SIEMBRA
por Sylvia Gรณmez G.
SIEMBRA 1. Arrojar y esparcir las semillas en la tierra preparada para este fin. 2. tr. Desparramar, esparcir. 3. tr. Esparcir, publicar una noticia para que se divulgue. 4. tr. Dar motivo, causa o principio a algo. 5. tr. Colocar sin orden algo para adorno de otra cosa. 6. tr. Hacer algo de que se ha de seguir fruto.
Por muchos años, la experiencia de haber dejado morir un cáctus que se encontraba bajo mi cuidado fue el argumento que me permitía alejarme de cuidar cuialquier otra planta u otro ser vivo. Una situación que no cambió durante mucho tiempo después de tan triste experiencia, hasta que recibí, como herencia o legado, un jardín. En otras palabras, un día me vi a mi misma con una decena de plantas que requerían de mis cuidados. No podía hacer más que asumirlo. Poco a poco, me fui acercando al mundo vegetal y a la experiencia de acompañar esas vidas, que reaccionan al agua y al sol. Recibí mucha ayuda y acompañamiento. Me fui integrando con el mundo de la siembra. Sembrar como el acto de disponer, mezclar elementos que al encontrarse, se activan. Una semilla que contiene la potencia de la vida. Una planta que crece y se desarrolla ante nuestros ojos. Tiempos que responden a los ciclos y las pulsiones de la naturaleza. Tiempos que no conocen la urgencia o la prisa. Sembrar como un acto poderoso de autonomía. Sembrar como resistencia. Sembrar como terapia. Sembrar como proceso. Sembrar como recordatorio de que pertenecemos al mundo, como puente o conector con la naturaleza.
En estas páginas se reune un breve recorrido: la cosecha de varios años de fotografías, capturas de momentos y paisajes que entamblan un diálogo con los dibujos dibujos y fragmentos de conversaciones. Las fotografías hilan diversos territorios: Colombia, Argentina, Ecuador, paisajes de los espacios abiertos y ajenos así como la intimidad de los lugares cotidianos. Los testimonios vinculan en esta exploración a personas que hacen parte del ecosistema de afectos en el que me desarrollo, quienes han nutrido mi interés y curiosidad con su ejemplo. También hay reflexiones propias, breves y diversas, que conectan o amplían algunos de los contextos, situaciones y aprendizajes. Espero que este recorrido siembre en los lectores la curiosidad de revisar su propia relación con las plantas y de observar y cuestionar su relación con el alimento, la siembra, y, en general, el mundo vegetal.
“Una de mis primeras experiencias con la siembra fue cuando estaba pequeña y sembré un frijol. Como todos los niños del mundo que siembran un frijol. Y el frijol empezó a subirse por la reja de la cocina y se salió de la casa por la ventana y empezó a subir por el edificio hasta que, en unas vacaciones en las que yo no estaba, alguien la cortó. Pero hubiera sido bonito saber si al vecino del segundo piso le llegaba un frijol alguna vez.” Sara Gómez
“Empecé a sembrar por la curiosidad de ver crecere una semilla. Luego se transformó en un ritual, cada vez que empezaba un proyecto o quería darle forma a una idea, lo acompañaba plantando una semilla. Luego recorrí algunos proyectos permaculturales, viví en el amazonas viendo la vida crecer a mi alrededor y finalmente me instalé en una tierra con más espacio, donde quise sembrar mis propias semillas para comer de lo que sembraba, cuidando y respetando la tierra, honrando los ciclos de dar y recibir.” Juliana Torres
“Tengo un jardín en un pequeño balcón con muchas suculentas y aromáticas. Las suculentas las he ido sembrando de a poco. Todo empezó un día cuando una amiga me regaló una y me enamorá de la forma en la que crecen y se multiplican con tanta facilidad. Las aromáticas en cambio a veces son un poco más complicadas (como la albahaca) pero me fascinan pues para darle un buen sabor a las comidas que preparo solo debo salir a mi balcón y cosechar.
Mis vecinas dicen que están muy lindas, y me las admiran a cada rato. Como el balcón es en un primer piso que da a la calle, la gente pasa y mira, incluso ya he regalado varias materas con las suculentas. A los pájaros también les gusta mucho venir a visitar” Margarita María Gómez
En un momento, una prĂĄctica tan antigua para el ser humano como reproducir semillas, intercambiarlas, conservarlas, amenaza con convertirse en ilegal, por unas leyes gestionadas por grandes empresas que aspiran tener el control sobre quĂŠ semillas se siembran, para poder ser ellas quienes las vendan, asĂ como sus herbicidas y abonos. Este contexto convierte el acto de sembrar semillas nativas, de intercambiar y proteger las semillas, en el acto polĂtico de defender la vida de los intereses del mercado.
Me cuenta un amigo un día sobre los guardianes de semillas. Un guardián de semillas no es aquel que acumula semillas, es aquel que las siembra y las reproduce y las mantiene. Esto es contrario a la noción de riqueza por acumulación. Es una lógica de la abundacia en la que el movimiento, la solidaridad, el compartir, es lo que genera riqueza, genera la posibilidad de que la semilla no se pierda. Sembrar multiplica las semillas, mantiene la vida. La continua transformación es lo que da estabilidad.
