INTERNACIONALIZACIÓN DE LAS COOPERATIVAS Aspectos jurídicos, económicos, geográficos y sociológicos
Coordinador
MANUEL E. MORÁN GARCÍA Autores
DANIEL BETANCUR ALFONSO CANO LÓPEZ DANTE CRACOGNA EMILIO CECENRRADO MILLÁN LYDIA ESTEVE GONZÁLEZ J. DANIEL GÓMEZ LÓPEZ MANUEL E. MORÁN GARCÍA CARMEN PASTOR SEMPERE
Valencia, 2008
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La publicación del presente trabajo se inscribe en el marco de actuaciones correspondientes al Proyecto de Investigación”, financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia del Gobierno de España, titulado Marco jurídico de la internacionalización de las cooperativas (referencia SEJ 2006-05258).
© MANUEL E. MORÁN GARCÍA
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PRESENTACIÓN La presente publicación recoge las aportaciones de especialistas de diferentes disciplinas —derecho, economía, geografía humana, sociología— y ámbitos geográficos y culturales diversos —fundamentalmente español y latinoamericano— realizadas en el I Congreso sobre internacionalización de las cooperativas. La economía social en la era de la Globalización y la Sociedad de la Información. Dicho encuentro internacional se inscribe en el marco de actuaciones correspondientes al Proyecto de Investigación, financiado por el ministerio de Educación y Ciencia del Gobierno de España, titulado Marco jurídico de la internacionalización de las cooperativas (referencia SEJ 2006-05258). Aunque los objetivos del Proyecto SEJ 2006 se circunscriben a la órbita jurídica, desde un inicio el Congreso se diseñó para dar una visión pluridisciplinar sobre el momento actual del universo cooperativo, en las escalas nacional, regional e internacional. Para ello se trazó un programa de tres días, 28 de febrero, 1 y 2 de marzo de 2007, que se desarrolló en el Salón de Grados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alicante. Tanto por razones de cortesía cuanto por motivos de exposición sistemática las contribuciones están presentadas alterando mínimamente el orden en que se sucedieron las intervenciones de los respectivos ponentes. Un primer grupo de aportaciones, que se corresponden con la apertura del acto, tienen que ver con la descripción del ámbito sociológico, económico, geográfico, político y humano en el que se desenvuelven las cooperativas en el s. XXI. El propósito de estas ponencias es servir de banco de pruebas tanto para enjuiciar el estado de la normativa vigente, cuanto para evaluar necesidades y proyectar soluciones de futuro. DANIEL GÓMEZ LÓPEZ, profesor del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Alicante, nos introduce en la realidad del mundo cooperativo con “Las cooperativas agrarias: aproximación y perspectivas”. Se trata de un análisis de las implicaciones que el sector cooperativo agrario supone, en los niveles autonómicos, estatal español y comunitario europeo, tanto desde el punto de vista del desarrollo social, la sostenibilidad del crecimiento económico y la integración territorial.
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La profesora de Derecho internacional privado de la Universidad de Alicante, LYDIA ESTEVE GONZÁLEZ, completa esta panorámica relativa a la descripción de las coordenadas actuales de desenvolvimiento de las cooperativas con una ponencia relativa a “Las cooperativas en la sociedad de la información”. Estando el Congreso focalizado en el papel de la cooperativa como especial figura de la economía social en el contexto actual, esta contribución resulta capital para entender las dificultades con las que la regulación jurídica se va a encontrar, los intereses que es preciso ponderar y los valores que hay que proyectar. Un segundo grupo de contribuciones ofrece una descripción de los diferentes sistemas nacionales que regulan las cooperativas. El objetivo es contrastar las conclusiones relativas al material fáctico, económico, geográfico y sociológico aportado en la primera jornada, con la disciplina jurídica de las cooperativas, excluyendo el ámbito internacional, que será abordado en el último grupo de comunicaciones. La primera de estas aportaciones está firmada por DANTE CRACOGNA, una de las figuras señeras en derecho cooperativo en el continente americano. En su comunicación “La legislación cooperativa en América latina: experiencia y perspectivas”, nos ofrece una panorámica general sobre los antecedentes, el desarrollo actual y las perspectivas de futuro sobre el derecho cooperativo en la región latinoamericana. La segunda ponencia, presentada por el Profesor de Derecho mercantil de la Universidad de Alicante, ALFONSO CANO LÓPEZ, se titula “El complejo estatuto legal de la sociedad cooperativa en España: un apunte sobre algunas líneas de tendencia”. Es una interesantísima aportación en la que se analizan críticamente el fundamento constitucional de la promoción de las cooperativas, la diversidad de regímenes coexistentes en el ordenamiento jurídico español y las características diferenciales de la sociedad cooperativa como fórmula empresarial. Esta panorámica se cierra con un aspecto capital de la regulación jurídica de las cooperativas, cual es el de su régimen tributario. EMILIO CENCERRADO MILLÁN, profesor de Derecho Financiero de la Universidad de Alicante nos presenta “El régimen fiscal de las cooperativas”, un trabajo en el que se combinan la profundidad de análisis propia del especialista e investigador universitario con la
