EDITORIAL
Año X. n. 20
eenero ero ro - junio juni D DE 2017 año ño x,, n. 20 0
BBOLETÍN BO OLE OL L LE DE DOCT DOCTRINA OCT CTRINA NA SOCIAL S DE LA IGLESIA
EDICIÓN EDICI EDICIÓ DICIÓN EN ES ESPA ESPAÑOL PARA AMÉRICA LATINA
La nueva evangelización y la Doctrina Social de la Iglesia
BOLETĂ?N DE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA OBSERVATORIO INTERNACIONAL CARDENAL VAN THUĂ‚N EdiciĂłn en espaĂąol para AmĂŠrica Latina editada por: Centro de Pensamiento Social CatĂłlico de la Universidad CatĂłlica San Pablo
Bollettino di Dottrina Sociale della Chiesa Trimestral – Edición italiana Director: Stefano Fontana Redacción: Silvio Brachetta (Trieste) - Omar Ebrahime (Roma) – Stefano Fontana (Verona) – Samuele Cecotti (Trieste) - Flaminia Giovanelli (Roma) – Chiara Mantovani (Ferrara) – Andrea Mariotto (Bassano del Grappa, Vicenza) - Giorgio Mion (Verona) – Fabio Trevisan (Verona) – Manuel Ugarte Cornejo (Arequipa, Perú) – Francesco Zucchelli (San Miniato, Pisa); Luca Pingani (Reggio Emilia) Osservatorio Internazionale Cardinale Van Thuân sulla Dottrina sociale della Chiesa Presidente: S.E. Mons. Giampaolo Crepaldi Vice Presidente: Gianni Tessari Director: Stefano Fontana Consiglieri: Gianfranco Battisti, Antonio Bianchi, Angelo Bossi, Carlo Costalli, Giordano Faccincani, Mons. Ettore Malnati, Stefano Nedoh, Mario Pozza, Mons. Pier Emilio SalvadÊ Dirección: Via C. Besenghi, 16 34134 Trieste (Italia) Tel. e fax. +39-040-308272 info@vanthuanobservatory.org www.vanthuanobservatory.org Donazioni all’Osservatorio (L’Osservatorio è Associazione di Promozione Sociale e le donazioni sono detraibili dai redditi) %RQLÀ FR EDQFDULR Unicredit Banca - Filiale di Melzo (Milano) Via Verdi 3 - 2066 Melzo (Mi). IBAN IT65F0200833400000040096979 Para información sobre suscripción en lengua italiana: abbonamentibollettino@edizionicantagalli.com Editor de la edición italiana: Edizioni Cantagalli s.r.l. Via Massetana Romana, 12 - 53100 Siena www.edizionicantagalli.com **********************
BoletĂn de Doctrina Social de la Iglesia Revista Semestral – EdiciĂłn en espaĂąol para AmĂŠrica Latina AĂąo X – NÂş 20 Enero – Junio de 2017 Consejo Editorial de la ediciĂłn en espaĂąol para AmĂŠrica Latina Universidad CatĂłlica San Pablo Centro de Pensamiento Social CatĂłlico Rector de la Universidad CatĂłlica San Pablo: Dr. GermĂĄn ChĂĄvez Contreras Vicerrector AcadĂŠmico: Dr. Alonso Quintanilla PĂŠrez-Wicht Editor: Manuel Ugarte Cornejo (Universidad CatĂłlica San Pablo, Arequipa - PerĂş) ComitĂŠ AcadĂŠmico: Miguel Salazar Steiger (Universidad CatĂłlica San Pablo, Arequipa - PerĂş) Alejandro EstenĂłs Loayza (Universidad CatĂłlica San Pablo, Arequipa - PerĂş) Cristian Loza Adaui (Friedrich-Alexander University Erlangen-NĂźrnberg – Alemania) 'LHJR $ULDV 3DGLOOD 3RQWLĂ€ FLD 8QLYHUVLGDG /DWHUDQHQVH GH 5RPD ² ,WDOLD
3DEOR (PDQXHO *DUFtD 3RQWLĂ€ FLD 8QLYHUVLGDG &DWyOLFD $UJHQWLQD %XHQRV Aires – Argentina) Patricia Calvi de Quintanilla (Universidad CatĂłlica San Pablo) Traducciones: CĂŠsar FĂŠlix SĂĄnchez MartĂnez (Seminario Arquidiocesano San JerĂłnimo) Š Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân y Universidad CatĂłlica San Pablo Hecho el depĂłsito legal en la Biblioteca Nacional del PerĂş nĂşmero: 2008-05350 DirecciĂłn postal: Centro de Pensamiento Social CatĂłlico Urb. CampiĂąa Paisajista s/n – Quinta Vivanco – Barrio de San LĂĄzaro – Arequipa – PerĂş TelĂŠfono: +51 (054) 605630 anexo 357 * Fax: +51 (054) 281517 Correo electrĂłnico: cpsc@ucsp.edu.pe Website: http://www.ucsp.edu.pe El BoletĂn de Doctrina Social de la Iglesia es una revista acadĂŠmica multidisciplinaria dedicada a la difusiĂłn de ensayos, investigaciones y noticias sobre el pensamiento social de la Iglesia CatĂłlica. La ediciĂłn en espaĂąol para AmĂŠrica Latina del BoletĂn de Doctrina Social de la Iglesia es fruto de un convenio de colaboraciĂłn entre el Observatorio Internacional Card. Van Thuân sobre la Doctrina Social de la Iglesia y la Universidad CatĂłlica San Pablo. Las opiniones libremente vertidas por los autores de los artĂculos no constituyen orientaFLRQHV RĂ€ FLDOHV GH OD 8QLYHUVLGDG &DWyOLFD 6DQ 3DEOR VLQR TXH VRQ HQWHUDPHQWH UHVSRQ sabilidad de los mismos. Se autoriza la reproducciĂłn total o parcial del contenido de esta revista, siempre que se cite expresamente su fuente y se respete la integridad del texto. ISSN versiĂłn impresa: 2415-0568 ISSN versiĂłn en lĂnea: 2311-4045 Key title: BoletĂn de doctrina social de la Iglesia Abbreviated key title: Bol. doctrina soc. Iglesia
enero - junio 2017 AĂąo X, n. 20
ÍNDICE
Año X. n. 20
NUEVA EVANGELIZACIÓN Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Enero -Junio de 2017 Año X n° 20
EDITORIAL La nueva evangelización y la Doctrina Social de la Iglesia S. E. Mons. Giampaolo Crepaldi
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DOSSIER TEMÁTICO FOCUS 1 La “nueva evangelización”: historia de una expresión Omar Ebrahime
FOCUS 2 Antropología cristiana y salvación del mundo S. E. Mons. Giampaolo Crepaldi
FOCUS 3 Nueva evangelización y Doctrina Social de la Iglesia: una puesta a punto Stefano Fontana
ZOOM 1 Papa Francisco: La agenda social de la nueva evangelización en América Latina Manuel Ugarte Cornejo
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ARTÍCULOS DIVERSOS ZOOM 2 La familia y su contribución al desarrollo económico: 8QD DSUR[LPDFLyQ GHVGH ODV DFWXDOHV WHQGHQFLDV VRFLR GHPRJUiÀFDV Rodolfo Castro Salinas
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Este nĂşmero del BoletĂn estĂĄ dedicado a la relaciĂłn entre la nueva evangelizaciĂłn y la Doctrina Social de la Iglesia. Pensamos de esta manera aportar con nuestra contribuciĂłn a una de las cuestiones mĂĄs urgentes en la Iglesia. En cierto sentido, sin embargo, hemos visto conveniente invertir los tĂŠrminos usuales de la cuestiĂłn. Frecuentemente se pregunta ÂżquĂŠ es lo que puede aportar la Doctrina
LA NUEVA EVANGELIZACIĂ“N Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA S. E. Mons. Giampaolo Crepaldi
Presidente del Observatorio Social de la Iglesia a la nueva evangelizaciĂłn? Es una pregunta legĂtima y seria. Pero es mĂĄs interesante preguntarse ÂżquĂŠ es lo que puede hacer la nueva evangelizaciĂłn por la Doctrina Social de la Iglesia? Las exigencias de la QXHYD HYDQJHOL]DFLyQ VXEUD\DGDV LQĂ€QLGDG GH YHFHV SRU ORV ~OWLPRV SRQWtĂ€FHV FRQIURQWDQ D la Doctrina Social de la Iglesia y la obligan a mirarse a sĂ misma en profundidad. La nueva evangelizaciĂłn, con sus exigencias evangĂŠlicas antes que pastorales, invoca a cuantos se ocupan de la Doctrina Social de la Iglesia y les pide un examen de conciencia. La nueva evangelizaciĂłn arroja luces sobre nuestra comprensiĂłn de la Doctrina Social de la Iglesia y le exige una mayor coherencia respecto a su autĂŠntico estatuto. Este es el espĂritu con el que hemos redactado este nĂşmero de nuestro BoletĂn. ÂżCĂłmo debemos afrontar el problema? DirĂa que desde dos puntos de vista. Algunos artĂculos ilustran el tema de la nueva evangelizaciĂłn y profundizan en sus vĂnculos con la Doctrina Social de la Iglesia, buscando ir al fondo del problema. Omar Ebrahime explica la historia de la expresiĂłn, que se remonta a Pablo VI, e incluso antes, y luego reseĂąa los principales discur-
sos de Benedicto XVI sobre la nueva evangelizaciĂłn, especialmente los relacionados con la LQVWLWXFLyQ GHO 3RQWLĂ€FLR &RQVHMR GHGLFDGR D ella. Son artĂculos que brindan una informaciĂłn valiosa y nos introducen al tema. Mons. Giampaolo Crepaldi y Stefano Fontana forman parte de este panorama de fondo y profundizan teĂłricamente en la relaciĂłn entre nueva evangelizaciĂłn y Doctrina Social de la Iglesia. Los dos artĂculos estĂĄn estrechamente conectados y se complementan entre sĂ. En el primero se muestra cĂłmo el plano anWURSROyJLFR HV SRU Vt PLVPR LQVXĂ€FLHQWH SDUD dar al mundo la salvaciĂłn, hacia la que tanto la nueva evangelizaciĂłn como la misma Doctrina Social de la Iglesia estĂĄn orientadas. Al insistir demasiado y Ăşnicamente en la antropologĂa se corre el riesgo de llegar demasiado tarde, dado que la ideologĂa de gĂŠnero y el nuevo ecologismo ya han superado el concepto de naturaleza humana y, por tanto, de antropologĂa. No se crea que el cristianismo deba reducirse a antropologĂa para salvar al mundo. Tiene, por sobre todo, que mostrar a la antropologĂa la nueva creaciĂłn, es decir, una antropologĂa renovada: el hombre nuevo, la nueva creatura y el hombre viejo salvado. Salvado de sĂ mismo ante todo, de la cerrazĂłn en sus propios lĂmites soberbios y, salvado de la presunciĂłn de salvarse por sĂ mismo. Estas indicaciones son de mucha importancia para la Doctrina Social de la Iglesia, dado que existe una fuerte tendencia a reducirla a antropologĂa o ĂŠtica. Stefano Fontana muestra cĂłmo hoy, en la Iglesia, existen dos aproximaciones muy diferentes al tema de la nueva evangelizaciĂłn. ([LVWHQ QXGRV WHROyJLFRV \ Ă€ORVyĂ€FRV TXH VL no se desenredan retardan o incluso impiden la nueva evangelizaciĂłn. Uno de estos nudos estĂĄ representado por el enjuiciamiento que corresponde dar al proceso de secularizaciĂłn, que ya ha alcanzado un nivel radical de negaciĂłn de lo humano tal, que requiere de un nuevo anuncio del mensaje cristiano para recuperar incluso lo humano. Sobre la secularizaciĂłn, sin embargo, existen muchas ilusiones entre los catĂłlicos. Es, por tanto, necesario aclarar la relaciĂłn entre la Iglesia y el mundo para ver si la Doctrina Social de la Iglesia puede contribuir a la nueva evangelizaciĂłn. Dije al principio que: es la nueva evangelizaciĂłn la que impulsa a la Doctrina Social de la Iglesia y que esta Ăşltima podrĂĄ dar su
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propia contribución a la nueva evangelización en la medida en que se deje impulsar por ella. De hecho, la nueva evangelización remite a la Doctrina Social de la Iglesia a su verdadera misión, que es la de anunciar a Cristo en las realidades temporales y de abrir un lugar para Dios en el mundo. Se ocuparå adecuadamente de todo lo demås si no pierde de vista a su misión prioritaria. Debo decir que esta conciencia no ha estado siempre presente entre quienes se ocupan de la Doctrina Social de la Iglesia y se hace consistir la tarea de los laicos cada vez menos en, como dice el Concilio, ordenar hacia Dios las cosas temporales, sino a organizar la vida social según criterios de justicia. Frecuentemente, se le orienta al bien común. Lo que es correcto, sin embargo, no se debe olvidar que la vida espiritual y religiosa cristiana forman parte del bien común y que, en otras palabras, no es verdadero bien común el que Dios sea apartado de la plaza pública. Ordenar hacia Dios las cosas temporales implica que Dios estÊ presente en las cosas temporales. Ordenar hacia Dios las cosas WHPSRUDOHV VLJQLÀFD FRQVWUXLU OD VRFLHGDG VHgún el proyecto de Dios. Sin esta conciencia, la Doctrina Social de la Iglesia no tiene nada que ver con la nueva evangelización. Es necesario entonces recuperar la referencia a Dios Creador y a Cristo Redentor en la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia y superar una visión demasiado antropocÊntrica. La construcción de la sociedad cae dentro del plan de Dios Creador, porque la ley moral natural que preside las relaciones humanas es fruto tambiÊn de esa creación. Pero la creación ha sido recreada, despuÊs del pecado original, por Cristo muerto y resucitado. Y asà se inició la historia de la nueva FUHDFLyQ TXH DVXPH \ SXULÀFD D OD FUHDFLyQ La Doctrina Social de la Iglesia estå dentro de esta dinåmica de salvación y su relación con el mundo le exige tanto no renunciar a la naturaleza —incluidos los principios de la ley moral natural— como a la sobre-naturaleza, cosa que ocurre inevitablemente cuando los operadores de la Doctrina Social de la Iglesia la ven solo como un servicio al hombre. Cierto, es un servicio al hombre, porque el hombre es el camino de la Iglesia, pero el servicio consiste en el anuncio del hombre salvado en Cristo. Esto es lo que cambia las relaciones sociales y permite tambiÊn el mantenimiento
del orden natural. Nada se puede mantener si QR HV WDPELpQ SXULĂ€FDGR Surge de aquĂ la importancia de que la Doctrina Social de la Iglesia utilice la razĂłn para poder referirse a la creaciĂłn. RazĂłn que se expresa no solo en las ciencias humanas, como hoy se suele decir, sino principalmente en la metafĂsica, sin la cual la Doctrina Social de la Iglesia no aborda la realidad, sino se reduce a seguir los diversos fenĂłmenos sociales. La relaciĂłn con Dios Creador requiere que la razĂłn —tambiĂŠn fruto de la creaciĂłn— exprese toda su fuerza investigando lo creado y, en particular, la ecologĂa humana. Luego, sin embargo, estĂĄ la relaciĂłn con Cristo Salvador. Esto requiere que la Doctrina Social de la Iglesia estĂŠ siempre centrada en el Misterio de Cristo en la vida de la Iglesia. Estas dos perspectivas tienen que encontrarse. Sin la referencia a la razĂłn y a la creaciĂłn, la Doctrina Social de la Iglesia no tocarĂĄ a la sociedad concreta. Sin la referencia a la vida en Cristo, se reduce a un humanismo genĂŠrico. Debe encontrarse con el hombre concreto, que es siempre justo y pecador al mismo tiempo. En cuanto justo sabrĂĄ usar la razĂłn, pero como pecador, tiene la necesidad tambiĂŠn de que la razĂłn sea salvada. Hay que reconocer que estamos todavĂa bastante lejos de este planteamiento. La crisis de la razĂłn ha embestido tambiĂŠn a los cristianos, a los teĂłlogos y a los mismos sacerdotes. La crisis de la Doctrina en aras de la simple pastoral estimula el encuentro con el otro y sus problemas, pero limitĂĄndose a un testimonio personal. La crisis de la razĂłn nos ha hecho perder de vista la idea de un orden social fruto de la creaciĂłn. La vida personal se traduce trabajosamente en un compromiso por la construcciĂłn de la sociedad. Los laicos se comprometen dentro de la Iglesia, pero fuera de ella su identidad se difumina. Cuando estĂĄn involucrados en instituciones pĂşblicas piensan en ejercer una acciĂłn neutra respecto D VX IH \ OD OODPDQ ODLFLGDG 0XFKRV Ă€HOHV \D no entienden por quĂŠ el Magisterio interviene en problemas de ĂŠtica social y polĂtica y lo consideran una interferencia indebida. Todos HVWRV VtQWRPDV QRV KDEODQ VREUH OD GLĂ€FXOWDG de esta empresa. Espero que los artĂculos de este nĂşmero del BoletĂn puedan seĂąalar indicaciones de caminos factibles y motivadores.
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Una de las mås grandes bellezas de la Iglesia, a menudo incomprendida desde fuera, es la extraordinaria continuidad de su mensaje y anuncio, aquello que en tÊrminos mås propios y correctos llamamos Magisterio. De cada 3RQWtÀFH HO PXQGR HVSHUD QXHYRV ŠJLURVª \ ŠUHYROXFLRQHVª ÀMDQGR OD PLUDGD VREUH DVSHFWRV H[WHULRUHV R VXSHUÀFLDOHV TXH SRFR WLHQHQ
LA “NUEVA EVANGELIZACIĂ“Nâ€?: HISTORIA DE UNA EXPRESIĂ“N Omar Ebrahime Roma
[1][Nota del Editor]: Este ensayo hace referencia al Papa Benedicto XVI como pontĂfice actual porque fue escrito antes de la elecciĂłn del Papa Francisco. [2] VĂŠase, entre otras cosas, la celebraciĂłn de la XII Asamblea General del SĂnodo de Obispos, que tuvo lugar en Roma en octubre de 2012 especĂficamente sobre el tema: La nueva evangelizaciĂłn para la transmisiĂłn de la fe cristiana. [3] Ubicumque et semper, 21 de septiembre de 2010.
que hacer con la misiĂłn de la Iglesia en cuanto tal, mientras muy pocos —en general— seĂąalan, en cambio, aquello que verdaderamente revela la naturaleza y misiĂłn sobrenatural de la Iglesia, es decir, el proponer nueva y constantemente la verdad de la fe con acentos y expresiones perfectamente intercambiables entre un Papa y otro. 6RUSUHQGHQWHPHQWH VL QRV Ă€MDPRV HQ OD historia del siglo XX, incluso la expresiĂłn ÂŤnueva evangelizaciĂłnÂť se encuentra plenamente en este ĂĄmbito. Hoy la expresiĂłn vuelve con cierta regularidad a los medios de comunicaciĂłn, sobre todo despuĂŠs de la creaciĂłn HO GH RFWXEUH GH GHO 3RQWLĂ€FLR &RQsejo para la nueva evangelizaciĂłn, por obra de Benedicto XVI1, el Papa que ha hecho de la re-evangelizaciĂłn de la Europa relativista y descristianizada, uno de los temas dominantes GH VX ULFR SRQWLĂ€FDGR2. En la carta apostĂłlica con la que lo instituĂa3, explicando los motivos \ HVSHFLĂ€FDQGR ODV FRPSHWHQFLDV %HQHGLFWR XVI subrayaba, sin embargo, que no es casualidad que sobre la ÂŤnueva evangelizaciĂłnÂť la Iglesia se interrogue ya desde hace tiempo y
citĂł en ese sentido las intervenciones de Pablo VI y Juan Pablo II. Es, en efecto, sobre todo HQ VXV SRQWLĂ€FDGRV TXH KD\ TXH PLUDU SDUD trazar la historia del tĂŠrmino que hoy se ha convertido en la brĂşjula para la Iglesia universal en el tercer milenio. La nueva evangelizaciĂłn en la ĂŠpoca de Pablo VI
Del Papa que llevĂł a tĂŠrmino el Concilio, Benedicto XVI recordaba sobre todo la exhortaciĂłn apostĂłlica Evangelii nuntiandi (8 de diciembre de 1975) que, con un fuerte espĂritu misionero, es uno de los documentos quizĂĄ mĂĄs subestimados en la Iglesia del posconcilio, en el que la llamada a reanimar decisivamente los llamados ÂŤpaĂses de antigua cristiandadÂť (dirigida tanto a la jerarquĂa como a los laicos) estaba ya viva en aquel momento. EscribĂa precisamente el Papa Montini que el compromiso de la evangelizaciĂłn ÂŤse estĂĄ volviendo cada vez mĂĄs necesario, a causa de las situaciones de descristianizaciĂłn frecuentes en nuestros dĂas, para gran nĂşmero de personas que recibieron el bautismo, pero viven al margen de toda vida cristiana; para las gentes sencillas que tienen una cierta fe, pero conocen poco los fundamentos de la misma; para los intelectuales que sienten necesidad de conocer a Jesucristo bajo una luz distinta de la enseĂąanza que recibieron en su infancia, y para otros muchosÂť (n. 52). Pocos aĂąos despuĂŠs, con ocasiĂłn del histĂłrico referĂŠndum sobre la ley que por primera vez hacĂa lĂcito el aborto libre en el Estado, la dramĂĄtica certeza, tambiĂŠn numĂŠrica, de este hecho, apareciĂł en toda su evidencia. Un paĂs de antiquĂsima tradiciĂłn cristiana e, incluso, la cuna misma de la cristiandad, la sede de la CĂĄtedra de Pedro, Italia, descubrĂa dramĂĄticamente que la cristiandad, muchas veces dada por sentado, ya no existĂa mĂĄs: el ÂŤsĂÂť a la abrogaciĂłn de la ley (es decir, la posiciĂłn Ă€HO DO GHUHFKR QDWXUDO DSR\DGD WDPELpQ SRU la Iglesia) se quedĂł en apenas 32%, mientras el ÂŤnoÂť (favorable al derecho incuestionable al aborto libre y gratuito) llegĂł a tocar el 70%. 6LJQLĂ€FDED TXH XQD YHUGDG SRU Vt HYLGHQWH D OD luz de la razĂłn y exigida explĂcitamente por el
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DecĂĄlogo divino era negada por la abrumadora mayorĂa de la poblaciĂłn italiana adulta, en buena parte todavĂa bautizada y, al menos por cultura, nominalmente ÂŤcristianaÂť. Era necesario, por tanto, darse cuenta que debĂan buscarse nuevos medios y nuevos lenguajes para llegar a proponer de nuevo, de manera persuasiva y convincente, la fe de siempre a un hombre occidental que, sobre todo despuĂŠs de la revoluciĂłn de las costumbres que explotĂł en 1968, habĂa cambiado profundamente las convenciones naturales de una ĂŠpoca. Estaba claro que algo se habĂa roto: la mentalidad materialista, totalmente intramundana, hija de la modernidad iluminista, no era ya patrimonio de algunas restringidas ĂŠlites intelectuales, sino que ahora habĂa sido adoptada como modo de pensar y estilo de vida cotidiano por parte del resto de la poEODFLyQ 6REUH HVWR XUJtD XQD VHULD UHĂ H[LyQ Quien profundizarĂĄ sistemĂĄticamente y de manera cada vez mayor el concepto de ÂŤnueva evangelizaciĂłnÂť, como ha recordado el mismo Benedicto XVI, serĂĄ el sucesor de Pablo VI, el Papa Juan Pablo II, que le sucediĂł en 1978, OXHJR GHO EUHYH SRQWLĂ€FDGR GHO 3DSD /XFLDQL La nueva evangelizaciĂłn segĂşn Juan Pablo II
[4]. Juan Pablo II, Exh. ap. Christfideles laici, n. 34.
