manuales
MEDICINA LEGAL Y FORENSE II especialidades de Derecho, Criminología, Economía y Sociología. Una colección clásica en la literatura universitaria española.
Todos los títulos de la colección manuales los encontrará en la página web de Tirant lo Blanch. www.tirant.es
manuales
Libros de texto para todas las
MEDICINA LEGAL Y FORENSE II
manuales José Antonio Sánchez Sánchez (Coord.)
COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT LO BLANCH María José Añón Roig
Catedrática de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valencia
Ana Belén Campuzano Laguillo
Catedrática de Derecho Mercantil de la Universidad CEU San Pablo
Víctor Moreno Catena
Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Carlos III de Madrid
Francisco Muñoz Conde
Catedrático de Derecho Penal de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla
Jorge A. Cerdio Herrán
Angelika Nussberger
José Ramón Cossío Díaz
Héctor Olasolo Alonso
Catedrático de Teoría y Filosofía de Derecho. Instituto Tecnológico Autónomo de México Ministro de la Suprema Corte de Justicia de México
Owen M. Fiss
Catedrático emérito de Teoría del Derecho de la Universidad de Yale (EEUU)
Luis López Guerra
Juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Carlos III de Madrid
Ángel M. López y López
Catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Sevilla
Marta Lorente Sariñena
Catedrática de Historia del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid
Javier de Lucas Martín
Catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política de la Universidad de Valencia
Jueza del Tribunal Europeo de Derechos Humanos Catedrática de Derecho Internacional de la Universidad de Colonia (Alemania) Catedrático de Derecho Internacional de la Universidad del Rosario (Colombia) y Presidente del Instituto Ibero-Americano de La Haya (Holanda)
Luciano Parejo Alfonso
Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III de Madrid
Tomás Sala Franco
Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Valencia
José Ignacio Sancho Gargallo
Magistrado de la Sala Primera (Civil) del Tribunal Supremo de España
Tomás S. Vives Antón
Catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Valencia
Ruth Zimmerling
Catedrática de Ciencia Política de la Universidad de Mainz (Alemania)
Procedimiento de selección de originales, ver página web: http://www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales
MEDICINA LEGAL Y FORENSE II
JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ SÁNCHEZ Coordinador
Valencia, 2015
Copyright ® 2015 Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética, o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación sin permiso escrito del autor y del editor. En caso de erratas y actualizaciones, la Editorial Tirant lo Blanch publicará la pertinente corrección en la página web www.tirant.com (http://www.tirant.com).
© José Antonio Sánchez Sánchez (Coord.)
© TIRANT LO BLANCH EDITA: TIRANT LO BLANCH C/ Artes Gráficas, 14 - 46010 - Valencia TELFS.: 96/361 00 48 - 50 FAX: 96/369 41 51 Email:tlb@tirant.com http://www.tirant.com Librería virtual: http://www.tirant.es ISBN: 978-84-9086-985-7 MAQUETA: Tink Factoría de Color Si tiene alguna queja o sugerencia, envíenos un mail a: atencioncliente@tirant.com. En caso de no ser atendida su sugerencia, por favor, lea en www.tirant.net/index.php/empresa/politicas-de-empresa nuestro Procedimiento de quejas.
Tema 1
Criminalística e investigación criminal. La búsqueda de las piezas del puzzle Santiago Saez, A.
BREVE RECUERDO HISTÓRICO En este capítulo vamos a realizar un breve recorrido histórico por una de las áreas de las ciencias forenses que más interés despierta entre la población civil, debido probablemente a la difusión en series televisivas, programas documentales o casos verdaderamente de gran impacto mediático. La lucha contra el crimen se ha realizado siempre a lo largo de la historia de la humanidad, pero es a partir del siglo XIX cuando la investigación criminal experimenta un gran impulso científico técnico que hace posible su verdadero desarrollo. Se comienzan a utilizar medios fotográficos, se protocolizan los estudios sobre huellas dactilares y se impulsa la histopatología en los tejidos de los cadáveres con autopsias mucho más elocuentes. Hemos pasado de la confesión simple y llana del delincuente a la pericia científica objetiva y plausible y a ello han contribuido ilustres personajes de estos dos últimos siglos. Entre ellos debemos destacar la labor de Archibald Rudolph Reiss, alemán nacido en 1875 y formado en Suiza, doctorado en química y experto en fotografía y ciencia forense. Trabajó como profesor en la Universidad de Lausanne en el área de las ciencias forenses y creó en 1909 el primer instituto de Policía Científica que actualmente y tras más de 100 años de existencia ha crecido constituyéndose en la Escuela de Ciencias Criminales (Quinche 2009). A estas instituciones se unían trabajando de manera coordinada múltiples profesionales de variadas disciplinas como la toxicología, dibujantes, odontología, la química, bioquímica, la balística y la propia medicina, convirtiéndose todos en avezados investigadores criminalísticos desde sus áreas de conocimiento. Otro gran investigador contemporáneo de Reiss fue Edmund Locard, de origen francés licenciado en Derecho y doctorado en Medicina, que fundó en 1910 el laboratorio de criminalística de Lyon. Creó la Poroscopia para facilitar la identificación de personas añadiendo a las huellas digitales otra serie de parámetros específicos de mayor detalle. Además es considerado como uno de los primeros en realizar teorizaciones y postulados acerca de la relación entre el delincuente y la escena investigada. Afirmó que “los restos microscópicos que cubren nuestras
Santiago Saez, A.