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amenidad y claridad expositiva de un docente preocupado por hacer llegar al profano un tema tan complejo y exigente desde la perspectiva técnica. Su aportación hace un recorrido por las diferentes clases de cooperativas existentes en nuestro derecho a efectos tributarios —cooperativas especialmente protegidas, cooperativas protegidas, cooperativas no protegidas— y sus correspondientes regímenes fiscales. El último, aunque no menos interesante, grupo de aportaciones se adentra en los problemas relativos a la internacionalización de las cooperativas, cuestión abordada desde tres perspectivas diferentes: organizaciones internacionales, ámbito regional europeo y MERCOSUR. MANUEL E. MORÁN GARCÍA, profesor de Derecho internacional privado de la Universidad de Alicante, nos presenta “Las cooperativas en la agenda de las organizaciones internacionales: nuevos desafíos y oportunidades para viejos expedientes”. Ponencia en la que se analiza la producción normativa de diferentes instancias internacionales (ONU, OIT, COPAC, ACI) desde las que se procura responder a los desafíos que para la identidad cooperativa supone la globalización. La profesora de Derecho Mercantil de la Universidad de Alicante, CARMEN PASTOR SEMPERE, nos sitúa de lleno frente a los problemas relativos a la internacionalización de las cooperativas, con “Sociedad Cooperativa Europea: la compleja articulación de un nuevo tipo societario”. Se trata de un análisis completo de los antecedentes, significado y efectos del Reglamento comunitario 1435/2003, de 22 de julio de 2003, relativo al estatuto de la sociedad cooperativa europea (SCE), que establece la, por el momento, fórmula más acabada de sociedad cooperativa transfronteriza. El tríptico anunciado se cierra con la aportación de DANIEL BETANCUR, Secretario Técnico Permanente de la Reunión Especializada de Cooperativas del Mercosur (RECM) quien completa esta visión de la realidad cooperativa, analizando la estructura y el peso del sector en los Estados Miembros del MERCOSUR. No sólo se trata de una información preciosa y precisa, que viene avalada por un especialista con una formación y experiencia amplísimas. Además, el autor aborda cuestiones de gran calado político, como las relaciones entre la realidad del sector en cada país y sus repercusiones en el proceso de integración regional; así como las siempre necesarias políticas públicas de promoción.
AGRADECIMIENTOS Con la publicación de estas Actas se cierra un trabajo multidisciplinar, fruto de un emprendimiento en el que, además de los ponentes, se involucraron personas e instituciones a las que he querido manifestar mi agradecimiento de forma expresa. Entre las primeras, merecen un lugar especial las profesoras del área de Derecho internacional privado de la Universidad de Alicante LERDYS HEREDIA SÁNCHEZ y CARMEN Mª. GARCÍA MIRETE. Sin su labor incansable y absolutamente desinteresada en las tareas de infraestructura y secretariado del congreso éste, sencillamente, no hubiera tenido lugar. No menos muestras de agradecimiento quiero dedicar a otros compañeros de la Universidad de Alicante que ofrecieron su tiempo, sus contactos y su saber hacer para que este evento y sus frutos vieran la luz: los profesores DIEGO P. FERNÁNDEZ-ARROYO GIMÉNEZ, JAUME FERRER LLORET, JOSÉ LUIS CIVIDANES; la decana de la Facultad de Derecho, AMPARO NAVARRO FAURÉ, que no sólo clausuró brillantemente el acto, sino que se empeñó en la publicación de sus actas. Mención aparte quiero dedicar a la alumna de 5º curso de la licenciatura de Derecho de la Universidad de Alicante, ALICIA ROBLES HERNÁNDEZ, por su entrega en la ingrata tarea de recogida y corrección de las actas del Congreso. Entre las entidades objeto de mi personal agradecimiento y consideración, es preciso reconocer la disposición y el apoyo incondicional de las autoridades universitarias de la UNIVERSIDAD DE ALICANTE, en especial, del vicerrectorado de relaciones internacionales; de la CAJA DE AHORROS DEL MEDITERRÁNEO, con su apoyo no sólo financiero, sino institucional; la editorial TIRANT LO BLANCH, especialmente en la persona de SALVADOR VIVES, y del personal y dirección del CLUB SOCIAL I de la Universidad de Alicante. En Ponferrada, El Bierzo, a 30 de octubre de 2007, Manuel E. Morán García, coordinador de publicación.
