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COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT HUMANIDADES Manuel Asensi Pérez

Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada Universitat de València

Ramón Cotarelo

Catedrático de Ciencia política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia

Mª Teresa Echenique Elizondo Catedrática de Lengua Española Universitat de València

Juan Manuel Fernández Soria

Catedrático de Teoría e Historia de la Educación Universitat de València

Pablo Oñate Rubalcaba

Catedrático de Ciencia Política y de la Administración Universitat de València

Joan Romero

Catedrático de Geografía Humana Universitat de València

Juan José Tamayo

Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Universidad Carlos III de Madrid

Procedimiento de selección de originales, ver página web: http://www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales


MANUAL DEL BUEN OPOSITOR

Cómo afrontar las oposiciones más difíciles

VICENTE MORET MILLÁS Letrado de las Cortes Generales Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado

Valencia, 2014


Copyright ® 2014 Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética, o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación sin permiso escrito del autor y del editor. En caso de erratas y actualizaciones, la Editorial Tirant Humanidades publicará la pertinente corrección en la página web www.tirant.com (http://www.tirant.com).

© Vicente Moret Millás

© TIRANT HUMANIDADES EDITA: TIRANT HUMANIDADES C/ Artes Gráficas, 14 - 46010 - Valencia TELFS.: 96/361 00 48 - 50 FAX: 96/369 41 51 Email:tlb@tirant.com http://www.tirant.com Librería virtual: http://www.tirant.es I.S.B.N.: 978-84-15731-70-2 MAQUETA: Tink Factoría de Color Si tiene alguna queja o sugerencia envíenos un mail a: atencioncliente@tirant.com. En caso de no ser atendida su sugerencia por favor lea en www.tirant.net/index.php/empresa/politicas-de-empresa nuestro Procedimiento de quejas.


A todos los que sucesivamente han “sufrido” mis oposiciones: mis padres, Vicente y Amparo; mi hermana Elena; mi esposa Ainhoa; y mis hijos, Victoria y Jaime. A todos los que con honorabilidad y esfuerzo sirven, han servido y servirán, a España y a los españoles, en el seno de la Administración General del Estado.


Índice 1. EL OBJETO DE ESTE LIBRO............................................................. 11 2. RAZONES PARA ESCOGER COMO PROFESIÓN EL SERVICIO PÚBLICO........................................................................................ 13 La vocación de servicio público............................................................. 13 La estabilidad en el empleo..................................................................... 13 Otras razones............................................................................................ 14 3. EL SISTEMA DE ACCESO A LA FUNCIÓN PÚBLICA MEDIANTE OPOSICIÓN.......................................................................... 17 Igualdad, mérito y capacidad.................................................................. 17 Defensa del sistema de oposición.......................................................... 17 Meritocracia.............................................................................................. 18 La Oferta de Empleo Público................................................................. 19 Crisis y empleo público........................................................................... 19 Un buen momento para opositar........................................................... 20 4. LA OPOSICIÓN..................................................................................... 23 La oposición.............................................................................................. 23 La Ley de la oposición............................................................................. 23 5. EL OPOSITOR........................................................................................ 25 El opositor................................................................................................. 25 Conocerse a uno mismo.......................................................................... 25 Las cualidades del opositor..................................................................... 26 El factor tiempo........................................................................................ 28 Distinguir entre lo importante y lo relevante....................................... 29 Comprender.............................................................................................. 30 La memoria............................................................................................... 30 6. ELEGIR LA OPOSICIÓN..................................................................... 33 Cómo elegir la oposición........................................................................ 33 Valorar las opciones................................................................................. 33 Los condicionantes personales............................................................... 35 La elección................................................................................................. 37 El período para opositar.......................................................................... 39 7. EL PREPARADOR................................................................................. 43 8. EL PROGRAMA DE LA OPOSICIÓN.............................................. 45