La descripciĂłn mĂĄs exacta de la expresiĂłn se encuentra probablemente en su exhortaciĂłn apostĂłlica &KULVWLĂ€GHOHV ODLFL del 30 de diciembre de 1988 sobre la ÂŤvocaciĂłn y misiĂłn de los laicos en la Iglesia y el mundoÂť, donde el Papa polaco describĂa el trabajo que le esperaba a la Iglesia en el tercer mileno en estos tĂŠrminos: ÂŤEnteros paĂses y naciones, en los que en un tiempo la religiĂłn y la vida FULVWLDQD IXHURQ Ă RUHFLHQWHV \ FDSDFHV GH GDU origen a comunidades de fe viva y operativa, estĂĄn ahora sometidos a dura prueba e incluso alguna que otra vez son radicalmente transformados por el continuo difundirse del indiferentismo, del secularismo y del ateĂsmo. Se trata, en concreto, de paĂses y naciones del llamado Primer Mundo, en el que el bienestar econĂłmico y el consumismo —si bien entremezclado con espantosas situaciones de pobreza y miseria— inspiran y sostie-
nen una existencia vivida “como si no hubiera Diosâ€?. Ahora bien, el indiferentismo religioso y la total irrelevancia prĂĄctica de Dios para resolver los problemas, incluso graves, de la vida, no son menos preocupantes y desoladores que el ateĂsmo declarado. Y tambiĂŠn la fe cristiana —aunque sobrevive en algunas manifestaciones tradicionales y ceremoniales— tiende a ser arrancada de cuajo de los momenWRV PiV VLJQLĂ€FDWLYRV GH OD H[LVWHQFLD KXPDQD como son los momentos del nacer, del sufrir y del morir [‌]. En cambio, en otras regiones o naciones todavĂa se conservan muy vivas las tradiciones de piedad y de religiosidad popular cristiana; pero este patrimonio moral y espiritual corre hoy el riesgo de ser desperdigado bajo el impacto de mĂşltiples procesos, entre los que destacan la secularizaciĂłn y la difusiĂłn de las sectas. SĂłlo una nueva evangelizaciĂłn puede asegurar el crecimiento de una fe lĂmpida y profunda, capaz de hacer de estas tradiciones una fuerza de autĂŠntica libertad. Ciertamente urge en todas partes rehacer el entramado cristiano de la sociedad humana. Pero la condiciĂłn es que se rehaga la cristiana trabazĂłn de las mismas comunidades eclesiales que viven en estos paĂses o nacionesÂť4. La exhortaciĂłn, sin embargo, vino despuĂŠs de otras y no menos importantes intervenciones de anĂĄlogo tenor, pronunciadas prĂĄcticamente por todas partes por el Papa. AsĂ, por su relevancia en relaciĂłn con su conWH[WR KLVWyULFR \ JHRJUiĂ€FR KDEUtD TXH PHQcionar por lo menos el discurso ante la Asamblea del CELAM (el organismo que reĂşne a los obispos latinoamericanos) en HaitĂ el 9 de marzo de 1983, en el que —recordando el inminente quinto centenario del descubrimiento de AmĂŠrica y del inicio de la evangelizaciĂłn— HO 3RQWtĂ€FH VXEUD\y TXH Š/D FRQPHPRUDFLyQ del medio milenio de evangelizaciĂłn tendrĂĄ su VLJQLĂ€FDFLyQ SOHQD VL HV XQ FRPSURPLVR YXHVtro como obispos, junto con vuestro presbiWHULR \ Ă€HOHV FRPSURPLVR QR GH UH HYDQJHlizaciĂłn, pero sĂ de una evangelizaciĂłn nueva. Nueva en su ardor, en sus mĂŠtodos, en su expresiĂłnÂť; y sobre todo el primer viaje apostĂłlico a Polonia del 2 al 10 de junio de 1979. Fue aquĂ, en Nowa Huta, la ÂŤnueva ciudad obreraÂť
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Omar Ebrahime
que surgĂa en la periferia de Cracovia, que el 3RQWtĂ€FH KDEOy SRU SULPHUD YH] GH ŠQXHYD evangelizaciĂłnÂť. Para entender por quĂŠ eligiĂł precisamente ese lugar, es necesario recordar TXp HUD \ VLJQLĂ€FDED HQWRQFHV 1RZD +XWD 6H trataba de una ciudad construida ex novo por el rĂŠgimen comunista segĂşn los cĂĄnones del urbanismo mĂĄs ideologizado, a propĂłsito sin iglesias ni lugares de culto u otras referencias religiosas. Nowa Huta, en el proyecto utĂłpico del rĂŠgimen, debĂa convertirse en una especie de ciudad-modelo a imitar en los otros Estados subyugados por el socialismo soviĂŠtico en Europa Oriental. HabrĂa de convertirse en la demostraciĂłn real de que Dios puede ser expulsado de la vida pĂşblica y de la historia de un pueblo y que es posible nacer, crecer, vivir y morir en el mĂĄs completo ateĂsmo, teĂłrico y prĂĄctico. Todo esto en un lugar en que el cristianismo habĂa estado presente por mĂĄs de mil aĂąos. Juan Pablo II, una vez mĂĄs, respondiĂł levantando en cada plaza la cruz que OOHYDED FRQVLJR HO SULPHU SRQWtĂ€FH SRODFR GH la historia, mientras multitudes enteras estaban pendientes de sus palabras. Como dijeron los mĂĄs atentos observadores internacionales, se comprendiĂł entonces, durante el primer viaje apostĂłlico en su Polonia natal, que el comunismo tenĂa sus dĂas contados. Eran demasiado fuertes las raĂces cristianas del pueblo polaco, que determinaron poco despuĂŠs la fundaciĂłn del primer sindicato libre de la Cortina de Hierro, Solidarnosc, y simplemente PX\ JUDQGH OD LQĂ XHQFLD GHO 3RQWtĂ€FH DQWHV amadĂsimo arzobispo de Cracovia. La interpretaciĂłn de la asamblea conciliar
Pero no ha sido asĂ en todas partes. El caso de Polonia es especial porque ahĂ, gracias a Wojtyla, pero tambiĂŠn al Primado, el cardenal Stefan Wyszynski (1901-1981), y en general al conjunto de obispos, el Concilio fue leĂdo sin instrumentalizaciones de parte, como una decisiva llamada a la misiĂłn popular y, precisamente, a la ÂŤnueva evangelizaciĂłnÂť. Tanto la jerarquĂa como el laicado catĂłlico del paĂs, no conocieron entonces las vivas contraposiciones doctrinales y pastorales, a veces incluso ideolĂłgicas, que se vivieron despuĂŠs
de la clausura de la asamblea vaticana en las principales iglesias de Europa Occidental, ni tampoco la difusiĂłn social de la contestaciĂłn a la autoridad culminada simbĂłlicamente en los acontecimientos de 1968. Eran completamente diferentes del estado general de la fe en el paĂs y de la relaciĂłn con el poder polĂtico. En Polonia, en suma, el discurso de apertura del concilio de Juan XXIII el 11 de octubre de 1962 fue leĂdo como una valiente toma de posiciĂłn de una Iglesia que descubre estar en minorĂa en su propia tierra natal y, sin cerrarse en sĂ misma, ni mucho menos entregarse pasivamente al mundo, recomienza a cumplir el mandato evangelizador recibido por Jesucristo, en persona, al tĂŠrmino de su vida pĂşblica, para reconquistar las almas perdidas. Cuando -XDQ ;;,,, DĂ€UPDED TXH ŠHO VXSUHPR LQWHUpV del Concilio EcumĂŠnico es que el sagrado depĂłsito de la doctrina cristiana sea custodiado \ HQVHxDGR HQ IRUPD FDGD YH] PiV HĂ€FD]Âť, los obispos polacos continuaban pensando aquello que siempre habĂan pensado, es decir, que el nĂşcleo de su misiĂłn de ministros y pastores era transmitir, para decirlo con San Pablo, exactamente ÂŤaquello que se habĂa recibidoÂť, sin aĂąadir ni quitar nada a la doctrina de siempre. Ver en esto alguna escisiĂłn con la TradiciĂłn, serĂa bastante extraĂąo. Era diverso, si acaso, el discurso sobre la modalidad del anuncio renovado del Evangelio, como HO PLVPR -XDQ ;;,,, KDEtD DĂ€UPDGR Š8QD cosa es la substancia de la antigua doctrina, del GHSRVLWXP Ă€GHL, y otra la manera de formular su expresiĂłn, siempre en el mismo sentido y en la misma aceptaciĂłnÂť, para retomar las palabras de aquel cĂŠlebre discurso. ÂŤnueva HYDQJHOL]DFLyQÂŞ VLJQLĂ€FDUi SRU WDQWR HQ WpUminos concretos la epopeya de Solidarnosc, el VXUJLPLHQWR GH Ă€JXUDV FRPR /HFK :DOHVD R HO padre Jerzy Popieluszko. Es decir, la apariciĂłn de nuevos sindicatos y nuevas presencias organizadas en el mundo del trabajo, luego de una nueva clase polĂtica e incluso una nueva generaciĂłn de sacerdotes, militantes y fervientes si no propiamente santos (como es conoFLGR 3RSLHOXV]NR VHUi EHDWLĂ€FDGR PLHQWUDV OD causa de canonizaciĂłn de Wyszynski se abrirĂĄ HQ EUHYH (O UHVXOWDGR Ă€QDO VHUi DO PHQRV
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durante un breve periodo, una nueva era de libertad y una inesperada primavera de la fe (a pesar de una notable caĂda sucesiva, el paĂs permanece aĂşn ahora en el primer puesto de Europa con promedios relativamente altos en relaciĂłn a la frecuencia dominical de la Misa, a la vida sacramental en general y a las nuevas vocaciones). El desconocido caso de Luigi Gedda
6LQ HPEDUJR VL QRV Ă€MDPRV HQ ORV SOLHJXHV mĂĄs oscuros y olvidados de nuestra historia reciente, tambiĂŠn en Italia hubo alguien que, en tiempos insospechados, habĂa tratado de pensar en grande. Es el caso de Luigi Gedda (1902-2000), por ejemplo, el mĂŠdico y jefe de los ComitĂŠs CĂvicos que en 1948 derrotaron al Frente Popular socialcomunista en las primeras elecciones libres de la historia republicana. En los aĂąos sucesivos, Gedda, por su extraordinaria capacidad de movilizaciĂłn, serĂa nombrado tambiĂŠn presidente de la AcciĂłn CatĂłlica, una asociaciĂłn que entonces contaba con tres millones de inscritos y estaba fuertemente enraizada en el territorio. Y despuĂŠs de la victoria sobre la ideologĂa socialcomunista serĂĄ el mismo Gedda quien estudie —junto con otros, pero como inspirador principal— una inĂŠdita modalidad de acercamiento ad hoc para reconquistar las masas que habĂan votado por los enemigos jurados del cristianismo y de OD ,JOHVLD &RQ WDO Ă€Q VH UHDOL]y FRQ HO 3DSD PĂo XII, el AĂąo Santo de 1950. Le fue dado el nombre de ÂŤCruzada por el Gran Retorno y el Gran PerdĂłnÂť y vio la puesta en marcha de una verdadera campaĂąa de evangelizaciĂłn, capilar e itinerante, que atravesĂł prĂĄcticamente toda la penĂnsula de norte a sur, llevando a la prĂĄctica sacramental y al reacercamiento a la fe, a un nĂşmero relevante de personas, segĂşn los diversos testimonios de los observadores y periodistas de la ĂŠpoca (aunque llegar a una contabilizaciĂłn precisa, resulta todavĂa muy difĂcil). Pero en los aĂąos sucesivos, Gedda, homEUH GH FRQĂ€DQ]D GH 3tR ;,, EXVFDUi WUDVPLWLU esta actitud especial hacia la misiĂłn dentro del laicado catĂłlico —que en gran medida carecĂa de ella— polemizando no poco con el SHUĂ€O EDMR GH OD ŠRSFLyQ UHOLJLRVDÂŞ TXH FDUDF-
terizarĂa la orientaciĂłn de la AcciĂłn CatĂłlica GHVGH HO Ă€QDO GH VX SUHVLGHQFLD GH HQ adelante. Lo hacĂa incansablemente porque estaba convencido que solo a partir del descubrimiento genuino de la propia identidad perdida, los catĂłlicos italianos podrĂan superar el grave desafĂo de la secularizaciĂłn, que luego se convertirĂĄ en secularismo nihilista en la segunda mitad del siglo XX. De hecho, dĂŠcadas mĂĄs tarde e incluso pocas semanas antes de su muerte, Gedda, con 98 aĂąos de edad, elaborĂł un memorĂĄndum operativo para la ÂŤnueva evangelizaciĂłnÂť en Italia, dirigido a todos los obispos de la penĂnsula. Hizo esto porque pensaba que cincuenta aĂąos despuĂŠs la situaciĂłn habĂa cambiado muy poco. Un KRPEUH KR\ ROYLGDGR \ QXQFD VXĂ€FLHQWHPHQte querido, ÂŤincĂłmodoÂť en los aĂąos cincuenta porque tenĂa la costumbre de llamar a los enemigos por su nombre, e ÂŤincĂłmodoÂť tambiĂŠn, despuĂŠs, por su estrecha amistad con PĂo XII y la veneraciĂłn que mostraba por aquel Papa remitĂa a una idea de Iglesia y de cristiandad que se querĂa golpear absolutamente y superar incluso dentro del mundo catĂłlico. Nueva evangelizaciĂłn y Doctrina Social de la Iglesia
Esta es una controversia que ha atravesado desde hace mucho tiempo tambiĂŠn, a la Doctrina Social. Por aĂąos se ha discutido sobre su papel, su estatuto y extensiĂłn, en varias ocasiones con la intenciĂłn de redimensionar cualquier pretensiĂłn veritativa por su parte. Se ha puesto en discusiĂłn el hecho de que fuese una ÂŤDoctrinaÂť, es decir, que fuese una disciplina autĂłnoma con una dignidad propia, despuĂŠs incluso que fuese —por lo menos— un instrumento de evangelizaciĂłn que expresase el proyecto de Dios para el hombre y, por tanto, el primado del Reinado Social de Cristo. A todas estas objeciones responderĂĄ nuevamente Juan Pablo II en la encĂclica Centesimus annus (1 de mayo de 1991), donde escribirĂĄ: ÂŤLa “nueva evangelizaciĂłnâ€?, de la que el mundo moderno tiene urgente necesidad y sobre la cual he insistido en mĂĄs de una ocasiĂłn, debe incluir entre sus elementos esenciales el anuncio de la doctrina social de la Iglesia, que,
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[5] Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, n. 5.
Omar Ebrahime
como en tiempos de LeĂłn XIII, sigue siendo idĂłnea para indicar el recto camino a la hora de dar respuesta a los grandes desafĂos de la edad contemporĂĄnea, mientras crece el descrĂŠdito de las ideologĂas. Como entonces, hay que repetir que no existe verdadera soluciĂłn para la “cuestiĂłn socialâ€? fuera del Evangelio y que, por otra parte, las “cosas nuevasâ€? pueden hallar en ĂŠl su propio espacio de verdad y el debido planteamiento moralÂť5. Sin embargo, a pesar de esto, o quizĂĄ precisamente por esto, ÂŤnueva evangelizaciĂłnÂť y Doctrina Social han sido hasta ahora como dos lĂneas paralelas que nunca se han encontrado, de modo que la perspectiva del anĂĄlisis catĂłlico sobre los problemas mĂĄs urgentes de la sociedad contemporĂĄnea, aun aquella producida por las mejores mentes, ha estado desprovista de algo esencial. Como si el Magisterio no se hubiese pronunciado nunca o como si fuera posible ponerlo de lado. AsĂ, en tiempos donde el relativismo no es solo de WLSR PRUDO R Ă€ORVyĂ€FR VLQR WDPELpQ HV WHRlĂłgico y doctrinal, se termina por renunciar a dar una lectura catĂłlica de la realidad y a ignorar del todo la perspectiva de una sana teologĂa de la historia, imprescindible para leer ÂŤlos signos de los tiemposÂť que estĂĄn ahora delante de nosotros. SerĂĄ por esto que —por Ăşltimo— tambiĂŠn Benedicto XVI ha recordado (con motivo de la Santa Misa por la nueva
evangelizaciĂłn celebrada ante los miembros del nuevo dicasterio, el 16 de octubre de 2011, donde se leĂa IsaĂas 15, 1. 4-6), como todo, por el contrario, en el misterio grandioso de la Iglesia universal, estĂĄ siempre unido: misiĂłn sobrenatural, salvaciĂłn del mundo terreno y comprensiĂłn de la presencia providente de Dios: ÂŤPasemos ahora a las lecturas bĂblicas, en las que hoy el SeĂąor nos habla. La primera, tomada del libro de IsaĂas, nos dice que Dios es uno, es Ăşnico; no hay otros dioses fuera del SeĂąor, e incluso el poderoso Ciro, emperador de los persas, forma parte de un plan mĂĄs grande, que solo Dios conoce y lleva adelante. Esta lectura nos da el sentido teolĂłgico de la historia: los cambios de ĂŠpoca, el sucederse de las grandes potencias, estĂĄn bajo el supremo dominio de Dios; ningĂşn poder terreno puede ponerse en su lugar. La teologĂa de la historia es un aspecto importante, esencial de la nueva evangelizaciĂłn, porque los hombres de nuestro tiempo, tras el nefasto periodo de los imperios totalitarios del siglo XX, necesitan reencontrar una visiĂłn global del mundo y del tiempo, una visiĂłn verdaderamenWH OLEUH SDFtĂ€FD HVD YLVLyQ TXH HO &RQFLOLR Vaticano II transmitiĂł en sus documentos, y que mis predecesores, el siervo de Dios Pablo VI y el beato Juan Pablo II, ilustraron con su MagisterioÂť.
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Al leer el tĂtulo de mi intervenciĂłn me surgieron dos preguntas. La primera: Âżno es excesivo vincular la antropologĂa (aun si es cristiana) con la salvaciĂłn? En efecto, el plano antropolĂłgico tiene necesidad de salvaciĂłn y, por ende, ĂŠl no puede dĂĄrsela a sĂ mismo. Entonces viene la segunda pregunta: Âżpor salvaciĂłn del mundo entendemos la salvaciĂłn del mundo “en cuanto mundoâ€?, o sea en su mundanidad? Pero en este nivel, el de la mundanidad del mundo, no puede haber salYDFLyQ DO PHQRV HQ OD SOHQLWXG GHO VLJQLĂ€FDGR del tĂŠrmino.
