Trans-versalidades01_Escritos para alumnos II

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TRANS-VERSALIDADES DIRECTORES Javier Boned/ Eduardo Rojas EDITORA Mariola Artiles DISEÑO Y MAQUETACIÓN Boned / Rojas / Artiles REDACCIÓN RESPONSABLES Boned / Rojas CORRESPONSALES Diego Fullaondo (Esp) Leopoldo Laguinge (Arg) COLABORADORES DEL NÚMERO Seudónimo 1947 Isidro Gallego Domínguez Salvador Castillo Gálvez Marina Díaz Gallego Aránzazu Caravantes Gª Alberto Montiel Lozano TRADUCCIÓN Mariola Artiles PRODUCCIÓN Boned / Rojas / Artiles

Depósito legal MA 15582010 ISSN 2172-3532 Málaga, Enero 2011

TRANSVERSALIDADES. EDITORIAL Nº 1 “Y ADEMÁS, DA LA HORA…” Transversalidades nace de una sensibilidad que tuvo en el vagabundeo su intrínseca razón de ser. Sensibilidades errantes, que nunca supieron adónde se dirigían, pero que no perdieron la curiosidad. Se acostumbraron a vivir así, curioseando, sabiendo que no hay nada realmente establecido, que todo está por hacer, por desvelar. Desde la modernidad, el dios cristiano fue sustituido por el principio social de racionalidad, es decir, por la producción organizada de la economía de mercado, por formas sociales institucionalizadas burocráticamente y por una comunicación democráticamente estructurada. Del mismo modo aparece el demonio bajo una nueva apariencia; se transforma en lo improductivo, en el principio contrario al orden general de utilidad. Transversalidades cree en este principio, en este único ámbito moral posible de un mundo bajo un dios pervertido. El ser transversal no quiere trabajar, elimina todas las huellas del trabajo de sus acciones, sabiendo que para el burgués, el trabajo constituye el centro de la vida. El burgués atribuye al trabajo una fuerza creadora sobrenatural. El ser transversal, el poeta, se ve en el papel del antiburgués. Demuestra que es posible la producción sin trabajo. El poeta se presenta siempre como un personaje marginal, como alguien que sólo se relaciona con aquellas cosas que han perdido su carácter funcional. El poeta siempre da más de lo que le exigen, y de ese valor añadido intenta hacer una cualidad, pues sabe que ésa es su única posibilidad. En cualquier caso esta cualidad será momentánea, pues el destino consciente del poeta es el fracaso, la muerte sin sentido. Esa consciencia del fatal destino es lo que le permite justamente su producción poética, el desapego a lo estrictamente utilitario. Sus movimientos estarán siempre anclados en lo absurdo, y de lo absurdo provendrá su intensidad. Es difícil desligarse del afán de victoria, de la máscara siniestra del éxito, y hacer del deseo el único móvil de la existencia. El ser transversal se mueve por inclinaciones, por debilidades, y lo hace de forma inevitable, no pudiendo sustraerse a las series de mutaciones, de multiplicidades, a la ausencia de puntos fijos que acarrea su particular devenir. Pero… ¿para qué poetas en tiempos de penuria? Hölderlin contesta humildemente a través de la boca del amigo poeta, Heinse, a quien interpelaba la pregunta: “Porque ellos son como los sagrados sacerdotes del dios del vino, que de tierra en tierra peregrinaban en la noche sagrada”. Los poetas son aquellos mortales que, cantando con gravedad al dios del vino, sienten el rastro de los dioses huidos, siguen tal rastro y de esta manera señalan a sus hermanos mortales el camino hacia el cambio.


