Revista Adventista - Misión de Esperanza (Septiembre 2009)

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nº 417 · año 35 · Semana de Oración 2009

S e m a n a d e O r a c i ó n 2 0 0 9


JAN PAULSEN Presidente mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

Mensaje del Presidente de la Asociación General

E

stimados hermanos en la fe: Cada año la Semana de Oración nos da la oportunidad de que la iglesia mundial se reúna para alabar a Dios, escuchar su Palabra y orar. No olvidemos este último elemento: la oración. Mientras les escribo esto, hay un gran estado de ansiedad en el mundo. La gente parece estar desorientada. Oren por la familia humana para que pueda encontrar verdadera esperanza y paz en Jesús, y oren por la iglesia para que pueda llegar a ser, a través del poder del Espíritu Santo, un instrumento de Dios más eficiente al compartir la esperanza cristiana. Dios no nos ha abandonado. Él aún sostiene en sus manos poderosas, no sólo su futuro personal, sino también el futuro de su iglesia remanente. Tenemos el privilegio de estar comprometidos con el Señor en una misión de esperanza. Esta misión no es el resultado de la creatividad humana, sino del trabajo de Dios, quien por amor se embarcó a sí mismo en una misión de esperanza y salvación por la raza humana caída. El amor es el combustible de la misión. Cualquier otra motivación disminuye el valor de la misión en sí misma y empobrece nuestras vidas espirituales. La misión fue concebida por Dios en la matriz de su amor eterno. Vemos esa misión en forma humana en la persona del Hijo de 2 · [194] rA Semana de Oración 2009

Dios. Él es nuestro modelo para la misión. Su misión es la nuestra. Nuestra iglesia es un movimiento de esperanza con una misión de esperanza para la raza humana, que se describe gráficamente en Apocalipsis 14: 6 al 12, donde se presenta el mensaje de los tres án-

geles. Este mensaje debe ir a todas partes para traer esperanza a un mundo que busca la esperanza suprema. Las esperanzas humanas son imágenes falsas de la esperanza divina y, en consecuencia, no son confiables. Es nuestra misión movernos por toda la superficie del planeta, plantando la semilla de la verdadera esperanza en los corazones humanos. Cada uno de nosotros está representado por esos ángeles volando por en medio del cielo. Cristo hizo provisión para que participáramos con él en la consumación de su misión destinada al mundo. Nuestras vidas se ven realizadas y encuentran su significado al formar parte de esta misión divina. Por lo tanto, participen en ella, involúcrense, y dejen que esa misión de esperanza enriquezca sus vidas. Las lecturas para esta semana no son planteamientos doctrinales; son sermones que apuntan a describir nuestra misión, a fortalecer nuestra fe y a motivarnos a formar parte de esa misión. Una vez más, oren por la iglesia mundial al cumplir su misión de esperanza confiada por nuestro Señor glorificado. Los miembros de iglesia como ustedes están comprometidos con esta misión alrededor del mundo, a veces en circunstancias difíciles. Oren por ellos para que su fe sea fortalecida y su trabajo lleve frutos para la gloria del Señor. Que la gracia de nuestro Señor esté siempre con ustedes. Cordialmente en nuestro Señor amante. Shutterstock

I N T R O D U CC I Ó N

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L EC T U R A S PA R A L A S E M A N A D E O R AC I Ó N SUMARIO

PETER R. KUNZE Tesorero de la División Euroafricana

2 INTRODUCCIÓN Mensaje del presidente de la Asociación General Ofrensa de la Semana de Oración

Ofrenda de la Semana de Oración

4 PRIMER SÁBADO Misión celestial de esperanza

7 DOMINGO Misión universal de esperanza

9 LUNES

N

uestro privilegio diario es poder entrar en relación con Dios mediante la oración, adorarle, darle gracias por sus bendiciones constantes, contarle lo que nos aflige, exponerle las dificultades de la Iglesia e interceder por nuestros hermanos y hermanas. A lo largo de esta semana de oración, podemos intensificar esta relación con Dios en el ámbito de la Iglesia. La oración en común nos permite también fortalecer nuestra comunión fraternal. Cuando presentemos nuestras ofrendas, al finalizar esta semana de oración, haremos algo más que obrar de acuerdo a una buena costumbre, expresaremos nuestro reconocimiento al Señor por todas las bendiciones con que nos ha colmado en el pasado y daremos testimonio de que es Él quien dirige nuestras vidas y de que confiamos en Él. Gracias a estas ofrendas, el departamento «Adventist Mission» (Misión Adventista) de la Asociación General entrega subsidios destinados a la financiación de proyectos especiales de evangelismo en territorios sin presencia adventista, o donde es escasa. Más de 2.500 misioneros pioneros bien preparados están repartidos por todo el mundo, han fundado más de 11.000 iglesias y continúan transmitiendo el gozoso mensaje divino por medio de estudios bíblicos, programas de salud, agrícolas y de formación. A continuación, presentamos algunos relatos que muestran el tipo de proyectos que se llevan a cabo.

Islas Salomón (Oceanía) “¡No, no queremos que realicen una campaña de evangelismo en nuestra aldea!” Esta declaración, y otras parecidas, han sido proferidas a nuestros misioneros pioneros por jefes de aldeas de las Islas Salomón. El trabajo en un nuevo territorio comienza por lo general con grandes dificultades. Lo que resulta asombroso es que el jefe de una aldea dijera un día: “¡Puede ayudarnos a renovar el techo de nuestra iglesia!” El misionero pionero encontró a veinte jóvenes adventistas dispuestos a pasar una semana

La urgencia de la misión de esperanza

en esa aldea para efectuar el trabajo. Los aldeanos, que les observaban, participaron en los cultos diarios. Así se establecieron algunos lazos de amistad. En el culto del sábado, esperaban a algunos visitantes, pero quedaron sorprendidos al ver acudir a una cuarentena de campesinos. En esta aldea, Dios abrió no sólo las puertas, sino también los corazones.

11 MARTES La misión de esperanza como adoración

13 MIÉRCOLES Una misión de esperanza en medio de la desesperanza

16 JUEVES

India

Aceptemos la misión de esperanza

Yohan tenía un buen empleo, una esposa y dos hijos. Pero al anochecer, la mayoría de veces, se emborrachaba y dilapidaba los ingresos de la familia. Un día, se enteró de que se iba a realizar una campaña de evangelismo en su aldea natal. Junto con su esposa, asistió a las reuniones porque deseaba cambiar su vida. Hoy, Yohan es un misionero pionero que anuncia la Palabra de Dios y trabaja especialmente con víctimas del alcoholismo. Ha llevado a 460 personas a Cristo y ha fundado tres iglesias.

18 VIERNES

Myanmar Hacía muchos años que nuestra Iglesia se esforzaba por alcanzar a la tribu de los Lisu, en el norte del país, aunque sin éxito. Hace dos años, Tumbo, un misionero pionero, penetró en ese territorio donde viven 1,2 millones de personas, y pudo organizar un pequeño grupo de creyentes. Por desgracia, falleció en un trágico accidente de circulación. Sin embargo, su esposa Maria y Mejana, una mujer perteneciente a ese pequeño grupo de creyentes, decidieron continuar con la labor de Tumbo. Es así que hoy Mejana anuncia la Palabra de Dios y que Maria, que se comprometió con el trabajo social, se ocupa de las necesidades físicas de la población. ¡Oremos por estas dos misioneras que anuncian el amor de Dios a los habitantes del norte de Myanmar, no sólo con palabras sino también con hechos! Os agradezco calurosamente las ofrendas que aportaréis la próxima semana y os envío mis más fraternales saludos en Cristo.

La misión de esperanza como revelación del carácter de Dios

20 SEGUNDO SÁBADO Misión de esperanza lograda

23 LECTURAS PARA LOS NIÑOS Misión posible

REVISTA ADVENTISTA: Órgano oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de España nº 417 · año 35 Semana de Oración 2009 Director de la Revista, Jesús Calvo Editor, Raquel Carmona Redacción, Francisco Giménez, Juan Fernando Sánchez Diseño, Esther Amigó Maquetación, Esther Amigó, Javier Zanuy Procesos informáticos, Javier Zanuy Producción, Martín González Envíos, Juan José Reta Suscripciones, Martín González Publicidad, publicidad@safeliz.com Impresión: IBERGRAPHI 2002 Mar Tirreno, 7, 28830 San Fernando de Henares (Madrid) Depósito Legal: M-32.993-1974

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JAN PAULSEN

L EC T U R A S PA R A L A S E M A N A D E O R AC I Ó N

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PRIMER SÁBADO

Presidente mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

Misión celestial de esperanza La misión de Cristo es nuestra misión. 4 · [196] rA Semana de Oración 2009


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a iglesia es una compleja entidad organizada por el Espíritu del Señor para la misión. Una iglesia vibrante no es la que está inmersa en discusiones doctrinales y teológicas que producen tensiones y divisiones. La iglesia que está completamente viva es la que está comprometida e involucrada con la misión del Señor. De hecho, se podría decir resueltamente que la iglesia se realiza a sí misma al desarrollar su misión; ésta la define. La misión es un programa divino iniciado por Dios y revelado a nosotros por medio de su Hijo, a quien envió a este mundo. Analizaremos la misión del Hijo de Dios y sus implicancias para la nuestra como iglesia.

Dios envió al Hijo Enviar al Hijo fue un evento cósmico basado en una decisión divina tomada por Dios antes de la creación del mundo. La misión ya estaba establecida antes de que hubiera una real necesidad de ella. Luego, en el momento apropiado dentro de la historia humana, el Padre envió al Hijo, «nacido de mujer» (Gál. 4: 4). Jesús era plenamente consciente de que su presencia en este mundo no era un accidente histórico, sino una acción deliberada. Él sabía por qué estaba en este planeta; había una razón muy particular para su vida. Este sentido de misión le dio significado a su vida. Enviar a su Hijo implicaba un elemento de separación. No era que el Padre no estuviera más con él. ¡No, no! Jesús testificó: «El que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre» (Juan 8: 29). En el cumplimiento de su misión, el Padre y el Hijo trabajaban juntos, pero su unión se expresaba en formas diferentes. Era necesario que Jesús se hiciera humano, dejando de lado la gloria de su divinidad. Pero esta clase de separación, necesaria para la misión, al mismo tiempo señalaba una unión completa. El que enviaba y el enviado se volverían a unir. De hecho, Jesús oró por ese regreso: «Ahora pues, Padre, glorifícame

Jesús era en sí mismo el mensaje que Dios nos envió.

tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese» (Juan 17: 5). Y les dijo a sus discípulos: «Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió» (Juan 7: 33). Una vez que cumplió su misión, Jesús regresó al Padre. El regreso fue a través de la Cruz. La misión del Hijo consistió en dar su vida por otros, por lo que su propósito no fue el de dar un mensaje ajeno a él. Él era en sí mismo el mensaje que Dios nos había enviado: «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados» (1 Juan 4: 10). El mensajero encarnó el mensaje y lo entregó a través de su muerte. Él vino a salvarnos, a darnos vida eterna (Juan 3: 16). El Padre lo envió «al mundo para que vivamos por él» (1 Juan 4: 9). Él proclamó la salvación al entregar su propia vida. Su misión y su persona eran inseparables. En ese acto de sacrificio propio, él reveló el carácter amante del Padre. Cristo fue enviado para revelar la gloria de Dios a una humanidad inmersa en la oscuridad del pecado y de la ignorancia. Él le dijo al Padre: «He manifestado tu nombre» (Juan 17: 6). Sabía cuál era su misión y pudo decirle al Padre: «He hecho aquello para lo que fui enviado». El apóstol Juan dice que «aquel Verbo fue hecho carne [...] y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Juan 1: 14). Él testifica que Jesús cumplió con su propósito. La misión de Jesús fue una exhibición del verdadero carácter de Dios en el contexto de una feroz batalla cósmica. Pero la revelación de Dios que nos trajo fue la de su propia persona. Sólo Dios puede manifestar la plenitud de su carácter. Juan testifica: «A

Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer» (Juan 1: 18). En la persona del Hijo, Dios llegó a ser el misionero por excelencia. «Él [Jesús] fue el más grande misionero que el mundo vio jamás» (El ministerio médico, págs. 18-19). Jesús reveló al Padre en su persona, pero también personificó esa revelación en palabras humanas. Contamos con un conjunto de enseñanzas que Cristo compartió con los seres humanos, las enseñanzas de Jesús. Estas no eran propias, sino que venían de «Aquel que me envió» (Juan 7: 16). El compromiso de Cristo con su misión fue tan determinante que dijo: «Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. [...] Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho» (Juan 12: 49-50). El mensaje que proclamaba le había sido dado por el Padre y no podía cambiarlo ni modificarlo según quisiera. Esto es importante. Jesús como mensajero tenía el encargo del Padre de representarlo y de hablar por él. Esto indica que un mensajero no está solamente dispuesto a cumplir con la misión que se le confía, sino también, al mismo tiempo, es obediente hacia aquel que lo envió. Para Jesús era claro que había venido a «que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra» (Juan 4: 34). Al llevar a cabo su misión, Jesús no buscó complacerse a sí mismo, sino a Aquel que lo había enviado (Juan 5: 30). Y eso es exactamente lo que hizo. Justo antes de ir a la cruz, Jesús le dijo al Padre: «Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese» (Juan 17: 4). Y luego agregó: «Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo» (vers. 18). La misión no está terminada; continúa a través de aquellos a quienes Jesús está enviando ahora al mundo. Su misión es el modelo para la misión de ellos. «El verdadero espíritu misionero es el espíritu de Cristo. El Redentor del munrA Semana de Oración 2009 [197] · 5


do fue el gran modelo misionero» (Joyas de los testimonios, t. 2, pág. 126). Reflexionemos sobre cómo aplicar esto a nuestras vidas.

Yo los he enviado Nuestra existencia cobra una dimensión particular de significado en el cumplimiento de la misión que Jesús nos confió. Cuando él te dice: “Yo te he enviado”, está redefiniendo tu existencia o, por lo menos, la razón de tu existencia. En un mundo de desorientación existencial, los seres humanos experimentan una profunda sensación de vacío al buscar la razón de su presencia en la tierra. Entonces, escuchamos al Señor que nos dice: “¡Yo te he enviado!” Hay un motivo para nuestra presencia en este planeta. Nunca debieras pensar que tu presencia aquí es accidental. Nacimos en este mundo para una misión, y todo lo que hacemos debería estar orientado por este sentido de propósito. Al llamarnos a la misión, Jesús enriquece nuestras vidas de manera gloriosa y maravillosa, otorgándole un sentido. La misión que se nos confió es el trabajo redentor de Jesús, y su significado para nosotros y para la raza humana. El mensaje que debemos proclamar es el que está encarnado en la persona y en las palabras de Jesús, preservadas para nosotros en las Sagradas Escrituras. No tenemos ningún derecho de alterar ese mensaje, porque no está en nuestra potestad el hacer con él lo que se nos ocurra. El mensaje y la misión se originaron en Dios y él nos los dio a través de Jesús. Debemos cumplir con nuestro propósito en humilde sumisión al mensaje mientras lo proclamamos. Lo que entregamos al mundo es su mensaje, no el nuestro. Obviamente, debemos desarrollar maneras de proclamarlo que sean atractivas para la sociedad en la que vivimos, pero no es nuestra tarea el alterar el mensaje en sí mismo. Para que la misión sea efectiva, su mensaje debe llegar a ser nuestro mensaje. Esto quiere decir que tiene 6 · [198] rA Semana de Oración 2009

Deberíamos desarrollar maneras atractivas de proclamar nuestro mensaje a la sociedad. Pero no es nuestra tarea alterar el mensaje en sí.

que ser un poder transformador en nuestras vidas. Justo antes de enviarnos en nuestra misión, Jesús le dijo al Padre: «Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad» (Juan 17: 17). Tenemos que apropiarnos del mensaje de Jesús como individuos y como comunidad de creyentes. Se nos llama a revelar la gloria y el poder de Dios en nuestras vidas mientras avanzamos continuamente en el cumplimiento de esa misión de esperanza. Fue la intención de Dios «que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor» (Efe. 3: 10-11). El misterio del poder salvador de la Cruz continúa desarrollándose en la experiencia de la iglesia; y por lo tanto testifica al cosmos sobre la bondad, el poder y el amor de Dios. Cada vida poseída por el poder salvador de la Cruz se convierte en un testigo cósmico de la multiforme sabiduría de Dios y su poder transformador. Al llamarnos a participar de su misión, Jesús estaba anunciando su partida. Luego de su regreso al Padre, la brecha de tiempo iba a ser llenada con una misión de esperanza para la raza humana. Él no estaba abandonando a la iglesia. ¡No, no! Él les prometió a sus discípulos, como representantes de la iglesia: «he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mat. 28: 20). Pero su presencia entre nosotros se expresa a través del Espíritu. No sólo nos envió a nosotros, también envió al Espíritu para permitirnos cumplir con la mi-

sión de esperanza (Juan 14: 26; 15: 26; 16: 7). El cumplimiento de la misión significa que la separación llegará a su fin. En ese momento podremos decir: “Te hemos glorificado en la tierra; hemos acabado la obra que nos diste que hiciéramos” (ver Juan 17: 4). Todavía no hemos llegado. La última milla está aún por delante, pero continuamos sobrevolando la Tierra, proclamando a gran voz el evangelio eterno de salvación a cada ser humano, llamando a todos a temer a Dios y a adorar al Creador. Esta es sin duda una misión de esperanza, y debemos seguir avanzando juntos para cumplirla por medio del poder del Espíritu. La misión será lograda en la unidad de la comunión con el Espíritu. Esta unidad de amor con nuestro Salvador y con otros creyentes es lo que facilita la misión de esperanza al mundo. En el cierre de la historia de la humanidad, Jesús nos ha llamado y enviado a todos nosotros a ir y trabajar en la viña. Escucha una vez más su oración por nosotros: «Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad» (Juan 17: 18-19).

