues tenían mayor interés por su comercio-interno (29). Fue desde 1779-1780, anos del establecimiento del Estanco para las provincias de Barinas, Cumaná, Maracai~o e Isla de Margarita, que este producto alcanzó niveles atractivos. El monopolio no sólo. vendía cantidades considerables, sino que obtenía precios excepcionalmente altos. Los Países Bajos, Prusia y otros pricipados teutones consumían desde 1788 entre diez mil y doce mil quintales anuales que pagaban a cuarenta y cinco pesos, mientras la cotizaCión del cacao venezolano en Espafta apenas llegaba a los diecisesis (30). Eran tan estimados en el mercado de Amstercfam los tabacos de Barinas y Maracaibo, que pagaban por eiiÓs de veinte a veinticinco sueldos, mientras por los de otros países no se ofrecía en esa plaza más de seis sueldos. . Tanto el comercio interior como el exterior producían pingües rentas a la Real Hacienda y ascendente bonanza en las regiones cultivadorás de la hoja, cuando se produjo la guerra de independencia ·con los siguientes efectos: . . . "Todos los fondos de la Hacienda Pública, entre ellos la Renta del Tabaco, fueron consumidos rápidamente por los gastos extraordinarios derivados por la ruptura con la me· trbpolis y los preparativos de la guerra de liberacibn. Lis ne_gociaciones con Holanda, que era el principal comprador y distribuidor del producto venezolano en Europa, quedaron detenidas y finalmente ae perdieron ; otro tanto ocurri6, na· turalmente, con las remesas dir:i¡idas a Españ~" . . • (31).

La República, a pesar de su definición liberal, necesitó del Estanco para aliviar las cargas financieras que pesaban sobre eUa. El Libertador lo ratificó y dispuso su reorganización, con el propósito de aplicar las rentas que produjese el pago de la deuda pública contraída con Inglaterra; pero los recursos destinados a facilitar ayuda económica a los plantadores fueron gastados en otras urgencias fiscales, difiriendo el proyecto que, a pesar de haber comenzado a realizarse, se agotó en sus irticios debido a esa y otras dificultades con que hubo de tropezar. A tal punto de decadencia llegó la producción nacional, que en 1821 se de(29) Jbitúm, p. 21 S. · (30) Ibídem, p. 216. (31) lb(dem, p. 25S. .


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bió recurrir a importaciones procedentes de Cuba y Estados Unidos a fin de atender al consumo interno. Bajo la administración colonial, dado el regimen de monopolio real a que estaba sometido el comercio del tabaco, la única provincia del imperio espafiol que podía exportar tabaco a Holanda era la de Barinas, la que cuidaba celosamente su calidad para conservar el privilegio; y por órdenes reales limitaba las cantidades despachadas tratando de sostener los precios. Con el advenimiento de la república se desatendió durante varios aflos el· mercado exterior y cuando se comenzó de nuevo a producir, la calidad no· respondía al grado de excelencia anterior; pero además no contaba con la protección monopólica que evitase la competencia de otros productores americanos. Estas son algunas de .Jas razones que explican la pérdida del mercado del tabaco venezolano, amén de la oposición interna sostenida por algunas personalidades, a que una república que se definía como liberal mantuviese monopolios comerciales. Después de discu· siones que se prolongaron .por varios afios, el 15 de mayo de 1836, un decreto del Congreso Nacional abolió el E-stanco y ordenó el remate de todos sus bienes (32). La iniciativa privada no .encontró el modo de sustituirlo, pues la pérdida de la calidad, que era la de la técnicas agrícola empleada en producir aquel tabaco colonial, corría pareja con la desaparicton de I<>S vínculos y mecanismos favorecedores del tráfico examinado. Estas fueron, pues, otras pérdidas que hubo de soportar la república como precio de la independencia: sus mercados exteriores se cerraron. Las ventas se recuperarían lentamente para casi todos los productos venezolanos; pero el tabaco, después de ser tan prometedor, de asegurar la mejor plaza consumidora de Europa, jamás volvería a sumar cifras de alguna consider~ión a nuestros intercambios. Evolución General en las décadas de 1830 y 1840.

No fue muy luminoso el- panorama económico venezolano comprendido en las dos décadas a las que se refiere el subtítulo anterior. Durante esos anos., los gobi~mos se sucedieron nonnalmente~ si por tal cosa enteddemos la· tradición del mando que ocurre de un período presidencial a _otro y si aceptamos que el general José Antonio Páez ocupó d.ós veces la presidencia de la República; y cuando no la ejercía fue, hasta 1847t eJ gran elector (32) Ibídem, p. 303_.


170/~mRME-·----------------------------------de cuyos labios salía·. en última instancia el nombre de quien debía ser elegido presidente.· ·Aceptadas estas salvedades, la sucesión presidencial era un acto cívico de fechas fijas que se producía sin sobresaltos; pero en lo interno de cada período, los balances dan cuenta de más de un momento calamitoso. Como si esto fuera poco, algurios actos de la administración pítblica fueron decididamente contrarios al bienestar general, y, por otra parte, se PQeden constatar omisiones que, si no intencionales, por lo .menos tuvieron el mismo efecto negativo atribuible a las otras cuestiones. A pesar de· tos elogios pasados y presentes con que los mandatarios de aquellas décadas han pasado a ocupar sus puestos· en los juicios de nuestros historiadores; a pesar de ·algunos aciertos que Ji o se les· pueden negar, en materia económica no parecen haber estado a la altura de las tareas a cuyo desarrollo debieron · dedicar sus mejores· esfuerzos. Tal vez esos retos fueron superi()res a sus capacidades; o probablemente fuerzas sociales de mayor empuje neutralizarían los proyectos que registrában 1as agendas presidenciales; o a lo mejor algunos presidentes terminaron aliándose a esas fuerzas, ya que no las podía remover en su camino · de estadistas. · Todavía muchos fenómenos de los que intentamos esbozar están insuficientemente estudiados; y aunque la cuestión que nos preocupa ahora no es desentraftar su esencia, algunos seflalamieiltos sueltos se harán en los comentarios siguientes, no obstante las ·intenciones meramente descriptivas originalmente concebidas para tratar las décadas en referencia. Comunicación interior

La República de 1830 estaba muy mal comunicada. Por falta de uso se habían perdido algunos de los viejos caminos del período colonial que· durante Ja guerra dejaron de transitarse. Esas vías -pequenos senderos en su mayoría- sirvieron casi exclusivamente para transportar productos a lomo de animales y facilitar cortos traslados humanos, pero comunicaban; y de tiempo· en tiempo un osado vi~ero podía experimentar la fatiga de un trayecto largo, uniendo varios trozos para alcanzar ditancias considerables, .como los· viajes de Humboldt a principios del siglo, o el éxodo masivo de la población caraquefla con la emigración a Oriente bajo Ja amenaza de Boves. La falta de intercambit9s había devuelto el trazados de aquellos caminos a la naturaleza y en 1830, simplemente ya no existían. ·


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El problema fue considerado como el de· mis urgente acometida después del que representaba la escasez de población. Sobre el mismo se ofrecieron unas cuantas soluciones y se escribió muCho·, pero se hizo poco para remediarlo efectivamente. Un traba~. jo varias veces citado en esta obra expresa bien la preocupación ~ por esta dificultad republicana: -rueblos que podrfan comunicarse en dos dfu, necesitan trab~a para pa¡ar fleta, y el conductor para comprar y matar bestias; no hay c6mo introducir desde las costas pie.us y· miquínas del extrarijero, aba las cualea nuestros fmtos no pueden competir con los extraiios. No hay cambios interiorea, y vemos que en una prometa ~ebra lo que en otra fal~· .. ~ (33).

· quince; el qric:ultor

Los ríos, abundantes y caudalosos en. aquella Venezuela, no eran aprovechados para la navegación por falta de material floa tante y de carga que estirnu.Iara su construcción, Ja que a su vez podía servir de estímulos a los labradores para producir más. Como tampoco había puentes que permitieran cruzarlos por donde fuese preciso, esos ríos se convertían en obsdculos, las más de las veces insalvables,· al escaso tráfico mercantil, desalentando los intercambios. En 1841 Caracas, la capital, y Valencia, eran las principales ciudades del país. Con ellas en el papel de centros polfticc>a administrativo (y en tomo suyo, por ser nudos de referencia para extensas comarcas), giraba lo más importante del comercio y la producción agropecuaria. Sin embargo, en ese atto los caminos que las comunicaban con sus puertos ·La Guaira y Puerto Cabello- no eran más que eso, caminos (34). En 1826 se comenzó a pensar en construir una carretera de Caracas a La Guaira, para lo cual se promovió la constitución de una sociedad autorizada por decreto gubernamental de Colombia. Ni siquiera se tiene idea de que tal sociedad llegara a fórma.lizarse, y esta vía no se acometió hasta 1840, siendo terminada cinco aftos más tarde (35). Salvo esa obra, más algunos proyectos cuya realización quedó diferida, en 1842 no se habían hecho mayores esfuerzos por mejorar la situación. Esto llevó a uno de nuestros más ilustres (33) Antonio Leocadlo GUZ11Wt, Ministro dellllterior y de J1iaticil. Memoria al Coqreao Nacion.U .en 1831. Reproducida en P•fU!Jmi~lttO Político Y~nezoltz1to d~l1iglo XIX, t ..6~ p. lO:l. (34) Peri6clico El Lib~rvzl. No. 2S4, Caracas, 2 de febrero de 1841. .. (35) Eduardo Ardla Farfu, Hiltori« de ltz iftgtm.luí• e1t Yme:tueltz. t.D, pp. 13-22. .. .


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hombres pObÍiéós,' '·comprometido por afinidad y servicios prestados con los gobiernos que hasta ese afio se habían su-cedido, a expresar sú desencanto en una forma por cuyo contenido volvemos a las primeras líneas de este punto: "'Nuestros caminos son las mismas sendas úperas y fragosas que encontraron los conquistadores por las cuestas de las montañas; nuestros medios de transporte, las espaldas de escasos y débiles animales; nuestras fuenas productoras, lis solas fuerzas animadas. •• (36). · No faltó en el país la constitución de Juntas de Caminos,

tanto a nivel nacional corno provincial y municipal, las que elaboraron múltiples proyectos, elevaron representaciones ante los poderes públicos, abrieron suscripciones para cumplir en algo sus objetivos; pero tales·. iniciativas tenían como destino reposar en los anaqueles de los archivos, bien por desidia oficial o ciuc,1adana; o en última instancia, porque se producían choques de intereses. El resultado, al final, fue que Venezuela no se pudiera integrar como nación debido a la falta de caminos para comunicar a sus pobladores, hacer sentir la acción de gobierno en los distintos confines de la geografía nacional y contribuir a identificar entre sí a los venezolanos.

Usura Por lo menos tres grandes dificultades nacionales se combinaron para desatar la usura desmedida en el país y agravar sus condiciones económicas cuando se reemprendieron las tareas agrícolas corre$pondientes al tiempo de paz. Ellas fueron la baja cantidad de población, la escasez de circulante y. el abandono en que habían quedado los campos. Como ya establecimos previamente, la mano de obra esclava se extinguía, amén de que se había tornado anti-económica, debido a lo cual era sustituida gradualmente por la de hombres libres. La fuerza de trabajo, junto con el circulante, al comportarse corno mercancías, tendían a encarecerse; pero ·en especial el capital numerario, por efecto de las posibilidades especulativas que ofrece cuando escasea y gracias al fenómeno de la concentración en pocas manos de que era objeto. Quizás la más acuciante necesidad al restablecerse la paz fue volver a la producción agropecuaria, de una parte para nutrir el consumo interno, y de otra, con miras a incrementar los dos pro(361 Fennfn Toro en h·t Ltceo Vennoltzno, No. 3, Caracas, marzo de 1842.


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·' duetos básicos de nuestras exportaciones: c,afé y ca.c~o. Aunque ; fal~aban estímulos y facilidades, a esas tareas ~ dedicaron : antiguos propietarios y nuevos duefios de tierras, ·allí donde : ellas eran posibles (cercanías de las ciudades, para el abasteci¡ · miento de sus poblaciones; lugares de fácil acceso al mar, para ¡ las exportaciones). Pero generalmente estos agricultores anda~ ban escasos de dinero y sus planes tenian que pasar por la nego• ciación de préstamos para preparar las tierras, sembrar, pagar salarios y subsistir mientras las cosechas redituaban sus esfue¡-. zos. Es necesario considerar aquí las condiciones oligopólicas con que era manejado el negocio del préstamo. Los elevados intereses cobrados por los prestamistas castigaban por adelantado los beneficios de los cultivadores, al ·elevar considerablemente sus costos de producción; y como compromiso adicional, éstos quedaban obligados a entregar sus productos a los acreedores en . pago de las sumas adeudadas; por lo que las condiciones en que se efectuaban aquellas ventas permitían a los prestamistas fijar el precio de los artículos comprados. Venezuela se convirtió en el paraiso de los usureros. La contradicción campo-ciudad configuró en aquel entonces su máxima expresión; era el campo el único creador de riquezas con sus producciones; y Ja ciudad, gracias al .poder del dinero, lo expropiaba de todas las acumulaciones posibles, que solo a él se debían. El alto beneficio del dinero atrajo más capital monetario al país; pero no en la abundancia necesaria como para que ten· dieran a cumplirse las leyes .de la oferta y la demanda, al equilibrarse las magnitudes solicitadas y ofrecidas. El fenómeno mantuvo su comportamiento en la esencia inicial, y m~joró notablemente en favor de los prestamistas al sancionarse una ley de libertad de contratos (10 de abril de 1834), por medio de la cual se dejaba a voluntad de las partes fijar la tasa de interés de los préstamos. cualquiera que ésta fuese; se permitia el pacto libre para rematar los bienes del deudor por la cantidad que fuese ofr~cida; y entre otras cosas, otorgaba derecho a los acreedores para ser a la vez rematadores de los bienes propiedad de sus deudores (37). (37) Muchos historiadores se han ocupado de este tema, que causó encendidas pol6micas en su tiempo, hasta la contradictoria diYisión entre liberales y conservadores aue se tJroduip en Venezuela. tal como es señalada a continucibn : .. Rige esta ley de libertad de contratos hasta 1848, señalándose su historia por la recia lu~ que 10bre eUa empeñaron dos escuelu enelDJPS: la una. que al dec:larane partida-


174/TIERRAFIRME._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Inmediatamente .los intereses sobre préstamos llegaron legal· mente al S· y lO por' .ciento mensual ¡para la agricultura!, agotando la posibilidad de que ella se recuperase. LO.s cultivadores se endeudaron en aquellas condiciones y para pagar recurrieron a la sobre-explotación. de- la fuerza de trabajo, fuese 6sta esclava o libre, negando de esa manera la posibilidad de que el sector laboral colaborase de buena gana con ellos y haciéndolo resentir· se del trato recibido en la empresa de reconstruir la base agrícola nacional. Esas mal emprendidas relaciones entre el capital y el tra~o, por una parte, y entre dos especies de capital, por la otra, produjeron ruina, según algunos testimonios de la época, de los cuales vale la pena transcribir el siguiente: 1.01 qricultorea obtuvieron bastantes recur101 entrando en especulacíonea de•tentadu 111 unu, usunrias las otru, con el fm de mejorar IUI propiedadea, CUyO mayor rendimiento tenfan por ae¡uro. Pero loa plaz01 ae cumplieron, 101 deudores no pudieron saldar IUI éompromisoa, y fueron rematadu a Yil precio mucha de lu propiedades con perjuicia a veces de los l_llismot acreedores,· quienes, con el intento de sa1nr al&O d~ lu quiebras, prestlbanae a verificar violentos rem.ates por sumas insíprificantea (38). . Los infortunados alcances legales y económicos de la ley de

libertad de contratos se ampliaron el 1S de mayo de 1841 con la ley de espera y quita, según Já cual, para otorgar prórroga al ven· . cimiento de los préstamos o rematar los bienes del deudor, era necesario el consentimiento de todos los acreedores. Bastaba -que un acreedor, sin importar el monto de sus.derechos, no estuviese de acuerdo con otorgar una prórroga, para que se desatase. la búsqueda ne.rviosa del remate por parte de todos. Así este país no podía crear estímulos para reanimar su ecoria del principio ~atm el cual la libertad de ba parta es tobei-111& cm los contratot, so-'enfa y practicaba el concepto c:láico del HberaJillno, y la otra que aconaejaba la intervencibll pnvia delle¡ialador, . pua e"fitai los abusa. de la miuna libertad o protepr los errores individuales contra las falau p!'alionea de los propios individuos. En lo que parece un· contrate supltivo; pues loe oUprcas Uamad01 conservadores o &odos defienden aquí, con el/dejar hacer&', la anti¡ua (entonces actual) y errónea concepción delliberaliJmo, a la vez que los olíprcas llantados liberalea lucban por la no men01 en6ua (y entoncei conaervadon) concepcilm ctel •.-.Bstado providenclr- ..• Jo-' Gil Fortouf, HütoriG CoJUtitucioJUil dt Ytntzuel#, t. n, pp. 7~71.

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(38) 1016 María de Rojas, citado por P. Gon.úlez Gubtan, Hútorill con· ttmpordnH de Yenezu4tllz. t. 11, p.' 329,


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nomía agrícola, cuya necesidad más perentom;.er.a producir, y hacerlo en las mejores condiciones posibles. · La· guerra había deprimido esa actividad, y ahora el dinero. no per.mitía que saliera de la depresión. Fue tan lucrativo el negocio del préstamo, que· incluso muchos propietarios. de fincas las remataron para dedicar los. recursos así obtenidos a la usura, aumentando por esa vía el abandono en que estaba el campo y reforzando la actividad parasitaria que cornolicaba el mal (39). · Artesanía Venezuela no tenía máS industria que su agricultura y gana· dería (que entonces eran consideradas ci>mo industrias y asf denomidas). Manufacturas, en tanto que 'transformación de materias por procedimientos químicos o mecánicos; no existían en el país más que unas pocas, de· entre las euáles se destacan la elaboración de productos derivados de .la cafta de azúcar. y unas hilanderías de pafios bastos ubicadas en la zona de El Tocuyo. Unos pocos artesanos malvivían en las ciudades mayores del producto de su trabajo, sin contar con una demanda que animara la producción. Se veían forzados a vender los artículos salidos de sus manos a precios viles que apenas les permitían una infeliz existencia, debido al b~o poder adquisitivo de la ·mayoría de los compradores y al escaso aprecio de que eran objeto sus oficios, propio de, blancos de orilla, pardos y libertos en los recién derOgados_ tiempos coloniales. . · : .· Pequeftas carpinterías, fábricas locales de tabacos, alpargatas, monturas, sombreros rústicos, alfarerías de escása producción y especies como aquellas, completaban el p~e ·urbano de la estrechez productiva nacional, sin que _los menesteres de este orden llamaran la· atención gubernamental, más allá de la preocupación por los magros arbitrios rentísticos municipales deri-vados de las llamadas patentes de industria. Ya era una grave enfermedad la miopía de atender la producción de dos frutos básicos (el café y el cacao), para vender masivamente al exterior y resolver todos los demás problemas del consumo .sobre la b~se de los proventos económjcos _resultantes del comercio ultramarino. Esto .aftadía otro peso al carácter tributario del campo venezolano :respecto de la vida y el funcionamiento económico de las ciudades. se puede afmnar que en el medio urbano casi lo único que Se hacfa era C!lnsumir, para hacerse pagar las ciudades su solo papel de intermediarias. (39) El Agricultor, No. 3. Caracu, 6 de marzo de 1844.-


t76tTIBRRAFimm _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

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Hasta en la palabra oficial se condenaba al país a dejar de lado los afanes productivos que tuvieran .relación con el procesamiento de materias primas para convertirlas en artículos elaborados. · ·-cuando apenu podemos ser a¡ricultores, no podemos ni debemos ser manufactureros,•.•. (40).

Antonio Leocadio t;uzmán, en apariencia uno de los hombres más preocupados por los grandes problemas nacionales, con estupendas opiniones en materia económica, parecía no ver más ·alternativa que en la agricultura, tal vez influido por las doctrinas liberales y, para estos efectos, partidiario del libre cambio por medio del cual ya Inglaterra había penetrado nuestro incipiente mercado y se aflanzaba sólidamente en él, contando con posturas como la trancrita, que traducía en cierta forma la política gu· bernamental al respecto. De manera que las manufacturas estaban desahuciadas en este país(*). Deuda Pública El costo de la independencia no sólo fue elevado en pérdidas humanas y materiales. La deuda contraida para equipar lós ejércitos también representó un peso excesivo sobre la nación. Era tan superior a la capacidad fiScal venezolana que cuando se dedicaban recursos a pagar en parte aquellos compromisos, lo que se hacía era abrir torrenteras dcscapitalizadoras de nuestra precaria economía. Si en cambio, el gobierno dejaba temporalmente de pagar, recibía de Jos acreedores presiones tan fuertes, que ponían en duda la soberanía nacional; complementariamente, la suspensión de pagos acumulaba intereses sobre los capitales hasta incrementar sus saldos, casi· como si antes no se hubiese pagado nada y a veces como si agregáramos nuevos empréstitos a las cantidades adeudadas. EJ inicio financiero más desafortunado de la tercera república estuvo en la negociación con Inglaterra del compromiso que nos correspondió asumir como aJícuota parte de la deuda grancolombiana, al tomar ,su propio rumbo cada una de las na(40) Antonio L::ocadio Guzmán, Memoria al Congreso Nacional U~31, en Pensamiento Político venezolQno del siglo XIX, t. 6, pp. 105·106. (*) En 1~32-1833 tueron _empadronados en la provincia de Caracu, - 1.178 artesános de los cuales 60 eran herrero!, 1T talabarteiO$, 8 ~_toneleros, 3 zurradores, y tos' demás se dedicaban a la construcciól\,cívü (albañiles, carpinteros), o a servicios personales (57 sutres, 222 zapateros, 20 barberos, 8 faroleros), c/f. Migue) lzard, . op. cit., p. 48.


------------------------------------~~1171 ciones integrantes -de la Unión. A Venezuela le tocó responder por 11.698.000 pesos de aquella deuda mancomunada; pero la desconfianza de los prestamistas, el valimiento en que se coloca· ron frente a nuestros representantes, la escasa capacidad negociadora venezolana; en fin, tantas debilidades por las que Vene· zuela ha perdido cuántas veces en los negocios internacionales, elevó la deuda a 23.600.000 pesos, sólo para cambiar papeles de tesorería de Gran Colombia. por papeles venezolanos (41 ). También de la deuda doméstica colombiana, Venezuela tuv.o que asumir una parte, la que montó a 7.218.000 pesos, (42) de manera que entre ambas magnitudes esta república nació con unos compromisos de pago por 30.818.000 pesos, exageradamente negativos en las fmanzas públicas de aquella nación agro-exportadora, escenario de una actividad económica insuficiente y de cuyos exiguos productos debían derivarse los impuestos a recaudar por los gobiernos, una parte para respon· der al funcionamiento de las instituciones del Estado y otra para atender al se?vfs.lo de tan crecida deuda. El esfuerzo que ~sociedad venezolana· debía hacer para remontar todas 1as dificultades que tenía por delante, encontraba una más en esta deuda y en la característica fundamental de los impuestos que debían formar la masa. de recursos destinados a cancelarla. Los ingresos fiScales venezolanos eran. aduanales hasta en un 92 por ciento del total recaudado, y la mayor parte incidía sobre las importaciones, de manera que, como suele ocurrir con .todas las imposiciones indirectas. resultaban trasladados a los consumidores, y esto se traducía en el encarecimiento del nivel de vida. Una cuestión adicional que sólo quedará enunciada en la presente obra, radica en la deficiente recaudación de los impuestos mencionados; el mal registro contable que negaba casi las posibilidades de rendición de cuentas; la malversación de algunos fondos; la administración autoritaria y poco previsiva que de ellos se hacía; todo lo cual restaba recursos para el fi· naciamiento de la administración pública y los pagos que debían hacerse para solventar el crédito nacional. Todo eso conspiraba contra cualquier proyecto de inversión reproductiva por parte de los gobiernos. Si hubo planes -algunos existieron- se enfrentarían a la dura realidad de no contar con respaldo fmanciero; y (41) Manuel Rodri¡uez Campos, Venezuela 1902, Ltz Cri8u Fiscal y el bloqueo, p. 131. (42) Ibídem• . .

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1~/TIERRAflRME

si algunos ·se mantuvieron, sería en las mentes de patriotas solla· dor~s.

especie humana que siempre ha contado en Venezuela con muy buenos ejemplares. Vision Interna del País

Como con barro en las manos, los hombres de Estado y unos cuantos estudiosos de la realidad nacional que fueron actores en los primeros anos de la república, querrían darse a la tarea de construir 'un. bello país. . Les preocupaba ~y esto era una necesidad real- dotar a Venezuela de leyes e instituciones por medio de las cuales adquiriese sentido y coherencia la organización del Estado mismo .y la vida social alcanzaSe razonable estabilidad.. Miraban el medio físico destinado a las realizaciones materiales con una concepción tan ingenua que hoy resulta sorprendente, tanto por la coincidencia expresiva de sus apreciaciones cuanto por los portentos que imaginaban se podían obtener de la masa cuyo modelado recién emprendían. En el fondo no eran constructores de utopías, sino cándidos patriotas . en plan de .creadores. Pensaban en cosas qu~ de momento sólo eran posibles en otras latitudes con alg\lnos recursos adiciona. les, distintos de los que aportaba la naturaleza. · Infortunadamente, las coincidencias no pasaron de lo imaginativo. Los hombres que debían encargarse de convertir los suei'ios en realidades tangibles se enfrentaban entre si por rivalidades ,persónales y grupales; se proponían -procedimientos que, a pesar de resultarles encontrados, perseguían metas idénticas. Cada quien esperaba imponerse al otro, hasta por simple orgullo personal; y así nó fue posible convertir aquellos hennosos sentimientos iniciales en un solo haz de voluntades. En la década de 1840 la apáiición de los partidos liberal y conservador corn·o sistematización de puntos de vista contrapuestos, consolidó la imposjbilidad de que un esfuerzo común a todos fuese matriz de un proyecto nacion$l(. Ocuparse de las muchas razones que estropearon el advenimiento de la annon ía patriótica entre los dirigentes republica· nos y las consecuencias que comportaron sus desacuerdos, equivaldría tanto como a escribir la historia social de Venezuela desde parte del período colonial hasta 1859·, afio en que las rivalidades llevadas a su máxima expresión polític~J condujeron a la Guerra Federal, cuya duración se prolongó hasta 1863. Esta guerra tuvo un contenido impugnador tan dramático, que


-------------------------------------~~/119 marcó al mayor deslinde de odios jamás visto entre los vene-zolanos. Solamente queremos sefialar algunos elementos que pudieron servir de vínculos armonizantes capaces de unir a aquellos sefio-res; y a este empefio nos anima el único propósito atestiguar por sus propias palabras y acciones, en cuanto quepa, la existencia de tales elementos.

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Soberanía y Legislación

la

Si con los primeros pasos que se dieron después de disgre-gatíón grancolombiana se pensaba principalmente en reivindicar la soberanía nacional, se actuó pronto y en forma correcta, ante una. necesidad común que exigía un mínimo de criterios unitariOs. Esto es válido, cualesquiera hubiesen sido las causas de -1a separación, que no es del caso criticar ahora. . En enero <le 1830 el general José Antonio Páez orgaruzó el gabinete ministerial que consagraba la existencia de un gobierno autonómo en Venezuela y convocó al congreso que se instalaría en Valencia para dar carácter jurídico y legitimar la república. La Comisión Preparatoria del Congreso Constituyente se reunió en esta ciudad el 29 de abril del mismo afio y el 6 de mayo se instaló formalmente el Poder Constituyente, cuyo primer acto fue ratificar a Páez en la presidencia del Ejecutivo. Ya el día 11 se comenzó a discutir si la república habría de ser federativa, centralista o mixta, aprobándose el 13 que tuviésemos una organización centrQafederal (43). El 15 se comenzó a discutir una moción presentada por el diputado Alejo Fortique, quien planteaba que el Congreso exigiese al de Bogotá el recQa nocimiento de nuestra independencia (44). Esta fue aprobada después de diez días de debates, en los cuales hasta se propuso que la falta de respuesta bogotana se interpretase como equivalente a una declaración de guerra. Al final quedamos satisfechos al establecer como principios los . . . "deseos de transigir fraternalmente las actuales disenciones, dejando bien puestos los compromisos nacionales. y estableciendo reglas generales e invariables para todos los negocios de interés común con Nueva Gran.ada" (45). _ La cuestión de fondo en torno al reconocimiento por parte de Nueva Granada estaba motivada en la aprehensión de los cons(43) Congreso NaCional de Venezuela. P. Cit., t. l. pp, By9. t44) lbidem, p. 11. (4S) Ibídem. p. 16.


~1~-----------------------------------tituyentistas, ·pues muchos de ellos creían -y así quedó asentado en actas-· que el gobierno de Bogotá intentaría someter aVenezuela por la fuerza para restituirla a la Unión. Esto alimentaba con prisaS las labores legislativas, lo que dio por resultado que en la sesión número 53 de la constituyente, del 19 de junio, fuese presentado a Qebates el proyecto de constitución de la repú- . blica (46). El Congreso a cuyas deliberaciones nos hemos referido le· gisló sobre. unas cuantas materias más, tomando decisiones en asuntos militares, mercantiles, religiosos, penales, administrativos y otros. No le era posible ·resolver todos los problemas pen· dientes; pero adelantó bastante en cuanto institución se esperaba de él. En 1840 lo que ya componía la oposición liberal, se expresó así de su trab~o: , . . . "El cúmulo de ~des actos leJislativos, que expidib el Constituyente. asombra en número y calidad. También es cierto que la providencia. como que qUiso inspirar el acierto a estos pueblos al tiempo de elegir sus delegados supremos. Reuniéronae en aquel recinto tales y tantos hombres distin· guido• por su actividad, saber, patriotismo y consagración, que dicha la verdad. no han vuelto a reunirse más, a pesar de tantas elecciones." . . . (47). ·

El sentido critico contenido en la última frase de la anterior transcripción se amplía en las siguientes ideas: . . . '"entre necesidadea del momento, modificaciones amaña·. das. exclusiones temporales, y confusión de ideas y de hom· bres, las legislaturas de 35 a 40 ... no comprende siDo actos de circunstancias. o bien remedios indispensables llos grandes males que 1e experimentan en la hacienda nacional. ~ ...(48).

Respecto de esto último la prensa conservadora que, desde luego, escribía con otra perspectiva de análisis, opinaban en sentido contrario, alabando a los diputados de 1840: "'Complacida está la ciudad y nosotros con ella por el acierto con que los Sres. electores han llenado las vacantes del Congre· 10. La imprenta puede señalarse como un gran medio de los que han contribuido a este fm. Puede decirse que le ha dado tonnento a los electores presentando las cuestiones y la& ne· $idades del pafs. para obHaarlos a elegir sujetos idbneos. como patriódcamente lo han hecho,. . .. ( 49). La's primeras emergencias nos habían , unido, y todavía

en 1840 era positiva la opinión opositora acerca de lo actuado diez

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· (46) (47J (48) (49) .

