Inmigrantes
Rumanos en España Autor principal: David Dueñas Emese Mólnar CEPS
Projectes
Socials
www.asceps.org
Access to Rights and Civil Dialogue for
a
http://www.beingcitizen.eu/
http://www.analisisocial.org/
FUNDAMENTAL RIGHTS PROGRAMME Este informe ha sido financiado por la Comisión Europea. Refleja únicamente la visión de los autores del mismo y la Comisión no puede ser responsable del uso que se derive de la información que contiene.
1.INTRODUCCIÓN
3
2.METODOLOGÍA
4
3. BREVE HISTORIA DE LA MIGRACIÓN RUMANA EN ESPAÑA.
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4. ANÁLISIS DE DATOS CUANTITATIVOS
11
5. INFORMACIÓN DE CONTEXTO
12
6. CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS DE LOS INMIGRANTES RUMANOS
16
7.MIGRACIÓN Y REMIGRACIÓN
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8. ANÁLISIS DE DATOS CUALITATIVOS
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9. PARTICIPACIÓN POLÍTICA
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10. EL VOTO, UN HECHO PRÁCTICAMENTE INEXISTENTE
51
11. LA PARTICIPACIÓN EN LAS ELECCIONES EUROPEAS
53
12. EL PAPEL DE LAS ASOCIACIONES
56
13. PIRUM, UNA PERSPECTIVA TRANSNACIONAL?
58
1.Introducción Este análisis ha sido desarrollado en el marco del proyecto internacional financiado por la UE “Access to Rights and Civil Dialogue for All”. Este proyecto examina la baja participación social y política de los ciudadanos de países miembros de la Unión Europea que habitan en países de la Comunidad distintos del suyo. La lógica del proyecto vincula investigación con acción para, a partir de las necesidades y demandas contrastadas en el proceso de recolección de información, tratar de articular, implementar y desarrollar procesos de formación que faciliten la participación política y social de los ciudadanos, así como un currículo de formación que pueda ser utilizado en distintos contextos para esta finalidad. El proyecto se desarrolla de forma paralela en cinco países Europeos, centrándose cada uno en una comunidad de ciudadanos migrados distinta: portugueses en Francia, polacos en Bélgica, búlgaros en Grecia y rumanos en Italia y España. En el caso del estado español se decidió trabajar con el colectivo de ciudadanos
Europeos migrados que presenta un número más elevado, el colectivo formado por la comunidad rumana.
2.Metodología El informe consta de dos partes diferenciadas, un análisis cuantitativo de la población Rumana que reside en España y un análisis cualitativo de su aproximación a la participación social y política, todo ello con la finalidad de recoger información que permita generar recomendaciones para facilitar la participación política y social de la ciudadanía Rumana y que facilite la consolidación de la ciudadanía común en el marco Europeo y la integración de las distintas realidades en los contextos de acogida. Para la descripción demográfica de la inmigración rumana se han utilizado los datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística con fecha de diciembre de 2011. Para la aproximación cualitativa a la participación política y social de la comunidad rumana, se han desarrollado 6 entrevistas con informantes relevantes y 3 grupos de discusión con ciudadanos rumanos que viven en España y con miembros de asociaciones de rumanos y partidos políticos. Dos de los grupos de discusión se focalizaron en ciudadanos Rumanos de origen Roma que viven en el área de Santa Coloma de Gramenet, en el área de influencia de Barcelona. El objetivo de esta aproximación singular a la especificidad Roma se deriva de la ausencia de información acerca de este grupo, a diferencia de lo que acontece con la migración Rumana, ampliamente estudiada. Con la finalidad de entender la experiencia de las mujeres Roma en España y, por extensión, en Europa, se convocaron 19 mujeres de etnia gitana de origen Rumano en dos grupos de discusión para plantear elementos de reflexión acerca de su situación en el país de acogida y de las herramientas de gestión y supervivencia que utilizan, aportando una información relevante acerca del encaje práctico de sus tradiciones culturales, hábitos y costumbres en el día a día del contexto español.
Las participantes fueron elegidas con la ayuda de la asociación SAOROMA, cuyos miembros han estado trabajando con un grupo de mujeres provenientes de la región de Vaslui y Ialomiţța (sur de Rumanía). Por motivos metodológicos y siguiendo el consejo de las personas de la asociación, se consideró oportuno dividir las mujeres en dos grupos que las agruparan por motivos de edad (de 18 a 25 y de 26 a 35 años) con la voluntad de aminorar el potencial impacto del respeto a la jerarquía de edad en la construcción de los discursos, que podía llevar, por parte de las más jóvenes, a asumir el discurso de las de mayor edad aun cuando no fuera coincidente con el suyo. Para desarrollar los grupos se preparó una versión adaptada del guión con la intención de rebajar el nivel de exigencia y facilitar la comprensión de las preguntas. Asimismo, se contó con el apoyo de dos personas de habla Rumana que facilitaron el intercambio de información. El guión del grupo se dividió en cuatro secciones principales que incluían cuestiones relativas a los aspectos legales de su estancia en el país (llegada, motivos
de
selección
del
destino,
documentación,
empadronamiento,
reconocimiento legal,…), a la interacción con instituciones y ciudadanos locales (conocimiento acerca de las asociaciones de la zona, relaciones con la sociedad catalana, dificultades idiomáticas, relaciones con otras personas migradas), a la participación electoral (conocimiento del sistema político estatal, catalán y local, derecho a voto, participación electoral en el país de origen y en el de acogida), y, finalmente, referido a los derechos civiles y la ciudadanía (discursos o tratamientos racistas, roles femeninos, comparaciones entre extranjeros y españoles). Del mismo modo que la inmigración Rumana presenta un buen nivel de integración en la sociedad de acogida (especialmente si lo comparamos con otros colectivos de inmigrantes), las discusiones grupales con mujeres Roma nos permitieron obtener un reflejo de las diferencias y similaridades que caracterizan ambos grupos. A pesar que ni el marco ni el objetivo del proyecto permiten la construcción de conclusiones teóricas relevantes acerca de las condiciones de vida de los Rumanos o los Roma en España, si que nos permite obtener algunas
conclusiones parciales que señalen sus características comunes, como puede ser la no-‐participación en la vida política y cívica local del país de acogida. El tercer grupo de discusión se desarrolló con un grupo mixto formado por ciudadanos Rumanos que viven en España y ciudadanos españoles cuyo trabajo guarda relación con los aspectos trabajados en el proyecto (participación social o políticas de integración). Esta combinación permitía incluir diferentes perspectivas por parte de los diferentes perfiles en que se intercambiaran impresiones, ideas y reflexiones entre “ambos lados” del proceso migratorio, aquellos que viven en un país distinto del suyo y aquellos que trabajan con ámbitos relacionados con la integración en relación con aspectos como la posición de los ciudadanos migrados ante la “necesidad” de adaptación a la realidad local, las dificultades para gestionar las distintas realidades del ámbito local, así como el papel intermediador entre las instituciones y los individuos de las asociaciones de inmigrantes. Por otra parte, se realizaron 6 entrevistas en profundidad para obtener una idea acerca de cómo la inmigración Rumana se define a sí misma en torno al concepto de comunidad, qué herramientas emplean para su integración y como entienden las ideas de ciudadanía, participación, derechos civiles y vinculación local y política. Cabe destacar que la aproximación cualitativa pretendía localizar los discursos dominantes entre personas relevantes de la comunidad Rumana, más que profundizar en las especificidades individuales o obtener muestras relevantes, por lo que cabe considerar los resultados obtenidos como una aproximación a la realidad Rumana en lugar de un análisis en profundidad de la misma. Para intentar mostrara una reflexión acerca de la (no)participación de los inmigrantes Rumanos en las elecciones locales, se desarrolló una entrevista con uno de los representantes del único partido político Rumano, el PIRUM (Partido Ibérico de los Rumanos), que participó en las elecciones locales del 2011, obteniendo un total de 97 votos entre los cinco municipios donde se presentó de todo el estado español. En la misma línea, se entrevistó al padre ideológico del partido, quien profundizó en las motivaciones que hay detrás de la creación de un partido que represente los intereses de la comunidad rumana.
Las otras entrevistas se llevaron a cabo con ciudadanos Rumanos que representan un papel relevante entre su colectivo, como un miembro de una asociación de Rumanos que trabaja como periodista en un periódico Rumano del área de influencia de Barcelona, una trabajadora social que trabaja en una asociación de refugiados, una estudiante de doctorado que realiza una tesis relacionada con la migración rumana y la pobreza, así como una entrevista grupal con las personas que trabajan en la asociación SAOROMA, anteriormente mencionada, que trabaja con ciudadanos Rumanos de origen Roma.
3. Breve historia de la migración Rumana en España. A modo de introducción, vamos a presentar una breve descripción de la evolución de los procesos de migración que han llevado a ciudadanos Rumanos hacia España. Como punto de partida, cabe destacar la abundante literatura que ha descrito, tanto desde España como desde Rumanía, este fenómeno, habiendo siendo reconstruida y descrita profusamente la historia, los cambios y los condicionantes que han revestido importancia en los últimos 20 años1. Rumanía, país de emigración entre el final del siglo XIX y el principio del XX, experimentó una severa restricción en el libre movimiento de personas durante los años del comunismo. Después de la caída del régimen se liberalizó la administración de pasaportes, a pesar que las autoridades mantuvieron una dura y restrictiva política fronteriza durante los años 90 (imponiendo, por ejemplo, tasas de paso por la frontera, lo que dificultaba la circulación de la mayoría de la población). El duro contexto económico en la transición a la democracia (entre 1990 y 2002 se redujo la población empleada en un 44%, destruyéndose cerca de 3,5 millones de puestos de trabajo, sobretodo en el sector industrial) provocó que los jóvenes más cualificados vieran la emigración como una posible solución a sus problemas laborales y obtuvieran permisos de residencia legal en diversos países europeos. Por otro lado, los jóvenes con poca o nula cualificación de áreas rurales 1
Para profundizar en el tema, se recomienda consultar la web Focus Migration (www.focusmigration.de) y leer los perfiles correspondientes a España y Rumanía.
empezaron a contemplar esta posibilidad y se empezaron a dar casos de migración (mayoritariamente temporal). Horváth (Focus Migration, 2011) describe tres fases en la migración Rumana previas al acceso a la Unión Europea: -
Primera fase (1990-‐95): Debido a la dificultad de entrada a los países del oeste Europeo, la migración de los trabajadores Rumanos se orienta básicamente hacia Israel, Turquía, Hungría y Alemania y presenta un fuerte componente étnico.
-
Segunda fase (1996-‐2002): Prevalece la migración hacia el oeste Europeo, con una gran cantidad de emigrantes que parten dirección a Italia y apunta un crecimiento de la migración hacia España
-
Tercera fase (a partir de 2002): Se inaugura simbólicamente con la inclusión de Rumanía en el espacio Schengen (1 de enero de 2002), por lo que se reduce la carga administrativa de la migración, dejando de ser necesario un visado para ir hacia otros países europeos para ser únicamente necesario disponer de un pasaporte válido. Los destinos preferentes incluyen Italia, España, Portugal y el Reino Unido.
Del mismo modo que Rumanía ha cambiado su estatus migratorio a lo largo de la historia, el estado español ha pasado en pocos años de ser un país con altas tasas de emigración (acentuadas según áreas), a experimentar un enorme incremento en el número de inmigrantes, convirtiéndose en un país de acogida de inmigrantes de primer orden entre los años 2000 y 2010. De acuerdo con Calavita (Calavita, 2005), después del cierre de fronteras de los países del Norte y Oeste Europeo de los años 70 y 80 debido a las olas migratorias recibidas, España y Italia pasaron a ocupar un espacio central de la migración Sur-‐Norte y Este-‐Oeste. Después de una larga tradición de España como proveedor de mano de obra, los años setenta se caracterizaron por un incremento en los retornos de aquellos que habían marchado al extranjero a trabajar. Entre 1974 y 1980, alrededor de 400.000 inmigrantes volvieron a España, mientras que las tasas de emigración se redujeron rápidamente (Bernat y Viruela, 2011). Aún así, no es hasta 2001 cuando
las tasas de emigrantes y inmigrantes se igualan (el número de extranjeros viviendo en España en el censo de Mayo de 2001 era de 1.572.000, mientras que los españoles que vivían en el extranjero se elevaban hasta los 1.431.000). A partir de esta fecha, la situación ha cambiado de forma importante, pasando a ser España actualmente el segundo país europeo con un número de inmigrantes más elevado (Bernat y Viruela, 2011). Tal y como va a ser presentado con mayor profundidad más adelante, con fecha 1 de Enero de 2010, 5,7 millones de extranjeros se hallaban viviendo en España, representando un 12,2% del total de la población del país. Tal como indican Bernat y Viruela (op.cit.) “en menos de una década, España ha alcanzado lo que otros países en más de cuarenta años. La llegada “en masa2” de inmigrantes empezó el 2001 y continuó hasta 2008 (...). Otro rasgo de este patrón migratorio es que es un modelo de migración claramente económico, hasta un 76% de los nuevos ciudadanos provienen de países que tienen unos ingresos per capita significativamente más bajos que los españoles”. Los primeros inmigrantes Rumanos empezaron a llegar a España en los primeros años de la década de los 90, y fueron entendidos como “proyectos individuales aislados de migración internacional (Sandu, 2004). La evolución de la migración Rumana ha mostrado un continuo crecimiento hasta 2006 (momento en que había 211.325 Rumanos migrados en España), a partir de este momento, los acuerdos de Schengen facilitaron un significativo aumento en la migración desde Rumanía, alcanzando los 751.668 inmigrados en 2009. Sandu (Sandu, 2004) menciona tres factores que explican y pueden ayudar a entender las recientes oleadas migratorias de Rumanos hacia España: a) Factores relacionados con Rumanía: necesidad de crecimiento económico y diferencias entre los estilos de vida entre Rumanía y los países de Europa 2
Martinello y Kazin (1991) argumentan que el concepto de migration representado con imágenes del tipo “invasión” o “flujo masivo” en los discursos públicos se debe a las características específicas de los patrones migratorios, centrados en determinadas zonas o localizaciones, como las grandes ciudades, lo que facilita que la inmigración sea “más visible”.
del Oeste, teniendo estos segundos mayores posibilidades de desarrollo económico. b) Factores
relacionados
con
España:
el
crecimiento
económico
experimentado por el país entre 1992 y 2008 y su reciente posición como destino de acogida de inmigración internacional (el cambio de país de emigrantes a país de inmigrantes es reciente y marcó la actitud del estado y la sociedad ante la inmigración) c) Factores relacionados con el contexto internacional: Establecimiento del Área Schengen y las regulaciones relativas al libre movimiento de personas. Diversos estudios acerca de la migración Rumana también enfatizaron que los Rumanos “prefieren zonas donde la población autóctona es percibida como comprensiva, permisiva con la intención de los inmigrantes de vivir en condiciones normales” (Hiris, 2008). Es importante hacer constar que en 1999, un 50% de los españoles se mostraba favorable a la entrada de Rumanía en la Unión Europea, contrastando fuertemente con el 26% de la población Francesa. Cabe añadir que un 40% de los españoles pensaba que la inmigración seria limitada y que no cabía esperar efectos negativos de la misma (Hiris, 2008). No resulta sorprendente, pues, que delante de las experiencias hostiles o negativas recibidas en Francia, los Rumanos redireccionaran su búsqueda de trabajo hacia España. Por otro lado, el crecimiento económico español demandaba gran cantidad de trabajadores para diferentes ámbitos de trabajo, con lo que España y Rumanía firmaron un tratado bilateral de contratación laboral en 2002. Unas 15.319 personas fueron contratadas,
14.808
de
las
cuales
tuvieron
contratos
temporales,
mayoritariamente vinculados con el sector agrícola (Baldwin-‐Edwards, 2008). El año 2002 supuso un importante cambio en la historia de la migración Rumana hacia España, puesto que es el año en que el país quedo exento de la utilización de visados en Europa. Mientras que en 2003 Italia y España aparecían como los destinos preferentes para la migración temporal Rumana, en 2007, a partir de la entrada formal del país en la Unión Europea, España pasó a ser el país que mayor número de inmigrantes Rumanos recibía (Silasi, 2008), en tanto que formó parte de los once países que habían dado plenas garantías a los Rumanos a su mercado de trabajo. Tal como indica Ciornei (Ciornei, 2009), los primeros estudios que
analizaron la migración Rumana señalaban que la mayoría de personas tenían la intención de volver y, en la misma línea, Bernat (Bernat, 2010) concluía, a partir de una encuesta de 2008, que un 74% de los Rumanos residentes en Castelló presentaban la misma intención de retornar. En las siguientes páginas vamos a desarrollar un análisis concreto de los datos disponibles con la finalidad de reflejar las características sociodemográficas de la migración Rumana, así como los patrones generales seguidos en relación al conjunto de España.