Preguntas para reflexionar y compartir 1. ¿Cómo podemos los hombres y mujeres modernos obtener un sentido de propósito para nuestras vidas? 2. ¿Todos los cristianos son llamados a ser misioneros? Explica tu respuesta. 3. ¿En qué aspectos nuestra misión es de esperanza?


KARL HAFFNER

L EC T U R A S PA R A L A S E M A N A D E O R AC I Ó N

Autor de las lecturas desde el domingo hasta el viernes. Pastor de la Iglesia Adventista de Kettering.

DOMINGO

Misión universal de esperanza Cómo Apocalipsis 14: 6 define nuestra misión.

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e ha sugerido que hay una sola doctrina que es única de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. ¿Qué doctrina piensa usted que es? ¿El estado de los muertos? Quizá sea el Espíritu de Profecía. ¿Qué le parece? Aquí está la respuesta: «[Hay] una sola doctrina que es única de la iglesia [Adventista del Séptimo Día]. Hay otras personas que creen en la verdad del sábado y se han aferrado a eso durante años. Hay otros que creen lo mismo que nosotros acerca de la condición del hombre en la muerte. Hay otros que aceptan el don de profecía, y hay mucha, mucha gente, de casi todas las denominaciones, que creen en la segunda venida de Cristo. Nuestra única contribución distintiva al mundo religioso ha sido el mensaje de los tres ángeles y la conexión que tiene con las enseñanzas del santuario y el juicio».1 Así es: el mensaje de los tres ángeles se encuentra en Apocalipsis 14: 6 al 13. Nuestra iglesia ha sido llamada a difundir esta verdad en los últimos días de la historia de la tierra. El pasaje resuena con esperanza. Define la misión de nuestra iglesia. ¡Y es un canto de salvación!

Apocalipsis 14:6 En Apocalipsis 14: 6 Juan escribe: «Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo». Veremos un poco el contexto histórico y luego sacaremos algunas aplicaciones. Tenga en cuenta que el autor de Apocalipsis es Juan, el discípulo amado de Jesús. Está exiliado en la isla de Patmos alrededor del año 95 d.C. y está compartiendo este mensaje de esperanza y juicio con los cristianos esparcidos a lo largo de las siete iglesias de Asia. Estos seguidores de Jesús experimentan persecución bajo el dominio del emperador Domiciano. Fíjese cómo los historiadores describen a este hombre: «A decir de todos, Domiciano parece haber sido una persona completamente desagradable, rara vez era cortés; era insolente, arrogante y cruel. Era un hombre alto, de ojos grandes, aunque su vista era débil. Y mostraba todos los síntomas de alguien ebrio de poder; prefería que se dirigieran a él como ‘dominus et deus’ (‘maestro y dios’)».2 En este contexto de persecución, Dios envía un mensaje de esperanza a su siervo Juan. Dios corre la cortina del tiempo y le permite a Juan ver los capítulos finales de la historia humana sobre esta tierra. Dios le revela cómo llamará a su pueblo en los últimos días antes de su regreso, con su mensaje universal de esperanza.

La naturaleza de nuestro llamado Por el resto de nuestro estudio, exploraremos la naturaleza de este llamado. De los muchos matices que podríamos enfatizar de Apocalipsis 14: 6, considere tres palabras clave que capturan nuestro llamado como iglesia: 1) esperanza, 2) misión, y 3) global. En resumen, compartimos una misión global de esperanza. 1. Compartimos una misión de esperanza. Primero, el nuestro es un mensaje de esperanza. Es el “evangelio eterno”. Somos heraldos de esperanza. El Dr. Jerome Groopman, autor de La anatomía de la esperanza, define la esperanza como «la habilidad de ver un camino hacia el futuro». Él explica: «Creo que la esperanza ha sido, es y siempre será el corazón de la medicina y la curación [...]. (Aun con toda nuestra tecnología médica) todavía recurrimos a esta profunda necesidad humana de creer que hay una posibilidad de alcanzar un futuro que sea mejor que el que tenemos en el presente».3 Piense en esto: más allá de todos los avances de la tecnología médica, una de las mentes más brillantes del mundo dice que la mejor medicina que conocemos es la esperanza. La Biblia enseña que realmente hay un camino hacia un futuro más brillante. Encontramos este camino en los mensajes de los tres ángeles. rA Semana de Oración 2009 [199] · 7


2. Compartimos una misión importante. Nuestra segunda observación a partir de Apocalipsis 14: 6 es que tenemos una misión importante. Hay muchas cosas en las que la iglesia se involucra y que realmente no importan demasiado. Ya sea que discutamos sobre qué color usar para pintar las paredes o argumentemos sobre el estilo de alabanza, es fácil distraerse con misiones que no son fundamentales. No es que esas cuestiones carezcan de importancia, es sólo que no importan tanto como nuestra misión primaria de proclamar el mensaje de los tres ángeles al mundo. Después de todo, ¡la eternidad está en la balanza! Hace algunos años, el Oregonian publicó la historia de la reunión por el 20º aniversario de las víctimas del vuelo 173 de United Airlines en Portland, Oregon. El título decía: «Los sobrevivientes del vuelo 173 dicen que el piloto es su salvador». En esa reunión, unas 200 personas, en su mayoría pasajeros de un DC-8 que se estrelló en un vecindario de Portland, aplaudieron al hombre que maniobró el avión hasta el suelo. El vuelo 173 de United se quedó sin combustible a las 18:15 del 28 de diciembre de 1978, mientras su tripulación intentaba superar un problema en el tren de aterrizaje. Cuando el avión se estrelló, diez de los 189 pasajeros a bordo murieron. En todo el artículo hay citas de sobrevivientes proclamando al capitán McBroom como su salvador. A pesar de todos los galardones, McBroom no podía alegrarse. En lugar de eso, habló reiteradamente de cómo había estado atormentado durante veinte años por los diez pasajeros que no habían sobrevivido. McBroom comentó lo siguiente sobre el aplauso: «Tengo sentimientos encontrados. Lo aprecio», dijo, «pero perdimos a diez y eso es duro». El piloto, a quien muchos llamaban su salvador, no podía hacer otra cosa que llorar a los diez que había perdido. Una vez nuestro Salvador rompió en llanto porque pudo ver con lentes eternos cómo muchos de sus hijos iban a enfrentar la muerte eterna. Entonces lloró por la ciudad. Luego llamó a su 8 · [200] rA Semana de Oración 2009

iglesia de la hora final para proclamar el evangelio eterno de salvación para todos los que creyeran. Así es el corazón de nuestro Padre. Esa es nuestra misión de esperanza. Es importante. 3. Compartimos una advertencia que es global. Finalmente, compartimos una advertencia que es global. Dios quiere que su mensaje sea proclamado a todos los que aún estén en la Tierra. Mientras que el desafío es global, finalmente será llevado a cabo sólo cuando la misión se vuelva personal. La evangelización ocurre únicamente cuando pasamos a la acción en forma personal, no cuando urgimos a otros a que hagan algo. Nuestra misión de alcanzar al mundo ocurrirá sólo cuando usted y yo hagamos que nuestra misión sea alcanzar a nuestro vecino con las buenas nuevas. Ahora pasa al plano personal. Se vuelve una cuestión de cómo usted y yo vivimos nuestra vida cada día, porque la gente nos está mirando y tomando decisiones sobre su eternidad basada en lo que ven. Se cuenta la parábola de un leñador que trabajaba en el bosque cuando un día fue atacado por un tigre. El leñador agarró al tigre de la cola, y el tigre comenzó a girar en círculos, tratando de clavarle los dientes al leñador. Un monje budista, que estaba dando un paseo, fue atraído por el ruido y se acercó sigilosamente. El leñador, al ver al monje, gritó: —¡Por favor, tome mi hacha y mate a este tigre antes de que me devore vivo! El monje, bajando sus ojos y doblando sus manos en actitud piadosa, respondió: —Lo siento, pero no puedo matar al tigre. Usted verá, soy budista y como budista considero que todo lo vivo es sagrado, ya sea un insecto, un humano o un animal. El leñador respondió: —Afortunadamente, no soy bendecido con su creencia, así que por favor, ¿podría tomar mi lugar sosteniendo la cola del tigre y permitirme que yo mate a la bestia?

El monje estuvo de acuerdo y entonces intercambiaron sus lugares. El leñador buscó su hacha, la colocó en su hombro y caminó impasible hacia el bosque. El monje budista, muy alarmado, gritó: —¡Por favor, vuelva y mate a este tigre como prometió o de lo contrario seré devorado! La respuesta de despedida del leñador fue: —Me impresionó tanto su ejemplo que me he convertido a su fe. La gente se convierte al cristianismo de la misma forma: al ver nuestro ejemplo. Por eso, Jesús les dijo a sus seguidores: «Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mat. 5: 14-16). Como adventistas del séptimo día, se nos desafía a irradiar la luz de Jesús en vecindarios oscuros. Juntos, compartimos un mensaje de esperanza. Compartimos una misión importante. Y compartimos una advertencia que es global. Referencias 1. Morris L. Venden, The Pillars [Las columnas] (Mountain View, CA: PPPA, 1982), pág. 32. 2. Según cita en www.roman-empire.net/emperors/ domitian-index.html. 3. Jerome Groopman, The Anatomy of Hope [La anatomía de la esperanza] (Nueva York: Random House, 2004).

Preguntas para reflexionar y compartir 1. Explique cómo Apocalipsis 14: 6 enfatiza tres aspectos: esperanza, misión y global. 2. ¿Qué rol juega el ejemplo personal en el cumplimiento de nuestra misión?


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LU N E S

La urgencia de la misión de esperanza Por qué el día del juicio es una buena noticia.

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uego de la captura de Saddam Hussein, el ex dictador fue llevado en avión a una ubicación secreta para tener una reunión con cuatro nuevos líderes de Irak. Se informó que, a pesar de su condición, Saddam estuvo desafiante y sin mostrar arrepentimiento. Ahmad Chalabi, un miembro del Consejo de Gobierno y presidente del Congreso Nacional Iraquí, dijo: «Estaba bastante lúcido. Tenía dominio de sus facultades. No quería pedirle disculpas al pueblo iraquí. No negó ninguno de los crímenes de los que se lo acusaba que había cometido. Intentó justificarlos». Mowaffak Al-Rubaie, otro miembro del Consejo de Gobierno que estaba en la sala, dijo: «Estuve en su cámara de tortura en 1979, y ahora él estaba sentado allí, impotente frente a mí sin que nadie pudiera detenerme de hacerle cualquier cosa. Imagínenlo. Estábamos discutiendo, y él usaba un lenguaje vulgar». Los cuatro hombres pasaron aproximadamente 30 minutos confrontando a Saddam con sus crímenes. Cuando se iban, Al-Rubaie le gritó al ex dictador: «Que Dios lo maldiga. Dígame, cuando deba responder ante Dios, el día del juicio final, ¿qué le va a decir sobre Halabja y las tumbas ma-

sivas, la guerra entre Irán e Irak, los miles y miles de ejecutados? ¿Qué le va a decir a Dios?» Sadam respondió utilizando más lenguaje vulgar.1

El juicio ha llegado Aunque Saddam Hussein nunca lo haya reconocido, el día del juicio es real. Algún día, todos responderán ante Dios. Esta advertencia de juicio es una parte integral del mensaje que Dios proclamará a través de su iglesia en los últimos días. El primero de los tres ángeles en Apocalipsis 14 declara: «Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado» (vers. 7). ¿De qué juicio estamos hablando? Si «la hora de su juicio ha llegado», entonces, ¿no está bien razonar que debe estar ocurriendo ahora en los últimos días de la historia de la Tierra? Para responder a estas preguntas es importante comprender que cualquier juicio conlleva diferentes fases. Esta primera fase del juicio de hecho ocurre antes de que Jesús regrese. En este contexto esto es obvio, ya que el segundo y el tercer ángel se refieren al tiempo previo a la segunda venida de Cristo, por lo cual el mensaje del

primer ángel debe referirse también al período previo al advenimiento. Cualquier juicio justo también implica una fase de investigación. Ocurre cuando se consideran los hechos antes de que se dé el veredicto. ¿Puede imaginarse un juez que simplemente reparta castigos indiscriminadamente, sin pasar primero por la investigación para determinar culpa o inocencia? Si Dios fuera a juzgar de esta manera, ¿qué confianza tendríamos en su justicia? En la Segunda Venida, Dios proclamará: «He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra» (Apoc. 22: 12). En otras palabras, cuando Jesús venga por segunda vez, la parte investigadora del juicio habrá terminado. Evidentemente la decisión de quién se pierde y quién se salva estará tomada. Entonces, debemos proclamar que la hora del juicio previo al advenimiento ha llegado. Bien, sabemos que la fase investigadora ocurre antes de la Segunda Venida, pero ¿cuándo comienza? Daniel 8: 14 profetiza el evento: «Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado». Esta imagen se toma del tabernáculo del Antiguo Testamento en el Día de la Expiación. rA Semana de Oración 2009 [201] · 9


Así es como funcionaba: supongamos que soy un israelita del mundo antiguo y robo una túnica del mercado de David. Naturalmente, me siento culpable así que confieso mi pecado en el Tabernáculo. Recibo el perdón y mi pecado se transfiere al cordero; pero el pecado permanece en el Tabernáculo. El Tabernáculo luego era limpiado de mi pecado el Día de la Expiación, cuando el sacerdote entraba al Lugar Santísimo del Santuario. Ese día el Santuario era «purificado», y todo el pecado se erradicaba del campamento de Israel. En la cruz, Jesús se convirtió en nuestro Cordero expiatorio. Entonces, cada vez que pedimos perdón por el pecado, somos limpiados por medio del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1: 29). Nuestros pecados permanecen en el Santuario celestial donde Jesús intercede en nuestro favor como Sumo Sacerdote. Pero ¿cuándo se purifica el Santuario celestial? Tal como en el Antiguo Testamento, se purifica en el Día de la Expiación. ¿Cuándo ocurrió este Día de la Expiación? Daniel nos informa que iba a ocurrir 2.300 días proféticos (que quiere decir 2.300 años literales en los libros proféticos) luego del decreto para reconstruir Jerusalén. Este decreto tuvo lugar en el año 457 a.C. Por lo tanto, 2.300 años después del decreto, en 1844, Jesús comenzó la fase investigadora final del juicio para finalmente erradicar el pecado para siempre. A causa de Cristo Jesús, quien ministra en nuestro favor en el Lugar Santísimo del Santuario celestial, la fase investigadora del juicio no revela nada condenatorio para cada pecador que haya aceptado a Jesús como su Salvador personal. ¡El Santuario es purificado! ¡Jesús vendrá otra vez para redimir a los suyos! ¡Y eso, amigo mío, son buenas noticias!

El juicio como buenas noticias Siempre y cuando aceptemos a Jesús como nuestro Salvador y Sumo Sacerdote, no tenemos por qué temer la furia del juicio de Dios. Tan sólo fomentemos la amistad con Jesús. 10 · [202] rA Semana de Oración 2009

Steve Winger nos brinda una imagen de esto durante su último examen de la universidad: un final de la materia Lógica, conocido por su dificultad. El anticipar ese horrible día de juicio hacía que a los estudiantes les transpiraran las manos. Durante las clases, el profesor decía que podían traer al examen tanta información como pudieran poner en una hoja de papel de tamaño carta. La mayoría de los alumnos atiborraban tantos datos como podían en la hoja. Hubo un estudiante, sin embargo, que entró a la clase lentamente, colocó una hoja de papel en el piso, e hizo que un alumno de Lógica Avanzada se parara sobre el papel. El alumno de Lógica Avanzada le dijo todo lo que necesitaba saber. Fue el único alumno que sacó un 10. Así es en el juicio final. No tenemos nada que temer, mientras estemos con Jesús. Por lo tanto, para cada creyente que conoce a Jesús y acepta lo que él hizo por nosotros en la Cruz, ¡el día de juicio es en realidad el día de la liberación!

El ex presidente de los Estados Unidos George Herbert Walter Bush viajó de regreso al Pacífico Sur. Durante la Segunda Guerra Mundial, Bush había sido piloto de un bombardero y fue derribado por un ataque antiaéreo japonés. Un artículo describió el regreso de Bush al mismo lugar de donde había sido rescatado de su nave derribada. Durante su visita, Bush se encontró con un hombre japonés que dijo haber visto su rescate en 1944. El veterano contó que mientras él y sus camaradas miraban cómo se producía el rescate, uno de sus amigos dijo: «Seguramente, Norteamérica ganará la guerra si se preocupan tanto por la vida de un piloto».2 Como cristianos podemos tener la misma confianza en que al final ganaremos la batalla entre el bien y el mal, porque Dios se preocupa mucho por cada uno de sus hijos. Este es nuestro mensaje. Es urgente que proclamemos estas buenas noticias en la distancia y en las cercanías. El día de la liberación está llegando. Nuestra salvación es segura, porque nuestra esperanza está en Jesús.

El juicio traerá liberación El apóstol Pedro habla de este día describiendo tres ocasiones en las que Dios actuó juzgando decisivamente. Vean el relato, para reflexionar: «Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados [...] sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio» (2 Ped. 2: 4-9). “No os equivoquéis”, nos dice Pedro, “la consecuencia del pecado es muerte”. Si bien Dios juzgará, él se mantiene fiel a su carácter de amor y redime a sus fieles.

Referencias 1. Información de Ian Fisher, “The Capture of Hussein: Confrontation; Bearing Questions, 4 New Iraqi Leaders Pay Hussein a Visit” [La captura de Hussein: el enfrentamiento; preguntas de orientación, 4 nuevos líderes iraquíes visitan a Hussein], The New York Times, 15 de diciembre de 2003, en www.nytimes.com. 2. Hugh Sidec, “One Bush’s War and Rememberance” [Una guerra y recuerdos de Bush], Time (23 de septiembre de 2002).

Preguntas para reflexionar y compartir 1. ¿Qué es mejor: hablar del día del juicio o del día de la liberación? 2. ¿Cuál es el propósito del Día de la Expiación en el Santuario celestial?


El quién, el cómo y el cuándo de la adoración.

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studie la historia de cualquier empresa exitosa e inevitablemente encontrará una misión que impulsa a la organización hacia la grandeza. Esta misión captura la esencia de lo que es la compañía. Por ejemplo, considere la misión de Coca Cola: “Colocar una lata de Coca Cola al alcance de la mano de cada persona del mundo”. Walt Disney aspira a “hacer feliz a la gente”. Sony dice: “Queremos experimentar el gozo de avanzar y aplicar la tecnología para el beneficio del público”. El gigante del software, Microsoft, está dedicado a darle poder a la gente “por medio de un software grandioso en cualquier tiempo, lugar y con cualquier aparato”. Y finalmente, considere esta misión ambiciosa y audaz de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: “Proclamar el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14”. Una misión valiente, ¿verdad? Con este propósito, estamos dedicando esta semana a un estudio más profundo de este pasaje de Apocalipsis 14 que traza la misión de la iglesia de Dios de los últimos tiempos. Compartimos directivas proféticas para proclamar un mensaje de esperanza al mundo.

La adoración y nuestra misión Apocalipsis 14: 7 dice que el primer ángel dijo a gran voz: «Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hi-

zo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas». Ayer estudiamos este versículo y consideramos la urgencia de nuestro mensaje a la luz del juicio que ya «ha llegado». Hoy volveremos a ver este versículo para considerar la importancia de la adoración en nuestra misión de esperanza. Preste atención al hecho de que en el corazón de nuestro mensaje de esperanza hay un llamado a “adorar a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Phillip Yancey observa: «Es una cosa terrible el ser agradecido y no tener a quién agradecer, estar maravillado y no tener a quién adorar».1 Como comunidad de fe, tenemos a nuestro Dios para agradecer. ¡Tenemos a alguien a quien adorar! Esto se encuentra en el ADN de nuestra iglesia. La adoración está en el corazón de nuestra misión. Entonces, ¿qué quiere decir esto? Veamos tres preguntas relacionadas con la adoración: ¿A quién? ¿Cómo? ¿Cuándo?

A quién adorar Note quién recibe nuestra adoración. Adoramos a aquel que creó los cielos y la tierra. En nuestra era sofisticada de viaje espacial y tecnología inteligente, es una tentación constante el cambiar nuestros afectos desde nuestro Creador hacia nosotros mismos. A fines del siglo XIX, dos pioneros estaban obsesionados con escalar el monte Rainier, ese pico glorioso de

4.392 metros de altura en el estado de Washington. Buscaron la ayuda de un guía indígena local, quien les informó que su pueblo consideraba que escalar el monte Rainier era un sacrilegio. Él les describió el hogar de Dios en el lago de fuego de la cima y dijo que ningún aborigen se había atrevido a pisotear suelo sagrado. Los andinistas ofrecieron más y más dinero, hasta que finalmente uno de los guías se vendió. Aunque el guía intentó perderlos, los hombres estaban decididos. Cerca del pináculo, el guía dijo: “Tengo prohibido seguir ascendiendo. Desde aquí deben avanzar solos”. Los hombres perseveraron con coraje, decididos a conquistar la montaña. Lo hicieron. Sacaron fotografías. Plantaron una bandera. Apuntaron otra victoria para la humanidad. Si bien su valiente determinación es admirable, en un nivel de análisis más profundo, su logro es perturbador. Después de todo, violaron un tesoro sagrado. Conquistaron para la humanidad algo que antes había estado reservado para Dios. En la era sofisticada de hoy en día, es una tentación constante el elevar a los humanos y disminuir a Dios. Cuando Samuel F. B. Morse inventó el telégrafo hace más de 150 años, sus primeras palabras enviadas por cable fueron: «Lo que ha hecho Dios». Cuando Neil Armstrong pisó la luna en el año 1969, dijo: «Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad». Antes solía ser Dios quien recibía el crédito por rA Semana de Oración 2009 [203] · 11

M A RT E S

La misión de esperanza como adoración


las innovaciones humanas. Ya no es más así. El rabino Harold Kushner dice: «La tecnología es el enemigo de la reverencia. Deliberada o inadvertidamente, la tecnología apaga fuegos sagrados porque es la celebración de lo que el hombre puede hacer. En la Biblia, la adoración a los ídolos no es cuestión de orar a piedras y estatuas. La adoración a ídolos es la celebración de las cosas hechas por el hombre como el mayor logro del mundo. Lo que está mal de la adoración a ídolos, la adoración a los logros humanos como si fueran un logro supremo, no es que sea desleal u ofensivo para Dios. El pecado de la adoración a ídolos es que es inútil. Como es en realidad una forma indirecta de adorarnos a nosotros mismos, nunca puede ayudarnos a crecer, tal como lo hace la adoración a un Dios más allá de nosotros. Como resultado, encontramos que la vida es chata y aburrida, y no nos damos cuenta de por qué».2 Cada espíritu humano anhela alzar la voz con el salmista: «Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria?» (Sal. 8: 3-4). Si Dios no es el objeto de nuestro afecto, entonces encontraremos otra cosa para adorar. Ídolos de películas, videojuegos, autos de carrera; dioses endebles y lamentables se llevarán nuestra adoración si no estamos enfocados en el único Dios que es realmente digno de nuestra alabanza, el Dios que creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra.

Cómo adorar Esto nos lleva a la segunda pregunta. ¿Cómo debemos adorar? Esta pregunta ha despertado discusiones enérgicas en toda la cristiandad. ¿Adoramos con batería? ¿Bailando? ¿Con órgano de tubos? ¿Con las manos alzadas? ¿En silencio? ¿Con risas? No se trata de nosotros y el estilo de adoración que preferimos. La adoración auténtica tiene que ver con rendirnos completamente a Dios. «Estoy convencido de que a los pastores no 12 · [204] rA Semana de Oración 2009

les importa nada la adoración», se lamenta Eugene Peterson. «Realmente no les importa. Y hay un motivo por el cual esto es así. La verdadera adoración no hace que ocurra nada. Es perder el control, es dejar el lenguaje manipulador y el entretenimiento. [...] Los pastores sienten que si realmente practican la adoración, se quedarán con la iglesia vacía muy pronto».3 Demasiado a menudo, la gente confunde la adoración con el entretenimiento para satisfacer los propios deseos. Entonces, dicen cosas como estas: “Hoy voy a adorar en tal iglesia porque tienen un divertido predicador visitante. La próxima semana voy a adorar en tal otra iglesia porque tienen una banda popular de adoración”. ¿Cuál es el resultado? Estamos criando una generación de adictos que una semana corren para asistir a la adoración más electrizante y la semana siguiente buscan al predicador más excitante, y nunca se establecen en ninguna iglesia local. Se quejan de que el servicio de adoración no satisface sus necesidades, como si la iglesia existiera para alimentar los caprichos de entretenimiento y los antojos emocionales de consumidores egoístas. Adorar significa rendir cada impulso al control de Dios y someternos completamente a él. El resultado de la adoración, entonces, es siempre una vida de obediencia radical. Cuando verdaderamente adoramos a Dios, todo lo que hacemos llega a ser una ofrenda de rendición y alabanza. Tiene que ver con él, no con nosotros. Cuando nos reunimos para adorar, expresamos nuestra gratitud a él y humildemente le presentamos nuestras necesidades. Él es el centro de la adoración colectiva, no nosotros.

Cuándo adorar Esto nos lleva a la pregunta: ¿Cuándo adoramos? Lea Apocalipsis 14: 7 y note la clara referencia a la historia de la creación. El que recibe la adoración es «aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas». En la historia de la creación encontramos este relato: «Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el

día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación» (Gén. 2: 2-3). Elena White agrega: «El verdadero sábado, dado al hombre como un recordatorio de la creación, ha sido sacado de su legítimo lugar como mandamiento sagrado de Dios y, en cambio, se exaltó y adoró un sábado falso. [...] Pero un mensaje, el mensaje del tercer ángel, ha llegado al mundo, para exaltar la verdad y colocarla en su posición correcta, para que se mantenga inalterable como la verdad probatoria de Dios para estos últimos días. Los requerimientos de Dios deben ser dados al mundo en toda su frescura y poder original».4 ¿No es un privilegio proclamar el sábado como un regalo de Dios en toda su «frescura y poder original»? ¡Cómo adventistas del séptimo día, ese es nuestro gozo, esa es nuestra misión! Referencias 1. Phillip Yancey, “Open Windows” [Ventanas abiertas], Marriage Partnership, vol. 5, Nº 4. 2. Harold Kusner, Who Needs God [Quién necesita a Dios] (Nueva York: Summit Books, 1989), p. 54. 3. Eugene Peterson, “The Door” [La puerta], Christianity Today, vol. 36, Nº 9 (Nov. / Dic. 1991). 4. Elena White, The Youth Instructor (20 de octubre de 1898).

Preguntas para reflexionar y compartir 1. ¿Cuánto de nuestras vidas debería estar involucrado en la adoración? Dé razones para su respuesta. 2. ¿Por qué la adoración está en el centro de la crisis de los últimos días? 3. ¿Qué “dioses” adora la gente moderna?


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M I É R CO L E S

Una misión de esperanza en medio de la desesperanza Somos llamados a desafiar el sistema de valores del mundo.

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esde que Tony Blair dejó de ser primer ministro del Reino Unido (1997-2007), se ha dicho mucho sobre su vida espiritual. Un número de la revista Time de 2008 ofreció este informe sobre la fe de Blair: «Blair es profundamente religioso; el líder político más abiertamente religioso en Gran Bretaña desde William Ewart Gladstone, hace más de 100 años. Maneja asuntos de religión con destreza. No se echa atrás. Su antigua secretaria de prensa y consejera, Alastair Campbell, recuerda a Blair

en el año 1996 en una escuela en Escocia donde un hombre armado había asesinado a 16 alumnos y a un profesor. En un aula manchada de sangre, Campbell le preguntó a Blair: “¿Qué hace tu Dios con esto?” Blair, dice Campbell, se detuvo y respondió: “Tan sólo porque el hombre sea malo, no significa que Dios no sea bueno”».1 No eliminamos la bondad de Dios porque los hombres puedan ser tan malos. A pesar del aparentemente inevitable colapso moral, financiero y político de nuestro mundo de hoy, hay rA Semana de Oración 2009 [205] · 13


una voz de esperanza que resuena desde las Iglesias Adventistas del Séptimo Día alrededor del mundo. A un mundo desesperado, esta voz le recuerda la bondad de Dios y nuestra irrenunciable esperanza. Cuando los sistemas humanos fallan (y todos fallarán) mire a Jesús y encontrará un motivo de esperanza. Se nos recuerda esta verdad al continuar nuestro estudio del mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14. Hoy llegamos al segundo ángel, que entrega esta advertencia: «Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación» (vers. 8). La caída de Babilonia simboliza el colapso de religiones, esperanzas y sistemas falsos en el tiempo del fin; sin embargo, el mensaje de la iglesia de Dios del último tiempo afirma que algún día todas las cosas serán corregidas. El reino de Dios prevalecerá.