Ibídem, pp. 40 1-414. Periódico El Venezolano, No.,l. Caracas, 24 de agosto de 1840. lbidem. ··Periódico El Liberal, No. 234, Caracu, 13 de octubre de 1840.

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aflos antes; pero con respecto al presente ya no hab.ía unidad de crierterios. Si aceptamos como válidas las reflexiones del Ministro del Interior y de Justicia en 1849, tendr~amos que pensar en un agravamiento de los problemas. . Efectivamente se habían agravado; pero tal cosa no se produjo por las debilidades legislativas, sino gracias a la violencia oposicionista que alejaba más y más a conservaaores y liberales. En 1849 los dirigentes de la nación, aunque pareciese que se dirigían a la sociedad venezolana entera cuando emitían opiniones, en realidad ya sólo pensaban para uno de los dos band'Os políticos en que se djvidía la ·repOblica. Potencialidades Econ6micas

Entre las cosas que más entusiasmo causaban a nuestros hombres de pensamiento encontramos las imágenes que se formaban de la geografía nacional y las posibilidades ecopómicas que seg(Jn ellos podían derivarse de los recursos a nuestra disposición. En excelente estudio geográfico, impreso en París de 1841, Agust.ín Codazzi casi profetizaba unas realizaciones de infmita riqueza para el país. Al referirse al r.ío Orinoco decía: .•. ,•es el .canal natural para comunicane de un extremo a otro del pafl, y. sus ¡randea tributarios · facilitan a pandea diataneiu otros canales no JJleDOJ interesantes, mientru que el brazo Cuiquiare, arrojmdo.e hacia Rio-Nearo, abre aquella vía famota que conduce al Amazonu y proporciona una dilatada navepci6n hasta el p~ de los Andes de Pasto, de Quito, del Perú y de Boli'na" (SO).

Este mismo río no sólo podía proporcionar aquella comunicación, sino prolongarla a todas las riberas baftadas por el Océano Atlántico y el Mar de las Antillas; pero además, su delta era un emporio de riquezas dormidas, según esta descripción: . . . IAI extremo oriental de lu costu de la rep6blica se encuentra el inmewb Delta del Orinoco . . . Quizú estos pantanos y ~os anepdizos .• . serio al¡ún día como los terreno• cultivados de Holanda, el emporio de la aarlcultura y el comercl~ (S 1). · .

Nuestra Hidrografía, al tocarle turno, dejaba de ser un paisaje en el que los naturales del país casi no .reparaban, para destacarse como algo extraordinario: ''Por todas partes desciende ele los cerros y cordllleru muche(SO) A¡ustin Coduzi, Remmen de. ltl geopY~/ÍIZ de .Y enezwl4, p. 21. (51) lbr'dem, p . 48.


¡gfTUmRA~----------------------------------dumbre de dos que riegan los vallea, refreiCaD loa llanos, hu· medecen las ~elvl!l. y ramifictndose de diveraos modos, fertilizan un suelo favorecido por la naturaleza:' ... (52). • . • •La posición de este Lago ·de Maracaibo al extremo occidental de Venezuela y en las puertas por decirlo uf, de la Nueva Granada; sus costas fértiles y abundantes; sus ríos caudalosos y ricos de precioau maderas; todo, en fJn, hace que Mara-:. Clibo esté llamado a ser uno de los puntas mú florecientes del comercio nacional'.· .. (53). Costas de Venezuela, tanto por la segUridad de ws puertas como por la tranquilidad del mar que los baAa, y por las excelentes maderas de construcción de que esün cubiertas, ofrecen a los navepntes muchas mú ventajas que las de los Estados Unidos; asf lo asegura el célebre viajero Humboldt/ ..• (54).

fLas

Una serie de opiniones vertidas por Codazzi garantizaban a los hombres emprendedores nuevas hazafias de conquistas, de construcción económica sin límites casi. Algunos de ellos podrían forinar parte hoy de un moderno prospecto publicitario impresO. para atraer inmigrantes;. sobre todo a la luz de estas ideas: ..• *Cuanto mú se internan los cerros. tanto mú se extíenden las hennosas llanadas eo que el hombre aun no ha hecho reso-

nar el ¡old"Pe del hacb~· ••• (SS). "Mú de la mitad del territorio de la rep6bli~a esti ocupado por la zona de los bosques, y esti apenas habitada por algunas familias criollas, y cerca de 2.000 indios reducidos y aproxima· damento 40.000 independientes .•• Cuando las imni¡raciones y las generaciones futuras empiezen a rozar las ¡randes selvas y el interés mercantil llame allf cada dfa nuevos colonos, otonces serl cuando · cambiarin de aspectos eaw solitarias ~pones que el hombre bluco apenas ha recorrido por el cuno de los. ríos prlftcipale~,. ••• (S6). Antes que nada, Codazzi era geógrafo. Tal vez se dejara guiar por cierto entusiasmo; pero en él predominaba la obJetividad, de la cual dio suficientes pruebas; de manera que no bay lugar para pensar en un desbordamiento irreflexivo en sus opiniones, alejado diametralmente de lo que es la percepción científica. Otros hombres, calificados por la crítica de muy objetivos, que escribieron sus impresiones de viajes con la frialdad expresiva del científico, avalan en juicios anteriores cuanto Codazzi (52) (S3) (S4) (S.S)

Ibídem, p. 21. lbidem, p. 47. Ibídem, p. 48. Ibídem, p. Sl. (56) Ibídem, p. 78.

iaí;. Artr+

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expuso y dan. visos de aceptable certeza a. opiniones ·de autores cuyo oficio era la política. Alejandro de Humboldt escribió así de nuestro país: · · "Las Costas de Venezuela tiene: por la belleza de sus puertos, por la tranquilidad del mar qÜe las baña y por .las soberbias maderas de construcción de los bosques que las CQ~n. aran· des ven~as sobre las costaS de los Estados Unidos • ...(57). ,.Cuando se abarca con un solo golpe de vista el suelo de Venezuela y de Nueva . -...... se reconoce que ningíln otro. pafs de la América Española puede ofrecer el comercio una. mayo.r variedad y tal riqueza de producciones del reino ve. getaU' ..• (58).

Por su parte, Francisco Depons, quien residió.en Venezuela entre 1801 y 1804, sostuvo la siguiente opiníón: ..Cabe aiumar, sin temor a equivocarse, que en llin¡una 1... titud de América hay comarca comparable en fertilidad, variedad y riqueza de productos con la Capitanía G~e~al de Caiacas, es decir: las provincias de Venezuela, Barinas~ ,' Maracaibo, Cummi, la Guayana. espdola y la isla· de Mat· garita' •.• (59). ·

de

En 1806, al comentar la obra Depons, una revista britá· nica se refería a Venezuela como.un país eminentemente fecundo e infinitamente más saludable que cualquiera de sus vecinos ... (60) que en fechas recientes había experimentado aumentos en su comercio, y se Jamentaba de no contar con un texto de historia que pusiera a sus lectores al tanto de las cosas que tes interesaba conocer de estos dominios espa:ftoles. Las transcritas son opiniones de observadores .y analistas cuya seriedad es generalmente aceptada. No tenían el compr~ miso de justificarse con ellas y, salvo algunos impulsos emotivos de Codazzi, dan pie para creer que en verdad Venezuela poseía unas tierras privilegiadas por la naturaleza. Los juicios de estos señores tenían que constituirse en criterios de autoridad para nuestros hombres públicos, quienes ·bueno es reconocerlcr cuando se referían a las potencialidades económicas naciona~ les no repetían lecciones aprendidas, sino que sobre Ja base (57) Alejandro de Humbodlt, Viaje a las r~giones equinocciale1 del nuevo continente, t. V, pp. 156-157.

(58) lbíbem, t. V, p. 134. (59) Francisco Depons, Viaje fl la ptiTte orlentttl de tie"a j'irme en la América Meridional, t. I. p. V. (Introducción). (60) Ibídem, t. 1, p.x. Transcripción de Pedro Grasos en su Estudio PreJi.. minar de la obra.


lM~ERME--------------------------~------de un conocimiento cabal del país, se verían apoyados por quienes describían nuestros paisajes de manera tan espléndida. El propio General ,Páez mantenía idílicas apreciaciones respecto de las potencialidades nacionales. Aun en 1867, exilado y tal vez sufriendo la amargura de que en Venezuela ejercieran el poder sus más encarnizados enemigos, opinaba de este modo: .. •venezuela cuenta en swlimitcs una de las provincias mú favorecidas por la naturaleza de los trópicos, rica en veneros no explotadoa . . . y que con fácil accuo invita a nacionales y extranjeros a áenamar en el mundo los tesores que ae encuentran en su suelo.'• ... (61).

Coincidía Páez con el geógrafo Codazzi en algunos aspectos relativos al Orinoco, cuando escribía esto: . . . Las bocas del Orinoco, del Amazonu y del Plata &ertn los canales que conduzcan los exuberantes tesoros de riqueza tropical a lu partes del mundo donde la actividad de los hombres ha qotado los mineros (sic) de la tie~ ..• (62).

El mayor crítico de Páez, el hombre que encabezó la oposición liberal en la década de 1840, que fue ideólogo de la lucha social contra los conservadores jefatureados por Páez y er mucho responsable de la Guerra Federal, también coincidía como los demás en sus apreciaciones acerca de nuestras riquezas potenciales: 1 •Enclavados entre cerros Los Valles de Arqua ..• todavía no han encontrado un capital metálico para la empresa de su comunicacibn. Estagñadoa se encuentran los tesotos que encierran esos Valles del Tuy, verdadero ed6n perdido al cual lle¡amo• por entre crestas y quebradas . . . A pocu lepas del mar y cruzando por ríos nave¡ables, tenemos al Oriente de Caracu y a dos dias de p&imos caminos, montmu de cedros y caobos . . . pidiendo una sola sielra y unos brazos para dar tesorW' •.. ( 63 ).

Esto lo escribió Guzmán en 1845; pero en 1831 ya pensaba de manera parecida, igual que Páez, Codazzi, Fennín Toro, Tomás Lander y otros. Quienes después serían víctimas de la exacerbación política encausada en las pugnas de liberales y conservadores, profesaban ideas de . corte similar en cuanto a las bondades de la tierra venezolana y aconsejaban medidas eficaces {61) (62) (62) (63)

Jos6 Antonio Páez, Autobiografía, t.ll, p. 345. Ibídem, Ibídem. p. 345. Antonio Leocadio 9uzmin,"CUestión econ6mico-polftica", en en Peltltlmiento político venezo141to del siglo XIX, t. 6, p. 387.


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para remediar nuestra angustia improductiva. El propio Guzmán, cuando fue Ministro de Páez, se colocaba a la cabeza de quienes creían tener las soluciones: . . . -Todo, seftor, debemos esperarlo de la población, y hablaré de ella cuando me aea dable, porque btjo la zona tórrida, al ver la fecundidad prodi&iosa de nuestra tierra, loa muchos y poderosos elementos de prosperidad que encierra, y al compararlos con su estado de infancia y debilidad, nada creo mú n~ario ni mú disno de atención del ma¡istrado que poblarla' ... (64).

Coincidían también en la solución más inmediata, esto es, . dotar la tierra de hombres que la trabajaran. Páez creyó con Guzmán, en la utilidad de traer inmigrantes al país para que ayudaran a reactivar la agricultura; inspirado en la fe que tal idea le producía, estimuló la creación de una corriente de san.gre nueva que cumpliera ese objetivo (65). ·Lastimosamente, los esfuerzos por lograrlo no se correspondieron con la necesidad, y la cantidad de trabajadores del campo que vinieron al país no fue suficiente ni contó con el apoyo gubernamental apropiado para que su trabajo fuese más efectivo de lo que resultó, . de manera que estimulara la -corriente migratoria. Quienes veían el problema conocían la solución y algo hicieron por aplicarla; pero se quedaron cortos. La visión interna que tuvieron del país, en muchos aspectos fue acertada. La tierra era pródiga y abundante, aunque no tanto como pensaban; o por lo menos no estaba la sociedad venezolana en condiciones de materializar las posibilidades sofladas, como no estuvieron dispuestos sus dirigentes a deponer las rivalidades para darse a semejante tarea. Aquellas ideas que nos hacían casi parecer un paraíso eran profesadas sinceramente, tal vez con exceso de optimismo, en subjetivaciones románticas, pero bien sentidas. Eran, a su modo, una matriz de pensamiento convertida en imagen nacional, idealista y bastante separada de las realidades hacia las cuales . se encaminaban sus productores. La dinámica social que ellos mismos crearon contradijo progresivamente sus ideas, sustin.yéndolas por realidades opuestas a las que se podían desprender del maravillos cuadro surgido del paisaje naturaL (64) Antonio Leocadio Guzmán, Ministro del Interior y de Justicia, "Memoria 1831", en Pensamiento político venezoltzno del 1iglo XIX, t. 6, p. 91. (6S) Nic:olú Perazzo,, Lfl lnmigraci6n en Yenezueltz, t .. 1, (183~1850), pp. 24 y s¡ts.


186niTERRA~.~-----------------------------------Eramos presas' de. la inmadurez social que ya. en 1853 veía José Joaquín de Mora como enfermedad de los pueblos iberoamericanos (66). En medio de tantas dificultades, se desea~a y se ofrecía mejorar la vida nacional en todos los órdenes; pero unos empujaban para precipitar las decisiones mientras otros evitaban ser atropellados. No hubo la cordura necesaria para annonizar las ·tendencias y así las cosas, el caudillismo, el militarismo, la anarquía, tomaron cauces profundQs en nuestros decurso histórico. Se improvisó un mesianismo de manps vacías . que sólo podía hacer promesas porque carecía:de recursos y de esa manera fue conducido el país hasta la fecha fmal del período en estudio . . Conclusiones

El resultado de mayor relevancia que a escala nacional produjo para Venezuela su declaración de independencia, fue la independencia misma. Vista como las más elevada reivindicación de la sociedad venezplana en su búsqueda de una defmición propia,· esto no admite cuestionamiento alguno, aunque ese derecho no se llegara a conquistar por la unanimidad que s~iera para preservar la' annonía social imperante en el período colonial. · Precisamente, en virtud de haber sido aquél un proceso que durante todo su desarrollo es expresó en direcciones encontradas, significó una penosa realización de experienCias cuyos elementos· componentes, por si mismos, determinaron para el país un nacimiento dificultoso a la vida republicana y signaron el curso inmediato de la vida pública con su carga conflictiva. Cuando las armas venezolanas lograron imponer la eman cipa~ ción, el inventario de problemas nacionales era impresionante. De ellos, los f¡tetores políticos atrajeron la .atención prioritaria de nuestros dirigentes, quienes les dedicaron sus mejores esfuerzos. Las actividades patrióticas se orientaron, en primer lugar, hacia la prosecución 'de la guerra desbordando las fronteras nacionales, con la finalidad de contribuir a sellar la libertad total de Hispanoamérica; después se impuso la organización de la República de. Colombia. Si bien lo primero habría de ser defmitivo, lo segundo resultaría una obra hermosa, pero efímera. Al tiempo que Venezuela tomaba su perfil defmitivo, los pro(66)

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~~ :- ~...:': :..

J~ Joequín de Mora, "De la situac.i6n actual de las repúblicas IUJ'allleric:aoa", en Re~uta Ezpt~ffo.llt de Ambos Mundos, . 1853, t.l. '


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blemas económicos desatados por la guerra no babíaJl encontrado solución; al contrario, algunos se agravaron con el transcurrir de lo5 aflos, complicando el cuadro republicano al entrelazarse con las surgentes dificultades políticas y, combinados, constituir com· promisos de gobierno más complejos que exigían tino en las me· didas y el más amplio concurso colectivo. Durante los aftas que van desde 1830 hasta fines de la década de 1850 nuestros conductores compartieron las intenciones de mejorar la situación nacional, ·infortunadamente como creadores de una dinámica que ·cada vez distanciaba más· a unos y otros. Con respecto a los aprietos mayores sufridos por el país hubo coincidencias básicas de juicios; pero apenas llegaban al plano de las realizaciones concretas, aquellas coincidencias se debilitaban al c.alor de polémicas grupales o personales, de celos caudillescos, de posiciones, en ím, que subordinaban los intereses generales a los particulares y hacían progresivamente difícil una auténtica mancomunidad de esfuerzos. La tierra venezolana prometía mucho; el sistema republicano y democrático proponia mejores fonnas de vida económica y política; en la superficie de las declaraciones, los afanes de los líderes parecían corresponderse ·con las expectativas; pero tres siglos de sujeción colonial y absolutista habían impedido el aprendizaje social previo que nos asegurara el funcionamiento cabal de las nuevas instituciones. El ejercicio del debate y el aprovechamiento civilizado de las contradicciones democráticas estuvo negado por una inmadurez política que prolongó excesivamente el proceso de consolidación del Estado Nacional, más allá de lo razonable. Ese fue el más caro tributo pagado por Venezuela como precio de su emancipación. Bl"bliosrafía Arcila Parlas, Eduardo, Economífl Colonilll de Venezuela.. M6xico, Fondo de Cultura Econ6mic:a (Coleccil>n Tierra Firme, No. 24), 1946. Comercio entre Venezuela y México en lo1 .riglo1 XYH y XYIII. M'xico, El Colegio de M6xico, 1950. Hütoria de 14 Ingeniería en Venezuela. Caracas, Colegio de lnpnieros de Venezuela, 1961, 2 vols. Hútorill de un monopolio. El E1tanco del Tabaco en Venezuela 1779-1833. Caracas, UDiversidad Central de Venezuela, Publicaciones de la Facultad de Humanidades y Educación, 1977. El comercio en la provincia de CtzractU con los dominios esptJifolel y lUiciones eniTKtctu y tul dominio• americanos en 1783·1793. Ponencia presentada en el Congreso Mundial de Historia convocado por


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190nnERRA~-------------------------------------

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Diversas cor.rientes teóricas han transformado a fondo el marxismo abrazado por la izquierda venezolana durante la época de la guerrilla en los anos 60. Aunque.los dirigentes izquierdistas generalmente niegan que sus partidos son réplicas de modelos extranjeros, el. movimjento eurocomunista y en particular las obras del comunista italiano, Antonio Grarnsci, han dejado una marca indeleble (Cortés, 1979: 88-89). Los izquierdistas venezolanos han sido también receptivos a los planteamientos de los economistas "dependentis(•) Este ensayo se basa en un artfculo _q ue fue publicado en Jour M I of In te,.. amt:rican Studies and Jtlorld Af{ain, Vol. 23, No. 4, Noviembre de 1981, pp. 483-4.93• ... .J '


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tas" en cuanto a nuevas fonnas de integración en el sistema capitalista mundial. Por cierto, la productividad iiltelectual de la izquierda es impresionante en relación a la mQdesta respue~ta electoral, .reflejada por el ocho por ciento de los votos recibidos en las eleccio-' nes presidenciales de 1978 (*). Parte de la explicación de este resultado está en que cada uno de los cuatro partidos principales -el PCV (Partido Comunista de Venezuela), el MAS (Movimiento al Socialismo), el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), y el MEP (Movimiento Electoral del Pueblo~ lanzaron su propio candidato. En contraste, el social demócrata AD (Acción Democrática) y el social cristiano Copei, que sacaron juntos 90 por cien· to de los votos, no han igualado los esfuerzos de la izquierda en el frente ideológico, a pesar de que hay elementos en ambos partidos que han levantado la bandera de la "renovación.,. José Agustín Silva Michelena, quien pertenece al MAS, y el no afialiado Heinz Rudolf Sonntag aceptan el planteamiento de Gramsci referido al hecho de que en ciertas democracias bien establecidas, la legitimidad y no la fuerza constituye el apuntalamiento ;más importante del Estado. Ambos autores sostienen que, por un lado, en las sociedades desarrolladas la viabilidad del sistema económico y la influencia poderosa de ciertos símbolos culturales desempeftan un papel crítkn en la justificación del derecho a existir por parte del Estado. En las naciones democráticas en desarrollo, por otro lado, la legitimidad se deriva más que todo del sistema· electoral. Esta observación es quizás más aplicable en Vene· zuela donde las campañas presidenciales alcanzan niveles altos de participación (Baloyra y Martz, 1979: 218-219) y absorben mucha atención nacional sobre un período extendido (Salinger, 1978: 97-98). Como bien apuntan Silva Michelena y Sonntag, los partidos políticos venezolanos, por poseer una orientación esencialmente electoral, han impedido otras formas de articulación de intereses. Estos autores consideran que ·aunque las elecciones fortalecen el · sistema, ellas también sirven como un mecanismo· para desahogar las frustaciones sociales, y en esta fomia proveen a los miembros de la clase dominante de un área aceptable para pelear entte sí sobre $US diferencias internas. Sin embargo, tan pronto las eleccio. nes terminan, ·se logra un nuevo ·acomodo, como ·es manifiesta en el consenso entre AD y COPEI sobre cuestiones de importancia primaria. Estos partidos, conscientes de la fragilidad del sistema político, han acordado tácitamente suavizar las denuncias de _(•) Ese porcentaje casi no varió en las elecciones que se efectuaron en Diciembre del pasado año.


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corrupción administrativa en un esfuerzo de evitar la · erosión de la confianza pública en el sistema democrático. Silva y Sonntag dedican un capítulo al Consejo Supremo Electoral (CSE) para demostrar como el sistema garantiza la imparcialidad electoral sin lo cual las elecciones no podrían d~sempenar su función legitimadora. Este punto es válido en cuanto al conteo de votos, pero ellos exageran, quizás para pennitirse demostrar la validez de otra proposición aparentemente gr~sciniana : la auto-nomía relativa de las instituciones estatales en su relación con la élite dominante ( 1). El CSE, controlado por los dos partidos principales, es difícilmente irnpenneable a la influencia partidista. Su falla más evidente es su inhabilidad ·o falta de voluntad para hacer cumplir el límite de la campafta de 8 meses, como también regular los gastos de los candidatos (Wells, 1980: 45). Ambos autores intentan usar su explicación funcional de la política electoral para referirse a varias cuestiones teóricas importantes y ayudar a delinear un rumbo para la izquierda venezolana. Critican a los cuatro partidos principales de la izquierd~ por aceptar reglas que están disefladas para fortalecer el sistema existente. Según ellos, esos partidos no han atacado la corrupción del gobterno a fondo porque aceptan implícitamente la necesid.ad de preservar la legitimidad del sistema democrático. Además, ellos siguen el estilo establecido por AD, Copei y sus respectivos consultores · norteamericanos en la campana de 1978, en la cual las cuestiones concretas . fueron eludidas. Esta observación se hace eco de una crítica más profunda apuntada por la ultra-izquierda en contra de la izquierda establecida, por subordinar las luchas cotidianas a la tarea de ganar elecciones, tanto a nivel nacional como institucional (Bravo, 1978: 120-121 y Rodríguez, 1979: 208-21 0). Silva y Sonntag también se refieren a la perpleja situación de dos par(idos con orientaciones programáticas e ideológicas similares enfrentados en una rivalidad aguda y amarga. Algunos independientes políticos han sUgerido que este combate entre AD y Copei ha alcanzado recientemente limites no controlables y que, en contra de las metas dé los dirigentes de esos partidos, amenaza la estabilidad del sistema democrático. Por ·otro lado algunos iz· quierdistas ven la discordia como un espejismo diseftado para crear la apariencia de competencia sana entre los dos partidos. (1) Carl BoJP (1980:

22) dice que el concepto de la "autonomfa relativa" de las instituciones de las instituciones del estado se basa en una mala interpretacibn de Gram.sci, y que el planteamiento es de verdad atribuible al sucesor de Gramsci, Pabniro' To¡liatti. ·Para una discúsi6n ¡eneral de eata teorfa, ver: Holloway y Picdotto (1978: 5-8).


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Los autores de El proceso electoral. .. rechazan ambos puntos de vista. Niegan que la rivalidad entre AD y Copei esté programada ya que se deriva de los mecanismos establecidos para expresar tensiones ínter e intra-clasistas. Al mismo tiempo el conflicto entre AD y Copei, lejos de ir más allá de los límites tolerables, ayuda a fortalecer el sistema ya que distrae la atención de los partidos más pequeños, u~icados a su izquierda, algo. que según los autores se logró conscientemente en las elecciones de 1978. La mayoría de los izquierdistas venezolanos van a la burguesía dividida entre un sector tradicional y uno emergente. Este último grupo fue alentado por el gobierno de Carlos Andrés Pérez, que canalizaba ·el recientemente . aumentado ingreso petrolero a las empresas estatales y privadas y nacionalizaba las principales Un escritor izquierdista independiente industrias extractivas. (Duno: 1975) ha popularizado el término "los doce apóstoles., para hacer referencia a los representantes más prominentes de la burguesía emergente, . incluyendo varios miembros· de la. administración de Pérez acusados de corruptos (2). El libro de Silva y Soniltag, el de Proceso Político (fue el nombre de una naciente organización política) y el del dirigente del. PCV, Radamés Larrazábal, reflejan el pensamiento general de la izquierda referente a los intrincados vínculos entre todos los sectores de la burguesía venezolana y el capital extranjero. Esta casi unanimidad en la izquierda fue lograda a fines de los anos 60 cuando el PCV eliminó la frase "burguesía nacional anti-imperialista" de su vocabulario, en parte como respuesta al .papel negligente desempeftado · por la burguesía en la revolución cubana. A pesar de este acuerdo básico, los tres libros previamente mencionados exhiben diferencias en cuanto al papel de la burguesía emergente y el lugar de Venezuela dentro de la configu~ ración mundial del capitalismo dependiente. Proceso Político ve a ese sector de la clase dominante como ..el enemigo principal" (Proceso Político, 1978: 88) en Venezuela. De acuerdo con sus autores, la burguesía emergente se distingue por su apoyo a medidas autoritarias dentro del país y a una política externa agresiva. Por ejemplo el Plan Tinoco, trazado por uno de los "12 apóstoles" en 1975, iba a entregar el manejo del sector estatal. de }a economía a empresarios con experiencia, bajo el pretexto (2) Entre los "12 apóstoles" que tenfan cargos importantes en el gobierno no están Pedro Tinoco (Ministro de Hacienda bajo Caldera), Gumersindo Rodríguez (Ministro de Cordiplan, bajo Carlos Andrés Pérez.), Diego Arria (Ministro de Información y de la Secretaria de la Presidencia, bajo el gobierno de Carlos Andm Pérez).


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de que el recién aumentado ingreso petrolero era de tales proporciones que no podía ser confiado a burocrátas gubemamen· tales ineficientes (3 ). La tecnocracia propuesta·, retirada de la presión pública, hubiera nutrido más la . élite emergente. Ad~ más;. la · política externa nacionalista de Carlos Andrés Pérez expresó las ambiciones de ese sector de la burguesía en cuanto pretendió convertir las naciones del Pacto Andino y las del Caribe en una esfera .de influencia para Venezuela (Lanza, 1980: 100-166). Tanto ·Silva y Sonntag, por una parte, como R. Larrazábal, por la otra, presentan un análisis distinto de las políticas perseguidas por Pérez: A diferencia de Proceso Político., estos escritores izquierdistas vieron la posición tercermundista de t Carlos Andrés Pérez como un desafío a los intereses políticos y económicos de los EE. UU. Aunque la izquierda venezolana en su conjunto criticó duramente la nacionalización del hierro y el petróleo bajo Pérez sobre la base· de que no logró romper los vínculos con las compaí'iías multinacionales, Larraz.ábal admite que representó "un primer paso en una lucha más larga hacia la conquista de· los r~ cursos naturales'' (Larrazábal, 1979: 94). El PCV razonó que las nacionalizaciones harían más .fácil la tarea que pudiera llevar a cabo un futuro gobierno popular para romper de una vez la dependencia (Carrera, 1979: 51). Para fortalecer el sector estatal, Larrazábal advierte en contra de conflictos laborales excesivos en industrias gub~rnamentalcs que pudi~ran debilitar a dicho sec· tor, una política reminiscente de la política anti-huelguista. del Partido Comunista ·durante la Segunda Guerra Mundial. Estas opiniones diferent~ referentes a la burguesía emergente y las políticas iniciadas por Pérez tienen implicaciones importantes para Ja estrategia izquierdista. En teoría, todos los partidos de la Izquierda condenan tanto a AD como a Copci por ser representantes fieles de la clase dominante. Sin embargo, varios de ellos -tal como, _por ejemplo, la Vanguardia Comunista- indirectamente apoyaron al candidato presidencial de Copei en las elecciones de 1978 (García Ponce, 1977: 222-232) y subsiguicntemcntc hablaron en .favor de compromder los votos críticos de la izquierda en el Congreso al programa copeyano; Larrazábal atribuye esta estrategia a la falsa noción de que la izquiera puede eliminar la polarización en trc Copci y AD si forma fila con el primero para (3) La propuesta de Pedro Tinaco para una organización tecnocr,ática del gobierno' fue formu)ado originalmente en los años 60 y duramente enfrentada por una fracción de AD, que en 1967 se fue del partido para formar el MEP (BJank, 1971: 92).