ropas y cuerpos son testigos mudos, seguros y fieles de nuestros movimientos y encuentros”, el Principio de Locard se suele expresar así: “siempre que dos objetos entran en contacto transfieren parte del material que incorporan al otro objeto”, con este postulado se han podido obtener infinidad de indicios en múltiples objetos como prendas personales, calzado, neumáticos, etc. La criminalística así se ha ido consolidando como disciplina al incorporar contribuciones como la de Han Gross introduciendo el término de Kriminalistik (investigación del delito). Nació en Graz (Austria) en 1847 y ya siendo estudiante de derecho había hecho notar la ausencia de herramientas que aplicaran conocimientos científicos y prácticos para resolver las cuestiones criminales, tal cual lo escribiera luego en su obra traducida como “Manual del Juez de Instrucción”. En 1869 comienza su carrera como juez de instrucción y a lo largo de los siguientes 20 años recopiló, sistematizó y volcó toda su experiencia e ideas en su manual “Handbuch für Untersuchungsrichter als System der Kriminalistik” (Gross 1908) (Manual del Juez como Sistema de Criminalística). En él, describía como “Criminalística” a ese cúmulo de conocimientos, auxiliares del derecho, que definía como “el análisis sistemático de las huellas dejadas por el culpable”, virando la metodología de la investigación del hecho a los datos que aportaban las evidencias físicas, mucho más confiable que el testimonio de testigos. Esta metodología propuesta suponía conocimientos, por parte del juez, que eran de esperar en los médicos legistas y químicos forenses, pero también aportes originales, como el examen del lugar del hecho, de documentos, la búsqueda de huellas de todo tipo, etc., para lo cual también describió el “Bolso de la Comisión”, muy similar a los equipos modernos para el procesamiento de la escena del delito. En 1896 el mismo Dr. Gross recopiló, clasificó y describió una gran variedad y número de objetos relacionados directa e indirectamente con la labor del juez de instrucción, y creó el “Museo Criminológico de la Universidad de Graz”. En 1912 se inauguró por fin el “Real e Imperial Instituto de Criminología de la Universidad de Graz”, único a escala mundial. Otro autor, el italiano Giuseppe Alongi también hace referencia a la asociación que surge de la interrelación entre la actividad policial y la puramente científica (Alongi 1898). En el año 1897, Salvatore Ottolenghi, presentó un programa para el curso de Policía Científica, en el cual se desarrollaba sus sistemas de enseñanza aplicados en la Facultad de Medicina en Siena, Italia, desde ese año hasta después de 1915. En 1899, Alongi junto con Ottolenghi, fundaron una revista llamada Polizia Scientifica. Alfredo Niceforo, italiano nacido en 1876 fue profesor de Estadística y Criminología en las universidades de Lausana, Bruselas, Nápoles, Mesina y Roma. Sus trabajos se centraron en la sociología y antropología y llegó a creer, que el crimen
Criminalística e investigación criminal. La búsqueda de las piezas del puzzle
podría entenderse sólo a través de una investigación a fondo desde la biológica, psicológica y sociológica del ser humano (Niceforo 1949), aunque inicialmente fue influenciado por el criminólogo italiano Cesare Lombroso (1835-1909), que había teorizado la existencia de un tipo penal, identificable por ciertas características físicas. La aportación de Niceforo se materializó en un trabajo sobre policía judicial científica. En agosto de año 1891, en Argentina, Juan Vucetich inaugura la oficina de identificación utilizando la antropometría, la somatología y las huellas digitales de ambas manos y crea así la ficha decadactilar Otros precursores del término criminalística fueron Constancia Bernaldo de Quiros jurista y conocedor del bandolerismo en Andalucía, Luis Jiménez de Asua también jurista y político durante la república española, además de dirigir el Instituto de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Buenos Aires hasta el golpe militar de 1966, dirigió la Revista de Derecho Penal y Criminología hasta su fallecimiento. Su Tratado de Derecho Penal en siete tomos ha sido considerada una de las obras maestras de la materia, Luis Rafael Moreno González médico cirujano y experto en Criminalística, pionero en el campo de la criminalística mexicana, Carlos Basauri Chávez con sus aportaciones en el mundo de la odontología y aplicación a las grandes catástrofes, Enrique Fentanes quien en 1942 habla de disciplinas criminalísticas afines a ellas como sustitutivas de la criminología y utilizando el término de las Ciencias integrales del delito, Roberto Albarracín (1971) señala en su Manual de Criminalística las razones para la utilización generalizada de este término.
