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DESARROLLO ECONÓMICO:
ESTILOS Y POLÍTICAS
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DESARROLLO ECONÓMICO: ESTILOS Y POLÍTICAS José M. March Poquet
DESARROLLO ECONÓMICO:
ESTILOS Y POLÍTICAS
José M. March Poquet Departamento de Economía Aplicada Universitat de València/Estudi General
Valencia, 2013
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© José M. March Poquet
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Agradezco al profesor Isidro Antu単ano Maruri su apoyo en esta aventura y haber revisado este texto con tanto rigor y respeto. Isidre, eskerrik asko.
Índice Prólogo............................................................................................................... 13 Introducción........................................................................................................ 15
Capítulo 1 El concepto de desarrollo 1.1. Primeras aproximaciones al concepto de desarrollo.................................... 17 1.2. Una taxonomía del subdesarrollo............................................................... 20 1.3. Una concreción del concepto de desarrollo: los ODM................................ 23 1.4. Excedente................................................................................................... 29 1.5. Dinámica del excedente.............................................................................. 32
Capítulo 2 Estilo de desarrollo 2.1. Definición de estilo de desarrollo................................................................ 37 2.2. Momento histórico..................................................................................... 42 2.3. Armazón..................................................................................................... 46 2.4. Estructura................................................................................................... 48 2.5. Sistema....................................................................................................... 57 2.6. Fuerzas sociales.......................................................................................... 60 2.7. Viabilidad................................................................................................... 62 2.8. Recapitulación: la dinámica del desarrollo.................................................. 65
Capítulo 3 El modelo exportador primario 3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.5.
El surgimiento del capitalismo.................................................................... 68 Dinámica del Modelo Exportador Primario................................................ 75 Perversiones del MEP................................................................................. 78 Crisis de reproducción en el MEP............................................................... 84 Heterogeneidad estructural......................................................................... 95
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Índice
Capítulo 4 Las economías regresivas 4.1. 4.2. 4.3. 4.4 4.5. 4.6. 4.7. 4.8.
Crisis de reproducción................................................................................ 102 Características de una economía regresiva.................................................. 103 Círculo vicioso de la pobreza...................................................................... 108 Por qué cae la producción........................................................................... 112 Por qué es baja la inversión........................................................................ 114 Por qué es bajo el ahorro............................................................................ 116 Las crisis alimentarias................................................................................. 121 La inestabilidad alimentaria mundial y la ayuda alimentaria...................... 127
Capítulo 5 La industrialización sustitutiva de importaciones 5.1. 5.2. 5.3. 5.4. 5.5. 5.6. 5.7.
La era del industrialismo............................................................................ 136 La ISI como política de desarrollo.............................................................. 140 Los límites de la estrategia ISI..................................................................... 142 El agotamiento de la ISI.............................................................................. 147 Dinámicas central y periférica..................................................................... 152 La crisis del sistema.................................................................................... 154 La post-ISI.................................................................................................. 159
Capítulo 6 La industrialización exportadora 6.1. El milagro de los tigres............................................................................... 171 6.2. Los pro y contra del armazón de los tigres.................................................. 175 6.3. Especialización........................................................................................... 177 6.4. Cuatro políticas.......................................................................................... 180 6.5. El contexto internacional............................................................................ 187 6.6. El post milagro........................................................................................... 189 6.7. Los desafíos................................................................................................ 194
Capítulo 7 La industrialización autónoma 7.1. 7.2. 7.3. 7.4.
Economía de Planificación Centralizada..................................................... 202 Mecanismo de planificación y política económica en una EPC................... 206 Tres rasgos de la estrategia autónoma......................................................... 210 La lógica empresarial en una EDM y en una EPC....................................... 220
Índice
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7.5. La necesidad de pasar del crecimiento extensivo al intensivo...................... 224 7.6. Las reformas de Deng Xiaoping.................................................................. 228 7.7. Algunos resultados de las reformas............................................................. 233
Capítulo 8 La industrialización periférica 8.1. 8.2. 8.3. 8.4. 8.5.
