Medellín Colombia - Nº 19 - Marzo de 2014 - 24 páginas - Comuna 3 Manrique - Distribución gratuita
Editorial / P. 2 LOS TERRITORIOS
Lilit Lobos Noticias / P. 3 EN CONSTRUCCIÓN EL SENA DE MANRIQUE ORIENTAL
Redacción Tinta Tres
Semblanza / P. 4 AURA LÍA SERNA SENTIDOS DE UNA VIDA DE ARRAIGO Y LUCHA
Alexánder Zuleta Crónica / P. 5 LOS CHONES O DE LOS INNOMBRADOS
John Garzón Reseña / P. 6 COLECTIVO CLOWN NARIZ OBRERA
Jorge Luis Valencia (Shaka) Reportaje / P. 7
DESARRAIGADOS
Óscar Cárdenas
Informe / P. 8 FORO URBANO MUNDIAL 2014
Jorge Luis Valencia (Shaka)
Crónica / P. 9 HOGAR INFINITO, Guía práctica para sobrevivir sin techo
Francisco Monsalve
Ilustración: Franco
Informe / P. 10 - 11 DERECHO A LA VIVIENDA DIGNA
Fundación Sumapaz
Informe / P. 12 - 13 BROTES Y ADOQUINES del jardín circunvalar
Redación Tinta Tres
Crónica / P. 17 “EN MI CASA NACE UN RÍO”
Francisco Monsalve
Reportaje gráfico / P. 17 - 19 POÉTICA DE LAS CASAS
Paola Alarcón / Alexánder Zuleta Sección Cultura / P. 20 - 24 RESEÑAS, CUENTOS Y MÁS...
Varios autores
Por el derecho al hábitat y la vivienda digna en Manrique
Por Lilit Lobos - Ilustración Franco
Los territorios
Opinión
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or estos días se está llevando a cabo una caracterización de las condiciones de vida de los habitantes de La Honda, parte alta de la Comuna 3, una zona habitada principalmente por personas que han sido desplazadas por la violencia desde múltiples lugares del país. En mi casa hicieron la encuesta la semana pasada, y me quedé pensando en una de las preguntas: ¿Cuál considera que es su territorio? Como opciones de respuesta se me dieron: la ciudad, la comuna, el barrio, el sector u otro. Pude ver que algunos de mis vecinos quedaban desconcertados, parecían no comprender la pregunta, posiblemente no fuera un problema de falta de comprensión de la palabra como tal, de pronto fuera una falta de comprensión del sentido de esa palabra usada en la ciudad ¿Será que si esa misma pregunta se les hiciera en el campo ellos se mostrarían igual de perdidos? Cuando se vive en el campo se tiene claro cuál es el territorio, ese espacio
donde se habita, donde se tienen los animales que además de ser amigos pueden ser la comida. Allí donde se vivía el día a día, donde se trabajaba, donde era claro el límite que terminaba el territorio propio y comenzaba el del otro. ¿Aquí en la ciudad cuál viene siendo el territorio propio? Es tanto el desarraigo, que una de mis vecinas, quien recién llegó desplazada, cuando le hicieron esta pegunta no logró comprender, y al intentar explicársela, respondió que su territorio es el campo. Esa frase de la vecina me recordó algunas conversaciones que tuve en la universidad, mis compañeros no podían comprender por qué los desplazados de Hidroituango ponían tanto problema, si EPM les había ofrecido reubicarlos. ¿Por qué se tomaban la Universidad de Antioquia, afeándola y exponiendo a sus pequeños a tan malas condiciones de vida? Mis compañeros universitarios, que lo único que sabían de desplazados era una que otra noticia en ese medio desinformador que es la televisión, y la experiencia más cercana con ellos era esa ocupación forzosa a la universidad. Ellos no podían comprender que a los desplazados no les diera lo mismo un lugar que otro, lo veían como un grupo de desagradecidos por no aceptar los excelentes ofrecimientos de la hidroeléctrica y no apoyar el desarrollo y la prosperidad económica del departamento. Intenté explicarles. Creo que empáticamente no pudieron comprender que el territorio no es un pedazo de tierra cualquiera, éste incluye a quiénes lo habitan, las relaciones que se forman entre ellos, lo que se siembra, sus animales amigos o sus-
tento alimenticio. El territorio son las historias que se viven allí, los abuelos que lo cultivaron primero, que transformaron el paisaje con sus manos; los padres que enseñaron los secretos de esa tierra, el clima, los ríos. El territorio está compuesto por un sin número de cualidades que lo hacen único, que hacen que se llegue a amarlo. Los desplazados por la violencia vinieron a la ciudad, fueron expropiados, amenazados, les arrebataron su territorio, y aunque pueda sonar ilógico, en realidad escaparon buscando proteger ese otro territorio más íntimo y no menos importante: el cuerpo. Si se les pregunta el porqué se fueron, dirán que la vida vale más, que tuvieron que dejarlo todo por salvarla ¿Y en dónde habita la vida? ¡Pues en el cuerpo! Es el cuerpo como territorio el que todavía les pertenece, el que ahora deben tratar de adaptar a esta ciudad, porque ella no se adaptará a ellos. El cuerpo es nuestro primer territorio, y es desde éste que tomándonos esta ciudad la haremos también nuestro territorio. Quizás algunos queremos volver al campo, allí donde tuvimos alegrías, allí dónde progresamos y teníamos lo propio sin tener que mendigar nada a nadie, pero sabemos que regresar es exponer la vida, arriesgarnos a perder lo último que nos queda. Entonces, mientras estemos en la ciudad, tomémonos este territorio que algunos no terminamos de entender muy bien, tomémoslo, hagámoslo propio, no sólo me refiero a que nos legalicen las viviendas, me refiero a caminarlo con la cabeza en alto, porque esta ciudad ahora es también nuestra.
Coordinación editorial: Andrea Aldana. Corrección de estilo: Francisco Monsalve. Redacción: Paola Alarcón, John Garzón, Franco Monsalve, Jorge Luis Valencia, Alexánder Zuleta. Colaboradores: Yovanny Biancardy, Eulalia Borja, Óscar Cárdenas, Lilit Lobos, Claudia Rengifo, Fredy Serna, Fundación Sumapaz. Ilustración: Luis Eduardo Loaiza, Franco Monsalve, Andrés Fernando Sánchez. Asesoría Alcaldía de Medellín: Diana Carolina Zapata, Secretaría de Comunicaciones. Coordinación proyecto Escuelas de Comunicación: Manuel José Bermúdez Andrade, Universidad de Antioquia. Año 4 número 19, Marzo de 2014. Distribución gratuita. 20.000 ejemplares. Impreso en: La Patria. Tinta Tres es una publicación realizada por el Centro de Investigación y Extensión de Comunicaciones (CIEC), Universidad de Antioquia.
Contacto: tintatresperiodico@gmail.com www.facebook.com/tintatres www.issuu.com/tintatres twitter: @tintatres www.youtube.com/periodicotintatres
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En construcción el Sena de Manrique Oriental
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En nuestra comuna se construye el que será otro punto de referencia en la ciudad
Las obras iniciaron el pasado 27 de noviembre.
total del lote es de 8.879,14metros Según el director de la obra, cinco de cuadrados. cada diez obreros que laboran en la La obra tiene un valor de 11.848 construcción son de la comuna. millones 785 mil 611 pesos y ha generado empleo en la comun. El Centro Tecnológico del Deporte, la Recreación y la Actividad Física, del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) beneficiará, además de los mil 700 estudiantes en capacidad para atender, al colegio José Roberto Vásquez, por el intercambio tecnológico y a la quebrada El molino, por la intervención en el paisajismo. Según la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional (UN), “Si bien este centro deportivo no estaría abierto al público, los arquiaplicaciones tecnológicas. La edifi- tectos de la UN que lideran el proyecto cación incluye dos bloques de 1200 consideran que será una buena altermetros cuadrados cubiertos: uno de nativa y un detonante social para que cuatro pisos y otro de seis, que al- los jóvenes de esta ladera de Medellín bergarán espacios lúdicos, gimnasios vean una oportunidad educativa con y auditorios; además de 6000 metros las mejores condiciones de infraestruccuadrados de zonas verdes. El área tura”.
Por Redacción Tinta Tres - tintatresperiodico@gmail.com
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obre la vieja carretera de Guarne en el sector el Pomar, en el lote que ocupaba la fábrica de encerados al lado del Colegio José Roberto Vásquez, a una cuadra de calle larga o “Restrepo Isaza”, se adelantan
las obras de construcción de la nueva sede del Sena, proyectada para finalizar el 27 de agosto del año en curso. El director de la obra, Rubén Darío Moreno, informa que el complejo tendrá un carácter deportivo y educativo, complementado con nuevas
Asolavidi:
Se oye gritar la memoria Por Alexánder Zuleta - Fotografía Cortesía Asolavidi
La Administración Municipal reporta alrededor de 25 mil víctimas en la Comuna 3; la comunidad, de acuerdo con estudios alternativos, reporta más de 30 mil. El subregistro prevalece.
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ay un árbol pintado en una tela de más de dos metros de largo. En sus hojas están escritos los nombres de cientos de personas que murieron violentamente por el conflicto armado en Colombia. En su tronco se describen las siete organizaciones de víctimas presentes en la Comuna 3, las que dan sentido al color del árbol. Este es un intento de las víctimas por recobrar sus vidas pasadas, un intento para no olvidar. La convocatoria a celebrar el encuentro con la memoria de las víctimas del conflicto en la Comuna 3, la lidera Asolavidi, el actual comité de desplazados de la comuna; Ladera, Vida y Dignidad, quienes cada año conmemoran el Foro “Memoria y Restablecimiento para las Víctimas en Medellín”, en el que la comunidad simboliza la alegría de ser lo que son y de su sobrevivencia en el tiempo. Van tres años consecutivos hablando de lo mismo, el derecho a la ciudad.
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Más de 200 personas acudieron al foro.
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Hace diez años, en la zona nororiental se efectuó la declaratoria que marcó la historia del desarraigo en el territorio. En aquel tiempo las víctimas anunciaron: “Las comunidades congregadas en los asentamientos de La Honda, La Cruz, Bello Oriente, Altos de Oriente y El Pinal hemos decidido declararnos en asentamiento de refugiados internos por la paz y los derechos humanos”. Ello ocurrió producto de la difícil situación humanitaria de los pobladores en ese entonces. Sobre la importancia de la memoria, Iris Pacheco, integrante de Asolavidi, mencionó que “es bueno que no se olvide lo que pasó en algún tiempo, que haya registro de todas las víctimas que hubo algún día”. ¿Qué hacer con la memoria, cómo expresarla, qué manifestaciones de ella hay en el presente?, son los interrogantes que guían a Asolavidi, así como la discusión sobre las medidas de restablecimiento, sus límites y posibilidades en el actual proceso de paz.
Para rememorar
La historia del movimiento social
de víctimas en la Comuna 3 habla de Mosda, una organización que nació a finales de los años 90 con el interés de trabajar por los Derechos Humanos pero luego se diluyó a causa de la persecución de sus dirigentes por distintos sectores sociales. El investigador Nicolás Castrillón escribió para entonces: “La ACA (Asociación de Campesinos de Antioquia) preocupada por el crecimiento acelerado de las comunidades de desplazados en el Valle del Aburrá (…) viene trabajando con otras organizaciones en la consolidación del Movimiento Social de Desplazados de Antioquia (Mosda) el cual busca que los desplazados sean gestores de su propio desarrollo, trabajando mancomunadamente con otras comunidades de desplazados del Valle del Aburrá y de Antioquia, para que se fijen políticas claras, tendientes a buscar salidas colectivas y de fondo a la problemática de desplazados”. A partir del año 2006, se consolidó en San José La Cima Uno, una de las primeras organizaciones que hoy existen, La Asociación de Familias
Miembros de organizaciones de víctimas de la Comuna 3.
Desplazadas en Busca de la Felicidad (Asfadesfel). Más tarde las distintas organizaciones, insertas en la planeación local, decidieron crear una institución que unificara las luchas de las víctimas. “En el 2010, ya entramos a hacer parte varias personas de la comuna a ser delegadas de Presupuesto Participativo y a invitar a la gente a las Asambleas Barriales, logramos un gran
número de personas en PP como delegados. Logramos llevar unas propuestas positivas de fortalecer la organización de la comuna y se empezó a formar Asolavidi”, recordó Luz Danelia. Asolavidi es hija de la unión de intereses e identidades en la periferia del territorio. Hasta hoy, alrededor de 20 personas la conforman. Su misión es luchar por la justicia, la verdad y la búsqueda de la paz.
Aura Lía Serna Sentidos de una vida de arraigo y lucha
Semblanza
Ella baja al centro de Medellín y conquista nuevamente la montaña, de vuelta al barrio, a pie, en un recorrido que precisa miles de pasos. En su rostro se pueden encontrar historias; sus pies han caminado toda su vida y sus canas y arrugas tomaron forma y color en esos caminos.
