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Liderazgo Ser líder en un país de guerra
Ser líder en un país de guerra
SER LÍDER EN UN PAÍS DE GUERRA
En Colombia la guerra ha estado simbolizada por enormes violaciones a los derechos humanos, que además están en drástico aumento en las últimas décadas, una situación largamente preocupante. En un país en donde los intereses por la tierra, los recursos, las materias primas, y en general, por el poder, nublan los corazones de muchos, se desdibujan los objetivos prioritarios de los hombres, que se alejan de obrar por el bien común, un país en el que las luchas de los líderes se vuelven invisibles…
Ser líder en un territorio con estas condiciones se complica, puesto que por un lado el deseo de tener poder y el de velar por el bien común se contraponen, y sólo una fina línea divide estos intereses; es muy probable que los seres humanos débiles por naturaleza adquieran una tendencia de pensar más en su individualidad que en la colectividad y en un estado de bienestar. Esto es evidente en nuestra querida Colombia.
En Colombia han surgido, guerrillas, redes de narcotráfico, grupos al margen de la ley, entre otros, que crearon una red de lucha por el poder, malgastando millones y millones de pesos en armamentos y recursos para hacer la guerra, más que para brindar la paz, o la cohesión social…recursos que de otra manera estarían mucho mejor invertidos, salud, educación, investigación. Es una realidad en la que la sociedad colombiana está inmersa, pero de tanto exponerla, con el tiempo, se ha conseguido que al ciudadano del común, inclusive deje de importarle, cada vez cada uno de nosotros somos más individualistas y estamos alienados en la espiral que marca un mundo globalizado de consumo y banalidades, sin pararnos a reflexionar siquiera un momento por nuestro entorno.
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Ser líder en un país de guerra
En la actualidad en Colombia se adelanta un esfuerzo por hacer alianzas a través de diálogos para llegar a acuerdos de paz, entre los grupos del poder, parece un proceso esperanzador, sin embargo, es una acción que se ve saboteada por muchos, en una cultura acostumbrada a las vías de violencia, donde nadie a estas alturas se toma dichos acuerdos en serio, simplemente, se piensa que será otra acción infructuosa para llegar a la tan anhelada paz. Entre otras cosas, el gobierno le apuesta a unos temas, y deja otros a medias, y esto, deja mucho que desear, nos derrota la esperanza.
La posición individual es cómoda; es natural que las personan estén sumidas en sus reflexiones personales, sus trabajos, sus familias, sus relaciones sentimentales, no obstante, desde esa posición también hay pequeños gestos que pueden llegar a hacer la diferencia para contribuir en transformar una realidad de crisis.
Ser líder en un país en guerra, implica, en primer lugar, reconocer esa realidad, ir a fondo, descubrir por nosotros mismos los fallos, informándonos, indagando a nuestro alrededor; tal vez no encontraremos todas las respuestas a nuestras dudas, pero el interés, es el primer brote para generar iniciativas de cambio, un ejemplo claro es el de pensar, que de nuestros dirigentes políticos, ninguno se salva de la estampa de corrupción típica de nuestra tradición, sin embargo, el ánimo de averiguar y estar al tanto de sus propuestas, es una pequeña acción que nos ayudará a escudriñar sobre esos personajes que quieren representarnos, esto será fundamental para ejercer por lo menos una acción política personal, que impulse para que en algún momento tengamos mejores líderes que velen por nuestros beneficios como comunidad.
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Ser líder en un país de guerra
Muchos de aquellos que creíamos que eran la esperanza de nuestro pueblo, lastimosamente, ya no están, ya quedaron en la historia, pues tal vez aquí se cumple aquel refrán de: “…el clavo que sobresale recibe su martillazo”, por aquello de los intereses implícitos en el afán de poder… Sin embargo, esos líderes están para remembrarlos, y revivir los senderos que trazaron, desde nuestro quehacer individual y cotidiano esta es la tarea, porque nosotros somos los líderes del presente, somos los que pertenecemos a la actualidad y los que podremos ejercer cambios desde nuestra actitud personal; el respeto por el otro, la solidaridad, la honestidad, son los valores que nos forjan como líderes, valores que en nuestros pequeños entornos dejan ejemplos vivos de personas luchadoras y en beneficio de la comunidad.
Todos los colombianos llevamos un líder dentro, una persona que, en su familia, su barrio, su comunidad, su escuela, su colegio, universidad, o lugar de trabajo está entusiasmado por generar un cambio, por destacarse, y por promover acciones en busca del bien común, la idea es pensar si los objetivos que se persiguen son sanos, si incluyen a la colectividad, si profesan la equidad, la justicia y contribuyen a formar una mejor sociedad.
Bibliografía apoyo>: http://www.elmundo.com/movil/noticia_detalle.php?idx=204215& http://www.semana.com/especiales/articulo/que-lider-colombia/107934-3 http://www.rebelion.org/hemeroteca/plancolombia/leech290602.htm
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