POLICÍA COMUNITARIA UNA POLICÍA PARA LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI
CATY VIDALES RODRÍGUEZ JOSÉ LUIS CARQUE VERA (Coords.) JORGE M. AGUIRRE HERNÁNDEZ ARTURO ARANGO DURÁN JOSÉ LUIS CARQUE VERA MIGUEL ÁNGEL GANDARILLAS SOLINÍS BEATRIZ LARRIBA HINOJAR JOSÉ MARTÍN TREVIÑO SOSA MANUEL RODRÍGUEZ HERRERA LUIS SALAS
Valencia, 2014
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Índice PRESENTACIÓN............................................................................................... 9 Caty Vidales Rodríguez I. POLICÍA COMUNITARIA LA POLICÍA COMUNITARIA: UNA APROXIMACIÓN A SU CONCEPTO Y PRINCIPIOS.................................................................................................. 15 Manuel Rodríguez Herrera LA POLICÍA COMUNITARIA Y SU EVALUACIÓN......................................... 65 Luis Salas EL SISTEMA DE POLICÍA COMUNITARIA EN JAPÓN: LA POLICÍA KOBAN (Community-Based Police System in Japan: KOBAN Police).......................... 87 Beatriz Larriba Hinojar II. POLICÍA COMUNITARIA EN ESPAÑA SEGURIDAD CIUDADANA, POLÍTICAS DE SEGURIDAD Y ESTRATEGIAS POLICIALES................................................................................................. 101 Caty Vidales Rodríguez LA EXPERIENCIA DE POLICÍA DE PROXIMIDAD EN ESPAÑA................... 127 José Fco. Cano de la Vega NUEVOS RETOS DE LA POLICÍA COMUNITARIA: EN BUSCA DEL DIÁLOGO PERMANENTE ENTRE VECINOS Y POLICÍA. Programa de participación vecinal sistemática a través de un nuevo servicio de proximidad de la PLCS (PROXPOL).................................................................................................. 133 José Luis Carque Vera III. POLICÍA COMUNITARIA: ASPECTOS APLICATIVOS PERFIL Y MÉTODOS DEL AGENTE DE SEGURIDAD CIUDADANA EN LA SOCIEDAD DIVERSA................................................................................... 249 Miguel Ángel Gandarillas Solinís REALIZACIÓN DE MICRO SITIOS A TRAVÉS DE LA RACIONALIDAD DE LA CIUDAD Y SU APLICACIÓN EN LA POLICÍA DE PROXIMIDAD....... 305 Arturo Arango Durán
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Índice
IV. POLICÍA COMUNITARIA Y DELINCUENCIA VIOLENTA. EL CASO DE MÉXICO EL MODELO POLICIAL EN MÉXICO............................................................. 381 José Martín Treviño Sosa LA CONSTRUCCIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS, CON PARTICIPACIÓN SOCIAL, PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA Y LA DELINCUENCIA: EL CASO NUEVO LEÓN, MÉXICO.................................................... 405 Jorge M. Aguirre Hernández
PRESENTACIÓN Caty Vidales Rodríguez
Profesora Titular de Derecho Penal Directora del Centro de Estudios sobre Prevención y Seguridad Universitat Jaume I
Pocas dudas pueden albergarse respecto de que la seguridad ciudadana se ha convertido en un problema social de enorme magnitud. Y, asimismo, escaso margen queda para la duda de que la policía tiene asignado un papel absolutamente fundamental en este tema. Sin pretender cuestionar en modo alguno éste, se advierte, sin embargo, la necesidad de revisar ciertos planteamientos con el fin de adecuar las estrategias policiales a las constantes demandas sociales de mayor seguridad. Estas exigencias, lejos de conformarse con la eficacia frente al delito —en especial en relación con algunas manifestaciones de la delincuencia— parecen reivindicar también una actuación tendente a apaciguar el sentimiento de inseguridad que se ha venido generalizando. Ni que decir tiene que, en este contexto, la labor policial adquiere una nueva dimensión. El Centro de Estudios sobre Prevención y Seguridad del Departamento de Derecho Público de la Universitat Jaume I, consciente de la necesidad de abordar el análisis de los modelos policiales que permitan afrontar con mayores garantías de éxito el desafío que la seguridad ciudadana supone, ha iniciado una línea de investigación en la que la seguridad resulta prioritaria. Por esta razón ha venido organizando diversas actividades en colaboración con el Ayuntamiento de Castellón. Entre éstas, destaca la celebración de dos Congresos centrados en esta problemática y que arrojaron como principal conclusión que uno de los modelos que mejor se adapta a las nuevas necesidades sociales es la conocida como policía comunitaria o policía de proximidad. En la presente obra se recogen algunas de las ponencias expuestas por destacados expertos en los referidos Congresos. Se incorporan, además, otros trabajos que, aunque no fueron expuestos con ocasión de los mismos, inciden en la problemática tratada. Ello no quiere decir que con estas contribuciones se agoten todas las cuestiones merecedoras de estudio, antes al contrario, se ha optado por postergar aquellas que, sin duda, merecen un análisis más detenido.
