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Luchando por mis sueños
Hanna hermosa joven de ojos azules llenos de lágrimas, contando los días para salir de ese infierno y con las esperanzas de reencontrarse con su mejor amiga Ana. Hanna nació el 12 de noviembre de 1928 en Berlín Alemania, exactamente en un pueblo judío, junto con su hermana Diana, su padre y su madre que estaba embarazada Hanna y Ana se conocieron en el colegio en Ámsterdam y formaron el club de la Osa Menor. Mientras eran libres disfrutaban haciendo planes sobre su futuro, una soñaba con ser una escritora famosa y la otra quería ser una enfermera. Pero, sobre todo, prometían cuidarse mutuamente para siempre.A las dos les encantaba salir al parque a caminar,a pesar de que soldados patrullaban por ahí, cada día se tornaba más peligroso para los judíos quienes eran enviados cada vez en mayores cantidades a los campos de concentración. Cuando Hanna y Ana se reunían, las dos se escapaban de sus casas para poder ir al cine, el cual era prohibido para las judías pero para entrar, ellas tenían un camino secreto, que les funcionaba muy bien, una vez Hanna y Ana se habían ido al cine sin el permiso de nadie, se divirtieron mucho y disfrutaron de la película, pero ya estaba anocheciendo y cada una se fue a su casa, sin embargo, el padre de Hanna había descubierto que ella se fue al cine con Ana, furioso le dijo a Hanna: -¿En dónde estabas? - preguntó con un tono furioso -Estaba en la biblioteca con Ana - dijo Hanna -No me mientas Hanna Goslar, yo sé en dónde estabas - dijo su padre Hanna estaba asustada del castigo que le podía dar su padre pero se armó de valor y le dijo la verdad: -Papá… perdóname fui con Ana al cine- dijo Hanna queriendo llorar -Y ¿crees que estuvo bien? ¿en qué pensabas? ¿Estás consciente que estamos en peligro, y ¿te atreves a salir al cine?- preguntó su padre furioso -Perdóname papá te juro que no va a volver a pasar - dijo Hanna Su padre se tranquilizó y la perdonó. Al siguiente día Hanna fue a la escuela como de costumbre en el camino se topó con Ana y fueron juntas a clase, todo iba bien hasta que los chicos del otro curso preguntaban por su profesora dirigente, el profesor encargado del curso de Hanna se le pusieron los ojos llorosos, nadie entendía porque, pero la verdad era que a ella la reclutaron los soldados. Cada vez se tornaba peligroso, nadie podía salir sin tranquilidad porque sabían que estaban rodeados de soldados que en cualquier momento los podían reclutar.
El infierno empezaba, Hanna volvió de la biblioteca como de costumbre, su papá también llegó al mismo tiempo que ella, todo iba bien Hanna estaba leyendo su libro favorito, su padre estaba leyendo la revista y su madre estaba tomando sus medicamentos como de costumbre, hasta que alguien tocó la puerta, Hanna quería abrir pero su padre le dijo que no, siguieron tocando la puerta y más fuerte, entonces no tuvieron más elección que abrir la puerta, al abrirla se encontraron con dos soldados altos y armados, no los reclutaron pero si le advirtieron que en cualquier momento lo podían hacer. Otro día más y Hanna ya no sabía qué hacer estando encerrada en sus cuatro paredes de su cuarto sin poder salir por el miedo, pero ella es muy sorda y decidió salir a buscar a Ana, Ana se encontraba en el “club Oza menor” con otras tres chicas que conformaban el club, al llegar Hanna saludó con Ana como de costumbre, pero no la saludó, eso era extraño, parecía que ella tenía vergüenza de Hanna, pero ella no se rindió y la molestaba hasta que le hiciera caso, pero Ana no le hacía caso, hasta que las demás chicas del club decidieron preguntarle algo a Hanna, la pregunta era si es que ella sabía cómo su mamá quedó embarazada, Hanna se quedó por unos segundos callada en ese tiempo era vergonzoso hablar de ese tema, pero Hanna estaba decidida a decirlo hasta de Ana la detuvo y solo se burló de ella, en ese momento Hanna no sabía porque ella la trataba así, entonces ella regresó a su casa pensando en porque su mejor amiga estaba extraña con ella, cuando llegó a su casa se encontró con su padre ayudando a dar a luz a su madre, inmediatamente Hanna fue a ayudar a su padre pero él le gritó que vaya y busque un médico rápido, ella se fue lo más rápido posible, pero a esa hora no encontró a ninguno, al regresar vio a su padre con lágrimas en sus ojos y sus manos llenas de sangre, Hanna