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golpear el segundo que es supuestamente el más reaccionario de los dos. A pesar de su llamado para dar un trato igual a los dos adversarios, el PCV fue a la defensa del ex~Presidente Pérez cuando las acusaciones de corrupción en su contra amenazaban con tener las proporciones del Watergate. La actitud del PCV estaba admitidamente influenciada por el apoyo de Pérez a los Sandinistas y el elogio que de él hizo Fidel Castro. La rcevaluación por parte de José Vicente Rangel del papel de las Fuerzas Annadas en la vida de la nación se basa en argumentos no ortodoxos para un izquierdista. La posición tradicional marxista, avanzada por el PCV en los aftos 69, vió a las FF. AA. como · "subordinados a la política de los imperialistas norteamericanos, de los grandes latifundistas ... ~· (Plaza, 1978: 171 ),.aun· que en la· práctica la izquierda venezolana no siguió este dogma tan rígido. Rangel alaba al personal militar· por sus habilidades té.cnicas y administrativas, que han sido sub-utjlizadas por la nación, y por su disposición de tomar medidas apropiadas ·en casos de co-rrupción. El llama a la participación de las FF.. AA. en el debate. nacional, y su incorporación en el proceso de la toma de decisiones. Este punto de vista positivo. de las FF. AA.; como el análisis de Silva Michelena-Sonntag del CSE, refleja una posición más general abrazada por el MAS, que .postuló a Rangel dos veces como su candidato presidencial. De acuerdo con el MAS; la madurez del sistema político y la excepción de las rnstituciones estatales del control directo de las clases dominantes ubican la democracia venezolana en una categoría afín con las naciones avanzadas europeas, que sirvieron como base del análisis de Gramsci (Petkoff. 1976: 93-, 94 121. 127).. Uno de los aspectos más controvertidos de la ·tesis de Rangel sopre la renovación de las FF. AA es la propuesta de extender el dercd1o de votar al personal militar. AD y Copei· se hán opuesto tirmcmc:nte a la idea porque viola el concepto de la institución castn.·nse ..apolítica" como está estipulado en la Constitución Nacional ( Pei'ia. 1980: 31). Rangcl, en el pasaje final de1libro,. denigra del "anacrónico apolítidsmo de las FF. AA y de una aséptica institucionalid4ld que no sirve sino a los fines turbios de grupos podérosos" (pp. 133-134); El papel de las FF. AA. es un tema particulanncntc delicado, y aquellos que participan en· el debate indudablemente (.kjan mucho sin decir. Los dirigentes políticos de todas las tendencias confit'sun en privado su desconfianza hacia las FF. AA. -actitud que no debe ser sorprendente dado la'llistoria del país- pero esta aprl'hcnsión no sale a la supetficie en.el debate público. Adt!más, todos los políticos hablan publicamente de la


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necesidad .de nombrar personal militar calificado a puestos en la administración estatal, sin mencionar la incompatibilidad entre la formación autoritaria de los oficiales y el papel de las instituciones democráticas como conciliadoras . de los intereses de distintos grupos. Finalmente, Jos motivos de Rangel (y de otros dirigentes izquierdistas) no están enteramente claros. Dada la cvidtmte politizacióit-de ~as FF. AA., ¿está tratando la izquierda de crear su propia esfera de'· influencia entre los oficiales de menor rango, quknes son más receptivos a las posiciones asumidas por Rangd? ¿Está la estrategia de la izquierda diseñada para ganar a los militares al socialismo, o -como Allende pretendió hacer- neutralizar la · institución mediante el apoyo a una fracción "legalista" que podría ser confiable para defender un gobierno socialista elegido en el futuro? (4). Algunos comentarios de Rangel son asombrosamente similares a las posiciones asumidas por aquellos que están del otro lado dd espectro político. Por cierto, poco después de la publicación dl' Seguridad, Defensa y Democracia, Rangcl hizo causa común con un heterogéneo frente que se opuso a la entrega de una parte del disputado Golfo de Venezuela a Colombia. En este trabajo, Rangel critica duramente al gobierno por no implementar una política fronteriza efectiva para frenar la migración fuera de las regiones estratégicas. El apunta a la vulnerabilidad de la Faja Petrolífera del Orinoco a causa de la carencia de una infraestructura .de .transporte. Brasil, por otro lado, ha promovido el desarrollo y la población de su territorio limítrofe del Amazonas. La seguridad venezolana,· según Rangel, está amenazada también por la creciente influencia militar en Colombia y poi- la aceptación general en esa nación de la emigración masiva como una aceptable válvula de escape para las tensiones sociales ascendentes. Aunque estos comentarios son muy heterodoxos para un izquierdista, Rangd se autocalifica como tal a cada momento a objeto de evitar confu(4) Un estudioso de las FF. AA. en América Latina, Manfred Kossok, ha mantenido que el esfuerzo para promover un movimiento socialista dentro de las FF. AA. ofrece pocas posibilidades de éxito: .. La necesidad de tomar la ofensiva en instancias aisladas (las sublevaciones .en Carúpano y Puerto Cabello en Venezuela en .1962) o buscar vínculos con el movimiento guerrillero (Guatemala) subraya la imposibilidad objetiva de ·re· volucionar las partes importantes de las FF. AA. desde adentro .. . Por eso el campo de acción para la actividad progresista en las.FF. AA. , como una fuerza potencial para cambio socio-polltico en América Latina está restringido bisicamente a tendencias reformistas nacionales" (Kosso k, 1972: 392).


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·sión en cuanto a su verdadera identidad política. Es por ello que él advierte en contra de la asunción de una actitud anti-colombiana. Por otra parte, él ve en un gobierno fuerte , capaz de garantizar la seguridad nacional, la única alternativa viable a la ineficacia del presente, pero añade que tal fuerza no implica necesariamente la ausencia de libertades democráticas. También afirma una posición izquierdista al mantener que Venezuela tiene que for:talecer sus defensas para proteger sus reservas petroleras de tina jntervención norteamericana. · En la misma · manera en que la discu·sión referente al papel de las FF. AA. ha sido prácticamente tabú, previa a la publicación del libro de Rangel, la izquierda hasta hace pocos anos evitó la mención del fiasco de la guerrilla de los anos 60. La lucha armad4: hablan 5 jefes, conjuntamente con otros libros (Pena, 1978 a, 1978 ), se apartan de esta tradición. Las cinco entrevistas con dirigentes pecevistas de los ai'ios 60 demuestran que el surgimie~ to del MAS y Vanguardia Comunista en 197 1 y 1974 provino en parte de percepciones diferentes de esa experiencia traumática. Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez, presidente y secretario general del MAS, setlalan que la )Jamada de su partido en favor de "la vía venezolana al socialismo" era una reacción a la tendencia en la .izquierda de aceptar sin criticas las t¡orfas importadas. En 1962 y 1963, por ejemplo, el PCV siguió la política "incoherente" (Blanco, 1980: 133) de promover el terrorismo urbano, la guerrilla rural, los golpes militares y la actividad parlamentaria en un esfuerzo de llevar a cabo el famoso principio de Lenin sobre la necesidad de compbinar diferentes formas de lucha. Al ano siguiente, un partido comunista muy golpeado abrazó la estrategia de Mao de la "guerra prolongada" que empieza en las regiones rurales, sin tomar en consideración el pequeflo número de campesinos en Venezuela y sus simpatías pro-adecas. · Petkoff y Márqucz estaban particularmente amargados por la denuncia pública de Fidel Castro en contra del PCV en Marzo de 1967 por su abandono de la lucha armada. Poco después, la Unión SOviética, que previa y calladamente había desprobado la estrategia guerrillera · del PCV, alentó a los dirigentes del partido a tomar medidas en contra de Petkoff por sus críticas. abiertas de la invasión .soviética de Checoeslovaquia (Petkoff, 1969). Las diferencias dentro del PCV acerca de la fo.rma más acertada de retirarse de la lucha armada y los problemas relacionados con normas democráticas internas, constituyen factores que también presagiaron la división del PCV en 1971. De acuerdo con Petkoff y Márquez, los "burócratas" del PCV que incluían a Gustavo


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Machado y García Ponce (Blanco, 1980 : 242) publicaron un simple comunicado ordenando a los miembros del partido a terminar la actividad guerrillera. Los dos entrevistados rechazaban esto por ser demasiado mecánico ya que no permitió debate alguno dentro del partido. La llamada de Márquez y Petkoff en favor de un ... retiro .ordenado" {Blanco, 1980: 222) y más prolongado fue. vista por algunos como una cubierta para sus intenciones verdaderas·de reasumir la lucha armada en· una futura fecha. Petkoff nota que la decisión de los altos dirigentes del PCV de tomar sanciones contra él sin tomar en cuenta las opiniones en la base del partido es lo que convenció a los dirigentes veteranos como Márquez de irse del partido (Petkoff y otros miembros más jóvenes, por otro lado, habían decidido en una fecha mucho más temprana dividir el partido, que consideraban imposible de renovar). El MAS ha intentado evitar este tipo de rigidez en la toma de decisiones. El compromiso del MAS de garantizar el debate abierto está marcado por su aceptación de la existencia de tendencias intemas,-una política que el más disciplinado PCV desdcfta (Myers, 1980: 17). La entrevista con Guillermo García Ponce clarifica los orígenes de la Vanguardia Com\Jnista., el partido que él mismo dirigió El relato de García Ponce acerca de su papel como "jefe militar'' del PCV es instructivo por lo que dice acerca de Jas conexiones entre la estrategia militar y los objetivos políticos. En aquel entonces él favoreció el trabajo dentro de las FF. AA. y la conccn· tración de esfuerzos en las áreas urbanas para crear un clima perturbador, conducente a un golpe militar. Esta "tendencia putchista"· vió el reemplazo del gobierno de AD como la tarea primordial del momento y no los objetivos más " extremistas" de liberación nacionaJ (Blanco, 1980: 333 ). García Pon ce mantiene retrospectivamente que si Ja izquierda se hubiera adherido a la consigna de "Nuevo Gobierno Ya" en vez de promover un programa de refonnas socio-económicas profundas hubiera podido derribar el gobierno de AD. Vanguardia Comunista heredó esta actitud antiadeca y no descartó Ja posibilidad de apoyar un "candidato nacional" (Blanco, 1980: 391) copeyano en 1978 para <Jar un golpe abrumador a Acción Democrática. El PCV, el MAS y Vanguardia Comunista (5), representados en esta selección de entrevistas, están actualmente dedicados a la política electoral y el MAS, en particular, ha sido muy cuidadoso (5) Después de la primera redacción de este ensayo, Vanguardia Comunista se ha disuelto y sus miembros han ayudado a formar la Nueva Alternativa.


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en · afmnar su orientación democrática (Ellner, 1980: 70). Sin embargo, ninguno de los cinco entrevistados criticaron la decisión de la izquierda de lanzarse a una lucha de guerrilla que tenia como objetivo el derrocamiento de un gobierno dernocraticamente ele~ gido. Por cierto que existe un consenso en relación a que después de la ·caída de la dictadura de Pérez Jiménez en ·-1958, el PCV fue demasiado impulsivo en promover la consigna ·~elereiones ya!" (Núi'iez, 1979: 77-78). En vez de eso la izquierda debió haber insistido en su representación en la Junta Militar dirigida por Wolfang L~rrazábal en reconocimiento de su papel clave en la lucha clandestina contra Pérez Jiménez ; De no haber ocurrido las elecciones de manercr· tan apresurada, Larrazábal .hubiera podido implomentar reformas más radicales y en esta forma aumentar sus posibilidades (y las del PCV ·que lo apoyó) en las elecciones. Incluso Pedro Ortega Díaz, el único lider nacional del PCV que abiertamente se opuso a la lucha de guerrilla, admite su apoyo a una conspiración involucrando al hermano de Larrazábal, Carlos, basándose en que solamente este complot ofrecía una:posibilidad mediana de éxito. Esos comentarios parecen estar en contrádicción con . el compromi90 democráti<:o de esas figuras políticas en el transcurso de la última década. El golpe· de la derrota guerrillera condujo a un proceso de reflexión en el cual las diferencias previamente vagas en la izquierda se definieron claramente. . La dinámica de la competencia entre los partidos de la izquierda en los años 70 influyó en este proceso de clarificación de posiciones. El aspecto negativo de la rivalidad ha sido la falta de unidad que ha resultado como institucional. Como se ha querido mostrar en este ensayo, la distancia que separa las tendencias de la izquierda venezolana en lo atinente a la formulación estratégico-ideológicas es sustancial (a diferencia .de las dí• vergencias existentes entre AD y Copei). Puede decirse, por tanto, que su falta de unidad es, en buena medida, el producto de una acción de deslinde entre las distintas posiciones, aunque frecuentemente se la atribuya tan sólo a la mezquindad y al egoísmo de los dirigentes. Dada esa situación, no parece probable que las ·diferencias se superen a mediano plazo,· pero. si se invoca un espíritu de tolerancia en la izquierda, éstas pueden ser ubicadas en su justo lugar, dando paso a la unidad que es tan ansiada por casi todos los que se identifican con ella.


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TIERRAFI~ffi/201 V~,a

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~/TIERRAR~ffi------------~----------------------

Aproxiriláeiones a un modelo curricular de interdisciplinariedad en las Ciencias· Sociales Maruja Taborda de Cedeño Beatriz Ceballo de Roa RamónTovar Federico Vill~lba Manuel Bravo l.-Introducción. Las líneas relativas a la interdisciplinariedad en las Ciencias Sociales que aquí ofrecemos, son el producto final de un Taller realizado en el Instituto Universitario Pedagógico de Caracas,: por la Unidad de Servicio de Currículo durante los-meses de Junio-Julio y Octubre-Diciembre 1982. Recoge ideas fonnuladas en el seno de un grupo de trabajo que constituimos en el Departamento de Geografía e Historia, atendiendo a las directrices señaladas por aquella unidad y su asesor. . El propósito fue· atender exigencias del nuevo diseno curricular de ta institución que incluye un área interdisciplinaria a nivel de las especialidades para fonnar un docente integrador a tono con ·las tendencias actuales que rigen en el campo científico y pedagógico. El trabajo se cumplió en dos etapas. La primera cubrió lo referente al diseno del área: presentación de alternativas de integración de conocimientos; proposición y justificación de un modelo; identificación y validación de tópicos interdisciplinarios; secuencia y alcance de los n1lcleos integradores y proposición de bancos de temas para cursos interdisciplinarios. Dar respuesta a cada una de estas cuestiones obligó, en primer lugar, a puntualizar los fundamentos teóricos propios de las Ciencias Sociale~, para buscar con su apoyo la coherencia indispensable que debía garantizamos la fonnulación de diseños integradores cónsonos con una concepción global de la realidad social. Consecuentes con la trayectoria cumplida por nuestro Departamento en 46 años de vida institucional y conscientes de que toda integración debe fundamentarse en una especialización; estudiamos las posibilidades que en este sentido ofrecen la historia y la geogra-


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fía en su unidad, concretada en la dimensióo, temp9r0<espacial que . es específica a la realidad social. El m1cleo c:Je nuestro proyecto lo confonna la Ge<rhistoria c<r mo interciencia. El hilo conductor de orden metodológico lo constituye la relación Espací<rSociedad. Estos penniten establecer los nexos con las disciplinas que se ocupan de profundizar en las diferentes esferas de Je realidad, garantizando el enfoque global y la integración del conocimiento social. En un segundo momento la operatividad del.área ocupó nuestro interés. Se seleccionaron tópicos desde los cuales es posible · aprehender la problemática actual como globalidad y Se les sometió a validación a través de un~ encuesta que enfatizó en eJ sefialamiento del grado de coherencia, correspondencia con la especialidad, actualización y fertilidad que de ellos se infieren. De la encuesta derivan tos núcleos integradores de tres cursos que cubren exigencias de intensidad creciente confonne a un ordenamiento que conduce de lo metodológico a lo axiológico. En la segunda etapa del Taller, la atención nuestra se centró en el discfto de Jos cursos. Significó entrar en el nivel de lo metod<r lógico, cuidando mantener vigentes las exigencias del modelo pr<r puesto y responder a lo perentotio de la Ley de Educación. Conforme al plan se alcanzó lo referente a: descripción del área, exposición de motivos, formulación de objetivos generales y terminales; listado de contenido por cursos y proposición de estrategias met<r dológicas y de evaluación ajustados a los objetivos. El propósito que nos animó fue el de responder, con tres principios -coherencia, flexibilidad y funcionalidad- a las expectativas planteadas.

11.· Modelo de Integración Fundamentos Jurídicos

·Economta

Fundamentos Antropológicos

Sociología


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DI.- Justificacién del Modelo Pl'Qptiesto

1.- La Geo-historia ofrece la dimensión temporo-espacial de los fenómenos sociales. 2.- La Geo-historia, como INTERCIENCIA, proporciona la dimensión real de la problemática social, es decir, la ofrece en sus múltiples relaciones con un enfoque de síntesis. 3.- La visión global que deriva de la interciencia es, a su vez, punto de partida para proponer el- análisis de lo social en el campo de disciplinas o sectores-específicos deJ conocimiento. 4.- Desde la interciencia (Gco-historia), la relación fundamental Espacio-Sociedad funciona como hilo conductor del análisis y mantiene la coherencia indispensable a la comprensión de la realidad social como un todo dinámicamente organizado. 5.- La ffeo-historia da lugar al manejo de estructuras conceptuales propias de disciplinas sociales y a la organización de sectores del conocimiento dirigidos al análisis y explicación de la problemática social. IV.-

Estructuración de Relaciones lntenlisciplinarias dentro del Area. La GEOHISTORIA, tiene como objeto el estudio de los

fen~

m~nos

sociales en su dimensión temporo-espacial, implica una doble perspectiva: la sincrónica y la diacrónica. Lo temporal y lo ~spacial se apoyan en la categoría del proceso. Lo geográfico, identificado con lo espacial como producto social, está en íntima conexión con lo histórico en tanto que producto de las necesidades de los hombres organizados en sociedad. En consideración a la proposición de esta interciencia, como núcleo seleccionamos cuatro disciplinas o sectores del conocimiento en el campo de lo social que interactúan: la Economía, bajo una perspectiva sociopolítica; la sociología, fundamentos antropológicos y fundamcn tos jurídicos. V.- Procedimientos para establecer los núcleos__ integradores

Para identificar los núcleos integradores -tópicos, problemas, temas amplios y comprensivos- que exigen el concurso de varias disciplinas para su cabal tratamiento y explicación, proponemos una lista, a fin de discutir su grado de coherencia intcrdisciplinaria,


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~------------------TIEltR\I~I()lE/tcJñ

de integración de experiencias, de actualizac~.ti, 'de. ·fertilidad, de correspondencia con la especialidad que ellos ofrecen. Los tópicos fueron: · Integración Latinoamericana. Dinámica Espacial de las Fronteras Venezolana, La Crisis Petrolera y la O. P. E. P., Las Empresas Multinacionales en el Espacio Venezolano, El Caos Urbanístico en los Países no industrializados; El Respeto a los Derechos Humanos en América Latina: Vigencia y Evaluación de la Calidad de la Vida en Venezuela y La Solidaridad e Interdependencia Mcsoamcrícana. Los resultados de las encuestas penniten asegurar que todos los tópicos propuestos son significativos y en consecuencia pueden ser objeto de un tratamiento interdiscipJinario. En efecto, al scnalar para cada uno de ellos el descriptor y eJ integrador. se pudit:ron derivar tres núcleos integradores: el geo· histórico, el geopolítico y el gcosocial.

Sociedad

Axiología

Metodología

La naturaleza d~o· los núcleos intl•gradon:s pl.'rmitc la fijación de alcances. en una Sl·cm•ncia tJUl' vu llc un énfasis en la Jlll'todología a un ént':Jsis en lo axí.olúgico. Sc-cul.'ncias y alcancl'S reposan l'R la r~o·­ lación ge-neral o fundaml·ntal tJlK' ddine lo social: Espacio/Sociedad. todo Jo cual se pl·rdbc en d siguknll' diagrJma:


Secuencia y Alcance de los Cursos Banco de Cursos

Urbanismo Calidad de Vida

Petróleo GEOPOLITICA

GEOHISTORIA

Empresas multinacionales

Fronteras Venezolanas Estructura y dinámica espacial

Problemática del DesarroJio

Las Estrategias Geopolíticas del mundo . . contemporánt•o

Las estructuras espaciales de Venczuela


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VI.~ Descripción del Area

El Area Interdisciplinaria de Ciencias Sociales se ha diseñado para proponer un enfoque global en el tratamiento metodológico de lo social, a tono con la complejidad estructural de la realidad social objetiva y como una manera de superar planteamientos sectoriales, que solo han conducido a una visión unilateral de los probl~ mas, dificultando la posibilidad de comprenderlos en toda su significación. Es una forma de acoger en el disei'io cunricular tendencias universales que conciben la Educadón como una ciencia comprometida en la tarea de contribuir a la .transformación de la realidad presente,,sobre la base d~ un humanismo capaz de modificar las relaciones entre los individuos y entre los pueblos. Conforme al propósito, el Area Interdisciplinaria,de ·Ciencias Sociales se ha diseñado articulada en una interciencia: la Geohistoria, proponiendo desde sus particularidades metodológicas la definición del hecho social en su rlimensión ternporo-espa('.ial. Desde la doble perspectiva que esta interciencia impone, •la diacrónica y la sincrónica, lo geográfico y lo histórico se ofrece como una unidad para analizar mediante conexiones con distiplinas o sectores delconoCimiento social, tópicos circunscritos a aspectos particulares de la problemática social definida desde la interciencia. Esta organización interdisciplinaria de las Ciencias Sociales, de~arrollada según el modelo propuesto, se justifica en razón de las exigencias p~anteadas desde la Educación Básica, cuyo diseño· curricular está concebido en áreas conformadas por elementos globalizadores de conocimientos afines, factibles de enfoques y orientaciones que se complementan entre sí. Se pretende con este nuevo diseño <;tar cabida a una ensei'ianza funcional, capaz de aprehender la creciente complejidad de los problemas propios del momento, que responde a la formación integral del individuo de hoy, el cual debe afrontar las exigencias del desarrollo, entendido éste en su aceptación más amplia, Estas exigencias, al. ajustarlas a una nueva concepción de la Educación han actuado como factor.de ÍJllportancia en el rediseño curricular de los institutos universitarios pedagógicos del. país. Están emplazados por la nueva 'Ley de Educación a fonnar docen· . tes para todos los niveles del Sistema Educativo definidos por ella. Estos deberán recibir una fonnación interdiscipiinaria ·que los haw bilite en una metodología integradora de conocimientos en las diferentes áreas del saber. Ante las necesidades sentidas, el área interdisciplinaria de Ciencias Sociales pretende generar respuestas apropiadas; en tomo


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a tópicos específicos extraídos de la problemática actual se inte· gran experiencias y se establecen nexos entre aspectos de distinto • ordend~n _el campo social. ~l Ealn~oque de Síntesis implfcíto en estos . . proce tmJentos, se operac1on lZa con apoyo en 1as estructuras .1 conceptuales de las disciplinas seleccionadas para el análisis de 1 los tópicos. · La importancia de estas estructuras conceptuales estriba en que en su significación recogen fundamentos teóricos propios de las Ciencias Sociales, entre otros: - No hay sociedad sin espacio. - Entre estas dos variables se establecen relaciones dialécticas comprensibles en el marco de condiciones históricas dadas. ¡ En la medida en que una sociedad construye su espacio se 1 construye a sí misma.

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VII.- Objetivos Generales

1.- Promover el desarrollo de una metodología con fmes docen-

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tes y de investigación que permita habilitar al iridividuo en el proceso de integración del conocimiento social desde la perspectiva o enfoque geohistórico. Valorar la importancia del estudio de las ciencias sociales desde las exigencias de una época que en la cultura occidental se caracteriza por la sustitución de lo individual por lo colectivo, sin detrimento de la <;ategoría hombre. Analizar los problemas sociales actuales apoyados en una concepción global de las ciencias sociales y desde una perspectiva geohistórica. Valorar la significación del análisis de los fenómenos sociales desde la ·categorfa proceso que se apoya en la doble perSpectiva metodológica diacróniéa-sincrónica. Analizar los problemas sociales aplicando la noción espacío como producto social a diferentes escalas temporo-espacia1es. Analizar los problemas sociales actuales a partir de la problemática inherente al equílibrio del sistema Sociedad-Naturaleza.

Vlll.- Objetivos tenninales Al finalizar los cursos los alumnos serán capaces de: 1.- Valorar la importancia de los fundamentos teóricos de la Geohistoria en la formulación de .Jos supuestos metodo-

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,.-.. -------------------------------------~~ffi/~ lógicos que apoyan el trabajo con las estructuras espaciales. 2.- Seleccionar las estructuras conceptuales apropiadas para la explicación del proceso de organización del espacio venezolano entendido como producto social. 3.- Reconocer el valor de la relación espacio-sociedad en el análisis, explicación y comprensión del proceso de formación de la territorialidad venezolana. 4.- Evaluar, desde lo geográfico y lo histórico, la utilización de una periodización para diferenciar las estructuras espaciales 1, dominantes. 5.- Manejar los criterios de selección que orienten la \discriminación y evaluación de las fuentes de información y los instrumentos requeridos en el análisis de la realidad social. 6.- Valorar el mapa como instrumento metodológico que permite proponer y convalidar las hipótesis de producción del espacio. 7.- Interpretar la estructura espacial del mundo actual como producto de relaciones asimétricas propias de una época caracterizada por una acerltuada interdependencia. 8.- Proponer una concepción del desarrollo desde la contradicción tecnología-recursos laboral. 9.- Producir un proyecto de investigación donde se demuestre la utilización o el manejo de los instrumentos conceptuales hacia la integración del conocimiento en el área de Ciencias Sociales. IX.- Aproximación de la lista de contenidos por cursos A.- Primer Curso: Las Estrucwras Espaciales en Venezuela 1.- Las estructuras espaciales dominantes como producto social. ?,.- El proceso de formación del espacio nacional. 3.- Significación geohistórica de las estructuras espaciales dominantes de Venezuela a escala nacional y a escala mundial.

B.· Segundo Curso: Las Estructuras Geopolíticas contemporáneas 1.- Impacto espacial de la segunda revolución industrial: Megalopolis y Aglomeraciones. Centro y Periferia. 2.- El espacio geoeconómico mundial y las empresas multinacionales. 3.- Comercio internacional y deterioro de los valores de intercambio. · 4.-, La integración latinoame.r icana como ·respuesta dialética en el marco de la dependencia.


210/TIERRAFIRME _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

C.- Tercer Curso: Problemática del Desarrollo l.- Las concepciones de la noción de desarrollo: TecnologíaRecurso laboral. , 2.- El modelo urbano industrial. Implicaciones geoeconómicas y socioeconómicas. 3.- El urbanismo y la calidad de vida. X.- Estrategias metodológicas generales

A.- Primer Curso: 1.- Cursos monográficos (Conferenci~Trabajo final por parte de los alumnos). B.- Seg1,1ndo CUrso: 1.- Seminario -Trabajo Independiente. C.- Tercer Curso: 1.~ Trabajo Independiente Confrontación Teóric<rPráctica. XI.- Sugerencias para el disefto de las estrategias metodológicas 1.- El diseno de las estrategias metodológicas por curso debe responder a un modelo que expresa las relaciones básicas .para el logro de la integración en el área de las ciencias sociales. El equipo propone el que se anexa a continuación. 2.- Rn el cuadro de estrategias generales se senal~ aquellas sugerencias para cada uno de los tres cursos especificando los criterios didácticos que los apoyan. Estas estrategias y otras que se creen convenientes; deberán disenarse en d marco' del "modelo de las relaciones básicas.. para lograr la integración en el área de las' ciencias sociales: atendiendo a las condiciones concretas del grupo.


-----------------TIERI~\Fi mffit211

MODELO DE RELACIONES BASICAS PARA EL DISERO DE LAS ESTRATEGIAS

GEO-HISTORIA

ESTRATEGIAS GENERALES

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ESTRATEGIAS METODOLOGICAS CONFERENCIAS ESTUDIO DIRIGIDO TRABAJO DE CAMPO CONFERENC IAS SEMINARIO INVESTIGACION DE GRUPO SEMINARIO F ORO •

CRITERIOS DIDACI'ICOS

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SUGERENCIAS PARA LAS ESTRATEGIAS GENERALES DE EVALUACION CURSOS

NOCIONES Y CONCEPTOS

CRITERIOS

PROCEDIMIENTOS

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Espacio Estructura Espacial Dinámica Espacial .Proceso Tiempo Histórico Periodización

Organizar e interpretar la información bibliográfica, cartográfica, estadísticas, de campo y de prensa referida a la problemática del curso aplicando los principios metodológicos propios de las ciencias sociales.

Trab!ijos escritos cortos

11

Desarrollo Interdependencia Integración Civilización

Aplicar algunas formas de integración de las ciencias a sectores del conocimiento del área de Ciencias Sociales en una disertación o estudio de fenómenos sociales a escala nacional y mundial.

Ensayos de investígación cortos

Aplicar diferentes estruc.turas conceptuales de.l área de las Ciencias Sociales a· través de· un anteproyecto de · investígación. Explicar los alcances del mo- · .delo de integración propuesto.

Proyecto de investigación ·

III

Urbanismo Calidad de vida Cultura

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----------TIERRAFIIUffi/213

La ciencia política entre teoría e historia Antonio Scocozza

Introducción Si se preguntara a un investigador de .Ciencias Políticas, de cualquier tendencia, acerca de las diferencias y las afinidades entre las distintas disciplinas políticas o politológicas, no creo que podríamos obtener una respuesta que permitiera entender ·las motivaéiones que, por ejemplo, nos han inducido a seguir investigaciones de Cjencia Política y no de Filosofía de la política o de Historia de las instituciones políticas. Y no creemos que esto sea· una cuestión O<:i~ sa, porque el investigador que esc!)ge un área de Ciencias Políticas siente la urgencia de resolver los problemas y las dudas que lo acosan, y también porque fatalmente, el investigador se acomod• en la tranquila escogencia hecha por casualidad o, en el mejor de los casos, por una instintiva o superficial simpatía por la filosofía, o por la ciencia, o por la Historia', segÚn el caso. · No es casual que en los últimos aftos, se haya abierto el debate sobre las relaciones entre ciencia política, filpsofía política e historia del pensamientq.,y de las instituciones polfticas. Una primera solución fácil que diera inmediatamente una connotación de falso problema a nuestra preg~nta, podría ser aquella que sugiere como obvia la diferencia entre la política como ciencia, política como filosofema o ideología política como historia de las ideas, que indirecta o directamente han incidido en el desarrollo político de las sociedades o de las comunidades, y en fm, política como historia de los hechos y de las instituciones que concretamente se han ido realizando a través del marco de todo el acontecer histórico.