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El libro se divide en cuatro apartados. En el primero, a modo de introducción, se precisa el concepto de policía comunitaria y los principios que la rigen; así como la referencia, necesariamente escueta, a determinadas experiencias llevadas a cabo en algunos de los países que han optado por implementar este modelo de policía. El segundo de los capítulos, dedicado a nuestro país, comienza con un breve estudio de los distintos modelos policiales con el fin de valorar las ventajas e inconvenientes que presenta cada uno de ellos y las posibilidades reales de su adopción. A continuación, se esboza el sistema público de seguridad, haciendo especial hincapié en las iniciativas seguidas en orden a poner en práctica dicho modelo. Finalmente, se describe el denominado modelo Proxpol que sin abandonar la filosofía que inspira la policía comunitaria, viene a suponer un paso más y, sin duda, constituye una experiencia innovadora. El tercer capítulo aborda algunos de los aspectos aplicativos que precisa. De este modo, se contiene una alusión al perfil que debe presentar el agente de seguridad atendiendo a las características de la sociedad actual que, entre otros rasgos, se caracteriza por su diversidad. Asimismo, tiene su sede en este apartado la división y racionalización de la ciudad con el fin de crear micro espacios que permitan una mayor eficacia policial. Y, dado que el modelo de policía comunitaria enfatiza la relación entre policía y comunidad, resulta necesario hacer una mención a la participación ciudadana en la vigilancia y prevención del delito. El último de los capítulos pretende demostrar que el modelo objeto de análisis no tiene por qué quedar reducido a hacer frente a la llamada delincuencia menor; sino que, muy al contrario, puede ser capaz de proporcionar una respuesta válida a las manifestaciones más graves de la delincuencia. Así se explica la inclusión de la referencia a un país como México en el que el fenómeno de la criminalidad se deja sentir con especial intensidad. Una vez expuesta la estructura de la obra, me gustaría expresar mi agradecimiento a todas aquellas personas que han hecho posible este proyecto común. En primer lugar, a todos los que han colaborado en la misma y, muy especialmente, a quienes nos honraron con su participación en los Congresos mencionados por haber accedido a compartir su tiempo y sus valiosos conocimientos. En segundo lugar, a mis compañeros del Centro de Estudios sobre Prevención y Seguridad por su incondicional apoyo. Y, finalmente, a D. José Luis Carque Vera, Intendente General Jefe de la Policía Local de Castellón, por su decidida implicación y el compromiso personal asumido con el Centro.
Presentaci贸n
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No quisiera poner fin a esta breve presentaci贸n sin mencionar a quienes no ahorran esfuerzo alguno para dar cabal cumplimiento al mandato constitucional de posibilitar el ejercicio de nuestros derechos en libertad y que, en muchos casos, no dudan en ofrecer lo mejor de s铆 mismos para garantizar la seguridad ciudadana que les compete. Sirva este trabajo de sencillo, pero sentido homenaje.
I. POLICÍA COMUNITARIA
LA POLICÍA COMUNITARIA: UNA APROXIMACIÓN A SU CONCEPTO Y PRINCIPIOS Manuel Rodríguez Herrera
Inspector Jefe de Proximidad. Policía Local de Castellón
SUMARIO: 1. INTRODUCCIÓN. 2. UN BREVE ACERCAMIENTO A LOS DISTINTOS MODELOS DE GESTIÓN POLICIAL. 2.1. Enfoque basado en la respuesta. 2.2. Enfoques basados en el orden. 2.3. Enfoques basados en el análisis. 2.4. Enfoques basados en la comunidad. 2. EL CONCEPTO DE POLICÍA COMUNITARIA O POLICÍA DE PROXIMIDAD. 2.6. Una conceptualización adecuada al sistema de seguridad pública español. 3. PRINCIPIOS QUE CONFIGURAN LAS ESTRATEGIAS DE POLICÍA COMUNITARIA O DE PROXIMIDAD. 3.1. La participación ciudadana. La implicación de la comunidad en la seguridad pública. 3.2. El trabajo interinstitucional, inter-agencias o multidisciplinar en el marco de la seguridad pública. 3.2.1. El trabajo en equipo. Estrategias de colaboración. 3.2.2. El liderazgo. 3.3. La adaptación de la cultura en las organizaciones policiales a un nuevo modelo policial. 3.4. La innovación en el trabajo policial. 3.4.1. Creatividad e innovación. 3.4.2. Aplicación de las nuevas tecnologías. 3.5. La gestión de la diversidad. 3.6. La innovación en las técnicas de dirección en el ámbito de la seguridad pública. 3.7. La gestión estratégica de la información y la toma de decisiones. La inteligencia en las organizaciones policiales. 3.8. El trabajo en el territorio. La descentralización. 3.9. La evaluación continua de la actividad policial. 3.9.1. Tres criterios para la evaluación de la efectividad de la Policía de Proximidad. A) La eficacia. B) Eficiencia. C) La igualdad. 3.10. Responsabilidad y Transparencia en la gestión de la actividad policial. 4. CONCLUSIONES. 5. BIBLIOGRAFÍA.
1. INTRODUCCIÓN Es indudable que la seguridad y la convivencia ciudadana se han convertido en uno de los parámetros básicos a tener en cuenta a la hora de medir la calidad de vida de los habitantes de cualquier organización social —ya sea una ciudad, una comunidad autónoma o de todo un estado—, junto con otros indicadores más tradicionales, como pueden ser aquellos que miden el grado de calidad con el que se prestan los servicios públicos —educativos, sanitarios o de protección social— o el propio nivel cultural de los miembros que la componen. Esta circunstancia ha derivado en que todos aquellos aspectos vinculados con la seguridad pública se hayan convertido en una de las principales preocupaciones tanto para la propia ciudadanía o sociedad civil, como para
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las distintas Administraciones Públicas que de un modo u otro ostentan competencia en la materia. En consecuencia, disfrutar de un grado de seguridad óptimo —o a sensu contrario de un nivel de inseguridad tolerable— se ha convertido en una de las reivindicaciones básicas de los ciudadanos en busca de la mejora del bienestar social y, correlativamente, en una de las principales preocupaciones para los poderes públicos, que se ven obligados a rediseñar de forma permanente las políticas de seguridad adaptándolas a las necesidades sociales y, consecuentemente, a destinar grandes partidas presupuestarias al mantenimiento del sistema público de seguridad. Igualmente, la gestión actual de los servicios públicos persigue el establecimiento de una administración organizada bajo los criterios básicos de eficacia y eficiencia, más si cabe ante la actual situación de crisis económica, que permita del mismo modo que los usuarios del servicio, la sociedad, asuma un papel relevante en su gestión, lo que implica indudablemente que los propios cuerpos u organizaciones policiales deban adaptarse a este nuevo escenario, adecuando sus estrategias a las nuevas realidades y necesidades de los ciudadanos, así como a los propios principios que van a caracterizar este nuevo paradigma o “nueva gestión pública”. Pero en relación con este debate bilateral, surgido entre la sociedad — entendida en su sentido más amplio como solicitante y destinataria del servicio público de seguridad—, y las propias Administraciones Públicas —como encargadas de la prestación del servicio— en demasiadas ocasiones no se ha concedido la suficiente relevancia al papel que representan los propios cuerpos u organizaciones policiales, como actores fundamentales del sistema de seguridad pública, actores con capacidad para mejorar e innovar en la prestación del servicio público de seguridad, aspectos éstos que, sin duda alguna, redundarán tanto en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, como en la propia gestión pública del servicio ofrecido por las distintas Administraciones Públicas. El presente artículo tiene como objetivo iniciar una reflexión en torno a la conceptualización, a los principios, elementos y características así como la influencia que puede tener en las formas de gestionar la seguridad pública los modelos o enfoques de gestión de la seguridad que toman como fundamento básico las relaciones que se generan entre la Policía y la sociedad, estrategias que deriva en una metodología concreta de gestión del servicio público de seguridad —entendido ésta como la materialización de la actividad policial en las relaciones con la sociedad en la que se integran
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y a la que sirven— como es el modelo de Policía Comunitaria o de Policía de Proximidad.