ÍNDICE LAS COOPERATIVAS AGRARIAS: APROXIMACIÓN Y PERSPECTIVAS ............................................................................................... JOSÉ DANIEL GÓMEZ LÓPEZ LAS COOPERATIVAS EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN LYDIA ESTEVE GONZÁLEZ LA LEGISLACIÓN COOPERATIVA EN AMÉRICA LATINA: PROYECTO DE LEY MARCO Y PERSPECTIVAS .............................. DANTE CRACOGNA EL COMPLEJO ESTATUTO LEGAL DE LA SOCIEDAD COOPERATIVA EN ESPAÑA: UN APUNTE SOBRE ALGUNAS LÍNEAS DE TENDENCIA ................................................................................... ALFONSO CANO LÓPEZ EL RÉGIMEN FISCAL DE LAS COOPERATIVAS ........................... EMILIO CENCERRADO MILLÁN LAS COOPERATIVAS EN LA AGENDA DE LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES: NUEVOS DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES PARA VIEJOS EXPEDIENTES ............................................ MANUEL E. MORÁN GARCÍA
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LA SOCIEDAD COOPERATIVA EUROPEA: LA COMPLEJA ARTICULACIÓN DE UN NUEVO TIPO SOCIETARIO ....................... CARMEN PASTOR SEMPERE
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REUNIÓN ESPECIALIZADA DE COOPERATIVAS DEL MERCOSUR: OBJETIVOS, ACCIONES, LOGROS.............................................. DANIEL BETANCUR
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LAS COOPERATIVAS AGRARIAS: APROXIMACIÓN Y PERSPECTIVAS1 JOSÉ DANIEL GÓMEZ LÓPEZ Prof. Dpto. Geografía Humana Universidad de Alicante Sumario: I. Introducción. II. Las diferentes perspectivas en el ámbito cooperativo. III. Desequilibrios estructurales. IV. Acción cooperativa y desarrollo social. V. Conclusión. VI. Bibliografía.
I. INTRODUCCIÓN La presente exposición constituye una aproximación al estudio del sector cooperativo agrario y es fruto de un proceso de investigación, aún en marcha, entre cuyos objetivos destaca el profundizar en el conocimiento de las diferentes visiones y estrategias existentes en el sector, tanto desde el ámbito social, como económico y territorial. En este contexto se ha priorizado el estudio del cooperativismo agrario siguiendo determinadas pautas de actuación, como su evolución frente a los cambios de la economía y la agricultura mundial, la influencia de las políticas agrícolas y sus constantes reformas (PAC), la existencia de elementos diferenciadores en su seno que reflejan historia, raíces ideológicas y una naturaleza social y económica distinta, así como las diferentes fórmulas y estrategias que se están tejiendo en torno al papel que deben jugar estas estructuras asociativas en el actual proceso de expansión del capital a escala mundial y en un contexto de grave retroceso de las políticas sociales. De hecho, se ha observado que los cambios sociales y económicos que se verifican a escala mundial, también están incidiendo sobre los históricos objetivos perseguidos por el movimiento cooperativo.
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Esta comunicación se ha realizado dentro del proyecto de investigación “La intercooperación como estrategia económica, comercial y socioterritorial de la empresa cooperativa agraria valenciana al desarrollo rural”, aprobado y financiado por la Consellería d`Empresa, Universitat i Ciencia. Proyecto GV06-279.