Qué es el mensaje del segundo ángel ¿En qué consiste el mensaje del segundo ángel? Anuncia que Babilonia ha caído. ¿Cuál es la esencia de Babilonia? Es un espíritu de autosuficiencia que se remonta por lo menos a la historia de la Torre de Babel, en Génesis 11: 1-9. En esta historia, la gente planeaba: «Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre» (Gén. 11: 4). Note que no deseaban exaltar a Dios, sino a ellos mismos. En Apocalipsis 17: 5, a Babilonia se la llama «Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra». Literal y simbólicamente, Babilonia ha sido la enemiga de la verdad de Dios y de su pueblo. Representa de manera particular todas las organizaciones religiosas apóstatas de estos últimos días. Confiar en Babilonia es poner la fe y la esperanza en manos de poderes civiles y religiosos en lugar de ponerlas únicamente en el poder de Dios. Históricamente, los años gloriosos de la antigua Babilonia tuvieron lugar durante el reinado de Nabucodonosor cuando reconstruyó la ciudad, con14 · [206] rA Semana de Oración 2009

Colocarse uno mismo en el trono que por derecho le pertenece a Dios es vivir en el espíritu de Babilonia.

virtiéndola en una belleza. Él planeaba hacer que su imperio fuera universal y eterno. La ciudad contaba con 53 templos dedicados a dioses importantes, 955 pequeños santuarios y 384 altares en las calles. Tenía jardines colgantes (una de las siete maravillas del mundo antiguo) que eran regados por medio de un sistema de cañerías por el que se bombeaba agua. Babilonia tuvo tantas construcciones bajo el reinado de Nabucodonosor, que se ocupan 126 páginas solamente para registrar las inscripciones que se grabaron en los edificios que él construyó. Desde la terraza de su palacio, Nabucodonosor podía ver un muro doble que rodeaba la ciudad. La muralla exterior tenía 90 kilómetros de largo y era lo suficientemente ancha como para que pudiera dar vuelta un carro de cuatro caballos. El historiador Herodoto, en el siglo V a.C., dijo que Babilonia sobrepasaba en esplendor a cualquier ciudad en el mundo conocido. No es de extrañarse que Nabucodonosor pudiera regodearse de su prosperidad. Desde la terraza de su palacio se decía a sí mismo: «¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?» (Dan. 4: 30). Este rey delirante se parece bastante a un paciente de una institución de salud mental. Cada noche gritaba desde su celda: —¡Soy el rey del universo! ¡Soy el gobernador del mundo! ¡Todos harán lo que yo diga, porque soy el comandante supremo del universo! Una noche llegó el doctor y lo enfrentó: —¡Harry! Baja de tu silla. Deja de golpearte el pecho. Estás molestando a las personas que intentan dormir. —Pero yo soy el rey del universo.

—Harry, no eres el rey del universo. —¡Sí, lo soy! —gritó aún más fuerte. —¿Y qué te hace pensar que eres el rey del universo? —¡Dios me dijo que soy el rey del universo! Justo en ese momento, una voz emergió de otra celda por el pasillo: —¡Yo no te dije eso! Como Nabucodonosor, muchos hombres han creído ser Dios. Este espíritu altanero de Babilonia es la misma actitud por la que Satanás fue expulsado del cielo. Es la actitud que logró que Adán y Eva fueran echados del Jardín. Está en el centro de la controversia entre el bien y el mal; es el espíritu rebelde que busca ser Dios. Y seamos claros: este espíritu de Babilonia continúa contaminando nuestro planeta. Vea algunas enseñanzas de líderes populares de hoy en día: • Casey Treta, pastor fundador del Centro de Fe Cristiana de Seattle, Washington, una vez predicó lo siguiente: «El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo un día tuvieron una reunión y dijeron: “Hagamos que el hombre sea un duplicado exacto de nosotros”. ¡No sé qué piensan ustedes, pero eso a mí me impresiona! ¡Un duplicado exacto de Dios! Díganlo en voz alta: “¡Soy un duplicado exacto de Dios!”2 La congregación repetía una y otra vez, cada vez más fuerte, en una histeria desenfrenada: “¡Soy un duplicado exacto de Dios!”».3 • Kenneth Copeland, un evangelista televisivo muy conocido, dice: «Tú no tienes un dios dentro de ti. ¡Tú eres un dios!».4 ¿Puede ver cómo estos líderes populares hablan como cristianos? Parecen cristianos. Actúan como cristianos. Y sin embargo, enseñan lo mismo que provocó que Satanás fuera expulsado del cielo: que podemos ser como Dios. Sólo Dios es digno de nuestra adoración. La enseñanza de Babilonia es que somos dioses; dignos de adoración y con libertad para redefinir la ley de Dios. Entonces, Dios llama, en estos últimos días, a un pueblo que reconozca su señorío. Ellos desenmascararán públicamente el engaño del


maligno y de su instrumento religioso y político, y dirán la verdad: “¡Babilonia ha caído!” Antes del regreso de Cristo, la advertencia del segundo ángel será proclamada por los verdaderos seguidores de Dios. Su mensaje desafiará a la gente a salir del movimiento religioso falso de Babilonia, y a seguir al Dios único y verdadero. A la luz de esto, el mensaje del segundo ángel tiene gran relevancia para los seguidores de Cristo de hoy, porque plantea la pregunta: ¿Estará usted dedicado a Dios por completo? O formulada de otra manera: ¿Adorará a su Salvador o a usted mismo?

Relevancia actual del mensaje del segundo ángel Probablemente haya un elemento de Babilonia en todos nosotros, el cual, si no lo sometemos a Cristo, finalmente podría vencernos. Debemos estar alertas. De acuerdo con una parábola, había una vez un hombre que le preguntó a Dios: —¿Qué es más difícil, ser hombre o ser Dios? —Ser Dios es algo mucho más difícil —respondió Dios—. Debo cuidar a todo el universo con sus planetas y galaxias. Tú te preocupas únicamente por tu familia y tu trabajo. —Cierto —discutió el hombre—, pero tú tienes tiempo y poder infinitos. La parte difícil no es hacer el trabajo, sino hacerlo dentro de los límites de la fuerza humana y del tiempo que dura la vida humana. —No sabes lo que dices —dijo Dios—. Es mucho más difícil ser Dios. El hombre respondió: —¿Cómo puedes decir eso cuando nunca has sido humano y yo nunca he sido Dios? ¿Qué te parece si intercambiamos lugares por solo un segundo para que tú puedas saber qué se siente siendo humano y yo pueda saber lo que se siente siendo Dios? Tan sólo un segundo, eso es todo, luego intercambiaremos nuevamente. A Dios no le gustó la idea, pero el hombre siguió rogando hasta que Dios accedió. Intercambiaron sus lugares.

El hombre se convirtió en Dios y Dios se convirtió en ser humano. Según cuenta la parábola, una vez que el hombre se sentó en el trono divino, se negó a darle nuevamente a Dios su lugar. Desde ese momento, el hombre ha gobernado el mundo y Dios ha estado exiliado. ¿Una fábula? Sí. ¿Un cuadro equivocado? No. ¿Puede ver la relevancia del mensaje del segundo ángel en su vida hoy? ¿Hay algún área en la que usted haya sacado a Dios de su trono y se haya sentado en su lugar? Quizá sea un asunto financiero en el que encuentra que es necesario robarle a Dios sus diezmos y ofrendas para poder cumplir con sus obligaciones. Entonces, ¿permitirá que Dios sea Dios en lo relacionado con el dinero? Quizá sea una cuestión de tiempo y quiera hacerse un tiempo de calidad a diario para estar en comunión con Dios, pero con la presión de los trabajos que debe entregar y las fechas de vencimiento no puede encontrar el espacio para incluir sus devociones. La verdadera cuestión es ésta: ¿Permite que Dios sea Dios en cuanto a la forma en que utiliza su tiempo? Quizá sea un hábito pecaminoso arraigado que lo hace sentir fracasado en la vida. Al escaparse bajo las sombras y entrar en componendas con el pecado, encuentra alivio temporario para su dolor. Me pregunto: ¿Permite que Dios sea Dios cuando tiene que encontrar su valor supremo sólo en él? Colocarse a usted mismo en el trono que por derecho le corresponde solo a Dios es vivir en el espíritu de Babilonia. Como pueblo remanente de Dios con un mensaje especial en los últimos días, se nos llama a desafiar el sistema de valores del mundo y vivir únicamente en una dependencia íntima con Dios, porque Babilonia ha caído. Considere el pedido lúgubre del profeta Juan: «Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder, y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque

todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas» (Apoc. 18: 1-4). Este es el llamado final de Jesús a sus seguidores que son miembros de iglesias “babilónicas”. «Salid de ella», ruega, «para que no seáis partícipes de sus pecados». Referencias 1. Michael Elliot, “Tony Blair’s Leap of Faith” [El salto de fe de Tony Blair], Time (9 de junio de 2008), pág. 34. 2. Casey Treat, “Believing in Yourself” [Creyendo en ti mismo], audio del Centro Cristiano de Seattle; citado por Marvin Moore en The Antichrist and the New World Order [El Anticristo y el Nuevo Orden Mundial] (Boise, Idaho: PPPA, 1993), págs. 85-86. 3. Ibídem. 4. Kenneth Copeland, “The Force of Love” [La fuerza del amor], audio BCC-56 (Fort Worth, Tex.: Kenneth Copeland) en archivo del Christian Research Institute-CRI [Instituto Cristiano de Investigaciones]; citado por Michael Horton (ed.) en The Agony of Deceit [La agonía del engaño] (Chicago: Moody Press, 1990), pág. 92.

Preguntas para reflexionar y compartir 1. Como miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, ¿es posible que yo participe del espíritu de Babilonia? ¿Cómo? 2. ¿De qué manera la antigua ciudad de Babilonia es una ilustración apropiada de los poderes de la religión caída de los últimos días?

rA Semana de Oración 2009 [207] · 15


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JUEVES

Aceptemos la misión de esperanza La verdadera adoración lleva a corazones puros y a manos limpias.

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usque en Google la frase “marca de la bestia” y encontrará más de 800.000 resultados (en inglés “Mark of the Beast”, más de 13.700.000). Parece que mucha gente está intrigada con este término, ¿pero qué es exactamente la marca de la bestia? Es un intento por salvarse a usted mismo a través de la sumisión a poderes que son opuestos a Dios y a su Ley; es alabar a la criatura y no al Creador. Es lo opuesto al sello de Dios. Leamos Apocalipsis 14: 9 al 12 y ampliemos estas ideas.

Adoración verdadera versus adoración falsa «Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de 16 · [208] rA Semana de Oración 2009

los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús». Primero, encontramos la práctica de la verdadera adoración en contraste con su adulteración mediante la adoración falsa. Este mensaje se centra en el asunto de la adoración: «Si alguno adora a la bestia». Los debates sobre la adoración no son nuevos en la iglesia. Abundan las discusiones sobre qué adoración es aceptable: adoración abierta, adoración libre, adoración tradicional, adoración privada, adoración colectiva, canciones de adoración, dramatizaciones de adoración, y la lista continúa. Un observador neutral podría llegar a la conclusión de que la adoración tiene que ver con los participantes. En realidad, la adoración que se centra en los adoradores realmente no es nada más que narcisismo espiritual,

idolatría religiosa o, si se prefiere, adoración a la bestia. Como dice Chris Rice: «La verdadera adoración a Dios no es adornar nuestras palabras o nuestra voz y nuestros cuerpos para impresionarlo con nosotros mismos. La verdadera adoración es permanecer al descubierto ante Dios». Y A. W. Tozer afirma: «La adoración es el conocimiento de lo santo». En los últimos días, la iglesia remanente de Dios llamará la atención a la adoración bíblica, verdadera. Esta adoración no ocurrirá en un día que la gente elija, sino en el día sábado que fue santificado en el momento de la Creación. Esta adoración no está concentrada en las preferencias de los seres humanos, sino en el deseo de atribuirle el valor a nuestro santo Dios.

Salvación por fe versus salvación por obras La segunda cuestión que se desprende del mensaje del tercer ángel opone la salvación por fe con la salvación


por obras. Elena de White ofrece este comentario: «El tema de mayor importancia es el mensaje del tercer ángel que abarca los mensajes del primero y del segundo ángel. Todos deben entender las verdades contenidas en estos mensajes y demostrarlas en la vida diaria, porque esto es esencial para la salvación».1 ¿Por qué es tan importante este mensaje? Es importante porque los destinos eternos de todos los seres humanos dependen de este asunto central traído a consideración por el tercer ángel: la cuestión de la adoración. ¿Reservará usted su lealtad solamente para Dios? ¿O transigirá ante un dios falso que blasfema contra el Dios Altísimo? En el reino de Dios, la salvación llega gratuitamente a todos los que aceptan lo que Jesús hizo en la cruz. En el reino falso del maligno, la salvación debe ser ganada por obras. “Cuidado”, dice el ángel, porque “no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia”. El reposo sólo le llega a aquellos que dependen completamente de Jesús para todo: la vida, la libertad, la salvación. Un ejemplo de este reposo viene con el regalo del sábado: el día que Dios ordenó para la adoración. Después de todo, la observancia del sábado es la respuesta maravillosa a lo que Jesús hizo por nosotros. Piense en lo que Jesús ha hecho. Él llevó nuestro castigo por el pecado. Eso significa que no debemos preocuparnos por ser lo suficientemente buenos como para ganar el cielo. Este regalo no está basado en lo que hacemos; se basa en lo que Jesús ha hecho. Nada más. No tiene nada que ver con ir a la iglesia en un día específico, o con abstenerse de comer cerdo o con pagar el diezmo. Somos salvos solamente por la fe en Jesús. A causa del Calvario, Jesús nos da lo que nosotros no podemos ganar: estar bien con Dios (ver Rom. 3: 21-24). Nada podemos agregar a lo que hizo Jesús. El sábado, entonces, es la respuesta ideal a este regalo. Nos recuerda que debemos descansar de nuestra lucha interminable por ser buenos. En nuestro frenesí por intentar ganar nuestra

salvación con buenas obras, Dios nos susurra el regalo del sábado como recordatorio para descansar. ¿No es irónico que Juan el profeta nos diga que este asunto de la adoración será una cuestión central en los capítulos finales de la historia de nuestra tierra? Entonces descanse, compañero de peregrinaje: la obra ya se hizo en el Calvario y su gracia es suficiente para usted.

El sello de Dios versus la marca de la bestia Una dicotomía final que emerge de este texto contrasta el sello de Dios con la marca de la bestia. En Apocalipsis 14, Juan describe dos grupos de personas justo antes de que Jesús regrese. El primer grupo adora a la bestia y recibe su marca: se someten a su autoridad y a su expresión visible en obediencia a una ley adulterada, una ley en la cual se insertó un mandamiento humano. El segundo grupo está constituido por los verdaderos seguidores de Jesús, quienes se mantienen fieles y obedecen los mandamientos de Dios. Los cristianos falsos reciben la marca de la bestia. Los cristianos genuinos reciben lo opuesto de la marca de la bestia, que es el sello de Dios. Este sello se describe simbólicamente como la posesión del nombre de Dios y del Cordero escrito en la frente. Esto significa que el remanente refleja el carácter de Dios en sus vidas. Se mantienen fieles a su Salvador. Están resueltos a obedecer los mandamientos de Dios y a mantenerse fieles a Jesús (Apoc. 14: 12, NVI). Ellos obedecen todos los mandamientos, incluido el cuarto. Elena White escribe: «El sábado del cuarto mandamiento es el sello del Dios vivo».2 Jesús guardaba el sábado. Así dejó un ejemplo para sus seguidores. No observamos el sábado para hacer mérito para la salvación, sino para expresar nuestra lealtad y nuestra adoración al Señor que amamos.3 Rosa Cornelia Veal cuenta que conoció a una mujer llamada Ruby Free: «La conocí cuando ella guiaba un tour por Tierra Santa. Debe tener un secreto, me dije a mí misma con envidia.

Si no, ¿cómo puede lograr tantas cosas con tanta facilidad? Ella era buena para escuchar, resolvía problemas, era una organizadora, hacía de madre para 72 turistas, además de sus dos hijos; y aun así nunca se cansaba, nunca estaba de mal humor. »Luego, de regreso a casa, visité a Ruby. Y creo que descubrí su secreto. Un lema de dos palabras sobre la pica de su cocina: “SÍ, SEÑOR”».4 Ese es el lema del remanente de Dios: “Sí, Señor”. Como el remanente disfruta de una amistad íntima con él, su oración será: “Si Jesús adoraba en sábado y tú me invitas a seguir su ejemplo, entonces: ‘¡Sí, Señor!’”. ¿Y usted? Dios le está preguntando: “¿Participarás en mi misión de esperanza? ¿Reposarás en la obra hecha por mi Hijo, Jesús? ¿Te mantendrás fiel a mí?”. Cuánto anhela escuchar estas dos palabras: “¡Sí, Señor!”.

Referencias 1. Elena White, El evangelismo (Florida, Buenos Aires: ACES, 1993), pág. 147. 2. __________, El conflicto de los siglos (Florida, Buenos Aires: ACES, 1993), pág. 698. 3. Conceptos sobre el sábado adaptados de Jon Paulien, What the Bible Says About the End-time [Lo que la Biblia dice sobre el tiempo del fin] (Hagerstown, Md.: RHPA, 1994), págs. 126-129. 4. http://forums.pinoybusiness.org/index. php?topic=16971. msg101854. Adaptado.

