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VII. Resumen de la Visión de la Unión Sin Nacimiento

sido propuestos por el Octavo Tai Situpa. Tai Situpa fue profetizado por Padmasambhava (Tib. Guru Rinpoche) quien predijo, “Entre los lamas habrá seis que tendrán el nombre de “Dharma” (Tib. chö) y seis que tienen el nombre de “Pema” o “loto.” Así que Chogyi Jungne era el sexto o el último de los lamas que tenían el nombre “Dharma” dentro de su nombre, y él era el Octavo Tai Situpa.

P r e g u n t a s

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Pregunta: ¿Cómo sabe uno cuál hacer, el camino de la liberación o el camino de los métodos? Rinpoche: El camino de la liberación es una forma más fácil de practicar, así que uno debería hacer ese. Si llega la oportunidad de practicar el camino de los métodos, uno debe aprovechar esa oportunidad.

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La Visión de la Unión Sin Nacimiento

VII. LA VISIÓN DE LA UNIÓN SIN NACIMIENTO

La séptima y última subdivisión de este texto trata de la visión de la unión que no tiene nacimiento, la unión de las apariencias y la vacuidad, la unión de la claridad luminosa y la vacuidad, y la unión de la dicha y la vacuidad. Si hemos obtenido esta visión, alcanzaremos la realización a través de nuestra práctica porque esta es la naturaleza de los fenómenos. Si la vacuidad no fuera la verdadera naturaleza de los fenómenos, no seríamos capaces de realizarla. Pero, debido a que la verdadera naturaleza de los fenómenos es la unión de las apariencias y la vacuidad, seremos capaces de realizar esta unión a través de la práctica. Por ejemplo, el carbón es negro y esa es la naturaleza del carbón. No hay nada más que puedas hacer al respecto. No importa cuánto lo intentes, no puedes lavar el blanco carbón. Puedes lavar el carbón 100 veces y permanecerá negro. De manera similar, si la naturaleza de los fenómenos no fuera la vacuidad, no importa cuánto practiquemos, no sería posible realizar la vacuidad.

Las Tres Sabidurías

El Buda y los grandes maestros enseñaron la naturaleza de los fenómenos sobre la base de la realización directa, no el análisis lógico ni la inferencia. Si la vacuidad no fuera la verdadera naturaleza de los fenómenos, entonces las palabras del Buda no serían correctas y uno no podría alcanzar la realización siguiendo el camino Budista. Si la

vacuidad no fuera la verdadera naturaleza de los fenómenos, entonces el razonamiento lógico no sería correcto y nunca podríamos probar la naturaleza vacía de los fenómenos a través de la lógica. Pero, es posible probar y comprender este hecho porque la vacuidad es la verdadera naturaleza de los fenómenos. Dado que la vacuidad es la naturaleza de los fenómenos, podemos progresar y realizar la vacuidad a través de la práctica. Si la vacuidad no fuera la verdadera naturaleza de los fenómenos, sería una ilusión y la práctica espiritual no traería resultados. Como la vacuidad es la naturaleza de los fenómenos, podemos alcanzar el resultado a través del estudio y la práctica, pero podemos preguntarnos: “¿Cómo hacemos esto?”

Avanzamos en el camino a través del desarrollo de los tres tipos de conocimiento (Sct. prajna). Primero, necesitamos aprender lo que fue enseñado leyendo los sutras que fueron enseñados por el Buda y leyendo los comentarios que fueron enseñados por los grandes maestros en la India y en el Tíbet. Al estudiar las enseñanzas, nos familiarizaremos con las enseñanzas sobre la vacuidad. De este estudio surge la sabiduría de las enseñanzas sobre la vacuidad. ¿Es suficiente solo estudiar las enseñanzas sobre la vacuidad? No. También necesitamos examinar las enseñanzas para ver lo que realmente significan. A través de nuestra propia inteligencia y comprensión debemos examinar y contemplar las enseñanzas hasta que obtengamos un entendimiento por nosotros mismos del significado de las enseñanzas. Una vez que ganemos entendimiento de las enseñanzas, tendremos la sabiduría que viene a través de la contemplación. Entonces sabremos, “Esto es lo que se entiende por vacuidad. Es lo mismo que la naturaleza de los fenómenos.” ¿Es suficiente solo contemplar estas verdades? No, porque necesitamos la sabiduría que viene solo a través de la meditación. Por ejemplo, si tenemos un dolor en la mano y leemos los textos que enseñan que todo es vacuidad, nuestra mano continuará doliendo. Simplemente repetirnos a nosotros mismos de que todo está vacío, mientras nos clavamos una aguja en la mano seguirá causan dolor porque estamos habituados a través de todas nuestras vidas a creer en la realidad de las cosas. Solo conocer las enseñanzas sobre la vacuidad no es suficiente; tenemos que realizar la vacuidad a través de la práctica de la meditación. Es a través de la práctica de la meditación basada en el conocimiento de lo que hemos aprendido a través del

análisis que podemos obtener la experiencia directa y la realización, es decir, que la vacuidad es la verdadera naturaleza de los fenómenos.

Cuando hayamos desarrollado la realización directa de la verdadera naturaleza de los fenómenos a través de la meditación, también entenderemos los fenómenos en el nivel convencional. El texto dice: “Una vez que hayamos realizado la verdadera naturaleza de los fenómenos, espontáneamente habrá sabiduría que está libre de ignorancia acerca de la causa y el efecto.” Cuando comprendemos que la naturaleza de todas las apariencias es la vacuidad, eso no significa que las apariencias surgen sin una causa o razón. Pero una vez que hemos comprendido directamente de que la verdadera naturaleza de los fenómenos es la vacuidad, se eliminan los oscurecimientos de la creencia en un yo sólido y en la realidad de los fenómenos. Una vez que estos se disipan, nuestra sabiduría puede ver cómo los fenómenos surgen natural y espontáneamente. Al saber esto, realmente entendemos que una acción negativa dará lugar a un efecto negativo y que una acción positiva tendrá un efecto positivo. En este punto, estamos libres de la ignorancia sobre el funcionamiento de la causa y efecto, y tenemos sabiduría que está libre de la ignorancia con respecto al nivel convencional de la realidad.

Comprender la verdad última no nos impide ver la verdad convencional. Más bien, al comprender cómo las apariencias surgen incesantemente en el nivel convencional, comprendemos la naturaleza vacía de las apariencias y entendemos la verdad última que es su naturaleza sin nacimiento. Al comprender esta verdad, no estamos distraídos por las apariencias y así vemos la unión de medios y sabiduría. Esta unión es la Prajnaparamita, la perfección de la sabiduría, que es a menudo descrito como una madre. Ya sea un príncipe, un ministro o un mendigo, uno nace de una madre. De la misma manera, los Shravakas, Pratyekabudas, Bodhisatvas y Budas nacen de esta sabiduría. Podemos llamar a esta realización de la perfección de la sabiduría la “Prajnaparamita” o podemos llamarlo “Mahamudra.” Como sea que lo llamemos, es la realización máxima de todas las enseñanzas del sutra y del tantra.

Con esto concluye el comentario sobre la tercera subdivisión del séptimo capítulo del Compendio del Conocimiento de Jamgon Kongtrul Lodro Thaye, el Grande.

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