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9. LOS MATERIALES DE ESTUDIO..................................................... 47 Elaborar el temario.................................................................................. 47 Las fuentes................................................................................................. 48 El contenido de los temas........................................................................ 49 10. EL ESTUDIO DE LA OPOSICIÓN.................................................... 53 La programación del estudio.................................................................. 53 Los objetivos............................................................................................. 54 La jornada del opositor........................................................................... 56 Las horas de estudio................................................................................. 56 11. ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS EN RELACIÓN CON EL ESTUDIO DE LAS MATERIAS.......................................................... 59 Entiende lo que estudias.......................................................................... 59 Asegúrate de que lo que estudias está actualizado............................... 60 Mantén el máximo orden posible en tus materiales de estudio......... 61 Divide lo complejo para comprenderlo y aprenderlo......................... 61 Tensión sí, ansiedad no........................................................................... 61 Los simulacros de examen...................................................................... 62 La visión de conjunto del ordenamiento jurídico................................ 63 Saber redactar........................................................................................... 64 La importancia de las pequeñas victorias............................................. 65 Estudiar siempre con un reloj a la vista................................................. 66 El esfuerzo final........................................................................................ 66 12. ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS A LA HORA DE ENFRENTARSE A LOS EJERCICIOS DE OPOSICIÓN.................... 69 Ejercicios escritos de temas de composición........................................ 70 Ejercicios prácticos.................................................................................. 73 Ejercicios escritos de desarrollo de temas del programa.................... 76 Ejercicios de exposición oral de temas del programa.......................... 77 Ejercicios de idiomas............................................................................... 81 13. LAS DOCE MÁXIMAS DEL OPOSITOR........................................ 83 EPÍLOGO......................................................................................................... 85


1. EL OBJETO DE ESTE LIBRO Este libro nace de la experiencia. La experiencia del que ha destinado varios años al estudio de dos oposiciones y luego, tras superarlas, al servicio público. El ánimo que lo inspira es transmitir, a aquellas personas que estén pensando, o que ya hayan decidido emprender el camino de las oposiciones, algunas de las enseñanzas adquiridas a lo largo de estos años, unas veces por consejos recibidos de terceros, y otras veces por las vivencias acumuladas en primera persona. El ámbito al que se circunscribe este esfuerzo se refiere únicamente al contexto que resulta más conocido para el que escribe estas líneas: el de las oposiciones a cuerpos superiores de la Administración General del Estado y de otros órganos de naturaleza constitucional. Habría sido osado referirse a otros ámbitos que son extraños al autor, con lo cual, debe interpretarse que sólo se abordan un número concreto de oposiciones de todas las posibles, simplemente por ser el ámbito conocido, sin que en ningún caso suponga una infravaloración de las oposiciones para el acceso a otras Administraciones o a otras funciones no directivas en el seno de la Administración General del Estado. El objetivo consiste, como se ha dicho, en proporcionar a los opositores una serie de orientaciones, consejos y enseñanzas acumuladas a lo largo del tiempo y que pretenden tener un carácter eminentemente práctico. El tremendo esfuerzo personal que supone estudiar alguna de las oposiciones antes citadas, es un gran sacrificio en todos los aspectos, y constituye una opción vital durante un período más o menos largo para aquellas personas que deciden convertirse en opositores. Esta condición imprime carácter durante ese periodo de tiempo, de forma tal que es toda la esfera personal del individuo, su vida social, sus hábitos, sus aficiones, sus preocupaciones, los que se ven afectados por el gran desgaste intelectual que implica. Y todo ello, en aras a lograr traspasar la meta que realmente cambia la vida profesional del opositor: el acceso a la carrera administrativa.


