UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA
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federico soriano Textos 2016-2017
01 La Casa Virtual HERZOG, Jacques;DE MEURON, Pierre. “The Virtual House”, New York, USA. Project 1996-1997.
El mundo virtual es un mundo de pura imaginación. Pero su punto de partida es siempre el mundo físico, material, que forma la base de nuestra existencia. ¿Es eso una paradoja? El mundo material determina el mundo inmaterial o, dicho de otro modo, el mundo inmaterial es una categoría o una invención del mundo material. Esta invención es algo más: es un medio de garantizar la supervivencia y la existencia continua del mundo material. El mundo inmaterial de pensamientos e imágenes es una estrategia de supervivencia del mundo material. No es un lujo, ni una moda pasajera o un estado de ánimo. El mundo inmaterial de pensamientos e imágenes es la fase indispensable y existencial del mundo material y físico. Sin el apoyo estructural de las imágenes y el pensamiento del mundo puro de la imaginación, los átomos singulares del mundo material serían imperceptibles, dispares, y se perderían. La imaginación, la creatividad, la invención, todas las manifestaciones de la vida espiritual, los momentos lúcidos propios de la vida diaria del mundo inmaterial, son fases necesarias de renovación y, en definitiva, esenciales para la supervivencia del mundo físico. Por lo tanto, es completamente absurdo aislar al mundo virtual del mundo material de la vida cotidiana, como si fuera una 1
sustancia química en un laboratorio. Los dos mundos están inextricablemente entrelazados y son existencialmente interdependientes. El ser humano siempre ha soñado en deshacerse de la carga material del mundo y replegarse a un mundo puramente mental. El sueño ha adoptado varias formas en la historia del pensamiento a lo largo de los siglos. En la era de la información, parece ser más relevante que nunca: el mundo ideal, un mundo sin materia. ¿Es esto un absurdo? En realidad, es una paradoja; porque lo virtual, especialmente en la arquitectura, no puede desligarse de la materia física. Cada imagen arquitectónica virtual implica la existencia de materia. La dependencia en la materia constituye quizá la misma esencia y potencia virtual de la arquitectura. Por esa razón, intentamos potenciar la apariencia física y material de la arquitectura y explorar las regiones fronterizas de las condiciones materiales. Es aquí donde se revelan las cualidades que normalmente no se detectan. ¿Cómo se expresa el peso? ¿Cuáles son los constituyentes de la luminosidad? ¿Qué es un muro, qué es la luz? Todos esos conceptos denotan nuestra percepción del mundo físico en los ámbitos espiritual y mental. Y ese es precisamente el grado que queremos alcanzar para incorporar nuestra arquitectura: el grado mental de la percepción. Pero para llegar a ello, para poder desplazarnos a la dimensión virtual de la realidad, es paradójicamente necesario que abordemos sus fundamentos materiales. La materialidad de la arquitectura es la clave de su dimensión virtual: el mundo virtual es la materia de la que están hechos nuestros sueños. Eso nos lleva de nuevo al mundo material y a un tema importante: las preocupaciones planteadas en el proyecto Casa Virtual no se diferencian de nuestros proyectos anteriores. La Casa Virtual es un proyecto como cualquier otro o, a la inversa: cada proyecto es en sí mismo una Casa Virtual. Cada uno de nuestros proyectos apunta al mundo de la imaginación, a los sueños y deseos de las personas. Cada uno de nuestros proyectos es una provocación; cada proyecto plantea cuestiones sobre el dónde y el cómo del mundo. Aunque no siempre se articule igual, nuestro objetivo es siempre el mismo. El hecho de cuestionar la apariencia del mundo material es lo que impulsa nuestro trabajo como arquitectos. Eso significa que nos cuestionamos lo que ya existe e intentamos decodificar nuestra fascinación por la arquitectura tradicional de todas las culturas del mundo: ese sentimiento de estupefacción, en un punto intermedio entre la admiración y el rechazo, que experimentamos al contemplar las viejas granjas de la región suiza de Engandina, prácticamente tatuadas con frescos, o el deseo de entender la arquitectura shoji, la artificialidad 2
natural de los jardines japoneses o el desconcertante impacto de las sorprendentes superficies y secuencias de la arquitectura islámica. Esas formas son extremadamente materiales: material refinado, clarificado y destilado. ¡Y eso es precisamente lo que las convierte en virtuales! Son virtuales porque espolean nuestra imaginación y no pueden ser encasilladas en categorías funcionales o tipológicas, religiosas o estructurales, ni en cualquier otro tipo de explicación lineal. Esa arquitectura es compleja porque sus cualidades materiales son la expresión de su valor inmaterial, y a la inversa, las cualidades inmateriales garantizan su supervivencia material. Para los arquitectos contemporáneos, el punto de partida ha cambiado radicalmente desde la época de la arquitectura tradicional. La visión de la arquitectura ya no se basa en la tradición del proceso artesanal de materiales sino que se produce con la ayuda de la información. En nuestro trabajo, las imágenes siempre han sido el vehículo o el intermediario más importante para transmitir esa información. A finales de los años setenta empezamos a experimentar con el vídeo. Hicimos vídeos de las maquetas a escala de nuestros proyectos, disfrazando la apariencia de la maqueta y desplazando la arquitectura hacia el campo del cine y de los medios urbanos de comunicación. Nos interesan las imágenes porque son abiertas; no utilizan un lenguaje conceptual, sino universal y, por lo tanto, apuntan directamente a la imaginación. Para el proyecto de Casa Virtual seleccionamos algunas imágenes de nuestro repertorio (incluidos dos vídeos de nuestra primera época) que ayudan a entender nuestro mundo de ideas arquitectónicas de un modo distinto. Están contenidas en nuestros proyectos anteriores y futuros pero no tienen la apariencia de caricaturas a escala 1:1. No nos interesan las citas. Quizá esas imágenes sólo catalizan nuestras ideas. Las escogemos cuando algún detalle atrae nuestra atención -la caída de la luz, un gesto- y abre la puerta a una imagen diferente, una idea diferente, una arquitectura diferente, un momento virtual diferente. ¿Por qué Internet? Porque allí podemos pasar a la acción y también lo hacen todos los demás. Con las imágenes escogidas para el proyecto de la Casa Virtual, ofrecemos a los usuarios de Internet un inicio para crear su propia casa virtual. A través de un sistema abierto de comunicación, cualquier persona puede ampliar el proyecto, que tomará múltiples direcciones. Nuestra idea de arquitectura virtual implica hacer preguntas y cuestionárselo todo; no es afirmativa, no confirma ni conserva. En última instancia, nuestra Casa Virtual es una declaración política.
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