Ser poeta en tiempos de penuria significa, cantando, prestar atención al rastro de los dioses huidos. Por eso es por lo que el poeta dice lo sagrado en la época de la noche del mundo. Por eso, la noche del mundo es, en el lenguaje de Hölderlin, la noche sagrada. Para Rilke, el poeta es el ser expuesto al viento de “lo abierto”. “Lo abierto” como esa completa percepción a la que queda abandonado todo ente en cuanto “arriesgado”. Según Heidegger, se trata de otra palabra fundamental de su poesía. “…«Abierto» significa en el lenguaje de Rilke eso que no cierra o impide el paso. No cierra porque no pone límites. No limita, porque dentro de sí está libre de todo límite. “Lo abierto” es la gran totalidad de todo lo ilimitado. Permite que los seres arriesgados pasen dentro de la pura percepción en su calidad de atraídos, de tal modo que siguen pasando múltiplemente los unos hacia los otros sin toparse con barrera alguna. Pasando atraídos de esta manera, eclosionan en lo ilimitado, lo infinito. No se disuelven en la nada, sino que se resuelven en la totalidad de lo abierto”.Y es justamente este ser “expuesto al viento de lo abierto” el que recuerda, al hombre, su salvación. El poeta es un cazador, de espacios, de imágenes, de palabras, de sonidos…Siempre devuelve más de lo que recibe, da más por menos, porque vive más allá de sí mismo. El poeta nos recuerda la importancia del tiempo, del tiempo múltiple e ilimitado. Es como el reloj de James Bond, objeto sofisticado que siendo capaz de albergar en su interior las más maravillosas y salvadoras funciones, además, da la hora. Javier Boned Purkiss / Eduardo Rojas Moyano. Directores de Trans-versalidades salv ador castillo gálvez, estación para pequeños barcos en manhattan, taller 8 (2009-2010)


ESCRITO PARA ESTUDIANTES II PRIMERA PARTE De la Disposición, a la Conceptualización del Proyecto Arquitectónico. El contenido de este texto se basa en la idea fundamental de comenzar a pensar el proyecto a partir de una estructura intelectual que nos permita generar “ideas” que sustentan nuestras experiencias proyectuales. Esto es posible porque hemos utilizado, previamente, conceptos existentes, hemos inventado nuevos conceptos, mejorado, recuperado o revisado otros. Las imágenes de los objetos – artificialidades poéticas en un mundo capitalista duro, con aristas filosas - conceptualmente concebidas evitarán que nuestro trabajo se presente vacío de contenido. La imagen “autista” no “comunica”. Conceptualizar en el proceso creativo del proyecto es “investigar”, echo indispensable para dar significado al proyecto. En palabras de Diego Fullaondo. La admiración se sitúa en el inicio de toda investigación. Aristóteles ya afirmó en su Metafísica que los seres humanos comenzaron a filosofar movidos por la admiración ante los fenómenos sorprendentes. Peirce coincide sin duda con esta afirmación, pero añade que el detonante de cualquier genuina investigación es la sorpresa. Esa sorpresa automáticamente demanda una investigación que nos lleve a comprenderla. Pero ¿qué es lo que hace sorprendente un fenómeno? La sorpresa nace de la ruptura, de la quiebra de una expectativa. La actividad investigadora se inicia con este choque con una anomalía, con un accidente. (Diego Fullaondo, La Abducción – 2010) ¿Pero qué investigamos desde el proyecto arquitectónico? Situados en el tiempo en el que vivimos, nos hacemos preguntas a cerca de nuestro proyecto. Por ejemplo y emulando el fenomenológico pensamiento (inspirado en el filósofo Heidegger) de Louis Kahn, refiriéndose al inicio de un proyecto determinado, se pregunta:

“¿Donde y como comienza a generarse esta actividad humana para la quien estará diseñado nuestro proyecto?” Ver Louis I. Kahn, idea e imagen. Pag.64,65 Norberg Shulbert El proyecto arquitectónico tiene una connotación cultural de gran complejidad. Están los conceptos arquitectónicos tradicionales, que estamos aprendiendo como la forma, el peso, el detalle, la planta, la sección, las tres y dos dimensiones, el lenguaje, el gesto, la función, la historia de la arquitectura, las estructuras, instalaciones ect…. Estos conceptos fundamentales son transmitidos y rápidamente absorbidos por nosotros gracias a nuestras capacidades y herramientas informáticas que poseemos, incluyendo en esto la publicidad arquitectónica , internet, libros, revistas, clases, conferencias ect….. Del otro lado están los conceptos que no se manifiestan permanentemente en nuestra cultura arquitectónica universitaria. Un mundo de conceptos, una conexión con la contemporaneidad. Si investigamos sobre ellos podemos reflexionar con mayor profundidad , despertar la creatividad, favorecer el proceso creativo, abrir caminos, derrumbar límites, nuestra mente se dispara. Así aumentara las posibilidades de encontrarnos con la “Forma”, que dará la imagen y un contenido cultural amplio, un ámbito poético que nos acercara a la expresión más sensible en el complejo mundo de la Arquitectura. El campo de investigación es enorme. La cultura de masas en la que vivimos, el consumo, el estado del bienestar, nos acercan a un “universo” muy cercano al que posiblemente tenían en su mente los primeros arquitectos del movimiento moderno. Cuando nos acercamos a un pensamiento a través de conceptos incorporamos al “sujeto” que habitará nuestro proyecto para preguntarnos como se establecen las relaciones “objeto y sujeto”. Entender el proyecto, entendiendo al sujeto y a la sociedad en que habita. Pensar en el objeto-sujeto vincula lo antropológico a otros ámbitos interiores del proyecto arquitectónico: artísticos, tecnológicos, poéticos, funcionales, ambientales, territoriales, lingüísticos,


filosóficos, iconográficos, comunicacionales y otros. Conceptos que han sido utilizados por nuestra Cultura Arquitectónica en muchos casos y que podemos incursionar, o como hemos dichos nuevos conceptos que surgen de nuestras propias reflexiones, apoyadas en investigaciones sobre autores diversos que incluye la literatura, el ensayo filosófico, en definitiva la comprensión del mundo.

boradas, conceptualizadas. Nuestro temor cuando comenzamos el proyecto ha desaparecido y no nos ha remitido inmediatamente a imágenes preconcebidas, estereotipos. Estas imágenes están vacías de significado, pero están ahí, en el mundo del consumo de la imagen arquitectónica que se repite, de la facilidad de obtención de un resultado veloz.

¿Existe un interior y exterior del proyecto arquitectónico, están todos los conceptos dentro de este? Es evidente que en un mismo proyecto no entran todos los conceptos, pero si podemos decir que la belleza de la Arquitectura está en encontrar ese ámbito poético que distingue a la arquitectura de otras disciplinas técnicas. La interioridad del proyecto arquitectónico está en la manipulación y la identificación que tengamos con el proyecto. Como artistas conocer los bordes de la materia, cada surco, pliegue o salto. Cada giro, espacio, altura o los muchos y diversos ámbitos que tiene el proyecto – no importa el tamaño que tenga – nos integrará en ese mundo interior que es nuestra creación. Convivir con esta artificialidad hasta convertirla en objeto que ya no es nuestro, sino que pertenece al mundo. La narración del proyecto se convierte en un recorrido, en una experiencia plagada de cultura, de emociones, de tramas sobre tramas pensadas, ela-

La Arquitectura de la comunicación se ubica en un lugar decisivo en todos los estratos. La narración del objeto, del paisaje, del lugar, de la casa, del parque, de la escuela, del hospital, de la iglesia, de la carretera, esperan que hagamos un acto emocionante construyendo nuestro proyecto con conceptos, con preguntas, a veces con respuestas y otras no, con emoción, con tecnología para encontrar en el cruce de todos los conceptos, el escenario para la vida que la arquitectura puede dar. Conceptualizar, como ya dijimos, es investigar, para que se abran las puertas a nuestro interior, al interior del proyecto, de la creación, del “ser” , del “objeto arquitectónico” abrir las puertas a la creatividad, a la libertad y la cultura en la narración del proyecto arquitectónico. Eduardo Rojas Moyano aránzazu caravantes garcía, museo en central central park, n.york, taller 8 (2009-2010)