4. Análisis de datos cuantitativos En la presente sección analizamos los datos disponibles actualmente relacionados con la situación de la inmigración Rumana en España. Nuestra intención es ofrecer un análisis conciso acerca de la realidad estadística del mayor grupo de inmigrantes Europeos presentes en el estado español. Con esta finalidad, hemos recogido los datos disponibles en el Instituto Nacional de Estadística, institución encargada de la recolección y gestión de los datos en el país y su preparación para la posterior difusión. Como verá el lector, siempre que ha sido posible se ha recogido los datos más recientes (2011) y los más concretos en relación con el grupo nacional objeto de análisis. Cabe destacar que hemos considerado interesante utilizar algunos datos de la Encuesta Nacional de Inmigrantes, del año 2007, en que los datos relativos a la población Rumana se hallan agrupados con los de la población Búlgara. Asumimos que existe una pérdida de información derivada de esta agrupación, pero, aún así, entendemos que presenta mayores beneficios que perjuicios la inclusión de estos datos para intentar conseguir nuestro propósito, facilitar la comprensión de las características de la migración Rumana, entendiendo que el número de ciudadanos Búlgaros es minoritario y representa un 18,8% del conjunto de búlgaros y rumanos. El INE obtiene sus datos de los registros locales de cada Ayuntamiento, y se considera una referencia válida para la investigación en migraciones, puesto que representa la base de datos más actualizada disponible, debido a la mayor
proximidad de los Ayuntamientos respecto a las personas y la necesidad de estas de estar registradas para poder acceder a determinados servicios públicos como puede ser la sanidad. Por otro lado, asumimos que, a pesar de su potencial, los registros locales también ofrecen algunas dudas respecto de algunas informaciones, debido al hecho que el registro no se actualiza de forma regular, sino que deriva de la necesidad del usuario de registrar el cambio lo que puede generar algunos problemas de confianza en la información en aspectos como el nivel de estudios o datos similares.
5. Información de contexto Teniendo en consideración la ubicación geográfica de la península ibérica, resulta fácil imaginar que ha sido un lugar de paso de una gran cantidad de personas en el proceso de migrar del sur hacia el norte. Tradicionalmente, este paso era únicamente un estadio más antes de la llegada a la meta final, alcanzar otros países del centro y del norte de Europa, así como la tradición del país, como ya se ha indicado anteriormente, estaba más relacionada con la emigración que con la inmigración. Ambos elementos han cambiado a lo largo de los últimos 30 años. En primer lugar, en relación con la dinámica interna del país, en los últimos años del régimen franquista la tendencia migratoria cambió y los españoles empezaron a dejar de mirar fuera de sus fronteras para buscar trabajo, quedándose en el país para desarrollar sus proyectos de vida. En segundo lugar, en relación con la migración externa, la primera década del siglo XXI planteó un cambio en el balance migratorio, convirtiéndose en un país atractivo para la inmigración debido a la floreciente situación económica y las interesantes posibilidades que ofrecía. El espectacular crecimiento de la población migrada entre los años 2000 y 2010 elevó a España hasta el sexto lugar en la lista de países europeos con mayor porcentaje de inmigración (ver gráfico 1), con un número de inmigrantes de 4.926.608, lo que equivale a un porcentaje de población extranjera del 12,2%, 5,35 veces superior al porcentaje del año 2000. Gráfico 1: Porcentaje de población extranjera comparada en países Europeos (2010)
A pesar de ser miembro de la Unión Europea, la mayoría de los inmigrantes que viven en España tienen su origen en un país extracomunitario (59,15%), mayoritariamente del norte de Áfric, debido a su proximidad geográfica, así como de América del Sur, debido a la proximidad lingüística, Por otro lado, la población proveniente de la UE alcanza los 2.012.553, representando el 40.85%, figurando la población Rumana en el lugar más destacado con 840.682 habitantes (un 17.06% del total de inmigrantes), a una gran distancia del segundo país más numeroso, el Reino Unido, con 228.829 habitantes. Tabla 1: Ciudadanos Rumanos en España (2010)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (2011)
Tal como se ha indicado anteriormente, la migración rumana empezó a principios de los años noventa, pero tuvo una expansión muy limitada durante los primeros años. No es hasta la pasada década en que aumenta exponencialmente su intensidad (pasando de los 5.082 habitantes de 1999 hasta los 840.682 de 2010), siendo uno de los principales colectivos involucrados en el proceso de inmigración multi-‐origen en que se vio inmerso el estado español en los pasados años, y que tuvo su máximo incremento entre los años 2006 y 2007, con 392.564 nuevos habitantes. La tabla 2 muestra el incremento en el número de inmigrantes presentes en España entre 1999 y 2010, comparando el número total con el de ciudadanos Rumanos, para que el lector pueda tener una idea de la cantidad de personas llegadas y el peso del colectivo rumano entre ellos. Tabla 2: Evolución de la inmigración Rumana y general en España (1999-2010)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (2011)
Tal y como muestran los gráficos 2 y 3, el crecimiento de la inmigración Rumana no permite comparación con la evolución de otros países Europeos. En el gráfico 2, se puede comparar la evolución en el número de inmigrantes de los cuatro países de la Unión que presentan un mayor número de población migrada en el país, y permite observar una interesante ilustración del rápido ascenso experimentado en el año 2007 por parte de la población Rumana, coincidiendo con el año de incorporación de Rumanía a la Unión Europea. Grafico 2: Evolución y comparación del número de inmigrantes de cuatro países Europeos: Bulgaria, Italia, Reino Unido y Rumanía.
Fuente: Observatorio permanente de la inmigración, Ministerio de Trabajo y Inmigración, 2011.
En el gráfico 3, se puede observar el crecimiento del peso de la migración Rumana sobre el número total de ciudadanos Europeos que viven en España, hasta alcanzar una estabilización del porcentaje alrededor del 40% a partir del año 2007. De todos modos, para la comprensión de estos datos debe ser tomado en consideración que hacen referencia al estatus legal de la ciudadanía inmigrada y no a su número real. En el caso que nos ocupa, el espectacular aumento vivido entre 2006 y 2007 no hace referencia únicamente a la inmigración recién llegada que se benefició del nuevo estatus adquirido por su país de origen, sino que, previsiblemente, incluye aquellos que habían migrado con anterioridad pero que
habían estado viviendo de manera irregular o ilegal en España y que pudieron regularizar su situación. En este mismo sentido, resulta difícil afirmar que los datos anteriores a 2007 reflejen la realidad del colectivo, puesto que estimamos que debería haber un número mayor del que se tiene constancia. Grafico 3: Peso de la inmigración Rumana en el conjunto de ciudadanos Comunitarios residentes en España.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, 2011.
6. Características sociodemográficas de los inmigrantes Rumanos La pirámide resultante de la distribución de los ciudadanos Rumanos que viven en España en relación con la edad y el sexo dispone de la forma tradicional de las pirámides de las comunidades migradas que buscan oportunidades laborales. La figura muestra la forma de una peonza, con poca gente tanto en la base como en la cúspide (niños y niñas y personas mayores), y con una gran acumulación de personas en las edades de actividad laboral, sobretodo entre los 20 y los 34 años. Esta distribución muestra una clara orientación al trabajo y guarda una clara relación con el desarrollo económico vivido por España entre los años 1999 y 2008, que la convirtió en un polo de atracción de población inmigrante. El modelo
económico, claramente orientado a la construcción y con unos beneficios potenciales muy elevados, ejerció un importante papel en la llamada de población joven del extranjero con necesidades laborales, lo que tuvo, finalmente, un impacto sobre la distribución por edades de la sociedad española, rejuveneciéndola, rellenando algunes sectores laborales que no hallaban suficiente mano de obra y aumentando las tasas de natalidad. Esta forma de peonza muestra una una forma más acusada si cabe en el caso de la población Rumana que no en otros colectivos presentes en el estado, acumulando una mayor cantidad de personas entre los 20 y 34 años. Más aún, se puede apreciar como, en el caso de las mujeres, la tendencia indica un perfil ligeramente más joven aún que en el caso de los hombres, siendo la categoria que abarca los 25-‐29 años la más numeroas, mientras que en el caso de los hombres, ésta es la que va entre los 30 y 34 años. Gráfico 4: Pirámide de población comparada en porcentajes entre los ciudadanos Rumanos y el resto de inmigrantes en España (2009)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, 2011.
Si comparamos los datos relativos a los Rumanos con los que se ofrecen para el resto de inmigrantes de la Unión Europea, podemos apreciar como, a pesar que la
distribución guarda similitudes importantes, existe una tendencia al envejecimiento entre los segundos. Como se puede observar, el grupo de personas mayores de 45 años és superior en el caso de los inmigrantes Europeos que en el caso de los Rumanos, así como su peso en el número total de inmigrantes es, también, superior (un 27% de los “europeos” tienen 45 años o más, en comparación con el 13% de Rumanos) Gráfico 5: Pirámide de población comparada en porcentajes entre los ciudadanos migrados de Rumanía y de la Unión Europea (2009)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, 2011.
En esta misma línea, si comparamos los datos relativos a la población Rumana con los del resto de la Unión, excluyendo los propios Rumanos para eliminar su posible efecto sobre el conjunto, podemos comprobar como las diferencias entre las pirámides aumentan reduciéndose la orientación laboral y quedando más patente la tendencia hacia el envejecimiento de la inmigración comunitaria.
Estas diferencias sugieren la coexistencia de distintos patrones migratorios de acuerdo con las estrategias o expectativas que cada colectivo vuelca sobre el proceso migratorio, y que pueden incluir tanto elementos individuales como sociales en su decisión: desde las condiciones de vida y las posibilidades del país de origen y de acogida hasta el desarrollo de proyectos vitales, generales o vinculados a una etapa de la vida en concreto. El el caso de los inmigrantes Rumanos, de acuerdo con Marcu (Marcu, 2008), la migración laboral temporal es el patrón dominante, lo que concuerda perfectamente con los que ofrecen los datos recién presentados. Gráfico 6: Pirámide de población comparada en porcentajes entre los ciudadanos migrados de Rumanía y de la Unión Europea excluyendo a Rumanía (2009)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, 2011.
La distribución de la inmigración, en general, en el estado español se concentra en las provincias de Madrid (18,38%) y Barcelona (14,91%), con un claro apoyo en las dos principales áreas económicas del estado. La tercera área en importancia, al menos en relación a la inmigración, es la formada por los territorios que lindan con el mas Mediterráneo (Alicante, Valencia y Murcia), que también acogen
concentraciones significantes de comunidades migradas. La desigual incidencia de los flujos migratorios determina de forma clara su distribución, pero presenta importantes diferencias en función del origen y el destino. Así pues, en Catalunya, las principales comunidades migradas las forman los sudamericanos y norteafricanos, mientras que en Madrid o Valencia, la comunidad Rumana es predominante. La tabla siguiente muestra como la inmigración Rumana presenta una gran acumulación de población en la província de Madrid (22,6% del total de Rumanos, subiendo hasta el 24% en el caso de las mujeres), mientras que en el resto del estado la distribución resulta más heterogénea, aunque destacan Castelló, València y Zaragoza como las provincias con un mayor número de Rumanos. Tabla 3: Distribución de la inmigración por provincias (2009)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, 2011.
La comunidad Rumana se ha convertido en una de las comunidades migradas más importantes del estado, no sólo en lo que refiere a números absolutos, sino también en relación con su distribución espacial, siendo una de las tres nacionalidades más representadas en 39 de las 51 provincias españolas, y la nacionalidad más numerosa en 24 de ellas. En el caso de las provincias de Ciudad Real, Cuenca o Castelló, los inmigrantes Rumanos representan cerca del 50% del total de inmigrantes, y en muchas otras provincias representan al menos el 30%. Tabla 4: Inmigrantes con mayor presencia por provincia (2009)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, 2011.
Si analizamos los datos longitudinalmente y actualizamos el análisis de Viruela (2005) hasta 2009, se puede observar como los inmigrantes Rumanos han consolidado su presencia en gran parte de la península. Una revisión de las provincias en que los Rumanos son el colectivo dominante, se puede observar como resultan la nacionalidad más abundante en aproximadamente la mitad del país, con la excepción de aquellas zonas que habían sido receptoras de corrientes migratorias anteriores. A modo de ejemplo, las Islas Baleares y las Canarias
recibieron población inmigrada para trabajar en el mercado turístico que ocuparon el mercado antes de la llegada de la migración Rumana, Galicia ha sido un tradicional feudo de migración portuguesa o Catalunya recibió importantes oleadas de migración de la zona del Magrib o América del Sur.
Gráfico 7: Evolución de las provincias donde los Rumanos son la principal comunidad migrada (2002- 2003-2004-2005-2006-2009)
Fuente: Viruela (op. Cit) y Instituto Nacional Estadística, 2011
La distribución general de la inmigración tiende a ser masculinizada (0,87 mujeres por hombre), pero podemos hallar diferencias basadas en los patrones migratorios de los países de origen, así como en las posibilidades laborales del país de acogida. En esta línea, la migración de América del Sur presenta un patrón inmigratorio feminizado (Gomez-‐Quintero, 2005) y concentrado en áreas urbanas donde resulta fácil encontrar trabajos vinculados con el cuidado familiar. Por otro lado, la migración India y Pakistaní resulta fuertemente masculinizada (Alarcón et al., 2010), urbana y concentrada en el tercer sector, especialmente en servicios de comunicación, comida y alimentación y distribución energética. Los patrones migratorios, pues, resultan importantes en la configuración y reproducción de la distribución sexual del trabajo, contribuyendo a la formación de estereotipos y expectativas relacionadas con las posibilidades de desarrollo individual y colectiva. En el caso de la migración Rumana, los datos reflejan una tendencia a la masculinización (0,84 mujeres por hombre). Si tenemos en cuenta los datos anteriormente referenciados acerca de la distribución por edades y la gran cantidad de población rumana migrada a España, podemos abrir algunas reflexiones concernientes tanto al país de acogida como al de origen. En el primer caso, España ha recibido un número importante de personas en edad de tener descendencia, lo que plantea cambios demográficos que pueden generar nuevas demandas en sanidad y educación, con la única duda acerca de su temporalidad o
permanencia. En el segundo caso, los masivos procesos de emigración en Rumanía plantea una nueva transición demográfica hacia el envejecimiento. Si estos procesos migratorios temporales derivan en permanentes, Rumanía se plantea un futuro con una tendencia hacia el rápido envejecimiento. Tabla 5: Tasa de Masculinidad (2009)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, 2011.
El análisis de los datos desagregados geográficamente muestran un patrón heterogéneo en la distribución por géneros. Por un lado encontramos zonas muy masculinizadas en el centro y el sur del país, dónde los negocios vinculados con la agricultura y la ruralidad pueden resultar más atractivos para los hombres, así como en la zona Noroeste, debido a las posibilidades que se derivan del mercado de la pesca. Por otro lado, la zona de Madrid y sus alrededores presenta unos rátios de género más igualitarios, probablemente promovido por un modelo migratorio de familias enteras o de un mercado de trabajo más posibilista. Finalmente, encontramos un caso de extrema feminización en Huelva, con una probable influencia de las demandas del sector agrícola, especialmente de la recolección de la fresa. Gráfico 8: Distribución de género por provincias (2009)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, 2011.