DEFINICIONES Y CONCEPTOS La palabra Criminalística deriva del vocablo Crimen, que deriva a su vez del latín Crimen. Inis: que significa “Delito Grave”. Ista, del griego iotrís, que da origen a las palabras que indican actitud, ocupación, oficio, hábito, como optimista, oculista, alpinista, etcétera. Ica del griego Ixrí, forma femenina de los adjetivos acabados ixos, ixu, ixov, la cual lleva siempre sobre entendido el sustantivo réxun: que se refiere al arte, la ciencia, con el que concuerda el género, número y caso. También significa “lo relativo a”, “lo perteneciente a”, “la ciencia de”. En concreto y salvo verificaciones, la etimología grecolatina de Criminalística sería la ciencia que se ocupa del crimen y, como ciencia natural multidisciplinaria, resume sus conocimientos a través de las disciplinas científicas que la constituyen para alcanzar en la práctica un objetivo común: “investigar técnica y científicamente hechos presuntamente delictuosos, identificar a sus autores víctimas y demás involucrados, señalar los instrumentos utilizados y sus manifestaciones,
Santiago Saez, A.
reconstruir la maniobras que se pusieron en juego y aportar elementos de prueba a los órganos que procuran y administran justicia”. (Luque, O. 1987) “Una disciplina científica que estudia los indicios dejados en lugar del delito, con el propósito de descubrir la identidad del criminal y las circunstancias que concurrieron en el hecho delictuoso”. (Gisbert Calabuig 2000) La investigación criminal es el instrumento técnico por el cual, el investigador puede descubrir los hechos necesarios y suficientes para poder perseguir los delitos y a sus autores con eficacia y conforme a la ley (González de la Vega 1999). Para Díaz de Acevedo la criminalística es “el conjunto de conocimientos técnico-científicos, ajenos a la ciencia médica, aplicados a la resolución del proceso penal y civil”. En esta definición directamente se excluye a la medicina legal. Para Villanueva 2005, la criminalística es “la ciencia que estudia los indicios dejados en el lugar del delito, gracias a los cuales puede establecerse, en los casos más favorables, la identidad del criminal y las circunstancias que concurrieron en el hecho delictivo”. Otro concepto al que haremos referencia es al término criminología (para el lego existe confusión entre la criminalística y la criminología), que deriva del latín “criminis” y del griego “logos”, en conjunto estudio del crimen. Para Vigara 2011, se define como “aquella ciencia empírica e interdisciplinaria que se ocupa del delito, del delincuente, de la víctima y del control social del comportamiento desviado o delictivo y trata de suministrar una información válida, contrastada, sobre la génesis, dinámica y variables principales del crimen (o delito) —contemplado éste como problema social—, así como sobre los programas de prevención eficaz del mismo y técnicas de intervención positiva en el hombre delincuente.” Por último vamos a definir algunos conceptos elementales que se suelen utilizar como sinónimos sin serlo. Indicio material: De una manera amplia y genérica se entiende por indicio a toda clase de elemento que se halla relacionado de alguna forma con el delito, pero que por sí solo dentro de un proceso penal no adquiere la fuerza probatoria suficiente. Explicado de otro modo, es todo elemento físico que tiene algún tipo de relación con el acto criminal., Montiel Sosa dice que “es todo objeto, instrumento, huella, marca, rastro, señal o vestigio, que se usa y se produce respectivamente en la comisión de un hecho.” Evidencia material: Se llama así a la parte de un indicio material que alumbra otro nuevo, es decir, la multiplicación o ampliación del indicio en otro indicio material más, a modo de ejemplo: un objeto cualquiera que ha sido robado o manipulado por el autor en la perpetración del delito es un indicio sobre sus actos, pero si además el objeto en cuestión tiene sus huellas dactilares se produce otro nuevo indicio al que denominamos evidencia. El objeto sería el indicio y los dac-
Criminalística e investigación criminal. La búsqueda de las piezas del puzzle
tilogramas la evidencia que contiene, pues con ella se demuestra que fue tocado con las manos por la persona sobre la que recaerá la acusación. Prueba material: judicialmente, y dentro del sentido amplio y genérico, la prueba solo se produce en el acto de la vista oral, salvo las llamadas preconstituidas y anticipadas que se dan por reproducidas durante el juicio. Por lo tanto, no hay pruebas en el curso de la investigación policial, solamente indicios y evidencias, materiales o de otra índole, que podrán convertirse o no en prueba durante el transcurso del juicio oral. En cuanto a la fuerza probatoria, las pruebas pueden dividirse en pruebas de cargo suficiente y pruebas indiciarias. Las primeras son las que quiebran la presunción de inocencia del inculpado y suponen para él una sentencia condenatoria. Las segundas tienen menos valor, apuntan indirectamente hacia la culpabilidad del procesado y suelen hacer falta varias para su condena.
