5 minute read

La ceguera verdadera

ventanilla del carro. A través de ésta podía observar la gente pasando, los centros comerciales que alguna vez hice tonterías con mis amigos y así hasta salir de la cuidad. Dentro de 8 horas llegué, tal y como la recordaba, casas pequeñas con diseños de dos pisos, colores llamativos, calles estrechas y más gente de lo que creía. Era verano después de todo. Bajé del auto y entre en una casa amarilla con rojo, mi hogar. —¡Zay! —gritó mi hermana — llegaste. —No podía decir que no. —Mamá hizo tarta de zanahoria, tu favorita. —Al fin algo bueno —las tartas de mamá le salen tan bien. ... Estaba recostada en mi habitación viendo las fotografías que he tomado durante años. Eran las 9 de la noche y seguía un poco claro así que decidí salir. La playa estaba casi vacía, me coloqué los auriculares y empecé a caminar por la orilla mojando mis pies. Estaba tan concentrada maldiciendo mi vida que no me di cuenta que ya anocheció, me senté a contemplar la noche, que casi ya no se veía nada, solo una mancha oscura y la luna llena. —¡Au! —Discúlpame, no te vi —se disculpó el chico que casi cae encima mío — estaba tan centrado en la música de mis auriculares. —No te preocupes, sucede siempre. —De verdad discúlpame, algo que pueda hacer. —No sucede nada, no seas exagerado —me reí. — Me llamo Aidan, vivo aquí. Solo porque hay buenos paisajes para la fotografía. —¿En serio te gusta la fotografía? —me coloque de pie. —Me encanta, acabé de estudiar la carrera hace un mes. —¡Wow! a mí también me fascina, apenas acabé hace unas semanas y llegué a vivir hoy. —No es tan malo como parece ¿vine solo y tú? —Con mis padres. Antes vivía en la cuidad, y por problemas llegué hasta este lugar; nací aquí...O sí, mi nombre es Zay, un placer. —El placer es mío, Zay— me sonrió. No puedo ver bien su físico por la oscuridad, pero, por lo poco que alcanzo a ver, tiene ojos verdes muy bonitos que brillan por la luz de la luna — y que haces aquí a las 11 de la noche. —¡¿11?! No pudo creer que camine dos horas. —se río— ¿te acompaño a tu casa?

—No gracias, estoy cerca. —Bien, espero verte de nuevo, Zay. —De igual manera, Aidan. Nos sonreímos y cada quién fue por su camino, en verdad espero verlo de nuevo. —¿Me estás escuchando? —dijo Hannah comprobando si el micrófono de su computadora funcionaba. —Ah, claro. —Estás pensando en él ¿verdad? —Si—dije molesta de mí misma—ya ha pasado tiempo desde que no lo veo, he salido a la playa, pero nada. —¿Y si es un vampiro o hombre lobo? Lo viste justo cuando había luna llena. —Tiene lógica, pero no creo. —Bien, te dejo, sigue buscando a tu príncipe. —Adiós. Cerré la tapa de la laptop. Mañana hay luna llena según Google, mí fiel amigo. Estaré allí en el mismo lugar de la otra vez, por si pasa algo. — Escuché mi puerta tocar y dejé entrar, era mi hermana — ¿Qué quieres? — Quiero salir— era buena idea, así que, acepté. Salimos a caminar por la playa, ya estaba anocheciendo, ojalá pueda encontrar a ese chico. —Au! —Disculpa. —¿Aidan? —¿Zay? —¿Se conocen? —dijo Valye. —Tienes un don para tropezar conmigo —dije levantándome del suelo con la ayuda de Aidan —gran hermana que tengo —dije sarcástica. —Cállate —respondió ella— ustedes dos ¿se conocen? —¿Ustedes dos se conocen? —ahora hablé yo. —No es obvio —respondieron los dos a la vez. —Ay que agresivos. —No sé cómo se conocen, pero ya quiero regresar. Bueno querida hermana te dejo, adiós — y se fue corriendo. —No creí que ella fuera tu hermana, nunca me habló de ti.

Advertisement

Como no pudo hablarle de mí, ¿soy tan mala con ella? pero que mal yo le hice para que no le hable a Aidan de mí. Estuve caminando con él, durante no sé cuántas horas, pero ya estaba amaneciendo. Me contó sobre su afición a la fotografía, sus gustos musicales, al igual que le gusta tocar la guitarra. Este chico y yo tenemos tanto en común. Llegó las 5 de la mañana, hora en la que tenía que ya estar en casa, solo que quería seguir con Aidan. —Eh, bueno me tengo que ir, me están esperando... —¿No dijiste que vivías solo? —Ah sí, solo que vinieron familiares, tengo que ir a verlos —dijo desesperadamente, cada vez que hablaba miraba el amanecer. —Bien ¿cuándo nos podemos ver de nuevo? —Tal vez otro día, me voy —se fue corriendo tapándose con la capucha de su chaqueta, que raro. … Ya han pasado 2 meses desde que me mudé. Los chicos han venido a pasar fin de semanas aquí. He estado muy cómoda últimamente, tomé varias fotografías a los paisajes, la gastronomía de aquí, realmente todo es hermoso. Aidan, tan solo lo veo en la noche, dice que tiene que hacer cosas en el día, entonces se le dificulta. Hemos estado conversando demasiado, pero hay varias cosas que no quiere contar y lo respeto; intercambiamos números, hablamos por facetime o mensajes. Él es muy carismático y amable, cuando puede, me toca un par de canciones con su guitarra. Ahora mismo está escribiendo una canción. Se nombra for you, me dijo que la está escribiendo por un amor que tuvo hace años y no pudo superarlo hasta ahora, que me tiene a mí, o por lo menos eso me dijo él. — Describes divertidamente a tus amigos, ojalá algún día pueda conocerlos. — Y lo son te lo aseguro ¿Tú no tienes amigos? — Nah, es mejor estar solo, la única amiga que tengo eres tú. Pero de igual forma algún día te irás de mi vida, todos son así. Vi en sus ojos verdes un sentimiento de cariño, nunca había visto ese brillo, ni con mi ex- novio. Este sentimiento de que jamás lo dejaría solo, de que siempre estaría conmigo a pesar de todo. La luz de la luna alumbra nuestros rostros, que poco a poco se van juntando, siento su respiración cerca de mí. — Zay...

—¿Sí? —Si algún día, te dijera que...sería el último de mi vida. ¿Me recordarás por siempre? — ¿Por qué dices eso? —Hay algo que no te he contado sobre mí. —¿Es algo grave? —Sufro la enfermedad de XP —Ósea que si te expones a sol puedes... ¿morir no es así? —Exacto... Y lo besé, como si fuera la última vez que veré sus ojos verdes que siempre brillan cuando me ven. Aidan, por favor no pienses en eso. —Llamaron del hospital. —Aidan... ¿está bien? —Él. Ha sido reportado muerto, hace 55 minutos. Los rayos del sol afectaron fuertemente a su piel, no pudo soportarlo. Y ahí es donde me derrumbe, él, su hermosa cara, sus ojos verdes que nunca los volveré a ver, su voz, su amor por la fotografía. Aidan... …Ahí me entere de que no era eterno”

Fin.

This article is from: