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La novela de la artista y los géneros autobiográficos

COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT HUMANIDADES

Manuel Asensi Pérez

Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada Universitat de València

Ramón Cotarelo

Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia

Mª Teresa Echenique Elizondo

Catedrática de Lengua Española Universitat de València

Juan Manuel Fernández Soria

Catedrático de Teoría e Historia de la Educación Universitat de València

Pablo Oñate Rubalcaba

Catedrático de Ciencia Política y de la Administración Universitat de València

Joan Romero

Catedrático de Geografía Humana Universitat de València

Juan José Tamayo

Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Universidad Carlos III de Madrid

Procedimiento de selección de originales, ver página web: www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales

Ioana Gruia Editora

Kathryn Everly/ Ioana Gruia/ Juan Javier Ortigosa Cano/ María del Pilar Peña-Molina/ Meri Torras Autores

La novela de la artista y los géneros autobiográficos

tirant humanidades

Valencia, 2024

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La

Índice 7
novela de la artista
sentir el fuego
ordenar la llama .................. 9 (Introducción)
Gruia
formación de la artista en Memoria de la melancolía de María Teresa León 19
Everly
Índice La
:
y
Ioana
La
Kathryn
novela de la artista: El cuaderno dorado de Doris Lessing y Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite 29 Ioana Gruia Glosar el silencio: la enunciación de la artista en tres novelas de Elena Poniatowska.................................................................................................... 61 Juan Javier Ortigosa Cano Elementos autobiográficos en la novela de la artista: convergencias entre Doris Lessing y Daniela Hodrová ...................................... 97 María del Pilar Peña-Molina L’animal et son biographe, de Stéphanie Hochet: una taxidermia testamentaria de la escritura autorial ........................................................... 121 Meri Torras Francès

El presente libro ha sido financiado a través del proyecto "La novela de la artista y los géneros autobiográficos", del Plan Propio de Investigación de la Universidad de Granada

La novela de la artista: sentir el fuego y ordenar la llama

(Introducción)

Ioana Gruia

Si la novela del artista o el künstlerroman constituye un ámbito fundamental de la literatura comparada y en concreto del comparatismo interartístico (hay que recordar que el trabajo fundacional de Herbert Marcuse Der Deutsche Künstlerroman, aunque se publica en 1978, es de 1922) y en 1990 Francisco Calvo Serraller publica el estudio de referencia La novela del artista cuyo subtítulo es, de modo muy significativo, El creador como héroe de la ficción contemporánea, a partir de las últimas décadas del siglo XX se ha consolidado también el estudio de «the novel of the Artist as Heroine» (Stewart, 1981), «the female künstlerroman» (Franklin, 1983), el «künstlerinrroman» (Varsamopoulou, 2002) o lo que podemos llamar en español la «novela de la artista» (Gruia, 2023).

¿Qué es la novela de la artista? Aunque Véronique Gély afirma que la expresión «the female künstlerroman» no está exenta de problemas y se pregunta «désigne-t-elle les romans de l’artiste quand l’artiste représentée est une femme? Quand c’est l’auteur du roman qui est une femme? Ou encore quand l’auteur et l’artiste représentées sont des femmes?» (2016: 174), en el presente libro, igual que en el reciente monográfico de la revista Signa (2023), también titulado La novela de la artista, me refiero con esta expresión a las novelas cuyas protagonistas son escritoras, pintoras, cantantes, fotógrafas, etcétera. En suma, la novela de la artista englobaría aquellas novelas centradas en personajes femeninos con una firme apuesta por su faceta creadora, que condiciona profundamente sus experiencias vitales, y en particular el amor.

La mujer creadora, escritora o artista constituye uno de los grandes personajes de la novela contemporánea, según han puesto de manifiesto estudios como A New Mythos, The Novel of the Artist as Heroine, 1877-

1977 de Grace Stewart (1981), «The Birth of the Artist as Heroine: (Re) production, the Kunstlerroman Tradition, and the Fiction of Katherine Mansfield» de Susan Gubar (1981), Portrait of the Artist as a Young Woman: the Writer as Heroine in American Literature de Linda Huf (1983), Writing the Woman Artist: Essays on Poetics, Politics, and Portraiture editado por Suzanne W. Jones (1991) o Aesthetics and Gender in American Literature: Portraits of the Woman Artist de Deborah Barker (2000). También destacan en este sentido trabajos como Portraits of the Artist as a Young Woman. Painting and the Novel in France and Britain, 1800-1860 de Alexandra Wettlaufer (2011) o el de Lara Popic Romans de l’Artiste et Valeurs chez George Sand (2016). Una síntesis muy acertada de las características principales de la novela de la artista enunciadas por distintos estudios la encontramos en el artículo «La novela de la artista en el siglo XXI: El Mañana de Luisa Valenzuela» de Francisca Noguerol (2023: 185186), incluido en el ya mencionado monográfico de la revista Signa que tuve el privilegio de coordinar, La novela de la artista.