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Pero este primer niveJ de "certidumbre" no logra todavía satisfacer a aquellos que no quieren conformarse con una solución simplista, que además deja sin resolver los problemas con relación a las motivaciones que han inducido· a Jos redactores de los estatutos de las facultades de Ciencias Políticas (y también de otras facultades humanísticas), a legitimar las disciplinas deJas que nos estamos interesando en este momento. · . Todo esto no quiere decir que nuestra intención sea la de lanzarnos en una querella sobre Jos máximos problemas que impli· quert también la problemática de las relaciones entre ciencia-filosofía-historia; aufl cuando está aquí justamente, según nuestra opinón la raíz de Jl}Uchas de nuestras interrogantes. Por eí momento nos limitamos a preguntamos algo que posiblemente aparecerá como descontado, pero que, en cambio, constituye un claro y firme punto de partida para quienes desean entender la naturaleza de la política en su hacerse ciencia, ideología o historia.. · En 1970 fue publicado el XXVII volumen de la Enciclopedia Feltrinelli-Fischer dedicado a las ciencias políticas (a cargo de Antonio Negri), volumen primero (Estado y Política). Bien, si se pasan las páginas introductorias del encargado y los motivos expuestos para justificar la división metodológica de la materia, es posible entender la ratio que sostiene una posible configuración de los temas y de los problemas, de los sectores y de los ámbitos de investigación específica y propia de la política. Podemos definir como primer ,sector el de la ciencia polltica (El encargado de la Enciclopedia advierte significativamente que dicho sector podría definirse también. como "reflexión teórica sobre la política,), donde además de encontrar su legitimo puesto la ciencia política verdadera como estudio de las ..categorías fundamentales.. y de los ''métodos" de la ciencia política, se colocan temas y materias que en nuestros estatutos universitarios encuentran un autónomo nivel de explicación: pensemos en la Sociologla, en la Doctrina del Estado, en la Filoso{fa del Derecho (especialmente cuando éste deviene análisis de las formas jurídicas de organización de la sociedad: poder, democracia, legitimidad, soberanía, representación, dictadura, cte. · Un segundo sector puede ser definido como historia de la ideología que se concreta en un análisjs más vasto de historia de las ideas: liberalismo, socialismo, anarquismo, fascismo, etc. Otro sector puede ser seguramente constituido por el estudio de las instituciones políticas y estatales, esto es, por el estudio de las formas a través de las cuales se han desarrollado los sistemas políticos (monarqu fa, república, ciudad-estado, fcudalis-


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mo, absolutismo, federalismo, constitucionalismo, parlamentarismo, imperialismo, estado corporativo, democracia popular, etc.). Al lado de estos .sectores, se ponen con la misma legitimidad el análisis de todas las formas y las estructuras que, -aun no siendo directamente calificables como jurídico-estatales, sin embargo intervienen decisivamente en el proceso de fonnación de la voluntad política (partidos, sindicatos, asociaciones, grupos de- presión) o formas históricas de dirección social y cultural de la sociedad ligadas a la evolución de las relaciones de producción o a las transformaciones económicas estructurales o ideológicas super estructurales (aristocracia, burguesía, moviniiento obrero, clase media, btirocracia, tecnocracia, e'tc.) o más aun, instrurnthttos que podríamos defmir como auxiliares (prensa, medios de comunicación, opinión pública, etc.).· Por último, un nivel de análisis puede 'ser distinguido en los ámbitos de la vida social organizada donde la política se aplica concretamente en todos sus aspectos (relaciones internacionales, planificación, sectores productivos, finanzas, cd- · mercio, cultura, investigación científica, economía, etc.). Como se ve, el cuadro no es fácil por su complejidad y por su entrelazarce e ínter· influirse de los diferentes niveles; pero ya, sin embargo, es posible tener un primer prospecto orientativo de Jos campos de análisis, aplicación e intervención de las ciencias blstóriccrpolítico sociales. Política como Ciencia, Política como Ideología, Política como Historia de las Ideas, Política. como Historia de la$ Insütucione5~ . Un ulterior paso hacia el esclarecimiento de los temas que. ven estas observaciones introductivas es el rápido análisis .del concep· to de polftica. Bajo el concepto de política han sido asumidos -siempre según las diferentes latitudes históricas, temporales, sociales y culturalesdiferentes y múltiples conteftidos. Sabemos, por ejemplo; que uno de los debates y de las reflexiones que mayormente han caracterizado la definición téorica del Estado y de la política moderna ha sido justamente aquel de las distancias que separan las forma.s y los contenidos políticos de la ·antigüedad con respecto , a los modernos. Además es justamente aquf donde se establece una de las características esenciales de la política moderna como ciencia, como algo que ya no es, (como en Aristóteles) ··doctrina de la moral", búsqueda de lo que debe ser el bien supremo. Entonces, si la tradición aristoté~ica quedó por mucho tiempo para contramarcar una definición de la polftica como definición de lo justo,


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también debemos seftalar que en el mismo Aristóteles se puede captar la otra concepción fundamental de la política -ligada también a una necesaria configuración moral de la actitud humana- esto es, ·aquello de la "ciencia a la 'que le corresponde buscar la mejor constitución". En esta segunda defmición ya se pueden entrever las vertientes hacia las cuales estará dirigida por muchos siglos la reflexión téorica sobre la política: por una parte la búsqueda de la forma ideal de Estado (dando vida a la tradición "utopística" como descripción de la forma perfecta de la constitución) y, por otra parte la del "mejor Estado posible" esto es, como dice Aristóteles (Política, IV, l. 1.288 b 21) "ya que es casi imposible que muchos puedan· lograr la mejor forma de gobierno, el buen legislador y el buen hombre político,·deben saber cuál es la mejor forma de gobierno en sentido absoluto y cuál es la mejor forma de gobierno en sentido absoluto y cuál es la mejor forma de gobierno dentro de ciertas condiciones dadas". Conjuntamente a estas definiciones, Aristóteles ofrecía una tercera -que era la anunciada por Platón en El PoUtico- la política como arte de gobernar, esto es como análisis de los modos a través del cual surge un gobierno y a través del cual puede ser mantenido. De este último modo de considerar la política derivan en buena parte, las motivaciones que han sostenido el debate, a ¡partir de Maquiavelo, de las relaciones entre moral y política. Nuestra problemática, dirigida hacía ·la definición de las relaciones entre ciencia política, filosofía política e historia del pensamiento político, puede por ende. tomar vida justamente de aQuella que generalmente denominamos ciencia polftica en su caracteri· zación moderna, a partir de El Prfncipe de Maquiavelo. Ciertamen· te no decimos nada nuevo, cuando identificarnos el carácter que funda la ciencia política en tanto que disciplina autónoma, desli. gada de todo vínculo con la moral y la filosofía, en su reconocer como suyos objetos de búsqueda e intervención, ámbitos estos igualmente autónomos y específícos. Desde este punto de vista se hace claro el motivo por el que, de una tal concepción política, puedan ser excluidos aquellos desarrollos de la política que como hemos visto, tienden a relacionar y dirigir la política hacia referentes que la trascienden, ya se8J1l estos la moral, la reJigión o la ídosofía. Ciencia de la Política, Filosofía Política, Historia del Pensamiento Político. Se ha observado apropiadamente (Cerroni, 1ntroduzione a 11 Pensiero político delle orlgini ai nostri gtami. pp. X y sgts.) que '1~


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TIERKAFII~\~/21;

grandes conceptos que dirigen las obras políticas de la antigüedad o, mejor dicho, las obras pre-maquiavélicas, están tan lejos de los \ conceptos modernos que, a veces, se hace indispensable y casi pre~- .. liminar el análisis filológico de los mismos términos. El ejemplo recordado por Cerroni es el más acertado: Aristóteles en La Política, considera necesaria la afrrmación preliminar de la justificación de la esclavitud ; Locke en el Primer Tratado, por el contrario, define a la esclavitud como algo inconciliable con la naturaleza humana. ¿Cómo se puede entonces conciliar la justificación aristotélica de la esclavitud ·con la teorización de la polít~ca como de· sarrollo .de la virtud y de la justicia? Toda la serie de problemas que tal diferenciación radical entre pensamiento político antiguo y pensamiento político moderno lleva consigo, encuentran niveles de posible solución tan múltiples que ser!¡¡ imposible enumerarlos aquí, a partir de la fonna querelle sobre la libertad de los antiguos y de los modernos. Lo que emerge parece ser, ante todo una imposibilidad de llegar por una parte, a una definición de la ciencia política como pura y ventral metodología científica capaz de dar vida a un conjunto de reglas empíricas científicamente notables y rigurosamente verificables, y por otra parte, a una consideración abastractamente historicista del pensamiento político corno evolución de historia de las ideas que se injertan (sin contradicciones lógicas) sobre la historia de los hech.os.. Uegamos así al nudo de nuestro problema que por el momento nos limitamos a enunciar· como la introducción del nexo entre ciencia política (como metologia empírica), mosofía política (como historia abstracta de las ideas y de su evolución lógica). e historia de las ideas políticas o del pensamiento político en el nexo más vasto, per;p decisivo entre ciencia-historia-sociedad o, mejor dicho entre teoría y praxis, entre ideología y detenninación histórica real, en cuyo interior se coloca también el momento de la elaboración metodológica-científica. Antes de definir o tratar de defmir en fonna más concreta este nexo, es necesario ver de cerca las justificaciones teóricas, y también prácticas, que se encuentran como fundamento de la Ciencia Política y de la filosofía política. 1

Como hemos dicho antes, la·ciencia política (en el sentido más restringido de una orientación de estudios contemporáneos también llamados politología) según la definición que ofrece Bobbio (Enciclop. Feltrinelli, Scienze Politiche p. 432). "indica una dirección de estudios que se propone aplicar al análisis del fenómeno político . . . lll metodolotía d~ llu clenciJls empíriCtU • • • Mú brevemente "ciencia política.. en sentido estñcto y técnico eau por "ciencia empírica de la poUtic:a".


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De esta defmición- emerge la primera defirenciación con respecto a la filosofía política, una diferenciación que nos lleva de nuevo prácticamente a la que vimos anteriormente entre política como defmición del estado ideal y política como arte de gobernar o análisis del estado .efectivo. De esta forma, mientras que la política como ciencia debería limitarse a la comprensión de lo que es realmente y a la definición científica de las fonnas, de los instrumentos, de los contenidos, por su parte la política como filosofía se dirige al tener que ser, esto es, a aquello que va más allá del dato empírico. ·

La Ciencia Política como Metodología empírica. investigación comportamentístico

El ámbito de

Está claro que a partir de este criterio discriminatorio se hace • extremadamente difícil la definición de las obras del pensamiento político, como obras de filosofía política o de ciencia política, tanto más que, según Bobbio, entran en la noción moderna de "filosofía política", ya sean las construcciones racionales de la óptima república que han dado vida a la serie de uutopías", como las idealizaciones de un tipo de régimen posible o ya existente,· características de las obras de los clásicos del pensamiento político moderno. Pero si quisiéramos precisamente fechar el nacimiento de la ciencia política, más allá de los elementos que de ella se podrían encontrar en algunos clásicos políticos, deberíamos regresar el proceso que ha visto ubicarse la ciencia política como un ámbito de investigación autónomo, desligado -<:omo observa Bobbio- de la Hmatriz tradicional del derecho". Con Gu,mplowicz y Mosea, al final del siglo pasado, encontramos a los dos. primeros autores que dan inicio a la ciencia política moderna.. No debemos olvidar el hecho de que con el desarrollo de la so-ciología y, en general, desde sus inicios, la ciencia política moderna se ha ligado estrechamente y a veces confundido con Jos procesos de adquisición de las ciencias de la sociedad. El rasgo fundamental que ha caracterizado la evolución de la ciencia política ha sido sin duda aquel que propone la observación empírica dirigida al análisis del fenómeno político (approach }. Especialmente en los Estados Unidos, la ciencia política ha experi· mentado el pas:ije. de un ámbito de investigación jurídico-institucional a uno así llamado comportamcntístico "según el cual" -escribe Bobbio- "el elemento simple que debe presidir todo estidio de la política que pretenda hacer un legítimo y fecundo uso


r-------~-----------TIERR\FlR.\IE/219 de la metodología de las ciencias empíricas es el comportamiento de los individuos o de grupos que operan políticamente, como por ejemplo el voto, la participación en la vida de un partido ..., la formación de un proceso de decisión en todos sus niveles". Obviamente este pasaje está determinado por un uso diferente de los instrumentos de investigación, donde de la utilización de la investigación histórico-documental se pasa a la observación analítica, al uso de las estadísticas y de las encuestas. En este cuadro, con la intervención de métodos cuantitativos y estadísticos, el análisis del fenómeno político en sus múltiples variables se encuentra todavía en el nivel de reconstrucción rigurosa del dato, de explicación, y no aun en el nivel de la construcción . del nuevo dato. Pero si se une la ciencia política a los métodos empírico-experimentales, deviene casi una consecuencia el mo. mento del pasaje del proceso de explicación al de previsión científica aun cuando, como observa Bobbio, la ciencia política todavía está lejos de una válida posibilidad de construir previsiones científicas. El análisis del fenómeno político y el del mismo sistema político debe necesariamente correlacionarse y · entrelezarse con el análisis del sistema social, en la medida en que el agente político quede siempre como agente social, que devenga en agente económico y que pueda devenir en agente cultural e ideológico. Pero en el fondo de toda esta problemática · queda más allá de Jos faltos intentos de cientificación del dato político, la característica de fond,o que es la de historicidad. El método experimental es hasta un cierto punto aplicable al objeto de la ciencia política "no se puede reproducir -escribe Bobbio- una revuelta de campesino en laboratorio. No viene al caso reproducir aquí la disputa secular entre ciencia de la naturaleza y ciencia históricosocial; pero es cierto que el objeto de la ciencia política identiilcable en la acción política del-hombre no puede prescindir de una serie de comportamientos propios de la naturaleza humana y no de la naturaleza física. Comportamientos psicológicos, simbólicos, acción con finalidad, creación de valores y comportamiento ideo.. lógico. Diferencia entre ciencia y filosofía en el interior de la diferencia estruc.tural de los agregados humanos. Una posición que se encuentra ampliamente relacionada con las mayores teorizaciones de la ciencia política moderna es, sin duda~ aquella dirigida hacia la separación de la "ciencia, de la filosofía, corno también de la ideología. A1 lado de esta separa-


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ción se sitúa .; -como. afinna SartQri ( ..la Scoienza Política", en Storia de/le idee politiche, economiche e Sociali, Torino, 1972, p. 665)- "el grado de direncia estructural de los agregados humanos". Esto es, la noción de política puede designar todo y 'lo contrario de todo, hasta que no se califiquen estructuras políticas diferentes desde estructuras calificables como económicas, religiosas, sociales. Es obvio que por esta vía regresamos a nues- . tro problema original o sea la imposibilidad de una diferencia entre ciencia política, filosofía, política, historia de la polítiCa si no se logra deshacer el nudo fundamental que queda, -el de los nexos, si es que se puede hablar de nexos-- entre ciencia, ftlosofía y sociedad. Es obvio que en el momento en que se pone una hipótesis de investigación, sobre la determinación de la política en el interior de un nexo dialéctico ciencia -historia- .sociedad, no se pretende poner de nuevo en plan de discusión una de las fundamentales adquisiciones del concepto moderno de política: esto es, su autonomía. Como ha sido bien esclarecido por Sartori (Op. Cit., pp. 670 y sgts.) la configuración de la autonomía de la política se caracteriza primeramente como diversidad. El pensamiento, por tanto, corre rápidamente hacia Maquiavelo y hacia la separación que él establece entre política, moralidad y religión, y hacia la determinación de las leyes específicas que son propias de la política. Pero al lado de esta posible primera ·definición de autonomía, se sitúa otra a la que a_certadamente Sartori da su origen en Hobbes: ..si el Príncipe de Maquiavelo gobernaba aceptando la regla de la política, el Leviatán de Hobbes gobernaba creándolas, estableciendo lo que es la política". Esta es quizá la teorización más extrema de Ja política como causa primera, de la panpolitización de 1a realidad que encuentra, de acuerdo con el ejemplo de Hobbes, también un nivel de cientifización que derivada de los progresos .contemporáneos del método experimental baconiano y galeniniano. Pero este tipo de cientificidad todavía no está en capacidad de resolver el nexo ciencia-política, en la medida que el modelo seguido por Hobbes es el lógico-matemático, esto es, deductivo, un modelo. que se limitaba aplicar leyes geométricas a una realidad ya existente. Sistema político y subsistema (social, económico, etc..). Para determinar mejor en algunos contextos teóricos de la' ciencia política contemporánea la relación entre política y ciencia, debemos ir más allá de Maquiavelo y Hobbes a fin de encontrar


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otra relación igualmente determinante para ·una· definición de la política: aquella que hay entre Estado y Sociedad. También aquí cuando precisamos los orígenes del concepto sociedad debe· mos coner el riesgo de usar fórmulas del pensamiento político antiguo. poco o nada adaptables a. la realidad moderna. Sin embargo, una primera configuración del concepto de sociedad es visible en las teorías contractuales, con la definición del PACTUM SOCIETA TIS; pero, como una vez más observa Sartori, todavía nos encontramos en el nivel de FICT/0 IUR/S, en la medida en que la contractante sociedad es una figura derivada de las ideas jusnaturalistas de paz y tolerancia, mientras que para una efectiva separación de Estado y Sociedad es necesario otro elemento distintivo,. aquel de la separación de lo wcial y lo político y de la configuración de los nexos entre esfera estatal y esfera económica; y aqqí parece super:t)uo recordar a los padres de la economía política clásica Smith y Ricardo, y sus demostraciones de las leyes económicas que regulan la vida social y la propia justificación del Estado con re.specto a la sociedad regulada por leyes que ya no .son leyes jurídicas sino leyes económicas de mercado, de intercambio, de división del trabajo. No es casual, aunque la relación no sea inmediatamente evidente, que la teoría del liberalismo clásico genere la del liberalismo económico en la medida en que la crítica del absolutismo y la delimitación de la esfera estatal contribuyan a la ·configuración de una P:~fera autonóma de la vida sociaL Ciertamente, Locke y Montesquieu están siempre preocupados por dar dignidad jurídica a esta sociedad, problema . que no existía para los economistas. Rehacer de tal modo la historia de los orígenes y del desarrollo de la idea de sociedad nos llevaría lejos de nuestro problema, por lo tanto de momento nos limitarnos con llegar a las resultados más significativos de la ciencia de la sociedad, esto es, a la sociología de Comte y a la teorización de la inversión de las relaciones entre sociedad y política: el pansociologismo. Pero a nosótros no nos interesa determinar lo acertado o no de una tal concepción de la sociedad, sino la visible separación de la política no solamente de lamoral, sino también del sistema social, del económico y finalmente del jurídico. Esto, obviamente, siguiendo siempre una concepción de la ciencia política cuyo cuadr~ nos hemos limitado a delinear hasta ahora. La separación de la política y la moral, de la sociología, de la religión, del derecho, de la economía, no conlleva para los teóricos de la ciencia política una teorización de abastractas casillas· donde pueda ser individualizado el hombre político, el hombre ~ligoso, el hombre económico o social, etc.; el problema es el de


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conducir estas .diferent-es actividades teóricas y prácticas del hombre hacia comportamientos diferentes, esto es, políticos, económicos, sociales. El criterio de comportamiento político es extremadamente difícil de establecer porque se muestra múltiple, variable y poco uniforme. Para salir de la dificultad se tiende a definir el comportamiento político en relación con el contexto en que se desarrolla ; de esta forma el comportamiento potítico es aquel que se presenta específicamente en las sedes políticas. El carácter de tautología del · razonamiento es muy evidente: la variabilidad del comportamiento no justifica una definición uniforme en cuanto al momento político en abstracto, sino sólo en relación con precisos ·contextos políticos, esto es, en sedes propias que son autónomas de todo · comportamiento predeterminado. El problema es entonces, más que defmir comportamientos, definir la diferencia entre estructura del sistema político y estructura del · sistema económico o del sistema soeial. Pero no hay quien vea y el propio Sartori lo nota, como una tal teórica bien podía valer mientras se aplicaba, grossó modo, la noción del sistema político a fenómenos bien delimitados coino el Estado, el poder, la coacción, etc. De esta fonna, • el proceso político no logra identificar fácilmente su sede específica·al no poder esta última sólo el Estado o las sedes económicas de decisión poJítica. Por tal vía es fácil constatar cómo el "sistema político" se descompone en una serie de sub-sistemas (sindical-militar, etc.) de manera tal de hacer difícil una exacta definición de sistema político o de alargar tanto Jos límites hasta poner el sistema como dato totalizador del que es imposible distinguir los elementos estructurales. A este· tipo de objeciones :se responde con una última diferenciación que toca la exacta determinación del poder. Quiere decir que una cosa . son los mecanismos y los recursos de poder o las posibles influen- . cias sobre el poder y otra cosa es el "tener poder"; de iguaJ forma que una cosa es la fuente y el origen del poder, y otra es la sede donde este poder se ejerce. En otras palabras, aunque es posible que g~pos económicos, castas militares y sindicatos hayan influido sobre el poder, no significa q~e éstos ejerzan el poder. De esta forma, aun cuando las decisiones políticas chocan contr·a contextos múltiples y diferentes (de la economía, de la cultura, de la organización social, del derecho, etc.), ella pueden mantener su específica naturaleza política "por el hecho -observa Sartori (p. 680)de ser tomadas por un personal colocado en sedes políticas. Tarnbjen esta última tentativa arric~ga ser contradicha por la socializa-

ser


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ción de la política, allá donde se asiste a una-progresiva democratización. Heteronomía, autonomía, política.

despontenciamient~.

extinción de la

En fm de cuentas, al querer sintetizar. el debate de hoy sobre la identidad o, como se ha dicho, sobre la ubicuidad de la política, podríamos sef'lalar tres tesis posibles: la de ~a heteronomía de. la política que la transforma en alguna otra . cosa ,(subordinada a los sistemas económicos, sociales, etc.) o declara su fin; la de la autonomía, opuesta a la primera y que define su absoluta superioridad, y la del "desponteciamiento" y de su respectivo eclipse. Si estas son las dificultades que conllevan.a una d.e.finición de la ciencia política desde el propio concepto de política, también emergen otras dificuitades del concepto de ciencia aplicado a la política. Es común referir toda ciencia a un método científico, aunque ya sabemos bitm que el campo de las ciencias naturales no es .alcanzable por medio de una ie~ucción metodológica. Pero queda el hecho de que una posible defmición de la ciencia política debe distinguír el juicio historiográfico del juicio epistemológico. Esto quiere decir que e.s posible defmir a ~aquiavelo o a Aristóteles como científicos de la política, no sobre la base de la cientificidad de sus obras,sino sobre la basé historiográtlca ·Y restrospectiva que nos hace definir la obra de Maquiavelo ''redista" o la de Aristóteles "sistemáticau. El terna sobre la introducción de epistemología en el ámbito de la política, y :sus relacioneS entre método histórico y método científico, es muy· complejl;) y mere~ ser analizado con detenimiento. Por ahora, a propósito de la cientificidad de la política, nos limitaremos a propor,ter d~ nuevo la definición de la autonomí¡¡ del objeto de la investigación de la política. Y esto porque no siempre en la historia de la potítica eJ encuentro entre ciencia y política ha sido fecundo, así como no siempre ha parecido fácil el acuerdo con cualquier metodología científica en el campo de las así llamadas ciencias humanas. J~ta­ mente, por estas dificultades es oportuno detenemos un momento más en el simple nivel de determinación. de la autonomía de la política con respecto a otros campos, y primero entre todos, con el de la filosofía.

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El contenido específico de la r.tosofía política. Es obvio que el nexo de diferenciación entre fdosofía de la política y ciencia de la política entra en el más amplio y general


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problema de la delimitación de ciencia y filosofía. En tal sentido, puede darse como punto de partida la determinación de la filos" fía como·conten.ido específico del saber que también lleva consigo una particular metodología dirigida hacia la adquisición de este contenido. Ha habido quien, como Bobbio, ha tratado de individualizar el contenido específico de la filosofía política aislando algunos temas esenciales de la búsqueda de la filosofía política: a) búsqueda de la mejor forma de gobierno y de la óptima república; b) búsqueda del fundamento del Estado y justificación de la obligación política; e) búsqueda de la naturaleza de la política, de la esencia de la "pol!ticidad" ~ d) análisis del lenguaje político. De esto podríamos establecer una clara diferenciación entre ciencia y filosofía de la política, sobre la base de diferentes objetivos de investigación y de diferentes métodos de indagación. La filosofía política sostiene generalmente como su premisa un criterio de verdad, que no ofrece obviamente un procedimiento empírico, un criterio que al máximo, se pone como principio deductivo al que debe uniformarse la propia investigación. De aquí deriva un objetivo de lá investigación que se relaciona más que con la explicación, con la identificación. Así que el método de la filosofía de la política puede definirse sintéticamcntl! por una parte como nórmativo-prescriptivo y , por otra parte, como axiológíco-valuativo con un proceso a contrario; de esta forma de- . vienen inmediatamente constatables los objetivos y Jos métodos de la investigación científica de la política: principio de verificación empírica, explicación, evaluabilidad. Una primera reflexión crítica sobre esta hipótesis de delimitación ha sido señalada anteriormente. Se trata de la dificultad que se abre en el momento en que esta hipótesis desciende en la concreta verificación historiográfica de las expresiónes del pensamiento político (Maquiaveto, por ejemplo, ¿puede ser conducido a la filosofía política sobre la base de los temas antes aislados por Bobbio?;¿y dónde pueden identificarse los límites, por ejemplo, en Hobbes, entre filosofía política y ciencia política? Para esclarecer esto mejor, vale otra posible delimitación fundada sobre el hecho de que, mientras que la filosofía parte de · la búsqueda de los principios, primeros y de una caracterización general totalizante de su búsqueda; la ciencia política, en cambio, encuentra su terreno .en el análisis de la particularidad prescindiendo de todo factor que necesite totalidad. Pero, siguiendo por esta vía , podría haber múltiples diferenciaciones: análisis de la

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,·esencia contrapue ·ta a la búsqueda de la existencia; la no acumulación de la experitmcia filosófica contrapuesta a la sí posible acumulación y trasmisión de la experiencia científica; la no posi. ble aplicación de la filo-sof~a contrapuesta a la sí posible aplicación operativa de la ciencia (Sartori, p. 687). Tomada singularmente -escribe Sartori- ninguna de las demarcaciones consideradas es satisfactoria. Pero Jas podemos englobar en un síndrome. En tal caso bajo el ténnino fllosofía: 1) deducción lógica, 2) justificación, 3) evaluación normativa, 4) universalidad y fundamentabilidad, S) metafísica de esencias, 6) inoperabilidad. Por lo contrario, bajo el ténnino de ciencias: 1) verificación empírica, 2) explicación descriptiva, 3) avaluabilidad, 4) particularidad y .acumulabilidad, S) recogimiento de existencias, 6) operacionalidad y operatividad. Pero todas las perplejidades y las dificultades ·surgidas hasta aquí no son borradas aunque este elenco de significados diversos puede contribuir para dar mayor claridad y delimitación de contenidos y procedimientos metódicos. Basta con observar que Jo dicho hasta .aquí se ha basado sobre dos conceptos esenciales: ciencia y filosofía política: pero sabemos que todo el contexto de la política se desenvuelve a tfavés de otros conceptos y términos igualmente esenciales: teoria política, ideologíaa política, doctrina política, etc.

La Teoría Política entre Ciencia y Filosofía.

Sin duda alguna es verdad que en el uso común el término teoría, ha adquirido. una validez de aplicabilidad general tanto a la política como a la ciencia, tanto a la filosofía como a la-historia pero también es verdad -como observa Sartori· que et término teorta ha asumido significados aristocráticos que lo ponen por encima de contenidos mentales que no han alcanzado dignidad teórica. · Todo esto presupone que también las mismas doctrinas políticas se coloquen a un nivel de minorfa intelectualteorética con respecto a las teor:ías políticas. Pero en éste paso encontraremos, por· debajo de las teorías y de las doctrinas, a las ideologías, y.. por debajo de las ideologías, las tendencias y los . programas políticos. Pero detengámonos, por el momento, en el término teoría y tratemos de ver, en su interior, como se estructura la relación entre teoría filosófica y teoría·científica. La hipótesis propuesta por Sartori es la que tiende a hacer de la teoría política un. tertium genus. esto es, algo que se pone como ~nivel medio y preparatorio entre ftlosofía políticia y ciencia poli~·

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tica. "De esta fonna podremos definir la teoría política en su itteducibilidad, como el modo autónomo (ni filosófico, ni científico) de ver la política en la propia autonomía" (pág. 690). Pero esta consideración puede valer solo en vía retrospectiva, esto es, puede aplicarse solo al pasado; en cambio en via de prospectiva, la teoría política está destinada a ser reabsorbida en la medida en que la ciencia política, consolidándose, expresa como toda ciencia, una teoría que es fruto de la autoreflexión de la misma ciencia. Como se puede ver en esta última posición se regresa a un ulterior tentativo, más afortunado de los precedentes, de delimitación entre ciencia política y filosofía política. Esto es, la progresiva desaparición de las teorías políticas como algo diferente de la ciencia y de la filosofía. Pero de esta fonna, lo que estamos tratando regresa necesariamente a la problemática más general de la distinción entre ciencia y filosofía. Si la ciencia se identifica, ante todo, por su capacidad de incidencia transformadora de la realidad, a través de la acción, entonces, por razonamiento inverso que por el momento aceptarnos sin crítica, la filosofía, no posee esta significación de aplicabilidad operativa. Sabemos, en efecto, que toda ciencia presupone una teoría específica, suya, y además de esto, también un ámbito de investigación, un método específico de experimento, una manera peculiar de adquisición de datos. Desde este punto de vista se podría afirmar fácilmente que este conjunto de datos y estos modelos experimentales entran por una parte en la teoría y se transfieren, por otro lado, de la teoría a la práctica operativa. Son dos los momentos que la ciencia, diferenciándose, agrega o sustituye a la filosofía, 1) En la investigación como instrumento de convalidación y fabricación de la teoría; 2) en la dimensión operativa, esto es traducibilidad de la teoría en práctiCa (Sartori, p. 691). De esta forma se perfila otro rasgo distintivo entre ciencia y filosofía: la filosofía no tiene carácter de aplicabilidad en la medida en que no es un pensar con miras a la traducibilidad de la idea en el h.echo. Pero también aquí es fácil objetar que una tal definición de ineplicabilidad de la filosofía puede ser valedera para aqu~­ llas concepciones filosóficas metafísicas o racionalistas abstractas, pero vale ciertamente menos para las filosofías -pensamos en el marxismo como filosofía de la praxis o en las filosofías empíricas o pragmáticas- que ponen el problema de la traducibilidad de la teoría en la praxis o, inclusive, del volcamiento de la teoría en la práctica. Estamos nuevamente en lo mismo. Así como es extremadamente difícil definir la ciencia política por la multiplicidad y variedad· de las posibles definiciones, es igualmente difí·


------------------------------------~HRMEI~ cil para la filosofía poUtica, desde el momento que no logramos encontrar un concepto unitario y estático del filosofar. Los diferentes usos lingüísticos de la fdosofía y de la ciencia polí-

tica. Al lado de todas las dificultades hasta aquí recordadas se agrega también otra: la incomprensión lingüística que, cada vez más, caracteriza las relaciones entre Jos filósofos y los científicos.. Sartori escribe que: "<...'uando se ha dícho todo nos queda por decir que mosoffa y ciencia son utilizaciones lingüísticas diferentes que se separan

en función de sus respectivas interrogaciones a fondo. La in· terrogaci6n perenne de un filósofo se resume en un poTqué: un porqué entendido como metafísico o como metafenom~ni­ co que alcanza la Ratio essendi por otra parte la interrogaciÓn prioritaria de un cientifico se resume en un cómo" (p. 692).

Pero Sartori entiende que este tipo de delimitación ya ha sido abundantemente superado por toda la temática de las ciencias sociales, por lo que advierte que no se trata de separar rigurosamente el porqué del cómo, sino de captar el diferente grado en que las dos exigencias se presentan en la ciencia y en la filosofía. Esto es, si en la filosofía el cómo viene subordinado al porqué (la descripción a la explicación), en la ciencia sucede exactamente lo contrario. De esta forma al examinar el vocabulario del filósofo se verá una prevalencia del concepto con respecto al percibir, en cambio en el campo de la verificación empírica de la ciencia tenemos un desplazamiento de los dos ténninos. "Lo que hace de la f!losoffa y de la ciencía necesariamente diferentes es, por ende, en último análisis, la diversidad del respectivo instrumento ling1Hstico. Podrfamos tambi6n decir que la fl.losofia es bl por que se funda sobre un uso meta~mpirico del l~n¡uaje . . . Mientras que la ciencia desarrolla un va.sto va;. cabulario denotativo, esto es, observativo-descriptivo, en el que las palabras significan lo que representan" (p.693). ·

En conclusión sobre la base de estas premisas se ha dado por descontado que la filosofía identifique un ámbito común de determinación en la espera de un "lenguaje meta-observat~vo". dirigido esencialmente a "explicar ideando" así que 11na diferenciación entre saber filosófico y conciencia científica puede referirse a la diferente "instrumentación lingüística" que en el caso de la fllosofía "no satisface el requisito operacional (la investigación) y mucho menos las exigencias operativas. Por tanto la ciencia está caracterizada por una aplicabilidad que la filosofía no tiene" (Sartori, p. 696).