Preguntas para reflexionar y compartir 1. Todos los que adoran en sábado, ¿tienen necesariamente el sello de Dios? ¿Y los judíos? 2. El autor enfatiza las palabras “Sí, Señor”. ¿Cuál es su relevancia en el contexto de esta lectura? 3. El guardar el sábado ¿nos salva?

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¿Dónde se encuentra la buena nueva en un mensaje de furia y tormento?

S

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VIERNES

La misión de esperanza como revelación del carácter de Dios

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e cuenta de un restaurante en Atlanta, Georgia, con un nombre peculiar. Se llama: Parrilla La Iglesia de Dios. No comenzó como un restaurante, sino más bien como una iglesia con la misión de alcanzar la ciudad de Atlanta con el evangelio. Luego, un domingo después de la iglesia, los miembros vendieron platos de pollo para enfrentar una crisis financiera. Esto llegó a ser una buena forma de generar dinero rápidamente. Muy pronto a los clientes les gustó tanto el pollo, que los líderes de la iglesia tuvieron que acortar el servicio de adoración para poder ubicar a las multitudes que crecían en el restaurante. Al poco tiempo, el servicio religioso pasó a ser un estorbo en el camino del floreciente negocio de pollo, así que sacaron la parte de “Dios” para concentrarse en la parrilla. A veces es posible olvidarse de cuál es nuestro objetivo. Las misiones se vuelven neblinosas. Las distracciones contaminan los propósitos. La urgencia le gana a lo que es importante. Consideremos ahora nuestra iglesia. ¿Qué propósito tenemos? Ciertamente, en el corazón de nuestra razón de ser está la gran comisión de Mateo 28: 19 al 20, ¿verdad? Jesús dijo: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».

Pero ¿no podría cada iglesia cristiana considerar que ese es su objetivo? Espero que nuestro viaje juntos durante esta semana nos haya ayudado a profundizar nuestra comprensión del llamado único que tenemos como cristianos adventistas del séptimo día. Por supuesto, somos llamados a hacer discípulos en todas las naciones. Pero, ¿cómo lo haremos? El llamado profético de Apocalipsis 14 identifica nuestra voz única en un momento crítico de la historia de la tierra. Considere una vez más las palabras aleccionadoras del mensaje que se nos llama a proclamar: «Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira» (Apoc. 14: 9-10). Es claro que nuestra misión de esperanza expondrá el verdadero carácter de Dios; y, como parte central de su carácter, encontramos tanto justicia como misericordia. ¿Pero no son incompatibles? ¿Dónde se encuentra la buena nueva en medio de nuestro mensaje de furia y tormento? ¿Cómo podemos cumplir con nuestra misión de proclamar un mensaje que a primera vista parece exhibir virtudes contradictorias? Utilizando el mensaje del tercer ángel como nuestra base, exploremos estos dos atributos de Dios que se nos ha ordenado proclamar.


Proclamar la justicia de Dios La buena nueva de Apocalipsis 14 es que Dios es un Dios de justicia. Dios no permitirá que el pecado quede sin ser castigado. ¿No está agradecido por eso? Después de todo, el clamor por la justicia está entretejido en nuestro ADN humano. Si duda de eso, considere la historia que compartió el pastor Bill Hybels de una niña de ocho años de Salem, Massachusetts, que había pasado por una intensiva terapia psicológica en un intento desesperado por recomponer su vida destrozada. El trauma venía de una noche que había pasado en la casa de una amiga. En algún momento de las horas previas a la madrugada, el padre de su amiga entró a la habitación en la que ella dormía y abusó de ella. Como si eso no fuera suficiente, unas horas más tarde la volvió a atacar. Afortunadamente, esta niña tuvo el coraje de contarles a sus padres lo que había pasado. Desdichadamente, cuando su caso llegó a juicio y se demostró que su atacante era culpable del delito, el juez suspendió la sentencia y liberó al hombre porque, en su opinión, el que había abusado de la niña no tenía el perfil de un delincuente crónico. Mientras tanto, esta niña de ocho años está aterrorizada al saber que el hombre que la violó está suelto y no sufrió ningún castigo por su delito. ¿No le revuelve el estómago esta historia verdadera? Probablemente. ¿Por qué? Porque muy en lo profundo de cada espíritu humano se encuentra el anhelo de justicia. Estamos de acuerdo en que los malos actos no deberían quedar sin castigo, ¿verdad? Por eso, el juicio trae buenas noticias. En las palabras de Cornel West: «La justicia es la forma en la que se ve el amor en público». Como adventistas podemos predicar con seguridad en estos últimos días que el mal no tendrá la última palabra. Nuestro Dios amante no ignorará el pecado. El día de ajuste de cuentas vendrá para todos aquellos que eligen la marca de la bestia, y

ellos «beberán del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira». El apóstol Pablo lo dice de esta manera: «Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder» (2 Tes. 1: 6-9). Espero que no se haya saltado el renglón que habla del castigo que le llegará a aquellos que «no conocieron a Dios». En el fin del tiempo, la diferencia entre la vida y la muerte, el cielo y el lago de fuego, la hará nuestra relación con Jesús. La pregunta clave en el momento de ajuste de cuentas será esta: “¿Conoces a Dios?” Si la respuesta es afirmativa, entonces en el día de ajuste de cuentas encontrará misericordia.

torturar a sus hijos durante una eternidad ardiente. La muerte eterna de los malvados es una expresión del amor de Dios ya que él les otorga, muy a su pesar, lo que ellos han elegido. Él hizo todo lo que podía para evitar esa situación cuando Jesús fue a una cruz sangrienta para asegurarles a sus hijos amados un lugar en el cielo con él. Juan registra: «Oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios» (Apoc. 21: 3). Aquí está la esencia del cielo: ¡Estaremos con Dios! Entonces nuestros corazones y nuestra hambre espiritual quedarán plenamente satisfechos. El salmista escribe: «En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza» (Sal. 17: 15). En breve estaremos en la presencia de nuestro Dios misericordioso para siempre. Eso será el cielo. Así que no abandonemos la esperanza. Perseveremos en la misión. Algún día, muy pronto, ¡veremos a nuestro Dios! Así sea, ¡ven Señor Jesús!

Proclamar la misericordia de Dios La buena nueva de la misericordia de Dios, entonces, es la segunda parte de nuestro mensaje doble. Recuerde cómo culmina el mensaje de los tres ángeles: «¡En esto consiste la perseverancia de los santos, los cuales obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles a Jesús!» (Apoc. 14: 12, NVI). Tengan paciencia, hermanos y hermanas. Aquel que obedezca los mandamientos de Dios y se mantenga fiel a Jesús no tiene nada de qué temer. En lugar de temer, podemos esperar el fin del tiempo porque sabemos que en aquel día recibiremos solamente misericordia de parte de nuestro Dios amante. Frederick Buechner nos recuerda que «el que nos juzga en última instancia será el que más nos ama».1 El juicio es un acto de amor. Olvídense de las nociones populares sobre el infierno que sugieren que Dios es un capataz enojado que se deleita en

Referencias 1. Frederick Buechner, Wishful Thinking: A Seeker’s ABC [Ilusiones: el ABC de un buscador] (Harper Collins, 1993), pág. 58.

Preguntas para reflexionar y compartir 1. ¿Cuál es el propósito principal de la iglesia? 2. ¿Cómo podemos evitar desviarnos de nuestra misión? 3. Explique cómo la justicia y la misericordia de Dios actúan juntas.

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ELENA WHITE

S EG U N D O S Á B A D O

Mensajera del Señor

L EC T U R A S PA R A L A S E M A N A D E O R AC I Ó N

Misión de esperanza lograda Nos dirigimos al hogar.

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La influencia de estos mensajes se ha ido profundizando y ensanchando, poniendo en movimiento manantiales de acción en miles de corazones, trayendo a la existencia instituciones educativas, casas editoras e instituciones de salud; todos estos son instrumentos de Dios para cooperar en la gran obra representada por el primero, el segundo y el tercer ángel volando en medio del cielo, para advertir a los habitantes del mundo que Cristo vuelve por segunda vez, con poder y gran gloria. [...] [Al acercarse el tiempo del fin,] debemos mantener la verdad, porque es la verdad, frente a la oposición más implacable. Dios está trabajando en las mentes humanas; no es sólo el

hombre el que está obrando. El gran poder iluminador es de Cristo; la luminosidad de su ejemplo debe ser conservada ante las personas en cada discurso.

Los mandamientos de Dios y la fe de Jesús El arco iris sobre el trono, el arco de la promesa, testifica al mundo entero que Dios nunca olvidará a su pueblo en su lucha. Que Jesús sea nuestro tema. Presentemos con pluma y voz, no sólo los mandamientos de Dios, sino también la fe de Jesús. Esto promoverá verdadera piedad del corazón como ninguna otra cosa puede hacerlo. Mientras presentamos el hecho de que los hombres son súbditos de un

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A

l tercer ángel se lo presenta volando en medio del cielo, simbolizando la obra de aquellos que proclaman el primero, segundo y tercer mensaje angélico; todos están unidos. Las evidencias de la verdad perdurable y siempre viva de estos grandiosos mensajes, que tanto significan para nosotros y han despertado una oposición tan intensa por parte del mundo religioso, no están extintas. Satanás busca constantemente proyectar su sombra infernal sobre estos mensajes, para que el pueblo remanente de Dios no pueda discernir con claridad su importancia, tiempo y lugar; pero ellos viven y ejercerán su poder sobre nuestra experiencia religiosa mientras el tiempo dure.


gobierno moral divino, su raciocinio les enseña que esto es verdad, que le deben lealtad a Jehová. Esta vida es nuestro tiempo de prueba. Estamos bajo la disciplina y el gobierno de Dios, para formar caracteres y adquirir hábitos para la vida superior. Nos sobrevendrán tentaciones. Abunda la iniquidad; donde menos lo esperamos, se abrirán oscuros y espantosos capítulos para abrumar el alma; pero no necesitamos caer ni estar desanimados porque sabemos que el arco de la promesa se encuentra sobre el trono de Dios. Nos veremos sujetos a pesadas pruebas, oposición, pérdidas y aflicciones; pero sabemos que Jesús pasó por todo esto. Estas experiencias son valiosas para nosotros. Las ventajas no están de ninguna manera limitadas a esta corta vida; alcanzan las edades eternas. A través de la paciencia, la fe y la esperanza, en todas las escenas cambiantes de la tierra, estamos formando caracteres para la vida eterna. A aquellos que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Todas las escenas de esta vida, en las que tengamos que actuar, deben ser cuidadosamente estudiadas, ya que son parte de nuestra educación. Debiéramos colocar vigas sólidas en la construcción de nuestro carácter, ya que estamos trabajando tanto para esta vida como para la vida eterna. A medida que nos acercamos al fin de la historia de esta tie-

rra, avanzamos más rápidamente en el crecimiento cristiano o retrocedemos en proporción igualmente decidida. «Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. [...] Y me acordaré del pacto mío [...] y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne» (Gén. 9: 13, 15). En el arco iris sobre el trono hay un testimonio eterno de que «de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3: 16). Toda vez que se presente la Ley ante la gente, que el maestro de la verdad señale al trono cubierto con el arco iris de la promesa, la justicia de Cristo. La gloria de la Ley es Cristo. Él vino para magnificar la Ley y hacerla honrosa. Preséntese con claridad que la misericordia y la verdad se han encontrado en Cristo, y que se han abrazado la justicia y la paz. Al contemplar su trono, ofrendando vuestra penitencia, alabanza y gratitud a Dios, perfeccionan un carácter cristiano y representan a Cristo ante el mundo; permanecen en Cristo y Cristo permanece en ustedes; obtienen esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Necesitamos meditar en Cristo constantemente, en su atractivo encanto. Debemos dirigir las mentes hacia Jesús y sujetarlas a él. En cada discurso expláyense en los atributos divinos.

Dios inspira esperanza Como el arco iris en las nubes se forma por la unión de la luz del sol y la lluvia, así también el arco iris que rodea al trono representa el poder combinado de la misericordia y la justicia. No debemos mantener solamente la justicia, ya que esto eclipsaría la gloria del arco iris de la promesa sobre el trono; así los hombres verían sólo la penalidad de la ley. Si no hubiera justicia ni castigo, no habría estabilidad en el gobierno de Dios. Es la mezcla entre el juicio y la misericordia lo que hace que la salvación sea completa y acabada. Es la combinación de ambos lo que nos lleva, al ver al Redentor del mundo y la Ley de Jehová, a exclamar: «Tu benignidad me ha engrandecido» (2 Sam. 22: 36). Sabemos que el evangelio es un sistema perfecto y completo, que revela la inmutabilidad de la ley de Dios. Inspira al corazón con esperanza, y con amor hacia Dios. [...] La salvación para el hombre, que Cristo ganó con un sacrificio tan grande, es lo único que tiene valor, es lo que nos salva del pecado, que es la causa de toda la miseria y las desgracias en nuestro mundo. La misericordia ofrecida al pecador constantemente lo está atrayendo hacia Jesús. Si responde, y acude arrepentido y confesando sus pecados, si con fe se aferra a la esperanza puesta ante él por el evangelio, Dios no despreciará al corazón quebrantado y

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contrito. De esta manera, la Ley de Dios no se debilita, sino que se quebranta el poder del pecado y el cetro de la misericordia se extiende al pecador penitente.1

Prepárense para la venida de Cristo Mi hermano, mi hermana, les ruego que se preparen para la venida de Cristo en las nubes de los cielos. Día tras día, desechen de sus corazones el amor al mundo. Comprendan por experiencia lo que significa tener comunión con Cristo. Prepárense para el juicio, para que cuando Cristo venga para ser admirado por todos los que creen, puedan estar entre aquellos que lo recibirán en paz. En aquel día los redimidos resplandecerán en la gloria del Padre y del Hijo. Tocando sus arpas de oro, los ángeles darán la bienvenida al Rey y a los trofeos de su victoria: los que fueron lavados y emblanquecidos en la sangre del Cordero. Se elevará un canto de triunfo que llenará todo el cielo. Cristo habrá vencido. Entrará en los atrios celestiales acompañado por sus redimidos, testimonio de que su misión de sufrimiento y sacrificio no fue en vano.