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Se trata de adaptarse a los complejos problemas actuales que demandan soluciones adecuadas y acordes a cada realidad. Así, frente a la organización asociativa de carácter reivindicativo, solidario y comprometida con el bienestar de las clases menos favorecidas del campo, entre los que se encuentran los pequeños productores de origen familiar; también se erigen cooperativas agrarias que asumiendo menores compromisos en su vertiente social, apuestan por una estrategia que tiende a identificarse y perseguir una estricta lógica mercantil. Estas transformaciones se insertan dentro de una serie de procesos ligados a la aparición de nuevas formas de organización de la producción, expansión de nuevos métodos de gestión, cambios en el mercado laboral e introducción de nuevas y renovadas estrategias de comercialización. Creemos que este es el contexto desde el cual se deben analizar los cada vez más intensos procesos de fusión entre cooperativas, alianzas estratégicas con terceros, impulso al principio de cooperación estratégica y la expansión de las actividades cooperativas transfronterizas y transnacionales. Es conveniente recordar que esta propensión a ampliar la actuación a escala mundial ocurre en numerosas ocasiones bajo el paraguas de otras formas societarias, como es el caso de la mayor parte de las cooperativas ubicadas en los países septentrionales de la Unión Europea y, más concretamente, de los Países Bajos, que tienen una marcada presencia, por ejemplo, en Brasil. Por otro lado, los cambios que a escala mundial vienen impulsados y estimulados por intereses que están poco enraizados en el territorio, no tienen compromiso con el progreso social y están estrechamente vinculados a las grandes corporaciones transnacionales agroalimentarias, paulatinamente, están socavando, tanto en la Unión Europea como en España y otras regiones, la existencia de diferentes modalidades de trabajo asociativo y cooperativo en el medio rural (ayuda mutua y trabajo comunitario) y que históricamente han resultado ser de una enorme importancia para la cohesión social y económica del campo. En efecto, estas históricas experiencias en el mundo rural, que siempre han privilegiado los intereses colectivos en perjuicio de las iniciativas individuales, están sufriendo, de manera general, un grave menoscabo frente a otras formas de organización productiva. Se trata de un modelo más vinculado a la lógica del mercado y, por tan-
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to, proclive a rentabilizar el capital mediante la producción comercial monoespecializada y exportadora, en detrimento a garantizar la permanencia de la pequeña explotación familiar productora de alimentos, pilar trascendental para la pervivencia de un desarrollo rural sostenido en su vertiente social, económica, medio ambiental y paisajística.
II. LAS DIFERENTES PERSPECTIVAS EN EL ÁMBITO COOPERATIVO En el caso de la Unión Europea, y más recientemente de España, no se puede comprender la profunda reestructuración y los cambios ocurridos últimamente en el mundo rural y en el ámbito del cooperativismo agrario, sin mencionar a la Política Agrícola Común y los efectos de su aplicación sobre la compleja y heterogénea agricultura regional. Hasta el momento, la PAC no ha podido solucionar los diversos problemas estructurales que padece el medio rural y provoca disfunciones tanto en el plano interno comunitario cuanto en su repercusión externa. En el plano interno, las críticas hacia esta política van dirigidas a que la misma está posibilitando la consolidación de un modelo agropecuario que se distingue, entre otros rasgos, por ser socialmente regresivo, potenciar a los empresarios sin arraigo en el campo, sin distinción de su ocupación principal, y en detrimento de los agricultores denominados profesionales. Por otro lado, la PAC también tiende a favorecer a las explotaciones agrarias caracterizadas como tipo empresariales, en perjuicio de las familiares, tradicional sustento del modelo de agricultura europea y pieza importante en la conservación de la biodiversidad en el campo y la preservación del medio rural. Tratándose del plano externo, la PAC está contribuyendo a desestructurar el cimiento social y desmantelar la base económica de un considerable número de pequeños agricultores y trabajadores rurales localizados en otras regiones menos desarrolladas del mundo. Esto ocurre fundamentalmente a través de un desigual intercambio comercial representado por productos subvencionados (dumping) y aplicando restricciones en frontera a la entrada de variedades agrí-