La pre-revolución (los años cuarenta y cincuenta)...................................... 238 El Ímpetu Revolucionario (1959-1962)...................................................... 244 La Gran Zafra (1963-1970)........................................................................ 251 El Equilibrio Dependiente (1971-1990)...................................................... 258 El Período Especial (1990 en adelante)....................................................... 267
Bibliografía......................................................................................................... 281
Prólogo Es para mí una gran satisfacción prologar este libro del profesor Josep Mª March i Poquet que lleva por título Desarrollo económico: estilos y políticas. Se publica como un manual dirigido a estudiantes de distintas titulaciones universitarias en el ámbito de las ciencias sociales, pero es también un ensayo en el que el autor vuelca su propia interpretación de la materia con notable rigor y capacidad pedagógica. Detrás hay una larga trayectoria docente e investigadora, con numerosos trabajos sobre estrategias concretas de desarrollo económico y sobre la cooperación internacional al desarrollo. El punto de partida del libro es un esfuerzo por clarificar el concepto de desarrollo económico y situarlo como una meta plausible hacia la cual pueden orientar su evolución las economías que se encuentran en la actualidad en un menor nivel de bienestar social. No es éste, por tanto, un manual relativo a las experiencias de crecimiento y modernización que han conocido las economías actualmente desarrolladas. En lo esencial, el libro refiere diversos estilos o modelos de desarrollo económico, algunos de los cuales se han sucedido a lo largo del tiempo y otros se están tratando de aplicar hoy en día en determinados países. Sin duda, el concepto de desarrollo económico ha sido bastante controvertido a lo largo del tiempo, pero ciertamente, como subraya Josep Mª March, la Agenda del Milenio de Naciones Unidas, lanzada el año 2000, consiguió impulsar un proyecto ampliamente consensuado que incorpora toda una serie de objetivos, metas e indicadores al respecto. Son numerosos los factores que han hecho posible ese consenso, y uno de ellos pienso que tiene que ver con la contribución a la teoría del desarrollo por parte de Amartya Sen, que ha tenido una gran influencia tanto entre los académicos y expertos como entre los responsables de distintas instituciones públicas. El profesor Sen recibió el Premio Nobel de Economía en 1998, y en 2000 publicó su conocido libro Desarrollo y libertad que ha tenido un impacto formidable en el ámbito de las ciencias sociales. Por otro lado, el trabajo de este autor ha tenido una influencia directa en los Informes de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que se vienen publicando desde 1990. Para Sen, el desarrollo es un proceso de expansión de las libertades de las personas; es decir, una ampliación de las capacidades de los seres humanos para vivir la vida con plenitud y creatividad. Ello entraña actuar ante los factores que limitan nuestras libertades fundamentales, lograr un crecimiento económico más sólido y una oferta
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Josep Mª Jordán Galduf
adecuada de bienes y servicios sociales, avanzar en la democracia y conseguir un desarrollo sostenible. Dicho esto, y observadas las grandes desigualdades que existen en el mundo en los niveles de bienestar social, se plantea la cuestión de qué factores pueden ser sus determinantes principales. Las diversas teorías sobre el desarrollo han puntualizado la importancia de unos u otros de sus factores explicativos: la geografía, la cultura, las dotaciones de capital, las políticas económicas, etc. Ahora bien, quiero destacar el énfasis que han puesto muy recientemente dos autores americanos, Daron Acemoglu y James A. Robinson, en el carácter crucial de las instituciones. En efecto, en su libro Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza, publicado en 2012, tales autores arguyen que son las instituciones inclusivas y de calidad (las buenas reglas con las que se dotan las sociedades para regular sus relaciones políticas y económicas) las que abonan en mayor medida el terreno a la prosperidad de los distintos países. Mientras que, por el contrario, las instituciones extractivas (que concentran el poder y los beneficios en una minoría) los condenan al fracaso. Pues bien, de algún modo, el manual de Josep Mª March incide en la misma idea cuando destaca la importancia de la organización social en la consecución de los objetivos del desarrollo. Los diferentes estilos que él relata, de forma tan amena y correcta, constituyen un análisis del éxito o fracaso de diversos países en su intento de alcanzar un mayor nivel de bienestar social. Buenas lecciones. Animo a los lectores a realizar un estudio sosegado de las siguientes páginas. Josep Mª Jordán Galduf Catedrático de Economía Aplicada Universidad de Valencia