Por Alexánder Zuleta
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esde aquí se ve Medellín, lejana. Los edificios hacen cola en el paisaje donde sólo ellos se reconocen; nada comparado con esto, acá en la montaña se arruman, una tras otra, las casas. Al subir, el barrio recibe con un paisaje verde de monte; el color madera y barro rojizo son recurrentes y se sienten los restos de viento frío que llegan desde Santa Elena. La Honda es el barrio de Aura Lía Serna; su hogar es de tres piezas, suelo de barro y una cocina. Hay un gato, una perra, cuatro bombillas incandescentes y cuatro plantas: mora, lulo, cebolla y col. A un costado pasa el caño y un montón de costales apilados sostienen la casa. Llegó aquí en el tiempo en que Pastrana era presidente de la República, 1998, cuando la violencia desterró 308 mil personas y luego las arrojó a las ciudades como migrantes. “Doña Aura, ¿en esos edificios está el futuro para los desplazados?”, le pregunto cuando termina de lavar sus platos y se pasa a mirar hacia abajo, a la ciudad. “Para mí el tigre no es como lo pintan, porque dicen que Medellín es un hogar para la vida, para mí
organización. En más de 10 años, desde el 98, cuando la situación del país los condenó a ser pobres, lograron sostener la unidad, y hacer florecer una nueva generación en medio el barro y el polvo. De la amargura de perderlo todo sólo quedó consuelo y algunas manías: todavía cantaban los gallos, despertaban las amanecidas y aún había quienes no se quitaban el sombrero ni porque se los llevara el diablo. Está sentada sobre un mesón con vista al panorama, observa, desea: “yo sueño tener una vida digna. Digna es tener una vivienda, no un rancho, una vivienda digna. Y que las garantías sean para los descendientes de nosotros”.
tamos aquí, “Aunque es lvidado no hemos o ado, nuestro pas os no olvidam itorio, nuestro terr ontañas, nuestras m teníamos”. la tierra que
Medellín no es hogar para la vida, es un hogar para la miseria y la exclusión”, me responde con mirada fija, frunciendo el ceño por el sol de la tarde, mientras el viento mueve sus canas. En la tienda del frente vibra el vallenato que algunos escuchan luego de arreglar la calle de barro por donde pasaría el bus. Es el sector cuatro de La Honda, un terreno invadido por centenares de personas. Los caminos que erraron los campesinos encontraron aquí su descanso. Una tras otra amarraron las casas a la tierra porque fue el único lugar disponible para ellos desde los años 90, y construyeron con lo que el desarraigo y la creatividad campesina les permitió: madera, plástico y ladrillo. En el año 2012 los Habitantes de La Honda y La Cruz celebraron el
Aura Lía Serna. Foto: Alexánder Zuleta.
Primer Encuentro de Memorias y Colonias. Conmemoraron la llegada de muchos que sobrevivieron a la violencia. Para ese instante, Aura Lía hizo un pronunciamiento ante más de 300 personas: “Aquí estamos y aquí nos quedaremos, nuestro hogar es la ladera de la Honda, la Cruz, Bello Oriente, Carambolas, Versalles y San José la Cima, y la Comuna 3. Pero aunque estamos aquí no hemos olvidado nuestro pasado, no olvidamos nuestro territorio, nuestras montañas, la tierra que teníamos”. Y ese día hubo fiesta. La Honda creció como crece el almendro, hacia arriba y regado por el espacio. Los desterrados desafiaron su desaparición construyendo identidad y
“Aquí estamos y aquí nos quedamos, nuestro hogar es la ladera de La Honda, La Cruz, Bello Oriente, Carambolas, Versalles y San José la Cima, y la Comuna 3”. Aura Lía Serna, pronunciamiento por el Derecho a la Ciudad. Encuentro de Memorias y Colonias, 2012.
Los Chones
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o de los innombrados
Por John Edison Garzón - Fotografía Cortesía de la familia
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el paso por la escuela nos quedan recuerdos buenos, malos, regulares, vulgares, vergonzosos, graciosos y esos que uno remembra sólo cuando alguien los menciona o llegan porque el recuerdo aún es presente.
Hablan con cierta nostalgia de otra época, la que experimentaron con los profesores y directivos de los 90. Junto a las profesoras Flor Amanda, Aleida, María Eugenia, Gloria y Beatriz, remembran al señor Israel Alzate, exdirector de la Escuela Baldomero, quien les obsequiara un bulto de cemento y dos tarros de gravilla para que acondicionaran el tierrero sobre el que ponían un plástico para exhibir la mercancía, el mismo lugar que aún pisan. Les es grato recordar las fiestas de la escuela a las que los invitaban, ajenas al despotismo que perciben hoy. Ya no están las mallas que permitían a los estudiantes mirar al exterior o comprar algo diferente a lo ofrecido en el quiosco de la escuela, se han levantado altos muros y la reja que estaba a la entrada fue cambiada por una puerta de acero forjado que impide toda vista hacia el interior.
Eso, creo, es lo que sucede cuando los adultos de nuestra generación, aquellos que hemos nacido en los 80, nos pasamos por el frente de la que ahora es sección del colegio José Roberto Vásquez, la Escuela Baldomero Sanín Cano y nos encontramos con que esa pareja de sencillos luchadores, que alguna vez nos surtieran de mecatos y mangos biches con sal y limón, aún prestan guardia en la puerta de la institución, ahora a nuestros hijos e hijas. Doña Gloria Elena Londoño, “la muchachona” y don Carlos Enrique Jaramillo, “el muchachón”; o los Chones, como ya casi tres generaciones les hemos nombrado. Pocos conocen sus verdaderos nombres, pues para muchos sólo han sido el Chon y la Chona. Carlos cuenta que a diario sintonizaba La Voz de las Américas, que le ponía mucho volumen a la radio y como al locutor de la emisora lo llamaban “muchachón” así mismo lo bautizaron sus cercanos. Comenzaron con obleas, confites y bolis, con precios pagados en centavos y hasta cinco pesos. Luego entraron los infaltables mangos que algunos vecinos les regalaban de los árboles en sus solares, los feriaban por 20 y 50 pesos, también llegaron los corosos, los amolados y los arrancamuelas, que son unos dulces multicolores durísimos. Al inicio de los 90, y por el contrapeso de la competencia, el Chon decidió moverse de la Manuela Beltrán para trabajar con la Chona en la entrada de la Escuela Baldomero. Cuentan que la escuela estaba rodeada por mallas que los mismos estudiantes rompieron en tantas partes como vendedores informales había. Para ese momento en la familia ya había dos niños: Juan David y Carlos Alberto, sus hijos. Las dinámicas en las calles eran diferentes. El Chon recuerda el conflicto armado del barrio, acariciándose el brazo por el escozor que le genera pensar en los pelados que le tocó ver caer, incluyendo a Juan David, su hijo, quien a los 16 años fue asesinado en el barrio Caicedo. El conflicto marcó a los que no absorbió: niños y niñas que compartían en las cuadras con juguetes que muchas veces salieron y aún salen de su puesto de venta: muñecos paracaidistas, trompos, pelotas locas y de aserrín, yoyos, canicas y ‘bolonchos’, caramelos de álbum barato, stickers y billetes de juguete.
Sin ser las cinco de la madrugada, Los Chones preparan mercancía, se toman “los tragos” y salen a trabajar. Cuando se cierra la puerta para la jornada de la mañana, la Chona regresa a la vieja casona que habitan en el sector de Cuatro Esquinas, prepara el desayuno y el almuerzo, organiza la casa y vuelve con la comida para el Chon. El tiempo libre al lado del puesto lo emplean llenando ‘rompecocos’ y leyendo. Los Chones hace décadas. Archivo Familliar
En el 2003 recibieron un móvil de Espacio Público que hacía un año estaban solicitando. El carrito venía sujeto al pago de un ahorro programado. El Chon dejó de pagar porque le dijeron que a los 70 ya no era obligatorio.
Desde hace dos años los acompaña Luna, una pastor alemán cruzada con labrador que no se aleja de ellos.
El Chon es un hombre de estatura mediana, robusto, de motilado raso y cabello agrisado que empieza a escasear, ella es un poco más alta que él, hace bromas con respecto al paso de los años, su cabello luce un tinte rojizo y trae un corte arriba de los hombros; ambos tienen buena condición física. Cuenta la Chona que tres días a la semana asisten al grupo de gimnasia para la tercera edad en la Iglesia San Luis Beltrán, a diferente hora eso sí porque no se puede perder tiempo de ventas con el negocio. Al medio día hay mucho movimiento, salen los pequeños de la mañana y entran los grandecitos de la tarde. De entre todos los que han llegado a comprar algo, se acerca una de las últimas niñas, le palmotea el hombro a Carlos y le da un fuerte abrazo. Luego una parejita de niños vienen al puesto comiendo conos y le regala uno de los helados, el Chon deja ver una sonrisa infantil y la Chona me mira a través de los lentes, con sus pequeños ojos enternecidos, mientras él se embadurna los dedos mezclando los sabores de la crema. Es entonces cuando se aprecia lo que no ha cambiado en casi tres décadas de compartir con la comunidad: el cariño, la familiaridad y el respeto con que algunos padres de familia y muchos niños y niñas se refieren a Los Chones.
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Colectivo clown
Nariz Obrera
Objetores por conciencia al servicio militar obligatorio Por Jorge Luis Valencia (Shaka) - Ilustración Andrés Sánchez
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ace algún tiempo debí prestar mi servicio militar obligatorio, recuerdo el día de la incorporación de una forma agridulce, ya que por muchas razones no quería estar un año en el cuartel militar. Mi tío me llevó al sitio de concentración y con una palmada en el hombro me dijo: -Estoy muy contento por usted, en el ejército lo van a volver un hombre-. Aún no sé a qué se refería mi tío, ya que yo sabía que la construcción de masculinidad tenía más que ver con una formación integral del individuo y una construcción de valores que sustenten su eficaz interacción en su comunidad, que con la guerra o con el uso de las armas. Tiempo después conocí el término objeción de conciencia a los ejércitos y, a su vez, a algunos objetores que realizaban acciones directas noviolentas en algunos sitios de Medellín, con el fin de posicionar el tema en la ciudad. Lo primero que reafirman estos jóvenes a través de la consigna “ningún ejercito defiende la paz”, es el hecho que los jóvenes no deben ser sujetos para la institución militar y, sobre todo, que la mayoría de los jóvenes reclutados por el ejército en Colombia son de estratos bajos, pertenecen a los sectores más pobres de la ciudad. Los primeros objetores del país surgieron antes de la reforma constitucional de 1991, a través del artículo 18 de la constitución, que dice: “Se garantiza la libertad de conciencia. Nadie será molestado por razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia”. Por lo cual algunos jóvenes, principalmente de iglesias evangélicas, se declararon objetores de conciencia al servicio militar obligatorio, y afirmaron que por razones religiosas no tomarían las armas ni portarían el uniforme, logrando así ser desacuartelados. Esto sentó el precedente para que muchos jóvenes, organizados y no organizados, objetaran de la misma forma por razones de sus convicciones éticas o políticas, evitando así ser incorporados a las filas del ejército o la policía. Algunos de estos objetores hacen parte del colectivo clown Nariz Obrera, habitantes de la Comuna 3, quienes en sus obras reflejan con humor las vivencias de los jóvenes alrededor de la militarización existente en los barrios de la comuna. Nariz obrera concibe la militarización de la zona como uno de los principales problemas de la comuna y que se expresa de múltiples maneras: presencia armada en los barrios, reclutamiento forzado de jóvenes para la guerra por parte de grupos legales e ilegales, no hay libertad de movimiento en el territorio, señalamiento a jóvenes y procesos sociales, aumento de problemas como embarazos en adolescentes, drogadicción, inseguridad; y que esto se da en los sectores de mayor presencia de la fuerza pública. Ellos están en contra de la militarización de sus barrios, manifiestan que ésta pretende construir un tipo de ser humano obediente, conformista, que no cuestiona, consumista, insolidario, un ser humano modelo para la reproducción
de las condiciones de desigualdad en las que se encuentran muchas personas del territorio.
Según los jóvenes del colectivo clown Nariz Obrera, una de las arbitrariedades más frecuentes que cometen las fuerzas militares en la comuna es el reclutamiento militar ilegal denominado “batida”, que se presentan en su mayoría en zonas de movilidad y acceso al territorio: las estaciones del metro, parques y barrios marginales, en los cuales, por falta de conocimiento de los mecanismos de incorporación, no se respeta la dignidad, la libre movilidad e incluso se presentan agresiones contra la integridad personal de los jóvenes, por el hecho de no poseer la libreta militar; contrariando así el debido proceso establecido por la ley de reclutamiento militar. Su expresión artística y política es en contra de la guerra, es por la objeción al servicio militar obligatorio pero, en general, es en contra de cualquier forma y acción que militarice la vida, porque la militarización tiene su expresión directa en lo armado y ello va en contra de las libertades humanas del país. Estas situaciones son parte de la historia barrial que ha motivado a hombres y mujeres jóvenes a organizarse en grupos que dinamizan procesos sociales en torno a la legitimación de la no prestación del servicio militar obligatorio, y la desmilitarización de los territorios, con estrategias definidas claramente en cuanto a los acompañamientos jurídicos, políticos y sociales, creando una base social y un entorno favorable al proceso de consolidación de los movimientos de objetores por conciencia en los barrios de la ciudad, especialmente en la Comuna 3.
¿Qué hacer en caso de batida o reclutamiento forzado por parte del Ejército? (Información de bolsillo, se recomienda recortar y mantener cerca) • Abordar con respeto al militar a cargo y explicarle la ilegalidad del procedimiento llamado batida. Orden de la Corte Constitucional en sentencia de C- 879 de 2011 que reza: “Quien no haya cumplido la obligación de inscribirse para definir su situación militar, solo puede ser retenido de manera momentánea mientras se verifica tal situación y se inscribe, proceso que no requiere de ningún formalismo y que se agota precisamente con la inscripción”. • Solicitar la boleta de citación para definir la situación militar de acuerdo al procedimiento establecido en la ley de reclutamiento (Ley 48/1993). • No subir al camión bajo ninguna circunstancia, ni entregar los documentos de identidad. • Anotar los números de placas del camión, lugar, fecha y hora del procedimiento para posteriormente hacer la pertinente denuncia ante los organismos de control (Defensoría del Pueblo teléfonos: 5114381, 2514779, Personería de Medellín unidad de derechos humanos teléfono: 3849999 ext 304). • Llamar a familiares y/o amigos para dar a conocer su situación y pedir acompañamiento.