LA ESCUELA INVISIBLE El piano con besos de una mano leve resplandece vagamente en tarde gris y rosa, mientras que con suavísimo aleteo una música antigua, ligera y hechicera con discreción se esparce, tímidamente, en el salón aún perfumado por ella. ¿Qué es este repentino ritmo que tan despacio acuna mi triste soledad? ¿Qué buscas en mí, dulce canto de cuna? ¿Qué quieres, suave música esfumada? Apollinaire.

Miro y veo la sombra de un afecto. Nadie luchó por él, nadie lo defendió de los ataques y los avatares de la fortuna, de las furiosas embestidas de los que nunca creyeron en él, de todos aquéllos, y fueron muchos, que se aprovecharon de su existencia para medrar, para enriquecerse, para obtener poder. Pobre afecto, tan deseado, tan ansiado, tan solicitado. Ha crecido en soledad y sin que nadie vele por él, a pesar de todo y de todos, y se ha abierto paso, ha afirmado su existencia protegiéndose, permaneciendo invisible, escondiéndose de sí mismo y de los otros. Han pasado los años y nadie se dio cuenta. Una escuela continúa su aventura, al margen de la historia, sin que nadie repare en su existencia. Un lema está grabado en su fachada con tinta invisible. Dice así: “No entre aquí quien no crea en los afectos”. Quizás aquí radique su fuerza, su verdadera posibilidad, su íntima razón de ser. Esta red invisible de afectos empezará por poblar el universo de seres vivos, diferentes, particulares. Y no pensará en estos seres más que por los afectuosidad de la que son capaces, no pensará más que en su potencialidad afectiva, que no es tanto lo que un individuo podría hacer como lo que realmente hace. Y un individuo lo haría todo, podría con todo, si sintiera una escuela como lugar privilegiado para contagiar el deseo, para sustituir, de una vez por todas, efectividad por afectividad. El mundo sería suyo, pues bastaría con que alguien abriera la puerta para que todo pudiera

DURERO. “La Melancolía”

suceder, fuere cual fuere la materia, la disciplina. El afecto podría ser un viento que barriera todas las tonterías, todos los miedos, todas las violencias. Tristemente todavía no es así, y hoy por hoy, la escuela todavía tiene que protegerse absurdamente de sí misma, de la sombra del aligeramiento semántico, de la disolución de las ideas en el fanatismo de lo pragmático, de un culto a la realidad como oposición a la ficción (cuando en realidad son la misma cosa). Todavía se ve atenazada por el miedo a la libertad. La libertad que engendra el afecto del conocimiento. No debemos dejar de pensar, ni de utilizar los múltiples lenguajes. Los residuos de las palabras desactivadas, desafectadas, dormitan en el fondo de nuestro ser, y lo peor de ellos es que aparecen demasiado pronto, como formas incurables de irra


cionalidad. Debemos encontrar la corteza por donde podemos insensatamente deslizarnos, y que nuestro alma aprenda, en ese deslizamiento, a verse a sí misma. Escuchemos la escuela; ella nos revelará el secreto.

“…El lenguaje abre las puertas a la razón y la vida. La vida democrática jamás podrá realizarse mientras una ciudadanía desencantada, desconcertada con la codicia de los otros, se resigne, por la miserable ideología de lo pragmático, a soportar la dictadura de la indecencia”. (Emilio Lledó) Javier Boned Purkiss

marina díaz gallego, venta de tickets en times square, n. york, taller 8 (2009-2010)

salvador castillo gálvez, museo del pop, n. york, taller 8 (2009-2010)



salvador castillo gรกlvez museo del pop calle 42, junto a edificio ford n. york, taller 8, (2009-2010)