Introducción Este libro se ha escrito para que sirva como manual, como referencia bibliográfica básica, a estudiantes de ciencias sociales, en particular, de Economía, Sociología y Política. Su objeto de estudio es el desarrollo; no obstante, conviene hacer tres matizaciones. La primera es que se centra en el papel de “lo económico” en el proceso de desarrollo, aunque no se omiten aspectos políticos, culturales, geográficos y de cualquier otra disciplina cuando son relevantes para explicar dicha relación. La segunda es que se ha pretendido adoptar un planteamiento de Economía Política, es decir, no se trata de estudiar para saber sin más, sino para intentar cambiar la realidad de alguna manera determinada. La tercera está directamente relacionada con la anterior, la realidad que se pretende cambiar es la del subdesarrollo; es decir, no se aborda el desarrollo de las economías desarrolladas, sino de aquellas que han logrado o están logrando salir del subdesarrollo y de aquellas que no lo consiguen. Los dos primeros capítulos son los más abstractos. En el primero se introduce la idea de desarrollo, se perfila y se dinamiza. En el segundo se disecciona ésta idea y se concreta utilizando la categoría analítica de estilo de desarrollo. Tras estudiar estos dos primeros capítulos dispondremos de un método para analizar situaciones concretas de desarrollo, es decir, experiencias reales que han tenido lugar en distintos espacios y tiempos históricos. A esto se dedican el resto de los capítulos. El tercero se refiere al primer estilo a analizar, el desarrollo basado en la exportación de bienes primarios, que fue el primero desde el punto de vista histórico y el más extendido por el planeta. Precisamente su crisis explica el resto de estilos que analizaremos. Así, el cuarto describe la situación de las economías que no han sabido, podido o querido salir de dicha crisis y permanecen en una situación de estancamiento crónico o regresión, típica del Cuarto Mundo. El resto de capítulos se dedica a diversos intentos de salir de la crisis del modelo exportador primario y tienen como nexo común haber apostado por la industrialización, aunque bajo distintas modalidades. La primera de ellas se estudia en el capítulo cinco; se trata de una industrialización que sustituye importaciones y fue aplicada extensamente, especialmente en América Latina. Por el contrario, en el capítulo seis se estudia una industrialización orientada a la exportación, característica del sudeste asiático. En ambos casos, se trató de procesos realizados en un contexto de economía de mercado. La otra posibilidad, es decir, la industrialización en un contexto de economía de planificación centralizada, se estudia en los dos últimos capítulos. Así el
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Introducción
séptimo estudia la estrategia de desarrollo autónoma, realizada en China e India, y el octavo y último se centra en el caso de Cuba, como ilustrativa de una industrialización periférica. Este texto no pretende describir la geografía económica del mundo contemporáneo, pero ofrece pistas para entender cómo está configurada buena parte de él y por qué es así. Tampoco pretende ser una teoría general, sino una caja de herramientas conceptuales, extraídas de experiencias reales, que puedan servir para aprehender otras experiencias no contempladas en este libro. Es, tan sólo, la propuesta de un método para abordar el estudio de diversas políticas de desarrollo y de los estilos que éstas generan.
Capítulo 1
El concepto de desarrollo El concepto de desarrollo es probablemente uno de los que mayor carga ideológica oculta contiene, ya que su uso habitual, especialmente en el ámbito político, lo ha convertido en un sinónimo fácil de cualquier aspiración, empleándose frecuentemente de forma tan ambigua que no permite delimitar su contenido preciso. Cualquiera daría su apoyo a una frase como: “Deseamos el desarrollo de nuestra sociedad”. Pero estamos refiriéndonos implícitamente a un salto desde lo que hay (la situación actual) hasta lo que debería haber (una situación futura deseada). Podríamos llegar a un acuerdo sobre cuál es la situación actual, pero resulta más difícil consensuar cuál es la situación futura deseable, especialmente si no podemos alcanzarlo todo simultáneamente y hemos de elegir qué aspectos son los prioritarios. Y aún es más difícil llegar a acuerdo si consideramos el “por dónde” transitamos desde lo que hay hasta lo que queremos, pues cada camino tiene consecuencias diferentes; por ejemplo, crecemos primero y luego repartimos o viceversa, o ambas cosas simultáneamente. En el salto es donde frecuentemente se incorpora la carga ideológica y en la imprecisión del camino a seguir es donde esta carga se oculta. Siguiendo la evolución del pensamiento económico, se han empleado algunos conceptos similares como riqueza, evolución, progreso, crecimiento o industrialización, permaneciendo en nuestros días como sinónimos de desarrollo que, aunque remiten a algún aspecto relevante de este concepto, no dejan de ser una concepción parcial y fuertemente condicionada por las preocupaciones concretas de cada momento de la evolución del pensamiento económico. Como indican Sunkel y Paz (1986, 16): “Cada concepto (empleado como sinónimo del desarrollo) destaca así un aspecto particular de la problemática del desarrollo y de esa manera constituye de hecho un diagnóstico de las causas básicas y de la política de desarrollo, puesto que el concepto prejuzga en qué sentido se debe actuar para alcanzar el desarrollo.”