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La apuesta por una carrera profesional dentro de la Administración Pública ha sido una de las salidas naturales tradicionales para muchos licenciados. Así lo corroboran los números. Si las Administraciones Públicas en España son consideradas en conjunto como empleadores, las cifras totales son abrumadoras. Según el Boletín del Registro Central de Personal de enero de 2012, publicado por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, en España hay 2.685.837 empleados públicos en cifras globales. De ellos, 580.000 trabajan en la Administración General del Estado, incluyendo en esta cifra a los funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas. Así pues, y por lo que aquí interesa, el número total de funcionarios de la Administración General del Estado, asciende hoy a unos 234.000, de los cuales, un 70% son funcionarios de carrera. De este porcentaje, 20.202 son funcionarios pertenecientes a los cuerpos superiores, es decir, funcionarios del Grupo A1, para cuyo ingreso se exige ser licenciado, arquitecto o ingeniero. De las cifras anteriores se extrae que el primer empleador del país es el conjunto de las Administraciones Públicas, y por tanto, es lógico que la carrera administrativa sea contemplada como una de las salidas profesionales más convincentes y convenientes para cualquier persona que tenga la cualificación adecuada. Por consiguiente, la presente obra va dirigida a la preparación para el ingreso en algunos de los cuerpos incluidos en el Grupo A1 de la Administración General del Estado.


2. RAZONES PARA ESCOGER COMO PROFESIÓN EL SERVICIO PÚBLICO “En la elección de los cargos públicos, se decide a favor de los que exhiben el prestigio de la capacidad. No anteponemos las razones de clase al mérito personal, y tampoco nadie en razón de la pobreza, encuentra obstáculos debido a la oscuridad de su condición social, si está en condiciones de prestar un servicio a la Ciudad”. Tucídides. Historia de la Guerra del Peloponeso. Libro II.

La vocación de servicio público Si bien las razones por las cuales una persona se decide por intentar esta vía profesional son múltiples, debe destacarse una que no siempre es citada entre las más relevantes y que al final es la que mejor responderá a las expectativas del empleado público: la vocación de servicio público, de servicio a la sociedad y a los ciudadanos españoles. Si entre las múltiples razones que pueden llevar a alguien a emprender el esfuerzo de opositar se encuentra la voluntad de servir, la carrera administrativa no defrauda. Al contrario; permite a quien tiene esa inquietud colmarla de forma tal que al final, resulta más satisfactoria la opción por el servicio público que los posibles sinsabores que también jalonan la vida administrativa.

La estabilidad en el empleo Por otra parte, es obvio que la elección de esta vía profesional también tiene una motivación fundamental, que es una constante en la mente de la mayoría de los opositores: la estabilidad en el empleo. Así ha sido siempre, desde que existen las oposiciones, y


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así es hoy en día. Nuestro sistema de función pública, configurado durante el XIX y el XX, e inspirado en el sistema de función pública de carrera francés, asegura el empleo estable durante toda la vida laboral al funcionario de carrera, al margen de vaivenes políticos y económicos. Esta es la razón por la cual ha sido sociológicamente el estatus laboral más deseado por los españoles. En la actualidad, las encuestas del CIS y otros estudios demuestran que, si bien la salida del empleo público sigue siendo muy valorada por los españoles como preferente a la hora de escoger su carrera profesional, los porcentajes de esta preferencia ya no son tan abrumadores como hace unas décadas. No obstante, se sigue mostrando una marcada predilección por el empleo público, motivada en parte por una tradicional aversión al riesgo de los españoles, y en parte, por la precariedad en ocasiones del empleo que ofrece el sector privado, especialmente, en las categorías laborales menos cualificadas. En definitiva, una de las razones fundamentales por las cuales se elige este camino es la estabilidad en el empleo y en la retribución, aún a costa de renunciar a unos hipotéticos mayores ingresos, que no siempre son tales, especialmente en contextos de grave crisis económica. Lo anteriormente señalado, motiva una visión de la Administración que a veces no se corresponde con lo que debería ser una auténtica motivación vocacional hacia el servicio público. De hecho, es precisamente esa inclinación por lo Público, desde la perspectiva del servicio a la sociedad española, la que debería primar de forma preferente a otras motivaciones entre el colectivo de personas que optan a ingresar en cuerpos superiores de la Administración.

