La Tuna forrajera: Estrategia agroecológica para reducir los efectos de la sequía en la producción ganadera de El Chaco y otra regiones semidesérticas.
La tuna forrajera fue introducida en el Chaco boliviano por el
Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT) el año 1990,
como una alternativa de forraje para la región, esta especie
tuvo muy poca difusión entre los productores, posiblemente
debido a la dificultad en su manipuleo. Posterior a ello se la
quiso utilizar para la producción de cochinilla algodonosa o
purpúrea, al final se quedó sin darle una clara utilidad.
Durante la gestión agrícola del año 2012, la FAO en Bolivia a
través de la ejecución del proyecto GEÑOI, ha implementado
parcelas demostrativas con esta especie. Para ello se realizó
una identificación y recolección en la zona de dos variedades
de tuna forrajera, las mismas que fueron clasificadas inicialmente
por el color de la flor y por el lugar de donde se recolectó, camatindeña y la Tacuarandi