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colas procedentes de países terceros, al mismo tiempo que niega a los mismos su derecho a protegerse. La Política Agrícola Común tampoco ha logrado erradicar los característicos problemas estructurales, económicos y sociales que desde hace varias décadas viene padeciendo el sector rural, y que directa o indirectamente, también afectan al movimiento cooperativo agrario. De manera resumida, cabe mencionar las siguientes. – Las escasas alternativas existentes para la pervivencia de las explotaciones agrícolas familiares, especialmente de las que se encuentran localizadas en zonas desfavorecidas y de montaña. – La escasa superficie de las explotaciones, puesto que en torno al 58% de las mismas son inferiores a 5 hectáreas. – La paulatina desaparición de las explotaciones más pequeñas: 268.000 entre 1997 y 2000. – El envejecimiento de la población agraria y la escasa incorporación de jóvenes a la agricultura: 6,5 millones de titulares de explotación son mayores de 55 años. – La despoblación del medio rural, puesto que ni siquiera el impacto positivo del reciente flujo inmigratorio permite invertir la tendencia hacia la disminución de la población activa y el éxodo rural. – El escaso reconocimiento de la mujer en el medio rural tanto en la gestión de las explotaciones como de las cooperativas agrarias. – Desigual distribución de los fondos de la PAC entre explotaciones agropecuarias y territorios. Toda esta situación, también está motivando una profunda reestructuración del cooperativismo agrario. Este cambio afecta tanto a sus principios como a su base social, su organización económica, estructura comercial y su ámbito de actuación territorial. En efecto, durante las últimas décadas se observa que en el ámbito cooperativo es crucial la búsqueda de fórmulas y estrategias apropiadas que permitan adaptar la cooperativa a la cambiante realidad. Por otro lado, se establece la necesidad de fortalecer la vertiente empresarial, concomitantemente a la elaboración de estrategias de desarrollo social más proclives a las necesidades y reivindicaciones de los que constituyen mayoritariamente su base social. Otras fórmulas apuestan
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por ir más allá de la única perspectiva económica y tiene pretensión de servir, en algunos casos, como instrumento estratégico de cambio y desarrollo social en el campo. En este contexto, la visión que se propone desde este modelo cooperativo, transita más por lo social que por la estricta gestión económico-mercantil. Es decir, existe una mayor preocupación por la mejora de las condiciones de trabajo y de bienestar de los asociados y sus familias y también de aquella población donde la cooperativa está ubicada y desarrolla su actividad. Se trata de cooperativas que privilegian más el poder servir de instrumento para satisfacer necesidades sociales, culturales y de otra índole, que el convertirse en una estructura cuyo funcionamiento está sujeto a la estricta producción de mercancías. Desde este discurso, el desarrollo cooperativo y sus legítimas aspiraciones de autonomía e independencia, deben comenzar con una mejor educación, formación, organización y creatividad de las personas que forman parte de la cooperativa. De ahí, que las cooperativas además de representar una organización que busca nuevas estrategias de eficacia económica, para ser más influyentes socialmente, debe apostar por un mayor fortalecimiento de las relaciones humanas, basadas en los principios de democracia, solidaridad e igualdad, valores básicos que sustentan la moral social cooperativa según la Declaración sobre Identidad Cooperativa aprobada en Manchester en 1995 (vid. García et ali., 2006). Fórmulas y estrategias más relacionadas con decisiones que contribuyen a afianzar la vertiente empresarial de la cooperativa en el campo, se observan de manera especial en los países más desarrollados, donde las cooperativas son más proclives a fortalecer su dimensión económica mediante la intensificación de las relaciones de intercambio mercantil y elaboración de estrategias de expansión territorial tanto transfronteriza como transnacional. Esta vertiente cooperativa, con trascendental presencia en el mercado productivo, comercial y de consumo, contribuye y participa activamente en la expansión del denominado agronegocio (agribusiness), constituyendo parte importante de esta estrategia los procesos de concentración mediante fusiones y absorciones. Dentro de esta lógica, se considera que estos procesos son indispensables para aumentar tanto la dimensión de las cooperativas como su poder de negociación frente al incremento de la competencia en el mercado mundial representado principalmente por las grandes corporaciones transnaciona-