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Surge entonces que en este punto ya no nos podemos conformar con una definición de la ciencia política que subraye el estudio y el análisis de la política como hecho autónomo sobre todo de la filosofía. Pero de esta forma, como ha sido oportunamente observado, la ciencia política se defme aún en sentido nega~ivo, es decir, por lo que no es. Se trata entonces de tomar los contenidos, los métodos y los objetivos de' la ciencia poJítica como un dato que es recurrente, no solamente a nivel de ciencia política, sino también a nivel de todo procedimiento científico como 'es ·la elaboración del lenguaje. Toda ciencia tiende a construir antes que nada un lenguaje a su específica instrumentalidad, un lenguaje crftico, correctivd con relación al lenguaje común y por ende especialista-técnico que consienta la acumulabilidad y la repetibilidad. la articulación del procedimiento científico en el estudio de la política.

A este nivel, según la reconstrucción de Sartori, se puede sintetizar la articulación del procedimiento científico así: a) construcción de conceptos empíricos, b) construcción de clasificación, e) formulaciones i:ie generalizaciones y de leyes de tendencia, d) teoría entendida como conjunto de generalizaciones interconectadas corno esquema conceptual ordenador y unificante. A todo esto se agrega la peculiar posibílidad de algunas ciencias de elaborar mecanismos de verificación y de control experimental. Obviamente una forma de control y verificación no puede ser generalizada por todas las ciencias; así, por ejemplo, la forma del experimento no es ciertamente aplicable a nivel de ciencia del hombre, mientras que el "control estadístico" es utilizado ampliamente en el ámbito de la ciencia económica y también en el de sociología. Esta última forma de control puede contribuir también al análisis de la ciencia política pero no de manera determinan te y decisiva. Por ende, las formas de control de la política de las cuales mayormente se vate el científico son las del método comparativo y las del ..control histórico". Ahora regresemos a una primera posible identificación de una precisa fecha de nacimiento de la ciencia política. Se ha dicho al principio de este trabajo, que los ·orígenes de la ciencia política . están estrechamente ligadas al desarrollo y a la consolidación del "constructivismo". Una vez más Sartori observa que ello contribuye a transformar la ciencia política tradicional a través de los siguientes aspectos: 1) búsqueda de regularidad y uniformidad;


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2) subordinaCión de toda la verificación empírica;. 3) adopción de métodos y técnicas de investigación; 4) cuantificación. D~ esta forma se ha ido afirmando la explfcita posibilidad de la aplicación· del método científico al fenómeno político: Esto no quiere decir que se pretenda o se pueda reducir la ciencia política a ta cuantificación de los datos; la medición, la estadística, la matematización de· los datos pueden ser instrumentos de mayor precisión en la descripción y en el análisis, pero no por cierto los únicos criterios relevantes, pues la investigación no es solamente adquisición de los datos, ya sean cuantitativos o cualitativos, y por ello adquisición de nuevas informaciones y de nuevos elementos de verificación. La investigación modifica-en primer lugar la naturaleza de la información, qqe ya no es aportada por la experiencia histórica sino por la observación directa, a partir de la indagación sobre el campo. Además, la investigación termina por transformar, ya sea inadvertidamente, el lenguaje, y por último la inveS. tigación requiere que los conceptos sean conducidos a sus propiedades observables, y esto requiere definiciones operacionales. Ciencia Política y evaluabilidad. Nos queda por examinar, por último, otro fundamental rasgo característic.o de la ciencia política: la evaluabilidad. La Wertfre iheit ha tratado, grosso modo, de señalar el punto de diferenciación (una vez más) entre ciencia y filosofía. En efecto, la filosofía construirla y prescribiría valores, la ciencia, por lo contrario, confirmaría los hechos. Es superfluo hacer notar que la disputa sobre la evaluabilidad esté bien lejos de ser resuelta, entre otras cosas porque las frecuentes polémicas entre un tipo <1e evaluabilidad"cíentífica"y la evaluabilidad .. mosofica" o entre un tipo de evaluabiHdad que versa en la conservación del dato existente y en la n~utralidad mistificada y una evaluabilidad que, por el contrario, salvaguardaría la incidencia del juicio político y el empefio ideológico del investigador. Las dificultades, las cuales no deben ser profundizadas .aquí y que comprenden buena parte del debate sobre las ciencias sociales, son claramente evidentes también con respecto a los tentativos expuestos por Sartori para superar la vieja disputa entre filosofía (valores) y ciencia (hechos), creyendo poder resolver el problema recurriendo a la diferenciación entre uso meta-empíríco y uso empírico del lenguaje. Los valores y las connotaciones volitiVas -escribe Sartorison elementos constitutivos de un lenguaje dedicado a captar el


~~~~-----------------------------------sentido de la vida, la esencia de las cosas y la razón de ser (teleolo-g(a, no causal) del mundo. esto es el lenguaje filosófico. Por lo contrario . . . el discurso valorativo no encuentra en el lenguaje científico un vehículo apto. Pero no hay quien no vea, también en el interior de una pretendida dimensión lingüística exclusiva, que el problema Uega de esta fonna a una tradicional y superada división entre ciencia y filosofía de genuino sabo'r neo--idealista y neoempirista. En el interior de la ciencia política (y en la sociología) hay una dialéctica entre la posición de quien, aún reconociendo el derecho de existencia a los valores, requiere la neutralización (a través de la defmición de los juicios de valor diferentes de los juicios de hechos, o a través de la declaración preliminar de los propios valores o, de nuévo en la separación entre el momento de la descripción y el momento de la evaluación) y la posición de quien, en cambio, requiere, tout court, la anulación. A este nivel los valores no deben intervenir en la investigación, no solo a nivel del investigador, sino tampoco a nivel de los datos observados. Esto es, el valor debe desaparecer también como posible objeto de investigación. Pero es fácil observar corno es casi imposible eliminar no tanto el valor del observador sino aquél real y existente de los observados. Para quedarnos por el momento en la específica posición de Sartori (y también de Bobbio) la evaluabilidad se entiende en la primera forma, corno un principio regulador, corno una especia de ética profesio-nal de1 científico de la política y no, como sucedería en el segundo caso, corno un principio constitutivo de la ciencia. La evaluabilidad no aparece como el carácter dominante de la constitución de un saber científico. Los fines de valor no han impedido la adquisición de importantes resultados científicos. En def'mitiva, la evaluabilidad puede proponerse corno posible principio regulador, pero difí~ilmente puede presentarse corno principio constitutivo. Pero a este punto pienso que se puede llegar a una conclusión sobre el significado, sobre los Jírnites, sobr~ la importancia de la ciencia política como disciplina con un estatuto epistemológico suyo, operacional y metodológico autónomo. El primer dato que emerge con claridad es la necesidad de distinguir, sin ulteriores equivocaciones, por una parte, la ciencia política de la sociología y, por la otra, la ciencia política de la filosofía. Admitiendo también que las ciencias· que generalmente van bajo el nombre de ..ciencias del hombre" pueden referirse a una común metodología, esto es, Ja capacidad de captar la estructura lógica " de un co-nocimiento empírico provisto de validez científica" (Sartori.


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Antologfa di Scienza polltica, p. 12), y admitiendo que las cien-

cias del hombre puedan servirse de los mismos mecanismos de control y de las mismas técnicas de investigación, lo cual no quita que ellas sean distinguibles sobre la base de la diferente medida en que se sirven de tales meca·nismos y técnicas. Pero, no obstante esto, se hace necesaria una "división y especialización del trabajo cognoscitivo... En efecto, aún .cuando se reconociera validez de discurso científico al ámbito de las ciencias humanas, justamente por esto nos encontraríamos ante una infmidad de variables psicológicos, antropológicos, sociológicos, económicos, políticos. He aquí porque se siente más que nunca la exigencia de una división del trabajo científico. Qencia Política y Sociología Política. A raíz de este motivo viene el rechazo, por parte de los politólogos, de cualquier integración de la ciencia política en el interior de otras disciplinas y, sobretodo, el rechazo de integrar la ciencia política en el interior de la ciencia social. De todas fonnas, ya se han expuesto los motivos que hacen improbable una asimilación de la ciencia política dentro de la sociología general; lo que ahora importa ver es la diferencia que hay entre ciencia política y una sección especializada de la sociología que también existe a nivel de disciplina científica: la sociologfa política. Se podría pronto superar el obstáculo, observando que las variables independientes (causales y explicativas) a través de las cuales se construye el discurso científico de la sociología, no pueden ser asimilables a las va~ riables independientes de la ciencia política. Lo que significa que, aunque aparentemente el objeto de la investigación de la sociología y de la ciencia política pueden parecer lo mismo, subsisten ámbitos de investigación y .de interés de la politologfa que· pueden no entrar en la esfera de interés y de indagación de la sociolog1a, (basta con recordar el ejemplo det sistema polftico al que nos hemos referido anterionnente). También la sociología política puede interveni! sobre objetos comunes de investigación (sistemas electorales, participación política, organización de los partidos, grupos y élites), pero una cosa es el estudio de los partidos como «proyección de las divisiones" y otra cosa es el estudio de los partidos "como sistema de canalización". Pero entonces, ;,dónde está la diferencia de fondo? Las variables llamadas independientes de ·la ciencia política devienen en variables dependientes de la sociología política y viceversa; la variable independiente de la ciencia política puede considerarse el


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Estado en relación a variables dependientes constituidas por las estructuras sociales; la variable independiente de la sociología po. lítica puede identificarse en la sociedad que influye sobre las va· · · riables dependientes del Estado y de sus instituciones y organi-zaciones. Caracterización del fenómeno político en el interior del proceso histórico. De todo lo que hemos dicho, ha surgido un dato importante: la gran dificultad por encontrar definiciones unitarias y suficientes del fenómeno político, ya sea que se reduzca a un dato empírico científicamente comprobable o ya sea que se lleve a dato filosófico o sociológico. Quizás sea oportuno regresar a un esquema interpretativo que habíamos citado al principio de este trabajo: la ca~ racterizaci6n de la naturaleza. del fenómeno político en el interior del proceso histórico; proceso, empero, no entendido como simple evolución lineal de hechos o ideas, sino como constante enlace de "posiciones" teóricas o "incidencias" prácticas. No hay duda que si hay una esfera de la actividad humana donde se hace más visible la unificación y el condicionamiento entre teoría y praxis, esta es la política. Cerroni escribió apropiadamente (La libertá dei moderui, p.l26). "El problema de la politica deviene ... en el campo de prueba mú fUerte de la ¡eneral relacibn que se establece en cada sector , de la actividad humana, entre el pensamiento y la realidad, entre. la raz6n y lo emp.lrico, y mb cuando la política parece ri¡uro-: samente caracterizada por lo imperativo de la accibn, de su fntima necesidad de decidir a cada momento y con la mayor rapidez el sentido y la dirección de la conexión entre teoria y práctica".

La observación puede ser favorecida por la simple presencia del buen ..sentido., o por el ..sentido común" en el juicio que· genemlmente se tiene sobre la actividad política del hombre. Esta nunca queda a un niveJ "privado o sobre un plano de significado exclusivamente especulativo raciona), sino que se muestra constantemente conectado ·a el destino práctico o a la implicación colectiva (no son importantes las dimensiones de esta implicación), con respecto al acto político y a la idea política. Este punto de vista no decae cuando el análisis se desplaza de la simple fenomenología antropológica (y de la definición filosófica) del fenómeno poli· tico hacia una consideración más compleja de Jos mecanismos de construcción y de evolución del comportamiento político: por ejemplo la principal categoría de 1a sociedad política ~1 podersiempre necesita una organización· política para explicarse y ésta


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debe basarse sobre un modo de comportamiento (fuerza, dominio, consenso, participación, subordinación, pluralismo) que en forma activa o' pasiva, menor o mayor, extensiva o reductiva implica de todas fonnas la praxis humana tanto a nivel de presencia, cuanto a nivel de consecuencias pricticas de decisiones teóricas o de posiciones teóricas derivadas de elementos prácticos. Teoría y Praxis, Razón y Empirismo en las diferentes teorizaciones de la política.


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pone, sin embargo,. como otros con respecto al proceso empírico de los intereses y de las necesidades y viceversa. el primado del empirismo renuncia prograrnáticarnente a dar un sentido unitario y universal a los resultados del proceso de la razón. Sobre esto dice Cerroni: ..Después de Rousseau y Kant no se ofrecen otras vfas más que estas : o reconducir todo el mundo de los hechos y de los intereses en la propia fenomenologfa de la razón o reconducir a ésta a la fenomenologfa de los hechos y de los intereses. O se va hacia legitimación filosófica absoluta de la historia que corre con el tiempo, o se va hacia la relativización histórica de la razón que se pretendía pura. En el primer caso será necesario convenir que la historia es solamente un desarroUo de la idea, en el segundo que la idea un desarrollo de la historia de los hechos: o la idealización de la historia o la historización de la idea. Mejor aún: o la preliminar y metodológica reducción historia a historia ideal (filosófica) o la preliminar reducción de la idea a la historia (metodológica) esto es a una historia no ideal (económica y social). En la primera dirección la polftica caerá en la lógica, en la segunda en la sociología...

Esta situación de contradicción en la que se debate la política a partir de la edad moderna encuentra sus orígenes en el progreso del fenómeno político y en su emancipación siempre mayor de toda tutela teológica o moral. Por una parte asistimos a un proceso definitivo, como el de la cada vez mayor consistencia del derecho priva· do propio en correlación a la esfera pública, y por otra parte, a una tentativa de recuperación de la universalidad de la razón que como se ha dicho antes, o descarta la ambiguedad de su cotidiana comparación con la realidad empírica o se refugia en un ideal ético infratemporal y ahistórico. Proyecto e Institución (historia de las ideas políticas e historia de institutos reales). La ciencia política se ha visto recorriendo una vez y otras a aquellas consideraciones del fenómeno político, según se haya pues· to sobre el terreno de la abstracción o sobre el del análisis empírico. Con esto no se quiere negar la necesidad de métodos lógicos-abstractos que mejor pueden contribuir al reconocimiento de la realidad empírica. El problema sustancialmente se reduce a ser lo que ya hemos considerado en algunos aspectos: Es posible una ciencia de la política que no caiga en un logismo abstracto o en su contrario, esto es, el descriptivismo empírico? Si hay un motivo en la base del debate sobre las ciencias sociales, sobre su fundamentación


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..científica", sobre la claridad de sus métodos~ puede ser encontrado en la incapacidad de definir para las ciencias políticas y sociales un estatuto epistemológico autónomo, tanto desde la insinuaciones positivistas y neopositivistas como desde las declaraciones de impotencia por todas las. disciplinas que estudian el mundo humano , frente a la posibilidad de realizar un conocimiento científico de la sociedad, de la política, del estado. La falta de mediación entre estas dos posiciones, ha conducido a la consideración del mundo .político o como algo que puede ser sometido a los métodos necesarios para el estudio de los fenómenos naturales o, a la consideración del fenómeno político o social como otra cosa y contrapuesta a la realidad física-natural. La propia sociología de la política no contribuye a esclarecer la posibilidad de un conocimiento científico de la realidad histórico-social. Atín cuando se ha afirmado que el estudio de las instituciones políticas debe quedar fuertemente aunado al estudio de la sociedad que produce estas instituciones, negando así valor a todo apriorismo conceptualista que intente definir idea-fuerza con carácter absoluto (la idea de es- . tado, sociedad), no se resuelve el problema de un nexo entre razón y realidad, en la medida en que Óse reduce la política de la descripción del status vigente de. las instituciones sociales, sin tomar en cuenta los componentes conceptuales, o se aceptan los dos niveles manteniéndolos separados. El problema en efecto se podría resolver teniendo conciencia de la necesaria interacción de Jos dos momentos. Gradualmente hemos llegado a nqestro problema original: El de la ciencia política entre ciencia e historia, el de la relación entre estudios de los hechos políticos y estudios de las ideas políticas en el interior de un nexo dialéctico general ciencia-historia-sociedad.


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Historia Nacional e Historia Regional Rutilio Ortega González

l. Precisión de ténninos

En primer lugar, es inevitable el compromiso de hacer frente a una dilucidación de términos.' ¿Qué es la historia regional? · ¿Y microlUstoria? ¿E historia parroquial? El maestro mexicano Luis González y González, historiador de pueblo y de nación. indistintamente, nos hace una primera acotación entre hi~toria nacional y microhistoria. La historia nacional se asocia con los conceptos de patria, de conjunto nacional, a los grandes ritmos y movimientos que involucran a todo un país. Microhistoria es hacer. historia del terruiio, de la ciudad, del pueblo en que todos se · reconocen, del barrio de una urbe; es también hacer historia de una hacienda, de Ún monasterio ( 1). Microhistoria sería un término aún muy genérico que arroparía dentro de sí a los términos de la historia local, "petit histoire" e historia regional, entre otras tantas denominaciones (2). Este primer acercamiento nos arroja un primer punto de apoyo: dentro de lo nacional hay unidades con características singulares que se hace necesario estudiar, unidades que van desde un barrio -con nítido perfil, como el SaladiJle maracucho, a un pueblo, a una ciudad a una región entera. Para lo que respecta a este trabajo, hagamos una segunda precisión, y busquemos dentro de la microhistoria qué es la historia regional. Ello nos remite de inmediato al concep(1) Luis Gonzjlez y Gondlez, In.,itacwn a la micro-hiltoria. México, Secre-

taría Educación P6blica, 1973, pp. 26-27, pp. 10..14. (2) Ibídem, pp. 10..13.


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to de región, el cual en su aceptación primera designa ..a cualquier porción de la tierra que en cierta forma difiera de las áreas vecinas", en otras palabras, que el término región "representa de alguna manera una diferenciación del espacio al cual se refiere, que exi~ ten características propias que la definen y la diferencian de las áreas vecinas'' (3). A pesar de que el autor consultado nos advierte que este es un significado todavía vago y ambiguo que requiere de un mayor tratamiento científico (4), a nuestro juicio resulta pertinente y aclaratorio para un p.rimer acercamiento. 2. Por qué hacer historias regionales El fenómeno del auge de la historia regional dentro del campo de la historiografía no es una cuestión aleatoria, producto del capricho de última hora. Obedece a varias razones principales. Una de ellas es la realidad misma de lo que son las llamadas historias "nacionales" venezolanas, que de nacionales tienem poco por haber limitado su campo de acción a los grandes ritmos generales y haber puesto la vista fundamentalmente en la región central, sede del poder político, y por lo tanto escenario de las hazaBas y tropelías de los grandes héroes o de los grandes villanos de nuestro devenir histórico. Sin metemos de fondo en el estudi-o de la región zuJiana, es perceptible que ella, aunque participe del todo nacional, tiene su ritmo histórico propio, un movimiento a veces más lento, a veces en armonía y otras· veces en contradicción con el suceder del centro venezolano (*). La situación geográfica y la red comunicacional del Zulla aJ>rieron la región "a áreas como los Andes, el Caribe y Colombia, mientras que su vinculación con el centro nacional era más débil, relaciones éstas que tuvieron vigencia hasta hace pocas décadas y que varían sustancialmente sólo con el impacto del descubrimiento y explotación del petróleo. Algunas muestras de lo anterior son, en un primer momento, la incorporación tardía de la región al proceso de independencia nacional, el florecimiento de casas comerciales europeas a mediados del siglo pasado y que reforzaron los vínculos del Zulia con centros externos quizás más que en ninguna otra parte de Venezuela, el singular y poco conocido auge cultural zuliano hacia la segunda mitad del ~iecinueve (fenómeno ligado a la apertura hacia Europa (3) Jo9é Manuel Guevara Díaz, La Geografía regional, la región y la regionalización. Caracas, Ediciones de la Facultad de Humanidades y Educacibn · de la Universidad Central de Venezuela, 1977, p. 18. (4) Ibidem. (*) Esto es cierto para otras regiones venezolanas.


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seftalada antes y al gran desarrollo comercial de Maracaibo), el papel del puerto de Maracaibo como centro de int~rcambio comer· cial, cultural y poblacional dentro de una vasta zona integrada por los estados andinos, los departamentos fronterizos colombianos y la propia región zuliana; el arraigado sentimiento federalista que llega a alcanzar pretensiones separatistas a nivel político con la proyectada creaCión de un estado soberano, y, en fin, toda una serie de procesos anteriores a la apartición del petróleo que ofrecen un cuadro de rica y singular historia. Efl una segunda etapa, el trastorno causado por la explotación ·petrolera dentro de la e~ tructura venezolana, adquiere en nuestra región una connotación propia y más aguda, por ser el Zulia origen y centro de esa nueva fase de la economía nacional" (5). En un trabajo personal sobre historia regional, en el que se contó con la participación de los historiadores Nury Pineda y Aníbal Mestre, anotábamos esa especificadad zuliana. Veíamos en esa región un complejo económico-social dual que se había desarrollado aldedor de la cuenca del Lago de Maracaibo, constituido por un circuito productor, fundamentalmente agropecuario y rural, que comprendía los campos ·zulianos, las provincias fronterizas colombianas, parte sustancial de la región andina, Barinas, etc., y un núcleo comercializador, el puerto de Marácaibo, con una red propia de importación y exportación, tanto interna como externa (6). Esta realidad de la región zuliana se acerca al concepto que nos da Guevara Díaz· sobre la región nodal o funcional: "Son regiones que están funcionalmente or¡anizadas por uno o varios focos, y el resto de su úea conectada al foco por redes de circulación o flujos de personas, bienes, comunicación, etc. La re¡ión nodal, mejor llamadas funcion~mente organizada, o simplemente funcional, no es homogénea por sus rasgos fiaicos, sino por la función de inte¡racíbn interna que le da la estructura organizada" (7).

3. Lo físico y lo hlllllano dentro de 1a región En una última consdieración concep~ual, desde el punto de vista histórico, debem_os resaltar que en una región se muev~n dos gran(S) Rutilio Ortega Gonz61ez y Geimán Cardozo Gal~. Proyecto para la creación del Centro de Estudios Históricos de la Facultad d e Humtmidades y EduC~Zción de LUZ. Maracaibo, 1979. pp. 1-2. Material multigrafiado. (6) Rutilio Ortega Gonz61ez, Nury Pineda Morán y Aníbal Mestre Andrade, Jorge Sutherland: el sistema poUtico ·regional zuliano, 1862-/868. Ma• racaibo, 1980. lntdito. (7) Guevara Dfaz, pp. 23-24. .


~~~~·-----------------------------------des elementos matrices: uno, constante, de cambios lentos: es el elementc:> o .suma de elementos geográficos, físicos, que permiten una primera individualización de un paisaje entre otros vecinos. Es el caso del Zulia, el elemento físico lo constituye la cuenca del' Lago y su red de afluentes naturales. Pero ello no es todo. Hasta aquí nos movemos a(ln en meras categorías físicas. El segundo elemento es dinámico, móvil, determinante para la i;Onftguración definitiva de la región: es el hombre y su capacidad productora y transformadora. Este segundo elemento toma histórica a la región, pues la capacidad .transformadora del hombre puede superar, traspasar el marco ,físico del paisaje y aglutinar en su flujo recíproco a pais<ües, a ambientes vecinos. Tal es el caso de la cuenca del Lago y sus pobladores que llegaron desde ese n\'lcleo o foco original a constituir un complejo espacio regional que abarcó las tierras fronterizas colombianas, la región andina, Barinas, etc. Esto es lo que hemos llamado región histórica. En este momento cabe reiterar que toda interpretación no dialéctica de una región, que ignore o considere como algo accidental y accesorio la categoría de cambio, de movimiento, de la región como algo variable, con desplazamiento en el tiempo, está condenada, en mayor o menor grado, al error. En efecto, hemos propue~ to el concepto de región histórica, de la región como ente cuya configuración nunca es defmitiva, cuya definición última viene dada por el conjunto de relaciones humanas que conectan a los diferentes ·núcleos o espacios vecinos. El elemento relaciones humanas es netamente histórico, cambiante. según el relacionamiento de los factores que entran en juego en todo proceso en el cual interviene el hombre en sOciedad (la estructura económica, el cuerpo político y jurídico-administrativo, la ideología. el aparato ideológico del estado, la situación de las clases sociales y el estado de la lucha de clases). La región zuliana es un claro muestrario de lo que estamos afirmando. Parte integrante del Virreinato de Nueva Granada, provincia de la Capitanía General del Venezuela, la región en lo real fue cabalgado por encima de ambas entidades nacipnales, tomando artificiosos los límites administrativos trazados por burócratas y políticos, incorporando o perdiendo territorios, zonas y núcleos humanos según su propia dinámica social interna: la creación, vigencia u obsOlescencia de circuitos comerciales, el estado de las vías de comunicación, las apetencias e intereses de las minorías, grupos privilegiados y caudillos, tanto zulianos como. de otra.s regiones, especialmente el centro venezolano. la variedad geográfica del país, el desarrollo desigual de sus regiones, toman pues de importancia capital los estudios de historia ..

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--~--------~------------~--------~~1~1 regional. No existe hoy una historia nacional y ésta solamente se obtendría en la medida en que se vayan dando los estudios regio~~. . 4. A lo hecho y por hacer A pesar de esa singularidad histórica del Zulia, hasta el momento no encontramos intentos sistemáticos de abordar esa realidad en si misma; las historias escritas sobre nuestra región revelan grandes deficiencias, ya que no pasan de ser una secuencia de indios y espaftoles, realistas y libertadores glorificados, guerras, fechas y nombres propios: en otras palabras: ". . . no bay estudios sobre el Zulía que estén a la altura de los tiempos en que vivimos y que permitan tener una visión global, totalizadora, de su evolución histórica. Ello no quiere decir, por supuesto, que se niegue el valor testimonal de la literatura pretérita, la cual tuvo, ademú, extraordinario mérito de defender ante el país la esencia, los rasgos particulares, él carácter genuino de una provincia que, desde su emel'Jencia como Estado pujante, a partir de la actividad comercial desarrollada en las 6ltima.s déc:adas del siglo XIX, fue dutamente agredida por el Poder Central y a6n por los mismos Estados vecinos con quien habfa constituido, durante siglos, una misma unidad administrativa (8).

Otra razón, la segunda, para validar el auge y vigencia de las historias regionales (o de cualquier otro de los géneros de la mi· ero-historia) es que al irse imponiendo el principio de la historia como totalidad se obtiene conciecia de la dificultad y .los obstáculos que supone hacer una historia universal o nacional. Al que ama la historia entera no le queda más camino que ser historiador regional (o de pueblo. o parroquia). La historia regional o la historial local -de pueblo, barriada o . parroquia- han sido abordadas con singular éxito por historiadores individuales, tal como lo hiciera el mexicano Luis G~ndlez y González en .su obra sobre su pueblo natal San José de Gracia (9); pero es innegable concluÚ' que tanto esta historia· loCal, como mucho más la historia regional, serán más fácilmente comprensibles si la tarea de investigarlas es realizada por un equipo rnulti e interdisciplinario dirigido por historiadores. (8) Germin Cardozo Galu6, LÍ pasión creadora, nuestra mAs genuina tradición, en la revista Re1pue1tt1 del Zuli4. Año IV, núm. 44, de Mayo-Junio de. 1979, Maracaibo, p. 88. (9) Véase el ya clAsico h"bro de este chispeante maestro mexicano: Pueblo en vilo. Microhiltoria de StJn J01é de Gracia. Mbico, El Colegio de M6xico,

varias edicioues.


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S. Lo urúverSal, lo nacional, lo regional y un reto Si la integración multidisciplinaria es uno de los grandes escollos a salvar por quienes hagan historia total, en el caso de la historia regional se suma otro problema crucial, cual es la necesaria ligazón entre lo regional, lo nacional -o mt!jor dicho, la historia del centro nacional- y lo universal. Una región como el Zulia, por ejemplo, aunque con definición propia. ha estado y esta conectada por redes económicas políticas y culturales con el resto de Venezuela y del mundo, especialmente con Jos centros hegemónicos de producción e intercambio del sistema capitalista, por lo cual su acontecer histórico resentirá tanto las fluctuaciones del resto dd país como el ritmo mundial. Maracaibo es, durante el siglo XIX y primera parte del XX, centro importante d~ comercialización del café y el cacao, por lo que en ella se implantaron sucursales de casas comerciales europeas; hoy. es región primada en la producción de hidrocarburos con .resonancia mundial. Al resci'iarse cada período y 8ector de la vida región al zuliana, deben descubrirse y trazarse las líneas vincutatorias con el movimiento nacional y con la dinámica glob~ ·de los. centros económicos, políticos e ideológicos a nivel mundial. Pero, y he aquí lo má·s sugestivo, igualmen te Jos estudios .~gionales . irán alumbrando sectores, incógnitas y lagunas, perfilando conceptos y corrigiendo afmnaciones, tanto de la historia nacional como universal. El reto está allí. A la espera de una nueva generación de historiadores. ·.


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Brasil: "La Revolución de/64", veinte años después Alejandro Mendible

El 2 de Abril de 1964 era derrocado en Brasil el Presidente Constitucional Joao Goulart. Su caída no era: simplemente la de un gobernante civil que se encontró impotente ante el poder militar creciente, era el colapso del Estado varguista imperante desde 1930. El varguismo fue la expresión asumida por el .populismo en Brasil que conformó un bloque de poder dominante con la determinación de cambiar la vieja estructura monocultora del café a otra estructu· ra de base industrial El aglu tinador y ductor de este proceso fue el carismático Getulio Vargas. Vargas apareció como el principal lider de la Revolución de 1930 y conservó hábilmente su liderazgo hasta su impactante des;r panción en 1954. Durante ese tiempo asumió roles diferentes como el de presidente del estado autoritario y cooperativista en el Estado Novo o el de presidente democrático en su última Administración. Cuando tomó la trágica decisión de suicidarse seftaló en su Carta Testarnento lo siguiente: "Serenamente doy el primer PU9 por el camino de la eternidad y salgo de la vida pan entrar en· la historian. El varguismo sin Vargas continúa impulsado por los dos movimientos políticos organizados por el Partido Social Demócra-ta (PSD) y el Partido de Trabajadores Brasilef\os (PTB) que cUando se unieron fonnaron mayoría y estabilidad como sucedió durante la Administración de J uscelino Kubitschek (19 56·1961). Juscelino creó confianza, abrió las puertas del país al capital extranjero y emprendió una intensa política desarrollísta que aún hoy es apre· ciada. Bastaría con mencionar la industria automovilística y la construcción de la ciudad ·de Brasilia. Pero cuando las fuerzas varguistas fueron derrotadas, ·como sucedió en 1961, se abrió un


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entreacto agonizante. Las fuerzas opositoras organizadas en la Unión ·Democrática Nacional (UDN) lanzaron como candidato a1 temperamental y discolo líder político, Janio Quadros. Este ganó las elecciones con mayoría abrumadora, pero a los pocos meses, sin causa aparente, emitió una intempestiva carta de renuncia. La renuncia, además del profundo desaliento y frustración que creó en los sectores civiles sumió al país en una grave crisis sucesorial, máxime cuando el aspirante legítimo a ocupar el cargo era el vice-presidente Joao Goulart. Goulart, principal dirigente del PTB, había entrado en la política apadrinado por Vargas y desde sus primeros pasos al frente del 'Ministerio del Trabajo en 1953 se habia ganado el odio de los sectores conservadores y la desconfianza de Jos militares que lo consideraban · un demagogo filo-comunista. Ahora al frente de la Presidencia afloraban los antiguos resquemores y se preparaba e l escenario para un acto adverso a los sectores populares.