1.1. Primeras aproximaciones al concepto de desarrollo Siendo así, no es posible evadir la componente ideológica y lo más sensato es sacarla a la luz para evitar confusiones y malentendidos. No obstante, no podemos establecer aquí y ahora qué vamos a entender por desarrollo, es decir, no podemos emitir una definición precisa y de validez universal
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(para todos y para siempre). Como mucho, podemos establecer una primera aproximación vaga al concepto de desarrollo, pero que lo vincula directamente con la (des)igualdad y las relaciones norte-sur: “(El desarrollo es) un proceso de cambio social (referido) a un proceso deliberado que persigue como finalidad última la igualación de las oportunidades sociales, políticas y económicas, tanto en el plano nacional como en relación con sociedades que poseen patrones más elevados de bienestar material. Sin embargo, esto no significa que dicho proceso de cambio social tenga que seguir la misma trayectoria, ni deba conducir necesariamente a formas de organización social y política similares a las que prevalecen en los países actualmente industrializados o desarrollados de uno u otro tipo”. (Sunkel y Paz, 1986, 22) Esta aproximación, aunque es suficientemente amplia, saca a la luz tres características importantes del desarrollo. En primer lugar, se trata de un proceso social de cambio, es decir, implica que las sociedades evolucionan como organismos vivos, como un animal y una planta, y no se trata de estructuras inalterables como los minerales. Esto abre la posibilidad a la innovación social, es decir, no existe una senda del desarrollo, sino que se pueden abrir nuevos caminos, se puede inventar. En segundo lugar, dicho proceso de cambio es deliberado y persigue una finalidad, por tanto, en la evolución de la sociedad hay una componente de intencionalidad, es decir, la sociedad o una parte de ella es capaz de orientar su evolución, escapando así del determinismo histórico y dando pleno sentido a la política. Por último, se hace explícita su finalidad última, la igualación de oportunidades, que es condición necesaria pero no suficiente para la igualdad, permitiendo integrar los comportamientos individuales en la dinámica de la sociedad en su conjunto. Esta aproximación nos permite ir delimitando el concepto de desarrollo que aquí se adopta. No obstante, esta concepción es aún demasiado imprecisa para que nos sea útil posteriormente, cuando analicemos la dinámica de sociedades concretas. En este sentido, Furtado (1983, 27) nos ofrece una segunda aproximación; él considera que: “En rigor, la idea de desarrollo posee por lo menos tres dimensiones: (1) la del incremento de la eficacia del sistema social de producción, (2) la de la satisfacción de las necesidades elementales de la población y (3) la de la consecución de objetivos a los que aspiran los grupos dominantes de una sociedad y que compiten en la utilización de recursos escasos.” Respecto a la primera dimensión, entenderemos que una mayor eficacia del sistema social de producción significa que la base material que sustenta a la sociedad, el ámbito productivo, aumenta su capacidad para obtener
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bienes y servicios. Esto implica actuar sobre la economía para ampliar su capacidad productiva o para mejorarla con métodos más eficientes, mediante inversiones, por ejemplo. Se tiende a identificar esta primera dimensión con la idea de crecimiento, que solemos valorar como algo positivo, sin embargo este prejuicio puede ser peligroso, ya que la eficacia se refiere al logro de determinados objetivos (si éstos se alcanzan habrá eficacia, si no, ineficacia), pero, ¿quién establece los objetivos? Puede que los determine una mayoría amplia de la sociedad, pero también un grupo minoritario. Es decir, aunque aparenta ser la dimensión puramente “técnica” de la idea de desarrollo, no es así. Supongamos que un grupo social, llamémosle A, prefiere un crecimiento económico rápido aun a costa de una creciente desigualdad social, mientras que el grupo B condiciona el ritmo de crecimiento a que éste se distribuya de una manera igualitaria. Para A la “mayor