Análisis de la Encuesta Nacional de Inmigración (2007) En adelante se prosigue con el análisis de la realidad de la inmigración a partir de la encuesta realizada el año 2007 por parte del Instituto Nacional de Estadística para conocer la realidad de la inmigración en el año de entrada de Bulgaria y Rumanía a la Unión Europea. Tal y como se ha comentado anteriormente, se presentan los datos de Bulgaria y Rumanía agregados, tal y como los ofrece la fuente, aun que consideramos que el poco peso de la migración Búlgara en el conjunto no distorsionará los datos relativos al colectivo objeto de nuestro análisis. La aproximación será bastante descriptiva, con la finalidad de asentar las bases de la realidad de la población rumana en el estado español. En primer lugar, si tomamos en consideración el estatus marital de la migración rumana y búlgara, podemos comprobar como un 55,5% de ellos están casados, mientras que un 37,8% permanecen solteros. A pesar que estos datos son similares a los que se ofrecen para otros grupo de inmigrantes, la tasa de viudedad,
separación y divorcio resulta más baja (6%) que la que se obtiene tanto para la migración Europea (11,8%) como para la migración general (10%). Este hecho, probablemente, se puede vincular con la mayor juventud de la población Rumana, lo que facilita que estos estatus tengan un peso reducido en el conjunto. Gráfico 9: Estatus marital comparado (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
Cuando desagregamos estos datos, el gráfico resultante muestra como la mayoría de Rumanos y Búlgaros que están casados conviven con sus parejas (tan solo un 5,32% de ellos son casados viviendo sin pareja y un 0,07% estan casados y viven con una persona distinta). Estos datos reflejan un elemento importante del patrón migratorio: el importante apoyo en y de la familia. Este modelo, presumiblemente, ha sido facilitado por la libertad de movimiento de los trabajadores dentro de la Unión Europea, lo que ha facilitado los trámites para la reagrupación familiar. Por otro lado, entre la población soltera, un 23,14% no tiene pareja, mientras que un 14,71% vive con su pareja. Finalmente, tal como se comentó anteriormente, debido a su perfil joven, la incidencia de la viudedad es muy reducida (1,37% agrupando las personas viudas que viven sin pareja y las que viven con pareja), y unos resultados similares se obtienen para las personas separadas, aun presentando unos porcentajes ligeramente superiores en el caso del divorcio. El hecho que la figura de la separación no exista en el sistema legal Rumano ayuda a mantener este porcentaje en un nivel bajo.
Gráfico 10: Estatus marital desagregado (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
El gráfico siguiente analiza las relaciones matrimoniales de Rumanos y Búlgaros, para lo que se han excluido aquellas personas que presentan un estatus distinto. Los datos que ofrece esta aproximación confirman las conclusiones de Sánchez (Sánchez, 2011), cuando afirma que las mujeres Rumanas tienen una de las mayores proporciones de matrimonios endogámicos. En este sentido, a pesar de ser uno de los grupos de inmigrantes más numerosos del estado, el número de matrimonios entre españoles y rumanos es muy bajo, dando a entender que el matrimonio mixto no es una estrategia de integración que se siga habitualmente por parte de este colectivo. Por otro lado, aparece, de nuevo, la idea que la migración se orienta a la búsqueda de trabajo, la temporalidad y descansa en la centralidad de la familia. Estas características diferencian la migración Rumana y Búlgara de otros patrones de migración individualizados y masculinizados, como el seguido por las personas del Pakistán o del centro y el sur de África, o, por el
contrario, del modelo feminizado y con fuerte influencia en el mercado matrimonial como es el modelo seguido por las personas de América del Sur. Gráfico 11: Comparación de estatus marital por nacionalidades (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
Los datos agregados de Rumanos y Búlgaros ofrecen una gran diferencia en relación con el nivel educativo de otros grupos de inmigrantes. La principal diferencia entre ellos la representa la gran acumulación de personas con estudios secundarios (79.1%, un 16% más alto que el que obtienen el conjunto de inmigrantes de la UE y un 24,4% más alto que el conjunto de los inmigrantes). Por otro lado, el porcentaje de inmigrantes con un nivel educativo universitario es menor que el de los otros grupos. Domingo (Domingo et al., 2008) compara el nivel educativo de los inmigrantes Rumanos y Búlgaros, concluyendo que a pesar del hecho que el nivel educativo de los Búlgaros tiende a ser superior al de los Rumanos, ambos colectivos han experimentado un incremento en sus niveles educativos en los últimos años. Estos datos plantean una diferente aproximación al mercado de trabajo para los Rumanos que para el resto de inmigrantes. El proceso que facilita que la migración aparezca como una posibilidad de mejora de las condiciones laborales individuales, se puede vincular con la falta de oferta cualificada capaz de absorber la producción de jóvenes preparados en el país de origen. Este elemento dibuja un
escenario muy distinto del de otros colectivos nacionales, dónde la migración aparece como una forma de obtener una mayor remuneración por trabajos no cualificados. Ambos colectivos, Rumanos y búlgaros, disponen de un nivel educativo medio suficiente como para encontrar acomodo, como, de hecho, sucede, en el sector industrial o de servicios, como trabajadores cualificados, lo que amplia el abanico de posibilidades laborables disponibles y justifica el relativamente superior éxito del proceso migratorio. Gráfico 12: Nivel educativo (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
La mayoría de procesos migratorios sólo se pueden entender teniendo en cuenta el papel básico de las redes sociales en la creación de “caminos migratorios”. En el caso de la migración Rumana, no se aprecia diferencia en la dependencia de las redes de apoyo para el desarrollo de los procesos migratorios, situándose en el centro de la red “la familia”, que juega un papel decisivo en la comprensión del proceso y en la adaptación del individuo a la nueva realidad. De acuerdo con Suárez y Crespo (Suárez y Crespo, 2007), la familia se utiliza para adquirir información, así como para la obtención de apoyo material y emocional, creando un “patrón familiar” de migración, tal como se puede apreciar en los datos relativos a las estructuras familiares. En relación con esta idea, la Encuesta Nacional de Inmigrantes ilustra que un 67,76% de los Rumanos y búlgaros viven con sus hijos e hijas, lo que resulta ligeramente superior al 60,2% del conjunto de los inmigrantes y del 57,6% de los
inmigrantes de la UE. Entre los que viven con sus hijos, la medida de la familia es ligeramente menor que en el caso de los otros grupos en comparación, teniendo entre uno y dos hijos más del 90% de los miembros del grupo. Gráfico 13: Número de hij@s de los inmigrantes que viven con sus hij@s (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
Por otro lado, aquellos que viven sin sus hij@s no muestran grandes diferencias si los comparamos con los otros grupos analizados. El grupo formado por aquellos que tienen tres hij@s es mayor que el observado en el gráfico anterior, pero sigue presentando una baja tasa en comparación con los otros colectivos analizados. En el caso de la migración general, por ejemplo, podemos encontrar estructuras familiares de mayor tamaño, lo cual lleva a pensar que una mayor estructura familiar puede dificultar el mantenimiento del patrón familiar en el proceso migratorio por las dificultades que conllevaría su reunificación en el país de acogida. Cabe destacar que, como los datos utilizados hacen referencia a una encuesta que tuvo lugar el año de entrada de Rumanía y Bulgaria a la UE, la situación puede haber cambiado desde entonces. Resultaría, pues, muy interesante poder comparar estos datos con otros que fueran más recientes, para poder comprobar si las familias de mayor tamaño plantean un modelo migratorio diferente (migración
de uno de los miembros, permaneciendo el resto en el país de origen, por ejemplo) o han empezado, también, a trasladarse a España siguiendo a sus parientes. Gráfico 14: Número de hij@s de aquellos inmigrantes que no viven con sus hij@s (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
En aquellos casos en que los hijos no viven con sus padres, la tendencia mayoritaria es que estos permanezcan en su país de origen, con lo que pueden mantener una socialización y un proceso educativo unificados. Los datos analizados, así lo determinan, existiendo solamente un 2,29% de personas cuyos hijos viven en un tercer país (ni el de origen, ni el de acogida de los padres). Gráfico 15: País en que viven lo hij@s menores de 16 años que no viven con sus padres (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
El modelo de migración con apoyo familiar se caracteriza, también, por un alto rátio de inmigrantes sin experiencias migratorias previas (89,4%), reduciendo la presencia de multimigrantes a prácticamente el 10%, siendo España la primera opción para la migración en la mayoría de los casos. Este dato resulta más bajo en el caso de los otros grupos comparados, dando a entender una mayor tendencia a la primera migración en España de los Rumanos y los Búlgaros. De todos modos, los cambios en la economía Europea, que están empezando a generar un efecto retorno-‐multimigración, podrían conducir a cambios en estos datos. En el caso de los Rumanos, su elevada juventud y la posibilidad que las expectativas depositadas en la migración no se cumplan, podrían ser la base de posteriores migraciones a otros países donde desarrollar su proyecto de vida. Gráfico 16: Número de migraciones vividas (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
Otra de las ideas que se han planteado anteriormente descasa en la orientación laboral de la inmigración Rumana. Los datos de la encuesta refuerzan esta idea mostrando el impacto real de la motivación laboral sobre el proceso migratorio. Un 94,7% de los inmigrantes rumanos y Búlgaros toman la decisión de migrar debido a la carencia de trabajo (33,34%) o debido a su deseo de mejorar su situación económica (61,35%), porcentajes superiores a los que presenta el conjunto de la inmigración Europea (24,53% y 47,77%) o la general (30,53% y 51,79%).
Tal como se mencionó anteriormente, el nivel educativo y la complicada situación del mercado de trabajo Rumano facilitan que la migración (temporal y laboral) resulte atractiva a ojos de los jóvenes Rumanos. El palabras de Ritchey (Ritchey, 1976), la utilización de los flujos informacionales creado a partir de la migración de connacionales facilita la creación de redes que facilitan el proceso de migrar, tal y como posteriormente veremos. Gráfico 17: Motivación para la migración (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
Situación económica y posición en el mercado de trabajo La situación laboral de Rumanos y Búlgaros, de acuerdo con los datos que ofrece la encuesta, parecía mejor que para otros perfiles de inmigración. El porcentaje de personas sin experiencia laboral es un 10% menor que para los inmigrantes de la UE y un 13% menor que la inmigración general. Una diferencia similar se obtiene en la comparación tras sumar aquellos que han trabajado en el sector público (14,9%) o en el privado (55,4%). Por otro lado, las tasas vinculadas con la emprendedoria (trabajar solo o empresario con trabajadores) resultan muy bajas. Gráfico 18: Situación laboral antes de la partida a España (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
De acuerdo con lo recién mencionado, los ciudadanos Rumanos y Búlgaros tiene un buen perfil medio para competir en el mercado de trabajo español, formando parte del grupo de inmigrantes que, en general, pueden ocupar puestos semi-‐cualificados o cualificados (lo que no excluye que compitan por puestos no-‐cualificados, solamente que pueden tener mayores expectativas laborales de acuerdo con su cualificación y experiencia previa). Durante los años de crecimiento económico, España ofrecía posibilidades de obtener buenos empleos en un mercado competitivo y mejorar sus condiciones de vida, convirtiéndose en un escenario atractivo para progresar. A su cualificación media cabe añadir que no es un colectivo que sufra una estigmatización tan fuerte como otros colectivos migrados extracomunitarios, lo que facilita su aceptación social. Para profundizar en sus relaciones laborales, el siguiente gráfico ilustra los cambios acaecidos en la relación individual con el mercado de trabajo. En primer lugar, resulta interesante destacar la reciente evolución de los procesos migratorios de Rumanos y Búlgaros, puesto que, en el momento de la encuesta, un 40% de ellos había permanecido en España durante menos de 3 años, señalando cuan reciente era su migración y indicando algunas diferencias con otros grupos de migrantes.
Cabe añadir que, aún asumiendo que el mercado de trabajo español ha cambiado diametralmente desde la fecha de la encuesta, estos datos pueden ayudar a entender la situación de Búlgaros y Rumanos en el mercado de trabajo anterior y actual. Durante los años de florecimiento económico, este grupo experimentó bajísimas tasas de desempleo (2,7%), muy por debajo de las del conjunto de ciudadanos comunitarios (15,71%) o de la inmigración en general (11,48%), siendo el número de Rumanos que nunca han trabajado en España prácticamente inexistente. Gráfico 19: Situación laboral (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
En esta misma línea, la tasa de Rumanos y Búlgaros que mantenian el mismo empleo que en el momento de llegar a España (12,97%), y aquellos qu habían cambiado de trabajo pero no de sector (11,41%), es menor que la media para la migración general. El gráfico 20 muestra como la mayoría de inmigrantes de Rumanía y Bulgaria que han pasado, al menos, tres años en el estado español habían cambiado de trabajo y de sector. Gráfico 20: Situación laboral de los inmigrantes Rumanos y Búlgaros que han pasado 3 años o más en España (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
Los tres principales sectores laborales donde Rumanos y Búlgaros han encontrado trabajo a su llegada a España han sido aquellos relacionados con la agricultura, la construcción y el cuidado familiar, aun que cabe destacar que su permanencia en dichos sectores ha resultado bastante irregular. El trabajo en la construcción ha sido un sector atractivo para muchos Rumanos y, en los años de bonanza, con un ratio de permanencia elevado (77,4%), puesto que fue un sector con mucha demanda de mano de obra y una interesantes posibilidades de obtener ingresos, habiendo incrementado el número de inmigrantes de este grupo que trabajan en este sector de los 61.538 a los 78.516, aunque su posterior y traumático colapso modifico el espectro laboral de todo el país. Por otro lado, el sector del cuidado familiar dispone de una tasa de permanencia menor (63,99%), dando empleo a 36.280 Rumanos y Búlgaros en 2007. Aun así, cabe tomar en cuenta el elevado índice de economía sumergida que esconde el sector, lo que dificulta enormemente la estimación del número real de personas que se dedican a este ámbito. Finalmente, el sector agrícola es el que plantea una tasa de permanencia más baja (24,89), quedando patente en la comparación entre los datos relativos al momento de llegada, siendo el primer empleo de 56.942 personas, y tres años más tarde, cuando sólo 16.009 personas permanecen en el sector. Gráfico 21: Comparación entre el trabajo inicial y tres años después
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
Los datos relativos al tiempo desempleado de los inmigrantes Rumanos y Búlgaros, permiten apreciar como la tendencia es a haber estado pocas veces desempleados (1 ó 2 veces), del mismo modo que sucede con los otros grupos de la comparación. Este dato nos permite apreciar la buena salud que gozó el mercado de trabajo para la inmigración en general más allá de las posibles diferencias entre grupos nacionales, para lo que seria necesaria una mayor profundidad en los datos disponibles. Gráfico 22: Número de veces desempleado en España
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
En cambio, el análisis del tiempo gastado sin trabajar si plantea algunas diferencias entre los grupos en comparación. En este sentido, se puede apreciar como el tiempo desempleado por parte de Rumanos y Búlgaros es mucho menor, dando una diferente percepción respecto de la afectación del desempleo. La tasa para aquellos que han estado, como mucho 12 meses desempleados resulta un 10% superior a la de los otros grupos, teniendo un menor impacto el desempleo de mayor duración. Gráfico 23: Tiempo desempleado en España
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
Siguiendo en esta línea, la situación actual de crisis económica y rápido crecimiento del desempleo podría parecer que tendría una menor incidencia sobre los Rumanos y los Búlgaros que para otros grupos de inmigrantes, puesto que una menor cualificación media dificulta la readaptación a los cambios del mercado. De todos modos, tal como veremos más adelante, esta hipótesis puede ser falsa (en ausencia de datos más recientes, resulta imposible alcanzar una mayor cuota de conocimiento), puesto que la afectación de la pérdida de trabajo ha tenido un alcance masivo, especialmente entre los hombres dedicados a la construcción, y probablemente los Rumanos tengan las mayores tasas de retorno al país de origen (Castelló, 2011).
7.Migración y remigración Una de las principales diferencias entre Rumanos y Búlgaros y otros grupos de inmigrantes analizados descansa en el medio de transporte utilizado para venir a España. A pesar de los estereotipos que envuelven los procesos de migración, apoyados en el poder de los medios de comunicación y las espectaculares y dolorosas imágenes de “Cayucos” que cruzan el estrecho de Gibraltar, el medio de transporte más utilizado para la llegada de la inmigración, en general, es el avión. En el caso de los Rumanos, a pesar de la cantidad de vuelos que unen España y Rumanía, el autobús es el medio más utilizado, probablemente debido al hecho que es la opción más barata y que permite el transporte de muchos bienes sin tener que pagar tasas añadidas. Gráfico 24: medios de transporte utilizados para la migración (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
La inmigración, en su búsqueda por mejorar las condiciones de vida o trabajo, puede conducir a procesos de remigración internos en el país de acogida para alcanzar zonas con mejores posibilidades. En este caso, los datos muestran como un 35% de los inmigrantes que viven en España se han trasladado por lo menos en una ocasión durante su estancia en el país de acogida. Por otro lado, estos datos no ofrecen diferencias significativas entre los grupos en comparación, de los que podemos presuponer actitudes similares en relación con la remigración interna.