ANTROPOLOGĂ?A CRISTIANA Y SALVACIĂ“N DEL MUNDO1 S. E. Mons. Giampaolo Crepaldi
Arzobispo-obispo de Trieste Presidente del Observatorio Internacional Card. Van Thuân para la Doctrina Social de la Iglesia
[1] Conferencia en el Studium Marcianum, Venecia, 15 de marzo de 2013. [2] Del que se lamentaba Juan Pablo II en Fides et ratio n. 61. [3] Ver CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAĂ‘OLA, “La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideologĂa de gĂŠnero y la legislaciĂłn familiarâ€?, n. 52-65. [4] Uno de los pensadores de la modernidad ilustrada con los que la teologĂa ha tenido mucho que discutir es, sin lugar a dudas, JĂźrgen Habermas. Massimo Borghesi valora positivamente el notable camino recorrido por Habermas, quien ha llegado a afirmar que el reconocimiento de la naturaleza es una condiciĂłn para el ejercicio de la
Estas dos preguntas, que inmediatamente vienen al leer el tĂtulo, nos dicen que el nivel en que se plantea la cuestiĂłn no es el nivel Ăşltimo, sino uno intermedio, que no puede ser abordado solo, sino que presupone otro. La primera parte de la frase —la antropologĂa cristiana— presupone a Jesucristo, Creador y Salvador del mundo, y la segunda parte —la salvaciĂłn del mundo— presupone la recapitulaciĂłn escatolĂłgica de todas las cosas en CrisWR Ă€Q GH OD KLVWRULD \ GHO FRVPRV -HVXFULVWR HVWi SRU WDQWR HQ HO FRPLHQ]R \ HQ HO Ă€Q En otras palabras, la antropologĂa cristiana y la salvaciĂłn del mundo no pueden estar relacionadas entre sĂ en cuanto tales sin una referencia a un “algo mĂĄsâ€? que el tĂtulo no expresa, pero presupone. El minimalismo catĂłlico Me he detenido en esta premisa porque estĂĄ teniendo lugar desde hace cierto tiempo
un cierto ÂŤminimalismo catĂłlicoÂť, muy concentrado en el hombre y en el mundo. La centralidad asumida por la antropologĂa es un ejemplo de esto: el intento de hacer mĂĄs aceptable el anuncio cristiano en la sociedad moderna y secularizada, centrĂĄndolo particularmente en el hombre. Sin embargo, el resultado es, frecuentemente, el opuesto. Solo algunos ejemplos. De un ÂŤminimalismo teolĂłgicoÂť deriva una especie de minimalismo antropolĂłgico, de modo que aquello que se GHVHD UHYDORUDU ÂłHO KRPEUHÂł DFDED DO Ă€QDO disminuido. Del ÂŤminimalismo marianoÂť no se ha derivado gran cosa en tĂŠrminos de autĂŠntica valoraciĂłn de la mujer. Del ÂŤminimalismo litĂşrgicoÂť no se ha alcanzado casi nada HQ WpUPLQRV GH FRQFLHQFLD GHO VLJQLĂ€FDGR GHO culto catĂłlico. Del ÂŤminimalismo epistemolĂłgicoÂť, con el abandono de una aproximaciĂłn metafĂsica a la verdad2 sustituido por una aproximaciĂłn hermenĂŠutica aparentemente mĂĄs humilde, no se deriva una reanudaciĂłn de la bĂşsqueda de la verdad sino mĂĄs bien un estancamiento y casi un cansancio ante la verdad. Para decirlo en tĂŠrminos aĂşn mĂĄs claros: mientras estĂĄbamos concentrados en la antropologĂa, en la cultura vivida hoy se perGLy HO LQWHUpV VREUH TXp VLJQLĂ€FD VHU KXPDQR y no nos dimos cuenta. El concepto mismo de naturaleza humana no solo es cuestionado, sino que en algunos casos es completamente apartado, de modo que ciertos desarrollos de la ideologĂa de gĂŠnero, por ejemplo, conducen directamente a la pĂŠrdida de cualquier lĂmite entre hombre, animal y mĂĄquina, como han explicado recientemente los obispos espaĂąoles3. A pesar de que estamos empeĂąados en encontrarnos con la libertad humana y dialogar con ella, el hombre ha perdido interĂŠs en ser libre4. El Magisterio nos indica desde hace tiempo que la crisis de la sociedad contemporĂĄnea es en el fondo una crisis “antropolĂłgica5â€?. Ahora bien, la respuesta a una crisis antropolĂłgica no puede ser antropolĂłgica. Al descender al simple nivel antropolĂłgico, se pierde de vista los verdaderos motivos por los que la antropologĂa estĂĄ en crisis. Cada realidad, decĂa Romano Guardini, es siempre mĂĄs que ella misma6. Por lo tanto, agrego yo, no pue-
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de ser la causa ni la soluciĂłn de su crisis. La misma toma de conciencia de la crisis, por no hablar de su soluciĂłn, debe partir de un punto de vista diferente y mĂĄs alto. Esto porque, a mi parecer, la crisis antropolĂłgica es en realidad una crisis teolĂłgica. Y porque a la crisis antropolĂłgica se podrĂĄ responder solo con la “centralidad de Diosâ€? antes que con la centralidad del hombre.
libertad. ÂżPero estamos seguros, se pregunta Borghesi, que actualmente el hombre estĂĄ aĂşn interesado en ser libre? ÂżNo estĂĄn hoy los resultados de la modernidad ilustrada fuera de control? Puede ser que la modernidad haya ido mĂĄs allĂĄ de Habermas, mĂĄs allĂĄ del diĂĄlogo sobre el hombre y su libertad, mostrando un sustancial desinterĂŠs por esto. (Ver M. BORGHESI, I presupposti naturali del poter-essere-se-stessi. La polaritĂ natura-libertĂ di JĂźrgen Habermas, en F. RUSSO (ed.), Natura cultura libertĂ , Armando, Roma 2010, pp. 65-98). [5] BENEDICTO XVI, Cart. Enc. Caritas in veritate, n. 75. [6] ÂŤCada ser es mĂĄs que sĂ mismo; cada suceso significa mĂĄs que sus estrechos confines. Todo se refiere a algo que estĂĄ por encima o mĂĄs allĂĄ. Y solo de allĂ recibe su plenitud. Si eso desaparece, las cosas y las situaciones se vacĂan de sentidoÂť (R. GUARDINI, La fine dell’epoca moderna, Morcelliana, Brescia 1993, 8va ediciĂłn, p. 97). [7] Ver BENEDICTO XVI, Discurso en el aula magna de la Universidad de Ratisbona (12 de septiembre de 2006), en BENEDICTO XVI, Chi crede non è mai solo. Viaggio in Baviera. Tutte le parole del Papa, Cantagalli, Siena 2006, p. 25. [8] Ver G. CREPALDI-P. TOGNI, Ecologia ambientale ed ecologia umana. Politiche dell’ambiente e Dottrina sociale della Chiesa, Cantagalli, Siena 2007. [9] Ver BENEDICTO XVI, Discurso a la Curia Romana con motivo de las felicitaciones de Navidad, 21 de diciembre de 2012. Ver tambiĂŠn E. MONTFORT, Il concetto di genere nelle nostre societĂ postmoderne, en Observatorio Internacional Cardinal Van Thuan, Quarto Rapporto sulla Dottrina sociale della Chiesa nel mondo, a cargo de G. Crepaldi e S. Fontana, Cantagalli, Siena 2012, pp. 133-155.
ÂżUna estrategia tardĂa? Al minimalismo catĂłlico le acompaĂąa el reduccionismo. Los dos conceptos son diferentes. El primero es teolĂłgico; el segundo, Ă€ORVyĂ€FR (O UHGXFFLRQLVPR FRUUHVSRQGH D OD razĂłn que, como ha enseĂąado Joseph Ratzinger, se autolimita7, vale decir, reduce por propia elecciĂłn el ĂĄmbito de verdad de su alcance. Se ha dicho que toda la modernidad no es mĂĄs que un largo proceso de autorreducciĂłn de la razĂłn. Su origen es racionalista, aunque pueda parecer un contrasentido. El racionalismo es la exaltaciĂłn de la razĂłn. Pero precisamente esta exaltaciĂłn estĂĄ en el origen del reduccionismo porque la absolutizaciĂłn que la razĂłn pretende, por sĂ, puede ser conquistada solo eliminando aquello que va mĂĄs allĂĄ de la razĂłn misma. La eliminaciĂłn de ÂŤaquello que va mĂĄs allĂĄÂť impide a la razĂłn ir mĂĄs allĂĄ: en esto consiste su autolimitaciĂłn. Este cierre de horizontes incrementa, progresivamente, el ĂĄmbito de lo irracional. Es el precio a pagar por una razĂłn absoluta que no quiere dejar nada fuera de sĂ y, por hacerlo, acaba reduciĂŠndose a nada. En el plano antropolĂłgico, este proceso es hoy particularmente evidente en el campo de la ÂŤideologĂa ecologistaÂť, por un lado, y de la ÂŤideologĂa de gĂŠneroÂť, por otro: los dos mayores desafĂos que, en mi opiniĂłn, conciernen a la antropologĂa cristiana. En un primer momento parecĂa que la ÂŤideologĂa ecologistaÂť traĂa consigo solamente la limitaciĂłn de separar la ecologĂa ambiental de la ecologĂa humana8. La dimensiĂłn natural de la ecologĂa se limitaba a la ecologĂa ambiental: la naturaleza se reducĂa al ambiente. EmergĂa asĂ la grave discrepancia de los movimientos ecologistas, que defendĂan la supervivencia de las focas y no de los fetos o embriones humanos. En esta fase, la razĂłn ecologista
podĂa ser encontrada en contradicciĂłn consigo misma y reconducida a un criterio de verdad. Pero, en el transcurso del tiempo ha quedado claro que la ideologĂa ecologista ha dado pasos bastante mĂĄs radicales: el hombre mismo ha acabado por ser insertado en el medio ambiente, nublĂĄndose la conciencia de su diversidad cualitativa respecto a las otras criaturas. Nacieron asĂ nuevas formas de panteĂsmo, animalismo y naturalismo pagano que la IlustraciĂłn pensĂł haber disuelto y que, por el contrario, han sido larga y paradĂłjicamente producidas por ella. Esta disoluciĂłn de la persona en la naturaleza viene acompaĂąada con lo contrario, es GHFLU OD DUWLĂ€FLDOL]DFLyQ GH OD YLGD H LGHQWLGDG humanas. Esto es particularmente evidente en la llamada ÂŤideologĂa de gĂŠnero9Âť. En esta tendencia de pensamiento ahora ampliamente difundida, la identidad personal es completamente desnaturalizada en cuando a la orientaciĂłn sexual y considerada una operaciĂłn cultural. De este modo, la construcciĂłn de sĂ se convierte en completamente dependiente de la libertad, mientras que en el naturalismo ecologista del que hablĂĄbamos antes era sometida al ritmo biolĂłgico del todo. La ideologĂa de gĂŠnero es tambiĂŠn la desnaturalizaciĂłn de la sociedad, asĂ como de la persona, en cuanto las relaciones familiares y, por ende, las sociales, se fragmentan y multiplican en un sistema componible y descomponible, abstracto e individualista. Las dos tendencias que he presentado —el naturalismo ecologista y la ideologĂa de gĂŠnero— estĂĄn aparentemente contrapuestas. La primera, de hecho, ÂŤnaturalizaÂť a la persona y sus relaciones, mientras la segunda la ÂŤdesnaturalizaÂť. Pero, bien enfocadas, son asimismo convergentes. Precisamente en el naturalismo ecologista la naturaleza ha perdido su carĂĄcter Ă€QDOLVWD HV GHFLU OD FDSDFLGDG GH LQGLFDU XQ deber ser. Paralelamente, la ideologĂa de gĂŠnero ha abolido completamente el deber ser fruto de una identidad natural, entregĂĄndolo completamente a la sola voluntad del sujeto. Este es el panorama de hoy. Con frecuencia, el cristianismo ha hecho de la antropologĂa el eje de su oferta propia para la salvaciĂłn del mundo. Al mismo tiempo, el naturalismo
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[10] ÂŤEl hombre tiende hacia el bien, pero es tambiĂŠn capaz del mal; puede trascender su interĂŠs inmediato y, sin embargo, permanece vinculado a ĂŠlÂť. (JUAN PABLO II, Cart. Enc. Centesimus annus, n. 25). [11] [Nota del Editor]: Este ensayo hace referencia al Papa Benedicto XVI como pontĂfice actual porque fue escrito antes de la elecciĂłn del Papa Francisco. [12] CARD. J. RATZINGER, ÂŤIntervenciĂłn sobre la eclesiologĂa de la constituciĂłn Lumen GentiumÂť, Congreso internacional sobre el Concilio ecumĂŠnico Vaticano II, promovido por el ComitĂŠ del Gran Jubileo del AĂąo 2000, 27 de febrero de 2000.
ecologista y la ideologĂa de gĂŠnero se han despedido de la antropologĂa desde hace mucho tiempo, poniendo en prĂĄctica lo que algunos visionarios, con Nietzsche a la cabeza, habĂan previsto hacĂa mucho. Es por eso que la estrategia del giro antropolĂłgico se revela, cuanto menos, tardĂamente. Salvar la antropologĂa cristiana La antropologĂa cristiana no podrĂĄ salvar nada a menos que acepte ser salvada y si no se presenta como tal, como salvada. La antropologĂa cristiana no es simple antropologĂa, es antropologĂa del hombre salvado. La fe cristiana vivida en la Iglesia presenta al hombre no en cuanto a tal, sino en cuanto salvado por Nuestro SeĂąor Jesucristo. La antropologĂa cristiana no es primero antropologĂa y luego cristiana, sino que el adjetivo ÂŤcristianaÂť la substantiva, en cuanto la presenta como la visiĂłn del hombre salvado. En este caso el adjetivo es mĂĄs importante que el substantivo. Hoy en dĂa existe una tendencia, tanto pastoral como teolĂłgica, de presentar al cristianismo en clave, exclusivamente, antropolĂłgica: ÂŤCristo, uno de nosotrosÂť. Como si su conformidad con el hombre fuera su principal caracterĂstica de Verdad. Pero, ÂżCon quĂŠ hombre? ÂżCon el hombre caĂdo o con el redimido? ÂżCon el hombre como pecador o con el hombre como riqueza? El cristianismo apunta al hombre como riqueza, pero no cesa de verlo realmente como un pecador10. Y mientras alguno se engaĂąaba con que el cristianismo pudiese coincidir con un hombre abstracto, ni caĂdo ni redimido, y lo reducĂa a la medida del hombre, este precisamente acababa degradĂĄndose bajo los golpes del nihilismo. Hoy la pastoral se da cuenta que falta lo humano y que es difĂcil anunciar a Cristo porque falta la expectativa humana, los presupuestos humanos de anhelo de verdad y libertad. Por esto, ya no es posible partir de la simple antropologĂa, es necesario mĂĄs bien reconstruir lo humano no partiendo de lo humano, sino de Cristo, en cuya luz el hombre comprende quiĂŠn era y quiĂŠn habrĂĄ de ser. La Iglesia no ama al mundo para dejarlo como estĂĄ, sino para salvarlo. Para hacerlo, muestra al mundo: el mundo salvado. De esa
manera es instrumento de salvaciĂłn. Muestra el mundo salvado mostrado al Salvador y al Rostro de la SalvaciĂłn. Solo los cristianos verdaderamente renacidos a una nueva antropologĂa podrĂĄn traer la salvaciĂłn al mundo. Debe mostrar la antropologĂa de la nueva creaciĂłn, es decir, una antropologĂa renovada. El hombre nuevo, la nueva creatura, es el hombre viejo salvado. Salvado de sĂ mismo antes que todo, de la cerrazĂłn en sus propios FRQĂ€QHV VREHUELRV \ GH OD SUHVXQFLyQ GH VDOvarse por sĂ solo. He alterado un poco asĂ el tĂtulo de la conferencia: antropologĂa cristiana y salvaciĂłn del mundo. La primera a ser salvada debe ser la DQWURSRORJtD SDUD TXH SXHGD VHU VDOYtĂ€FD SDUD el mundo. En efecto, solo si la antropologĂa remite a otro y no a sĂ misma es verdaderamente cristiana y puede llevar una salvaciĂłn. El hombre es el camino de la Iglesia, decĂa Redemptor hominis, pero porque Cristo es el camino de la Iglesia. La antropologĂa cristiana se salva si se enfatiza la centralidad de Dios y si la promociĂłn del hombre sirve para abrir un lugar para Dios en el mundo. El magisterio de Benedicto ;9, HQ FRQWLQXLGDG FRQ ORV SRQWtĂ€FHV SUHFHdentes11, no ha hecho ninguna concesiĂłn a un cristianismo entendido como un humanismo genĂŠrico. Quisiera hacer a este propĂłsito, una observaciĂłn sobre el Concilio Vaticano II. Se ha dicho que el Concilio habrĂa implementado un ÂŤgiro antropolĂłgicoÂť. Creo, sin embargo, que la lectura correcta del Concilio es aquella propuesta por el Cardenal Ratzinger en 2000, cuando tuvo que admitir que, segĂşn ĂŠl, el tema central que los Padres Conciliares se habĂan propuesto era la ÂŤcentralidad de DiosÂť12. Esta centralidad del hombre pertenece a las lecturas no siempre correctas del posconcilio. El dilema de la praxis Si observamos cĂłmo van las cosas en nuestro tiempo nos impresiona la importancia otorgada a la praxis. Quisiera explicar esta idea para no correr el riesgo de ser malinterpretado. La relaciĂłn entre teorĂa y praxis era una cuestiĂłn muy debatida hace algunas dĂŠcadas, FXDQGR OD Ă€ORVRItD PDU[LVWD \ HO KLVWRULFLVPR
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[13] Ver BENEDICTO XVI, Cart. Enc. Caritas in veritate, n. 51. [14] CONGREGACIĂ“N PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los catĂłlicos en la vida polĂtica, 24 de noviembre de 2002, n. 4.
S. E. Mons. Giampaolo Crepaldi
en general eran todavĂa escuchados. En los aĂąos sesenta y setenta se escribieron rĂos de tinta sobre estos asuntos. La emergencia de la praxis se evidenciaba sobre todo por J. B. Metz, de escuela rahneriana, y en sus mĂşltiples variaciones hasta la apariciĂłn de la teologĂa de la liberaciĂłn y mĂĄs allĂĄ. La acusaciĂłn a la teologĂa europea de abstracta y deductiva, era entonces un lugar comĂşn y alimentaba la deshelenizaciĂłn del cristianismo, que Benedicto ;9, FULWLFy GHĂ€QLWLYDPHQWH HQ 5DWLVERQD \ RWURV OXJDUHV ,QFOXVR FRQ ODV PXFKDV GLĂ€FXOtades creadas por estos itinerarios teolĂłgicos, no se puede negar que el problema existe. Volvamos al naturalismo ecologista y a la ideologĂa de gĂŠnero de la que he hablado lĂneas arriba. Estas ideologĂas, bien miradas, no se han impuesto con congresos de expertos y con libros de especialistas, sino con actitudes, comportamientos, modas y estilos de vida. Haciendo hacer cosas a la gente. Poniendo en sus manos la posibilidad tĂŠcnica de hacer cualquier cosa. La teorĂa se hace circular imponiendo un tipo de ropa, de comportamiento en pĂşblico o de pasar el tiempo libre, o sea a travĂŠs de formas de vida reconocibles y apreciables. De este modo, se transmite una nueva comprensiĂłn de sĂ a las personas. La invenciĂłn de la minifalda en los aĂąos sesenta, de la pĂldora anticonceptiva R GH OD IHFXQGDFLyQ DUWLĂ€FLDO HQ KD WHQLGR un impacto sobre la comprensiĂłn de la propia identidad personal y relacional mucho mayor que muchos eventos acadĂŠmicos. Si la ideologĂa de gĂŠnero no hubiera aprovechado la fecundaFLyQ DUWLĂ€FLDO GHVFXELHUWD HQ FRQ HO QDFLmiento de Louise Brown, habrĂa quedado solo como una teorĂa. Es asĂ que, por el contrario, se ha transmitido a travĂŠs de la acciĂłn de tantas parejas que, sin profundizar teĂłricamente en las cuestiones vinculadas con aquella decisiĂłn, han actuado de aquel modo. Hoy la forma como se comportan nuestros jĂłvenes al divertirse las noches de viernes o sĂĄbado produce una transformaciĂłn antropolĂłgica, sin parangĂłn con tantas reuniones de expertos. Como se puede ver en estos pocos ejemplos, muchas formas de negaciĂłn de la naturaleza humana o directamente de reformulaciĂłn de lo humano se difunden hoy a travĂŠs de modos de vida y acciĂłn, y no mediante la exposiciĂłn de teorĂas.