eficacia del sistema social de producción” se mide respecto a un solo objetivo, el crecimiento, mientras que B lo medirá respecto a dos, crecimiento e igualdad. Si se produce un crecimiento rápido con mayor desigualdad, A valorará el proceso como eficaz, pero B como ineficaz. La segunda dimensión está estrechamente vinculada a un patrón mínimo de bienestar de la población, algo así como una cesta de bienes y servicios que la sociedad considera esencial para todos y cada uno de sus miembros. No obstante, hay que tener en cuenta que a las necesidades consideradas generalmente como esenciales (alimentación, sanidad, educación, etc.) se añaden de forma creciente y acelerada otras, más subjetivas pero tan apremiantes como las primeras, a través de un proceso de generación de nuevas necesidades (Lacoste, 1984, 85-100). Según Prebisch (1981) este proceso tiene su origen en la dinámica inherente a las economías capitalistas desarrolladas (el Centro), fundamentada en el lanzamiento de productos nuevos para el consumo de sectores privilegiados, que progresivamente va transformándose en consumo de masas a través de la expansión y consolidación de estas producciones. Estas nuevas formas de consumo emanan desde estas sociedades desarrolladas hacia el resto del Mundo (la Periferia) a través de diversos canales como la publicidad, el cine y la televisión y el resto de sociedades las imitan. Estas imitaciones, que se inician a través de los sectores privilegiados de estas sociedades periféricas, van siendo asimiladas como pautas de consumo deseable y pasan a constituir aspiraciones sociales legítimas, es decir, patrones esenciales de bienestar material (independientemente de la capacidad real de cada sociedad para obtenerlas). Este proceso, que tiene su origen en el Centro, actúa en la Periferia elevando y diversificando aquello que la sociedad considera como necesidades esenciales. Por tanto,
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la cesta básica se modifica en el espacio (a qué sociedad nos referimos) y en el tiempo (a qué etapa histórica de esa sociedad nos referimos). La tercera dimensión se vincula directamente a la intencionalidad inherente a todo proceso de cambio social. Concebimos la sociedad como el conjunto de individuos que la integran, pero “todos no somos iguales” y tendemos a juntarnos con aquéllos que se nos parecen, formando grupos diferenciados. Los componentes de estos grupos comparten situaciones y aspiraciones más o menos comunes a todos ellos y distintas a las de otros grupos. Algunos de estos grupos pueden tener una posición dominante respecto al resto y aprovecharla para utilizar los recursos de la sociedad para lograr sus intereses de grupo, orientando así la evolución de la sociedad en su conjunto. Otros grupos, con intereses distintos, percibirán que dicha evolución no es la más adecuada si no logra los intereses de su propio grupo, es decir, para éstos se estarán desperdiciando recursos comunes en asuntos que no son prioritarios. Como indica Furtado (1983, 27): “La tercera dimensión es ciertamente la más ambigua, pues aquello a lo que aspira un grupo social puede simplemente parecer desperdicio de recursos a otros. De ahí que esta tercera dimensión solamente llegue a ser percibida como tal como parte de un discurso ideológico. Así, la concepción de desarrollo de una sociedad no es ajena a su estructura social, y tampoco la formulación de una política de desarrollo y su implantación son concebibles sin preparación ideológica.” Nótese que el concepto de desarrollo de Sunkel y Paz es más estrecho que la idea de Furtado, ya que el primero es un caso particular del segundo: el caso en el que “los objetivos a los que aspiran los grupos dominantes de una sociedad” se concretan en última instancia en “la igualación de las oportunidades sociales, políticas y económicas”. Pero no tiene por qué ser así siempre y esta ambigüedad en la tercera dimensión origina graves problemas analíticos cuando se trata de identificarla e interpretarla en el estudio de un caso real concreto. Esta dificultad es debida principalmente a que el discurso ideológico que permite percibirla no siempre es explícito, ni diáfano, ni preciso.