“En estos tiempos, en los que atravesamos una pandemia, vemos la dependencia que tenemos por lo que viene de afuera y el privilegio de poder comer de lo que nos ofrecen nuestras tierras, de los productos locales, se hace mucho más evidente. Ha sido muy importante para mi la reflexión de sobre la generosidad de nuestros suelos, de la importancia de mantenerlos, sin utilizar los agroquímicos que los destruyen. En cuanto a las semillas que nos venden, muertas en su interior, que no pueden reproducirse y que su alimento no se compara con el de las semillas que han prevalecido en la tierra por generaciones, me ha llamado a seguir buscando y fortaleciendo las alianzas con las personas de la región para cuidar nuestras semillas.” Juliana Torres
“Sembrar es relevante por que nos ofrece autonomía. Estamos atravesando una pandemia, guerras y pánico. Entonces al sembrar busco tener esa autonomía y espero poder compartirla. Si yo tengo muchas lechugas puedo compartir con mis vecinos, y un día lleguen con algùn prodcuto de su cosecha, y así, desde el intercambio, podrìamos construir juntos esa autonomìa. La relevancia de sembrar es no depender, y saber que lo que como, me va a nutrir, seguramente, por que no tiene químicos, y porque tengo el control sobre el proceso. Es un acto político en este país, porque existen leyes que no me permiten sembrar mis propias semillas. El hecho de que yo pueda sacarle semillas indefinidamente a mi rúgula, por ejemplo, que ya lleva cuatro generaciones de semilla, es muy importante. Lo es porque después de cuatro generaciones, esas semillas ya están limpias. Entonces, que uno con su trabajo pueda limpiar lo que uno se come, limpiar la semilla que es de donde viene todo, claramente es un acto político. Mi huerta es una experimentación, para saber, desde la experiencia, de qué estoy hablando cuando hablo de sostenibilidad.” Sara Gómez
“El alimento es algo que necesitamos, pero el alimento también es un ritual. Si uno entiende el alimento como ritual es muy bonito pensar que este inicia desde el origen, desde el momento que se siembra, pasando por el crecimiento, la cosecha, la preparación y finalmente el acto de sentarse en la mesa a consumirlos. El alimento es el argumento con el cual muchas culturas han logrado unir amigos, familias y comunidades”. Sara Gómez
Al sembrar se empieza a tener una relación individual con las plantas. Ya no son una gran mancha verde. Cada planta tiene un proceso, unas necesidades que manifiesta de maneras particulares. Muchas plantas que nos rodean, que hemos visto siempre cerca, tienen propiedades medicinales. El alimento es medicina, y las plantas también lo son. Acceder, recuperar y compartir ese conocimiento es relevante y para la vida puede ser transformador. No se puede ver de la misma manera a un ser vivo, después de sentir que este te ha hecho bien, que todo el cuidado que le has ofrecido, te lo devuelve en forma de bienestar para tu cuerpo. Creo que en ese vínculo de reciprocidad, se recupera una complicidad entre lo humano y lo no humano, que en muchas culturas ha existido, pero que hemos ido perdiendo. Ese olvido, esa separación, es muy conveniente para el mercado. ¿De qué le sirve a una farmacéutica que la gente sepa cómo evitar el dolor de cabeza, o que sepa como curarlo, con plantas que cultiva en su casa ?
Aprendí que la tierra es muy agradecida cuando uno la escucha y la alimenta; que las plantas hablan y piden lo que necesitan, mostrándolo en el color de sus hojas y en las características de los frutos; que todo lo que necesita la tierra se encuentra en la naturaleza, y que nada de lo que produce la naturaleza es basura, todo es alimento que vuelve a la tierra que lo transmuta todo.” Juliana Torres “A mi me motivó a sembrar el amor a la tierra, a la naturaleza, la dicha de sentir el contacto con la tierra, con el agua. Lo más gratificante es ver los frutos, ver crecer ese arbolito, crecer esa matica, ver que florece, saber que la puedo disfrutar. Si es de flores, ver los pajaritos llegar”. Carmen Lucía Gómez
En la huerta se puede aprender mucho sobre colaboración, intercambio y reciprocidad. Cada planta ofrece nutrientes diferentes a la tierra y tiene una relación diferente con insectos y plagas. A la vez cada planta necesita algo especial, que puede ser promovido u ofrecido por otra. A estas relaciones se les llama alelopatía. Lo que unas ofrecen es lo que otras necesitan. La presencia de unas protege a las otras. La milpa, es un ejemplo de esto. Así se le llama al cultivo tradicional, mesoamericano del maíz, fríjol, calabaza y ají. Esta es una forma de cultivo en la que las diferentes especies complementadas en su diferencia, se ayudan, se nutren y protegen. Las plantas nos enseñan tanto, de formas tan sutiles.
“Para nosotros la motivación es la libertad de tener alimentos sin tener que depender de supermercados. La otra es que los productos que tenemos de la casa son orgánicos, entonces nos da mas seguridad al momento de la alimentación. El motivo mas grande es un aprendizaje. No habíamos hecho este proyecto antes porque nos parecía complicado, difícil de lograr y en estos cinco meses que llevamos del proceso hemos aprendido mucho. Ha sido prueba y error. Algunas plantas se han dado, otras no. Buscamos videos, leemos, experimentamos lo aprendido en la huerta y vamos viendo como se van dando las cosas”. Catalina Salazar
“Yo empecé a sembrar buscando autonomía. Y aunque no he logrado hacerlo con éxito, no he logrado cosechar como esperaba, si he aprendido muchas cosas. Entre ellas que la semilla es una tecnología alucinante, que se activa con el agua. Ese elemento, tan pequeño, es capaz de contener la vida”. Guillermo Bocanegra
2020