Con la protagonista creadora, que aparece ya en varias novelas decimonónicas entre las que podemos destacar Consuelo (1843) de George Sand, una autora muy preocupada por la cuestión de la mujer artista, La inquilina de Wildfell Hall (1848) de la menos conocida de las hermanas Brontë, Anne Brontë, o El despertar (1899) de Kate Chopin, por nombrar solo algunos títulos, irrumpe en la literatura una figura en cierto modo nueva, muy ligada al feminismo: la mujer reflexiva, con una apuesta decidida por la vocación artística. No olvidemos que la protagonista estrella del XIX novelesco es la adúltera (Madame Bovary, La Regenta o Anna Karénina). A veces coinciden, como en El despertar de la novelista norteamericana Kate Chopin, muy influida por Madame Bovary (trágico final incluido), con la sustancial diferencia de que el despertar a la profunda sensualidad de Edna Pontellier es simultáneo a la plena asunción de su faceta de pintora y su abandono de la casa familiar con sus propios ahorros para construirse como artista. En la misma novela hay un diálogo muy interesante entre la protagonista y Mademoiselle Reisz, una pianista de mucho talento que vive sola y tiene fama de excéntrica:

10 Ioana Gruia

-Pero no me ha contado nada de usted. ¿A qué se dedica?

-¡Pinto! –dijo Edna riendo-. Me estoy transformando en artista. ¡No lo olvide!

-¡Oh, artista! Tiene usted muchas pretensiones, Madame.

-¿Por qué pretensiones? ¿No cree que pueda llegar a convertirme en artista?

-No la conozco lo suficiente para contestarle. No conozco su talento ni su carácter. Pero ser artista abarca muchas cosas; uno tiene que estar dotado de muchas cualidades únicas que no se adquieren por medio del esfuerzo personal. Y, además, para triunfar, el artista tiene que tener un espíritu valiente.

-¿Qué quiere decir con espíritu valiente?

-Muy valiente. Un espíritu luchador. El espíritu que es atrevido y desafiante. (Chopin, 2022: 215-216).

La pianista acentúa así un rasgo imprescindible de los artistas, hombres y mujeres, ser espíritus atrevidos y desafiantes, y, podríamos seguir, tener una disciplina de trabajo y un temperamento capaces de superar todo tipo de resistencias (más acentuadas en el caso de las mujeres). Como escribía Virginia Woolf en Un cuarto propio (1929), las mujeres que deciden escribir no se enfrentan solo a la indiferencia, como los escritores, sino además a la hostilidad (cfr. 2017: 60-70).

Lo saben bien las protagonistas de distintas novelas de la artista, como Al faro (1927) de Virginia Woolf, Artemisia (1947) de Anna Banti, El cuaderno dorado de Doris Lessing (1962), Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite (1992), la trilogía compuesta por Querido Diego, te abraza Quiela (1978), Tinísima (1992) y Leonora (2012) de Elena Poniatowska, Mi amor en vano de Soledad Puértolas (2012), El mundo deslumbrante (2014) de Siri Hustvedt, L’Animal et son biographe (2017) de Stéphanie Hochet o Una vida prestada (2018) de Berta Vias Mahou. Varios de estos títulos se estudian en el presente volumen desde la perspectiva de la novela de la artista, un ámbito que, hay que subrayarlo, incluye no solo a las escritoras, también a autores como Juan Bonilla, cuyo reciente libro Totalidad sexual del cosmos (2019), sobre en la pintora y poeta mexicana Carmen Mondragón, conocida como Nahui Olin obtuvo el Premio

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Nacional de Narrativa. En este sentido, varias novelas están construidas alrededor de artistas reales, como el libro de Banti a partir de la pintora barroca Artemisia Gentileschi, la trilogía de Poniatowska, que se centra en las figuras de la pintora Angelina Beloff, la primera mujer de Diego Rivera, la fotógrafa Tina Modotti y la pintora y escritora Leonora Carrington, o Una vida prestada de Vias Mahou, sobre la fotógrafa Vivian Mayer. En cuanto a El mundo deslumbrante, en «Mi Louise Bourgeois», uno de los ensayos incluidos en La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres, Hustvedt declaró que la protagonista de ficción, Harriett Burden, estaba inspirada en Louise Bourgeois (cfr. 2017: 57).