TRANS-ESTRUCTURAS v.1 A quien intente dar forma a un trabajo de investigación arquitectónica contemporánea le corresponde asumir las condiciones de la cultura actual en la que se desarrolla esta tarea. En nuestra cultura ligada a la globalización y a los medios de comunicación corresponde, entre otras muchas cosas, hablar de lenguaje, como medio y fin donde dicha cultura se desarrolla. Un primer acercamiento al lenguaje conlleva una aproximación al problema de su estructura en un análisis sincrónico del mismo, como condición estable en un período suficiente de tiempo, que permite el desarrollo de un sistema comunicativo mediante una serie de convenciones, en ese lapso de tiempo. Éstas podrán ser descritas y asimiladas por todos los que quieran conocer, compartir o trasmitir algo a partir del citado lenguaje. Así, partimos de que un acercamiento al lenguaje de un determinado proyecto arquitectónico llevaría a analizar su estructura, la que servirá para fusionar un sistema de elementos entrelazados que forman parte de dicho proyecto. Se exige, por tanto, un análisis de la condición de estructura. Sugiriendo palabras de Manfredo Tafuri, “el “débil poder” del análisis aparece como la fase de un proceso que deja vivir los problemas no resueltos en el pasado, inquietando nuestro presente”. El análisis, visto así como proceso, quedará abierto continuamente a las modificaciones que producirán los elementos del pasado que entran a formar parte de nuestro presente. Esta posibilidad de apertura constante a nuevos elementos condiciona profundamente el trabajo: hay un momento en la investigación, donde la evidencia es incómoda y, entonces surge, desde lo más profundo de la intuición, esa sensación de que las “cosas” no están en su sitio, o siendo más cautos, que simplemente, aún podrían estar en otro lugar y seguirían estando bien colocadas. Ocurre así, entre otros mo-

mentos, cuando descubrimos algún elemento que no habíamos tenido en cuenta y aún, sin necesidad de cambiar nada de su posición, todo comienza a tener sentido, el que tenía, pero también otro u otros más…, sólo desvelando algo aparentemente oculto. Teníamos una estructura, como sistema de elementos enlazados, que organizaba un conjunto de cosas. La validez de la misma, para dicha organización, se pone en entredicho cada vez que un elemento entra en juego. La cuestión está en que, la decisión sobre los elementos que forman parte de la investigación pertenece a nuestra mirada, a cada una de las diversas miradas que disponemos sobre las cosas. La validez de la estructura, dependerá de las miradas que decidamos aplicar al conjunto para desvelar según qué realidades. Aceptamos así las reflexiones sobre el tema del lenguaje artístico que propone Emilio Garroni en su Proyecto de Semiótica, “El problema reside aquí en esta particularidad e infinidad de modos que la particularidad se presenta. Las cosas no se presentan como hechas a quien quiera conocerlas… el mundo no se presenta como ya conocido o analizado, antes de cualquier intervención cognoscitiva y analítica… las cosas son más bien, desde este punto de vista “inagotables”, en el sentido de que pueden ser determinadas y organizadas, con fines cognoscitivos, solamente en cuanto asumen un “punto de vista”, un “principio organizador adecuado”, en relación con cierta consideración científica”. Nuestra estructura podrá materializar nuestra mirada o miradas… también podremos organizar diversas estructuras para dichas miradas. La realidad o realidades que se desvelen dependen de este proceso donde, la concreción de la visión y la intuición sobre el conocimiento de algo construyen, con más o menos fortuna, los caminos que deseamos.

Mariola Artiles

marina díaz gallego, museo del pop en calle 42, n. york, taller 8 (2009-2010) 10


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DESDE HARD-BAR Personajes: Profesor Rojas. (PR) Profesor Boned. (PB) Lugar: Campus de Hard-Bar Fecha: Día de la Santa Esperanza, del Año I Transversal de Nuestro Señor.