2. UN BREVE ACERCAMIENTO A LOS DISTINTOS MODELOS DE GESTIÓN POLICIAL Las relaciones y los vínculos que se generan entre una organización policial y la sociedad de un estado no democrático, es indudable que no van a ser las mismas que se van a establecer en una sociedad democrática y participativa, en la que va a primar, entre otros principios, el estricto sometimiento a la legalidad o la transparencia de la actividad de la Administración Pública. Este ejemplo planteado, y a riesgo de ser extremo, sirve como punto de partida para entender que el comportamiento de los cuerpos policiales a lo largo de las últimas décadas no ha sido —ni es en tampoco en la actualidad— el mismo, y así lo evidencian los distintos estudios que se han llevado a cabo y que han analizado las dinámicas y relaciones surgidas entre Policía y sociedad, estudios que revelan que, en cada momento y época concreta de la historia reciente, así como indudablemente ante cada sistema político, la Policía ha desempeñado un papel ciertamente distinto. Esta circunstancia se ha ido reflejando, inevitablemente, en las distintas estrategias utilizadas por las organizaciones policiales a la hora de abordar tanto las relaciones con la sociedad, como el conjunto de funciones que conforman la propia actividad policial. Y así lo han establecido la mayor parte de autores en las obras que han abordado estos aspectos, autores entre ellos cabe destacar a Jack R. GREENE1 o, en el Estado Español, a Antonio RAMÍREZ2, concluyendo que los distintos cuerpos y fuerzas policiales han basado su actividad y han dirigido sus esfuerzos hacia los objetivos planteados a través de la implementación de distintos enfoques o modelos de índole global, relacionados todos ellos con la estrategia policial.
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Jack R. GREENE. La Policía de Proximidad en Estados Unidos: Cambios en la Naturaleza, Estructura y Funciones de la Policía. Justicia Penal del Siglo XXI. Una Selección de Criminal Justice, pp. 358 y ss. 2000. RAMÍREZ, Antonio. Estrategias Sociales de Policía. Ed. Dykinson. 2005.
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Realizando un análisis a los distintos modelos, se puede concluir que los enfoques de estrategia policial más utilizados por las distintas organizaciones policiales se han basado, con las lógicas diferencias y matizaciones, en los siguientes cuatro enfoques clásicos: – Enfoques basados en la respuesta. – Enfoques basados en el orden. – Enfoques basados en el análisis. – Enfoques basados en la comunidad.