Nuestra esperanza de reunión La resurrección y la ascensión de nuestro Señor constituyen una evidencia segura del triunfo de los santos de Dios sobre la muerte y el sepulcro, y una garantía de que el cielo está abierto para quienes lavan las vestiduras de su carácter y las emblanquecen en la sangre del Cordero. Jesús ascendió al Padre como representante de la familia humana, y allí llevará Dios a los que reflejan su imagen para que contemplen su gloria y participen de ella con él. Hay mansiones para los peregrinos de la tierra. Hay vestiduras, coronas de gloria y palmas de victoria para los justos. Todo lo que nos dejó perplejos en las providencias de Dios quedará aclarado en el mundo venidero. Las cosas difíciles de entender hallarán entonces su explica22 · [214] rA Semana de Oración 2009

ción. Los misterios de la gracia nos serán revelados. Donde nuestras mentes finitas discernían solamente confusión y promesas quebrantadas, veremos la más perfecta y hermosa armonía. Sabremos que el amor infinito ordenó los incidentes que nos parecieron más penosos. A medida que comprendamos el tierno cuidado de aquel que hace que todas las cosas obren conjuntamente para nuestro bien, nos regocijaremos con gozo inefable y rebosante de gloria. No puede haber dolor en la atmósfera del cielo. En el hogar de los redimidos no habrá lágrimas, ni cortejos fúnebres, ni indicios de luto. «No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad» (Isa. 33: 24). Nos invadirá una grandiosa ola de felicidad que irá ahondándose a medida que transcurra la eternidad. Nos hallamos todavía en medio de las sombras y el torbellino de las actividades terrenales. Consideremos con sumo fervor el bienaventurado más allá. Que nuestra fe penetre a través de toda nube de tinieblas, y contemplemos a aquel que murió por los pecados del mundo. Abrió las puertas del paraíso para todos los que le reciban y crean en él. Les da la potestad de llegar a ser hijos e hijas de Dios.

de Dios. Nunca más se oirán el llanto ni la endecha de las esperanzas destrozadas y de los afectos tronchados. Pronto las vestiduras de pesar se trocarán por el manto de bodas. Pronto presenciaremos la coronación de nuestro Rey. Aquellos cuya vida quedó escondida con Cristo, aquellos que en esta tierra pelearon la buena batalla de la fe, resplandecerán con la gloria del Redentor en el reino de Dios. No transcurrirá mucho tiempo antes de que veamos a aquel en quien ciframos nuestras esperanzas de vida eterna. Y en su presencia todas las pruebas y los sufrimientos de esta vida serán como nada. «No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará» (Heb. 10: 35-37). Alzad los ojos, sí, alzad los ojos, y permitid que vuestra fe aumente de continuo. Dejad que esta fe os guíe a lo largo de la senda estrecha que, pasando por las puertas de la ciudad de Dios, nos lleva al gran más allá, al amplio e ilimitado futuro de gloria destinado a los redimidos.2

Referencias 1. Elena White, “An Appeal to Our Ministers and Conference Committees” [Un llamado a nuestros ministros y comisiones de la Asociación] (1892), Special

Esperanza en el pronto regreso de Jesús Permitamos que las aflicciones que tanto nos apenan y agravian sean lecciones instructivas, que nos enseñen a avanzar hacia el blanco del premio de nuestra alta vocación en Cristo. Sintámonos alentados por el pensamiento de que el Señor vendrá pronto. Alegre nuestro corazón esta esperanza. «Aun un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará» (Heb. 10: 37). Bienaventurados son aquellos siervos que, cuando venga su Señor, sean hallados velando. Vamos hacia la patria. El que nos amó al punto de morir por nosotros nos ha edificado una ciudad. La Nueva Jerusalén es nuestro lugar de descanso. No habrá tristeza en la ciudad

Testimonies [Testimonios Especiales], Serie A, Nº 1b, págs. 15-21. 2. __________, Joyas de los testimonios (Florida, Buenos Aires: ACES, 1987), t. 3, págs. 432-434.

Preguntas para reflexionar y compartir 1. ¿Qué relevancia tiene el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14 para la vida en el mundo de hoy? 2. ¿Qué es lo que usted más anhela para cuando Jesús regrese?


LINDA MEI LIN KOH

L EC T U R A S PA R A LO S N I Ñ O S

Directora de los Ministerios del Niño de la Asociación General.

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Mi sión posible Jesús es el cumplimiento de nuestra esperanza. PRIMER SÁBADO

¡Misión peligrosa! Versículo para memorizar «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3: 16).* Actividades previas Muéstreles a los niños fotos o recortes de diarios de misiones arriesgadas y peligrosas como, por ejemplo, el ascenso del monte Aconcagua o el rescate de personas atrapadas en tormentas, en inundaciones, en accidentes, etc. Luego pregunte: “¿Os hubierais unido a una misión como ésta? ¿Por qué?”. Historia Gerson se despertó con el teléfono a las 2:00 de la madrugada. “Sí, señor, voy para allá”, respondió rápidamente. Se colocó su uniforme a gran velocidad, tomó su equipo de rescate y salió en dirección a la unidad de helicópteros del cuartel de la armada. “¡Vamos! ¡La gente se está ahogando!”, gritó su comandante.

El helicóptero voló con seis hombres a bordo para una misión de rescate. Los vientos eran fuertes y había poca visibilidad. Tuvieron que luchar contra la tormenta que aumentaba su intensidad a cada minuto. Gerson y sus compañeros de equipo esforzaban sus ojos para buscar gente que pudiera estar atrapada en los techos, apartamentos o en las copas de los árboles. “¡Mirad! ¡Dos niños en el techo!”, gritó Gerson. “Acerquémonos”. El piloto bajó el helicóptero e inmediatamente Gerson y su compañero Víctor saltaron hacia el techo con cuerdas atadas a su cintura. Justo cuando estaban estirando sus brazos para alcanzar a los niños, una fuerte ráfaga de viento los hizo balancearse alejándose de ellos. El helicóptero trató de acercarse una vez más para un segundo intento. “¡Mami, mami!”, gritó la pequeña niña, que estaba mojada y con frío bajo una manta. Gerson y Víctor intentaron aterrizar en el techo por tercera vez, ¡y esta vez lo lograron! “Estaréis bien”, le gritó Gerson a la pequeña niña mientras la tomaba de la cintura y los dos ascendían hacia el

helicóptero. “Encontraremos a tu mamá”, le dijo consolándola. Al mismo tiempo, Víctor tomó la mano del hermano mayor, cubrió su cuerpo tembloroso, y juntos también fueron elevados hasta que se hallaron seguros. El helicóptero sobrevoló en círculos dos veces sobre la casa antes de volar a un lugar seguro. ¡Fue un día duro! ¡Fue una misión peligrosa! Ese día Gerson y su equipo rescataron a más de 150 personas. Aunque estaban exhaustos, Gerson se sentía feliz y satisfecho. Había sido una misión peligrosa, pero había salvado muchas vidas preciosas. Lección Jesús, el Hijo de Dios, fue enviado a una misión similar a este mundo a salvar a todos los que hayamos desobedecido a Dios y pecado contra él. Aun antes de que Jesús naciera, el ángel Gabriel le dijo a su madre: «Y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mat. 1: 21). Isaías profetizó que Jesús, el Mesías, vendría a esta tierra a traer esperanza y salvación a todos en este mundo. «Ciertamente él cargó con nuestras

* Todas las referencias en las lecturas para los niños se tomaron de la Nueva Versión Internacional, excepto cuando se indica lo contrario. rA Semana de Oración 2009 [215] · 23


enfermedades y soportó nuestros dolores […]. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados» (Isa. 53: 4-5). Sí, Jesús mismo vino en una misión de esperanza para rescatarnos de este mundo pecaminoso para darnos vida eterna. ¡Estas son noticias maravillosas! Pero debemos compartir estas buenas noticias con otros para que ellos también puedan recibir esta esperanza. Así, Jesús les dio a sus discípulos la gran comisión de que fueran y enseñaran a otros para hacerlos sus discípulos (Mat. 18: 19-20). Este mandato de compartir las buenas noticias con todas las personas también es para nosotros hoy. Las tormentas del pecado y la tentación tienen la fuerza de un huracán. Hay niños y familias en nuestro mundo que necesitan a Jesús para salvarlos del ataque. Dios necesita que vayamos en misiones de rescate por él, para traerles esperanza. Aplicación Haced una lista de proyectos de misión que chicos de tu edad puedan llevar a cabo para dar las buenas noticias a sus amigos y vecinos. Ved con vuestros padres o maestros de escuela sabática cómo pueden ayudarlos a implementar alguno de estos proyectos. Discusión 1. ¿Qué mensaje de esperanza podrías compartir con una persona rescatada y su familia que hayan perdido todo en un terremoto o inundación? 2. ¿Cómo puede ayudarte Jesús en tu vida diaria cuando seas tentado a copiar en un examen o a decirles una mentira a tus padres? 3. Suponed que una persona fue rescatada de la tormenta de la tentación de Satanás y viene a nuestra iglesia. ¿Qué podríais hacer, los niños, para ayudarla en esta misión de recuperación? Actividad Cada uno escriba en una hoja de color (tamaño folio) la frase “Misión de 24 · [216] rA Semana de Oración 2009

Esperanza” y decórala usando marcadores, lentejuelas u otros materiales. Pega un adhesivo del rostro de Jesús acompañando el título, y luego pega fotos de personas o escribe atractivamente los nombres de quienes quieres incluir en la Misión de Esperanza de Jesús. Cuelga el trabajo terminado en tu cuarto.

DOMINGO

Salvad al mundo en bicicleta Versículo para memorizar «Por tanto, íd y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado» (Mat. 28: 19-20). Actividades previas Divida a los niños en grupos de tres o cuatro. Dé a cada grupo un mensaje diferente escrito en un pedazo de papel, como por ejemplo: “¡Jesús viene!”, “Lee la Biblia”, “Jesús sana”, “Ama a Dios”. Luego los grupos se reunirán y deberán comunicar a los demás qué métodos aplicarían para esparcir su mensaje a la gente que lo desconoce. Historia “¡Despertad! ¡ Despertad!”, gritó Pamela, de 6 años de edad, tirando de su mamá y su papá. “¡No podemos llegar tarde! El tío Óscar correrá esa maratón en bicicleta”, les recordó Pamela. Habría una gran despedida en el puerto para cincuenta ciclistas que iban a cruzar el país en bicicleta con el mensaje de salvar la Tierra. Planeaban que les tomaría un mes completar el viaje. “Mami, ¿el tío Óscar va a andar en su bicicleta y nada más?”, preguntó Pamela. “¡No, querida! El tío Óscar y todos los demás van

a andar en bicicleta y van a entrar a las ciudades para pedirle a la gente que salve el medio ambiente”, explicó la mamá. “¿No pueden anunciar eso por televisión? ¿No es más fácil?”, volvió a interrogar Pamela con curiosidad. “Sí, es más fácil, pero ellos quieren que la gente sepa cuán serio e importante es este mensaje. Todos los ciclistas quieren aparecer en persona para compartir las buenas noticias de que hay que cuidar los bosques y los océanos”, respondió la mamá. Pamela y sus padres llegaron al puerto a tiempo para ver a cientos de personas agitando banderas verdes y saludando a los cincuenta ciclistas rumbo a su misión de atravesar el país. “¡Allí está el tío Óscar!”, le señaló Pamela a su papá con entusiasmo. “¡Adiós, tío Óscar! ¡No te olvides de escribir!”, gritó Pamela. Pasó una semana y, una mañana durante el desayuno, la mamá mostró una tarjeta. “¡Una postal del tío Óscar!”, exclamó. “¿Ya esparció las buenas noticias?”, quiso saber Pamela. “¡Sí, Pamela! Llegaron a todas las ciudades del sur del país y la gente les dio la bienvenida. Repartieron folletos y hablaron con muchas personas sobre cómo salvar el medio ambiente”, le contó la mamá. “¡Maravilloso! Supongo que Óscar todavía tiene muchas ciudades por visitar”, comentó el papá. “El camino para atravesar el país es largo”, suspiró la mamá. “Mamá, ¿puedo ir a una maratón en bicicleta?”, preguntó Pamela con ansiedad. “Quiero contarles a otros niños las buenas noticias de Jesús”. “¡Definitivamente! ¿Por qué no iniciamos una maratón en bicicleta primero en nuestro vecindario?”, sugirió la mamá. “¡Bueno!”, exclamó Pamela. “Mañana iré en bicicleta hasta la casa de Paola para contarle de Jesús”. “¡Apoyo la idea!”, agregó el papá, con entusiasmo. Shutterstock


Lección Podemos ser muy pequeños como para cruzar el país en bicicleta o dar la vuelta al mundo por nuestra propia cuenta, pero siempre podemos andar en bicicleta en nuestro vecindario para Jesús. Jesús fue muy claro en su mandato cuando les dijo a sus discípulos: «Seréis mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra» (Hech. 1: 8). Les estaba pidiendo que primero comenzaran a testificar en sus hogares, luego salieran a sus vecindarios y finalmente a otras áreas de la tierra. La gran comisión de Jesús a sus discípulos también es para nosotros hoy. ¡Nos está pidiendo que vayamos a esparcir sus buenas nuevas en el lugar donde vivimos! ¿Parece una tarea demasiado grande para ti? No te preocupes, Jesús nos prometió: «Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra mejor en los débiles» (2 Cor. 12: 9, DHH). El apóstol Pablo participó de una maratón para compartir el evangelio con muchas naciones y pueblos. Él también viajó en barco a Corinto, Tesalónica y Chipre a esparcir las buenas nuevas de la salvación. Tú también puedes unirte a una maratón en bicicleta o a pie para compartir a Jesús con tus vecinos que no lo conocen. Aplicación Escribid en tres tarjetas el mensaje: “Jesús te ama”. Decorad las tarjetas y repartidlas a tres amigos que no conozcan a Jesús. Discusión 1. ¿Cuál es la buena noticia de Jesús? (Que murió en nuestro lugar por nuestros pecados para que podamos vivir para siempre con él.) 2. ¿Es realmente posible esparcir las buenas nuevas de Jesús alrededor del mundo? ¿Nos está pidiendo algo imposible? 3. ¿Puedes sugerir algunas formas nuevas de compartir las buenas noticias? ¿Qué tal una maratón de oración?

Actividad Ordenad las letras de las siguientes palabras relacionadas con la gran comisión de Jesús que encontramos en Mateo 28: 19 y 20. UBTZARAI CNAOISEN PILOSDCSUI NSAOT RUIPSEIT RAPED CREODEEB ÑESEAODNESNL Respuestas: bautizar, naciones, discípulos, Santo, Espíritu, Padre, obedecer, enseñándoles

“Siempre y cuando mamá vaya en bicicleta contigo”.

LUNES

Un juez justo Versículo para memorizar «Quiero cantar al amor y a la justicia: quiero, Señor, cantarte salmos» (Sal. 101: 1). Actividades previas Reúna a los niños en grupos de cuatro integrantes y muéstreles cinco láminas. Pídale a cada grupo que observe y elija las dos mejores para colgar en el aula. Luego todos los grupos deben estar de acuerdo para que en la sala queden sólo dos láminas. Luego pregunte: “¿Os resultó fácil elegir estas láminas? ¿Estuvisteis de acuerdo todos los grupos en los dos mejores cuadros? ¿Fue fácil ser justo y no dejarse influir?”. Historia “¡Apresúrate, Carina! Necesito llegar a la apertura de la exposición de flores en media hora”, dijo la mamá con impaciencia. “¡Vamos! Te pondrás las zapatillas en el coche”, continuó mamá mientras tomaba su bolso y se dirigía al coche. La Exposición Anual de la Flor era el evento más importante de aquella ciudad. Cada primavera se presentaban más de trescientos tipos de flores para la competencia. Había tulipanes, narcisos, azaleas, crisantemos y muchas más. ¡Este año era especial porque mamá iba a ser uno de los seis jueces del concurso! “¡Oh, mira, papá, me encantan los narcisos amarillos!”, exclamó Carina. “¿Cómo hará mamá para juzgar cuáles

son las mejores flores? Yo creo que no podría hacerlo”, reflexionó Carina con seriedad. “Tienes razón. No es fácil ser juez. Un juez tiene que ser justo y verdadero”, explicó el papá. Después de un largo día, Carina y su papá se reunieron con muchas otras personas en el salón para esperar que se anunciaran los ganadores de la competencia. “El Premio de la Cinta Azul para la mejor variedad de este año es para Jazmín Juárez”, anunció la mamá con emoción. “Y la mención de honor es para...” Muchas mujeres se reunieron alrededor de la flor ganadora del Premio de la Cinta Azul para admirar su belleza. Era un tulipán de pétalo doble en tres tonos de rojo. A Carina le pareció que los jueces habían sido bastante precisos y justos. Pero al avanzar hacia las otras mesas para mirar otras flores, escuchó a un par de mujeres criticando la decisión de los jueces. “Me parece que el tulipán de Rita Salinas debería haber ganado el Premio de la Cinta Azul, en vez de este”, se quejó la primera mujer. “Sí, estoy de acuerdo. Los jueces siempre favorecen a los que vienen del este”, agregó la segunda. “Escuché que Jazmín Juárez es pariente de uno de los jueces”, insinuó la primera mujer. “Eso no es justo”, pensó Carina para sus adentros. “¡Cómo se atreven a culpar a mi mamá de ser un mal juez! Papá dijo que es difícil ser juez. Debo decirle esto a mamá”. Luego, Carina corrió a buscarla. La mamá había actuado bien como juez, no había sido la clase de jueces que hacen diferencias. Lección La Biblia nos dice que Dios será juez de todo lo que hacemos en nuestra vida antes de que Jesús venga otra vez. El rey Salomón nos recuerda que «Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto» (Ecl. 12: 14). A todos nosotros se nos dio tiempo para arrepentirnos y pedir perdón por nuestros pecados, y Jesús quiere llevarnos pronto con él al hogar en el cielo. Por rA Semana de Oración 2009 [217] · 25


lo tanto, el juicio debe venir, pero Jesús nos ama tanto que él juzgará con justicia y bondad. ¿Recordáis la parábola de los talentos que contó Jesús? Mateo 25: 19 nos cuenta de un señor (Jesús) que regresa de un largo viaje para juzgar los resultados de las inversiones de sus siervos. El que recibió cinco talentos y el que recibió dos resultaron fieles al multiplicar sus talentos, y fueron muy premiados. Al que se le había dado un solo talento, pero no hizo nada para multiplicarlo e incrementarlo, se lo juzgó como infiel y se le quitó su único talento. Esta historia nos enseña que, al fin del tiempo, todos deberemos dar cuenta de lo que hayamos hecho. ¡Pero el juicio en realidad es una buena noticia! No hay nada de qué temer porque ese es el momento en que Jesús vendrá a llevarnos con él. De hecho, cuando Jesús, el Rey, vuelva, «cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará a unos de otros, como separa el pastor las ovejas de las cabras» (Mat. 25: 31-32). Lo más importante que tenemos que hacer es confesar nuestros malos actos a Jesús, diciéndole que nos arrepentimos por nuestros pecados. La Biblia promete: «Pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios hará lo que es justo: nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad» (1 Juan 1: 9, DHH). Así que estemos preparados para ver a Jesús cada día, para mantener viva nuestra esperanza. Y en el día del juicio nos declarará libres de pecado para siempre. ¡Tan sólo pensad en esto! Viviréis con Jesús para siempre y nunca más cometeréis un error. Aplicación Haced una lista de ideas sobre cómo estar preparados para el día cuando Jesús venga a juzgar la tierra. Compartidlas con vuestros amigos en las clases. Discusión 1. ¿En qué aspecto el juicio es un evento gozoso? ¿Cómo podrías darle 26 · [218] rA Semana de Oración 2009

tranquilidad a tu amigo que ve el juicio como un “día temible y terrible”? 2. Nombrad dos parábolas dadas por Jesús que hablen sobre el juicio que se llevará a cabo cuando él regrese. Actividad Trabajad en grupo y escribid una estrofa poética o la letra de una canción conocida sobre nuestro Dios como un Juez amante y justo. Luego recitad la estrofa poética o cantad la canción frente a los compañeros de la clase.