Otras razones Ciñéndonos al conjunto de los cuerpos superiores de la Administración, hay también otras razones que influyen a la hora de decidirse por el esfuerzo de la oposición. Entre ellas, se puede citar el alto nivel profesional que se exige para el ingreso en estos


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cuerpos. Este presupone una gran preparación y permite el acceso a un grupo formado por personas que han demostrado en pruebas objetivas su valía y conocimientos, generándose un necesario espíritu de cuerpo. Por otra parte, entre esas motivaciones se encuentra otra muy relevante, y es el ejercicio de importantes responsabilidades en el ámbito de lo público, así como en el desempeño de los puestos directivos de la Administración. Además, también hay que tener en cuenta que en muchos casos, la pertenencia a alguno de estos cuerpos es la vía indirecta de entrada a los puestos más destacados en las grandes empresas privadas de nuestro país. Las empresas del Ibex 35 están repletas de funcionarios en excedencia de algunos de los cuerpos superiores de la Administración General del Estado, los cuales normalmente, después de algunos años en la Administración habiendo demostrado y perfeccionado sus conocimientos y habilidades, deciden, mediante la excedencia, iniciar una singladura profesional en el sector privado en busca de mejores retribuciones. Por otra parte, existe una motivación añadida, que a veces no se tiene en cuenta cuando se empieza la oposición por puro desconocimiento, pero que a lo largo de la vida profesional de los altos funcionarios, llega a ser quizá una de las facetas más gratificantes de su trabajo, y consiste en la posibilidad de conocer de primera mano, y en ocasiones de participar de algún modo, en las grandes cuestiones que tienen que ver con la gobernación del país. Ello incluye, en ocasiones, el contacto con los cargos políticos que ejercen las máximas responsabilidades en las Administraciones Públicas, así como ser protagonistas de primer orden en el diseño y realización de las grandes políticas públicas del Estado. Se trata de funciones que tienen que ver con el bienestar y el desarrollo del país, y por ello, el grado de responsabilidad en el desempeño de estos altos puestos de la Administración es muy relevante. Por último, para algunas personas el hecho de comenzar a opositar tiene también otra motivación: probarse a uno mismo. La oposición, en cierto sentido, supone una prueba que tiene una fuerte vertiente interior. En otras palabras, además de todas las


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razones anteriores, para muchos opositores emprender el camino de la oposición tiene mucho de reto personal, de demostrarse a sí mismos y al resto, que se es capaz de superar las pruebas y alcanzar el éxito. De esta forma se ingresa en algunos de los más prestigiosos cuerpos de Estado perteneciendo así a la elite de la Administración o de la Justicia. Entre estos, y sin pretender ser exhaustivos, se pueden citar a los cuerpos de: Abogados del Estado; Letrados de las Cortes Generales; Letrados del Consejo de Estado; Administradores civiles del Estado; Inspectores de Hacienda; Interventores; Técnicos comerciales y economistas del Estado; Diplomáticos; Inspectores de trabajo; Funcionarios de la administración local con habilitación de carácter nacional; así como Jueces y Fiscales o Notarios y Registradores de la propiedad. No debe olvidarse, que si algo ha distinguido en los últimos años al aparato burocrático del Estado frente a las nuevas administraciones autonómicas, ha sido y es, la existencia de estos grandes cuerpos, ya que en ocasiones, la selección de los empleados públicos de las Comunidades Autónomas ha respondido a criterios y sistemas de selección distintos a los que tradicionalmente han sido seña de identidad en la Administración del Estado y de otros órganos de naturaleza o de relevancia constitucional.