2.1. Enfoque basado en la respuesta Una aproximación al enfoque policial fundamentado en la respuesta, va a ofrecer una visión general de cómo venían trabajando gran parte de los cuerpos policiales de todo el mundo hasta bien entrado el Siglo XX —y siguen haciéndolo cierto número de ellos en la actualidad— es decir, va a ofrecer una aproximación al modelo más tradicional de Policía. Este enfoque va a servir como línea de salida para, a partir de este punto, iniciar un breve estudio del proceso de cambio que se ha producido en la mayor parte de los cuerpos policiales, orientando y adaptando su actividad hacia modelos de gestión de la seguridad pública con base en otros paradigmas, como puede ser, aunque no es el único, el de Policía comunitaria o de proximidad. El enfoque policial fundamentado en la respuesta centra su atención fundamentalmente en la actividad delictiva y en el menoscabo de la Ley, con el objetivo principal de detener o sancionar a sus autores y ponerlos a disposición de la Autoridad competente en su caso. Es, en consecuencia, un modelo de reacción policial frente a la infracción al régimen jurídico positivo. Este enfoque es la esencia del denominado modelo legalista de Policía —denominado de esta forma dado que su elemento nuclear es la protección y aplicación del Derecho vigente— que se implantó en EE.UU. a partir de la década de 1930, y que se trasladó y consolidó en la mayoría de países occidentales tras la II Guerra Mundial. Este enfoque policial queda definido por siete características básicas que hicieron evolucionar la dinámica y la forma en la que desarrollaban sus funciones los cuerpos policiales, que partían originariamente y desde su
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establecimiento, de un modelo de gestión fundamentado en la simple autoridad de sus miembros3. Estas siete características que lo configuran son, según la mayor parte de la doctrina científica, entre la que en nuestro país destaca en ya nombrado A. RAMÍREZ4, (1) la proporcionalidad, que no es más que una consecuencia de su fundamentación básicamente legal, es decir, de partir de la norma o de la Ley como soporte de toda actuación policial —no es oportuno actuar en contra quien no ha vulnerado la Ley y, en su caso, la actuación resultará siempre proporcionada a la infracción cometida—5; (2) la innovación tecnológica, que sin duda ha supuso —y supone hoy en día— uno de los principales avances para los cuerpos policiales en las últimas décadas, gracias a la generalización de las patrullas policiales así como la creación y utilización de los sistemas de comunicación —radio comunicación, implantación de redes de telefonía fija y móvil, etc.— sin olvidar la generalización de otras herramientas tecnológicas tales como generalización de la informática, análisis biológicos y genéticos, etc.; (3) la rapidez en la respuesta al requerimiento, que generalizó todo una metodología de trabajo fundamentada sobre la premisa de “a menor tiempo de respuesta, mayor calidad en el servicio policial para la ciudadanía”; (4) la omnipresencia y permanencia de los recursos policiales, a través de la generalización de la patrulla motorizada, que permitió cubrir territorios cada vez más amplios, dotando de una mayor periodicidad en las vigilancias y de una mejor capacidad operativa a los servicios de Policía; (5) una actuación multiforme y completa, fundamentada en que la Policía no solamente se limita a la atención de los requerimientos de la ciudadanía que puedan tener una relación con la actividad criminal, sino que su campo de actuación se ha ampliado sustancialmente alcanzando a cualquier tipo de situación que por la urgencia del
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El modelo policial de autoridad tienen como fundamento en el poder que ostentan de las organizaciones policiales, poder que las sitúa en posición de privilegio dada la supremacía que le confiere el poder político frente al resto de la sociedad. Este enfoque policial, habitual en todos los regímenes políticos autoritarios, se caracteriza por una utilización de la Policía como simple herramienta de control social. Antonio RAMÍREZ nos ofrece en su obra “Estrategias Sociales de Policía” un completo acercamiento a las distintas estrategias de gestión de la seguridad pública así como a los principios que las configuran. Este principio, que sin duda un gran avance en relación con el modelo basado en la Autoridad de los cuerpos policiales que se sustentaba sobre el mantenimiento del orden por encima de consideraciones jurídicas, tienen su principal laguna en su limitación a la actividad puramente criminal —dejando de lado el resto de actos antisociales o que atentan contra la normal convivencia— así como en la falta de cualquier tipo de actividad preventiva.
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momento, sólo la Policía está en condiciones de atender inmediatamente; (6) la eficiencia en la gestión de los recursos y por último, (7) un tratamiento igualitario, fundamentado en la objetiva aplicación de la norma a cada caso o circunstancia concreta.