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Desarraigados
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“Salimos en manada, los caminos parecían eternos, los pasos eran lentos y vacilantes, como negándose a dejar la tierrita”
Redacción Óscar Cárdenas
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esperté y sentí una tensa calma después del aguacero que cayó sobre la vereda La Balsita. Desde el cuarto, aún oscuro, veía como por los agujeros del techo, ya oxidado por el pasar de los años, iba aclarando el día. Sólo se escuchaban las gotas que escurrían desde el techo y se estrellaban contra la tierra. La calma que se sentía era extraña, parecía que se hubiesen desaparecido las gallinas y los gallos de mi madre, que dormían en un árbol cerca de la casa, sólo escuchaba a lo lejos el ladrido intenso y desesperado del perro del vecino, un ladrido que reconocía a kilómetros. Desconocía lo que sucedía afuera. Mi padre y mi madre estaban ya despiertos, él se alistaba para ir al trabajo y mi madre lo despachaba; el sonido de los cascos de caballo se hacía más cercano, se escuchaban pasos fuertes como marcados por botas de caucho inundadas de agua en su interior, un sonido que se me hacía familiar pues muchas veces cuando acompañaba a mi padre a recoger el chócolo de la cosecha, o en ocasiones al río a pescar, nos sorprendía el agua en el camino y nuestros pies parecían dentro de un lago porque el agua se concentraba en
Casa de la vereda. Se observa el corredor de chambrana en el que corrían día y noche.
nuestras botas… era un sonido ahogado. Recordando esto, de pronto sentí una calma escabrosa, parecía que la tropa y los caballos se habían detenido, eran minutos eternos. Por momentos pensamos que era la guerrilla, ellos también tenían botas y era normal que pasaran por la casa, la vereda era una de sus bases. Se asentaron y minutos después dudamos porque no escuchamos disparos ni enfrentamientos, además, de un momento a otro el perro del vecino dejó de ladrar. Teníamos miedo. De repente, cesando el silencio, una voz fuerte gritó: ¡salgan, o le echamos fuego a la casa! Notaba en el rostro de mis padres una mezcla de desespero, temor y rabia, yo tenía 3 años y desde entonces sus expresiones me dejaron marcado. El llamado lo hicieron tres veces, así que no nos quedó otra alternativa que salir, mi madre en estado de embarazo, mi padre y mis hermanos mayores, aterrorizados, salieron junto con mi hermana menor y conmigo, que no parábamos de llorar asustados. Recuerdo que el sol alumbraba las montañas y las hacía lucir diferentes tonalidades de verde. Al salir, lo primero que realmente vi fue al perro del vecino tirado en el piso, parecía que había perseguido a la tropa muy cerca, y luego, a lo lejos, vi la casa del vecino ardiendo en llamas. No entendía qué ocurría, veía personas armadas, con camuflados, botas pantaneras, y sólo me cuestionaba por qué los mismos que
hermanos y yo logramos entrar a la escuela, vivíamos en la casa que mi padre edificó para nosotros y empezamos a adaptarnos al pueblo. Luego de un año, en 1996, vimos que el ambiente del pueblo empezó a cambiar. Mi madre se preocupaba cada vez más cuando mi padre salía a trabajar, y no entendíamos muy bien el porqué de tanta ansiedad. Ahora lo entiendo, el rostro intranquilo de ella se debía sólo a una cosa: miedo. Temor por la vida de mi padre, ya eran Su padre cuidando de las reses que también perdieron cuando fueron desplazados de la vereda. otras las personas que tenían al pueblo en su poder. Las Autodefensas Unidas de Córel día anterior nos daban dulces en la tienda de don doba y Urabá (ACCU), ya habían iniciado su camino de sangre en las veredas y en Dabeiba. Lisardo, hoy nos estaba atacando. Mi padre trabajaba pavimentando carreteras y toAfuera, uno de los hombres le preguntó a mi padre que si era el presidente de la JAC, mi padre, con dos los días la empresa enviaba una volqueta para voz temblorosa, respondió que sí; de inmediato, otro transportarlos hacia el lugar de trabajo, en el trale dijo a mi madre que recogiera lo que pudiera en yecto a muchos de los compañeros de mi padre los bajaban del vehículo y luego los fusilaban. 20 minutos. Mi padre llegaba a la casa destrozado, las cosas Mientras mi madre sacaba lo que podía, nosotros continuábamos afuera con la tropa al frente. Observé siguieron otro años más así, y para mediados del con detalle y me di cuenta de que no eran los que 1997, las ACCU realizaron múltiples masacres y despensaba, entonces, con voz baja y curiosidad de niño, plazamientos forzados hacia el pueblo. Nuestra casa pregunté a mi padre quiénes eran porque yo no los se convirtió en albergue para muchos amigos que, al conocía, también le dije que se parecían a los amigos. igual que nosotros, tuvieron que huir de sus tierras Pero el silencio de mi padre y sus ojos acuosos que con lo poco que sus manos abarcaron. Las cosas empeoraron, el miedo era mucho, mi intentaban contener el llanto me hicieron comprender que no era momento para preguntas. Entre los padre vivía con zozobra de pensar cuándo sería su espacios libres que dejaba la tropa, alcancé a ver a los turno, así que un 7 de diciembre de 1997 decidió que otros vecinos, sus esposas y los amigos de la escuela saldríamos del pueblo en la noche, al interior de una con algunas cosas sobre sus hombros, esperando la volqueta del municipio que se dirigía hacia Medellín. Una decisión dura, de nuevo la violencia nos quitaorden para salir en grupo de nuestros hogares. En ese momento mi madre salió cargando un ba todo. En el volco del carro veníamos dos familias, costal lleno de ropa, unas cuantas ollas y una cajita estábamos destrozados, todavía recuerdo a Pinto, mi plástica de la cruz roja en donde guardaba nuestros perro, un dálmata cazador que no nos pudo acompapapeles personales. Minutos después rociaron con ñar porque no cabía en el carro, nos persiguió hasta gasolina mi casa y de inmediato le prendieron fuego. el hospital que queda en las afueras del pueblo. Fue Mis padres nos abrasaron y sintiéndose impotentes, durto dejar a nuestro amigo, fue duro dejar nuestra lentamente fueron cayendo al suelo junto con no- casa por segunda vez, fue duro dejar nuestro pueblo. En el trayecto de Dabeiba a Medellín, la noche sotros, fue un momento desgarrador. El esfuerzo de tantos años, los momentos vividos, el corredor de sólo se hizo angustiosa por nuestra situación, sólo chambrana por donde correteábamos día y noche; se nos quedaba esperar, llegar a la cuidad capital a que convertían en cenizas. Ya era poco lo que podíamos nuestros familiares nos dieran asilo hasta que mis hacer, sólo unirnos con los vecinos a quienes tam- padres consiguieran un lugar y un trabajo. bién les habían quemado todo, a algunos de mis ami* gos les asesinaron sus padres. Salimos en manada, Testimonio de Oscar Manuel Cárdenas Avendaño, los caminos parecían eternos, los pasos eran lentos y vacilantes, como negándose a dejar la tierrita. habitante de la Comuna 3, quien narra la situación Yo seguía sin entender por qué nos sacaban de esa que vivió al ser desplazado de su tierra. La histomanera de nuestras casas, de nuestras tierras, de ria será adaptada al segundo capítulo del documental Memoria Colectiva La Cruz, La Honda y Bello Oriente, nuestras raíces. Casi doce horas después de lo ocurrido llegamos en conmemoración de las víctimas del desplazamienal pueblo y uno de los familiares de mi padre que to forzado rural e intraurbano de nuestro país. vivía allí, fue por nosotros. Mi tía vivía en un barrio del municipio de Dabeiba llamado El Instituto, así que cuando salimos del albergue temporal partimos hacia su casa, en donde nos alojamos mientras mi padre intentaba construir otra casa en un lote que había adquirido con antelación cerca del pueblo. Era una situación bastante adversa porque nosotros estábamos acostumbrados a una rutina en el campo: ir a buscar leña en la mañana, llevarle el almuerzo a mi padre al medio día, y otras cosas comunes para un niño de campo; en el pueblo era diferente, se dormía hasta tarde, no había animales para cuidar, ni cultivos, ni tierra para sembrar, era otra forma de vida. En la escuela El Pesebre en 1997, año en el que salieron del Tiempo después mi padre consiguió empleo y mis pueblo hacia Medellín.
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El encuentro que pondrá a Medellín de cara al mundo, esta vez discutirá el concepto de equidad, fuente de debate en una ciudad con desigualdad evidente en muchas de sus zonas.
Foro Urbano Mundial 2014
Equidad urbana, ciudades para la vida Por Jorge Luis Valencia (Shaka)
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ste año, entre el 5 y el 11 de abril, se llevará desarrollo sostenible, también tiene el propósito de a cabo en la ciudad de Medellín la séptima abordar el tema de la urbanización como un aceleversión del Foro Urbano Mundial, el cual rador del desarrollo económico sostenible. tiene por objetivo hacer un balance sobre cómo se El pasado 22 de enero, el ministro de Vivienda, encuentra el mundo hoy en relación con el concep- Luis Felipe Henao, manifestó: “Estamos muy orguto de “equidad”, analizando la forma en que ésta llosos de que Medellín haya sido escogida para cese percibe y se utiliza, y definiendo nuevas metas lebrar, del 5 al 11 de abril de este año, este foro, y estrategias para su integración en la agenda del que promueve el desarrollo de las ciudades desde lo desarrollo urbano. social, lo económico y la sostenibilidad ambiental”. El foro, cuya inversión es de 5 millones de dóla- Por consiguiente, se puede anticipar lo que ocurrires entre aportes nacionales y municipales, preten- rá: Medellín cambiará para los visitantes y mostrará de construir conocimiento y lograr la consolidación una fachada que oculte la problemática social para de una alianza entre los diferentes líderes de los agradar a la opinión pública, en este caso internacinco continentes, para comcional. partir ideas e identificar me- Mientras el Foro pretende discutir las Para tomar la decisión, los jores prácticas, así como espa- problemáticas de desigualdad en las jurados del evento anotaron cios urbanos incluyentes que ciudades, comunidad organizada ya que Medellín ha trabajado en propone soluciones como contribuyan a la construcción construir una ciudad pensada de calidad de vida para todos en sus habitantes, con un moMejoramiento Integral de Barrios, los habitantes. delo cultural, ambiental y de que garantizaría vida digna. El tema central será “Equidesarrollo, que ya ha sido cadad urbana en el desarrollo: talogado como modelo en Laticiudades para la vida” y contará con la presencia de noamérica. No obstante, la ciudad evidencia lo conmás de 10 mil participantes provenientes de 150 paí- trario: grandes zonas de marginalidad y pobreza, ses, con la representación de jefes de Estado, más de en donde la solución gubernamental para mitigar 500 alcaldes, 80 ministros y miembros de la comuni- problemáticas ha sido desalojos forzados, militaridad internacional. El foro, nació como una iniciativa zación de ciertos territorios y represión de las mapara hacer frente a los problemas de crecimiento nifestaciones de inconformidad. urbano y el impacto de éste en las comunidades, Hay tres grandes temas en la agenda del foro: ciudades, economías, cambio climático y políticas de Equidad, desarrollo y un concepto nuevo que se in-
Medellín es una de las ciudades con mayor inequidad en América Latina, según manifestó ONU-Hábitat, el pasado 7 de octubre de 2013, en su informe anual.
troduce desde Medellín, el de Ciudades para la Vida. En este último se plantea que se tienen que repensar las ciudades, porque más del 65 por ciento de la población mundial vive en ella; 600 urbes generan hoy el 60 por ciento del Producto Interno Bruto del mundo. La población se está yendo a las ciudades y eso hace cuestionar
qué tipo de lugares deben ser, espacios donde el ser humano desarrolle su potencial y ¿trabaje para vivir y o viva para trabajar? El desarrollo urbano sostenible tiene como condición necesaria ciudades menos desiguales, que ofrezcan a sus ciudadanos las mismas oportunidades. Es allí donde cobra relevancia una discusión más profunda que involucre amplios sectores de la sociedad, sobre todo los más afectados. Un espacio en el que se debata un dilema, cada vez más latente, en las urbes colombianas: el derecho a la ciudad versus la sostenibilidad del territorio, así como el impacto que causa la llegada masiva de migrantes a los cascos urbanos. En este sentido el foro es clave, porque trazará las líneas fundamentales de lo que se discutirá en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III), que se realizará en el 2016. Allí se hablará de cuál debe ser el modelo de ciudad para los próximos 20 años. Hay que prestar atención a las conclusiones que se generen el Foro Urbano Mundial, y a cómo transformarán la manera de habitar las ciudades y en particular los territorios, en este momento en que las problemáticas superan las soluciones.
