Chalupa 04 El público del arte

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EL Público del ARTE Partamos de que todos somos público, incluso los productores culturales,―y no solo los independientes que hacemos fanzines, también esos tipos famosos que usted admira y que lo inspiran a crear. El pensarse a uno mismo como emisor y receptor es una experiencia global que genera una gran variedad de reflexiones. Es difícil superar el pánico escénico. Sea consciente o inconscientemente, nos aterra la idea de someter al juicio externo nuestras creaciones. Hay quienes incluso se detienen antes de terminar, o antes de empezar: “¿seré lo suficientemente bueno?”. Del mismo modo, nos rehusamos a dejar nuestros trabajos en el olvido, muy pocos artistas viven tranquilos con la idea de que su obra jamás será observada… Todos estos problemas tienen que ver con algo externo: la relación público-artista, pero surgen desde nuestros monstruos y demonios internos. “¿Y qué importa si la entienden o no?”. Nos decimos luego. Al fin y al cabo sabemos que como público pensamos lo que nos da la gana de lo que vemos y lo leemos desde nosotros mismos. En definitiva el público crea la obra: es el espectador el que le da sentido… Y si de verdad quieren saber cuál es el proceso interno del artista, pueden averiguar… O, tal vez la obra se entienda en sí misma. Las posibilidades están abiertas. Tuvimos en cuenta además, la presencia del público como parte activa de la construcción de una escena y de la posibilidad de hacer sustentable la labor artística. Porque, ¿de qué vive el artista si nadie consume lo que produce?, ¿debe entonces tener en cuenta al posible observador para crear?, ¿hasta qué punto traciona su voz si tiene en cuenta las exigencias del público? Resumiendo un poco, en este número de Chalupa decidimos preguntarnos por la obra y el creador dentro de ese proceso de emisión/recepción/juicio. Sin más preámbulos, les presentamos, querido público de Chalupa, el cuarto número de esta embarcación fanzinera (segundo realizado en el marco de la Beca de creación editorial del IDARTES). Como siempre, ¡bienvenidos a bordo!


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Apreciando los salones de la alta cultura y el establecido

ARTE

Por Pablo Medina Uribe

Yo disfruto mucho esto. Quizás ya hayan visto el experimento: cojan una feria artística (mejor si es de renombre y mejor aún si venden obras caras), mezclen con el resto de la exhibición cuadros pintados por niños, esculturas hechas por chimpancés e instalaciones ideadas por la aleatoriedad de un computador, y pregúntenles a los asistentes qué piensan de lo que ven (pero sin contarles quienes son los autores, claro). ¿Y qué dice la audiencia? Unos dirán que no entienden nada, otros que no ven cómo «eso» puede ser considerado «arte», pero los mejores (los que sirven si están planeando escribir un artículo en SoHo mofándose del arribismo de la ciudad) son los que dirán cosas como “se nota que la intención del autor era explorar los vacíos del alma humana”, “se evidencia la evolución desde las corrientes locales actuales”, “encuadra muy bien con el resto de la obra de este pintor”. Ya los conocen, ya nos hemos burlado de ellos, ya nos hemos sentido mejores personas por no aventurar opiniones demasiado descabelladas en exhibiciones y galerías. Pero, aunque Lola la chimpancé no haya pensado en los huecos del alma humana, ¿no podríamos pensar que doña Adelaida, la señora que propuso esta posibilidad, de hecho, sintió los vacíos de su alma humana al contemplar esta obra? Claro que sí. Pero eso también lo sabíamos. Los autores llevan muertos un buen rato. La comunicación es, en esencia, imposible, y todo depende del receptor o, en este caso, de la audiencia que contempla. Ahí está el valor de la obra, en quien la mira. Y ya saben que hay quienes se precian de mirar más obras y ser capaces no sólo de juzgar valores, sino de imponerlos. Por eso nos reímos cuando la “audiencia especializada” le otorga valor a los manchones hechos por niños de jardín infantil como actividad de recreo, como si eso importara, como si la hechura le quitara algo al resultado de la obra. Pero el problema real es que a ese valor está asociado el dinero, ¿y cómo se le va a ocurrir a alguien pagarle a esos niños-chimpancés? ¿y qué van a hacer con la plata? ¿y más bien por qué no le pagan a algún artista de verdad (a uno hambriento, mejor)? Pues porque la obra realmente es de la audiencia, ¿qué importa el artista? Si solo lo conoceremos como el protagonista de una biografía nunca abierta y solo usada como decoración de mesa.