2.2. Enfoques basados en el orden Si el modelo basado en la respuesta supuso un cambio positivo desde el modelo originario de policía, basado en la autoridad como elemento de legitimización de la actividad policial, el enfoque basado en el orden vino a suponer un nuevo avance en la gestión de la seguridad pública. En este enfoque estratégico se prima evitar el desorden social —fundamentalmente reflejado en infracciones de índole administrativa y en infracciones penales de escasa gravedad— con el objetivo de evitar que derivado del aumento del mismo se lleguen a generar situaciones de inseguridad, por lo que se presenta como un enfoque eminentemente preventivo, aspecto este innovador en relación con el modelo basado en la respuesta básicamente reactivo. El fundamento teórico de este enfoque se encuentra en los estudios llevados a cabo en 1969 por el profesor de Psicología de Standford Philip Zimbardo6. La experiencia del Profesor Zimbardo, conocida como de la “ventana rota” y que en el ámbito de la seguridad pública fue desarrollada y adaptada en marzo de 1982 a través de la publicación de un artículo por parte
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El profesor P. ZIMBARDO colocó un automóvil de 10 años, sin placas de matrícula y con el maletero abierto en una calle del barrio neoyorkino del Bronx, y colocó otro coche de similares características en una calle de un vecindario acomodado en Palo Alto, California. Como era de esperar, el coche situado en el Bronx fue atacado en un plazo de diez minutos desde el momento en que fue dejado en el lugar. A las 24 horas no quedaba nada de valor en el interior del vehículo. Pasado tres días, el vehículo estaba totalmente destruido, como resultado de 23 ataques distintos. La mayoría de los autores de los actos vandálicos, a juzgar por su aspecto y vestimenta, parecían personas respetables. El coche estacionado en Palo Alto permaneció intacto durante más de una semana pese a encontrarse también sin placas de matrícula y con la misma puerta abierta; Con este precedente, propio Zimbardo rompió una ventana del vehículo. A las pocas horas fue imitado por las personas que por allí transitaron y, en unas pocas horas, el coche se encontraba ya boca abajo y completamente destruido, al igual que había sucedido con el coche del Bronx. De nuevo se pudo comprobar que los vándalos aparentaban ser personas respetables.
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de James Q. Wilson, politólogo estadounidense recientemente fallecido, y George L. Kelling, artículo denominado “ventanas rotas: La Policía y la Seguridad vecinal”7, que recuperaba y aplicaba los estudios llevado a cabo en 1969 por el Profesor Zimbardo hacia nuevas teorías sobre la seguridad, las cuales apuntan hacia que el comportamiento humano está extremadamente influenciado por las evidencias, señales o símbolos de orden y desorden. En consecuencia, la observación del desorden hace percibir al sujeto que en ese lugar no hay reglas de comportamiento o que estas no son aplicadas, rebajando la barrera psicológica que le evita cometer actos antisociales. La conclusión que se extrae, a modo de resumen, es que el desorden favorece la comisión de actos antisociales de todo tipo. La estrategia a utilizar por parte de los servicios policiales requiere del análisis previo de qué se va a entender por actos antisociales o desorden. La clave está en partir de la premisa de que desorden no son solamente los propios actos antisociales o que alteran la convivencia. Si orden es sinónimo de equilibrio, armonía y, en definitiva, de integración, debemos concluir que también es desorden —desorden social— la existencia o persistencia de individuos y sobre todo grupo de ciudadanos marginados socialmente o la existencia de barrios degradados. Este desorden, identificado con la falta de servicios y equipamientos, zonas con evidentes señales de desorden social, queda claramente identificado con la marginación. La última cuestión que debemos considerar es cómo debe de ser entonces la actuación policial en este enfoque de carácter preventivo. Esta actuación deberá tener, siguiendo a los principales tres componentes: El de identificación, el social o integrador y, por último, el puramente represivo. La aplicación de este modelo, paradigma del cual fueron los sistemas policiales basados en la conocida como tolerancia cero, supone fuertes inversiones públicas, tanto en recursos materiales como humanos, así como la asunción de determinados riesgos de desviación de los propios objetivos del modelo.
“Broken Windows. The Police and neighborhodd safety”, publicado en The Atlantic Monthly, Volumen 249, Nº 3. pp. 29-38. 1982.