En el posconcilio, como recordĂĄbamos, algunas corrientes de la teologĂa catĂłlica buscaron asumir la concreciĂłn histĂłrica en toda su importancia, hasta partir metodolĂłgicamente de un primado de la praxis. Al hacerlo asĂ, corrĂan el riesgo de caer en el historicismo. El primado de la praxis, de hecho, elimina el concepto de naturaleza, y de naturaleza humana, y presenta al hombre como producto histĂłrico y social. EmergĂa asĂ el grave problema de dar cuenta del hecho de que la historia, especialmente la moderna, presenta el aspecto importante de la praxis, pero sin perder de vista que la fe catĂłlica se funda en un ÂŤserÂť y que sin un ÂŤserÂť la historia y la praxis mismas no serĂan posibles sin caer en el historicismo: solo aquello que no es historia puede iluminar la historia. Hoy en la Iglesia se habla frecuentemente de estilos de vida13. Es un signo de atenciĂłn a la praxis. En concreto, sin embargo, se acaba frecuentemente por adoptar una ÂŤvisiĂłn irenista e ideolĂłgica (...) olvidando la complejidad de las razones en cuestiĂłnÂť14, asumiendo formas de YLGD VHFXODUL]DGDV GHVGH DFWLWXGHV GH VLJQLĂ€FDciĂłn antropolĂłgica poco clara o directamente contrarias a la visiĂłn cristiana. En estos casos, la atenciĂłn a la praxis no estĂĄ adecuadamente compensada por una conciencia de quĂŠ es lo que permanece en la vida cristiana y no cambia. Ciertamente la fe es el encuentro con Cristo que cambia la vida personal y comunitaria. La antropologĂa cristiana no es una teorĂa, sino el encuentro vivo y vital con la Persona de Jesucristo, como Benedicto XVI nos ha recordado en muchas ocasiones. Y no se trata solo de una actitud, porque Jesucristo es tambiĂŠn el Logos, la SabidurĂa Creadora. Es la Verdad que no cambia. Creo que este conjunto de problemas que giran alrededor del nexo teorĂa-praxis es un aspecto a profundizar en la antropologĂa cristiana. Enfoque metafĂsico y enfoque hermenĂŠutico La sustituciĂłn del enfoque metafĂsico al problema de la verdad por la hermenĂŠutica, es un modo de afrontar el problema que ahora he destacado. Se cree que el enfoque metafĂsico es abstracto y estĂĄtico, en cuanto basado en la naturaleza, mientras la historia estĂĄ centrada en la praxis.
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[15] ÂŤLo que solamente puede subsistir mediante la interpretaciĂłn, en realidad ha terminado ya de existirÂť (J. RATZINGER, Introduzione al Cristianesimo. Lezioni sul simbolo apostolico, Queriniana, Brescia 2003, 12ma ediciĂłn, p. 102); pero por fortuna ÂŤel hombre no estĂĄ aprisionado en el cuarto de espejos de las interpretaciones; puede y debe buscar el acceso a lo real, que estĂĄ tras las palabras y se le muestra en las palabras y a travĂŠs de ellasÂť (J. RATZINGER, Fe, verdad y cultura. Reflexiones a propĂłsito de la encĂclica Fides et ratio, Madrid, 16 de febrero de 2000, suplemento a la revista ÂŤTracceÂť, marzo 2000, p. 11). [16] Ver J. RATZINGER, Introduzione al cristianesimo. Lezioni sul Simbolo apostolico, Queriniana, Brescia 2003 ,12ma ediciĂłn, pp. 121-148. [17] Ver las observaciones de S. FONTANA, ÂŤMetafisica della relazione tra personeÂť. Note su un possibile itinerario di ricerca, en F. Carderi – M. Mantovani – G. Perillo (eds.), Momenti del Logos, Ricerche del Progetto LERS (Logos, Episteme, Ratio, Scientia) in memoria di Marilena Amerise e di Marco Arosio, Nuova Cultura, Roma 2012.
Se considera que el enfoque metafĂsico QR HVWi VXĂ€FLHQWHPHQWH FDSDFLWDGR SDUD VLQtonizar con las exigencias de la historia y de la praxis; de ahĂ su sustituciĂłn por el enfoque hermenĂŠutico. Este Ăşltimo se funda sobre tres convicciones. La primera es la idea que el mensaje, sea el que sea, aun el kerigma cristiano, no estĂĄ nunca separado del testimonio y de la interpretaciĂłn que se da de ĂŠl. La segunda es que nuestra acciĂłn no es nunca solo una acciĂłn sino tambiĂŠn una producciĂłn de sentido: nosotros, haciendo, producimos una nueva teorĂa. La tercera es que todo nuestro decir nunca es solo informativo, sino tambiĂŠn performativo, es decir, implica un cambio de comportamiento respecto al mundo. ÂżCĂłmo evaluar este enfoque hermenĂŠutico? Para decirlo con mucha franqueza: si la antropologĂa cristiana se basa enteramente en esta aproximaciĂłn; acaba siendo verdaderamente difĂcil para ella traer salvaciĂłn al mundo. Precisamente el enfoque hermenĂŠutico coloca el mensaje dentro del mundo, pero, como ya hemos observado lĂneas arriba, la salvaciĂłn no puede derivar sino de un plano trascendente15. El enfoque metafĂsico sigue siendo fundamental, porque funda la posibilidad de alcanzar la verdad con caracteres de trascendencia. 3RU HVR OD DQWURSRORJtD QR SXHGH FRQĂ€DU VROR en la hermenĂŠutica, sino recuperar la metafĂsica. Pero los desafĂos de la historia y de la praxis que he mencionado, siguen siendo desafĂos verdaderos y reales. Por tanto, tambiĂŠn la aproximaciĂłn metafĂsica a la antropologĂa cristiana debe dar un paso adelante. SeĂąalo aquĂ en breve sĂntesis un camino viable que, a mi parecer, puede ser prometedor. Hay un pasaje en Caritas in veritate que abre la posibilidad de este tipo de investigaciones \ DO PLVPR WLHPSR ODV UHFODPD 0H UHĂ€HUR DO punto 53 de la encĂclica. AllĂ, Benedicto XVI, despuĂŠs de recordar la observaciĂłn de Pablo VI en Populorum progressio segĂşn la cual ÂŤel mundo se encuentra en un lamentable vacĂo de ideasÂť, indica al pensamiento el camino
de un nuevo desarrollo. Lo hace retomando el origen trinitario de la categorĂa de relaciĂłn, TXH HO &DUGHQDO 5DW]LQJHU KDEtD HVSHFLĂ€FDGR en su obra IntroducciĂłn al cristianismo16, demandando el desarrollo de una ÂŤmetafĂsica de las relaciones entre las personasÂť17. La relacionalidad de las Personas Divinas ilumina tambiĂŠn la relacionalidad de la persona humana. La teologĂa de la Trinidad revela un nuevo plano del ser, un plano en el que la relaciĂłn no es mĂĄs accidente sino pertenece D OD VXEVWDQFLD (VWR VLJQLĂ€FD TXH HQ OD UHODciĂłn las personas se construyen ontolĂłgica y comunitariamente. Estamos aquĂ en un nuevo plano del ser, no solo natural o estĂĄtico ni solo histĂłrico o procesual. No es mĂĄs una substanFLD Ă€MD HQ VX HVWDWLFLGDG QL WDPSRFR HO KRPbre estĂĄ completamente inmerso en la praxis social. La persona es construcciĂłn relacional. Los dos ejemplos puestos por Benedicto XVI en el punto 53 de la Caritas in veritate son bastante explicativos. Se trata de la comunidad familiar y de la comunidad eclesial, en las que la persona hace la experiencia vital de entrar en una comunidad relacional no accidental en la TXH QR VDFULĂ€FD VX QDWXUDOH]D VLQR PiV ELHQ la valoriza encontrĂĄndose con los otros en una dimensiĂłn constructiva del sĂ y del nos. Me parece que este serĂa el camino que la antropologĂa cristiana debe desarrollar para ser VDOYDGD \ VHU VDOYtĂ€FD SDUD HO PXQGR 2EVHUYDFLRQHV ÂżQDOHV /DV UHĂ H[LRQHV GH HVWRV GRV ~OWLPRV SiUUDfos se remiten a cuanto he dicho al inicio. La antropologĂa cristiana debe expresar mĂĄs que D Vt PLVPD 6HUi VDOYtĂ€FD VL HV VDOYDGD (VWDV LGHDV Ă€QDOHV VHxDODQ XQ FDPLQR SDUD TXH HVWR pueda ocurrir, mediante una acometida adecuada del pensamiento. La ÂŤmetafĂsica de la relacionalidad constructivaÂť, asĂ llamarĂŠ a las premisas que nacen de los pasajes de Caritas in veritate que he citado, estĂĄ radicada en el ser y al mismo tiempo en la historia, sin caer en ninguna forma de inmanentismo que todo primado de la praxis esconde dentro de sĂ.
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NUEVA EVANGELIZACIÓN Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA: UNA PUESTA A PUNTO1 Stefano Fontana Director del Observatorio Internacional Card. Van Thuân para la Doctrina Social de la Iglesia
[1] Intervención en el Curso de Formación de la Conferencia Episcopal del Triveneto, 7 de enero de 2013. [2] «La enseñanza y la difusión de esta doctrina social forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia» (JUAN PABLO II, Sollicitudo rei socialis, n. 41); «En efecto, para la Iglesia enseñar y difundir la doctrina social pertenece a su misión evangelizadora y forma parte esencial del mensaje cristiano» (JUAN PABLO II, Centesimus annus, n. 5); «La “nueva evangelización”, de la que el mundo moderno tiene urgente necesidad y sobre la cual he insistido en más de una ocasión, debe incluir entre sus elementos esenciales el anuncio de la doctrina social de la Iglesia, que, como en tiempos de León XIII, sigue siendo idónea para indicar el recto camino a la hora de dar respuesta a los grandes desafíos de la edad contemporánea» (JUAN PABLO II, Centesimus annus, n. 5);«La doctrina social tiene de por sí el valor de un instrumento de evangelización: en cuanto tal, anuncia a Dios y su misterio de salvación en Cristo a todo hombre y, por la misma razón, revela al hombre a sí mismo. Solamente bajo esta perspectiva se ocupa de lo demás» (JUAN PABLO II, Centesimus annus, n. 54). [3] «En nuestro tiempo, en el que en amplias zonas de la tierra la fe está en peligro de apagarse como una llama que no encuentra ya su alimento» (BENEDICTO XVI, Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la remisión de la excomunión de los cuatro obispos ordenados por Mons. Lefebvre, 10 de marzo de 2009). «Con frecuencia nos preocupamos afanosamente por las consecuencias sociales, culturales y políticas de la fe, dando por descontado que hay fe, lo cual, lamentablemente, es cada vez menos realista» (BENEDICTO XVI, Homilía en Lisboa, 11 de mayo de 2010).
Que la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) sea un instrumento de evangelización indispensable también para la llamada nueva evanJHOL]DFLyQ KD VLGR DÀUPDGR GHVGH KDFH DOJ~Q tiempo por el Magisterio2. El nexo entre ambas no ha surgido recientemente, aunque hoy asume una importancia particular por dos motivos: la alarmante situación de la fe en los países avanzados de Occidente, y especialmente en Europa, señalada con gran realismo por Benedicto XVI3; y el establecimiento GHO 3RQWLÀFLR &RQVHMR SDUD OD 3URPRFLyQ GH la nueva evangelización, que tiene el carácter de respuesta a una emergencia grave4. La relación entre nueva evangelización y DSI se ha profundizado en el periodo posconciliar, pero se tenía conciencia de ella también anteriormente. Benedicto XVI5, al inaugurar el Sínodo de Obispos sobre la nueva evangelización, ha retrotraído la necesidad de una nueva evangelización, desplazándola del Vaticano II y, en la intervención de clausura del Sínodo, la ha colocado nada menos que a mediados del siglo XIX, cuando las naciones comenzaron a quitarle el lugar a Dios en el mundo. Esta datación tiene una importancia notable, a la que volveré en breve. Sin embargo, no podemos esconder que en la Iglesia la relación entre nueva evangelización y Doctrina Social de la Iglesia es vista de diversa manera. Para permanecer en los límites de esta relación, describiré muy sintéticamente las principales visiones en este campo.
La primera: La exigencia de una nueva evangelización nace ante el pecado de soberbia del mundo moderno que pretende construirse sin Dios. La DSI es el instrumento de esta respuesta que contiene importantes aspectos. El primero es que «la fe supone incluida en ella una metafísica y no se puede salir de la fe para hacerla explícita»6. La fe cristiana no es una fe «desnuda»7. Si se desea se puede también invertir la frase: si la razón sale de la fe pierde la radicalidad (metafísica) de su propia criticidad. En otros términos, no se puede dar una plena autonomía de la razón y la fe porque sin la fe la razón inevitablemente se autolimita, aun en su instancia crítica originaria. De ello se desprende que el orden de la realidad y, por tanto, también el orden social, no son completamente autónomos de la fe religiosa y debe reconocérsele a Dios un puesto en el mundo como garantía de la búsqueda GH ORV PLVPRV ÀQHV QDWXUDOHV GHO ELHQ FRP~Q La segunda: La necesidad de la nueva evangelización nace precisamente de la esterilidad pastoral de la condena del pecado de soberbia de la modernidad. La nueva evangelización requiere un acercamiento al mundo moderno. Esto es no solo el reconocimiento de lo positivo de algunos elementos accidentales de la modernidad —cosa admitida también en la visión precedente—, sino en el sentido que en la modernidad la verdad del mundo interpela en paridad a la verdad de la fe, la cual no se da sino en esta relación. De este modo, la verdad de la fe no se comunica si no es en la interpretación que hace el mundo de ella. Se podría decir que la interpretación hace parte del anuncio8 o que el anuncio está mezclado con la interpretación. En este caso, en la fe católica no está implícita una metafísica, sustituida por la hermenéutica en cuanto el encuentro de la Iglesia con el mundo es un proceso histórico y la propuesta del mensaje cristiano no es independiente de las LQWHUSUHWDFLRQHV TXH ORV ÀHOHV OH GDQ \ OD UHcepción que el mundo hace de ella. Está aquí en su totalidad, como es notorio, el gran debate sobre la relación entre doctrina y pastoral en y después del Vaticano II9. Esta última referencia al Vaticano II está motivada por el hecho de que las dos visio-
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[4] ÂŤLa crisis que se experimenta conlleva los rasgos de la exclusiĂłn de Dios de la vida de las personas, de una indiferencia generalizada respecto a la fe cristiana misma, hasta el intento de marginarla de la vida pĂşblica. En las dĂŠcadas pasadas todavĂa era posible encontrar un sentido cristiano general que unificaba el sentir comĂşn de generaciones enteras, crecidas a la sombra de la fe que habĂa plasmado la cultura. Hoy, lamentablemente, se asiste al drama de la fragmentaciĂłn que ya no permite tener una referencia unificadora; ademĂĄs, se verifica con frecuencia el fenĂłmeno de personas que desean pertenecer a la Iglesia, pero que estĂĄn fuertemente plasmadas por una visiĂłn de la vida en contraste con la feÂť. (BENEDICTO XVI, Discurso en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la nueva evangelizaciĂłn, 30 de mayo de 2011). [5][Nota del Editor]: Este ensayo hace referencia al Papa Benedicto XVI como pontĂfice actual porque fue escrito antes de la elecciĂłn del Papa Francisco. [6] A. DEL NOCE, Pensiero della Chiesa e filosofia contemporanea. Leone XIII, Paolo VI, Giovanni Paolo II, ed. L. SANTORSOLA, Studium, Roma 2005, p. 81. [7] A. CARD. BAGNASCO, PrĂłlogo a la LIX Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana, 25 de mayo de 2009. VeĂĄse tambiĂŠn del cardenal Bagnasco: PrĂłlogo a la XLVI Semana Social de los catĂłlicos italianos, Reggio Emilia, 14 de octubre 2010; IntervenciĂłn en el FĂłrum del mundo del trabajo, Todi, 17 de octubre de 2011. [8] G. ANGELINI, L’aggiornamento: suggestioni e problemi di una formula fortunata, “Teologiaâ€? 3/2012, pp. 361-382. [9] G. ROTA, Il Concilio Vaticano II e la Tradizione: i punti nodali di un dibattito, Ibd., pp. 415-449. [10] BENEDICTO XVI, Caritas in veritate (2009), n. 12. [11] BENEDICTO XVI, Discurso a la Curia Romana, 22 de diciembre de 2005. VĂŠase el nĂşmero del Bollettino di Dottrina sociale della Chiesa VIII (2012) 2 dedicado a Vaticano II e Dottrina sociale della Chiesa. Nel 50mo anniversario dell’apertura del Concilio. En particular: G. CREPALDI, E’ ancora valido il progetto di Leone XIII? Una applicazione dell’ermeneutica della riforma nella continuitĂ , Ibd., pp. 65-68. [12] BENEDICTO XVI, Discurso a la Curia Romana, 22 de diciembre de 2005. S. FONTANA, Dal Sillabo alla Dignitatis humanae. Rottura? ContinuitĂ ? Riforma?, Bollettino di Dottrina sociale della Chiesa. VIII (2012) 2, pp. 69-73. [13] ÂŤUn Dios que no tenga poder es una contradicciĂłn en los tĂŠrminosÂť (J. RATZINGER, Natura e compito della teologia cit., p. 26). ExpresĂĄndose por vĂa negativa, Caritas in veritate: ÂŤCuando el Estado promueve, enseĂąa, o incluso impone formas de ateĂsmo prĂĄctico, priva a sus ciudadanos de la fuerza moral y espiritual indispensable para comprometerse en el desarrollo humano integralÂť (BENEDICTO XVI, Caritas in veritate, n. 29). ÂŤLejos de Dios, el hombre estĂĄ inquieto y se hace frĂĄgilÂť (Ibd. n. 78). ÂŤNo debemos perder a Dios de vista si queremos que la dignidad humana no desaparezcaÂť (J. RATZINGER, L’Europa di Benedetto nella crisi delle culture, Cantagalli, Siena 2005, p. 55); ÂŤCon el apagarse de la luz que proviene de Dios, la humanidad se ve afectada por la falta de orientaciĂłn, cuyos efec-
nes expuestas aquĂ han sido consideradas a menudo como, en el primer caso, la visiĂłn ÂŤpreconciliarÂť y, en el segundo, como la ÂŤposconciliarÂť. Esta divisiĂłn no es correcta y sigQLĂ€FD IRU]DU GHPDVLDGR DO &RQFLOLR (O KHFKR de que Benedicto XVI haya retrotraĂdo a mediados del siglo XIX el inicio de la cuestiĂłn de la nueva evangelizaciĂłn, comprendiendo unitariamente asĂ el camino de entonces hasta hoy, no carece de importancia. De este modo es posible superar la costumbre —denunciada en Caritas in veritate10— de separar o, directamente contraponer la ĂŠpoca preconciliar con la posconciliar y se hace posible la hermenĂŠutica de la reforma en la continuidad dentro de la tradiciĂłn del Ăşnico sujeto Iglesia, tambiĂŠn respecto de la nueva evangelizaciĂłn y de la DSI11. Esta Ăşltima, para ser puesta al servicio de la nueva evangelizaciĂłn, no puede renegar de su mismo pasado preconciliar, pero sin retornar arqueolĂłgicamente a ĂŠl. Tornar arqueolĂłgicamente a las posiciones decimonĂłnicas o interpretar el Concilio como si despuĂŠs de ĂŠl la Iglesia debiese disolverse en el mundo, sigQLĂ€FDQ GH KHFKR \ GH GHUHFKR HO DEDQGRQR de la DSI. Es mĂĄs conveniente y Ăştil mirar las cosas dentro de la Ăşnica tradiciĂłn de la Iglesia, como estĂĄ pidiĂŠndonos Benedicto XVI, reconociendo algunas discontinuidades de hecho entre el antes y el despuĂŠs, pero que no afectan, sin embargo, la permanencia de los principios12. La centralidad de Dios y sus implicancias Quisiera ahora examinar algunos aspectos de la relaciĂłn entre nueva evangelizaciĂłn y Doctrina Social de la Iglesia entendida en el sentido ahora aclarado, deteniĂŠndome tambiĂŠn a evaluar algunas de las principales modalidades en que se propone la DSI hoy. El punto de que el mundo profano no pueda construirse sin Dios tiene una validez permanente y serĂa fĂĄcil demostrar, con una buena cantidad de citas del Magisterio social, su persistencia, aun durante y despuĂŠs del Concilio, hasta nosotros13: ÂŤLa doctrina social de la Iglesia ha nacido para reivindicar esa “carta de ciudadanĂaâ€? de la religiĂłn cristianaÂť14 DĂ€UPD OD Caritas in veritate, retomando un
