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De los comedores de patatas a las bolitas de Yayoi

DE LOS COMEDORES DE PATATAS A

LAS BOLITAS DE YAYOI

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Texto: Armando Garcia Orso*

Foto: Noah Buscher | Unsplash

Me encontraba en una galería de arte y observo a una joven señora admirar, con visibles gestos de embeleso, una obra en venta y advierto que, un hombre bien vestido se acerca a ella y le confirma que era una bella obra con un futuro de utilidad en su costo. Lo que no sabía la señora es que el hombre, cuando vio su gran interés por la pieza de arte, fue de inmediato con el propietario de la galería, preguntó por el precio de la obra y le ofreció uno más bajo, a lo cual el galerista accedió y pagó de inmediato. El hombre le comenta a la mujer que la pieza de su interés le pertenece, y se la ofrece al mismo precio que pagó por ella. La mujer acepta encantada, desconociendo que aumentó considerablemente el precio original de la galería. Pero eso no es todo, el hombre se acerca a su hijo adolescente que testifica toda la escena, y le dice: “Así se hacen los negocios, para que aprendas”. Art and Finance de Deloitte detalla que Art Basel, en Miami; TEFAF, en Maastricht; la Frieze Art Fair, en Londres, y Zona Maco, en la Ciudad de México, exhibieron en 2011 obras de arte que suman un valor de más de 5,300 millones de dólares y atrajeron más de 200,000 visitantes.

“Rabbit”, de Jeff Koons, se vendió en mayo de 2019 en una subasta de Christie’s New York, por 91,1 millones de dólares, convirtiéndose en el trabajo más caro vendido por un artista vivo en una subasta. Yayoi Kusama, artista y escritora japonesa, precursora de los movimientos del arte pop, minimalismo y arte feminista, vendió “Redes infinitas” de 1959 en 5.1 millones de USD.

Mientras, la historia nos cuenta que Vincent Van Gogh se permitió imprimir 20 litografías de “Los comedores de patatas”, considerada su primera obra, con la intención de que la gente de los alrededores pudiera comprar a precios asequibles. Resulta interesante agregar que esta obra nunca se pudo exhibir en un Salón de la época y jamás logró venderla.

A pesar del hecho de que las artes forman parte de la economía de mercado, no son, a final de cuentas, una mercancía. Son propuestas fuera del mercado del dinero, son un capital social que ofrece sentido, esperanza, creatividad. Hay una gran diferencia ente un valor cultural y un valor de cambio económico.

Entonces ¿por qué una obra de Van Gogh no tuvo valor económico en su momento y la obra de Kusama adquiere altos valores económicos? ¿Por qué, como se preguntaron los pensadores de Frankfurt, la humanidad, en lugar de entrar en un estado verdaderamente humano, desembocó en un nuevo género de barbarie?; género que se manifiesta dolorosamente en esta reciente pandemia y de la que somos testigos desde el confinamiento. ¿Por qué el hombre de la galería sobrepone la utilidad económica al goce estético de una obra de arte? Me vienen a la mente las lecciones del peruano Juan Acha Valdiviezo (1916-1995), importante teórico del arte y la estética de América Latina quien señala: “Muchos lectores no estarán de acuerdo con nuestro enfoque. Nos reprocharán hacer del arte y la ciencia una manifestación económica, en lugar de ocuparnos de su elemento específico; elemento que desde nuestro punto de vista no existe, salvo como totalidad estructural. Su criterio es, sin duda, anacrónico, por eso ellos reclaman que reduzcamos el arte a lo sensitivo o estético. Pretenden ignorar que las mencionadas actividades preceden en la historia, a las ciencias económicas, y que la producción y el consumo de todo bien cultural nunca son actividades económicas; apenas si la distribución incluye una parte verdaderamente económica: la compraventa o cambio" .

Como el valor social del arte es más importante que su valor económico, vemos de pronto que los gobiernos hablan de fomentar la economía creativa, sin embargo, la entierran desde su raíz: la educación, donde se prioriza la competencia en lugar de la colaboración. Así, la economía creativa se enseña como inversión y no como una liberación del pensamiento. Al final, lo que ocupamos no es un rescate económico de las artes sino una reflexión profunda para revalorizar y reconstruir el concepto de lo público.

Foto: Dan Visan | Unsplash

* Aquitecto y promotor cultural que se ha desempeñado como impulsor de proyectos que han enriquecido la vida cultural en Tijuana, tanto en el sector público como en el privado.

Foto: Antenna | Unsplash

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