El foro alternativo El Informe de Inequidad Urbana en América Latina, presentado en octubre de 2013 por ONU-Hábitat, la cual hace parte de la organización del Foro Urbano Mundial, irónicamente situó a Medellín en uno de los primeros lugares de las ciudades más desiguales de Latinoamérica, aun así será la sede del evento. Por tal razón, y como medida de contrapeso, en la ciudad se han venido reuniendo diferentes organizaciones sociales con el fin de generar un espacio de discusión alterno para estos mismos días. Con éste se pretende involucrar a la población afectada en la formulación de soluciones reales a las problemáticas de las ciudades, fortalecer el tejido social y denunciar la desigualdad e inequidad de Medellín. Por ahora se habla del Foro Urbano Alternativo y Popular, pronto se concretará y se dará a conocer su agenda. Para mayor información visite: www.forosocialurbanoalternativoypopular.blogspot.com
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Hogar infinito
Guía práctica para sobrevivir sin techo Por Francisco Monsalve - Fotografía Archivo Guillermo Ospina
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ay quienes consideran que vivir en la calle es un acto de heroísmo, y solo cuando se ven enfrentados a vivir una temporada en sus redes comprenden la dimensión humana de esta afirmación. En Manrique existe un déficit de vivienda de 860 hogares sin casa propia, que se expresa en el hacinamiento de cuatro o más familias diferentes y en otros casos en la carencia de un refugio, choza, rancho, covacha; la frágil intimidad que dan unas tablasa, una techumbre fácil ante la tormenta y por eso sagrada. Basta ver las márgenes del rio Medellín atestadas de nómadas para evidenciar la fragilidad de nuestras vidas y las circunstancias, en algunos casos penosas, que nos despojan temporalmente de todo aquello que formaba un edificio de aparente seguridad. Puede ser una noche en que el bus no te esperó en la parada, no había hotel en ese pueblo al que viajaste, sencillamente tus padres te dejaron afuera, sin un peso en el bolsillo y lejos del casa o el caso Fernando Martínez, un barrendero de 61 años de edad, quien se tuvo que mudar a la calle porque su casa construida con madera y lámina le fue robada por pedazos: primero una puerta, luego el techo, las paredes y ventanas. En el libro Strategies to Combat Homelessness (Estrategias para combatir la carencia de hogar), publicado por el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, se cuenta que en el centro de Bombay, en la India, duermen miles de personas, en coloridas esteras bajo los alfeizares de los edificios, pues su oficio como vendedores ambulantes, minoristas y artesanos los obliga a permanecer en sus tendidos.
contra el mal gobierno y aquí tienes tu sancocho, eres un buen chico y colaboras con la causa, si quieres tendrías casi casi una familia hasta que el semestre termine. O la opción “Señor Monopoli”, practicada por los que duermen dentro de los cajeros automáticos de los bancos. Las cámaras registran los sueños esparcidos por los pasillos de la gente reclinada sobre los dispensadores de dinero.
Cuidado con las fieras
Sea cual sea el lugar que elijas (o que el azar te designe para pasar la noche) amarra bien tus zapatos, por si el jaloneo, ya sabes. Trata de descansar pero permanece alerta, en modo automático, en lo posible tu espalda a la pared, mapea mentalmente una ruta de escape en caso de algún peligro inminente; atiende a las indicaciones que te den de manera amable, mira a los demás directamente a los ojos. Entre los vagabundos de vocación existen grupos diferenciados: personajes descerebrados a los que le patina el coco y que se distinguen por sus repentinos delirios y paranoias varias; unos pocos aunque muy variopintos, los que han elegido, consciente y voluntariamente, una vida nómada, como al que llaman El profe, licenciado en lenguas que algún día se desengañó del verbo, y su vida cómoda y rutinaria le pareció sin sustancia. Como también existen los personajes oscuros y de apariencia maleva, portadores del orden y de las Piensa en los lugares que permanecen abiertos leyes, las normas de ingreso a la universidad de la las 24 horas como las salas de urgencia de los hos- calle sabidas por nadie e intuidas por todos. Cuidado pitales (una noche visceral), las terminales de trans- con las fieras y los tigres, los convivir y los chacales. porte, algún velorio o incluso, la de aquel que en Son momentos en que la vida exige ser creatiSi te quedas sin casa de repente, es preciso que una noche de copas en la que su esposa no lo dejó vo: sin herir ni asaltar a nadie. En casi todas las aprendas a vivir como lo hacen cien millones de personas sin hogar, (de cada 60 seres humanos con entrar a la casa, se echó a dormir bajo el carro, ciudades se ven también campañas y parches de casa hay uno en la calle), según cifras de la ONU. donde dice que permaneció calentito. Si vistes bien artesanos y malabaristas, turistas de tercera de vida errante y bohemia que suelen Estos son algunos tips útiles para tener en cuenta y tienes al menos cincuenta pesos en el bolsillo entra a un “El motivo principal de la carencia ser amigables y que te comen la Universidad de la calle: casino donde regalan bebidas de hogar sigue siendo la incapaci- partirán una cobija y algún y si tienes suerte en la maIslas nocturnas dad de los gobiernos para dedicar trago de destilados, de paso Lo primero que debes conservar son tus zapatos quina tragamonedas saldrás suficientes recursos a hacer reali- aprendes a tejer pulseras y y lo segundo la calma: considera tus posibilidades a dormir en un buen lugar. collares. Existen otras opciones dad el derecho de todos de dispopara satisfacer las necesidades básicas más urgenLa percepción de soledad y ner de una vivienda digna.” tes y el tiempo para conseguirlo, especialmente un como la del “estudiante unide propiedad varían entre un Centro de las Naciones Unidas lugar que sirva de abrigo. Recuerda que tienes un versitario”, algún plantón o hombre que al hallarse perhogar infinito, por techo el firmamento, y que debes huelga de hambre de algún para los Asentamientos Humanos dido en medio de una selva movimiento, algunos volantes llegar de la manera más digna al siguiente día. se desespera y malgasta la luz del día y energías Si estas en Medellín, en huir, presa de la osculos albergues públicos ridad que acecha, y aquel o Centros día no son otro que al verse enuna buena opción pues vuelto en la manigua se no reciben comensainstaló a vivir allí con lo les eventuales, tamque se le ofrecía ¿a quién bién evitas el vapuleo crees que fueron al tiemde todos los habituales po a cobrarle impuestos? que te exigirán primeSé astuto, sé inteliro probar finura, pogente, canturrea, cuando nerte a prueba en los acabé la noche y puedas andenes, por lo menos regresar a casa, tendrás durante un mes. Esta una historia épica que ciudad no es muy buecontarle a tus parientes; na anfitriona con sus si por el contrario la nohuéspedes más urgidos che apenas empieza, aquí y cuenta con defensores tienes las hojas de este Luis Fernando Martínez vive hace 12 años de sus 76 en la esquina que del espacio público que periódico para cubrirte. da en la carrera 42 con la calle 68. Bajó un árbol de poma rosa Fernando se encargan de levanpasa sus noches envuelto en plásticos y cobijas, mientras el día lo dedica a tarte a golpes si ocupas cuidar sus enseres, una cocina improvisada, un colchón y las decoraciones el suelo nacional con tu navideñas. Fernando vivía en Jardín hasta que su esposa María Elva Váscuerpo. quez falleció y al ver su familia deteriorada decidió alejarse, solicitando a los dueños del predio que le permitieran quedarse en la acera.
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Por Fundación Sumapaz* Ilustración Andrés Sánchez - Franco
y adecuada en la Comuna 3 Manrique
Derecho a la vivienda digna
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Ilustración: Andrés Sánchez
A
nte la situación de vivienda que presenta Medellín, y de manera particular la Comuna 3 Manrique, la Fundación Sumapaz, organización defensora de derechos humanos, recientemente elaboró un informe que evidencia las condiciones en las que se encuentra éste derecho en la ciudad. La investigación, responde a la preocupación que genera la creciente presencia estatal relacionada con el tema, específicamente con la implementación del Cinturón Verde Metropolitano-Jardín Circunvalar de Medellín. De acuerdo con Sumapaz, el documento “pretende servir no sólo de evidencia sobre la situación del derecho a la vivienda digna y adecuada en la Comuna 3 Manrique, sino además, de insumo para la generación de propuestas respecto a la implementación de la política pública de vivienda, y del Jardín Circunvalar. Sirviendo además como línea de base para el seguimiento del derecho”.
Contexto
Sobre el derecho a la vivienda digna y adecuada en la Comuna 3 Según el informe, la Comuna 3 Manrique cuenta con una densidad poblacional cercana a 300 habitantes por hectárea, siendo una de las más altas de la ciudad. Lo cual incide de manera significativa sobre el derecho a la vivienda, al concentrar una densidad que para el 2012 alcanzó las 92 viviendas por hectárea, muy por encima de la densidad de la ciudad, que fue de 20 viviendas por hectárea, ubicándola dentro de las cinco comunas con mayor densidad habitacional en la ciudad.
Para la década de los años treinta, la comuna se comenzó a poblar por personas llegadas del campo, quienes huían de la pobreza y la violencia. Desde entonces creció “de manera descontrolada, en buena medida por la falta de políticas para la atención del crecimiento demográfico y la vivienda para la población más pobre, que ante tal ausencia estatal construyeron sus viviendas, sus barrios, sometidos por la necesidad y sin atención a normas técnicas”, señala el documento.
De acuerdo con los datos expuestos, el informe deduce que “en lugar de disminuir, la pobreza parece incrementarse, evidenciando que la inversión pública ha sido insuficiente, y que además las estrategias usadas por la administración municipal respecto del derecho a la vivienda en la ladera, no han resultado acertadas”.
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Condiciones de vivienda
Siguiendo lo dispuesto por la Corte Constitucional de Colombia en la Sentencia T-936 de 2006, y las recomendaciones presentadas por la Defensoría del Pueblo, el informe presenta las condiciones actuales del derecho a la vivienda digna y adecuada en la Comuna 3 Manrique.
Calidad física y entorno de la vivienda
El derecho a la vivienda, en materia de calidad física, hace referencia a la disponibilidad de servicios, materiales, facilidades e infraestructura; y de manera específica al acceso a servicios públicos domiciliarios y disponibilidad de materiales adecuados, además de transporte público, adecuación de vías de
Disponibilidad de materiales e infraestructura de la vivienda:
La Comuna 3 presenta una de las vulneraciones más altas en la ciudad, tanto en el área urbana como en la rural, al ser la que tiene mayor número de viviendas construida con pisos en tierra y con materiales inadecuados en paredes (materiales perecederos: Guadua, caña, esterilla, otro vegetal, zinc, tela, cartón, latas, desechos, plásticos). Esta problemática que se padece con mayor intensidad en cuatro barrios de la parte alta de la comuna, donde se concentra el 89% de las 1.042 viviendas con piso en tierra, y el 95% de las 88 viviendas con paredes en materiales inadecuados. Resulta evidente que en materia de seguridad física la vulneración del derecho a la vivienda digna
acceso, y la prevención y atención del riesgo en caso de emergencias y desastres.
Disponibilidad de servicios públicos domiciliarios:
Para evidenciar la vulnerabilidad en el derecho a la vivienda digna y adecuada se tuvieron en cuenta viviendas que no cuentan con uno o varios de los siguientes seis servicios públicos domiciliarios: acueducto, alcantarillado, energía eléctrica, línea telefónica, recolección de basuras y gas domiciliario. La Comuna 3 Manrique padece una situación delicada: es la primera en mayor número
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de viviendas sin conexión a energía eléctrica; la tercera en desconexión de los servicios de acueducto, alcantarillado, gas natural domiciliario y sin línea telefónica; y la cuarta comuna en la ciudad con el mayor número de viviendas sin el servicio de recolección de basuras. La investigación concluye que “las problemáticas más sentidas en materia de vulneración al derecho a la vivienda digna y adecuada por falta de servicios públicos, son por su importancia y magnitud, la falta de agua potable y la falta de alcantarillado”.
La Comuna 3 es la segunda de Medellín con mayor grado de vulneración del derecho a la vivienda con relación a la falta de conexión a servicios públicos domiciliarios, superada sólo por la Comuna 8 Villa Hermosa. Ilustración: Franco
En el desalojo se usó a la policía, al Escuadrón Móvil Anti-Disturbios (ESMAD), y personas adscritas a la Secretaría de Gobierno identificadas como de Espacio Público, entre otros servidores públicos. Fuente: Coordinación Colombia Europa Estados Unidos (CCEE)
Una de cada tres viviendas de Medellín, construida con material inadecuado, se ubica en la Comuna 3 Manrique; así como el 30% de las 3 mil 415 viviendas que hay en la ciudad con piso de tierra.
y adecuada en la Comuna 3 Manrique, se encuentra, en su mayoría, en los barrios de la parte alta. Precisamente donde se ubican las viviendas con estratos socioeconómicos más bajos y también el mayor número de familias víctimas del desplazamiento forzado, lo cual los constituye como población en condición de doble vulnerabilidad, por su condición de víctima y por las condiciones de pobreza
obras complementarias de mitigación del riesgo […] el crecimiento urbano descontrolado y la sostenibilidad ambiental, además del tema del riesgo, son los argumentos principales para justificar la realización de la intervención que busca limitar el crecimiento en ésta parte de la ciudad, bajo el proyecto Cinturón Verde Metropolitano-Jardín Circunvalar de Medellín”. El informe también toca los aspectos de seguridad en el goce de la vivienda, que comprende la seguridad jurídica de la tenencia, que en materia del derecho a la vivienda digna y adecuada, se entiende como la “protección frente a desalojos, hostigamientos, expropiaciones, especulaciones en los arrendamientos o en los costos relacionados con ocupación de la vivienda”. Además recuerda el caso del desalojo en el barrio La Cruz, ocurrido entre los
meses de abril y junio del 2012, cuando la alcaldía de Medellín, a través del uso de la fuerza ordenó el desalojo de unas 60 familias recientemente asentadas en dicho sector. Según la investigación de la Fundación Sumapaz, el suceso cuenta con el agravante, al parecer, “los predios desalojados están siendo estudiados para que posiblemente pase el Cinturón Verde Metropolitano-Jardín Circunvalar de Medellín”. Visita el Centro de Información Local, ubicado en la calle 71ª no. 44-105, en Manrique, un espacio para el encuentro comunitario y la movilidad por nuestros derechos que se encuentra disposición permanente de la comunidad. www.sumapaz.org
Habitabilidad:
“El tema del riesgo y el manejo del mismo han cobrado mayor relevancia en la ciudad, debido a la creciente intervención de la administración municipal en zonas consideradas de alto riesgo, para realizar obras y edificaciones. Evidenciando que mientras para los habitantes existen restricciones para construir en dichas zonas, para las edificaciones de la administración solo basta con realizar
*Investigación elaborada por Juan Fernando Zapata, quien hace parte del Observatorio de Derechos Humanos para la Comuna 3 Manrique de la Fundación Sumapaz.