1.2. Una taxonomía del subdesarrollo Con el objeto de mostrar el significado de la conocida expresión “diversidad dentro de la unidad”, vamos a construir una tipología de situaciones de (sub)desarrollo (Grellet, 1986). Para establecer tipos necesitamos criterios para clasificarlos y, combinándolos, elaborar una taxonomía. Vamos a elegir tres indicadores, uno para cada criterio: (1) el Producto Interior
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Bruto per cápita (un indicador), que nos medirá el nivel de renta como una aproximación al nivel de riqueza alcanzado por una sociedad (un criterio), (2) el porcentaje de producción industrial respecto de la producción total del país, que nos indicará que nivel de industrialización ha alcanzado su economía y (3) la Esperanza de Vida en el Nacimiento, que medirá el grado de cobertura de las necesidades esenciales de su población. Adviértase que podríamos haber elegido otros criterios y otros indicadores, en cuyo caso estaríamos focalizando nuestra atención en otros fenómenos vinculados al desarrollo. También podríamos haber establecido más de tres criterios, en cuyo caso obtendríamos una visión más detallada de la situación de la sociedad. Vamos a comprobar si una sociedad está desarrolla o no y para ello estableceremos tres listones: (1) si su PIBpc (Producto Interior Bruto per cápita) es mayor de 1.000 USD, será rico, en caso contrario, será pobre; si su PI/ PNB (porcentaje de producción industrial respecto de la producción total) es mayor de 20% estará industrializado, si no, no; y (3) si la EVN (Esperanza de Vida en el Nacimiento) es superior a 60 años de vida, consideraremos que su población cubre sus necesidades esenciales, pues en caso contrario no viviría tanto tiempo. Si una economía está desarrollada, según estos tres criterios, ha de superar los tres listones: ha de ser rico, estar industrializado y su población cubre sus necesidades esenciales. Advertencia: cuidado con los indicadores. Son sólo intentos de cuantificar un fenómeno social real, pero no son “el fenómeno”, sólo una aproximación más o menos acertada a su medición. Las limitaciones de los indicadores son muchas. Por ejemplo, los promedios estadísticos nos indican cuál sería la situación de una persona que estuviese exactamente “en el medio de la sociedad”, pero puede que esta persona promedio no exista realmente, es más puede que la distribución real del fenómeno se aleje mucho de la moda estadística. También ocurre que el porcentaje, el peso relativo de un fenómeno, no muestre qué hay realmente detrás de él, por ejemplo, ¿qué tipos de actividades industriales hay detrás de un 20% de industrialización? ¿Son actividades de alto nivel tecnológico con buenas perspectivas de crecimiento o tradicionales y condenadas a desaparecer? ¿Crean mucho empleo o poco? ¿Sus trabajadores tienen un buen salario o sólo les permite malvivir? ¿Qué impacto medioambiental tiene esa industria? Por tanto, cuidado con las conclusiones a las que llegamos a partir de los indicadores.
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José M. March Poquet Tabla 1.2.1 Criterio
Riqueza
Industria
Bienestar
Indicador
PIB pc
PI/PIB
EVN
Límite
↕ 1.000 USD
↕ 20%
↕ 60 años
1
↓
↓
↓
2
↓
↓
↑
3
↓
↑
↓
4
↓
↑
↑
5
↑
↓
↓
6
↑
↓
↑
7
↑
↑
↓
8
↑
↑
↑
Fuente: Elaboración propia a partir de Grellet (1986, 34-45)
Si combinamos los tres criterios obtendremos ocho categorías de situaciones (véase la Tabla 1.2.1). Cuatro de ellas corresponden a países ricos; de éstas sólo dos corresponden a países industrializados; y de éstas sólo una corresponde a sociedades que cubren las necesidades esenciales de su población. Es decir, si estos tres criterios conjuntamente definen una situación de desarrollo, sólo un tipo de país está desarrollado, el resto son situaciones de subdesarrollo, aunque distintas. La primera, en la que no se supera ningún listón, correspondería a las sociedades más alejadas del patrón que hemos establecido, mientras que el resto se encontrarían “parcialmente” subdesarrolladas. Por tanto, existe una gran “diversidad dentro de la unidad” y sería mayor si aumentásemos la cantidad de criterios clasificatorios empleados. Esta tipología, meramente ilustrativa, nos refleja la situación en un momento dado; estática, a modo de fotografía, no nos indica de dónde viene esa sociedad ni qué tendencia presenta de cara al futuro. Para obtener una visión más dinámica, necesitamos comparar en el tiempo varias fotografías y uniendo fotogramas, obtendríamos una película. Para dinamizar nuestra tipología, compararemos las fotografías (indicadores en un momento) tomadas en varios momentos consecutivos (series históricas de indicadores). Ahora ya no haremos afirmaciones estáticas sino dinámicas, estaremos hablando de ocho tipos de evoluciones. Una de ellas es la de una sociedad que ha ido aumentando su riqueza durante el período considerado, también su nivel de industrialización y la esperanza de vida de su población. Está sería la evolución más deseable según los tres criterios que hemos seleccionado,