concepto de la Rerum novarum FRQĂ€UPDGR SRU Centesimus annus. Aunque expresados de otro modo, los ÂŤderechosÂť de Dios permanecen en cuanto ÂŤno existe un reino de cuestiones terrenas que pueda ser sustraĂdo al Creador y a su dominioÂť15 (VWH SULQFLSLR FRQĂ€HUH D OD DSI un estatuto que en parte se estĂĄ perdiendo en la conciencia de sus cultores y operadores. La DSI no solo es un acompaĂąamiento de los hombres, sino anuncio de la integralidad de la salvaciĂłn cristiana16. La DSI habla del Dios de Jesucristo y solo bajo esta luz habla de lo demĂĄs17. Sin la conciencia de que no hay soluciones a la cuestiĂłn social fuera del Evangelio18, el cristianismo estĂĄ destinado, a lo mĂĄs, a ser percibido como Ăştil; pero no indispensable para la construcciĂłn de la sociedad19, contradiciendo asĂ su pretendida legitimidad de otorgar un lugar para Dios en el mundo. Incluso el punto segĂşn el cual la fe catĂłlica contiene implĂcitamente una metafĂsica, continĂşa teniendo una gran importancia. La fe cristiana y la teologĂa no pueden perder la vinculaciĂłn con la ontologĂa, con el orden de la realidad dentro del que se inscribe el orden social. HaciĂŠndolo asĂ, para decirlo con Joseph Ratzinger, renunciarĂan a la radicalidad de las exigencias de la razĂłn, que es radical solo si es ontolĂłgica. De este modo, se pierde la idea misma de Dios, se pierde el entendimiento original con la razĂłn, y la fe se convierte en paradoja20. Hoy en dĂa, quienes proponen la DSI casi no hablan de un orden social: el concepto parece haberse perdido21 /DV GLĂ€FXOWDdes, sin embargo, se han hecho sentir, porque sin espesor metafĂsico, expresiones como dignidad de la persona, bien comĂşn, familia o cuerpos intermedios: son incomprensibles o incomprendidas. IntĂŠntese, sin el auxilio de conceptos metafĂsicos explĂcitos o implĂcitos, explicar que el bien comĂşn no es solo la suma de los bienes individuales. IntĂŠntese explicar la dignidad trascendente de la persona humana... Es sorprendente, y a mi parecer alarmante, cĂłmo la cultura catĂłlica corriente estĂŠ abandonando la referencia a la ley natural y a los llamados principios no negociables22, no obstante las importantes enseĂąanzas y las sentidas advertencias del Papa en este aspecto23. Por otra parte, si falta la referencia al or-
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tos destructivos se ponen cada vez mĂĄs de manifiestoÂť (BENEDICTO XVI, Carta a los obispos de la Iglesia CatĂłlica sobre la remisiĂłn de la excomuniĂłn de los cuatro obispos ordenados por Mons. Lefebvre, 10 de marzo de 2009). [14] BENEDICTO XVI, Caritas in veritate, n. 56. [15] BENEDICTO XVI, Discurso a un grupo de obispos norteamericanos en visita ad limina, 19 de enero de 2012. [16] ÂŤPara la Iglesia, esta misiĂłn de verdad es irrenunciable. Su doctrina social es una dimensiĂłn singular de este anuncioÂť (BENEDICTO XVI, Caritas in veritate, n. 9). [17] JUAN PABLO II, Centesimus annus, n. 55. [18] La cuestiĂłn social es ÂŤun problema cuya soluciĂłn aceptable serĂa verdaderamente nula si no se buscara bajo los auspicios de la religiĂłn y de la IglesiaÂť (LEĂ“N XIII, Rerum novarum, n. 12). Cien aĂąos despuĂŠs, Juan Pablo II retoma y confirma esta enseĂąanza: ÂŤComo entonces, hay que repetir que no existe verdadera soluciĂłn para la “cuestiĂłn socialâ€? fuera del EvangelioÂť (Centesimus annus, n. 5). [19] ÂŤLa adhesiĂłn a los valores del cristianismo no es sĂłlo un elemento Ăştil, sino indispensable para la construcciĂłn de una buena sociedad y un verdadero desarrollo humano integralÂť (BENEDICTO XVI, Caritas in veritate, n. 4). [20] J. RATZINGER, Natura e compito della teologia cit., p. 24. [21] Durante el reciente SĂnodo sobre la nueva evangelizaciĂłn, el cardenal Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, ha expresado el deseo de que el prĂłximo SĂnodo sea dedicado a la “evangelizaciĂłn del orden socialâ€?, una propuesta positivamente sorprendente y sin oposiciĂłn. [22] CF G. CREPALDI, Il Cattolico in politica – Manuale per la ripresa, prefacio del cardenal Angelo Bagnasco, segunda ediciĂłn, Cantagalli, Siena 2012, pp. 77-84. [23] Repetidas tambiĂŠn en el Discurso a la Curia Romana con motivo de las felicitaciones de Navidad del 21 de diciembre del 2012: ÂŤLo que ella ha reconocido como valores fundamentales, constitutivos y no negociables de la existencia humana, lo debe defender con la mĂĄxima claridad. Ha de hacer todo lo posible para crear una convicciĂłn que se pueda concretar despuĂŠs en acciĂłn polĂticaÂť. [24] BENEDICTO XVI, Caritas in veritate, n. 45. [25] ÂŤDonde Dios estĂĄ ausente —el Dios del rostro humano de Jesucristo— estos valores no se muestran con toda su fuerza, ni se produce un consenso sobre ellos. No quiero decir que los no creyentes no puedan vivir una moralidad elevada y ejemplar; digo solamente que una sociedad en la que Dios estĂĄ ausente no encuentra el consenso necesario sobre los valores morales y la fuerza para vivir segĂşn la pauta de estos valores, aun contra los propios interesesÂť. (BENEDICTO XVI, Discurso en la SesiĂłn Inaugural de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Santuario de Aparecida, 13 de mayo de 2007). [26] ÂŤNo hay, pues, mĂĄs que un humanismo verdadero que se abre al AbsolutoÂť (PAULO VI, Populorum progressio, n. 42). ÂŤLa idea de que la ĂŠtica pueda substituir de manera completamente autĂłnoma, independiente de la doctrina de la fe, y pueda estar fundada
Stefano Fontana
den social como dependiente del orden de la creaciĂłn —que solo una visiĂłn metafĂsica puede dar—, se comprende por quĂŠ el 60% de los catĂłlicos practicantes declaran su desacuerdo con que el Magisterio intervenga en cuestiones sociales y polĂticas. Si hablo de metafĂsica no se trata solo en referencia a la enseĂąanza de esta perspectiYD Ă€ORVyĂ€FD HQ ODV LQVWLWXFLRQHV DFDGpPLFDV catĂłlicas. Por supuesto, eso tambiĂŠn, pero asimismo para referirme a la educaciĂłn y a la formaciĂłn especialmente en DSI, que frecuentemente se desliza demasiado rĂĄpido hacia el registro sociolĂłgico, olvidando muchas premisas de un espesor mĂĄs profundo. Se entiende asĂ, entonces, que en las actividades bajo el estandarte de la DSI a menudo se proponga una visiĂłn prevalentemente horizontal del bien comĂşn, que de este modo acaba desvalorizado, aun si los temas singulares se traten formalmente allĂ. Y esta es nuesWUD JUDYH GHĂ€FLHQFLD SRUTXH ORV WHPDV VLQJXlares de la agenda social y polĂtica requieren ser ÂŤcorrectamente entendidosÂť y cuando los catĂłlicos lo olvidan acaban por empeĂąarse en batallas que no son suyas. La dependencia del orden polĂtico Benedicto XVI ha insistido mucho en estos dos puntos: la centralidad de Dios y la importancia de la metafĂsica para la fe catĂłlica. Cuando la aplicaciĂłn prĂĄctica de la DSI resulta descuidada sucede tambiĂŠn que acaba rebajada a una ÂŤĂŠticaÂť. Esta palabra estĂĄ siendo abusada en la opiniĂłn pĂşblica catĂłlica24 y frecuentemente la DSI es entendida como una propuesta que —en deferencia a la laicidad— debe quedarse en el plano de la ĂŠtica o, como se dice tambiĂŠn, de los valores. La ĂŠtica no se mantiene en pie con sus solas fuerzas, dado que tiene necesidad de un absoluto que ella no puede darse a sĂ misma. El absoluto, de hecho, pertenece al plano Ăşltimo. El plano ĂŠtico no es plenamente sĂ mismo sin la relaciĂłn con el SODQR UHOLJLRVR (VR QR VLJQLĂ€FD TXH OD UD]yQ prĂĄctica no tenga una autonomĂa consistente de investigaciĂłn y juicio, ni que las personas no creyentes no puedan vivir una altĂsima vida moral, ni que la DSI no contenga tambiĂŠn principios ĂŠticos que puedan ser considerados
totalmente imprescindibles, sino que la sociedad humana falla al otorgarse una referencia ĂŠtica fundada y fundante si vive a merced de sĂ misma, sin Dios25. El ĂĄmbito de la polĂtica, entendido en sentido amplio como el de las relaciones de justicia y bĂşsqueda del bien comĂşn, es autĂłnomo en sus legĂtimas reglas de funcionamiento, pero no es capaz de fundamentarse a sĂ misPR HQ VHQWLGR ~OWLPR QL GH SHUPDQHFHU Ă€HO a su propia verdad26. Se traiciona a sĂ mismo si no recibe luz y apoyo de la religiĂłn cristiana. Por ejemplo, yendo en pos de los derechos, los difumina, pues si se absolutizan los derechos, se absolutiza tambiĂŠn el derecho a negarlos27. El ĂĄmbito polĂtico permanece asĂ doblemente dependiente: ÂŤdirectamenteÂť de la ĂŠtica natural, ÂŤindirectamenteÂť de la religiĂłn verdadera. La dependencia directa no puede ser conservada sin la indirecta y, precisamente, a medida que la sociedad se seculariza en el plano religioso, inevitable y progresivamente se seculariza tambiĂŠn en el plano ĂŠtico. No frenaremos este proceso centrando nuestro trabajo en la ĂŠtica y en los valores, sino volviendo a proponer la verdad religiosa de la fe cristiana, la cual podrĂĄ luego revitalizar el plano de la ĂŠtica. Noto, por el contrario, una ansiedad de encontrarse con el otro en el plano de los valores, que, sin embargo, despojados de su fundamento, se deforman. Existe el peligro concreto, que de hecho constatamos frecuentemente, de transformar la DSI en un humanismo genĂŠrico cualquiera, que puede apagarse ante la inmediata constataciĂłn del ĂŠxito mundano y por los vientos de moda, pero que a la larga no construye: ÂŤJesĂşs no ha querido suscitar una emociĂłn privada de contenido‌ Él no da razĂłn a cualquieraÂť28. Las ilusiones de la secularizaciĂłn Estas consideraciones nos llevan al gran tema de la secularizaciĂłn. Las exigencias de la nueva evangelizaciĂłn requieren de un repensamiento profundo de esta categorĂa, repensamiento que tambiĂŠn debe aplicarse a la DSI. Desde los aĂąos 60 se ha difundo la idea de que la secularizaciĂłn ha sido ocasionada por el cristianismo y que, por tanto, debe ser aceptada y vivida como fruto suyo y no com-
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sobre la base de la sola razĂłn se ha demostrado histĂłricamente como un error preĂąado de consecuenciasÂť (W. PANNENBERG, Fondamenti dell’etica. Prospettive filosofico-teologiche, Queriniana, Brescia 1998, p. 146). [27] S. FONTANA, Per una politica dei doveri dopo il fallimento della stagione dei diritti, Cantagalli, Siena 2006. [28] J. RATZINGER, Natura e compito della teologia cit., p. 82. [29] J. B. METZ, Sulla teologia del mondo, Queriniana, Brescia 1969, p. 144. [30] BENEDICTO XVI, Carta a los obispos de la Iglesia CatĂłlica sobre la remisiĂłn de la excomuniĂłn de los cuatro obispos ordenados por Mons. Lefebvre, 10 de marzo de 2009. [31] K. LĂ–WITH, Historia del mundo y salvaciĂłn. Los presupuestos teolĂłgicos de la filosofĂa de la historia, Katz, Buenos Aires 2007, p. 141. [32] Ibid., p. 106. [33] BENEDICTO XVI, Deus caritas est, n. 28. [34] Cfr. sobre estos temas: G. CREPALDI, Laboratorio Trieste. La formazione dei cattolici all’impegno sociale e politico, Cantagalli, Siena 2012. [35] J. RATZINGER-BENEDICTO XVI, L’elogio della coscienza. La veritĂ interroga il cuore, Cantagalli, Siena 2009, p. 26. [36] He desarrollado este tema de la espera y la vocaciĂłn en S. FONTANA, Parola e comunitĂ politica. Saggio su vocazione e attesa, Cantagalli, Siena 2010. [37] J. RATZINGER , Introduzione al cristianesimo. Lezioni sul Simbolo apostolico, ediciĂłn duodĂŠcima con un nuevo estudio introductorio, Queriniana, Brescia 2003, p. 41.
batida con resentimiento como si fuese una decadencia. El teĂłlogo alemĂĄn Johann Baptist Metz, por ejemplo, sostenĂa que ahora, como resultado de la secularizaciĂłn, el mundo se ha tornado completamente mundano —este es el mundo donde no se encuentra DiosÂť29— y asĂ debe ser aceptado. Pero las cosas no son WDQ VLPSOHV VL %HQHGLFWR ;9, DĂ€UPD SRU HO contrario que nuestra tarea hoy es ÂŤhacer a Dios presente en este mundoÂť30. Ha sido Karl LĂświth quien ha mostrado cĂłmo las formas modernas de progresismo son fruto de la secularizaciĂłn de la escatologĂa cristiana. Pero el mismo LĂświth habĂa tambiĂŠn previsto el resultado Ăşltimo anticristiano y, en el fondo, tambiĂŠn antihumano, de este proceso. Los ilusos creen que al cristianismo se le presentan hoy nuevos chances porque la modernidad dependerĂa de ĂŠl como su forma secularizada. ÂŤLa debilidad del cristianisPR PRGHUQR ÂłDĂ€UPDED /|ZLWK HQ ORV DxRV 60—, tan moderno como poco cristiano, radica en que ha asumido el lenguaje, los mĂŠtodos y los resultados de nuestras conquistas seculares, en la ilusiĂłn de que los inventos modernos son Ăşnicamente medios neutrales TXH SRU Ă€QHV PRUDOHV \ DXQ UHOLJLRVRV SRdrĂan ser cristianizados. En realidad, son el resultado de una extrema mundanidad y una H[WUHPD FRQĂ€DQ]D HQ Vt PLVPRÂŞ31. La secularizaciĂłn moderna es mucho mĂĄs y mucho peor que una ÂŤherejĂa cristianaÂť. En virtud de esta, ÂŤcada espĂritu inmaduro, en los asuntos mĂĄs importantes de la vida, quedĂł abandonado a sus propias decisiones, no deja de ser un milagro que la moral no haya desaparecido completamenteÂť32. No podemos hacernos demasiadas ilusiones. Dos propuestas sobre la relaciĂłn entre la Iglesia y el mundo Volvemos asĂ al problema de la relaciĂłn entre la Iglesia y el mundo, entre gracia y naturaleza, entre fe y razĂłn. La misma DSI se encuentra precisamente ahĂ, en medio de esta problemĂĄtica, en donde fe y razĂłn dialogan entre sĂ33. Y sobre este punto es preciso que KR\ ORV Ă€HOHV FDWyOLFRV GHEDQ FRQYHUJHU PDyormente, pero la diversidad de opiniones es notable y me parece que supera el legĂtimo
pluralismo en la Iglesia. La formaciĂłn en DSI sufre mucho por eso34. Me gustarĂa hacer, acercĂĄndome a las conclusiones, dos observaciones que espero puedan contribuir a seĂąalar un camino compartido con todos los puntos de vista revisados hasta ahora. La primera la tomo prestada de Joseph Ratzinger y consiste en el criterio de la ÂŤanamnesisÂť. ÂŤLa anamnesis —escribe Ratzinger— infundida en nuestro ser tiene necesidad, por asĂ decirlo, de una ayuda externa para convertirse en conciencia de sĂÂť35. Cuanto estaba al principio y era sabido por nosotros, pero no conocido, es ahora reconocido, redescubierto y valorizado dentro del empuje de la fe. Es evidente la ascendencia platĂłnica y agustiniana de este SURFHVR DO TXH 5DW]LQJHU GD XQ VLJQLĂ€FDGR QR solo personalista sino ontolĂłgico. Es la realidad toda, es el ser, que denota una ÂŤesperaÂť de algo que lo lleva a ÂŤser sĂ mismoÂť36. NingĂşn nivel de la realidad estĂĄ en la capacidad de dar razĂłn de sĂ mismo en el fondo. Nadie da lo que no tiene. Ratzinger lo habĂa explicado ya en IntroducciĂłn al cristianismo, cuando habĂa tomado el ejemplo del BarĂłn de Munchhausen que, caĂdo en el pantano, querĂa tomarse de los cabellos y llevarse a la orilla37. NingĂşn plano de la realidad brilla con luz propia ni, por decirlo en lenguaje religioso, se salva por sĂ mismo. Cada plano tiene necesidad de ser iluminado por otro superior. Esta iluminaciĂłn provoca precisamente la anamnesis, es decir, induce al plano iluminado a entrar en sĂ mismo en profundidad y redescubrir elementos olvidados de su propia realidad, olvidados a pesar de estar, no obstante, realmente presentes. La luz procedente del nivel superior no se queda simplemente iluminando el nivel inferior, sino que le provoca un despertar a una reminiscencia de sĂ, de modo que lo que era conocido es ahora mejor comprendido y lo que estaba adormecido: es despertado. El concepto de anamnesis tiene que vincularse FRQ HO GH SXULĂ€FDFLyQ IUHFXHQWHPHQWH XVDGR por Benedicto XVI, para indicar no un proceso de extraĂąamiento y desasimiento de sĂ, VLQR XQD SURIXQGL]DFLyQ /D SXULĂ€FDFLyQ TXH acontece a travĂŠs de la anamnesis, es redescubierta en la plenitud de su propia verdad.
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[38] J. RATZINGER, Natura e compito della teologia cit. p. 91. [39] Esta es la clave de lectura mĂĄs idĂłnea para toda la encĂclica Caritas in veritate. VĂŠase especialmente el punto 34, dedicado ÂŤla sorprendente experiencia del donÂť. Cf G. CREPALDI, Introduzione all’enciclica Caritas in veritate, en Benedicto XVI, Caritas in veritate, Cantagalli, Siena 200. [40] JUAN PABLO II, Centesimus annus, n. 25. Sobre el tema cfr Il peccato delle origini e il problema politico della modernitĂ , en La persona al centro del Magistero sociale della Chiesa. Omaggio al Rev. Prof. Enrique Colom Costa, P. Requena y Martin Schlag eds., EDUSC, Roma 2011, pp. 115-132.
Stefano Fontana
Benedicto XVI aplica estas categorĂas en particular a la relaciĂłn entre razĂłn y fe: ÂŤLa razĂłn humana sabe no abandonarse a sĂ misma. Hay una Palabra que la precede, que es del todo coherente y racional, y que, sin embargo, no brota de nuestra razĂłn, sino le ha sido donadaÂť38. Un nivel que pretenda darse a sĂ mismo la propia verdad, acabarĂa prisionero de sĂ mismo, no puede, por tanto, ser ĂŠl mismo el que se otorgue la luz que necesita, sino que esta debe venirle como un don39. $QDPQHVLV \ SXULĂ€FDFLyQ XQHQ ODV GRV YRcaciones: natural y sobrenatural, mostrando la profunda unidad derivada del hecho de que la vocaciĂłn del hombre es una sola. De hecho, ÂŤlo que viene de fueraÂť no se aĂąade, sino despierta las energĂas internas y re-conoce verdades que asĂ resultan engrandecidas. El proceso de ÂŤampliaciĂłnÂť de la razĂłn invocado muchas veces por Benedicto XVI es efecto de este SURFHVR GH DQDPQHVLV \ SXULĂ€FDFLyQ Me parece que este es el camino a seguir de parte de aquellos que emplean la DSI para la nueva evangelizaciĂłn. Proponerla en todo su espesor de contenido, que deriva de la centralidad de Dios en la construcciĂłn de la
ciudad de los hombres, no le quita autonomĂa al mundo, sino mĂĄs bien, liberĂĄndolo de su autorreferencialidad que es siempre una esclavitud, le permite en la anamnesis, encontrar lo PHMRU GH Vt \ SRU WDQWR SXULĂ€FDUVH 0H SDUHFH que este es el sentido correcto del diĂĄlogo entre la Iglesia y el mundo. /D VHJXQGD \ ~OWLPD REVHUYDFLyQ VH UHĂ€Hre a la doctrina del pecado original. Juan Pablo II habĂa enseĂąado que esta doctrina tiene un gran valor hermenĂŠutico, porque ayuda a comprender la realidad humana40. No debemos olvidar este punto, en cuanto que, si no tenemos en cuenta esta doctrina, no se comprende a fondo la necesidad de salvaciĂłn que las realidades naturales llevan en sĂ y no se aborda correctamente el problema polĂtico, que, en esencia, es un problema teolĂłgico: decidir si la ciudad del hombre puede construirse con sus propias fuerzas o no. La Doctrina Social de la Iglesia y la nueva evangelizaciĂłn del orden social existen precisamente para esto, porque el orden social, como el BarĂłn de Munchhausen, no puede salvarse por sĂ solo, ni siquiera en el sentido de poder perseJXLU ODV Ă€QDOLGDGHV SURSLDV GH VX QLYHO
AĂąo X. n. 20
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PAPA FRANCISCO: LA AGENDA SOCIAL DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA Manuel Ugarte Cornejo Centro de Pensamiento Social Católico Universidad Católica San Pablo
ÂżQuĂŠ acentos sociales tiene hoy dĂa, la misiĂłn de la nueva evangelizaciĂłn en AmĂŠrica Latina? No olvidemos que esta parte del continente americano ha jugado un rol muy importante en la UHĂ H[LyQ HFOHVLDO VREUH OD QHFHVLGDG GH XQD QXHYD HYDQJHOL]DFLyQ 'H KHFKR HVWH WpUPLQR WDO cual, aparece por primera vez en el documento de la conferencia general del episcopado latinoamericano de Puebla en 1979, incluso antes de que Juan Pablo II utilizara estas palabras en su histĂłrica visita a Nueva Huta (Polonia). Como sea, desde aquel 1979, hasta la Ăşltima conferencia del episcopado latinoamericano en Aparecida (2007) se ha insistido mucho en la necesidad de asumir ÂŤel desafĂo de una nueva evangelizaciĂłnÂť. Por ello es necesario preguntarnos ÂżQuĂŠ notas sociales tiene este desafĂo actualmente? En este artĂculo intentaremos dar algunas ideas de respuesta a esta pregunta siguiendo algunos de los recientes viajes pastorales del Papa Francisco a AmĂŠrica Latina. Sobre todo, nos enfocaremos en la visita a MĂŠxico realizada entre el 12 y 17 de febrero del 2016, cuando, Francisco, recorriĂł seis ciudades y cinco diferentes Estados mexicanos. En todo este recorrido, el Papa Francisco tuvo la oportunidad de encontrarse con autoridades, sacerdotes y religiosos, con laicos, jĂłvenes y familias, con indĂgenas, presidiarios y migrantes. Los mensajes que dio el Papa en estos encuentros representan, sin duda alguna, una agenda para la pastoral social de la nueva evangelizaciĂłn de AmĂŠrica Latina.