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les agroalimentarias y las monopolizadas cadenas de distribución. Los estímulos en este caso, están ligados a la posibilidad que tienen las empresas cooperativas agrarias de aumentar su presencia en el mercado interno y especialmente externo. En este último, mediante un mayor volumen y valor de las exportaciones, a través de la expansión y consolidación de las marcas comerciales, y aumentando la inversión directa e indirecta, es decir, creando filiales y oficinas comerciales o afianzando acuerdos de cooperación intercooperativa, además de alianzas estratégicas con otras empresas sociedades anónimas. Esta tendencia hacia una mayor concentración, como ocurre con cualquier empresa convencional, permite aumentar los márgenes en suministros, obtener economías de escala y elevar los beneficios que se generan en las fases posteriores de la cadena agroalimentaria, todo ello con el fin de crear valor para el gran productor asociado. Fruto de este proceso, son los dinámicos e intensos procesos de reagrupación entre cooperativas agrarias, dando como resultado la creación de macrocooperativas, cuya presencia es palpable en el mercado consumidor de la mayor parte de los países de la Unión Europea donde, en algunos casos, logran monopolizar los canales de venta de determinados productos. Según Montero García (2005), estos procesos de fusión vienen acompañados por una profunda reducción de la estructura social en beneficio de la empresarial. Desde esta inequívoca lógica económica marcada por la intensificación de la competencia en los mercados internacionales, IGNACIO RAMONET, director de Le Monde Diplomatique señala que “las cooperativas deben intensificar la cooperación entre ellas y constituir alianzas para “resistir” mejor a los desafíos de la globalización”. Sin embargo advierte que todo ello se debe llevar a cabo sin perder su “espíritu”, sin renunciar a la filosofía que las vertebra y sin alejarse de su arraigo local o regional. Para Ramonet “las cooperativas que “colocan al ser humano en el centro de sus preocupaciones y no la mercancía”, cumplen una importante función social y medioambiental, y por tanto deben estrechar sus lazos “frente al mercantilismo dominante” (Diario El País, 1-11-2003). También la Alianza Cooperativa Internacional constata que la búsqueda únicamente de unos resultados económicos y comerciales satisfactorios está mermando valores ligados al bienestar material
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y social de todos los agricultores-socios, sus familias y la comunidad donde la cooperativa está presente (ACI, 1998).
III. DESEQUILIBRIOS ESTRUCTURALES En este contexto, la aplicación de políticas agrarias favorables, entre otras, a la obtención de mejores resultados económicos y comerciales para poder permanecer en el campo, está provocando una importante merma de pequeñas y medianas explotaciones que carecen de respaldo financiero para emprender costosos procesos de modernización y poder competir con las denominadas explotaciones agropecuarias tipo empresariales. Esta desaparición de agricultores afecta sobre todo a los incluidos en la categoría de pequeños productores familiares, considerados como la histórica base social del cooperativismo y de la agricultura comunitaria europea. Al respecto la Comisión constata, en un informe del año 2000, la desaparición de más de 2,6 millones de explotaciones agrícolas durante el período 1967-1997. Más alarma causa el saber que la mayor parte de las mismas, están integradas en el umbral de menos de 5 hectáreas. Así, se puede observar que son las explotaciones agrarias que tienen un tamaño menor o igual a 10 hectáreas las que dramáticamente desaparecen de la Unión Europea (28%). Cabe recordar que estas explotaciones, por su dimensión y organización, forman parte de las denominadas explotaciones familiares; base sobre la que se ha sustentado el modelo de desarrollo de la agricultura europea, origen y fin de la política agrícola común y soporte tradicional del movimiento cooperativo agrario comunitario europeo. Frente a la dramática desaparición de agricultores familiares, que motiva la pérdida de socios en numerosas cooperativas agrarias localizadas en zonas rurales con problemas específicos, desfavorecidas y de montaña, los cambios paulatinamente introducidos en la Política Agrícola Común están fortaleciendo a las explotaciones de mayor superficie, que no dejan de aumentar. Esta situación constituye un factor favorable para la consolidación de cooperativas cuya base social está integrada mayoritariamente por grandes productores. Se apuesta por potenciar la dimensión empresarial de las cooperativas y en este afán se llega a vulnerar principios y valores consagrados históricamente en el movimiento cooperativo. En