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Brotes y adoquines Del Jardín Circunvalar
Barrio Maria Cano Carambolas
M
ientras el Plan Maestro de intervención urbanística en Bello Oriente y Carambolas se encuentra en las oficinas de la EDU para su posterior aprobación por Planeación Municipal, en La Cruz y La Honda las obras ya iniciaron, como una muestra más de la aplicación del urbanismo cívico pedagógico en la ciudad, en deuda por sus métodos de convalidación de la propuesta con las comunidades y el desconocimiento generalizado de las intervenciones. La dinámica de progreso económico que adquirió la ciudad y las peripecias de su moldeamiento urbano acentuaron en las comunidades asentadas en las laderas de Medellín su compromiso con el territorio y ven en este proyecto la posibilidad de que se les legalice la propiedad del suelo sobre el que han crecido, que sus huertas sean reconocidas como parte de la ciudad ampliando el perímetro urbano y el mejoramiento de sus barrios, sin verse sometidos a un nuevo desplazamiento.
Plan Maestro Carambolas
en
Bello
Oriente
y
Lo primero que encuentra el visitante de Bello Oriente es un paisaje social recién erosionado: una pancarta a nombre de la Red de Organizaciones sociales y comunitarias que le exigen a la administración el mejoramiento integral del barrio y la mitigación del riesgo. Al adentrarse al barrio por la carrera 22 se llega al sector El Palomar, donde la línea entre lo urbano y lo rural se diluye en una componenda de casitas campesinas y parcelas de las que brotan perros y patos, sonrisas y “buenos días”. Exactamente hasta allí llega el perímetro urbano definido por Planea-
Barrio Bello Oriente
ción Municipal, definiendo como suelo de protección el lugar que ocupan unas 300 familias en los sectores de Altamira, Palomar, San José y en las márgenes de La Tebaida. El proceso de concertación con estos sectores se dio a través de la Red de Organizaciones por medio de recorridos en el territorio y diferentes encuentros, con los que la EDU formuló cinco proyectos de intervención (proyectos agrarios productivos en la zona rural, equipamientos deportivos y de vivienda, proyectos de recuperación ambiental y vías de movilidad), y luego sometió a votación de la comunidad, que eligió el desembotellamiento del barrio con una vía a La Cruz. Según la última comunicación recibida por la comunidad, con fecha del 29 de enero de 2014, se informaba que “la conexión vial con La Cruz fue priorizada dentro de la planeación de intervenciones del Cinturón Verde; en el momento no tiene destinado presupuesto, ya que se encuentra a la espera de la asignación de recursos”. Sin embargo, la principal problemática sigue siendo la vivienda y la tenencia de la tierra. Fanny Quiñones expresa una de las preocupaciones más reiterativas entre la gente, al referirse al censo de vivienda adelantado por el Isvimed en marzo del año pasado, en el que algunas familias no fueron censadas, por ser su casa de madera o simplemente un lote. La EDU ha manifestado que las negociaciones de los lotes se harían con base en la información recolectada hasta ese momento, sin reconocer mejoras a las viviendas o nuevas construcciones. La Red de Organizaciones del barrio solicitó al Isvimed que censara los hogares faltantes, para lo que asignaron a un funcionario encargado de hacer la revisión, quien al momento de cierre de esta edición no se había presentado en el barrio sin razón aparente. Por un lado la EDU informa que la planimetría del Plan Maestro para Bello Oriente y Carambolas se encuentra en revisión interna, sin determinar exactamente el lote que se intervendría; por otro lado se le informa a la gente que inició la construcción de su casa que no la continúe ni haga mejoras, como sucedió el domingo 16 de febrero, reunión donde la comunidad
se vio alterada por la gravedad de las expresiones de los funcionarios. Consecuencia: un clima de zozobra en la comunidad de ser nuevamente despojados y reubicados. En medio de este panorama también se ven las imágenes de una comunidad que asumió la defensa de su territorio, con acciones como la emprendida por algunos habitantes del barrio que se dedicaron a sembrar jardineras por las aceras en tierra: afirman que es para que cuando lleguen los funcionarios de chaleco rojo a hablar del Jardín Circunvalar, poder decirles que el barrio ya hace mucho tiempo empezó a florecer.
Capítulo La Cruz
En el barrio la cruz de la Comuna 3 las obras no paran, el Cinturón Verde Metropolitano (CVM) tiene estimado delimitar la zona para evitar el incremento de la población y evitar la pérdida de bosques naturales. Sin embargo, en La Cruz no se ha socializado con eficiencia el programa y cuando se les pregunta a sus habitantes en qué consiste el CVM, la mayoría responde que no saben o hablan de rumores que han escuchado por algunos vecinos: “que van a construir calles y caminos para bicicletas”; “que van a reubicar a una gente”. Según la EDU, la aparición del Cinturón se debe a que “en los últimos años Medellín ha crecido aceleradamente en población debido a la gran migración del campo a la ciudad”, y se hizo una necesidad por “la depredación del territorio erosionando los recursos naturales” y porque “se seguirán habitando laderas y quebradas de alto riesgo, y el crecimiento desmesurado no tendrá fin”. Según esto el CVM sería una solución al deterioro del territorio y su vida natural, pero en su ejecución, serán desalojadas todas las personas que habiten las casas que sobrepasen la Carrera 23 de
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Tinta Tres recorrió la parte alta de la Comuna 3 para observar de primera mano el avance de las obras y proyecciones del Jardín Circunvalar, así como conocer de los pobladores las expectativas, incertidumbres y movilización que ha generado el inicio de sus obras entre la comunidad.
Por Redacción Tinta Tres - Ilustración cartografías Luis Loaiza
Barrio La Cruz
Barrio La Honda
escéptica, hay antecedentes que demuestran cómo la Administración se pasa por alto las exigencias de las comunidades o no lleva a concertación las intervenciones que realiza, así mismo, esperan que los encuentros que se vienen dando sean más que una estrategia de distracción.
La Cruz. Carlos Giraldo, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio, manifestó que las 50 familias desalojadas serían reubicadas en edificios en construcción como los que se hicieron en Pajarito y Zamora, o en los bloques proyectados para la Carrera 30, posteriores a las edificaciones ya construidas, a las cuales aún les faltan 30 apartamentos por ocupar. No obstante, zozobra y temor por ser desalojados es lo que manifiesta la comunidad.
Los habitantes opinan
“No se sabe nada concreto pero pienso que uno es el que sale perdiendo por que se reubica la gente en esas alcancías (apartamentos) y uno pierde la casa que ha construido con esfuerzo durante tantos años (…) Se la pasan haciendo reuniones, dicen que para mejoramiento de vivienda, que nos van a reubicar pero no dicen ni cuándo ni para dónde. Sólo nos preguntamos cuál va a ser nuestro destino; es bueno que mejoren el barrio solo pedimos que nos avisen con tiempo y que no vengan de un momento a otro con que nos van a desalojar”. Marbin Antonia Moyo Gamboa “Llevo siete años viviendo en este barrio y últimamente los de chaleco rojo están rondando, mirando el barrio, y uno es con susto de que lo vayan a desalojar. Yo vengo desplazada de Apartadó y encontré este espacio donde uno vive tranquilo, se tiene estabilidad y uno vive en paz. No me gustaría tener que irme para otro lugar donde no conozco a nadie”. Nury Torres “El Isvimed y la EDU, y todas estas entidades del municipio, vienen y frenan un tejido social. Paran las construcciones de la gente, sellan las casas, paran todos los proyectos comunitarios y declaran estas tierras como zona de riesgo no recuperable. Frenan procesos y convites para alcantarillado y agua; se frena todo y la gente entra en un estado depresivo, de ansiedad. Vivimos pensando en qué va a pasar con nosotros. Se daña una canilla y ni ganas dan de arreglarla porque dicen que nos van a sacar de acá. “Según lo dicho en reuniones, el Cinturón Verde es un programa a cinco alcaldías, o sea a 20 años. Que nos reubiquen o que nos dejen claro lo que va a pasar con nosotros, yo llegué a este sector hace 32 años y he visto crecer al barrio, por qué llegan ahora, cuando ya está establecido, a cambiarlo todo y a sacarnos de lo que hemos construido. Solo pedimos claridad y respeto”. Miguel Ángel Tamayo Moncada
Capítulo La Honda
Para la Mesa de Trabajo de la Comuna 3, de la cual hace parte el barrio La Honda, la titulación es la principal propuesta porque persiste el miedo a ser expulsados nuevamente, sin contar con instrumentos legales que garanticen una reubicación íntegra. Según Darío
Monsalve, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio La Honda, la propuesta también incluye el congelar la estratificación durante 20 años para las mil 100 viviendas que están por fuera del perímetro urbano. La identidad en las laderas se ha construido como los barrios, a punta de pico, pala, convites y sancochos comunitarios con alimentos donados o gestionados, de allí que no se negocie así no más. Luego de varios encuentros realizados en los barrios de las franjas altas de la Comuna 3, la comunidad le formuló propuestas al Jardín circunvalar, e hizo énfasis en los beneficios que espera de éste. En primer lugar está el tema de la legalización y titulación de predios; en segundo, el mejoramiento de vivienda; y en tercer lugar la exigencia de la intervención de EPM en servicio públicos. En el caso de La Honda, el 80% del acueducto es no convencional y ya no cuenta con capacidad para solventar todas las casas. Éste desemboca en la quebrada La Castro y es parte de la problemática expuesta al EDU y EPM, que junto al presidente de la JAC realizaron un recorrido por algunos sectores del barrio. Con esto han logrado comprometer a EPM en un acuerdo de intervención al saneamiento, al acueducto y a las telecomunicaciones. En este último punto, la comunidad ha manifestado en diferentes espacios su interés y necesidad de llevar conexión de internet a los hogares. En cuanto al tema del gas domiciliario, la comunidad continua en incertidumbre, desde el 2011 se propuso que por La Honda pase la red que llegará hasta los apartamentos de La Cruz, pero aún no se ha iniciado la instalación del servicio. El Jardín Circunvalar dará inicio este año a las obras para la construcción del camino peatonal en adoquín nombrado Camino de la vida. Cercando el barrio, en su franja alta, ya se observan, al igual que en otros lugares de la comuna nororiental, las esculturas blancas del plan bordes, las cuales delimitan el terreno para la construcción de vivienda, es decir, de ahí para arriba ya no se permitirá la construcción y se reubicarían las existentes. El programa sigue avanzando pero parte de la comunidad está
Cartografía del Cinturón Verde Este ejercicio de cartografía fue realizado con habitantes de los barrios de las partes altas de Comuna 3, Manrique (María Cano Carambolas, Bello Oriente, La Honda y La Cruz), construido en el marco de la campaña por el derecho al hábitat desarrollada en marzo de 2013 por el Observatorio de Derechos Económicos, Culturales, Sociales y Ambientales de la Fundación Sumapaz con el apoyo del Laboratorio de Cartografía Crítica: Entre las Islas y los Flujos. Las propuestas que se encuentran insertas en los mapas en su esencia no han sido recogidas por la Administración Municipal, evidenciándose así que en Medellín impera un modelo de desarrollo y de ciudad que no garantizan el ejercicio pleno de la participación y el disfrute de los demás derechos, donde los habitantes se convierten en una cifra estadística de legitimación de una propuesta, proyecto o megaproyecto. La propuesta principal es la legalización y titulación de los predios, la segunda es la adecuación y construcción de sistemas de saneamiento básico (agua potable, alcantarillado, energía eléctrica) y la tercera es la adecuación y construcción de vías y todo lo relacionado a equipamiento tales como compra de predios para oficializar colegios, construcción de espacios culturales y recreativos, entre otros.
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El Faro
Un barrio que brilla con luz propia
La Comuna 3, Manrique y la comuna ocho, Villa Hermosa, tienen mucho en común: un camino prehispánico con nombre de conquistador que las bordea y comunica en sus cimas más al oriente, el camino de Cieza; asentadas en las laderas, se ven las mismas condiciones de abandono para las comunidades refugiadas de la violencia y, mucho más reciente, la creación de propuestas de mejoramiento integral en los barrios, la movilización y resistencia en sus territorios frente a megaproyectos con nombres de constructoras, jardines de cemento y desalojos.
Por Francisco Monsalve
La vocación de este sector es netamente agrícola.
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ada faro cuenta con su cuidador de faros o torrero, encargado de mantener la potente lámpara encendida en lo alto para que los barcos que navegan por sus costas eviten encallar en aguas poco profundas. Así fue como conocí a Oscar Darío Zapata, líder y guardián de la luz comunitaria de El faro, quien me dio las indicaciones para el arribo. Para llegar a El Faro se deben subir 1900 metros sobre el nivel del mar, por las faldas del cerro Pan de Azúcar, en límites con el corregimiento de Santa
que 252 hogares son desplazados de los municipios de Antioquia y de la ciudad. Hacia este mundo rural nos adentramos con Oscar Darío, rodeados de paisajes muy similares a La Honda o La Cruz, los mismos rostros, las mismas casitas de bahareque, plástico y tablas, techos de zinc y caminos ocres, los sembrados de plátano y maíz, símbolos de una comunidad que ha construido sus propios acueductos y vías, obtenido el agua y la electricidad, hasta llegar hoy a la decisión de conformar una Junta de Acción comunal que los represente.
El tanque de la discordia
En el único teléfono público del barrio, esos hongos rojos que no necesitan monedas, Oscar levanta la bocina y habla como si se dirigiera a las Empresas Públicas de Medellín para solicitar la reconexión de sus servicios, chascarrillo que da pie para hablar del detonante de todo el movimiento organizativo del barrio desde el año 2011: el tanque de almacenamiento de agua de EPM.