Gráfico 25: Migraciones internas (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
Desde esta perspectiva, Viruela (Viruela, 2008) ha analizado la migración interna de los trabajadores Rumanos, quienes han ido evolucionando del centro del estado a la costa Mediterránea (Gráfico 26) entre 2002 y 2006, en el proceso de transición laboral de la agricultura a la construcción o los servicios. Gráfico 26: Migraciones internas de inmigrantes Rumanos entre 2002 y 2006
Fuente: Viruela (2008)
A pesar que hemos estado dando enfatizando la existencia de un patrón migratorio familiar, los datos referentes al deseo de traer la familia a España constatan que los datos para Rumanos y Búlgaros afirman tener este deseo en un porcentaje menor (20,33%) que la migración general (24,76%). La segunda característica general del patrón migratorio Rumano es la temporalidad y la voluntad de retorno al país de origen, siendo esta temporalidad un acicate para dificultar la necesidad de reagrupación familiar. En este sentido, la facilidad del transporte y la comunicación con Rumanía, así como el estatus legal de los Rumanos facilita el contacto (o, al menos, la expectativa de contacto) entre los migrados y las familias, reduciendo la distancia simbólica del proceso migratorio. Finalmente, si las condiciones de vida en el país de origen son suficientes para aquellos que no han migrado, la dependencia respecto de los que si que han marchado o la necesidad de partir tras ellos se reduce. Gráfico 27: Deseo de traer la familia a España (2007)
Fuente: Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007
8. Análisis de datos cualitativos En esta parte del informe analizamos la información cualitativa obtenida de las entrevistas y los grupos de discusión. Esta sección está dividida en cuatro partes diferentes, de acuerdo con los principales aspectos tratados en el proyecto: -
Participación política
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Participación social
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Relación con la ciudadanía local o con otros migrantes
-
Mujeres y ciudadanía
Como animales sociales somos individuos que vivimos nuestras vidas en una constante interacción con los demás, dando por supuesta la existencia de reglas sociales, algunas consolidadas legalmente, y que son sujeto de constante revisión de acuerdo con la realidad cambiante. En este sentido, una de las principales características de la posmodernidad se vincula con la velocidad con la que los cambios tienen lugar en nuestra realidad, así como con la creciente inteconectividad (tanto económica como social) entre los distintos individuos y territorios. Como resultado de este proceso, la desigualdad económica internacional actúa como incentivo individual para la migración, cambiando la configuración tanto de la sociedad de acogida como de origen y ayudando a la renegociación de las reglas sociales. De acuerdo con esta situación, Castles (Castles, 2004) caracteriza los procesos migratorios actuales como: -
Diversos: La migración actual es muy heterogénea tanto en orígenes como en destinos, lo que añade dificultades par la implementación de políticas de integración.
-
Temporal, repetitiva y circulatoria, vinculada con la movilidad de las oportunidades laborales.
-
Transnacional: generadora de culturas duales debido a la vivencia de procesos de socialización y resocialización por parte de los migrantes.
Por otro lado, la creación de la Unión Europea y el área de libre movimiento para los ciudadanos comunitarios los ha privilegiado respecto de los inmigrantes no comunitarios, con la intención final de crear y consolidar una conciencia Europea
vinculada con el estatus legal de sus nacionales y con la expectativa de bienestar que se deriva de su pertenencia. Donzelot (Donzelot, 1994) afirma que la integración de estados nación en la Unión Europea requiere de un acceso igualitario a los derechos sociales y la posibilidad que sean transferidos entre países, lo que trasladaría las fronteras del chovinismo del bienestar del nivel nacional al europeo, ayudando a la creación de la Unión Europea Social, excediendo la meramente económica. En relación con estos elementos, tanto el análisis como la gestión de la integración de la inmigración Rumana en España debe tenerlos en cuenta. Los Rumanos, tal como acabamos de ver, representan la principal comunidad de ciudadanos comunitarios que viven en el país, y son receptores de los derechos sociales y legales de la unión, aún con sus constantes renegociaciones influenciadas por las constricciones sociales y económicas que motivan los procesos migratorios y facilitan o dificultan su adaptación a los mismos. En esta línea, la principal intención de este informe es el análisis de las estrategias seguidas por los inmigrantes Rumanos para utilizar o defienden sus derechos civiles y como negocian su situación en la sociedad de acogida.
9. Participación política Por participación política entendemos todo tipo de acciones que los ciudadanos individuales desarrollan para tener influencia en la configuración de la vida colectiva (González et al., 2011) . La base de las sociedades democráticas se determina en el hecho que sus ciudadanos pueden elegir a sus representantes políticos mediante votaciones en procesos electorales, siendo el gobierno resultante una expresión del deseo de la sociedad civil. Cabe añadir que actualmente en algunas administraciones se está intentando promover medidas de gobernanza, entendidas como un intento de revisión de la democracia, asumiendo sus éxitos y retos, can la intención de crear nuevos patrones y estructuras que sean el “resultado común” de la intervención interactiva de los distintos actores que participan en el juego social (Kooiman, 1993). Como resultado, las medidas de
gobernanza pretenden dar voz a las minorías o a las comunidades que generalmente se encuentran alejadas de los procesos de toma de decisiones, así como intentar aumentar la legitimidad de las decisiones resultantes. Siguiendo esta idea, la Unión Europea está promoviendo procesos de participación política, intentando definir la idea acerca de cómo debería ser la gobernanza Europea (Unión Europea, 2001), así como aboliendo los requisitos de nacionalidad para participar en las elecciones locales en la Unión, bajo la presunción que la vida política local es la más cercana a los ciudadanos y, por lo tanto, resulta más importante poder incidir en la política local que en la nacional3. Desde la óptica de la participación política, la inmigración Rumana en general se caracteriza por su ausencia de interés en la política local, lo que conduce a una prácticamente inexistente vinculación y participación política. La idea anteriormente expresada acerca de la mayor proximidad de la política local y, por lo tanto, mayor interés para el ciudadano, halla algunas dificultades prácticas que imposibilitan su plena consolidación y utilización por parte de unos ciudadanos que atesoran el derecho de participar. En esta misma linea, a pesar que parece lógico que se pueda utilizar la participación electoral como un indicador de integración social, resultó una constante en las entrevistas realizadas, incluso con aquellos que participan o representan asociaciones de inmigrantes, el afirmar que su integración resulta plena y satisfactoria (teniendo trabajo, hablando Castellano, hablando o, al menos, entendiendo Catalán, teniendo amigos locales,...), aún cuando su participación política era poca o nula. Tan solo dos de las personas participantes en las entrevistas o focus groups desarrollados, afirmaron haber votado en las últimas elecciones locales (Mayo de 2011), pero ambos eran miembros de candidaturas que se presentaban a las elecciones, una en un partido generalista, el otro en un partido de inmigrantes que será objeto de nuestra atención más adelante. Así las cosas, para entender esta situación en que la realidad no se corresponde con la lógica social, resulta útil plantearse algunas hipótesis para analizar más adelante que faciliten la inclusión de estos aspectos y que tengan poder explicativo acerca de la no existencia de participación electoral: 3
Para mayor información referida a la potencialidad de la participación electoral local de la inmigración, véase Ministerio de Trabajo e Inmigración, 2011.
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Es un problema de tiempo: La inmigración Rumana es reciente y no han tenido tiempo de desarrollar interés por la política local, como si han hecho otros colectivos que llevan más tiempo en el país (Alemanes en Baleares, Ingleses en Málaga). En caso que los Rumanos establecieran comunidades permanentes en el país, los inmigrantes de segunda generación desarrollarían actitudes políticas similares a las de los ciudadanos locales (Alarcón, 2010)
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Es un problema de estatus cultural: El hecho de ser inmigrante influye en los primeros momentos del proceso migratorio, pero una vez establecido y consolidado en el país de acogida, el comportamiento electoral viene determinado por los procesos de socialización y resocialización, de modo que adquiere mayor importancia la transferencia de cultura política de la familia o el entorno (Alarcón, op. cit.)
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Es un problema de eficiencia: La transformación general de la sociedad conduce hacia una sociedad de la indiferencia en que la ideología pierde poder frente a la gestión y su eficiencia, así como el papel de los políticos se relaciona con la correcta gestión, de modo que la participación electoral resulta un examen para evaluar su trabajo previo (Sørensen y Torfing, 2007). Como resultado, los electores inmigrados sólo votarían en caso que sintieran la necesidad de juzgar a los políticos.
En el caso de los Rumanos de etnia Roma, su nivel de participación se ve afectado por otros factores que derivan de su específica situación como grupo socialmente marginado y la estigmatización a que hacen frente como grupo étnico, ya sea en el país de origen o en el de acogida. Uno de estos factores descansa en el miedo a la expulsión del país de acogida, lo que dificulta la comunicación con las autoridades locales. A este respecto, resulta interesante ver como, en el transcurso de los grupos de discusión, se utilizaban mecanismos de autodefensa (bien sean silencios o cambios a la lengua Romani) cada vez que se planteaba la posibilidad de entrar en contacto con las autoridades locales o nacionales, o se hablaba de la posibilidad de “salir a la calle” a defender sus derechos. La posibilidad de interactuar con las autoridades públicas es algo no-‐deseado debido, probablemente, a la incomprensión que generan las dificultades lingüísticas, pero también a su
autopercepción como inmigrantes irregulares o no-‐deseados. En este sentido, cualquier contacto con las autoridades es entendido como una amenaza a su permanencia en la ciudad o en el país4. Tal como Mihaela Cosescu (Cosescu, 2008) argumenta, es importante tener en cuenta que los inmigrantes “asumen su estatus legal como una opción personal (aceptando los abusos que sufren para ganar dinero”, ellos “perciben sus problemas como privados y, por lo tanto, deben buscar soluciones privadas a estos problemas”. Cuestiones de nivel político o estructural se perciben como personales, pero, por otro lado “lo personal es también político en otro sentido, el de las responsabilidades. La responsabilidad de las acciones de un inmigrante, pese a ser personal, es utilizada políticamente por los nacionalistas y xenófobos. Los crímenes cometidos por inmigrantes son responsabilidad individual, como sucede con cualquier ciudadano. A pesar de ello, los nacionalistas politizan estos crímenes y los convierten en responsabilidad de la comunidad de inmigrantes” (Cosescu, op. cit.) A pesar que la mayoría de inmigrantes Rumanos no tienen que hacer frente a los problemas recién mencionados, su nivel de participación en relación con las instituciones locales y su vinculación en los procesos de toma de decisiones a nivel local son extremadamente bajos. Tal como constata Ciornei (Ciornei, 2009), los Rumanos desarrollan un patrón de no vinculación en la vida local, similar, en cierto modo, al de los Rumanos Roma, argumentando que “no se quieren causar problemas a las autoridades”. Tal como afirmaba un político entrevistado “para los Rumanos y para los inmigrantes en general, la vinculación cívica implica causar problemas a la administración”, mostrándose agradecidos por “poder estar en el país” o, en algún caso extremo, “por no acabar en la cárcel o no ser expulsados del país”. Así pues, la construcción básica de aquello que los define como ciudadanos descansa en la individualidad y no en la necesidad o deseo de interconexión o contacto con las autoridades locales. A pesar que esta actitud no era abiertamente manifestada en todas las entrevistas, al menos no en estos términos, posiciones similares se podían interpretar en relación con el deseo de “invisibilidad” frente a las autoridades locales y la administración.
4
Para participar en las elecciones, tal como se explicará más adelante, es necesario hacer una petición a las autoridades locales y rellenar unos formularios.
Las administraciones locales, conscientes de esta situación, han desarrollado esfuerzos durante los últimos diez años para gestionar las oleadas migratorias recibidas intentado estimular la relación con los recién llegados e intentando crear redes de relaciones con las asociaciones de inmigrantes locales para intentar facilitar, mediante ellas, su integración. Por otro lado, han tenido que combatir y gestionar la creación de estereotipos y falsas informaciones surgidas y amplificadas por sectores xenófobos y, en ocasiones, también por algunas posiciones políticas, en contra de la inmigración, generalmente, descansando en el chovinismo de bienestar nacional5. Las instituciones locales, tal como se afirmó en los grupos de discusión, tienen importantes problemas para establecer contacto con los inmigrantes a título individual. Generalmente, el contacto con los inmigrantes está mediatizado por las asociaciones de inmigrantes, quienes, en muchas ocasiones, no tienen las habilidades o posibilidades necesarias para gestionar la información recibida o para utilizarla de manera fructífera. Cabe añadir que las instituciones locales Catalanas, espacio donde se ha desarrollado mayoritariamente este proyecto, deben hacer frente a un problema añadido vinculado con su estatus nacional y cultural y la gestión de la inmigración. El predominio cultural a nivel internacional del castellano (debido al mayor número de hablantes, a su mayor extensión geográfica y a su mayor proyección internacional) y la posición minorizada del Catalán a nivel estatal, combinada con una fuerte defensa de la cultura de los catalanes, dio como resultado un programa de defensa institucional de la lengua catalana. La regulación autónoma catalana establece que tanto el catalán como el castellano son las lenguas oficiales de Catalunya, pero el catalán es la única lengua que puede ser utilizada por las administraciones catalanas, así como en el sistema educativo (inmersión lingüística). Esta situación legal, avalada por la evidencia cultural y lingüística (Myhill, 1999), genera problemas prácticos en la interacción con la migración en un contexto migratorio como el vivido en la última década, en que la población extranjera llegaba en grandes cantidades. El sistema de inmersión lingüística y las políticas desarrolladas para promocionar el uso del catalán por parte de la 5
Por ejemplo, la red Barcelona Anti-Rumores (www.bcnantirumors.cat) intenta mostrar con datos la falsedad de algunas de las ideas y estereotipos alrededor de la inmigración, que, comunmente, se reavivan en periodos electorales
inmigración va a ofrecer resultados en algunos años, pero la rápida llegada de oleadas de inmigrantes no ha permitido que los resultados se obtengan a la velocidad necesaria para satisfacer las necesidades ni de los inmigrantes ni de la administración (Alarcón, 2010). Volviendo a la situación de los Rumanos, parcialmente debido a la herencia del comunismo, tienden a limitarse de “formar parte de la comunidad de Rumanos” y de actuar en nombre de dicha comunidad (cabe tener en cuenta que la demanda de los derechos parte de la motivación que se obtiene de la pertenencia a una determinada comunidad), de modo que la resolución de los problemas se desarrolla a nivel individual o mediante la familia o contactos cercanos, pero no “saliendo a la calle” por problemas que se perciben como personales, pese a ser compartidos por la mayoría de ellos. Tal como Cosescu afirma (Cosescu, 2008), apoyándose en el concepto de Hannah Arendt acerca de las comunidades cerradas, “el área privada es considerada como muy valiosa por parte de los Rumanos que emigraron al oeste, puesto que sirvió de fortaleza anti-‐comunista durante el régimen de Ceaucescu”. Por otro lado, numerosos estudios (Anghel, 2008; OSF, 2009) han hecho hincapié en una de las características centrales de la inmigración Rumana a los países del sur y del oeste europeo (Italia, Francia y España): una migración sustentada en redes de contactos. Ésta les permite actuar y resolver sus problemas, cabe insistir, percibidos como individuales, mediante la apelación a los lazos de amistad y las relaciones familiares y, a la vez, excluir del abanico de soluciones la posibilidad de acudir a las instituciones locales o nacionales. Más aún, la “institución-‐fobia” (basada en la idea que son extremadamente burocráticas y su trabajo es lento e ineficiente) mostrada por los Rumanos entrevistados se puede apreciar, por ejemplo, en una de las entrevistas realizadas a un líder de una asociación de Rumanos, quien subrayó el trato discriminatorio que, a su parecer, ofrecen las autoridades españolas (“siempre piden papeles y más papeles, y si ven que eres de Rumanía, comprueban tu DNI muchas veces para asegurarse”) y, también, el mal funcionamiento y la inoperatividad de los consulados Rumanos.
La distribución de los Rumanos en el estado español suele responder al patrón de migración basada en las redes de relación6. Del mismo modo que pasó en las migraciones internas españolas de los años 60 del pasado siglo, los Rumanos suelen concentrar-‐se en zonas en función de sus localidades de origen, de modo su llegada resulta más confortable puesto que existe un tejido social previo que reduce el coste de la migración. Por otro lado, estas concentraciones en función del origen facilitan que se mantengan las diferencias regionales y que éste sea un motivo de diferenciación o de no cooperación. En el caso de los Rumanos de origen Roma, este aspecto es notablemente destacado, puesto que se separan claramente en función del origen. Por otro lado, en el caso de la separación entre Rumanos y Rumanos Roma, aunque esta diferencia no se deba a motivos de origen sino de etnia, existe una profunda distancia social entre ellos que impide la creación de una “comunidad rumana” completa. La percepción de la diferencia entre ellos (utilizada como acto de autodefensa por parte de la mayoría de Rumanos, quienes mencionan “querer proteger la imagen de su país” de los “gitanos que vienen a delinquir y hacer cosas ilegales”) se articula en la creación de lineas entre “nosotros” (los Rumanos) y “ellos” (Roma) a los que culpan de la mala imagen del conjunto de Rumanos. En este sentido, no resulta sorprendente que las asociaciones de Rumanos que viven en España dediquen notables esfuerzos a recrear la imagen de su país, así como a preservar las tradiciones culturales Rumanas, a menudo orientadas regionalmente, pero sin pensar como contribuir a erradicar los problemas que están en la base de la mala imagen del país y los estereotipos que se aplican a los Rumanos. En las lineas siguientes vamos a aproximarnos al debate acerca del nivel de participación política de los inmigrantes Rumanos que viven en España, examinando los motivos que lleva a ejercer o no su derecho al voto como habitantes de una comunidad local y como ciudadanos de la Unión Europea, su afiliación a las asociaciones existentes y, finalmente, presentaremos algunas iniciativas y las principales ideas que han llevado a la constitución del PIRUM, el Partido Ibérico de los Rumanos. 6
Mediante las redes migratorias, aquellos que migran temporalmente reciben ayuda y apoyo de aquellos que han emprendido este camino antes que ellos. En las zonas de origen, las personas que no han migrado reciben información y perciben los beneficios (económicos, mayoritariamente) de la migración, con lo que se intensifica la posibilidad que emprendan el mismo camino. (Constantin, 2004; en Mirces y Pristavu, 2008).