1964: ¿Revolución o Contra Revolución? Durante la gestión de Goulart la crisis d ~.: autoridad llegó a niveles intolerables. En cierta medida contribuyó la actitud vacilante e indcfi~da del gobernante que cuando se decidió a actuar ya era demasiado tarde. El desarreglo de la economía había desatado la inflación que llegó al 700/o. El desempleo y otros factores correlativos indicaban que el crecimicn to industrial del país pasaba por un cuello de botella y que se necesitaba enfrentarlo con decisión. Pero no menos preocupante se presentaba la situación política del país. Esta situación se deterioraba por la agudización de la pu!,onacidad interpartidista y mc\s aún por el uso desmedido de la diatriba que prácticamente había erosionado el prestigio de todos los Hdc- · res políticos civiles. Además, la unidad sindical se encontraba amenazada por el paralelismo. Y la disciplina militar empezó a ser quebrantada por el intento de Jos cabos y sectores de tropa por sindicalizarse. Por supuesto, esta situación irritó a los altos mandos militares. En la Iglesia Católica empezaron a actuar movimientos conservadores como el de "Marcha de la Familia con Dios y por la Libertad" y el "Rosario en Familia" que en las principales ciudades resaban contra la influencia del comunismo en la sociedad brasileña. Además se hi~-ieron presentes grupos desestabilidadores como la "Liga de Mujeres Demócratas" que en la ciudad de Sao PauJo pro-


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movieron las primeras marchas de las cacerolas. Ante esta situación confusa, los únicos que tenían claros sus propósitos·eran los sectores reaccionarios. Estos sectores actuaron desde diferentes centros tales como el Instituto de Pesquisas y Estudios Sociales IPES, expresión de los empresarios; el Instituto Brasilefio de Acción Acción Democrática IBAD, de orientación conservadora y la E~ cuela Superior de Guerra fundada en 1954 y en donde actuaban figuras prominentes como Cauto e Silva impulsor del pensamiento geopolítiCo brasilefio actual. El contexto internacional también era a(,lverso a Goulart. El temor d'e un posible contagio fidelista había volcado la diplomacia norteamericana hacia una política exterior de contención. La súbita desaparición del Presidente John F. Kennedy y el adveni~ miento de Johnson acentuaron la política intervencionista de los EE.UU. En Brasil esto se manifestó con la manipulación de . los empréstitos, en el sentido de negarlos al gobierno central para dificultarle su labor de recuperación económica, mientras que ' a los desafectos al Presidente, todo se les facilitaba; De la mi~ ma forma .actuaron Jos funcionarios de la Embajada norteamer ricana, particularmente el asesor milítar Walter Vemon de comprobada vinculación · con la CIA. Ante este pleamar ins~rreccio­ nal, Goulart insistía atemorizando, más 'aún a lo8. sectores conservadores amenazando con llevar adelante 'una Reforma' .Base que pretendía impulsar, entre otras medidas explo$ivas, )a refOfiOa agraria y pechar las remesas de las transnacionales hacia el exterior. LLamó a una concentración Río de Janeiro en apoyo a las me- · didas propuestas y el acto eón miles de participantes de los sindicatos y de los partidos de ·izquierda fue trasmitido en cadena por radio y TV. Posteriormente e'n un discurso en el Qub Militar, en tono muy en~endido, habló de cortar cabezas para llevar adelan· te su Plan de Reformas. Los gJUpos complotados se sintieron impelidos a actuar. Una carta del General C2stelo Branco fue leída en los cuarteles y en la misma se hablaba de salvar al país del caos. El movimiento conspirador tomó fuerza· en Sao Paulo, Río de Janeiro y BcJo Horizonte, el triángulo del poder en Brasil. El Presidente inerme huyó a Brasilia de donde fue aventado al exiHo en el Uruguay. El movimiento triunfante instauró en la Presidencia al General Castdo Branco y denominaron la acción como "Revolución del 64". Sin embargo, lo que había sucedido era un golpe de estado preventivo para retomar Ja tradicional tendencia elitista de dominación brasilcfia y hacer retroceder los logws obtenidos por los . sectores populares.

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~ITIERRA~-----------------------------------&calada hacia el autoritarilmo 1964-1968. Dos tendencias· empezaron a .actuar en el seno del movimiento triunfante: una ''línea dura" anticomunista virulenta y otra ..blanda". · Con los segundos se encontraba el General Castelo Branco quien consideraba la eventualidad de normalizar ~1 país bajo principios democráticos, proponiendo que los militares regresasen a sus cuarteles. Alrededor de esta posición giraban viejos políticos con· se·rvadores y ciertas facciones de la burguesía. Pero los eventos fueron atropellando toda salida conciliatoria. Los sectores popu· lares al percibir las manifestaciones autoritarias del nuevo·estado, desencadenaron una serie de huelgas, fundamentalmente en los sectores industriales de Sao Pauto que fueron acompaft.adas por estruendosas manifestaciones estudiantiles. Esta fue la justificación ideal que los sectores duros necesitaban para actuar. La vieja Cons-titución democrática de 1946 fue abrogada y se dió inicio a una serie de Actos Constitucionales emanados del Ejecutivo e impues-tos sin consulta. El Acta Constitucional Número 5 fue el corolario de la usurpación democrática que impuso las decisiones del- Ejecutivo inclusive por encima de la Constitución confeccionada por el mismo régimen de 1967. La sucesión presidencial fue el momento que los duros esperaban para imponerse en la escogencia y no fue tan importante el número de votos como el número de guarniciones y caflones con que se contaban. Se impuso el representante del ejército, General Costa e Silva. De esta manera se afianzaba el e~ tado autoritario. La naturaleza y características de ese tipo de estado ha constituido un ·caso de estudio por parte de los más prestigiosos especialistas de la evolución contemporánea del Brasil. Para citar solo a algunos, se puede mencionar a Cardoso, Dos Santos, Furtado, Erickson, Schnéider, Skidmore y Faoro. En general ellos prefieren hablar de autoritarismo y no de fascismo por cuanto el régimen no mantiene una cons'tante movilización de la población, no ha creado el partico \lnico, mantiene ciertas instituciones pluralistas y no reglamentan en fotma estricta la sociedad civil. El estado autoritario se caracteriza por una concentración del poder en el Ejecutivo. Al frente del mismo por lo menos hasta los momentos, se han encontrado los generales Castelo Branco, Costa e Silva, Garrastazu Medici, Ernesto Geisel y Joao Baptista Figueiredo. Por este motivo, el ejército se ha convertido en un cuarto supra poder con derecho a veto. Los altos cargos de gobierno son ocupados por burócratas, tecnócratas de alta calificación, miembros de las Fuerzas Armadas Brasileftas (FAB) y personerOs provenientes


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de las empresas privadas. Lo original de esta integración gubernamental es que Jos tecnócratas no rinden cuentas de sus actos y actCutn como una nueva burguesía que no es duefta de las empresas estatales, por cuanto son nacionales, pero actúan como duefl.a de su administración. Un ejemplo de poder ilimitado lo ha constituido e) Ministerio de Economía que como en el caso actual de Delfm Netto, ha causado el tremendo endeudamiento nacional sin qúe ello le haya acarreado la pérdida del cargo. En buena medida ello se debe a la otra característica dominante · que es la vinculación del estado .autoritario con el sistema capitalista mundial principalmente con los EE. UU. De esta unión a los Estados Unidos y por afir-maciones como la formulada por Nixon de que hacia:donde se in~ cline el Brasil se inclinará la América Latina, o de Henry Kissinger de darle trato de "potencia emergente", lo cual coincidía sospechosamente con manifestaciones formuladas en Brasil en lo de las "fronteras ideológicas", despertó los recelos de otros países del área y determinó que autores como Ruy Marini y Pauto Schillin hablaran de "subimperialismo brasilefto". En definitiva, el estado autoritario creó nuevos espacios para la· acumulación · capitalista que por algunos aftos creó un espejismo de recuperación y febril actividad económica conocido como .. El Milagro''. · Las Víctimas del Milagro ( 1968-1973 ).

El general Garrastazu Medici respondiéndole a un periodista extranjero acerca de la situación económica del país seflaló: "el país va muy bien pero el pueblo muy mal". Nada más cier-to, pues .el enriquecimiento de una élite a base de la explotación prácticamente del 8.0 0/o de la población que les hizo · bajar los ingresos reales y deteriorarse las condiciones de· vida. Lo. que se entendió por ~·~ilagro" económico fue la . acción ••mági~a·· por la cual la inflaciQn fue contenida al' orden tolerable del 250/o, el crecimiento del PTB llegó a la sorprendente cifra ·de.· l 0.·7 en 1973 se mantuvo una balanza comercial favor~bJe. Un opti· mismo desarrollista sacudió. al país, emprendiéndo~ , grandes 9bras de construcción como el caso de la gigantesca representa de Itaipu, planes viales; "desarrollo atómico, y se corrió la frontera agrí-. ·cola hasta perturbar la paz de la selva amazónica. · Pero. como expresara en su oportunidad, la única voz disidente tolerada por el régimen, el de la Iglesia Católica, en sus críticas pastorales·elabota· das por el .combativo Consejo Nacional de Obispos Brasileños (CNOB). La primera conocida con el nombre de .'"He .escuchado los clamore~ de mi pueblo" donde se denuncia~ ¿a quién .beneficia

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este milagro? El "milagro Brasiletio" despojado por un lado de la · sed del fervor y de la esperanza popular, resultó, por otro lado, favoreciendo a los no necesitados y convirtiéndose en castigo para los que le fueron sacrificados, en maldición para aquellos que no lo han pedido. En la huella. del "milagro" quedó el empobrecia miento relativo y apsoluto deJ pueblo. La segunda conocida como "marginacjón de un pueblo, Grito de las iglesias., (1973) donde se seftala "No podemos negar que el país ·se está enriqueciendo. Pero ¿quién paga ese enriquecimiento? Es el pueblo que se queda más pobre. Entonces, según la propaganda la cosa sería así: no hay nada que hacer; para enriquecemos, se necesita encontrar la riqueza en manos de pocos, pero estos van haciendo progresar al Brasil. Luego, cuando sea posible, cuando no moleste al crecimiento económico del país, entonces, ahí sí que la gente se podrá repartir la torta". Y la tercera, conocida con el hombre de ..Prohibido ser hombre" (1975) setiala: ..Pero la ventaja más grande es para los que están financiando nuestro "crecimiento'\ los de afuera, los extranjeros". El Desmonte del Estado Autoritario ( 1973·1984).

La c;.risis de los precios del petróleo a partir de 1973 hace que en el primer trimestre de ese ano los gastos por este concepto saltaron de S 500 a $ 5.000 millones. Además, el principal aliado del Brasil, los EE. UU. empezó a ponerle barreras aduanales a las exportaciones del Brasil hacia los EE. UU. Durante la Administración Carter~ la política de los derechos humanos y la cuestión atómica le crearon más dificultades al gobierno de Brasilía. En lo interno las fuerzas opositoras al estado autoritario no han flaqueado en ningún momento y ·cada vez que se crea un intersticio este es aprovechado por las fuerzaS democráticas. El gobierno no ha ganado ninguna elección y para mantener las apariencias, tiene que recu- . rrir a constantes modificaciones legales como la de utilizar parlamentarios "biónicos" para ••amai'iar" los debates parlamentarios. La voz de la Iglesia que se expresa como portavoz de un pueblo oprimido y alrededor de ella se van formando las combativas comunidades de base que estrechan sus contactos con los barrios obreros y de Jas ..favelas" olvidadas por los jerarcas de tumo. Con razón el Papa Pauto VI en su.visita expresó, ..Di()S tu pueblo tiene hambre". · Se imponía un repliegue táctico. Una prominente figura del régimen consideró este repliegue como una acción necesaria de descom· presión para que la "caldera" no estallara. Le cottespondj{) al ......

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General Geisel iniciar el cronograma para la democratización del país. Fue entonces cuando se empezó a hablar en Brasil de una democracia limitada. Para el momento de la elección presidencial muy pocos le daban crédito al candidato oficial, Jóao B. Figueiredo, en sus ofertas de democratización. Todavía recodaban las declaraciones del aspirante presidencial en el sentido de que prefería el "olor de los caballos que el de la gente". Pero recordaban taiilbién su posición dejefe del Servicio Nacional de Inteligencia. Sin embargo, la palabra empeftáda del viejo general de caballería una vez convertido en Presidente empezó a cumplirla. Primero se disolvieron los dos partidos del status y se inició la formación de los partidos políticos. Después se decretó la amnistía general y los exiliados pudieron regresar al país y m~ recientemente, la celebración de las elecciones de los gobernadores. También el Presidente Figueiredo redefmióla política exterior del Brasil, alejándose de los EE. UU. El país empieza a acercarse al tercer mundo, destacándose sus relaciones con el Africa y América Latina. Act ualmente, el Brasil sigue siendo una democracia restringida a pesar de los avances políticos conseguidos por los sectores populares. En las elecciones para gobernadores de Diciembre de 1982 las fuerzas políticas opositoras ganaron en los principales estados de la Unión y sorprendentemente, en el Estado de Río de Janeiro resultó ganador el carismático líder, Leonel Brizo! heredero de las corrientes varguistas proscritas por el régimen de 1964. El último eslabón formal y al cual se aferran las fuenas reaccionarias para detener la consecución de la democracia plena es el subterfugio de la elección presidencial. La elección del presidente se efectúa desde 1967 por intemiedio de elecciones indirectas, en donde, un "Colegio Electoral" integrado por representantes del Congreso y miembros designados por lasAsambleas Legislativas de los estados seleccionan el presidente. f.n este afto la lucha por lograr las elecciones directas se ha convertido en un clamor de reivindicación nacional. Por los momentos se han postulado tres candidatos. Todos ellos provenientes del. seno del régimen : Pauto Maluf, ex-gobernador del Estado de Sao Pauto, .el General Mario Andreazza, Ministro del Interior y. el Vicepresidente Aureliano Chavcz, pero en este momento .cuando la inflación sobrepasa a los 2000/o, un índice de desempleo altísimo, una deuda externa tan gigantesca que en la práctica el país ha perdido el control sobre ella y las ostensibles manifestaciones de hambre en todo el territorio, le confieren a estas dec~ioncs un carácter dramático .posiblemente el canto del císnc d~ una infructuosa "revolución".


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La Vega de Pueblo Viejo Excavación del Sitio Histórico de Chabasquén, Estado Portuguesa, Venezuela.

Pedro Pablo Linares

Introducción Presentamos un resumen de las actividades y resultados preliminares de los trabajos arqueológicos del Sitio Histórico "La Vega del Pueblo Viejo de Chabasquén", caserío del mismo nombre a tres kilómetros al noroeste del poblado Paraíso de Chabasquén, Distri to Monseñor J osé Vicente de Unda, del Estado Portuguesa. Tanto por su toponímico, como por la tradición oral y las fu en tes hjstóricas, se sabe que fue allí donde es tuvo ubicado el pueblo de Chabasquén, desde los inicios del Período Colonial , pasando por su fundación el 19 de Diciembre de 1767 , hasta 1851 cuando fue destruido por un fenóm eno geológico. En 1973, iniciamos los estudios históricos o microhistóricos de Chabasquén y nos fuimos pe rcatando de lo joven que este lucía a pesar de la trayectoria histórica desde sus orígenes en la época de los aborígenes y las e tapas poste riores de la Colonia y de la República. Esta situación nos llevó a buscar las hue llas de ese pasado mudo en su fisonomía actual. A pesar de habé rsele celebrado en 1967 el Bice ntenario de su Fundación. -que pasó desapercidido involuntariamente ,- siempre sentíamos la posibilidad de reconocer como sitio de fundación de carácter colonial, La Vega ubicada en el caserío .Pueblo Viejo. Los trabajos de campo y laboratorio fu eron posible con la participación de l grupo excu rsion istas Rodríguez y Tamayo, quienes colaboraron en el montaje del campamento a partir del 28 de Dicie mbre de 1981 , hasta el 12 de Ene ro de 1982, y el equipo permanente de investigación, integrado por los estudiantes Gerardo Molína, Rigoberto Camacho, Freima n Páez , J osé G. Linarcz y David Alvarado. Además contamos con un grupo de colaboradores inmediatos y amigos que desinte resad&mente nos brindaron apoyo Y estímulo para llevar adelante el programa de trabajo.


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Este sitio, y a donde fue trasladado el antiguo poblado, adquirió el nombre de " Pueblo Nuevo" de Chabasquén o "Camburito", sin que se popularizara el nombre oficial de "Paraiso". Foto, Manuel "Monche" Carcía

Contamos también con la asesoría dirl!cta del Antropólogo Adrián Lucena Goyo, del Musco Arqueológico de la Universidad de Los Andes y el respaldo directo e indirecto del Dr. Cruxent, quien nos ayudó al reconocimiento de los materiales arqudógicos Y con sugerencias constantes; contamos también con la ayuda de J . E. Ruíz Guevara, del Consejo Nacional de Investigaciones Museológicas (CON IM). del Sr. Vicente Rodríguez Alburjas, propietario de los terrenos donde excavamos y guia incondicional en la estadía en el lugar, así como del Sr. Víctor Hernán Rodríguez de la Asociación Nacional de Conservadores y Restauradores de Cerámica (ASOCOREC) y del Dr. A Singer de la Fundación Venezolana de


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Sismología dONVi'SIS), quien analizó la parte geomorfológica del sitio. Después de labores de campo y laboratorio, no~ificamos oficial· mente Jos hallazgos a la Junta Protectora y Conservadora del Pa· trimonio Histórico y Artístico de la Nación, en el Estado Portuguesa y a otros organismos representativos, como también al organismo nacional a través de conversación personal con el Dr. Rafael Armando Rojas y la Dra. Erika Wagner. Por otro lado, dictamos charlas y realizamos visitas guiadas al sitio histórico en excavación, a· la población general, a algunos grupos del liceo de J.a localidad y a las autoridades municipales del Distrito. A estas últimas les planteamos la necesidad y urgencia de la construcción de estructuras de defensa (muros de contcn~ión) en el poblado actual, amenazado fuertemente por las subidas y los desbordamientos de los rios circundantes, durante las temporadas de lluvia. De esta forma, las investigaciones históricas aportan soluciones o alternativas válidas a problemas en la actualidad, pero con una serie de antecedentes, como los que hemos comprobado a través de la investigación histórica. Finalmente. queremos agregar que estamos ante la posibilidad de continuar esta investigación, desde el Programa de Salvamento Arqueológico. del Tocuyo, adscrito al Concejo Municipal del Distri~ to Morán, Estado Lara, bajo nuestra Coordinación General. Metodología y Desarrollo l .· Tradición Oral. Como testimonio y documento, la tradición oral adquiere, en nuestro caso, justo lugar y confianza metodológica. Ya que mediante la historia oral pudimos profundizar en la Investigación, dadas las escasas fu en tes escritas. Así logramos entrevistas a los sei'iorcs Vicente Rodríguez Alburjas, Pedro Pérez, Manuel Rodríguez fargas, Matías Orcllana, Manuel Torrealba, T. Mendoza, Rubén Yépcz, Tobías R. Fcrnándcz, Callctana Mena de Rivera, y en general, a ·la mayoría de las personas de edad avanzada y sus deseen· dientes. Dieron referenCias fragmentarias que luego procesamos e interpretamos, lo que nos permite afirmar la importancia del Caserío Pueblo Viejo, tal y como lo dejan ver algunos de los testimonios orales que a continuación transcribimos: a) "Ahí fue donde estuvo antiguamente el pueblo. de Chabasquén, me contaba Indalecio Alburjas, que conoció eso, pero ese se hundió y la gente se mudó para el pueblo actual" (Vicente ·· .... ,., . Rodrfgucz AlbJujas). · . ' .: ':J::. ..w....i.:,. ·_:i.:..~' . .. . •. ·~t~ ~ ....... _ ' .. -'t.:

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b) " Dicen que en .-Pueblo Viejo era el antiguQ Ca~río de Chabas- · quén, pero eso se hundió y lo que quedó' fue una laguna llamada Laguna de Albu¡jas" (Pedro Pérez, Matías Orellana, T. Mendoza). ·

e) "Una laguna La Laguna del Caballo, se derramó y represó en el río ; entonces el pueblo se hundió" (Manuel Rodríguez Pargas). ·· d) "Los dos cerros de Jos lados se vinieron abajo y represaron el río y el pueblito se acabó" (Rubén Yépez). e) "Yo no lo vf; me contaba Florentino González, dizque bajó el cerro y_tapió las casas con agua y barro hasta la mitad de las paredes, pero la gente cuando vió venir eso se salió y enton~ ces se mudaron para ab~o , para donde está 3.hora el Pueblo . ' Nuevo" (Manuel Torrealba). D "La represa que se formó era muy grande y en esos tiempos había un nadador muy veterano y era el único que nadaba en esa represa que se hizo. Eso me lo contaba mi mamá, María Francisca Torrellas". Como información adicional -y de interés, el informante, hi.zo una observación : · "La creencia de la gente, era que existía un animal con una sierra en la espalda que llamaban El Arador y este animalito araba o falsiaba hasta derrumbar Jos caseríos, y eso fue lo que pasó en Pueblo Viejo: que hizo que los cerros se derrumbaran y el río se represara" (Tobías R. Fcmández). La familia Ceiba (Gregorio, Te resa y Jesús) ratificó la informa· ción de carácter mágic~religjoso sobre el Arador n9tificándonos un caso donde este animal está destruyendo sistemáticamente el caserío Guaitó, del Municipio de Humocaro Alto, Distrito Morán , Estado Lara. Encontramos también una versión síncretizada con ·la religión católica que ~xplica que a consecuencia de la inundación del pobla· do, fue nccl!sario hacer sacrifio a la Virgen de los Dolores para evitar la reincidencia de la desgracia, con otra laguna que está por derramarse, es por eso que la patrona religiosa de Chabasquén sea dicha virgen. Pudimos comprobar que tal versión se debe a la reinterpretación de la Iglesia Católica aprovechándose esta oportunidad poste· rior al año 1850, porque en el -Archivo Arzobispal de Caracas se encuentran documentos que desde 1777 se refieren a la jurisdicción eclesiástica ~e la Virgen de los Dolores de Chabasquén. ..·. ··~


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2.- lnvestigaciOO· de Archivo. En la revisión de los archivos existentes en Barquisimeto, Estado Lara, del cual dependió Chabasquén hasta 1856, localizamos los documentos que publicó en 1946 el Dr. Ambrosio Perera: ..En 1851, un fenómeno geológico destruyó la mayor parte de la antigua población de Chabasqu6n. Una vertiente arras6 una colina que estrechaba su curso y las aguas llenas de lodo inundaron las casas del pueblo. que quedaron en tal Suceso imprevisto (sic), destruidas en su mayoría. Los vecinos tuvieron la necesidad de irse para el sitio denominado el Banco, situado a media legua de la cabecera de la parroquia, y al reunirse la Diputación Provincial se dirigieron a ella para pedir la aprobación Oficial del traslado que la naturaleza les babia impuesto. La Diputación aprobó el dicho traslado por Decreto del 29 de NoYiembre de 1851, y al mismo tiempo dispuso que en adelante lt parroquia llevara el nombre de PARAISO en remplazo de Chabuquén, que babfa llevado desde su fundación por felices gestiones del célebre Obispo Martl" ( 1).

· Revisamos documentos y bibliografías en la Academia Nacional de la Historia, Hemeroteca de la Universidad Central de Venezuela, Archivo Arzobispal de Caracas, Archivo General de la Nación, Biblioteca Pío Tarnayo de Barquisimeto, Centro de Historia Larense y otros. Se logró obtener una idea en conjunto de la trayectoria histórica de Chabasquén y nos hemos enterado de su importante organización económica, política, social y religiosa interrumpida en 1851; quizá a ello que se deba, que a principios de siglo, el pueblo contaba con escasas diez viviendas de bahareque como lo confinnan el cronista Don Rito García Valera y el Sr., Francisco J. Datica. Además; encontramos en el Archivo Arzobispal de Caracas un documento donde se asienta, que en 1852los vecinos de Chabasquén transcriben el documento emanado por la Diputación Provincial de Lara en Noviembre de 1851, para apoyar la gestión de traslado de la Iglesia ante las autorid~des eclesiásticas. Esta petición fue aprobada en Valencia en Septiembre de 1852. (Por su import~cia transcribimos .dicho documento al final de este trabajo). 3.- Investigación; Arqueo)ógica. Con las investigaciones ya realizadas, nos propusimos diseñar la investigación arqueológica que nos permitiera demostrar y comprobar los testimonios orales y documentos escritos. Aplicamos el método de la arqueología histórica, tal y como lo vienen haciendo los arqueólogos :en investigaciones similares en Nueva Cádiz (Isla (1) AmbroSio Perent', Hut()rf(J Político-1e"itori4J de los estodo& Lara y Portuguesa. p. 9S.


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de Cubagua), San Antonio de Mucuno (Estado Mérida), La Ermha y el Rincón (Estado Trujillo), La Macolla (Estado Falcón) y otros sitios. Exploración Mnemotecnica. Inicialmente hicimos exploraciones mnemotécnicas con el informante Vicente Rodríguez Alburjas, quien fue reviviendo y ex· plicando su información referente al hecho histórico. Así, nos ubicó el sitio donde se represó el río, en la parte superior del pueblo, y la delimitación entre el caserío y la parte del cementerio. Esta información fue posible, debido a .Jos vestigios supeñiciales que el informante localizó en 1920, cuando junto a su padre, lndalecio Alburjas, iniciaron labores agrícolas en la Vega del Pueblo Viejo. Los vestigios localizados por el informante en la parte que corresponden al poblado, consistían en un antiguo muro o ..rafa", tres fragmentos de ladriDo (2) y una piedra de moler maíz y café. Monttqe de Campamento. Después de las diferentes exploraciones del área y recorridos de superficie por el sitio arqueológico logramos obtener la información necesaria para emprender el montaje del campamento arqueológico. De esta manera iniciamos el 28 de Diciembre de ·t98l , los trabajos de excavación, disenando íntegramente la estructura del campamento en el área, con intenciones futuristas, de tal modo que en el transcurso de la investigación, y en la medida en que descubrimos los vestigios, la estructura del campamento fue adquiriendo características museográficas por la afluencia de visitantes de la población actual. Excavación. Realizamos dos pozos prospectivos, ubicando .el primero en la· parte que correspondió al cementerio; excavamos capas de 25 cms. de espesor cada una, a la vez· que cerníamos la tierra, profundizan· do basta los hallazgos. De esta forma obtuvimOs una guía estratigráfica para interpretar el hecho histórico a .trav& de los vestigios y orientar futuras investigaciones. · . ·... (2) Cuando iniciamos la excavac:i6n, la .mora María Petateio, esposa del Sr. Vicente Rodríguez A., nos facilitb uno de los ladrillos uaados para controlar la enfermedad bacteriana Damada ..Cuquera.. en pudo· bmino y que couerv6 en buenas concliciones.. ·


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Resultados. En el pozo No. 1, centro del poblado, de 35 a 50 cms. encontra-· mos una asociación de 4 2 fragmentos de cerámica de procedencia inglesa, perteneciente al período 1820-1860 (según tabla crono-lógica de Cruxent), más loza criolla o popular; ambos materiales pertenecen a los últimos acontecimientos del poblado. El profesor Cruxent nos sugería excavar a mayor profundidad para localizar vestigios más antiguos, hasta la fundación del poblado. En el pozo No. 2, a 75 cms. localizamos la parte inferior 'd e un enterramiento en los límites sur~ste, lo que conllevó a prolongar el pozo con otra cuadrícula en esa dirección dejando al descubierto restos óseos, poco conservadores, de un individuo adulto de 160 cms. de estatura. Consideraciones Generales. Hasta el presente hemos realizado la investigación histórica o micro-histórica de Chabasquén, particularizando desde la etapa actual al poblado antiguo_y su desaparición bajo las aguas y el lodo, en 1851. La investigación a través de las fuentes orales y de archivo nos permitió la comprobación arqueológica del sector poblado y el cementerio; todo esto a nivel de prospección y no de una excavación completa, de tal forma que en el futuro debemos programar un plan de trabajo que nos permita reconstruir el pasado de la Sociedad que pobló antiguamente Chaba.squén. Recomendaciones. Todas las recomendaciones especializadas han coincidido en que los hallazgos se deben dejar en el mismo sitio de las excavaciones, a modo de formar un Parque Histórico o Museo In Situ, que le: permita al público conoéer los descubrimientos en su contexto original, a parte de contribuir a la educación de todos los niveles. Apéndice. 1852. Solicitud de los Vecinos de Chabasquén sobre la traslación de la Iglesia ·

Seifor Provisorio Vicllrio Capitular. El vecindario que suscribe presidido por los jueces, cura, sfndico, preceptor y comisarios de esta parroquia ente su Señoría con el más profundo respeto exponemos que: En el alfo po po en el mes de Noviembre reoresentamos a lo H D. Provincial de Barquisimeto, exigiéndoles por causas muy poderosas, la traslación de la . parroquia de Orabasquén al sitio del Banco con nombre "Parafso" cuya justa solicitud se nos concedió por resolución de 29 de Noviembre en los términos siguientes:


--------------------------------~--~~~ffi/~7 "La Diputación Provicional de Barquisimeto vista la representación de vecinos de la Parroquia de Chabuqu~n del Cantón Toc:uyo mmif~estan el que una vertiente del nivel superior al piso del suelo estrechada por dos colinas hizo venir sobre si a una de ellas y sufrió la población las conaecuencias de Jas ¡randes avenidas de lodo, que por aquel extraordinario suceso perecieron la mayor parte de las casas y por con&i¡uiente tuvieron que situarte en el sitio del Banco, jurisdicción de la misma parroquia a distancia de un cuarto de legua, que el terreno que ocupa la población destruida, aÍlD esti amenazada por otra colina que se encuentra hoi promovida por el mismo fenómeno &ín que haya la mb remota esperanza de que allí pueda haber población sin peli¡ro, que el lugar donde hoi se hallan trasladados ofrece por situación geo¡ráfica, seguridad próspera a sus habitantes, que el mismo sitio del Banco donde se situaron estt aumentúdose en población, cuyo vecindano fabrique la Iglesia. Encontréndose ya a su tér.naino. ·

Resuelve

Art. 1 Se aprueba la traslación de la parroquia de Chabasquén 81 sitio del Banco, Jlevando el nombre del "Paraíso,.. Art. 2 La traslación que se aprueba se extiende sólo para todos los efectos civiles, debiendo ~pretar los vecinos el permiso de las autoridades eclesiúticas por Jo que toca a este ramo. Art. 3 Por término de cuatro años a contar desde el lo. de Julio ·-. de 1852 se revela a los ciudadanos que habitaren la localidad de la población de dicha parroquia a todo impuesto municipal. Dado en el Sal6n de las Secciones de Diputación Provincial de Barquisimeto a 24 de Noviembre de 1852. (sic) año 22 de la Ley y 41 de la independencia. El Presidente Domingo A. Mén· dez, el Secretario J. A. Torrealba. Gobierno de la provincia -Barquisimeto- Noviembre 29 de 1852 (sic) 22 y 42. Ejecútese; Martín Maria Anguinagalde, pot; su señorfa el Secretario Cosme Urrutia... Ahora pueB informando el señor provisor de las razones expuestas le suplicamos se sirva concedemos la traslación e<:lesiútica de di~ cba parroquia con e) nombre dado por la Diputación, c:omunictndonos a la vez su licencia para colocar el templo de la nueva pa· rroquia, pues es lo que apudamos para disfrutar el benejicio ccliesiástico. Es justicia que esperamos en el Paraiso a YeiDte 4e EDero de mil ochocientos cincuenta y doa. Testado quo-no-vele-atre-lfneusuperior~ue-valen.