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este país iría viento en popa si las tendencias pasadas no se rompen. Habría un segundo grupo de países que van por buen camino, pero fallan en un aspecto, sea que no están incrementando el nivel de riqueza, sea que no se están industrializando o sea que su población no mejora en cuanto a condiciones de vida. Algo falla, algo les impide tomar el mejor camino. Hay también otro grupo en el que ocurre lo mismo pero la cosa es más grave, ya que de las tres condiciones de desarrollo sólo progresa una, el resto permanece estancado en situación de subdesarrollo. La última categoría evolutiva es la de aquel país que no está creciendo, no se está industrializando y no logra mejorar el bienestar de su población, es la evolución de lo que algunos denominan el “Cuarto Mundo”, las situaciones y tendencias más duras y difíciles dentro del “Tercer Mundo”. Esta tipología dinámica nos ofrece una visión más atractiva que la estática, sin embargo, también es más peligrosa. Por un lado, se construye a partir de las fotografías (indicadores de situación o de coyuntura) y, por tanto, hereda las limitaciones de éstas y nos puede mostrar “películas” (indicadores de tendencias) erróneas. Por otro, la película que hemos rodado nos muestra el pasado, pero nada garantiza que en el futuro las tendencias identificadas se prolonguen, es decir, extrapolar alegremente es tentador, pero peligroso si hemos de tomar decisiones o emitir recomendaciones en base a ello. Además, queda pendiente una cuestión importante, los “por qué”: ¿Por qué no crece? ¿Por qué no se industrializa? ¿Por qué no aumenta su bienestar social? Si bien la tipología nos da pistas importantes sobre la evolución de un país, no nos informa mucho sobre las causas que la explican. Tendremos que buscar la explicación en otro lugar. Pero antes pondremos nuestra atención en una de las concepciones de desarrollo más importantes en la actualidad: los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), a modo de ejemplo ilustrativo de lo expuesto hasta aquí.
1.3. Una concreción del concepto de desarrollo: los ODM En 2000, tras décadas de discursos retóricos, “la mayor reunión de dirigentes mundiales que se haya dado en la historia” (Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas, 2005) se comprometió a erradicar buena parte de la pobreza extrema del mundo y, por primera vez, se atrevieron a fijar metas cuantitativas y fechas límite. Este esfuerzo directo se concreta en ocho objetivos, que se traducen en veintiuna metas y se miden mediante cincuenta y ocho indicadores, cuantificados y fechados (véase la Tabla 1.3.1). Las 21 metas se aplican a 10 grupos de regiones, es decir, disponemos de 210
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valoraciones, obtenidas a partir de las aproximaciones que ofrecen los indicadores. Las cifras oficiales de 2009 (DESA, 2010a) permiten apreciar algunos resultados cuantitativos significativos (Tabla 1.3.2). En cuanto a éxitos, de las 210 metas establecidas, se han alcanzado 29 de ellas y otras 40 habían progresado a un ritmo que se considera suficiente para lograrlas en 2015. Sin embargo, 25 de ellas están estancadas y 80 evolucionan demasiado lentamente. Sobre las 36 restantes no disponemos de información. Esto significa que: sólo podemos estar “satisfechos” de un tercio del trabajo realizado; respecto a un 17% no sabemos qué ha ocurrido; y la mitad del trabajo está por hacer en menos de cinco años y en un contexto más adverso (tras la crisis de 2008). Si nos centramos en el tercio “satisfactorio”, de las 29 metas alcanzadas, 5 de ellas partían con un nivel de ambición muy bajo y 4 con un nivel modesto, es decir, no se trataba de erradicar dimensiones de la pobreza, sino tan sólo de aliviarlas. De las 20 restantes, 11 de ellas se refieren a la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y a América Latina y El Caribe (ALEC), regiones que partían de una situación, en general, menos adversa. Respecto a las 40 metas que han progresado suficientemente, confiemos en que la crisis mundial, el incremento de los precios de los alimentos y de la energía, los efectos del cambio climático y otras tragedias no reviertan la tendencia experimentada hasta 2009, aunque los datos indican que ya comenzó esta involución (DESA, 2010b). Del 2000 al 2005 la evolución fue esperanzadora (hacia arriba), pero desde entonces las cosas han empeorado en determinadas regiones, en las que se ha estancado e incluso se ha retrocedido (hacia abajo), dibujando una parábola invertida. Otro resultado destacable es la distribución territorial de los progresos. Las regiones más próximas a los países ricos o a las economías emergentes (la parte europea de la CEI y el este y el sudeste asiático) son las ganadoras; el norte de África, ALEC y la parte asiática de la CEI se encuentran en una posición intermedia; y las perdedoras son el sur y oeste de Asia, Oceanía y, sobre todo, el África subsahariana, que no ha alcanzado ninguna meta, ni lleva camino de lograrlo. Si los éxitos son perdurables, es decir, son capaces de mantenerse sin asistencia externa, quizás se pueda compensar el “agravio” territorial redistribuyendo la ayuda hacia las regiones más necesitadas. La duda que se plantea y que los indicadores no permiten resolver es si efectivamente son viables sin inyecciones de recursos externos (véase el Recuadro 1.3.1).