MARTES

¡Jueves especial! Versículo para memorizar «Venid, postrémonos reverentes, doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor» (Sal. 95: 6). Actividades previas En una cartulina o pizarra escriba: “Nuestro tiempo especial”. Pregunte: “Si tuviérais un día especial con vuestra mamá o papá, ¿qué os gustaría hacer juntos? ¿Por qué es divertido tener momentos especiales solos con mamá o papá?”. Historia “¡Estoy en casa, papá!”, dijo Adrián con entusiasmo, al cerrar la puerta de entrada y correr hacia arriba para cambiarse la ropa. Enseguida escuchó que alguien cerraba la puerta de la cocina. “¿Hijo, estás listo?”, llamó el papá desde abajo. “Dame un minuto para cambiarme”. Sí, el jueves era el día especial para Adrián y su papá, porque juntos irían a la pista de vóleibol. El papá llegaba a la casa aproximadamente a las 16:00, y luego padre e hijo pasaban un tiempo haciendo cosas divertidas juntos. Su actividad favorita era jugar vóleibol en la pista del polideportivo del barrio con otros equipos de otras familias. Después de un partido emocionante, gene ralmente pasaban por la heladería. Algu nos jueves pasaban el rato comprando repuestos para la bicicleta o visitando tiendas de artículos musicales. ¡Lo me-

jor para Adrián era que tenía a su papá sólo para él cada jueves de tarde! ¡Sólo ellos dos! El jueves anterior, después de su partido de vóleibol, habían ido a visitar a un amigo del papá que estaba internado con neumonía. El papá le prometió arreglar su ventana rota la semana siguiente. Cada jueves Adrián y su papá pensaban en algo interesante para hacer juntos. “Esto es como el día de reposo”, comentó el papá una vez. “¿Día de reposo?”, preguntó Adrián, sorprendido. “Pensé que el sábado era el día de reposo”. “Tienes razón”, continuó el papá, “pero el día de reposo es como nuestro tiempo especial con Dios. Le adoramos, cantamos canciones de alabanza a él y hacemos cosas que sabemos que le agradan. Hacemos esto cada semana en el mismo día... ¡el sábado!” Así es, a Adrián le encanta cantar coritos con su guitarra, orar por sus amigos, dialogar en la escuela sabática y escuchar el mensaje de Dios durante el sermón. ¡Adorar a Dios es emocionante! ¿Puedes imaginártelo? Ahora Adrián tiene dos “momentos especiales” cada semana: uno el jueves con su papá, y el otro el sábado con Jesús. ¡Él espera ambos días con ansiedad! Lección Cuando Jesús estuvo en la tierra, disfrutaba de su “tiempo especial” con Dios. Iba a la sinagoga a orar. Le encantaba leer los grandes rollos de la Escritura. Lucas 4: 16 nos dice que «fue a Nazaret, donde se había criado, y un sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre. Se levantó para hacer la lectura». También sus discípulos: Pedro, Santiago, Juan y los otros iban al templo a adorar a Dios. El apóstol Pablo se reunía con muchos creyentes cada sábado en la iglesia. Ese era un momento maravilloso para cantar y alabar a Dios juntos, y escuchar a Pablo predicar sobre Jesús. Aparte del sábado, a Jesús también le encantaba hablar con Dios a solas durante su “tiempo especial” con él. La


Aplicación En una pizarra, marcad dos columnas. En una de ellas escribid las actividades que os gustaría hacer en el “tiempo especial” que tendréis con Jesús en el cielo; y en la siguiente columna, qué preguntas os gustaría hacerle a Jesús. Discusión 1. ¿Cómo puedes aplicar esta lección para hacer que tu “tiempo especial” con Jesús sea importante? 2. ¿ Es necesario tener un “momento especial” cada día, para estar con Jesús, además del sábado? ¿Qué podríamos hacer? 3. ¿Por qué el papá de Adrián separaba un tiempo cada semana para hacer cosas con su hijo? ¿Por qué es bueno apartar un tiempo diariamente para comenzar el día con Jesús? Actividad Buscad los siguientes versículos para descubrir un requisito esencial para pasar nuestro “tiempo especial” con Dios en la eternidad. 1 Samuel 15: 22 Isaías 1: 19 Hechos 5: 29 Éxodo 19: 5

MIÉRCOLES

¡Reunidos al fin! Versículo para memorizar «Cobrad ánimo y armaos de valor, todos los que en el Señor esperáis» (Sal. 31: 24). Actividades previas Muéstreles a los niños imágenes de niños y adultos con expresiones tristes. Luego pregunte: “¿Qué tienen en común las expresiones de los rostros en todas estas imágenes? ¿Temor? ¿Desánimo? ¿Tristeza? ¿Qué significa sentirse sin esperanza o perdido?”. Historia “Mamá, mamá, ¿dónde estás?”, gritó Lucas, de seis años, al aferrarse con fuerza a su mantita. Todos parecían correr de un lado para otro, algunos llevaban bolsos, ropa y cualquier cosa que encontraban. Lucas recordaba que estaba siguiendo a su mamá y a sus dos hermanos, y que habían salido por la puerta para tomar el autobús, cuando de repente se escuchó un estruendo del otro lado de la calle. Se dio vuelta para ver qué había pasado y se soltó de las manos de su mamá. “¡Gastón, Gastón!”, gritó Lucas con ansiedad, llamando a su hermano. Pero ni la mamá ni Gastón estaban allí. Había demasiada confusión como para saber qué hacer. Todos parecían correr apurados. Entonces, ¿dónde podría estar su mamá? El temor se apoderó de Lucas mientras lloraba y corría buscando a su mamá. Caminó y caminó hasta que no pudo seguir más. Todas sus esperanzas de encontrar a su mamá se vieron frustradas. De repente, cayó al suelo y se desvaneció. “¡Despierta, despierta!”, Lucas sintió que alguien le tocaba el rostro. “¡Mamá! ¡Gastón!”, gritó Lucas muy fuerte, al recobrar la conciencia. Mirando a su alrededor, se dio cuenta de que se encontraba en el regazo de una mujer extraña. “¡Está bien! ¡Te ayudaremos a encontrar a tu mamá!”, le aseguró la extraña.

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Biblia registra que «por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios» (Luc. 6: 12). Pensad en esto: Jesús disfrutaba hablando con su Padre durante toda la noche. ¡Era un momento especial entre Padre e Hijo! ¿No queréis elevar vuestras voces y alabar a Dios también? El salmista nos insta a decir: «¡Alabado sea el Señor! Dad gracias al Señor, porque él es bueno; porque su amor es eterno» (Sal. 106: 1, DHH). El profeta Isaías nos dice: «¿Acaso no lo sabes? ¿No lo has oído? El Señor, el Dios eterno, el creador del mundo entero; no se fatiga ni se cansa, y al débil le aumenta su vigor» (Isa. 40: 28, DHH). Sí, nuestra esperanza descansa en el día cuando podamos disfrutar nuestro “tiempo especial” con Jesús y con Dios para siempre. No va a ser únicamente en sábados o en jueves. ¡Será todos los días y para siempre!

“¿De verdad?”, preguntó Lucas, casi sin aire. “Gracias, señora”. “Soy del gru po de rescate y ya hemos enviado a alguien a buscar a tu mamá”, le dijo la señora extraña a Lucas nuevamente. “¿Puedo pedirle a Jesús que me ayude a encontrar a mi mamá?”, preguntó Lucas con timidez. “¡Por supuesto! ¡Jesús sabe dónde está tu mamá!”, respondió la mujer, sonriendo. Luego de hacer una corta oración, Lucas se puso de pie y comió algo. Aun después de haber comido bien se sentía solo, con temor y preocupado. ¿Había esperanzas de poder ver a su mamá nuevamente? Aferrándose a su mantita, Lucas lloró hasta que se quedó dormido esa noche. Todo a su alrededor se veía tan desconocido. A la mañana siguiente escuchó que había gente afuera que gritaba y corría. Los coches y los camiones tocaban la bocina sin parar. ¡Pero Lucas se sentía perdido y triste! Repentinamente, escuchó unas voces familiares que venían hacia su habitación. Su corazón comenzó a latir más y más rápido. ¿Sería posible? ¿Estaba imaginando cosas? ¿Su esperanza se haría realidad? Las voces se volvían cada vez más fuertes y cercanas. “¡Mamá, mamá!”, exclamó Lucas con alegría, mientras salía corriendo para verla con sus propios ojos. “Lucas, Lucas, mi niño”, dijo la mamá al correr hacia delante para abrazar a su pequeño niño perdido. “Pensé que nunca más te volvería a ver”, exclamó la mamá con ternura mientras levantaba a Lucas y lo abrazaba fuerte. “¡Gracias, Dios!” “¡Mamá, estoy tan feliz! ¡No perdí las esperanzas de encontrarte!”, le contó Lucas con una sonrisa al aferrarse de la mano de su mamá. Lección Pensad, la gente como vosotros y como yo está perdida en este mundo. Vientos de distracciones tecnológicas, rA Semana de Oración 2009 [219] · 27


Aplicación Haga que los niños monten tarjetas especiales en forma de corazón y que las decoren con una imagen de Jesús. Escriba el versículo: «¡Mi esperanza está en ti!» (Sal. 39: 7, DHH). Anímelos a compartir sus tarjetas con algunos niños en el hospital, en el vecindario, o con ancianos de algún hogar para la tercera edad. Discusión 1. ¿Qué significa estar desesperanzado? Identificad algunas palabras relacionadas con ese sentimiento. 28 · [220] rA Semana de Oración 2009

2. ¿Podéis pensar en algún momento en vuestra vida cuando os sentistéis perdidos o sin esperanza? Compartidlo con la clase. 3. Colocamos nuestra esperanza en Jesús cuando le entregamos nuestros problemas y dejamos de preocuparnos por nuestra cuenta. ¿Podéis contar alguna vez en la que hicistéis eso? Actividad Participad de este divertido juego adivinando los nombres de las personas que colocaron su esperanza en Jesús a pesar de las circunstancias difíciles. a. Perdió todo repentinamente, incluyendo su fortuna, su propiedad y los miembros de su familia. ...................................... b. Había perdido toda esperanza de curarse después de haber consultado a muchos médicos durante 12 años. ..................................... c. Aunque era esclavo en tierra extranjera, nunca perdió la esperanza en Dios y fue premiado con puestos importantes en la corte del rey. .......................................... d. Ella colocó su esperanza en Dios para salvarla y salvar a su pueblo de ser destruidos por un malvado oficial de la corte. ...................................... e. Predicó fervientemente sobre la esperanza en Jesús a lo largo de sus viajes misioneros. ............................

JUEVES

Leal hasta el final Versículo para memorizar «Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida» (Apoc. 2: 10). Actividades previas Prepare cinco o seis tarjetas que enumeren conductas leales o desleales, tales como quejarse, animar; mentir, decir la verdad; criticar, defender; robar, devolver; culpar, perdonar. Dibuje una línea en el medio de la sala y marque de un lado la palabra LEAL, y del otro lado, la palabra DESLEAL. Los alumnos deben estar ubi-

cados en la línea del medio. A medida que lean cada conducta en voz alta, y si los niños creen que ese comportamiento representa la lealtad, deben moverse hacia el lado LEAL. Si creen que esa conducta ilustra un acto desleal, deberán pasarse al lado DESLEAL. Después de que se hayan leído todas las tarjetas, discutan brevemente lo que significa la lealtad. Historia “¡Guardar su día santo! ¿Qué tontería es esta?”, refunfuñó en voz alta el comandante. “Señor, el soldado Acevedo se toma su religión en serio”, explicó el sargento, “y tampoco porta armas”. “¡No porta armas! ¡No está los sábados! ¿Qué está haciendo en el ejército?”, gritó el comandante. Ramón Acevedo luchaba toda la noche en un rincón de su celda, orando para que Jesús le diera fuerzas para poder soportar esta prueba. A los 18 años, Ramón había tenido que unirse al ejército durante dos años. No había excepciones. Sus padres oraron con él antes de que se fuera y le leyeron muchos textos bíblicos que podrían ayudarlo en tiempos difíciles. Sí, él recordaba Mateo 19: 26: «Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible». ¡Definidamente, contaba con que Dios haría lo imposible allí en el campamento! “No te preocupes por ser fiel en el ejército. ¡Dios comprenderá!”. Ramón se dio vuelta para ver quien le hablaba, pero no pudo ver a nadie. Pero estaba seguro de que había escuchado esa voz fuerte y clara en su habitación. ¿Podría ser...? “Jesús, ayúdame a pasar este día. Quiero serte fiel y leal”, susurraba Ra-

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tormentas de pecado, enfermedades y tentación borran todas las esperanzas de un futuro. La gente se odia entre sí; hay guerras y matanzas. De hecho, Jesús nos dijo que, antes de su regreso, «se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes» (Mat. 24: 7). Además, observad los desastres naturales que han matado a miles de personas en estos últimos años: el Tsunami, el huracán Katrina, el ciclón Nargis y los terremotos en China. Mirad las guerras de Irán e Irak, y el miedo al terrorismo y a otras cosas malas que la gente hace contra otras personas. Nadie parece tener soluciones. La gente en todas partes está buscando algo mejor, pero no saben dónde encontrarlo. Pero nosotros sí sabemos. La Biblia nos recuerda que la verdadera esperanza se encuentra únicamente en Jesús. El apóstol Pablo estuvo completamente de acuerdo con esto cuando dijo: «A éstos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria» (Col. 1: 27). Esta es la esperanza que podemos compartir con nuestros amigos y vecinos cuando están deprimidos y desanimados por la vida y sus muchos problemas. Invitadles a la iglesia para encontrar esta esperanza en Jesús que les dará paz. Recordad: «Feliz quien recibe ayuda del Dios de Jacob, quien pone su esperanza en el Señor su Dios» (Sal. 146: 5, DHH). Eso es lo que hizo Lucas cuando colocó su esperanza en Jesús para que lo ayudara a encontrar a su mamá.


món, al colocarse en la fila en la mañana cuando pasaban lista. “¡Soldado Acevedo, preséntese al comandante del campamento!”. La orden del sargento se oyó claramente y con fuerza. ¡No había forma de escapar ahora! El corazón de Ramón latía rápidamente al golpear a la puerta del comandante. “¡Tienes malos antecedentes, hijo! Fuiste expulsado de dos campamentos en un mismo mes”, gruñó el comandante. “¿Quién te crees que eres? Te niegas a entrenar los sábados y te niegas a portar armas. ¡Has violado la ley de nuestro país! ¡Eso quiere decir que irás a la corte marcial!”. “Señor, la Biblia enseña que debemos guardar el sábado como día santo”, respondió Ramón, audazmente. “Prepárate para la corte marcial, mañana a las 9 de la mañana”, ordenó el comandante. Una corte marcial es un tribunal militar. Puede determinar castigos severos para los soldados. ¡Oh! ¡Ramón nunca había tenido que ir a un tribunal, mucho menos para ser juzgado! Era la peor noche que Ramón había pasado. Llamó a su papá y a su mamá, quienes oraron con él por teléfono. Continuaron animándolo a confiar en que Dios haría lo imposible. “Recuerda Isaías 40: 31, hijo”, dijo su madre suavemente por teléfono. Isaías 40: 31 siguió surgiendo en la mente de Ramón durante toda la noche: «Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán». “¡Señor, necesito en forma urgente esas alas de águila! Dependo de tu promesa”, oró Ramón. Varios oficiales militares ya estaban sentados en la sala cuando Ramón llegó para su juicio. “Soldado, ¿está dispuesto a ir preso por su fe?”, preguntó burlonamente el teniente coronel. “¡Sí, señor! Quiero ser fiel a mi Dios”, respondió Ramón valientemente. “Fe, ¡no vale la pena morir por eso!”, contestó el comandante. “¡Hoy la fe no existe!”