Firman : El Síndico Greiono Vúquez, el Juez 10. IDsfancia N. Vúquez, el Juez 20 (rubricaclo). el CUra Padre Manuel Marfa P6rez, el Preceptor Cuimiro Pérez. Pedro Gonúlez, Lorenzo Torrealba, li>emctrio Pérez, Doroteo Leal (a su ruego), Gre¡orio Vásquez, Juan Peraza (a su ruego), Gregorio Hurtado. Fuente: Archivo Arzobispal de Caracas. Seccibn Pmoquias, Carpeta No. Sl, (3 pqmas).

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~ITIERRAH~ffi-------------------------------------

Bibliografía Annand, Jorge, "El Mensaje de la Confitera" (una introducción a los métodos de excavaCiones arqueológicas). Separata de "Batatuy" (una aldea de los albores de la era cristiana en los Danos occidentales de Venezuela). Museo Arqueológico Universidad de Los Andes, 1975, pp. 16. Cruxent, J. M., "Nueva Cádiz", Testimonios de .Piedra. El Farol, año 17 No. 160, Caracas 1965, pp. 2-5. "Notas de Ceramología". Cuadernos Falc<>nisnos No. 3, ~diciones de la Universidad Nacional Experimental "Francisco de Miranda", Coro, 1980, pp. 191. "Arqueología Histórica", Conferencia en la Cátedra "Simón Bolívar••, Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andrea, Mérida, 22 de Mano de 1981 (transcripción del ca.sscte). "La Búsqueda de las Huellas de Ojeda (año 1502) en tiena Falcon.Wla (La Macoya)". ReYista Boletín de1 Centro de Historia del Estado Falcón, año XXIX, época 11, No. 27, Coro, Mayo de 1982, pp. 6-12. Lucena Goyo, Adrián, "Informe de las exploraciones realizadas al sitio arque<>lógico de San Antonio de Mucuño, Distrito Campo EHas, Estado Mérida" (U. L. A.), Mérida, Agosto de 1968, pp. 2,lam. 3. ' 'La Acción de los Museos en el Occidente de Venezuela". Ponencia ante la XII Conferencia General del Consejo Internacional de los Museos (ICOM), "México 80"), Mérida, Noviembre de 1980, pp. 25. Lumbreras, Luis Guillermo, "La Arqueología como Ciencia Social", Ediciones Histar, Lima, Perú, 1974, pp. 240. Perera, Ambrosio, "Historia Política Territorial de los Estados Lara y Yaracuy" Caracas, Artes GrM'icas Sera., 1946, pp. 437. Rojas, Rafael Armando y Otros, "República de Venezuela, Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación". Caracas, 1979, pp. 78. Rouse, I.rving y J. M. Cruxent, "Arqueología Venezolana", traducida por Erika Wagner, 1963, Ediciones Vega, pp. 313. Sin¡er, A., "Geomorfologia, Arqueología y Aspectos de la Geología del Reciente", multi¡raf~ado , curso No. 3 de Mejoramiento Profesional de la Asociación Venezolana de Arqueología, Caracas, 16 de Noviembre de 1982, pp. 21 14 fi¡uras. Unesco, "La Conservación de los Bienes Culturales", Roma, Italia, París, 1969, pp. 361. Vansina. Jan, " La Tradición Oral" , Ediciones· Labor, Segunda Edición, 1969, pp . 225. Vila, Pablo, "El Obispo Martí" (importancia humana y geográfica de la larga marcha pastoral del Obispo Mariano Martl en la Diocésis de Caracas), Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezue· la, Vol . 1, pp. 343. Wagner, Erika, "Importancia de la preservación de las culturas prehispánicas" , Foro sobre el problema indí¡ena venezolano, Caracas, Agosto 8 y 9 de 1974, Asociación Pro-Venezuela, pp. 11 (multigrafiado). "La Ermita - El Rincón", (un yacimiento lnd<>-Hispano en el Estado Trujillo, Venezuela, Boletín Informativo, Departamento de Antropol<>i ·Í a del J. V. l. C., No. S, Caracas, Septiembre de 1967, pp. 11-18.


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El Cuarto Coloquio de Historia Regional en Maracaibo

Se acaba de celebrar en Maracaibo -del 26 al 30 de Marzo- el IV Coloquio de Historia Regional, oportunidad que aparte de convocar y reunir a un buen número de preocupados por el asunto regional, discutió ponencias de verdadero .interés. El Coloquio se desarrolló dentro del ámbito de las Primeras Jornadas de Investigación de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad del Zulia, que en general, consideramos un verdadero éxito, a juzgar por el número y la calidad de las ponencias, cuyo resumen se recoge en un número especial de los Cuadernos de aquella Facultad. Los títulos de las ponencias discutidas dentro del IV Coloquio de Historia Regional, pueden dar noticia de la seriedad del trabajo realizado: · "La enseftanza de la .Historia. Consideraciones Generales", por Angel Lonbardi; "Posición de la Iglesia respecto a la esclavitud", por Cannen Hernández.; "Repercusiones de. la Cosiata en ~aracaibo", por Carlos Sánchez; "Historia Regional e Historia de los Estados", por A. Medina Rubio; "Historiografía Regional del Centenario (1883)'', por Carmen Gómez; "Arqueología del Noreste del Lago de Maracaibo" y "La Fase San Marcos, yacimiento a_rque(). lógico de la micro-región carbonífera Guasare .., ambas de Ruperto Hurtado; "La Fase Piedras Negras, yacimiento arqueológico de la Península de Paraguaná" por María Sarcos y Arlene Urdaneta; "Las Rutas del Comercio en torno a la Cuenca del Lago de Maracaibo. Siglos XVI y XVII", por lleana Parra; "Maracaibo· y su espacio histórico, siglo XVIII", por Belin Vázquez de Ferrer;'"Maracaibo y su dinámica en el siglo XIX", por Gennán Cardozo Galué; "El transporte lacustre tluviaJ, una alternativa para. el desarrollo de la Región Zuliarta", de Betilde Navas; "El impacto petrolero y·las transformaciones culturales de la Región Zuliana", por Nury Pineda, Fabiola Parra y María Cristina Parra; "El Saladillo, una tragedia de Hoy", por Rutilio Ortega G.; "La Universidad del ZuJia en el


1!60/TJEJ{KAFIIt.\.l.E_ _ _ _ _ __¡__ _ _ _ _ _ _ _ _ __

proceso histórico de la Región Zuliana", por Imelda Rincón, María Gamero y Neri Ortfn de Medina; "El proceso de comerCialización en el análisis del espacio socio-económico de la Subregión Gu¡ijira", por Luis Delgado; "La incorporación de Tierras baldías al dominio privado, 191 0-1918", de Nelson Paredes Huggins; "Hístoria Local, Historia Regional y Fuentes documentales", de Víctor Alvarez; "El análisis geográfico del uso de la tierra: Exploración para un ensayo ·de interpretación marxista.., por Rugo Marín M. y '"Identidad Narrativa Zuliana actual", de Lilia de Lombardi. . Sin menospreciar ninguna, puesto que todas están construidas con una excelente disectación ·de los temas, y una cuidada proposición -datos, hipótesis, demostraciones, fuentes, mapas, etc.- se nos ocurre destacar el conjunto de las que aparecen referidas a la temática zuliana, que en nuestra opinión vienen a ser los primeros resultados tangibles de un sostenido trabajo en el que sí han creído -a pesar de los obstáculos- los colegas del Centro de. Investigaciones Históricas. Y parece que su fé ha contagiado a otros trabajadores de las Ciencias Sociales, puestó que las contribuciones de Jos geógrafos, sociólogos, arqueólogos y economistas, para nombrar solo a los más destacados, son trabajos de prirnerísima calidad, siempre con una disposición hacia la investigación monográfica de compromiso. Desde nuestro interés de órgano de discusión y difusión del pcn~ samiento cientffico venezolano, deseamos saludar calurosamente la iniciativa y la actividad desplegada por el Comité Organizador de las Primeras Jornadas de Investigación y del IV Coloquio de Historia Regional, ·ojalá muy pronto, los investigadores y los educadores del país, y particularmente. los del Zulia, puedan contar con una publicación que recoja in extenso Jas mejores de aquellas contribuciones, que con seguridad, permitirán un mejor conocimiento de Maracaibo y su región histórica.


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Constitución del Capítulo Venezolano de la Asociación de Historiadores de América latina y el Caribe (ADHILAC)

El martes 27 de Marzo del presente ano se reunió un grupo de historiadores venezolanos en la sede de la Asociación Venezolana de Escritores, co~ el propósito de constituir la agrupación filial de la ADHILAC en el país. La asamblea estuvo conducida por el Presidente de la· Asociación de Historiadores a nivel latinoamericano, el colega Francisco Pividal Padrón, distinguido historiador cubano, quien dio cuenta del IV Encuentro Internacional de la entidad realizado en Bayamo, Cuba, durante Julio de 1983. Informó además de los proyectos en marcha, así como de la escogencia tentativa de sede para el V Encuentro, el que tendría lugar en Brasil. Luego de algunas intervenciones de colegas venezolanos se procedió a constituir el Capítulo de ADHILAC correspondiente a Venezuela, nombrándose una Junta Directiva Provisoria cuyo mandato explicará en Septiembre u Octubre de 1984, cuando deberá convocar una Asamblea que designe los órganos de dirección definitivos según las disposiciones t-'Statutarias de la Asociación. La Directiva Provisoria quedó formada por ~anuel Rodríguez Campos, quien la presidirá, Pablo Emillo .Hurtado, Arístides Mcdina · Rubio, Morena Barrero y Leonardo Rodríguez, quien hará las veces de Sl'cr.etario. Celebramos esta iniciativa y, a la vez que les deseamos éxito en su gestión, ofrecemos a la Junta Provisoria las -páginas de TIERRA FIRME para que, por su intcrmeqio, se. comuniquen con los cole· gas de todo el país. \

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RESEÑA DE LffiROS

La América andina David Ruiz Ch.

Cunill, Pedro. La América Andina (Serie de Geografía Universal 11, No. 8) Barcelona, Espafta, Editorial Ariel, 1981, pp. Sll. Pedro Cunill Grau es un sólido y disciplinado americanista. Geógrafo, autor del Atlas Histórico de Chile, Geografía de Chile, Geografía del deterioro del paisaje chlleno, Castro, centro urbano del Chiloé Insular, El Petróleo en la Geografía Venezolana (Varios autores); articulista de publicaciones especializadas como Terra y Síntesis Geográfica. Como docente, es Titular de la Cátedra Geografía Histórica de América (Escuela de Historia) y de Geografía del Subdesarrollo (Escuela de Geografía) ambos de la U. C. V. Desempei'la actualmente la importante Coordinación Académica de la Facultad de Humanidades y Educación en esta misma Casa de Estudios. Su América Andina está ilustrada con 21 fotografías y ll figuras. En ella nos presenta la dinámica geohistórica de los países de la región, contrastados por el subdesarrollo (p. 19) y la dependencia (pp. 42- 43 y 53- 68). La seftala como una unidad no homogénea sino más bien desigual y contradictoria (p. 44), sometida a severos problemas de vinculación asimétrica con los centros internacionales del capitalismo. Con bajos niveles de integración nacional-territorial, problemas de tenencia de la tierra (latifundio-minifundio) y de distribución desigual de la población (hipertrofia urbana y espacios vacíos). Ante esto da cuenta de los intentos de modernización (Industrialización, refonnas agrarias, etc.) v demuestra gran preocupación ecológica ante la destrucción de la naturaleza y el ambiente por la explotación irracional de "los inmensos, pero vulnerables, recursos ecológicos, botánicos e ictiológicos de la América Andina. Basado en el concepto de región geohistórica estudia los ambitos espaciales de la América Andina explicando •m articulación geogtafica, económica, polftica, cultural e histó'rica rebasando las fronteras políticas. Así habla, por ejemplo, de llanos colombo-venezolanos explicando su unidad como región por encima de límites -.fdi~t~rritoriales.


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La obra se presenta muy equilibrada, con profundidad de -explicación, análisis y alta densidad de infonnación. Aparte de la explicación, exitosa a nuestro entender, del método comparativo para el estudio de los países andinos. Sus 14 paginas de Bibliografía especializada sobre la subregión nos indican el importante esfueno realizado para lograr esta extraordinaria síntesis de la dinámica del mundo andino-americano. Cabrían, sin embargo, hacer algunas observaciones sobre la utilización del andamiaje técnico. Este tipo de obras tan vastas y ambiciosas en su concepción nos muestran la necesidad de un glosario donde explicite el autor qué entiende por tal o cual concepto. Esto lo decimos porq\le notamos cierta ambigüedad en la explicación de procesos como la industrialización y las .nacionalizaciones, que se manejan en el marco teórico del subdesarrollo y la dependencia y habla de ellos en otros lugares como generadores de independencia nacional (pp. 56, 62, 64, 80, 266, 320-324, 356-357). Sobre este tópico quisiéramos decir que consideramos inadecuado la utilización del concepto de Estado Nacional p_ara nuestros países. A esa denominación le son inherentes la soberanía política y económicas, así como nacional-territori~l; y bien sabemos que nuestras naciones no comparten estas situaciones históricas. Concebimos como inaplazable el desarrollo de categorías que rescaten para la explicación y la teoría social, nuestra heteronomía, subdesarrollo y dependencia. En este contexto vemos la necesidad de desarrollar el concepto de trasnación o estado trasnacionsU que incluiría el hecho, de que aun siendo naciones fonnalmente independientes, padecemos, a través de una compleja red de sumí· siones, la presión y dominación económica, política, cultural y militar de las potencias mundiales, especialmente en nuestro caso, de Estados Unidos. También encontramos que el trabajo con ser muy denso, en cuanto a datos, utiliza muy poco el aparato técnico, a excepción de las ilustraciones y los cuadros estadísticos, en los que sí indica de donde se toma Ja información. Despertó en nosotros verdadera curiosidad la manera como el autor nos presenta a Venezuela (país caribeño,-"amazónicó y andino) como 1~ excepción siempre próspera en medio de sus más pobres y auasados vecmos (pp.99-l 00, 114-11 5, 264, etc.). Sin dejar de nocer sus avances en la erradicación de enfermedades tropicales, el desarrollo vial, sus realizaciones médicas, asistenciales y educacionales Ven1.zuela es todavía un país subdesarrollado y dependiente. Monoprodu~tor y monoexportador, la dependencia d~l petróleo no sólo no 11;8 disminuido sino que ha recrudecido, y con la presente crisis naci.ou.al . y mundial, hasta algunos de esos logf9s parciales se están esta~~o o se encuentran en franca regresión (p. e. crisis

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264/TJEf(R.\FJIUIE------------------

educativa y sanitario-asistencial). Su refonna agraria un rotundo fracaSo (demostrado en la persistencia del latifundio y la dependencia alimentaria) y su industrialización, altamente dependiente, limitada al ensamblaje y generadora de nuevas y costosísimas importaciones (insumos, tecnología, etc .) sin las cuaJes las empresas creadas en el proceso son inoperantes. No compartimos ciert-os criterios que refieren a la Historia de América, de nuestra América, y que pasaremos a expresar: Cuando a partir d e la página 44 habla de los "Antagonismos regionalese impactos unificadores" y explica el peso de las regiones, que suele ser desequilibrado y fragmentador, consideramos que no sólo es un problema de regionalismo sino de una estructura de poder no integrada , correspondiéndose con economías regionales y superestructuras políticas con poderosas fuerzas c~ntrífugas. En el caso de Chile en específico dice que " ... la férrea doctrina unitaria de la oligarquía santiaguina tuvo que imponerse con rudeza a los movimientos fed eralistas del sur del pafs ..... (pp. 45). Cabría agregar que no fue exclusivamente la doctrina unitaria de la oligarquía santiaguina la que se impuso a las otras regiones de Chile para predominar e ir consolidando un proyecto nacional. Fueron una serie de circunstancias que permitieron ese poderoso impacto unitario. Destaquemos la localización de la población en Chile Central donde no existían obstáculos geográficos a la unidad política (pp. 481-482), como si los hubo y existen p. c. en Vcnczuc.'la y Colombia; la riqueza extraordinaria de las ti~rras agrícolas de dicho emplazamiento, el bajo costo social y económico de las guc- . rras de independencia que permitieron una continuidad, única en América Hispana, de la estructura socio-productiva y de poder en Chile. El autor plantea que en la primera mitad dd siglo XIX •• ... la institución (]a esclavitud), había perdido importancia como sistema de producción frente ai'salariado" (pp. 78). C'onsidaamos que este juicio es e rrado desde el punto de vista histórico. La esclavitud sede ante otras formas de producció n pn.:capi tali stas ( huasipungaje. gamonal, inquilino, pconajt·. ~.·te. ) y no frente al salariado. El mis· mo Cunill indica postt•riorml.'nh: qu1.• esas otras condicio nes de tra· bajo pn:capitalistas prcd o minan hasta bien cntmdo d siglo XX cuando dcs:.~parcccn ant~ d av<.~nCL' dc la mod~.·rni7.ación (léase rl'form:1s . agra rias. indust riulizació n, urbani7.ación, etc. ) y aparece l'l r~gim l.'n d e salario. Al hablar de tos orí~:wncs urbanos di.' América Andina sostiene (p. 213) qm· d sisiL'ma de trazado regular. l.'n fom1a de damero o l<~bkro di.' a.kdr~z . aplk:u.lo en América Hispana en el siglo XVI

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proviene del medievo europeo trasmitido 4 Espafta y de ~U a América. Ciertos investigadores (Woodrow Borah, Luise Margolies, Graziaño Gasparini, Daniel Schavelzón) lo consideran precolombino o por lo menos. coincidentes en su invensión y utilización. . Nos brindan, para sustentar su tesis, ejemplo de ciudades de trazado regular en México y Perú prehispánicos. Recomendamos ampliamente la lectura de esta obra dedicada a la dinámica de esta porción de Nuestra América vertebrada por la Cordillera de los Andes.


~/TIERRAHRHE-·----------------------------------~

Simón Bolívar, escritos fundamentales Haydee Miranda Carrera Damas, Geimán Simón Bolivar, E5critos Fundamentales. (Seleéción, prólogo y resefta biográfica de Gennán Carrera Damas) Caracas, Monte Avila Editores, 1982, pp. 266. En primer .término, este libro ofrece a los lectores un estudio introductorio de su compilador, Germán Carrera Damas, acerca de la "vigencia de Bolívar''. Allí se explica como el Libertador es·.u tilizado en lo que se denomina "culto al héroe", "culto a Bolívar" o "culto Bolivariano" lo cual ha invadido todo el cuerpo social y político del país, a través de las diferentes corrientes historiográficas (Independentista, Romántica, Positivista y Marxista) que han estructurado y llevado dicho culto a su mayor esplendor. De aquí la necesidad de realizar estudios críticos revalorativos de la. figura histórica de Bolívar, estudios que deben ubicarse en su tiempo histórico y no en el de los vehementes adoradores que lo traspolan abusivamente de una época a otra. El "culto bolivariano" y su vigencia obedece a las condiciones de fuerza real que han adquirido Jos sectores dominantes en todos los ámbitos de la vida venezolana, en cuyo contexto la manipulación del héroe ha contribuido al fortalecimi~nto de su dotrtinio. En su segunda parte, la obra ·contiene una reseña biográfica de Simón Bolívar, que por no ser un estudio crítico sobre la vida y obra de tan insigne caraqueí'lo, nos presenta una panorámica general, sin caer en el anécdota de Batallas o episodios épicos. Como tercera y última parte, ofrece una selección de escritos, discursos, cartas y proclamas entre Jos cuales destacan: Decreto de Guerra a Muerte, carta de Jamaica, Ley Marcial de 1817, Mi Delirio sobre el Chimborazo y otros. En fin, esta obra pretende indagar la personalidad histórica de Bolívar, de cómo ha sidó objeto de deformaciones tanto en el plano historiográfico como en el plano histórico-político. Sin traicionar estos seftalamientos sobre sus logros podemos decir que la obra de Carrera Damas representa Ja defensa de un Bolívar desde el punto de vista académico, depurado, cuyo estudio cae "en el respetable ·. campo de los especialistas", sin hacer una proyección sobre la vigen. ·: ::· cla del pensamiento bolivariano y su posible aplicación al campo _.,.,·.r--lllCC.-s<>CJlU en la Venezuela de hoy.


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Geopolítica de las relaciones de Venezuela con el Caribe •

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J. Rodríguez Barazarte

Geopolítica de las Relaciones de Venezuela con el caribe. Caracas, Fundación Fondo Editorial ASOVAC, 1983, pp. 317. Andrés Serbin y otros El estudio de las relaciones internacionales de Venezuela con respecto al Caribe y muv particularmente al Caribe l:1sular, constituye un tema, que en los últimos 15 años ha resultado de gran interés. Hacia esta importante área de investigación se orienta el trabajo del sociólogo venezolano Andrés Serbin, quien con mucho rigor viene estudiando la cuestión relativa a las relaciones de Venezuela con las islas del Caribe. Este esfuerzo de Andrés Serbin por conocer y dar a conocer los diversos aspectos relativos a la situación geo-política del Caribe contemporáneo, ha sido recientemente centralizado ·e n el importante trabajo titulado Geopolftica de las Relaciones de Venezuela con el Caribe. En este trabajo, Andrés Scrbin reúne J 6 importantes ponen.cias presentadas en la XXXII Convención Anual de la ASOV AC, en el Simposio organizado por la Asociación Venezolana de Estudios del Caribe (AVECA). institución fundada en Julio ·de 1979, por investigadores provenientes de distintos campos académicos. En primer lugar, Andrés Serbin nos presenta a manera de introducción, .el panorama de la evolución de las relaciones de Venezuela con el Caribe, y es allí donde destaca, ·cómo a partir de 1969, es decir a comienzos del gobierno de Rafael Caldera, la política exterior venezolana va a romper con el viejó esquema de la Doctrina Betancourt, implementando a partir de ese momento una política exterior enmarcada en los postulados del pluralismo ideológico, doctrina ésta que va a servir para iniciar a partir de 1969, una nueva etapa en las relaciones de Venezuela hacia el Caribe; . Más tarde, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974<·

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268/TIER.RAFIJUÍE _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

1979) las relaciones de Venezuela con respeéto al Caribe, -agrega Serbin-, van a estar caracterizadas por una mayor flexibilidad, en el sentido que va a predominar una política exterior tercermundista, de ayuda· económica. Pero ya con el gobierno de Luis Herrera Campins (1979-1984), se va a iniciar una nueva etapa en estas relaciones, la cual va a estar enmarcada a través de la llamada ..Diplomacia de Proyección", en la que se susti.t uyen ' los postulados de asistencia económica, presentes en la política exterior de Carlos Andrés Pérez, y lo predominante en esta "Diplomacia de Proyección" va a ser el elemento político, en donde se va a producir una notoria disputa en la región del Caribe, entre la corriente Social Demócrata (representada por la Internacional SoCialista) y la Democracia Cristiana. donde Andrés Siguiendo a la introducción de este libro, Serbin expone algunos de los aspectQs anteriormente sef\alados, y que de paso compartirnos plenamente, van a continuar dos importantes partes, en donde están expuestas las diversas perspectivas, de las relaciones de Venezuela con la región caribena.1 En ia primera parte de este esfuerzo recopilador de Andrés Serbin, están recogidas diez interesantes ponencias cuyos autores son los siguientes: Leslie Manigat, Pero Cunill Grau, Kwaldone Nweihed, Mirlande Hippolite de Manigat, Roland T. Ely, Alberto A. Muller Rojas, Leoncio A. Pinto; Demetrio Broesner, Carlos Romero y. Carlos .Gueron, las cuales hacen referencia a varios aspectos de esas relaciones, como pQr ejemplo, las relaciones djplomáticas entre Venezuela y Cuba, la controversia venezolana-guayancsa, etc. La segunda parte del hl>ro se refiere a la situación política del Caribe contemporáneo, donde están las ponencias de Andrés Serbin, Rita Giacalon de Romero, Francine Jácome, Beatriz Cácercs de Pefaur y de José Moreno Colmenares. Algunos de los títulos de las ponencias de esta segunda parte, tocan aspectos como el de la situación política y sindical de Granada, sobre la cuestión del na· cionalisrno y socialismo en el Caribe, la realidad curazolena y algunos otros aspectos sobre la realidad política contemporánea del Caribe Insular. Por último considero necesario decir, que este esfuerzo de Andrés Scrbir y de los otros investigadores que lo acompañan en la AV ECA, por estudiar tas relaciones de Vcnczucla con el Caribe, debe ser aplaudido ya que en el momcntp actual la región de , . Centroamérica y el Caribe están atravesando por una situación bastante conflictiva que es ne<:csario estudiar con mucho detenimiento.

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Elgor Doporteño Planiuc. Revista de la Dirección de Pluificación y Promoción Cuabobo. . . Afto 2, Núiftero 4~jul-diC. 1983, pp. 239. . Apartado de correos 129, Valencia, Estado Canbobo

eJe la Universidad ele

Con el propósito de divulgar trabajos referidos a la problemática educativa del país, particularmente al subsistema de Educación Superior, la Dirección de Planificación y Promoción.de la Universidad de Carabobo mantiene la edición y circulación de la revista Planiuc. El número 4 de esta revista· incluye algun<>S ensayos de verdadero interés para los cultivadores de las ciencias humanas y sociales. Se nos ocurre que los trabajos "La Planificación como disciplina científica", de Max Contasti, ..Proyección de la Acción Universitaria", de Hugo Sánchez M~dina, "La Planificación Estratégica de la Educación Superior" de Silvio Llanos de la Hoz y "Una experiencia para la reflexión sobre el proceso de planificación universitaria" de Nancy Velázquez Acuí'la, constiruyen un conjunto de validez relevante, particulannente para quienes desarrollan su actividad en niveles de planificación, organización y metodología de la enscftanza universitaria. El articulo de Contasti es una revisión y puesta al día de la ciencia de la pl.anificáción, mientras que Sánchcz Medina pondera la importancia de los i)r~cesos de planifica· ción en el tiempo>:: en el es¡)acio. UanOs y Velázquez construven prop<>Siciones concretas de aplicación, una de ellas· formulada sobre la base de una experiencia concluida. En un · segundo conjunto rios parece· que se pueden reunir los trab~os de Rafael Tovar, "Sobre el Régimen de Estudio en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de · ~arabobo", el de Julián Rivcro "Una alternativa para la d~cusión ·de .Rediseño Curricular del Departamento de Matemá.tica de la Facultad de Ingeniería de Ja Universidad de Carabobo'\ montados ·ambos sobre la discu~ión que en materia de currículum, avanzan cp la Facultad de lngcnicríá de la Universidad de Carabobo. ·

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27m1lERR.-\FIIUffi _ _ _,__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

El ensayo de Arnneris Tovar y Dióscoro Negretti "Estrategias Sociopolíticas en la Educación Venezolana", lo consideramos un aporte serio a la sociología de la educación venezolana, pues examina los factores determinantes para la mejor articulación de la educación con el empleo, en función del modelo de crecimiento económico del país. Maritza Barrios, Leopoldo Ruiz Paolini, Freddy Mulino y César Vigas Pefta, reflexionan, desde diferentes perspectivas sobre Jo que se podría Hamar Política Universitaria. La Doctora Barrios hace un "Estudio Analítico del Proceso de Investigación Evaluativá", mientras que Ruiz Paolini se pregunta "·¿Aut~nomía?", para discutir en tres breves páginas la factibilidad y pertinencia de tal condición. Mulino formula una serie de "Hipótesis sobre las causas de la dis-. minución del rendimiento estudiantil de Primaria a Universidad" y César Vigas escribe algunos detalles de lo que parece ser un programa aleatorio de la Universidad de Carabobo. El artículo del Dr. Hermann Matute Romero nos parece, sin desmerecer ninguna de las c;>tras contribuciones, el más denso y el más acabado. Se nos antoja el informe de una investigación sanitana que el autor presenta bajo el título "El proceso salud-enfermedad, la regionalización sanitaria y los niveles de atención m~dica en Venezuela 1982". En su ensayo, Matute aborda interesantes problemas de Salud Pública y regionalización, en la que llega a proponer formas de organización, y concluye con lo que podríamos lla~ mar una muestra, al concentrar su atención en los Distritos SanHarios del Estado Mérida. Planiuc, bajo la atención de un editor responsable, el profesor Nube Stephan, en una revista semetral, con algunos descuidos en la producción, pero de indudable valor para planificadores, educadores y científicos sociales en general.

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Revistas David Ruiz Ch.