3. EL SISTEMA DE ACCESO A LA FUNCIÓN PÚBLICA MEDIANTE OPOSICIÓN “Quien estudie las oposiciones, conocerá a España”. Miguel de Unamuno

Igualdad, mérito y capacidad Los sistemas de acceso a la función pública en España se basan hoy, como no podría ser de otra manera en un Estado de Derecho, en los principios de igualdad, mérito y capacidad, tal y como se recoge en la Constitución y en las Leyes. No obstante, hay otro principio que también debe quedar asegurado sea cual sea el sistema de selección de personal que utilicen las Administraciones Públicas y este es el de eficacia, principio que sólo se ve asegurado si los sistemas selectivos tienen por objeto la selección de los mejores, los más preparados para poder desempeñar en las mejores condiciones el Servicio Público. Por ello, tanto la Constitución, como el resto de las normas reguladoras de la materia de Función Pública, exigen el ingreso en la de los candidatos que reúnan mayores méritos y capacidad.

Defensa del sistema de oposición Sentadas estas premisas, hay que afirmar que el sistema de selección de personal que mejor se ajusta a las exigencias antes expuestas sigue siendo, hoy por hoy, el sistema de oposición. A pesar de las muchas críticas que suscita el sistema de oposición en nuestros días, hay que insistir en que son infinitamente mayores las ventajas que los inconvenientes. En el sistema de oposición, los candidatos compiten entre sí mediante pruebas objetivas. Se critica que las pruebas de contenido meramente memorístico no son el mejor sistema para seleccionar a los mejores candidatos.


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Esta afirmación, parte de unas premisas equivocadas. Primero, porque ahora todas las oposiciones del Grupo A1, contienen, obligatoriamente, una serie de pruebas prácticas en las que no sólo cuenta el contenido puramente memorístico, sino la capacidad para resolver una situación concreta proponiendo soluciones reales. Además, hay otra razón para defender el modelo actual de oposiciones. Entre los profesionales del derecho los contenidos memorísticos siguen siendo una herramienta fundamental para alcanzar un grado de dominio suficiente de la Ciencia Jurídica. Solamente teniendo una visión completa, exhaustiva, de detalle, de las distintas ramas del derecho, se puede alcanzar un conocimiento profundo de las complejas materias que el profesional de la Administración de los cuerpos superiores debe abordar todos los días para poder desarrollar su trabajo con la calidad, la eficacia y la eficiencia que una Administración moderna necesita. Prueba de la validez, a grandes rasgos, del sistema de selección actualmente en vigor, es la constante demanda de este personal seleccionado por la Administración mediante este método, tan caduco para algunos, por parte de las empresas privadas más importantes y los despachos profesionales más prestigiosos.

Meritocracia Por otra parte, existe un factor sociológico que es preciso apuntar para sostener la oportunidad de seguir manteniendo el sistema de oposición. En otros países existen comisiones de selección de personal que durante décadas, especialmente en los países de cultura anglosajona, llevan seleccionando a los cuadros dirigentes de sus Administraciones. Es un buen sistema, pero no es nuestro sistema. Las garantías de objetividad en la selección que asegura la oposición, no pueden ser proporcionadas por ningún otro sistema en nuestro país, hoy por hoy. La oposición ha sido uno de los pocos reductos de meritocracia, con sus fallos a veces, que han existido en España desde que se establecieron como sistema de acceso al empleo público, y además ha jugado, muchas veces, un papel esencial como mecanismo de movilidad y


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ascenso social, basado en el único mérito del conocimiento, y sin atender a otras circunstancias personales, familiares o políticas. Este sistema de “ascensor social”, tradicional en un país como el nuestro tan poco amigo de reconocer de forma objetiva el mérito, es, en sí mismo, un valor a tener en cuenta y a preservar.

