La experiencia demuestra que en la mayoría de los casos, a partir de un estado de crisis o emergencia es posible generar procesos e instancias de desarrollo y mejorar estados de alerta o prevención que beneficien de manera sostenida a la población de una región o un país. El trágico deslizamiento acontecido en la zona de Pampahasi en zonas periféricas de la ciudad de La Paz, en 2008, como producto de la ruptura del abastecimiento de agua potable del sistema Hampaturi, ha permitido evidenciar las pérdidas que ocasionan éstos estados de emergencia; pero además ha promovido a la reflexión acerca de cómo poder sobreponerse y responder mejor a ese tipo de hechos adversos.