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2.3. Enfoques basados en el análisis El enfoque basado en el análisis se caracteriza por estudiar minuciosamente los problemas de seguridad, en busca de la respuesta más idónea al problema planteado. Es, en consecuencia, un enfoque de carácter eminentemente técnico. El enfoque analítico es la base de la conocida como Policía Orientada a la Solución de Problemas —Policing Oriented Police en el ámbito anglosajón—, cuyo padre intelectual es Herman Goldstein8. En 1979 mientras Goldstein analizaba como la Policía atendía los requerimientos urgentes, descubrió que consumían gran parte de su tiempo en tratar una y otra vez incidentes repetitivos, en lugar de analizar su origen común para intentar de atajar el problema de fondo. Lógicamente, una solución a tales incidentes repetitivos que abordase los problemas desde una perspectiva proacriva, debería de tener un efecto muy positivo sobre la eficacia policial. El enfoque de análisis es esencialmente una herramienta de tipo técnico que se concretiza en un análisis minucioso de un problema concreto, a través de un procedimiento regulado denominado Procedimiento de Solución de Problemas (PSP). El resultado de este procedimiento —idealmente— es la desaparición del problema concreto analizado y tratado o, al menos, su reducción hasta niveles aceptables. En consecuencia, el objetivo último es la prevención específica, frente al enfoque basado en el orden en el que la prevención buscada es de carácter general. La idea central de este enfoque concluye que resulta más eficaz tratar un conjunto de incidentes relacionados, que atenderlos de manera separada una y otra vez, incidentes que pueden ser tanto problemas de convivencia como otras situaciones complejas de seguridad que presentan elementos extrapoliciales, y que en determinadas ocasiones pueden llegar a rebasar la capacidad de actuación puramente policial.
2.4. Enfoques basados en la comunidad Ya por último, y una vez vistos los tres enfoques anteriores, únicamente resta hacer una breve referencia a los enfoques o modelos policiales basados en la sociedad o comunidad.
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GOLDSTEIN, Herman. “Problem-Oriented Policing”. McGraw-Hill. New York. 1990.
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No obstante, y dado que desde el enfoque basado en la comunidad del que surge la fundamentación teórica y metodológica de la Policía de Proximidad o Policía Comunitaria, será en los puntos siguientes del presente estudio en los que se desarrollará algunas de las cuestiones relacionadas con este modelo policial.
2. EL CONCEPTO DE POLICÍA COMUNITARIA O POLICÍA DE PROXIMIDAD Conceptualizar un enfoque o modelo de gestión policial ciertamente complejo como es el de orientación comunitaria requiere, aunque sea muy esquemáticamente, realizar un repaso a lo que es y se entiende como Policía Comunitaria o de Proximidad por la mayor parte de los autores de la esfera internacional. Con este objetivo, el primer paso será ofrecer la definición que de Policía Comunitaria ofrece el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, la institución pública que ha dedicado más esfuerzo e inversión al estudio y difusión de este modelo o enfoque policial. Una vez presentada esta definición inicial, se abordarán las definiciones ofrecidas por los autores más relevantes, que proporcionarán algunas ideas vinculadas con este modelo de gestión policial. Por último, se tratará de adaptar esta conceptualización a la realidad del sistema de seguridad pública español. Pero para empezar, y sin intención de dirigir al lector hacia el desánimo, no se puede obviar que conceptualizar el enfoque comunitario de Policía no va a ser una tarea tan sencilla como en un principio podía parecer. Y así lo entendió también WILLIAMSON9 cuando indicó —con cierto humor británico— que los distintos intentos de definir y aclarar el concepto de Policía Comunitaria son “rather like trying to catch hold of the soap in the bath” que traducido resultaría, más o menos, “como intentar coger una pastilla de jabón en el interior de la bañera”. Esta complejidad se aprecia también en la guía editada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, destinada a la formación de gobernantes locales, en la que el apartado de “definiciones” se indica textualmen-
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WILLIAMSON, T. Community Policing. Journal of Community and Applied Social Psychology, nº 15, p. 153. 2005.
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te que “...si preguntamos a 100 personas que es la ‘Community Policing’, probablemente obtendremos 100 respuestas distintas10”. Pues bien, vistas estas dos reflexiones iniciales, hay que indicar que la definición de Policía Comunitaria ofrecida por el Gobierno Estadounidense —definición de índole básicamente formal— es la siguiente: Community policing is a philosophy that promotes organizational strategies, which support the systematic use of partnerships and problem-solving techniques, to proactively address the immediate conditions that give rise to public safety issues such as crime, social disorder, and fear of crime. (U.S. Department of Justice Office of Community Oriented Policing Services, 2009)11.
