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Los extras de la película

Los extras de la película

En la vida, nosotros pensamos ser los protagonistas, los actores o actrices principales en una narrativa que nosotros mismos nos hacemos creer; en efecto, asumimos un rol, un carácter y un objetivo de vida (o un despropósito) y con esa máscara transitamos por la familia, por los círculos de amigos y nos desarrollamos laboralmente.

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Pero hay muchos individuos alrededor de cada historia que no alcanzaron ni siquiera un papel secundario, son meros extras de alguna vida más interesante que la suya propia. Tal es el caso de las cebras, que se mueven en manadas muy grandes y es casi imposible de diferenciarlas entre sí.

Durante las emboscadas de leonas, las cebras corren frenéticamente por su vida, como un banco de peces cambian juntas en la misma dirección una y otra vez.

Hasta que finalmente alguna de ellas se atrasa y cae presa en las garras de la leona.

Cuando eso ocurre, la leona muerde el cuello de su presa esperando asfixiarla, luego las desgarra por el estómago y llama al león macho y a los cachorros a comer, en ese orden; se acercan también las manadas de hienas, los chacales y finalmente, los buitres, a esperar su turno en el banquete.

Lo más inquietante de ese festín, es que cientos de cebras se quedan mirando cómo devoran a su compañera; con determinación, 500 cebras pueden derrotar a 4 leonas, pero la cobardía colectiva es mayor, el asumir que es la vida que te tocó vivir y nada puedes hacer para cambiarla. Abnegadas y miedosas saben que ya comidos, los leones no constituyen un peligro por unos días.

Parece hasta un sacrificio consentido en donde nada podemos hacer para cambiar las cosas y la naturaleza.

Las cebras, son muy llamativas a la vista y si tenías duda, son de color negro con rayas blancas y no al revés. La razón es que el camuflaje que usan entre sí mismas no le permiten al depredador ubicar la profundidad, es decir, dónde termina un individuo y empieza el otro; el mismo efecto por el que el tiburón no ataca un banco de peces.

Las leonas tienen que sacar de la manada de cebras a su víctima para poderla enfocar bien y matarla, regularmente más jóvenes o las más viejas son las que se desfasan de la carrera coordinada del grupo de cebras en estampida.

Tienen dos estómagos para procesar la pastura y forraje que comen, los parásitos que llevan las hace ver regordetas, aun-

que se trata de aire y no de grasa; aun así, son el platillo preferido de los leones y su captura es relativamente fácil. Cuando recuerdas los años de primaria en Occidente, recuerdas bien el nombre de tus dos o tal vez tres amigos, pero el resto se diluyen en el anonimato de los extras de la película de tu vida. Los que desertan por razones económicas, los que se accidentan, los que caen en algún vici o simplemente, los que no hicieron nada importante ni interesante de su vida. Los extras en la película de tu vida.

Los que te aplauden cuando logras algo y los que ríen en el anonimato cuando algo malo te pasa. Los que gritan mucho en una pelea pero a la hora de los golpes se escurren rumbo a la salida. Los de relleno que nadie se acuerda de su nombre y mucho menos de su apellidoLos que a veces creías que te juzgaban o hablaban a tus espaldas cuando sólo estaban pastando.

Los mismos que se alegraron cuando te caíste y son los mismos que están morbosos y atentos para ver si te levantas. La gente, esa masa amorfa que dice todo pero nadie se hace responsable de las repercusiones de lo que se dice; los que votan en bola y a lo pendejo por el que gane, sin mayor análisis.

El que cuando lo asaltan o se enferma, sólo se lamenta en silencio sin hacer que nada estructural cambie en el futuro. Esa gente que es devorada diariamente por los leones y simplemente nada hará.

Los Ñúes, al menos en su gran carrera rumbo a la nueva fuente de hidratación y que también son atacados por leones, cocodrilos y guepardos, al menos tienen la misión de escapar en colectivo, de abrir brecha a los de atrás, hacen camino donde no hay camino, sabiendo que si no el de adelante, el de atrás podrá sobrevivir.

Sin tiempo para habladurías, sólo corren para que todos podamos gozar los derechos que ellos siembran como tomar agua fresca. Y también son muchos, pero a diferencia de las cebras, esta manada puede ser precursora de los movimientos sociales reivindicadores y revolucionarios. Los ñúes son pioneros de la lucha a diferencia de las cebras que nunca luchan por nada.

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