En el lugar donde se pretende construir dicho tanque, que almacenaría 3 mil litros de agua, habitan 37 familias a las que reubicarían según Planeación Municipal por ser un predio ubicado en “suelo de protección”, lo que según el artículo 116 y 120 del POT corresponde a una zona de alto riesgo no recuperable, y que ha sido su hogar por más de 15 años. Por su parte la comunidad concluyó que no eran zonas de alto riesgo, sino de alto costo para la administración, y decidieron movilizarse en encuentros, mesas y talleres, como la participación en la formulación del Plan de Desarrollo de Medellín 2012-2015, y la posterior toma pacífica al Consejo de Medellín el 30 de mayo de 2012, hechos realizados al considerar que sus propuestas no fueron escuchadas, entre ellas la de que se construyera el Tanque de EPM en un punto de la parte alta donde no afectara a las 37 familias, en el lote de don Ovidio, donde se hicieron los estudios y que el propietario está dispuesto a vender.
Construcción social del Hábitat
Jairo Maya, líder social de la comuna ocho, resume este proceso como la apropiación por parte de esta comunidad de herramientas que les permitieran poner la tierra y sus usos al servicio de las personas y sus prioridades: la construcción social del hábitat en contraposición al enfoque en urbanismo cívico pedagógico que han aplicado las últimas administraciones en el desarrollo de las comunidades. “¿Cómo articular lo urbano y lo rural de manera que convivan de manera sostenible?” Pregunta Jairo y agrega “El faro es la respuesta”.
Iván Varela, Pinguro.
Elena. Los mapas oficiales no dan razón de él pues según el POT (Plan de Ordenamiento Territorial) de Medellín, se encuentra fuera del perímetro urbano. La recomendación para los viajeros es llegar hasta Golondrinas en la ruta de buses y de allí subir hasta donde se vea alguna casa campesina, justo donde se detiene el llamado progreso. Es la casa de Delia Rosa García, una de las fundadoras del barrio y habitante desde hace 27 años, sobre la carrera 16 dd. La casa de Delia señala el punto donde se detienen las obras, según los ingenieros encargados de trazar las escalas que ella y su familia construyeron, “a mí me alegra mucho porque pudimos traer las escalas hasta ahí, pero lo más urgente es un muro de contención, pero los de la EDU dicen que ya no siguen para arriba”, manifiesta Delia. El documento Diagnóstico y propuestas comunitarias para el mejoramiento integral del barrio El faro, construido y presentado en noviembre por la Mesa de servicios públicos domiciliarios de la Comuna 8, habla de 440 hogares los que al igual que Delia se encontrarían por fuera de la línea urbana, de los
Oscar Darío Zapata, líder comunitario de El Faro, quien acompañó a Tinta Tres en este recorrido.
Este camino organizativo nos lleva hasta la actualidad en la que el proyecto de intervención urbanística Jardín Circunvalar pretende crear un cordón entre lo urbano y lo rural, es decir que las casitas solo lleguen hasta “la cancha de Tavo”, con caminos de adoquines y edificaciones. El camino de Cieza nos lleva hasta la casa de Iván Varela, más conocido en el barrio como Pinguro, construyendo una casa en madera y piedra. Iván hace parte del grupo impulsor de las mesas de concertación del Jardín Circunvalar y en sus palabras y acciones expresa la incertidumbre de una comunidad, al igual que su determinación: “se propone y otros son los que deciden, las propuestas de la comunidad salen maquilladas, no hay claridad y como comunidad no nos podemos sentar a esperar a que nos vengan a resolver nuestros problemas”.
En estado
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de desconexión
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En tiempos de verano, los hogares que se surten de los nacimientos de agua en la parte alta de La Cruz, sufren la escasez. La meta del alcalde en el cuatrienio es garantizar la prestación eficiente de los servicios públicos en Medellín.
Por Alexánder Zuleta
dos: “Exigimos la reconexión de las familias desconectadas y la condonación de deudas para los hogares que deben dinero por concepto de SPD”. Además, proponen que la presente Administración destine el 5% del presupuesto para subsidiar mínimos vitales de servicios públicos, y plantean “ratificar la exigencia del mínimo vital gratuito de agua y energía para estratos 1 y 2, que constaría de 90 mil millones para agua y 170 mil millones para energía”.
Medellin desconectada. Galería Destierro. Cortesía Claudia Rengifo.
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n Medellín hay aproximadamente 26 mil 234 viviendas sin suministro de agua potable, 14 mil 777 sin energía eléctrica y 13 mil 66 sin gas. Así lo confirmó el último informe publicado por la Personería Municipal. “Los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3 y la población ubicada en las comunas con mayor índice de pobreza son los más vulnerados por esta situación”, señaló el documento. La entidad se pronunció ante la importancia de los servicios públicos domiciliarios para la vida digna de los ciudadanos. Fue claro en sugerir a EPM y a la administración municipal “buscar acercamientos con las comunidades afectadas por la problemática de la desconexión o morosidad, a fin de encontrar salidas concertadas y mecanismos legales, que permitan la reducción del número de habitantes desconectados de los SPD”. Luces oscuras De acuerdo con la gerencia de EPM, en la ciudad se invirtieron alre-
dedor de 17 mil millones de pesos en el alumbrado de la pasada navidad. Mientras tanto, los desconectados de servicios públicos domiciliarios (SPD) llamaron la atención sobre este evento. En el comunicado del 13 de diciembre denunciaron que la Alcaldía gasta altas cifras de dinero en la instalación decembrina, “mientras que los habitantes de los sectores empobrecidos de la ciudad sufrimos los altos costos del agua y la energía, obligándonos a la desconexión en plena temporada de alegría, luz y consumo navideño”. Para la Mesa Interbarrial de Desconectados hay dos tipos de desconexión de SPD: por acceso y por prestación. En la primera porque no hay adecuación de las viviendas en zonas de alto riesgo; en la segunda, por imposibilidad de pago a causa de las tarifas y el alto costo de vida. Después de dos meses de atraso en las facturas, según procede EPM, se suspende cualquier servicio. En la Mesa son claras las propuestas de los más de 40 mil desconecta-
Estrategias de vida Según disposiciones del Plan de Ordenamiento Territorial, en la ciudad no se proveen servicios públicos en zonas de alto riesgo o en las que están por fuera del perímetro urbano. Sin embargo, en casos donde aplica, la gente es ingeniosa. En La Honda, de acuerdo con presidente de su Junta de Acción Comunal, Darío Monsalve, los servicios públicos de agua y alcantarillado han sido adaptados por la comunidad desde siempre. Aldemar Betancur, uno de los encargados de conectar el agua comunitaria, contó: “Cuando yo llegué aquí había un señor que era fontanero, entonces nos dijo que recogiéramos entre todos un tanto de plata para poder cambiar esa manguera por tubería. Y así fue”. Para él, que lleva 9 años viviendo en el barrio, hay varios pasos para surtir a una vivienda del acueducto comunitario: destapar el tubo mayor, esperar a que cese el paso del agua, ponerle un accesorio y empatar el tubo de la casa.
En la parte alta del sector cuatro se encuentran conectadas más de 50 viviendas al agua comunitaria. Cada mañana se abre la llave para que las casas comiencen a llenar sus tanques o canecas; 8 mil pesos deben pagar mensualmente para el auto sostenimiento del servicio. En San José La Cima 2, según Juan Ramón Muñoz, el agua llega por una manguera del Alto del Toldo, de un sobrante de las empresas públicas, desde donde surte a la comunidad hace 36 años. Posteriormente, gracias a la gestión de Eriberto Ortiz el barrio pudo ampliar la cobertura del agua a través de mangueras que atravesaban la montaña. Luego fue Héctor Zapata quien gestionó la conexión de agua y alcantarillado directa y formalmente de EPM. El proyecto costó 700 millones. Ahora la mayoría de los pobladores del barrio cuentan con el líquido vital, la evacuación de las aguas sucias y la energía. La prioridad hoy es el gas para las viviendas, pero hay un inconveniente; en reiteradas ocasiones, según Héctor Zapata, el barrio ha sido catalogado como zona de alto riesgo no recuperable por Planeación Municipal.
Detalle conexión de agua comunitaria.
Propuestas
José Ángel Salazar es otro de los personajes que se encuentran en las calles de El Faro.
El documento Diagnóstico y propuestas comunitarias para el mejoramiento integral del barrio El Faro, plantea como principal propuesta la ampliación de la cota del perímetro urbano de 2.000 a 2.060 metros sobre el nivel del mar, la mitigación del riesgo (construcción de muros de rehabilitación, adecuación de senderos y escalas, y canalización de aguas lluvias y sucias) acceso a servicios públicos domiciliarios (acueducto y alcantarillado, recolección de basuras y telefonía); el tema trascendental de la vivienda digna; dentro del espacio público la construcción de
andenes; algunos equipamientos de carácter social como la sede comunal, un jardín infantil, un vivero, un parque infantil y un centro de salud que sirva a los cuatro sectores de la parte alta. Además de los cultivos colectivos como forma de evitar la expansión urbana y el fortalecimiento de los proyectos productivos. Así mismo es importante que Golondrinas y que El Faro sean reconocido como barrios por parte de Planeación Municipal.
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Permacultura
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Construir con botellas
Infografía y Redacción Francisco Monsalve
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onstruir con material plástico reciclado es una opción de vivienda que puede ser muy útil para muchos hogares y para el medio ambiente. El ecoladrillo es más resistente que otros materiales (puede durar hasta 300 años) y permite el aprovechamiento y uso creativo de nuestros residuos, en construcciones en el barrio o en la casa, como esta sencilla banca.
Materiales: 24 ecoladrillos debidamente rellenos. Cemento (25 kilos), pala, alambre dulce (u otro material de amarre no degradable), limo cernido (tierra muy fina que se halla a un metro de profundidad).
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Manos a la obra:
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Continuamos este procedimiento con la siguiente hilera manteniendo a plomo y nivelando el ensamble de los envases y la distribución pareja de la mezcla, hasta lograr tres hileras.
Mezclamos el limo y el cemento en una proporción de cinco partes de limo por una de cemento, con la que hacemos una capa gruesa o base, sobre la que ponemos nuestra primera hilera de nueve botellas. Para evitar que se separen se ponen algunas varas a los lados, como columna provisional.
Seguidamente, con el alambre dulce afirmamos esta armazón con un tejido triangular, reforzado en el cuello y tapa de la botella, a manera de trenzado.
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Con este mismo material se pueden construir columnas y muros, como describe la imagen. Para la construcción de una casa ecológica pueden usarse, aproximadamente, unas 8 mil botellas.
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Con el limo restante recubrimos toda la estructura y los orificios entre botellas. Se pueden hacer diferentes tipos de decorados en relieve, así como algunas partes de la botella expuesta dan un acabado original a la obra.
La comunidad educativa del Colegio Bello Oriente ha avanzado en la construcción de equipamientos útiles para la institución como una banca y un tanque recolector de aguas, liderados por el permacultor Arnulfo Uribe. Foto: Recuadro Bello Oriente. Cortesia Kolectivo Kultural
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“En mi casa nace un río” Aguas subterráneas que brotan en Manrique Al frente de la fábrica de encerados, bajo una cancha de fútbol en Santa Inés, en un muro de contención en Versalles, entre las enmarañadas calles del Raizal, una fragante, silenciosa, débil quebradita… En diferentes lugares de Manrique, bajo nuestros pies, nace y se forma una red de corrientes fluviales, alfombra verde con líneas y bifurcaciones de agua que brotan de improviso, patrimonio ambiental de nuestra comuna que debemos preservar.
Por Francisco Monsalve Fotografía Archivo Guillermo Ospina
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asan los pies sobre agua cristalina, sobre los cauces improvisados, el follaje muerto de la basura; los ancianos y los niños por ahí, husmeando, escondidos tras las ventanas y el agua que cruza por todas partes, de un lado a otro, bajo casas, muros, puerta, se detiene por un momento entre sombríos pozos y algunos metros más abajo va a fundirse en una maloliente cañada. Las aguas subterráneas contienen el 99 por ciento del agua dulce líquida del planeta, respecto al 0,85% de las aguas presentes en las corrientes superficiales o que podemos ver su cauce. Chorros de agua, nnacimientos, o corrientes perdidas… ¿Acueducto publico domiciliario? No hace falta. El agua que consumen diariamente algunas familias en San José La Cima y Bello Oriente proviene de un ojo de agua o nacimiento ubicado en un lote baldío sobre la carrera 22. “Bendición de dios” llaman estas buenas gentes al preciado líquido que nace a un costado de sus casas, con el cual se bañan, cocinan, lavan, conviven.
conocido popularmente como los chorros. Este lugar se conserva en la memoria con la imagen de mujeres y hombres frente al pilón lavando su ropa, tal como lo recuerda Carlos Mario Osorio, coordinador de obras de la Junta de Acción Comunal El Raizal: “Hace treinta años esto era de invasión y todo era monte, salvia, adormidera, este tanque lo hizo la misma gente, ahí antes iba mucha gente a lavar, todavía se ven los lavaderos en el suelo y cuando se va el agua todavía sirven”. Efectivamente, aún hoy el agua surge entre las rocas de Villa Roca para diluirse con el jabón de los conductores y motociclistas que acuden allí a lavar sus autos y motos, creando un pequeño afluente de burbujas que zigzaguean hacia abajo. Para Carlos Mario es urgente que se desarrolle “un estudio para averiguar de dónde vienen esas aguas y saber por dónde pasan, pues se puede convertir en un perjuicio para la comunidad pues la tierra termina por deslizarse al no encontrar salida”. Algunas cuadras más arriba, sobre la calle 79c con la 26, Hilda Rosa María Correa ha visto desde hace cuatro años que habita esta casa, como por el patio frontal corre un delgado hilo de agua limpia que brota de una de las paredes. Debido a su constancia debieron adecuar un pequeño tubo que guía el agua hacia un sumidero, para evitar la humedad en la estructura.