Como traducción de esta definición se propone la siguiente: La Policía Comunitaria es una filosofía que promueve estrategias de organización que se apoyan en la utilización de las alianzas —asociación— y las técnicas de resolución de problemas, para abordar de manera proactiva las circunstancias que dan lugar a problemas de seguridad pública, tales como la delincuencia, el desorden social y el miedo a la inseguridad.
Como se aprecia, la definición ofrecida se fundamenta sobre diversas ideas que en sí mismas condensan un alto contenido material en relación con la gestión de la seguridad pública, como son la referencia a una filosofía en el trabajo policial, a la creación de alianzas y a la utilización de técnicas de resolución de problemas, o al abordaje de la seguridad pública desde una perspectiva proactiva. Todas estas ideas deben de ser tenidas muy en cuenta a la hora de realizar un análisis formal de la propia estrategia comunitaria de policía. Si relevante es esta primera definición ofrecida por el Gobierno Norteamericano, no menos importante es la que ofreció en 1983 por Profesor TRAJANOWICZ12, principalmente por ser una de las primeras definiciones que se ofrecieron de este modelo de gestión policial. Para Trajanowicz, la
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Community Policing Explained: A guide for Locals Governments. Gayle Fisher-Stewart. U.S. Departament of Justice, p. 18. 2007. Esta es la definición literal dada por U.S. Department of Justice, Office of Community Oriented Policing Services “definition of Community Policing”. 2009. Para conocer más: www.cops.usdoj.gov. El Dr. TROJANOWICZ, que hasta su prematuro fallecimiento el 11 de febrero de 1994, fue Profesor de Criminal Justice y director —y creador— del National center for Comnunity Policing, en la Universidad de Míchigan. Igualmente, está considerado como el primer investigador Norteamericano en ofrecer a la comunidad científica una visión de la Policía Comunitaria en un artículo publicado
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Policía Comunitaria “...se basa en el concepto en el que la Policía y los ciudadanos, trabajando juntos de manera creativa, pueden ayuda a resolver los problemas actuales de la comunidad, relacionados con la delincuencia, el miedo a la inseguridad, el desorden social y las propias condiciones de la comunidad”13. Y si innovadora fue para la ciencia policial la aportación de Trajanowic, igual de trascendente fue la ofreció ALDERSON14 en el ámbito de Reino Unido unos años antes, concretamente en el año 1979. El propio TILLEY15 —cuya aportación al estudio de la Policía Comunitaria posteriormente se verá— identifica a la obra de Alderson como la más influyente del Reino Unido en materia de Policía Comunitaria. Alderson fue Jefe de Policía —de designación o naturaleza político— administrativa cuya visión de la reforma policial se extendió mucho más allá de una simple definición de los enfoques comunitarios. Alderson partió de los cambios en el tejido social británico, donde, tal y como él mismo indicó “la sociedad se había convertido cada vez más ‘libre, participativa y tolerante’, por lo que un servicio de policía tradicional ya no era el modelo necesario”. En consecuencia, continuó indicando que “la Policía tiene que evolucionar frente a estos cambios de manera efectiva y consensuada”. Su argumentación, surgida como se ha indicado en los últimos años de la década de los 70, hace referencia ya a términos tales como “derechos humanos”, “la sensación de inseguridad” o “a la necesidad de medidas de cooperación social”, términos que aun hoy día tienen cierto carácter innovador y son perfectamente utilizables para establecer los puntos de anclaje de la evolución policial. No obstante, en este apartado dedicado a ofrecer una definición de Policía Comunitaria, tal vez sirva todavía más una serie de argumentos o principios que recogió en su obra “Policing Freedom” en la que bajo el título “Policing Community Order” reflejaba las siguientes cuestiones en relación con la Policía Comunitaria:
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en 1976 bajo el título de “Crime & Delinquency”, por lo que está considerado el padre de la corriente comunitaria vinculada a la seguridad. TROJANOWICZ, Robert et al. “Community Policing. A contemporary Perspective”. Anderson. Cincinnaty. 1998. ALDERSON, J. Policing Freedom. Plymouth: Macdonald and Evans. 1979. TILLEY, N. Modern Approaches to Policing: Community, Problem-orientated and Intelligence-led. En T. NEWBURN (ed.), Handbook of Policing. 2008.