Revista Universitaria de Historia, Caracas, Cursos de Post-grados en Historia, Universidad Santa María, Sept.-Dic. 1982, No. 3 En la presente ,edición se confirma la calidad y solidez de esta revista dedicada a los estudios históricos. En la sección Monografías y Ensayos Luis Beltrán Guerrero exalta el himno nacional desde nuestra contemporaneidad urgida de ética, moralidad y auténtico patriotismo. Anatoly Shulgosvki analiza a Samuel Robinson como hombre y pensador en un denso trabajo titulado · "Simón Rodríguez, hombre y pensador"; Federico de Córdova Castro desarrolla lo que podríamos Jlamar lo actual del pensamiento del Libertador cuando Jo ubica como "Bolívar Precursor del Antiimperialismo''; Nikita Harwich VaUenilla y Federico Brito Figueroa por su parte estudian el peso y el aporte a nuestra historia de Laureano VallentUa Lanz; D. F. Maza Zavala, profuso ensayista y articulista, diserta en base a unas "Reflexiones sobre las ciencias sociales y los problemas contemporáneos" y Manuel Alfredo Rodríguez hace un merecido recordatorio a Don CcciJio Acosta, periodista y maestro de pueblos enchido de pulcritud moral y dignidad. En las demás secciones se registra la intensa actividad del Centro de Estudios de Post-grados en favor de la investigación histórica (Documentos, cursos, foros, conferencias, actualidades bibliográficas, labor editorial, etc.). · Revista de Economía Latinoamericana. Caracas, Banco Central de Venezuela, 1983, No. 63. El número 63, de esta ya dilatada experiencia editorial, (su primer número salió en Junio de 1961) con tiene ahora seis interesantes esfuerzos de reflexión y de síntesis de lo que es la economía venezolana y del subcontinente latinoamericano, así como un trabajo de teoría -económica. Inicia con un ..Panorama de. la Econo. mía Venezolana durante los af\os 1981 y 1982 y el Primer Séinestre de 1983", redactado por los especialistas que en aqueiJ3 nmteria.


2i2t OE!tR.\FIIt.\IE _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

están adscritos al Banco Central. Continúa Enrique Sierra con un ensayo-síntesis de lo que ha sido "La Planificación en Venezuela"; Patricia Meller hace una concienzuda investigación sobre "El Rol del Petróleo en la Economía Venezolana"; Máximo Mendoza Alemán nos habla de. "Financiamiento de las Exportaciones.. ; Luisa Montuschi disérta sobre "Políticas Industrializadoras e Inflación en Argentina" y concluye Arthur V. C. Meyer con un aporte teórico a la discusión sobre "El Papel de los Precios en la Economía Socialista". Metas (Revista de Economía) Maracaibo (Edo. Zulia) Colegio de Econoinista.t del Estado Zulia, 1983, Nros. 14, 1S, 16 y 17. En estos cuatro números de la revista Metas hay una polémica revisión de los más acuciosos problemas del país: la crisis petrolera y económica, cuestiones medico-sanitarias, ecológicas, trabajos sobre el Bicentenario del Libertador, Pacto Andino, marginalidad, política económica, el Centenario de J. M. Kcynes, la deuda ex tenia latinoamericana, situación de la agricultura nacional y de la Región Zuliana, los modelos de desarrollo, trabajos culturales, cte. En fin una revista de obligatoria consulta para los interesados en las especificidades económica de nuestra crisis y el lector preocupado por la problemátic~ general del país. Revista de Ciencias Sociales. Maracaibo, Edo. Zulia, Venezuda. Universidad del Zulia. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Tercera época 1983, No. l. En circulación nuevamente esta interesante publicación de la FACES zuliana. Encabeza su contenido un denso artículo del Prof. Néstor Castro Barrios, que presentara como ponencia en el VI Congreso Mundtal de Economistas, celebrado cri México en 1980, sobre . "Las diversas faces del proceso de acumulación: Contenido analí- . tico y Metodología Cont~blc,., donde se pasa revista y se pokmiza con los enfoque clásicos sobre el problema de la acumulación capitalista: Marx, Rosa Luxemburgo, Baran, Swcczy, etc. Se critican alb>unos aspectos t!5cnicos de la forma de contabilizar el proceso de acumulación observados por organismos internacionales (0. N. U.), de indudables repercusiones económicas y políticas, y que asimismo son fundamentales para comprender los procesos de acumulación tm los países subdesarrollados y dependientes de nuestra América Latina. El profesor Mariano R. Moreno Vera refuta lo que ·uama "Cuatro tc.:sis equivocadas sobre transferencia tecnológica. Et caso de la industria venezolana", mientras que Rcné Zabalcta More~ no escribe sus ..Notas sobre la Cuestión Nacional en América Latí·

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----------------------------------~~~~ na'\ d~nde analiza el planteo marxista sobre el problema nacional, la formación de las naciones europeas y la situación específica de los pueblos l~tinoamericanos ante el hecho. nacional. Los casos de Perú, Bolivia, Paraguay, México, Puerto Rico, etc. son ventilados en el marco del monolingüismo, multinacionalidad, dependencia colonial, etc. Cierra este ciclo de trab~os la profesora Leticia Díaz de Zabaleta haciendo una apretada síntesis de una investigación de Mariano Moreno "La Agricultura Venezolana. Análisis de la Fuerza de Trabajo en el Estado Zulia'•. Nueva Sociedad, Caracas, Julio-Agosto 1983, No. 67 Esta revista de una ya dilatada trayectoria auspiciada por la Socialdemocracia Internacional viene repleta de información sobre América Latina.. · En su sección "Análisis de Coyuntura, se tratan las realidades políticas de Perú, Costa Rica, Uruguay y el Caribe Anglf>fono. En la parte denominada "Controversia·" un par de entrevistas a dos connotadas figUras del MAS, Diego Bautista Urbaneja y Rafael Guerra Ramos explican el proyecto societario de su partido. Yna entrevista al antropólogo y americanista Darcy Ribeiro, analísis de los partidos políticos argentinos, la Ley de partidos políticos en Nicaragua y reflexiones sobre la integración latinoamericana, reseñas de libros y noticias completan a.J.gurías de las variadas secciones de esta entrega. El tema central está dedicado al grave problema de la deuda del área: reflexiones de diversos·cientistas sociales donde lo esencial es entender y explicar las razones estructurales y coyunturales del endeudamiento, los diferentes protagonistas de la crisis: Fondo Monetario Internacional,. Tercer Mundo, América Latina. Se investiga algunos casos concretos como Argentina, Costa Rica, Brasil y Venezuela, quedando abierta para el próximo número la polémica· y las vfas de solución de este grave problema de la deuda externa que no sólo hipoteca nuestro presente sino que significa un verdadero "embargo del futuro". ' exu~ma

Integración. Caracas, Enero a Agosto, 1983, Nros. 125, 126 y 127. Revista especializada en la 'temática de integración, contiene infonnación reciente sobre el estado 'de los acuerdos regionales en el campo económico, político y cultural. Situación económica de los países del Pacto Andino, Diálogo Norte-Sur, documentos' sobre la subregión realizados por el Banco Interamericano de Desarrollo y · especialistas en la materia.

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~~~~----------------------------------Gaceta Internacional. Caracas, Oct.-Dic. 1983, Vol. 12 No. 2 Nos encontramos, sin duda alguna, con una revista de gran calidad·, con una red de colaboradores nacionales y extranjeros de primera línea. Este entrega es muestra de lo anterior y gira en tomo a dos temas: la crisis de endeudamiento externo de América Latina, tratada por Miguel Rodríguez Mendoza, Pompeyo Márquez y Carlos Moneta, y las múltiples facetas de las relaciones· entre Estados Unidos y América Latina donde seis especialistas eil geopolítica, economía, integración latinoamericana, etc. Explican la compleja dinámica de nuestra relación con "otra América". Queremos dedicar, por razones obvias, algunas líneas a un artículo del intelectual trinitario Henry S. Gill, especialista en asuntos de política internacional, y en particular del Caribe, titulado "Grenada: La política interna y externa de la Revolución". Donde se historia el proceso de transformación social grenadino liderizado Maurice Bishop y su New Jewel Movement. Los avances de la revolución en lo interno (mejoras ~conómicas, sociales, educacionales, culturales y médico-asistenciales de la población), políticas (movilización popular intensa para reconstruir el país empleando formas de democracia directa muy superiores a nuestra democracia quinquenal de "15 segundos,) y sus logros en el ámbito internacional que la habían conducido a una progresiva aceptación por parte de sus recelosos vecinos, así como un triunfo por el desbloqueo político logrado en contra de las orientaciones de Washington hacia ella. Este artículo, escrito a todas luces, antes d ~l magnícidio cometido contra Bishop, y consiguientemente pre.vio a la invasión yanki, nos hace reflexionar, sobre como un grupo de ¿revolucionarios? lanzaron por la borda uno de los procesos de transfonnación societaria más originales que haya producido pueblo alguno en nuestra historia contemporánea. · Se derrumpan algunos mitos y se confirman realidades históricas: se .deshace por ejemplo el dogma .de los procesos revolucionarios en permanente avance, sin retrocesos, o estancamiento. (Concepto, dicho sea de paso, que evidencia lastres positivistas, evolucionistas y mecanicistas en el pensamiento dialéctico). Entre las verdades históricas que se confirman podríamos citar: 1) Que aúil subsisten en las organizaciones revolucionarias severas "deficiencias estructurales" que impiden que el debate político y la discrepancia se desarrollen . plena y democráticamente y encuentren como ú.nica vía de expresión la conspiración, las purgas, el magnici· dio, cte., y 2) Que los agentes de transformación social en nuestra América 4eben actuar con suma inteligencia, con "pie de plomo.. .para no poner los logros revolucionarios a merced de la realidad geopolítica aplastante que tenemos que recordar todos los días:


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somos ''vecinos" del Imperio económico, poUtico y militar más poderoso del orbe capitalista, los Estados Unidos de Norteamérica. Análisis. Caracas, Instituto de Asuntos Internacionales, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1983, Nos. 195, 196 y 197. El ejemplar 195 de la serie contiene tres trabajos, e.l de HansJoacliim Leu titulado ..El Derecho Internacional Humanitario y el Nuevo Orden Humanitario Internacional ¿Evidencias de ·cambios estructurales en la sociedad internacional?"; Lourdes Cobo de Zambrano desarrolla su planteo "Sobre el concepto de frontera y la Política de Fronteras" y culmina con "El Programa. de la CEPAL sobre los recursos del MAR y el Desarrollo de América Latina y el Caribe". En el 196 encontramos dos interesantes ensayos: Uno preparado por las Naciones Unidas sobre "La perspectiva económica mundial a más largo plazo: Opciones de los países en Desarollo" y el segundo, del destacado antropólogo social, internacicnalista especializado en el estudio de la realidad caribena Andrés Serbin, basado en "El Estado actual de los estudios caribenos en Venezuela: las investigaciones sobre el Caribe de habla inglesa y holandesa". El número 197 está completamente dedicado a el " Informe Alimentario Mund'ial" preparado por la ONU. A los tres les es común la continuación de la "Cronología Exterior Venezolana" y la sección de Información sobre las actividades del Instituto de Asuntos Internacionales (libros y revistas recibidos, conferencias, etc.). Anthropos. Los Teques, Miranda, Venezuela: Instituto Superior Salesiano de Filosofía y Educación, Enero-Junio y Julio-Diciembre, 1983, Nros. 6 y 7. En su ya cuatro af\os de existencia, esta publicación, dedicada a la reflexión académica, histórica y filosófica, desde una perspectiva cristiana progresista, en su sexta entrega contiene trabajos de Filosofía griega y Literatura patrística. En la sección antropología cultural un ensayo sobre las relaciones sociales en Já cultura yanoami, investigaciones sobre teoría y metodología pedagógica y una reflexión histórico-filosófico de Pedro Trigo sobre "Proyectos históricos de América Latina" con ·el temple y Ja densidad del que reivindica la voz de los vencidos. El número 7 viene dedicado a la conmemoración del Bicentenario del Natalicio de Simón Bolívar la formación política, cultural, religiosa, del Libertador, la lucha por la integración latinoamericana y las restantes tareas nacionali~tas, democráticas y revolucionarias que nos legó el Bolívar que hoy necesitamos, no el héroe me~aff­ co y oficialista ni siquiera el surgido de academicismos estériles, sino el BoJfvar.atrincherado por una patria buena. . .

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NUEVA MARZO/ABRIL 1984 . ANAUSIS OE COYUNTURA SuMna P~: lntegrKión Regional: Un Paso Adelante, Dos Atr161; Om1r Daviel: Jamaice: Elecciones sin Opción. TEMA CENTRAl: COMUNICACION : iDOMINACION O DEMOCRACIA? H6ctor MIIM Meta: Ecor\Omía PoHtiC. del Orden Internacional de la Información; Miaimo Slmpeon ~i..-,.: Comunicación Alternat iva y Democrecia. Entre 11 "Vanguardia" v la Teoría di la Dependencia; Osweldo Clpril•: Comunicación y Cultura en el Reino de Big Brottiers; Dieto Portal• C.: Cotn\lnicación: l imitación o Identidad? R111puestes e la Crisis; F.,Mndo IWy• Mln.: BüsQueda de una Comunic:ación Democr.tica. Nuevo Orden Informativo : 1973-1983; Néltllf Q.,.. ele C:Mdlni: Gramsci con Bourdieu. H•gemon(a. Consumo v Nuevas Forrrw de Orgenízeción Popul.r; A..-ro Góntlor•: Le Mi r1~ Impertinente . El Video Al ternativo; Fr1nc:ilc:o GutMrYa: las RadiO$ Comunítarl•. Ur!a Experienci a de Comunicación Alternati.-.. POLITICA-ECONOMIA-CULTURA Carlos An..,.. Nfw: Centr~méric:a v el CaritM: Una Pl'o~esta Socialdem6creta; Alta G-.lone de Rom.o: El Clientelismo Político en el Caribe An!»>ó fono; .lYiieta Knwood: El F -inltmo eomo NeQ~Kión del Autoritarismo; Ana Mlr(a Foxley: Inquietud v Vi~llded tn el Ttatro ChiJeno; Raquel Rut~: UNESCO: ltinera· río de un Conll icto. NOTICIAS-INFORMES-RECENSIONES

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revista de los movimientos sociales,

nace aportando un esfuerzo más para reinventar el futuro. Pero el futuro para nosotros empieza hoy, porque cada día encontramos más razones y más realidades que nos hacen pensar que está a nuestro alcance una sociedad donde no solo se distribuya la riqueza de manera más justa, sino que la misma forma de producir y disfrutar esa riqueza sea más humana, más digna. S..cripclón (Anual)

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278/TIERit\FlRME _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ __

Revista de análisis poi ítico y cultural. SUSCRIPCIONES Venezuela

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ASOCIACION DE PROFESORES DE LA U.C.V. PREMIO ANUAl A LA INVESTIGACION APUCV La Junta Directiva de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela hace del conocimiento del profesorado las Bases del "Premio Anual a la Investigación Asociación de Profesores de la UCV", el cual será otorgado por la cantidad de DIEZ MIL BOL/VARE$ al trabajo que, a juicio del Jurado, sea considerado como el mejor en cada una de las siguientes AREAS: Ciencias Básicas, CiencíBS de la Salud, Tecnologías, Ciencias Sociales y HumanidBdes. El periodo de B(lmisión está abierto a partir del 10 de ffl8rzo a/30 de mayo de 1984.

BASES PRIMERA Con la finalidad de estimular 1á superación del profeSorado de n"dStra Universidad. la Asociación de Profesores de la Uniwrsided Central de Veoe..PREMIO zuela crea un Premio anual a la Investigación denominado ANUAL A LA INVESTIGACION ASOClACION DE PROFESORES DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA". Dicho premio se otorgará a los trabajos que. a íuicio del jurado, sean considerados c:omo los mejores en las siguientes AREAS: 1.· CIENCIAS BASICAS comprende: Física. Química, Biología, Matemáticas y Estadística. . 2.· CIENCIAS DE LA SALUD comprende: Medicina. Odontología, Farmacia. Ciencias Veterinarias (aspecto ssludl, Dietética y Bioanálisis. 3.· TECNOLOGIAS comprende: lngenierra.Civil, Ingeniería Ourmica y Petróleo, lngeniP-I'Ía Eléctrica. Ingeniería MP.Cánica, Ingeniería Sanitaria, Ingenie· ría Metalúrgica, Geologfa y Minas. Meteorología. Arquitectura y Urbanismo, Agronomía. Ciencias Veterinarias (aspecto producción animal). Tecnología de Alimentos.


4.· 5.·

CIENCIAS SOCIALES comprende: Economía, Sociología, Antropologfa. Geograf(a, Ciencias Jurf9ic:as y PolftiCl81·, Estucli01 lntsmac:ion•les, Administración, Contadurra. Relaciones l'ndustrlales, Trabajo Sociel. HUMANIDADES comprende: Historia, Letras, Filoeoffa, Psicología, Educación. Periodismo, Idiomas, Bíblioteconomra.

SEGUNDA Anualmente se otorgará un premio para cada una de les áress indicadas.

TERCERA El premio anuai consiste en un diploma y la cantidad de diez mll boHV81"es para cada trabejo .aleccionado.

CUARl'A Tienen derecho a participar: a) Los profesores en ejercicio. miembros del personal docente y de lnVes. tigec:i6n de la UCV afiliados a la ·Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela, que hayan cumplido, por lo menos, para la fecl'la de presentación del traba}o. dos (2) allos ininterrumpidos en al ejercicio de sus funciones. b) L01 Pfofesores jubilados y pensionados de la UCV. el Los profesores honorarios que hayan hecllo carrera docente o de in· vestigeci6n por lo menos dos 121 anos en la UCV.

QUINTA Los jUf'adOS aer6n nombrados de la siguiente manera: un miembro del Con.ajo de Desarrollo Cientffico y Human(stico y dos miembros por la AJocia· clón pera el Progreso de la lnvestigeeión Universitaria (APIU). le cual coor-

dlnn.

SEXTA

treb.i01 as l'lará conforme a su origina lidad y contri bu· ción al desarrollo cientffico y humanfstico. A tiJI fin. al jurado, cuando lo estime conveniente, podrá _,licitar la opinión de espacíalistas v personas vei'Wdas en la meterla respectiva. además de toll'ial en cuenta los plantea· mientas metodológicos, teóricos de aquellos aspectos que deben considerar· se ótf les a los fl nes correspondientes. ·

-La evaluación de los

SEPTtMA Para optar al premio, los aspirantes debenln rend1r a la Asociación de Profe· sorea de la UCV, la cantidad de cuauo (4) ejemplares de trabajo. dentro del parfodo de admislón , el cual será del 10 de Marzo al 30 de Mayo de cada año. ·

OCTAVA . . :~.

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A loe fin111 del concurso' te aceptarin los trabajos de investigación inéditos o

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--------~---------------------------TmRRA~/~1 publicados dentro de los doce meses an~iores al periodo de admisión c'oosldenldo.

NOVENA De acuerdo con la disposic:ión anterior. se considerarán publicados todos aquellos trabajos que haven circulac'io en llllf'Si6n escrita o hayan sidQ sorne· tldos a la consideración de un jurado antBi de su presentación para omar al premio. UNICO: Conforme a las finalidades del Premio no se premiados en otros concuflOS.

eoepU~nín

trebejos

DUOOECIMA Cuando el jurado encontrase dos obras con Iguales méritos dentro de uno de ·1oa campos setlalados en la base primera, PQdté resolver por unilllimidad de los miembros ot0f'Q81 un diploma a cada autor o equipo y dividir el premio en metálico en dos pertes Iguales.

DECIMOTERCERA El autor o equipo premiado. un atlo, no podrá optar al premio en la siguiente oportunidad.

OECIMA · La presentac;ión de los trabajos deberá ser suscrita por autor. y si se tratase de obras hechas en colaboración, deberé ser suscrita por la totalidad de loe coautores. Todo ello dentro del plazo señalado en la bese slptlma.

UNDECIMA: La Asociación de Profetol"'ll proceder' a divulgar durante los mses anteriores al periodo de recepción de trabajos, la apertura del concurso por Jos medios que estime má conwnleines.

DECIMOCUARTA Los jurados deberán ser nombrados en el mes de junio a más tardar a fin de que puedan entregar los vwedlctos ante~ del 15 de novlembré de cada atlo a la Asociación de Profesores de la UCV.

DECIMOQUINTA Los premios senln entregados por el Presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela, en acto especial, el' 5 de diclembte de cada ai'lo, "DfA DEL PAOFESOR ,UNIVERSITARIO". Aprobadas por fa Ju nta Directiva de fa Asociación de Profesores de la Universidad Central de Ven~la, en Careces, a los veintiocho df• del mss de junio de fTlil novecientos setenta "1 nueve. ·· · · : ·. :<. •

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ASOCIACION DE PROFESORES DEL INSTITUTO PEDAGOGICO DE CARACAS La Asociación de Profesores del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas (A. P. l. U. C.), manifiesta su complacencia por la promulgación de~ nuevo Reglamento Electoral que regirá el proceso eleccionario, en vfsperas de su realización. En él están contenidas muchas de las aspiraciones de la comunidad por una participación cada vez més amplia en la vida gremial - institucional. Pero al mismo tiempo, la Asociación hace un llamado a sus miembros, para una incorporación cada vez más militante en aras de la defensa de nuestros más caros intereses. Reafirmamos una vel más nuestra decisión inquebrantable de de. tender la Institución que es p ionera y decana de fa formación docente del pafs, y cuyo peso se ha hecho sentir et1 el desarrollo histórico de la educación venezolana. Hoy. frente a la inmínef'lte incorporación del Pedagógico a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador {U. P. E. L.), estamos rindiendo una evaluación institucional por canales regulares, de la cual nos sentimos satisfechos, porque estamos aportando nuestros mejores cuadros al desarrollo de esa nueva institución universitaria. Finalmente exhortamos a los miembros de la Asociación a seleccionar sus mejores dirigentes, en base a la trayectoria gremial de sus hombres, y en defensa del Pedagógico. sometido hoy al' asedio de fuerzas que intentan frenar su desarrollo institucional.

L.8 Junta Directiva


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VIl ANIVERSARIO ·

F.A.P.I.C.U. V.

La Asociación de Profesores del Colegio Universitario "Francisco de Miranda" -ASOPROCUFM- y el Sindicado de Profesores -SIPROCUFM- saludan a la Federación de Asociacisnes de Profesores de tos Institutos y Colegios Universitarios de Venezuela -F.A.P.LC.U.V.· en ocasión de arribar a su VIl ANIVERSARIO, como organismo de máxima representación del conglomerado de profesores de Jos Institutos y Colegios Universitarios del país. Es propicia la oportunidad para manifestar el respaldo de los or· ganismos gremiales del Colegio Universitario "Francisco de Miranda", a todos los esfuerzos orientados hacia la discusión:·y aprobación del Contrato Colectivo FAPICUV • Ministerio de Educación, sobre la base de las reales aspiraciones de losprofei;ores.afilíados en las distintas asociaciones del pals. Asimismo, saludamos como positivas aquellas declaraciones de las autoridades del Ministerio de Educación, en cuanto al respeto de la institucionalidad; manifestado éste, fundamentalmente en la escogencia del cuerpo directivo del seno. de ios profesores de cada institución .y con apego a. la . idoneid~ •l a la normativa vigente. POR lA JUNTA fJIAECTIVA JORGE NUfiEZ Presidente Es auténtico · C. l. 637837 ADELIS MAROUINA Secretario de Actas IDALIA CORNIElES.DE MENDEZ Secretario General RAFAEL AZUAJE Tesorero


~ / TllmRAARME

______________________________________

FEDEAACION DE ASOCIACIONES

DE PROFESORES UNIVERSITARIOS DE VENEZUELA APUCV • APULA • APUCO * APUDO * APUSB * APUC APUNET • APUZ • APUNELLEZ * APUNELLARG • APAUNA • APUNEFM * APUNESR

· CONVOCATORIA · INVITACION

Se convoca a los miembros de las Asociaciones de Prof esores de Venezuela, afiliados o no a la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (FAPUV) y se invita a los miem bros de las Asociaciones de Profesores de Institutos y Colegios Universitarios asociados o no a FAPICUV, a los académicos, investigadores y administradores de la Educación Superior en Venezuela a participar con ponencias institucionales, individuales o colectivas, en el

111 SEMINARIO SOBRE .LA PROBLEMATICA DE LA EDUCACION SUPERIOR EN VENEZUELA según el siguiente temari o:

TEMARIO l. 1J.

Ley de Educación Superior. Estructura de la Ed ucación Superior.

Estilos

111.

IV.

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.Estamentos. Pre-Grado Post -Grado Estniqtura Reglamento Evaluación Aut onomía Universitar ia.

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V. VI. VIl. VIl J.

IX.

X.

Crecimiento Matricular-Carreras e Instituciones. Desarrollo Planta Física. Presupuesto-Financiamiento. Actividades Fundamentales. Docencia 1nvestigaci6n Extensión Divulgación Preservación Gobierno Universitario. Coijobierno Autoridades Gremios Comunidad . Consejo Nacional de Universidades (C.N.U.l Estatus del Personal Docentes y de Investigación. S1,1peración Académica Estabilidad laboral Remuneración Salario Integral Sueldo base Primas-Bonos Prestaciones

Servicios Sociales Tiempo de Post-Servicio Jubilaciones v Pensiones

X l. Sindicalización. XI I. Reformulación de la Educación Superior. FECHA: 15 al 20 de octubre de 1984 LUGAR: Valencia· Estado Carabobo

Las ponencias deberán ser consignadas, con (10) diez copias antes del 15 de Julio de 1984, en la sede de FAPUV, Centro Comercial Los Chaguaramos, Piso 9, Oficina 9-4. Caracas. Teléfonos: 662.3174 - 662.3328 OMAR ROORIGUEZ Presidene de F APUV

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ASCANDER CONTftERAS UZcATEGUI Coordinador

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4ll~ ~:._ r _ { COLEGIO DE PROFESORES DE VENEZUELA FEDE RA CION NACIONAL DE PROFESOR ES DE LA DOCENC IA JUNTA DIRECTIVA NACIONAL El Colegio de Profesores de Venezuela, organismo que agremia a todos los egresados de los Institutos Pedagógicos del País, ratifica su vocación de organización comprometida con el mejoramiento de la Educación venezolana. y expresa su más amplio respaldo a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (U. P. E. l.), institución destinada conver tirse en el núcleo generador y renovador de los docentes que reclama la educación venezolana. El Colegio de Profesores de Venezuela, hace un llamado a todos sus agremiados, y a los educadores en general, a que contribuyan a la consolidación y desarrollo de esta importante Universidad, vieja aspiración de todo el profesorado venezolano.

a

Osear Colmenares

Carlos Fuentes

Presidente

Vice-Presidente

Lilia Arvelo A._ Se<:retaria Geoeral

Edgar Zarzalejo :>ecretario de Finanzas

Ser!liO Briceflo Secretano de Organización

Secretario de Relaciones

José J . Saldivia

Aonald Golding M.

Osear Aular J.

Secretario de Aeiv_indicaciones

&.<:retario de Relaciones Internacionales

Hernán Papaterra

Pedro Ruiz R.

::.ecretario de Estudios y. Asuntos Académicos

Secrt.tario de Recreación. ·Cultura v Deportes

José Botomo L. Secretario Sindi<:al v de Bienestar Social

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Caracas. Mayo 10 de 1984 '


t:a.

fondo editorial tropykos

Adquier-a en las mejores librarlas del pals. Oómez, Agricultura, Petróleo y Dependencia, por Luis Cipriano Rodrfguez , con prólogo de Simón Sáez Mérida. P.V.P. Bs. 45,oo

lógica y Teoria de la Htatoria, por Federico Villalba F., con post-facio de Héctor Mujica. P.V .P. Bs. 39,oo

La Agricultura como problema energético, por José Sedekleón. · P.V.P.Ba. 40,00

Proximamente entrarán en circulación: Caracas en catOrce . . .~.... poi'Morella Barreta y Vialidad y Trantporte . , ei.Ooolct.nte VenezOlano a Principios del Siglo XX, por Neleon Paredes Huggins . . . ··

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Colaboraron en este número

Manuel RodriJUez Campa.: Licenciado en Contaduría P6blica y en H"1.1toria (UCV). Maestro en Historia de Venezuela Contemporánea. Ex-Director de lá Escuela de Administración y Contadurfa dellnltituto de Eatudioa Hispanoamericanos, ambos de la UCV. Autor de Venezuela 1902; La Cri.tis Filcal y el Bloqueo, ~ilya segunda edición acaba de entrar en circulaci6n y de Yenezue/4 1948-1958, tamb~it salido recientemente de las prenaaa.. Antonio Sc:ocoua: licenciado en Fllosofia de la Univeraidad de Salemo. Actualmente desem· pei\a su actividad en la Univ.e rsidad de NApolea. Ea investigador de la Ciencia Política, con puticular referencia a la Am6rica Latina, sobre la cual tiene nwnerosos y ~Up:ren~ ensayos. Es autor de un ensayo sobre el pensamiento politico bolivarlano, Bolívar e la Rivoluzione Panamericana, Bari, 1978, en el que ademA. reeo&e los mú importantes documentos de la vida pflblica del Libertador. SteTe ElDer: . Norteamericano. Historiador. Es profesor Asociado en el Núcleo de Puerto La Cruz, de la Univemdad de Orien~e. Autor entre otro& tftuloa, de Lo1 Partldot Político• y '" Dl8puta por el Control del Mo"llimiento Sindical en Venezuela, Cuacaa, UCAB, 1980. Tiene Ph. D, en la Universidad de Nuevo Mbico, 1979. · Rutilio Ortep G.: Licenciado en Ciencias Socialea, Mención Historia (LUZ) y Doctor en Historia (El Cole¡io de México). Director del. Centro de Investipciones Históricas de la Facultad de Humanidades y Educaci6n (LUZ). Autor de una Tesis sobre los Jesuitas y la Educación eJÍ la Blda California y de un vivencial y dlido libro de Crbnicaa marabina&. Ha participado en numerosos con¡resos, si.mphosi.os y ~es de estudios. Muta de Lourde~ Taborda de Cedeiio: Profesora de Historia y Geo¡ra.ffa (IPC), con e~pecialidad en Geograffa Huruana (Universidad de ~truburao)• . Docente de asi¡naturu ¡eogrtflcas de larga experiencia. Fue aecretaria ejecutiva en la Comisión para la elaboraCión de la Geogra{ül de Venezuela, ~o la dirtccibn de Pau Vila. Actualmente es Sub-Directora Académica liel Instituto Universitario Peda1ógico de Caracu y activista del Centro de Investf¡aciones GeodidActicu.. Ramón Jtiras Apilar: Licenciado· en Historia (ULA), y diJciplinado investi¡ador. Actualmente es docente en la EBCuela de Historl4 de la Universidad de Les Andes. Pedro Pablo Lilwez: Eatudiante de la Escuela de Hiltoria (UCV) y Asistente de lnvcstipcibn en lu excavaciones arqueológi~ que le;..(eal:izan eu el Tocuyo (Edo. Lara). Es un actirilta defenaor de ~ poíl\üares, y de loa programas de rescate de las

iden~es locaiM r~#·• .· . (~ . .' ' .~ . ~:·t:·. : ·~ , .

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