[1] S.S. Francisco. (2016, Feb. 13). Viaje apostĂłlico a MĂŠxico: Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomĂĄtico. [2] Op. Cit.
PolĂtica orientada al bien comĂşn Una de las primeras actividades realizadas por el Papa Francisco en este viaje a MĂŠxico, fue el encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomĂĄtico1. En esta reuniĂłn, Francisco, hizo un llamado por la construcciĂłn de ÂŤuna polĂtica autĂŠnticamente humanaÂť, y por la promociĂłn del bien comĂşn y la dignidad de la persona humana. Para llegar a este punto, primero hizo una evaluaciĂłn de los principales problemas sociales latinoamericanos resaltando que ÂŤla experiencia nos demuestra que, cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneĂ€FLR GH XQRV SRFRV HQ GHWULPHQWR GHO ELHQ GH WRGRV WDUGH R WHPSUDQR OD YLGD HQ VRFLHGDG VH YXHOYH XQ WHUUHQR IpUWLO SDUD OD FRUUXSFLyQ HO QDUFRWUiĂ€FR OD H[FOXVLyQ GH ODV FXOWXUDV GLIHUHQWHV OD YLROHQFLD H LQFOXVR HO WUiĂ€FR GH SHUVRQDV HO VHFXHVWUR \ OD PXHUWH FDXVDQGR VXIULPLHQWR \ frenando el desarrolloÂť2. En este anĂĄlisis no le falta razĂłn al Papa Francisco, cuando corroboramos que AmĂŠrica /DWLQD SUiFWLFDPHQWH YLYH VXPLGD HQ OD FRUUXSFLyQ $Vt OR JUDĂ€Fy PX\ ELHQ HO 5DQNLQJ
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Manuel Ugarte Cornejo
de CorrupciĂłn de Transparencia Internacional3. Este concluyĂł que, de los 19 paĂses latinoameULFDQRV FD\HURQ HQ VX FDOLĂ€FDFLyQ GH SHUFHSFLyQ GH OD FRUUXSFLyQ (O FDVR PiV VRQDGR GH corrupciĂłn en esta regiĂłn ocurriĂł en Brasil y llegĂł a ocasionar la destituciĂłn de la presidenta Dilma Rousseff. En Brasil se destapĂł la gigantesca corrupciĂłn de la constructora Odebrecht que extendiĂł sus tentĂĄculos por lo menos en 10 paĂses latinoamericanos. En este tremendo escĂĄndalo, la corrupciĂłn creciĂł apaĂąada por el izquierdista Partido de los Trabajadores, y se fue H[WHQGLHQGR SRU HO UHVWR GH SDtVHV DĂ€QHV DO OODPDGR ŠVRFLDOLVPR GHO VLJOR ;;,ÂŞ Para poder superar estas situaciones, nacidas de la cerrazĂłn del individualismo, es necesario ÂŤel acuerdo de las instituciones polĂticas, sociales y de mercado; y de todos los hombres y mujeres que se comprometen en la bĂşsqueda del bien comĂşn y en la promociĂłn de la dignidad de la personaÂť4, aconsejĂł el Papa Francisco. En este esfuerzo por el bien comĂşn, los dirigentes sociales, culturales y polĂticos tienen la tarea especial de trabajar ÂŤpara ofrecer a todos los ciudadanos la oportunidad de ser dignos actores de su propio destino, en su familia y en todos los cĂrculos en los que se desarrolla la sociabilidad humana, ayudĂĄndoles a un acceso efectivo a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda adecuada, trabajo digno, alimento, justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de pazÂť5. Sin embargo, esta responsabilidad no implica darle mĂĄs poder al Estado, sino que ÂŤes una tarea que involucra a todo el pueblo [‌] en las distintas instancias, tanto pĂşblicas como privadas, tanto colectivas como individualesÂť. ÂŤEsto no es solo un asunto de leyesÂť, ni todo le corresponde al Estado, sino que necesita ÂŤde una urgente formaciĂłn de la responsabilidad personal de cada uno, con pleno respeto del otro, como corresponsable en la causa comĂşn de promover el desarrollo nacionalÂť6.
[3] Transparencia Internacional. (2017). Corruption Perceptions Index 2016. www.transparency.org. Retrieved from: https://www.transparency.org/ news/feature/corruption_perceptions_ index_2016#resources [4] S.S. Francisco. (2016, Feb. 13). Viaje apostĂłlico a MĂŠxico: Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomĂĄtico. [5] Op. Cit. [6] Op. Cit. [7] S.S Francisco. (2016, Feb. 15). Viaje apostĂłlico a MĂŠxico: Santa Misa con las comunidades indĂgenas de Chiapas (San CristĂłbal de Las Casas). [8] S.S. Francisco. (2016, Feb. 13). Viaje apostĂłlico a MĂŠxico: Encuentro con los obispos de MĂŠxico en la Catedral (Ciudad de MĂŠxico). [9] S.S. Francisco. (2016, Feb. 15). Viaje apostĂłlico a MĂŠxico: Encuentro con las familias en el estadio “VĂctor Manuel Reynaâ€? (Tuxtla GutiĂŠrrez). [10] S.S. Francisco. (2016, Feb. 15). Viaje apostĂłlico a MĂŠxico: Encuentro con las familias en el estadio “VĂctor Manuel Reynaâ€? (Tuxtla GutiĂŠrrez). [11] Op. Cit. [12] Op. Cit.
Comunidades indĂgenas En este mismo viaje mexicano, y nada menos que en el Estado de Chiapas, el Papa celebrĂł una Misa con las comunidades indĂgenas7, donde denunciĂł que muchas veces ÂŤde modo sistemĂĄtico y estructuralÂť estos pueblos ÂŤhan sido incomprendidos y excluidos de la sociedadÂť. En HVWD PLVPD UHĂ H[LyQ )UDQFLVFR FXHVWLRQy TXH HVWDV FRPXQLGDGHV KD\DQ VLGR FRQVLGHUDGDV LQferiores y los hayan despojado de sus tierras. Ante estas situaciones injustas hay que ÂŤaprender a decir “perdĂłn hermanosâ€?, el mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesitaÂť8. Completando esta visiĂłn que revalora la identidad latinoamericana, ademĂĄs de resaltar las raĂces indĂgenas, el Papa tambiĂŠn ha subrayado el enorme valor de la sĂntesis mestiza cristiana. En este sentido dijo ÂŤque son potentes raĂces antiguas, que han permitido la viva sĂntesis cristiana de comuniĂłn humana, cultural y espiritual que se forjĂł aquĂÂť9. Familias y defensa de la vida 2WUR PRPHQWR PX\ VLJQLĂ€FDWLYR GH HVWD SHUHJULQDFLyQ SDSDO KD VLGR HO Š(QFXHQWUR FRQ ODV FamiliasÂť10 donde el Papa denunciĂł cĂłmo la familia estĂĄ siendo debilitada por la modernidad y el aislamiento, asĂ como por ÂŤcolonizaciones ideolĂłgicas destructoras de la familia que es la base de toda sana sociedadÂť11 &RQ HVWDV SDODEUDV HO 3RQWtĂ€FH FULWLFy ÂłFRPR OR KD GLFKR DQWHULRUmente— al avance de la ideologĂa de gĂŠnero. Por eso, ĂŠl mismo pidiĂł a los esposos que renueven su amor todos los dĂas. ÂŤLa vida matrimonial tiene que renovarse todos los dĂas. Y como dije DQWHV SUHĂ€HUR IDPLOLDV DUUXJDGDV FRQ KHULGDV FRQ FLFDWULFHV SHUR TXH VLJDQ DQGDQGR SRUTXH HVDV KHULGDV HVDV FLFDWULFHV HVDV DUUXJDV VRQ IUXWR GH OD Ă€GHOLGDG GH XQ DPRU TXH QR VLHPSUH OHV fue fĂĄcil. El amor no es fĂĄcil; no es fĂĄcil, no, pero es lo mĂĄs lindo que un hombre y una mujer se pueden dar entre sĂ, el verdadero amor, para toda la vidaÂť12. Al parecer este mensaje calĂł hondo en los mexicanos, quienes meses despuĂŠs de la visita papal, tuvieron que enfrentar el intento del presidente Enrique PeĂąa Nieto de legalizar el ÂŤmatrimonioÂť y la adopciĂłn por parte de parejas homosexuales. MĂĄs de un millĂłn de personas, en
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[13] S.S. Francisco. (2016). Viaje apostĂłlico a MĂŠxico: Conferencia de prensa del Santo Padre durante el vuelo de regreso a Roma (17 de febrero de 2016). [14] Should Abortion Be Permitted?. (2016). Ipsos. Retrieved from: https://www.ipsos.com/sites/default/ files/2016-06/039.1-G%40-Abortion. pdf [15] CEPAL. (2017). Empoderar al 40% de jĂłvenes latinoamericanos que no trabajan en empleos formales, no cursan estudios y no siguen una formaciĂłn podrĂa activar nuevos motores de crecimiento. Retrieved from: http:// www.cepal.org/es/comunicados/empoderar-al-40-jovenes-latinoamericanos-que-trabajan-empleos-formales-cursan-estudios [16] S.S. Francisco. (2016, Feb. 15). Viaje apostĂłlico a MĂŠxico: Encuentro con las familias en el estadio “VĂctor Manuel Reynaâ€? (Tuxtla GutiĂŠrrez). [17] S.S. Francisco. (2016, Feb. 17). Visita al Centro de ReadaptaciĂłn Social (Cereso 3) de Ciudad JuĂĄrez. [18] Op. Cit.
122 ciudades, salieron a las calles para protestar contra esta pretensiĂłn. Esta multitudinaria manifestaciĂłn pro-familia recordĂł las cada vez mĂĄs frecuentes marchas en contra del aborto que se vienen multiplicando en AmĂŠrica Latina. Precisamente sobre el aborto tambiĂŠn se pronunciĂł el Papa Francisco en este viaje y dijo que ÂŤel aborto no es un mal menor: es un crimen. Es echar IXHUD D XQR SDUD VDOYDU D RWUR (V OR TXH KDFH OD PDĂ€D (V XQ FULPHQ HV XQ PDO DEVROXWRÂŞ13. En cuanto a la oposiciĂłn al aborto, AmĂŠrica Latina sigue siendo un bastiĂłn pro-vida tal como lo revelĂł una investigaciĂłn realizada por la empresa Ipsos14 quien encontrĂł que los latinoamericanos son las personas mĂĄs provida del mundo y quienes mĂĄs se oponen al aborto. El estudio se realizĂł en 23 paĂses alrededor del mundo. De todos ellos, PerĂş es la naciĂłn que registrĂł la menor aprobaciĂłn del aborto, apenas 11%. Esta cifra contrasta enormemente con los resultados en Suecia quien con un 84% es el Estado mĂĄs favorable al asesinato de niĂąos por nacer. DespuĂŠs de PerĂş, los siguientes paĂses mĂĄs provida del mundo son Brasil, MĂŠxico y Argentina. Esperanza para los jĂłvenes DespuĂŠs de las familias, el Papa hablĂł con los jĂłvenes y les dejĂł un mensaje muy fuerte, les dijo que ellos son la riqueza de la Iglesia. TambiĂŠn les advirtiĂł de la existencia de ÂŤamenazasÂť que les roban la esperanza, como la idea de que su valor depende de cosas materiales como la ropa o el auto; amenazas como la falta de oportunidades en educaciĂłn y trabajo, y tambiĂŠn la DPHQD]D GH OD YLROHQFLD HO QDUFRWUiĂ€FR \ ODV RUJDQL]DFLRQHV FULPLQDOHV Recordemos que el 25% de la poblaciĂłn latinoamericana estĂĄ conformada por adultos jĂłvenes: son 163 millones de personas con edades entre los 15 y los 29 aĂąos. De ellos, el 21% no trabajan ni estudian, y el 19% tiene empleos informales. Estas cifras son peores para las mujeres jĂłvenes porque ellas conforman el 76% de quienes no tienen empleo ni estudian. A esto hay que sumarle el hecho de que durante el 2016 la economĂa latinoamericana mostrĂł, por segundo aĂąo consecutivo, ÂŤun crecimiento negativo y un ritmo de contracciĂłn al que no se asistĂa en la regiĂłn desde principios de la dĂŠcada de los 80Âť15. ÂżCĂłmo pueden los jĂłvenes mantener la esperanza en medio de tantas amenazas? El Papa respondiĂł esta pregunta no con una palabra, sino con una persona: Jesucristo. ÂŤEs Jesucristo —dijo Francisco— el que desmiente todos los intentos de hacerlos inĂştiles, o meros mercenarios de ambiciones ajenas. Son las ambiciones ajenas las que a ustedes los marginan, para usarlos en todas estas cosas que yo dije —que saben— y que terminan en la destrucciĂłn. Y el Ăşnico que me puede tener bien fuerte de la mano: es Jesucristo; Él hace que esta riqueza se transforme en esperanzaÂť16. El Papa en la cĂĄrcel Otra escena de fuerte mensaje social en esta visita papal, fue la imagen de Francisco ingresando a una cĂĄrcel, nada menos que en ciudad JuĂĄrez, una de las ciudades mĂĄs peligrosas del mundo. En el Centro de ReinserciĂłn Social nĂşmero 3, Francisco recorriĂł las instalaciones carcelarias, bendijo una capilla y escuchĂł los testimonios de hombres y mujeres recluidos. El mensaje que el Santo Padre les dejĂł aquel dĂa se resume en estas palabras: ÂŤustedes han conocido la fuerza del dolor y del pecado, no se olviden que tambiĂŠn tienen a su alcance la fuerza de la resurrecciĂłn, la fuerza de la misericordia divina que hace nuevas todas las cosasÂť17. Š/D PLVHULFRUGLD ÂłDxDGLy HO 3RQWtĂ€FHÂł QRV UHFXHUGD TXH OD UHLQVHUFLyQ QR FRPLHQ]D DFi en estas paredes; sino que comienza antes, comienza “afueraâ€?, en las calles de la ciudadÂť. ÂŤLa reinserciĂłn social comienza insertando a todos nuestros hijos en las escuelas, y a sus familias en trabajos dignos, generando espacios pĂşblicos de esparcimiento y recreaciĂłn, habilitando instancias de participaciĂłn ciudadana, servicios sanitarios, acceso a los servicios bĂĄsicos, por nombrar solo algunas medidas. AhĂ empieza todo proceso de reinserciĂłnÂť18. Pero todo este esfuerzo no puede sostenerse Ăşnicamente en un esfuerzo meramente humano, sino que necesita de la gracia y la misericordia de Dios. Por eso el Santo Padre aĂąadiĂł que
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Manuel Ugarte Cornejo
«La preocupación de Jesús por atender a los hambrientos, a los sedientos, a los sin techo o a los presos (Mt 25,34-40), era para expresar las entrañas de misericordia del Padre, que se vuelve un imperativo moral para toda sociedad que desea tener las condiciones necesarias para una mejor convivencia»19. Migración forzada: crisis humanitaria En ciudad de Juárez, Francisco no pudo dejar de mencionar la migración forzada a la que FDOLÀFy GH ©FULVLV KXPDQLWDULDª \ ©WUDJHGLD KXPDQDª /D UHVSXHVWD TXH SLGLy DQWH HVWH GUDPD IXH «el don de la conversión», porque solo así podremos descubrir que «siempre hay un tiempo de cambiar, siempre hay una salida y siempre hay una oportunidad»20. Esa «nueva oportunidad» muchas personas la han encontrado gracias a la labor social de la Iglesia Católica. Por eso el Papa agradeció y alentó el trabajo en favor de «los derechos de los migrantes» que realizan muchas organizaciones de la sociedad civil y también religiosos y laicos «en la defensa de la vida», arriesgando incluso la suya propia. «Con sus vidas son profetas de misericordia, son el corazón comprensivo y los pies acompañantes de la Iglesia que abre sus brazos y sostiene»21, dijo en una Misa a la que asistieron más de dos mil personas acogidas en casas de migrantes que gestiona la Iglesia Católica en México.
[19] Op. Cit. [20] S.S. Francisco. (2016, Feb. 17). Viaje apostólico a México: Santa Misa en el área de la feria de Ciudad Juárez. [21] Op. Cit. [22] S.S. Francisco. (2016, Feb. 17). Viaje apostólico a México: Encuentro con el mundo del trabajo en el Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua (Ciudad Juárez). [23] Op. Cit. [24] Op. Cit. [25] S.S. Francisco. (2016). Viaje apostólico a México: Conferencia de prensa del Santo Padre durante el vuelo de regreso a Roma (17 de febrero de 2016).
Doctrina Social para la empresa y el trabajo En otro aspecto de su visita, cuando tuvo la oportunidad de dirigirse a personas del mundo del trabajo, de la empresa y la economía22, Francisco les propuso que apliquen la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia para vencer «el paradigma de la utilidad económica» que lamentablemente se ha convertido en el «principio de las relaciones personales». Este paradigma reinante en la mentalidad moderna «propugna la mayor cantidad de ganancias posibles, a cualquier tipo de costo y de manera inmediata» y «no solo provoca la pérdida de la dimensión ética de las empresas, sino que olvida que la mejor inversión que se puede realizar es invertir en la gente, en las personas, en las familias»23. Ante esta situación, la misión de la «Doctrina Social de la Iglesia es velar por la integridad de las personas y de las estructuras sociales». «Cada vez que, por diversas razones, ésta se vea amenazada, o reducida a un bien de consumo, la Doctrina Social de la Iglesia será voz profética que nos ayudará a todos a no perdernos en el mar seductor de la ambición»24. Este fue uno de los últimos mensajes que el Papa dejó en México. Al día siguiente, el 18 de febrero, regresó a Roma, pero antes de irse resumió su experiencia de este viaje diciendo unas palabras que bien podrían extenderse a toda América Latina: « […] la noche nos puede parecer enorme y muy oscura, pero en estos días he podido constatar que en este pueblo existen muchas luces que anuncian esperanza; he podido ver en muchos de sus testimonios, en sus rostros, la presencia de Dios que sigue caminando en esta tierra, guiándolos y sosteniendo la esperanza»25.
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LA FAMILIA Y SU CONTRIBUCIĂ“N AL DESARROLLO ECONĂ“MICO: UNA APROXIMACIĂ“N DESDE LAS ACTUALES TENDENCIAS SOCIO DEMOGRĂ FICAS MagĂster Rodolfo JosĂŠ Castro Salinas1
[1] MagĂster en Ciencias para el Matrimonio y la Familia por el Pontificio Instituto Juan Pablo II de la Universidad Lateranense de Roma. Director del Instituto para el Matrimonio y la Familia de la Universidad CatĂłlica San Pablo. [2] Naciones Unidas, “DeclaraciĂłn Universal de los Derechos Humanosâ€?. [3] Fernando Pliego, Familias y bienestar en sociedades democrĂĄticas: El debate cultural del siglo XXI (MĂŠxico: Miguel Angel PorrĂşa, 2012), 25. [4] The World Values Survey, Encuesta Mundial de Valores, http://www.worldvaluessurvey.org/.
