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El que se arrodilla para poder comer
El que se arrodilla para poder comer
Los jabalíes son el animal más detestable de la sabana, al menos eso me parece después de haber observado a la mayoría de especies que coexisten en este ecosistema. A pesar de que mi acompañante con sus ojos que todo lo ven hermoso me trataba de convencer de los aspectos positivos de éste animal, yo no le encontraba nada positivo; al contrario, me daba mucho coraje verlo correr a máxima velocidad por la sabana.
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¿Por qué? Bueno, básicamente por todo lo que vi y que no se encuentra en internet. Primero, es el animal con una retentiva muy corta, a tal grado que su estructura morfo-funcional es de carnívoro, así lo constatan sus enormes y afilados colmillos; sin embargo, cuando inicia la carrera para atrapar una presa, a los pocos segundos se le olvida la razón por la que
va corriendo.Esta condición lo llevó a desarrollar el olfato para encontrar trufas, insectos bajo las piedras y caracoles para comer.
En segundo plano, al convertirse en vegetariano, el jabalí encontró que sus patas son muy cortas al igual que su cuello, motivo por el cual estando de pie no alcanza el suelo para comer en los pastizales. La manera en la que resolvió este problema, fue arrodillándose para comer.
Cuando vi tal cosa, me vino de inmediato a la mente un gobernante del norte de la ciudad de México que fue cesado por un fallido operativo en una discoteca donde murieron varios jóvenes. No sólo por su parecido físico con el jabalí, sino por su perfecta sincronía de personalidad.
Es el típico político mexicano que humilla a sus subordinados y le lame las botas a su patrón en turno; el típico que es capaz
de todo para comer, incluso de arrodillarse. Francisco representa lo más oscuro y lo más detestable del sistema político mexicano. Es capaz de mentir, de robar, de cambiar de partido las veces que sea necesario, con tal de acumular algunos pesos y tratar de sentirse grande y digno, lo cual jamás será. Este es el arquetipo del político de barrio bajo que viste con ropa cara, que regala paquetes con víveres a cambio de votos y en la noche cierra el mejor restaurante local para dar rienda suelta a su crapulencia. Un ladroncillo de poca monta como hay varios que mantienen al país postrado y anclado al tercer mundo por sus complejos y su avaricia.
La gente lo busca para sacarle algo de provecho, pero no es respetado ni amado, en pocos años será olvidada su intrascendente manera de actuar. Como los jabalíes son considerados fauna nociva invasora de ecosistemas.