Después de una media hora de interrogatorio, el comandante dio su sentencia: “¡Tres semanas en la cárcel y una multa de 250 euros!”. En breve todos salieron de la sala, y el coronel, moviendo su cabeza, se acercó a Ramón. “No puedo creer que aún haya jóvenes modernos como tú que quieran ser leales a su Dios; aun a riesgo de ir a prisión”, exclamó el coronel. “A partir de mañana seré el nuevo oficial al mando de tu campamento. Admiro tu lealtad. Nuestro país necesita gente como tú, que se mantenga firme en sus convicciones”. El coronel sonrió al darle un fuerte apretón de manos a Ramón. “Voy a dejarte salir los sábados, pero deberás trabajar todos los domingos para compensarlo. Y, en cuanto a las armas, te asignaré a recoger todos esos blancos de fogueo después de que los demás hagan su práctica de tiro cada día”. Las lágrimas corrían por las mejillas de Ramón aun antes de que el coronel hubiera terminado de hablar. ¿Cómo era posible? Escuchó la sentencia que lo enviaría a la cárcel, pero aun así ¡Dios transformó eso en algo bueno! “¡Mamá, papá! ¡Recibí alas de águila! ¡Con Dios todo es posible!”, exclamó Ramón con alegría por teléfono. Lección Dios quiere que seamos leales y fieles a él en cada cosa que hagamos. Una y otra vez él llama a su pueblo a volver a él. En el tiempo de Elías, Dios llamó a su pueblo a salir de la idolatría y deshacerse de Baal, y a adorarlo a él como el único Dios verdadero. En Apocalipsis Dios nos llama nuevamente: «Temed a Dios y dadle alabanza, pues ya llegó la hora en que él ha de juzgar. Adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales» (Apoc. 14: 7, DHH). Él quiere que lo adoremos y seamos leales a él. El mundo ofrece muchas cosas atractivas: dinero, fama, ropa, juegos electrónicos ¡y muchas cosas más! Pero Jesús nos recuerda: «Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (Mat. 6: 33). Sí, no pongáis vuestra fe

en el dinero y en las riquezas de este mundo, porque todas ellas pueden desaparecer de la noche a la mañana. ¡Pensad en esto!: es más duradero poner nuestra lealtad en Dios, quien nos dice: «Yo soy el primero y el último; fuera de mí no hay otro dios» (Isa. 44: 6). Dios nos está llamando a dejar todas estas formas falsas de adoración en el mundo y a aceptar su sello eterno. Este sello significa que pertenecemos a su grupo especial. Cuando aceptamos su invitación a ser leales a él, aceptamos su regalo de vida para siempre. ¡Somos su pueblo escogido cuando hacemos esa elección! Aplicación Pensad diferentes formas en las que podéis ser leales y fieles a Jesús hasta el fin. Compartid vuestras ideas con dos amigos y orad juntos para que Dios os ayude a ser leales a él a fin de poder recibir su sello eterno. Discusión 1. ¿Qué significa recibir el sello de Dios? 2. ¿Tenéis un amigo especial que no haya aceptado a Jesús? ¿Cómo puede esa persona aceptar la invitación que Dios le hace para ser su escogido? Actividad Haga que los alumnos formen pequeños grupos y desarrollen una dramatización o una representación que ilustre la lealtad a Dios. Luego, haga que la representen para el resto de la clase.

VIERNES

Un maestro misericordioso Versículo para memorizar «Pero tú, Señor, eres Dios tierno y compasivo, paciente, todo amor y verdad» (Sal. 86: 15, DHH). Actividades previas En una cartulina escriba la palabra “Misericordioso”. Pídales a los niños que le ayuden a hacer una lista de las rA Semana de Oración 2009 [221] · 29


características de una persona misericordiosa. Discutan cada una brevemente.

“Sí, él puede. Jesús siempre perdona nuestros pecados si los confesamos y le pedimos perdón”, le aseguró la profesora a Brenda. “Yo también te perdonaré, Brenda, pero tendrás que afrontar las consecuencias”. “Te daré un segundo examen de ciencias la próxima semana, pero serán preguntas diferentes”, concluyó la maestra. “Gracias, profesora. ¡Me aseguraré de no arruinarlo esta vez!”, respondió Brenda con gratitud. “También le contaré esto a mi mamá y a mi papá esta noche. ¡Gracias por ser amable y misericordiosa!”.

Historia “Brenda, ven a verme a la oficina del director antes del recreo”, le dijo su profesora, que acababa de recoger las últimas hojas de exámenes de los alumnos de su clase de quinto grado. “Brenda, has actuado de una forma muy extraña esta mañana durante el examen de ciencias”, comentó la profesora. “No, ¡no hice nada raro!”, se defendió Brenda. “¿Estás segura de que no tienes nada que decirme?”, siguió insistiendo la Lección Sí, no merecemos la gracia y la bonprofesora. “¡No, nada, nada!”, respondió Bren- dad de Dios cuando hacemos cosas malas que hieren a nuestros amigos o a da, categóricamente. “Me pondré muy triste si no me es- nuestros padres, pero David nos dice tás diciendo la verdad”, dijo la profe- en el Salmo 78: 38 que «él les tuvo compasión; les perdonó su maldad y no los sora. destruyó». Juan el Mientras Brenda y su profeapóstol nos dice: sora permanecían sentadas en «Pero si confesamos silencio por unos minutos, nuestros pecados, poBrenda retorcía nerviosa e indemos confiar en que cesantemente la punta de Dios hará lo que es su chaqueta. Después de justo: nos perdonará un momento, la profesonuestros pecados y nos ra rompió el silencio. limpiará de toda mal“Brenda, por favor, quídad» (1 Juan 1: 9, tate la gorra ahora”, le piDHH). ¿No es esta dió con suavidad. una maravillosa pro“¡No, no, no! ¡No pueShutterstock mesa de amor? de pedirme que me saque ¿Recuerdas cuántas veces Israel se la gorra!”, exclamó Brenda, enoolvidó de la guía de Dios en sus vidas, jada. “Creo que allí tienes algo que yo de- dejándolo para adorar ídolos y dioses extranjeros? Una y otra vez los israebería ver”, explicó la profesora. Después de que su maestra se lo pi- litas murmuraban, se quejaban y se diese un par de veces más, Brenda se alejaban de Dios y, aun así, él eligió derrumbó y comenzó a llorar muy fuer- perdonarlos y mostrarles su bondad. Dios les dijo: «¡Vuelve, apóstata Israel! te. Finalmente habló. “¡Lo siento mucho, copié!”, confesó No te miraré con ira —afirma el Señor—. Brenda mientras se quitaba la gorra pa- No te guardaré rencor para siempre, porra mostrar un pedazo de papel con mu- que soy misericordioso —afirma el Señor» (Jer. 3: 12). chas respuestas escritas en él. Sí, Dios es un Dios justo y miseri“¡Mereces que te ponga un cero en tu examen!”, exclamó la profesora, “pero cordioso, y nos llama a elegirlo. La misé que es la primera vez que haces una sión de Jesús en esta tierra fue la de ayudarnos a ver el carácter amante, cosa así”. “Me da tanta vergüenza. ¿Podrá Je- bueno y perdonador de Dios. Si elegisús perdonarme por un pecado así?”, mos a Dios, viviremos para siempre con él en el cielo. preguntó Brenda con tristeza. 30 · [222] rA Semana de Oración 2009

Aplicación En una hoja de papel escribid una carta a Dios diciéndole cómo os sentís, sabiendo que él os perdona y os muestra su misericordia. Leed la oración a un amigo. Discusión 1. ¿Cómo se relaciona el ser misericordioso con perdonar? ¿Siempre van juntas estas acciones? 2. ¿Podéis pensar en algún momento de vuestras vidas cuando alguien os mostró misericordia? ¿Cómo os sentisteis en ese momento? Actividad Cantad la canción “Dios es tan bueno”. Ilustrad esta canción con fotos o con vuestros propios dibujos y preparaos para compartirlos con los adultos.

SEGUNDO SÁBADO

Mi club especial Versículo para memorizar «Por eso, los que pertenecen al pueblo de Dios, los que obedecen sus mandamientos y siguen fieles a Jesús, necesitan fortaleza» (Apoc. 14: 12, DHH). Actividades previas Muestre imágenes de los diferentes clubes a los que uno puede pertenecer, como por ejemplo: Aventureros, Conquistadores, deportivo, científico, de lectura, etc. Pregunte: “¿Cuáles son los requisitos para pertenecer a estos clubes? ¿Qué tiene de especial el pertenecer a un club?”. Haga una lista con las respuestas de los niños en una cartulina. Historia “Ezequiel, ¿ya tienes tu uniforme?”, preguntó Emiliano entusiasmado, mientras un grupo de infantería marchaba en un desfile patriótico por la avenida central. “¡No, todavía no! Espero tenerlo pronto”, respondió Ezequiel en un susurro. “¿Sabes qué? ¡Nuestro club fue seleccionado para participar en el desfile principal de la ciudad!”, dijo Emiliano.


“¿En serio? ¡Qué bueno! ¡Eso es un honor!”, exclamó Ezequiel. “Nuestra agrupación de Conquistadores practicará todos los pasos y giros de marcha, dos veces por semana durante un mes. Cada movimiento tendrá que ser perfecto, ya que cada uno de nosotros representará la imagen del club y queremos dar lo mejor de nuestra parte. A todos los integrantes se nos instruyó para que tuviéramos nuestros uniformes lavados y planchados, acompañados por zapatos lustrosos, pañuelos bien sujetos y bandas bien derechitas”, explicó Emiliano. Pasaron los días y el grupo ensayaba las rutinas de marcha en los días previstos y en los horarios convenidos. Pero en uno de los ensayos, se escuchó que el guía decía: “Todos en fila... izquierda, derecha, izquierda... ¡Sin charlar! ¡Cabezas al frente!”, gritó, señalando a unos pocos chicos que parecían estar desalineados con el resto. “De frente, marrrrrchen... un, dos; izquier..., un, dos, un, dos...”, continuaba indicando el consejero al hacer sonar el silbato. “¡Aaaalto!”, gritó finalmente el consejero y dio un fuerte silbatazo. “¿Qué creéis que estáis haciendo, Conquistadores?” Señaló a Ezequiel, Emiliano y a Kevin para que se adelantaran. “¿Vosotros queréis estar en el desfile? ¿Pertenecéis a nuestro club?”, demandó el líder. Los tres chicos se disculparon por no cooperar y expresaron su deseo de ser incluidos en el evento especial del club. De inmediato, el líder preguntó a toda la agrupación lo siguiente: “Conquistadores, ¿qué dice la ley de nuestro club?”. Inmediatamente todos repitieron la ley en voz audible y con orgullo: “Observar la devoción matutina. Cumplir con la parte que me toca. Cuidar mi cuerpo. Tener una mirada franca. Ser cortés y obediente. Andar con reverencia en la casa de Dios. Conservar una canción en el corazón. Ir adonde Dios mande”.

“¡Excelente! ¡Sí, somos miembros del club de Conquistadores y vosotros sois personas especiales!”, enfatizó el guía. Y, mirando hacia donde estaban Ezequiel, Emiliano y Kevin, frunció el ceño y les dijo: “Entonces, vosotros, chicos, ¿estáis dentro o fuera del club? Recordad, si estáis dentro, un Conquistador promete ser digno de confianza, leal, servicial, amigable, cortés, amable, obediente, alegre, ahorrativo, valiente, limpio y reverente”, repitió el guía. “¡Perdón, señor, no volverá a suceder!”, respondieron los tres muchachos, haciendo un saludo elegantemente. “Continuemos con nuestra práctica. No nos queda mucho tiempo hasta el desfile del día nacional”, les recordó el guía a todos. “Muy bien, de frente, march..., un, dos, un, dos; izquier..., un, dos, un, dos”. Lección ¿Sabíais que todos pertenecemos a un club aún más especial? ¡Ese es el “Club del Remanente”! Cuando Jesús venga otra vez, buscará a las personas que hayan decidido no enojarse ni quejarse cuando otros les hacían cosas malas. Buscará a aquellos que intenten ser pacientes cuando son acusados injustamente, que hayan guardado los mandamientos de Dios, y que crean en Jesucristo como su Salvador. Él buscará a aquellos que oren por otros y compartan las buenas nuevas con ellos. La Biblia dice que será un grupo pequeño, pero cada miembro será bienvenido en el cielo. El apóstol Juan nos dice: «¡Mirad que viene en las nubes! Y todos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo traspasaron» (Apoc. 1: 7). La misión de esperanza de Jesús a esta tierra estará completa. ¡Parecía una misión imposible! ¿Quién se imagina al Hijo de Dios haciéndose un pequeño bebé en esta tierra para salvarnos a ti y a mí de nuestros pecados? ¡Ahora es una misión posible! Jesús ha conquistado el pecado, y nuestra esperanza en él

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se hará realidad en una reunión permanente con nuestros amados. ¡Así que, haz tu elección y decide pertenecer a este club especial! Aplicación Pensad por un momento. ¡Misión posible! ¡Misión cumplida! Sí, la misión de Jesús de morir por nosotros en el Calvario nos da esperanza para esperar el momento cuando venga en gloria. Entonces, comparte esto con un amigo en la escuela que no conozca a Jesús. ¡Dile que él también puede pertenecer al club especial de Jesús! Discusión 1. ¿Podemos comprar una entrada para este “Club del Remanente” especial? ¿Cómo ingresamos? ¿Está abierto para todos? 2. ¿Qué tres características deben encontrarse en aquellos que pertenecen a este club especial del remanente? (leed Apoc. 14: 12). Actividad Haga que los niños preparen una corona de papel y la decoren con brillantina, lentejuelas, color dorado, etc. Que le pongan un cartel diciendo “Club especial de Jesús”. En cada punta de la corona, peguen una estrella por cada característica de aquellos que pertenecen a este club especial como, por ejemplo, creer en Jesús, guardar los mandamientos de Dios, leer su palabra, cantar alabanzas a Dios, etc. Sugiera que coloquen sus coronas en sus habitaciones, y oren pidiendo poder para desarrollar esas características. rA Semana de Oración 2009 [223] · 31


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