La Oferta de Empleo Público El paso previo a la convocatoria de cualquier oposición es la existencia de una Oferta de Empleo Público ya aprobada. Se trata de un instrumento de regulación del empleo público que será decisivo a la hora de poder convocar o no las oposiciones. Consiste en una resolución, en la cual, cada Administración hace pública la relación de plazas vacantes que pretende cubrir a través de procedimientos de selección de personal. Esta oferta tiene carácter anual y suele publicarse en el primer trimestre del año, en el caso de la Administración General del Estado, para posibilitar así que a lo largo del ejercicio presupuestario, se convoquen las oposiciones correspondientes que permitan dar cobertura a las necesidades consignadas en la Ofertas de Empleo Público. Por tanto, es un documento esencial, que facilita a la persona que quiere opositar el conocimiento de cuáles son los planes de futuro respecto a la convocatoria de plazas así como sobre su número. En definitiva, permite conocer con antelación cuantas personas van a requerir los distintos cuerpos superiores, que en este caso, son los que nos interesan, de la Administración General del Estado para el año en curso.

Crisis y empleo público La cantidad de plazas a convocar, así como el reparto entre los distintos cuerpos superiores de la Administración, varía en función de diversos factores tales como la tasa de reposición de efectivos o las prioridades en cuanto a las políticas públicas que cada Gobierno tiene. No obstante, en los últimos años se ha producido otro factor que ha distorsionado el flujo constante de convocato-


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rias, y es el de las fuertes restricciones presupuestarias sufridas como consecuencia de la crisis económica. A este respecto, hay que señalar que esas restricciones van a seguir afectando a las Administraciones Públicas en los próximos años, ahora bien, no de forma idéntica a todos los cuerpos ni durante el mismo período de tiempo. Las restricciones al empleo público se van a producir de forma masiva en las convocatorias correspondientes a los niveles inferiores de la Administración, pero afectará en menor medida a los cuerpos superiores por varios factores. En primer lugar, porque las Administraciones están en los últimos años viviendo unos profundos cambios que tienen que ver con la incorporación masiva a sus procedimientos de las tecnologías de la información, las cuales eliminan en parte la necesidad de reclutamiento de grandes cantidades de personal administrativo. Pero en segundo lugar, porque este proceso de cambio, al mismo tiempo, eleva las necesidades de personal muy cualificado y que permita dar valor añadido al desarrollo y aplicación de las políticas públicas, así como al desempeño de las funciones jurídicas, económicas y técnicas que la Administración General del Estado tiene encomendadas. Con ello, se pretende lograr las garantías imprescindibles de eficacia y eficiencia que hoy demandan los ciudadanos. Cualquier Gobierno debe comprender que, para logar lo anterior, la mejor garantía de éxito es tener a los mejores profesionales, dentro de lo posible, en el servicio público, y por ello es previsible que en los próximos años se estabilice esta tendencia, que antes se ha apuntado, consistente en mantener la oferta de empleo público estable e incluso incrementada en lo referido a los cuerpos superiores, y en cambio aprobar una oferta de empleo público reducida a mínimos para los cuerpos no superiores de la Administración General del Estado.

Un buen momento para opositar Así pues, frente a lo que es una corriente actual de opinión errónea, cabe afirmar el buen momento que ahora se produce para invertir tiempo y esfuerzo opositando, siempre que se haga res-