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“Fuera que tomaran lo que sirve. Pero las ciudades son expertas es en aislar ingredientes activos, para dizque ‘enriquecer la vuelta y que quede más potente’. Y el resto lo botan… ¿Qué es el tal folc popular? ¡Un comprimido ahí pa´l público promedio! Que cree estar viviendo toda una experiencia naturalista, comunitaria (encima cuánto le dura)… ¿Y qué?, ¡el vacío sigue ahí! Ay, entonces busquemos otra. En ésas se la pasan. Mientras tanto, los contextos folclóricos, ya pasados de moda varias veces, ni se han enterado. Y siguen. A su ritmo”. “Que no, no estoy haciendo un performans. Váyanse, no me jodan”. “Todo bien con el arte y sus manifestares, y la gorrita y el rebusque, pero a veces el día ha estado o pinta jodido y resulta que de improvisto te tocó asistir a toda una función (buena y todo, pero…) que dizque ‘en espacios –yo diría también momentos– no convencionales’. Y usted saque fuerzas pa´ apreciar. Porque igual te la van a cobrar, y ay donde no les des. Y usted con ese cansancio y más encima le montan la escena en la jeta… uf, es que ya ni la distancia”. “No no no. No te las vengas a dar de artista. Al público no le interesa reafirmar ninguna raíz ni ninguna identidad, ni cultivar ideas transgresoras o conceptos abstractos. El público no vino por mensajes. No necesita que le enseñes nada. El público lo que quiere es que lo droguen”.

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El Público sale de ese público radical que asiste a todas las fases del proceso (no solo a las exhibiciones o presentaciones públicas), convirtiéndose así, no solo en parte de, sino en parte fundamental. Las veces que falta genera un insospechado vacío que molesta y no deja. Llega un momento en el que tiene que estar. En nuestro caso la relación ya era formal desde el comienzo, el compromiso existió siempre. Ambas partes –“ambas partes” nunca hubo, en la práctica, pero como para que se entienda– sabíamos de su función y de su importancia (también sería porque queríamos, ¿no?). No hubo que decirnos nada para asegurar su presencia permanente. Y permanente es en todo proyecto que hagamos. El Público es una constante. Habrá casi siempre otro público, claro, que no sea de El Público. Pero ese va cambiando, la idea de El Público es que casi no varíe. Y no es “nuestro propio público”. No. El Público es neutro, solo está ahí, asistiendo a. También, en caso de no haber público, el Público se encarga –comodín de emergencia– de que haya. Ahí, sin dejar de ser El Público, hace de público, ocupando también auditorio (sin pretender nunca llenarlo, tampoco, también chévere que queden los huecos de no-público). Pero nos gusta más cuando hay público y El Público está haciendo de sí mismo en escena, ahí es cuando agarra viaje. Porque en el auditorio no viene siendo tan tan público, ahí también hace de, actuado (se ve igual, pero no), no es total el reemplazo. Y hacerlo sin actuar, como al comienzo, ya no puede. Ya no le sale.

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Lau lao (Colombia) lau-lao.blogspot.com

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Manuela Fajardo (Colombia)

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Alejandro Henao (Colombia)

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Marta Postigo (Per煤)

flickr.com/manuisquity

Pablo Medina Uribe (Colombia) pablomedinauribe.tumblr.com/pablomedinauribe

flickr.com/azameth

Razz (Argentina) razzilustra.com

elrayorosa@gmail.com

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Sylvia G贸mez G. (Colombia)

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Keki unpuntito (Argentina)

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sylviagomez.net

Criollan Brothers (Am茅rica Latina) criollanbrothers.blogspot.com

cargocollective.com/unpuntito

Catalina Bodoque (Chile)

flickr.com/catalinabodoque

Jim Pluk (Colombia) plukart777.blogspot.com Ilustraci贸n portada y contraportada

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Publicado en marzo de 2014, Bogotá, Colombia. ISSN: 2357-5182 Información y contacto: ¡RUGE! todoslosrugidos.blogspot.com todoslosrugidos@gmail Facebook:todoslosrugidos Equipo editorial: Manuela Fajardo Rafael Oliver Sylvia Gómez G.

Este trabajo está licenciado bajo Creative commons Atribución-Compartir igual 3.0 Unported. Queremos que usted pueda copiar, distribuir y comunicar esta obra, pero si lo hace, le pedimos que reconozca nuestra autoría. También puede hacer obras derivadas siempre y cuando las comparta bajo esta misma licencia. Avísenos si lo va a hacer; uno de los propósitos de compartir es generar vínculos. Si quiere usar esta obra de una forma diferente a la que esta licencia permite, escríbanos y nos ponemos de acuerdo.

Audiovisual: Laura Mickan vimeo.com/lrmckn Impresión de carátula en Serigrafía: Rattrap facebook.com/rat.trap.98

Editado y producido por:

Con el apoyo de:

En alianza con:

Esta publicación es beneficiaria de la beca de estímulos para proyectos editoriales en artes plásticas y visuales del Instituto Distrital de las Artes, Idartes.




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