10. El voto, un hecho prácticamente inexistente El hecho de votar y participar en las elecciones locales y Europeas se ha relacionado generalmente con la idea de si los inmigrantes se sienten miembros de la comunidad local o no, así como de si se consideran miembros de la Unión Europea o no. Se puede argumentar que el voto, entendido un acto de expresión de la consideración de uno mismo como un ciudadano con derechos, depende del nivel de integración de cada uno, bajo el precepto de “la persona que tenga una mayor integración será aquella que participará en las elecciones, puesto que es la que está preocupada por el conjunto de la sociedad en la que vive”. Tal y como veremos más adelante, esta lógica resulta complicada de aplicar a los inmigrantes Rumanos que viven en el estado español. La práctica inexistencia del voto Rumano y la no-‐participación de los inmigrantes Rumanos en las elecciones locales y Europeas en el país de acogida se puede vincular, por un lado, con el modelo político vivido durante el comunismo y el escepticismo y la apatía que caracterizan la opinión pública Rumana acerca de las potencialidades de unos políticos que han sido “incapaces de llevar adelante el cambio a su país”. Por otro lado, como migrantes transnacionales, los Rumanos “no dejan de ser Rumanos” y “no dejan de pensar como Rumanos” ni en su país de origen, tal y como aparece en la mayoría de entrevistas, no teniendo particular interés en votar en un país que se considera transitorio, y cuya experiencia representa (presumiblemente) tan solo un corto periodo en su vida (a pesar que en muchos casos, este corto periodo se torna una vida entera (OSF, 2009). Esto sucede en el caso de los inmigrantes que llevan mucho tiempo en España y presentan altos niveles de integración, e incluso entre algunos que son miembros visibles de la comunidad Rumana (tales como líderes de asociaciones o periodistas) quienes deberían tener alguna cosa que decir respecto de la defensa de sus derechos. A pesar que por el tipo de proyecto en el cual se elabora este informe, resulta complicado realizar generalizaciones respecto del conjunto de
Rumanos del país, si analizamos las entrevistas y grupos de discusión realizados, podemos apreciar como el nivel de integración que muestran las personas participantes es muy elevado y muestran como no existe una conexión real entre esta integración y el nivel de participación política manifestada mediante el voto: personas que cumplen con los clásicos indicadores de integración (tener trabajo, hablar los idiomas del lugar (en el caso de las personas entrevistadas, castellano y catalán), tener redes personales que mezclan inmigrantes y locales) pero que no muestran interés por el voto a nivel local. Este hecho nos lleva a la cuestión acerca de cómo debemos entender la idea de integración en el contexto general de la migración. Nuestra conclusión es que la inmigración tiende a reproducir y adaptarse a la idea de integración a nivel nacional o estatal; tal y como se ha dicho anteriormente, estar integrado consiste en una aproximación más individual que colectiva, en la que prima el tener trabajo, aprender y utilizar los idiomas del país y ser un “buen miembro de la comunidad”, en el sentido de no causar problemas, pero, en lo que nos atañe, estar “en silencio” y sin mucho interés por ejercer el derecho al voto ni reclamar más derechos para el grupo de iguales (en este caso, los de la misma comunidad de inmigrantes). Así pues, se puede trazar una clara diferencia entre la integración práctica (trabajo, idioma) y la integración cívica (defensa de derechos, voto), siendo la primera la deseada y desarrollada por la necesidad individual, y la segunda por la necesidad colectiva. En este caso, el estatus legal y la situación general en relación con los derechos civiles de los Rumanos que habitan en España, parece ser suficientemente buena para impedir una acción colectiva orientada a la mejora de los mismo. Por otro lado, tal como vamos a ver más adelante, podemos encontrar algunos ejemplos de acción colectiva para la mejora de la percepción social de los Rumanos en el país de acogida. Siguiendo esta idea, el hecho que los inmigrantes no participen en las elecciones locales puede indicar una falta de interés en la política local, pero no debe ser considerado como un indicador de falta de actividad política o de participación, tal y como indica Makarovic (Makarovic, 2007).
Ser capaz de participar en las elecciones locales implica algunos ajustes legales con las instituciones locales y, tal como hemos mencionado anteriormente, muchos Rumanos se autorestringen de tener relación con las instituciones o autoridades públicas. Tal y como ha aparecido en diversas entrevistas, el problema puede tener su origen, también, en la tradición del voto en Rumanía y el hecho que la mayoría de personas que hayan migrado sean de clase media o media baja. Si lo analizamos desde la óptica de su experiencia individual, el voto en Rumanía no se percibe como un acto individual que descanse en su elección personal, sino como algo que se controla desde el poder para satisfacer las necesidades de las autoridades públicas, los políticos e, incluso, las autoridades religiosas. Tal y como se mencionó en una entrevista, es muy común que en Rumanía los votos de los “pobres” (incluyendo los gitanos7) son comprados y explotados por determinadas aproximaciones políticas, y el “voto forzado” no contribuye a generar una opinión positiva acerca de la democracia, donde “tu voto realmente cuenta”. Así las cosas, no se considera el voto como un elemento importante, así como tampoco como un facilitador del cambio social, sino como un elemento necesario para mantener buenas relaciones con las autoridades. Por otro lado, todos los entrevistados afirmaron participar en las elecciones de su país, lo cual pone, de nuevo, la cuestión del transnacionalismo encima de la mesa.
11. La participación en las elecciones europeas Las posibles causas de la baja participación de los Rumanos en las elecciones europeas son diversas, pero, aún así, podemos trazar un patrón general de esta baja participación. Las ventajas de ser parte de la Unión se viven de manera práctica e individual, tal y como ha aparecido en las entrevistas y grupos de discusión, sobretodo vinculadas a la posibilidad de viajar libremente por toda la Unión. Aún así, tal y como se destacaba de forma recurrente, las ventajas que se derivaron del acceso de Rumanía a la UE son vistas más como necesidades que como ventajas para las personas: “venimos a España (o cualquier otro país) por 7
Los Roma, aún estando completamente al margen de la política local en España, se encuentran a menudo en el centro del debate político, donde los discursos políticos se construyen a menudo creando xenofobia y odio en su contra (hecho que también sucede en Rumanía)
necesidad, volveríamos a casa si tuviéramos posibilidades de desarrollar nuestro proyecto de vida allí”. Tal y como apareción en una entrevista, se ven a sí mismos como Rumanos en la Unión Europea, que viven en España, pero que siguen siendo Rumanos, sin que aparezca la idea de ser “Europeos”. En la misma línea, las personas de la asociación que trabaja con mujeres Roma destacaban que, generalmente, estas mujeres tienen un nivel educativo muy bajo, lo que lleva a que no tengan mucha idea de lo que es Europa ni de lo que implica ser ciudadano Europeo. Finalmente, cabe destacar que la plena ciudadanía europea aún no ha sido alcanzada por los ciudadanos Rumanos, quienes siguen siendo considerados ciudadanos A2 en Europa, teniendo controles o restricciones para acceder al mercado de trabajo en muchos países y habiendo sido reintroducidas algunas restricciones en España, Makarovic (Makarovic, 2007), ha analizado la participación electoral en la Unión Europea, y sus características, y ha distinguido diferentes actitudes frente a la democracia, categorizando a Rumanía en el grupo denominado como “democracias pasivas”. Los países que forman parte de este grupo (Bulgaria, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y Portugal) se caracterizan por una falta de participación activa, una modernización tardía y el hecho de haber experimentado regímenes autoritarios durante el siglo XX, lo que genera una falta de tradición democrática. Si uno compara la recién descrita categorización con los datos de participación de las últimas elecciones Europeas (2009), se puede apreciar como todos los países que forman parte de este grupo (con la excepción de Letonia) tuvieron una participación muy baja. En el caso de Rumanía, la participación fue del 27,7%, siendo la cuarta más baja de la Unión, y mostrando que probablemente la falta de participación en las elecciones Europeas tiene más relación con el país de origen (y su socialización política) que con el hecho de ser un inmigrante. En esta misma línea, los datos relativos a las elecciones parlamentarias en Rumanía, mostraron un bajo nivel de participación (39,26%) que sólo se incrementaron en 2009 para las elecciones presidenciales (56,99%), aún que cabe destacar que coincidió con un referéndum relativo a la modificación de la medida del parlamento, lo que presumiblemente ayudó a elevar la participación.
Las impresiones obtenidas en los grupos de discusión y entrevistas van en la misma línea y muestran la mala impresión acerca del funcionamiento de la democracia en Rumanía, y el modo como esta situación afecta la opinión y la actitud de la ciudadanía en relación con el funcionamiento de la política y la democracia, independientemente del país en el que se encuentren. La socialización política en el país de origen parece tener, pues, un peso importante en la reconfiguración de la vida social del inmigrante y en el establecimiento de sus prioridades. Finalmente, parece obvio, y de esta forma se expresó en los grupos de discusión y en las entrevistas, que los Rumanos se han beneficiado de la entrada de su país a la Unión Europea, pero los resultados de estos beneficios aún permanecen en el plano individual y no han sido aún expresados mediante formas de acción colectiva (más adelante analizamos algunas excepciones a este hecho). A este respecto, parece que quedan aún muchas cosas por hacer para conseguir generar y generalizar el sentimiento de pertenencia a Europa en muchos de los ciudadanos comunitarios, proceso que debería ir ligado a un aumento progresivo (o al menos a una relativa homogeneización) de las tasas de participación en las elecciones Europeas. En relación con esto, se puede hacer una división lógica consistente entre los aspectos prácticos relacionados con la migración intraeuropea y la integración en el país de acogida (que pueden ser satisfechos de forma individual de modo que, si no se resuelven, el individuo puede retornar al país de origen o remigrar hacia otro país) y el enlace simbólico con los ideales de la Europa unida o de la localidad donde se resida. Los segundos resultan más difíciles de conseguir debido a, por un lado, la orientación económica (y no social) de los procesos migratorios actuales y, por el otro, debido a la realidad transnacional que viven los inmigrantes, que les lleva a vivir “en dos países a la vez”, no siendo Europa ninguno de estos países.
12. El papel de las asociaciones Las asociaciones representan un segundo nivel en la participación política en el cual los individuos se involucran en un proyecto colectivo para satisfacer algunas demandas o intereses que se pueden relacionar con ámbitos muy diferentes, siendo la voluntad de tener influencia política en la comunidad sólo uno de ellos. De acuerdo con Putnam (Putnam, 2009), las asociaciones de inmigrantes tendrían dos mecanismos básicos de trabajo: enlazar (bonding) y tender puentes (bridging). El proceso de enlazar consiste en realizar esfuerzos para reforzar los vínculos internos de la comunidad inmigrante mediante la creación de redes, la creación de sentimientos de pertenencia en la comunidad y la visualización del papel cohesivo de la asociación. El proceso de tender puentes, por su parte, consiste en el refuerzo de las conexiones externas de la asociación hacia las instituciones y la sociedad local. En este sentido, Dueñas (Dueñas, 2011) afirma que las expectativas de las instituciones públicas locales respecto del papel que las asociaciones deberían jugar no coinciden con las expectativas de las mismas asociaciones. Las instituciones, tal como aparece en los grupos de discusión, generalmente esperan una actividad enfocada hacia el exterior (bridging) para facilitar la integración de los inmigrantes (directamente, mediante la creación de redes mixtas de relaciones, o indirectamente, trabajando las habilidades o los conocimientos que facilitan la integración), mientras que las asociaciones desarrollan una intensa actividad interior (bonding), trabajando para la preservación cultural o para la mejora de la imagen de la comunidad. La información obtenida mediante las entrevistas y grupos de discusión tiende a confirmar parcialmente la idea previamente expuesta, las asociaciones existentes principalmente intentan trabajar en la imagen del país o en la imagen de los inmigrantes Rumanos, pero son incapaces de consolidar o crear estructuras comunitarias solidas. Las soluciones que intentan implementar se relacionan con la restauración de la imagen, pero no con la erradicación de las causas que llevan a esta imagen negativa. Más aún, las propias asociaciones contribuyen a la articulación de diferencias entre los inmigrantes Rumanos “regulares” y los inmigrantes Rumanos de etnia Roma, mediante la utilización de un discurso racista
hacia los Roma como grupo étnico, como una comunidad que sirve chivo expiatorio para justificar los actos ilegales y criminales que Rumanos individuales (suficiente si pensamos en el caso Mailat en Italia y sus repercusiones). Tal y como menciona el líder de una asociación Rumana, hay muchas asociaciones “muertas”, que se crearon y luego se abandonaron, de modo que su papel en la comunidad de Rumanos inmigrados es únicamente testimonial. Después de todo, el rol que juegan las asociaciones de Rumanos se concentra en la preservación de la cultura y las tradiciones o, en otros casos, a dar apoyo legal o administrativo, pero no prestan suficiente atención a la creación de comunidad. Por otro lado, la asociación local que trabaja con Rumanos Roma trabaja en la dirección contraria: intentando crear vínculos entre la comunidad Roma y la comunidad de acogida, así como trabajando en su empoderamiento a favor de su integración o, al menos, su desmarginalización. En su trabajo diario, debido a la especificidad del colectivo con que trabajan, encuentran muchas dificultades para ganarse su confianza y destacan la importancia de las relaciones informales para generarla. A pesar de estos esfuerzos, los Roma, o, al menos, la mayoría de ellos, no perciben una asociación como un espacio donde recibir consejos o que facilita el acceso a sus derechos, más bien son vistas en términos materiales, una ayuda en forma de ropa o dinero, dificultando el normal desarrollo de los objetivos de la asociación. De todos modos, algunos de ellos mencionaron la importancia de la existencia de un espacio donde puedan obtener información o hallar ayuda para resolver problemas burocráticos o legales. En muchas ocasiones, especialmente entre los Roma, el consejo que proviene de fuera de la comunidad o de una fuente no-‐Roma, se trata con escepticismo y es generador de conflictos (especialmente debido a la construcción patriarcal de la familia Roma, donde los maridos no ven bien que sus mujeres sean aconsejadas por “forasteros”8) Así pues, ninguno de estos dos modelos de asociación (asociación de inmigrantes rumanos y asociación local que trabaja con inmigrantes) parecen conseguir sus 8
Por ejemplo, durante los grupos de discusión, las mujeres exteriorizaron su preocupación por el hecho que sus maridos estarian enfadados si llegaban tarde a casa.
objetivos, aunque se puede destacar que hay una diferencia importante entre ellas en relación con sus objetivos. La asociación de Rumanos trabaja, básicamente, en la línea de enlazar a los miembros de la comunidad, intentado mejorar la imagen de los inmigrantes Rumanos erradicando los falsos estereotipos que se articulan a su alrededor, así como intentando crear una imagen acerca de “como es un rumano” que sea satisfactoria, aunque dejen la creación de redes mixtas y el proceso de integración en manos de los individuos. Por otro lado, la asociación local que trabaja con Roma, trabaja en la linea de crear puentes, asumiendo que pueden ayudar a la comunidad Roma a mejorar su situación, pero no parecen intentar crear enlaces con los miembros de la comunidad que puedan reducir la distancia entre Roma y Rumanos.