¿QUE COMPETENCIA ADQUIERE LA CRIMINALÍSTICA? Para Zajaczkowski 1998 el análisis de las pruebas se efectúa sobre la base de algunas operaciones que se aplican al momento del examen del lugar de los hechos, entre ellos la lógica, la intuición, el razonamiento, la imaginación y la deducción1. El llamado “testigo mudo” es realmente aquel dato que examinado por el experto, refleja lo acontecido con fiel reflejo de la realidad. Para ello se apoya en las ciencias auxiliares y su tecnología. En la escena de los hechos, siempre existe algún testigo mudo, pero claro lo difícil es encontrarlo y relacionarlo con personas u objetos. Retomando a Locard, resulta imposible pasar por un sitio sin dejar huella, marca o impronta personal que permita una identificación. Por lo tanto el objeto de estudio de la criminalística se centra en la capacidad de observación, utilizando la propia experiencia para obtener y separar datos del autor al pasar por la escena de los hechos. ¡Que labor más complicada!. Con los datos obtenidos se puede inducir esa relación con hechos determinados. El laboratorio es el escenario que da continuidad a nuestra tarea, es donde se materializa y afianza nuestra hipótesis de trabajo.
1
En mi experiencia personal existen médicos forenses y policías con un sexto sentido, capaces de realizar una hipótesis en apenas unos pocos minutos que nada se aleja de la realidad.
Santiago Saez, A.
Por lo tanto hemos comentado cuatro elementos principales a tener en cuenta: la observación, la experiencia, la inducción y la fundamentación de la hipótesis. Para Montiel (1985) el científico incorpora en su metodología una serie de preguntas ¿Qué?¿Cómo?¿Dónde?¿Cuándo?¿Con qué?¿Por qué?¿Quién? que van a establecer el planteamiento del problema. Las respuestas se pueden encontrar en las hipótesis que se formulan. La hipótesis seleccionada, a través de la experimentación, llegará a ser finalmente probada. Cuando la experimentación no es posible en casos de difícil reproducción del hecho, se puede acudir a experiencias análogas, a conocimientos técnicos sobre el hecho y a la propia bibliografía. Montiel además clasifica la criminalística general en unas determinadas disciplinas: criminalística de campo, balística forense, documentoscopía, explosivos e incendios, fotografía forense, hechos de tránsito terrestre, sistemas de identificación y técnicas forenses de laboratorio (química, física y biología). Además advierte el autor que en la criminalística de campo juega un papel fundamental una metodología sistemática de investigación con los siguientes pasos: protección del lugar, observación del lugar, fijación del lugar, recolección de indicios y suministro de estos al laboratorio. Durante años hemos explicado a cientos de alumnos esta sistemática de investigación por ser una de las más lógicas y de sentido común, pero se generan en los alumnos dudas sobre quién debe ser el encargado de ejecutar cada paso de la misma. Por ejemplo las fuerzas de seguridad del estado, el médico forense e incluso el propio juez o la fiscalía reclaman parte de la actividad como propia. A esto tenemos que decir que la situación ideal es aquella en la que se trabaja de forma coordinada y compartiendo toda la información de la investigación, ya que cada agente implicado tiene unos conocimientos propios de su disciplina y la integración de la información de cada línea de investigación dota al conjunto de una fuerza muy superior a la que adquiere cada línea por si sola. El trabajo en equipo otorga un mayor número de respuestas en un tiempo mucho más reducido.
LAS BASES DE LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL Para Helmut Koetzsche (1991) la investigación de un hecho es análogo a completar un rompecabezas que carece de guía, el investigador sufre un largo proceso de identificación y eliminación para que las piezas caigan en su lugar. El investigador aprende a observar, a recolectar y a utilizar su experiencia (cada vez mayor) para a través del método deductivo y científico afianzar su hipótesis y darle respuesta definitiva.