Es en nuestra ĂŠpoca en la que mĂĄs se ha cuestionado la existencia del matrimonio y la familia como instituciones necesarias e importantes para las sociedades actuales. No pocas veces KDQ VLGR WHUJLYHUVDGRV VXV YHUGDGHURV VLJQLĂ€FDGRV VXUJLHQGR FRPR FRQVHFXHQFLD GLYHUVDV ÂŤformas familiaresÂť sustitutas que argumentan que el matrimonio y la familia son instituciones obsoletas. Toda esta situaciĂłn genera dudas en el comĂşn de las personas y lleva a preguntarnos sobre si la familia es una instituciĂłn que en el pasado fue importante, pero que hoy ha dejado GH VHUOR VREUH FXiOHV VRQ HVWDV WHQGHQFLDV VRFLR GHPRJUiĂ€FDV GH ODV VRFLHGDGHV GHO ,,, PLOHQLR y las repercusiones de ĂŠsta ola de transformaciones sociales, si acaso existirĂĄ alguna estructura familiar capaz de generar mejores indicadores de bienestar para la persona y la sociedad, o si tendrĂĄ algo que ver la familia y la natalidad con la economĂa. Frente a estas interrogantes, las FLHQFLDV VRFLDOHV YLHQHQ DSRUWDQGR LQQXPHUDEOHV LQYHVWLJDFLRQHV FRQ DOWR ULJRU FLHQWtĂ€FR TXH demuestran categĂłricamente, no solo la importancia, sino la necesidad vital de la instituciĂłn familiar para el verdadero desarrollo de las naciones. En 1948 la OrganizaciĂłn de las Naciones Unidas proclamĂł la DeclaraciĂłn Universal de los Derechos Humanos, \ HQ VX DUWtFXOR LQFLVR VH DĂ€UPD Š/D IDPLOLD HV HO HOHPHQWR QDWXUDO \ fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protecciĂłn de la sociedad y del EstadoÂť2. Llama la atenciĂłn que Ăşnicamente la instituciĂłn familiar sea referida como objeto de protecciĂłn de derecho3, entonces ÂżCuĂĄl es la importancia de la familia y en quĂŠ radica su carĂĄcter insustituible? ÂżQuĂŠ la hace tan necesaria que pese al cambio de ĂŠpoca sigue siendo una instituciĂłn indispensable? SegĂşn la Encuesta Mundial de Valores 20084, —la de mayor reconocimiento DFDGpPLFRÂłFRQFOX\H TXH OD IDPLOLD HV HO UHIHUHQWH GH YDORU PiV DSUHFLDGR \ VLJQLĂ€FDWLYR SDUD los ciudadanos, el 89.7% de los 56 paĂses estudiados considera a la familia como el tema mĂĄs importante de sus vidas. Actualmente nos encontramos con sociedades marcadas por una creciente pluralidad y complejidad en estructuras familiares. Algunos autores a inicios del siglo XX han propuesto la pĂŠrdida de la importancia de la familia y amparĂĄndose en premisas evolucionistas, la han
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[5] Juan Manuel Burgos, DiagnĂłstico sobre la Familia (Madrid: Palabra, 2004), 50-62. [6] Pierpaolo Donati, “La famiglia risorsa della societaâ€?, Familia et Vita, Nro 2-3 (2012): 35. [7] Bradford Wilcox, El matrimonio importa: veintisĂŠis conclusiones de las ciencias sociales (Estados Unidos: Social Trends Institute, 2006), 5. [8] Rodolfo J. Castro Salinas y Walter Arias, IntegraciĂłn familiar y variables socio-econĂłmicas, Revista de InvestigaciĂłn de la Universidad San Pablo, Nro. 4 (2013): 35-66. [9] Ver por ejemplo: Fernando Pliego, Familias y bienestar en sociedades democrĂĄticas: El debate cultural del siglo XXI (MĂŠxico: Miguel Angel PorrĂşa, 2012), 25. Bradford Wilcox, El matrimonio importa: veintisĂŠis conclusiones de las ciencias sociales (Estados Unidos: Social Trends Institute, 2006). Bradford Wilcow y Carlos CavallĂŠ, El Dividendo DemogrĂĄfico Sostenible ÂżQuĂŠ tiene que ver el matrimonio y la fecundidad con la EconomĂa? (Estados Unidos: Social Trends Institute, 2011). [10] Kristin Anderson, Susan Jekielek y Carol Emig, Marriage from a Child’s Perspective, Research Brief, June (2002):6.
Rodolfo JosĂŠ Castro Salinas
FDOLĂ€FDGR FRPR LQVWLWXFLyQ GHO SDVDGR SXHV SDUD TXH HO SURFHVR GH PRGHUQL]DFLyQ VH DĂ€UPH la familia necesita ser reducida y estar limitada a la esfera privada siendo la Ley de la contracciĂłn de 'XUNKHLP XQ UHĂ HMR GH HVWD SHUVSHFWLYD5. En esta misma lĂnea el profesor Donati, durante su intervenciĂłn en el VII Encuentro Mundial de las Familias, se preguntaba si la familia es todavĂa un recurso para la persona y la sociedad6 o si se trata mĂĄs bien de una instituciĂłn que fue muy importante en el pasado, pero que se ha convertido incluso en un obstĂĄculo porque impide la emancipaciĂłn de los individuos en el advenimiento de una sociedad cada vez mĂĄs libre, inclusiva, igualitaria y democrĂĄtica. Existen otros representantes mĂĄs radicales, como Ulrich Beck y Elisabeth Beck-Gernsheim, quienes se oponen frontalmente a la instituciĂłn familiar y hablan de la ÂŤnecesariaÂť desestabilidad familiar porque asĂ los niĂąos estarĂĄn ÂŤpreparadosÂť para HQIUHQWDU ODV GLĂ€FXOWDGHV GH XQD VRFLHGDG PRGHUQD \ FDGD YH] PiV FRPSOHMD7. Se puede apreciar cĂłmo en las sociedades del siglo XXI se vienen incrementado arreglos sociales cada vez mĂĄs comunes, con mayor aceptaciĂłn y con un fuerte impacto —por cierto, nada positivo— para la vida de las personas y el bienestar de las sociedades; estamos hablando, por ejemplo, de parejas que cohabitan sin ningĂşn tipo de compromiso y de modo privado sin reconocimiento jurĂdico, familias desintegradas por el divorcio donde la propia separaciĂłn genera distancia y el progresivo abandono de la responsabilidad paterna (situaciĂłn que se agrava con las nuevas nupcias de los padres), nuevas uniones donde uno o ambos miembros ya vienen con hijos de matrimonios o uniones previas, familias con un solo padre biolĂłgico o matrimonios que desde sus inicios se han negado a toda posibilidad procreadora, entre otras situaciones que forman parte del variado menĂş social que nos muestra la sociedad del III Milenio8. El panorama descrito, ha convertido a la instituciĂłn familiar en un objeto muy interesante de estudio, pues no pocos nos hemos preguntado si la familia es realmente tan importante como parece. Ya son numerosas las investigaciones acadĂŠmicas9 que vienen demostrando los HIHFWRV GH HVWD QXHYD ROD GH WHQGHQFLDV VRFLR GHPRJUiĂ€FDV TXH KDQ JHQHUDGR HVWLORV GH YLGD y patrones de comportamiento con un enorme impacto cultural, lo cierto es que la desestructuraciĂłn de la familia no ha mejorado para nada las condiciones y bienestar de la persona huPDQD VLQR WRGR OR FRQWUDULR ODV KDQ HPSHRUDGR VLJQLĂ€FDWLYDPHQWH \ ODV UHSHUFXVLRQHV HQ ORV diversos ĂĄmbitos de la sociedad son, hoy en dĂa, parte de una compleja realidad. Las ciencias VRFLDOHV KDQ DSRUWDGR LQQXPHUDEOHV HVWXGLRV DO UHVSHFWR KD\ XQD IXHUWH HYLGHQFLD FLHQWtĂ€FD resultado de serias investigaciones, que demuestran que los niĂąos tienen mĂĄs posibilidades de desarrollarse cuando son educados por ambos padres biolĂłgicos y son capaces de mantener un compromiso estable en el tiempo. Uno de los estudios publicado por The Child Trends concluyĂł: ÂŤlas investigaciones demuestran claramente que los niĂąos dan importancia a la estructura familiar, y la estructura familiar que mĂĄs ayuda a los niĂąos es una familia encabezada por ambos padres biolĂłgicosÂť10. Los hijos necesitan una estructura estable, se sabe, por ejemplo, que su rendimiento acadĂŠmico estĂĄ muy correlacionado con la estructura familiar y esto es fundamental para el desarrollo del niĂąo y la adquisiciĂłn del capital humano del cual se beneĂ€FLD WRGD OD VRFLHGDG Una de las ciencias sociales que mucho ha investigado los efectos de la desestructuraciĂłn familiar y las repercusiones de los actuales niveles de natalidad: es la economĂa, ciencia que esencialmente se dedica a establecer modelos, normas y teorĂas de producciĂłn y distribuciĂłn de bienes para satisfacer de manera correcta las necesidades y deseos del ser humano. La labor y actividad econĂłmica debe desarrollarse dentro de la esfera del orden moral segĂşn la justicia VRFLDO FRQVLGHUDQGR VXV OtPLWHV PpWRGRV HVSHFtĂ€FRV \ GHEH HVWDU RULHQWDGD VLHPSUH DO VHUYLFLR de las personas posibilitando que los bienes y servicios sean accesibles a todos de una manera
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[11] Concilio Vaticano II, Const. past Gaudium et spes, 63. [12] Gary Becker, Capital humano y pobreza, en LexicĂłn: tĂŠrminos ambiguos y discutidos sobre familia, vida y cuestiones ĂŠticas, por Consejo Pontificio para la Familia. (Madrid: Palabra, 2004), 87-92. [13] Gary Becker, Tratado sobre la familia (Estados Unidos: Alianza Editorial, 1987). [14] Gary Becker, Capital humano y pobreza, en LexicĂłn: tĂŠrminos ambiguos y discutidos sobre familia, vida y cuestiones ĂŠticas, por Consejo Pontificio para la Familia. (Madrid: Palabra, 2004), 87-92.
justa y responsable. En tal sentido, el corazĂłn del desarrollo social radica en el reconocimiento y promociĂłn de la dignidad del ser humano y, la obtenciĂłn de bienes tiene como objeto ÂŤservir SDUD DOJRÂŞ \ QR SXHGH VHU XQ Ă€Q HQ Vt PLVPR Š(O VHU KXPDQR HV HO DXWRU HO FHQWUR \ Ă€Q GH la vida econĂłmicaÂť11. Uno de los servicios de la economĂa es la bĂşsqueda de la reducciĂłn de los niveles actuales de pobreza en el mundo y se sabe que hay una fuerte correlaciĂłn entre los niveles de pobreza e inversiĂłn en capital humano12. El Premio Nobel de economĂa Gary %HFNHU DĂ€UPy SUHFLVDPHQWH TXH ŠOD IDPLOLD HV HO IXQGDPHQWR GHO FDSLWDO KXPDQR \ GH OD HFRnomĂaÂť13, centrĂł su estudio en la necesidad que tiene toda persona de cubrir sus necesidades IXQGDPHQWDOHV SDUD SRGHU VREUHYLYLU DO KDFHUOR FRQVLJXH XQ QLYHO GH EHQHĂ€FLR \ HOOR SRVLELOLWD la generaciĂłn de riqueza; pero como los recursos son escasos y limitados, a diferencia de las QHFHVLGDGHV HO VHU KXPDQR GHEH VHU LQWHOLJHQWH FUHDWLYR \ HĂ€FLHQWH SDUD REWHQHU PD\RUHV QLveles de utilidad en situaciones adversas. En tal sentido, el capital humano comprende todas las destrezas, talentos y capacidades que la persona tiene al momento de su nacimiento y que las YD DWHVRUDQGR GXUDQWH HO GHVDUUROOR GH VX YLGD JHQHUDQGR HĂ€FLHQFLD \ SRVLELOLGDG GH XQD PD\RU productividad. Se estima que el capital humano en un paĂs desarrollado bordea el 80% de su riqueza. Entonces, la familia aporta de manera exclusiva recursos importantes para el capital humano y ĂŠste es fundamental para el desarrollo econĂłmico de las naciones. Considerando los trabajos de G. Becker, algunos investigadores han estudiado la causa del comportamiento econĂłmico de mĂĄs de cien paĂses en los aĂąos cincuenta, llegando a plantearse inicialmente una serie de preguntas: ÂżPor quĂŠ paĂses como TaiwĂĄn pasaron de tener una economĂa pobre a ser considerados hoy en dĂa como un ÂŤestado ricoÂť? ÂżPor quĂŠ paĂses como Nigeria han permanecido en el mismo y lamentable estado de pobreza? y ÂżPor quĂŠ paĂses como Argentina han visto descender su economĂa considerablemente en menos de cinco dĂŠcadas? Casi todos los estudios concluyeron que la administraciĂłn de la educaciĂłn y la salud son facWRUHV GHFLVLYRV SDUD HO GHVDUUROOR GH ODV QDFLRQHV DXQTXH FRQ HVWR QR VH DĂ€UPD TXH VHDQ ORV Ăşnicos factores a considerar. El siguiente grupo de preguntas estuvieron dirigidas a conocer la naturaleza del capital humano: ÂżDe dĂłnde proviene el capital humano? ÂżCuĂĄl es la fuente de este importante factor de desarrollo? ÂżQuĂŠ instituciĂłn ha brindado de manera desinteresada y permanente en el tiempo, en la historia y en las civilizaciones este tan necesario recurso? La respuesta fue contundente: la familia. De los resultados obtenidos de estos estudios, se puede concluir particularmente dos cosas: Primero: la educaciĂłn, es un importante factor para la obtenciĂłn de capital humano y, segundo: la familia es el fundamento de una sociedad sana y en ella radica el ĂŠxito de la economĂa de las naciones14. %DMR HVWD SHUVSHFWLYD SRGHPRV DĂ€UPDU TXH OD HFRQRPtD OD IDPLOLD \ OD SHUVRQD VRQ UHDOLGDGHV TXH VH HQFXHQWUDQ H LQĂ X\HQ GH PRGR TXH VL OD HFRQRPtD EXVFD OD PD[LPL]DFLyQ GH OD productividad, la familia se encuentra en la capacidad de generar mejores y mayores niveles de HĂ€FLHQFLD HQ ODV SHUVRQDV \ HVWR SHUPLWH D VX YH] LQFUHPHQWDU FRQVLGHUDEOHPHQWH OD ULTXH]D de las naciones. La familia brinda un gran aporte en la formaciĂłn del capital humano, de esta forma, el trabajo y dedicaciĂłn de los padres por sus hijos se traduce en una desmedida atenciĂłn por su bienestar fĂsico, afectivo, emocional y espiritual, siendo factores que no los aporta ni el Estado, ni instituciĂłn civil alguna, sino principalmente los padres de familia: primeros LQWHUHVDGRV HQ RIUHFHUOHV D VXV KLMRV PHMRUHV HVWiQGDUHV GH YLGD 3RU OR DĂ€UPDGR OD IDPLOLD HV importante no solo para la sociedad en general, sino que ademĂĄs ocupa un papel crucial en la vida econĂłmica de los Estados, y es un autĂŠntico motor que impulsa la vivencia de la responsabilidad, solidaridad y servicio entre sus miembros.
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[15] Wendy Manning y Pamela Smock, First comes cohabitation, then comes marriage? Journal of Family Issues, Nro. 23 (2002): 1065- 1087. [16] Adam Thomas e Isabel Sawhill, “For richer of for poorer: marriage as an antipoverty strategyâ€?, Journal of policy analysis and management, Nro. 21(2002): 587-599. [17] Larry Bumpass y Hsien-Hen Lu, “Trends in cohabitation and implications for children’s family contexts in the United Statesâ€?, Population Studies, Nro. 54 (2000): 59-41. [18] Bradford Wilcox y Carlos CavallĂŠ, El Dividendo DemogrĂĄfico Sostenible ÂżQuĂŠ tiene que ver el matrimonio y la fecundidad con la EconomĂa? (Estados Unidos: Social Trends Institute, 2011). [19] Patrick Heuveline, Jeffry Timberlake y Frank Furstenberg, “Shifting childrearing to single mothers: results from 17 western countriesâ€?, Population and development review, Nro. 29 (2003): 47-71. [20] NOTIFAM, Estudio: El matrimonio disminuye la pobreza entre los niĂąos en dos terceras partes. http://notifam.com/2011/el-matrimonio-disminuye-la-pobreza-entre-los-ninos-en-dos-terceras-partes-estudio/ [21] Patricia Schnitzer y Bernard Ewigman, Child deaths resulting from inflicted injuries: household risk factors and perpetrator characteristics, Pediatrics, Nro. 116(2005): 687-693. [22] Brian M. D’Onofrio, A genetically informed study of the processes underlying the association between parental marital instability and offspring life course patterns, Developmental psychology (2005). Este estudio es muy relevante porque eliminĂł sesgos de origen y factores genĂŠticos que podrĂa alterar los resultados del estudio.
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Una sociedad desintegrada familiarmente es una sociedad enferma y dĂŠbil. Desde una mirada econĂłmica las consecuencias de esta realidad pueden ser analizadas a partir de cuatro WHQGHQFLDV VRFLR GHPRJUiĂ€FDV WRGDV HOODV HVWUHFKDPHQWH UHODFLRQDGDV OD GLVPLQXFLyQ GHO PDtrimonio y el incremento de uniones libres, las secuelas del divorcio en los cĂłnyuges e hijos, la baja tasa de natalidad y el aumento de hogares monoparentales. Diversas investigaciones demuestran, de manera concluyente, que la ruptura matrimonial y los nacimientos fuera del compromiso esponsal tienen serios efectos en el entorno econĂłmico GH ORV KLMRV \ GH ORV SURJHQLWRUHV ORV HVWXGLRV PXHVWUDQ XQD LPSRUWDQWH UHODFLyQ VLJQLĂ€FDWLYD y positiva entre composiciĂłn familiar y niveles de riqueza15, en el mismo sentido Thomas y Sawhill atribuyen como causa de la pobreza infantil el incremento de la monoparentalidad16 advirtiendo que cuando los hijos provienen de estructuras familiares constituidas por padres que viven en uniĂłn libre o convivencia, tienen mayor probabilidad de vivir escenarios de pobreza en algĂşn perĂodo de sus vidas. La otra cara de la moneda la rige el comportamiento de los matrimonios estables, ya que, en general la estructura familiar cimentada en compromisos permanentes acumula mayor ingreso en comparaciĂłn a otro tipo de arreglos sociales17. Wilcox y CavallĂŠ despuĂŠs de haber analizado y comparado informaciĂłn de diecinueve paĂses, concluyeron: los hombres casados son mĂĄs productivos, trabajan mejor, por lo general son mĂĄs responsables, buscan estabilidad laboral y consiguen mayormente mejores niveles salariales18. InformaciĂłn semejante fue publicada por el Population and Development Review Nro. 29, que recogiĂł informaciĂłn de diecisiete paĂses, las conclusiones fueron muy parecidas: los hombres casados obtienen en promedio 23% mejores ingresos que sus pares solteros19, la razĂłn Ăşltima de esta tendencia —segĂşn los estudiosos— se explicarĂa principalmente por el dinamismo propio de la relaciĂłn esponsal que estarĂa generando un comportamiento mĂĄs estable, responsable, sano y productivo. /DV FRQVHFXHQFLDV TXH VH GHULYDQ SRU ORV EHQHĂ€FLRV GHO PDWULPRQLR VH UHĂ HMDQ HQ GLYHUVRV espacios, para Lerman la situaciĂłn econĂłmica de las mujeres de escasos recursos mejora signiĂ€FDWLYDPHQWH GHVSXpV GHO PDWULPRQLR /RV UHVXOWDGRV VHxDODQ TXH HQ JHQHUDO ODV SHUVRQDV FDVDGDV WLHQGHQ D FRPSDUWLU PiV VXV ORJURV \ EHQHĂ€FLRV OOHYDQGR XQ HVWLOR GH YLGD PiV FRQVHQsuado y responsable; sin embargo este comportamiento no se aplicarĂa en aquellas estructuras donde el primer hijo nace antes del vĂnculo esponsal. SegĂşn Pat Fagan ÂŤcontar con la seguridad del matrimonio para la crianza de los niĂąos, es vital para reducir la dependencia en los programas de bienestar pĂşblico del gobierno, los cuales tienen un costo para el contribuyente en por lo menos $112 billones USD anualmenteÂť20. El matrimonio posibilita un comportamiento HFRQyPLFR \ Ă€QDQFLHUR SUXGHQWH H LQFUHPHQWD FRQVLGHUDEOHPHQWH ORV QLYHOHV GH LQYHUVLyQ GH la pareja. Sharpe indica —en la misma lĂnea — los efectos de la activaciĂłn econĂłmica cuando hombres y mujeres se casan y tienen hijos. Las secuelas de la ruptura esponsal han sido un fenĂłmeno muy bien desarrollado por las ciencias sociales. La evidencia empĂrica muestra los efectos negativos en cuanto al desarrollo GH ORV KLMRV VH UHĂ€HUH VH FRQRFH TXH HO GLYRUFLR GH ORV SDGUHV HVWi PX\ FRUUHODFLRQDGR FRQ al bajo rendimiento acadĂŠmico de los hijos en la etapa escolar, situaciĂłn muy asociada a la pertenencia de pandillas, y verse involucrados en comportamientos delictivos y adicciones de sustancias tĂłxicas. Estos resultados son compatibles con los hallazgos de Schnitzer21 quiĂŠn despuĂŠs de haber realizado un estudio comparativo entre hijos de padres divorciados e hijos provenientes de hogares donde un progenitor habĂa fallecido, concluyĂł que el rendimiento DFDGpPLFR GH ORV VHJXQGRV HV VLJQLĂ€FDWLYDPHQWH PD\RU HQ FRPSDUDFLyQ GH ORV SULPHURV %ULDQ M. D’onofrio desarrollĂł extensamente cĂłmo los efectos de la separaciĂłn de los padres afecta en general la formaciĂłn y constituciĂłn de la identidad de los hijos22.