Versalles 2
Tener un río en la casa también tiene sus problemas. El más grande de todos es cuando el agua deja apenas de susurrar y una tempestad pone en acción toda la música de un torrente en movimiento, pues así como se desata el verano amarillo y abrasador, llega el cínico y desmantelado invierno.
Los chorros, en Villa Roca
Sin duda uno de los lugares donde el agua emerge con mayor caudal es en la calle 79 con 31, a un costado de la Institución Educativa Ramón Múnera, sector
Erika Everlides, en la carrera 31 con calle 68, barrio Versalles 2, es testigo de esto: Detrás de su casa se encuentra un nacimiento y el agua en tiempos de invierno invade su casa sin forma de detenerla, por lo que debieron direccionarla hacia un hoyo en la mitad del patio, sin saber muy bien a donde irá a parar.
El Pomar
Según la Organización de Naciones Unidas, el 18 por ciento de la población mundial carece de agua y cada día mueren 6 mil personas, en su mayoría niños, por causas relacionadas con la falta de este mineral. En el barrio El Pomar, en cambio, solo tienen que preocuparse por que el agua no exceda el borde del pozo. Así, si de bendiciones se trata, el hogar de María Libia Machado lo está doblemente. La que ha sido su casa por más de 30 años, ubicada en la carrera 39 con calle 79, diagonal a la antigua fábrica de encerados, le ha servido además de para dar empleo a su familia (en la actualidad conformada por 8 personas) en un lavadero de carros que se sirve de esta agua. María Libia no tiene vecinos, rareza en un barrio popular, y en su lugar encontramos diversas corrientes de agua y pozos. Hongos negros y azules le han dado orejas a la madera, rojas plantas parasitarias han colmado los adobes, otras plantas perezosas le han prestado sus barbas y el musgo brota, veloz, como jaspe ablandado.
En agosto de 2011 la Mesa de Legalización y titulación de predios de la comuna tres, Manrique, realizó un recorrido para identificar estas escorrentías y aguas subterráneas, información que sirvió para trazar el Plan de Acción de la Mesa Ambiental, en cabeza de Aníbal Muriel (en la foto), su actual coordinador. Tinta Tres invita a cuidar estos lugares por ser patrimonio ambiental y un recurso no renovable del que depende en gran parte la vida en la tierra.
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Reportaje gráfico Paola Alarcón / Alexánder Zuleta
Poética de las casas
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‘Porque la casa es nuestro rincón del mundo. Es –se ha dicho con frecuencia- nuestro primer universo. Es realmente un cosmos. Un cosmos en toda la acepción del término. Vista íntimamente, la vivienda más humilde ¿no es la más bella?’ Gastón Bachelard
La casa íntima. La casa llena, hacinada, mezcla sus espacios; es cocina, sala, patio, alcoba al mismo tiempo. La casa íntima, en la cima y desde adentro, observa una ciudad que la olvida.
Fragmento 1 Salón de nueve columnas de ladrillo, unas hechas y otras sin cemento, sólo con el esqueleto. Sin techo, sola, silenciosa, abandonada, suspendida, desolada, vacía; una casa obligada a retenerse en el tiempo, una inversión desecha, un metal que se oxida y un ladrillo que envejece, una tierra movida y condenada a estar sola. Los ladrillos aguantan sol y agua sin albergar a nadie, sin albergarse a ellos mismos.
Fragmento 2 El rancho, el tugurio, la casona, la mansión, la choza, el apartamento, el ranchito... ¡que quede claro que aquí la gente habla de un lugar dónde meterse, nada más!
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Fragmento 3 La casa sin techo, la casa destechada, la casa como tumba de muchos sueños perdidos.
Fragmento 4
Epitafio de la casa: En esta casa ya no vive nadie porque fue desalojada.
Fragmento 5 En la zona del desalojo de La Cruz, hace un par de años, el verde ha retornado a su espacio. Casi ni se distinguen los terrenos banqueados donde alguna vez estuvieron las casas. Sin embargo, aun se sienten los fantasmas de muchas de ellas, hay gritos silenciosos de la gente que les fue tumbado su refugio.
Fragmento 6 Poema La casa buscaba conservar los recuerdos del lugar perdido La casa, que más bien era una suerte de albergue temporal La casa que de tanto esperar el regreso se construyó de adobes y se estableció en la ciudad. La casa conserva los recuerdos, a pedacitos de esperanza En la distribución de los espacios En la huerta improvisada en materas de ollas o bacinillas En la mazamorra y el agua de panela en buena cantidad para ofrecer a los visitantes La casa recuerda, la casa abraza La casa les dio el arraigo La casa de los desarraigados Juana
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Los Caránganos
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“Representamos eso que omitimos, los locos, borrachos, los recicladores, las familias populares, nosotros reciclamos el teatro y mostramos realidades”
Por Paola Alarcón
El teatro “El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma”. Arthur Miller.
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uentos, historias, leyendas y situaciones cotidianas son las que han inspirado al Grupo de Teatro El Carángano de Colombia: Denis Gómez y Álvaro Bello, pareja que ha dedicado toda su vida al teatro como una forma de hacer crítica social, mostrar de manera divertida la cotidianidad, las costumbres y las jergas populares. Han escrito y representado diferentes obras como Domitilo es el rey de la rumba, El guapo de cascadura, La loca esperanza, El carnaval del hijo de los calzones, El tumbis tumbis turumbis tumbis, Historias del campo y Bolívar y San Martín, elaboraciones a las que llaman “cuentos de la tradición oral representados”. En éstas quieren mostrar la situación en la que está la población y divertir a la gente, sus principales escenarios son los parques públicos, especialmente Bolívar, Boston y San Ignacio entre otros, para evitar que se vuelvan espacios de desorden social. “¡Si yo voy a un parque no voy a ver borrachos, ni a locos intimidar a la gente, ni a jóvenes drogarse, sino que voy a divertirme y a divertir a la gente haciendo teatro, recreando sus propias historias¡ afirma uno de ellos. En el año 1983 se formaron como El Carángano, su nombre está inspirado en un instrumento típico del Departamento del Huila. “Un trozo de guadua de uno a dos metros, con unas cuerdas sacadas de la misma corteza, levantadas sobre dos cuñas, en las extremidades las cuales se golpean”, explican el artefacto, el cual es usado en comparsas y sainetes, al tiempo que relatan que con ese instrumento se iban de casa en casa enseñando obras teatrales y alegrando el día de cada familia. Denis desde su infancia hacía fonomímicas y representaciones de la virgen María porque estudiaba en un colegio de monjas. Su padre, quien era profesor de español e inglés, quería para su hija un futuro lleno de academia y con su misma profesión pero ella
siempre se inclinó por el teatro, las risas, las expresiones y la representación de diferentes personajes. Sin embargo estudió dos semestres de inglés y español en la Universidad Distrital, allá asistió mucho a teatro y conoció al Tecal, grupo del que hacia parte Álvaro, fu futura pareja, compañero con quien recorrió diferentes departamentos de Colombia llevando a escena su arte. Santiago García, actor, dramaturgo, gestor y guía de los Creadores Teatrales de Colombia y el fallecido Enrique Buenaventura, del Tecal en Bogotá y Cali, fueron sus maestros, además de ser de los mayores promotores del teatro colombiano moderno. “La sociedad misma ha creado toda una cultura en la que la grosería es un arma de doble filo, es una forma de defenderse, entonces nosotros con el teatro recreamos estas vivencias y las hacemos públicas en los espacios donde nos presentamos, haciendo un contraste de posiciones sociales y de las diferentes formas de educar y educarnos”, dice ella.
Según la historia del teatro en Colombia, redactada en el libro Historia y teoría literaria, el nuevo Teatro “surgió en la década del sesenta y reflejó los cambios políticos y sociales que vivía el país y que se captaban en la vida cultural” y apareció en los últimos años como un “baluarte de patrimonio cultural y multiétnico de Colombia”. Además agrega que es la “concertación de una cultura popular que ha sabido resistir a través de los años: la discriminación, la marginación y la represión ejercida por la cultura oficial dominante; que ha controlado todos los medios de comunicación, que ha regulado los programas educativos y que ha definido la política cultural nacional”. En El Carángano, Álvaro y Denis construyen diferentes personajes, ensayan todos los días con múltiples vestuarios que ellos mismos elaboran, y crean nuevos gestos y movimientos para alegrar a la gente y siempre llevar un mensaje. Este dúo ha hecho del teatro una representación indispensable, una forma de demostrar con sus obras que las vivencias del teatro siguen existiendo aunque no sean muy visibles, un medio de conseguir un sostenimiento económico a través de la colaboración del público, y lo más importante, han logrado elaborar una crítica social que sigue resistiendo con el pasar de los años ante la cultura que se impone dominante.
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Manrique…
¿Comuna de tango o Metroplús? Por Eulalia Borja
“Lejana tierra mía bajo tu cielo, bajo tu cielo, quiero morirme un día con tu consuelo, con tu consuelo. Y oír el canto de oro de tus campanas que siempre añoro; no sé si al contemplarte al regresar sabré reír o llorar...” Interpretación de Carlos Gardel En una tradición que antaño reunía cientos de espectadores, ahora son pocos los que, tímidamente, cantan y aplauden al son del tango y la milonga.
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vocar la historia de Manrique obliga sin duda alguna a referenciar el tango como una de sus principales raíces y es que esta comuna fue durante muchos años la embajadora del tango Antioqueño a nivel mundial, basta con indagar un poco sobre la vida y obra de Carlos Gardel, principal exponente de la cultura tanguera a nivel mundial, para que lugares como “la 45” cobren un profundo significado; no está de más recordar que esta carrera es sede de la casa museo Gardeliana, oficialmente reconocida como monumento histórico y patrimonio cultural de Medellín. Este museo atesora objetos valiosos y auténticos de Gardel y otros tangueros famosos, objetos que logran despertar nostalgia entre amantes y amigos del tango, esos mismos que año tras año se han dado cita durante los meses de febrero, mayo y noviembre, cerrando las calles de la emblemática carrera 45, para disfrutar de la Tangovía, en donde las milongas, el tango, los bandoneones y los bailarines junto a la estatua de Carlos Gardel, imponente y difícil de obviar, logran convertirse en protagonistas de un mágico momento. Sin embargo, Medellín, en su afán imparable por convertirse en una ciudad de servicios, poco a poco ha ido acabando con el tejido social presente en diversas comunidades. El SITVA (Sistema Integrado de Transportes del Valle de Aburrá), admirado y visto cómo ejemplo a seguir por otras ciudades del país, hace casi tres años se adentró en la Comuna 3, Manrique, con el Metroplús, éste, que se mostró en su construcción como salvador de la movilidad en la comuna, logró conectar a las personas con el Metro, pero deterioró las lógicas culturales, sociales y económicas que se daban en la carrera 45. La reestractificación de los lugares aledaños a la carrera, debido a la millonaria inversión que se hizo para la construcción del nuevo sistema de transporte, obligó a sus habitantes más antiguos a vender las casas y salir del sector; la llegada de los supermercados acabaron con la tradicional “tienda de la
Del legado tanguero en la 45, ya sólo queda la estatua de Gardel y un museo en su honor.
esquina”, las empresas inmobiliarias poco a poco se asentaron en el territorio y los lugares en donde era posible sentarse a escuchar tango mientras se leía el periódico y se tomaba tinto, son difíciles de encontrar. Basta con preguntar en Medellín por “la 45” y el punto de referencia no será ya la estatua de Gardel y menos la casa museo Gardeliana, el referente ahora será alguna estación del Metroplús, quizá esa que, irónicamente, lleva el nombre del cantante. El pasado 10 de Diciembre, y como es habitual, se dieron cita en la carrera 45 tangueros de Medellín y del mundo para celebrar el día internacional del tango, esta vez fueron pocos. Del evento grande y mágico al que estaban acostumbrados los habitantes, quedó la vieja esquina con la estatua de Gardel, un par de intérpretes y sólo una pareja bailando al son de milongas y tango que poco a poco empezó a atraer al público, como si hubieran olvidado lo que era ver tal espectáculo. El evento fue sencillo pero mostró un esfuerzo por continuar siendo la comuna del tango, aunque fue difícil obviar el ruido molesto de los buses del Metroplús al pasar, como si sus conductores no tuvieran respeto, como si desconocieran que esa carrera, por la que diariamente transitan, hace algunos años fue escenario de grandes espectáculos tangueros. El evento duro poco, no más de dos horas, y los buses siguieron transitando por “la 45” como si esa carrera les perteneciera, como si Manrique, inevitablemente, ahora fuera la comuna del Metroplús.
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Mauricio Montoya, Bull Metal.