cayó al suelo arrodillada y no lo creía, su madre estaba muerta, ella no resistió en el parto, los dos se abrazaron y lloraron. Al siguiente día, las calles estaban llenas de camiones llenos de soldados y personas siendo sacadas a la fuerza de sus casas, el infierno estaba comenzando, ellos ya sabían lo que les iba a pasar así que empacaron las cosas necesarias, Hanna nunca se separó de su hermana Diana, desde la ventana ellos veían como cada vez los soldados se estaban acercando a su casa, cuando llegaron derribaron la puerta y los sacaron a la fuerza, los soldados no tenían compasión de nadie, y se los llevaron a los campos de concentración, ellos las tenían en una choza como animales, habían mujeres enfermas a punto de morir, niños con miedo y mujeres
embarazadas, a Hanna le tocaba sacar las orinas y heces de las mujeres que se encontraban ahí, cuando fue a botar eso escuchó un silbido familiar era similar al el silbido con el que se comunicaba con Ana y ahora se oye cerca, eso despertó las esperanzas de Hanna de que verá de nuevo a su mejor amiga, Hanna estaba buscando de dónde venía ese silbido, hasta que la llevó a una pared hecha de bultos de paja, en ese momento Hanna pensó que todo era una ilusión, hasta que escuchó del otro lado de la pared la voz de Ana, al escucharla se emocionó mucho y le preguntó que cómo estaba Ana le respondió con voz baja que tenía mucha hambre y que la tratan muy mal, Hannah no podía hacer nada porque estaba del otro lado de donde estaba Ana, Ana suplicaba que le dé comida, pero Hanna no tenía nada y no pudo ayudarla porque habían soldados vigilando, Hanna junto con su hermana Diana regresaron a su choza donde las demás mujeres estaban suplicando para salir de ese lugar pero los soldados cuando escuchaban las quejas solo las insultaban o las pegaban. Al pasar del tiempo Hanna ya estaba creciendo y más o menos acoplándose a lo que tenía que vivir todo los días, como por ejemplo; al machismo, a los insultos, y soldados violando a mujeres y niñas, una vez en la noche Hanna estaba intentando dormir junto con su hermana, pero no podían porque tenían mucha hambre y ya no aguantaba más, Diana pudo dormir pero Hanna no, ella solo pensaba cuando todavía disfrutaba de algo de tranquilidad con su familia, mientras soñaba con un futuro mejor con Ana viajando por el mundo y Hanna convirtiéndose en enfermera. Los soldados llevaron a todas a formarse para asegurarse de que nadie faltara, nadie faltaba así que las llevaron de regreso a las labores de siempre, en el regreso había un soldado y un perro, el soldado vio como Diana le suplicaba a Hanna por aunque sea un mordisco de una manzana porque tenían mucha hambre, el soldado en frente de Diana le dio a su perro una salchicha para que ellas vean y tengan más hambre, los soldados eran muy malvados, Hanna había recordado que Ana tenía mucha hambre entonces se hizo pasar por enferma para que la llevaran a la enfermería y así robarse una bandeja de comida para su mejor amiga y su hermana, a escondidas se lo llevaron y Diana lo disfrutó mucho, ahora solo faltaba darle a Ana, era difícil pero no imposible, Hanna dejó encargando a su hermana Diana con un señora de confianza hasta que ella regresara, Hanna aprovechó el momento en el que los soldados hicieran la fiesta y se emborrachen, entonces ella fue a la pared y llamó a Ana con el silbido de siempre, Ana si lo escuchó y ella sabía que era para la comida, Hanna le dijo
que no se preocupe que ya trajo la comida, entonces Hanna lanzó la bandeja al otro lado de la pared y Ana lo recogió, Hanna ya no aguantaba las ganas de no verse cara a cara con Ana, entonces ella hizo un hueco en la pared para poderla observar, Hanna la vio y notó que la raparon la cabeza, pero aun así Hanna la veía como una princesa, Hannna ya no tenía más tiempo de quedarse ahí, entonces se despidió y se regresó. Pasaron los días y por fin los soldados decidieron dejar libres a las judías, todas al escuchar esto se emocionaron y más Hanna que pensó que se le iba a cumplir el sueño de viajar con su mejor amiga por todo el mundo como ella lo soñaba todas las noches, al salir Hanna quiso encontrarse con Ana pero ella nunca volvió a verla porque ella falleció antes de ser liberada y desde ese entonces Hanna se convirtió en enfermera en Palestina, pero en su imaginación aún recorre el mundo junto con su mejor amiga Ana.
Fin.