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[23] Bradford Wilcox y Carlos CavallĂŠ, El Dividendo DemogrĂĄfico Sostenible ÂżQuĂŠ tiene que ver el matrimonio y la fecundidad con la EconomĂa?, Estados Unidos: Social Trends Institute, 2011.
Las consecuencias negativas de la separaciĂłn de los esposos no solo afectan a los hiMRV WDPELpQ HVWDUtD DĂ LJLHQGR OD SURGXFWLYLGDG \ HO GHVHPSHxR ODERUDO GH ORV SDGUHV HOOR VLQ considerar los enormes costos sociales que acarrea. Fagan, por ejemplo, hace notar cĂłmo el matrimonio es un importante factor generador de desarrollo econĂłmico, y el divorcio atenĂşa considerablemente este agente ocasionando trabajadores mĂĄs insatisfechos y menos productivos. En tal sentido, el estado civil de los trabajadores es un aspecto a considerar al momento de evaluar el desempeĂąo laboral, y el matrimonio estĂĄ en la capacidad de aportar un componente DIHFWLYR HVWDELOL]DGRU TXH LQĂ X\H HQ VX ODERU \ HO ELHQHVWDU GH OD RUJDQL]DFLyQ (V IXQGDPHQWDO conciliar, armonizar e integrar la vida familiar y el entorno laboral. La riqueza de los paĂses depende en buena parte de la salud de las familias, ĂŠste ha sido uno de los mĂĄs importantes hallazgos del Sustainable Demographic Dividend despuĂŠs de contrastar la VLWXDFLyQ HFRQyPLFD PXQGLDO FRQ ODV DFWXDOHV WHQGHQFLDV VRFLR GHPRJUiĂ€FDV PDQLIHVWDQGR que existe una considerable reducciĂłn en las poblaciones econĂłmicamente activas como conVHFXHQFLD GH ORV EDMRV QLYHOHV GH QDWDOLGDG \ HO LQFUHPHQWR VLJQLĂ€FDWLYR GH DQFLDQRV GHSHQGLHQtes, a ello se suma el aumento de niĂąos nacidos fuera del matrimonio. Este informe multi-paĂs VH EDVD HQ OD Ă€UPH UHODFLyQ TXH WLHQH HO PDWULPRQLR \ OD IHUWLOLGDG FRQ OD HFRQRPtD GH ODV QDFLRnes, confrontando ademĂĄs las ideas neomaltusianas que atribuyen al crecimiento poblacional la causa de la pobreza en el mundo. Lamentablemente, muchos paĂses vienen atravesando un persistente descenso en sus niveles de natalidad, llegando por debajo de los niveles que garantiza el recambio generacional. SegĂşn la informaciĂłn brindada por el DDS, la media de la mujer de un paĂs desarrollado tiene en promedio 1.66 hijos a lo largo de su vida, esta tendencia se ha extendido en las naciones denominadas en ÂŤvĂas de desarrolloÂť y el nĂşmero de nacimientos por mujer en la Ăşltima dĂŠcada decayĂł considerablemente de 6 a 2 hijos en promedio23. Los estudios seĂąalan que paĂses que han experimentado un importante descenso en sus niveles de natalidad en las Ăşltimas dĂŠcadas, han cursado un sustancial auge econĂłmico en un primer periodo, situaciĂłn explicada por el incremento del consumo, mayor posibilidad de inversiĂłn econĂłmica por hijo, menor cantidad de hijos que mantener y mĂĄs pronta reinserciĂłn GH OD PXMHU HQ HO PXQGR ODERUDO IHQyPHQR TXH DFWLYy FXDQWLRVDPHQWH OD HFRQRPtD \ GLYHUVLĂ€cĂł distintos mercados permitiendo invertir mĂĄs recursos, tiempo y dinero por niĂąo, situaciĂłn que posibilitĂł mejorar sustancialmente el nivel educativo, estĂĄndares de salud y posibilidad de acceso a empleos mejor remunerados. Sin embargo, un anĂĄlisis econĂłmico a largo plazo, como el desarrollado por Dr. David Bloom, permite comprender cĂłmo el ciclo econĂłmico debe ser analizado en un horizonte temporal adecuado para evaluar las reales y enteras consecuencias del descenso de la natalidad; para Bloom el llamado ÂŤmilagro econĂłmicoÂť no es para QDGD EHQHĂ€FLRVR SULQFLSDOPHQWH SRU OD GHVYHQWDMD GHPRJUiĂ€FD RFDVLRQDGD HV GHFLU EDMRV niveles de mano de obra que se requieren para garantizar los niveles de producciĂłn alcanzados; este sinceramiento del ciclo econĂłmico viene ocurriendo en el este asiĂĄtico en la Ăşltima GpFDGD \ VRQ XQD PXHVWUD IHKDFLHQWH GH ODV FRQVHFXHQFLDV GHO FRPSRUWDPLHQWR GHPRJUiĂ€FR \ VX LQĂ XMR HQ HO GHVDUUROOR HFRQyPLFR GH ODV QDFLRQHV Si este es el panorama de muchas de las sociedades actuales, ÂżPor quĂŠ entonces no se actĂşa en consecuencia haciendo frente a lo que la evidencia claramente muestra? Muchos paĂses como los ya estudiados, con vigentes escenarios adversos a la instituciĂłn familiar y con DFWXDOHV QLYHOHV GH QDWDOLGDG SRU GHEDMR GH OD WDVD GH UHSRVLFLyQ VH YHUtDQ EHQHĂ€FLDGRV FRQ HO fortalecimiento de la familia: instituciĂłn pilar en la estructura educativa y calidad de vida de sus miembros. AĂąos atrĂĄs, la familia era una instituciĂłn consolidada, estadĂsticamente fuerte, econĂłmicamente importante y socialmente relevante para las naciones; las funciones de la
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llamada cĂŠlula fundamental de la sociedad eran vitales para la sobrevivencia de la estructura social. Hoy, los conceptos de matrimonio y familia han sido desvalorados y tergiversados por gran parte de la sociedad, los matrimonios ya no son para siempre, son quebrantables, los hijos SDVDURQ GH VHU IUXWRV GHO DPRU D VRODPHQWH XQD RSFLyQ SRU FRQYHQLHQFLD ODV SDUHMDV SUHĂ€HUHQ uniones libres sin compromiso y, como consecuencia directa, los niĂąos crecen cada vez mĂĄs en hogares monoparentales o desintegrados. La evidencia empĂrica es contundente, los efectos de HVWDV WHQGHQFLDV VRFLR GHPRJUiĂ€FDV VRQ ODPHQWDEOHV SDUD OD SHUVRQD HO PDWULPRQLR OD IDPLOLD y la sociedad. Muchos estudios demuestran contundentemente que la familia ha sido, es y seguirĂĄ siendo el corazĂłn de la cultura y la Ăşnica posibilidad de lograr una verdadera civilizaciĂłn del amor, cuando el corazĂłn estĂĄ enfermo, el cuerpo en su totalidad se resiente, cae y enferma inevitablemente. La importancia de la familia no radica en su utilidad porque sus miembros no son objetos, sino personas; la familia es por tanto un bien en sĂ misma y solo cuando sea comprendida, valorada y atendida por lo que es, cosecharemos los buenos y abundantes frutos que todos esperamos. 5HIHUHQFLDV ELEOLRJUiÂżFDV % Anderson, Kristin. Jekielek, Susan y Emig, Carol. Marriage from a Child’s Perspective, Research Brief, June (2002):6. % Becker, Gary. Capital humano y pobreza, LexicĂłn: tĂŠrminos ambiguos y discutidos sobre familia, vida y cuestiones ĂŠticas, HGLWDGR SRU &RQVHMR 3RQWLĂ€FLR SDUD OD )DPLOLD 0DGULG 3DODEUD 2004. % Becker, Gary. Tratado sobre la familia. Estados Unidos: Alianza Editorial, 1987. % Bumpass, Larry y Lu, Hsien-Hen. Trends in cohabitation and implications for children’s family contexts in the United States, Population Studies, Nro. 54 (2000): 59-41. % Burgos, Juan Manuel. DiagnĂłstico sobre la Familia. Madrid: Palabra, 2004. % Castro, Rodolfo y Arias, Walter. IntegraciĂłn familiar y variables socio-econĂłmicas, Revista de InvestigaciĂłn de la Universidad CatĂłlica San Pablo, (artĂculo aceptado para publicar), Nro. 4 (2013). % ConstituciĂłn pastoral Gaudium et spes, Concilio Vaticano II, editado por la Santa Sede, numeral 63. Madrid: Biblioteca de autores Cristianos, 2002. % Donati, Pierpaolo. La famiglia risorsa della societa, Familia et Vita, Nro 2-3 (2012): 35. % D’Onofrio, Brian M. A genetically informed study of the processes underlying the association between parental marital instability and offspring life course patterns, Developmental psychology (2005). % Fagan, P. Kitt, A. y Potrykus. H. Marriage and economic Well-Being: The economy of the family rises or falls with marriage, Marriage and Religion Research Institute (2011). % Heuveline, Patrick; Timberlake, Jeffry y Furstenberg, Frank. Shifting childrearing to single mothers: results from 17 western countries, Population and development review, Nro. 29 (2003): 47-71. % Manning, Wendy y Smock, Pamela. First comes cohabitation, then comes marriage? Journal of Family Issues, Nro. 23 (2002): 1065- 1087. % Naciones Unidas. DeclaraciĂłn Universal de los Derechos Humanos. % NOTIFAM. Estudio: El matrimonio disminuye la pobreza entre los niĂąos en dos terceras partes. • http://notifam.com/2011/el-matrimonio-disminuye-la-pobreza-entre-los-ninos-en-dos-terceras-partes-estudio/ % Pliego, Fernando. Familias y bienestar en sociedades democrĂĄticas: El debate cultural del siglo XXI. MĂŠxico: Miguel Angel PorrĂşa, 2012.
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% Schnitzer, Patricia y Ewigman, Bernard. &KLOG GHDWKV UHVXOWLQJ IURP LQÁLFWHG LQMXULHV KRXVHKROG risk factors and perpetrator characteristics, Pediatrics, Nro. 116(2005): 687-693. % The World Values Survey. Encuesta Mundial de Valores. http://www.worldvaluessurvey. org/. % Thomas, Adam y Sawhill, Isabel. For richer of for poorer: marriage as an antipoverty strategy, Journal of policy analysis and management, Nro. 21(2002): 587-599. % Wilcox, Bradford W. El matrimonio importa: veintiséis conclusiones de las ciencias sociales, Estados Unidos: Social Trends Institute, 2006. % Wilcox, Bradford y Cavallé, Carlos. (O 'LYLGHQGR 'HPRJUiÀFR 6RVWHQLEOH ¢4Xp WLHQH TXH YHU HO matrimonio y la fecundidad con la Economía? Estados Unidos: Social Trends Institute, 2011.
enero - junio 2017 AĂąo X, n. 20
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1. El BoletĂn de Doctrina Social de la Iglesia (EdiciĂłn en espaĂąol para AmĂŠrica Latina) es una revista publicada por el Centro de Pensamiento Social CatĂłlico de la Universidad CatĂłlica San Pablo y el Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân sobre la Doctrina Social de la Iglesia. 2. Este BoletĂn tiene una periodicidad semestral y pĂşblica artĂculos acadĂŠmicos que buscan desarrollar la investigaciĂłn o el anĂĄlisis interdisciplinar sobre temĂĄticas que requieren la participaciĂłn de la EnseĂąanza Social de la Iglesia CatĂłlica y las ciencias sociales. 3. El BoletĂn mantiene una relaciĂłn editorial directa con la publicaciĂłn matriz en Italiano Bollettino di Dottrina Sociale della Chiesa editada por el Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân sobre la Doctrina Social de la Iglesia. 4. Los artĂculos acadĂŠmicos que se publican pueden ser: investigaciones WHyULFDV \ R HPStULFDV UHĂ H[LRQHV WHyULFDV HVWXGLRV GH FDVR DUWtFXORV ensayos, recensiones y crĂłnicas informativas. 5. Solo se publicarĂĄn artĂculos acadĂŠmicos inĂŠditos escritos originalmente en castellano, o producto de la traducciĂłn al castellano de la publicaciĂłn matriz Bollettino di Dottrina Sociale della Chiesa. 6. El BoletĂn no suscribe necesariamente el contenido de los artĂculos publicados, ellos son responsabilidad de sus autores en todos los aspectos como el punto de vista, la informaciĂłn empleada, el tratamiento acadĂŠmico de los datos o teorĂas expuestos y las conclusiones. 7. Este BoletĂn estĂĄ dirigido a la comunidad acadĂŠmica interesada en conocer el avance de la investigaciĂłn y el anĂĄlisis de temĂĄticas que requieren la participaciĂłn interdisciplinaria de la EnseĂąanza Social de la Iglesia y las ciencias sociales. NORMAS DE PRESENTACIĂ“N
8. Los autores interesados en publicar en este BoletĂn deberĂĄn considerar que su artĂculo debe circunscribirse a la temĂĄtica explicada en el punto 2 del presente instructivo, y ser inĂŠdito en su versiĂłn en castellano. AdemĂĄs debe observar las siguientes caracterĂsticas: 9. La extensiĂłn de los artĂculos debe estar entre 15.000 y 20.000 caracteres contando espacios. En esta extensiĂłn se incluirĂĄ tanto el cuerpo del artĂFXOR FRPR ODV QRWDV WDEODV JUiĂ€FRV ELEOLRJUDItD \ DQH[RV 10. Los artĂculos llevarĂĄn un resumen de entre 100 y 150 palabras, y entre 3 y 5 palabras clave. Tanto el resumen como las palabras clave y el tĂtulo deben presentarse adicionalmente en inglĂŠs. 11. El uso de cursiva se limitarĂĄ a tĂtulos de obras y palabras en otros idiomas. El uso de comillas se harĂĄ con los signos ÂŤ Âť. Se emplearĂĄ la numeraciĂłn arĂĄbiga para cifrar los subapartados que pueda presentar el artĂculo. 12. Las imĂĄgenes o tablas incluidas en los trabajos deben estar libres de derechos de autor y numeradas en el pie de las mismas. Asimismo, se aconseja que los autores envĂen las imĂĄgenes tambiĂŠn por separado. 13. En cuanto a la estructura del artĂculo, primero debe considerarse el tĂtulo, luego el nombre del autor o autores (a pie de pĂĄgina una pequeĂąa ELRGDWD TXH FRQVLJQH HVWXGLRV WUDEDMRV FDUJRV GHVWDFDGRV Ă€OLDFLRQHV institucionales, grupos de investigaciĂłn, direcciĂłn de correo electrĂłnico), el resumen, las palabras clave y la traducciĂłn al idioma inglĂŠs de estos dos Ăşltimos. CITAS Y REFERENCIAS BIBLIOGRĂ FICAS
/DV FLWDV \ UHIHUHQFLDV ELEOLRJUiĂ€FDV VH UHDOL]DUiQ XWLOL]DQGR HO &KLFDJR Manual of Style para revistas de ciencias sociales con notas al pie de pĂĄJLQD \ VL VH FRQVLGHUD QHFHVDULR XQD ELEOLRJUDItD DO Ă€QDO GHO GRFXPHQWR A. Para libros de un autor: A.1. Cita a pie de pĂĄgina NumeraciĂłn automĂĄtica de cita. Nombre y Apellido, TĂtulo (Ciudad: Editorial, aĂąo), pĂĄgina citada. Ejemplo: 1. Massimo Serretti, Naturaleza de la comuniĂłn (Arequipa: Universidad CatĂłlica San Pablo, 2011), 115. A.2. BibliografĂa Apellido, Nombre. TĂtulo. Ciudad: Editorial, aĂąo. Ejemplo: Serretti, Massimo. Naturaleza de la comuniĂłn. Arequipa: Universidad CatĂłlica San Pablo, 2011.
B. Para un capĂtulo de libro: B.1. Cita a pie de pĂĄgina NumeraciĂłn automĂĄtica de cita. Nombre y Apellido, “TĂtulo del capĂtuloâ€?, en TĂtulo del libro, ed. Nombre del editor (Ciudad: Editorial, aĂąo), pĂĄgina citada. Ejemplo: 1. Rafael SĂĄnchez-Concha, “Los santos y las concepciones polĂticas y sociales en el PerĂş virreinalâ€?, en RaĂces CatĂłlicas del PerĂş, ed. Francisco Rizo PatrĂłn et al. (Lima: Vida y Espiritualidad, 2001), 103. B.2. BibliografĂa Apellido, Nombre. “TĂtulo del capĂtuloâ€?. En TĂtulo del libro, editado por Nombre del editor, pĂĄginas del capĂtulo. Ciudad: Editorial, aĂąo. Ejemplo: SĂĄnchez-Concha, Rafael. “Los santos y las concepciones polĂticas y sociales en el PerĂş virreinalâ€?. En RaĂces CatĂłlicas del PerĂş, editado por Francisco Rizo PatrĂłn, Ricardo NarvĂĄez, Rafael SĂĄnchez-Concha y Ricardo Cubas, 81-108. Lima: Vida y Espiritualidad, 2001. C. Para un artĂculo en revista impresa: C.1. Cita a pie de pĂĄgina NumeraciĂłn automĂĄtica de cita. Nombre y Apellido, “TĂtulo del artĂculoâ€?, Nombre de la revista, nĂşmero, volumen (Ciudad: Editorial, aĂąo): pĂĄgina citada. Ejemplo: 1. Angel Galindo, “La lĂłgica del don en la economĂa: ejemplos y modelosâ€?, BoletĂn de Doctrina Social de la Iglesia, nÂş 25 (Arequipa: Universidad CatĂłlica San Pablo y Observatorio Internacional Card. Van Thuân, 2008): 112-115. C.2. BibliografĂa Apellido, Nombre. “TĂtuloâ€?. Nombre de la revista nĂşmero, volumen &LXGDG (GLWRULDO DxR SiJLQD GH LQLFLR \ Ă€QDO GHO DUWtFXOR Ejemplo: Galindo GarcĂa, Angel. “La lĂłgica del don en la economĂa: ejemplos y modelosâ€?. BoletĂn de Doctrina Social de la Iglesia, nÂş 25 (Arequipa: Universidad CatĂłlica San Pablo y Observatorio Internacional Card. Van Thuân, 2008): 112-115. D. Para un artĂculo online: D.1. Cita a pie de pĂĄgina NumeraciĂłn automĂĄtica de cita. Nombre y Apellido, “TĂtulo del artĂculoâ€?, Nombre de la publicaciĂłn online, fecha y/o volumen, consultada en mes dĂa, aĂąo, direcciĂłn web o DOI. Ejemplo: 1. Giampaolo Crepaldi, “La actualidad de la doctrina social de la Iglesia y las urgencias de nuestra ĂŠpocaâ€?, Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân, julio 11, 2013, consultado en enero 31, 2013, http://www.vanthuanobservatory.org/notizie-dsc/notizia-dsc.php?lang=es&id=1706. D.2. BibliografĂa Apellido, Nombre. “TĂtuloâ€?. Nombre de la publicaciĂłn online, fecha y/o volumen. Consultada en mes dĂa, aĂąo. PĂĄgina de internet o DOI. Ejemplo: Crepaldi, Giampaolo. “La actualidad de la doctrina social de la Iglesia y las urgencias de nuestra ĂŠpoca.â€? Observatorio Internacional Cardenal Van Thuân. Julio 11, 2013. Consultado en enero 31, 2013. http://www.vanthuanobservatory.org/notizie-dsc/notizia-dsc.php?lang=es&id=1706. PROCESO EDITORIAL
15. Los autores interesados en publicar en este BoletĂn deberĂĄn enviar sus artĂculos en formato electrĂłnico compatible con Microsoft Word al correo electrĂłnico: cpsc@ucsp.edu.pe (TamaĂąo de pĂĄgina: A4. Letra: Times New Roman, tamaĂąo 12. Espacio: 1,5 lĂneas. Margen: 3 cm en todos los costados). 16. Si los artĂculos cumplen con las normativas editoriales del BoletĂn, pasarĂĄn a ser evaluados por dos expertos en el tema abordado (elegidos por el comitĂŠ editorial), bajo la modalidad de “doble ciegoâ€?, quienes decidirĂĄn si el trabajo puede publicarse, o si requiere de correcciones que el autor GHEHUi VXEVDQDU D Ă€Q GH YROYHU D HYDOXDU VX DUWtFXOR 17. El comitĂŠ editorial se reserva el derecho de decidir el nĂşmero de publicaciĂłn en que se incluirĂĄn los artĂculos aprobados. 18. Los autores podrĂĄn reproducir sus artĂculos, luego que hayan sido publicados en el BoletĂn de Doctrina Social de la Iglesia, pero indicando ĂŠste como el lugar de la publicaciĂłn original.