13. ¿PIRUM, una perspectiva transnacional? Finalmente, es interesante analizar el caso específico de una iniciativa política relacionada con las elecciones locales. En las elecciones locales de 2011, un partido político Rumano se presentó por primera vez y, a pesar de los pobres resultados obtenidos (97 votos agregando las cuatro localidades en que se presentó), este hecho supone una experiencia innovadora que se deriva del estatus legal que la UE confiere a los ciudadanos comunitarios. Las elecciones locales representan una contienda electoral en al cual el impacto de la migración puede ser testado, no sólo por que los inmigrantes comunitarios tengan derecho al voto ( a pesar que su participación se estime que sea baja9), sino también por que se pueden presentar a las elecciones Las estimaciones de datos muestran que hay mas de mil extranjeros que forman parte de listas electorales. Para ello, existen dos posibilidades: representarse a uno mismo en la lista de un partido tradicional español (para las elecciones de 2011, el partido Socialista tenía 586 extranjeros en sus listas, mientras que el partido Popular tenía alrededor de 500) o crear un partido nuevo que tenga como objetivo la representación de la inmigración (antes del PIRUM, otros proyectos de partidos se presentaron a 9
No hay datos oficiales al respecto.
elecciones locales: PRUNE, Partido Islámico, PDEX-‐Partido de los extranjeros). De hecho, el las elecciones locales de 2007, 2 extranjeros fueron elegidos como alcaldes en sus localidades y 85 más como regidores (para estas últimas elecciones, estos datos aún no habían sido publicados). En el caso del PIRUM, el Partido Ibérico de los Rumanos, supone una forma de participación política que se encuentra a medio camino entre la participación política individual y la configuración colectiva de la realidad migrante. La idea es que aquellos inmigrantes que se presentan a las elecciones toman decisiones individuales que tienen implicaciones colectivas, lo que supone un camino diferente para obtener representación social mediante las posibilidades que la legislación europea les ofrece. El PIRUM, pues, da una idea acerca de cómo la migración Rumana puede luchar contra los estereotipos a que tienen que hacer frente cuando viven en un país distinto del suyo. También nos permite analizar las causas de porque estas iniciativas (o las de algunas asociaciones) fracasan cuando intentan atraer a los miembros de la comunidad o, incluso, intentan crear comunidad. Para analizarlo llevamos a cabo dos entrevistas con miembros del partido, uno de los alcaldables y un hombre español que es uno de los padres espirituales y ideológicos del partido. El proyecto PIRUM afirma buscar la “unidad en la diversidad” tal como afirma su lider ideológico, mientras busca su representación visible en la figura de un “político rumano que es un chico normal, como cualquier español”, e intenta luchar contra la estigmatización que se aplica sobre los Rumanos. Por otro lado, su discurso reproduce una imagen singular del país, reproduciendo10 los pensamientos negativos, estereotipos y perjuicios (empezando por la separación de los Roma respecto de los Rumanos) que generalmente se aplican a Rumanía como país y sobre los Rumanos en tanto que inmigrantes. Relacionado con los Roma, su discurso reproduce las mismas ideas racista que la muchos de los partidos políticos españoles utilizan contra los Roma (como la vinculación entre la
10
En la entrevista, el “lider espiritual” repite los estereotipos negativos que a su parecer, sin haber vivido en Rumanía, son los principales déficits del país: corrupción, instituciones poco democráticas, resistencia de las élites comunistas en las cúpulas de los distintos partidos del país,...
etnia y los actos individuales ilegales, culpando a toda la comunidad debido a su pertenencia étnica). En la entrevista mantenida con el “líder ideológico” del partido, expuso que el partido tenía un doble objetivo, trabajar para mejorar las condiciones de vida de los Rumanos, sin excluir al resto de ciudadanos (“no queremos ser una partido sólo para Rumanos”) y, a la vez, trabajar par cambiar cosas en Rumanía. De acuerdo con la entrevista, el sistema electoral rumano es muy restrictivo y plantea muchas trabas que dificultan la creación de nuevos partidos políticos, con lo que hace prácticamente imposible tener influencia política si uno no sigue pertenece a uno de los partidos principales. También acusa a los partidos existentes de ser corruptos y promover estructuras no democráticas. A partir del discurso, se percibe un discurso dual en relación con los objetivos del partido, denotando, por un lado, una estrategia nacional para impulsar listas electorales que defiendan los intereses de los Rumanos y, por el otro, una estrategia transnacional que sólo puede entenderse teniendo en cuenta la situación de Rumanía. De acuerdo con esta segunda idea, las entrevistas realizadas con los líderes del PIRUM nos llevan a profundizar en la situación transnacional de muchos inmigrantes que se hallan viviendo en dos mundos paralelos que constantemente cruzan la frontera de los dos países. Más aún, cuando el partido político defiende que su meta es “llegar a Rumanía” y “promover el cambio democrático del país desde fuera”, participando en las elecciones nacionales Rumanas. Incluso el discurso mantenido durante las elecciones municipales giraba entorno a la idea de ser un partido que tenía la voluntad de trabajar por la comunidad local, obviando la idea de defender los intereses de los Rumanos. No sorprende, a partir de lo comentado anteriormente, que su apoyo fuera muy bajo incluso entre los Rumanos, quienes no se sintieron atraídos o representados por la opción que presentaba el PIRUM, más teniendo en cuenta que su óptica presentaba esta dualidad, en la que no queda claro si el objetivo se orienta a la defensa de los intereses Rumanos e incluso si su su territorio de incidencia es España, Rumanía o Europa (puesto que también planteaba la idea de participar en las elecciones comunitarias para beneficiarse de los votos de la diáspora rumana). A pesar de lo dicho, no se debe olvidar que es la primera ocasión en que se presentaban en unas
elecciones, por lo que sera interesante analizar sus resultados en el futuro, para ver el alcance real de este proyecto transnacional. Finalmente, la alternativa representada por el PIRUM abre una serie de interrogantes y posibilidades acerca del comportamiento electoral de los inmigrantes en el futuro. Si, tal como cabe presuponer, el futuro de la Unión Europea y sus inmigrantes se orienta hacia la plena integración, el futuro de su comportamiento electoral resulta una incógnita en relación con los parámetros tradicionales en la toma de decisiones alrededor del voto: -
¿Van a votar localmente, reproduciendo el eje derecha-‐izquierda basado en su experiencia en Rumanía?
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¿Van a votar localmente intentando entender los problemas del país de acogida, de modo que puedan tener cabida elementos nacionalistas periféricos, superando el eje derecha-‐izquierda?
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¿Van a votar localmente en relación con su posición de inmigrantes, haciendo evolucionar el modelo político propuesto por el PIRUM?
14.Participación Social La participación social debe ser entendida de forma más amplia que la participación política, entendiendo que la participación social no solo la incluye, sino que la supera, incluyendo otros aspectos como los vínculos individuales que, finalmente, ayudan a configurar las relaciones sociales. En esta sección vamos a analizar el papel que juegan las redes sociales en la configuración de los procesos migratorios, la relación con los otros inmigrantes y los ciudadanos locales, y examinaremos algunas de las especificidades de los Rumanos que les permiten vivir su vida en una suerte de “comunidades cerradas”. Ritchey (Ritchey, 1976) examinó la participación social relacionándola con las relaciones familiares y familiares, que sirven como factores de influencia sobre la decisión de migrar. A este respecto, construyó tres hipótesis de acuerdo con esta aproximación:
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Hipótesis de afinidad: aquellos inmigrantes que disponen de redes sociales más amplias en su país de origen tienen menos posibilidades de migrar.
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Hipótesis de información: la adaptación del patrón migratorio circular como base de funcionamiento genera un flujo informativo que estimula la migración y la hace atractiva para aquellos que reciben la información.
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Hipótesis de alivio: las redes migratorias circulares facilitan la adaptación de los potenciales nuevos migrantes y este elemento ejerce un papel facilitador en la voluntad de migrar.
Si tomamos en consideración las ideas anteriores, esto permite explicar como la inmigración Rumana sobrelleva una rápida adaptación a las nuevas realidades que conforman su nueva realidad migratoria. Más aún, si tenemos en cuenta la situación actual del mercado de trabajo, en que los trabajadores necesitan estar adaptados a la realidad del entorno pero, probablemente, no es necesario estar plenamente integrados en la sociedad de acogida; podemos ver como los Rumanos resuelven sus necesidades adaptativas y excluyen, de momento, una mayor integración social. Las amplias redes existentes en el país de acogida ayudan a su primera adaptación, pero contribuyen en menor medida a la integración en la sociedad de acogida, facilitando la consecución de las expectativas de los inmigrantes, pero dificultando la consecución de las de la sociedad de acogida.
El papel de las redes en la migración11. Tal y como muchos estudios han descrito, las redes de inmigrantes han jugado un papel importante en la evolución de la migración Rumana hacia los países del Oeste y del Sur de Europa, apareciendo España como uno de los países centrales de este proceso. En el contexto de la globalización, han emergido nuevos modelos migratorios que han provocado un aumento de inmigrantes ilegales (Ghosh, 1998, en Anghel, 2006), donde las redes sociales juegan un papel aún más importante.
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Mediante las redes migratorias, aquellos que buscan migraciones temporales reciben ayuda y apoyo por parte de aquellos que migraron previamente. En aquellas zonas del país de origen donde otros han migrado previamente, existe una mayor probabilidad que otros también migren, mientras que allí donde otros han tenido éxito en su migración y dónde sus éxitos son visibles, la migración tendirá a acumularse (Constantin et al. 2004, en Mirces & Pristavu, 2008)
En este contexto, la perspectiva transnacional en las teorias acerca de las migraciones argumenta que los inmigrantes actuales poseen una red social que supera las fronteras del estado nación (Glick y Schiller, 1995, en Anghel, 2006). Si analizamos la migración Rumana en el paradigma de las redes institucionalizadas, aquellos que migraron a principios de los años 90 y que se integraron de manera satisfactoria en el mercado de trabajo del país de acogida, han jugado un papel decisivo en la evolución de la migración Rumana hacia España. Aquellos fueron los “pioneros”, los primeros “exploradores”, y pudieron haber reducido los factores de riesgo de aquellos que les siguieron, proveyendo ayuda material y ejerciendo de “familia de acogida” para aquellos que llegaron posteriormente (Baubock, 2001). La tendencia migratoria desde Rumanía “creció especialmente cuando la industria minera Rumana fue radicalmente reestructurada en 1997 y la pérdida de empleo fue masiva. Los despedidos recibieron unas ayudas económicas que fueron, en muchas ocasiones, utilizadas para financiar los procesos migratorios” (Anghel, 2008). Tal y como argumenta Arango, “las redes sociales ayudan a fortalecer las concentraciones existentes y son un elemento clave en la composición y desarrollo de los flujos” (Arango, 2006, en Bernat y Viruela, 2011). En España, en el principio del ciclo inmigratorio y en los momentos de auge económico y laboral, la iglesia Adventista tuvo un rol importante en la creación de redes de inmigrantes Rumanos (Bernat y Viruela, 2011). El perfil social de los inmigrantes también funcionó bajo la lógica de las redes: los primeros acumularon capital social y económico, mientras que los siguientes se benefician de su trabajo y provienen de las sub-‐ capas del grupo (Nacu, 2010). La excempción de las obligaciones de visado de los ciudadanos Rumanos en 2002 y, sobretodo, la entrada de Rumanía en la UE en 2007, llevaron a cambios en su estatus de inmigrantes y contribuyeron a la reconstrucción de las redes existentes de migración. El contexto cambiante de inmigrantes “ilegales” a “legales”, y la reducción de las necesidades a solicitar en las redes, llevó a cambios en los componentes de los flujos de inmigración y pudo llevar, también, a un incremento en las actividades delictivas, en tanto que cualquiera podía viajar, incluyendo
aquellos que tuvieran antecedentes criminales. Mientras que al principio de los años 90 la inmigración Rumana estaba prácticamente únicamente basada en las redes de relaciones, a partir de 2002, este modelo migratorio empezó a reducir su incidencia (Anghel, 2006) o, al menos, a experimentar cambios. Tal como describe Anghel, la migración de Rumanía “no ha alcanzado su saturación y no se convirtió en una migración masiva únicamente sobre la base del desarrollo de redes. La migración, más bien, se convirtió en masiva debido a la política de libertad de movimientos de la Unión Europea” (Anghel, 2008). De acuerdo con nuestras observaciones, aquellos que siguieron o que aún confian en estas redes formales son aquellos que pertenecen a ciertas micro-‐comunidades que pueden ejercer algún control sobre sus miembros y implementar algunas normas sobre la comunidad más cercana. Por otra parte, estas redes y la concentración que a su alrededor se desarrollan, hacen posible que permanezcan cerradas en microcomunidades, relacionadas por vínculos de amistad o familiaridad, excluyendo la idea de contactar con la ciudadanía local o las autoridades más que por motivos meramente prácticos. Por ejemplo, la concentración de Rumanos de etnia Roma que provienen de la región de Vaslui y que habitan en Santa Coloma, permite a sus miembros sentirse menos vulnerables en su situación de inmigrantes transnacionales y, a la vez, refuerza los roles y las normas de su estructura social patriarcal, lo que dificulta (o hace prácticamente imposible) que escapen de los estereotipos negativos que se les aplican, como “vagos”, que “no trabajan”, que permanecen “cerrados en sus comunidades” o que “ no mantienen ninguna relación con los autóctonos”, de modo que quedan encerrados en una situación de marginalidad precaria (particularmente las mujeres). En este sentido, el deseo de hacer frente a estos estereotipos negativos y erradicar las etiquetas que se les imponen está presente en la vida diaria de la inmigración Rumana, no afecta solamente a los Roma. En su situación como inmigrantes, tienen que sobrellevar un permanente proceso de socialización y resocialización, lo cual da como resultado un discurso cultural dual, una combinación de patrones, normas
y actitudes aprendidas tanto en el país de origen como en el de acogida. De acuerdo con Robins (Robins, 2006), la integración europea ha generado nuevas expresiones de nacionalismo cultural que se manifiestan mediante la acción colectiva. El mantenimiento de estas características nacionales renegociadas en el contexto de la inmigración resulta uno de los deseos más manifestados en las entrevistas mantenidas con las asociaciones de Rumanos. Aún a pesar que sus objetivos formales pasan por contribuir a la integración de los inmigrantes Rumanos, sus practicas cotidianas guardan más relación con la preservación cultural (lenguaje, tradiciones) y con el restablecimiento de la imagen de la inmigración Rumana en España. Esta renegociación constante en el país de acogida acerca de lo que significa “ser rumano”, no afecta únicamente a las asociaciones, sino que está muy presente en los propios individuos. En el estudio, anteriormente referenciado, acerca de los inmigrantes Rumanos que habitan en Milán, Anghel (Anghe, 2008) describe la situación de Borsa (ciudad de Transilvania) que experimentó una salida masiva de población emigrada a principio del año 2000. Sus emigrantes probablemente no se consideran a si mismos como parte de una “gran familia de migrantes” pero son consciente de los vínculos que los enlazan a pequeña escala, y actúan de manera acorde a unas líneas que diferencian entre “nosotros” y “ellos”, siendo “ellos” indiferentemente ciudadanos autóctonos del país de acogida o Rumanos que vienen de sitios distintos de Borsa (y por lo tanto, no siendo miembros de su comunidad más cercana), mientras que en un contexto distinto del migratorio, esta frontera inter-‐individual hubiera sido diferente y las relaciones comunitarias probablemente hubieran sido más amplias.