Desarrollo económico: estilos y políticas
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Tabla 1.3.1 Meta Cuánto Cuándo Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre 1a Reducir el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día 50% 2015 1b Lograr empleo pleno y productivo, y trabajo decente. 100% 1c Reducir el porcentaje de personas que padecen hambre 50% 2015 Objetivo 2: Lograr la enseñanza primaria universal Asegurar que los niños/as de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de 2a 100% 2015 enseñanza primaria Objetivo 3: Promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer Eliminar las desigualdades entre los sexos en la enseñanza primaria y secundaria (en 2005 (3a) 2005) y en todos los niveles de la enseñanza (en 2015) (NO Tabla de Progresos) 2015 Igualdad en la matriculación de niñas en centros de enseñanza primaria (No en Lista (3b) Oficial) (3c) Porcentaje de mujeres con trabajo renumerado (No en Lista Oficial) (3d) Igualdad de representación femenina en los parlamentos nacionales (No en Lista Oficial) Objetivo 4: Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años 4a Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años 67% 2015 (4b) Vacunación contra el sarampión (No en Lista Oficial) Objetivo 5: Mejorar la salud materna 5a Reducir la mortalidad materna 67% 2015 5b Lograr el acceso universal a la salud reproductiva 100% 2015 Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades 6a Haber detenido y comenzado a reducir la propagación del VIH/SIDA 2015 (6b) Lograr el acceso universal al tratamiento del VIH/SIDA (NO Tabla de Progresos) 100% 2010 Haber detenido y comenzado a reducir la incidencia del paludismo y otras enfermedades 6c 2015 graves Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacio(7a) nales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente (NO Tabla de Progresos) Reducir la pérdida de biodiversidad, alcanzando una reducción significativa de la tasa de 7b 2010 pérdida (Reducir la pérdida de bosques) 7c Reducir el porcentaje de personas sin acceso sostenible al agua potable 50% 2015 7c’ Reducir el porcentaje de personas sin acceso a servicios básicos de saneamiento 50% 2015 Haber mejorado considerablemente la vida de por lo menos 100 millones de habitantes 7d 2020 de tugurios Objetivo 8: Fomentar una alianza mundial para el desarrollo Desarrollar aún más un sistema comercial y financiero abierto, basado en normas, (8a) previsible y no discriminatorio. (NO Tabla de Progresos) Atender las necesidades especiales de los países menos adelantados. Incluye el acceso libre de aranceles y cupos de las exportaciones de los países menos adelantados; el programa mejorado de alivio de la deuda de los países pobres muy endeudados (PPME) y (8b) la cancelación de la deuda bilateral oficial, y la concesión de una asistencia oficial para el desarrollo más generosa a los países que hayan expresado su determinación de reducir la pobreza. (NO Tabla de Progresos) Atender las necesidades especiales de los países en desarrollo sin litoral y de los peque(8c) ños Estados insulares en desarrollo. (NO Tabla de Progresos) Abordar en todas sus dimensiones los problemas de la deuda de los países en desarrollo (8d) con medidas nacionales e internacionales a fin de hacer la deuda sostenible a largo plazo En cooperación con las empresas farmacéuticas, proporcionar acceso a medicamentos (8e) esenciales en los países en desarrollo a precios asequibles. (NO Tabla de Progresos) En colaboración con el sector privado, dar acceso a los beneficios de las nuevas tecnolo8f gías, en particular los de las TIC (Usuarios de Internet) Hay diferencias entre las metas de la Lista Oficial de ODM y la Tabla de Progresos Mundial de 2009. Estas discrepancias se indican mediante paréntesis en la primera columna y se señala en la segunda columna si “NO figuran en la Lista Oficial” o “NO figuran en la Tabla de Progresos”.
Fuente: CEPAL: Objetivos, metas e indicadores de los ODM y Tablas de Progreso Mundial