PB.- Profesor Rojas..¿Usted cree que nuestros alumnos tendrán que irse de la ciudad? ¿Qué estamos fabricando, egresados o emigrantes? PR.- La verdad es que la ciudad está muy mal, en todos los ámbitos de la cultura. PB.- Irse o quedarse, “that´s the question”… PR.- Tampoco deberíamos maravillarnos tanto con lo de fuera. Bien es sabido que después de la agonía, el destino o el azar, (que son la misma cosa) deparan al vivir suerte curiosa, el ser ecos o formas que mueren cada día. PB.- Irse o quedarse, “that´s the question”… PR.- Supongo que se refiere usted a irse para huir, para aprender. Quedarse tan sólo para intentar cambiar las cosas. ¿Es esto posible? ¿Hay más alternativas? PB.- Me temo que no, profesor Rojas. PR.- No sea usted tan tajante, hombre. Estamos fabricando sueños, profesor Boned, no lo olvide. PB.- ¿Sueños? ¿De qué tipo? PR.- Le leeré a usted mi catálogo de sueños. Mire, mire cuántos ejemplos: sueños de integración, de belleza, de amplitud, de fluidez, de arte, de arte y arquitectura, de expresión… sueños de emociones. PB.- Sí, bueno… la vida no es un sueño pero puede llegar a ser un sueño. PR.- Yo he soñado mucho, profesor Boned. He soñado el arado y el martillo, el cáncer y la rosa, las campanadas del insomnio y el ajedrez. He soñado los arquetipos; he soñado que a lo largo de los veranos, o en un cielo anterior a los veranos, hay una sola rosa. He soñado las caras de los muertos, que ahora son empañadas fotografías. He soñado el acto de la sombra, los pasos por el laberinto, la vida de los espejos. He soñado una esfera de marfil que guarda otras esferas. He soñado el desierto. He

soñado el Ganges y el Támesis, que son nombres de agua. He soñado el mar y la lágrima. He soñado el cristal. He soñado que alguien sueña. PB.- ¿Qué es esto, cielos? ¿Queréis que sueñe grandezas que ha de deshacer el tiempo? ¿Otra vez queréis que vea entre sombras y bosquejos la majestad y la pompa desvanecida del viento? ¿Otra vez queréis que toque el desengaño y el riesgo? Pues no ha de ser, no ha de ser. PR.- Pero el sueño, profesor Boned, queramos o no, nos atraviesa. No tiene prejuicios, no tiene límites. Debemos aprender a construirlo. PB.- Si hay que construirlo, tendremos que contemplar su Código Técnico. PR.- Por favor, profesor… los sueños no tienen códigos. El código tan sólo es una mera herramienta, que el sueño renueva a cada instante. La arquitectura no es más que la construcción de un sueño, y a soñar también se aprende. Si construimos cualquier cosa por construir, el insomnio se afianzará en nosotros para siempre. PB.- ¿Y adónde nos llevará ese sueño? PR.- El final no está escrito. Es un camino abierto, es otro sueño que permitirá que los demás sigan soñando. Reprimamos pues esta fiera condición, esta furia, esta ambición, por si alguna vez soñamos; y así diremos, en mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña que el hombre que vive, sueña, para saber despertar. PB.- Profesor Rojas, perdone que insista, pero el problema sigue siendo el mismo: irse o quedarse, “that´s the question”. salvador castillo gálvez, museo del pop, n.york, taller 8 (2009-2020)