Relaciones con ciudadanos autóctonos y otros inmigrantes De acuerdo con nuestras observaciones, las diferencias de clase (percibidas comúnmente como diferencias étnicas por parte de los españoles pero, también, por parte de los Rumanos), no fomentan la participación social cuando se trata de establecer relaciones con los locales. En el caso de las mujeres Roma entrevistadas, el hecho de establecer una relación, una situación comunicativa con ciudadanos
autóctonos, se percibe de manera práctica, en términos materiales: según su modo de ver las cosas, los ciudadanos autóctonos, sean Españoles o Catalanes, tienen trabajo y abundantes posesiones materiales, de modo que una situación comunicativa no orientada en términos prácticos resulta inimaginable. La relación entre las dos comunidades, pues, se define en términos materiales y se constituye alrededor de los bienes (cuando ellas piden por las calles, los autóctonos les dan dinero, ropa o otros bienes, tal como mentó una de las personas que trabajan con ellas: esta es la única relación que tienen entre ellos). Podemos apreciar, también, una diferencia en relación con las categorías de edad, en relación con la apertura hacia los autóctonos y hacia otros inmigrantes que están cerca de su comunidad. Las generaciones más jóvenes parecen tener una actitud más abierta y tener más contacto con los vecinos, sean del origen que sean. A pesar de ellos, ninguna de ellas ha participado nunca en actos organizados por otros, de modo que, a pesar de su actitud más abierta, su participación en la vida cívica local es inexistente. Los Roma, no solo se encuentran en medio de los discursos racistas, sino que ellos mismos (cuando la conversación deriva a la idea de tener relación con otros inmigrantes) adoptan un discurso, también, racista. De acuerdo con esta lógica, “las personas blancas son buenas personas, mientras que las de piel negra son malas”, y,t al como repitieron en muchas ocasiones, los Españoles son buenas personas (“no hay nadie que no nos de dinero, son muy compasivos”12), especialmente en la comparación con los inmigrantes provenientes de Marruecos13 (quienes usan drogas, son violentos, montan escándalos en la calle y son gente de la que uno debe tener miedo”). Aún así, el discurso racista cambia en pasar de hablar de colectivos
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La forma de hablar de sus “anfitriones”, quienes “les permiten vivir en su territorio” estaba muy definida e influída por un discurso preconstruído y políticamente correcto en que ellos son “forasteros”, lo que deja fuera al resto de su comunidad, puesto que no comparten sus dificultades. La percepción de la desigualdad y la situación jeràrquica lleva a definir el “ellos” como “gente blanca y rica” y “nosotros” como un grupo étnico marginal que no tiene posibilidades de romper esta burbuja, lo que disminuye las posibilidades de “comunicación”. A pesar de ello, algunas chicas jóvenes (especialmente aquellas que han recibido algun tipo de educación) muestran una mayor disposición a expresar sus pensamientos e ideas, lo que crea una controversia inmediata y una disputa acerca de la conveniencia de expresar sus pensamientos en el grupo. 13 En este sentido, adoptan el discurso público general del país de acogida y lo repiten en consecuencia.
en general a personas a título individual (aparecen casos de personas con relación habitual con inmigrantes chinos o de Marruecos, con los que el discurso es profundamente distinto). Por otro lado, a pesar que se puede apreciar que la inmigración Rumana en general presenta un mayor nivel de integración en la sociedad española que la que tienen los Rumanos de étnia Roma, en ambos casos podemos hablar, en cierto modo, de comunidades cerradas. En el caso de la comunidad Rumana, la tendencia es a estar mejor adaptados a los retos que les plantea la sociedad española que otros colectivos de inmigrantes, debido a su facilidad para acceder al mercado de trabajo y para aprender el lenguaje. A pesar de este potencial, Pajares (Pajares, 2005) afirma que la comunidad Rumana plantea un nivel similar de (no)integración que los Chinos, Ecuatorianos o Marroquís, e inferior al de la comunidad Senegalesa. A partir de lo visto, la estrategia de integración que parecen utilizar descansa en la idea de “navegar por la superficie”, estando suficientemente cerca de la vida de los autóctonos, pero evitando “hundirse” para ser “parte de ella”. En este sentido, se mantienen algunas líneas de separación entre “nosotros” y “ellos”, y se intenta permanecer en silencio para “no causar problemas”. Como migrantes transnacionales, ambos Rumanos y Roma, “utilizan las posibilidades de su dualidad, “aquí -‐ allí” y “nosotros – ellos” resultan afiliaciones que les ayudan a abrir opciones económicas, culturales y políticas” (Bryceston y Vuorela, 2002, en Bailey, 2009), lo que les permite tener una mayor proximidad a la adaptación a la sociedad de acogida que a la integración en ella.
Transnacionalismo – Rumanos como Migrantes transnacionales Retomando el hilo del transnacionalismo, tal y como Bernat y Viruela señalan en un reciente estudio desarrollado en Castelló, la mayoría de inmigrantes de la región “perciben su experiencia migratoria como un periodo de sus vida que puede ser largo o corto, en relación con sus objetivos y sus circunstancias” (Bernat y Viruela, 2011). Los últimos informes acerca de la inmigración y el mercado de empleo (Pajares, 2009 y 2010) concluyen que los datos de retorno de Rumanos es
significativamente alto y que “son probablemente la nacionalidad con mayor tasa de retorno, aun que no haya datos que confirmen esta hipótesis (Bernat y Viruela, 2011). La situación migratoria, percibida como temporal y circular, quedó reflejada en las entrevistas realizadas, sobretodo en las que participaron miembros de la comunidad Roma de la región de Vaslui. Nuestras entrevistadas “viven el presente”, en el sentido de la supervivencia prácticamente de un dia para otro, mientras que el futuro (siempre referido al futuro más cercano, los próximos meses) no está nada definido ni clarificado: “permaneceremos aquí hasta que el frío se vaya”, “estaremos mientras Dios quiera que estemos”. La percepción temporal y circular de su situación, se refleja también en el momento de definir la duración de su estancia en España hacia atrás. Cuando preguntamos acerca de la fecha de su llegada a España, la respuesta se refiere, normalmente, a la fecha de la última vez que llegaron al país, pero difícilmente se señala la fecha de su primera llegada (puesto que están constantemente moviéndose entre dos mundos, entre el país de origen y el de acogida). En esta misma linea, la idea de “hogar” hace referencia a Rumanía, y, la mayoría de ellos, comentan que volverían a su país “si la situación fuera mejor”. Su forma de vida al margen de la sociedad dificulta una planificación de futuro que permita actuar en consecuencia, aun que, de nuevo, esta no es una característica únicamente aplicable a los Rumanos de origen Roma, puesto que gran parte de los Rumanos (o de la inmigración en general), mantienen abiertas ambas opciones, lo que hace complicado poder predecir quienes se irían y quienes se quedarían, Tal como revela el estudio de Ciornei (Ciornei, 2009), las autoridades españolas generalmente consideran a los inmigrantes rumanos como migrantes temporales que van a volver a Rumanía, “como hicieron los Polacos”, pero no deberíamos olvidar que no todos acaban llevando el plan de retorno a la práctica. Ambos, migrantes y actores políticos, perciben el carácter temporal de la migración Rumana, lo que influye en las dinámicas políticas dentro de colectivo y, también, la forma de aproximarse a la participación. Aún así, por lo menos un tercio de los Rumanos que viven en España, afirman que van a desarrollar su vida en este país (OSF, 2009).
Una investigación conducida por la Open Society Foundation en cuatro comunidades de Rumanos de la región de Madrid en junio de 2008, en que participaron 832 inmigrantes Rumanos, preguntados acerca de sus percepciones acerca del “hogar” y sus intenciones de futuro, destacó la existencia de 4 categorías, en función de su deseo de permanecer en España o retornar al país de origen. En el mentado estudio, un 71% de los Rumanos declaró que querrían volver a Rumanía, pero este dato se matizó posteriormente al incluir las condiciones bajo las cuales el retorno podría ser posible. En este sentido, un 47% de los inmigrantes afirmó que retornarían en los próximos 5 años, lo cual se distancía mucho del dato anterior, y tan solo el 39% se mostró seguro que este retorno se daría en este plazo de tiempo. Cabe destacar que aquellos que declararon que el retorno se daría con mucha probabilidad, eran aquellos que ya tenían un plan estructurado de retorno. Por otro lado, retornando al deseo de permanencia o retorno, es estudio planteó cuatro categorías: 1. Aquellos que tienen intenciones inmediatas de retorno, en menos de un año (14%) 2. Aquellos que tienen una intención de retorno a medio plazo, en 2-‐5 años (33%) 3. Aquellos que plantean su retorno a largo plazo, en más de 5 años (15%) 4. Potenciales migrantes definitivos, aquellos que no tienen un plan de retorno definido (29%).
15.El papel de los recursos en el proyecto de retorno En relación con el mismo estudio, teniendo en cuenta los recursos, la personas que tienen una mayor probabilidad de retornar al país de origen son aquellos que están ganando un buen salario en España (por encima del promedio de 1400€ por mes en 2008), que disponen de buenas condiciones materiales en Rumanía, un nivel educativo relativamente bajo y un conocimiento irregular del idioma
castellano. La tendencia al retorno se incrementa entre aquellos que ganaron dinero por encima de la media de inmigrantes Rumanos, tienen una relativamente buena condición económica, pero no se han podido integrar bien en el territorio. Aproximadamente un 30% de los entrevistados en el mentado estudio afirmaron tener un buen nivel de castellano, de los que una tercera parte declaró que estaban seguros que iban a volver a su país, mientras que entre aquellos que consideraron tener dificultades con el lenguaje, un 64% tenía la intención de volver a Rumanía. El estudio también examinó la relación entre la frecuencia en la asistencia a misa u otros servicios religiosos y la voluntad de retorno. Los resultados mostraron una mayor tendencia al retorno entre aqeullos que participaban regular o frecuentemente en servicios religiosos. Así pues, se pudo constatar una mayor voluntad de retorno entre aquellos que tenían una orientación más tradicionalista, poniendo, de nuevo, en relieve el papel de la iglesia en la configuración del modelo migratorio Rumano, tal como trataremos más adelante. Es importante hacer constar que, en septiembre de 2008, prácticamente el 60% de los inmigrantes Rumanos entrevistados en el estudio de la OSF, consideraron que la situación del mercado de trabajo Rumano mejoraría en los tres años siguientes, mientras que, únicamente un 23% de ellos pensaba que la situación en España mejroarçia. La mayoría, pues, mostraba un mayor grado de optimismo respecto del futuro de la economía Rumana que en la Española. Los cambios acontecidos desde entonces, con un considerable empeoramiento de la situación del mercado de trabajo Rumano, ponen en cuestión las tasas de retorno. Tal y como muestra un estudio de 2010 (OIM, 2010) acerca de los patrones migratorios mundiales y la analizando lo que la situación actual señala, los inmigrantes podrían adaptar la actitud de “esperar y ver que pasa”, posibilitando la búsqueda de nuevas oportunidades de empleo en el país de acogida, probablemente en la economía sumergida. De modo interesante, entre aquellos que declararon su deseo por permanecer definitivamente en España, un 25% querrían, también, tener un negocio en Rumanía. Este signo de percepción transnacional de la situación migratoria
subraya la idea enfatizada en la entrevista con el político del PIRUM, la no voluntad de dejar de “ser Rumanos”, no dejando de pensar en su país y, probablemente, mostrando una mayor propensión al voto en Rumanía que en España. Es de esperar que las futuras políticas de la Unión Europea tengan en consideración este patrón de migración “en movimiento”. Este estudio también muestra la presencia de un cierto número de inmigrantes quienes prefieren volver a su país basándose en los inputs negativos que reciben de pertenecer a un “gran grupo de inmigrantes, algunos de los cuales cometen ilegalidades” (opinión cercana a la vertida en la entrevista con el político del PIRUM). Este estudió constató que un 45% de aquellos que declararon que querrían volver a Rumanía, también declararon que imaginaban el futuro con sus hijos en España y Rumanía. Nadie puede saber como serán las cosas en el futuro, pero resulta obvio que la perspectiva adoptada por estos inmigrantes descansa en la idea del transnacionalismo, en tanto que imaginan su futuro “ni aquí ni en Rumanía” y a la vez “aquí y en Rumanía”. De acuerdo con esto, “los inmigrantes irregulares no tienen planes claros para establecerse. (...) Si algo va mal, esperan tener una segunda oportunidad en su comunidad de origen” (Anghel, 2008). Tal como se puede observar en el caso de los Rumanos de origen Roma, se mantienen permanentemente en una situación de movilidad temporal, que es muy dependiente de los cambios estacionales (en tanto que intentan ahorrarse las duras condiciones climáticas del invierno Rumano). Esta tendencia estacional tiene, también, impacto sobre la parte de la inmigración Rumana que trabaja en el sector agrícola, en tanto que dependiendo de la temporada del año, se derivan unas u otras oportunidades, tanto en España como en Rumanía. Incluso, los cambios introducidos en la legislación española en verano de 2001 van en la misma línea, en tanto que se establecieron contratos de trabajo temporales (de 3 meses) para el trabajo estacional en la agricultura.
La situación económica que experimentan la mayoría de inmigrantes les obliga a mantener su estatus transnacional y a intentar explotar lo mejor de cada país, una situación que posiblemente facilita que la vulnerabilidad circule de manera sistemática, contribuyendo a profundizar las desigualdades existentes (Bailey, 2009). Teniendo en cuenta que esta migración es, principalmente, económica, la meta del proceso migratorio es la acumulación de bienes y recursos en el país de origen. En este sentido, a pesar que en alguna entrevista se tildó de “infantil”, el hecho que los Roma estén constantemente hablando de construirse grandes casas en Rumanía y que “cuando hacen clases de dibujo, siempre dibujan grandes casas”, si analizamos la motivación del resto de Rumanos (y de gran parte de la inmigración) para la migración, podemos hallar ideas similares. El deseo de la migración de clase obrera y de los que no disponen de muchos recursos, a pesar que se pueda articular de forma distinta, descansa sobre factores similares. A pesar de ser considerado como “infantil”, no se puede apreciar que el sueño de los Roma sea particularmente diferente del resto de inmigrantes Rumanos. Tal y como los estudios consultados mostraron (OSF, 2009; Anghel, 2008), la mayoría de los inmigrantes Rumanos tienden a gastar el dinero ganado en bienes materiales, como la compra de un vehículo o la construcción de una casa, pero no suele aparecer la idea de invertirlo en el desarrollo de un negocio (al menos, el porcentaje de personas que así lo afirman, resulta reducido).
El papel de la iglesia en la configuración de la migración y en la vida de los inmigrantes Tal y como diversos estudios han enfatizado, la iglesia ha jugado, y sigue jugando, un papel relevante en el patrón migratorio y en la construcción de la red social de los Rumanos que migran a España. En esta sección analizaremos los aspectos que vinculan la iglesia tanto en la migración como en la vida de los inmigrantes. Irina Ciornei, en su estudio acerca de las prácticas transnacionales de los Rumanos en España (Ciornei, 2009), destaca la importancia que la iglesia Adventista tuvo en el establecimiento de las primeras rutas de la inmigración, ayudando en la construcción de redes de inmigrantes entre Rumanía y España. La iglesia Adventista se considera la semilla de la migración Rumana a España, puesto que
muchos de los “pioneros” que migraron al final de los años 90 formaban parte de este culto. La tendencia y el potencial para la financiación de la migración de los miembros de las iglesias neoprotestantes ha sido confirmado por diversos estudios (Sandu, 2011, Daniela, 2008), argumentando que “de acuerdo con las hipótesis relativas a los flujos migratorios, algunos grupos étnicos minoritarios o algunos grupos religiosos muestran un mayor nivel de movilidad que la mayoría de población Ortodoxa Rumana” (Daniela, 2008). Ciornei avanza en esta línea, afirmando que no sólo la iglesia Adventista tuvo un destacado papel en las redes de inmigración, sino que la iglesia en general (sea católica, ortodoxa o neoprotestante) ejerce de mediadora entre la inmigración y la ciudadanía local, así como de mediadora política entre los inmigrantes y su país de origen. El trabajo de campo desarrollado por la mencionada autora durante los años 2008 y 2009 reveló que la iglesia ha jugado diversos papeles en relación con la migración Rumana en España: -
En primer lugar, es uno de los pocos espacios de encuentro y de diálogo de los Rumanos.
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En segundo lugar, la construcción de iglesias es una de las peticiones más importantes de las asociaciones
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En tercer lugar, los curas (tanto los ortodoxos como los neoprotestantes) son agentes muy importantes en el diálogo con las autoridades locales, en tanto que se consideran la “voz del pueblo Rumano”.
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En cuarto y último lugar, la mayoría de políticos rumanos que viajan a España a hacer campañas electorales utilizan la iglesia para sus propósitos, asistiendo a la misa del domingo a hablar con los creyentes.