El día que conocí
La cortina de hierro Por Yovanny Biancardy
En una noche de marzo, mientras buscaba en el dial de mi vieja grabadora, por casualidad me topé con un programa de radio que marcó gran parte de mi vida. Voces desgarradas y agónicas que se mezclaban con el silencio de la fría madrugada pusieron en máxima alerta todos mis sentidos. Mi corazón palpitaba al ritmo de las frenéticas baterías. Las guitarras crudas y densas cargaron mis pensamientos, delirantes y angustiantes, de altas dosis de adrenalina. La cortina de hierro fue el primer programa de Colombia especializado en metal; una miscelánea de música e información sobre este mundo, que realizó y produjo Mauricio Montoya, más conocido como Bull Metal. Este hombre fue un experimentado baterista que integró diferentes bandas: Agresor; Heavy Amen, único grupo de heavy metal en la banda sonora de la película Rodrigo D. no futuro; y Masacre, banda de la cual fue miembro fundador. Después de esta frenética experiencia con La cortina de hierro, me hice seguidor incondicional del programa y, por consiguiente, admirador de Bull Metal. Lo primero que se me ocurrió fue conseguir la música de las bandas que ahí sonaban, así que un mes después me contacté con algunos metaleros. Entonces me enteré de la existencia de una especie de sello disquero con el que el realizador del programa promovía grupos locales e internacionales, este sello se llamaba Warmaster Records. También vendía música por catálogo, música imposible de conseguir en Colombia. En esos días no existía el internet pero Bull Metal sostenía comunicación constante, por medio del correo postal, con grupos de Europa, América y Asía. De esta manera consiguió música de todos los rincones del mundo. Cuenta que él fue quien internacionalizó el metal colombiano e incluso hay quienes afirman que la movida de este género en la península escandinava, estuvo influenciada por la de Medellín.
Lo anterior tiene su explicación: Bull Metal era amigo de Øystein Aarseth, conocido mundialmente como Euronymous, músico en la banda noruega Mayhem, dueño de la discografía Deathlike Silence y de la tienda de discos Helvete (infierno, en noruego) y, según la revista Guitar World, puesto 51 de los mejores guitarristas de metal en la historia”. Luego de tanta información, me puse en la tarea de contactarlo. La ansiedad recorría mi cuerpo y sólo pensaba en obtener una grabación de “metal extremo”, término con el que popularmente se denominó al black y al death metal, en la Medellín del final de los 80. Frecuenté sitios en donde se congregaban metaleros pero no conseguí resultados, así que decidí ir a la emisora, único lugar en donde hallaría información más precisa. En la primera visita que realicé a la emisora conté con la fortuna de toparme directamente con Bull Metal. Al parecer yo no era el único interesado en una copia de su contenido musical: al verme, con un tono de voz amigable, me preguntó que si traía los casetes donde me gravaría la música, y aunque inicialmente pensé que era adivino, luego entendí que de manera frecuente lo visitaban con la misma petición. Yo no llevaba casetes, pero él me regalo una copia que no habían reclamado, era de Mayhem. Hablar de música con Bull Metal era imposible, no tenía su nivel de conocimiento sobre el metal, así que el diálogo fue más de cosas filosóficas y de algunas historias de sus bandas. Bull Metal fue una leyenda. Lo que más recuerdo es cómo su presencia infundía mucho respeto. De él se cuentan muchas cosas; yo sólo puedo decir que tenía aire de sabio, y que da nostalgia que los metaleros como él ya no existan.
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Berraca Parranda Cuento Alexánder Zuleta Ilustración Andrés Sanchez
L
izardo se desenfundó de la cama cuyas cobijas lo tenían amarrado por una fiebre desde hace días. Apenas se enteró de que el barrio estaba de parranda se paró ligero, se pasó la mano por el pelo despeinado, metió su cara en tanque de agua y con la camisa enrollada en la mano bajó corriendo. Dejó la puerta de madera a medio cerrar con una cadena envuelta entre el marco y un tronco que hacía de columna en la casa. Desde allí se podía oír el zumbido de la música que sonaba en dos bafles montados en los arcos de una pequeña cancha donde todos estaban. Empezó la parranda de tal forma que la gente se reventaba de la risa; los dientes brillaban por cualquier punto donde se mirase, abrían sus labios y salía una luz blancuzca. El calor era insoportablemente pegajoso. Debajo de una carpa grande las parejas se arrumaron a cogerle el son al ritmo y el ritmo al son. Los vecinos de los distintos sectores del barrio notaron extrañados la llegada de Lizardo, pues contaban con que no se había repuesto de su dolencia. Lo vieron campante saludar a unos cuantos con un apretón de manos y con un beso, bien dado en la mejilla, a las muchachas. Su cuerpo continuaba semidesnudo, su torso aún estaba descubierto y la camisa se enrollaba en la mano izquierda. Estaba huesudo, las costillas sin dificultad hacían su marca; sin embargo su piel trigueña, bronceada por el sol que soportaba cuando lidiaba con su cosecha, le daba un tono de fuerza y vitalidad. Saludó a su amigo Ateluz con un abrazo, estaba bailando y notó la presencia cuando se daba una vuelta al ritmo de un disco parrandero. Se vieron por entre todo el tumulto de parejas bailarinas. Entonces descansaron para el abrazo, Martha le abrió un espacio a Lizardo para saludar a su amigo, pero al momento reclamó su parejo porque apenas iba a la mitad la canción. — Entonces qué, usted no dizque estaba enfermo — dijo Ateluz. — Cómo así, entonces ustedes bailan y yo me muero — contestó Lizardo con una sonrisa. Siguieron bailando y Lizardo cogió el camino de quien necesita saber qué hay en la fiesta de comer o beber. — Este dizque bailando —Le gritó Guillermo a Ateluz y mirando a Martha, apenas cuando chocaron sus hombros en el montón. Estaba con su esposa, una morena bajita y con un diente de plata, que había conquistado en un viaje a la costa cuando vendió una producción de mandarinas. — Claro, hay que bailar de vez en cuando, cuando se pueda; además también hay que botar las amarguras —, le dijo Ateluz a gritos compitiendo con la música. — Eso sí, yo ando viejo y amargao, pero prefiero morirme gozando, enfiestado con mi morena —. Y se rieron entre ellos. Ateluz se empezó a invadir por una ausencia, en ese momento quería huir de algo tormentoso; su pasado. * — Lejos del pueblo aquí nada hay, ni futuro— Afirmó Ateluz. — Pero lo bueno es que estamos junticos, peor
fuera que anduviéramos regados por toda la ciudad como unas hormiguitas. Es mejor así, hermano; no se preocupe por la vida que si el camino nos llevó hasta aquí es porque tenemos lidia para mucho rato —contestó Lizardo cuando ya llevaban varios tragos. Se abrazaron fuerte por instante mientras los demás bailaban en el montón. El aire se había tornado más fresco por una brisa inesperada que rondaba por el ambiente, como efecto los sudores se fueron secando en las pieles dejando su salinidad. Los hombres caminaron un rato, bajaron la calle hasta la casa de Marcela, a quien iban a invitar a la fiesta. — Llámela primero, Lizardo, para ver si está en la casa. — Si, cuál número —dijo Lizardo cuando tomaba la bocina del teléfono público. Ateluz lo había olvidado, era su olvido tormentoso y necesario que hacía con conciencia; como cuando no se quería acordar ni del cumpleaños él, ni el de
su abuela, ni del de su madre. Regresaron a la fiesta, tomaron cerveza y cada quien se dispuso a lo suyo; uno a ver a la gente a quietado en un lugar observando el baile y buscando el disco adecuado; y el otro, haciéndole mímica a una canción e invitando a quién se le midiera a una danza veloz y exagerada como estaba acostumbrado a hacerlo. Por supuesto no faltó la animada mujer que quisiera aguantar el paso. Marina fue; llevaba un vestido de flores de pétalos amarillos, cortico, a una cuarta arriba de la rotilla, con unos calzones de poca tela que arropaban solamente su sorpresa; también vestía sandalias. Los dos se movían rapidito, rapidito, brincadito, brincadito, apretadito, apretadito. Marina era hermana de un amigo de Ateluz, que por cosas del camino vino a dar al barrio Tierra Nueva, hace unos años, cuando la violencia se llevó a varios de los suyos. Al momento todos hacían un círculo solo para los dos, Lizardo y Marina. Mientras el baile, Ateluz lloraba de la risa al ver bailar a Lizardo, se preguntaba si en realidad estaba enfermo, pues lo dudaba por la aparente fuerza que reflejaba en su cara y sus movimientos. «Cómo hará este hombre, ¡dizque enfermo!, siendo yo, estaría en
la cama durmiendo, lejos de esta bulla» —pensó. Al cabo de horas los dos ya estaban borrachos, habían combinado aguardiente, cerveza, ron y chicha. No eran siquiera los únicos, la mayoría de los hombres habían desocupado la pista de baile para trasladarse a la silla o al piso para sostener su borrachera. Allí estaban cualquier cantidad de viejos y jóvenes; las mujeres aún seguían riendo sobrias por entre todo. Habían bailado a ritmo de intensidad con movimientos descoordinados y arrítmicos, pero a paso de baile. Ahora, a los pocos que quedaban en pie, la borrachera no los dejaba concentrar en la música y el cuerpo no daba para tanto, a fuerza de lidia se movían gritones compitiendo con la bulla; las mujeres se aguantaban al hombre y sostenían su equilibrio, o los hombres cargaban a las mujeres borrachas y apretaban con fuerza la parte de sus senos para evitar caer. De todo el ese paisaje, relucían aquellos dos hombres que lloraban en silencio el dolor de sus recuerdos, la embriaguez los había recobrado de lo más interno de sus olvidos. — Ateluz, usted cuándo cumple años —preguntó Lizardo acostado en el hombro amigo. — El 13. — ¿El 13 de este mes? — Sí. —Manito, feliz cumpleaños, tarde ya, pero con cariño. Su papá se debió haber sentido orgulloso por usted —dijo con la claridad que le daba su alucinación. — ¡Mi papá! ¡Mi papá! , —dijo Ateluz con un lagrimón y un disimulado escándalo— ¡porqué, hermano, porqué! —El exceso de licor y la amargura que Ateluz sentía en ese entonces se juntaron para llorar y conmoverse por el asesinato de su padre varios años atrás—. — Hermano, a mí también me duele la muerte del viejo, no tenía sino generosidad. Esa violencia no respeta nada, vinieron y se lo llevaron, de paso les quitaron todo; y también a nosotros ¡qué verraquera! Por esas tierras el plomo es el que manda, es el dios y el diablo. — Dígame, manito, dígame, uno así para qué vive, qué sentido tiene seguir aquí si todo lo de uno ya se acabó, ya uno vive es amargao y sin consuelo. Tanta gente que ha llegado desplazada no hace sino rezar para que la vida aquí los trate mejor. Esta ciudad es un martirio, hermano, nosotros no nos la merecemos, no merecemos ser en mendigos de comida o consideración, ¡esta vida es muy dura con nosotros! — Ateluz, no se preocupe, como le dije, estamos juntos, tenemos que celebrar eso. Pensemos que aquí nacerán nuestros retoños y que vamos a hacer muchas cosas. Cambiamos la mula por un bus; o seguimos andando a pie a pie, ya no por la trocha, sino por la carretera. ¿No ve usted todo ese montón de edificios tan bonitos desde aquí, desde esta montaña? Se ven chiquiticos, pero desde cerquita me dan miedo, me siento algo así como agorafóbico. Hasta allá tienen que bajar estos patiamarillos en busca de futuro. Se levantaron como pudieron y caminaron a casa. Al llegar a las escalas obligatorias para conquistar el andén de la puerta, gatearon al mismo tiempo, esperándose el uno al otro. Era ya una tarde fresca.
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Trans-forma-acción
de la comuna Una paleta, una mirada Por Francisco Monsalve
“La memoria solo es posible a partir de los sentidos, de la percepción y la fantasía. Eso es la imaginación, una mezcla de memoria, fantasía, sentidos y percepción”. Fredy Serna huir de la mirada estereotipada de estos sectores y en un proceso doble de mirarse primero el artista hacia adentro y luego hacia su lugar de origen y espacio vital, logra una nueva percepción de la ciudad industrial que se configuraba, al igual que de la desigualdad y exclusión que esa ciudad contenía en sí misma. A propósito de su obra, escribió Carlos Arturo Fernández profesor de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, que “allí se necesita de una nueva mirada sobre los asuntos de la ciudad, en una dimensión incluyente, sin detenerse en referencias anecdóticas. Esa nueva mirada descubrirá que, lo mismo que la comuna nororiental de Medellín, todas las ciudades colombianas acogen hoy amplísimos grupos de campesinos desplazados o no, que se trasladan a los centros urbanos, y, siguiendo la ilusión de mejores alternativas de vida, transforman las ciudades”.
La imagen es la fotografía de una de sus obras más recientes, Red City, cortesía del pintor.
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redy Serna es el pintor de las lomas de enfrente, de Castilla, donde tiene su estudio y desde donde contempla las laderas del nororiente, paisaje urbano obligado que enmarca su visión como artista plástico en un valle de nuevas construcciones y antiguas calles, las del Popular y Santa Cruz, las de Manrique, la memoria y el desarrollo reconciliadas en ese universo urbano llamado comunas, a las que él da una dimensión poética particular.
Cuando en los años 80 la palabra “comuna” se configuraba como sinónimo de violencia, pobreza y desarraigo, Fredy, con sus cuadros en gran formato y bastante colorido, ponía la mirada sobre la transformación que implicaba el arribo diario de migrantes que venían del campo, con sus nuevas ocupaciones, configuraciones y usos del espacio: la zona obrera, popular, su gesta sobre el terreno empinado. Su formación como artista de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional, le permite
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El pintor de las comunas En agosto del año 2011 Fredy Serna fue invitado como tallerista al primer campamento permacultural que se vivía en el barrio Bello Oriente de la Comuna 3, en el que compartió con los niños del sector su técnica de mosaico y diseños en baldosa, además de su destreza técnica y su hondo sentido humano del quehacer artístico. Terminados los talleres, recorrimos con Fredy las calles y entramados que él desde hace décadas se encarga de recrear en sus cuadros, desde lo más alto de la Comuna 3 hasta su casa y taller en Castilla. En ese trayecto son varias las obras que tienen su sello, a lado y lado del Metrocable, hasta la casa amarilla de la Corporación Nuestra Gente, intervenida su fachada con la técnica del mosaico. Y así por toda la ciudad hallamos parte de su obra, que puede ser apreciada de manera permanente en el Museo de Arte Moderno de Medellín.