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Entre el gadget y los modos de vida o un doble si, puede ser un no Anda la arquitectura en esto de la sostenibilidad desgranando un rosario de cuentas, que se engarzan en el doble hilo de la mecanización o de la biopolítica. La ya diagnosticada enfermedad de la cultura moderna –Freud dixit-, presentaba como uno de sus achaques a un cuerpo humano cada vez más necesitado de un conjunto de prótesis, que lo hacían a la vez que más potente y duradero, más cautivo, hasta terminar por reducirlo a un mero soporte; pasando así a valorarse más sus periféricos que su propia naturaleza. No bastó con ello y el siguiente paso consistió en la elaboración de un lenguaje cibernético capaz de informar naturaleza y artificio, haciendo confluir en una única expresión tecno-lógica los regimenes corporales y mecánicos, los del cuerpo y las prótesis. A fuerza de estar sometido a esta gimnasia continuada e intensiva, que no dejaba de inventar y aplicar nuevos ejercicios de capacitación el cuerpo humano acabó por hacer suyo ese funcionamiento impuesto exteriormente por la modernidad: la abstracción impuesta se convirtió, entonces, en lenguaje propio de un cuerpo mutado, nos propone Toni Negri en su Carta a Raúl, sobre el cuerpo. La arquitectura como una de las técnicas encargadas de hacer explícito el habitar humano –junto con el derecho y arte- sabe y participa de este proceso, haciéndolo explícito a lo largo del siglo XX, con eslóganes tan citados como: la máquina de habitar o la casa cibernética. Sus continuas definiciones de esa envolvente máxima, en la que cuerpo y artificio se encontraron reiteradamente hasta conseguir, si no expulsar si domeñar, a la naturaleza, encuentra en la modernidad el sueño de un entorno, una casa donde por fin sólo reina la artificialidad. Ahora cuando la culpa de ese pecado de dominación absoluta, por una potente razón técnica, se exterioriza en la forma de un nihilismo concluido, ahora cuando se hace explícito el programa de control total de la re-producción, por un Capitalismo cada vez más ansioso por alcanzar su última ganancia, los discursos de las políticas de la compensación

florecen, acariciando un imposible retorno y como la arquitectura sigue asumiendo su papel de técnica de dominación, tan solo le queda -¿consecuentemente? – que optar en sus movimientos entre los dos polos que la constituyeron como tal: o inventadora de gadget o dominadora de modos de vida. Pero los cuerpos a los que se dirige ya no son los mismos, sus modos de vida ya internalizaron cualquier abstracción hasta convertirla en parte de su expresión más potente, que por lo demás se hace común a través de la proyección adimensional de ese mismo lenguaje, ya no necesita gimnasia alguna que lo moldee, es su propio cuerpo quien expresa como potencia propia, como modo de vida no impuesto, su despliegue en un entorno híbrido y complejo, común y contradictorio en que vienen comprometida cualquier propuesta externalizada del planeamiento la arquitectura. Cuando I. Ábalos diseña la guarda de lo estético como tarea propia de la arquitectura en esa tarea de la sostenibilidad, realiza un doble movimiento: de apropiación de lo ajeno, de la iniciativa hasta ahora ganadora del arte, confiando en que lo jurídico siga jugando a favor de la arquitectura, como última razón técnica y de continuidad de un habitar impuesto, ahora ya tan solo por la magia insondable de la imagen técnica. 1947 alberto montiel lozano, museo en central park, n. york,taller 8 ( 2009-2010)

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UN VÉRTICE EN MÁLAGA Es precisamente esta actitud quirúrgica de la arquitectura, la que se ha convertido hoy en una de las más eficaces herramientas para generar debate y crítica arquitectónica, para mantener viva la necesidad espacial y optar por la actividad creativa frente a la meramente productiva. No se trata tanto de que cada ciudad cuente con su más o menos numeroso grupo de edificios de “marca” reconocida, sino más bien, en el reclamo de una actitud positiva y de confianza hacia la arquitectura como artífice y símbolo del avance y progreso de nuestras sociedades. Tras este ejemplo, y salvando las distancias, queremos hacer ver, que para poder entender el edificio Vértice habrá que añadir al espíritu experimental, una dosis conceptual, basada en el entendimiento de la arquitectura como comunicadora de ideas, como evocadora de sentidos e intenciones, incluso como herramienta empresarial, estableciendo un diálogo directo de transmisión de valores desde el edificio convertido en empresa hacia el observador. Isidro Gallego Domínguez Jose Antonio Mota Edificio Vértice, Málaga 16


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