Criminalística e investigación criminal. La búsqueda de las piezas del puzzle
Durante la observación debe realizarse un esquema mental de todo aquello que se va a recolectar. Todos los indicios son a priori importantes, por ello en una primera fase el investigador no debe precipitarse en la selección precoz de estos. ¿Todos los indicios contienen evidencias? La respuesta es que no, así como que todas las evidencias no se constituirán definitivamente en pruebas. Los diferentes indicios serán sometidos al estudio científico y sobre ellos se establecerán diversas hipótesis. La recolección y traslado de indicios es una de las tareas que exige mayor grado de adiestramiento y meticulosidad, ya que con ello se preservan los rastros, movimientos y las huellas que han dejado los autores de un hecho delictivo. De nada sirven la precipitación del inexperto o del confiado, cuando se descubre una escena de un hecho delictivo, los primeros en tomar contacto con ella suelen ser personas legas, no adiestradas o miembros de los cuerpos de seguridad que no son los encargados de llevar a cabo la posterior investigación. Insistimos por ello en que nada sea objeto de manipulación, desplazamiento o contaminación, aunque la curiosidad es una temible enemiga que incita a todo lo anterior. Si el primero que llega al lugar de los hechos no sabe lo que hacer, la mejor forma de ayudar es no haciendo nada, a lo sumo insistimos en que se proceda a la mejor protección de la escena con los medios de que se disponga. El indicio es muy frágil y mal recogido se vuelve inútil. También es inútil el rastro, huella o vestigio que pasa desapercibido, pues permanecerá en la escena sin tener opción a relatar su significado en el hecho delictivo. Un nuevo componente que se ha introducido en la investigación es la contaminación intencional de la escena. Imaginemos que un homicida recoge en la entrada del metro de Madrid dos colillas de uno de los ceniceros ubicados en ella. Los aísla convenientemente y posteriormente los deja a propósito en el suelo del lugar donde ha cometido un homicidio. Este hecho provocará en el investigador un tremendo sesgo en la investigación, primero al recolectar un indicio sin relación con el hecho investigado y después al fijar el foco de atención en autores desvinculados completamente del homicidio (tendrán que demostrar su coartada si llegaran a ser investigados). Esta triquiñuela y muchas otras son aprendidas por el delincuente tras el visionado de series policiacas de televisión de éxito internacional. No queda pues otra solución que ir por delante del delincuente y adoptar nuevos procedimientos técnicos y científicos que garanticen la última incorporación tecnológica al servicio de la verdad. Las ciencias forenses y policiales han permanecido siempre a la vanguardia en innovación y ello ha dado como resultado que el arte más antiguo se haya convertido en la ciencia más moderna. En otros capítulos de este libro se hace referencia al análisis de la escena de los hechos con más profundidad.
Santiago Saez, A.
Bibliografía Albarracín, R. (1971). Manual de criminalística. Ed. Policial, vol. 239-240. Alongi, Giuseppe. (1989). Manuale di Polizia Scientifica. Milan. Quinche Nicolas. (2009). “L’ascension du criminaliste Rodolphe Archibald Reiss”, in Le théâtre du crime: Rodolphe A. Reiss (1875-1929). Lausanne: Presses polytechniques et universitaires romandes, pp. 231-250. Gisbert Calabuig, J. A. (2000). Medicina Legal y Toxicología, ed. Masson. González de la Vega, R. (1999). La investigación criminal. Ed. Porrúa. Hans Gross. (1908). Handbuch für Untersuchungsrichter als System der Kriminalistik, Volumen 1, J. Schweitzer. Koetzsche Helmut. (1991). “Técnicas Modernas de Investigación Policial”, Instituto de Ciencias Penales, p. 19. Montiel Sosa, J. (1985). Criminalística. Tomo 2. Ed. Limusa. Nicéforo, Alfredo. (1954). Criminologia; L’uomo delinquente: la facies interna. México. Vigara García, J. (2011). Manual de criminología para la policía judicial, 2011, Ed. Dykinson S.L. Zajaczkowski, R. E. (1998). Manual de criminalística. Ed. Ciudad Argentina.
Tema 2
Identificación de personas. Identificación del sujeto vivo y del cadáver Sánchez, J. A. Labajo, E.
CONCEPTO DE IDENTIFICACIÓN Identificar una persona es establecer el conjunto de rasgos que permiten reconocerlo y que los distinguen de los demás, determinando así su individualidad. El problema de la identidad es antiguo y ha planteado a lo largo de la historia problemas que se van solucionando de acuerdo con los medios que la ciencia dispone. Desde el punto de vista histórico se debe señalar que lo primero que se usó para distinguir a una persona de otra y por tanto identificarlo fueron recursos verbales como el nombre y apellidos y posteriormente escritos: la firma y la filiación. También para identificar a personas que habían cometido un delito o personas que eran consideradas socialmente como gente de mal vivir o para determinadas profesiones como marineros se usaban marcas en la piel y tatuajes que los señalaba como pertenecientes a un grupo social. Para el estudio de los signos que identifican a un individuo a partir de datos biomédicos, podemos considerar los siguientes supuestos:
I. Sujetos vivos. II. Cadáveres recientes.
III. Esqueleto y restos cadavéricos. Los motivos por los que se plantea la identificación en cada uno de estos grupos se expone en la tabla 1. (Moya y cols 1994)
Sánchez, J. A. y Labajo, E.