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esta línea, no es extraño verificar que desde los órganos de gobierno de estas empresas cooperativas, en ocasiones, se trate de conculcar el principio democrático de un hombre un voto, sea testimonial el compromiso con los principios cooperativos de solidaridad e interés por la comunidad, dificulten la adhesión de nuevos socios con baja capacidad de gestión, y apenas contribuyan a fomentar los valores y principios cooperativos entre los que se encuentra, el progreso educativo y cultural de sus socios, familias y comunidad. En esta circunstancia, la cooperativa agraria aparece para los socios-grandes productores rurales, como la principal forma de materialización de sus acciones e instrumento al servicio de sus estrategias de reproducción y expansión territorial. Como dejaba entrever la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) en su 76 Jornada Cooperativa Internacional celebrada en el año 1998, esta profundización de las relaciones estrictamente mercantiles en el mundo cooperativo agrario como son la eficacia económica y la competitividad en el mercado, están socavando tradicionales valores ligados a la gestión democrática, la solidaridad y la participación y atención a la comunidad. Abundando en esta pérdida de identidad cooperativa, el sociólogo brasileño Paul Singer advierte que cuando el éxito económico acaba transformándose en un fin en sí mismo, aparece una incompatibilidad total con los principios cooperativos. En esta escala sitúa tanto a la adopción del trabajo asalariado, que vulnera el principio de igualdad entre todos los miembros y convierte a los socios en patrones, como la aparición de socios que no son personas físicas y sí empresas capitalistas. En este último caso lo considera una total inversión de los valores cooperativos, ya que una forma igualitaria y democrática de organizar una actividad económica se transforma en una asociación de empresas que pueden ejercer un férreo monopolio, como ocurre en varios países del mundo (SINGER, P., 2003). El proceso de desaparición de los pequeños productores familiares y el cambio en la base social de las cooperativas agrarias mediante la penetración de grandes empresarios agrícolas y pérdida de importancia del productor familiar, también se ha visto favorecido por el desigual reparto de las ayudas al campo procedentes de la Unión Europea, que además están provocando serios desequilibrios territoriales. En efecto, como reconocía la propia Comisión en 1992 (Reforma MacSharry), hasta ese momento el 80% de las ayudas agrí-
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colas habían ido a parar al 20% de los productores, representados en gran medida por terratenientes, absentistas y especuladores. En palabras de GONZALO FANJUL (2002), son ayudas a la agricultura cuyo domicilio habitual de los perceptores se encuentra en los barrios más ricos de las capitales europeas. El 20% restante de las ayudas tenían como beneficiarios a las pequeñas y medianas explotaciones familiares, muchas de ellas integradas en estructuras cooperativas agrarias. Esta situación desigual además de no desaparecer, se ha agudizado durante los últimos años. Así, según datos de la Comisión Europea referidos al año 2002, unos 2,3 millones de agricultores de la UE-15 se repartieron tan sólo el 4% de las ayudas, mientras el 5% de los productores más grandes en ese año concentró la mitad del total de los pagos. El desigual reparto de las ayudas existentes en la Unión Europea, también se manifiesta con rotundidad en la agricultura española. La distribución de las ayudas al campo español, además de acentuar los desequilibrios territoriales, ha ocasionado y ocasiona serias desigualdades sociales al transferir preferentemente rentas hacia los sectores productores más opulentos. En este sentido, cabe recordar la denuncia de Cáritas, que contabiliza la pobreza rural en España en torno al millón y medio de personas, distribuidas entre la población joven y, principalmente, de mayor edad. Pese a la precariedad social y económica detectada en el medio rural español, no son precisamente los pequeños agricultores ni los sectores de población agraria con más dificultades los mayores beneficiados por las ayudas procedentes de la Unión Europea (vid. diario El Mundo, 30-051999). Contrariamente, como señala Intermón-Oxfam, los pagos se destinan paradójicamente a grandes empresarios industriales (familia Hernández Barreda), a propietarios de extensas explotaciones agropecuarias (familia Mora-Figueroa), y a destacados empresarios del sector ganadero como Samuel Flores, uno de los mayores latifundistas españoles. Entre los casos más lacerantes del reparto injusto de las ayudas cabe mencionar el de la familia de la duquesa de Alba (revista Capital mayo de 2004). De hecho, además de sustentar una intensa y diversificada actividad empresarial, esta familia es la mayor terrateniente de España al reunir oficialmente en torno a 34.000 hectáreas de tierras, aunque cálculos más precisos cifran esta extensión en 50.000 hectáreas.