Pasando ahora a la presentación de los capítulos que componen este libro, cabe destacar que se ha querido dar un espacio también a los géneros no ficcionales, en concreto a las memorias, en relación con la construcción de la figura de la artista. En este sentido, el primer trabajo, firmado por Kathryn Everly de Syracuse University, ahonda en Memorias de la melancolía de María Teresa León como ejemplo de reflexión sobre la formación de una escritora, de una historia personal íntimamente vinculada a la historia colectiva y a la experiencia del exilio. Los demás capítulos sí se centran en novelas de la artista propiamente dichas, aunque toman muy en cuenta géneros no ficcionales como la autobiografía y en general las relaciones entre novela y autobiografía. Es el caso del trabajo de María del Pilar Peña-Molina, que analiza, desde una perspectiva comparada, los elementos autobiográficos en el caso de dos novelas de la artista, El cuaderno dorado de Doris Lessing y Oraciones en espiral de Daniela Hodrova y de mi propio capítulo, centrado, también desde un enfoque de análisis comparado, en el mismo libro de Lessing y en Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite, atendiendo a la construcción de protagonistas creadoras y a las relaciones, extremadamente complejas, entre su vocación literaria y las demás esferas de sus vidas, en particular la experiencia del amor y la reflexión sobre el amor. Por su parte, Juan Javier Ortigosa analiza la trilogía formada por Querido Diego, te abraza Quiela, Tinísima y Leonora de Poniatowska para estudiar detalladamente tres representaciones de mujeres artistas en sus relaciones

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Ioana Gruia

con el arte y el amor y Meri Torras propone una lectura en clave autoficcional de la novela L’animal et son biographe de la escritora francesa Stéphanie Hochet, analizando también cuestiones teóricas (presentes en el propio libro) sobre la autoría y, en concreto, la autoría femenina, la profesión de escritora.

En el ya mencionado monográfico de Signa centrado en la novela de la artista de formulé con respecto a la relación entre la novela de la artista y el amor algunas cuestiones que me permito convocar de nuevo aquí:

¿Qué relación hay entre el amor y el conocimiento? ¿De qué tipo de conocimiento hablamos cuando nos referimos al conocimiento amoroso?

¿Qué subjetividades construye el amor y a través de qué mecanismos? ¿Ante qué desdoblamientos, representaciones y espejos nos encontramos a la hora de analizar el vínculo entre el amor, la inteligencia, el deseo, la felicidad y el sufrimiento?

[…]

Todas estas preguntas, que tienen su origen en un estudio fundamental de la filósofa americana Martha Nussbaum, El conocimiento del amor (Love’s Knowledge, 1990), aspiran a generar algunas preguntas más. ¿Qué tipo de conocimiento de la subjetividad femenina construye la indagación amorosa?

¿Qué representaciones de vivencias erótico-afectivas llevan a un conocimiento profundo y complejo de las protagonistas mujeres en las obras literarias? ¿Cómo se unen amor y análisis en la construcción de interioridades femeninas que se exploran o autoexploran? ¿Qué sucede cuando la mujer es no solo extremadamente reflexiva y perceptiva, sino también una artista en el sentido de una vocación decisiva, una pintora, una escritora, una cantante? Una pregunta que me permito pensar crucial y extremadamente compleja sería por último la siguiente: ¿qué relación hay entre la apuesta decidida de la mujer creadora por una vocación artística, la libertad, la ambición, el reconocimiento o el fracaso y la felicidad? (Gruia, 2023: 109)

Se trataría así de analizar cómo se modulan las experiencias amorosas para desembocar, a través de la reflexión, en materia de conocimiento y en la construcción de novelas de la artista. Tal vez debería aclarar por qué considero que la experiencia del amor y la reflexión sobre esta experiencia son tan decisivas en la elaboración de las protagonis-

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tas artistas. El amor (en todas sus formas, maternal, filial, de amistad pero sobre todo erótico) y el arte en sentido amplio son las dos formas posibles de intensidad vital y la literatura trabaja de manera profunda la intensidad. El artista y por supuesto la artista están continuamente interpelados por modulaciones de la intensidad en la construcción de mundos y hay un pasillo sutil que conecta sus vivencias amorosas y su trabajo artístico. Además, en el caso de las mujeres intervienen tantos condicionamientos sociales e íntimos que precisamente cuestionan y enfrentan nuestras protagonistas, que se vuelve aún más manifiesto el vínculo entre el amor (cómo se vive y cómo se reflexiona sobre él) y la creación.