Tabla 1 CIRCUNSTANCIAS A TENER EN CUENTA EN LOS PROCESOS DE IDENTIFICACIÓN En sujetos vivos MATERIA CIVIL
– Niños perdidos, ancianos y dementes extraviados. – Personas con documentos extraviados por incendios o guerras. – Impostores y simuladores. – Amnésicos. Trastornos de conciencia. – Menores sin familia. – Personas sin registrar. – Paternidades.
EN MATERIA CRIMINAL
– Reincidentes – Malhechores y criminales. Cadáveres recientes
ACCIDENTES DE MASAS
Avión Tren Barco Incendios de locales públicos Terremotos Inundaciones, etc
VÍCTIMAS DEFORMADAS
Bombas, cremaciones, etc Esqueleto y restos cadavéricos
SEGÚN GRADO DE ESQUELETIZACIÓN
Cadáveres con elevado indice de putrefacción. Cadáveres mutilados Restos arqueológicos
En cuanto a los métodos que se siguen en cada uno de los grupos lo podemos ver en la tabla 2. (Sánchez 2000) Tabla 2 METODOS A APLICAR PARA LA IDENTIFICACIÓN PERSONAL SUJETOS VIVOS Descripcion somática Caracteres fisonómicos Estudios grafológicos Estudio de la voz Huellas dactilares Palatoscopia Queiloscopia ADN
CADÁVERES RECIENTES Descripcion somática Caracteres fisonómicos Huellas dactilares Palatoscopia Queiloscopia ADN
CADÁVERES ESQUELETIZADOS Técnicas de antropologia forense
Identificación de personas. Identificación del sujeto vivo y del cadáver
Descripción somática y datos fisonómicos En la descripción somática se trata de recoger todos aquellos datos físicos y particulares del individuo. Dentro de la descripción somática existe un apartado dedicado a la descripción de los rasgos fisonómicos constituye el métodos más simple para la identificación, y es el que de una u otra manera se usa en la vida ordinaria. Desde este punto de vista ha sido el método más usado, pero que generaba problemas de identificación en algunos casos cometiéndose errores judiciales en personas que se parecían físicamente. Cuando a finales del siglo XIX, Niepce realiza la primera fotografía se creyó tener el recurso ideal para la identificación, sobre todo desde el punto de vista policial, dado que si se disponía de la fotografía de un individuo que había delinquido, podía ser reconocido nuevamente cuando cometiera un nuevo delito. Nuevamente se volvieron a cometer errores judiciales por parte de falsas identificaciones por los testigos. Alphonse Bertillón trata de solucionar este problema mediante lo que él llamó el señalamiento antropométrico y la fotografía signalectica, método basado en la descripción de las características de la persona y que se basa en la diversidad y multiplicidad de las particularidades somáticas que aseguran la diferenciación morfológica individual. Bertillón ideó las bases de la identificación antropométrica con las siguientes conceptos: a) El esqueleto no cambia a partir de los 20 años. b) No existen dos personas con la totalidad de los rasgos idénticos. c) Facilidad de tomar medidas con instrumentos simples. Reunió en un cuadro sinóptico todos los rasgos fisonómicos que se pueden encontrar, cada rasgo es considerado en su forma, en su longitud, altura e inclinación distribuyéndola en siete grados. A esto añadió la fotografia signalectica, que consiste en realizar dos fotografías de un mismo sujeto: una de frente que tiene como centro de foco el nasion y otra de perfil cuyo centro está en el ángulo externo del ojo, añadiendo por último la descripción de marcas particulares como antiguas cicatrices quirúrgicas, lunares, tatuajes, deformaciones congénitas o adquiridas, y en general todo aquello que pudiese ayudar a la individualización. También en la investigación de la identidad deberemos tratar de establecer el sexo, peso, talla, edad, sistema piloso, marcas particulares, caracteres cromáticos y examen de los vestidos. 1) En cuanto al establecimiento del sexo no suele existir ningún problema tanto en el vivo como en el cadáver reciente, salvo casos excepcionales como puede ser el hermafroditismo. 2) Peso. Debemos obtenerlo con la máxima fiabilidad. En caso de cadáveres habrá que tener en cuenta la deshidratación cadavérica.
Sánchez, J. A. y Labajo, E.
