La pregunta sobre la relación entre la política y el arte es tan antigua y ha sido abordada por tantos pensadores a lo largo de la historia tal vez por que al reflexionar acerca de ella, estamos cuestionando nuestra propia naturaleza. Lo humano que se descubre a sí mismo, que se propone desde la crítica a las dinámicas del mundo, que busca en lo sensible una ventana hacia otros órdenes, o que sin buscar, encuentra, genera caminos para otras sensibilidades y nuevas maneras de vivir. El arte, que tras desbordar la institución que la acoge y le da forma, se derrama sobre la sociedad proponiéndose como un vehículo transformador, como un espejo, como un motor…