He dejado para el final de esta introducción algunas cuestiones sobre la relación entre el arte, el conocimiento y el amor y me permito incorporar en este sentido unas consideraciones acerca de una película extraordinaria, que podría ser el equivalente cinematográfico de la novela de la artista, Retrato de la mujer en llamas (2019) de Céline Sciamma, que reflexiona sobre la relación entre el amor y la inteligencia con una mezcla explosiva entre carnalidad y reflexión y lleva a cabo algo novedoso, difícil y valiente: reivindicar la pasión arrebatada como compatible con un amor bondadoso apoyándose en la mejor tradición clásica, en Ovidio y en el mito de Orfeo. La propia historia de amor es en sí misma un desafío artístico de mucho calado, ya que las protagonistas son mujeres en la Francia del siglo XVIII y una de ellas es, además, una pintora que recibe el encargo de retratar a una joven con el objeto de enviar el cuadro a su futuro marido. En una escena magnífica, Héloise (la muchacha retratada), Marianne (la pintora) y Sophie (la criada), charlan en la cocina de la mansión de Héloise, delante de unas copas de vino, sobre un pasaje concreto de las Metamorfosis de Ovidio, el que cuenta el momento en el que Orfeo, que ha ido al Hades a rescatar a Eurídice, en el camino de regreso a la vida hace exactamente lo que sabe que no debe hacer: se da la vuelta, mira a Eurídice y esta desaparece para siempre entre las sombras del Hades. Las opiniones de las muchachas ofrecen tres miradas distintas sobre uno de los pasajes más bellos y per-

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turbadores de la literatura. ¿Por qué Orfeo se da la vuelta, a sabiendas de que no debe hacerlo, que perderá para siempre a su amada? Se trata de una pregunta que ha suscitado mucha bibliografía y que aquí recibe tres respuestas distintas que son tres miradas diferentes sobre la vida y el amor. Sophie interviene muy airada y perpleja, preguntando con mucha sensatez por qué Orfeo hace justo lo que le dijeron que no debía hacer. Héloïse intenta defenderlo aduciendo que «il est fou d’amour», «está loco de amor». Y Marianne, con una sonrisa sutil que parece comprender todas las debilidades humanas, explica que al darse la vuelta Orfeo «hace la elección del poeta y no la del enamorado». Es decir, elige recordar, recordar una determinada imagen de Eurídice, la imagen que luego alimentará su desgarrador canto, paga por ello el precio de perder para siempre a su amada y, mucho más terrible aún, la condena a ella a vivir eternamente entre las sombras.

Se trata de algo en extremo perturbador y de una separación, una ruptura entre el amor y el arte. Orfeo elige el arte. Por su parte, Marianne no elige separarse de Héloïse, sino que no tiene más remedio que hacerlo. No apuesta por una elección artística separada de la elección vital, de la pasión arrebatada, sino que es y quiere ser a la vez la enamorada y la artista, la que arde y la que ordena las llamas en el sentido de dar forma a su propio fuego y al fuego de su amada en un retrato que implica a la vez el testimonio de una pasión devastadora, la reelaboración inherente a toda obra de arte y la reflexión inseparable de la carnalidad.

Marianne vive a la vez plenamente la apuesta amorosa y la apuesta artística y esta experiencia no deriva en ningún momento hacia la fagocitación de la amante que podría transformarse en una «musa» al estilo clásico. La película propone otra forma de pasión, a la vez exaltada y bondadosa, arrebatada y analítica, un equilibrio de aparentes contrarios y lo hace amparándose en la mejor tradición clásica (Ovidio, Vivaldi, una fotografía que por momentos recuerda a Rembrandt).

La artista, en esta película y en las novelas protagonizadas por mujeres creadoras, vive su pasión y la transforma en material de experiencia

La novela de la artista: sentir el fuego y ordenar la llama 15

para su trabajo. Es la que arde y al mismo tiempo ordena las llamas, les otorga un sentido.

Referencias bibliográficas

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CALVO SERRALLER, La novela de la artista. El creador como héroe de la ficción contemporánea, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2013.

CHOPIN, Kate, El despertar, trad. de Eulalia Piñero Gil, Madrid, Cátedra, 2022.

FRANKLIN, Carol, «The female Kunstlerroman: Richardson versus Bjornson», Southerly, vol.43, n.4, 1983, pp. 422-436.

GÉLY, Véronique, «Another Künstlerroman: Marceline Desbordes Valmore’s L’Atelier d’un peintre», Revue de Littérature Comparée, 358, 2, 2016, pp. 173184.