3) Talla. La determinaremos también lo mas exacta posible. En el caso del cadáver habrá que corregir 2 cm, ya que en el cadáver la talla es superior. 4) Edad. Para la estimación de la edad en el vivo existen a nivel mundial una serie de recomendaciones o guías. Una de las primeras recomendaciones la elaboró la ABFO. (American Board of Forensic Odontology), en el año 1993, incluye el método de aplicación de los estándares radiográficos de Demirjian para el estudio del tercer molar (Mincer y cols, 1993).
En Alemania el grupo de estudio para el diagnóstico de la edad de la Sociedad Alemana de Medicina Legal (AGFAD) publica en el año 2000 las guías generales sobre el diagnóstico de la edad en sujetos vivos.
En España se encuentran publicadas las conclusiones de la Jornada de Trabajo sobre Determinación Forense de la Edad de los Menores Extranjeros no acompañados. Documento de Consenso de Buenas prácticas entre los Institutos de Medicina Legal de España. (Revista Española de Medicina Legal, 2011). Estas conclusiones han sido elaboradas por el Grupo de Trabajo sobre Determinación Forense de la Edad de los Menores Extranjeros no Acompañados.
Estas guías recomiendan la práctica de las siguientes pruebas médicas: – Exploración física. Para conocer el grado de maduración física de los menores se aplican los estudios desarrollados por Marshall y Tanner en 1969 y en 1970. – Maduración de los caracteres sexuales secundarios. Se suelen aplicar los caracteres definidos por Schmeling (2008). – Examen radiográfico del carpo izquierdo. Se utilizan los atlas radiográficos de Greulich y Pyle (1959), tablas de Tanner y Whitehouse, y en España el atlas de maduración ósea de la Fundación Faustino Orbegozo sobre Maduración ósea y predicción de la talla. – Examen radiográfico de los dientes. Se recomienda el método de Demirjian (1973, 1976). – Examen radiográfico de la clavícula.
Una descripción y exposición amplia de estos signos en referencia con la edad se puede consultar en Sánchez y cols, (2014) 5) Sistema piloso. En el caso del cabello tiene importancia el color, forma, tipo de implantación, tintes, calvicie, etc. Otros componentes del sistema piloso como las cejas también puede tener importancia. 6) Caracteres cromáticos. Color de los ojos y piel. 7) Marcas particulares. Son de gran importancia dado que si son indelebles y por sus características como morfología, situación y dimensiones pueden
Identificación de personas. Identificación del sujeto vivo y del cadáver
identificar a una persona. Las principales marcas son: cicatrices, deformidades, lesiones traumáticas, defectos congénitos, mutilaciones, tatuajes. 8) Examen de los vestidos y objetos personales. Tienen gran interés desde el punto de vista de la identificación sobre todo cuando se trata de cadáveres. Deben conservarse por si un familiar o allegado puede reconocerlos. De cualquier forma habrá que hacer una descripción minuciosa anotando todos los caracteres como el tipo de tejido, color, textura añadiendo siempre fotografías en color. Igualmente describiremos los objetos personales que la persona pueda llevar: joyas, documentos, cartera, así como cualquier material o restos del mismo que se encuentre en los bolsillos.
Identificación grafológica Se expone en el capítulo 5.
Huellas dactilares Se exponen en el capítulo 6.
Identificación por la voz La identificación por la voz se relaciona con las características fisiológicas de la persona y por el comportamiento (entonación, hábitos lingüísticos, etc.). Está influenciada por tanto por: – Variaciones en los tamaños de las cavidades del tracto vocal. – Variaciones en el tamaño y elasticidad de las cuerdas vocales. – Variaciones en el paladar blando y el tamaño de la cavidad nasal – Presencia de variaciones atípicas, como son la dentadura, estructura del paladar, lo que puede dar lugar a sonidos atípicos, que pueden ser suficientes para identificar al locutor. – Variabilidad debida al paso del tiempo. Los métodos usados para tratar de identificar la voz han sido: 1. Reconocimiento de voz espectrográfico El primer autor que trata de resolver el problema de reconocimiento por la voz en el ámbito forense es Lawrence G. Kersta, utilizando lo que denominó “voiceprint”, que es un espectrógrafo para el análisis de voz. (Lucena 2005)
Sánchez, J. A. y Labajo, E.