Mientras Rumanía sigue siendo un país religioso y conservador, no todos los ciudadanos que lo habitan comparten esta percepción, es decir, no todos son religiosos ni participan de las misas todos los domingos (entendiendo que es un espacio que que estrecha los lazos entre sus miembros). Esta es una cuestión interesante desde la perspectiva del estudio y desde la aproximación a la ciudadanía y la integración. Por un lado, los Rumanos son vistos por parte de los Españoles, generalmente, como una sociedad muy religiosa, o como “una comunidad cerrada con una estricta jerarquía de género que va a volver a su país
(Ciornei, 2009). Por otro, los políticos Rumanos encuentran en la iglesia una forma de llegar a los emigrados, sin mencionar la anteriormente comentada conexión entre la asistencia a los oficios religiosos y la tendencia al retorno. Así las cosas, no sorprende el ligamen existente entre religión, integración, ciudadanía y tendencia al retorno, así como la influyen en la auto-‐percepción de los inmigrantes como parte de la sociedad del país de acogida. A pesar que, por las características metodológicas de este estudio no podemos hacer generalizaciones, si que se dibujan algunas líneas de investigación futuras acerca del papel que juega la iglesia en la configuración de la migración, especialmente en relación con la creación de los discursos políticamente correctos o con los patrones de interacción con los ciudadanos autóctonos. En el grupo de discusión realizado con ciudadanos Roma, detectamos distintas actitudes entre los miembros religiosos y laicos de la comunidad, aunque sería necesario investigar en profundidad si estas diferencias están influidas por la religión, por factores de socialización o si derivan de la situación jerárquica entre el entrevistador y los entrevistados. Por otro lado, posteriores estudios podrían versar sobre las potenciales conexiones entre la religión y la participación política y social de sus practicantes. Por un lado, tal y como describió Ciornei (Ciornei, 2009), la iglesia tiene un rol importante como enlace entre las autoridades locales del país de acogida (siendo el cura, a menudo, uno de los pocos enlaces que unen las autoridades locales y los inmigrantes Rumanos), pero, a tenor de los visto, parece que también tiene una función importante en el mantenimiento de las relaciones con el país de origen. Como explica Ciornei, cuando los políticos Rumanos visitan España suelen participar en las misas y realizar discursos políticos en ellas. De este modo, la iglesia contribuye a mantener un pensamiento transnacional que puede acabar generando una menor participación en el país de acogida a cambio de mantener activa la participación política en el país de origen. Si comprobamos lo que un reciente estudio de la OSF14 menciona acerca de esta idea podemos comprobar como sale reforzada, puesto que un 81% de la población Rumana cree que los 14
http://soros.ro/ro/program_articol.php?articol=305)
líderes religiosos, curas y otros miembros de la iglesia deberían dar consejo acerca de qué partidos votar. Tal como podemos apreciar, la iglesia tiene un papel relevante en la estructuración social y comunitaria de las relaciones sociales, y su poder sigue siendo importante en el caso de la inmigración. No sorprende, pues, que algunos de nuestros entrevistados no pudieran diferenciar claramente las autoridades estatales y religiosas y constantemente mezclaran ambas en sus explicaciones. En el caso de los Rumanos Roma, por ejemplo, en preguntar acerca de qué conocían de la política local o nacional en España, la única aportación que pudieron hacer acerca de un tema en el que, a menudo, están en el ojo del huracán, era que el Papa Benedicto XVI había visitado La Sagrada Familia, a pesar que ninguno de los participantes es practicante de la religión católica. La política y la religión, los políticos y la iglesia, en ocasiones aparecen mezclados en la concepción mental de los entrevistados, pero no sólo ahí, sino que una expresión práctica de esta interconexión descansa en los liderazgos políticos. En el caso del PIRUM, el líder ideológico del partido es un intelectual religioso, mientras que su presidente y fundador, que no pudo ser entrevistado puesto que se hallaba en Rumanía, es un cura ortodoxo. Ciornei también destacó la existencia de patrones de funcionamiento similares, señalando que en Castelló, un gran número de presidentes de asociaciones de Rumanos pertenecían a la iglesia Adventista.
16.Mujer y Ciudadanía La participación de la ciudadanía desde la perspectiva de género sigue reflejando la construcción patriarcal de la comunidad de origen. Desde un punto de vista legal, o desde el punto de vista del estado, los hombres son aquellos que pueden ser considerados como ciudadanos, en términos de Cosescu (Cosescu, 2008), puesto que tienen derecho a participar en las elecciones locales, en tanto que son los que, mayoritariamente, están registrados en las instituciones locales para ello. Desde esta perspectiva administrativa, los hombres existen como ciudadanos, mientras que las mujeres siguen teniendo el estatus de no-‐ciudadanos. A partir de nuestra observación, esta aproximación a la realidad es válida cuando hablamos de los
ciudadanos de origen Roma, en que las diferencias en relación con el registro en el padrón son reales y notorias, mientras que no se manifiestan del mismo modo en el caso de la inmigración Rumana en general. Esta circunstancia no sorprende, en tanto que las comunidades Roma tienden a ser más cerradas, con una estricta jerarquía de género, y en que las mujeres, tal y como manifestaron en los grupos de discusión realizados, no son las que deben tener relación con las autoridades, las instituciones públicas o con otros inmigrantes, sino que deben ser los hombres, que son los que “saben más de política”. A pesar que, de acuerdo con lo observado, el discurso alrededor de la masculinidad orienta al hombre a “estar más cerca” de las autoridades, la realidad práctica lleva a pensar diferentemente, puesto que la impresión es que son las mujeres las que realmente tienen conexión con las instituciones locales, pero se esconden tras un discurso de lo que consideran políticamente correcto. En este sentido, son ellas las que tienen contacto con los médicos o con las escuelas. Las diferencias en la aproximación a la legalidad por parte de hombres y mujeres reflejan un sistema familiar tradicional y patriarcal. Esta visión del hombre como como cabeza de familia y figura paterna que transmite masculinidad acaba teniendo su reflejo en la forma de describirlo en los grupos realizados. A pesar que el hombre es el encargado de mediar con las instituciones, su ausencia en relación con el mundo de la sanidad (tal como se ha comentado, encomendado a la mujer) es justificado mediante el discurso de la fuerza: “los hombres no se ponen enfermos, no necesitan ir al médico ni estar registrados para ello”. Por otro lado, en tanto que cabeza de familia, su estatus debe estar reconocido formalmente, por lo que acuden a las autoridades a registrarse (algunos de ellos, debido a su estatus parcialmente ilegal, tienen complicado tener contacto con las autoridades o figurar en las estadísticas). Pero, una vez mas, este reconocimiento formal no significa que mantengan ningún tipo de relación con las autoridades públicas. Como los hombres son los que trabajan, tienen más posibilidades de desarrollar relaciones con otros inmigrantes que trabajan en los mismos sectores que ellos, pero son las mujeres las que, probablemente, mantienen más relación con las instituciones públicas, tal como se ha dicho anteriormente, con hospitales y escuelas. Por otro lado, las mujeres que se quedan en casa tienen, también, más
oportunidades de desarrollar relaciones con vecinos que permitan trascender los límites de la comunidad. Tal como hemos argumentado anteriormente en relación con los ciudadanos no comunitarios, podemos apreciar una diferencia entre los dos grupos que participaron en los grupos de discusión en función de la edad. Las más jóvenes, cuyos no van aún a la escuela, manifiestan tener menos contacto con las instituciones, pero tienen mayo relación con los ciudadanos locales y una vida social más intensa. Esto último puede deberse a razones comunicativas, puesto que las más jóvenes disponen de un mejor conocimiento del castellano lo que facilita el establecimiento de conexiones (aunque sean pocas, tal y como se ha destacado en el análisis cuantitativo). En el momento de intentar traducir el discurso políticamente correcto, se dibuja una situación contradictoria, en tanto que las mujeres aparecen como no-‐ciudadanas (no estando registradas y, por lo tanto, no apareciendo en las estadísticas) pero son las que mantienen relaciones con las instituciones y actúan, parcialmente, como ciudadanas. El género y la ciudadanía se entrelazan de manera conflictiva, también, en el caso del registro en las instituciones locales. En el caso de los hombres, su papel en la familia les “obliga” a estar registrados, debido a la necesidad de ser el cabeza de familia; mientras que, en el caso de las mujeres, el hecho que la tarjeta sanitaria se vincule con la necesidad de estar empadronadas y, El género y la ciudadanía se entrelazan en el caso de los hombres cuyo papel en la familia los obliga a encabezar la relación con las instituciones, con lo que son los únicos que acuden a registrarse en el padrón (registro ciudadano local). Por otro lado, en el caso de las mujeres, el rol tradicional las obliga a tener relación con las instituciones sanitarias. El problema radica en que la obtención de la tarjeta sanitaria, que da acceso a la sanidad pública, obliga a estar registrado en las instituciones locales, y este rol, como se acaba de señalar, corresponde a los hombres, con lo que las mujeres no obtienen la tarjeta sanitaria, pese a que son las que la necesitan, dando lugar a una situación compleja en la que el acceso a la sanidad queda vinculado a la irregularidad o la emergencia, dejándolas a menudo fuera del sistema sanitario y de las posibilidades (sobretodo vinculadas a la maternidad y su control) que ofrece. En este sentido, el rol tradicional de las
mujeres, definido casi únicamente por lo que rodea a la maternidad y el cuidado de la familia, las pone en un papel de clara vulnerabilidad que requiere de un constante trabajo y acompañamiento por parte de entidades como las entrevistadas. Como dicen en el grupo “somos madres, nos quedamos embarazadas y también nos ponemos enfermas más a menudo” (la feminidad aparece ligada a la debilidad física), y en este sentido, el único contacto que se plantean previamente con las instituciones se relaciona con la sanidad y la obtención de la tarjeta sanitaria, para lo que se presentan antes como mujeres y madres que como ciudadanas con derechos (concepto prácticamente impensable). En este caso, la obtención de la tarjeta sanitaria no forma parte de las acciones que desarrolla un ciudadano con derechos, sino que se vincula con la experiencia individual de la vida como mujer y como madre.
De acuerdo con nuestra observación, las mujeres Roma se ven como diferentes al resto de mujeres (independientemente que sean Rumanas o Españolas) en dos aspectos: el empleo y la maternidad. Como se ha comentado anteriormente, el empleo és un elemento diferenciador entre las mujeres Roma y el resto de migrantes Rumanas, en tanto que el trabajo femenino no es algo que sea una tarea habitual para ellas. En relación con la maternidad, la tradición rumana (“la forma de ser gitana”) implica que la mujer tenga muchos hijos y empiece a tenerlos muy joven, y este elemento resulta un elemento de diferenciación entre “nosotros” y “ellos”. La idea de la “mujer trabajadora” resulta difícil de entender desde su posición, en tanto que la imagen de la mujer va asociada a la obligación de estar en casa y cuidar a mis hijos, “haciendo las tareas de la mujer”. Aparentemente, ninguna de ellas ha intentado jamás buscar un trabajo (no es nuestro interés analizar sus posibilidades en el mercado de trabajo, pero si tener una idea acerca de la autopercepción como ciudadanos y como mujeres, así como la relación entre estos conceptos y la comunidad Roma), y como mujeres miembros de una comunidad cerrada, tienen una falta de modelos, referencias y habilidades para convertirse en mujeres trabajadoras. Cabe añadir que, como señaló una persona miembro de una asociación que trabaja con mujeres Roma, el hecho de tener hijos de forma muy frecuente las encadena a su descendencia, no teniendo ningún momento del dia en que puedan separarse de sus hijos e hijas, lo que complica
enormemente la búsqueda de trabajo, reduciendo, prácticamente a cero sus opciones en el mercado de trabajo. También pudimos apreciar diferencias generacionales relacionadas con este punto, puesto que, mientras las mujeres mayores afirmaban que, para ellas, resultaría imposible abandonar sus casa para buscar un trabajo, algunas chicas más jóvenes planteaban la idea que podrían encontrar una solución, dejando a sus hijos, por ejemplo, en una guardería. Más allá de las dificultades acerca de “como escapar de la propia comunidad”, como escapar de las trabas de los discursos patriarcales y como escapar de la imagen de una mujer cuyo papel es hacer de madre, la entrada al mercado de trabajo (o, incluso, la simple posibilidad de buscar un trabajo), parece ser solamente posible si se acompaña de un cierto proceso de aculturación. Esta idea apareció en una de las entrevistas con los miembros de la asociación que trabaja con ellas, quienes subrayaron que las mujeres debían sobrellevar algunos cambios en sus tradiciones, como por ejemplo a nivel de vestimenta, teniendo que abandonar su ropa tradicional, la falda gitana, para tener opciones en el mercado de trabajo. En conclusión, argumentamos que existe una importante traba para el desarrollo de las mujeres Roma como ciudadanas en la trampa en la que los discursos patriarcales las encierran. Aún así, a pesar del hecho que los hombres aparecen como los responsables de mantener la familia y ganar dinero, y son los que saben de política y de la vida en genera, en ocasiones la realidad muestra como conducen la vida las mujeres de una forma ligeramente diferente. Especialmente, en el caso de las mujeres mayores cuyos maridos no trabajan o que no tienen maridos, tienen que ganar dinero para vivir por si mismas. Incluso entre las más jóvenes, encontramos importantes excepciones entre las que vinieron a España por si mismas y intentan vivir por su cuenta y las que vinieron con sus maridos y dependen de ellos, pero aún así, el discurso alrededor de la masculinidad sigue poniendo a los hombres por delante. Mientras tanto, no debemos olvidar que determinadas jerarquías no sólo existen entre hombres y mujeres, sino también entre mujeres adultas y jóvenes, siendo las primeras las
dominantes y las encargadas de reproducir los valores patriarcales y ejercer un fuerte control sobre sus hijas. Más aún, paralelamente a esta “trampa” de los discursos conservadores que colocan a los hombre como sustentadores a las familias, los inmigrantes se hallan, a menudo, atrapados también “en el mito que aquí viven mejor15” (OSF, 2009). Entre los Rumanos Roma, resulta obvio que algunos alcanzan el objetivo de llevar una vida mejor, pero muchos otros siguen luchando por su supervivencia diaria, recogiendo chatarra, hierro y otros desperdicios de las calles, mientras imaginan una vida mejor para sus hijos e hijas, a pesar de no estar seguros si esta se va a desarrollar en España o en Rumanía. En relación con el contexto general de la inmigración, el mercado de trabajo ofrece oportunidades laborales diferentes a los Rumanos hombres y mujeres, estando las mujeres orientadas hacia al cuidado personal y al trabajo en el hogar, lo que coincide con la perspectiva que se plantea desde la división internacional del trabajo. Las mujeres españolas transfieren sus desigualdades previas, relacionadas con las tareas reproductivas, a las mujeres inmigradas (Parella, 2003), estableciendo relaciones jerárquicas entre las mujeres locales y las inmigradas. Si relacionamos el mercado laboral femenino con la estrategia de búsqueda de trabajo basada en las redes de relaciones, éstas construyen una trampa para la mayoría de mujeres migradas, haciendo prácticamente imposible escapar de los sectores laborales que están tradicionalmente relacionados con la feminidad (cuidado familiar, hogar y agricultura). La migración-‐red, a este respecto, aunque pueda ser muy útil para la comunidad en términos económicos, no contribuye en la misma medida al empoderamiento femenino. Si tenemos en cuenta la reciente transformación de la economía española y el impacto sobre la inmigración rumana vinculado a la pérdida de trabajo masculino, (Castelló, 2009), resulta interesante examinar si esto lleva, o no, a la 15
En el estudio de la OSF aparece la historia de un inmigrante de Rumanía que vivía en Italia que pidió prestado dinero de un amigo para comprar bienes materiales, llenar la nevera y hacer una foto para mandarla a sus familiares y amigos, con el objetivo de mostrar cuan bien vivía.
reconstrucción de los roles tradicionales de las familias (tanto de las inmigradas como de las autóctonas). En tanto que la demanda de cuidado familiar no se ha reducido en la misma medida y muchas mujeres están pudiendo conservar sus empleos, lo que, muy probablemente, ha aumentado el número de mujeres que son el principal sustento de sus familias. Desde una perspectiva lógica, esta situación podría conllevar una renegociación de los roles familiares, en tanto que el discurso tradicional chocaría con la realidad social. La cuestión, llegados a este punto, radica en si esto va a suceder en realidad o solamente va a servir para poner una nueva carga sobre los hombros de las mujeres, mientras que la jerarquía se mantendrá inalterable. Si tomamos en consideración el modelo familiar de integración anteriormente descrito, resultaría interesante analizar si este modelo contribuye igualmente al desarrollo de proyectos de vida de todos los miembros de la familia o si únicamente contribuye al mantenimiento de los patrones tradicionales de relaciones familiares. Suárez y Crespo (Suárez y Crespo, 2007) han distinguido entre cuatro tipos de migración relacionada con la familia y con el papel que juegan las mujeres en el proceso de decisión de la migración: -
Migración individual: Migración entendida como una elección libre de la mujer como individuo.
-
Presunta migración individual: Migración entendida como una elección motivada por la necesidad económica de la familia.
-
Presunta migración familiar: Migración entendida como una forma de escapar de una situación familiar desigual y discriminatoria.
-
Migración familiar: Migración entendida como una decisión colectiva de todos los miembros de la familia.
Esta categorización pone sobre la mesa algunas realidades familiares que permanecen escondidas con el análisis estadístico, tanto que el papel que la mujer juegue en el proceso de decisión de migrar, puede ser diferente del descrito por las estadísticas anteriormente. Cal como se ha mencionado, la decisión de migrar se puede ver como una forma de intentar escapar de las estructuras familiares patriarcales y de plantear una renegociación del papel de la mujer en la sociedad. En contraste, las oportunidades quue ofrece el mercado laboral y el papel
consolidador de las relaciones patriarcales de las redes migratorias conducen a que este presunto camino hacia la igualdad se torne prácticamente imposible.
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