GRUIA, Ioana, «Presentación : la novela de la artista», en Ioana Gruia (ed.), La novela de la artista, Signa. Revista de la Asociación Española de Semiótica, 32, 2023, pp. 107-112, https://revistas.uned.es/index.php/signa/article/ view/36119/27180

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HUF, Linda, Portrait of the Artist as a Young Woman: the Writer as Heroine in American Literature, New York, Frederic Ungar Publishing Com, 1983.

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NOGUEROL, Francisca, «La novela de la artista en el siglo XXI: El Mañana de Luisa Valenzuela», en Ioana Gruia (ed.), La novela de la artista, Signa. Re-

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Ioana Gruia

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NUSSBAUM, Martha, Love’s Knowledge: Essays on Philosophy and Literature, Oxford, Oxford University Press, 1990.

POPIC, Lara, Romans de l’Artiste et Valeurs chez George Sand (tesis doctoral), Universidad de Toronto, 2016.

https://tspace.library.utoronto.ca/bitstream/1807/73126/1/Popic_Lara_201606_ PhD_thesis.pdf

STEWART, Grace, A New Mythos. The Novel of the Artist as Heroine. 1877-1977, Montréal, Eden Press, 1981.

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WOOLF, Virginia, Un cuarto propio. Tres guineas, trad. de Jorge Luis Borges, Barcelona, Debolsillo, 2017.

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La formación de la artista en Memoria de la melancolía de María Teresa León

Syracuse University, New York, EE.UU.

Ni pájaros de muerte, ni máquina de muerte, ni cobarde invasión han de poder contigo, inmensa triunfadora. de “España”

Concha Méndez

El testimonio individual de la experiencia vital ofrece una mirada íntima a las influencias—los lugares, las personas, los eventos—que moldean la creatividad artística. En el caso de la mujer exiliada no se puede negar la importancia de las varias perspectivas que dejan al lado la historia con H mayúscula para profundizar en la experiencia marginalizada: una experiencia personal y a la vez fundamental a la matización y resultante comprensión de las fuerzas políticas y sociales del pasado. Un caso ya bien conocido por su riqueza de estilo y contendido revelador es Memoria de la melancolía (1970) de María Teresa León, una escritora de la vanguardia española que contribuyó de múltiples maneras a la producción cultural del siglo XX con biografía, novela, guiones de cine, y espectáculos teatrales—todo abarcando y diseminando una fuerte proposición política izquierdista y feminista.

El propósito central del presente análisis será identificar los recursos literarios que emplea León en sus memorias con el motivo de construir una auténtica identidad que depende de la creación artística frente a la destrucción bélica y resultante exilio. Se nota en seguida el terreno que reclama la escritora: la reivindicación de una España imaginaria sobre-

viviente de los desastres de la guerra civil y resistente ante la resultante dictadura que forzó a miles de personas a abandonar el país, sufrir sentencias penales encarceladas o morir fusiladas. Veremos la yuxtaposición de la emoción y la historia en un sorprendente acercamiento a la experiencia vital de la artista en el exilio considerando a España un personaje, un ente emocional que produce y reproduce cierta nostalgia arropada en la pérdida y el paso de tiempo como indica Concha Méndez en el epígrafe arriba.

La estructura y la voz narrativa que se encuentran en Memoria de la melancolía adquieren cierto tono novelístico en cuanto a la formación de una “yo” narradora y por otro lado un/a recipiente en forma de lector/a. Si bien parece que cada memoria o testimonio es una historia o narración inventada, la inclusión de fechas, lugares, y nombres de personas actuales separa la lectura de una autobiografía de la de una novela. Sin embargo, en el caso de León, con la presencia constante a lo largo del texto de la segunda persona (tú) en forma de interrogaciones, que en sí provoca la incorporación y participación consciente del lector, la narrativa adquiere una forma dialogada más propia a la novela que la memoria tradicional. Varios estudios de Memoria de la melancolía han destacado el carácter autobiográfico que influye la memoria histórica (Leggott, Herrmann) o la comparación entre el exilio y la maternidad (López-Cabrales) o el exilio y la nación (Purkey, Zepeda). Ofelia Ferrán nota la fuerte presencia e influencia del teatro en la obra de León cuando comenta la “performativity” de la memoria en el texto. El texto destaca la teatralidad, nada sorprendente dado “the great passion and devotion León had for the theater” (Ferrán 2005: 61). La representación del performance como exiliada (primero en Argentina y después en Roma) tanto como el performance de la dinámica del género femenino guían e informan la lectura de Memoria de la melancolía (2005: 61).

Encontramos en la obra de León una búsqueda desesperada de un interlocutor, o como lo describe Ferrán: “the desperate need for an addressee is one of the leitmotivs of León’s text” (Ferrán 2005: 69). La necesidad de definir y concretar la presencia de un interlocutor resulta de

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