Sobre esta técnica hay que señalar que en un informe publicado por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos en 1979 la calificaba como “arte empírico”, es decir que no había alcanzado el grado de “practica de ingeniería”, en el cual se establecen unos procedimientos de medida y unos métodos concretos de aprendizaje. 2. Análisis aural-espectrográfico. Se basa en: – Determinar y medir los parámetros más invariables de un locutor – Utilización de la teoría fonética a la hora de realizar un estudio auditivo sobre voces. – Efectuar un análisis instrumental (espectrográfico) y un estudio de los rasgos segmentales y suprasegmentales del locutor, sin merma de otras ciencias de la lengua diferentes a la fonética acústica. 3. Métodos semiautomáticos y automáticos. Tratan de efectuar una comparación directa entre un determinado tramo acústico, que se supone que corresponde con la identidad de un hablante con un tramo patrón o plantilla que se toma como referencia del locutor a reconocer. En la actualidad la capacidad de los sistemas de reconocimiento automáticos han experimentado un fuerte incremento cuando se han aplicado esquemas de modelado de clases fonéticas [cuantificación vectorial (VQ), modelos ocultos de Markov (HMM) y modelos de mezclas gaussianas (GMM)], o esquemas basados en arquitecturas conexionistas [redes neuronales (NN)]. Aunque con los nuevos métodos automáticos se ha avanzado en la fiabilidad para el reconocimiento de voz, todavía siguen sometidos a controversia, pudiendo ser de ayuda en la investigación criminal, pero su aceptación en el ámbito jurídico como método científico continúa generando problemas.
Estudio del ADN Se expone en el capítulo 10.
Palatoscopia y Queiloscopia Se expone en el capítulo 16 .
Identificación de personas. Identificación del sujeto vivo y del cadáver
Bibliografía Demirjian, A., Goldstein, H., Tanner, J. M. (1973). A new system of dental age assessment. Human Biology 42:211-27. Demirjian, A. (1976). New systems for dental maturity based on seven and four teeth. Annals for Human Biology 3, nº. 5:411-21. Greulich, WW., Pyle, S. (1959). Radiographic atlas of skeletal development of the hand and wrist, 2nd edition. Ed. Stanford University Press, Stanford. Lucena, J. J. (2005). La Acustica Forense. UNED: Instituto Universitario de Investigación sobre Seguridad Interior. http://www.uned.es/investigacion/publicaciones/Cuadernillo_octubre200503. pdf Marshall, W., Tanner, J. (1969). Variations in the Pattern of Pubertal Changes in Girls. Archives of Disease in Childhood 44: 291-303. Marshall W, Tanner J. 1970. Variations in the Pattern of Pubertal Changes in Boys. Archives of Disease in Childhood, 45:13-23. Mincer, H., Harris, E., Berryman, H. (1993). The A.B.F.O. study of third molar development and its use as an estimator of chronological age. J. For. Sci. 38 (2):379-390. Moya, V., Roldan, B., Sánchez, J. A. (1994). Odontología Legal y Forense. Barcelona: Editorial XXX. Sánchez, J. A. (2000). Identificación en el sujeto vivo y en el cadáver. En: Casas J. D., Rodríguez, M. S. Manual de Medicina Legal y Forense. Madrid: Editorial Colex. Sánchez, J. A., Dorado, E., Perea, B., Labajo, E., Santiago, A. (2014). Antropologia Forense. Estimación de la Edad. Valencia: Tirant Humanidades.
Tema 3
La escena de los hechos Albarrán, M. E. Caballín, A.
En el análisis de la escena de los hechos si se descarta aquello que aporta no hay que descartar que no aporte nada.
INTRODUCCIÓN La escena de los hechos es “el lugar donde se presume se ha producido un delito” y va a servirnos por los indicios o evidencias, que en ella se encuentren, en un alto grado para la investigación de los hechos acontecidos y así poder ayudar a la administración de la justicia. Para aclarar las circunstancias del suceso acaecido se valora la escena mediante una minuciosa investigación que nos permita el análisis de los indicios y las evidencias para posteriormente convertirlas en pruebas periciales, de las cuales se estraiga la verdad de la que se derivará la responsabilidad correspondiente. La búsqueda de estas huellas reveladoras (Simonín, 1982) representa el objeto esencial de lo que se llama las observaciones sobre el lugar del suceso. Dado el diverso origen de los indicios, la investigación de la escena debe ser llevada a cabo con premura y por un equipo pluridisciplinar (policías, físicos, químicos, médicos forenses, expertos en balística…) (Gisbert, 2004). Según Simonin en el lugar de los hechos buscaremos y utilizaremos “lo que subsiste hoy para saber lo que pasó ayer” (Simonin, 1982). A modo de ejemplo, si en la escena se encuentra involucrado un cadáver, no basta con el análisis exhaustivo y externo del mismo (búsqueda de orificios —heridas por arma blanca, arma de fuego…—, análisis de las manchas, estado del vestido, identificación mediante características propias —cicatrices, tatuajes, piercins…— etc) y la realización del análisis interno (autopsia), sino que también ha de analizarse e investigarse todo lo presente en la escena de los hechos y que pueda tener que ver con el suceso (restos de tabaco, aspecto de las estructuras adyacentes —piedras, suelo, paredes…—, presencia de manchas, armas etc. Desde un punto de vista legal una buena investigación con unas conclusiones correctas en este sentido nos permitiría discernir entre una etiología de suicidio,