AUTORRETRATO CON COLLAR DE ESPINAS
Óleo sobre lienzo. 47 x 61 cm. Harry Ransom Humanities Research Center Art Collection, University of Texas, EE.UU. Hacia 1939 Frida se había divorciado de Diego Rivera. Es el fracaso de su experiencia amorosa lo que retrata en esta obra. Utilizará símbolos naturales para ello y combinará valores cristianos e indígenas. El collar de espinas, cual corona de Cristo, representa el estrangulamiento y las heridas producidas por la traición de Rivera. De estas ramas cuelga el cuerpo muerto de un colibrí, símbolo de la “suerte en el amor” según la tradición mexicana o símbolo de Huitzilopochtli, dios de la guerra. El colibrí es acechado al mismo tiempo por un gato negro, mal presagio, que posa en el hombro izquierdo de Frida. Sobre el hombro derecho, el mono doméstico que le habría regalado Diego Rivera. El mono, jugando, hala el collar, haciendo que las espinas se hundan en su pecho. Alrededor de los personajes principales, un universo de mariposas y libélulas representan la resurrección.
TUNA ACADEMIA DE ARTES PLÁSTICAS https://tunacademia.wixsite.com/tunarte https://artefixio.blogspot.com/ tunaceramica@gmail.com
FRIDA KAHLO
Coyoacán, Ciudad de México 1907 - 1954.
Hola, soy Frida Kahlo una de las artistas mexicanas mas importantes y famosas del mundo del siglo XX. Nací en la casa azul en Coyoacán el 06 de junio de 1907, un pequeño pueblo a las afueras de la Ciudad de México, Fui la tercera hija de cuatro (Matilde, Adriana y Cristina) del fotógrafo Guillermo Kahlo, inmigrante alemán nacionalizado mexicano, y de Matilde Calderón. Mi padre además de fotógrafo era muy aficionado a la pintura. él era trabajador, afectuoso y muy comprensivo, siempre tuve una relación muy cercana con él y platicábamos de todo, yo le contaba todos mis secretos, sentía que me entendía perfectamente, aprendí mucho de él a pintar y a tomar fotografías. Mi madre era simpática pero muy religiosa, discutíamos a menudo pues pensábamos muy diferente, pero siempre la quise mucho. Yo era una niña muy activa y extrovertida, me encantaban los deportes y de mayor quería ser médico. A los seis años sufrí poliomielitis, una enfermedad que debilita la musculatura de todo el cuerpo y me dejó una pierna mas corta y delgada que otra, la recuperación duró nueve meses. Mi padre me animaba todos los días a hacer los ejercicios, y gracias a él y a su paciencia recuperé la movilidad. Volver a la escuela fue muy duro, los niños me llamaban "Frida la coja" y se reían de mi. Me sentía sola así que cree mi propio mundo de fantasía. Una vez superado el trauma me convertí en una autentica deportista: futbol, lucha y natación. Mi espíritu de superación sorprendió a mi familia y descubrí mi propia fuerza..
La casa de mis padres me encantaba. Jugaba horas con mi hermana Cristina en el patio. Tuve una infancia feliz, y cada vez que me sentía sola o triste regresaba a esa casa. En 1910 estalló la Revolución en México, una guerra que duró 10 años. En 1920 la situación de la familia cambio con el nuevo regimen. Mi padre perdió el trabajo y tuvimos que ir vendiendo todo hasta hipotecar la casa. Fue un momento difícil para mis padres. Yo seguía con la idea de ser médico así que me matriculé en la Escuela Nacional preparatoria considerada la mejor del país. Allí fue donde conocí a los Cachuchas, un grupo de jóvenes intelectuales que se juntaban en la biblioteca para estudiar y discutir de arte, política y filosofía... esos temas me interesaban mucho!.. y conocí a mi novio Alejandro Gómez Arias, el líder del grupo. A los diez y ocho años tuve un terrible accidente que cambio el rumbo de mi vida, mientras regresaba a mi casa, el autobús en el que viajaba choco con un tranvía, quede gravemente herida, tenía fracturas por todo el cuerpo, pase mas de un año tumbada en la cama sin poder moverme, mis padres me regalaron una caja de pinturas, pinceles y lienzos, así fue como empecé a pintar.
Apenas pude volver a caminar y poco a poco salir de casa empecé a frecuentar ambientes políticos, artísticos e intelectuales del brazo de mis amigos Cachuchas. Alejandro se fue a París y con el tiempo se hizo muy importante. Fue entonces cuando conocí al pintor Diego Rivera gracias a mi amiga Tina Modotti, una de las fotógrafas italianas más importantes de la época. Diego y yo nos casamos por primera vez en 1929, tuvimos una relación incomprensible para muchos, muy libre y abierta, extraña pero nos queríamos muchísimo y nos entendimos de manera muy profunda. Yo lo admiraba mucho aunque no lo entendía en algunas cosas. Él fue una de las personas mas importantes de mi vida y de mi obra, pues yo siempre pinté lo que viví y como me sentía y estuvo siempre presente hasta mi muerte. Yo sé que él me adoraba.
En 1953 mi salud empezaba a caer rápidamente. Finalmente, fallecí en la casa azul el 13 de julio de 1954, dejando un importante legado como un personaje que inspira a la lucha, fortaleza y a ver la belleza de la vida.