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Introducción

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Diagnóstico

Diagnóstico

01.

“Existen diversos paradigmas para comprender la vejez y el envejecimiento, ya que ambos procesos aluden a una realidad multifacética atravesada no solo por el paso del calendario, sino también por aspectos fisiológicos, sociales y culturales”. (CEPAL, 2011, pág. 1).

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Desde este abordaje, la vejez putttede ser concebida como una etapa de pérdidas pero también como una fase de plenitud, lo cual está supeditado a la existencia de condiciones sociales adecuadas tanto a nivel individual como generacionales lo cual se traduce a la correlación de la edad con otras condiciones de acceso y disfrute de los derechos.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, entre 2000 y 2050, el porcentaje de los habitantes del mundo mayores de 60 años se duplicará, pasando del 11% al 22%. En 2050, el 80% de las personas mayores vivirá en países de ingresos bajos y medianos, lo cual evidencia que la curva del envejecimiento es acelerada en comparación con el pasado. (Organización Mundial de la Salud, 2018). Dicho fenómeno social expone a los estados a nuevos retos en cuanto a la implementación de políticas públicas que garanticen sistemas de salud pertinentes al igual que políticas sociales que permitan garantizar los derechos de este grupo poblacional.

En el marco de los cambios globales, el Ecuador a través de la Constitución del Ecuador 2008, reconoce a las personas adultas mayores como grupo de atención prioritaria lo cual implica el garantizar sus derechos mediante una atención especializada tanto en el ámbito público y privado. En

concordancia con la Carta Magna, el Plan Nacional de Desarrollo 2017 – 2021 reconoce que pese a la existencia de políticas de carácter universal, existen grupos que tienen necesidades específicas, como son las personas adultas mayores; cuya reducida vinculación y autonomía económica y la persistencia de barreras de acceso a servicios incrementan sus niveles de vulnerabilidad. Con estos elementos, el Plan en su primer eje se preocupa por garantizar los derechos para todos durante toda la vida mediante la protección a las personas en situación de mayor vulnerabilidad.

En este marco, el Plan Toda una Vida contribuye en la operatividad de la política pública cuyo objetivo es profundizar en la construcción de una sociedad incluyente, equitativa y humana; que propone acciones orientadas a aquellos grupos que se encuentran en condiciones de pobreza y vulnerabilidad, encaminando su accionar a garantizar el ejercicio de los derechos de las personas a lo largo de su vida. Por consiguiente la Misión Mis mejores años, busca extinguir la concepción tradicional de la vejez, construida en base a un imaginario colectivo que denota una etapa caracterizada por carencias de todo nivel (económicas, físicas y sociales), enmarcando su accionar en el enfoque de los derechos lo cual conlleva un cambio paradigmático, puesto que se promueve el empoderamiento de los sujetos de derechos como actores activos de la trasformación social, que disfrutan de ciertas garantías y a su vez comparten determinadas responsabilidades consigo mismo, con su familia y la sociedad.

De esta manera, el Plan Toda una Vida sustenta en el enfoque de ciclo de vida y de derechos, identificando las necesidades y especificidades que se requiere cumplir en cada etapa de la vida, lo cual se operativiza mediante sus Misiones.

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