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pecto a los cuerpos superiores del Estado, y sólo respecto a estos, dado que las restricciones respecto a las convocatorias de estos en los últimos años, fruto de la crisis, probablemente se vean eliminadas en un plazo muy breve. La convocatoria de empleo público para el 2013 en el ámbito de la Administración General del Estado (BOE 23 de marzo de 2013), confirma esta idea, ya que el Estado vuelve a convocar oposiciones, y lo hace casi exclusivamente en lo que se refiere a los cuerpos superiores. Es previsible que, a pesar de la coyuntura económica que vivimos, esta tendencia se mantenga a lo largo de los próximos años, aprobándose ofertas de empleo público en los siguientes ejercicios que, si bien no serán tan numerosas como lo fueron en el pasado, permitirán la convocatoria de oposiciones con una adecuada estabilidad en el tiempo. Por lo que a aquí interesa, y refiriéndonos sólo a algunos de los cuerpos a los que se dirigen los consejos contenidos en este libro, las oposiciones que se van a convocar en 2013 son: Abogados del Estado 11 plazas, Superior de Administradores Civiles del Estado 30 plazas; Superior de Inspectores de Hacienda del Estado 15 plazas; Carrera Diplomática 15 plazas; Superior de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social 10 plazas; Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado 12 plazas, Superior de Inspectores de Seguros del Estado 6 plazas; Superior de Interventores y Auditores del Estado 14 plazas. A estas, hay que sumar la convocatoria durante 2013 de 35 plazas para el acceso a la carrera judicial y 15 a la carrera fiscal. Quizá para dar una idea mejor de lo que antes se ha sostenido, debe tenerse en cuenta que durante el año 2012, año de plena crisis económica, el Ministerio de Justicia llevó a cabo oposiciones para cubrir 100 plazas de Notario, lo cual pone de manifiesto la necesidad que, a pesar del contexto de crisis que se vive, tiene el Estado de mantener un flujo constante, más o menos amplio, de profesionales cualificados que presten sus servicios ejerciendo funciones públicas superiores.


4. LA OPOSICIÓN “El que me niega lo que no merezco, no me quita nada”. Francisco de Quevedo y Villegas

La oposición La oposición es definida en la normativa en vigor, como un sistema selectivo utilizado por las Administraciones Públicas, consistente en la celebración de una o más pruebas para determinar la capacidad y la aptitud de los aspirantes y fijar su orden de prelación. La oposición es el sistema de acceso ordinario en el ámbito de la Administración General del Estado; en concreto lo es desde el Estatuto de Maura de 1918. El procedimiento de selección por oposición se inicia mediante la convocatoria de las misma, que se recoge en una resolución, la cual se publica en el caso del Estado en el BOE, cumpliéndose así con el principio de publicidad que asegura la libre concurrencia de todos los candidatos que lo deseen y que además cumplan con los requisitos exigidos.

La Ley de la oposición La convocatoria no sólo anuncia el inicio del proceso selectivo sino que además lo regula y lo rige, constituyendo la “Ley de la oposición”. Las convocatorias contienen las bases del proceso selectivo, y tiene como contenido obligatorio una serie de especificaciones mínimas. Entre estas se encuentran, el número y características de las plazas convocadas; el órgano al que deben dirigirse las solicitudes de participación; los requisitos que deben cumplir los aspirantes; las pruebas selectivas que componen el proceso de selección; la designación de los miembros del tribunal calificador; el programa de materias y conocimientos necesarios


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para superar las pruebas; y el sistema de calificación respecto a las distintas pruebas. Las normas que contiene la convocatoria son vinculantes para todos, tanto para los opositores como para el tribunal, razón por la cual el opositor debe conocer bien las bases para poder preparar las distintas pruebas, ateniéndose única y exclusivamente a las especificaciones que las bases de la convocatoria incluyen. Es trabajo del preparador que instruye al opositor, prepararlo para que se ciña únicamente a lo que la convocatoria demanda, evitando así errores a la hora de enfrentarse a los exámenes que pueden ser fatales desde el punto de vista de la realización de la prueba, así como evitar esfuerzos inútiles sobre cuestiones o aspectos que la convocatoria de la oposición no exija. Pero, así mismo, es tarea del opositor conocer bien la convocatoria. Es el primer esfuerzo que debe emprender el candidato a opositor; conocer las pruebas, y desde el conocimiento de sí mismo, de sus puntos débiles y fuertes, de sus conocimientos previos o sus habilidades propias, saber en cuales de esas pruebas se va a desenvolver mejor o va a tener más dificultades a tenor de sus particulares circunstancias. Se trata de un paso previo esencial que a veces no se da por parte del opositor y que constituye un grave error. Otra cosa distinta es que, durante el dilatado tiempo que dura la oposición, esas opiniones previas vayan cambiando o se muestren equivocadas. Lo importante es que el opositor se auto-examine para poder mejorar.


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